Conversaciones de medianoche (final del día 13- 4- 2019/ madrugada del 14- 4-2019)[Bart & Warlork]

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Tras la reunificación, todos se habían ido a descansar. El velocista estaba un tanto inquieto. El castaño estaba emocionalmente muy cansado. Aquel día habían acontecido muchas desgracias. Desgracias que le dolían fuertemente en el alma y le hacían sentirse un fracasado. ¿Cómo podría ser un héroe si no había podido proteger y salvar a quien más quería? Unas lágrimas cayeron por sus ojos al sentirse un tremendo inútil.

Happy Harbour había sido atacado y destruido. La tierra estaba siendo asolada por demonios. Por si fuera poco, ese ataque había sido perpetuado por una de sus amigas. Además, Kon, su mejor amigo había sido poseído. Garfield también. Su primo había sido secuestrado por el psicópata de su clon. Los héroes estaban perdiendo. Habían sido secuestrados y poseídos. La única táctica conocida para salvar el mundo era asesinar a la medio demonio. Eso le deprimía. Tenía miedo de todo lo que se había perdido. De no poder hacer nada. De no ser suficiente para arreglar las cosas. ¿Y si no podían recuperar a sus amigos? Suspiró con esas dudas rondando su mente. Estaba alicaído. Tenía que trabajar con un equipo que no conocía y con el que no sabía cómo actuar. Se sentó pero no podía estar quieto. Estaba nervioso. No podía dejar de moverse. Se paraba por la habitación en la que se encontraba de un lado a otro. Se sentaba y se volvía a levantar inmediatamente. Se ponía en el escritorio a intentar dibujar y enseguida soltaba el lápiz. No podía concentrarse en nada.

Se había quedado a dormir en Mansión Wayne, ya que, tras la destrucción de Happy Harbour se había quedado sin residencia. Nada más llegar a la habitación que le había sido asignada llamó a su abuela Iris para que no se preocupase. La conversación fue larga y un poco complicada. Luego llamó a Joan. Tuvo con la esposa de Jay Garrick una emotiva y conmovedora charla cargada de amor y afecto. El castaño sabía que no podía correr a refugiarse en ninguna de las casas de estas mujeres. Aunque Barry había vuelto, no tenía un trato muy cercano con él y se sentía raro pensar en vivir con el matrimonio cuando sus abuelos aún no tenían ni hijos propios. Luego estaba Joan. Aquella mujer valiente e inteligente que ya tenía una edad era como una madre para él. Ella le cuidaba y quería igual que a un hijo. Su comida estaba muy rica y se reían mucho juntos. Por mucho que le gustase la idea de vivir en Keystone City con Joan, Jay no estaba para guiarme, aconsejarle y sobre todo, ayudarle con la Speedforce y sus crisis. Jay había desaparecido en la Speedforce tratando de salvarle. Ahora era consciente de ese hecho. Bart necesitaba estar rodeado de alguien que pudiera proporcionarle control en tiempo duros.

El alien vagaba por las habitaciones algo...perdido. El desánimo general le afectaba, pero no se veía capaz de mejorar las cosas; No conocía apenas a estos héroes, y pese a su experiencia en diversos grupos, le pareció que no era buen momento para tratar de integrarse y socializar. Esa gente necesitaba su espacio... sin embargo, él también anhelaba algo de compañía, pues albergaba sus propias inquietudes. El recuerdo de lo sucedido a Conner pesaba en su alma y la incertidumbre de qué podría ocurrirle le causaba agobio... al fin y al cabo, se estaba hablando de acabar con una heroína para salvar la situación, ¿Y si fuera necesaria una medida semejante para con el semi kryptoniano? Sacudió la cabeza con cansancio. Necesitaba compartir su inquietud con alguien, aunque sintiese que aquél era un deseo egoísta...

Estaba buscando a Bart. Él también tenía una fuerte amistad con el semi kryptoniano, y seguramente ambos compartirían la inquietud por su compañero, y además, fuese lo que fuese que le había ocurrido en su breve ausencia, el joven velocista había regresado menos vivaz y activo de lo habitual. Estas dos circunstancias animaron al technarch a acercarse a la habitación dónde éste se encontraba. En ese momento estaba sentado, con la mirada perdida en sus propios pies, que no dejaba de mover. El velocista siempre estaba en movimiento.

Warlock dio unpar de toques en la puerta entreabierta para advertir de su llegada, y con voz cansada saludó.

- Hola Bart ¿Puede yo... pasar?

Los dorados ojos del alien brillaron en la oscuridad devolviendo al interior de la estancia una mirada llena de tristeza. Esperaba de veras no molestar al chico...

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Conversaciones de medianoche (final del día 13- 4- 2019/ madrugada del 14- 4-2019)[Bart & Warlork] Warloc11

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Estaba absorto en sus pensamientos. No sabía qué hacer ni qué esperar y no podía seguir pensando que todo iba a ir bien. Tenía que actuar. Movía sus pies frenéticamente. Los toques en la puerta le pillaron por sorpresa. No sabía quién podía requerirle ni para qué. Sólo esperaba que no fuera una noticia de otra nueva catástrofe o pérdida. Un poco absorto aún en su mundo interior no captó la mirada del alien que destaca en ese ambiente de semipenumbra en el que se había puesto el velocista a meditar. Se acercó a la puerta y sus ojos se abrieron con sorpresa al ver al alien. Abrió la puerta por completo para dejar pasar al terchnarch. Asintió con la cabeza a la pregunta de Warlock. Con una ademán y una sonrisa amable le invitó a pasar a la habitación que le habían preparado.

Le caía muy bien el tecnorgánico, aunque aún se conocieran poco. Cuando habían coincidido en Happy Harbour Warlock había llamado mucho su atención tanto por su apariencia poco común como por su personalidad. Se sentía a gusto con él porque ambos eran amigos de Kon y podían compartir ese sentimiento de preocupación por el joven. Los dos habían intentado con todas sus fuerzas recuperar al moreno de las afiladas garras de la Raven malvada.

- Mi cuarto siempre está abierto para mis amigos. Puedes entrar sin llamar. - Sonrió dulcemente - ¿Estás bien? -Preguntó. Sabía que todos estaban alicaídos y no era el mejor momento. -¿En qué te puedo ayudar?-

Tomó las zarpas del alien entre sus manos y le arrastró hasta sentarme junto a él sobre la inmensa y elegante cama. La habitación era un poco impersonal. No tenía nada suyo y le hacía sentir un poco raro. Estaba todo tan recogido y ordenado. No había por ningún lugar el caos o la vitalidad que solía caracterizar las habitaciones que había tenido.

Sin Tim ese lugar se sentía un poco extraño. Como ajeno a él. No tenía mucha familiaridad con los murciélagos salvo con el tercer Robin. Dick era amigo de su primo y Bruce de su abuelo Barry pero con él no es que fueran muy íntimos. Eso podía ser lo que sentía el terchnarch. No conocía a nadie allí salvo a él y no habían estado tanto tiempo juntos como para formar una relación de complicidad. Warlock estaba mucho más unido a Kon que a él. Se conocían desde hacía mucho más tiempo y además quedaban frecuentemente. Bart pensó que el alien podía sentirse un poco fuera de lugar al no estar el kriptoniano en escena.

"¿Estás bien?" Warlock no entendía por qué los humanos insistían en hacer esa pregunta a quienes evidenciaban lo contrario. Supuso que era una fórmula hecha, algo asociado a la cortesía. Pese a sus razonamientos sobre algo tan vanal, no olvidaba la situación en que se encontraban, y sintió alivio al ser aceptado, dejándose llevar hasta donde le indicó el muchacho.

- Yo... no. No se siente demasiado bien.... Tú tampoco, ¿verdad? - Con un pesado suspiro, dejó caer su mirada a la moqueta, quedando cabizbajo. El muchacho le preguntó en qué podía ayudarle, y el technarch vio su oportunidad para exponer sus inquietudes- Yo necesita hablar con alguien de Connie... pero si eso hace sentir peor a tú, entonces nosotros pueden hablar de otra cosa.

El velocista, sacando ánimo de dónde pudo, sacudió la cabeza en una negativa.

-Hablar es bueno. Nos ayuda. La situación con Kon no ha sido la mejor y ... - De pronto esa aparente fortaleza se derrumbó- no sé cómo encajarlo, ni qué hacer...

Aunque sabía que era un héroe, Warlock siempre sintió al velocista como alguien más frágil de lo que era por su aspecto delgado y juvenil, y en esos instantes no era distinto. El alien siempre sentía la necesidad de proteger a los más débiles, y aún en estos momentos en que él también necesitaba cuidados, quería ser fuerte para ayudar a Allen. Tras un breve silencio, posó una de sus grandes zarpas en el hombro del chico a modo de apoyo. Sabía que el contacto era muy útil en situaciones así.

- Yo... siente que ha fallado. En múltiples sentidos. Yo luchó contra Connie... y él le engañó. Hubo un momento en que yo incluso quiso matarlo... yo nunca había sentido algo así contra un aliado, contra un amigo... Connie y yo siempre han temido convertirse en monstruos, y yo está aterrado. Él ya es malvado... ¿y si yo cambia también? Terra sufriría consecuencias terribles... A veces yo piensa que debería mantenerse al margen y evitar un mal mayor, pero... yo... yo no puede hacerlo ¡Yo necesita ayudar! A Connie, a Terra y a todos...

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- Estoy un poco decaído.- contestó sincero ante la pregunta del alien sobre su estado de ánimo. Las conversaciones con su abuela y con Joan le habían tranquilizado pero todavía seguía algo inquieto. Todo lo que había sucedido en un día había sido devastador. No sólo había perdido su hogar sino que había perdido amigos. Aunque para otras personas todo era muy palpable y explicable él no podía entender cómo las cosas se habían torcido tanto. Se sentía inseguro y en un lugar desconocido. Él era muy familiar y sociable. La mansión Wayne era tan grande y para él tan fría. Cada segundo extrañaba la base. Extrañaba el ruido de la gente haciendo sus cosas. ¿Por qué había tanto silencio allí? Extrañaba el calor de un hogar y la vida rodeado de gente. Tras reunificarse todo el mundo había desaparecido y se sentí muy solo. Como un objeto decorativo más en aquella casa elegante donde imperaba el orden.

Pensaba en muchas cosas a la vez y ninguna buena. Pero entonces llegó a él la voz de Warlock hablando sobre lo que quería de él y no supo cómo se cortaron esos pensamientos que le ateñazaban. Bart consoló a terchnarch. Pero él no sabía cómo encajar lo ocurrido y se lo expresó al alien. Volvió de nueva esa inseguridad, ese miedo. No habían podido ayudar a Conner. No había visto el hundimiento de Raven. ¿Cómo iba a poder salvarlos de la oscuridad que les apresaba?¿Cómo iba a poder defender a quien amaba y proteger al mundo en esa era de demonios?

El momento de silencio para el castaño fue como eterno. Sintió la mano del alien en su hombro y levantó la vista para mirarle a los ojos. Agradecía mucho ese contacto físico. Bart era alguien muy táctil y le reconfortaba mucho el apoyo físico. La voz de Warlock captó su atención, aquellos cambios de tono que narraban sus preocupaciones y pesares. En otras circunstancias quizá le hubiera dicho lo que le fascinaba esa peculiaridad. era como entrañable. Pero no era el momento de analizar características que nos hacen únicos y especiales. Ambos estaban igual de temerosos y preocupados. Necesitaban sacarse esa espina que se clavaba rasgurando sus corazones. Necesitaban sacar sus pesares.

- No, no es tu culpa Warlock. - Posó su mano sobre la zarpa del terchnarch- Yo también le creí... Quería mucho creerle - parecía que estaba a punto de llorar- y me dejó inconsciente. Sí le hubiera ... -Apretó fuertemente el puño que tenía libre.- Y si le hubiera lanzado energía eléctrica en vez de dejar que me atacará, en vez de escucharle.- Cada vez tenía más ganas de llorar. Si de verdad que era como decían sus retractores; muy crédulo y había perdido la oportunidad de liberar a Conner por ello. Pero las palabras de Warlork le hicieron sobreponerse a esos sentimientos destructivos hacia sí mismo. El alien le necesitaba.

- Ese no era Kon. Sabes ... Yo también tengo esa clase de pensamientos malos. Pero no te cambia tenerlos. Es normal. Te enfadas y los tienes. Ese ser que poseyó a Kon era cruel y malo. Es normal querer despedazar a alguien que te hace daño o ataca a alguien que quieres. -Se acercó más a Warlock y siguiendo todos sus impulsos le abrazó fuertemente.- Tenemos que sobreponernos para ayudar. Tenemos el poder de hacer las cosas bien. Warlock no eres un monstruo. Sí lo fueras no te preocuparias tanto.-

El abrazo del muchacho pilló por sorpresa al alien, pero tras asumir la situación, rodeó al velocista con sus largos brazos para corresponderle. Los abrazos eran su gesto humano favorito; eran una señal de afecto, de protección y apoyo... todo lo que ambos necesitaban en ese momento. Sin embargo, las preocupaciones del alien no lograron disiparse del todo en ese tierno gesto. Quiso reprimir sus miedos por el bien del muchacho, pero al fin y al cabo, estaba allí para purgar su desgracia, y parecía que Allen también estaba desahogándose, así que decidió continuar con la dramática charla.

- Tal vez... Yo no lo es por ahora, pero... ¿y si yo cae como lo hizo Connie? Y... además... - Su voz fallaba con tan sólo imaginar aquélla posibilidad, pero según avanzaba la situación, sus cálculos ofrecían una alta y desalentadora probabilidad de que así ocurriese - ¿Y si Connie no lo logra? ¿Qué ocurrirá si nosotros... deben destruirle? - Se echó las manos a la cara- Yo no cree que pueda... yo fallará. A todos.

En una ocasión, según recordaba de su vida en el anterior universo, una serie de acontecimientos terribles marcaron como culpable segura a una de sus viejas compañeras de equipo, Magik, y en una confrontación directa, se vio incapaz de atacarla. Eran compañeros, amigos... . Conner era mucho más que Magik para él entonces, por lo que, estaba casi del todo seguro de que no podría hacerle mal pese a todo lo que hubiera hecho.

Pero entonces... ¿Qué fue ese sentimiento asesino que tuvo contra él en la batalla? ¿Fue cosa de su influjo maligno? ¿Tal vez esa tal Raven lo provocó?

¿O fue quizá que sus peores demonios salían a flote en situaciones tan extremas? ¿Podría algo como aquéllo despertar su maldad natural?

Cerró los ojos invadido por una angustia terrible. Deseaba de corazón que Connie saliera de ésta. El mundo necesitaba que Superboy estuviese bien. Él lo necesitaba...

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Cuando el alien correspondió al abrazo se sintió un poco más relajado. Necesitaba ese contacto. El apoyo físico le brindaba seguridad y consuelo. nos necesitaban.ese cálido abrazo. Bart estabilizaba su estado sabiendo que había alguien con quien poder abrirse y contar en aquella situación de grave crisis. Warlock comenzó de fuego a exponer sus preocupaciones. Mientras habla el velocista le acarició suavemente la espalda, en un contacto tranquilizador. El alien expuso uno de sus mayores temores en aquella situación; que sus amigos sucumbieron ante el influjo demoníaco de la versión malvada de Raven. Cerró los ojos un momento y pensó. Pensó en soluciones y alternativas. Pensó en aquello que sabían y cómo poder actuar con lo que tenían. Porque era una situación donde no podían saltar a lo loco.

- Le salvaremos. Ambos somos héroes. - comentó con firmeza. Las preocupaciones de Warlock eran muy lógicas. Pero no podían caer en la desesperanza. - No voy a dejar que te pase nada. No voy a dejar que a nadie le pase nada. -

Recapituló sobre que había vivido aquel día. Recordó vívidamente la información transmitida por el usuario del simbionte. - Shawn dijo que te meten una semilla. No dejaré que Raven te la meta. Soy rápido puedo evitarlo. - Aunque estaba inmerso en el abrazo y Warlock no le podía ver, sonrió. Perder a Kon y a sus amigos uno de sus mayores temores. Pero ya había perdido demasiada gente con la fusión de universos. Algo que no pudo evitar. Pero sí que podía intervenir ahora e iba a dar su máximo esfuerzo. No iba a volver a perder a nadie. Tenía que tener esperanza. Tenía que creer en sí mismo y en los demás. Juntos eran más capaces y fuertes.

Había límites que Bart no podía cruzar. No era capaz de dar un golpe mortal a alguien. Ni siquiera aunque fuera por el bien de los demás. Incluso si era un enemigo. No podía. ¿Y si le arrebataba a alguien la oportunidad de cambiar, de ser mejor? Además, matar no estaba bien. Te conviertes en el mismo asesino que querías no ser. La vida era sagrada y un humano no tenía el derecho de arrebatarsela injustamente a nadie. Le partía el alma pensar en tener que destruir o sacrificar a cualquier ser querido. Antes prefería inmolarse. Pero desde que comprendió el dolor de quién queda atrás. Vivir tras un sacrificio es doloroso. Se replanteaba mucho lanzarse a la muerte tontamente.

- Yo ... Tampoco puedo ... Destruir a nadie. No puedo hacerles daño a mis amigos. - Suspiró con pesadez. -

No quería que nadie muriera. No podían ganar llenando sus manos de sangre. No quería que como en el pasado matasen a Raven. Le apenaba pensar que su amiga fue apresada por el mal cuando apenas estaba comenzando a explorar las posibilidades de ese mundo. La semidemonio había vivido una vida abnegada y sacrificada. Nunca había pensado mucho en sí misma. No se merecía acabar muerta. No se merecía haber caído en las garras del joker ni ser presa de los diabólicos propósitos de su malvado progenitor. Tenía que tomar sus decisiones y vivir su vida.

El alien acarició la espalda del muchacho. Había visto hacer ese gesto conciliador muchas veces, aunque nunca lo había experimentado, pero para otros al parecer resultaba realmente reconfortante. El velocista estaba tan asustado como él ante la posibilidad de sacrificar a un ser querido, y de hecho, ahora que lo pensaba, ya se encontraba ante esa posibilidad... Recordó las difíciles palabras de la muchacha alienígena que lo había rescatado sobre acabar con Raven, y el desgarrador gesto del velocista al oír dicha propuesta. No conocía demasiado a la tal Raven, pero estaba claro que era importante para él, y ahora además, Conner se sumaba a la misma difícil situación. Warlock suspiró, e inclinándose, terminó apoyando su cabeza sobre el denso pelo del chico.

El silencio se apoderó de la sala durante unos interminables minutos en los que cada uno estaba metido en sus pensamientos, peroambos sabían que eran exactamente los mismos. Warlock reflexionó. Era duro ser un héroe, y parte de esa dificultad residía en que no siempre se luchaba contra el enemigo, a veces había que tomar decisiones duras y complicadas como aquélla. Era seguro que si Starfire había dicho aquéllo quizá era por que no cabía otra posibilidad. Y tal vez con Conner acabaría por ser igual, y entonces, tendrían que ser fuertes, y no permitir que sus sentimientos se interpusieran a un bien mayor como era salvar el mundo de un peligro tan grande com suponía un clon de superman pseído por fuerzas diabólicas. Warlock cerró los ojos, y dejó de acariciar la espalda del muchacho.

- Si nosotros son héroes, tendrán que encontrar la forma de hacerlo- Se apartó ligeramente de Bart para mirarle con intensidad a los ojos- Nosotros han de ser valientes... ante todo. No pueden volver a fallar.

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La situación era tan complicada. Se juntaban muchas emociones contradictorias. Por un lado, estaba su deber como héroes de proteger al mundo y a la humanidad. Por otro lado, sus amigos eran los principales villanos de la historia. La inquietud y opresión del pecho al saber que cabía la posibilidad de perderlos para siempre. De ponerse en la difícil tesitura de sacrificar a alguien para salvar a los demás. Estaban envueltos en uno de los problemas éticos donde tenías que escoger la situación más favorable, la que menos mal trajese. No la mejor situación para todos los implicados. Porque a veces en la vida había que decidir la respuesta en que perdías. Lo llamado el mal menor. No era justo. Era complicado y difícil de procesar.

Seguía envuelto entre los brazos del alien. Se aferró fuertemente a él. El contacto le servía de consuelo. En aquel momento tan duro por lo menos podía contar con el tecnorgánico. Warlock acarició su espalda de forma tranquilizadora. Por un momento todo se quedó en silencio. Bart y Warlock abrazados sintiendo al otro. Era el momento de reflexionar, asimilar y afrontar la situación en la que estaban involucrados. No podían dejarse vencer por la adversidad. Eran héroes no podían dejar que el miedo a perder los afectase. Tenían que actuar. No podían dejar que sus temores les sobrepasarse. Tenían que darlo todo y ser fuertes.

Poco a poco en los brazos de Warlork se iba sintiendo mejor. Más animado y esperanzado. Poder desahogarse y liberar todas sus inseguridades con alguien que sentía lo mismo le proporcionó alivio.

-Sí, tienes razón. No podemos perder la fe.Tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos. Confiar en Dick y en el equipo. - Respiró hondamente, recuperando su sonrisa y optimismo.- Gracias por estar para mí cuando más necesitaba un amigo. Espero haber estado yo también para tí.

Warlock detectó que los niveles de endorfinas del muchacho subieron ligeramente y se sintió mejor. Al menos había servido de ayuda a alguien en ese ambiente tan tenso y extraño. La sonrisa del muchacho era contagiosa y se dejó llevar por su calidez, por lo que sin darse cuenta, su enorme boca había imitado el gesto. Llevado por el breve moento de calma, desvió su mirada hacia la sombría habitación. Le recordaba a los enormes cuartos de la Mansión X, pero el dueño de aquélla casa tenía un don particular para lograr que, pese al lujo y el esfuerzo por hacer que el lugar pareciese acogedor, los sistemas de Warlock descifrasen una suerte de tristeza subliminal en todo ello. Algo atormentaba al señor de esa mansión, se preguntaba el qué... ¿Tendría solución? Quién sabe...

Determinó que había sido mala idea analizar la estancia, pues cierta ansiedad empezaba a tomar forma en su psique, así que de nuevo se refugió en el afable velocista. Le miró por unos momentos y se sintió mejor. Era un ser humano acogedor. Sus amables palabras lo llevaron a revolverle el pelo de forma juguetona para quitar hierro al momento, pese a que iba a ser muy serio en cuanto a lo que iba a decir.

- Bart, Yo sabe que nosotros no se conocen mucho, pero tú ha acogido a yo en un momento confuso y además ha compartido sus propias dudas con él. Es mucho más de lo que Yo había esperado. Yo siempre estará para tí... gracias. - Sonrió, pero cuando el muchacho mencionó lo del equipo, el alien dejó ir un profundo suspiro mientras su mirada se ensombrecía ligeramente- Otro grupo más... yo ha estado en tantos...

Era cierto. Al menos en su anterior dimensión, Warlock había formado parte de innumerables grupos tras abandonar la mansión X, pero por varias razones, no solia permanecer en ninguno. A veces sentía que nunca volvería a encontrar un equipo como los Nuevos mutantes que le acogeron tiempo atrás.

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Tras el torbellino de emociones que habían dejado las desventuras y desgracias del día, el castaño se sentía un tanto más reconfortado. Las revelaciones y compartir inquietudes había abierto un entendimiento entre el technarch y el speedster. El velocista se sentía menos inquieto al poder haber podido expresar sus dudas y solventar sus conflictos gracias al apoyo y confort en un semejante. En el rostro de Warlock se instaló una sonrisa. Bart se sintió contento de ver al alien feliz.

Hubo un momento de silencio en el que el technarch analizaba el cuarto. Al velocista mole hacía mucha gracia estar en un sitio tan impersonal. Pero no podía quejarse. Al menos tenía un techo lujoso sobre su cabeza. El ataque de Raven les había dejado sin casa. Pero no quería pensar en aquel momento en donde viviría a partir de entonces. El alien le revolvió el cabello y Bart se rió cálidamente. El toque de Warlork se sentía cercano y agradable.

- Yo también me siento muy cercano a tí, Warlock.- Posó su mano suavemente en la zarpa del alien. A Bart le resultaba fácil entrar en confianza. En ese tema como en muchos otros eran muy rápido. Su carácter amistoso, alegre y extrovertido le facilitaban encontrar amistades y relaciones. Aunque a veces parecía pesado y su desbordante energía hacía cansarse al resto, caía en gracia.

- Me alegra poder haber sido de ayuda. No me gusta dejar a nadie desamparado y además, Kon nos une. Es importante para lo dos y poder hablar sobre lo que nos inquieta a los dos me ha ayudado mucho a mi también. Sabes que aquí tienes otro amigo.-

La sonrisa de Warlork se opacó cuando Bart mencionó a su grupo. El alien emitió un profundo suspiro que alertó al castaño de que algo pasaba. La mirada del tecnorgánico parecía afligida. Warlock comentó que había estado en muchos grupos.

-Casi siempre he estado con mi grupo original y mi familia. No tengo ni idea como es estar en otros equipos. Ahora que ellos no están -Suspiró- es un oportunidad para poder trabajar con este nuevo equipo que se ha formado en esta crisis. - Apretó la zarpa de Warlock para darle apoyo.- ¿Por qué has estado en tantos equipos? Supongo que buscar un equipo en el que encajar es como buscar a Cenicienta y ponerle el zapato. No sirve cualquier chica tiene que ser la dueña del zapato de cristal quien se case con el príncipe.-

El alien recibió el apretón en su zarpa con mucho afecto. Le gustaban esos gestos cercanos, y no solía recibirlos de extraños. Aunque Bart no era exactamente un desconocido... pero su relación se basaba en la amistad mutua con Conner. Ahora que estaban solos, Warlock había podido acercarse de un modo más personal al chico, y la respuesta era realmente positiva. Era agluien acogedor y transmitía bienestar incluso estando en momentos delicados. La comparación con el cuento de Cenicienta le resultó entrañable, y se le escapó una fina y distorsionada risa electrónica.

- Una vez yo incluso formó pare de un grupo de villanos de poca monta, pero se convirtieron en héroes al final. Yo cree que la razón por la que yo no encaja en los grupos es porque… Los Nuevos mutantes son la única familia que yo reconoce – Hizo una pausa sin perder la sonrisa, pero sí la mirada en la oscuridad de la habitación. Nostalgia… Ese sentimiento era poco común en él, pero había aprendido a reconocerlo- En planeta natal de yo, Kvch, padre-de-yo Magus quería matarle y yo tuvo que escapar. Al llegar a Terra la mansión X acogió a yo y el profesor Xavier se convirtió en su padre, uno de verdad. También yo hizo muchos amigos, algunos realmente buenos, como Cypher -Suspiró. Qué diferente era su relación ahora, tras la colisión. Aún así se preguntaba si estaría bien en medio de esta crisis - Aunque desde Omega, nosotros ya no están tan unidos... todo cambió mucho para yo.

Su voz sonó bastante triste. Nunca había tenido ocasión de hablar con nadie sobre lo mucho que le afligía el extraño estado en que su amistad con su amigo del alma había quedado. Pero tal vez era el mejor momento… Aquél momento íntimo y extraño con el tierno velocista.

- Verás… Cypher y yo eran inseparables... Cuando yo huyó de Kvch usó toda su energía para atravesar el universo y escapar. Eso debilitó mucho a yo, y al llegar a Terra intentó alimentarse de los seres vivos, ya que yo no sabía distinguir personas de animales, sólo pensaba en sobrevivir... y nadie hablaba idioma de yo para explicárselo. Entonces Cypher apareció y explicó la situación a todos. Él puede comprender y hablar cualquier lenguaje, ese es su poder. Yo nunca habría podido sobrevivir sin su ayuda... pero murió en una misión. Yo aprendió entonces que la muerte es algo definitivo para un humano, y asumió su pérdida con mucho dolor... Pero al suceder la colisión, él estaba de nuevo vivo. Yo... debía alegrarse, supongo, pero… nunca lo pudo procesar. Para él yo también era diferente. Nunca pudimos volver a… “conectar”. Yo cree que es muy triste...

Apretó ligeramente la mano del chico. Conner había llenado buena parte de ese vacío que dejó Cypher, y sin embargo, aún era un tema doloroso para él, y hasta ese momento no había sido consciente de lo mucho que había necesitado sacar ese pesar a relucir.

Sin embargo, esperaba no haber arruinado con ello la sutil alegría que habían creado juntos él y el velocista…

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Bart se impresionó al oír la risa electrónica de Warlock. Era un sonido tan personal y peculiar. Le agradó y de vuelta se rió cálidamente. Sus ojos ambarinos miraron fijamente a los de Warlock. Se empezaba a sentir muy cómodo y cercana con el alien. Estaban como encajando. Antes, con superboy en cada una de sus interacciones, no habían podido conocerse de forma tan intensa y profunda. Era paradójico como lo que les separaba era Conner y ahora lo que les uniera fuera la preocupación mutua por él y su ausencia.

Bart parpadeó sorprendido con la confesión de Warlork. A él, por su bondadosa inocencia, le habían engañado algunos villanos. Pero nunca había formado parte de ningún grupo de villanos.

- Ah sí? ¿Cómo es? ¿Qué se siente? ¿Qué cosas malas hacíais?- preguntó intrigado pues le generaba mucha curiosidad por qué un héroe formaría parte de un grupo de villanos, aunque Warlock lo hubiera definido como de poca monta.

El alien empezó a narrar su historia y Bart se escuchó atentamente. Intentando no perder la concentración. Un sentimiento de tristeza le recorrió al escuchar que el padre de Warlock no solo no le quería sino que además quería matarle. Le acarició suavemente las zaspas a modo de apoyo. Sentía que la historia del alien era muy parecida y a la vez muy diferente. Ambos habían crecido en una cultura ajena a la que había en la tierra y no comprendían al principio las costumbres y los intrincados culturales.

- Omega ha afectado a mucha gente.- comentó con pesar- Mi familia también en Omega ha sido afectada. He perdido a mucha gente y hay otros que no son tan íntimos o son nuevas personas a las que no conozco. Mi primo es un tanto diferente y no me conoce. Su mujer es una desconocida y la mujer que tanto me ayudó en su mundo no está. -suspiró con tristeza y nostalgia.

Al principio al velocista le pareció que la historia de amistad entre Cypher y Warlork era muy bonita. Sonrió dulcemente mientras el alien hablaba de cómo su relación se volvió más cercana. Pero sabía que algo malo es iba a pasar. El tono triste del technarch y lo comentado anteriormente, le anticipaban un futuro desastre. Intentó mantenerse positivo para seguir dándole apoyo.

- oh Cypher es como mi Carol. Ella me explicaba todo lo que yo no sabía. Porque yo al llegar a este siglo no sabía nada. - Mientras le contaba lo trágico que le había pasado en Omega, Bart le acarició suavemente las manos con cariño.

Pero entonces llegó el tema de la muerte y el castaño se sintió muy triste. Sabía bien lo que era perder a un ser querido. Sabía lo que era morir. En ambas direcciones la muerte era horrible. Pero era más desagradable que alguien te olvidaste. Porque cuando alguien se moría, te seguía queriendo. Era la muerte y no la decisión de esa persona lo que los separaba. En el olvido era diferente, tú no eras nadie para quien tú querías. La otra persona no te quería. Eras la más absoluta nada. Bart conocía el sentimiento del que estaba hablando Warlock. Lo había vivido en sus propias carnes. Era muy duro no ser conocido ni importante para alguien que para tí es muy especial. Le había pasado con prácticamente todo el mundo en Omega. Entendía la tristeza que embargaba al tecnorgánico.

- A mí también me apena perder amigos y que ya no sea lo mismo. Sabes, este Kon no es el de mi universo. En mi mundo él era mi mejor amigo junto con Tim. Nos la contábamos todo. Hemos estado juntos casi desde que llegué del futuro, hemos crecido juntos y hemos pasado por mucho. Estábamos muy presentes en su vida del otro. Aquí no es lo mismo. Cuando llegué a Omega el no me conocía. Para él era prácticamente un desconocido. Para mi Kon era muy especial y yo para él no era nada. Tenía muchas ganas de llorar y gritar todo el tiempo. No sabía cómo afrontar que había perdido a mis seres queridos, algunos para siempre. Lo que decidí fue intentar equilibrar las cosas. Aunque fuera muy difícil, tenía que forjar de nuevo cada una de mis relaciones. -

De súbito se movió y se abrazó impulsiva y afectuosamente a warlock. Aunque si que había hablado del dolor de la perdida y de lo difícil que se le estaba haciendo asimilarlo en Omega, nunca antes había expresado lo extremadamente complicado que era no ser recordado por tu mejor amigo. Ese sentimiento tan doloroso que es no ser nada para alguien que quieres.

Escondió un poco su carita en el torso de Warlork. Aún le dolía y no quería ponerse mal. - Siento que no pudieras volver a ser tan íntimo con tu amigo Cypher. Yo me esfuerzo con Kon pero a él le cuesta abrirse. Aquí él no ha vivido conmigo ni la mitad. Fue muy duro para mí sonreír e intentar volver a reconectar con él. A veces, pienso que a pesar del esfuerzo nunca voy a recobrar lo que tenía, que sigo siendo un cero en su vida.-

El alien se sorprendió ante el abrazo inesperado, sin embargo, correspondió de inmediato. Le conmovieron las palabras del velocista acerca de Connie. En parte sentía que había desanimado al muchacho al explicarle que Cypher y él no llegaron a recuperar su vínculo. Se sintió en la obligación de corregir su metedura de pata, y tras un leve suspiro, alzó una zarpa para acariciar el denso pelo del chico. Le gustaba mucho el tacto del cabello humano, y por encuentros anteriores, sabía que Bart disfrutaba ese tipo de gestos, así que se sintió seguro al hacerlo. Pensó detenidamente en qué responder, y al fin halló las palabras que creyó apropiadas.

- Sí, Connie es así... a yo a veces también le cuesta acercarse a él, pero... eso es lo que más anima a yo a intentarlo. Y cre que él aprecia ese esfuerzo precisamente por su dificultad con las personas. Así que yo está seguro de que, aunque muchas veces no lo aparente, y Bart-tú crea que no le importa a Connie, en el fondo es todo lo opuesto. Yo cree que te tiene mucha estima - Sonrió y miró cándidamente al chico. Estaba seguro de que Conner lo adoraba. El súperchico no era muy paciente, y sin embargo, con ellos, que solían resultar molestos a la gente por su ineptitud o su gran curiosidad, se mostraba comprensivo y tranquilo- Bart-tú... Yo siente que tú perdiese a gente tan importante... Por cómo habla tú se nota que les quería mucho. A yo le gusta la gente que suena así al hablar de otros. Yo puede sentir ese afecto, como si hablase... tu corazón. Yo sabe que los humanos asocian esa víscera bombeadora de sangre al cariño y el afecto por alguna razón, y que no tiene capacidad de habla, pero... yo espera haber usado bien la metáfora.

Las metáforas. Algo realmente complicado para alguien que aún intentaba entender el mundo en que vivía. Una forma en que los humanos expresaban conceptos complejos empleando sinsentidos desde un punto de vista literal, pero que causaba una reacción positiva casi en todos ellos.

Qué fascinantes eran los humanos.

Dejó el pelo del chico y su zarpa descendió hasta reposar en su espalda. Echó una fugaz mirada al joven castaño con una gran sonrisa para tranquilizarlo. Era tarde, y quizá era el momento de que descansaran un poco, pero quería asegurarse de que todo estaba bien con él.

- ¿Tú se siente mejor? ¡Yo sí!

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El alien correspondió su abrazo. Además, de acoger su cuerpo, le acarició suavemente el cabello. A Bart le agradaba mucho que le acariciaban el cabello, le resultaba ciertamente muy agradable a la par que tranquilizador y relajante. Arropado por Warlock se sentía más reconfortado. Era su contacto y sus reconfortantes palabras le hacían sentirse mejor. Warlork comprendía perfectamente como se sentía y eso le proporcionaba una sensación de bienestar. Era como si pudiera contarle todo porque iba a entender sus sentimientos, sus pensamientos y sus ideas. Cuando el alien dicho que Kon era así y que estaba seguro que les apreciaba, se sintió mejor. Es que en su mundo Conner y él habían sido muy íntimos y extrañaba esa complicidad.

- Lo entiendo. Kon tiene que aprender por sí mismo. No le puedo pedir que vaya a mi velocidad -El castaño reflexionó sobre las palabras de Warlock. Comprendía que esa relación de amistad tan profunda y cercana que tuvo con el Conner Kent de su universo no se forjó en un momento y que no sólo era unidireccional. No podía hacer y esperar a que este Conner de Omega hiciera, comprendiera y madurase al mismo ritmo que él. Ni que su homólogo en el universo de Bart. Su Kon había madurado y era mucho más abierto que el de Omega. Así, que él sólo podía estar allí ayudando y apoyándolo hasta que el superchico decidiera abrirse más.

- Es que son importantes para mí y les quiero mucho. Siempre les voy a tener muy presentes. - El velocista se sintió enternecido con las bellas palabras que le estaba dedicando el tecnorgánico. Bart se apartó un poco para mirar al alien y sonreírle con ternura. Hablando con él se sentía más tranquilo. Era tan hermoso sentirse tan conectado y comprendido por alguien. Tener los mismos problemas y sobre todo, querer solucionarlos juntos.- muchas gracias por venir.- Cuando le preguntó si había usado bien la metáfora, Bart asintió con la cabeza fervientemente - Has usado la metáfora muy bien. - Al castaño también le costaban mucho los dobles sentidos y el lenguaje figurado. Era el reducto de haber vivido aislado y haber sido socializado en otra era con otro lenguaje. Quizá no le suponían tanta dificultad como al technarth pero comprendía perfectamente como era no llegar a entenderlas por completo o no saber cómo se usaban.

-Me alegro mucho que te sientas mejor. Si me siento bien. - Warlock posó su zarpa en la espalda de Bart y le sonrió. Los dos pares de ojos conectaron.El castaño se sintió en ese momento muy cómodo y libre para poder decir algo que tenía atorado desde hacía mucho tiempo. -¿Te puedo contar algo raro?- se había sincerado muy con Warlock y sentía que él podría comprender más que nadie su extraña nostalgia.- Creo que ya te he contado que me crié en un mundo de realidad virtual, allí tenía a Dox. Era mi mejor amigo. A veces le extraño y es raro porque no era alguien real. Era un programa que usaron conmigo-

Warlock se sorprendió ante la confesión del muchacho, pero en cierto modo le reconfortó. Por dónde fuera no hacía más que oír que la gente, cuando hablaba de inteligencia artificial, trataba a esas entidades como si no fuesen... reales. Eso le hacía sentirse mal, del mismo modo que cuando le confundían con una máquina. Warlock desconocía hasta qué punto su inteligencia era o no era artificial, y resultaba bastante duro pensar que las personas que intentabas proteger y cuidar te iban a juzgar siempre como "algo" y no "alguien". Pero Bart acababa de expresar su añoro y afecto hacia una identidad programada, y nunca pareció tener esos prejuicios hacia él. Eso le hizo sentirse increíblemente bien, y pensaba hacer que él sintiera la misma paz ante aquélla confesión "incómoda".

- Pero Dox era bueno con tú, ¿verdad? Si vosotros estaban en un mundo virtual, la única realidad que importaba era esa. Yo... cree que es algo injusto decidir que alguien bueno es menos importante o valioso sólo por que su realidad es distinta -Su tono se ensombreció un poco- Yo siente que tiene "alma", y sin embargo constantemente yo debe recordar al mundo que yo no es una máquina, no del todo... Yo no lo hace por que yo piense que ser una máquina sea algo malo... Lo hace por que los demás lo creen. Porque una inteligencia artificial, algo programado, no suele ser tomado en serio ni considerado igual por los humanos, u otros seres orgánicos. Yo no lo comprende... ¿Por qué los humanos infravaloran una entidad creada por ellos, pero sin embargo no hacen lo mismo con los niños, también creados por humanos? ¿Es esto... a lo que llaman "Racismo"?

El alien miró al chico. Aunque su intención fue animarlo, lo cierto es que sus propias inquietudes habían vuelto a enturbiar el ambiente. Sus sensores notaron cómo el ánimo del muchacho decaía, tal vez le hizo sentir culpable con sus reflexiones. A veces se sentía tan torpe... Apartó la vista, nervioso.

- Yo... Yo lo siente, no quería acusar a tú de nada, sólo quería decir que... A Yo le alegra mucho que tú sienta añoro y apego por una I.A, y que... no debería parecerle raro. Todos aman a quien es bueno con nosotros -De veras deseaba no estropear más las cosas con el velocista, pero algo rondaba su mente desde su confesión- ¿Bart-tú... siente que es raro sentir afecto por yo entonces?

Una parte de sí se sentía miserable por exponer al muchacho a tan difícil pregunta en un momento como ése, pero otra deseaba escuchar la respuesta, y anhelaba que fuese negativa.

Quería seguir siendo Warlock para él, y no "El robot extraño amigo de Conner".

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Sonrió cálidamente. Le agradaba tener la comprensión de Warlork. Algo le dijo que podía hablar con el alien sobre ese tema tan delicado. Nunca lo contaba porque sabía que mucha gente no lo podía comprender. Era difícil ser el elefante de la habitación. Ese niño raro que añora a su amigo virtual. A todo el mundo le parecía muy raro que extrañase a alguien de una realidad fictia. Dox había sido configurado por un programa para ser su amigo de infancia. Alguien que no tenía un cuerpo físico ni que se podía decir que tuviera un pensamiento racional y consciente. Pero para Bart era su amigo. Alguien al que había conocido durante doce años de su vida. El velocista no había tenido otra infancia. Dentro de la máquina que lo crío la realidad virtual era su mundo. Para él Dox y toda la gente de esa realidad virtual habían sido y eran importantes. No eran como un personaje de un videojuego. A él le habían enseñado y transmitido toda clase de sentimientos.

- Dox era muy bueno conmigo. Vivíamos en la misma calle, íbamos al mismo colegio y jugábamos en el mismo parque. Era simpático y algo terco. Él me enseñó a montar en bicicleta y los días de calor íbamos a bañarnos a un río cercano. - Bart comentó todo aquello con mucho cariño. Para él Dox era muy preciado. - Te entiendo. A la gente le resulta incómodo cuando hablo de mi infancia. Porque para ellos no es real. No es real y sin embargo, yo siento que estuve allí doce años. Mis recuerdos y vivencias en esos doce años ¿son falsas?- suspiró.

El velocista notó como para Warlock el tema era muy sensible y le tomó una zarpa. Le acarició suavemente con sus manos para darle bienestar y apoyo. -Yo nunca he sentido que no tengas alma. - miró a los ojos dorados del alien- Supongo que es por la época. Porque los seres creados son algo novedoso y no se entienden bien. - Recordó el caso de Tornado rojo. Su esposa y su hija lo amaban. Pero él estuvo a punto de ser separado de Traya cuando la madre biológica de la mayor cayó en coma. Los robots, cyborns y seres creados no tenían los mismos derechos ni sociales ni legales. La mayoría de la población los consideraba cosas. Le dolía que la gente tuviera esa concepción peyorativa de organismos diferentes. Que no pudieran hacer su vida porque se les consideraba inferiores. Un algo en vez de un alguien. Una posesión en vez de una criatura capaz.

El tecnorgánico se disculpó por haber enturbiado el ambiente. Bart negó enérgicamente con la cabeza. Aunque el tema fuera complicado se encontraba bien hablando con Warlock. Escuchar sus vivencias y su perspectiva le ayudaba a comprender y reflexionar.

- Warlock, yo no me siento atacado porque expreses tus pensamientos e inquietudes. Me da pena que se te trate mal y te hagan sentir distinto e inferior.- La mirada ambarina de Bart recorrió el cuerpo grande y alargado del tecnorgánico. Las diferencias entre ellos, para el velocista eran solo físicas.

- Me gusta hablar e intentar comprenderte. Porque siento que me escuchas y me comprendes. Tú sientes y piensas igual que yo. Me animas y estas mirando por mis sentimientos. Lo estás haciendo por tí mismo. -

Warlork lanzó aquella pregunta crucial a Bart. El velocista sabía que era importante y se puso tenso porque no quería responder con algo que hiciera al alien. Cerró los ojos un segundo para recapacitar. Decidió que lo mejor era no darle tantas vueltas y responder con sinceridad.

- No creo que sea raro quererte. Porque eres bueno, cariñoso y cálido. No importa que hayas nacido por la biología o por la ciencia. Lo que importa es mucho más profundo que eso. Es que eres alguien capaz de pensar y sentir. Tienes una consciencia y decides libremente. Pienso que eres apasionado y eso es algo muy humano.-

El alien notó una creciente calidez en su ser ante las palabras del velocista. Le halagaba enormemente que alguien le valorase de esa manera desde una perspectiva humana, y era la primera vez que sucedía... Realmente el joven Allen era alguien especial. Warlock observó la mano sobre su zarpa y una sonrisa se dibujó en su rostro, nacida directamente de esa paz interior.

- Gracias Bart-tú... De verdad. Has hecho a yo muy feliz.

El technarch se volvió hacia el muchacho, perdiéndose en la cándida mirada del mismo. Poco a poco, inconscientemente, comenzó a aproximarse a él. Quería estar cerca de ese ser tan acogedor y próximo, y compartir la paz común que se brindaban.

Las miradas de Warlork y Bart se encontraron. Sus caras empezaron a acercarse. El velocista no sabía muy bien qué estaba pasando pero se encontraba muy a gusto con Warlock y no quería que se fuera.

- Warlock, ¿te puedes quedar a dormir? No quiero estar solo esta noche. - preguntó amigablemente el velocista.

Warlock oyó la propuesta del velocista y se sintió muy feliz. A él tampoco le apetecía pasar la noche solo. Sonrió y acercó más su rostro al del castaño, hasta hacer topar sus frentes.

- A yo le gusta la idea- Dijo en tono dulce. Realmente le agradaba la compañía del velocista. Apartó su cara un instante para revisar la habitación y se encogió de hombros. Luego se levantó de la cama y se volvió con gesto amigable hacia su compañero- ¡Bart-tú no debe preocuparse por que yo no tenga cama, yo puede dormir en cualquier sitio!- Dicho eso, su cuerpo mudó de forma hasta convertirse en un precioso labrador rubio que movía la cola alegramente. Dio un par de vueltas olfateando la moqueta y se echó en el suelo mirando al velocista, quien quedó maravillado con la breve exhibición.

Bart se movió y se quedó con medio cuerpo colgando de la cama para acariciar al labrador que era ahora Warlock. Estaba realmente fascinado comprobando lo lograda que era la imitación del pelo, el hocico y todos los detalles- Es increíble que puedas adoptar cualquier forma. Podrías hacer muchísimas cosas -Comentó emocionado.

El can respondió con la voz del alien, lo cual fue tierno, aunque algo perturbador a la vez - Yo lo sabe. Yo reúne muchas habilidades, y aunque muchas son destructivas, yo procura usarlas para hacer el bien- Observó al muchacho con picardía y le dio un lametón amistoso, para luego sentarse- ¿A tú le gustaría ver más transformaciones?

Esperó la respuesta con una adorable sonrisa perruna con la lengua colgando. Era realmente imposible distinguirlo de un labrador real.

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Le agradaba el gesto cálido de Warlock al juntar sus frentes. Era algo tierno y dulce. El velocista se sentía tan cómodo y bien con el alien. Era como mágico conectar tan de repente con alguien. Estaban en una situación muy difícil y el tecnoorgánico había conseguido devolverle toda la esperanza e ilusión. Se sentía afortunado de tenerle en su vida, aunque todo hubiera llegado en ese momento tan angustioso y como de súbito. Warlock había pasado de ser el amigo de Conner a ser alguien muy cercano a él. El castaño se sentía maravillado con cómo había ocurrido todo. De forma muy natural sus esencias habían conectado, como si se comprendieran y entendiesen de una forma única y especial.

Una desbordante alegría inundó a Bart cuando Warlock aceptó quedarse a dormir con él. No quería estar solo pero no solo era eso. No quería alejarse del alien. Este se estaba convirtiendo en alguien preciado y quería pasar todo el tiempo que pudiera a su lado. El velocista palmeó la cama para que el bichaco negro se subiera. era una cama espaciosa, el velocista consideraba que ambos podían dormir juntos plácidamente. Sin embargo, Warlock dijo que él podía cambiar de forma y Bart, que era algo despistado, se quedó de nuevo impresionado. La primera vez que conoció al alien este ya había cambiado varias veces de forma y de tamaño pero el velocista no lo había relacionado hasta que Warlock lo comentó e hizo de nuevo una transformación.

Warlock adoptó la forma de un precioso labrador rubio. Bart alucinado y emocionado se acercó y empezó a acariciar el pelaje como si alien fuera un perro de verdad. Su cabello era tan suave y relajante. El castaño estaba tan fascinado con ese poder del moreno que por cada poro de su piel se notaba su excitación.

- Mis poderes Batman los calificó de superpeligrosos e hizo - Bart hizo ruidos y movimientos con las manos exagerados intentando imitar aspaviento. El murciélago no era tan expresivo en la realidad pero en la cabecita de Bart así era como se representaba el tono airado y desconfiado de papibatsy.- pero yo prefiero creer a mí mentor y pensar que con entrenamiento y control se pueden hacer cosas buenas. -Bart le sonrió cálida y tiernamente.

-cualquier cosa ... - se puso a pensar - un unicornio, un dinosaurio o un dragón. O tal vez puedes ser un bolígrafo o un libro. Una nave espacial. - estaba tan hiperactivo que no podría decidirse por algo en concreto.

Warlock escuchó la acelerada voz del joven y sonrió. La velocidad siempre era señal de buen humor en el muchacho.

- Está bien, yo puede hacerlo, aunque... -Observó la habitación. No creía que pudiera acoger a animales de gran tamaño- Yo tendrá que optar por versiones reducidas de algunas de las ideas de tú, ¡si no, yo no cree que quepan aquí!

Trotó hasta el centro de la habitacón, y transmutó en una enorme y estilizada criatura. Ante Bart se desplegó la forma de un pequeño Tiranosaurio. El technarch lo escogió debido a que parecía ser el más popular entre los jóvenes, pero su estatura era de apenas unos 3 metros, ya que la mansión Wayne podía contar con habitaciones grandes, pero un animal el doble de largo y alto que el que representaba en ese momento era totalmente inviable. Rugió a modo de exhibición, regulando su volumen para no resultar molesto al resto de invitados. El velocista pareció realmente asombrado con el resultado, y de nuevo se aproximó a acariciar la piel del gigantesco reptil.

- ¡WOW es realmente increíble! y también podrías ser una espada cantarina.

Warlock no pudo evitar reír ante la idea. Era raro ver y aún más oír la risa de un Tiranosaurio, y probablemente fuese algo biológicamente imposible, pero al alien le divertía la disparatada imaginación del joven. Sus ocurrencias eran extrañas y sorprendentes.

- Eso sería extraño, además, yo no sabe cantar. Pero qué tal si... -Su cuerpo encogió lentamente en una forma diminuta. Una pequeña bola peluda se desplegó súbitamente mostrando una bonita ardilla de pelaje rojizo, que saltó de la alfombra y comenzó a corretear sobre Bart, haciéndole cosquillas. El muchacho se rió de forma alegre y cálida. Warlock paró el juego al poco rato, y se detuvo sobre la cama, contemplando su obra satisfecho.

- ¿Sabes? A Yo le gusta la risa humana, aunque sabe que no siempre significa algo bueno. En cambio los abrazos sí. A yo le gustan los gestos que expresan toda esa gama de emociones que yo siente, pero el resto de Technarch no. Es como si fuesen para yo. ¿Tú cree que eso es raro?

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-De acuerdo- asintió con la cabeza al comentario de que el tecnorgánico tendría que adoptar versiones reducidas de lo que le había pedido porque los originales eran demasiado grandes para hacerse en un interior.

Bart esperaba impaciente que el cuerpo de Warlock tomase alguna de las formas que había dijo. Sonrió cálidamente. Le encantaban ese tipo de poderes alucinantes. Poder tomar cualquier forma sonaba muy divertido en la mente del castaño.

El alien se situó en el centro del cuarto y se convirtió en un tiranosaurio Rex. Los ojos de Bart miraban la nueva forma de Warlock con gran fascinación. Se rió alegremente y aplaudió con entusiasmo cuando el alien, muy en el papel de bestia parda del cretácico, rugió. Era tan genial.

- Es increíble que puedas adoptar cualquier forma. Podrías hacer muchísimas cosas. - Comentó emocionado.

Bart se levantó ipso facto y fue directo a tocar la piel del dinosaurio. Suavemente posó sus manos en el rabo del reptil y sintió el tacto de su piel. Estaba tan fascinado con lo que podría hacer Warlock. Tenía el poder de ser lo que quisiera. Tener la imagen y la forma que más le conviniera en cada momento. El velocista estaba tan animado con las transformaciones de Warlock que le propuso la alocada idea de que se trasformador en una espada cantarina. Ante esa locura Warlock comenzó a reír. Ver reír a un tiranosaurio Rex era algo increíble. El velocista estaba maravillado. Por un momento se había olvidado de su pesar, estaba entretenido y distraído con el alien. El sonido peculiar de su risa encandilada a Bart. Era tan singular y única. Era algo como robótico pero estaba lleno de alegría y de vida. Era un sonido mágicamente único.

- Oh - sonó ligeramente disgustado. - Yo te puedo enseñar a cantar.- dijo Bart amablemente.

El velocista captó como de repente el alien se volvía a transformar. El cuerpo de Warlock se empequeñecía y tomaba forma de un animalito peludo y diminuto. El tecnorgánico se transformó en una pequeña y preciosa ardilla rojiza que empezó a corretear por su cuerpo. La bonita y juguetona ardilla empezó a subir y bajar por el cuerpo del castaño haciéndole cosquillas y sensaciones agradables. Bart empezó a reír de forma alegre y con un tono cálido. Warlock se detuvo antes de que las cosquillas pudieran ser interpretadas por el organismo del velocista como una agresión. Eso hubiera sido un problema porque quizá hubiera comenzado a vibrar de forma incontrolable. Sin poder controlar sus poderes, su vibración incontrolada podía causar destrozos y herir a los demás.

- Sí-Bart le miró con cariño. - Hacer felices a los demás y que se rían con algo que dices o haces es algo precioso. -El velocista le miró curioso. -¿Por qué ellos no pueden sentir? Es que tú puedes hacer que los demás se sientan bien y esa alegría es algo que tú siembras. Las emociones se conectan y es como si fueran compartidas.- tomó a la ardillita Warlock entre sus manos- No creo que sea raro. Creo que es bonito que puedas sentir y vivir las emociones. -

Escuchó al joven con gesto confuso en su cara de roedor- Yo cree que ya explicó eso a tú alguna vez... Los technarch por su naturaleza no procesan emociones no agresivas. Son una especie guerrera, conquistadora, destructora... en cambio yo sí siente tristeza, alegría, afecto... ese es el poder mutante de yo y yo está orgulloso de él. Cuando yo contempla la infinita variedad de situaciones y relaciones que esa parte del espectro emocional desencadena, yo se siente afortunado de poder vivirlas, y triste por los míos que nunca lo entenderán...

Bart sacudió la cabeza para replantear su parte de la conversación- Sí lo dijiste, pero quiero decir... ¿por qué razón no pueden? es decir, ¿están como apagados biológicamente? Porque es algo que siempre se ha considerado que es una ventaja de supervivencia. Ya sabes, el ser social hace más que el solitario. La manada es más inteligente y fuerte que el lobo. Es cómo si fuera a la inversa de lo que aquí se conoce - Esbozó una sonrisa sincera- Y es un poder maravilloso. Poder sentir, compartir tus emociones y hacer que los demás sientan contigo. Quizá sí supiéramos por qué no sienten, podríamos ayudarles a desarrollar esa capacidad. Ya sabes, como cuando se aprende algo, tal vez ellos puedan aprender a sentir.

Warlock escuchó atentamente lo que decía el velocista. Qué bonita utopía... Apartó la vista apenado, y recuperó su forma humanoide, sin cambiar el gesto.

- Ese es el punto, Bart-amigo... La technarquía es tan poderosa, que ya no necesita sobrevivir... otros sobreviven a ella.

Su voz sonó genuinamente triste. Recordaba los desastres involuntarios causados por el virus transmodal en Terra, y la imagen de su padre partiendo un Sol con las manos para lanzárselo a pedazos aún le causaba pesadillas de vez en cuando. No imaginaba qué horrores podían estar causando los technarch adultos en aquél momento si es que aún existían, cuántos mundos habrían arrasado, cuántos universos habrían devorado ya...

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Para cualquiera podría resultar muy extraño que una ardilla hablase y más aún, entablar una conversación con la ardillita. Pero Bart no era alguien corriente. Había visto muchas cosas extrañas y además era un hombre muy imaginativo que pensaba que todo era posible. El ojidorados escuchó atentamente lo que decía Warlock. Lo que narraba le resultaba al castaño muy triste y solitario. No le gustaba esa idea.

- No necesitan a los demás para vivir ... Es un poco triste.- comentó con su voz un tanto apagada.

El ambiente se había vuelto de nuevo triste. Al actual Kid Flash no le agradaba que su nuevo amigo estuviera triste. El alien adquirió su forma humanaide y fue más notorio que estaba desilusionado. Las perspectivas positivas, optimistas y alegres del velocista no daban esperanza ni consuelo ni apoyo al tecnorgánico. Se movió para estar cerca de Warlock. El joven velocista entrelazó su mano con la de Warlork y le miró con sus intensos ojos dorados. Una mirada de afecto, comprensión y apoyo se reflejó en sus expresivos ojos. Bart le dedicó una sonrisa cálida.

- Los humanos antes éramos monos tontos y las demás especies igual. Quizá tú eres una evolución y después de tí vengan muchos más que hagan tu especie más social y compatible con las demás formas de vida. Las razas mejoran. La supervivencia no viene siempre marcada por el más fuerte sino por el que mejor se adapta. La vida en comunidad es mejor que una vida destructiva. Yo siento que a pesar de las dificultades siempre hay una esperanza. Siempre se puede hacer algo y te ayudaré en todo lo que necesites.-

El alien sonrió ante las palabras de consuelo del chico. No se sentía tan apoyado por alguien desde que fue acogido por los Nuevos mutantes en su universo de origen.

- Gracias Bart-tú. Yo... yo ni siquiera sabe si existen los demás technarch tras la colisión, pero... yo ha pensado alguna vez en volver a Kvch, hogar de yo, y tratar de educar a los bebés technarch para que entiendan los valores y sentimientos que yo conoce, y puedan tener una vida más pacífica ¿Tú cree que sea buena idea? -Ni siquiera él estaba seguro de ese proyecto, ero como clon de su líder, Warlock sentía que tenía una responsabilidad para con el futuro de su especie, y lo cierto era que se habían estancado en su violenta trayectoria, al punto de que ya apenas acudían a replicarse. Tal vez él era la respuesta del universo a una especie moribunda; Una oportunidad de cambio, de mejora... Quién sabía.

Cuando Warlock abandonó sus cavilaciones, se topó con los ojos ilusionados de su acompañante. Le miraba con una mueca llena de admiración y esperanza.

- ¡Sí, creo que es una idea maravillosa! Cuando salvemos a Kon, los dos te ayudaremos. A mí se me dan muy bien los bebés.

- Jajaja ¡pero los bebés technarch crecen deprisa! ¡Yo tiene sólo 7 años humanos!

Bart también dejó ir una leve carcajada ante la afirmación del alien - Yo tampoco soy un humano corriente. Por la Speedforce force crecí varías veces más rápido de lo normal. En dos años tenía doce.

Warlock se sorprendió, algo que se vio reflejado en sus ojos, que se abrieron de forma exagerada. Realmente tenía mucho en común con el velocista. Cuanto más sabía del joven héroe, más cómodo se sentía con él, y más deseaba conocerle. Se alegraba cada vez más de haber do en su busca aquélla noche.

- Tú... se parece bastante a yo ¡Ahora Yo entiende que Connie fuese tan buen amigo de tú!

- ¡Sí que tenemos muchas cosas en común! ¡Por eso los 3 vamos a ser los mejores amigos!- El velocista lo miró con ternura en sus ojos dorados y le dedicó una sonrisa cálida. Warlock sintió como si esa calidez de pronto se hubiera clavado en su pecho, y no pudo evitar sonreír junto al humano. Dejándose llevar por esa sensación ampliada de complicidad, abrazó al muchacho sin decir nada, y éste correspondió al gesto. Ambos permanecieron así por un rato, sin decir nada, disfrutando la compañía mútua. Finalmente, Warlock decidió que, por el bien de ambos, era momento de retirarse.

- Nosotros deberían descansar... - Se transformó de nuevo en labrador y bajó de la cama, echándose en la alfombra- ¡Mañana nosotros no saben lo que les espera!

- Tienes razón- Bart se acomodó en la confortable cama- Que tengas dulces sueños.

Warlock ladró como respuesta. Pero reparó en que la luz seguía encendida, y viendo que el chico estaba ya acostado, se levantó, trotó hasta el interruptor y lo presionó con la pata. La estancia quedó a oscuras, a excepción de una débil luz que entraba por la ventana, proveniente de los faroles del gran jardín. Las siguientes dos horas transcurrieron en calma, con el silencio interrumpido únicamente por el sonido de la respiración del velocista. Sin embargo, de pronto éste empezó a emitir extraños quejidos, que alertaron al technarch, quien aún como perro, alzó la cabeza y sus orejas, clavando su preocuada mirada en la cama. El muchacho parecía agitado, y se movía bajo las sábanas. Se aproximó allí para lamerle el rostro, tratando de consolarle. El gesto no parecía surtir efecto, pues el chico seguía inquieto, por lo que decidió encaramarse a la cama, tumbándose sobre él posando su gran cabeza peluda sobre la del velocista, esperando que notase su calor y el suave pelaje. Los cachorros humanos solían dormir con animales de peluche para relajarse, así que había altas probabilidades de que eso funcionase.

Bart sintió la agradable textura del cabello dorado acariciar su piel, y una agradable sensación le recorrió, disipando lentamente su malestar. Se movió un poco, abrazándose al animal, relajándose de nuevo. Warlock se acomodó bajo el brazo del velocista, acurrucándose junto a su cuerpo.

- Yo está aquí... - Susurró para no despertar a su amigo, pero quiso que lo supiese, aunque fuese de manera inconsciente. Ahora ambos sabían que podían contar el uno con el otro, y debían ayudarse para estar a la altura de las circunstancias. Conner les necesitaba. Todos sus amigos les necesitaban.

Bart estaba más tranquilo. Sí había oído la extraña voz del alien, y ese breve mensaje fue todo lo que necesitó para adentrarse de nuevo en un profundo descanso. Las pesadillas se alejaron y fueron sustituidas por sueños en los que volvía a estar con sus amigos viviendo alocadas aventuras, aunque ahora también aparecían un maravilloso labrador parlante, un tiranosaurio que reía sin parar, y una ardilla que se enredaba en su pelo haciéndole cosquillas.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, y poco a poco, se fue acercando el amanecer.

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