The Night of The Devil [libre dos mas] 29/6/18

Bar Jossie's
Hell's Kitchen, New York
12:45 a.m.

El bar Jossie's un lugar donde los ciudadanos de New York buscan la comodidad de un bar al viejo estilo de los 80's, donde buenos y malos se juntan en una "sana" partida de poker, donde el humo de cigarrillos baratos y alcohol no adulterado abunda, podria decirse que es un bar de mala muerte, pero yo jamás diria algo asi, porque en este bar simplemente hay buenos hombres, como el que ahora cuelga de la camisa en un perchero bien clavado, lo se porque mis sentidos me indican que los clavos mantienen su fuerza de antaño y porque yo personalmente coloque ese perchero...
-Ahora dime, Turk, ¿donde esta ese del que tanto se habla por ahi? el, es Turk, un hombre de un metro con setenta, poco cabello debido a la edad y delgado como un perro callejero; Foggy me ha dicho que debería dejarle en paz, pero simplemente no conozco a nadie mas bocazas, despues de todo el me agrada, no soy sentimental con quienes sueltan la sopa tan rápido, pero el me ha divertido tantas veces que simplemente seria una pena que dejase la ciudad como tantas veces le he amenazado -vamos DD, no se nada, ¡lo juro!, ¿como te mentiria?, si somos amigos ¿o no DD?- miente, lo se por el abundante sudor que expide su cuerpo asi como su corazon desbocado. Con un suspiro tomo mi vaso de leche y bebo, juego con los pistache que mantengo en mi mano izquierda antes de meterme un par a la boca y masticarlos -¿hace cuanto nos conocemos Turk?- sonrió con malicia, dejo el vaso con leche cuidadoso, junto con los tres pistachos sobrantes de mi mano y me acerco a un tembloroso hombre -Sabes que mi paciencia es limitada- le tomo de la vieja y apestosa camisa con una expresión iracunda -Muy limitada Turk, y si no quieres que te hunda el cráneo de un puñetazo como a tus amigos, sera mejor que hables: hombre de cuarenta años, delgado, cabello largo y rizado con unos dientes podridos. ¡Ahora!- bajo aquel tosco e intimidatorio agarre sentia como sus musculos temblaban, debería ser menos bruto, pero aquel hombre que ahora temblaba jamás tuvo compasión aquella vez que perdí mi radar, ni la otra vez que en mi locura le ordené que se quitara el traje de santa que acababa de robar junto con las limosnas, recibiendo una paliza y una navaja enterrada en el costado, cerca del apéndice - D-De acuerdo, ¡hablaré, lo haré!- le suelto serio y cruzo los brazos en espera -es Charlie, un hombre siempre arreglado con ropas muy chulas, lleva un anillo de oro con un león gravado en medio, ¿conoces a Liz?, la chica que esta siempre en el Bryan Park lo conoce, ella siempre fuma mentolados, puedes preguntarle por el, es su proxeneta, es todo  lo que se, por favor, bájame de aquí DD- tomo mi barbilla con la mano izquierda pensativo, con la derecha tomo a Turk de su ropa para bajarlo de aquel perchero.

Apenas ayer había escuchado un grito, agudo y no muy fuerte, lo suficiente como para captarlo y saber que era una mujer que rondaba de los dieciséis años, y también que un paño cubría su grito, al llegar a la escena no encontré nada, cartera, ni objetos que pueda usar para sacar pistas, solo el olor a un perfume fuerte, desodorante barato para hombre, polvora y aquel conocido liquido para adormecer a alguien, podría decir que sería fácil identificarlos, pero el problema aquí es que no tenía como, el auto en la que se llevaron tomó un ritmo normal, camuflándose con los demás, eso agregando que con el tráfico, el olor desaparecía con suma rapidez, eso... eso me pone furioso, haciendo mis investigaciones, descubrí que varios ataques asi han estado parando en todo New York, y parte de New Jersey, toman jóvenes, las drogan prostituyen y mandan a diferentes lugares del pais, en pocas palabras, trata de blancas; alguien logró decirme las características del que supuesta mente se encargaba de ese rollo, fue fácil, y por ende se que el no es la cabeza de todo eso. Camino, lento pero seguro dándole la espalda a Turk y dejando dos billetes de veinte dolares -Gracias amigo, quédate con el cambio- me dirigí a la salida, teniendo cuidado de no pisar a varios hombres que están tirados en el suelo, pobres... hay veces que me pregunto porque rayos pelean cada vez que entro en busca de alguien... bueno, eso será un misterio para mi.

OCC

Spoiler:

El muchacho se estaba empezando a poner algo nervioso, pues ya llevaba más de media hora esperando. Había ido a uno de esos bares de mala muerte que se encontraban a cada esquina de Hell's Kitchen, con la esperanza de obtener alguna respuesta. Como de costumbre, no sabía ni como, ni tampoco por qué, pues tenía los detalles justos para saber hacia donde se tenía que dirigir y con Daredevil en medio...la verdad es que Luke no podía hacer mucho. La verdad es que el joven estaba impresionado, pues no todos los días podía ver en acción a un superhéroe. Por una parte los admiraba pero por otro lado no acababan de simpatizarle, ya que de una forma u otra siempre acababa por cruzarse con uno de ellos. El muchacho no pudo evitar asomarse de nuevo por la puerta de los baños en los que estaba escondido, para ver lo que el famoso hombre sin miedo (o así era como le llamaban en Nueva York) se encontraba haciendo.

Lejos de ser una ventaja para él, lo cierto es que era un inconveniente. Los malditos justicieros metían las narices de una forma u otra en sus asuntos, cuando en realidad no necesitaba ayuda de ningún tipo, y ellos sin darse cuenta lo único que hacían eran complicar más las cosas y encaminar al destino por donde no tocaba. Luke se mordió el labio inferior, como de costumbre hacía cuando estaba nervioso, parecía que Daredevil estaba hablando con otra persona que el chico no podía llegar a ver, más que nada por el ángulo en el que se encontraba y lo cierto es que no aparentaba ser una conversación demasiado agradable. Cerró los ojos por un momento para concentrarse de nuevo, y observó los distintos caminos disponibles por los que podía encaminarse el futuro.

Suspiró de forma suave, todos ellos parecían indicar que iba a tener que permanecer escondido un rato más hasta que el ''genial héroe'' se decidiera a largarse de una vez por todas. ''¡Vamos, vamos...pírate de una maldita vez para que pueda interrogar a todos esos tíos que has dejado inconscientes!'' pensó Luke para sí mismo. Sabía que algunos de ellos tenían las ''manos metidas'' en una especie de organización que se dedicaba al rapto y al secuestro de chicas bastante jóvenes, para posteriormente introducirlas al negocio de la prostitución. Gracias a sus habilidades precognitivas también sabía que dicha organización se hundía de aquí a un mes más o menos, pero no conocía el como ni el porqué. ''Eso es lo mejor de ser yo'' pensó el chaval con ironía para sí mismo, ''que no conozco el por qué de lo que hago...pero supongo que las herramientas no tenemos derecho a quejarnos''.

De pronto, algo interrumpió sus desconsolados pensamientos...era el sonido de...¿de un motor?, eso parecía, puede que quizás una moto, y se estaba acercando mucho. Luke lo pudo saber sin problemas porque la puerta principal del bar estaba abierta. Decidió tentar a la suerte de nuevo y abrió con suavidad la puerta de los baños hasta que pudo asomar uno de sus ojos, y lo que vio, lo dejo con la boca abierta. Alto, con unos músculos desarrollados hasta lo ridículo, uniformado y enmascarado en su clásico traje azul, blanco y rojo...así es, parece ser que el Capitán América se había unido a la fiesta.

Luke apreto uno de sus puños con rabia y cerró los ojos de nuevo. Sus visiones le habían advertido desde el principio de la presencia de Daredevil y también de que tendría que esconderse de él un buen rato en los aseos. Lo que no esperaba para nada...era que el Capitán se hubiera presentado aquí...tan campante y tan alegre. ¿Qué hace ÉL aquí?, ¡no debería estar ahí, no debería! pensó mientras empezaba a caer en un estado de agobio. ¿Qué iba a hacer ahora?, podía intentar esquivar a un superhéroe...¿pero a dos?, eso era demasiado para él.

Cuando múltiples pensamientos agobian mi mente, opto por desconectarme y quedarme en un modo "automático", donde las palabras y las acciones fluían fuera de mi completa comprensión, algo difícil de explicar, pero que ha pasado ya muchas veces, como aquella vez que sin saber como, salí del hospital, tomé un taxi y me dirigí a un departamento, el cuál, oh, ¡sorpresa!, había comprado; pero si había algo que jamás podria ignorar son los sonidos y el olor...el olor de un chico con la ansiedad a flor de piel y no por el miedo, si no por algo más, fingí que no le percibía, que solo iba ahí por Turk eso parecía convencerlo de que el hombre que había dejado inconsciente a varias personas no trataría de hacer lo mismo con el si salia con alguna cosa. Pero el hecho de que el se quedase ahí, me daba mala espina, ¿que quería ese tipo? tal vez podría ser un civil inocente, pero no, si fuese así su corazón estuviese latiendo con fuerza y velozmente, a eso sumándole unos pantalones orinados y sudor por toda la camisa como ya he percibido veces anteriores.

Antes de pagarle al bar man supe que alguien se acercaba, de un metro con ochenta y siete centímetros, noventa kilos de musculo y cuyos latidos eran similares a una marcha de sousa mi mente me advertía que quien daba el honor de hacer aparición en la cocina del infierno era Steven Rogers, alias el capitán américa y un hombre a quién respeto demasiado. No esperé que entrase por la puerta principal para mostrar una sonrisa sincera y respetuosa -¿Es cierto?, ¿o acaso la vida me engaña?, ¡El capitán américa en persona!- alzo los brazos señalando le, volteo la cabeza con el tabernero animado -¿lo vez Antonio?, te dije que de una u otra manera te recompensaría soportarme- bromeo ante un hombre de edad algo avanzada cabreado -Gracias a dios, señor, ¿podría llevarse a este tipejo?, esta es la cuarta vez en la semana que viene a dejar la mayoría de mis parroquianos asi- señala el suelo a los hombres que aún dormitan ante la pelea de minutos antes -Vale, vale- contraigo las cejas algo molesto y paso un brazo por los hombros de Capi, a pesar de que me lleva solo unos cinco centímetros de altura, no puedo evitar sentirme un enclenque a su lado -Que bueno que has llegado acompáñame a fuera, tal vez podrías ayudarme con algo- le incitó con un movimiento de mano que se gire y salga del lugar

-Es algo sobre un, caso- muevo mi cabeza ligeramente a la dirección de los baños esperando que capte mi mensaje sobre el espia, incluso desde esta distancia, percibo como sus puños se cierran y la rabia el invade, tal vez no estaba en sus planes que Steve se pasara por el bar, eso era algo bueno, tal vez, solo debía convencer a Steve que ambos nos escondieramos en el techo o en algún lugar lo suficientemente lejos para que no nos pille pero si cerca para poder escuchar y percibir todo lo que haga en el bar, o simplemente seguirlo, tal vez era un patán que andaba metido en todo el caso de las mujeres secuestradas, ya algo sabría fuese por las buenas, o por las malas.

Los nervios cada vez eran más grandes. Tenía toda la cara sudorosa y comprobar que se habían escapado unas pocas gotas de pis sin dudas era el colmo de los colmos. Luke se llevó una mano a la frente ''A este paso, cualquier día me da un infarto. Creo que me merezco un premio por aguantar toda esta presión a mi edad. Cualquiera en mi lugar ya habría salido corriendo''. Se sintió un poco más tranquilo cuando el tono de sus pensamientos sonó maduro y autoritario. Al menos los dos superhéroes no parecían muy centrados en él, ambos estaban hablando, aunque no podía saber con seguridad de qué, lo único que le llegaban a través de la destartalada puerta del baño eran murmullos prácticamente inaudibles.

Así pues, aprovechó el momento para asearse un poco. Se secó el sudor de la cara y del pecho con una de las toallas del baño, se lavó el rostro con agua del grifo para intentar estar un poco más tranquilo y se intentó secar las gotas de pis con papel higiénico. Era una persona bastante pulcra en ese sentido, pues no le entusiasmaba demasiado la idea de andar sucio por ahí. No había nada más incómodo que caminar notando como un sinfín de gotas te bajaban por la frente y encima con unos pantalones mojados, así que procuró hacer todo lo que pudo.

Pasos...que parecían venir directamente al baño...''¡No!, maldita sea, ¡ahora no!''. Se bajó corriendo la manga de la camisa para intentar ocultar el guantelete mecánico que siempre llevaba cuando salía, pues era la única arma en su repertorio. Su confundida cabeza comenzó a escudriñar un plan de emergencia. No estaba muy seguro de cúal de los dos se estaba cercando, pero fuera quién fuese, era obvio que le iba a hacer muchas preguntas. ''¡Pues entonces haz como que no sabes nada, aparenta ser un civil más, un simple árbol en el bosque, un pobre chico que se había visto envuelto en mitad del conflicto y se había escondido en los baños, temiendo por su vida''. Luke asintió, satisfecho con aquel plan.

Además, en cierta forma no estaría mintiendo, pues algo de verdad había en que estaba bastante asustado y el hecho de que aún fuera menor de edad podría dar mayor credibilidad a su historia. ''¡Bien, eso es lo que haré!, y si me preguntan algo que no puedo responder...siempre puedo salir corriendo e intentar dejarlos atrás...aunque creo que eso será mucho más complicado''. Asintió de nuevo, con todas sus ideas ya organizadas, los pasos se acercaban cada vez más y el tiempo se le acababa...

''Vale, prepárate...¡aquí llega!, el muchacho se colocó corriendo detrás de una de las puertas que llevaban a los orinaderos, y simplemente se dispuso a esperar. Los pasos se detuvieron y una voz grave y de alguien que parecía estar muy seguro de sí mismo se alzó por encima de los demás ruidos:

- Eh, ¿Hay alguien aquí? Si tus amigos estaban afuera, lo siento mucho, parece que te tocara pagar la cuenta de ellos... -

Luke tragó un poco de saliva cuando oyó esto. De pronto la puerta se abrió de golpe, y el chaval puso en marcha su plan. Abrió la puerta del orinadero y alzó ambos brazos suavemente.

- ¡Aaah!, ¡p-por favor, no me haga d-daño!. Tenerlo de cerca era aún más impresionante, tuvo que alzar la cabeza para mirarle a los ojos, ya que el capitán era una persona bastante alta. Aún no podía creerse que lo tuviera justo delante de sus narices. Intentó tapar su sorpresa y asombro como buenamente puedo y decidió seguir con su pequeña obra de teatro... ''¡Créeme, créeme!, y dejadme tranquilo los dos de una vez...'', no sabía si aquello iba a funcionar...tenía un mal presentimiento.

Jamás comprenderé porque mis indirectas son torpes y poco coherentes con lo que trato de decir, tal vez cuando vuelva a estar en una situación asi diré algo como "Salgamos, porque hay un tipo escondido en los baños, y quiero interrogarle", pero claaaro, Capi no me dejaría interrogarlo solo y mucho menos habiendo visto tantos hombres tumbados en el suelo, pude percibir como sacaba su arma, algo curioso teniendo en cuenta que poseía un escudo que lucia mas imponente que una simple arma de fuego, sus pasos eran cautelosos y en el baño un joven se removía después de "asearse" vanamente, pues aún conservaba el olor del orín y sudor -Sabes que no me gusta la violencia gratuita Capi, pero no puedo quedarme de brazos cruzados cuando estos se me abalanzan por venir a hacer una simple pregunta...-, de igual manera, le seguí a unos cuantos pasos de distancia, si el iba a hablar con aquel muchacho yo también lo haría, mas calmado claro está, pero no descartaría que tiene idea de algo

-Tranquilo, el chico esta desar....- se cubrió la nariz con una mueca de asco y comenzó a alejarse -¡Dios!, ¡¿acaso nunca limpias estos baños Antonio?- grite al hombre tras la barra el cuál solo hizo mas que recordarme a mi madre en un susurro mientras arrinconaba a los hombres noqueados -demonios...-, los músculos tensos de Steven me alertaron, no quería que ocurriese algo mas... fuerte, por lo que, "ignorando" el olor entre con el tratando de mantener un poco la seriedad que no tenía -Tranquilo, el chico no está armado... o eso creo- el mencionado salió de una cabina del baño con los brazos arriba, su corazón palpitaba con suma rapidez, demostrándome que estaba nervioso y asustado, pero había algo mas, un sonido y olor que provenían de el... -¿Cuál es tu nombre joven, y que es lo que quieres que te creamos?- alzó una ceja preguntando con suma rapidez ante su frase, era extraño que después de saber que un tipo en leotardo rojo golpeó a sus "amigos" solo se escondiese en el baño y salir al poco tiempo con un "déjenme en paz los dos", algo no pillaba en todo ello, o al menos para mi.

Me dolía el pecho al respirar, estaba magullada y sangraba por la nariz, labios y nudillos, aunque en estos últimos la sangre no se apreciaba demasiado bien debido a la necrosis que me afectaba a las manos.

Mi vestido estaba arrugado y salpicado en sangre y lágrimas, las medias rasgadas y mi pelo alborotado, pero en mi mirada no se veía ni rastro de susto. Estaba muy enfadada, casi colérica. Me dirigía al bar donde conocí a un par de hombres la otra noche, un bar de mala muerte pero con alcohol barato. Uno de esos cretinos aún visitaba como buen parroquiano el local, por lo que al llegar a la puerta de éste la abrí furiosa y de un golpe. Tardé dos segundos en localizarle, parecía agotado o como si hubiera pasado un mal momento. Qué lástima. A grandes pasos me acerqué hasta donde estaba Turk y le cogí del cuello de la camisa contra la pared. No era especialmente fuerte, pero no hay que entrometerse con una mujer cabreada. Y, además, él parecía no estar en plenas facultades en ese momento.

-¡TÚ! ¡Tú...! ¿Dónde está tu amigo? ¿EH? ¿Me recuerdas?- le di un puñetazo en la boca del estómago. -¡¿ME RECUERDAS?! Soy la chica a la que queríais vender... Сукин сын! я тебя убью!- comencé a soltar improperios en ruso a la vez que le pegaba y le regalaba un buen rodillazo en sus partes masculinas, consciente de que no podría levantarse en un rato.

-Os equivocasteis de rusa...- le susurré acercándome a su cara, le di otra patada y fui a la barra a pedir alcohol para limpiarme las heridas, sin darle opción el camarero para que me preguntase nada o me negase nada. Me importaba bien poco lo que pudieran pensar de mí o de lo que acababa de hacer, sólo me importaba yo misma y mis heridas, sobre todo las que no era capaz de ver. Busqué el baño con la mirada para ir después, a la vez que cogía el vodka que me había puesto el viejo, le daba un trago y empezaba a limpiarme las heridas más superficiales con ese mismo alcohol.

-Блядь! Duele...

El chico suspiró de alivio como pocas veces en su vida lo había hecho, pues en el momento en el que el Capitán América le vio, bajó la pistola casi de inmediato. Al parecer, no le consideraba una amenaza, ya fuera por su corta edad o por otros motivos, pero sin duda alguna, era algo bueno. ''Al menos no me va a pegar un tiro, es un comienzo...'' pensó con cierto sarcasmo en su mente. El capitán se le quedó mirando, como si lo estuviera analizando milímetro a milímetro, algo que hizo que el chaval se sintiera intranquilo. Hasta que de pronto...habló otra vez:

- ¿No eres muy joven para estar aquí? -

Luke desvió la mirada hacia el techo, se le daba muy mal fingir y su pequeña función se estaba, literalmente, cayendo a trozos. ''¡Pero no te quedes ahí parado como un pasmarote, imbécil!, ¡respóndele antes de que comience a sospechar de ti!'' le gritó su mente en un tono histérico.

- Uuuh...esto...y-yo...bueno, supongo que...que sí lo soy... -

Como de costumbre, su voz sonaba insegura y encima poco sincera. ''Genial, Luke, simplemente genial, vaya comienzo más espectacular'' pensó con disgusto. Si las cosas seguían así, probablemente iba a tener que responder a muchas preguntas y posiblemente, también pasar una buena temporada en S.H.I.E.L.D. , cosa que no le apetecía en absoluto, pues ni siquiera ellos podían enterarse de todas las que sabía, de ninguna manera. Imaginarse en esa situación hizo que sus nervios aumentaran un poco más y observar que Daredevil, con una expresión de seriedad en su rostro, se encontraba también detrás del capitán no ayudó demasiado a suavizar las cosas. Esta vez fue él quién habló:

- ¿Cuál es tu nombre joven, y que es lo que quieres que te creamos? -

Volvió a tragar saliva de nuevo, el tiempo volvía a correr y los dos héroes se le quedaron mirando. Comenzó a pensar otra vez ''¿Supongo que no pasará nada por que les diga mi nombre, no?, al fin y al cabo...no creo que haya mucha información sobre mí en las bases de datos...o eso espero...''. Se armó de valor, respiró hondo y respondió:

- L-Luke, me...¡me llamo Luke! - dijo de forma rápida mientras su mente seguía trabajando. ''Será mejor no mencionar mi apellido. Vale, ya les has dicho tu nombre, ¿qué puedes contestar a lo otro?, lo mejor será seguir haciéndose el tonto...''.

- Yo...no, ¡nada, nada!, no me hagan mucho caso...estaba simplemente...delirando...Jejeje - La verdad es que no era muy bueno mintiendo, pero tenía que intentarlo al menos. Era su única oportunidad.

¡Tengo que seguir con la conversación!, ¡hacer algo antes de que realmente empiecen a sospechar de mí! , y antes de que pudiera pensar en algo más...se empezaron a escuchar ruidos, ruidos de golpes bastante fuertes...y también...algo más. Un hombre estaba lanzando gemidos de dolor, y...y también logró distinguir la dulce voz de una chica, que parecía bastante enfadada y gritaba en un idioma que Luke no conocía...¿ruso quizás?, no lo sabía con seguridad.

- Eh, diablo, quédate con el muchacho... No seas muy duro. Yo me encargo. - Antes de que Luke pudiera contestar, el capitán ya se había marchado.

- ¿Quéeeee?, ¿con ÉL?, ¡p-pero...! - Antes de seguir, se mordió la lengua. Esas últimas palabras no le habían ayudado demasiado. Volvió la cabeza para mirar a Daredevil, que seguía mirándole bastante serio ''Algo me dice que no confía en mí. Piensa, piensa...¿qué puedo hacer para intentar desviar las sospechas que tiene?''.

Luke dirigió una sonrisa bastante forzada al enmascarado diablo rojo y empezó a hablar otra vez - No es que me moleste quedarme contigo ni nada...es que...bueno...yo tengo que...eeeeehhhh...tengo... - Empezó a pensar que haber hablado él primero no había sido lo más adecuado. ''¿Por qué tengo la impresión de que me están empezando a pillar?'' pensó el muchacho con desconsuelo.

Que gracioso pense molesto mientras me cruzaba en brazos y fruncía el ceño, para ser alguien que temía por que le hubiesen pillado en un bar de mala muerte, a altas horas de la noche ¡y peor!, ¡por el capitán américa y Daredevil! (el ultimo con fama de romper mas huesos que una pelea en el cuadrilátero por muchas rondas), sabía hasta cierto punto como mantener la boca callada, cuando le convenía al desgraciado -¿Delirando dices?, ¿has consumido alguna droga jovencito?- incliné levemente mi torso hacia adelante con intenciones de usar la intimidación como método para sacar le un par de respuestas, claramente sabía que no estaba drogado, asi como también sabia que estaba hecho, un manojo de nervios, nuevamente abrí la boca para soltar otra pregunta mucho mas directa, y hubiese sido asi si no fuese por un ruido y un par de gritos agudos de una mujer joven, su corazón palpitaba con locura e indicaba que estaba muy, muy alterada, eso sumándole su acento ruso, no se si era cosa mía, pero es muy raro toparse con dos rusas en menos de un año.

Al estar mas cerca de aquella chica me dispuse a salir pero un simple Eh, diablo, quédate con el muchacho... No seas muy duro. Yo me encargo. de parte del capitán me hizo asentir y quedarme tal y como me lo ordenó, para ser sincero, su simple tono exigía respeto, rayos, ojala pudiese aprender a hacer eso sin acudir a los puños, aunque claro, el debía usar eso que se menciona mucho,eso del contacto visual, algo que sería algo muy, muy perturbador para un ladrón si un ciego quisiera fijar sus ojos en los de el; voltee con el chico y sonreí confiado, camine con calma a donde el y parando a un metro de el -Vamos chico- relaje los músculos y alcé levemente mi mano izquierda con la palma abierta -Te comprendo, no es como si esperance algo de calma cuando un hombre con traje de diablo ha noqueado a todos allá afuera, ¿cierto?, no tienes porque preocuparte por lo que has dicho-, opte por tomar un semblante relajado y amistoso, generalmente eso funcionaba con los soplones jóvenes o con los husmeadores -Pero, hay algo que no me concuerda chico, he venido a este bar durante los últimos diez años, y jamás te he visto por aquí, ¿con quién de todos los de afuera has venido?- con rapidez me coloqué a su lado, pasando por sus hombros mi brazo derecho y cerrando este agarre en su cuello -Y lo mas importante, ¿que ocultas?- la sonrisa aún no desaparecía de mi rostro -Y no me mientas chico porque lo sabré, y eso, no será muy lindo para ti- no sabría lo que diría, pero de algo estaba seguro, es que no podria mentirme.

Una mano fuerte y firme me sujetó el brazo y lo inspeccionó, acompañada de una imponente voz masculina que me preguntaba si necesitaba ayuda. Alcé mis ojos azules hasta la cara del hombre que había acudido a mí al ver mi estado y, mi sorpresa no fue otra que encontrarme con el Capitán.

-¿Me engañan los ojos o soy una chica afortunada? ¡El Capitán América!- bromeé alzando el brazo que tenía libre. Le conocía bien de lejos, sólo lo que oía en las televisiones o en las habladurías de la gente, jamás había coincidido con él en persona y pensé que jamás lo haría. Era más grande e imponente de lo que parecía en las imágenes del televisor de la lavandería. -Estoy bien, gracias. Sólo venía a arreglar unas pocas cuentas con Turk, pero quizás te me has adelantado. U otra persona lo ha hecho: no estaba muy en sí- le expliqué brevemente. -Soy Anya. ¿Qué es lo que te trae por este bar de mala muerte? Pensaba que sólo visitaban este tugurio gente sin una vida que vivir- abrí la conversación con él mientras dejaba que me sujetara el brazo y yo me iba limpiando las heridas y la sangre. De vez en cuando se me escapaba una mueca por el ardor del alcohol que intentaba ocultar, aunque no se me daba muy bien.

Escuché unas voces que venían del baño y asomé la cabeza en esa dirección, consciente de que el Capitán tuvo que haber salido de allí, pues la puerta de la calle no se había abierto. Devolví mi mirada al Capitán y le sonreí divertida.

-Espero no haber interrumpido nada, parece que ahí dentro os lo estabais pasando bien...- le di un trago al vodka y me coloqué como pude la ropa. "Tsk... Ahora tendría que buscar ropa nueva..." Me miré la mano que me estaba limpiando y que el Capitán sujetaba con firmeza con cierta incomodidad, no porque me estuviera cogiendo o tocando, sino más bien por él: debía de estar alucinando con su aspecto necroso, y no tenía por qué pasar por eso. Si John que estaba "acostumbrado" a esas cosas no quiso, fue por algo.

El chico se negaba hablar, incluso parecía realmente nervioso, con un suspiro se alejó de el y si no fuese porque los quejidos de Turk llegaban hasta sus oídos debido a unos golpes, no propinados por el que llamaron la atención no se había animado a alejarse de aquel joven -Tu- sentenció con voz sería señalando le con el bastón -Esperame aquí, si no...- con suma lentitud dió la vuelta y caminó unos cuantos pasos hasta Steve -¿pasa algo Steve?, escuche a Turk gimoteando de dolor por unos golpes, bueno, otros aparte de los mios- sonrió con malicia y enfocó su radar a la joven que estaba bebiendo -¿Como te llamas chica?- fingió no haber escuchado su nombre y mucho menos el interrogatorio que le había estado haciendo su "compañero".

-Vamos capi, relaja el semblante, después de todo ella no es una delincuente juvenil- recarga su peso en el codo izquierdo que reposa con suma calma en la barra del bar -Como ha dicho mi compañero, estamos interesados en los actos ilegales que ha hecho Turk- corrige a steve al haberle oido decir "Tuk" -¿acaso sabes algo sobre las chicas que ultimada mente se han estado robando por la zona?- alzó una ceja de manera interrogante y se acercó unos milimetros mas, no tanto como para invadir su espacio personal, pero si para intimidarla, pues el miedo, era una arma que el sabía usar a la perfección, ademas que era un detonante para que las personas soltasen la sopa, ¿ella era la victima?, si, pero eso no significaba que podría estarle ocultando información o que tal vez, ella estaba involucrada y Turk solo decidió... desaparecerla.

Off: espero y no les moleste lo corto del post D: y menos que lo haya cambiado a tercera persona, cualquier cosa avisenme porfavar c:

Sonreí con dulzura al Capitán cuando sacó la loción y empezó a aplicarmela en las heridas. Seguramente sería lo mejor que iba a encontrar para curarlas, por lo que no me quejé y le dejé hacer observando con cuidado todos sus movimientos.
Seguía molesta por la treta en la que me había involucrado Turk, pero si no podía confiar en el Capitán, ¿en quién confiar?

-Gracias. Puedes llamarme Anna si lo prefieres- le agradecí al vengador su gesto al tiempo que aparecía un hombre vestido de rojo que me sonaba de algo pero no estaba del todo segura. -Soy Anya, ¿y tú?- me presenté un poco a la defensiva, pero si estaba con el Capitán no debía ser mala gente, ¿no? -Me la jugaron, y trataron de traficar conmigo, pero yo no me dejé. Les di una... "sorpresa" y me largué, no sin antes darles su merecido. Por eso tengo estas heridas, de forcejear... Pero ahora estoy bien, y sabiendo que dos hombres como vosotros están metidos en esto para solucionarlo me quedo más tranquila- sonreí a ambos.

Me quedé un momento en silencio, pensando qué decir que pudiera responder a ambos. Me relamí el labio superior, el cual estaba hinchado y abierto, y le pedí con un gesto de la mano al camarero otra copa como la de antes. Me la dio en cuestion de segundos, por lo que en cuanto la tuve en frente le di un buen trago como si no me costara, como si aquel vodka fuese agua y miré a los dos hombres que tenía a mi lado.

-En las calles se escuchan muchas cosas, pero nunca lo había vivido. Al menos, no algo así. No soy de este barrio, pero por cosas de la vida terminé aquí, entré a este bar a beber algo y me encontré a ese cretino que está llorando y su amigo... Tal y como lo veo, me engañaron diciendo que querían pasar un buen rato, me drogaron porque no es fácil emborracharme, sentía que tenía el control de la noche hasta que... Bueno, de lo demás... no me acuerdo. Sólo sé que no estaba sola cuando recuperé la consciencia, había más chicas, pero todas tenían miedo y no se atrevían a hacer nada. Supongo que por eso la mayoría de chicas que desaparecen son de la calle, o sin mucha vida de valor...- miré hacia otro lado. No por miedo del hombre de rojo, ni por el hecho de que esas cosas sucedieran, si no porque yo tuve que vivirlo cuando era más joven y son recuerdos que dolían.

Eso era lo que se oía en la calle. No me gustaba, pero era la verdad. Conocía las violaciones en las que cualquiera te veía sola en la calle, desvalida, y se aprovechaba de ti... Sacudí la cabeza, no quería que mi mente fuese allí. Eran malos recuerdos.

Durante el dialogo con la joven que se hacia llamar "Anna" y el Capitán America, Daredevil se había quedado en silencio a la vez que se alejaba un poco. La mirada del bar man no se le separaba, temiendo que este volviese a causar mas destrozos -Es curioso, la mayoria de las chicas que han sido secuestradas fueron llevadas en una furgoneta, no dejaron pista alguna, incluso el olor de los secuestradores desaparecía al momento, Tal vez...- tronó los dedos como si una idea pasara por su mente, Tenia un nombre, y un buen dato -El hombre tiene un anilo de oro con un león gravado, y Liz tiene un dato- todo aquello lo decía en voz alta sin saberlo, de alguna manera queriendo ordenar la poca información.

-¡El Bryan Park!- logró exclamar, pudo haberlo haberlo prevenido, claro, si fuese un hombre común, pero el Capitán no solo había demostrado ser alguien excepcional para los sentidos de un humano normal, también para los del vigilante nocturno, en un dos por tres se encontraba sobre Turk, y a pesar que se encontraba inconsciente, no pudo evitar soltar pequeños bufidos de dolor -¡Capi no!- corrió tras el para tomarlo de los brazos, aunque claro, era como si un pedazo de papel tratase de detener una piedra de su caída  -No servirá de nada, esta inconciente, y la policia esta por llegar debo irme de aquí- explicó con calma volteando con la joven -Necesitaré de tu ayuda, pero antes debo hacer una parada- se alejó de Steve -Se por donde empezar, Turk me dijo que Liz sabe algo, y bueno, se donde trabaja Liz- caminó con Anna -necesitaré tu ayuda después de eso, el lugar donde estabas entre otras cosas, Capi, ¿vienes?- Se cruzó en brazos, esta vez estaba serio, ahora no era tiempo de bromas o sonrisas, ahora tenía que ser serio.