Body Horror Friday Night Double Feature(Libre)[Febrero 22 del 2019]

Jack se encontraba de camino a San Diego de sus “vacaciones” en Texas. Lo que hizo puso bastante presión en su presupuesto. Debería vivir comiendo hormigas y otros insectos hasta fin de mes pero eso no le molestaba, tendría una excusa para trabajar en sus insectos comestibles.

¿El motivo para el viaje? agregar dos insectos fundamentales a su biblioteca , el nosoderma diabolicum y el escarabajo bombardero. No sabía el nombre científico del último al tener tantas variedades pero lo importante era que posee un sistema de creación y dispersión de químicos como sus parientes. El otro escarabajo tenía la coraza de quitina más resistente del mundo , no solo por lo materiales que la componian sino por su estructura fisiológica. Jack jamás se hubiese imaginado el truco que usaba ese insecto por su cuenta, menos mal que consiguió tocar uno.

Mientras esperaba uno de los muchos buses que tenía que tomar para ahorrar algo dinero su teléfono recibió una notificación. Lucy le envió un email con un link a un tema del sitio web que frecuentaba con el mensaje “Hay un equipo de villanos que desapareció en esta zona hace una semana también , tengo un mal presentimiento.” El hombre alzo una ceja y entro al tema que se encontraba cerrado por la moderación del lugar.

Tema: Giveaway especial:

Rápidamente comenzó a buscar información sobre la zona y si , un grupo de villanos locales llamado Time Sink había pasado una semana sin aparecer en el pequeño pueblo. El grupo no era para nada impresionantes , un trio de adolescentes , posiblemente mutantes, que eran peces grandes en un estanque pequeño. Sus crímenes tampoco eran tan severos , más que nada vandalismo y robos menores.

White Ghost , su traje de villano daba risa, era básicamente una sábana blanca con dos agujeros para los ojos. Parecía ser un adolecente de unos 14 años , ascendencia afroamericana. Su poder era bastante interesante , podría crear hasta 10 figuras etéreas similares a fantasmas que poseían un nivel menor de telekinesis.  Juntos eran capaces levantar un auto y parecía poder manejarlos de forma automática.

Fire Fist , una niña de 15 años con el poder de manipular fuego a una distancia extremadamente corta (15cm) y el típico paquete de metahumano que pelea cuerpo a cuerpo. Super velocidad, resistencia ,agilidad ,etc. El aumento no era muy grande ,solo 50 % mayor que otra persona de su edad pero se notaba. Cuando una adolecente pega con la misma fuerza que una persona adulta entrenada te tomaba de sorpresa. Su traje era un gi rojo y una bandana del mismo color que cubria su cara.

Finalmente estaba la líder Shatter Glass , era la peligrosa de los tres. Una adolecente de unos 16 años con el poder de manipular vidrio en un rango de 200 metros. Podría ser bastante mortal si deseaba serlo pero siempre se aseguraba de no hacer mucho daño colateral. Su traje era una toga hecha de varios pedazos de plastico multicolor y su mascara era un yelmo rosa de juguete.

La situacion le daba un mal sabor de boca , eran villanos sí pero eran solo niños. La idea de que algún vigilante psicópata como Mr A los tenga secuestrado o peor lo llenaba de amargura. Jack no podía quedarse sentado sabiendo esto pero había un pequeño problema. No tenía ni un 10% del equipo que necesitas para estar cómodo en una misión. Su enjambre solo consistía en 50 avispas escondidas en su persona y equipaje. De equipo no tenía su Caparazón , solo tenía una bandana y su ropa que estaba hecha de seda de araña, super resistente pero no lo cubría totalmente. Sus dos puntos vitales no estaban protegidos así que un golpe inoportuno podría dejarlo fuera de combate o peor.

Era una mala idea pero toda su carrera estaba construida a partir de malas ideas. Luego de 10 horas de viajar en varios buses en la dirección contraria a la que tenía que ir llego al pueblo.

Ya era de noche , las 10 pm para ser exactos. El lugar parecía el típico pueblo que sería atacado por una invasión alien en una película de los años 60 , pequeño pero tampoco demasiado como para ser un pueblo fantasma. Sacando el hecho que los edificios parecían estar en el periodo temporal equivocado no había nada raro , probablemente eran de un universo varios años atrasado en el apartado tecnológico. Jack teorizó por eso seguía vivo, debía ser una trampa para turistas bastante efectiva. Viendo el precio de la tienda de recuerdos en la terminal de buses comprobó su sospechas.

Comenzó a caminar por la terminal ,si bien su sudadera deportiva no llamaba mucho la atención su altura , pelo carmesí y la palidez de su piel si. Cosas que pasan cuando te pasas el día durmiendo o trabajando dentro de tu departamento y la noche con un traje que te cubre todo el cuerpo.

Perspectiva. Tenía que intentar cambiar de perspectiva. Si quería intentar hacerlo a la manera en la que Azul me lo había sugerido tenía mucho, pero que mucho de trabajar. Los recuerdos de Jhon Constantine me hicieron sentir una tenada en la tripa. Pensaba que no tenía nada que perder. De verdad. Sin embargo, escuchar la historia de ese hombre me había hecho trizas. Mephisto había sido un cabronazo conmigo durante los últimos años. De los primeros a decir verdad apenas recordaba nada. Tal vez fuera lo mejor. No creo que hubiera mucho que salvar, además de lo poco que tenía acerca de los buenos momentos con mi madre. El modo en que reía. Cómo jugaba conmigo en el huerto. Cómo solía preparar mi comida favorita de ese año para mi cumpleaños, y cómo solíamos pringarnos las manos con arcilla y jugábamos a las guerras de barro cuando llovía. Trató de no dejarme pensar mucho mas allá de eso, porque después de todo eso siempre irrumpía en mi mente el recuerdo de la mano tendida en el suelo. La sangre. El vacío.

Sus ojos amarillos como el carbón frente a la tumba de mi padre.

Volví a mirarlos sin contenerme. Esas pequeñas impertinencias le divertían. A mi me sacaban de puto quicio. Él lo sabía. Yo lo sabía. Aún así, no podía darle la satisfacción de retirar la mirada. Hubiera sido mucho peor que mantenerme en mis trece al echarle cara.

Su petición parecía fácil, no rezongué demasiado. Eso le extrañó. Por primera vez pude ver como su cara hacía un minúsculo gesto que causó en mí la misma reacción. Incredulidad. No podía estar segura de si eso era algo bueno, o muy malo. Siempre era difícil de saber con Mephisto. Interpretar cualquier gesto te llevaba a error, hicieras lo que hicieras. Sólo sus enfados eran bien visibles, y para entonces, el pobre miserable que hubiese cometido la temeridad de haberle cabreado acababa hecho un montón de cenizas en el suelo, si es que llegaba a darse cuenta de todo el asunto.

Me desperté después de que un frenazo me hiciera empotrar la cabeza contra el cristal del autobús.

- AAAAAARGGGhggghgggg- me agarré la frente con las dos manos apretando. Creo que de la toña se me movieron hasta los dientes. - Coño, mierda, joder, hostia.- siseé apretando los dientes, para luego retirar las manos y mirármelas por si acaso tenía sangre. No tenía, claro. Es solo que había dolido como darse un palazo en la cabeza.

Me bajé del autobús dando tumbos, mientras el conductor se rayaba detrás de mí tratando de llamarme la atención. Ni le hice caso, ni el tipo fue capaz de deshacerse del cinturón a tiempo para pararme, así que la bajada transcurrió sin más incidentes. Avancé por la estación tratando de encontrar algún indicativo de "este es el tipo al que buscas". Cuando tratas con demonios todo es muy raro. La mayoría tratan de pasar desapercibidos, pero la realidad es que lo hacen de las maneras mas estúpidas que te puedas imaginar. Los súcubos tienden a ser mujeres espectaculares de esas que sólo se ven en las revistas. Los íncubos son modelos de pasarela dueños de clubs gay. Los chupa almas se convierten en cosas como agentes de seguros o abogados. Los cambia cuerpos acaban siendo maestros de escuela o guarderías. En cuanto entiendes el patrón de que tratan de hacerle pasar por gente corriente, pero al final les puede el ansia de conseguir sus intereses lo más rápido posible te acabas percatando de un patrón que con los años acaba siendo más que evidente. Tanto que casi te duele porque es como si llevaran un neón en la puta cara.

El caso exacto del tipo que se cruzó conmigo. Me hizo alzar una ceja, pararme en el sitio y cambiar de inmediato la dirección. Un tipo desgarbado de casi dos metros, con el pelo rojo fuego, y que se cubría con una sudadera como si tratara de decir: "¡Oh! Mira lo normal que soy. ¡Pero qué normal! Nada que ver aquí. Sólo un tipo corriente con sus dos metros, su sudadera y pelos de loco. Nada más."

- Apuesto por ti, colega. - murmuré para mí, mientras comenzaba a seguirle sin ninguna prisa a una distancia prudencial de unos 4 metros. No es que tuviera mucho de que preocuparme. Parecía bastante fácil de localizar. Por otro lado no tenía necesidad de guardar mas distancia. Nadie le hace nunca caso a los niños. Es el disfraz perfecto para stalkear a la gente.

Saqué un chupachups del bolsillo de mi confiable riñonera, abrí el papel, lo hice una bola y me lo volví a guardar, mientras metía el caramelo en la boca. El sabor del azúcar me hizo sonreír sin darme cuenta. Lo único bueno de tener un diente roto es que el palo cabe justo en el hueco y permite que la cierres. La sensación perfecta.

¿Ves? Casi podía sentir como cambiaba de perspectiva.

Pistas, debía encontrar las pistas de donde estaba el paquete. No era un detective realmente bueno pero el comedor ese que había mencionado parecía ser la mejor opción. Volvió a mirar el post en su celular mientras caminaba hacia la cabina de información de la terminal.

“¿Tema eliminado?” pensó Jack al no poderlo encontrar, algo raro estaba pasando. No era común que esto pasara pero ese usuario parecía siempre tener este tipo de reacciones. Una persona no grata en el foro pero supuso que tenía sentido, no es una buena idea tener un pueblo pequeño lleno de metahumanos de diversos calibres buscando "algo".

-Hey disculpa ¿Sabes dónde está el comedor de Steve?- Le dijo a la mujer que se encontraba leyendo una revista en la cabina.

-Sigue esta calle y llegarás al centro del pueblo. Es imposible que no lo veas- Comentó sin darle mucha atención al hombre ,ni siquiera se gastó en levantar sus ojos de su material de lectura.

-Gracias- Respondió y se puso a caminar. Depaso comenzó a reclutar un enjambre con la población local de insectos. No eran muchos , más que nada mosquitos , moscas y cucarachas pero era algo. Su enjambre lo comenzó a seguir pero tomó el cuidado de mantenerlo al borde de su rango , no quería levantar muchas sospechas por ahora.

Las calles estaban bastante vacías , solo uno o dos transeúntes pero había un detalle que le llamaba la atención.Si bien en otra situación la niña podría pasar desapercibida debido a que era de noche era bastante extraño tener una joven siguiéndote, a menos que estés en una película de terror. Luego de caminar por varias cuadras buscando el comedor se dio cuenta que lo estaban siguiendo.

Siguió caminando pero algo mas lento y decidió confrontar a su acosador. No era idiota y habia lidiado con bastantes cosas que parecian ser niños en su carrera como para saber que algo raro estaba pasando.

-Hey . . . no se lo que eres y no quiero causar problemas . . . . . . todavía pero ¿Estas aquí por ese post de internet?- Exclamó con un tono para nada agresivo. Ella podría ser desde una cambiaformas , un niño con algún superpoder bizzarro , una alien , una robot ,etc.

-Te advierto que sea lo que sea que haya escondido en este pueblo no es algo agradable- Agrego al final , un poco de cortesía siempre era apreciada. En especial por que entre mas tiempo pasara más insectos podría reclutar por si una pelea se daba.

El tipo se giró hacia mí e hizo una declaración de lo más grosera. ¿Qué es eso de "No se lo que eres"? Os digo que cada vez está peor la cosa con la educación. La gente no tiene respeto por nada ni por nadie, es todo una vergüenza. ¡A dónde vamos a llegar! ¡Hay que pensar en los niños! ¿Porqué nadie piensa nunca en los niños?

Pestañeé un par de veces muy sorprendida, y luego me sonrojé como es normal cuando le pillan a uno en un renuncio. Miré al suelo fingiendo una vergüenza perfecta que sólo se conseguía practicando durante veinte años, y después le devolví la mirada de nuevo al grandote. Que no quería causar problemas "Todavía". Ni todavía ni todavío. Ya me encargaría yo de que así fuera. Cuanto más me decía mas sospechoso me parecía, lo que pasa es que lo del e-mail  sólo lo empeoró todo. Eso me hizo plantearme la posibilidad de que no se tratara de quien estaba buscando. Anda que si no era más que un pobre tipo de paisano que se había metido en un autobús para comprar una bicicleta por 50 dólares menos, para visitar a su abuela, o para poder tener la posibilidad de follar con una desconocida de otra ciudad con una de esas cosas que se descargaban en los teléfonos. Menudo corte para los dos.

No le duró mucho la perorata para pasar al "Esto es muy peligroso". ¿Y eso porqué lo sabes campeón? ¿Porque has venido a lo mismo, o porque eres tu lo que acecha en las sombras? Os parecería ridículo la cantidad de predadores que encuentran divertidísimo advertir a sus presas y que éstas no hagan ni puñetero caso. Es un sentido del humor retorcido y abyecto, pero tratando con demonios es complicado que algo de lo que hagan no vaya por esa línea. Hasta verles pedir un martini tiene algo de manipulador y mentiroso.

- No. No. Yo...- metí mis dos manitas dentro del bolsillo de la sudadera, desviando la mirada hacia al suelo, de un modo adorable. - Estoy perdida. Estaba sola en la estación, y he visto que un señor me miraba raro. Me ha entrado miedo y - quebré al voz un poco, para pasar de la vergüenza al agobio. - y he pensado que si creía que iba contigo no se acercaría, porque eras mas grande que él, pero ahora no se qué hacer porque no quiero quedarme sola en la calle. - sorbí por la nariz, con los ojos en un preludio acuoso. No al borde del llanto, por favor. Era pronto para eso.

Pero que la academia no me valorara para un Oscar por la película que me estaba montando tampoco me parecía justo, para qué engañarnos.

- ¿A donde vas tu? - le pregunté en parte por curiosidad y en parte porque los niños incómodos tienden o a quedarse en pleno silencio, o a llenar esos silencios con conversación banal cuya única intención es tratar de sentirse un poco más seguros con el desconocido que tienen delante.

Jack lo miró con algo de duda, no tenía motivos para creer pero tampoco para dudar sacando el contexto de la situación. Si era algún tipo de degenerado cambia formas que su fetiche era hacerse pasar por una niña pequeña estaba haciendo un buen trabajo. Pero al final del día no era quien para juzgar las filias ajenas así que decidió seguir su juego.

-Bien . . .iba ir al comedor local, tengo asuntos pendientes ahí- Comentó con un tono tranquilo para luego mirar a su alrededor por si alguien lo estaba espiando o aprovechando la oportunidad para hacerle un ataque sorpresa.

-Seguro tienen un teléfono para puedas llamar a tu familia o lo que sea- Acto seguido hizo que una pulga local saltara sobre la ropa de la niña , algo imperceptible para una persona común. ¿Por qué? Era una forma de saber su ubicación si era una cambia formas , tenía algún tipo de camuflaje o algo similar. De esta forma, si comenzaba a hacer juegos mentales sabría donde estaba la pulga que había colocado y podría identificarla sin problemas.

-Asi que sigueme si quieres- Dijo con un tono desinteresado , podría ofrecerle su teléfono pero su plan no tenía crédito infinito y en su posición económica no podía gastar ni un centavo más.

Luego de caminar en silencio por unos minutos finalmente llegaron al comedor de Steve. Como era común en este tipo de lugar había una cantidad absurda de cucarachas por todo el edificio. Más soldados para su enjambre que ya estaba teniendo un tamaño aceptable, aunque no sean efectivos el número masivo de estos lo compensaba.

El héroe se sentó en la barra en donde la gente solía comer sola sin preocuparse en lo mínimo por la niña y la mesera del lugar rápidamente lo atendió.

-Bienvenido al comedor de Steve ¿puedo tomar su orden?- El lugar estaba casi vacío, sólo algunos turistas terminando sus cenas.No era el lugar más glamoroso del mundo y esos precios en el menú podrían generar un miedo primordial a cualquier billetera de una persona de clase media.

-Si , iré directo al grano ¿Has visto algo raro últimamente? estoy investigando la desaparición del equipo de villanos conocido Time Sink - Luego de eso hubo un silencio incómodo en el aire, Jack había tocado un nervio delicado con esa pregunta.

Bueno, el tipo había accedido. Eso podía significar dos cosas. O no tenía idea de lo que estaba pasando allí ni era mi hombre, o se trataba de uno de esos capullos que había visto en mí una opción de comida fácil y estaba por llevarme a un callejón oscuro para clavarme un aguijón con veneno paralizante y pasárselo estupendo arrancándome la piel cara comérsela o alguna de esas mierdas que les gustaba hacer. Pronto lo sabríamos, de cualquier manera. Me quedé mirándolo por un momento, mientras mi rostro se giraba hacia un lado y a otro, como si aquello me supusiera en cierto modo un dilema moral. Al fin y al cabo para todos los niños debería serlo. ¿Irse con un desconocido o volver donde hay una sospecha flagrante de peligro? La respuesta sería buscar de inmediato a un agente de la ley, pero os sorprendería saber la cantidad de personas de mierda que hay entre ellos. Si la peña lo supiera dejaría de recomendarlo con tanto ahínco a todo el mundo. A los niños, a los ancianos, a las mujeres abusadas, o a los menores desfavorecidos, y a cualquiera que necesitase ayuda útil en lo más mínimo.

Así que tocaba jugar un poco a la ciudad sin ley. Le devolví la mirada con cierta inquietud. Lo contrario habría sido raro de cojones.

- Entonces, ¿Puedo ir contigo? - la pregunta era bastante repetitiva, pero es que así son los niños. Cansinos hasta decir basta.

Comencé a andar detrás de él sin perderle de vista pero sin acercarme demasiado. Como si en cierto modo quisiera tener la opción de salir corriendo y berreando a los cuatro vientos pidiendo auxilio si veía cualquier cosa rara. Cosa que yo no necesitaba, que él no sabía que no necesitaba y que era mejor que siguiera siendo así hasta que pudiera llegar a confirmar que sólo era un tipo raro y no la coartada perfecta de algún servidor demoníaco del capullo de Mephisto al que se le había ido la mano y cuyo culo me tocaba poner de nuevo en un viaje de ida sin escalas al infierno.

Al llegar al sitio, casi podía respirarse una mezcla de freidora que nunca había visto un estropajo, judías de lata recalentadas en un cazo, humo de cigarrillo y el dulce aroma de la bollería con el azúcar sudando a través de los donuts de dos días atrás. En aquel antro lo mas fresco que había era la camarera, que llevaba un uniforme como dos tallas mas pequeño en el que los botones estaban pasando la penitencia de sus vidas y se percibía hasta la última costura de la ropa interior, el carmín rojo por fuera de los labios con perfilador oscuro, un lunar pintado encima que le hacía la competencia a la verruga que le estaba saliendo en la barbilla y unas gafas triangulares tipo años cincuenta con una cadena de cuentas que dudaba que pudiera salirle por el cardado rubio lleno de laca. No tardó ni dos segundos en atender al grandote, mientras yo me las apañaba a duras penas para poder subirme a una de esas banquetas que tenían pegajosas hasta las patas.

Definitivamente ese era mi tipo de sitio. Auténtico, guarro y decadente. Lo cual solía ser sinónimo de comida barata. Intenté a largar mis manitas hacia la carta, pero me interrumpí al escucharle preguntar a la camarera, que ya le había servido un café solo en una taza con tanta rapidez que no sabría decir si el servicio era muy eficiente o preferían que los clientes no pudieran ver el interior.

-¿Algo mas raro que un tipo de dos metros de pelo rojo y ojos amarillos rondando a las tantas de la noche con una niña pequeña? - preguntó con cierto retintín y una sonrisa sarcástica. Dejó la cafetera con un golpe decidido y se giró de nuevo hacia él. Vaya, una sola frase y la hospitalidad al carajo. No está mal. Casi me picaba la curiosidad. Tragué saliva y para mi propia sorpresa, decidí quedarme calladita por una vez. Aquello era como lo que precedía al punto álgido de una telenovela, donde alguno de los presentes acababa por llevarse la bofetada de su vida. - Tendrás que ser más específico, cielo. Porque aquí no paran de pasar cosas raras. - sugirió mientras los presentes, que habían alzado la cabeza para mirar en su dirección volvían a bajarlas hacia sus respectivas comidas grasientas.