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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
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Ficha de Personaje Alias: Tortita Nombre real: Kim HwaJae Universo: Marvel
Tema: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 10th Febrero 2015, 13:05
24 de Abril de 2018
El chivatazo es algo que se estila mucho en el mundo en que me muevo. Saber quien tiene qué, cuando y cómo, y qué se pide a cambio para conseguir un poco. Después de mucho preguntar, muchos ojitos que poner, y muchas vueltas, había localizado a la persona que le interesaba. Resultó ser una chica bastante guapa y con cara de buenaza, que había encontrado un poco de casualidad mientras preguntaba a Apestoso Pete, un mendigo bastante popular en esa calle concreta, a ver si adivináis porqué. Estaba a ver si conseguía el paradero de esa chica que, según decían, de vez en cuando iba dando una ronda por el barrio regalando cosas como bocadillos, magdalenas y otras cosas de ese estilo. Porqué, no importaba mucho. Lo importante es que lo hacía, y que lo menos hacía una eternidad y media que no me había echado nada esponjoso y dulce a la boca.
Hice toda una labor de seguimiento digna de alguna peli de espías decente. La seguí con mucho cuidado de pasar desapercibida, lo cual no era muy difícil teniendo en cuenta la hora que era, la gente que pasaba y mi escasa altura, que suele jugar en mi contra pero que por una vez algo bueno tenía que tener. Llegó a un bloque de pisos, donde se metió y no volvió a salir. Como iba a ser una noche muy larga, preferí ir sobre seguro. Cogí el anorak viejo que me habían dado en la iglesia, que habría sido bastante grande para cubrir a un adulto a la altura de la cintura, pero que a mi me cubría hasta casi los pies, y me senté en una esquina entre dos cajas, quedándome frita enseguida. Ese abrigo era una de mis mas preciadas posesiones, y a pesar de que llevaba escaso tiempo conmigo, le había cogido cariño.
Por la mañana, me despertó el sonido de los de la basura, cuando aún era de madrugada. Me quité de en medio para que hicieran su trabajo y me senté en unas escaleras cercanas, esperando a verla salir. Tengo comprobado que la mejor manera de que te pasen por alto es ponerte delante de su cara. La sospechosa salió y comenzó otra vez la labor de seguimiento. Dejé espacio entre ella y yo, para que no se creyera que hacía justo lo que estaba haciendo. Esperaba verla entrar en alguna iglesia, en alguna tienda o en algún edificio enorme con letras que dijeran lo mucho que les interesaba ayudar a los pobres. En realidad, podía ser sólo un alma cándida haciendo algo bueno por un día, pero si pertenecía a algún lugar donde hubiese papeo y que no supiera, prefería saberlo ya. Lo que no se esperó es que se parara delante de un local y abriera una verja de entrada. Me quedé esperando en la esquina durante un rato, asomándome a un lado y al otro, y el crujido metálico me advirtió de que se abrían mas verjas, dejando ver un escaparate enorme de...
ME MUERO.
Todos los espías tenían puntos flacos. Una familia que les importaba, un terrible secreto que no querían sacar a luz, una predilección por las curvas o lo que fuera. ¡PERO AQUELLO ERA UNA MALDITA PASTELERIA!
Para cuando quise repensarme el modo de actuar, me había plantado delante del cristal que enseñaba un montón de pastelitos, magdalenas y bombones, apoyando mis sucias manos en el cristal limpio, y babeando. Golpeé con la frente el cristal, tratando de colarme a través y ver más. El vaho me impidió la visión, así que lo medio limpié con las manos y volví a pegarme en el cristal, dando saltitos y sonriendo como uno niño en una tienda de chucheri.... Vale. Qué gracioso. CALLAOS.
Cuando tienes casi treinta años, pero tienes un cuerpo de cría, el único vicio que puedes permitirte es el azúcar. Y allí había mucha. Y yo la quería.
Última edición por Kim HwaJae el 31st Marzo 2015, 11:58, editado 1 vez
Sasha Triger Marvel Universe
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Ficha de Personaje Alias: Celsit Nombre real: Sasha Triger Universo: Marvel
Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 21st Febrero 2015, 17:16
PFDSDFJASDAasdafassddsdmsnn.n.n....... sueño.... Sueño máximo....¡En fin, otra mañana más! Aunque a tener en cuenta el diario de mis días últimamente, nunca era "uno más". Apagué el despertador y la mañana ocurría como siempre. Ducha, café, dientes, ropa, maquillaje muy básico, coche y tienda. Cuando el día empezaba a echarse sobre la ciudad yo llevaba despierta una hora, y estaba aparcando frente a mi tienda. Con el botón automático abrí la verja de la puerta y una vez dentro, abrí las otras dos de los escaparates. Al ritmo de un bostezo me cogí una coleta y pasé a la trastienda a ponerme el delantal y comprobar que estaba todo bien. Calzado cómodo, vaqueros, camiseta, delantal, coleta. Todo ok. Salí y escuché un "PUC" que venía desde fuera, pero yo misma escuché. Buscando su origen encontré en el escaparate de la derecha, visto desde dentro una niña adorable, enganchada a las muestras como tantos otros niños habían estado.
Creo que mi cara de sorpresa estaba más que justifiada. Primero porque no me la esperaba, segundo porque era una niña...¿Qué chaval está despierto a las siete de la mañana, ya en la calle y....vestido? Tercero, sus ropas... Eso, su pelo y su piel... Todo estaba sucio. No como un niño que ha pasado el día en el parque si no... Mmmn.. Si fuese de un colegio de huérfanos no la hubieran dejado salir así, y si se hubiese escapado no creo que entre sus prioridades hubiera estado cambiarse de ropa... No sé, de verdad parecía vivir en la calle.
La compasión impidió el gesto de risa o burla en mi rostro ante la comicidad de la situación. El bienestar de una persona siempre se impone ante cualquier cosa. De algunas personas, claro.
Abrí la puerta de la tienda y me puse de cuclillas. Con una mano apoyada en la puerta abierta, le extendí la otra .
- Hola bomboncito, me llamo Sasha y esta tienda es mía - pude observarla más de cerca y de verdad estaba muy sucia y... olía un poco - Oye, te propongo un trato. Tú te duchas en mi baño, ahí dentro - dije señalando con la cabeza la tienda - Y yo te invito a algo, lo que tú prefieras. - más tarde le preguntaría sobre su origen pero... Si la encuentran quien sea que la esté buscando no creo que me culpase de algo por darle agua caliente y algo de comer ¿no? El trato me pareció original, tal y como tenía entendido, a ningún niño del mundo le gustaba una ducha y era una manera de hacerle entender un pacto como lo que era ayudarla a ella por completo.
No me importaba regalar mi agua ni mi producto, y menos en esas circunstancias, sorprendería a la gente la cantidad de gastos que me ahorro de no tener que pagar más que la luz de las lámparas y el agua. Ni hornos, ni microondas, ni neveras... Y además qué demonios, el dinero es mío y me lo gasto en lo que yo quiero.
Esperé ahí con la mano extendida y una ceja levantada, esperando a que aceptase mi invitación. No sabría decir si tenía yo más ganas que ella de que eso ocurriese.
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Ficha de Personaje Alias: Tortita Nombre real: Kim HwaJae Universo: Marvel
Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 23rd Febrero 2015, 22:16
¿Qué era eso? ¿Magdalenas? Jo, olían hasta aquí fuera. Estaban salpicadas de chocolate, y nubecitas de colores, y había galletas con formas divertidas que me miraban desde el otro lado, tumbadas en las bandejas como diciendo: ¡Miranos, somos deliciosas, COMENOS!, lenguas de gato de chocolate, y bombones, y un montón de colores que me estimulaban los sentidos, el hambre, y las ganas de comer. Era lo mas cercano a un videojuego que iba a ver, salvo en las recreativas. Entonces oí la puerta, y me separé un momento del cristal, encontrándome a la chica que había ido siguiendo mirándome como si no se hubiera dado cuenta de que llevaba día y medio persiguiénola como una acosadora de arbusto.
- Perdón, jefa. Sólo miraba. Ya lo limpio. - dije, pasando los antebrazos por los restos del vaho para dejar el cristal como estaba. - No soy bomboncito. Se dice Tortita. - añadí metiendo las manos en los bolsillos de la sudadera.
Entonces la chica me ofreció un trato. Yo me la quedé mirando como si le hubieran salido antenas, tentáculos y me propusiera pasarme por su nave para una sonda y lo que surja. Miré el interior de la tienda, y luego a ella otra vez. ¿Ducha y pasteles? ¿Donde coño hay que firmar? Incluso si luego me violaba y me encerraba en un congelador la oferta no estaba nada mal. Volví a asomarme. Allí no había nadie. Clavé mis ojos en ella, aparentemente desconfiaba, pero en el fondo no lo hacía de ella, si no del hecho de que fuera tan buena samaritana. Hoy día eso es rarito. Pero ¿Porqué desaprovecharlo?
- ¿Hay agua caliente? - Era una pregunta estúpida en realidad, lo habría hecho aunque me hubiera tenido que bañar en un iceberg. - ¡Vale, trato hecho!- dije, estrechándole la mano que yo tenía cubierta de una inexplicable capa pegajosa y polvorienta a la vez, y entrando tras dedicarle una inmensa sonrisa de piñata mellada.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 3rd Marzo 2015, 11:50
Cuando la pequeña me corrigió acerca de su nombre sentí como cuando miras a las pupilas enormes del gatito más adorable de todo internet. ¡¡ME MUERO DE AMOR!!
-Está bien, lo siento. Tortita. Pasa, por favor.- y le abrí la puerta, manteniéndola con la mano mientras el olor abarcaba toda la entrada. Cuando te acostumbras tanto a un olor, cuando lo tratas cada día, pierdes la diferenciación del olfato y lo conviertes en algo rutinario. A mí me pasaba, hasta que salía de la tienda un rato y volvía a entrar.
Al entrar la niña se encontraría con pequeñas mesas y sillas que parecerían sacadas de varios conjuntos de mesas de jardín. En una de las paredes una especie de sofá con cuadraditos acolchados, varias baldas con plantas y un letrero de la tienda. A su derecha nada más entrar, la zona de sillones acolchados, pegada a la pared. Y al fondo, los mostradores con los dulces del día y la entrada a la trastienda.
- ¡Bienvenida a central tart! - y pasé, cerrando la puerta detrás de mí, acompañado del ruido de la campanita que colgaba por encima de esta. - ¿La ducha primero, no tortita?- dije con una sonrisa mientras recordaba que aún no había activado la calefacción. Como aún faltaba una hora para que apareciera el primer cliente... Fui directa a la puerta de la trastienda. - El baño está por aquí, enciendo la calefacción y te doy una toalla ahora mismo- Tengo que reconocer que me sentía muy bien haciendo esto. Aunque por un lado... Me desgarraba ver a una niña sola y... arg... Luego tendría que preguntarle sobre su situación.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 4th Marzo 2015, 18:51
Entré en la tienda y el olor a bollo me golpeó en toda la cara, recordándome el premio gordo que acababa de ganar. Al entrar todo era muy acogedor, y un poco moderno. Estaba pero que muy chulo. Aunque no acababa de entender eso de las sillas de jardín en interior, pero bueno, no es que fuese una experta en mobiliario. Normalmente los muebles que había visto salían en revistas de decoración. Además con el olor que salía de allí, si me dijeran que tenía que comerme los dulces con el culo sobre una motosierra envuelta en alambre de espino, yo hubiera contestado: "¿En cual de todas?". Me pegué al cristal viendo el paraíso terrenal que había detrás. Los roscos azucarados tenían esa capita de azúcar blanca que hacer que parezca que están sudados, como recién salidos del gimnasio. Era cuando estaban mas rigoohsss... babas. Tuve que acordarme de tragar para no ahogarme.
- ¡Vale! ¡Ya voy!- dije entrando al galope con los patines colgados del cuello dando botes.
Los agarré de los cordones y los dejé a un lado, en mitad del pasillo empecé a quitarme la sudadera, los zapatos, los calcetines y en el cuarto de baño los vaqueros agujereados, la falda, la camiseta interior y las bragas con una cara de Hello Kitty que hubiera deseado quemar. Como odiaba esas bragas. En serio.
Encendí la ducha, con mucha autonomía, yo. Hubiera sido interesante saber si iba a salir agua caliente o tendría que esperar un poco, por aquello de que estaba en pelota picada en medio de un baño con la puerta abierta de par en par, y eso claro, daba frío. Tenía algunas rozaduras nuevas en las rodillas, pero por lo demás, estaba bien. Me subí al váter y traté de mirarme en el espejo. Nada. Ni un pelo nuevo. Aún lo tenía pelado, como un bebé. Me miré el pecho, con esas tetillas diminutas que son graciosas de ver en los niños cuando corretean en la playa. Me puse los manos en los laterales e hice un esfuerzo pentagruélico para poder juntarlas un poco hacia el centro y darme así la sensación de que tenía canalillo. Después de contener la respiración, las solté, y solté el aire también. Me solté el pelo, de donde se calló una moneda y un clip, y me metí en la bañera.
- ¡Que frío! - grité al entrar, abriendo mas el agua caliente. De pronto empezó a salir ardiendo, con un chorrazo enorme. - ¡AHORA QUEMA!- berreé, tratando de cerrar otra vez, congelándome otra vez en el proceso. - ¡Oye... eh... ¿como era?..¡TU! ¡Ayudame a poner el agua bien, porfi!- berreé desde dentro del baño. ¿Porque los ingenieros, fontaneros y demás gente se esmeraba en hacer que los baños de cada sitio nunca, nunca, NUNCA fuesen iguales?
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 7th Marzo 2015, 01:29
Se notaba que había estado sola mucho tiempo en las decisiones que tomaba y en cómo se movía. Aunque no sabría decir si era símplemente la confianza infantil que tanto adoraba contemplar. La niña se perdió en el pasillo y cuando escuché desde fuera el ligero chorropeteo de la ducha, cogí mi móvil del bolsillo trasero y marqué el número, tapando el micrófono y mi boca con una mano mientras susurraba.
- Sí... está sola sí. No parece estar herida, le he dicho que se meta en la ducha y ahora le daré algo de comer. Vale, sí... No hay problema.. ¡Ah por cierto-
-¡Ayudame a poner el agua bien, porfi!-
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- Tengo que colgar, les veo ahora- y colgué antes de guardarlo en mi bolsillo derecho del pantalón mientras trotaba al baño y me apretaba la coleta, asegurando que estaba bien fijada. -- A ver tortita, tiene truco... - y pulsé uno de los botones que tenía a un lado para que eso se deslizase más suave, y te permitía colocar la manivela en el milímetro exacto en el que estaba a una temperatura soportable para un mortal. - Creo que así está bien, por cierto, tienes toallas...- dije mirando a mi alrededor. Me agaché en un mueblecito de madera y le saqué un par de toallas, una grande y una pequeña, de manos, de color verde. Aquí y las dejé sobre la tapa del váter. Señalé los frascos para darle instrucciones - Eso es gel, eso champú y lo de color crema es suavizante. Si necesitas crema hidratante es el botecito pequeño del tapón negro. ¡Disfruta del baño! - Qué fuerte... no parecía estar del todo incómoda con eso. Habría que ver si lo disfrutaba lo suficiente como para estar más de cinco minutos debajo del chorro. Fui recogiendo la ropa que me encontraba de vuelta a la tienda, por el pasillo. No pude evitar reírme ante la cara de Hello Kitty, y torcer un poco el morro ante el aspecto que tenían... Me fuí a la mini lavadora que tenía en la tienda, de tamaño microondas para las servilletas y trapos, y puse un temporizador express e intenso para lavarle la ropa. Terminé y me pasé una mano por la frente. Gesto indiscutible de un trabajo bien hecho.
Mi siguiente movimiento fue sencillo. No sabría si pertenecía a un orfanato o si estaba abandonada... Sea como fuere me quedé con ligera cara de preocupación mirando por los cristales del escaparate, deseando que no tardara en aparecer mucho más el coche de los Servicios Sociales.[/color]
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 8th Marzo 2015, 19:50
Vino la chica y me puso la ducha bien. En serio. ¿Cómo puede ser que una ducha pase del frío polar Asgardiano a la temperatura a la que se funde el titanio en el infierno, sin pasar por el punto intermedio? Ah, misterios de la vida que nunca la ciencia explica. El caso es que Shash vino, hizo su brujería y consiguió que la temperatura del agua fuese buena. Metí la mano desconfiada, notandola templadita, justo como a mi me gustaba. Me dio un escalofrío que me puso la piel de gallina, muy agradable, y entré en la ducha sin pensármelo, antes incluso de que hubiera terminado de poner las toallas en el váter.
- ¡Vale, Gracias!- dije, mientras metía la cabeza y empezaba a balbucear debajo del chorrazo de la ducha.
Estuve un rato sin hacer nada, mientras dejaba que el agua se llevara años y años de roña acuulada, y veía como el agua se volvía de toda una suerte de colores que tenían que ver con el polvo, la roña, y su primo mayor, la porquería. Luego ya empecé a coger los botes y abrirlos. Me costó enjabonarme tres veces para que el pelo echara espuma de verdad. Luego me limpié el cuerpo, y me eché suavizante, tirando la casa por la ventana. De vez en cuando cantaba alguna cancioncilla estúpida sin darme cuenta, de esas que veía en las teles de las tiendas y de los centros comerciales, hasta que me echaban.
- Estarás bien, sin una queja, ¡El mundo entero te pondré en bandeja!- berreaba con buena voz, mientras me fortaba con energía.
Luego me aclaré, y estuve otro rato más bajo la ducha. Mucho rato. Mucho, mucho rato. Hasta que se me pusieron las manos y los pies como si fueran los de una vieja. Me los miré, extrañada de lo que hacía a veces el cuerpo humano. Era como verse a uno mismo dentro de unos años... mas o menos. No. En realidad no. No si ella no conseguía quitarse el muerto de encima (JAJA)
Sali de la ducha, cogí la toalla pequeña y la eché al suelo como pude para no enfriarme los pies. Luego cogí la grande y me la puse como si fuera una capa. Con el pelo chorreando y en pelotas me asomé fuera para recoger mi ropa que... No estaba. Miré por el pasillo, por el suelo del baño, nada. Me acerqué al mostrador de la tienda, y después de mirar los bollos fijamente, fuí a buscar a la chica.
- ¡Oye, jefa!¿donde está mi ropa?- dudaba que quisiera quedarse con ella, o robársela. ¿Para qué querría una pastelera unas bragas de hellow Kitti?
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 10th Marzo 2015, 00:48
OOC: He usado a Kim un pelín, lo siento si te molesta, si no te gusta lo cambio en el acto. Me la he jugado,¡pero espero que te guste y no haberla cagado!
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Unos soniditos de chapoteo se acercaron por el pasillo. El ruido de sus pies ligeramente mojaditos en la planta que se acercaban a la puerta del salón de la pastelería. Cuando escuché que se acercaba recordé la ropa y me asomé a la lavadora, tras comprobar que había finalizado el programa de secado, la apagué, la abrí y la sacudí para desapelmazarla, comprobado que no había encogido lo más mínimo.
Cuando escuché su dulce voz preguntando por lo que estaba preparando, me giré contenta.... ¡¡Y ESTABA EN CULILLO!! Me coloqué la ropa rápidamente bajo la axila y la cogí de debajo de sus brazos, rodeándole el cuerpecito y me la llevé a paso rápido con gesto alarmado mientras notaba cómo su cuerpo rebotaba con cada paso mío como una campanita mientras yo gritaba - NONONONONONONO
Le pegué una patada a la puerta de la trastienda para abrirla y al cerrarse detrás de mí, solté a la pequeña. - Oye tortita... Entiendo que no lo comprendas, pero no puedes salir en pelota picada a un lugar público. Además la gente pensaría raro de mí si entrase en mi pastelería y me vieran con una niña asiática desnudita. Bueno, y sin ser asiática. ¿Por cierto de dónde eres?- Había tanto movimiento últimamente que me alarmó más el hecho de que fuese una niña que el que fuese extranjera .
- Pásate al baño otra vez y te vistes, venga. - Y me giré con una bandeja a medio preparar de dulces variados para regalárselos a la niña en cuanto saliese, preparando a su vez una taza del mayor tamaño de leche caliente. Estaba casi ya envolviéndolo, y le puse por fuera con un rotulador permanente en negro "Tortita".
Pero el sonido de mi campanita hizo que levantara la cabeza,sorprendida y atenta a la vez. Un hombre trajeado, de rostro severo apareció por la puerta. La verdad es que era una solución que me gustaba muy poco pero... ¿Qué iba a hacer yo? ¿Adoptarla?
-Buenos días, ¿has sido tú quien ha llamado?- - Sí...Es... es sólo una niña y... ha estado sola y...-dije mirando la puerta de la lavadora abierta, melancólica, si cabe por una niña que apenas conocía. -Le sorprendería de lo que son capaces estos diablejos- - Ya pero...- y en ese instante pude oír cómo la puerta se abría detrás de mí y miré a la niña, y luego al señor de nuevo. Parpadeé atónita. Ju...Juraría que... tenía los ojos rojos.
Me acerqué a la niña y me planté ante ella. Últimamente había demasiado villano suelto. Y no me gustaba nada...
El hombre sonrió y con esa señal...todo se volvió negro. Negro antes de un estallido de luz roja que iluminó la tienda, aún cerrada, que reflejaba en las paredes el color más puro de la sangre. Un fuego chisporroteaba y crepitada en tono lastimero y condenado mientras al hombre le transformaba la cara, la piel y su cuerpo, impregnándose del color de aquel aura que le envolvía. Su risa... aquella risa que me revolvió el estómago e hizo que mi espinazo se alterase más que mi corazón. Intenté mirar a todas partes pero no hubo manera de entender qué pasaba. Sólo recuerdo que me quedé plantada ahí, intentando cubrir a la niña con mi cuerpo ante el espectáculo y que cuando se disipó todo, lo único que quedaba era una figura inmensa y corpulenta se alzaba ante nosotras. Con aquella voz avernal y profunda, saludó.
-Tienes una nueva misión, pequeña-
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 12th Marzo 2015, 16:54
Me levantó, se me echó al hombro como si fuera un saco de patatas, y me metió otra vez en el baño. Le dio tiempo a dar ya que estaba un patadón a la puerta. No sabía como no la había arrancado de las bisagras. La verdad es que todos esos botes tenían su gracia, me hizo cosquillas y me fuí riendo a carcajada limpia, toda despeinada, hasta que me dejó en el suelo. Me dió unas explicaciones un poco retorcidas de porqué no podía ir en pelotas en público. La verdad es que tenía cierta lógica, así que lo dejé estar sin más.
- Korea. Pero la buena, la del sur. No la otra con... bueno, ya sabes. - dije quitándole importancia.
Sería mejor no meterse en eso. Korea... la echaba de menos, aunque realmente no me quedaba nada allí. Nada aparte de una casa abandonada hace veinte años que sin duda ya habrían vendido, o que habrían dejado abandonada y llena de polvo. Además de eso no tenía nada... aparte de la tumba de mi madre. Desterré esos pensamientos rápidamente de mi mente, porque no traían nada bueno. Siempre que me daba por pensar en eso me ponía melancólica y cometía alguna estupidez. No, era preferible vivir el aquí y el ahora, y lo que había que hacer aquí en el baño en este preciso momento era vestirme.
Cogí la ropa, estaba limpia, y la olí sin miramientos. También estaba extrañamente calentita, así que me la puse deprisa para disfrutar de esas sensación fantástica que es la ropa recién lavada. No sabía como la había lavado pero daba igual. Me di un autoabrazo, notando lo suave que estaba y luego salí disparada por la puerta. La mitad del trato ya estaba hecha, ahora por fin vendría lo bueno. Primero le pediría un rollito de canela. Hacía mucho que no me comía ninguno y eran una de esas cosas que, si es lo primero que comes, te alegran el resto del día. A lo mejor es porque huelen bien y saben mejor.
Al salir por la puerta la encontré hablando con un hombre...
Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. ¿Porqué? ¿Porqué siempre cuando estoy a punto de conseguir algo bueno? Sus ojos rojos se clavaron en los míos llenos de desprecio y de odio cerril. Entonces volvió todo negro, llamó al fuego del infierno y se convirtió en una de las imágenes demoníacas que le gustaba adoptar. Nunca lo hacía cuando estábamos a solas, siempre cuando había alguien delante. Era un showman, siempre buscando impresionar, buscando asustar a cualquier persona que me hubiera dirigido un mínimo la palabra. Haciendo que rehuyeran de mí. Con que se le diera la menor oportunidad, la aprovecharía, e incluso si no se la dieran, parecía no tener otra cosa mejor que hacer que amargarme la vida de la noche a la mañana. Demasiado bien escogía los momentos, como para ser casualidad, y si lo era bravo, Karma, BRAVO.
Me resultó enternecedor su gesto, pero no tuve tiempo para pensar en el hecho de que la chica se había metido entre él y yo. Me resbalé en cuanto pude por un lado para ponerme yo entre ella y Mephisto, que me miraba con esa estúpida cara de suficiencia que ponen los niños cuando queman a las hormigas con una lupa.
- ¿Porqué ahora? ¿No podías decírmelo esta noche? - pregunté, torciendo el gesto. Era ridículo andar disimulando. Podía irme despidiendo de los dulces.
- Dejaste a uno vivo la otra noche. - me recriminó, con su voz más gutural.
Esa era mi mecánica. Para que mentir. Hacer sus encargos, y esforzarme lo maximo posible por hacerlos mal. Tardando mucho, dejando escapar a alguno... tampoco tenía tanta importancia.
- ¿Y que?- pregunté con desdén.
- Que me está dando muchos problemas. Si sigue campando a sus anchas, empezará a poner huevos. ¿Sabes lo que significa eso?- preguntó, hablándome como si fuera una cría. Eso me molestó mas todavía.
- ¿Que va a ser mama?- pregunté sarcástica.
Él se quedó en silencio durante unos segundos. Un silencio pesado, tenso y asfixiante. Ahogaba.
- ¿Quieres tener un montón de esas cosas criándose en las cloacas?- fruncí el ceño y apreté los puños. Notaba a Shash detrás de mí. Esperaba que mantuviera la calma, aunque fuese imposible. Solo quería que Mephisto se fuera lo mas rápido posible, pero estaba provocándome, y eso sumado a cómo había aparecido estaba cabreándome - Podrían hacer daño a alguien, o destruir cosas. ¿Quieres ver este sitio reducido a cenizas solo por tu vaguería?- dijo, poniéndome esos ojos demoníacos en plena cara y mirando luego a Shash, clavando sus ojos ponzoñosos en ella.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 16th Marzo 2015, 01:46
¿Misión? ¿Le estaba hablando a ella? No entendía absolutamente nada, pero seguí fiel a mi instinto y la cubrí hasta que ella se antepuso entre ese demonio y yo, y aun así se me escapó el amago de sujetarla con el brazo. Aunque supongo que la incredulidad me bloqueó. Por no reconocer el revoltijo de emociones y reflejos que se revolucionaban en mi cabeza e instinto. Primero vino el desconcierto, y con ello el estado de alerta, una mano se me prendió en fuego tras el estallido, preparada por si tenía que hacer cualquier cosa. Pero al estar tras la barra y en la zona de menos visión, seguramente pasase desapercibida. Además la explosión y aparición de Satanás desvió bastante la atención. El desconcierto me abandonó cuando la conversación entre ambos se desarrollaba como la de dos viejos amigos que se encuentran por la calle, y entonces me visitó el miedo. Hay tres reacciones principales a ese interesante estímulo. Parálisis, agresividad y huída. Había sido preparada para no paralizarme, y no iba a huír y dejar mi tienda en esas manos, así que sólo me quedaba una, y aunque dudé todo lo que duró la conversación, me jugué la vida a una carta.
Mi cuerpo se peleaba en un amasijo de llamas vivas e inquietas y esquirlas de hielo que saltaban agresivas a mi alrededor, todo e un mismo cuerpo que ni fundía ni congelaba. Perfecto y rítmico. Miré a los ojos de la niña y luego a los del demonio.
- ¿Podéis tener esta discusión en otro sitio? No entiendo la jodida necesidad de todo dios de entrar en mi tienda a hacer sus charlas de negocio y trapicheos. No sé qué tienes con esta niña, no sé lo que tenéis vosotros. Pero sólo quiero salir viva de aquí y a ser posible con mi tienda intacta.- Y miré alrededor. Una chispa de mi cuerpo saltó al mueble, pero no lo suficientemente viva como para que prendiera. La cerámica del suelo mantenía la función de cortafuegos y reflejaba los destellos rojos y azules blanquecinos.
Mis poderes no reflejaban rabia, ni amenaza. Era símplemente... yo. Yo era eso. Esa forma era lo mío, de lo que era capaz de hacer de la forma más natural como alguien con piernas que camina. Eso era Sasha, íntegramente, y mis poderes sólo hicieron uso de manifestación. Con actitud natural y todo lo calmada que pude les dirigí aquellas palabras. Controlando mis emociones todo lo que pude y con ambos ojos alerta en el demonio. Una parte de mí quería salir presa del pánico contra el que me entrenaron. Otra quería lanzarse a su cuello. Y una parte mayor... mirarle a los ojos y averiguar qué era y por qué estaba allí.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 19th Marzo 2015, 16:03
No. No me había dicho eso. Sabía que ese pedazo de cabrón no acababa de echarme por la cara el hecho de que, si alguien salía herido, era sólo porque yo no paraba de tocarme mi pelado coño a dos manos. Porque como fuera lo que había dicho, íbamos a tener un problema y muy gordo.
- ¿Vaguería? - pregunté, apretando luego los dientes. Tenía que estar de broma. No era a mí a quien se me escapaban un montón de esos monstruos. Era culpa suya, suya y sólo suya. - ¿¡VAGUERÍA?!- espeté mientras me acercaba a él con la cara desencajada de la rabia, dispuesta a intentar patearle las espinillas. Cuando se ponía así me sacaba de quicio, hasta tal punto que se me olvidaba que podía vaporizarse, y que no podía hacerle daño.
Noté detrás de mi un subidón de temperatura brutal, y me giré para ver a Shash envuelta medio en llamas, medio en hielo. Alcé una ceja, dándome cuenta de que debía tratarse de algun mago o algo por el estilo. Su mano estaba rodeada de fuego, y les echó una buena charla. Le dirigí una mirada comprensiva. Podía entenderla perfectamente. Si yo estuviera en su situación ya habría sacado una manguera y habría empezado a desalojar, con el agua a tope. Eso me hizo centrarme un poco más, en lugar de perder los estribos y tener la rabieta que me habría dado de un momento a otro, si la discusión con Mephisto seguía por ese camino.
- Habla bien. - le dije. Mejor no decir palabrotas con Mephisto delante. - Tranquila. El ya se va. - le dirigí una mirada de odio de las que hacen época y le dije - Vale. Lo haré. - tuve que contener la frustración. - Ahora vete.
Mephisto dirigió una mirada Shash, que ahora estaba haciendo alarde de su poder. Clavó sus ojos en ella, y estos se volvieron negros, profundos y oscuros, empezó a acercarse, paso a paso, lentamente, haciéndome retroceder, para intentar cubrirla. Eso no me gustaba un pelo.
- No, aún no. - añadió, con una voz que expresaba profundo disfrute - Eres una mujer con carácter, ¿No es así? - preguntó, dirigiéndose a la pastelera, utilizando una voz cargada de seducción, que hasta a mí, que ya estaba acostumbrada a ella, me era difícil soportar. Se vaporizó, y reapareció a su espalda. Con una de sus manos, retiró el pelo del cuello de la pastelera, en un gesto cargado de deseo que no se limitaba a la lujuria, si no al propio pecado - Eso me gusta...- se inclinó para susurrarle al oído. Sin duda habría caído ya en su embeleso. Hasta ese punto llegaba el poder demoníaco, que te hacía ser una marioneta por un par de palabras amables.
Me sentí tan furiosa en ese momento que apreté los puños hasta clavarme las uñas en las palmas de las manos, haciéndolas sangrar.
- ¡NO LA TOQUES!- gritó.
Una extraña imagen se superpuso a la niña, rápidamente, como en esas luces de discoteca que se encienden, enseñando sólo unas décimas de segundo de lo que te rodea. Como si su cuerpo hubiese prendido en llamas durante un instante. Bajo una piel translúcida, se contemplaba una calavera, y un aura de fuego que rodeaba la figura pequeña de la niña. Un segundo después, todo acabó. la niña se desplomó sobre el suelo, inconsciente. El demonio sonrió, y se acercó a ella.
- Esta noche...- murmuró, antes de girarse a mirar a la pastelera - Tardará un buen rato en despertarse. Nadie te culpará si la tiras a un container. - dijo, con una media sonrisa retorcida.
Tras una carcajada cruel, desapareció.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 20th Marzo 2015, 03:20
Casi con más sorpresa con la que recibí al demonio, todo el carácter de la niña desapareció junto con mi paciencia, y me calmó con una mirada totalmente empática. Actuó con más madurez que yo... Mis pocos inicios de tranquilizarme con las palabras de la chica se desvanecieron con el tono con el que el demonio se negó.
Todo se desvaneció con su aparición. Noté como me acogía la lujuria y el aroma al deseo se filtraba por todo el ambiente, procedente del último rincón de mi nuca. Con su afirmación sobre mí provocó una latente y palpitante sensación cálida de deseo. No... no era sólo eso...
Cuando firmó su placer con la situación noté un espasmo desde el trasero hasta la nuca, que erizó el bello de cada rincón de mi piel. No sólo me hizo sentir deseada y deseosa, sino que todo mi cerebro se apoderó de la sensación de que era ÉL quien debía poseerme, de que sólo ÉL sabría darme placer como lo quería. De que debería sentirme agradecida y satisfecha porque ÉL me hubiese hablado así. Estaba a sus pies por completo y estaba desesperada, notaba casi como si de un roce de su piel pudisese tener el mejor orgasmo de mi vida.
Y aún con la sorpresa de la niña, de su transformación en el tercer monstruo que ocupaba la sala, sentía que le necesitaba, y lo tomé como una molestia. Había alejado a ese demonio de mí y ¡LE NECESITABA CONMIGO! Niña estúpida... No pude evitar lanzarle una mirada criminal mientras se desmayaba.
Tras desaparecer el nuevo extraño vi mi reflejo en un cristal del mostrador, jadeante por una entidad extraña. Lo único que pue sentir fue lástima por mí misma, viendo a alguien que trataba de defenderme en el suelo y apreciando a mi perdición. Eso, esa... Ella... Tortita... Necesitaba a alguien... ¿Cómo iba a echarla a un contáiner?
Me agaché y la acogí entre mis brazos cargándola hasta el baño. Cogí una toalla y la llevé al obrador para colocarla doblada varias veces a modo de colchón. Deposité su cuerpecito... frágil y tranquilo sobre la toalla. Fui al baño y cogí otra, también doblada, aunque en menos capas, para taparla. Por último me moví a la nevera y la abrí con un tirón de la gran puerta. Saqué una bolsa de plástico bien cerrada, llena de buttercream de vahinilla, y la coloqué bajo la primera toalla, a modo de almohada para la pequeña.
Apoyé una mano sobre su frente y retiré un par de mechones de su frente - Gracias por todo y lo siento pequeña... Lo poco que he entendido es que él no te hace ningún bien y que tú eres la buena en esto pero... no puedo evitarlo- y la miré con una sonrisa triste. Comprobé que la puerta de la trastienda seguía cerrada desde anoche, salí a la sala de la pastelería y eché el pestillo, bajando las tres verjas desde dentro no sin antes colgar por fuera un cartel de cerrado con un "Disculpe las molestias, mañana abriremos a la hora ordinaria".
Hoy ya había tenido suficiente... desde tan temprano.
Me aseguré de tenerlo todo cerrado y de que la chica seguía durmiendo para entrar en el baño, echar el pestillo y sentarme en la taza, en la pose que todo ser humano conoce salvo por un detalle. Mi necesidad no se correspondía a la ordinaria en esa posición. Apoyé mi cabeza sobre la pared que cubría el váter, estirando la espalda, sentada. Y me concentré en no pensar en él. En... esa voz y...ese...esas...ganas de... Dios.... Me rendí. No podía pararlo y era eso o enloquecer hasta buscarlo para caer rendida ante él... Deslicé mi diestra por mi ingle hasta llegar a la humedad que el demonio había provocado, y por mortal necesidad empecé a masturbarme, mientras mi yo más pura, desde el fondo de mi corazón gritaba el nombre de Planaria una y otra vez, sintiéndome sucia y como una traidora. Me repasaba los criterios y principios que tenía. Cada uno de ellos se oponía a lo que estaba haciendo, pero cada vez que inentaba parar, cada vez que mi cerebro intentaba mandar esa sencilla y rutinaria orden a mi mano, ésta aceleraba más y más. Y lloré, mientras mi mano aceleraba dándome ese placer que el demonio me antojó necesario. Repudiándome a mí misma, sintiéndome la más miserable del mundo durante unos minutos de placer que no deseaba.
Era como violar todo lo bueno que había en mí.
Restauré mi cabeza al terminar, y sólo quedaba yo, llorosa y ya limpia ante un espejo, avergonzada y humillada por mí misma. Me rajé las ropas quemadas, o lo que quedaba de ellas y me puse una ropa cómoda de recambio que tenía en el armario del baño, siempre algo de repuesto por si acaso... Me sequé las lágrimas, me lavé las manos a conciencia, raspando con un estropajo de los del horno, y sali del baño a esperar el despertar de la pequeña.
Pasó toda la mañana como si nada hubiera pasado. La tienda sin luz, la sombra de algunos pies que se detenían a la entrada. No pensé en los ancianos que se tomaban el café siempre ahí. No pensé en nada más que yo. Repasaba una y otra vez lo que había pasado, mirándome desde fuera y sintiéndome repugnante por dentro y por fuera. Me sentaba, intentaba tomar un café que luchaba por no vomitar. Me levantaba, daba vueltas alrededor de las mesas, volvía a entrar a comprobar que tenía pulso, le colocaba uno de los bracitos que le colgaba de la toalla y lo volvía a meter. Le apoyé la mano en la cabeza un par de veces. Sólo parecía exhausta. Comprobaba que no necesitaba nada, volvía a la sala y otra vuelta a las mesas. Al recordar o sentir ciertas experiencias lloraba, en el suelo, acurrucada y desconsolada. Era insoportable y a pesar de todo, antes de darme cuenta ya era la hora de comer.
Había pasado toda la mañana pensando en ello, vagando por imágenes y reflejos de las sensaciones que me habíia transmitido el demonio. ¿Debería contárselo a Plana? Tal vez podría llamar a Elsa para que abriese por la tarde... O no, quizá fuese mejor que esto no hubiera pasado para ella. Ya fue bastante que asumiera así lo de mis poderes.
Volví a mirar a la niña, preocupada y a la vez tranquila. Ella era algo que yo no conocía... demasiados comentarios y algo raro había en ella, aunque no puedo culparme por no esperar que fuese una calavera andante.
Intenté comer un sandwitch, pero mientras lo preparaba me vinieron los olores demasiado fuertes y antes que derrochar comida preferí guardar los ingredientes antes de vomitarlos. Miré la verja echada y reflexioné sobre la idea de trabajar esa tarde, por pura distracción, hasta que finalmente quité el cartel y levanté toda barrera para que la luz entrase de nuevo.
Y... ¿la vida sigue, no?
La tarde fue tranquila, algunos clientes habituales de la mañana se pasaron a merendar algo, preguntando la causa. Tuve que inventarme una causa cualquiera como fue una prueba médica y finalmente, la hora de cerrar de nuevo. Cuando estaba todo en conservación, y todo limpio, cerré antes también para asegurarnos de llegar a mi casa antes de que se escondiera el sol. "Esta noche" dijo el demonio... ¿Qué pasaba esa noche?
Cogí a la niña en brazos, aún con la mirada perdida y muerta y la cargué hasta el asiento del copiloto, envuelta en una toalla y la coloqué con el cinturón como pude. Extrañamente cuando hacía algo de eso con el hijo de algún amigo, o con un nuevo alumno muy joven de la mansión me invadió una sensación maternal que parecía extinta aquel día. Arranqué sin pensar en nada, sin música sólo el aire que entraba por la ventanilla hasta estar en mi hogar.
La cargué a mi cama, estaba hecha y con sábanas cambiadas de la mañana anterior. Dejé a la niña en la postura más natural en la que pude dejarla, boca arriba y con los brazos extendidos, pero tapada y metida en mi cama. Le deshice la coleta y le coloqué el coletero en una de sus muñecas. La arropé despacio, desde los pies hasta el cuello y con una última caricia en su frente, la dejé tranquila y cerré la puerta. De camino a la cocina, y antes de llegar me eché a llorar de nuevo. Prácticamente me derrumbé en una de las sillas con un codo apoyado sobre la mesa, sosteniéndome la cabeza.
¿Era esto en lo que se había convertido el mundo....? ¿Es en esto en lo que te convertía el mundo a ti?
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 26th Marzo 2015, 00:37
Oí gritos. Miles de ellos, revotando hasta el último rincón de mi cabeza. Inocentes que sufrían, por todas partes, mientras de fondo todos esos hijos de puta se reían. Ni siquiera se merecían la muerte. Habría sido demasiado permisiva con ellos, dándoles un alivio que no era justo. No. Había que hacer lo que había que hacer. Su destino, simplemente, era desaparecer. Arder rodeados de todo el dolor que habían provocado, hasta extinguirse como la llama de una vela cuando se abre una ventana. Pero no era mas sencillo escucharlos maldecir desde el fondo del infierno, donde sabía que la estarían esperando.
El sudor frío recorría mi cuerpo mientras me veía sumida en todo aquello, en esas horribles pesadillas que tenía ya desde hacía veinte años. Sentía que me martilleaban la cabeza desde fuera, y luego un dolor intenso, como si me hubieran puesto una cadena al rojo vivo que poco a poco se iba apretando alrededor de mi cráneo. Llegó un momento en que pensé que iba a caérseme la tapa de los sesos. Apreté las toallas con mis manos, sin cambiar de postura, apretando los ojos, sudando y gruñendo. El agotamiento impidió que esos terrores nocturnos me despertaran, y volví al duermevela, agitado de vez en cuando por algún tic, o un gemido. Ni siquiera conseguí recuperar la consciencia cuando me cambiaron de sitio.
Cuando la luz del atardecer se colaba por la ventana, impactando con su color anaranjado sobre mis ojos, fruncí el ceño, renegando y ladeandome en la cama. Un latido inmenso de dolor me recorrió la cabeza, y me bajó por la espina dorsal, arrancándome un gruñido que se convirtió en un grito contenido entre los dientes, que mantenía apretados, mientras me sujetaba con ambas manos la cabeza y me ponía hecha un ovillo sobre el colchón. Abrí los ojos, sorprendida, comprobando que efectivamente estaba en una cama grande y cómoda. Me incorporé, provocándome un fuerte mareo que me obligó a tumbarme otra vez boca arriba, con las manos abiertas a los lados. Apreté la tela con la palma de las manos, mientras empezaba a llorar. Siempre me pasaba cuando tenía pesadillas. Dejé que las lágrimas me cayeran por el rabillo del ojo y se me resbalaran hasta las orejas, donde me empapaban luego. Me limpié un par de veces, procurando no moquear, absorbiendo por la nariz de vez en cuando. Cuando recuperé la compostura, volví a intentar levantarme. La cabeza aún me martilleaba, y tuve que sujetármela con una mano, mientras avanzaba, agarrándome a las paredes y los muebles con la otra, intentando entender cómo había llegado hasta allí.
Entonces llegué a la cocina, y encontré a la pastelera. Estaba llorando. Me quedé allí, mirándola, y sintiéndo muchísima pena por ella, sintiéndome yo como el ser mas insignificante y traidor sobre la faz de la tierra. Había confiado en mi, portándose conmigo como una buena samaritana, y yo se lo había pagado arrastrándola a vivir una de las peores situaciones que podía haber experimentado en toda su vida. Frustrada de no haber podido ayudarla, y sabiendo que era un fracaso absoluto, no me atreví a entrar en esa cocina. Me apoyé en el quicio de la puerta, metiendo las manos dentro del bolsillo de mi sudadera, mirando la punta de mis pies, como si fuera lo único que mereciera mirar.
- Lo... siento mucho. - sonó de verdad, pero mientras lo estaba diciendo, me parecieron las tres palabras mas estúpidas que había dicho jamas. - Si lo hubiera sabido...yo... nunca... - dije alzando por un momento la cabeza mirándola, y retirando la mirada otra vez, por miedo a que me la devolviera. Luego me callé. Seguía sintiéndome como una mierda. ¿Para qué insistir? Sería mejor no decir nada.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 31st Marzo 2015, 01:48
Escuché la vocecilla que venía del marco de la puerta y levanté la vista sin dejar de llorar.
- No es culpa tuya…- dije con la mirada perdida al frente de nuevo – Es lo que nos pasa a las personas buenas… ¿no? Así está configurado este mundo- y volví a mirar para comprobar que seguía con la cabeza baja – No, definitivamente no es tu culpa, tu no has hecho este mundo- estiré la mano y agarré una servilleta de papel para sonarme la nariz. Luego me limpié las lágrimas con los dedos. Pero no dejé de llorar. – De hecho por lo que has dormido pareces más víctima que causante….No lloro por lo que me ha hecho él. Ya me he sentido repugnante otras veces. Al final lo asumes y simplemente lo dejas pasar. ¿Crees que es más duro que te repudien los demás o que seas tú la que empiece a repudiarse a sí misma? - creo que había quedado más que claro que no era una niña como para poder plantearle lo que le iba a plantear. Se acercaba la noche, y no me había dado cuenta pero llevaba sin comer nada desde la cena del día anterior.
Me levanté apoyando mi mano en la encimera, intentando contener el llanto en un gesto inútil y se me arrugó el labio hacia abajo, accionando a la vez mis cejas hacia la arruga de mi frente. Me llevé una mano a la cabeza de nuevo y las lágrimas aparecieron por mis mejillas otra vez.
- No creo que pueda parar en un rato… Si te incomoda puedes irte o volver a la cama o… yo qué sé, haz lo que quieras. Por mí como si quieres prenderle fuego a mi casa- y me dejé llevar al teléfono.- Voy a pedir pizzas. Tú me cuentas la verdad, me dices tu pizza favorita y yo invito… Como siempre- No iba con rencor, pero era cierto. Siempre hacía cosas buenas por los demás. Y no había nunca NUNCA una señal de compensación o de afirmación de mis actos. ¿Debía tener caridad cristiana y conformarme con tener agua saliendo de mi grifo? Eso había sido fruto de MI TRABAJO. Y era injusto que ningún dios tuviera que castigar así a sus creyentes. Ni si quiera a los que dudaban serlo…Porque los hechos estaban ahí, había aparecido un demonio. Miré a la pequeña y le sonreí triste, intentando sacar una sonrisa de la situación tan deplorable – Si me mientes sobre tu historia te quedas sin pizza -
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 8th Abril 2015, 19:42
No era una situación cómoda, para ninguna de las dos. La pastelera no dejaba de llorar, y hacer declaraciones de lo más deprimente, mientras se secaba las lágrimas. No me malentendáis, estaba total y plenamente de acuerdo con ella. Si alguien podía decir que había visto a gente buena pasarlas putas, esa era yo, que me pasaba la vida entre refugios. Aún así, sentía que tenía la obligación de hacer algo, de consolarla o lo que fuera. Le diría que no había para tanto, que todo era cuestión de actitud, que un mal día lo tiene cualquiera. Pero no. Recordé por un momento una infancia que había dejado atrás de la manera más salvaje. Remontarme al pasado nunca me traía nada bueno. Las frases de pésame resonaron en mi mente, como una grabación distorsionada en un magnetófono antiguo. Las había oído por primera vez en el entierro de mi madre. Ninguna me hizo sentir mejor. En todo caso, sólo empeoraron la situación. Cada vez que alguien decía una de esas horribles frases del tipo “Te acompaño en el sentimiento” y “Lo siento mucho”, hacían que su muerte fuese más y más real.
Así que preferí quedarme callada y sin mirarla, más que un momento que levanté la cabeza, para encontrarme con sus ojos inflamados, diciéndome que aún tardaría un buen rato. Yo asentí con la cabeza, me reincorporé con un gesto y volví a apoyarme en la jamba, con las manos dentro de la sudadera. La dejé en paz un rato. Era lo mejor. Al menos hasta que me hizo la pregunta. Odiaba LAS PREGUNTAS. Son esas que no puedes dejar pasar, a menos que quieras quedar como un gilipollas integral o como alguien que está muerto por dentro, y yo no era ninguna de esas dos cosas. Di pataditas al aire, rozando la suela de los zapatos con el suelo, haciendo un ruidito deslizante, intentando contestar lo que creía honestamente.
- Tu mismo. Siempre es más duro. Siempre. - respiré profundamente, metiendo los labios hacia adentro y lamiéndolos. Tenía la boca seca. O puede que fuera culpabilidad.
Sasha se levantó y empezó a dar vueltas por la cocina. Instintivamente la miré y cuando me sugirió que me marchara, negué con la cabeza. Pretendía llamar al teléfono para pedir algo de comer. No sé si mi estómago me lo permitiría. Tenía como una tenaza ahí dentro que me apretaba las tripas, con el único objetivo de hacerme sentir mal. Me pidió que le explicara mi historia. No me apetecía ni lo más mínimo. Nunca me apetecía. Pero tampoco podía dejarlo pasar. Había visto a Mephisto, y aunque no supiera ponerle nombre, también había visto esa cosa que tenía dentro. Algo tendría que decirle.
Por fin me atreví a entrar en la cocina. Con pasos cortos, mirando hacia mis pies, llegué hasta la mesa en la que había estado sentada, saqué la silla, me encaramé, sujetándome con los brazos, cargando todo el peso en ellos para elevar mi rodilla derecha y que llegara al asiento. Cuando estuve encaramada de rodillas, alargué la mano y cogí una servilleta. Luego volví a acercarme a la pastelera, que ya había descolgado el teléfono y le tiré de la camiseta. Me quedé mirándola durante un par de segundos en silencio.
- Me gusta el bacon y el atún. - dije, tímidamente, alargándole la servilleta, para que pudiera limpiarse el resto de las lágrimas.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 10th Abril 2015, 11:02
Me quedé perdida mirando a nada en concreto, enfocando y desenfocando la vista en pequeños borrones de color que yo recordaba como objetos que descansaban sobre la encimera de mi cocina. Sabía que la pequeña estaba ahí, pero no la miraba y mis palabras salían como podrían haber salido de estar sola. Su contestación me reconfortó bastante.
Durante toda mi vida había sido vapuleada e insultada por casi todo aquel que conocía mis poderes. Era inútil tratar de hacerles razonar. Se me pasaron por la cabeza tantas miradas por encima del hombro que reducían a cenizas todo mi valor. Cada dedo acusador que señalaba mi inseguridad, mis complejos y mis miedos. Las risas, la gente rechazándome por temor… Y yo sólo quería un simple rastro de cariño. Pero la pequeña tenía razón. Repudiarse a uno mismo era muchísimo peor y, por desgracia, yo acababa de descubrir lo que eso era realmente. Evidentemente a base de que los demás me jodiesen yo acabé odiándome a mí misma, pero esto era totalmente distinto. Hay veces en las que renegaba de mis poderes. O simplemente deseé no haber nacido. Pero eso era distinto… Había algo que me mantenía con vida, de hecho lo NECESITABA. Y sentía que si ese demonio volvía a aparecer dejaría hasta de respirar por volver a verle. Era algo mucho más guarro que el amor. Era… asqueroso. No quería ni pensar en él. Quería que alguien me borrase la memoria y que el día no hubiese existido. Por un momento incluso llegué a desear que la pequeña tortita no existiera tampoco…
Y ese pensamiento no iba conmigo. ¡Y sólo hacía que me odiase incluso más! No sólo era un monstruo, pensaba como un monstruo. Aunque me consolé sabiendo que al menos era consciente de ello. Finalmente de pie, me sequé las lágrimas del todo y terminé mi llanto con un sonoro ruido sobre la servilleta, desprendiéndome así de la nariz acongojada. Una vez comprobé que podía permanecer estable fui a salir de la cocina y le puse la mano en la cabeza a la pequeña para que me dejase paso. - Disculpa peque…- y me metí en el baño dejando la puerta abierta. Me miré en el espejo durante un rato hasta que decidí abrir el grifo y lavarme la cara bien, hasta sentirme suficientemente limpia. Me sequé con la toalla que colgaba a la izquierda y volví al espejo. Me acerqué para comprobar que mis ojos se habían rebajado un poco, pero aun así metí mi mano en uno de los cajones del mueblecito fregadero para sacar una dosis de colirio y echármelo para que mis ojos se relajasen del todo. Me quité con los dedos las gotas que caían por las mejillas de lo que sobraba y saqué un cepillo para el pelo. Empecé a desenredarme bien y me cogí una colega. Cuando fui a guardar el cepillo pensé en Tortita, pero primero las pizzas.
Saqué de mi bolsillo el móvil y llamé al restaurante que tenía más cerca.
- ¡Hola! Sí… Pa-para domicilio sí. Eso es. ¿Me pone dos pizzas grandes, una de bacon con queso y otra de atún y salchicha? Las dos con extra de queso. Ah, y … Sí, unos palitos de mozzarella y un pack de nuggets… Eso es todo. Veinte minutos, ¡Vale!-
Y me guardé el móvil en el bolsillo después de colgar. Salí del baño apagando la luz buscando a la pequeña. Ahora tocaba sentarse en el sofá, con ella encima de mis piernas y desenredarle el pelo de después de la ducha.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 11th Abril 2015, 13:55
Tuve que dejarla espacio. No podía hacer otra cosa. Yo sabía perfectamente por lo que estaba pasando, pero no podía decirle hasta qué punto se iba a hacer todo más duro a partir de ahora. No era una mera cuestión de haber conocido a un demonio, hecho que, por cierto ya era lo bastante traumático de por sí. Suponía no sólo una alteración del ritmo natural de las cosas, era también todo un golpe a las creencias personales de una persona. Tener fe es una cosa. Pero al final, como se suele decir, ver es creer. El mayor problema de eso, es que los demonios lo utilizaban siempre a su favor. Ellos sabían que la gente creía en lo que veía, y lo aprovechaban de la manera mas sucia, despreciable y retorcida. Te hacían "ver" aquello que querías ver. Lo que estabas convencido de que habías visto, siempre, SIEMPRE era una GRAN MENTIRA. Yo lo había aprendido a la fuerza, y aún hoy, me costaba hacerle frente. El poder demoníaco era enorme, y cuando lo veías, cara a cara, te hacía sentir pequeño.
No importaba si eras, un tipo corriente, un mago, o el mismísimo Hulk. En comparación, todos eramos motas de polvo, y eso te hacía sentir tan pequeño...
Cuando salió del baño con un cepillo, la seguí hasta el salón. Se sentó, y me indicó que me subiera a sus rodillas, y lo hice. Generalmente odiaba que me trataran como a una cría, pero sentí que en parte lo necesitábamos. Las dos. Ella necesitaba distraerse de todo lo que había sufrido hoy. Yo sólo necesitaba sentir que no me odiaba por lo que la había hecho. Sentí que me hundía las cerdas del cepillo e el pelo, y un escalofrío me puso la piel de gallina. Luego, me dejé hacer en silencio. Pensé en todo lo que le habían arrebatado, por mi culpa.
Nadie sabe hasta qué punto hay inocencia en todos los seres vivos, hasta que entras en contacto con los demonios. Puedes haber conocido crueldades en tu vida, haber sido maltratado, vapuleado, rechazado. Puede incluso que nadie te haya querido jamás. Puede ser que varios demonios te influyan durante tu vida, indirectamente, sin que tu lo sepas nunca. Pero cuando entras en contacto con un ser del averno, y este interfiere directamente en tu vida, hay una parte de ti que muere. Que se hace consciente de hasta que punto tu voluntad se puede doblegar, con dos simples palabras, o con un gesto. Ese conocimiento estaba vetado para la mayoría, y si hubiera podido, habría hecho lo que fuera por conseguir que nadie tuviera que saberlo jamás. Habría guardado el secreto para mí sola. Pero ya no se podía. Ya era tarde.
- Nunca vas a recuperarte. - dije, mientras me cepillaba. Tuve la impresión de que paraba por un momento, pero luego, continuaba. - Nunca. Nada volverá a ser lo mismo. Ahora esta dentro de tí. Se ha metido en tu cerebro, y no volverá a salir. - añadí. Mi expresión era triste, por que así era como me sentía. Triste y nostálgica. - Podrás olvidarlo algún día, seguir con tu vida, pero si vuelve a aparecer, allí estará otra vez. Volverá cuando estés a punto de conseguirlo. Eso es lo que hacen. - Respiré profundamente, con pesar - Te persiguen, te atormentan, hasta ver cuánto puedes aguantar. - negué con la cabeza, y trate de contener un gemido, provocado por un tirón que me había dado en un mechón. No le di importancia. Quería pensar que no lo hacía a propósito para hacerme daño. Sé que para cualquiera hubiera sido más lógico tratar de animarla, darle palabras de aliento, pero yo no quería mentirla. - Hay gente que les hace frente. Algunos simplemente tienen fe. Fe en un dios, o en unas creencias, o en que las cosas mejorarán. - me encogí de hombros. Cualquier cosa que ayudara era viable. De pronto, salté de sus rodillas y andé un par de pasos. Me mantuve de espaldas a ella, un momento. Aquella decisión le cambiaría la vida. Tenía que pensarlo cuidadosamente. Quería ayudarla, quería darle algo que le ayudara a hacer frente a todo eso, sin necesidad de sufrir año tras año, como yo. Aceleraría el proceso, pero había un precio que pagar. Siempre hay un precio. - No puedo cambiar lo que has visto, ni lo que has vivido. Pero puedo darte algo a la que aferrarte para enfrentarlo. Un arma con que combatirlo.- añadí, sonando muy seria y grave. Me di la vuelta y la miré intensamente a los ojos. - No será mejor que lo que has vivido hasta ahora. Puede que sea peor. Pero te aseguro que cambiará por completo tu modo de verle a ÉL. Recordarás lo que vivas esta noche para siempre, y quizá pueda seguir provocándote, pero la experiencia que estoy dispuesta a darte te mantendrá en guardia y alerta. Te hará recordar lo que verdaderamente es. - me acerqué a ella y puse mis manos sobre sus rodillas. - La decisión es tuya. - añadí, expectante. Ahora todo quedaba en sus manos. No había más que pudiera hacer por ella, salvo ofrecerle la realidad, por aterradora que esta fuera...
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 14th Abril 2015, 01:26
Hundí las cerdas en su cabello que brillaba como seguramente no lo hiciera desde hace mucho. Miraba desde la raíz hasta las puntas. Y empecé agarrando estas con mi mano izquierda, haciendo movimientos rápidos y enérgicos pero cuidadosos con el cepillo. En uno de ellos noté un tironcito y los hombros se me encogieron, pero ella no se quejó y seguí con cuidado. Iba escuchando los filamentos deslizarse por los mechones que poco a poco se cargaban de electricidad estática y hacían a la niña aún más adorable. El brillo se le intensificaba a medida que subía de altura a la que cepillaba, y seguí lento y suave, haciéndole caricias por la cabecita hasta que llegué a las raíces y la peiné hacia atrás en vano, ya que los mechones se alineaban a los lados de nuevo.
Toda esta descripción meticulosa y metódica es gracias a que no quería escuchar lo que decía desde su segundo comentario tan cruel como seguramente cierto. Y utilicé algo tan sencillo como eso para distraerme. Aunque sí, escuché cada una de sus palabras y ninguna me sonaba a su historia, pero el ofrecimiento se me antojó tan apetitoso como la mejor de mis tartas.
-Te escucho, Kim... Pero de verdad quiero saber tu historia. Creo que lo mínimo es una explicación...- Dije levantándome con el brazo estirado hacia abajo en señal de "trato". - Necesito quitarme esta asquerosa sensación... O una sensación lo suficientemente horrible que la eclipse-
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 14th Abril 2015, 22:01
Aceptó mi propuesta, sin pensarla demasiado. Honestamente, no creo ni de lejos que sea consciente de lo que acaba de hacer. Pero lo malo de tratar con los seres avernales es que nunca lo estas, hasta que ya se te han venido encima. No podía reconsiderarlo, y aunque era muy posible que después se lamentara de haber tomado esa decisión, lo menos que podía hacer yo era cumplir. Asentí con la cabeza, pesadamente, mientras mantenía mi expresión muy seria. Localizarle no sería un problema, de hecho, estaba convencida de que sabía dónde, cuándo y cómo estaría. No era estúpida. Cabrear a Mephisto dejando el trabajo a medio hacer era una cosa. Pasar del tema, como si no me importara, otra muy distinta. Lo había mantenido bajo vigilancia y controlado, para no tener que llegar al límite de arrepentirme en caso de que se me fuera de las manos.
Miré su mano extendida hacia mí, y tuve un instante interno de lucha y pánico. Después, me decidí por chocársela, en lugar de estrecharla. Hacía tiempo que, si podía evitarlo, no estrechaba de ese modo la mano de nadie. La última vez que lo había hecho de ese modo... bueno.
No merecía la pena pensarlo. Aparté esa imagen de mi mente. Tenía cosas más importantes entre manos. Por otro lado, también estaba el hecho de que ella seguía pendiente de una explicación, y para que mentir, no estoy habituada a darlas. A nadie. Quizá él sea el único, pero porque no me queda otra. No sólo porque no quiero, si no porque no sé hacerlo. No se me da bien explicar porqué hago lo que hago. Simplemente, lo hago.
- ¿Qué quieres que te diga?- hice una pausa, mirándola. - Ya sabes lo que ÉL es. Puedes ponerle el nombre que quieras, pero en el fondo lo sabes. He cometido errores, me he juntado con quien no debía, y ahora lo estoy pagando. - me metí las manos en el bolsillo de la sudadera, como solía hacer cuando me ponía a la defensiva. - ¿Esperas que te cuente mi vida? ¿Que sea una historia de sacrificio, de humildad, y de entrega por los demás? ¿Que estoy como estoy porque me vi en la obligación de elegir, al estar contra la espada y la pared? ¿Que salvé a alguien con todo esto? - pregunté, haciendo que sonase ridículo, pero furioso. Luego volví a guardar silencio y rasqué el suelo con la suela del zapato - Pues no. No fui así. Fui débil, fui estúpida, el lo vio y lo aprovechó. Me metió esa cosa dentro, y no puedo sacarla. Y ya está. - dije, seca.
Hacía ya un buen rato que no miraba a la pastelera a la cara. No me gustaba hablar de esas cosas. No me gustaba hablar de mi, ni de él, ni de ESO. No quería hacerlo. Con suerte, se conformaría con eso. Decirle mas habría sido confiarle demasiado, y según lo que había comprobado, eso NUNCA salía bien. Cuanto menos supiera, mejor para Sasha.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 15th Abril 2015, 00:28
Cuando me chocó la mano me quedé ligeramente aturdida. No... no era lo que me esperaba, pero vale. Cualquier modo era suficientemente bueno con tal de hacerme saber que aceptaba.
Entonces abrió la boca para contarme su historia, y parecía verdaderamente una niña acomplejada. ¿Qué gilipollez es esa? No, claro que no quería una historia de color de rosa. Quería SU historia, independientemente de lo decorada o cruda que fuese. Pero en fin. Supongo que era mejor esa versión que nada. Aunque no dejaba de cabrearme que se saliera con la suya.
A pesar de eso... A medida que escuchaba su historia mi corazón se me encogía. No tenía un tono enternecedor y mucho menos melancólico pero.. Pensé en la posibilidad de tener que convivir con el demonio en tu día a día. A mí me había metido la lujuria y su necesidad, pero a ella... Vi a esos grandes ojos oscuros y me agaché de rodillas para abrazarla, sin respuesta ni opción. Me daba igual si se revolvía. Yo lo necesitaba y ella más. Y si no me daba igual. Sólo la posibilidad de imaginar algo peor que lo que me había pasado a mí me daban escalofríos.
Cerré los ojos entonces, la solté y me levanté. - Dame un momento- y me fui a mi cuarto, abrí mi armario y saqué el cofre, aún empolvado y sujetando el candado de hielo que lo conservaba cerrado en mis manos lo evaporé de golpe, y abrí mi traje. Lo sacudí un par de veces y me lo coloqué lentamente. Las mallas hasta el muslo, el body, las hombreras... Y por último, estiré las cintas. La capucha, por primera vez en mucho tiempo, la dejé caída sobre los hombros. Era mejor prepararme para lo que hiciera falta. Si se me escapaban los poderes o debía utilizarlos, mejor no acabar desnuda de nuevo.
Salí al salón, no debí tardar ni cinco minutos. - Estoy lista- y esperé.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 15th Abril 2015, 01:41
[OOC: Pactado con el user de Sasha]
Como no la estaba mirando, no pude darme cuenta de que se agachaba hasta que ya estuvo delante de mí. Traté de dar un paso atrás, abrumada por lo cerca que estaba y entonces me abrazó. Me quedé quieta, como un ciervo al que le da las largas un tráiler. Abrí mucho los ojos y miré en todas direcciones, sin moverme lo mas mínimo. Incluso contuve el aliento. No recordaba cuánto tiempo hacía que alguien me daba un abrazo. Claro que la gente me abrazaba, a veces incluso muy a menudo. Más de lo que me gustaría. Lo hacían porque veían en mí algo mono, adorable. Algo que tenían que proteger. Si supieran las veces que les había salvado el culo. Pero no. Este abrazo no era de esos. Era muy distinto, muy muy distinto... y hacía tanto tiempo que no recibía uno que no supe reaccionar. Ni tampoco cómo tomármelo.
Agradecí de verdad que tuviera que irse a hacer algo. Asentí con la cabeza enérgicamente, mientras notaba un hormigueo desde el estómago, y notaba como me picaban los ojos. Sin poder controlarlo, se me escaparon las lágrimas, y aspiré por la nariz. Me limpié rápidamente con la manga y traté de concentrarme en lo que teníamos que hacer. No podía dejar que me viera así. Suspiré, llenando los carrillos de aire y soltandolo poco a poco, mientras sacudía las manos arriba y abajo, y me escapé hasta el baño para beber agua. Eso siempre me había cortado las ganas de llorar. Conseguí controlarlo un poco y volví al salón, para encontrarme con una mujer despampanante, envuelta en un traje gris y negro. Llevaba correas en los hombros, y una especie de cintas atadas al cuerpo. Una capucha colgaba de la parte de atrás. Parecía totalmente una superheroína.
- ¿Vas a ir así vestida?- fué lo primero que me salió - ¡Me parece bien! Es sólo que, no se. Seguramente tengamos que meternos por las cloacas y eso. No quiero que te llenes de porquería un traje tan chulo. - dije, levantando las manos y poniéndomelas delante del pecho, con las palmas hacia ella. En ese momento sonó la puerta. Ladeé la cabeza, como preguntándole si esperaba a alguien.
- ¡PIZZA!- grito alguien desde el otro lado, al tiempo que accionaba el timbre. - ¡El portal estaba abierto! ¡Espero que no le importe!- dijo, volviendo a llamar.
Miré a la pastelera y me subió el color a las mejillas. Miré en mis bolsillos, a ver si daba la casualidad de que pudiera contribuir con algo, pero evidentemente, no fue así. Me mordí el labio por un momento, y luego le devolví la mirada.
- ¿Puedes...- pregunté, sin terminar la frase. Si supiera hasta que punto me dolía que la gente tuviera que pagarme la comida. Lo humillante que resultaba para mí como persona, cualquiera entendería el porqué hubiera preferido morir de hambre cien veces. Pero al final siempre encontraba alguien que lo hacía con gusto, y yo llegaba a odiarme en ocasiones, por aceptar su caridad. - No llevo nada suelto -añadí, dejando de hurgarme inútilmente los bolsillos.
- Ya te he dicho que pagaba yo, pero ¿Puedes abrir tu? El dinero está en una cartera azul, en aquel bolso de allí. - dijo ella.
Yo corrí a coger el bolso. A pesar de que había dado a entender que podía coger el dinero, no me atrevería. Había ciertas cosas con las que no podía evitar sentir reparo, y aunque me gustase cotillear de vez en cuando, para fastidiar, realmente sentía mucho respeto hacia las cosas de los demás. Cuando las pocas cosas que tienes significan algo para tí, empiezas a comprender hasta qué punto es necesario tratar las de los demás aún mejor. Cuando le alargué el bolso, creí notar en Sasha un gesto de suave sorpresa.
- ¿OIGA? ¡¡PIZZA!!- se estaba pondiendo pesado el tio.
- ¡Ya va! un momento. - contestó, mientras me alargaba el dinero.
Yo fuí a abrir la puerta, y me encontré a un tipo impaciente, mirando un enorme reloj de muñeca al otro lado. Le devolví una mirada un poco enfadada, por tanta prisa.
- Son cuarenta y dos con setenta. - dijo el chico.
Le tendí el dinero, que intercambié por la comida. Estaba caliente, y salía de ella un aroma tan rico que me hizo olvidar por un minuto lo abatida que estaba. El chico se puso a buscar el cambio en su riñonera. Tardó un poco, y me hizo fruncir el ceño. Para mí que era puro postureo.
- ¡Quédate el cambio!- oí que decía Sasha desde dentro.
Al chico le cambió un poco la cara y se animó. O sea, que eso era lo que estaba esperando. Suspiré, mientras cerraba la puerta con la mano, después de que se despidiera, con sus dos dólares con treinta de propina, tan contento él. Ese tipo de cosas daban a entender mucho sobre el tipo de persona que eres. Mientras llevaba las cosas a la cocina, yo sólo podía pensar en todo lo que habría podido hacer con ese dinero. Dejé las pizzas encima de la mesa, y resistiéndome con todas mis fuerzas volví al salón.
- Tengo que advertirte que, si vas a acompañarme, no se si comer será una buena idea.- le planteé, mirándola a los ojos. Estaba hablando en serio. Después de todo lo que había visto y vivido, yo tenía mucho estómago, pero no sabía hasta que punto lo tendría ella. - Podemos guardarlo para después. Si yo fuera tú, me limitaría a beber un poco de agua. Puedes comerte una galletita salada si tienes. Eso te asentará el estómago. - le recomendé. Aunque quizá luego me tachara de exagerada. Prefería eso que tenerla luego vomitando por las esquinas, todo porque no me había dignado a avisarla. Encima que iba a hacerla pasar por ese mal trago, no iba a hacerlo más difícil aún de lo que ya era.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 16th Abril 2015, 00:35
Me pilló bastante por sorpresa que ofreciese si quiera la posibilidad de aportar económicamente. No era desprecio ni nada de eso, pero no solían rechazar invitaciones mías y había dado por sentado que no hacía falta pasar por esa fase. No al menos con ella. Me alcanzó el bolso y aunque una parte de mí se sintió ligeramente molesta, por tener que rebuscar cuando le ofrecí la confianza de hacerlo, otra se alegró al pensar que no estaba mal educada.
Al dejar nuestra cena descansando sobre la mesa, me lancé como una fiera. Eso olía a gloria divina. Era pizza que parecía hecha con la piel del dios más refinado de todo el panteón humano creado jamás. Escuché su recomendación, tanto por el traje que la verdad no me importaba mucho, como por la comida, aunque tenía una última salida. - No te preocupes por eso- dije pensando en que podría quemar la comida en caso de indigestión o antes de vomitar si llegaba el momento.
Y abri los cartones que contenían LA pizza. Un redondel culpable de mi rugido en el abdomen estaba ahí plantado, con manchas de grasa que marcaban toda la caja. Miré alrededor como fijando un perímetro por el borde de aquel manjar. El borde estaba dorado, gordito y con esos pequeños granitos del pan que tanto me gustaban. En la parte más apetecible una inmensa superficie chorreante de quesos se extendía sobre la masa. Podía ver los tipos de quesos por las pequeñas manchas de colores distintos que se mezclaban, ahora fundidas en un delicioso sabor unificado. Bordeando el centro, como colocado a disposición de decoración descansaban rosatones de queso de cabra, con su polvito y su humo saliendo del calor. Por encima de todo esto descansaban unas tiras de bacon sobre las que bien podría haberse echado una siesta la pequeña. Conservaban ese tono rojizo del bacon recién hecho, mezcla del tierno y el crujiente, y brillaba más que la luna del aceite que aún conservaba.
Tenía hambre de verdad.
Agarré dos cachos, los monté a modo de bocata agarrándolos por el borde y abrí una cajita más pequeña para coger un palito de mozarella que me comí primero. -¿Du no vasm a cmer?- y tragué mientras caminaba a la cocina para sacar la botella de agua de la nevera.
- Me termino esto y nos vamos a donde quieras- dije volviendo al salón.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 16th Abril 2015, 13:45
Cuando vi como abría la caja, y empezó a salir de ella vapor humeante, me empezaron a hacer los ojos chiribitas. Jo, si que olía bien. Me asomé un poco sobre la mesa, poniéndome de puntillas y pude ver un borde crujiente y gordito. Empecé a salivar mas que el perro de Pavlov. Sasha cogió dos trozos y los juntó, montando una especie de orgía de quesos. No sabía muy bien, mas allá de lo visto, la mecánica del sexo, pero al ver a la pastelera hacer eso, fui capaz de comprender por primera vez la diferencia entre el sexo y el amor. Sexo es lo que hacían las putas y los adolescentes. Esos dos trozos de pizza, uno contra otro, se estaban haciendo el amor. Me quedé con la boca abierta, mientras veía como le resbalaba el hilillo de queso del finger que se estaba comiendo. Salí de mi trance procovado por comida cuando me preguntó si yo no quería. Entonces me gruñó la tripa como un cerdo cabreado. Me puse un poco roja, apretándomela con las manos. Que vergüenza, joder.
- Bueno, tampoco hay prisa. - dije, yendo a la cocina sacando la silla, subiéndome y poniéndome de rodillas encima.
Cogí un palito de queso, lo mojé en esa especie de mermelada que venía y me lo comí. Estaba tan bueno y tan calentito que no me salían ni las lágrimas. Mastiqué hasta que el queso se me fundió en la boca, y luego cogí un trozo de esos que tenían una loncha de Bacon con la que me habría podido hacer un pijama. Por dios, esto tiene que ser pecado. Esto tendría que estar prohibido. Esto, esto, ¡Esto si que es comer joder!
- ¿Puedo coger agua? - pregunté, bajando luego de la silla, cuando ella me dio permiso, y sacando una botellita para mi. Luego volví a la mesa. Aquello fué un festival de comer, comer y comer. Parecía que cuanto más comía mas quería comer. No quería despedirme nunca de ese tesoro dorado de queso, empapado con estrellas de salchicha y galaxias de atún. Era como estar en el cielo. Tuve que parar a propósito, porque aunque no tuviera hambre, habría seguido. Habría comido hasta desmayarme, pero sabiendo lo que iba a hacer a continuación, tampoco quería ir con el estómago a rebosar. Quería poder moverme bien. - ¿Podemos sentarnos sólo cinco minutitos? ¡Estoy hasta arriba! - dije recostándome sobre la silla, la tripa llena y satisfecha. Eso en el fondo también me ponía un poco triste. ¿Porqué no podría comer así todos los días?
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 27th Abril 2015, 16:28
Justo cuando estaba entrando de nuevo en el salón la peque preguntó si podía coger agua y dejé sobre la mesa la botella de dos litros que traía fresquita de la nevera. -Toda para nosotras- y la dejé caer casi con un golpe sonoro.
Mordisco tras mordisco me aseguraba poco a poco de estar comiéndome cachitos de piel de dios. QUÉ HAMBRE TENÍA. Y qué bien sentaba eso por favor... Cerraba los ojos saboreando y de cuando en cuando rebuscaba con mi lengua algún pedacito que se me quedase entre los dientes. Si algo tenía estar con ella era que no necesitaba mucha finura. Una vez me había terminado el bocata de los campeones abrí la caja de nuggets y me comí un par. Me quedaba un poco de hambre pero si la chica me había advertido, por algo sería. Decidí cerrar todas las cajas una vez ella se recostó sobre su silla y las dejé montadas una encima de la otra de menor a mayor tamaño. Cuando preguntó sobre si podíamos echarnos suspiré mirando el sofá. - No sé tú, pero yo lo necesito- y prácticamente me desplomé sobre él, colocándome tumbada de lado asegurándome que ninguna de las dos cintas se quedaban pilladas con mi cuerpo. Eché mi espalda hacia el mullido respaldo y palmeé todo el espacio que quedaba frente a mí. Ofreciéndoselo a la pequeña.
Sólo diez minutitos... Me los merecía.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 27th Abril 2015, 22:07
Gracias. Por fin alguien que me entendía. Después de comer mas vale hacer justicia a la comida. Si no, se queja y te repite. O peor. Te da diarrea. Así que después de beber un buen trago de agua al final, una cosa que me gusta mucho hacer cuando como comida rica, la seguí hasta el salón y después de que se dejara caer en el sofá cogí el sitio que me había ofrecido, tumbándome yo también, dejando colgar los pies por fuera. Me toqué la barriga un poco, totalmente satisfecha. Luego los pensamientos empezaron a pasearse por derroteros mas peligrosos, ante la prueba que se le venía a ella encima. Me mordí el labio de abajo por dentro, notando el conocido desnivel de mi diente roto en la carne.
- Ese traje es como de superheroína. ¿Tienes un nombre? - pregunté, distraída, mirándola una vez acabé de formular la pregunta.
Sólo un rato de conversación insulsa. Con curiosidades sin importancia, o detalles que en algún momento nos arrancaran una risa, o un gesto de sorpresa. Nada como lo que me estaba empezando a empañar la visión de un día que había ido de mal en peor, y que seguramente, no mejoraría demasiado.
- Te he visto en la tienda. ¿qué eres, como una elemental o algo así? - pregunté. La había visto hacer fuego y hielo. Era raro que ambas cosas entraran en combinación en un elemental, pero con todas esas historias de las magias raras, los universos paralelos y eso que el día que lo anunciaron a mi me había parecido una copia barata y mal hecha de la guerra de los mundos, nunca se sabía hasta qué punto se había alterado todo. Había cosas por ahí que no conocía, y no estaba segura de si me despertaba la curiosidad, o las ganas de encerrarme en el garaje de mi padre, echar la puerta con un cartel de "vuelva mañana" y echarme a llorar.
Quién iba a pensar que una pastelera buena samaritana iba a resultar una mujer tan peligrosa, porque sí, podía ser muy agradable, pero el poder no deja de suponer un enorme peligro potencial. De eso ya me había dado cuenta hacía mucho. No importa si te posicionabas en un bando, al final lo único que importaba es qué uso hacías de las cualidades que tenías. Einstein tenía un cerebro privilegiado, pero aun con todo, no pudo evitar verse involucrado en la creación de un arma capaz de matar a cientos de miles. Ese tipo de cosas daban demasiado que pensar.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 3rd Mayo 2015, 01:41
Cuando preguntó por el traje me miré de arriba a abajo. La verdad es que el diseño de ese traje era impecable. Nunca se lo agradecería a Xavier lo suficiente. Inspeccioné con la mirada poco a poco los rincones, las texturas, los distintos materiales. - Digamos que soy parte de esa gente que sale a patearle el culo a los malos. Me llaman Celsit ahí fuera.- y la miré con una sonrisa medio triste - Aunque puede que ahora mismo tenga una de ellos en mi sofá y le haya pagado la cena- había que reconocerlo. Mi trato con esa niña había sido ESPECIALMENTE peculiar. Primero, mi desconfianza, que en ella no había aparecido. Puede que porque en el único momento en el que podía haberlo sentido mi sensación de autorrepulsión me la nublara. Pero el caso es que no había aparecido. Luego el hecho de que... yo sabía que ahora tenía relación con... un... demonio. Pero me había protegido.... No sé. Estaba relacionada con los malos, pero se había comportado como una buena y no sabía lo que pensar. Aunque si algo me impulsó a fiarme de ella fue el hecho de que midiera poco más de un metro. Pero no se me olvidaba lo que había visto en la tienda.
Y por lo visto a ella tampoco - No soy una elemental. Aunque así llamamos en mi otro trabajo a los que tienen el poder de controlar un elemento pero son como yo. - esperé a ver si había comprendido la frase, que venía a significar. "No, aunque los que son mutantes también y controlan un elemento reciben ese nombre por nuestra parte también" A pesar de que los definíamos así, conocía la existencia de elementales de origen no mutante, y pensé que ella se refería a ellos. - Soy una mutante. Y gracias a mis genes "defectuosos" puedo hacer cosas prodigiosas- Me planteé hablarle de la mansión pero... No quería involucrar más de lo que había hecho mi vida privada en el conocimiento de la pequeña. Tal vez les pusiera en peligro, y eso era lo único que quería evitar en ese momento. Por eso la abandoné en el pasado, sería muy necio fastidiarla ahora en una idiotez.
La comida reposaba poco a poco. Me levanté para agarrar la botella que había quedado encima de la mesa y beber el último trago. Tras comprobar que no me sentía tan pesada le acerqué la botella a Kim por si quería beber un poco y me quedé ya con los pies clavados en el suelo. - Cuando quieras, estoy contigo- dije limpiándome con el dorso del antebrazo una gota de agua que me caía por la barbilla.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 7th Mayo 2015, 21:51
- Hielo y fuego. ¿Hay algo más que sepas hacer? ¿Volar, o algo así? - pregunté, interesada.
Pero no porque quisiera hacerle una ficha completa. No necesitaba saber todo de ella, ni tampoco que me explicase sus poderes, pero si tenía alguna habilidad más, podría estar algo más tranquila respecto hasta qué punto tendría que protegerla esta noche. Porque sí, pese a lo que todos podáis pensar, era yo quien iba a protegerla a ella. Conocía a los mutantes, más de vista que de otra cosa. Había tenido encuentros con algunos, incluso había tenido algún mano a mano, pero distaban tanto unos de otros, con sus cualidades, sus poderes y sus habilidades, que decir que habías conocido a un mutante era tan genérico como si un humano te dijera: "¡He visto un animal!". Vale, tío. ¿Pero cual? ¿Un oso? ¿Una hormiga? ¿Un ornitorrinco? ¿Un unicornio? Como si fuera lo mismo un escarabajo pelotero que una ballena.
- Esta es la última advertencia que voy a hacerte. Tómatelo en serio. - le dije, adelantándome en sofá para que me colgaran los pies, dispuesta a levantarme en cualquier momento. La miré con gesto grave, uno de esos del tipo "He vivido mucho más de lo que debería,lo suficiente como para perturbar a un veterano de Vietnam" - Lo que vamos a hacer va a cambiarte, y lo hará para siempre. No quiero que te arrepientas a medio camino, porque ya será tarde. Si hacemos esto, tienes que estar dispuesta. Tienes que hacer lo que te diga, por mucho que creas ver, o que creas oír. Si quemo vivo a un hombre, tu no me detienes. Si te digo que degüelles a un bebé, lo degüellas. ¿Entiendes eso?- dije, clavando en ella una mirada de ceño levemente fruncido, de pura concentración. - Puede que tardes en volver a dormir. No te preocupes. Es algo normal. También es posible que tengas pesadillas durante un tiempo. Cuando esto acabe, procura no pensar en ello. Enciérralo en algún rincón de tu mente, si puede ser cerca de su nombre, de su cara, o de lo que has sentido cuando te ha susurrado al oído. Intenta verlo de tal manera que las dos experiencias vayan de la mano.- le aconsejé, al tiempo que me levantaba. Me puse delante de ella en un par de pasos y la miré desde abajo, como no podía ser de otra manera. - ¿Estás dispuesta?- Pregunté, esperando su afirmación. - Pues en marcha. - añadí en cuanto me la dio, directa a la salida.
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Ya era bastante de noche cuando salimos de casa. Bajamos por la escalera de incendios hasta un callejón anexo, y a partir de ahí nos movimos en la noche como dos ratones silenciosos, intentando evitar una manada de gatos. Si veíamos demasiada gente, parábamos y esperábamos en las sombras, hasta encontrar la siguiente por la que movernos. Corríamos en algunos tramos, íbamos de puntillas en otros. Así hasta alejarnos de la zona céntrica, buscando las calles de los suburbios. Yo tenía muy clara la zona, y también mi objetivo. Al llegar a un callejón resguardado, que lindaba con la calle de las prostitutas, me detuve en seco. Me asomé por la esquina, viendo a las primeras mujeres caminando mientras enseñaban el tanga, o se abrían las camisas para enseñar los pechos a los coches que pasaban por ahí con los faros encendidos (gente que no tenía que estar alli y primerizos) o apagados (clientes veteranos). Me volví a meter hacia el callejón. Hacía rato que me martilleaba la cabeza con la urgencia del encargo de Mephisto, y no creía que pudiera posponer su llegada mucho más. Miré a Celsit a los ojos y la cogí de la mano, andando un tramo para que se pusiera detrás de un contenedor.
- No se... tu quedate aquí, ¿vale? - le dije, apretándole la mano en un gesto de apoyo que me salió sin pensar.
Luego me alejé unos metros de ella y me quedé en el centro del callejón, de espaldas. Me sentía observada, y siempre que me transformaba en esa cosa, muchas veces ni siquiera era consciente. Tenía que intentar relajarme, y dejar que la voz de mi cabeza se hiciera más fuerte. Cerré los ojos y respiré con fuerza. Allí estaba, cristalina. Su voz, pidiéndome que hiciera algo por él. Tuve que concentrarme con todas mis fuerzas en no luchar, como solía, contra esa necesidad. Mi respiración empezó a acelerarse, al notar cómo se acercaba a mí. Me recorrió un escalofrío, y un sudor frío empezó a caerme por las sienes. Empecé a hiperventilar, y en un momento dado, cerré los puños con fuerza, se me escaparon algunos gemidos en la respiración como si fuese a empezar a llorar, y entonces...
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!- un grito en la noche, que al llegar al final, se distorsionó, volviéndose inhumano.
Con un estallido de fuego, que dejó ladrillos calientes, asfalto fundido, y calor a su alrededor, el espectro hizo acto de presencia. Llevaba el cañón de confeti transmutado a la espalda, unas botas con puntas de acero y pinchos, un tutú como el carbón, calcinado en algunas zonas, una chupa de cuero, y una cadena que atravesaba su torso desde el hombro izquierdo a la cadera derecha. Sus menudos huesos desnudos refulgían por el fuego que los envolvía, de una naturaleza muy distinta al que Celsit estaba habituada, y su cráneo lleno de magulladuras se giró hacia ella, con aquellas dos cuencas como pozos de brea, en los que si te metías demasiado hallabas la perdición. La miró largo rato, tras el contenedor de esquinas requemadas, y con un leve gesto de la cabeza, le indicó que se acercara. Puso el dedo índice sobre su sonrisa imborrable, como pidiendo silencio, y luego se asomó por la esquina de la calle. Esperó durante unos segundos, observando, y luego, su pequeño dedo enhiesto señaló a una de las prostitutas.
Cuando tomabas unos segundos para comprobar la mercancía de ese festival de la carne, te dabas cuenta de los defectos y virtudes de cada chica en concreto. Sin embargo, esa a la que el espectro señalaba, tomaba pronto distinción entre las demás. Su figura torneada habría estado a la altura de cualquier lumie de lujo, sin embargo, estaba haciendo la calle. En contra de las demás, llevaba un vestido blanco, ajustado, sí, pero que solo mostraba un generoso escote que dejaba entrever dos hermosos pechos morenos, como el resto de su piel. Una belleza poco habitual en estados unidos, de pelo castaño y oscuro, cejas gruesas, ojos profundos y labios carnosos, con un delicioso lunar en el sitio perfecto. Estaba maquillada y arreglada, pero en contrapartida, cuando la falda subía más de la cuenta, la recolocaba para insinuar, bajándola con cierto azoramiento inocente. Parecía buscar con la mirada, como si no fuera mas que una mujer en el lugar equivocado, que esperaba a alguien que debía recogerla. Un hombre con traje arrugado y corbata negra se acercó a ella y le acarició el codo. Ella le observó con cierto miedo en los ojos, que intentó disimular luego con una sonrisa. Tímida al principio, dejó que él la susurrara al oído. Luego asintió con la cabeza, obediente y le cogió del brazo, y ambos se perdieron en el interior de un callejón, alejándose de ahí a buen paso. Al llegar a una esquina, el hombre la subió a un coche, y aunque parecía reticente, aceptó, y ambos se alejaron de ahí.
El espectro se dio la vuelta, como si su objetivo no estuviera alejándose de allí a velocidad ascendente. Rebuscó entre la basura que había alrededor, y encontró algo que podía servir. Una tabla de planchar, le habían arrancado las patas y estaba partida por la mitad. Cogió las dos mitades y las depositó en el suelo. Miró a la mujer fijamente, y luego señaló la tabla, dejándole entender que se subiera encima. Cuando lo hizo, se subió a continuación, y con una oleada abrasadora, la materia se transformó, juntando los trozos, carbonizándola, y dibujando en su superficie calaveras que parecían moverse y chillar, imbuidas por el tipo de color azul propio de las llamas naturales. La tabla de surf se elevó suavemente, unos centrímetros del suelo, impulsadas por lenguas de fuego que parecían provenir de la parte trasera inferior de la tabla. Tras unos segundos que utilizó para comprobar su estabilidad, el jinete dobló las rodillas, y al inclinarse hacia delante, de un acelerón salieron propulsados del callejón, y elevando la parte delantera de la tabla, tomaron el giro que les permitía iniciar la persecución de quien, a los ojos del fantasma, era a todas luces un culpable.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 13th Mayo 2015, 20:48
¿Tanta disposición tenía que ofrecer? La expresión de descuartizar a un bebé sobró en aquel diálogo. De hecho me hizo sentir todo lo incómoda que podía después de todo lo ocurrido. Entonces un rápido análisis se me pasó por la cabeza. Mi vida había sido demasiado intensa. ¿De verdad necesitaba eso? ¿No sería de soportar en mi conciencia el peso de un deseo? Y recordé esas manos y esa...voz.. Debía ir.
Tal vez tuviese que hacer cosas horribles. Pero prefería morir siendo yo que traicionarme para no vivir mal. Haría lo que me pidiese, pero lo haría a mi manera. Y eso en ningún lugar conocido era traición sino costumbre. Me puse la capucha, guardé un poco de chocolate en uno de los compartimentos de mi cinturón y abrí la puerta cerrando detrás de mí. Aquella noche tocaba volver por la ventana.
A medida que caminábamos el terreno era más hostil y descorazonador. ¿En serio esta gente estaba así? ¿Por qué no acudían a fundaciones o asociaciones que les echasen una mano? No era tan ingenua como para pensar que había un sitio para todos pero sí para pensar que había otro modo de vida. Vagabundos, pobres, prostitutas, traficantes y chulos reinaban nuestro entorno. Desde luego no es un sitio donde una niña debiera ser corriente. Aunque después de todo lo acontecido con esa chica... No sabía lo que pensar. Aunque mi modo de actuar tomó su propio camino cuando la pequeña me observaba, empática y consolándome. ¿Ella a mí? Esa situación no era tolerable. Yo estaba en la patrulla X. Yo salvaba gente, no me dejaba asustar. Yo no era así y no lo sería nunca más. Desde entonces estuve mucho más pendiente a mi expresión facial. Después de eso obedecí a la pequeña y esperé en el contenedor que me acompañaba con un dulce aroma a vino camuflado por unos cuantos pescados podridos.
Entonces tuve la oportunidad de contemplar en alta definición lo que hace unas cuantas horas. No quería creerlo, o más bien intentaba engañarme, pero después de eso mi estúpido intento de autoconvicción se vió en una amenaza. TENÍA que creerlo. Era una necesidad de supervivencia y no tenía más remedio ni otro sitio por donde cogerlo. Las ropas, el rostro, la voz.... Tortita ya no estaba. Ahora sólo un amasijo de huesos, cadenas y fuego me miraba desde lejos. Sentí un profundo pesar en mí. Era como mirar al juez del mismísimo satanás. Sentía cómo todo por lo que alguna vez me sentí culpable me volvía a recorrer la mente escena tras escena. De mi trance de culpabilidad me sacó el gesto que hizo, llevándose sus falanges desnudas hacia donde debían estar sus labios, indicando silencio. Agité la cabeza, como si sirviese para alejar los malos pensamientos, y me acerqué agachada y veloz pero sin hacer el más mínimo ruido.
Sólo hubo dos segundos desde que me puse a su lado hasta que me señaló a una prostituta, pero me pareció tiempo suficiente para observar de cerca cada cicatriz de su cráneo y comprender, que este mundo era de caramelo para ella en comparación a todo lo que habría pasado...
Me pareció sorprendente la capacidad de calma que aparentaba. Me señaló a aquella pequeña prostituta, luz de un vertedero, que se marchaba impotente en el coche de un hombre que seguramente la despreciase. La calma con la que actuaba ella era increíble. La vió marchar sin inmutarse, controlando la calma y el plan en todo momento. Lo que pasó a continuación me hizo sentir como cuando le enseñaba a un mutante las cosas preciosas que podía hacer con mi poder. No sólo valía para ser "heroína". Los poderes son parte de un ser humano, y estos sonc apaces de cosas increíbles. La pequeña hizo una jodida tabla de surf de una de planchar... Era PERFECTA y LEVITABA. En fin... Quién pudiera. Yo, inevitablemente, desconfiaba. ¿Quién no lo haría en esa situación? No tenía otra opción y ya había establecido relación con la niña. Pero no con eso. No abrí la boca en ningún momento, obedeciendo a la necesidad de silencio que me daba el...la... ¿calavera? Bueno...Eso. Me subí, di pequeños botes sobre mis rodillas para comprobar la resistencia y me agaché, agarrándome de los bordes. Aparte de que se ganaba estabilidad, seguiría los giros mucho mejor. Era increíble que pudiese hacer cosas así, y que pilotase de tal manera un medio de transporte que ni existía.
Al principio me desestabilicé, no caí pero tardé en controlar el equilibro. Luego recordé una de tantas técnicas de circo. Abdomen activo, hombros alineados y rodilla izquierda al pecho. Controla el equilibrio con los brazos...Eso es... Nos íbamos acercando al coche y poco a poco pensé en cómo podía ayudar. Había que detenerlos o seguirles y pensé que si les seguíamos, seguramente implicase un hotel, lo que significa civiles, que se traduce como inocentes y se lee "gente que no se lo merece". Así que cuando el coche dio un giro, y lo único que le quedaba era una línea recta hacia el descampado de un desguace, toqué mi mano de forma intermitente al suelo para no quemar las yemas contra el asfalto y fui congelando todo lo rápido que pude el suelo que pertenecía a las ruedas de la parte trasera del coche. Mi intención era que el coche perdiese el control y acabase en el descampado, pensé que de esa forma no volcaría y nadie saldría herido y así fue. Un volantazo a la izquierda, otro a la derecha y el coche continuó haciendo eses en un callejón que llevaba al desguace. Con ruidos repetitivos y vibrantes pasó del asfalto a la tierra empedrada mientras aplastaba algunos secos hierbajos de camino. El coche se detuvo, acompañado de unos cuantos gritos de maldición y una de las puertas de aquel coche se abrió.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 13th Mayo 2015, 22:36
El seguimiento fue directo. Rápido hasta tal punto que nadie pudo percatarse del causante de la estela de fuego que aparecía a su paso, y que poco a poco se consumía, dejando tan sólo una marca quemada en el asfalto. La mutante tuvo la suerte de concentrarse en mirar hacia la tabla mientras procuraba encontrar el modo de mantener el equilibrio, pues seguramente si hubiera intentado observar hacia los laterales, se hubiera encontrado una masa informe de borrones que pasaban a toda velocidad. Se había librado de un buen mareo, aunque es posible que sus cualidades circenses le ayudaran también a mantener el mareo a raya. Sacando una de sus manos, y dando toques leves al asfalto, consiguió producir un derrapaje al coche que lo sacó de la carretera y le obligó a detenerse en un descampado. Ambas sobre la tabla se precipitaron siguiendo la estela de polvo que había dejado el coche. Se oyeron maldiciones y una de las puertas del coche se abrió, dejando entrever un pie. En el momento en que ellas descendían de la tabla, el jinete acariciando suavemente su superficie con sus falanges desnudas mientras ésta aún levitaba, y las calaveras parecían titilar expectantes, se hizo el más absoluto silencio.
La calavera llameante, impertérrita, contempló aquel pie detenido en un avance que en inicio parecía imperioso. Se oyó un solo susurro, y el pestilente poder demoníaco se dispersó por todas partes. La puerta del coche se cerró con una fuerza que a punto estuvo de levantar el coche, arrancando de cuajo la pierna a medio sacar, cercenándola a la altura de un tobillo sangrante que quedó sobre el suelo. El coche comenzó a botar con salvajismo, no el tipo de movimiento que podrían haber sufrido los amortiguadores con algo como el sexo. Golpes, gritos terribles, todo en menos de un instante. Un grito desgarrador, de hombre.
El fantasma no aguardó ni un instante. Levantando su mano derecha, de la que salió despedida una cadena que se clavó en la puerta, tiró de ella arrancándola de los goznes como si aquello no hubiera sido más difícil que arrancar la hoja de papel de una libreta, salió despedida y calló tras ellas con un estruendo metálico.
No le hizo falta insistir para que la criatura saliera de su escondrijo. Un rostro horrorizado y demacrado de hombre se veía apoyado sobre el cabecero del asiento del conductor y dirigía su mirada hacia las dos mujeres preparadas para librarle del sufrimiento en que se había visto inmerso. Le habían arrancado la ropa, y su torax había sufrido varios arañazos profundos. Sobre su cuerpo, frenética, rebotaba la figura de la mujer desnuda de la prostituta morena. Estaba salpicada de sangre y parecía mantener un incesante corcoveo de caderas propio de la penetración. El hombre no la miraba, observaba a las dos mujeres con los ojos ausentes, embrujado por el encanto de la demoníaca criatura. Ella comenzó a gritar, pero en lugar de hacerlo cercana al clímax, como cabría esperar de la situación que aparentaba, lo hacía como si sufriera de una intensa necesidad, que automáticamente se convirtió en ansiedad y pronto en angustia. Giró solo un instante su rostro para mirar a las intrusas, y clavó sus manos en el rostro de él, atravesando carne y hueso, haciendo que él pusiera los ojos en blanco. Todo aquello sucedió en menos de un par de segundos, que fue lo que tardó la reacción de sus perseguidoras.
El vengador fantasma dirigió una de sus cadenas hacia ambos cuerpos, los rodeó y constriñó, arrastrándolos hacia fuera del coche dejándolos a unos metros de ambas. Arrancó el asiento y con él a ambos cuerpos, pero nada hizo que se separaran ni que se detuviera lo que para cualquiera habría supuesto la clara observación de un coito, sin embargo, aquello distaba mucho de ser lo habitual. La imagen ante sí era tan sólo una pequeña muestra de hasta qué punto podía algo como el sexo distorsionarse cuando quien participa de él es un demonio. Inmovilizada por la cadena, no cesó sus movimientos, e incluso intensificó su proceso de deglución, utilizando para ello los arañazos del torso de él, que le brindaban la sangre que ella absorbía por la piel, al contacto con su pecho. La calavera en llamas continuó atrayéndolos, dispuesta a acabar con la demonio mientras aún estuviera alimentándose. Él se condenó al no salir del coche cuando tuvo la ocasión. No había modo de salvarlo. Nada detiene a un súcubo cuando ha empezado a comer.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 14th Mayo 2015, 00:44
Para mi sorpresa, el golpe seco de la puerta al cerrarse incluía un crujido y ruido húmedo. Sangre, hueso roto. En efecto opuesto a paralizarme, aquello me hizo entrar por completo en la mentalidad de misión, y comprender que requerían de nuestra ayuda. La pequeña se puso en marcha mientras yo observaba la situación. Fue muy rápido y reaccioné acorde a los reflejos de la pequeña. Ambos cuerpos se encontraban ahora llenos de sangre, tierra y polvo, y parecía no importarle a la bestia que debíamos... ¿capturar? ¿matar? No lo sé, pero entre el aroma a sangre, los berridos de aquella asesina histérica y el hecho de que muriera un inocente, o lo que parecía un inocente me estaba volviendo loca. Corrí hacia el cuerpo casi en convulsiones de la prostituta, apoyé mi mano en su cabeza y en cuestión de un segundo el grito cedió. El frío saliendo de la palma de mi mano se condensó en la melena y el rostro, casi desfigurado de esa mujer, provocando una gran bola de hielo imperfecta alrededor de su rostro. Hielo puro, macizo y madre, alrededor de lo que era el origen de los gritos de esa histérica. Me incliné tras comprobar que no se movía en unos segundos y le congelé también las manos sangrientas, empapadas en sangre de su víctima que también se derramaba por el pecho de el hombre. Me incliné hacia él sin perder de vista la mirada de la mujer, ahora fría, apoyé dos de mis dedos sobre el cuello del hombre, me separé, miré a la calavera y negué con la cabeza un par de veces.
- Perdón por mi "novatismo" pero... ¿Qué hacemos ahora?- y miré a las cuencas de la calavera a la que poco a poco me iba acostumbrando. No hace falta que diga que de una adorable niña asiática que viste muy mona y se hace llamar como un postre lo ÚLTIMO que te esperas es que sea el guardián del diablo....
Me quedé pensando sobre la posibilidad de tener que volverle a ver. Debía ser fuerte pero... El pecado era el pecado.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 18th Mayo 2015, 22:21
La chica reaccionó con admirable rapidez, y antes de que el fantasma vengador pudiera hacer ningún tipo de movimiento más, se lanzó contra la pareja. Escarcha brotó del rostro de la criatura y también de entre sus manos, deteniendo en seco esas secciones de su cuerpo, a pesar de lo cual, sus caderas continuaron corcoveando sobre las del hombre muerto. Era difícil creer que una vez así, él mantuviese una erección, pero así era. El poder demoníaco así lo facilitaba cuando se trataba de seres que basaban su predación en la lujuria. Como respuesta a la pregunta de su improvisada acompañante, en un movimiento de la cadena el jinete empotró ambos cuerpos contra la estructura del coche, con un golpe tan brutal que aboyó el vehículo como si hubiera estado hecho de papel. Eso detuvo los movimientos de la súcubo, pero no por haber conseguido acabar con ella.
Incluso con aquel tremendo golpe, el sonido de desgarro dió comienzo a la segunda parte de su ritual alimentario. La pelvis del hombre fue literalmente arrancada por una sección de espinas que la antinatural mujer de cabeza congelada hizo brotar de su sexo, salpicando de sangre el perímetro y mostrando la estructura de sus entrañas y sus músculos, desprendidos de los huesos a los que naturalmente deberían haber estado unidos. Tragó con un inquietante sonido, y volvió a la carga, arrancando esta vez el hueso de la cadera, partiendo al hombre en dos. Una vez se desprendió de su presa, la cadena se destensó, y con un rápido movimiento la mujer dobló su cuerpo en extrañas posiciones librándose del agarre. Se colocó boca arriba, sustentada hecha un arco hacia atrás, apoyada sobre pies y manos, y alzó la cabeza de un modo que un cuello humano jamás habría permitido, trepando por el arrugado coche. El hielo de Sasha se había quebrado con el golpe, y aunque el proceso le había hecho perder dos dedos de una mano, uno de otra, y casi la mitad del cuero cabelludo, la criatura no se detuvo. Inclinó la parte baja de su cuerpo, agarrando con esa extraña dentadura la porción mas grande del hombre que aún le quedaba al alcance, y se alejó de allí a una velocidad apenas perceptible para ambas, esquivando el segundo lanzamiento de una cadena llameante por parte del Ghostrider.
- Porqué no se lo come...- gruñó lúgubre la calavera, entre dientes. Subió de nuevo a la tabla en llamas, esperando a la mujer, y comenzó a avanzar a la carrera sobre el rastro del demonio. No le sería difícil localizarla por toda la sangre que desprendía el medio torso. - Sólo hay un motivo por el que un súcubo no acabe la comida. Crías. - Ejecutaron un giro, encontrando aquel cuerpo que trepaba entre los accidentes de terreno, basuras y restos del descampado. Como una araña de cuatro patas buscando el amparo de la oscuridad. - Mantente alerta.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 19th Mayo 2015, 19:24
Tras mis inútiles esfuerzos por hacer que eso parase, comprobé que estaba jugando con algo que quizá se me hacía grande. A lo que yo estaba acotumbrada a enfrentarme solía parar si les congelas la cabeza. Y entonces un crujido húmedo rebotó en mis oídos. Dios.... qué asco... La peste a sangre, sus movimientos, las posiciones. Podía notar poco a poco cómo se me revolvía el estómago.
Antes de que pudiera hacer nada, la calavera estampó ambos cuerpos con la puerta haciendo que el hielo se resquebrajase y varias virutas de chapa saliesen desperdigadas aparentemente sin herir a nadie más que a ella. Pero no paraba. No podía quitar la vista de sus caderas, ese vestido blanco ahora plagado de carmesí. Se revolvía sobre su propio cuerpo sin ningún pudor, en el ángulo en el que se estaba colocando pude ver esos... dientes desagradables que podría haberme ahorrado conocer. Su cara apuntaba directamente a nosotras y estaba completamente retorcida.
- ¿Por qué n-- se me atragantó mi duda antes de poder seguir. Notaba cómo la lengua me tiraba hacia atrás. Oh mierda. Nonononononono. Por favor por favor por favor....
Miré a un trozo de asfalto sin nada. Sólo las piedras que lo componían intentando no concentrarme en el olor y pensando en otra cosa. Fracaso total. Mi garganta se calentaba, tenía la boca seca y mi lengua parecía haber sufrido de rigor mortis. Me llevé una mano al estómago intentando concentrarme.
- Un segundo, intento no vomIUMP- rápidamente calenté mi cuerpo por dentro, haciendo que la comida se quemase y abrí la boca para que el humo saliese. En cuestión de segundos no quedaban náuseas, ni agonía por el vómito. Había conseguido ahorrármelo aunque dudé mucho que el recuerdo estuviese ahí por poco tiempo.
Me monté a la tabla echando aire por la boca, aún con ligera humareda y asentí a.... ella.
- Lo siento. No estoy acostumbrada a ver esto todos los días. Me han hecho perder parte de una pizza y el sabor que se me queda es repugnante. Esto no va a quedar así...- dije mirando el rastro que había dejado, con una mancha ligeramente borrosa al fondo que se movía alejándose de nosotras. - Supongo que ahora no tengo nada que perder, dale caña- y me volví a agarrar para mantener el equilibrio.
A medida que avanzábamos me mantuve alerta a mi alrededor, buscando más movimiento aparte de nuestra presa. No sabía cuántas crías puede tener una de esas ni con qué. Mejor estar MUY atentos. Uno de los cacharros que ella saltó era un guardabarros de metal y alargué la mano, con cuidado de no desequilibrarnos por el camino y me cargué al hombro la pieza. Seguramente me sería de utilidad.
Era la mejor pizza del mundo.... Me cago en la puta.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 24th Junio 2015, 01:20
Esa mujer tenía por fuerza que haber tomado parte en situaciones de peligro anteriores. Resultaba imposible imaginar que un civil no sintiera náuseas ante la imagen de un pie amputado de cuajo, o la idea de una mujer fornicando con un cuerpo muerto. Su intento de vomitar distrajo durante un instante al Ghost Rider, lo cual facilitó la huida de la criatura. Como si tuviese un horno interno comparable al del Fantasma de la Venganza, de su boca brotó una humareda espesa que delató lo que había hecho para evitar que su cuerpo expulsara lo que había ingerido. La calavera no mostró alteración alguna. Se mantuvo en silencio mientras esperaba que la chica tomara una decisión, que fue automática. No tuvo intención de parar o rendirse. Subidos de nuevo a la tabla, se lanzaron en persecución del demonio que a pesar de su extraña complexión, marchaba a gran velocidad.
Durante uno instantes lo único que fueron capaces de oír fue el sonido generado por sus propios cuerpos al cortar el aire, pero segundos después, una nube de siseos comenzó a perseguirlos. El esqueleto ejecutó un giro arriesgado, apartándose del camino más sencillo, al tiempo que una extraña nube de criaturas se abalanzaba por el rumbo que momentos antes habían llevado. Si no se hubieran apartado del camino, habrían sido engullidos por aquella extraña neblina que ahora resonaba con la fuerza de cientos de sonidos secos, como taconeos de varios tacones de aguja. Se detuvieron a una distancia prudencial, suspendidos en el aire, mientras cientos de criaturas formaban un diminuto mar negro entre los pliegues de metal de los coches apilados entre ellos, deslizándose siguiendo el rastro de la sangre que su madre había dejado al arrastrar la presa hasta su nido.
- ¿Has visto alguna vez un pez abisal?- el tono era severo como si estuviera dándole la clave para conservar la vida - Eso no es una cabeza. Sólo lo parece. - expresó, escueto como solía. No era más que un cebo. Sólo eso. - Apunta al abdomen. Déjate guiar por donde tengan los dientes. Procura evitar sus púas. Se clavarán en tu carne. - fué su única advertencia, antes de iniciar de nuevo el descenso.
Pasearon sobre aquel banco de crías de súcubo que continuaban corriendo tras la madre, como un pequeño ejército. La estela de la tabla quemó a algunas de ellas, produciendo un chillido en la noche comparable al de un centenar de gatos al ser atropellados. El resto de crías los contemplaron, esquivaron e iniciaron una acción evasiva que incluía huir entre los rincones, separarse y tratar de lanzarse contra ellos de vuelta, dispuestos a clavarles las enormes mandíbulas. Por su corta edad, aún eran incapaces de alimentarse por sí mismos, ni tampoco tenían capacidad suficiente como para utilizar el poder que, desarrollados, les ayudaría a pasar desapercibidos. No sabían como funcionaba aún su camaleonismo, ni podían hacerse pasar por una presencia humana. Mucho mejor para su improvisada acompañante. Seguro que tendría muchos menos problemas en matar, ahora que parecían un enjambre de monstruos dispuestos a devorarla.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 5th Agosto 2015, 00:02
El aire me golpeaba la cara y me obligaba a entrecerrar los ojos. Miré la nuca huesuda de... Dioses, aún no sé cómo llamarlo. De ella. Me daba escalofríos aún. Pensar que una niña de la calle tenga trato con demonios y le hagan esto... Pero a la vez pensar de lo que ella era capaz me hacía tener sentimientos encontrados... Más que encontrados boxeando entre ellos.
Un silbido extraño me vino desde atrás, lo justo para poder ver un grumo inmenso de cosas que nos perseguían. Era como una manada de agujas y punzones enmarañados contra nosotras. Nos detuvimos, había que pensar rápido de nuevo. Ante su pregunta simplemente asentí, concentrada en lo que venía. Parecían aliens sacados de la peli más cutre de terror... Pero daban mucho más asco y miedo. Y cuando quieren devorarte ya es el clímax.
Agarré en cuanto nos pusimos en marcha un cubo de latón abandonado que había en uno de los callejones, lo prendí en llamas y lo tiré con fuerza contra el suelo, detrás nuestra. Vi sus cuerpos de molusco rebotar en pedazos ardientes mientras soltaban chispas. Bien, no parecía tan difícil. Sólo tenía que perder el control. Cerré los ojos, suspiré hondo y me concentré. Acostumbrada a la pastelería, a las misiones, a mi día a día... Había aprendido a controlar mi poder, lo que en parte suponía forzarme, ya que mi verdadero poder es activar la temperatura extrema. ¿Pero ahora? Ahora podía tocar sin miedo. Aunque parecía una locura, hundí mi mano en esa marabunta mientras conducía ella. A medida que notaba los roces y algún corte en la mano, cada cría que yo tocaba ardía en combustión espontánea al contacto conmigo. Cuando llevas una vida normal cuesta mucho recordar que eres un arma de destrucción masiva...
Y mientras veía esos monstruos arder, un pensamiento me surcó la mente. ¿Qué pintaba yo en todo eso? ¿Por qué estaba sufriendo eso? Dijo que me ayudaría a olvidarme del demonio y lo único que estaba haciendo era distraerme y meterme con ella en una de SUS obligaciones. No tenía pinta de llegar a ningún sitio, y empezaba a cabrearme.
Pero por el momento mi vida corría peligro, y sería mejor concentrarse.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 6th Agosto 2015, 13:32
Las crías de súcubo tenían un hambre atroz, y bien sabían que por su gran número, no todas comerían de la presa que la madre les iba a facilitar esa noche. Esas criaturas eran como cucarachas, criaban deprisa y se alimentaban sin importar su parentesco. De hecho, en caso de hambruna, no serían las primeras ni las últimas que utilizarían la carne de su madre como alimento. En la parte posterior las crías fueron siguiéndolos con rapidez, y de frente, a medida que se acercaban, brotaron nuevas nubes de esos bichos que les obligaron a meterse en una especie de nube. Con una detonación, el fuego del Ghost Rider comenzó a propulsarlos con aún mayor velocidad, quemando los que quedaban bajo la tabla, mientras la mujer detrás hacía lo propio con otras. Los pequeños gritos agónicos se suspendieron en el aire viciado, mientras el humo se acumulaba. Olía a carne quemada, tal como si hubiese sido humana. Tomo aliento y cargó la boca con una bocanada de fuego infernal, que se expulsó en forma de lengua de fuego, haciendo espacio para que pudieran ver y maniobrar por donde iban.
La madre entró en el campo de visión en ese mismo momento, reptando entre el metal. Alargando el brazo hacia delante, de la palma de hueso blanco salió proyectada una cadena con un garfio, que se clavó en la carne, justo en el cráneo falso de la criatura, produciendo el dolor suficiente como para que chillara, y así, soltase los restos del cadáver. Las crías se sintieron naturalmente atraídas hacia la carne, y olvidaron al objetivo potencial sobre la tabla para volcar su voracidad en el cadáver que había arrastrado hasta ese momento. El súcubo chilló, y dejó atrás a las crías, tratando de esconderse, pero el Ghostrider comenzó a tirar de él. Al verse arrastrado, rotó sobre si mismo, desencajando el brazo del Fantasma Vengador, con un crujido terrible. Con los apéndices afilados trató de quebrar la cadena, pero no fue capaz. Con un nuevo crujido, el brazo se encajó en su lugar natural, y ayudándose con las dos manos, empezó a recoger la cadena, haciendo que el súcubo colgara de ella.
La tabla comenzó a desestabilizarse mientras el demonio trataba de liberarse de su atadura. Tras recorrer una sección de terreno que los alejara de las crías, la criatura optó por aferrarse firmemente a algo, enganchó dos de sus apéndices, clavándolos en el metal de la caja de un camión como si fuera de mantequilla, y eso les hizo detenerse en seco. Estuvieron a punto de caer, de no ser porque la tabla se suspendía de manera sobrenatural con fuego infernal.
- Vamos a acabar con esto. - añadió la calavera bajando la tabla hasta el suelo y cediéndole la cadena. - Inmovilízalo. - ordenó, mientras se acercaba a la criatura, y la tabla volvía a convertirse en dos trozos de tabla de planchar, con un fogonazo. La criatura chillaba, mientras un líquido parduzco y coagulado brotaba de la herida de su cráneo. Pronto sería el momento para ella de entenderlo.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 13th Agosto 2015, 18:20
El chispazo que provocó el fuego de la calavera y el mío me cegó durante un momento, pero aun así, al girar el rostro pude ver la nube de humo y la carne derritiéndose de esas criaturas infernales. Giré el rostro y hundí mi nariz en mi hombro intentando inútilmente que no me llegase el olor que, de no ser porque no me quedaba nada, me habría hecho vomitar. Aún antes de poder concentrarme en el repugnante aroma, tuve que prescindir de mis manos para taparme los oídos. Los cientos de chillidos de las crías eran soportable. Eran tantos que lo acababan convirtiendo en sonido ambiental, pero la madre... Supe que lo era simplemente antes de verlo. Predominaba en todos los sentidos por encima de las crías. Me giré y vi la calavera enganchando con un garfio encadenado el cuerpo de lo que quedaba de la prostituta, ya desprendido del cadáver humano. Se revolvía, se removía y gritaba, gemía.. No paraba de resistirse.
Era el mundo de ella, yo ahí no podía hacer otra cosa salvo esperar a recibir algún tipo de instrucción. Era totalmente desconocido para mí. La tabla se movió en algunas ocasiones de ocasiones y luché con éxito por mantener el equilibrio. Era todo en lo que me podía concentrar.
Finalmente, tierra firme, se me hizo extraño no seguir levitando y me pareció que tenía pesos en los pies al recolocarme. Me levanté volviendo a colocarme la capucha y agarré la cadena que conservaba una sensación cálida. Le di un par de vueltas con cada brazo, viendo lo que le había ocurrido a ella, para evitar que me los desencajase. No me preocupé por quien llamaba "tortita", la calavera tenía marcas de disparos y parecía no sentir dolor, imaginé que un brazo roto debía ser lo mismo. Sostuve firme, haciendo fuerza con los hombros, mirando a la criatura que se aferraba a la vida desesperada. Siempre pensé que sentiría pena en situaciones así, y me sorprendí a mi misma al ver que no. Que sentía que estaba haciendo lo correcto. Me volvió a la mente todos los olores, las sensaciones y.. las voces que había oído aquel día. Era lo correcto, definitivamente.
Al fin, la orden que estaba esperando. Simplemente cumplí con lo que se esperaba de mí. Ella debía actuar. Para asegurar la inmovilización de la criatura empecé a congelar la cadena con una capa de hielo bastante importante. Eslabón por eslabón se petrificaba la unión entre el bicho y yo hasta que llegó a la base de su cabeza, donde de nuevo sentiría el frío impidiéndole el movimiento.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 3rd Septiembre 2015, 09:46
La súcubo quedó inmovilizada mientras exhalaba un nuevo grito, esta vez de terror. que le atravesaran el falso cráneo sólo era un problema menor para ella, pero cuando se supo inmovilizada, presintió lo que se avecinaba. Resbaló de la caja del camión cayendo al suelo, y tratando de arrebujarse contra el metal. Sus patas intentaron hacer fuerza, rascando el suelo, levantando la tierra y moviendo algunos restos metálicos, como intentando entrar por debajo, pero su cabeza estaba inmovilizada, y no podía desprenderse de ella sin un tremendo dolor, y sin quedar lisiada de por vida de un modo que le dificultaría en gran medida alimentarse. Buscaba desesperada una solución que no llegó.
- Hagas lo que hagas, no dejes de mirarla. - dijo, sin separar apenas los dientes. Sasha estaba a punto de cambiar para siempre, a un precio muy alto. La calavera sujetó a la criatura, con aquella extraña forma humana aún, mientras se acercaba a ella.
Para los seres avernales, cuyo camuflaje es sinónimo de supervivencia, renunciar a él es como pedir que extirpen una parte de sí mismos. Sería lo mismo que pedir a un espía que se dejara leer la mente. Para aquellos que no comparten la misma necesidad suena a algo absurdo, pero el motorista fantasma se veía inmerso en ese tipo de situación, y comprendía muy bien lo que estaba a punto de obligar a hacer a esa criatura. Acercándose a ella, afianzó los pies en el suelo, apretó las falanges y la contempló con las cuencas vacías.
- Quítatela. - le dijo simplemente. El súcubo le dirigió un gruñido amenazados desde su boca inferior. Trató de emplear algún tipo de táctica para amedrentarlo, que consistía en mover los apéndices hacia él, como si fuera a pincharle, pero en su situación, no era más que algo desesperado. - Quítatela. - volvió a repetir, haciendo que el súcubo respondiera con un grito. No hacía falta comprender el idioma que usaran esas bestias. De alguna manera, ese último chillido quería decir "Antes la muerte". La mano del Ghostrider apuntó entonces hacia la criatura, y de ella, salió proyectada una oleada de fuego que quemó a la mujer, envolviéndola en llamas tenues. La criatura aulló de dolor, pero el motorista controlo la llamarada para que no se quemara hasta las cenizas, si no controlarla en su nivel de resistencia. Lo justo para producirle un dolor insoportable que no la mataría. El fantasma era un vengador, un equilibrador. Sus sentencias eran claras a la hora de ejecutarse. Era la primera vez que torturaba a una criatura. - ¡QUITATELA!- sentenció, con un tono que recordaba la campana mas grave del día del juicio final.
Después de estertorar durante unos segundos, la criatura se rindió. Con un lamento profundo, se tendió sobre el suelo, y su piel comenzó a quemarse, haciendo ascender ceniza, como si estuviera hecha de papel. A medida que la magia de su cobertura se deshacía, el fuego que la hacía sufrir se extinguía, dando lugar a su verdadera imagen. Una nube de vapor sin olor alguno se desprendió de su cuerpo, cubriéndolo de su vista. A medida que se fue disipando, su forma real empezó a aparecer. Sus partes visibles recordaban al cuerpo humano, sin embargo no había orden en ellas, su estructura distaba mucho de ser la correcta. Entrañas expuestas, huesos abiertos apenas cubiertos de piel, creando extraños pétalos, como si de una flor retorcida se tratara. Desde luego, si existía un Dios allí arriba, no deseaba que algo así sucediera. Pero lo más perturbador eran las cuencas de sus ojos. Antes llenos de placeres y seducción, ahora solo había en su fondo vacío un brillo intenso. Uno que Sasha fue capaz de reconocer en el mismo instante en que lo vio. Ese resplandor violáceo la hizo sentir un deseo hueco, dormido, y recuerdos de un hombre que acarició su pelo por la espalda, pero a su vez, sus ojos se daban cuenta de que aquello no correspondía en modo alguno con la realidad. Como mucho, le permitía reducir la náusea hacia lo que veía. Esos ojos vacíos le prometían aventuras, diversión, pasiones prohibidas. Casi... Conseguían hacerte lamentar su muerte. Pero sus propios ojos y su razón la mantenían convencida de que lo que veía no era mas que un monstruo. Algo terrible que jamás debió haber existido, que provenía del lugar mas terrible y enfermo de la creación. A medida que su forma se extinguía, el cuerpo de la criatura continuó cambiando. Sus facciones humanas empezaron a desaparecer. Sus ojos quedaron reducidos a dos puntos rojos, carentes de sentimiento, su piel se volvió de color pardo, y sus dientes se afilaron. Toda su humanidad quedó reducida a la nada, y entonces, no hubo arrepentimiento. No hubo lástima. Sólo repugnancia. Sus extremidades se alargaron y reblandecieron como si no fueran más que músculo elevado a fuerza de voluntad, y mientras continuaba desangrándose y el líquido parduzco encharcaba el suelo, mirando hacia ellas soltó su último aliento. Una de sus extremidades se levantó, y cayó, salpicando en su sangre. Luego no volvió a moverse.
- ¿Lo entiendes ahora? - musitó la calavera, volviendo hacia donde se encontraba la mujer, recogiendo el garfio, y reventando en el proceso el falso cráneo de la criatura, haciendo que poco a poco se convirtiera en ceniza. La capacidad de seducción de los demonios siempre se caracterizaba por ese aura, esa especie de brillo en sus ojos que hacía garantías de satisfacción de todo lo que aquel que miraba pudiera llegar a imaginar. Pero ahora ella sabía que en realidad, aquello no existía. Dentro de esos ojos, no había nada. No había empatía, ni humanidad, ni sentimiento alguno que pudiera hacer realidad cuanto prometían. La imagen se clavó en las retinas de Sasha, y se introdujo en su cerebro, grabada con fuego. - Cada vez que le veas, recordarás esto. Cada vez que sientas ese poder, el horror te ayudará a mantenerlo bajo control. no puedo prometerte que consigas superarlo, pero tu guardia ante ÉL jamás volverá a estar baja. - dijo mientras volvía a mirar al extinto súcubo, ahora una nube de polvo entremezclada en el suelo. Sus crías se extinguirían sin su madre. No podían alimentarse por sí mismas.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 8th Septiembre 2015, 14:02
Y de nuevo, como llevaba haciendo un buen rato salvo por pequeñas intervenciones, me quedé al margen. Desviando la mirada de vez en cuando, intentando convencerme a mí misma de que no tenía estómago para eso. Aunque la curiosidad o el... morbo, me incitaba a mirar. No era cuestión de simple intriga. Debía saber el resultado del esfuerzo, de lo que la calavera era capaz de hacer. Intentaba fingir que no me afectó. Disimular el asco y el deseo de no volver a ver algo ni parecido. Pero no pude.
Fue entonces cuando la calavera dio su razonamiento por el cual sí me había ayudado. - ¿Mi guardia no volverá a estar baja?- dije con tono sarcástico, soltando después un bufido parecido a una risa. Tenía ganas de dejarlo estar. De olvidar ese maldito día, de pedirle a Chavier que lo hiciera. Sólo quería hacer como que no había pasado, comer y dormir. Sin embargo, algo dentro de mí me dijo que no podía dejarlo así. No sólo me sentía estafada y utilizada, además me había convertido en algo vulnerable - Es decir, que ahora, cuando sienta lujuria por su culpa, el terror me mantendrá a raya... ¡¡QUÉ GRAN AYUDA!! - grité sarcástica- Es mucho mejor... ¡¡dónde va a parar!! Ahora no sólo será capaz de manipularme, sino que viviré horrorizada por su imagen... Y te he acompañado en tu trabajo. ¿Cuál es la parte que me corresponde del sueldo? ¿Debo rendirle pleitesía también?- miraba a las cuencas vacías buscando respuestas que evidentemente no tenía. Tal vez pensase que era una desagradecida, que no merecía nada. Tal vez me dejase sola y puede que fuese lo mejor. No lo sé. Tenía una sola cosa clara, estaba furiosa.
Pegué una patada a un cubo de latón que había por allí cerca, mandándolo a tomar por culo y me senté abrazando mis rodillas, con los ojos cerrados, intentando disuadir todas las ideas de mi mente sobre aquella jornada. Pensé en el demonio y automáticamente me vino esa imagen a la cabeza, haciendo que se me estremeciera todo el cuerpo.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 8th Septiembre 2015, 23:32
El espectro dejó que se desahogara, que sacara fuera toda la rabia. Cada persona era distinta, y luchaba sus batallas de diferente manera. Él había vivido el horror y la conmoción desde muchas perspectivas, una por cada portador que se hubiera visto obligado a enfrentar las terribles circunstancias a las que alguien como él debía hacer frente. La mujer pateó el cubo, tras soltarle un discurso cargado de ira sobre que la había utilizado. Sería capaz de reconocer los sentimientos de la mujer incluso aunque hubiera carecido de su poder de visión, puesto que precisamente la furia y la rabia era lo que le alimentaban. Sasha, como toda respuesta, recibió esa expresión inamovible, con su sempiterna sonrisa grabada en hueso blanco. Tras unos momento de asueto y espacio personal, que el espectro le permitió, se acercó a ella.
- El horror está en todas partes. No es la primera vez que te enfrentas a él. - dijo, sin moverse del sitio, mientras su fuego aún crepitaba - Admites que hay guerras, violaciones y asesinatos. Niñas siendo raptadas de sus hogares para prostituirse y niños muriendo de hambre. - hizo una pausa, mientras mantenía sus cuencas vacías enfocadas en ella. - ¿Sabes cual es la única diferencia entre el horror que has presenciado hoy, y el que vives cada día? - preguntó el espectro, andando hacia ella, prendiendo el rastro de fuego en cada huella que dejaba atrás - Que a éste no estás acostumbrada todavía. - sentenció.
Esa era la única verdad universal. La desgracia se asume mientras sea lejana. La tragedia pierde su fuerza por la repetición. La única manera de hacer que su mente sobreviviera al horror era enfrentarlo, hacerle comprender que hiciera lo que hiciera, siempre habría algo ahí fuera. Por mucho que lo lamentara, no le había quedado otra solución.
- Llegará ese momento. Esto que has visto hoy no es distinto de lo que pasa cada día, en algún lugar. No saberlo no hace la amenaza más irreal. - volvió a hablar, tan cerca de ella que si quisiera podría haberle dado un puñetazo. - Descarga tu furia conmigo, ya que yo soy el responsable. Pero puedes tener una certeza de lo que ha ocurrido. Algo que sabes tan bien como yo...- susurró, al tiempo que alzaba una mano sobre su cabeza de ojos cerrados. El sonido de una deflagración hizo desaparecer su presencia. El terror no dura siempre. - dije, posando una mano sobre su cabeza, tratando de propiciarle una caricia cálida en la medida de lo posible. Aunque era cierto que el miedo era capaz de perdurar, con el tiempo y la costumbre, se suavizaba hasta ser sólo un eco sordo. Como con todas las tragedias y horrores de la vida, no había mas al respecto que se pudiera hacer.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 14th Septiembre 2015, 20:14
Todo, absolutamente todo lo que escuché me parecieron una sarta de estupideces. Había malgastado una noche en peleas, sufrimiento e inutilidad. En ver mierdas desagradables que hubiesen hecho vomitar a un forense. No, evidentemente no era la primera vez que me enfrentaba al terror pero... Era muy distinto.
Noté mis fuerzas flaquear...Estaba llegando ese momento que tanto temía. Cuando mi ira se relaja y deja paso al llanto inconsolable.
Entonces recitó una sarta de desgracias que me parecieron innecesarias. Tenía razón. No estaba acostumbrada, igual que tampoco lo estaba al demonio. Y no me parecía que el arma que decía haberme dado fuese de utilidad. Apoyé mi espalda contra una pared y me dejé caer hasta sentarme y acurrucarme en mis rodillas, llorando ya. Escuché unos pasos pequeños acercarse, supuse que era ella. No levanté la cabeza hasta que noté su mano y el cambio de su voz. Abrí los ojos más de lo que creía haberlo hecho. Era como si finalmente hubiese comprendido que la niña y la calavera eran la misma cosa. Como si acabase de hacerlo en ese instante y sólo en ese momento.
Mis brazos agarraron el cuerpo pequeño de la niña en un abrazo haciendo que se acercase a mí quizá con violencia y la abracé por la cintura. No era el abrazo más cálido, pero era ligeramente reconfortante. Me quedé abrazada a ella llorando durante no sé cuánto tiempo, la verdad... Pero ella se quedó conmigo. Tampoco sé si mis brazos le dejaron otra opción...
Cuando dejé mis brazos caer la miré secándome las lágrimas. Extendí una mano mientras me levantaba, ofreciéndosela para que me la cogiera.
- Ha sido un día duro... Vámonos a casa- dije esperando a que viniera conmigo.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 21st Septiembre 2015, 22:04
Lloró. Ojalá yo hubiera hecho sólo eso cuando me enteré. Destrocé todo lo que había a mi alcance, lloré y me enfurecí de tal manera que me partí una mano golpeando cosas. Estuve desorientada todo el día, y por la noche, me atropellaron varios coches. Pero eso no importa ahora.
Noté que sus brazos me apretaban contra ella, y me asusté por un segundo, pensando que iba a darme una paliza. No es que fuese a pasarme nada, a esas horas esa cosa no permitiría que sufriera daños físicos graves. Era mas bien por lo que ella pudiera hacerse al tomar represalias. Esa noche ya tenía malas experiencias de sobra como para añadir la de urgencias, esperando que la curaran. Lo que Sasha se hiciera difícilmente tendría arreglo, además, trabajaba con las manos. Pero en lugar de eso, me atrajo estrechándome contra ella. Se quedó así, abrazada a mí. Hacía tanto tiempo que nadie me abrazaba así que estuve durante unos instantes sin reaccionar. Luego, cerré los ojos, concentrando todos mis esfuerzos en no ver en ella a la yo de hace veinte años, lo cual me habría hecho llorar también. Incluso dentro del cuerpo de una niña, tengo cabeza suficiente como para saber que verme deshecha era lo último que Sasha necesitaba. Levanté los brazos, acariciando su nuca con una mano, y su espalda con la otra. Procuré ser lo mas conciliadora posible. Invertí todas mis fuerzas hacerle sentir que no estaba sola, que entendía que había pasado una experiencia de lo mas traumática, y que en caso de necesitarlo, podría contar conmigo. Intenté hacer que sintiera todo aquello que me habría podido consolar y no había tenido, tras aquella primera noche viviendo un infierno.
- No vas a estar sola, Sasha.- dije, apretando el entrecejo, procurando que mi voz sonara tan segura como fuera posible teniendo en cuenta que resultaba infantil.- Yo te ayudo. - esa frase me costó un buen rato de silencio y respirar profundo. Si alguien me hubiese dicho eso entonces... ni se que habría hecho.
Ni se cuanto tiempo estuvimos así, pero si fuera por mi, no lo bastante. La gente tiende a acariciarte la cabeza, pellizcarte las mejillas y abrazarte por cualquier cosa cuando tienes pinta de niña, pero nadie te abraza como lo estaba haciendo ella. No como yo lo necesitaba.
No le respondí cuando lo dijo, sólo asentí con la cabeza, le di la mano, y empezamos a caminar. Encima del suelo había aun restos volatilizándose, manchas de aceite y olor a polvo. Hasta entonces no me había dado cuenta de hasta qué punto era deprimente el ambiente. Salimos del desguace, y empezamos a andar por los suburbios. No dijimos absolutamente nada en todo el trayecto. Antes de darme cuenta estábamos de nuevo en el piso de Sasha. Era como si hubiera habido un salto temporal. Ni siquiera recordaba cómo había llegado hasta allí.
- Sé que te sonará imposible ahora, pero deberías dormir. - le sugerí, metiendo mis manos en los bolsillos. Luego, fui a beber agua, cogiendo la botella de la nevera. Después me acerqué a ella y se la alcancé, con toda seguridad tendría la boca seca.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 25th Septiembre 2015, 21:57
Intenté recomponerme, me sequé las lágrimas, eché el pelo hacia atrás y me volví a poner la capucha y la media máscara. Si hay una cosa que me dolía reconocer era que la pequeña tenía razón, y comprendía por qué no quería dejarse ayudar por nadie. Cuando comprendí que estaba hecha para estar sola... y lo buena persona que eso le hacía ser.
¿Individualmente? Me dolía todo lo ocurrido. Sin duda fue un día que cambió mi vida, mi percepción del mundo y por supuesto, mi comportamiento. Fue un punto clave en mi vida, una de las peores sensaciones que he tenido. Fue como... la primera vez que se muere un ser querido. Sentía que algo se me había sido arrebatado, algo que no volvería por muy fuerte que lo desease o por mucho que gritara. Comprendí que debía vivir con ese pedazo de mí que se había llevado el demonio.
Agarré su diminuta mano y caminamos a casa, la ruta se vio ensonorizada por borrachos y las sirenas de alguna urgencia que no me incumbía. Lloré un par de veces por el camino, nada escandaloso sino todo lo contrario, con el rostro impávido y como si las lágrimas cayendo fuesen algo natural en mi gesto.
Llegué y me sentía asquerosa - Creo que primero necesito una ducha, y aunque te parezca increíble quiero terminarme esas pizzas que se han quedado ahí- tal vez no tuviese la mente más fría del mundo, pero tenía buen estómago y consumía mucha energía, la necesitaba, además podía concentrarme en el ejercicio físico que acababa de hacer y podría imaginar una sensación de hambre.
Fui a la habitación y me quité el traje, dejándolo en su cajón correspondiente con el candado de hielo. Volvió al fondo del armario. Desnuda me acerqué a tortita. - ¿Por qué no te vienes? Apuesto a que hace mucho que no te pones guapa - dije intentando sonar amable. Las frases eran de Sasha, la de siempre, pero el tono aún decía que sentía muy a flor de piel lo ocurrido. No sé si lo propuse para tener una distracción y no quedarme a solas bajo el agua con mis pensamientos. Abrí el grifo del agua y tal cual salía me metí mojándome el pelo.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 16th Octubre 2015, 13:08
Nada es fácil para nadie. Es algo que se me olvidaba a menudo. La gente tenía sus historias, sus propios problemas, y aunque a veces no lo tuviera presente había gente ahí fuera que estaba jodida, y cuando digo jodida quiero decir aún peor que yo, aunque parezca difícil. El caso es que acabas comprendiendo que si te quedas, lo mejor que puede pasar es algo como eso. Una sola tarde conmigo había convertido a Sasha, una mujer animosa y con ganas de ayudar, con sus propios problemas y sus comederos de cabeza, en un manojo de nervios triste y desconsolado. Eso es todo lo que mi compañía podía aportar a los demás, desde que empezara el marcaje de Mephisto. Fuera donde fuera, cuando empezaba a sentirme segura y reconfortada, cuando alguien me tendía una mano en serio, lo arruinaba todo. A veces creía que ese era su único cometido en el mundo.
Por eso tenía que alejarme de gente como ella. Gente altruista que sólo quería aportar su granito de arena para ayudar a los demás. Cuando estabas en mi situación encontrabas a muchas personas dispuestas a eso. Pero era tan difícil tirar de mi, cuando cargo con este lastre. Lo triste es que acabas siendo consciente de hasta qué punto es fácil aplastar el espíritu de una persona. Era otra de las cosas que alimentaban mi odio por él. Podía chasquear los dedos y hundir por completo tu vida. Eso no estaba bien. No era justo. Nadie debería tener tanto poder.
- Vale. - respondí, volviendo a dejar la botella en la cocina.
Se metió en su habitación y oí que me llamaba. Al entrar, me encontré con ella desnuda. Me sentí violenta al darme cuenta de que no podía apartar la mirada de su cuerpo, moreno y bien torneado. Era muy atractiva, una chica preciosa... y yo la envidiaba por eso.
- ¿Estas segura?- pregunté.
Ante su afirmación, me metí con ella en el baño. Me desvestí y me metí en la ducha. En realidad no me hacía falta ducharme, lo había hecho esa mañana en su pastelería, pero a veces uno siento como si se queda un rato debajo de la ducha los problemas se van por el desagüe. No era el caso, claro. Esto no iba a irse con un poco de agua.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 21st Octubre 2015, 12:38
El agua empezó a resbalar por mi pelo, sienes, mandíbula y cuello hasta que ya estaba totalmente empapada. La pequeña entró conmigo a la ducha mientras me enjabonaba la cabeza. Me quedé con la mirada perdida repasando los acontecimientos por nombre. La tienda, Jenny pidiendo su café, la mancha del mostrador que no salía... Y eso me parecía un día de mierda ¿eh... ?
Claro que nadie me diría lo de la pequeña en el mostrador, el demonio. La calavera estallando, la lujuria y el asco, la misión...
En fin, repasando el día desde el despertador hasta el agua de la ducha. Pude sentir por dentro una tristeza profunda un poco más asumida. Fue como llegar a casa después de un funeral. Sentí como si las cosas se asentasen. Era un hecho.Yo volvía a estar en casa después de aquello, a nadie le importaba y la vida seguiría... ¿Pero cómo no puede pararse el mundo por algo así? Fue ante ese pensamiento cuando me di cuenta de que por mi cara resbalaban gotas de lágrimas mezcladas con el agua.
Pero entonces, no sé de dónde, me salió una chispa de esperanza. Tal vez fue por empezar a digerirlo, aunque apostaría más por la reflexión que me asaltó después. Miré a la pequeña entrar en la ducha. Ese cuerpecito aparentemente indefenso y vulnerable... Y lo que había detrás... ¿Ella lidiaba con esto todos los días? ¿Tenía esa fortaleza? Y mientras le miraba los hombros y la nuca, fijando mi vista especialmente en una vértebra que se le marcaba al final del cuello, le di vueltas. ¿Cuántos años tendría? Que un demonio se apodere de una niña no es de extrañar, al fin y al cabo es la mente más manipulable. Que la utilice para estos trabajos puede ser, es pequeña y rápida, difícil de golpear. Pero ¿cuánto tiempo habría pasado desde que la pequeña mortal se convirtiese en eso hasta que aprendiese acontrolarlo? ¿La calavera le hacía inmortal?
Me quedé tan absorta en los pensamientos que no me di cuenta de que un goterón de espuma de champú se me resbalaba por el borde de la ceja hasta meterse de lleno en el ojo. -AAAAAAAAAAAAAAAAH!! - sorbí aire entre los dientes después del berrido - Coooooññññññio... - metí la cara debajo del chorro de agua - SU PUTA MADRE CÓMO ESCUECE!- Seguía gritando mientras encogía la cara y apretaba los ojos todo lo que podía . De verdad, escocía de cojones. Parecía que el champú estuviese hecho de menta con wasabi y jalapeño. Me aclaré poco a poco y una vez ya estuve bien (con el ojo más rojo que la mermelada) me enderecé y terminé de aclararme. Miré a la peque y me eché a reír yo sola. Vale, había valido la pena. Me había quedado tuerta de por vida, pero valía la pena.
- Oye Tortita... Sé que no te gusta hablar de ti pero...¿Cuánto tiempo llevas.. Osea... ¿Cuántos años tienes? Años de verdad. No los que tiene tu cuerpo. - se lo pregunté en un tono neutral, completamente objetivo. No llevaba compasión ni temor en la pregunta. Era pura curiosidad.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 21st Octubre 2015, 16:08
Agua caliente. Sé que después de todo lo que le había hecho pasar a Sasha era muy egoísta tener pensamientos como la suerte que tenía de poder bañarme con agua caliente, pero de verdad la gente no sabe hasta qué punto los pequeños placeres de su vida están en su propia casa. Un colchón que no estuviese húmedo, unas sabanas nuevas, comida recién hecha, agua caliente... Para mi cada una de esas cosas era un auténtico lujo, y no podía reprimir la felicidad que me producía poder acceder a alguna de vez en cuando. Por otra parte, era difícil obviar el hecho de que Sasha estaba muy tocada, y casi me parecía una traición hacia ella estar contenta por algo que ella me había dado, cuando mi presencia había provocado tanto malestar.
Me solté el pelo y me lo froté, aprovechando el agua que me caía y ne salpicaba. Como yo era mas bajita, mucha de esa agua venía del cuerpo de ella, pero no importaba en realidad. Me quedé allí, quieta, notando el contacto con el agua, hasta que se puso a gritar. Ella chilló, yo me asusté y cuando me di cuenta de porqué era, fui yo quien empezó a berrear.
- ¡¡AGUA, AGUA, AGUA, AGUA, ÉCHATE AGUA, AGUAAAAAAAAA!! - le dije mientras hacía un cuenquito con las manos y le echaba el agua en la cara, y ella se aclaraba con la ducha. Lo cual es bastante difícil teniendo en cuenta la diferencia de altura, realmente. Entonces ella se puso a reír, y a mi se me dibujó una media sonrisa entre incómoda e incrédula, porque a decir verdad, no sabía muy bien qué hacer, o a qué venía de pronto tanta carcajada.
Es muy posible que simplemente ese momento hubiera sido lo que necesitaba. Un poco de dolor y estupidez para darse cuenta de que la vida seguía. Era difícil saber hasta que punto un chiste tonto podía hacerte sonreír en el peor momento, y en muchas ocasiones eso era precisamente lo que uno necesitaba. Aunque luego te creyeras un gilipollas total por reírte por esas mierdas.
Pero entonces me hizo la pregunta. Me quedé mirándola a los ojos pero luego lo dejé. Empecé a aclararme el pelo en silencio, sintiéndome un poco mal conmigo misma. Por una parte no quería empezar a mostrarme para nada. Cuanto menos supiera de mi, mejor. Por otra, siempre me pasaba lo mismo con la gente a la que veía cuando aparecía esa cosa. Yo conocía sus pecados. Resultaba un poco injusto ponerme en ese plan.
- Veinte años...- tome aire y suspire. Mi tono era totalmente neutral. - Desde que pasó. - no expliqué nada mas.
Se que podría resultar absurdo, pero convencerme a mí misma de decir eso me costó toda mi fuerza de voluntad. Estaba demasiado acostumbrada a olvidar, al menos de cara para afuera, todo lo que tuviera que ver conmigo misma.
- ¿qué tal tu ojo?- pregunté después mirándola. - Bueno. No está tan mal. Siempre puedes ponerte un parche pirata. - dije, sonriéndola un poco.
Pensamientos positivos. Eso nos hacía falta ahora.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 23rd Octubre 2015, 10:20
El ojo me escocía horrores, aunque ya se empezaba a calmar poco a poco. Tenía el ojo que parecía haber cogido conjuntivitis, pero sólo en uno. Me aclaré el pelo del todo y me enjaboné el cuerpo rápidamente. Entonces respondió a mi pregunta. ¿Tenía veinte años? Me quedé petrificada. Intenté imaginarme de todas las formas posibles lo que sería tener veinte...¿veintisiete quizá? de años totales y estar atrapada en el cuerpo de una niña... Las parejas, el amor, la de cosas que se estaba perdiendo... Si lo hubiese sabido cualquier otro día me hubiese echado a llorar por ella sin quererlo, pero creo que aquel día lo había soltado todo ya. Además ella no lo necesitaba.
Aunque sea un poco exagerado, creo que sufrí el efecto "campo de concentración". Está demostrado que las personas ingresadas en los campos ayudaban a los que llevaban más tiempo allí. Y creo que fue por la sensación de que ahora los nuevos sentían los que los más veteranos llevaban sintiendo durante meses. Y se genera una especie de empatía inmediata, mezcla del "cuando yo lleve ese tiempo, quiero que me cuiden a mí" y del saber que es una sensación horrible, bizarra y repugnante. Eso creo que es lo que me pasó con ella. Yo viví un día a su lado y me pareció el peor de mi vida. O casi. Ella vivía así, pero no solo eso... Llevaba viviéndolo veinte años...
Salí de mis pensamientos y de mi trance cuando preguntó por mi ojo. Me agaché y se lo enseñé retirando un poco con la punta de mi dedo el párpado de abajo. -Seguramente sería como esas capitanas de las pelis que es más severa que cualquiera de los hombres de todo Nasáu- Y le sonreí. Esta vez sinceramente. No para encubrir mi dolor ni para camuflarme detrás de algo. Decidí regalarle lo que le quedaba de noche a tortita. Mañana no me tocaba trabajar y estaba dispuesta a dormir hasta el desmayo, así que podía dedicarle el tiempo necesario a ella. Sería su primera fiesta de pijamas.
Me salió el impulso de salpicarle con agua y hacer un comentario como "AQUÍ LLEGA LA TORMENTA, GRUMETES" Pero entonces me di cuenta de que... Es que tenía mi edad. Seguramente incluso era mayor que yo. Borré de mi cabeza poco a poco esos impulsos y me comporté, o lo intenté, como si estuviese con una buena amiga de mi generación. Me aclaré con calma y le pasé la ducha por encima aclarándole a ella también, con cuidado de que no sufriera el mismo accidente que yo. Luego cogí un poco de mascarilla y después de echarme yo le empecé a echar a ella masajeándole la cabeza. Nos aclaramos juntas y al salir puse un pie en la alfombrilla mientras el agua se evaporaba antes de poner el otro pie fuera. Cogí una toalla que tenía colgando y se la di a Tortita mientras buscaba en los cajones una de manos limpia para que se la pusiera en el pelo.
- Toma, esta para el pelo y te secas el cuerpo con la grande- le dije mientras iba a la habitación a por algo de ropa - Voy a por algo de ropa, a ver qué te puedo conseguir y a vestirme yo. Ve secándote- le dije mientras salía por la puerta. Cogí lo primero que tenía por ahí, una camiseta grande para mí y una que me quedaba justa a mí para dejársela a ella, seguro que le quedaba como un vestidito. Volví muy rápida, con una camiseta grande puesta y en bragas y a ella le dejé la mía. - Vas a tener una noche de mimos y caprichos- dije mientras agarraba un spray de keratina y un cepillo para peinarla - ¿Preparada para ponerte guapa?-
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 29th Octubre 2015, 11:41
Su ojo era como el de un cocainómano después de una Rave al que le habían ofrecido crack. Pero por lo menos la rojez se pasaría siempre y cuando dejara de toquetearse el ojo, porque si se lo rascaba o seguía frotándolo con el dedo iba a acabar haciéndose una conjuntivitis de tres pares de cojones. Nos aclaramos, y luego empezó a echarme mas potingues en el pelo. Suavizante. ¿quién inventaría esa patochada? Nos aclaramos con el agua templada y salimos de la ducha, y para cuando quise darme cuenta, Sasha me tendía las toallas suaves para que me secara. El agua se evaporó de encima de su cuerpo. Ale, ya estaba seca.
- Tiene que molar ser tú. - le dije, sin pensar. - Podrías andar descalcita encima del círculo polar ártico. ¡Imaginate! Serías la única persona del mundo capaz de eso. ¡Es guay!- comenté, mientras me secaba el pelo con la toalla pequeña. Aunque para mi no era tan pequeña. A veces pasan por mi mente imágenes de cosas que molan, no soy capaz de contener la imaginación la mitad de las veces. Quizá sea parte de pasarme la vida ensoñando cosas guays para compensar las pesadillas. Que se yo. - Si te tiraran agua hirviendo a la cara no te quemarías, ¿no? ¿Y nadar en lava? ¿Podrías nadar en lava? ¡Cualquier espectáculo de las vegas te pagaría una pasta por algo así!- Es imposible. Cuando estoy así es mejor dejarme hasta que se me agoten las ideas.
Mientras ella iba a por la ropa, yo me quedé allí secándome. Me miré de puntillas en el espejo, y cometí el error de mirar esos ojos rasgados de color verde amarronado que siempre me devolvían la mirada... y me eché a llorar. Sin ningún motivo. Por norma general, evitaba mirarme a la cara, sobretodo después de que apareciera el fantasma. Las emociones estaban muy a flor de piel. Al notar que Sasha volvía me tapé con la toalla echando la cabeza hacia delante y sequé los ojos con rapidez. Vamos, recomponte. No pasa nada.
Toda la sensación de culpa, de tristeza y de miedo desapareció cuando la vi armada cepillo en mano con un spray. La Miré extrañada, enseñando ese paleto partido. Una noche de mimos. Una noche de caprichos. Dios, quería tener todo eso, pero en lugar de decírselo retrocedí un par de pasos, asustada sin motivo. Aquello me daba muy mala espina. Solía pasarme esas cosas cuando... se me erizó el pelo de la nuca. No, no, no. Eso estaba totalmente mal.
- Sasha, te agradezco todo lo que estás haciendo por mi. De verdad que si. Pero tengo que irme. - dije atropellada, aquello me estaba poniendo los dedos de punta por una sensación que solía venir siempre que alguien me estaba tratando bien. Siempre que empezaba a bajar la guardia, a tomar cierta confianza con alguien. - Si sigues siendo amable conmigo, va a venir. - la miré directamente a los ojos, con una firmeza inamovible. En ellos podía leer que prefería acabar en el rincón mas asqueroso y podrido del infierno que volver a obligarla a pasar por eso. Era un contrareloj. Mephisto acabaría apareciendo para fastidiarlo todo. No podía hacerle pasar por eso. Otra vez no.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 29th Octubre 2015, 13:49
Miré con los ojos muy abiertos a la pequeña cuando empezó a elucubrar sobre mis poderes. - S-sí bueno..si...La única no pero... Sí... supongo que también...?- dije mirándola extrañada. Pero qué ocurrencias tenía esta mujer...
- Gracias Pan, prefiero seguir con mi vida "normal" - dije ante la proposición de las vegas. Supongo que era por el mismo motivo por el que ella no aprovechaba el ghostrider para ganar dinero.
Estaba super ilusionada, contenta de pasar un tiempo con la tortita. Pero de nuevo... la sensación de que la habían castigado con soledad. Mis ojos se clavaron en ella de manera fija, permantente y severa. - Que venga- dije sin miramientos. - Entiendo que te alejes del mundo por protegerles, porque no sepan. Pero yo ya conozco. Ya he visto. Estoy segura de que no he visto ni la punta del iceberg, pero no me importa. Si hay alguien fuera de tu mundo que pueda hacer algo por ti, soy yo.- dije sentándome en la taza y cogiéndola para sentarla sobre mis piernas para empezar a echarle el spray. - Tú me has advertido. Has hecho lo que podías, es un riesgo que estoy dispuesta a correr por ti.- dije aun firme, tratando de borrar la expresión seria de mi rostro. Le cepillaría el pelo, le echaría perfume y si ella quería, dormirían juntas.
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Tema: Re: Gimi, Gimi, Gimi, Gimi [Celsit y libre] 2nd Noviembre 2015, 15:01
Me quedé allí, sin saber qué hacer ni que decir. Antes de poder darme cuenta, estaba sentada en sus rodillas y estaba pasando el cepillo por la mata de pelo negra que tenía.Con los ojos abiertos en una expresión de confusión total, me quedé en shock durante al menos un par de minutos. Había demasiadas cosas que no era capaz de entender. Cómo, o porqué, una persona a la que le había arruinado la vida se encontraba en disposición de enfrentarse de nuevo a la terrible sensación de verse cara a cara con el motivo. Como ella misma había dicho sólo conocía la punta del iceberg, y lo que quedaba dentro del mar de horror era tan grande que podría tocar el fondo de las fosas marianas. Sabía que su decisión estaba inducida por el desconocimiento. Como un niño que le dice a su padre que le acompaña a la guerra, porque juntos pueden hacer cualquier cosa.
Pero sólo el hecho de que se ofreciera hizo que mi corazón se sintiera tan cálido como para tener miedo. La sensación de amenaza no desaparecería hasta que me alejara de Sasha, pero incluso aunque lo hiciera, ya no tenía otra opción que asegurarme de que podía protegerla, si algún día la pasaba algo. No era la primera en mi lista, ni sería la última... sólo tenía que preocuparme por ella en la distancia que fuese segura para que se mantuviese a salvo de los intereses de ÉL.
Mientras me mordía los labios con fuerza y contenía mis ganas de sollozar o hipar, dejé que las lágrimas silenciosas me descendieran las mejillas, y se perdieran en el pecho de la camiseta que me había dejado para vestirme. Después de peinarme, le pedí que me dejara hacerlo, y tras cepillarle la sedosa melena de dos colores, fuimos a la cocina a comer. Durante un rato y de algún modo, no hablamos más que de tonterías. De las veces que había pasado ante su pastelería deseando comerme hasta la última miguita de todo lo que había en el escaparate, de lo chula que era su casa, de las batallitas que vivía en los refugios con los vagabundos, y de cómo las mejores personas que había conocido jamás estaban viviendo en el arroyo. Vimos un rato la teletienda, riéndonos de lo absurdos que eran los anuncios y cuando por fin cortó la emisión, nos fuimos a la cama. Me tumbé entre las mullidas sábanas y ella me acarició el pelo hasta que me quedé dormida.
...
Como si me asfixiaran, desperté acuciada por una sensación de miedo intenso. Tenía el pelo empapado a causa del sudor, y respiraba agitadamente. A mi lado Sasha dormía con expresión de agotamiento, pero pacífica. Me eché la mano al pecho, donde el corazón me bombeaba, haciendo ese martilleo constante en mis oídos. Creí ver en la oscuridad del cuarto unos ojos amarillos, mirándome. Sacudí la cabeza, y desaparecieron. Quizá solo estuvieran en mi mente. El camión de la basura aún estaba pasando. No debía quedar mucho para que amaneciera. Miré a Sasha, me mordí el labio y deposité un beso en su frente, que apenas la hizo revolverse. Ni sabía el tiempo que hacía que yo no besaba a nadie. Con la delicadeza con la que era capaz de escurrirme de los sitios, como si fuera una sombra, me deslicé de la cama, me vestí corriendo y recogí mis cosas. A punto de salir por la puerta, vi la mesa de la cocina, con los restos de las cajas de la noche anterior. Me subí a la banqueta, después de buscar un boli y un trozo de papel, dejé doblada sobre la mesa la camiseta que me había prestado, y sobre ella el trozo de papel en el que sólo pude escribir con una letra bastante desastrosa un mensaje.
"언젠가 나는이 멀리 얻을 것이다. 한편, 싸움은 계속된다."*
Luego, cerré la puerta tras de mí, y no miré atrás. Esa noche ambas descubrimos algo que nos hizo bien a ambas. Pasara lo que pasara, no estábamos tan solas.
[* Algún día conseguiré acabar con esto. Mientras tanto, sigue luchando. ]