Área 51-B (Libre)

Pinnacle Peak es un pequeño pueblecito situado en Arizona, uno de los estados más famosos de EEUU debido a sus inconfundibles desiertos de arena roja y gigantescas rocas que se elevaban hacia el cielo. Los paisajes más comúnmente relacionados con el salvaje oeste solían ser la atracción de muchos turistas, con el Gran Cañón del Colorado como visita estrella. Solían ser tierras tranquilas, llenas de animales salvajes como coyotes, serpientes y los famosos correcaminos. Pasear por allí en coche era toda una experiencia para la vista y el recuerdo.

Pero aquella noche no era precisamente una apacible y tranquila noche. Los habitantes del pequeño pueblecito se preparaban para acostarse, sin saber que estaban siendo vigilados. Unas ovejas comenzaron a balar asustadas, y los caballos relinchaban como si acabasen de ver un fantasma o un muerto. El dueño de aquellos animales salió a la calle, armado con su rifle de dos cañones. Encendió la luz del porche y se dirigió hacia su rebaño. Las ovejas corrían en círculos dentro del pequeño establo, y los caballos golpeaban las puertas de sus cuadras con las patas. El granjero movía la linterna de aquí a allá, mientras intentaba calmar a sus bestias, en vano. Entonces vio algo que llamó su atención. En medio del camino, había una mancha de sangre. No era especialmente grande, de apenas treinta centímetros de diámetro, y un pequeño rastro se dirigía al granero. El sonido del arma cargada se mezcló con el de los bufidos y relinchos de los animales, y se dirigió hacia el edificio. Los coyotes eran muy dados a atacar a los animales de granja por las noches y matar algún cordero o gallina, así que imaginaba que sería algo así. Sin embargo, los animales estaban más agitados de lo normal. Puede que fuesen varios coyotes.

- Muy bien cabrones, ahora os toca pagar la cena.- La puerta del granero estaba ligeramente abierta, lo cual extrañó aún más al granjero. Él recordaba perfectamente haberla cerrado hacía apenas un par de horas. Empujó el gran portón con cuidado y enfocó con la luz al medio del granero.- ¿Pero qué cojo…?

Una gigantesca mole negra, de unos dos metros de altura y exoesqueleto devoraba ávidamente una oveja. La soltó en cuanto el granjero apareció y se dirigió hacia él con lentos pasos. El granjero cayó de espaldas, provocando que la linterna rodase ligeramente por el suelo. Dos disparos rompieron el silencio de la noche y un aterrador grito desgarrador los acompañó.


En las oficinas del B.P.R.D siempre llegaban a diario amenazas y avisos de extrañas criaturas que asolaban el mundo y lo convertían en pesadillas. Demonios, brujas, criaturas mitológicas… Cualquier cosa sobrenatural que atacase la tierra les incumbía a ellos. Y desde la fatídica colisión de mundos, o como la habían llamado, el "evento Omega", las amenazas de criaturas que se colaban de otras dimensiones había aumentado exponencialmente. Algunas eran simples criaturas mitológicas que podían ser paradas por un grupo de hombres. Pero también de vez en cuando se colaba algún bicho algo más fuerte, que requería la presencia de los miembros más fuertes de la organización.

Hellboy avanzaba por los pasillos en dirección al despacho del director Tom Manning, encargado de toda la organización como único jefe desde la muerte del profesor Trevor Bruttenholm. Aquel fue un durísimo golpe para el demonio, pues se había convertido en una figura paterna para él. Los constantes abusos del director Manning no ayudaban además a que el demonio se llevase bien con él. Entró en su despacho de una patada y antes de que pudiese decir nada, el demonio le plantó un expediente sobre la mesa.

- Un troll, un maldito troll. ¿En serio me estás mandando ir a lidiar con un estúpido troll? ¿Acaso tengo cara de niñera? ¡Manda al coñazo de Johann a que hable con el bicho este! Seguro que de lo que le aburre se rinde.- Si una cosa odiaba más que nada Hellboy era que le mandasen misiones de poca monta. Frenar a un troll era de las cosas más sencillas que podía haber, al menos ese tipo de troll. Eran criaturas estúpidas y cabezonas, y tras un par de puñetazos suplicaban clemencia y hacían el trato que les ofreciese la organización. Para Hellboy era como mandar a un inspector de policía a bajar un gato de un árbol. Un insulto, y no estaba dispuesto a ir.- Por mí como si está decidido a dominar el mundo, no pienso ir a dar un par de collejas y luego volverme a casa.

- De hecho, acaba de llegarme un aviso de algo que parece ser más peligroso, de las cosas que te gustan a ti vaya…- Sacó un nuevo expediente de uno de los cajones de su mesa y se lo lanzó al demonio. Este lo cogió y comenzó a ojearlo.- Un granjero muerto y más de diecisiete animales devorados en el pequeño pueblecito de Pinnacle Peak, en Arizona. Nadie sabe a ciencia cierta qué es, pero dicen que podría tratarse de algún tipo de criatura peligrosa o algo. Nuestro equipo ha recogido datos y han mandado esto. Como puedes observar hay una radiación extraña en los restos de los animales. Posiblemente se trate de algún tipo de criatura proveniente de otra dimensión o algo por el estilo. Lo que está claro es que tiene bastante hambre y es peligroso. Tu compañero Abraham ha estado estudiando las huellas y demás y ha dicho que deberías ser tú quien se encargue. Sin embargo, esta vez tendrás que ir solo. El agente Sapiens ha dicho que debido a la alta sequedad de la zona de Arizona no podrá acompañarte, y Johann está algo ocupado con el troll.

- ¿Y Liz? Ella podría acompañarme…- Liz llevaba un tiempo fuera de la organización. Había tenido otro brote pirómano incontrolable y estaba en un centro de rehabilitación, aprendiendo a controlar sus poderes. Sabía que era imposible que ella volviese de momento a la organización, pero le gustaba saber que estaba bien. Tom negó con la cabeza y se lo explicó de nuevo. Ella aún tenía que aprender a controlar sus poderes o podría provocar heridos y muertos de nuevo. "Rojo" asintió con la cabeza y se guardó el expediente.

- Tu helicóptero sale en menos de una hora. Te recomiendo que pases por la armería e indiques a tus compañeros qué vas a llevarte. Y Hellboy, nada de escenitas de héroe, ¿entendido? Acaba con esa criatura y vuelve para cenar.

El viento golpeaba la cara de Hellboy mientras sobrevolaban el desierto de Arizona en el helicóptero de la organización. La oscuridad se cernía sobre y bajo ellos, con las luces de las lejanas estrellas como única guía. Era luna nueva de manera que el gran faro blanco que teñía de un mágico azul el suelo no estaría esa noche para ayudarles. Un enorme puro descansaba en la boca del demonio. Una enorme bocanada de humo abandonaba el helicóptero de vez en cuando, y cada vez que le daba una calada las brasas de la punta de este iluminaban ligeramente su nariz y ojos amarillos. Estaba pensativo. No estaba acostumbrado a enfrentarse a entes alienígenas. Pero había entrado por alguna de las fisuras que se habían abierto en el choque de universos, y por tanto el B.P.R.D. debía entrar en acción para acabar y eliminar al bicho que se había colado y que aterrorizaba a la gente. No se sabía prácticamente nada de él, salvo que tenía mucha hambre.

"Rojo" puso su mano izquierda sobre "El Gran Bebé", un gigantesco lanzagranadas que solía usar cuando la cosa se ponía muy muy fea. Más de una vez había tenido que usar su intelecto además de su fuerza, y no tenía ni idea de qué se iba a encontrar en este pequeño pueblo, pero si le habían designado esa misión es que algo gordo podía ser. Al menos tenía mejor pinta que tener que patear a un estúpido troll. Apuró las últimas caladas del puro. En la lejanía un montón de pequeñas lucecitas se desperdigaban por el suelo, como miles de luciérnagas aglomerándose. Kate Corrigan, una de las mejores agentes del B.P.R.D., encargada de pilotar el helicóptero, habló al demonio por el intercomunicador.

- "Rojo", ya casi hemos llegado. Aquellas luces que puedes ver al horizonte es Pinnacle Peak, nuestro destino. Calculo que aterrizaremos a las 23:45 hora zulú. Ve preparando la munición y armamento que vayas a llevarte. Nuestro equipo de investigación ya está allí, ellos te explicarán la situación en cuanto llegues.

- Estupendo, otro atajo de becarios de pacotilla que creen que todo lo que han leído en los libros les sirve de algo.- Si había algo que Hellboy odiaba eran los ratones de biblioteca. Pensaba que había que tener un mínimo de información del enemigo en cuestión, pero ceñirse única y exclusivamente a lo que aparecía en un papel era una estupidez y una insensatez. Cada criatura era totalmente distinta que la anterior, por muy animales que estas fuesen. Era posible que tuviesen un comportamiento parecido, pero nunca había dos seres totalmente iguales. Y equivocarse con un demonio, un dragón o un alíen devorador de almas solía traer resultados desastrosos.

- ¡Deja de ser un cenizo y anímate! Has conseguido una buena misión en lugar de ir a patear trolls. Deberías estar más alegre.

- Hasta que no haya destripado a ese bicho y me haya hecho una foto con sus restos no estaré contento.- No le gustaba confiarse con niguna criatura, ni siquiera con las aparentemente débiles. Más de una vez se había llevado una sorpresa con bichos que había encontrado y ese no era un día para llevarse sorpresas. Golpeó con la mano de piedra la puerta del helicóptero con fuerza. Estaba cabreado por todo lo de Liz. Deseaba que volviese a estar con ellos cuanto antes, pero los médicos no dejaban de decir que ella necesitaba más tiempo para salir del psiquiátrico y que no podían hacer nada por ella. ¡Malditos inútiles! ¿Y en estos patanes debían confiar su vida? Los pensamientos del demonio eran de lo más iracundo y oscuro posible. Deseaba entrar en el hospital mental a tiros y sacar a Liz y que se dejase de tonterías. Pero no podía hacerlo. Ya había llamado la atención varias veces con sus actuaciones poco discretas, y la leyenda del demonio rojo se extendía por las calles de Washington y Nueva York como la espuma. Suspiró. El helicóptero comenzó a descender y agradeció que la espera hubiese sido tan corta.

Unos segundos después de que se posasen en el suelo, Hellboy salió de un salto del enorme aparato, con cuidado para no chocar con las aspas que aún se movían a gran velocidad. Se dirigió a un grupo de hombres trajeados que hablaban entre ellos, discutiendo acerca de cualquier memez. "Rojo" no estaba dispuesto a meterse entre ellos hasta que se hubiese calmado un poco la situación, de manera que se dirigió a un enorme baúl y un armario de color negro que había junto a un montón de cajas de madera. Los abrió y ante él un montón de pequeños frascos y munición apareció. Cogió un par de relicarios, un montón de balas para su "Samaritano", un enorme revolver con el que disparaba balas santificadas para herir a los entes sobrenaturales malvados, un puñado de gradas y algo de munición para el lanzagranadas. Se encendió un nuevo puro y, tras colocarse todo el armamento por el cuerpo, se dirigió hacia el grupo de hombres que no paraban de discutir.

- ¿Y bien caballeros? ¿Se sabe algo de nuestro hambriento invitado?

"El Gran Bebé":

"El Samaritano":

Comandante… -un dispositivo pequeño era el medio de comunicación de S.W.O.R.D. entraba en la palma de Abigail mientras oprimía un botón para hablar- Informe.

Hemos avistado un helicóptero en las cercanías al pueblo –Abigail frunce el ceño mientras se detiene en un camino vacío- nos aproximamos para saber de quien se trataba… -el soldado aguarda un momento para aclarase la garganta y continuar- una criatura... es la unica que ha salido, de aspecto rojo, cola y algo extraño en su cabeza como si fuesen cuernos cortados, a su vez esta armado con dispositivos que no tenemos en nuestra base de datos.

Abigail frunce el ceño y presiona otro de los botones del dispositivo, este genera un pequeño holograma, el mapa de la ciudad y puntos de color verde indicando la posición de los equipos y de ella misma.

No intervengan hasta que yo llegué - dice con voz clara y alzada, cierra los ojos un momento y suspira, tenia que tratar un plan de accion quizas este era aliado de la criatura suelta en la ciudad, si las armas no estaban registradas y su apariencia hostil delataban una amenaza entonces la mision se complicaba- Mantengan la posición no quiero que intervengan, atentos a cualquier accion e intervengan solo cuando de la orden.

Presiona otro boton y se comunica con el su otro equipo- Sigan buscando a la criatura yo ire a solucionar este nuevo objetivo.

Se frota la cien mientras se dirige a la posición de la criatura roja, corre por la ciudad escondida en las sombras de los edificios mientras su cabeza saca a la luz cualquier estrategia de combate que pueda idear- maldición… nunca se me puede dar nada facil, lo unico que me falta es que llegue uno de los Hulk furiosos.

Al aproximarse a la zona en cuestion otro de sus sensores alumbro con un pequeño destello azul, la alerta de otro espécimen fuera de este planeta y que ella no tenia registro alguno de el- si… mi dia no pudo ser peor, debe ser que me levante con el pie izquierdo y le escupi a la suerte en la boca… -observa el dispositivo y lo presiona, para que deje de iluminar algo mas estaba cerca y debia ocuparse de tres objetivo, vuelve al comunicador llamando al equipo mas lejano- vengan a mi ubicación, necesito refuerzos… ustedes se ocuparan de esta nueva amenaza extraterrestre.

Se encontro con el otro equipo que vigilaba a la criatura roja, la avisto y solo pudo pensar en una infinidad de especies alienigenas que pudiesen estar familiarizadas, las descarto todas al ver su cabeza, sabia que este era uno que nunca habia visto, leido o escuchado, fruncio el ceño y con señales de mano indico al equipo a replegarse y rodearlo, cuando todos estuvieron en posición salio ella sola a la luz y lo observo con el cañon en el hombro-Abigail Brand, comandante de S.W.O.R.D. detente donde estas y manten tus manos donde pueda verlas, si haces un movimiento, aunque sea tu cola se mueve a rascarte un oido veras que realmente estas haciendole el dia difícil a la mujer equivocada.

El equipo C, se dirige a la posición que se encuentra Ignigerd con el mismo objetivo de rodearla.

- Por la información que hemos obtenido de nuestros escáneres parece que se trata de algún tipo de criatura de otra dimensión. Tal vez se haya colado por alguna de las fisuras del choque de universos. Parece ser muy inestable y peligroso.- El que parecía ser el jefe de los hombres trajeados hablaba con el demonio sin dejar de mirar una pantalla de ordenador. Fotos de satélite, de sangre y de huellas aparecían flotando en ella, mientras un montón de números y letras iban escribiéndose automáticamente al pie de cada una.- No debería haberse ido muy lejos.

- Bueno, habrá que ir a saludarlo en ese caso. Después de todo es nuestro invitado y se merece una bienvenida con algunos fuegos artificiales.- Dijo Hellboy mientras apoyaba el gigantesco revolver en su hombro. Una voz resonó tras ellos, provocando que se girasen.

- Abigail Brand, comandante de S.W.O.R.D. detente donde estas y manten tus manos donde pueda verlas, si haces un movimiento, aunque sea tu cola se mueve a rascarte un oido veras que realmente estas haciendole el dia difícil a la mujer equivocada.- Una mujer delgada y esbelta apareció a algunos metros de ellos. Su rostro era serio y llevaba unas gafas de espejo puestas. Apoyado en su hombro, un enorme cañón descansaba, preparado para ser disparado a la mínima de cambio. Los hombres trajeados la apuntaron con sus pistolas, pero el demonio no se inmutó.

- Perdona, creo que no te he oído bien desde esta distancia. Me ha parecido que decías que nos quedásemos quietos.- Mientras hablaba, el demonio buscaba con la vista cualquier indicio de refuerzos. Una mujer no se iba a presentar así como así ante un demonio de más de dos metros con una enorme mano de piedra y con varios hombres junto a él si no tenía un plan preparado. No conseguía ver nada y eso le escamó.- Verás, por regla general soy un tipo muy paciente y amable, pero hoy tengo algo de prisilla y cosas que hacer, así que si no te importa dejamos la conversación para otro día.

No tenía pensado perder el tiempo con esa tipa. El dichoso alien ese podía matar a más gente y no pensaba permitirlo. Enfundó su revolver y comenzó a andar hacia un edificio en ruinas que había cerca de ellos. La chica le gritó algo pero le daba igual. no pensaba quedarse a recibir órdenes. El único que le había dado órdenes alguna vez y las había aceptado era el profesor Broom, el cual fue como un padre para él. Desde su muerte los únicos que le entendían eran sus compañeros Abe y Liz, y Johann algunas veces, aunque era un estirado.

Sus lentes espejos color verde reflejan como la criatura roja le da la espalda y sigue caminando, por su mente solo pueden pasar todas las ocasiones donde las cosas empeoraban en mayor medida cuando la subestimaban o hacían caso omiso a sus advertencias- Siempre tiene que ser de esta manera ¡Activen la jaula!.

cinco hombre con uniformes de color verde y negro, con armas del tamaño de escopetas sacan pequeñas varas de sus cinturón y la clavan en el suelo, creando un campo electromagnético con la forma de un pentágono a tu alrededor, los soldados de S.W.O.R.D. se mantiene detrás de la barrera y el brillo azul de la barrera les da un semblante bastante tenebroso.

La barrera parece ser resistente y sientes como tu cabello se levanta a causa de la estática generada por esta, Abigail suspira del otro lado y se arregla los lentes, escuchas que da instrucciones a otro grupo mientras te observa, al terminar mantiene el silencio unos segundos hasta decidir al fin que decir[ font=Comic Sans MS] Parece ser que tu compañera intenta huir en el avión, una pena que mis agentes ya están en posición, ahora dime… ¿Quién? O más bien ¿Qué eres? Y para ¿Quién trabajas? Y toda relación que tengas con la criatura que esta dándome tantos problemas en este lugar y parece que tu pequeña compañera ha intentado fugarse de este lugar o era una ladrona bastante deficiente, de cualquier forma, comienza a hablar o comenzaras a gritar.

A sus ordenes comandante. Abigail ordeno al grupo C a rodear el objetivo, la chica había subido al helicóptero y parecía que intentaba escapar de la zona en cuestión, los cinco soldados comenzaron a acercarse despacio con las armas listas rodeando la nave, uno de ellos mientras caminaba por detrás saco de su cinturón un pequeño dispositivo y lo lanzo contra el helicóptero generando un sonido metálico, segundos después la cabina se lleno de humo mientras los controles se quemaban-

Mantente donde podamos verte, cualquier movimiento será tomado como hostil.

Los cinco hombres mantenían la nave rodeada mientras apuntaban con sus armas

La mujer seguía hablando y el demonio gesticuló con su mano en tono burlesco. Odiaba que le diesen órdenes. Los únicos que podían hacerlo eran el difunto profesor Broom, Abe o Liz. Esta tipa empezaba a recordarle al pesado de Johann Krauss todo el día dando el coñazo con sus protocolos y sus buenas maneras para evitar llamar la atención. No le importaba en absoluto. Entraría en el edificio, buscaría al dichoso bicho que se había colado y luego volvería a casa.

De repente, cinco hombres le rodearon, creando una especie de pentágono a su alrededor del cual aparecen unos pequeños rayos y una especie de paredes de tono azulado, dejándolo preso. Hellboy miró a la chica con cara de "¿qué cojones te crees que estás haciendo?" y avanzó. Al chocar contra una de las paredes, una potente descarga recorrió su cuerpo, obligándole a retroceder. Era ignífugo, de manera que no le afectó apenas. Miró a la tipa en cuestión apretando los dientes mientras le decía algo acerca de su helicóptero. Volvió la visa y vio a un grupo de soldados rodeándolo, y a una tía que no tenía ni idea de quién era en los mandos del mismo. El resto de agentes del B.P.R.D apuntaron a todos los soldados que habían aparecido repentinamente a su alrededor. Eran más y parecían estar mejor preparados que ellos.

La mujer se dirigió al demonio preguntándole cosas como quién era o para quién trabajaba, con una aparente calma, casi como si estuviese acostumbrada a tratar con gente como Rojo. Odiaba que le hiciesen perder el tiempo, peor que le encerrasen era otra cosa muy distinta. Cargó la mano de piedra y golpeó con todas sus fuerzas la pared eléctrica, produciendo un fuerte sonido y un estallido, pero permaneciendo donde estaba. Apuntó con el enorme dedo a la chica de las gafas.

- Mi nombre es Cabronez, miembro de los "Repartidores de Leches". He venido aquí porque me habían dicho que se celebraba una fiesta. Así que si no quieres que todo tu equipo de soldaditos pijos se cague en los pantalones más te vale que me saques de aquí antes de te que rompa esas bonitas gafas y te las meta tan dentro del culo que puedas olerlas.

Apenas escucho la burla que hizo la bestia roja suspiro y negó, como le gustaría dispararle en la cabeza y ver de que color era su sangre, pero no era la presa que había venido a capturar y aunque noto como la barrera no le hizo daño le daría el tiempo suficiente para poder capturarlo, busco su dispositivo de comunicación y precio un botón rosado hablando Sydren, he capturado una… criatura peculiar, no es la que hemos estado buscando pero necesito que envíes varios grupos para trasladarlo al pico e investigar mas afondo lo que sea que es, también traigan un bozal es de los que creen ser cómicos

Sonrío despacio a la criatura encerrada y a sus acompañantes, sus lentes reflejaban la escena, como te encontrabas tu enjaulado y el brillo de las corrientes eléctricas. Mantuvo su cañón en el hombro mientras se alejaba de la zona, las tropas llegarían en poco tiempo, acordonaría la ciudad y terminaría con todo de una vez por todas, mantenía la vista en la bestia roja mientras se aproximaba al helicóptero, su otra presa había intentado escapar y habían aparecido otros hombres armados, suspiro y una vez estuvo cerca de la escena Señores, bajen sus armas antes de que se me acabe la paciencia, su gran amigo allá atrás ha puesto mi limite aprueba y les aseguro que si alguno de ustedes jala el gatillo verán que sus pistolas de juguetes no son nada comparadas a este cañón que tengo aquí.

En cuanto a ti, no iras a ningún lado, serás transportada al pico y veremos cuales son tus asuntos en la tierra, eres un Alien sin ningún permiso para estar aquí y he buscado tu historial delictivo, tienes varias cosas que explicar y te recomiendo no obligarme a averiguarlo de la peor manera. Los soldados sacaron cinco varas igual a las que había encerrado a hellboy la clavaron en el suelo a una gran velocidad mientras rodeaban todo el área en un pentágono nuevamente, Abigail señalo a uno de los soldados Continua con la búsqueda de la criatura, no quiero que se nos escape con el ajetreo de este lugar.

El soldado asintió y comenzó a correr por las calles en busca de algún rastro, Abigail observo a sus dos nuevos prisioneros y se preparo, sabia que nada seria tan fácil y mas con aquella criatura roja que logro mantenerse conciente despues de una descarga de su jaula

La mujer de las gafas negó con la cabeza ante la provocación de Hellboy y luego habló por una especie de intercomunicador. Hablaban de él como si fuese una especie de monstruo o criatura peligrosa. Eso fue demasiado para él. Una cosa era que se entrometiesen en sus planes y en sus cacería, y otra muy distinta que le insultasen en la cara o se burlasen de él.

La mujer se dirigió a la chica que se había colado en su helicóptero. Tenía la cara llena de pecas y el pelo rojo como el fuego. Sonreía con picardía y no parecía amedrentarse ante la cantidad de soldados que la apuntaban con extraños rifles. Hellboy comenzó a analizar la situación en la cual estaba. Un puñado de soldados les rodeaban, portando varios fusiles de asalto. No reconoció el modelo. Debían ser de última generación. Contó hasta diez soldados, pero seguramente hubiese más. Escuchó a la chica de las gafas pedir refuerzos y hablar con la chica de rojo. Le dijo algo de que la iban a transportar a no se dónde, algo de un pico o algo así.

La mujer llevaba un enorme cañón apoyado en el hombro y lo tocó ligeramente mientras les vigilaba. En un determinado momento, les dio la espalda, momento en el que Hellboy aprovechó para hablar con la chica pelirroja.

- ¡Psst! ¡Eh! No sé que intentabas hacer robando el helicóptero pero te advierto que es mejor que estés de mi parte que de la de esta loca. Voy a sacarnos de aquí. No sé muy bien qué haces danzando a estas horas de la noche, pero no es un lugar seguro. Te recomiendo que te tapes los oídos.- Hellboy descargó su enorme lanzagranadas y lo asió con ambas manos. Se separó todo lo que pudo de la pared más cercana a la mujer con gafas y disparó, produciendo una explosión que hizo retumbar toda la jaula y sus alrededores. Cuando la nube de polvo desapareció, allí estaba Hellboy. Había conseguido derribar uno de los palos que le encerraban y se encontraba fuera de la jaula, apuntando con el gigantesco lanzagranadas a la chica de las gafas.- Muy bien listilla, podemos hacerlo por las buenas, por las malas o a mi manera, que es igual que las malas pero con todo el mundo en el hospital, así que eliges. Yo he venido aquí para una importante misión y no voy a permitir que tú y tus soldaditos de plomo me jodáis la cacería. Y la tipa esta pelirroja se viene conmigo. A menos naturalmente que tengas algo que decir al respecto.- Y con un fuerte sonido metálico, el interior de los cañones del lanzagranadas se iluminó, preparándose para abrir fuego a la mínima de cambio.- Ya has visto lo que esta monada es capaz de hacer. No me obligues a demostrártelo de nuevo.

Ignis seguía sin saber de qué iba todo aquello, pero empezaba a olerse que se estaba metiendo en un lío. Y la mujer esa del pelo verde decía cosas extrañas que no entendía. Sin embargo, si que entendió algo. Ella la llamó alien, y eso sabia lo que significaba.
-Como sabes lo que soy verducha? -alzo una ceja, incrédula- y de qué historial estas hablando? yo no soy una delincuente, ademas… solo pasaba por aquí. Déjame ir anda, lo he pasado bien. Y el fuego estaba muy rico.. -alzo el dedo gordo en señal de aprobación. Lo cierto era que no le gustaba nada su manera de dar ordenes y sus aires, aunque el gigante rojo si que le caía bien.

Estaba mirando a su alrededor, buscando la mejor manera de escapar cuando oyó que este se dirigía a ella.
Le miró confusa y nego con la cabeza ante su acusación.
-no no… yo no estaba robando nada. Solo lo… tomaba prestado sin permiso. Quería dar una vuelta y ya esta, con la plena intención de devolverlo. Nunca he subido a un helicoptero sabes? bueno ahora si… pero no he volado. Tenía curiosidad. -se encogió de hombros y arrugó la nariz- yo no estoy de parte de nadie…-  empezó a protestar, pero luego se apresuró a taparse los oídos cuando él le dijo que lo hiciera, justo a tiempo, pues el ruido fue bastante ensordecedor, y en apenas un instante la jaula ya estaba derribada. Le miró con la boca abierta, sorprendida y al mismo tiempo emocionada

- wao… vale. No estoy de parte de la loca, tu molas mas... -rió y le siguió hacia el exterior de la jaula, si alguien tenía que llevarsela a algun lado, prefería que fuera el gigante a la otra.- oye, oye menudo pasote de arma, tío! me dejaras disparar si voy contigo? puedo? puedo? -daba saltitos detras del gigante rojo, emocionada, lo cierto es que no tenía ni idea de qué o quien era, pero era bastante impresionante. Cuando él se detuvo a amenazar a la chica de pelo verde, Ignis se quedó un poco atrás, sacandole la lengua con pose burlona, y asintiendo a las palabras del gigante, aunque alerta para poder esconderse detrás de él en cuanto fuera necesario.

Observa a la criatura roja un instante antes de la explosión, queda aturdida y con el oído izquierdo zumbando mientras habla, su ira comienza a manifestarse en el rostro enrojeciéndose  Muy bien listilla, podemos hacerlo por las buenas, por las malas o a mi manera, que es igual que las malas pero con todo el mundo en el hospital, así que eliges. Yo he venido aquí para una importante misión y no voy a permitir que tú y tus soldaditos de plomo me jodáis la cacería. Y la tipa esta pelirroja se viene conmigo. A menos naturalmente que tengas algo que decir al respecto.

Mantiene la mirada en la bestia mientras sus hombres se levantan y rodean la escena Quiero dejarte bien en claro… tu gran…

Su comunicador comienza a parpadear y no termina la frase mientras suspira, levanta el dedo índice de la mano derecha como si pausara el momento y activa el dispositivo Estoy algo ocupada aquí Syndre así que, lo que sea puede esperar…

Comandante he investigado al sujeto en cuestion, el que ha encerrado… es miembro de una organización contra criaturas… no se como explicarlo en su lengua, “peculiares” llamado B.P.R.D. parece que no es un enemigo o intenta obstaculizar nuestro trabajo, pero la joven no lo es… enviare las tropas aun asi para acordonar la ciudad y la criatura no se escape por todo el ajetreo que se ha causado Mientras escucha Abigail frunce el ceño y suspira aun con el cañón en mano luego corta el comunicador y observa su alrededor Bueno, ese es el peor investigador que tengo… ahora, te costaba a ti mucho decirme ¿quien demonios eras? Equipo A continúen en busca de nuestra presa… los otros cuatro quiero que se mantengan aquí, lamentablemente aunque tu puedes irte a donde quieras… gran hombre rojo, tengo que tratar varias cosas con esa chica.

suspira luego de que 5 de sus 9 soldados se dispersan, los otros cuatro se colocan detrás de ella con las armas abajo pero listos, Abigail mantiene su cañón en el hombro y suspira negando No esperes tampoco una disculpa, tengo que estar atenta a cualquier ser, últimamente luego de este… caos que se ha creado con la mezcla de mundos.

Los 5 soldados del equipo A se dispersan por toda la zona este de la ciudad, mientras el único soldado del equipo B que ordeno investigar se encuentra en la zona oeste buscando a la criatura en cuestión

- ¿Que si me costaba...? ¡Lo primero que has hecho ha sido decirme que no diese ni un paso más o me las estaría viendo con la mujer equivocada! Tampoco creo que tu saludo haya sido mucho más acertado.- Entendió que la mujer y sus soldados parecían estar de su parte, así que volvió a colocarse "El Gran Bebé" en la espalda y miró a la chica pelirroja. Esta estaba detrás de él y le habló con voz seria pero divertida.- Dudo que puedas sujetar este cacharro sin caerte. Estoy convencido de que pesa más que tú de hecho.

La mujer comenzó a hablar con sus hombres y luego se dirigió a Hellboy pidiéndole que se identificase y que debía hablar con la chica pelirroja. A él no le hizo demasiado gracia la idea, aunque no debía interferir en los asuntos ajenos. Por las formas, parecía que la mujer de las gafas era algo exigente y muy poco paciente, y por su tono parecía que la otra chica estaba metida en algún lío o se había saltado algún tipo de norma. Le echó una mirada tranquilizadora a la muchacha y luego con un movimiento de cabeza le dijo que fuese a hablar con ella, pero que todo iría bien.

- Bien, ya que al menos hemos evitado destrozarnos todos aquí te diré la verdad. Puedes llamarme Hellboy. Pertenezco al B.P.R.D, una organización que se dedica a la lucha y captura o destrucción de cualquier ente sobrenatural maligno que se adentre en el planeta buscando bronca. Nosotros somos los que ponemos a esos bichos en su sitio, y precisamente por esta zona hay uno muy hambriento. De manera que le sugiero que tenga cuidado y avise a sus hombres de la situación. Y usted, ¿qué es lo que hace aquí? No parece ser de la zona con esas pintas y esas gafas desde luego...

Observó atentamente el intercambio de palabras de aquella mujer con el aparato que tenía en la mano. Parecía que las cosas estaban cambiando de rumbo, tal vez no sería tan interesante como ella habia pensado en un primer momento.

- Dudo que puedas sujetar este cacharro sin caerte. Estoy convencido de que pesa más que tú de hecho. Aquel comentario no le gustó, no le gustaba que se burlaran de ella y menos de su fuerza. Frunció el ceño mirando a la criatura roja con los brazos cruzados- oye de verdad crees que no voy a ser capaz de sostenerla? soy fuerte sabes? más de lo que aparento, y no me gusta nada que me subestimen… - iba a empezar a amenazarle cuando la conversación se dirigió a otra parte, por lo visto ya nadie se iba a matar entre si.

La criatura roja decía llamarse Hellboy y a ella le hizo gracia ese nombre, hasta que él le dijo de ir a hablar con esa mujer. Arrugó la nariz, mirando de lejos a la mujer, no confiaba en absoluto en ella, y menos que la dejara marchar al terminar.
-No, gracias, estoy bien aquí… ¿sabes? no me apetece hablar con ella, su pelo… me hace desconfiar. No suelo confiar en las cosas verdes. -se volvió a esconder detrás del gigante- me gustan mas las cosas rojas, como el fuego.

Arqueo la ceja escuchando a la chica y niega despacio mientras se acercaba, se peude notar que su traje verde no esta hecho de materiales normales el brillo por la noche le da un aspecto bastante peculiar mientras saca de su cinturón un pequeño dispositivo, caminaba alrededor de hellboy para quedar frente a la chica, ya estaba cansada de estos juegos y su verdadera misión no era esta hablando tonterías con estos dos, la señalo con el dispositivo y una luz verde apunto en su cabeza, la luz se dividió en varios pequeños puntos en su rostro escaneándola y luego se apago, Abigail volvió a guardar el dispositivo y les observo a ambos sosteniendo el cañón con ambas manos Terminaremos la conversación luego niña, he activado un rastreador siguiendo tu imagen fácil, no hay lugar en la tierra donde no te pueda encontrar, ahora mantente donde pueda verte en todo momento, tengo que terminar otro asunto.

Observo a los otros agentes y estos se dispersaron por la zona este de la ciudad, sus gafas verdes lograban reflejar el rostro de ambos personajes frente de ella, su ceño se mantuvo fruncido durante unos segundos y luego se dirigió a Hellboy - Soy la comandante de una organización que asegura la tierra contra amenazas de otro planeta, además de regular la entrada de Aliens como la joven presente. Así que luego de esto la chica me acompañara a mi estación quiera o no, te recomiendo hacerlo por las buenas si no tienes un historial… peculiar no te detendré pero te mantendré vigilada, en la tierra no hay leyes que te protejan de lo que pueda hacerte y tu amigo no puede intervenir a mis acciones.

Abre el dispositivo de comunicación y espera que alguno de sus equipos le informe si han encontrado algo, luego observa a la criatura roja- Parece que tendremos que trabajar juntos contra…esta cosa .

- ¿Te gustan las cosas rojas? Pues aquí tienes casi 300 kg de rojo puro. Anda, quédate detrás de mí y no armes jaleo, lo que tenemos entre manos es bastante peligroso.- No era mentira. Él estaba acostumbrado a tratar con criaturas que sólo existían en las más oscuras pesadillas de cada uno, provenientes de los rincones más oscuros y fríos del infierno. Había sido mordido, masticado, apaleado, empalado, atravesado, cortado, machacado, apalizado... Pero gracias a su naturaleza había sobrevivido a todas esas cosas "sin problema". Tardaba un poco en regenerar sus heridas y demás, pero era mucho más rápido que cualquier humano corriente.

Las explicaciones de la chica de las gafas empezaban a aburrirle. Odiaba los protocolos y demás historias. Para él, lo más sencillo era entrar a puños, reventar a balazos o con su mano de piedra a lo que hubiese ahí dentro, y volver a casa para la cena. Tanto papeleo y despliegue le cansaban, por eso le gustaba ir a solas a sus misiones. No le importaba que le acompañasen Abe o Liz, pero cuando el doctor Johan Krauss era el que le acompañaba la sangre le hervía. Era lo más protocolario y cansino que pudieses echarte a la espalda, y solía darle esquinazo siempre que estaban en alguna de estas misiones. A juzgar por las palabras de la chica de verde dedujo que a lo que se enfrentaban era algún tipo de alien o algo por el estilo. No se enfrentaba a ellos, sino a demonios y demás. Los temas alienígenas corrían a cargo de gente como la chica esa. Pero si las alarmas del B.P.R.D habían saltado era porque ese bicho podía ser algo más que un simple alíen. Miró a la mujer de las gafas desde arriba mientras desenfundaba su enorme revolver.

- Yo no trabajo con nadie, lo hago todo sólo. Pero si vosotros queréis seguirme sois libres de hacerlo. Voy a entrar ahí y saludar a nuestro querido invitado de otro planeta o dimensión. Tú- dijo dirigiéndose a la chica pelirroja.- no sé muy bien qué puedes hacer o si tienes algún poder. Si es así nos servirás de ayuda. Pero nada de tonterías, ¿entendido? Y lo mismo va para usted señora. La manera que yo tengo de enfrentarme a estas cosas es entrar, molerlo a palos, y pa' casa. Si luego quieren investigarlo o lo que sea tendrá que hablar con mis compañeros trajeados ahí presentes.- Señaló con la cabeza a los hombres de traje que seguían mirando a sus pantallas de ordenador y lanzando miradas desconfiadas a los extraños soldados que habían aparecido con la mujer de verde. Un par estaban dentro del helicóptero junto a Kate, comprobando que todo estaba en orden.- A ellos también les gusta llevarse los bichos que matamos o capturamos para analizarlos y ver qué son, entre otras cosas para evitar que vuelvan a atacar o algo por el estilo. Así que andando, vamos a cazar monstruos.

Y con esas últimas palabras, el enorme demonio entró en el interior del edificio en ruinas.

Frunció el ceño cuando vio aparecer a la mujer frente a ella de repente, que le apunto a la cara con un extraño dispositivo lleno de lucecitas que le obligaron a hacer una mueca mientras cerraba los ojos.

- ¿Que cojones…?- empezó, pero ya había terminado. Se frotó el rostro incómoda, aunque en realidad no sabía del todo bien lo que había hecho, pero tenía la ligera sensación que aquello no sería bueno para ella. Frunció el ceño ante su discursito, no quería acompañarla a ningún lado. Se dijo que más adelante ya encontraría algún modo de escapar de ella, pero por el momento, empezaba a estar interesada en esa criatura extraña y peligrosa de la que hablaban.

-Armar jaleo? peligro? -le brillaron los ojos al ver  su oportunidad de al fin tener un poco de diversión. Liarse a tortas con alguien? su pasatiempo favorito, ya estaba más que convencida- Descuida, cuenta conmigo -se hizo tronar los dedos de una mano y luego de la otra- tengo algún que otro truquito escondido bajo la manga así que ayudaré…

Vio como el demonio entraba en el interior del edificio, y tras mirar a Abigail con una sonrisa traviesa, corrió tras el  gigante hasta alcanzarle, poniéndose las manos en los bolsillos.
-Oye oye que es lo que buscamos? se puede comer? seguro que no me vas a dejar usar esa cosa? ni siquiera un tiro? bueno no importa. De donde sales tu? también eres un extraterrestre como yo? -el torrente de preguntas era interminable, y la chica se veía emocionada por entrar a la acción. Daba pequeños saltitos al lado del demonio, y no le importaba si la otra chica les seguía o no.

Frunce el ceño mientras observa el pequeño mapa con las coordenadas de cada uno de sus soldados, presiona uno de sus botones enviándoles la alerta de su ubicación en todo momento y luego mira como la criatura roja y la chica se adelantan, suspira para luego seguirles, nunca confiaría en ninguno de esos dos pero necesitaba algunas muestras de la criatura si quería prepararse para este nuevo lugar Tomare varias muestras de la criatura una vez sea capturada y no, no estoy pidiendo permiso solo te estoy haciendo llegar la información…

Sostiene el cañón con ambas manos mientras se adentra en el edificio, una vez allí sus anteojos se activan mostrando señales térmicas o alguna característica que muestre la ubicación de la criatura en el edificio, luego de eso, se separa de hellboy y la chica por su propio rumbo, una vez lejos de ellos se cómica con sus operativos

Sendry, quiero que las naves se rodeen este lugar, te he enviado las coordenadas y mantén a los oficiales al tanto de toda la situación, no quiero que nadie mas entre y una vez de la orden que se preparen para la captura de la chica Observa el edificio una vez mas dirigiéndose a cualquier signo de vida en el lugar

Hellboy paró un momento y suspiró. Se giró y miró a la chica pelirroja, que le devolvió la mirada ladeando ligeramente la cabeza.

- ¿Un alienígena? ¿De verdad crees que soy un alienígena? Veamos, tengo cuernos, soy de color rojo, un rabo y una enorme mano de piedra. Tú no has visto muchas películas de demonios, ¿verdad?- Hellboy odiaba tener que explicar lo que era. Nunca lo hacía a menos que fuesen extremadamente pesados o que el que le preguntase se hubiese ganado su confianza hasta cierto punto. Aquella chica no parecía peligrosa, al menos no para él. Le preocupaba un poco más la otra mujer. Luego giró y continuó su marcha.- Yo me encargo de matar a los malos que se cuelan en este planeta con ganas de joder la marrana. Si hay un bicho o algo por el estilo que quiere comerse a una ciudad o pueblo allí estoy yo para enseñarle un poco de modales.

De repente, Hellboy se detuvo y levantó su brazo de piedra indicando a las dos chicas que se detuviesen. Sacó su enorme revolver y lo cargó con un chasquido metálico. El interior del cañón se iluminó de verde ligeramente. Avanzó lentamente y se asomó por una esquina. Se puso el dedo en los labios indicando que permaneciesen en silencio, y se mostró, con el revolver apuntando hacia adelante. La oscuridad dificultaba la vista, pero él podía ver perfectamente. Allí, a unos pocos metros, una delgada figura tambaleaba ante ellos. Era una mujer. Hellboy no bajó el arma. Ya se había enfrentado a criaturas así, con apariencia débil o de mujer, y luego habían resultado ser monstruos del averno.

- Muy bien delgaducha, yo no tengo mucha puntería, pero aquí la samaritana carga unas balas que flipas, así que dinos: ¿quién se supone que eres?

No sabía donde estaba, pero de algo sí que estaba segura: tenía hambre. Su estómago rugía, y no sabía como seguía ni siquiera con vida. Intentaba recordar qué había pasado, pero nada. Encima estaba ese mareo...ese jodido mareo que no se le quitaba ni por mucho que durmiese. Y vete a saber cómo tenía la herida de la cabeza, porque cuando se levantó lo primero que pudo ver fue eso. Eso y varias magulladuras en diferentes partes del cuerpo.

¿Y lo peor de todo? Que no recordaba nada.

¿Cómo pretendía hacer algo así? Bueno, al menos si recordaba como hablar y todo eso...por lo tanto no se le había ido la cabeza del todo. Eso y que se llamaba Nicole. No sabía por qué recordaba exactamente eso, de hecho, ni siquiera sabía cómo explicar la sensación de seguridad hacia ello, pero así era.

"Una salida. Solo una salida. Esto empieza a ser desesperante, y este jodido traje está roto, no funciona el radar, ni nada."

Por no acordarse, no se acordaba ni de su simbionte.

Sigió caminando un par de minutos más, igual de desorientada y perdida que hacía unos minutos. Qué gilipollez de comparación, verdad? Pero así era como se sentía ella en ese momento: imbécil perdida. Eso e inútil en muchos sentidos. O al menos así fue hasta que, con la mirada fija en el horizonte, distinguió algo.

Venga ya, ¿ahora le venían las alucinaciones? Al menos esperaba que fuesen entretenidas...

Así que sin miedo ni pudor, empezó a ir hacia sus "fantasías". Se fue acercando más...y más...hasta que estuvo a poca distancia de ellos, y lo que vio hizo que abriese sus cansados ojos de par en par: Una chica con trenzas, otra que parecía un vegetal andante y...y...un enorme, cornudo y rojo...tío. Con una mano de...¿piedra? ¡¿En serio?!

- Muy bien delgaducha, yo no tengo mucha puntería, pero aquí la samaritana carga unas balas que flipas, así que dinos: ¿quién se supone que eres?

-Ha...haha....hahahahaha....hahaahHAHAHA, HAHAHAHAHAHA! -se cayó al suelo por la debilidad, pero no pudo evitar empezar a reír con todas las fuerzas que le quedaban, de una forma que casi rozaba la paranoia.

-No me jodas, creo que esta es la alucinación más divertida que he tenido nunca, ¡y eso que ni las recuerdo! -consiguió decir entre risas, intentando volver a coger el aire que le estaba empezando a faltar, calmando su risa como podía.

-Ni...Nic...Nicole, rojo, soy Nicole. -respondió, manteniendo  la sonrisa que había dejado la risa en su boca.

-Entonces, eres un demonio? lo cierto es que no he visto muchas...piniculas... sea lo que sea eso. No hace mucho que estoy por aquí... -sonrió, siguiéndole, mientras ignoraba a la chica de verde por completo.

Se le hacía curioso estar ahí, con completos desconocidos, dirigiéndose hacia algo peligroso, y al mismo tiempo le daba mucha emoción. Había empezado a pensar que ese mundo era tan aburrido como el suyo propio, pero cada vez se iba olvidando más de esa estúpida idea: estaba lleno de peligros y gente extraña, y cada nuevo descubrimiento resultaba excitante para ella.

Se quedó muda de asombro cuando apareció ante ellos aquella mujer tambaleante y de pelo rosa, y casi quiso soltar una carcajada sarcástica. Tanta gente, tanta preocupación... por una chiquilla?
-Eso es el peligroso extraterrestre al que hemos venido a hacer papilla? menuda pérdida de tiempo, ¿dices que te pagan por hacer esto? ¿Donde dices que puedo encontrar un curro tan fácil?

En ese momento la chica empezó a reírse de forma histérica, cayendo al suelo, y ella lo que hizo fue acercarse, poniéndose en cuclillas al lado de la chica caída, olvidándose de toda precaución.
- mira, la hemos asustado... -dijo, sonriendo, mostrando sus afilados dientes a la extraña muchacha.-Nicole? y de que galaxia vienes, oh todopoderoso extraterrestre? -dijo con tono de burla, pues aún no entendía que ella no era lo que habían ido a buscar.

Observa  a la bestia tres pisos mas arriba, comienza a correr por las escaleras mas cercanas, la bestia se mueve rápidamente pareciendo percibir la presencia de los intrusos, Abigail observa a su alrededor, otro ente había llegado y estaba cerca de el demonio rojo y la chica, no parecían estar luchando o algo parecido así que decidió ignorarlo, su objetivo principal estaba cerca, al llegar al segundo piso observo a su alrededor buscando las marcas de calor de la bestia, esta había abajo a la misma velocidad que Abigail y la sorprendió saltando por su derecha, las garras de la criatura chocan contra la armadura de Brand, el impacto es menor pero el dolor se siente, la criatura rugió y agita su cola azotando el suelo, Abigail choca contra la pared y apunta a la bestia con su cañón, sin ningún ruido una luz cegadora sale disparada del arma y se dirige a la bestia.

La criatura evade el disparo y vuelve a correr por todo el segundo piso, Abigail corre tras ella, era una criatura sumamente rápida y escurridiza para su tamaño, observa como la bestia bajar por otras escaleras al primer piso y se dirige a donde esta el otro grupo, Abigail dispara destrozando algunas paredes a su alrededor mientras persigue a la bestia, la criatura se detiene un momento olfateando el aire y en ese segundo la comandante de S.W.O.R.D. logra impactar un disparo en la bestia haciéndola caer por las escaleras hasta el 1 piso, la bestia se levanta torpemente y luego vuelve a correr en dirección al grupo- Es mas duro de lo que pensé.

- Lo que faltaba. No tenía suficiente con la loca que quiere atraparnos y la chica esta pelirroja que quiere usar mi arma, ahora nos topamos con una borracha.- La chica había hecho unos aspavientos extraños y luego se había desplomado contra el suelo. Hellboy olió el aire y no detectó el olor del alcohol. Tal vez fuese una vagabunda que había buscado algún sitio donde desplomarse y allí en el edificio ese. Suspiró y la cogió con su brazo de piedra y a colocó delicadamente en su hombro.- Vamos a llevarla abajo, esta tía necesita un médico con urgencia.

Entonces, escucharon ruidos pesados provenientes de los pisos superiores. Vio que la mujer de las gafas no estaba con ellos. Hellboy sacó a toda velocidad su enorme revolver y recorrió el piso con la mirada. Ruidos de golpes y rocas rompiéndose anunciaron que la mujer había encontrado a la criatura. El demonio posó a la chica moribunda contra la pared y habló a la pelirroja.

- Detrás de mí, ¡vamos! Saca a la otra de aquí antes de que...- Con una luz y un ruido pesado, una bola negra cayó por las escaleras dando tumbos. Se irguió lentamente y olisqueó el aire. Era grande, aunque no tanto como él. Tenía garras y pinchos saliendo se su lomo negros como el carbón. Su boca era grande, provista de varios dientes afilados como cuchillas, mojados de una baba verdosa que colgaba de la boca. Dos enormes ojos amarillos carentes de pupila brillaban como dos focos en la oscuridad. Un par de puntiagudas orejas salían de la parte trasera del cráneo, y dos largas antenas finas como un alambre recorrian su lomo hasta la parte trasera. Era una especie de mezcla entre cucaracha, glotón y lagarto. A simple vista no supo qué era, pero de lo que no había duda era de que tenía hambre.

Hellboy estiró el brazo y apuntó con cuidado. Era muy mal tirador, y siempre prefería pegarse cuerpo a cuerpo. Pero un par de heridas de bala solían ayudar a debilitar ligeramente a la criatura en concreto. Parecía herida. Seguramente la tipa de las gafas hacia conseguido alcanzarla. El demonio apretó los dientes y sonrió.

- Eres el cabronazo más feo que he visto en toda mi vida, y he visto mierdas muy pero que muy feas. Sin embargo, me temo que la fiesta se acaba aquí compañero, porque vas a...- Antes de que pudiese terminar la frase, la criatura comenzó a correr en la otra dirección, hacia la salida que había en el otro extremo del primer piso. Hellboy suspiró y puso los ojos en blanco.- Qué cagao...

Disparó varias veces, fallando todos los tiros excepto el último, que impactó de lleno en la pierna de la criatura, provocando que cayese contra el suelo con un espantoso grito. Hellboy comenzó a cargar su arma cuando la criatura se volvió hacia él mostrando todos sus dientes y gruñendo con fuerza.

- ¿Qué? ¿Qué pasa? A mí no me gruñas que te vuelo los dientes de un puñetazo cara perro.

La pelirrosa miró a la chica que se acercó a ella, y cuando habló, arqueó ligeramente una ceja.

-¿Asustar? Por favor, esto es divertidísimo! -respondió al instante, con aquella sonrisa en sus labios, similiar al de una niña que se lo está pasando de puta madre. Aunque lo de la galaxia y lo de los extraterrestres ya no le encajó tanto. ¿Qué coño estaba preguntando? Ella era una persona normal, en el planeta tierra, donde se suponía que estaba.

Bueno, sí, eso, "se suponía".

¿Espera, le estaba haciendo caso a una alucinación? Vale, Nicole, se te estaba yendo la cabeza de verdad. Creo que ya había alcanzado la locura máxima.

-No no, soy humana, de la Tierra, y esas cosas...-iba a seguir explicando cosas, total, visto lo visto no tenía nada mejor que hacer, pero el tío enrome de rojo habló.

-¿Borracha? ¡¿A quien llamas borracha?! Loca, quizás, pero a mi el alcohol no me entusiasma,  quizás tu sí que lo estás, que con tanto que habrás bebido en la playa te has quedado como una gamba, y con el amarillo de esos ojos...-fue diciendo eso mientras Hellboy la cargaba en su hombro tal como si fuese un saco de patatas. Y ahí fue cuando se dio cuenta de que nada de eso era una ilusión, callándose al instante. Notó la fuerza de su mano, la dureza de su hombro, y su voz al lado de su oído.

Y todo lo que en ese momento le parecía una idiotez, se convirtió en un mar de dudas, pero no le dio tiempo a abrir la boca, porque de repente un fuerte sonido irrumpió en el lugar, haciéndole un daño terrible en los oídos. No tardó en notar como su cuerpo descendía, siendo apoyada en una pared, y por una vez sus ojos verdes se encontraron directamente con los del demonio.

-¿Qué está sucediendo...?-preguntó con una voz más débil, demostrando que realmente estaba al mínimo de sus fuerzas, pero al ver a aquel monstruo en la lejanía comprendió que lo mejor que podía hacer en ese momento era callarse, señalándolo. Su mirada se quedó clavada en toda la acción, viendo y escuchando todo lo que estaba a su alcance. Se sentía impotente, débil y...tenía miedo. Su mente seguía igual de nublada y no conseguía recordar absolutamente nada.

Solo había una cosa que sí podía afirmar con seguridad: en su pecho sentía calor. Mucho calor.

Pero de nuevo, algo consiguió que ella también pegara un grito de dolor: el chillido exagerado de aquella bestia. ¿Cómo había conseguido un sonido hacerle tanto daño? Casi había sentido que ardía su cuerpo. Más preguntas, y ninguna con respuesta.

Alzó las cejas mirando a la chica en el suelo, incrédula.
-una humana? entonces qué es lo que… -calló de repente al oír ese ruido, y se levantó, con la mirada fija hacia el sitio de donde venía ese sonido infernal, proveniente del piso de arriba.
El demonio le ordenó algo, a lo que Igni frunció el ceño. No le gustaba que le dieran órdenes.

-Por que tengo que ponerme detrás…? Ah! -se echó atrás al ver al enorme bicho negro que apareció ante ellos, pero enseguida se volvió a mirarle, fascinada. Nunca había visto nada parecido, y a pesar del miedo, le daba mucha curiosidad esa criatura. Se puso alerta, mirando como el demonio iba a cargarse al bicho ese, disparando sin éxito hasta finalmente darle. Ella iba a correr a ayudarle, pero oyó una vocecita a su lado preguntando por lo que estaba pasando. Se removió inquieta, mirando a la pelirrosa, aguantando sus ganas de ir a liarse de hostias.

-sinceramente, no tengo ni idea… pero parece emocionante no crees? no te importa si voy hacia allí verdad? estarás bien, el bicho ese se ha ido para el otro lado…

Antes siquiera de esperar la respuesta se dirigió hacia donde estaba el demonio, y mientras corría se escupió a las manos. Sin embargo, en vez de saliva, dos grandes llamaradas le llenaron las manos. Sus dedos parecían arder, pero en cambio, para ella era como un calorcito agradable.

-Pero qué mala puntería tienes.. -le dijo a Hellboy pasando por su lado mientras este cargaba su arma.
Igni saltó, y con toda la fuerza que pudo le lanzó las bolas de fuego de sus manos al extraterrestre, acertándole de lleno.
-jejeje toma nota Gigantón…
Se burló al caer al suelo, dandole la espalda al extraterrestre para mirar a Hellboy. El fuego le había dado, si, pero ademas de daño, lo que había hecho su ataque era cabrear más a la bestia, que rugió de nuevo y se abalanzó hacia Igni casi de inmediato.

Abigail observa a la criatura bajar gracias a sus lentes con visión térmica, comienza a correr mientras escucha los disparan del demonio y frunce el ceño, bajas las escaleras a gran velocidad y apenas llegar observa a la chica nueva aterrorizada en la pared mientras la criatura  ruge en su direccion¿Alguien me puede decir quien es la civil? …

dispara en dirección a la criatura mientras esta corre a embestirlos, al impactar parece enviar millones de descarga al cuerpo de la bestia pero esta continua su camino hasta Abigail, la garra de la criatura lanza un corte diagonal pero Abigail lo evade dando un salto hacia un lado solo para ser impactada por la cola de la bestia y enviada através de una pared.

Solo por eso… no pienso capturarla viva se levanta entre los escombros y saca su comunicador activándolo Quiero que sellen todas las salidas de este edificio.

Abigail observa como su cañón queda destruido por el impacto de la cola y luego del muro, lo lanza aun lado frunciendo el ceño y se quita los guantes, un brillo extraño comienza a surgir de sus manos desnudas volviéndose llamas de color azul oscuro, su rostro y apariencia ahora parecen un poco mas amenazadoras a causa de la luz creada en ambas manos.

Todavía estaba recargando el arma cuando la pequeña chica pelirroja apareció con las manos llenas de fuego y lanzó una bola al monstruo. El enorme demonio no se esperaba eso de ninguna manera. Le recordó en parte a Liz, pues ella también controlaba el fuego. Aunque a juzgar por la picardía y descaro que tenía la muchacha ella había aprendido a manejarlo sin temerle. El impacto provocó que el monstruo rugiese con fuerza y diese un golpe al suelo antes de lanzarse a por ellos.

- Un plan brillante donde los haya pecosa. No sólo le has cabreado más, sino que ahora encima viene a por nosotros.- Metió la última bala en su revolver y luego hizo girar el cargador hasta que se detuvo con un "click". Apuntó a la bestia que galopaba a toda velocidad hacia ellos y estiró la mano de piedra sobre el pecho de la pequeña chica.- Ante todo, quédate detrás de mí si no quieres convertirte en comida para monstruos.

La chica de verde apareció repentinamente al lado de ambos y disparó contra el monstruo justo antes de que les alcanzase. Lanzó un poderoso zarpazo y el demonio apartó a la chica pelirroja con cuidado para que no resultase herida. Abigail no tuvo tanta suerte y, aunque consiguió esquivar las garras de la bestia, su poderosa cola la mandó a través de una pared. Ahora la bestia avanzaba a toda velocidad hacia la chicha que habían encontrado dentro del edificio, la cual todavía estaba ligeramente adormilada. Hellboy apretó los dientes y salió a toda velocidad tras la criatura.

- ¡Serás cabronazo!- Disparó contra ella mientras la perseguía tratando de captar su atención. Por eso odiaba trabajar en equipo. Al final le tocaba hacer de niñera de todos y protegerles con su vida. Los disparos impactaron en el lomo de la criatura pero no cesó su marcha. Estaba a punto de alcanzar a la chica y no parecía haber manera de frenarla. En un intento desesperado el demonio profirió un poderoso grito para captar la atención del monstruo, y sólo esperó que eso funcionase, o que la chica tuviese algún tipo de poder con el que defenderse o evitar a la enorme bestia.

Allí estaba, sentada, con el cuerpo en sus últimas, viendo como "personas" luchaban contra un monstruo enorme. Irónico cuando ella tenía algo igual de temerario dentro...solo que no se acordaba. No podía. Su mente era lo que más tenía destrozado en ese momento, y lo más cercano que llegaba a captar era el sonido de su respiración, que luchaba por seguir cogiendo aire y no desmayarse.  Aquella bestia sabía cómo darle una buena tundra a los que se pusiesen delante de él, ¿eh?

En los ojos de la pelirrosa se vio reflejado el monstruo, hecho una furia, dirgiéndose a paso rápido hacia ella, mientras que el grandullón, enano comprado a su lado, corría con él.

"Nicole..."

Una fina sonrisilla salió de sus labios.

"Nicole...control..."

El tiempo casi pareció pararse por unos segundos, mientras vería como su final se acercaba.

"Nicole...déjame...control..."

Los ojos de Nicole se abrieron más de lo normal. Aquella voz...no era la primera vez que la escuchaba.

"¿Quien eres?..."

"Nicole, déjame tomar el control."

Empezó a levantar una mano a dudas penas pudo, llevándola hacia su cabeza. Aquella conversación mental podía sonar lenta, pero estaba pasando más rápido de lo que cualquier persona podría pensar.

"¡¿Por qué debería?! ¡¿Quien eres?!"

Su mente recreó una imagen mental. Ella estaba ahí, y una enorme serpiente verde le miraba, imponente. Era más alta y grande que ella.

"Tu única salvación."

Aquellas palabras resonaron en su cabeza, mientras que la serpiente se abalanzó hacia ella, engulléndola. Lo último que recordó fue que cerró los ojos con fuerza.


Ahora, Slyth tenía el control total del cuerpo de Nicole.


En un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo de la pelirrosa empezó a llenarse de escamas. Una armadura, se podría decir. Una armadura resistente, creada de un material totalmente...alienígena. El monstruo ya estaba casi cerca, a punto de embestirla, o de engullirla. Pero fue a tan solo unos milímetros que, finalmente, Nicole abrió sus ojos. Unos ojos llenos de un brillo verde, sin pupilas.  Los ojos de la bestia se encontraron de pleno con los de ella, y, sin darle más tiempo a nada, el bicho se quedó totalmente quieto.

O mejor dicho, petrificado.

-Tú. El de rojo. Aprovecha para capturarlo. No puedo mantenerle así mucho tiempo.

No se esperaba que aquel demonio empezara a correr hacia ellos en vez de huir de su súper ataque llameante, y se cubrió la cabeza como reflejo inmediato. Oyó los disparos de la chica de verde y se giró a mirar, aliviada de no estar en el estómago de ese bicho tan feo.

-estaba todo calculado, de acuerdo? -dijo al demonio con tono de suficiencia.

Hizo tronar sus dedos y volvió a escupir fuego en sus manos, dispuesta a atacar de nuevo, cuando el demonio la apartó del alcance de la criatura. Algo molesta se giró hacia este.
-oye grandullón, lo tienes claro si piensas que voy a esconderme detrás de de ti lloriqueado, yo no hago eso! Los de mi especie no nos escondemos, y yo no necesito ninguna niñera!

Al terminar de hablar se dio cuenta que la criatura se había abalanzado de repente hacia la chica pelirosa, y maldijo por lo bajo. Le habían encargado cuidarla a ella, y ahora por su culpa se la comería.
Empezó a correr tan rápido como pudo hacia allí, esperando poder apartar a la humana del paso antes de que la criatura le alcanzara, pero era más rápida que ella, no llegaría a tiempo.

Frenó de repente,  levantando un poco de polvo con sus pies al detenerse, y se quedo con los ojos muy abiertos, mirando a la pelirosa, que ya no parecía humana en absoluto.
-pero que cojones es eso...? -dijo, boquiabierta, viendo como la criatura se quedaba inmóvil delante de esa especie...de... Lagartija gigante?

Hellboy sabía que tenía poco tiempo. Ese enorme bicho estaba empezando a cabrearse y dentro de poco podría comenzar a comerse a todo el que se le cruzase. Tenía que pararlo como fuese. La velocidad que llevaba hacia la chica que habían encontrado desmayada era mortal. Una embestida así le habría dolido incluso a él. Sus gritos no habían servido de nada. El monstruo continuaba a toda velocidad y no parecía que fuese a frenar. Disparó un par de veces y sus tiros pasaron rozando al monstruo, pero sin acertarle. Maldita mala puntería. Aquello le sacaba de sus casillas y más cuando la situación era tensa, como en ese momento. La chica de fuego debía estar detrás de él corriendo o se había quedado parada, y la de las gafas seguía sin aparecer tras el agujero de la pared. No disponía de mucho tiempo y muchas vidas corrían peligro.

Entonces, sin comerlo ni beberlo, la criatura se paró en seco ante la chica. Bueno, lo que había sido la chica. Una especie de criatura reptiliana enorme apareció donde antes estaba ella, mirando al alienígena con unos amenazantes ojos verdosos. El monstruo se quedó totalmente petrificado, sin moverse ni un milímetro. Hellboy frenó en seco y se quedó mirando la escena. Intentó identificar al nuevo ser pero no tenía ni idea de qué demonios era. ¿Un basilisco? Tenía pinta. Además el otro bicho se había quedado petrificado. Pero no, los basiliscos eran distintos.

- ¿Pero qué demonios...?- El nuevo ser le habló, diciéndole que no podría frenar al alienígena por mucho más tiempo. Rojo agitó la cabeza y corrió de nuevo hacia el alien. Saltó sobre él y comenzó a golpear su enorme y dura cabeza con la mano de piedra. Procuró no mirar a la criatura reptiliana no fuera que él también se quedase petrificado. El alien volvió parcialmente en sí y comenzó a revolverse. Hellboy golpeaba su cabezota con fuerza, domándolo como si fuese un toro bravo. No supo si la chica de fuego ayudó a frenarlo, ya que estaba más ocupado intentando no caer, pero juraría que había sentido calor. Al cabo de unos segundos consiguió reducirlo, dejándolo K.O en el suelo. Se levantó y miró el cuerpo del alien.- Ahí quietecito. No querría tener que volver a apalearte... ¿Y se puede saber qué demonios eres tú?- Dijo volviéndose a la nueva bestia.

Pero cuando Hellboy se giró, Nicole ya no estaba ahí. O bueno, más bien Slyth. El simbionte no pensaba exponer el cuerpo en el que se alojaba a ningún peligro, y no se fiaba de ninguno de los presentes. Eso era lo que les había enseñado la vida: solo podían confiar el uno en el otro como huésped y parásito. La pelirrosa había quedado tan tocada que por una vez él había podido tomar las riendas, y no iba a desperdiciarlo, no al menos para llevársela a un lugar seguro. Estaba limitado, estaba claro, pero al menos llegaría a algún lugar, o eso creía.


¿Quien sabe? Quizás en un futuro volviesen a coincidir...o no. Puede que Syth simplemente la estuviese llevando a una muerte repentina.


PD: Salgo de este post, así que siento lo corta que ha sido esta última contestación!

-el trasto ese lo tienes solo para hacer ruido o que? -se quejó, al ver que las balas del demonio no daban una sola vez en el blanco.

Se quedó mirando ese ser parecido a una serpiente y al otro alienigena petríficado, acordándose de una historia terrestre que leyó en un librito de publicidad, sobre una mujer con cabello de serpiente que podía petrificar a la gente con su mirada. Se preguntó si tendría alguna cosa que ver.

Sacudió la cabeza, intentando alejar aquellos pensamientos para poder concentrarse en el presente. Hellboy había saltado encima del bicho y parecía que los dos realizaran una especie de baile extraño y grotesco. Se quedó un momento mirando el espectáculo, pero luego acudió en su ayuda con una pequeña sonrisa. Escupió mas fuego y se dispuso a atacarlo al tiempo que el otro le golpeaba la cabeza. Entre los dos, el alienigena no tardó en estar en el suelo. parecía muerto, pero prefirió no acercarse a comprobarlo. Buscó al ser reptiliando con la mirada, pero no pudo encontrar nada.

-No esta. - le dijo a hellboy, suspirando y sentándose en el suelo. Estaba cansada y dolorida, y el cabello se le pegaba a la frente por el sudor. - ese si que es listo, ha huido antes de que fuera demasiado tarde...


-tengo hambre. -dijo para si, en voz alta, mirando hacia ninguna parte. Luego miró al demonio rojo con una mano en el estomago, que ya empezaba a hacer ruido- tienes algo para comer?  -siguió mirando a su alrededor, hasta fijarse en el alíen tumbado en el suelo. - Crees que será comestible? -dijo, entrecerrando los ojos. No tenía muy buena pinta, pero tal vez cocinado sabia bien...

- Yo si fuese tú, no me comería eso... A saber dónde ha estado.- Hellboy guardó su revolver y se sacudió el polvo de la gabardina. Los hombres trajeados del B.P.R.D entraron con sus armas apuntando hacia todos lados. El demonio hizo un gesto con la mano para que bajasen las pistolas y así lo hicieron. Luego se volvió al alien. Aún estaba vivo. Podía escuchar su pesada respiración y ver el movimiento de su pecho. No recordaba haber visto una criatura así en su vida. Tal vez Azul supiese mejor qué era aquello. Se llevó un enorme puro a la boca y miró a la pelirroja.- ¡Eh! Hazme un favor, ¿quieres? Enciende esto, que no llevo mechero encima.

Se acercó al hueco donde la chica de las gafas verdes se había estrellado, pero allí no había nadie. Frunció el ceño y miró a su alrededor. Justo en frente de él había otro agujero que llevaba al exterior del edificio. Salió de este agachándose ligeramente al atravesarlo y miró al cielo. Las naves que antes había rodeado el edificio ahora volaban en la lejanía, perdiéndose como pequeños puntos blancos en el firmamento. La luna asomaba tras algunas pequeñas nubes moradas, tiñiendo la cara del demonio y sus alrededores de un ligero tono azulado nocturno. Dio una calada a su puro y echo el humo, perdiéndose en la noche. La pequeña muchacha estaba junto a él. Chasqueó la lengua y se volvió a ella.

- Tranquila, no te voy a dejar aquí tirada. Te llevaremos a donde necesites. Creo que tenemos algo de comer además en el helicóptero para ti. A todo esto, aún no me has dicho de dónde has salido ni qué hacías por aquí... ¿Vives por la zona o estás de vacaciones?- Generalmente simpatizaba con todo aquel que no le mirase mal. A pesar de su carácter algo fuerte a veces, Hellboy no era malo. Simplemente no le gustaba ser observado como un bicho raro o una aberración. Únicamente buscaba proteger a todos los que pudiesen necesitarle, y la chica pelirroja no le había mirado mal. Bromista con su aspecto tal vez, pero no en el mal sentido.- Por cierto, puedes llamarme Hellboy... Pero sólo si realmente me necesitas.- Y le ofreció una sonrisa a la chica, antes de volver a meterse el puro en la boca de nuevo, observando la luna junto a aquella muchacha, aún pensando en quienes eran las dos mujeres que habían aparecido allí, además de ella. Quizá el tiempo lo diría, quizá nunca volviese a saber de ellas. Pero una cosa era clara. La colisión de mundos acababa de suceder, y tenía la sensación de que iba a tener tarea para rato.

(OCC: como las otras dos han abandonado y ya hemos reventado al alien, si quieres cerramos el tema. Te he dejado abierto el final por si quieres poner un último comentario o ya cerrar así. Lo dejo en tus manos :DDDD)