[Mini-Evento] Una Muerte X-Celente (Dianne, Planaria, Celsit, Blair) [15-09-2018]

-¡Aaaahg! ¡Esto no tiene sentido alguno! ¡Es una locura!- dijo la mutante mientras se frotaba la cabeza con ambos puños como si aquello fuera a ayudar a comprender aquel galimatías.

-Nada tiene sentido en esta historia, ¿o acaso no lo ves? La mitad de los poemas que en ella salen son parodias de antiguos poemas populares de la época. Además, el titulo lo dice todo, “Jabberwocky”, que deriva del verbo to jabber, hablar de forma alocada e incoherente.

-Eso lo sabes tú…que ya te lo has leído. ¿Me repites porqué quieres que te relea el libro?

-Porque me gusta tu voz.

La sinceridad de Dianne sacó un avergonzado rubor en Pícara, quién había accedido a leer para ella la versión comentada de Alicia en el país de las maravillas. Acababan de empezar la segunda parte, “A través del espejo”, y la pobre mutante se sentía como Alicia en el libro, ¡perdida y sin entender nada! Pero admitía que era agradable disfrutar de un tiempo así con una de las nuevas alumnas de la escuela, sentimiento reciproco también para la rubia.

Por desgracia, el día era demasiado bonito y agradable como para mantenerse así ¿Acaso siempre había algo que debía truncarlo? Su sensible olfato pronto captó el aroma a humo y quemado. No podía con exactitud calcular la distancia, si la dirección, pero podía o estar cerca o lejos pero ser un incendio tan grande como para que lo sintiera así. Además, no parecía natural….había agentes externos en el aroma. Aquello era claramente provocado. Advirtió a su compañera que cerró el libro y lo dejó a un lado para escucharla.

La tosca voz de Logan sobresaltó a Pícara, aunque Dianne ya supiera que estaba allí, pese a no prestarle atención en principio. Seguramente si insinuaba que llevaba un buen rato tras ellas escuchando el relato el hombre se enfadaría con ellas, aunque la mera idea de hacerlo le resultaba divertida.

Sabían que Tormenta estaba cerca con la última mutante en unirse a la mansión. Podrían perfectamente ir a ella e informarle de la situación, pero Logan aconsejó que no y que primero la castaña se alzara en los cielos para verificarlo. Y mientras lo hacía, Dianne arrugó la nariz reprimiendo las ganas de rebatirle el comentario a su profesor, bueno, exprofesor, pues había cambiado sus clases de defensa y lucha con él por las de Drago. ¡No podían compararse! Uno era un retaco brabucón que olía a marsupial mientras que el otro, tranquilo pero algo solitario, quizás por timidez, le resultaba mucho más agradable a la joven. ¿Acaso era la única que sabía cómo apestaba Logan? O simplemente es que ella exageraba su aroma en su cabeza.

En un momento habían llegado la pareja de Planaria y Celsit y estaban todos ahora comentando el incendio de la isla. Gruño molesta por haberse distraído con nimiedades en vez de prestar atención, casi pierde el hilo de la conversación. Ahora Logan estaba haciendo una llamada telefónica para confirmar aquello. ¿Mentían? Claro que mentían, puede que no le gustase su aroma, pero Dianne sabía de sus capacidades, pues ella las compartía en parte, como Murdock, incluso este último era mucho mejor que ambos para detectar la mentira. Ella aspiraba llegar algún día a la par que él. Pero se conformaba con estar al nivel de Logan por el momento. Puede que por teléfono sea más difícil que en un cara a cara, pero el tono de voz era algo esclarecedor en estos temas, un leve cambio de tono, un temblor y toda mentira quedaba expuesta.

-No, no hay veneno. Además, si lo hubiera habría signos en los alrededores, y creo que no has mencionado nada más aparte del incendio, ¿verdad Pícara?-presionó ambas manos sobre su bastón algo inquieta.- No hay que esperar más para hablar con Ororo, por mucho que el profesor Logan se empeñe en ello.

OCC:

- ... Y estática. Esa parte es sencilla dentro de lo que cabe. Muchas tensiones, cables y demás historias. No creo que tengan problemas para entenderlos, aunque bueno, no te negaré que estoy nervioso. Es la primera vez que doy clase en vez de que me la den a mí.- Cerré una pequeña libreta donde tenía apuntado el índice del curso que se avecinaba. El profesor Charles Xavier, uno de los mutantes más conocidos y poderosos del mundo me había acogido en su mansión después de que acudiese en su ayuda gracias a Sasha. Ella había sido alumna de la mansión, y después de mi llegada a Nueva York y su inestimable ayuda allí estaba, con un puñado de alumnos preparados para recibir mis enseñanzas y un grupo conocido como los X-Men para proteger al mundo de los peligros que lo asolaban. Puede que no fuésemos un grupo tan querido como los Vengadores o la Liga, pero nos teníamos los unos a los otros. Lo malo de los mutantes era el odio que muchos humanos tenían hacia nosotros, pero mientras estuviese allí estaría bien. Miré a Sasha y le sonreí.- No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí... Sin ti me habría perdido hace tiempo la verdad.

Las nubes se reflejaban en el lago como un espejo, y la brisa de los últimos días de verano bailaba a nuestro alrededor, meciendo la hierba y flores que teñían de variopintos colores la explanada frente al lago. La mansión era un bonito lugar para vivir. Mucho mejor que la mansión de los Abyss. Allí, aunque casi siempre teníamos nieve y eso me encantaba, la situación que se vivía era muy distinta. Había mucha menos vida, mucha menos ilusión en lo que hacíamos, sobre todo desde la muerte de Lord Rick. Tanith jamás lo había superado, pero a estas alturas ya me daba igual. ¿No era tan superior y tan todo que habría vivido sin mi perfectamente? Ahora tenía la posibilidad de mostrarlo.

- No hay muchos alumnos dispuestos a ser torturados con la física y las mates la verdad. Aunque tampoco les culpo. Son de esas asignaturas que o te gustan mucho o las odias. Sólo espero ser un buen profesor. Un buen profesor puede cambiar tu visión de una asignatura hasta tal punto que puedas no volver a verla o que se convierta en tu vida. Yo tuve una profesora que me hizo amar la física como nada que hubiese visto antes.- Sophie. La mutante que se escondía bajo los ropajes de una monja de mi orfanato. Ella siempre me dijo que yo era capaz de hacer cosas increíbles, y cuando le dije que los números me gustaban me enseñó trucos y me contó cosas que ella sabía. Una buena mujer. Hacía ya cinco años que no sabía absolutamente nada de ella, y la echaba de menos a decir verdad. Un ruido a nuestras espaldas me hizo mirar por encima del hombro. Pícara se había ido volando, y Logan charlaba con Didi. Parecían preocupados, o que algo pasaba. Besé a Sasha y me levanté.- Vamos, parece que hay problemas.

Llegamos cuando Pícara acababa de aterrizar, hablando acerca de la isla de Obar. Por lo que yo sabía el ejército tenía allí una base militar o algo por el estilo. Desde luego había algo que relacionaba a los militares. Logan nos dijo que aguardásemos mientras iba a hacer una llamada.

- ¿Qué ha pasado? ¿Qué nos hemos perdido?- Pícara explicó que había sobrevolado para ver qué era. Un incendio al parecer. ¿Habrían estado haciendo algo los militares? ¿Experimentos o algo por el estilo? Logan volvió y explicó que, según habían dicho, nada malo pasaba. Yo había vivido un par de divertidas escenas, por llamarlas de algún modo, con Logan. Tenía un sexto sentido gracias al cual era capaz de captar una mentira cuando esta era dicha. Gracias a dios no fui yo el que le mentí. Un alumno despierto a altas horas de la noche cuando debía estar durmiendo. Su cara había sido muy graciosa. Aunque no conseguía entender el mal humor constante de Lobezno. Ambos poseíamos un factor de curación acelerado, aunque por lo que me había contado parecía ser bastante más fuerte que el mío. Además, su esqueleto de adamantium le hacía todavía más resistente. Era un poco gruñón, pero no me caía del todo mal. De hecho, estaba seguro de que podría ayudarme con mi poder y hacer que lo comprendiese mejor.

- Estoy de acuerdo con Dianne y Pícara. Tormenta sabrá mejor qué debemos hacer. Además, si el ejército no quiere que metamos las narices es posible que esté tramando algo que nos incumba.- Ya había tenido una experiencia bastante mala con Striker, quien más tarde descubrí que había sido uno de los principales responsables de que Logan fuese como era. Un enemigo de los mutantes conocido por todos nosotros. Además, el poder de Tormenta iba genial con el mío. Rayos y truenos resonando a nuestro alrededor. Era una pasada. Sonreí a los presentes y señalé con la vista a las dos mujeres que charlaban un poco alejadas de nosotros.- Un poco de acción nos vendrá genial.

La tarde era muy agradable, perfecta para una merienda junto al lago, y después de todo lo sucedido, había decidido tomarse unos días de descanso, bajar el ritmo. Nunca había esperado encontrar una amiga tan buena en Ororo, tenían bastantes cosas en común y era de ese tipo de personas que seguías sin dudar; si hubiera ido ella a convencerla de que se uniera a ellos en vez de Scott, su respuesta habría sido mucho más rápida.

Estaban hablando sobre el tema de su secuestro, como buena amiga se había ofrecido a escucharla y había mostrado interés por su estado y lo que había sucedido. Blair no había querido entrar en detalles sobre aquello, salvo por lo obvio que interesaba al grupo, pero si había expresado sus dudas sobre la reaparición y lo que había averiguado sobre Kyle. Nunca se había esperado que volvieran a encontrarse, mucho menos en aquella situación y con una noticia del estilo. Nunca había imaginado que el artista bohemio que tanto la había encandilado era en realidad un superhéroe, un policía intergaláctico que formaba parte de ese grupo de héroes de un mundo que hasta hace poco no conocía. Blair no daba crédito y todavía le estaba costando digerir aquello. Tenía mucho en lo que pensar respecto a él y la forma en la que había acabado la relación, y Ororo era la mejor consejera que podía esperar en aquella situación; dudaba que el resto de sus amigas fueran capaces de comprender su dilema.

Acababa de exponer sus dudas cuando se acercaron los demás acompañados por Logan, el profesor. Encontraba fascinante a aquel hombre, no sólo por sus increíbles habilidades, sino por su comportamiento, le recordaba uno de esos enormes mastines que guardaban las fincas; perros enormes, de potente ladrido, aspecto amenazador pero adorables y con una paciencia infinita. El cariño que demostraba hacia su protegida, sin duda era un signo inequívoco. Tenía ese aspecto de tipo duro por fuera y peluchote tierno por dentro que tanto le gustaba abrazar y estrujar; pero se contenía, no sería apropiado que hiciera esas cosas, aunque no podía evitar sonreírle con ternura cada vez que le hablaba. Aunque esta vez la sonrisa tierna se le disipó de los labios al escucharle y un ceño fruncido apareció en su lugar.

- Opino lo mismo que Ororo, por muy cerca que estén de la escuela no deberíamos involucrarnos. Es una base militar y nuestras relaciones con el gobierno no son las mejores. No somos Stark para hacer lo que nos venga en gana; él no tiene nada por lo que preocuparse, nosotros tenemos niños a nuestro cargo que pagarán el precio de nuestros errores.

Blair no había entrado en los x-men para ser como Chuck Norris, entrando donde le viniera en gana con una patada en la puerta. A pesar de que para otros miembros no fuera así, ella lo tenía muy claro; aquella no era una guarida de superhéroes donde reunirse después de patear culos. Para eso estaban los Vengadores, Steve, Stark y el resto. Ellos eran un refugio, un hogar, cuidaban y protegían a los suyos, y si bien eso podía significar que tenían que luchar, debía quedar claro que eso siempre tenía que ser la excepción, y no la regla. El ejército, como cualquier otro organismo jerarquizado y con secretos no veía bien las intrusiones de extraños. Incluso Stark había sido increpado por ello, tenía claro que a ellos les caería algo más que un tirón de orejas. No tenía una pizca de ganas de participar en un allanamiento a una propiedad militar.

- En cualquier caso, por si no os habéis dado cuenta, lo que planteáis es un allanamiento, que si ya de por sí es un delito, hacerlo en una propiedad militar está penado con la cárcel. Esto sin contar con toda la publicidad negativa que habrá hacia nosotros y la escuela. Pero decidid vosotros.

Aquello le parecía una mala idea, una terrible idea; salvo que de verdad las cosas se les fueran e las manos y el incendio amenazara a la escuela. Ese sería el único momento en el que vería sensato intervenir, y sólo para apagar las llamas. Lo que ocurriera dentro de la base era asunto de los militares, no de los x-men. Y lo peor de todo es que parecía que de todo el grupo Ororo era la única sensata. Veía que al final, acabarían yendo y ella tendría que hacer algunas llamadas a sus padres para evitar que los acusaran a todos de traición a la patria o algo peor.

OOC::

Se le veía tan motivado e ilusionado... Casi parecía haber superado las dificultades y tormentos que había atravesado hace tan poco... y a la vez estaba tan lejos... Su voz era tan suave y calaba tan hondo que todo mi entorno desaparecía cuando le escuchaba. Todo menos Pícara sobrevolando nuestras cabezas, evidentemente.
Nos levantamos y como bien me enseñaron en la mansión, seguí mi costumbre de analizar y pensar primero antes de actuar. Aunque este método solo funcionase con la mente fría, solía venirme de ayuda.

Tengo que reconocer que respecto a los presentes, tenía la cruz echada sobre Blair. No me gustaba y yo era muy desconfiada, especialmente con las nuevas visitas a la mansión. Prácticamente era mi vida, mis únicos recuerdos, yo... Todo Sasha vivió su desarrollo aquí, así que no podía evitar reaccionar como un gato rabioso cuando tocaban lo que era mío. Lo que era de todos. De gente a la que yo realmente amaba... Esa tía había llegado hace nada y ¿la secuestran? Si te secuestran es porque tú o tu familia tiene algo de interés, y se nos relacionó con la noticia. Me gustaría mostrarme comprensiva pero había venido con botas y tacos en vez de con pies de plomo. Además no sabía nada de ella... No sé, definitivamente no me fiaba de ella. Aunque insisto, me educaron demasiado bien y por el bien común, había que respetarlo e intentar llevarse bien.

Logan era... Logan. Sólo había una palabra para describirle y era "Logan". Como los apellidos famosos de una familia de renombre " Es un auténtico Logan". Y era como este amigo que todos tenemos. Al que tienes que excusar diciendo "perdónale... él es así". ¿Avisar antes a las autoridades locales que a tormenta? Eso sí me chirrió por todas partes. Entiendo que hay que avisar a las autoridades, que hay que saber si lo saben los cuerpos oficiales pero... Iba tan a su bola que tengo que reconocer que el hecho de que provocase tantos quebraderos de cabeza por ausentarse con ciertas cosas me sacaba de quicio.

El debate se abrió en el patio en aquel momento. Las opiniones llovieron como el primer chaparrón de fin de verano. Me duele reconocerlo, pero cuando escuché la opinión de Ororo y Blair... no pude evitar empatizar con Logan por tomar sus propias decisiones y no seguir las normas. Cuando la chica aparentemente Española terminó de hablar no pude evitar abrir la boca por primera vez desde el problema.

- ¿Estamos hablando en serio? - y miré en derredor. Especialmente a Ororo y a Blair. - Se nos olvida que vivimos en el país donde la Pizza llega antes que la policía... ¿y queréis quedaros al margen? Yo... tengo una opinión bien distinta. Sabéis que tengo carácter cuando hay vidas en peligro, y lo siento pero no me parece momento de cruzarse de brazos - y me apoyé sobre una pierna, relajando mi diestra sobre mi cadera. - No estoy diciendo que tengamos que acudir a todas las alertas que percibamos, no podemos estar en varios sitios a la vez- y pensé detenidamente mis palabras - Bueno, no todos... El caso es que no podemos solventar todos los problemas de este mundo sólo nosotros del mismo modo que ellos tampoco pueden - dije refiriéndome a los cuerpos del país, policía, bomberos, seguridad nacional... - Pero lo que está claro es que unidos resolveremos mucho más. Además dudo mucho que lo tengan más controlado que con una mujer que puede provocar un diluvio sobre el incendio. - dije sin poder evitar la sonrisa para justo después ponerme lo más seria que había estado en mucho tiempo - Es evidente que hay que cuidar nuestra reputación pero... A mí me educaron, me educasteis para esto. Para que cuando fallo todo el mundo me lo recuerde, y para que cuando acierto me traten como si fuera mi deber cuando es mi placer. ¿Acaso no se trata de eso ser un X-men?

La frente de la joven se arrugaba por momentos con cada cosa que escuchaba. Parecía que Ororo no quería intervenir y el enano de Logan (realmente se refería como enano por lo que habían comentado otros alumnos de la escuela). Les preguntó a todos los presentes sobre su opinión al respecto: intervenir o no intervenir. Y les dejó hablar a cada uno prefiriendo saber que pensaban primero.

La primera en hacerlo era una mutante nueva. No la conocía de nada, probablemente era su de sus primeros días allí. Su opinión podía ser coherente pero según el contexto. Y en el contexto de los x-men no lo era. Desde que estaba allí sabía que eran una familia, que se cuidaban unos de otros y que ayudaban siempre que pudieran. Puede que ella aún no tuviera muchos amigos allí, pero compartía ese sentimiento. Además, no se consideraba ni tan débil ni tan cobarde como para no brindar una ayuda cuando fuera necesario. ¿Riesgos? Siempre los había, pero aquella no era una situación para pararse a pensarlos y ver si merecía la pena. Si había gente corriendo peligro siempre, siempre valía la pena.

Como no quiso escuchar más, se giró sobre sus talones y comenzó a caminar sobre el césped camino a su destino: el lago. Mientras caminaba en silencio escuchaba como seguían discutiendo el que hacer. Sus voces se iban volviendo cada vez más débiles con cada paso. Pero tampoco les prestaba atención. En su cabeza solo había una pregunta; “y cuando llegue al lago, ¿qué?”. Creía en la posibilidad de que hubiera un embarcadero con alguna barquita…pero sería demasiado obvio, seguramente la vieran…y seguramente se quedaría dando vueltas en el agua porque obviamente no podría orientarse. Descartó rápidamente la idea, pero aun haciéndolo, estaba decidida a cruzar el lago.

Cuando alcanzó las aguas se paró, meditando. Las ondas del cristalino elemento se reflejaban en sus pupilas fantasmagóricas. Entonces sonrió para sí: ya sabía cómo cruzar el lago.

Spoiler:

Las opiniones comenzaron a volar de un lado hacia otro. Yo tenía la firme convicción de actuar, de ver qué demonios estaba tramando el ejército. Las palabras de Blair no me convencieron del todo. Estaba preparándome para hablar cuando Sasha intervino, con un discurso motivador. No pude evitar poner los ojos en blanco. Ya estábamos con las americanadas. Señor, cómo les gustaba hacerse los héroes a los yanquis. Según las palabras salían de la boca de mi compañera, no pude evitar escuchar de fondo el himno de los EEUU mientras una enorme bandera estrellada y con rayas rojas y blancas ondeaba. Los cazas cruzaron el cielo, dejando una estela que simulaba los colores de la bandera, y el chillido tan característico de un águila calva cruzaba el cielo mientras abría sus enormes alas y quedaba impreso sobre el ondeante fondo. Lo siento, era muy racista. No racista en plan discriminatorio, sino que los tópicos me hacían mucha gracia, y muchas veces los usaba para referirme a un sector del mundo. Y llenar la imagen de Sasha con la bandera, el águila y el ejército no pudo evitar sacarme una sonrisa semi burlesca. En cuanto acabó sus palabras, la saludé como los militares, mientras permanecía muy firme.

- Hay que ver... Lo que os gusta a los americanos haceros los héroes. ¡Más que las hamburguesas! Sin embargo, razón no le falta a Sasha. Tenemos poderes útiles que podemos usar. Y Blair, a los mutantes nos han tenido siempre ganas los humanos. Tal vez tú has tenido una vida poco ajetreada sin que te hayan perseguido por tu naturaleza, pero nunca han necesitado una excusa como que entremos a ver qué pasa en una pequeña isla para querer atacarnos o perseguirnos. Así que opino que deberíamos ir y ver qué pasa. Créeme, si están ocultando algo no nos denunciarán ni de coña. La gente está muy hasta las narices de los secretos de estado y que les oculten cosas. Y sino, recordad lo del wikileaks y a Snowden.- EEUU era el país más poderoso e influyente del mundo, pero sus trapicheos nunca habían sido especialmente limpios. Era un secreto a voces, pero todos sabían que había miles y miles de cosas que se ocultaban. Y más aún acerca de nosotros. A saber qué podían estar tramando en aquella isla. Entrar y preguntar si todo iba bien no era motivo de arresto. Además, si descubríamos algo jugoso podíamos cubrirnos las espaldas por así decirlo ante una denuncia o algo por el estilo.

De repente me di cuenta de que nos faltaba alguien entre nosotros. La pequeña Dianne se había acercado a los límites del lago. Esperaba que no quisiese atravesarlo nadando. Entonces me di cuenta de que yo tenía un pequeño problema. ¿Cómo iba a alcanzar la isla? Nadando imposible, y subirme a una barca de madera tampoco me gustaba ni medio pelo. Había hecho excepciones, como la vez en que Sasha me mostró sus poderes y le permití meterme en una especie de cubo flotante de hielo, pero aquello había sido una y no más. No quería ni acercarme a las grandes masas de agua, así que o íbamos en el jet o algo parecido, o tendrían que ir sin mí a la isla. Un escalofrío me recorrió el cuerpo sólo de pensar en el enorme lago. Me acerqué a Dianne y me quedé a su lado. No sabía muy bien qué hacía. Parecía como si estuviese buscando alguna manera de alcanzar la isla.

- ¿Va todo bien Dianne? Vamos a tener que buscar alguna manera de llegar a la isla... Una segura, al menos yo. ¿Cómo pretendemos llegar? Recordad que yo no puedo ni acercarme al agua.- Esto último lo dije volviéndome al resto que estaban a pocos metros. Y luego volví la vista hacia la isla, de la cual parecía salir una pequeña cortinilla de humo. Fruncí el ceño y apreté ligeramente los puños. Fuera lo que fuese, deberíamos intervenir pronto. No me fiaba ni un pelo de lo que sucediese allí.

Chasqueó molesta la lengua. No le gustaba aquello, no le convencía aquello. Era mala idea, y lo sabía, pero como sabía que podían meterse en problemas, sabía que necesitarían ayuda. No desconfiaba de la influencia del apellido Albidane, pero desconfiaba de que los otros dos supieran cuando acogerse a ella.. Podría ayudarles desde fuera, pero no creía que los militares fueran a atender la llamada de una economista, sin embargo puede que se lo pensaran antes de detener a la hija de los Van der Woodsen. Esperaba que fuera así.

- Voy con ellos Ororo, los Albidane tienen mucha influencia, pero dos apellidos son mejor que uno, y no me fío de la sensatez de la parejita.

Le habló en confidencia, con cuidado de que ninguno de los dos la escuchara, aunque supuso que Dianne lo había hecho, y sin embargo, por impulsiva que pudiera estar actuando, le parecía más cauta que el profesor. Entendía el punto de vista de Ororo, si había inocentes involucrados no podían pasarlo por alto y eso era lo que más le fastidiaba de aquello, que tuviera razón a pesar de que ir era posiblemente una de las peores ideas que había tenido desde que acudió a aquella reunión que acabó en secuestro.

- Esperad, voy con vosotros. Los edificios gubernamentales suelen tener inhibidores de frecuencia, si no se inutilizan, la comunicación desde dentro será imposible.

El edificio de la ONU tenía aparatejos de esos en muchas plantas, haciendo imposible la comunicación por radio o teléfono. No era difícil localizarlos, si sabías buscar en los vacíos, si no, podías volverte loco buscando esos minúsculos cacharros. Se subió a la lancha, acomodándose a un lado en silencio, concentrada en lo que percibía con su poder. El ambiente estaba lleno de señales, comunicaciones, algunas relevantes y otras irrelevantes, esperaba encontrar algo que fuera realmente útil en aquel momento, aunque tampoco tenía grandes esperanzas.

El lago estaba tranquilo, perfecto, un paisaje bucólico, tan sólo roto por un elemento que flotaba sobre el agua. Algo que al acercarse, vieron que era humano, Blair no se lo pensó, se acercó hasta la proa de la embarcación, alargando la mano hasta el cuerpo.

- Cuidado, hay alguien… Creo que está muerto… Creo que esto no es ningún incendio…

Intentaba subir el cuerpo a la embarcación, que estuviera muerto no era excusa para dejarlo ahí; aparte, quizás pudieran obtener algo de información sobre lo que estaba pasando. Con un simple incendio no aparecían cadáveres en el lago.

OOC: Hago una tirada de percepción que me ha pedido Eclipse, aunque Cels como es bastante impulsiva y a saco completa su acción (y la de todos, por la situación xD) como la hace. Si hay alguien más calmado y observador tal vez tenga oportunidad de ver algo.

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Tras analizar detenidamente (o lo que me pareció detenidamente) me uní a Dianne y me subí la primera a la lancha, ocupando el puesto de piloto. Los controles eran muy sencillos, era una adaptación del control de un coche, con algún sistema de transporte acuático. La verdad es que nunca me interesó la mecánica...

- Tranquilo, yo conduciré y en caso de que pase algo te protegeré con hielo. Como ya hicimos. - le dije mirándole a los ojos con una sonrisa, antes de montarme.

Estaba ya el motor arrancado, y estábamos dispuestos a partir cuando en el último momento se acopló la recién llegada. Le había cogido una tirria inoportuna sólo por su actitud y por ser nueva, pero tendría que esforzarse para trabajar en equipo. Quizá se combinasen hasta bien.
Palanca hasta el fondo y timón en mano, camino a la nueva misión.

Cualquiera diría que el lago estaba muerto, y nos llevaríamos una sorpresa al descubrir que no era lo único que lo estaba. Una sombra en la lejanía, quizá una prenda de ropa, un pedazo de embarcación quebrada, un.. nadador... ¿buceando?... Más bien flotando....
Sin dudarlo medio segundo me desvié ligeramente para acercar la balsa al cada vez más definido cuerpo de la superficie del lago. Blair sin dudarlo lo cargó en la balsa, no parecía tener tanta fuerza a primera vista.

Deberíais comprobar si tiene pulso- dije sin abandonar mi posición, contemplando la particularidad de que el cadáver estaba ataviado con un uniforme militar.

- Sí, esta imagen es la definición exacta de "bajo control"- dije con el ceño fruncido y metiendo decidida la marcha más rápida tras recibir la confirmación de los compañeros respecto a la muerte del tipo. Hacíamos falta y no dudaba en aparecer. A gritos o sigilosamente, por agua o por aire si hacía falta, pero teníamos que llegar YA.

El miembro 'Celsit' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado de 10' : 1

No tardaron mucho en percatarse que ella había tomado ya la acción por cuenta propia y se encontraba parada frente al lago. Estaba apuntito de meterse bajo las aguas envueltas en un escudo que la protegiera cuando la voz de Planaria la interrumpió en el proceso y comenzaba a debatir con el resto sobre como cruzar, que él no podía tocar el agua. Estaba claro que por fin se decidían en actuar y la profesora Ororo ya los estaba organizando. Sí, seguramente todos esperasen que Didi prefiriera la lancha, lejos del agua….y menos estable. ¡Odiaba los barcos! No es como si le aterrasen pero no le gustaba sentir el suelo bajo sus pies poco estables. Y andar bajo el agua cual cangrejo era más estable que eso. Se paró a pensar por un momento lo rara que podía quedar si se quejaba. Así que se calló y decidió acceder a lo que sugirieran.

Obediente se subió a la embarcación procurando no mostrar ni un signo de desequilibrio, pero ciertamente lo hizo algo apresurara. Una vez situada, notó como Celsit subía para tomar el timón. Nunca había hablado con ella (tampoco es que hubiera hablado con muchos de la mansión), solo sabía que era ex alumna y que era la novia de Planaria. Había visto su raíz de poder y parecía como un volcán a punto de estallar lo cual la llevó a pensar que quizás fuera una chica temperamental. Empezó a preguntarse cómo se llevarían esos dos pues recordaba su primer encuentro con Plana y era bastante vergonzoso, incluso le tembló la voz al hablar con ella. Luego se preguntó cómo sería tener pareja aunque al descubrir en que estaban derivando sus pensamientos los apartó rápidamente, justo cuando el resto subieron, algo más tarde al menos Blair pues habló con Ororo de algo.

Nada más ponerse en movimiento, una de sus manos se aferró al borde con fuerza para tener mayor sensación de estabilidad si podía. Más o menos lo tenía todo controlado hasta que se toparon con el cadáver. Y como a alguien se le ocurrió la genial idea de subir el cuerpo a la lancha. Que realmente mala no era porque así podían investigar que le había pasado, pero la cuestión es que ella rememoró con pelos y señales el sabor de la carne chamuscada de humano. Se llevó la mano libre a la boca y se torció hacia afuera de la balsa aguantando las náuseas.

Estaba claro que en la isla no se cocía nada bueno y nada más imaginarlo Celsit se envalentonó y aceleró el viaje de tal forma que la extraña barrera que había percibido Didi pronto quedó atrás por ellos. Se encogió un poco por inercia pero sus ondas la atravesaban así que realmente no iban a chocar con ella. No le dio tiempo a avisar a Celsit pero cuando ya estaban dentro sus ondas si chocaban con la barrera: solo permitía entrar…pero no salir.

-Creo…que tenemos un problema.- dijo suavemente sin dejar que se notara el apremio en su tono de voz.- No creo que podamos salir tan fácilmente. Mirad.- Buscó algo que pudiera lanzar y sacó una moneda. Se giró hacia su espalda y pegó un leve chillido, lo suficiente para que pudiera localizar bien en qué punto comenzaba la barrera y poder lanzar la moneda con la suficiente fuera para sobrepasarla. Pero la moneda chocó con el aire y cayó al agua.- ¿Veis? Hay un escudo…permite entrar pero no salir.

- Genial, una lancha...- Me estaba cagando en todo por dentro. Joder, ¡puto agua! ¿En serio teníamos que ir en la lanchita esa? Vale, sí, ¿qué otra opción teníamos? Ir en la nave... Para doscientos metros. Claro, muy lógico todo. Suspiré al ver como Sasha se subía sobre la pequeña embarcación. Confiaba en ella y sabía que no dejaría que me pasase nada, pero joder... Miré el lago como si se tratase de un río de lava y que no me fiase de él. Pero ya me había comprometido a ir, dándole mi palabra a Ororo. Además, tenía que demostrar mis dotes de líder. Me subí a la lancha y sonreí tan forzosamente que estaba convencido de que hasta Dianne, ciega, podría haberlo visto. Me aferré a la parte trasera del asiento del piloto y a uno de los lados de la lancha, manteniendo el equilibrio como podía. Notaba como me temblequeaban las rodillas y sentí un ligero sudor frío por la nuca. En cuanto se subió Blair Sasha arrancó el motor, y los lanzamos en dirección a la isla.

"¡Qué diversión! Estamos en una lancha sobre el lago. Espero que no se vuelque y muramos todos. ¿QUIERES CALLARTE? No va a pasar eso. Físicamente los barcos están hechos para no volcar. ¿Entonces por qué de vez en cuando pasa? No pasa, y cuando pasa es porque suelen chocar con algo, como un iceberg, una roca, algún cascote... ¿Algo como eso?". Estaba sumido en mis pensamientos cuando vimos algo a lo lejos. Parecía ropa o algo por el estilo. Nos acercamos y comprobamos que se trataba de un cuerpo. Sasha dijo que deberíamos comprobar el pulso y Blair lo subió. Me lancé encima del cadáver casi con una sonrisa.

- ¡Yo me encargo!- Casi lo dije alegre. Y esque en el fondo estaba alegre. No de encontrar un cadáver, sino de encontrar una distracción para no seguir mirando todo el agua que nos rodeaba. Ahí agachado podía mirar de cerca el cuerpo y olvidarme de dónde estaba metido. Tenía un enorme corte a la altura del pecho. No parecía tener pulso ni nada. Cargué mis palmas con electricidad y las posé sobre él, como unos desfibriladores. El cuerpo convulsionó pero no pasó nada. Me tapé ligeramente la boca con la muñeca derecha, conteniendo una pequeña nausea. Ya había visto muertos antes, pero nunca era agradable. Levanté la cabeza mirando a Sasha y negué la cabeza en señal de que el hombre estaba muerto sin remedio.

De repente, Dianne nos advirtió de que no podríamos salir tan fácilmente. Fruncí el ceño y la miré.

- ¿Cómo que "no podremos salir tan fácilmente"? ¿A qué te refieres?- La jovencita cogió una moneda y la lanzó hacia donde había gritado. Esta voló y de repente, como si una barrera mágica estuviese en mitad del aire, chocó y cayó al agua. Maldije y estiré mi mano derecha en dirección a donde había lanzado Dianne la moneda, lanzando una potente descarga de color morado. Los relámpagos cubrieron la distancia entre nosotros y el punto donde había chocado la moneda. Estos rebotaron en todas las direcciones, cayendo al agua o perdiéndose por el aire al descargarse. Apreté los labios y me quedé pensativo. Parecía algún tipo de campo de fuerza.- Si esto está hecho con algún tipo de aparato ya me encargaré de sobrecargarlo y que desaparezca. Y sino... Seguramente lo esté generando alguien. Dianne, tú eres capaz de generar escudos, así que te necesitaremos si es cosa de un mutante. Sigamos. Cuanto antes sepamos de qué va todo esto, antes podremos idear una estrategia para salir o combatir lo que haya ahí dentro... Todo esto me da bastante mala espina.

Ororo me había echado un rapapolvo, en parte tenía cierta lógica, pero en parte también la tenía ella. Todo eso de la disciplina militar la descolocaba, venía de un ambiente en el que nada estaba preestablecido y quien llevaba la voz cantante era quien tenía más aptitudes o labia para conseguirlo. Estaba acostumbrada a trabajar como un equipo bien engrasado, no en una cadena de mando jerárquica. Para ella, cuestionar algo era simplemente natural, y si bien comprendía que en el ejército eso no se hacía, Ororo también debía comprender, que para alguien a quien habían enseñado a discutir, debatir y cuestionar cualquier argumento, poner en duda sus razonamientos era algo tan natural como respirar; pero estaba claro que debía acostumbrarse a otra manera de hacer las cosas, o al menos debía intentarlo, por la buena marcha del grupo.

Sasha aceleró la embarcación cuando el cuerpo estuvo a bordo, algo que aparentemente no fue demasiada buena idea, a juzgar por las palabras posteriores de Dianne, parece ser que estaban encerrados, sin posibilidad de dar marcha atrás, aunque claro, tampoco había otra opción probable, ya encontrarían una manera de atravesar aquella barrera invisible. Por el momento, la única salida era seguir hacia adelante y llegar al fondo del asunto, mantenía su concentración, buscando en las comunicaciones cualquier cosa que le resultara extraña o le saliera de ojo, o simplemente, cualquier cosa que pudiera ser útil. No dijo nada, estaba de acuerdo con Planaria, aquello no le daba buena espina, pero tampoco iba a aportar nada productivo aumentando el desasosiego de los demás, en casos de crisis lo mejor era mantener la calma, y en otra cosa no estaría curtida, pero trabajando en Wall Street, sabía de crisis más que nadie, y no cualquier tipo de crisis, sino de las chungas de esas de "la bolsa se hunde, vamos a morir todos" De esas. Sólo esperaba que aquello se quedara sólo en un día ajetreado, y no llegara a la categoría de "sólo quiero llegar a mi casa, hacerme un ovillito y llorar"

OOC: Yo lo veo todo perfecto, y de hecho repito lo mismo, si la cago en algún momento o no lo escribo como debería pasar sólo dímelo.


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Tras asegurarnos de atar todos los cabos de nuestra embarcación en un sitio lo más discreto y seguro posible, me dirigí al bosque con cautela, concentrándome en que mi piel recibiera la mayor cantidad de calor posible para no perder el origen del incendio. El humo podía despistar en más de una ocasión. Coloqué la capucha que me ocultaba con la rejilla negra que me cubría hasta la mitad del rostro, a la altura de la nariz. Agradecí ese “antifaz”, ya que me cubría en parte del humo, aunque no era suficiente y me tapé con una mano la zona de la nariz y los labios. Notaba las tiras de mi traje cosquilleando en mis gemelos. Eso siempre me tranquilizaba. Comprobé que Plana venía detrás, y que lo que yo hacía le pareció bien. En el preciso instante en el que me giré para advertirles de la densidad del humo, escuché una especie de zumbido a mis espaldas y antes de poder darme la vuelta para ver qué era, plana impactó directo sobre mí, placándome hasta derribarme sobre el suelo del bosque. Caí de lado e intenté levantarme todo lo rápido que pude, aunque me quedé aturdida un par de segundos. Me llevé la mano a la cabeza, sacudiéndola ligeramente y busqué ese rastro brillante que casi me dio. Las muñecas de Planaria estaban inmovilizadas por una especie de soga metálica que le estrechaba las articulaciones más y más…. Me levanté de colpe apoyándome en una mano, desesperada, ansiosa.

- ¡NO! - y me levanté trastabilleando para llegar hasta él. – Vale, tranquilo…  Esto seguramente te duela, si es metal normal se fundirá, si no no sé qué reacción tendrá… pero allá voy - y apoyé mis manos sobre el instrumento electrónico.  Entré en conexión por él por completo. Siempre que quería llevar un objeto a su temperatura extrema como para cambiar de estado me imaginaba como una especia de interruptor. De hecho me costaba más controlar las temperaturas medias que las extremas. Descontrolar tu poder es mucho más fácil.

Y usé mi cuerpo como interruptor. Todo reacciona a una temperatura extrema. O casi todo.. Pero parecía algún tipo de acero… Tenía que funcionar..¿No?

Sasha fue la primera en bajarse de la barca, y yo la seguí. Pisar tierra firme fue un auténtico placer. Sentir ese suelo seguro bajo mis pies me reconfortó y calmó bastante. Miré hacia atrás y ayudé a bajarse a Blair y a Dianne. Acto seguido, comenzamos a adentrarnos en el bosque. El calor sofocante era verdaderamente horrible, y el olor a humo y a quemado nos golpeaba en las narices como un mazo. Decidí cerrar yo el grupo y que Sasha lo encabezase, pero me acerqué un momento para hablar con ella y preguntarle cómo iba todo. Estaba concentrada, seguramente buscando el origen de todo aquel calor. Preferí no distraerla y ofrecerle un asentimiento en señal de ánimo y de apoyo.

Todo sucedió muy deprisa. Escuché un pequeño zumbido proveniente del camino que seguíamos y vi una cosa metálica volar hacia nosotros a toda velocidad. Iba a impactar de lleno con Sasha a menos que reaccionase, y desgraciadamente la pilló de espaldas. Tuve que actuar a toda velocidad, saltando sobre ella y cubriéndola del proyectil. Este me golpeó de lleno, haciendo que cayese de espaldas pero por fortuna con Sasha fuera de peligro. Sentí una fuerte punzada en las muñecas y me miré. Allí descansaba el extraño aparato que había volado hacia nosotros. Era una especie de pequeño drone, no más grande que un balón. Me había rodeado las muñecas con lo que parecían dos pequeños tentáculos, esposándome a él. Desgraciadamente no conseguía tocarlo con los dedos para intentar fundir sus circuitos. Repentinamente, comencé a sentir una presión horrible por donde me había cogido el drone. Si seguía así, estaba convencido de que sería capaz de partirme los huesos como si fuesen ramitas. Comencé a hacer que me recorriesen miles de voltios intentado desesperadamente que el contacto con mi piel fuese suficiente para acabar con él, en vano.

El dolor provocó que me echase hacia atrás y ahogase un grito. Tenía que evitar gritar para que no nos descubriesen, pero cada segundo que pasaba era totalmente agónico. Sasha saltó sobre mí, apoyando sus manos sobre el extraño robot. Pensaba fundir sus circuitos aplicando calor, pero eso iba a ser un infierno para mí.

- ¡Espera, espera!- Mi respiración era entrecortada, y unos sudores fríos me invadían la frente y la nuca. La miré a los ojos y le pedí algo, prácticamente en una súplica.- Méteme un palo en la boca... Cuanto más gordo mejor...-

Así lo hizo. Respiré rápidamente por la nariz, y llegó el dolor. El calor que sentía era horrible, mortal, y clavé los dientes en el palo con tanta fuerza que pensaba que lo partiría en cualquier momento. Eso o mis dientes se quebrarían, lo que sucediese primero. Las lágrimas se me saltaron y algunos mocos asomaron por mi nariz por el dolor que sufría. Si seguía así me desmayaría, me mearía encima. El olor a carne quemada me dio una horrible arcada que por fortuna no trajo nada más que un simple susto. Deseaba que aquel dolor cesase, que me desmayase para no sentirlo. Pataleé el suelo con tanta fuerza que seguramente me habría partido algo. Las manos me temblaban, mostrando mis huesos y tendones, blancos, calcinarse lentamente. La cabeza se me fue, y los ojos se me pusieron en blanco. Noté un fuerte crujido en mi boca y al instante el sabor a hierro de la sangre invadirme. Tosí con fuerza debido a que me atraganté, manchándome la comisura de los labios y seguramente el pecho.

Cuando cesó el dolor, apenas pude moverme. La presión desapareció, y con ella la quemazón tan fuerte que sentía frío. No podía mover las muñecas ni los brazos, y me quedé tendido en el suelo, agonizando por el dolor, recuperándome lentamente del mal trago que acababa de pasar. Poco a poco, el dolor punzante de las quemaduras fue desapareciendo mientras mi carne y piel se iban regenerando. Fueron apenas diez segundos hasta que se me regeneró todo, pero me pareció una eternidad. Sasha me ayudó a levantarme y me besó con ternura en señal de agradecimiento, después de asegurarse de que estaba bien. Una cosa era tener factor de curación, y otra muy distinta ser inmune al dolor, algo que yo no era ni de lejos.

Entre los escudos de Dianne y el poder de Sasha pudimos avanzar bastante. Ambas se ocuparon de las enormes llamaradas que nos rodeaban, que de no haber sido por ellas no nos habrían permitido avanzar ni un par de metros sin convertirnos en cenizas. El paisaje era desolador. Los árboles calcinados y humeantes, las brasas aún ténuemente encendidas, el humo saliendo de cada rincón y centímetro del suelo. La respiración era difícil y provocaba varias toses secas que nos acompañaban junto al crepitar de la madera. Al cabo de un rato, un nuevo zumbido lejano nos invadió, y pudimos observar como nuevos seres como el que nos había atacado se lanzaban a por nosotros a toda velocidad. Mis brazos se llenaron de electricidad y miré a mis compañeros.

- Muy bien, ahora sí que no nos vais a pillar. Blair, estos seres funcionan con algún tipo de aparato electrónico, así que intenta controlar alguno o hacerlos explotar desde dentro. Dianne, usa tus escudos para destrozarlos y protegernos en el caso de que alguno consiga superar nuestras líneas. Sasha, usa hielo y calor para fundir sus circuitos lo antes posible. Yo los sobrecargaré e intentaré evitar que nos alcancen más de los que podamos controlar.- Y dicho esto, lancé unos fuertes relámpagos contra ellos, impactando en los pequeños drones y provocando que cayesen contra el suelo en un estallido de fuego. Dos consiguieron agarrarme por los brazos, separándolos y un tercero disparó un potente relámpago contra mí. Sonreí y lo miré.- Esto os va a doler más que a mí antes.-

Agarré los tentáculos de los que me sujetaban y les induje una corriente lo suficientemente alta para haber fundido media ciudad, y después de liberarme disparé al que me había disparado. Miré a mi alrededor y vi a mis compañeros defendiéndose bastante bien. En cuestión de minutos esto estaría acabado.

Blair no tenía muy claro como operar en aquel momento, aquello no era algo a lo que estuviera acostumbrada, a lo peor que se había enfrentado es cuando su tablet decidía hacer tonterías y tenía que controlarla para que dejara de colgarse como un estúpido cacharro desfasado, no con esferas homicidas, sin embargo no tardó en darse cuenta de que había cierto patrón en las esferas, cuatro de ellas parecían dar las órdenes a las demás, y se comunicaban entre sí. Sin embargo no parecía demasiado fácil acercarse a ellas, al menos no directamente, si intentaba acercarse de frente, el resto de esferas parecían proteger a las que daban las órdenes, así que pensó que quizás, podría acercarse desde abajo.

Era un plan arriesgado que no sabía si funcionaría, quizás acabaría con las manos atrapadas por aquellas cosas, igual que le había sucedido a Planaria, y ella no tenía su capacidad de regeneración como para poder pedirle a Sasha que las derritiera, aun así, arriesgarse a algo en aquel momento era mejor que nada, así que se tiró al suelo y se colocó reptando debajo de las esferas que controlaban a las demás, y arrodillándose debajo de éstas, alargó sus manos intentando atrapar una con cada mano para poder cambiar las órdenes que transmitían o al menos, apagarlas.

Sabía que no sería buena idea dejar que sus tentáculos la atraparan, así que las agarró por el centro, con firmeza, impidiendo que sus metálicas extremidades pudieran engancharse a sus muñecas, y se concentró en las señales que llegaban y salían de ellas, esperando poder inactivarlas al menos, con un poco de suerte, podría apagarlas todas y ayudar a sus compañeros.

El grito de alarma de Dianne me hizo reaccionar poniéndome de pie de un impulso, viendo cómo pequeños puntos y borrones negros en el aire poco a poco iban tomando forma mientras mi vista enfocaba. Se distinguían los tentáculos, el movimiento y el silbido desagradable que emitían. Me elevé a una temperatura mayor que a la que había fundido la máquina anterior, para hacer que se derritiesen al contacto con mi piel. Elevar tanto la temperatura provocó, como otras tantas veces, que mi cuerpo ardiese en llamas y empezó mi danza. Junté mis manos sobre mi cabeza para agarrar uno que me sobrevolaba. En cuanto mis dedos establecieron contacto con el acero, los tentáculos intentaron agarrarme, convirtiéndose en mantequilla fundida. Las gotas me resbalaban por la piel y la sacudí con cuidado, buscando el siguiente objetivo. Uno de ellos me dio sin esperármelo pero también se derretía en cuanto me tocaba. Coloqué mi vista en uno que venía directo hacia mí y me concentré.
"Lo agarro del tentáculo de allí y luego del centro"

Pero mi vista, mi concentración, el fuego y mi postura, TODO se relajó. La máquina se detuvo en el aire poco a poco para caer justo delante mía como sufriendo espasmos. Miré hacia atrás buscando a mis compañeros, intentando entender la situación y vi a Blair cumpliendo su trabajo. Justo unos segundos antes de que un grito ahogado significase uno de nuestros primeros problemas. Estaba tiesa. Me acerqué corriendo y gritando - BLAIR NECESITA AYUDA - le arranqué el aguijón, encendiendo mi mano de nuevo sólo para fundir el aparato. La calmé de nuevo a temperatura normal y me coloqué detrás de ella, apoyando su cabeza sobre mis rodillas. - Creo que sigue teniendo pulso- dije buscándolo con mis dedos índice y corazón sobre su yugular- ¿Cómo solucionamos esto? Hay que llevarla a la mansión. Seguramente si intentamos sustraerle el veneno se nos paralice la boca o... no lo sé. Yo no puedo hacer nada por ella en este estado.- dije mirando a los rostros de mis compañeros.

Estábamos ganando. Miento, les estábamos pegando una paliza. Esas malditas esferas habían hecho un primer ataque muy poderoso, dejándome fuera de juego durante unos minutos mientras las dichosas tenazas intentaban destrozarme. Por fortuna Sasha me cuidó. Y ahora que luchábamos abiertamente contra ellas y sabíamos lo que podían hacer era más fácil anticipar sus movimientos. Yo las fundía, Sasha las derretía y Blair fue capaz de hacerse con una de las alfas para destruir a las más pequeñas. Sin embargo, una de las esferas consiguió pincharle en el cuello, provocando que se derrumbase. Sasha fue la primera en llegar hasta ella, y la seguí yo a toda velocidad mientras lanzaba un último rayo por encima de mi hombro para destrozar una esfera que nos perseguía. Estaba viva, pero no sabía si por mucho o poco tiempo. Le tomamos el pulso y parecía estable, algo acelerado por el fragor de la batalla, pero estable. Si hubiese sido un veneno este se habría disparado. La mayoría de los venenos aumentan el ritmo cardíaco lo cual provoca que se extienda a mayor rapidez.

- Yo soy inmune a venenos, puedo intentar paliar algo los efectos.- No me agradaba mucho la idea de chuparle el veneno del cuello a Blair, más que nada porque era algo que podía considerarse bastante sensual, y yo era muy muy cortado para esos temas. Ya me costaba soltarme con Sasha como para hacerlo con alguien que no era mi pareja. Resoplé perparándome para hacerlo cuando escuché algo parecido a un fuerte disparo, y levantamos todos la cabeza en dirección a donde provenía aquel estallido. Una mujer nos miraba desde lo alto de una colina, con una extraña pistola apuntando hacia los robots. Me preparé para hacer un escudo eléctrico sobre nosotros para evitar que nos alcanzase con alguna bala. Pero entonces nos gritó que nos diésemos prisa. Blair parecía estar mejor y comenzó a moverse, aunque torpemente. Se apoyó en Sasha y las tres chicas se dirigieron a la nueva invitada, mientras yo cerraba la marcha, protegiéndonos de algunos últimos robots que nos intentaban atacar.

Cuando la alcanzamos y superamos la colina vimos tres edificios totalmente calcinados, y un cuarto que estaba impoluto, como si nunca hubiese sabido qué era el humo o el fuego. Tecleó algo en un pequeño panel y entramos. Yo fui el último y cerré la puerta tras de mí. Me volví a toda velocidad para comprobar que donde estábamos era un lugar seguro, que no había ninguna amenaza allí dentro. Tras ver que estábamos seguros, al menos de momento, me acerqué a Blair, y apoyando mi mano sobre su hombro y asentí.

- Lo has hecho bien Blair... Todas lo habéis hecho bien chicas. Estoy orgulloso. No podía haber tenido mejor respaldo para esta misión. Y ahora,- dije dirigiéndome a la nueva mujer que había aparecido de la nada,- dinos quién eres tú y qué haces aquí, porque desde luego tiene pinta de que tampoco es que te agraden especialmente estos robots. ¿Qué está pasando en esta isla?

La experiencia me había enseñado a ser desconfiado desde hacía tiempo, desde todo lo que había pasado con el choque de universos y demás, y aunque nos hubiese ayudado de primeras no pensaba dejar que nos ayudase así como así de primeras.

Se podían decir muchas cosas de Blair, algunas ciertas, otras no, pero si algo se podía decir es que nunca le había pegado una bofetada a un niño, tampoco es que hubiera tenido oportunidad, pero aquella tampoco parecía una situación digna del guantazo que seguramente aquel armario empotrado podría encajarle al niño; a juzgar por sus manos, que parecían un catálogo de bananas, la bofetada sería digna para el recuerdo. Y la verdad, exigirla que se apartara, aunque hubiera sido razonablemente educado, después de haberse enfrentado a unos drones homicidas que casi le amputan las manos a uno de su compañero y que a ella la habían dejado tiesa como un bacalao al sol, no era una buena manera de empezar. Estaba de mal humor, si, eso pone a cualquiera de mal humor y por primera vez decidió seguir la ideología de los x-men “Defiéndete antes de que te ataquen” Así que agarró al niño de la mano, colocándolo detrás de ella, mientras se acercaba a una de las consolas y como quien no quiere la cosa puso la mano sobre uno de los ordenadores de la sala.

- No tengo ni idea de lo que es esto, ni de quien sois vosotros, así que vamos a relajarnos todos y vais a explicarnos que sucede aquí antes de que os fría la sala por completo y me quede tan ancha. Estoy teniendo un día de mierda y empiezo a estar un poco harta de tener días de mierda, así que no voy a repetirlo. ¿Ha quedado claro a todo el mundo?

Blair no era muy partidaria de las amenazas, siempre prefería el diálogo, pero en aquella situación un crío iba a comerse un bofetón histórico por haberles salvado la vida, y si algo había aprendido en Wall Street es que cuando la vía diplomática no es viable lo mejor es actuar sin pensárselo dos veces. El mercado bursátil era una guerra abierta en la que a veces no tenías más que unos pocos segundos para tomar una decisión, para apretar el botón, estaba acostumbrada a tomar decisiones rápidas y si veía que la cosa se ponía complicada para ellos, no iba a dudar en tomar una decisión. Aquella mujer les había salvado la vida, pero tampoco pondría la mano en el fuego por alguien que vivía en un sitio llamado “El paraíso de los tontos”

- Como ya he dicho, mis amigos y yo estamos teniendo un día francamente horrible, así que nos gustaría obtener cierta información sobre este sitio, sobre vosotros, sobre el incendio de la isla, los drones que parecen vigilarla y cuál es exactamente la implicación del ejército con todo esto. Y por favor, sed sinceros, no somos peligrosos, no venimos a haceros ningún tipo de daño, pero si mentís, lo sabremos.

Ahora no estaba amenazando a nadie, simplemente exponía la situación de la manera más sencilla posible, sus compañeros y ella se habían encontrado con evidentes dificultades para llegar donde estaban, y al menos ella, quería saber que era exactamente aquel sitio y que sucedía exactamente allí. No parecía haber nadie más aparte de aquel grupo, sin embargo, Logan había hablado con el ejército, y si Dianne había conseguido saber que antes mentían, estaba claro que ahora también lo sabría, y dudaba mucho que eso le hiciera alguna gracia a Shasha, parecía tener un carácter cuando menos, fuerte.

- Sólo queremos resolver esta desagradable situación y volver por donde hemos venido, nada más.

Los gritos de la mujer misteriosa me desconcertaron bastante, pero no teníamos mucha mejor opción, y puede que Blair, a pesar de todo, necesitase atención médica. Tras comprobar que podía andar sola, desenredé mi brazo de entre los suyos y subí la colina corriendo, notando al viento las dos cintas de mi traje. Cuando la situación se calmó un poco más y Plana nos felicitó le miré a los ojos, sonreí y le guiñé un ojo asintiendo. Lo estaba haciendo genial.

Desde que entramos el ambiente se había enrarecido demasiado para mí. Solía tener buen sentido de la orientación, pero hubo un momento en el que giramos la misma esquina más de tres veces y subíamos y bajamos... Los oídos se me taponaron un poco después de que Dianne advirtiera sobre nuestra situación subterránea, e intenté solucionarlo apoyando una de mis manos en el oído y abriendo la boca repetidas veces, forzando unos cuantos bostezos. No dejaba de estar atenta y de contemplar a la mujer mientras nos adentraba en lo que consideré la boca del lobo. La última puerta y por fin habíamos dejado de caminos y mareos desconcertantes. Ante mis ojos tres hombres, una mujer y un niño. Mi vista, tras observar atentamente los rostros adultos, se centró sobre todo en el niño. Puede que por instinto de la mansión, puede que una especie de instinto maternal, puede que simplemente me recordaba a mí de pequeña. El caso es que sabía que ese niño tenía alguna habilidad, dudo mucho que ningún padre le recomendase a su hijo pasar el día en un sitio así. Eclipsando por completo mi curiosidad sobre el pequeño, apareció una sombra que le amenazó con el brazo cargado y listo para desquitarse. Michael se llamaba el pequeño. Jonathan el brusco y Jesse la mujer ya no tan misteriosa. En ese momento me puse tensa y apreté los puños. Tengo que reconocer que la reacción de Blair me reconfortó, pero no el proceso ni los medios.

Primero... NO TOQUES A UN NIÑO CON HABILIDADES. Si tiene algún tipo de poder puede que no haya aprendido a controlarlo, puedes sufrir por ello. Puede que sea un poder similar al de Rogue. O puede no ser quien aparenta ser...

Reflexioné sobre ello pensando en la experiencia que había atravesado con la niña. El demonio y...
Me dio un escalofrío que intenté camuflar y una mala sensación que traté de ocultar en mi rostro con todas mis fuerzas. Tras analizar la situación, Blair abrió la boca de una forma en la que... En fin, no sé si que tuviese ella la primera palabra siendo la nueva había sido una buena idea. Pero el niño la había escogido a ella.

Carraspeé un poco, me retiré la capucha que me tapaba hasta la nariz y dejé salir mi pelo suelto mientras mis ojos se adaptaban a la luz parpadeando un par de veces, entrecerrados. Blair les había amenazado y luego les había dicho que no les haríamos daño cuando seguramente tuviesen ellos las de ganar sólo por conocerse el sitio. ¿Tan día de mierda le estaba pareciendo? Era una misión, no una visita al parque de atracciones... ¿Qué se esperaba al entrar en la patrulla? Puse los ojos en blanco cuando terminó de hablar. Carraspeé y miré amablemente al hombre que había reaccionado de manera impulsiva y a Jesse.

- Lo que queremos decir es... somos de los buenos y queremos resolver esto pero... Gracias por la ayuda con los robots, lo primero. Nos gustaría saber vuestros nombres. Ehm... tú eres Jesse, nos lo has dicho antes. Y... tú eres Jonathan y..- añadí mirando al niño - ¿tú eres el gamberrillo Michael no? - dije con una sonrisa que expiró cuando volví a levantar el rostro - La cosa es... queríamos comprobar sólo el origen del fuego y nos hemos encontrado con algo que se nos hacía grande. Pero añadido a eso estamos en un sitio que no conocemos, totalmente desubicados y con dudas que nos gustaría resolver. Sólo quiero que entendáis que es una situación complicada para nosotros a pesar de que nos hayáis prestado ayuda. Has dicho que tenéis un campo de fuerza. ¿Hace límite con el agua? - dije pensando en el campo que Dianne detectó y que atravesamos antes sin remedio - ¿Qué es este sitio, qué hacéis aquí? - dije contemplando a mi alrededor para terminar diciendo - ¿Y por qué es más peligroso de noche? - dije amable en todo momento. Tal vez esa sarta de duda e información nos pusiese en peligro, pero no teníamos mejor opción. Si eran malos lo mejor era derrotarles desde dentro e intentar salir. Si eran buenos mejor tratarles con amabilidad desde el primer momento. Mantuve el tono firme pero afable, gesticulando suave con los brazos y mirando a los ojos de los desconocidos con los que acabábamos de encontrarnos.

Reflexioné sobre contarles lo del cadáver, pero bastante ametralladora les había hecho ya como para añadir más cuestiones, y el ambiente no era del todo tranquilizador. No solía quitarme la capucha y también estaba nerviosa por si alguien me reconocía de la pastelería o del circo.

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'Dado de 10' : 7

Un pequeño grupo de científicos encerrados en una pequeña isla. Aquello olía regular a decir verdad, especialmente teniendo en cuenta que no habían dejado claro qué hacían en aquella isla. Un centro de investigaciones, sí, pero ¿qué era lo que investigaban allí? ¿Sólo el tema de los centibots o había algo más? No parecían ser peligrosos al menos. El chaval era un coco de esos que hay tres o cuatro por generación, y si realmente él era quien había diseñado los robots era digno de quitarse el sombrero. Sin embargo, una vez más los dichosos androides se habían vuelto contra sus creadores. ¿Casualidad? ¿Destino? Quién sabe, puede que fuese un poco de ambas.

Escuchamos toda la explicación tranquilamente hasta que nos preguntaron por los vigilantes. Llevaba un rato observando detenidamente todo lo que había en aquel lugar. Las únicas armas que llevaban eran de fuego, y los robots no tenían nada afilado en sus tenazas, de manera que indudablemente había algo más. Quiero decir, el soldado que encontramos tenía un profundo corte digno del mejor carnicero de la ciudad, y allí no había ni rastro de nada con que hacer semejante herida. Me mordí el labio inferior, miré a mis compañeros y me rasqué la cabeza.

- Bueno... Por lo que veo tenemos un claro caso de rebeldía robótica. Por cierto, podéis llamarme Positrón. Estas son mis amigas y compañeras, y como han dicho vinimos atraídos por el fuego.- Di mi nombre de mutante ya que no era buena idea dar el mío. Sin embargo, dejé que fuesen las chicas quienes se presentasen puesto que no sabía hasta qué punto preferían guardar el anonimato. Yo como líder de aquel pequeño grupo debía mostrarme más abierto, y si era necesario protegerlas a ellas con mi vida.- Con respecto a vuestros compañeros, desgraciadamente tengo malas noticias. Encontramos a uno de ellos. Está muerto. Lo siento. Tenía un profundo corte en el pecho, y a juzgar por lo que veo aquí ha tenido que ser, como sospecháis, algo más. Sobre los cenibots, he de decir que estoy muy impresionado Michael. A pesar de que casi me arrancan las manos su diseño es muy avanzado, y más aún teniendo en cuenta tu edad...-

No era una crítica ni nada por el estilo. Simplemente me sorprendía que un chaval tan joven fuese capaz de hacer algo así. Pero claro, teníamos casos como el de Tony Stark que había demostrado ser un niño genio desde muy temprana edad, de manera que estaba más o menos acostumbrado a esta clase de cosas. Yo mismo tenía un intelecto bastante bueno. No era un super genio pero no tenía nada que envidiar a grandes físicos que había conocido.

- Según decís, su comportamiento se volvió más peligroso hace unos días. Curiosamente, no dejo de pensar en la película "Yo, Robot". No sé si la habéis visto, pero tiene cierta similitud con esta pequeña historia. Unos robots diseñados para ayudar y proteger y que en un determinado momento parece que pierden la cabeza. Lo que me lleva a pensar en diversas opciones que podemos encontrar aquí. ¿Hay algún programa o algoritmo común en ellos? Una especie de normas generales para todos. Si es así, deberíais revisar que no haya tenido ningún cambio o haya decidido actuar por su cuenta y riesgo. De no ser así, puede que ese algo que está atacando se esté encargando de darles un toque más cabrón, con perdón por la expresión. Creo que mi compañera podría ayudar en eso. Ella es capaz de controlar las máquinas, y estoy seguro de que podrá comparar un robot no hostil con uno que sí lo es y ver si hay cierta diferencia en cuanto a la programación interna.- Contaba con que Blair fuese capaz de ello. No llevaba mucho tiempo en la mansión de manera que no sabía hasta qué punto abarcaban sus poderes esa clase de capacidades. Siempre había una primera vez para aprenderlo y comprobarlo.- En cuanto a mis poderes, controlo la electricidad y tengo un factor de curación avanzado. Soy un buen luchador y me considero lo suficientemente listo como para trazar un buen plan, y aquí tengo uno. Decís que esa cosa actúa por las noches, pero las cámaras son inútiles en esos momentos del día. Yo puedo salir ahí fuera a buscar a esa cosa. Puedo destrozar a los cenibots usando altas corrientes para fundirlos, pero algo de ayuda me vendría bien.-

Cualquiera me serviría, menos Blair. A ella la quería dentro de ese edificio para que comprobase que no era una trampa y no nos iban a matar en cualquier momento. En el caso de que así fuese, ella podría desactivar el campo de fuerza del edificio y entraríamos a por ella. Jesse era una buena tiradora, y Dianne al ser ciega tendría más oportunidades de encontrar una amenaza en mitad de la noche que nosotros. Sasha podía servirme tanto dentro del edificio como en el grupo de ataque. Esa decisión era suya, igual en el fondo que la del resto. Pero si queríamos encontrar qué estaba provocando todo eso íbamos a necesitar cooperar todos.

Aquello parecía una película de ciencia ficción. Un grupo de científicos en unas instalaciones del gobierno, haciendo experimentos que finalmente se les salen de las manos por un motivo u otro. Nunca pensó que esas cosas realmente sucedieran fuera de las pantallas de cine, pero estaba claro que la realidad superaba la ficción siempre, incluso en aquello. Parecía que la relación entre ellos era de lo más dispar, y tenían, por llamarlo de alguna manera, su propio profesor Xavier, un tal Gerald Laughlin; una vez que los ánimos estuvieron más calmados y las explicaciones pertinentes fueron hechas, se dirigió a Michael, el niño que se había refugiado detrás de ella y que haciendo gala de una inmensa curiosidad infantil, le había preguntado por el origen de sus poderes. Un comportamiento que su madre había reprendido, sin embargo, no lo había hecho por mantener la educación de su hijo, sino que estaba claramente incómoda con la naturaleza de la patrulla, no le gustaban los mutantes y a Blair no le gustaba como la miraba.

- ¿Cómo controlo las máquinas? Es sencillo, un proyecto super secreto del gobierno me implantó un chip en el cerebro. Es broma. Nací así, siempre he podido controlar aparatos electrónicos y leer señales inalámbricas, pero como todas las habilidades, funciona mejor cuando se ejercita.

No le molestaba que la gente tuviera curiosidad, así que no le había preocupado la pregunta de Michael, a fin de cuentas era lógico que la gente tuviera una cierta curiosidad por las habilidades de los mutantes, ella misma se mostraba curiosa hacia muchas de las habilidades de sus compañeros, y debía reconocer que sentía una cierta fascinación por las cuchillas de Logan, le parecían algo increíble y genial. Pero no estaba allí para saciar la curiosidad de un niño por más natural que le pareciera, sino para ayudar, y como sus compañeros y el doctor Loughlin bien habían señalado, sería más útil allí que fuera, lo suyo eran las máquinas y seguramente sería más útil toqueteando en aquellos ordenadores que enfrentándose a lo que dios quisiera que hubiera fuera.

- Puede llamarme Root, doctor Laughlin, ayudaré en lo que pueda, no hay problema.

Seguramente era la primera vez que Blair hacía uso de su “nombre de guerra” y en parte se sentía algo extraña haciéndolo, pero si era la costumbre usual, no iba a dar su nombre real mientras que el resto usaban apodos, no es que no le importara darlo, pero todos parecían estar de acuerdo en que lo mejor era mantener las identidades en secreto en la medida de lo posible, y a fin de cuentas, ella era la novata.

Cuando el hombre mayor comenzó a hablar pude tranquilizarme ligeramente. Al menos no eran reticentes a las explicaciones… Se llamaba Gerald Laughlin, Laughlin, Laughlin… memorízalo Sash. La chica era Jesse Kirsch, Thomas Craig el de las pantallas y el de la fuerza bruta Jonathan Andrews… vale, me quedé con la copla. El pequeño y su madre Leona y Michael… Sin duda el ambiente que guardaban entre ellos era cuanto menos familiar. Lo que no entendí es por qué la madre permitía que Jonathan le levantase así la mano a su pequeño.

Nos invitaron a sentarnos y eso relajó al equipo, a mí incluida. Retiré las cintas que me colgaban del traje y me senté escuchando tranquilamente al nuevo grupo.

El Dr. Laughlin tenía una mirada interesante e intensa, cargada de seguridad y calma.  Pero cuando preguntaron por sus compañeros, la tensión fue palpable en las miradas de mi gente. Levanté la vista buscando a Plana, ya que era el que nos estaba dirigiendo, esperando su respuesta. Supo comportarse, supo explicarse con tacto y comprensión sin dejar de mantener la mente en frío. Era un buen capitán.

Mis nervios se acentuaron ligeramente cuando Jesse se enzarzó defendiéndonos, nos llamó héroes. Era una palabra muy grande para mi gusto pero… No sé. Sólo queríamos ayudar. ¿Dejamos rastro de destrucción? Y sus centibots no, ¿no? No pude evitarlo, Jonathan me caía como una patada en el culo. Susurré a Plana discretamente – Si al dividirnos alguien tiene que quedarse con él, creo que debería ser yo. Tú eres bueno en campo y tienes menos riesgos que cualquiera de nosotros. Di es aun joven y Blair ha pasado por una experiencia traumática hace muy poco. Además sabes el carácter que tengo- dije alejándome recuperando la postura inicial, siendo lo más discreta posible. Cuando lanzaron una de las pistolas me quedé fijamente mirándola. No entendía mucho de tecnología así que la mitad de la explicación se me escapó entre los dedos como a un niño el verano. Y no tenía experiencias en armas de fuego así que… No me tocaría a mí cargarla. Dejé que todos expusiesen su opinión y luego me expliqué.

-Bien, pues… Yo soy Celsit y puedo fundir cualquiera de las máquinas que hay aquí en un par de segundos- dije firme, sin amenazas ni chulerías – A mí dejadme donde me necesitéis más y creáis que voy a ser más de utilidad. Soy muy polivalente y nada proscrita - dije mirando a Jonathan sonriendo de medio lado.  Estaba preparada para todo.

Mientras los adultos conversaban y se ponían al día; quién era quién y qué hacían allí, la rebelión robótica, etc…, Dianne se dedicaba a pasearse por la sala, tocando las paredes y dando pequeños golpecitos con su bastón (el cual había sacado y desplegado). Buscaba reconocer el lugar mediante el uso de las ondas de sonido que hacía con los ruidos al chocar. Bajo tierra, muy profundo, quizás demasiado. Y encima había sido incapaz de memorizar el camino. No le gustaba sentirse encerrada, pero a unas mañas podría esforzarse mucho mucho mucho para crear un escudo que destrozara todo el techo y les abriera un camino.

No sabía que pensar. Estaba claro que mentir, no mentían. Ella lo sabría. Quizás pudiera ser que alguno omitiera información, y si era posible podría ser el tal Jonathan. La hostilidad hacia el grupo de x-men era palpable. Probablemente fuera porque no era de su agrado los mutantes, pero quién sabría.

-Me llamo Locke y sé que piensan en mis escudos de una sola forma: como defensores. Pero me gustaría aclarar que soy una muy buena opción como agente de campo. Podría rastrear lo que quiera que esté allí fuera además de usar mis escudos como arma. Pero haré lo que decida Positrón, estoy bajo sus órdenes.

La invidente siempre había sentido que la relegaban a puestos defensivos y por ello se sentía desaprovechada. Quería salir allí afuera a “patear traseros”, pero ciertamente había que priorizar a los civiles. Bueno, no tan civiles, pero había un niño entre ellos y su seguridad primaba. Y bueno que estuvieran allí dentro tampoco garantizaba del todo su seguridad.

Sentí la mirada de la mujer cuando hablé acerca de su compañero facellido que habíamos encontrado. Puede que hubiese sido poco táctil, pero tal y como estaba la situación prefería ir con la verdad por delante y dejarme de historias. Todos estábamos en peligro, y cuanto antes asimilásemos eso mejor.

Nos explicaron la situación, y las opiniones respecto a nosotros eran variadas cuanto menos. Jesse parecía apoyar nuestra causa, incluso llamándonos héroes. Una pequeña lucecita que hacía tiempo no sentía en mi interior. Sonreí levemente para mí, aunque no me dejé embaucar por ella. Andrews, por el contrario, era un ejemplo más típico del sentimiento adverso que los humanos sentían hacia nosotros. Nos consideraban proscritos, villanos, criaturas que no dudaríamos ni un instante en aprovechar nuestros poderes para esclavizarlos. Y aunque razón no le faltaba, puesto que siempre los había de ese estilo, no todos éramos así. De hecho, la gran mayoría únicamente buscábamos ser aceptados entre ellos. Hacer nuestra vida igual que ellos hacían la suya. Unas punzadas me pinchaban el corazón cada vez que nos lanzaban cosas o nos insultaban. O al menos, solían hacerlo. Con el tiempo aprendí a pasar de las críticas y los insultos. Ahora era casi el pan de cada día. No era algo agradable, pero uno aprendía a convivir con ello al final.

Tejí rápidamente un plan de ataque que cambié varias veces a lo largo de la conversación. Blair accedió a permanecer allí dentro ayudándonos con los ordenadores. Era la mejor en ello y que estuviese allí por elección propia me gustaba. Le asentí en señal de reconocimiento. Sasha pasó cerca de mí y me expuso su situación. La verdad es que tenerla a ella ahí dentro era también verdaderamente útil. De hecho, sabía que la principal debilidad de mi compañera eran los combates a distancia, y unos cenibots voladores capaces de disparar proyectiles láser o de plasma o de lo que fuesen no era lo que yo llamaría un combate cuerpo a cuerpo. Con respecto a lo de Dianne y su juventud, sonreí para mí y arqueé una ceja.

- También lo fuimos tú y yo en nuestro momento, y mira qué poco caso hicimos a nuestra edad. Si te soy sincero, prefiero que Dianne venga conmigo. No me gustaría ser el único de los nuestros que está en el campo de batalla. Además, al ser ciega, tendrá más oportunidades de ver en la noche que nosotros. De hecho, sus escudos pueden protegerla. Tranquila, tendré cinco ojos puestos sobre ella, y el sexto lo usaré para localizar al peligro que acecha. Y la verdad es que me gustaría que tú estuvieses aquí dentro con Blair. Confío plenamente en ti, y el combate cuerpo a cuerpo es tu especialidad. Dudo que dentro de este edificio se pongan a disparar a diestro y siniestro, y si me llevo conmigo a los principales luchadores buenos no creo que tengas dificultad en frenarlos si se diese el caso. Gracias por los consejos.- Y le guiñé un ojo cómplice. Aunque yo era el capitán de aquel grupo, me gustaba escuchar todas las opiniones que mis compañeros me brindaban, especialmente Sasha, puesto que era la que más tiempo llevaba en el mundo de las misiones junto a mí.

Cuando acabó la explicación, me froté las manos y sonreí.

- Bien, la situación es la siguiente. Tenemos dos misiones. La primera, salir ahí fuera a intentar encontrar lo que quiera que sea que esté atacándoos y que se mueve en la noche. La segunda, conseguir traer un cenibot para que podáis analizarlo con cuidado y ver qué variaciones puede presentar. El plan es el siguiente. Celsit y Root se quedarán aquí en el edificio de apoyo y por si acaso algo consiguiese superar los escudos del mismo. Locke vendrá conmigo ya que posee sus propios escudos que pueden protegernos, pero también golpear con fuerza a nuestros enemigos. Además, al ser ciega, su principal sentido no es el de la visión, y puede ser capaz de "ver" y sentir cosas que nosotros no podríamos. Además, Jesse vendrá con nosotros, así como Andrews.- A decir verdad, Andrews era el que menos confianza me inspiraba de todos, y prefería tenerlo cerca. Le di mi pistola a Jesse y negué con la cabeza.- No se ofenda, pero no me gusta usar armas. Tengo mis poderes que me bastan y me sobran. Además, tengo mucha mejor puntería con ellos que con un arma de fuego. YH mis rayos pueden dejar fuera de combate a los cenibots con tanta facilidad como los disparos de estas armas. Nuestra principal misión será la de encontrar uno de esos robots y traerlo de vuelta en la medida de lo posible. Cuanto antes puedan ponerse con la investigación mejor. Luego nos encargaremos de encontrar a lo que sea que está atacando. ¿Alguien tiene alguna cosa que objetar o quiere proponer algo?- Después me acerqué a la pequeña Di y sin tocarla le susurré unas palabras al oído.- Si notas en cualquier momento que alguien miente, informame de ello inmediatamente, ¿entendido? Sé que eres capaz de sentir cuando alguien miente. Confío en ti. Y por cierto, ahí fuera serás nuestros ojos. Lo harás bien, no te preocupes.-

Confiaba en todo mi equipo, y a pesar de lo que había sufrido también quería confiar en que los hombres que allí se encontraban estarían a la altura. Todo estaba a punto de comenzar. El tablero estaba dispuesto, y las fichas a punto de moverse. Sólo el tiempo diría cómo funcionaría el plan.

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Planaria y Dianne continúan su aventura aquí.

Blair y Celsit continúan su aventura aquí.

Logan quedó sobresaltado por la reacción de la chica.
El ninja había saltado para atacarle. Realmente dudaba que fuera a poder hacerle algo, pero estaba dispuesto a luchar de nuevo, una y mil veces en la misma noche si fuese necesario.
Pero en cambio la cosa había sido muy cómica.

Ninja en el aire, arma fuera esperando a dar un golpe letal con sus brazos arqueados hacia atrás para dar aún más fuerza al impacto.

Logan siente cada centésima de segundo pasar como segundos, saca las garras, sintiendo cada milímetro de las hojas atravesar su carne como su fuera mantequilla. Eleva los brazos para detener el golpe.

Ninja impacta contra la barrera invisible oyendose un:
-¡Ouch!.-
-Eso ha tenido que doler.-

Spoiler:

El ninja cae de espaldas en la misma posición que impactó contra la barrera tras desprenderse de ella. Quedando sollozando y muy aturdido.


Logan no puede evitar sentirse entre insatisfecho por haber tenido que sacar las garras para nada, pero a la vez tampoco deja de sonreir, eso ha tenido gracia, no es que hiciera falta, pero ha tenido su gracia.
-En fin, peor es que te corten un polvo.- Dice a media voz intentando que los más jóvenes no le escuchen.

Se acerca con paso lento e intentando disimular sus sentimientos.
-¡Y ahora qué hacemos?.-

Por suerte, y tal y como había pensado, dentro del edificio todo había ido bien, sin muchos contratiempos. Sasha lo había hecho genial, haciéndome sentir orgulloso una vez más. Blair había metido la pata con lo de dejar a su compañera en una posición de desacreditación total, y hablaría con ella. Pero no ahora. No en ese momento. Teníamos cosas más importantes que hacer. Cuando íbamos a entrar un ninja más perdido que un pulpo en un garaje saltó hacia el edificio, chocándose con el muro invisible y quedando aturdido en el suelo. EN cualquier otra situación tal vez me habría hasta reído, pero tenía demasiadas cosas en la cabeza como para distraerme. No era agradable ver cómo destripaban o decapitaban a gente, por mucho que ya lo hubiese visto más de una vez. El comentario de Logan acerca de lo que era peor sí que me sacó media sonrisa. Señor, qué mal. A saber cuántas veces le habrían cortado uno. A Sasha y a mí por el momento nunca nos habían cortado nada, pero imaginé que debía ser algo bastante molesto y puñetero. En fin, entremos y dejemos de pensar en esas cosas.

Entramos y nos encontramos a toda la tropa allí metida, excepto la madre del niño y el doctor. De esos no había rastro alguno. Me dirigí a Sasha y la abracé, como si llevase una eternidad sin verla.

- Gracias amor... Lo has hecho genial. Has sido muy valiente con estos dos cabrones... Sabía que podía contar contigo.- Miré a Blair a quien asentí, serio. No iba a echarle la bronca con todo el mundo delante, pero sí que tendría unas palabritas con ella. Miré al resto y asentí.- Este es Logan. Es uno de los nuestros. Nos ha ayudado mucho con todo lo de los ninjas. Ella también. Son aliados. Ella podrá explicarnos tal vez la situación que tenemos entre manos mejor que yo. Y vosotros a ella también. Cuanto mejor informados estemos más posibilidades tendremos contra nuestros enemigos.-

Blair entendía menos que nada, no conocía a aquella mujer de rojo que acompañaba a sus amigos y desde luego tampoco sabía que demonios era aquella dichosa “Mano” de la que hablaban, y ver aparecer a aquel ninja le parecía completamente subrealista. Estaba demsiado sorprendida como para reparar en la mirada que Planaria le había dirigido, en aquel momento parecía que tenían problemas más gordos sueltos. Hasta donde sabía, no sólo tendrían que ocuparse de un centinela fugado, sino también de ninjas... ¿De verdad existían los ninjas? Siempre pensó que eran tan sólo una pintoresca figura japonesa que había sido mitificada al extremo en el cine y las novelas. La idea de que realmente un tipo de pijama negro pudiera matarla le resultaba chocante.

- Si el centinela emite algún tipo de señal intentando comunicarse con los centis, es probable que pueda aislarla y encontrar su origen, pero necesito tiempo, nunca he visto un centinela y ahora mismo no se exactamente que es lo que tengo que buscar, puede llevarme unos segundos o unos minutos, no lo se.

Sin esperar una respuesta por parte de sus compañeros se puso manos a la obra, aunque el idiota de Gyrich la interrumpió con una amenaza que le hizo bastante gracia dadas las circunstancias en las que se encontraban. Si aquellos hombres del pijama negro entraban, dudaba mucho que quedara nadie que pudiera denunciar a alguien.

- ¿Que delitos? ¿Tienes pruebas de que yo haya mostrado el contenido de tu ordenador? Además, a nombre de quien vas a poner los delitos? Gyrich, asúmelo, te has quedado con el culo al aire y ahora depende de nuestra enorme buena voluntad de que no te atemos a un mástil y te dejemos ahí para ver si los ninjas te meriendan. Que yo sepa aquí nadie ha vendido nada, así que los centis son propiedad de sus creadores, que consideran que se han vuelto peligrosos y deben ser destruidos o al menos, inutilizados, y opino lo mismo que Dianne sobre el asunto del centinela. ¿Que clase de jefe de seguridad le oculta algo así de importante a su equipo? Eres un sociópata Gyrich, deberías hacértelo mirar.

Siguió rastreando la señal del centinela, cuando apareció Michael, con una exclamación, había terminado el rastreador para los centis, pero las cosas no iban tan bien como deberían, ese campo de masa que los mantenía alejados a ellos de lo que al parecer eran un peligroso grupo de hombres adiestrados en el arte del asesinato por la espalda, no estaba funcionando correctamente. Un problema, y uno grave. Se acercó a Jesse con premura ofreciendo su ayuda.

- Si hay algún error en el programa puedo intentar buscarlo. No soy informática, pero las matemáticas y los algoritmos se me dan bien, puedo intentar localizar el error, si sirve de algo. No creo que sea aconsejable que bajes al sótano.

Blair estaba asustada, era imposible no estarlo tal y como se estaban desarrollando las cosas. Ninjas, un centinela, parecía que nada podría salir peor aquel día. ¿Que había hecho para merecer aquello? El karma la odiaba, eso estaba claro.

-¡BASTA, OS COMPORTÁIS COMO CRÍOS!.- Gritó Logan enérgicamente.
-¿Creéis que este es momento de pelearse a ver quién tiene o no razón?.-


-No tenéis ni idea de lo que representa estar aquí, tanto peor es que los de ahí fuera entren como que los centinelas empiecen a actuar, porque ¿a por quién van a ir primero?.


-Ni lo penséis, está a punto de salpicarnos mierda por los todos lados y como no paréis os voy a tener que dar una torta a cada uno para que veáis claramente las prioridades.-

Se acercó a Planaria y a Elektra intentando calmarse, y les dijo.
-Lo que haya que hacer, hagámoslo antes de que empiece el espectáculo.-

Empezaron a ponerme de los nervios discutiendo de nuevo. Qué pesadilla, que gente más poco profesional. Vale que el doctor quisiese mantener cierto secretismo con sus asuntos, pero estábamos en una situación verdaderamente peliaguda y tensa como para andar con historias de esas. Si había que bajar para proteger todo eso se bajaba y punto, basta ya de tanta discusión y tanto misterio. Y para colmo, al parecer había un centinela por ahí fuera danzando. Los centinelas eran una de las pocas cosas contra las que había tenido problemas a la hora de enfrentarme a ellos. Esos cabrones tenían la capacidad de bloquear a los mutantes con una facilidad pasmosa. De hecho, eran de las pocas cosas que podían frenarnos frente a un ataque o una rebelión.

Entonces la cosa se puso más que interesante. Gyrich nos prohibió literalmente tocar nada de los centis ya que eran propiedad del gobierno. Sonreí negando con la cabeza y me acerqué a él, agachándome para estar a su altura.

- Lista de delitos, ya... Mira Gyrich, me importa una puta mierda la cantidad de delitos que añadáis a vuestra lista. Me importa una mierda lo guay que te creas. Ahora mismo estamos todos bien jodidos por culpa de la Mano esa, y si no nos echas un cable es posible que tú salgas ahí fuera a ver si las queridas propiedades del gobierno reconocen a un miembro de este y no te destripan. ¿Quieres intentarlo? ¿Probamos suerte a ver qué pasa? O nos dices de una vez todo lo que sabes o vas a tener tantos problemas como nosotros, y te aseguro que si esos tíos entran aquí les va a importar bien poco quien coño te crees que eres y o qué haces aquí. ¿Ha quedado claro?- Mis ojos eran mucho más rojos de lo normal y se pudo notar un deje de verdadero cabreo en mis palabras. Le hablaba totalmente en serio, midiendo un poco también lo que decía. Esos hijos de puta seguro que nos crucificarían en cuanto saliesen de ahí, tachándonos de asesinos y vete tú a saber qué mierdas más. Pero ahora mismo ese era el menor de nuestros problemas. Si la Mano entraba ahí o el centinela nos podíamos dar por jodidos.- Llevo toda la noche peleándome con putos ninjas que casi nos matan. Estamos de agua hasta el cuello y tú no haces más que joder y joder, y me estoy empezando a cabrear a base de bien. Y ten una cosa muy clara Gyrich. Si sigues negando que haya un centinela pero luego resulte que lo encontramos... Bueno, tú asegúrate de que eso no pase, ¿vale? Porque tengo muchas maneras de convertir tu vida en un infierno, así que no me toques más los cojones. Te lo voy a preguntar una última vez. ¿HAY UN PUTO CENTINELA AQUÍ?-

ME volví al resto de nuevo y me dirigí a Jesse con el gesto serio.

- Te acompañaré. Puedo recargar la energía del campo con mi electricidad. Si eso sirve puedo dar tanta como necesite. Incluso podría iluminar la ciudad si fuese necesario. Logan, Sasha y tú,- dije dirigiéndome a la mujer de rojo, de la cual aún desconocía el nombre,- encargaos de protegerles hasta que volvamos. Intentaremos hacerlo lo más rápido posible para evitar mayores complicaciones. ¿Os parece bien el plan? Entre los dos creo que podremos arreglar esto. Vámonos de una vez antes de que alguien salga herido.-

OCC:

En cuanto entré por la puerta todos se volvieron a mí, ávidos de respuestas. Me froté un poco las manos y me acerqué hasta mis compañeros suspirando un poco. No había pasado demasiado tiempo, a lo sumo unos diez minutos, pero tenía la sensación de que hubiese sido una eternidad. Miré a mi espalda para ver que no me habían seguido y me preparé para hablar.

- Vale, el generador está en perfecto estado, pero hemos encontrado algo con lo que no esperábamos. Un conducto que lleva bajo tierra bastantes metros. La idea era ir, activar el generador y volver y ya decidir qué hacíamos, pero con esta nueva incógnita tenemos que organizarnos. Vamos todos. No os voy a dejar aquí otra vez.- Esto último iba por Sasha, ya que con ella cerca siempre sentía seguridad y calma que en ese momento necesitaba como nada en este mundo. No tenía ni idea de qué encontraríamos allí abajo, pero no me gustaba ni un pelo, y si iba a bajar allí sería con las personas en las que más confiaba.- Jesse y Elektra están allí abajo esperándonos. No han venido por si acaso salía alguien o encontraban algo que les sirviese en el transcurso del camino. El generador está hecho de energía ionizada. Para los que no lo entendáis, es el mismo tipo de energía que usan los centinelas. No me gusta ni un pelo. Jesse además no quería decirme qué era. Por suerte para nosotros sé bastante de energía y electricidad, y he podido sonsacárselo. Lo que no sé es qué hacer con todos estos... ¿Qué opináis? ¿Deberíamos llevárnoslos? Por el momento al menos me dirigiré a ellos.-

Me volví entonces hacia las personas que allí habíamos encontrado, intentando sonar lo más diplomático que pude, ofreciéndoles las muñecas en un esfuerzo enorme para aparentar sinceridad y tranquilidad.

- Gracias por ayudarnos y ofrecernos vuestros conocimientos. No tenemos ni idea de cómo acabará esto. Jesse está a salvo y en perfeto estado. Sabemos qué es el motor que tenéis aquí, así que por favor, si tenéis algún tipo de información que podáis darnos antes de bajar os lo agradeceríamos de corazón.- Seguro que algo sabían, y ahora que conocíamos la verdad tal vez estuviesen más dispuestos a hablar y contarnos todo sin miedo a que hubiese represalias.