Mijaíl R. Zvolinsky, el gato de la mala suerte.

Descendiente de dobles agentes rusos que se establecieron en EEUU tras la guerra fría, tuvo una infancia normal hasta los 5 años, momento en el cual algún tipo de entidad sobrenatural acabó con sus padres, toda su familia cercana, dejándole vivo por alguna razón desconocida (aunque el siempre creía recordar que le hizo “algo”). Tras este suceso, archivado como una explosión de gas, se encerró en sí mismo dedicándose plenamente a sus estudios. Desde siempre le había encantado la física y era alguien curioso, pero se volvió alguien casi obsesivo con el convencimiento de que podía encontrarse una explicación para los seres como el causante de su desgracia y, en consecuencia, combatirlos. Tras doctorarse con honores en física teórica a los 23 años, se convirtió en profesor e investigador adjunto de la universidad y dedicó todos sus recursos a lo que tanto ansiaba (para mofa, en muchos casos, de sus compañeros). Pero alguien sí se fijó en la investigación y, poco después, agentes de SHIELD contactaron con él para que formara parte de un grupo de investigación para combatir amenazas sobrenaturales. Como miembro de este grupo recibió un amplio entrenamiento militar en el que resultó bastante competente, sin embargo dada su naturaleza observadora, destacó especialmente en su puntería y resultando un francotirador excelente, así como en su capacidad para dirigir pequeños grupos de forma eficaz desde la distancia. Además se ganó una fama especial por su sangre fría en las situaciones más horrendas y por su capacidad de improvisar planes a gran velocidad, cosa que combinada con todo lo demás se le empezó a subir a la cabeza.
Un día, se le ofreció la oportunidad de participar en un experimento un tanto extraño. Al parecer alguien que trabajaba para la organización estaba intentando crear algún tipo de poder artificial que ayudaría a los agentes en trabajos peligrosos. Este hombre afirmaba que sería muy útil, pero que necesitaba una persona con cierta predisposición genética y afirmaba que tras ver las fichas de los agentes, Mijaíl era el más idóneo.
Al inicio los resultados fueron decepcionantes. Tras varios días de extraños rituales y experimentos, apenas había cambios, aunque a veces creía escuchar voces en su cabeza y tenía leves fogonazos apenas distinguibles. Cuando el hombre decidió acabar su experimento, la conclusión fue que había sido un fracaso, ya que lo único que había conseguido era provocarle migrañas. Poco después, desapareció sin dejar rastro y ni los que le habían contactado pudieron localizarle.
Pero un día, en su laboratorio, comenzó a sentirse inquieto. Los síntomas que apenas se notaban tras el experimento comenzaron a incrementarse, y le parecía ver a un extraño niño de piel oscura acechándole desde diversos sitios, pero cuando lo buscaba no había nada. No tiene muy claro lo que sucedió a continuación pero de inmediatamente comenzó a sufrir fortísimos dolores de cabeza y a verse a sí mismo cayendo al suelo… pero también corriendo en varias direcciones a la vez, y quedándose quieto. Atrapado en un maremágnum de imágenes y “recuerdos” que no estaban ahí, tuvo que hacer un brutal esfuerzo mental para convencerse a sí mismo de que estaba “quieto en el mismo lugar”. Lo logró a duras penas.
Aquel incidente convirtió su vida en un infierno, al menos al inicio. No tardó en darse cuenta de que los “recuerdos” que aparecían constantemente en su cabeza no eran otra cosa que lo que él podría estar haciendo en ese preciso instante… TODO lo que podría estar haciendo en se preciso instante. Un millar de opciones bailaban en su cabeza, provocándole una situación terrible… y en el momento en que pensó esto, se volvió peor, ya que vio como una de sus posibilidades se suicidaba por no poder aguantar la presión y tuvo que pensar con todas sus fuerzas en que eso NO había ocurrido por miedo a que se hiciera realidad.
Afortunadamente, descubrió que había algo que estabilizaba ese caos: personas. En el momento en el que alguien le estaba viendo todas esas posibilidades cesaban y quedaba un ruido sordo en su cabeza. Al parecer si alguien le estaba viendo, solo podía estar donde y como se le veía. Esto le hizo aficionarse a algo que antes le resultaba poco atractivo: La compañía humana. De repente pasó a ser inusualmente sociable y siempre estaba con gente, para gran sorpresa de sus compañeros de trabajo. De hecho la idea de estar solo le aterraba.
Un día decidió conocer toda la verdad sobre el experimento y su creador a toda costa, pero sus superiores se negaron a proporcionarle la información ya que el experimento era alto secreto y, en teoría, había fallado. Así que se dirigió al archivo y se quedó mirando fijamente la perta. Justo estaban haciendo cambio de archivos de vídeo, por lo que si entrara ahora nadie lo vería. Por desgracia no podía entrar, era zona restringida y no tenía acceso, así que regresó apesadumbrado a su laboratorio y, al pasar frente al despacho de su jefe pensó que si tan solo, casualmente, su jefe se hubiera dejado la tarjeta de acceso en la mesa… Efectivamente, allí estaba la tarjeta, como salida de un milagro. No pudiendo creer su suerte, se dirigió de vuelta al archivo y leyó el informe sobre el experimento.
Lo que vio le dejó helado. Al parecer, el hombre se trataba de algún tipo de entidad que había hecho un trato con algunos miembros de la organización, prometiendo unos excelentes resultados. Pero lo que le dejó helado era una foto identificativa del ser, al que pudo reconocer claramente a pesar de los años transcurridos… 11 años, desde que tenía 5.
Aquel experimento no era otra cosa que un intento de crear una entidad artificial que representara la causalidad, y que la organización podría controlarle como una útil herramienta en sus actuaciones. Así mismo se insinuaba que aquella entidad ya había sembrado las “semillas” del proyecto con anterioridad, en alguien con un gran potencial místico. Por otro lado había notas dejadas por la entidad en las que afirmaba que, al contrario de lo que se creía, el experimento había sido un éxito excesivo, y que si alguna vez el sujeto enloquecía por cualquier causa, era posible que evolucionara a Entidad incontrolable y con un poder monstruoso. Estos archivos fueron borrados esa noche y no quedó ningún rastro de ellos.
Durante los meses siguientes, todos los superiores relacionados con el experimento murieron de diversas casualidades, aunque solo eran experimentos con sus nuevas capacidades, el resultado fue más que satisfactorio. Uno cayó por unas escaleras partiéndose el cuello, a otro le dio un infarto… y al último le mató con un rifle de francotirador a una distancia de apenas 10 metros y delante de testigos, pero claro, el rifle ni siquiera tenía cargador y estaba estropeado, nadie podía prever que una bala se hubiera quedado encajada en una protuberancia interna y que, casualmente, se hubiera cargado en el arma. Nadie le responsabilizó por los hechos, pero él se retiró del servicio activo  a los 26 años argumentando una fuerte impresión así como repetidas migrañas desde el experimento (cosa que los demás ya conocían).
Permaneció en la universidad, si bien cogiendo descansos regulares a causa de sus dolores (todo fingido) mientras recibía una paga regular de SHIELD como agente retirado por prejuicios en acto de servicio (él se la toma como una indemnización por lo que le hicieron algunos de sus superiores).
Pero mientras tanto continuó experimentando con sus capacidades y empezó a trabajar como mercenario de forma encubierta. Al inicio simplemente se encargaba de casos que implicaran fuerzas sobrenaturales, pero pronto comenzó a extender su área de influencia a cualquiera que el considerara merecedor de “erradicación”: narcos, asesinos, traficantes de humanos… Todos morían por ataques de mala suerte o, en caso de que fueran asesinados de forma clara, el culpable escapaba con tal fortuna que nadie era capaz de alcanzarle o identificarle posteriormente.
Empezó a usar el nombre de Black Cat en el mundo de los mercenarios por sus capacidades situadas entre la mala suerte, por un estar-no estar en los sitios que le recordaba al gato de Schrödinger, así como por el gusto que le había cogido a los gatos tras su cambio, ya que descubrió que la mítica “sensibilidad” natural de los felinos ante lo sobrenatural había demostrado estabilizarle hasta cierto punto, incluso si no había presencia humana.

Todos sus poderes están relacionados con principios de física cuántica y causalidad.

-Principio de Incertidumbre Inversa: Esta es una habilidad pasiva. Él y todo lo que esté con él (equipo, vehículos…) que no sea un ser inteligente se ven afectados. Los seres inteligentes se pueden ver afectados si no perciben nada (dormidos, inconscientes o con sus sentidos bloqueados).
Todo lo afectado que no esté siendo detectado físicamente por otra persona entra en un estado de incertidumbre, de tal forma que puede estar en cualquier lugar en el que pudiera estar desde su última detección. El personaje puede saber cierto número de sus posibilidades y elegir una en el momento de su visualización.
Ahora explicando: Aplicado a él mismo, desde el momento en que deja de ser detectado por alguien más, en su mente aparecen todas las líneas de acción que podría estar tomando, y todas ellas son reales hasta el momento en que decide cual es la definitiva, el problema es que son tantas posibilidades que si las contemplara todas podría enloquecer. Su número habitual de líneas es entre 2 y 3, aunque puede aumentarlas hasta 5, números superiores le harían enloquecer.
Si una de esas líneas es detectada puede elegir volverla real (destruyendo el resto) o elegir “no estar ahí” y seguir con el resto. También puede auto contenerse totalmente y no seguir más que una línea, lo cual solo puede hacer gracias a su extraordinaria fuerza y estabilidad mental porque es casi tan complicado como seguir 5 líneas.
Aclaro “ser detectado”: Se consideraría que se está siendo detectado cuando se fija en él un ser consciente (esto puede incluir super IAs). Cuando, por ejemplo, camina por la calle y la gente le ve, pero no se fija porque es uno más de la marea, no afecta a su poder.
Para su equipo: Se aplica el principio de incertidumbre igual que al personaje, de tal forma que el personaje también destruiría el efecto si se fijara en sus armas y equipo. Por ello suele hacer que una máquina meta armas a azar en su bolsa o mochila y en su traje, y al no saber que tiene, cuando saca un arma puede ser cualquier arma de su arsenal (generalmente la que le conviene, pero no siempre). Por supuesto, el arma tiene que poder estar ahí guardada, no es posible meter un lanzamisiles en un bolsillo.
Para su vehículo solo se aplica en función del propio personaje, no es que pueda estar en cualquier vehículo, sino que el vehículo puede estar en cualquier lugar en el que el personaje pueda haber viajado usándolo.
Además este poder permite que el personaje siga varias líneas de pensamiento simultáneas (de forma análoga a su cuerpo) hasta un máximo de 5 (incluso si está siendo observado, ya que no observan sus líneas de pensamiento). Esto no quiere decir que pueda pensar más rápido, simplemente piensa más cosas a la vez.
Otro efecto es referente al envejecimiento: Dado que la división celular causa deterioros y envejecimiento debido a degeneraciones casuales, el principio de incertidumbre hace que “casualmente” no se produzca esta degeneración, con lo cual el personaje no envejece a nivel celular y no morirá por la edad.

-Manipular Causalidad: Podría considerarse una versión activa del Principio de Incertidumbre. Mediante esta habilidad el personaje puede invocar una casualidad que podría ocurrir. Por ejemplo el arma que va a disparar contra él podría encasquillarse “casualmente”, o esa pared podría derrumbarse, o podría dale un infarto a alguien, o un tumor entrar en metástasis… El uso de esta habilidad pasa una factura muy dura a la mente, ya que esta pierde el control sobre las posibilidades y corre riesgos sobre su propia salud mental. Por supuesto el efecto depende de lo improbable de la casualidad. No es lo mismo que alguien torpe tropiece caminando en un suelo pedregoso frente a que alguien ágil y bien entrenado se tropiece andando por un suelo liso. Le es imposible causar casualidades con duración temporal, solo cosas puntuales.
Dada la inestabilidad que produce este poder, cuantas más líneas de realidad esté siguiendo simultáneamente mediante la Incertidumbre, menos podrá usar este poder. Con números cercanos a 15 casi no puede manipular nada, mientras que si está bloqueado en una única línea porque alguien le está observando, la manipulación resulta mucho más sencilla.

-Uso combinado: Existen varias situaciones en las que ambos poderes se pueden usar en conjunto, teniendo en cuenta que se podrían casi considerar como las partes activa y pasiva del mismo poder. Por ejemplo, si el personaje deseara un arma en concreto y no quisiera ninguna otra posibilidad, podría emplear un pequeño empujón casual para que el arma que sacara fuera justo la necesitada.
Otro uso es para cosas que afectan al propio cuerpo pero son tan extraordinariamente improbables que la incertidumbre tampoco vale para provocarlas. Un ejemplo sería atravesar paredes según los principios de mecánica cuántica: Esta teoría afirma que existe una posibilidad infinitesimal de que al apoyarse en una pared los átomos de un ser atraviesen la pared limpiamente, pero es tan improbable que hace falta un empujón bastante importante de Causalidad para que esto pueda suceder. Dado que es sobre uno mismo y se aplica también la incertidumbre, el coste es menor que el estándar para esa probabilidad. Atravesar una pared sería una acción difícil, pero hacer que otro atraviese una pared es tan difícil que llevaría al personaje a la locura de inmediato.
Otros:
Todo intento de leer, manipular o borrar cosas de su mente serian como intentar hacérselo simultáneamente a todas las posibilidades que están en su mente (Lo cual es equivalente a no poder hacerlo). Por contrapartida cualquier ataque con intención de confundir resulta enormemente efectivo, dejando al personaje KO con mucha facilidad.