[Maxi-Evento] Castillo de Naipes: Encuentro a medianoche (Batman, Celsit, Planaria, Lobezno) [26-01-2019]

Todo el mundo conocía el Instituto Xavier para Jóvenes Talentos, y muchos sabían que se encontraba en el número 1407 de Graymalkin Lane en Salem Center, una comunidad de North Salem, un pequeño pueblo en el condado de Westchester aproximadamente 93 kilómetros al noreste de Nueva York.

Lo que casi nadie sabía era que, situada en la estribación de una montaña al este de la mansión había una pista de aterrizaje secreta que conectaba con la misma mediante una serie de túneles subterráneos, ya que las cuestiones extracurriculares referentes a las actividades superheroicas de los mutantes que habitaban en ella no eran, ni mucho menos, tan conocidas.

En aquella pista de aterrizaje se encontraban en aquél momento Drago, Planaria, Sasha, Logan (todos con sus uniformes de combate y las máscaras, aquellos que la llevaran) y el Profesor Xavier. ¿La razón? Cuatro días atrás, el Joker, celebérrimo y conocido adversario del Caballero Oscuro, había protagonizado un enfermizo show para informar acerca de un macabro juego que tenía como destinatarios a algunas personas al azar del universo al que los X-Men pertenecían. Eclipse había recibido una de esas cartas, así que había realizado un llamamiento por megafonía para tranquilizar a los alumnos y pedir a todo aquél que se encontrara en su misma situación que se pusiera en contacto con él lo antes posible. Había dejado varios días de margen y, una vez convencido de que estaban todos los que tenían que estar, había convocado una reunión que tendría como objetivo discutir la situación y tratar de elaborar el plan a seguir, para lo cual, indiscutiblemente, iban a necesitar a Batman, el hombre que posiblemente sabía más sobre su adversario de todos los que se encontraban sobre la faz de cualquiera de las dos tierras.

Eclipse había decidido fijar el punto de encuentro en algún lugar apartado de las miradas indiscretas de los alumnos, pero que le permitiera al vigilante enmascarado un acceso sencillo a la mansión, y para eso, la pista de aterrizaje secreta era el lugar más indicado. Habían hablado de todo el asunto con el Profesor y había accedido a utilizar Cerebro para ver si lograban encontrar a otras víctimas de aquél retorcido y demente juego o, como mínimo, localizar al desquiciado cerebro que se encontraba detrás.

Y por eso, exactamente, se encontraban allí aquella noche esperando al raso a horas tan avanzadas. Esperaba de corazón que Bruce no hubiera informado a Cassandra. Sólo hacía unas pocas noches que habían pasado por la terrible experiencia de Ultrón y lo último que deseaba era preocuparla tan pronto con algo como aquello...  

La noche en la mansión Wayne había resultado más que satisfactoria. Terminé el trabajo pronto, como siempre, pero Bruce insistió en que pasase la noche. Definitivamente me había parecido una persona extremamente amable. Incluso servicial para estar en la situación en la que estaba. Me pasé la noche dándole vueltas a la cabeza al por qué consideraba que no tenía capacidad de ser feliz. ¿Por qué alguien como él pensaría algo así?.
El caso es, que amanecí a las cinco y media de la madrugada, como de costumbre. Apagué el despertador del móvil y empecé a prepararme, maleta en mano y ya vestida con la misma ropa del día anterior. Y mi intención fue irme sin molestar y sin lo más silenciosa posible, pero Alfred me interceptó. Supuse que no estaban despiertos, y así me lo corroboró el mayordomo. Al abrir la puerta y creer que podría irme sin dar problemas, apareció un cochazo esperándome en la entrada y Alfred me dio el billete de avión para volver a NY. Empecé a pensar completamente en serio que el mayordomo también era un mutante, y uno psíquico... Al fin y al cabo ejercía su trabajo muy bien para la edad que aparentaba, siempre se adelantaba a mis movimientos y tendría sentido que Bruce hubiese reaccionado tan bien a mi naturalidad.

Después de todo el trabajo hecho volví a casa feliz. ¿A quien no le gusta cobrar tantos ceros? Y dormí como una campeona. Todo lo que no había podido dormir en mucho tiempo. Llegué a casa y me eché en la cama junto a él, pero lo siguiente que recuerdo es abrir los ojos y que también fuesen cerca de las siete, pero de la tarde, por lo que ese día no vi el sol. Plana me despertó con la cena hecha, donde aproveché para comentarle el método que quería seguir con las cartas. A todos los efectos, salvo para él y para Drago, la carta había sido para mí.

Aun recuerdo la voz de Elsa, temblorosa al teléfono por no saber qué hacer con la carta, siendo yo la única persona a la que podía acudir... Estaba pasando por una racha difícil de mi vida, pero no podía dejarla así. No a ella, que para mí era como una hermana. Cerré los ojos con fuerza el día que me dio la carta, me la guardé en la cartera y le besé la frente. Ella fue potencialmente feliz desde el día que se libró de la carta, y yo... Yo podía soportarlo y tenía quien investigase a ese tal Joker. Pero eso no restaba como para que moviera mis hilos. Desde el anuncio de ese "Battle Royale" macabro, pensé automáticamente en ponerme en contacto con Batman. Necesitaría apoyo, ese payaso había hecho un movimiento muy útil y quería que supiera que contaba con nuestra intervención, de modo que, cuando me enteré de que cualquiera podía tener carta, dimos el aviso en la mansión y Drago organizó la reunión.

Terminé de colocarme la máscara antes de salir a la pista de aterrizaje y acompañé con paso firme hasta el sitio indicado. Aseguré que llevaba la carta en uno de los bolsillos de mi cinturón y mientras esperábamos eché un vistazo a mis compañeros. Drago estaba tan formal y sereno como siempre... me alucinaba su capacidad de mostrarse frío ante las situaciones críticas. No frío... calmado. Logan sin embargo... Logan. No hacía falta más que mirarle a la cara para saber la mala ostia que llevaba encima. Le faltaba echar por la boca y gruñir, aunque juraría que iba a hacerlo pronto. Y Plana... seguía con su maldita manía de tener que estar en todo... ¿Por qué no simplemente se quedaba en casa? Después de lo de Ultron... Es lo que tenía que hacer. Pero insistió en acompañarme, después de la discusión pertinente, y no soy quién para obligarle a nada, del mismo modo que no le obligué a no asistir. -No en la misma...- susurré a sus palabras de aliento, que me recordaron que la supervivencia de una de las personas más importantes de mi vida dependía solo de mí.

Abandoné las recreaciones de mi imaginación de Elsa siendo asesinada por cualquier capullo jugando a este terrorismo bárbaro cuando el aire me golpeó los labios, las manos y esa pequeña franja en los muslos. Las únicas zonas visibles de mi piel. Levanté el rostro para ver cómo esa mole de ingeniería aterrizaba. Ese... avión? Helicóptero? Nave? impresionaba. Era una especie de tanque aéreo, realmente no sabría explicarlo. Pero al llegar clavé mi vista en las compuertas. No pude evitar desconfiar al principio. Al fin y al cabo era uno de los héroes más conocidos de la tierra y de todo América. Con la cantidad de villanos y delincuentes que hay últimamente, ¿Quién no aprovecharía esta ocasión para infiltrarse haciéndose pasar por ellos? Al fin y al cabo las mutantes cambia-formas como mística no eran tan raras...

Vi a las dos siluetas bajar del vehículo. Desde luego era fácil confundirles con cualquier sombra.
Fueron ambos directos a por Drago. La frialdad y distancia características de los Bats, por lo que había leído de ellos, lo llevaban como si hubiesen nacido con ella. Si eran impostores... eran los mejores imitadores que podrían honrar a esos héroes.

Sintió que se le detenía el corazón cuando vio aparecer a Cassandra tras Bruce. El problema de no haber podido contactar con Batman directamente, sino a través de Alfred, era que no había podido pedirle que por favor no informara de aquello a Batwoman, porque era evidente que ella iba a querer venir si él estaba implicado y no quería preocuparla, no otra vez, no tan pronto. Por fortuna habían podido solucionar lo sucedido la noche del ataque de Ultrón, pero aún estaba todo demasiado fresco, demasiado reciente.

Además, existía un problema añadido, y era que si Drago quería presentarla más adelante como su novia ante sus compañeros, nada podía delatar la relación que tenían con las máscaras, de lo contrario todo el mundo sabría que Cassandra Cain era Batwoman, y el mutante sabía lo celosos que eran los murciélagos con el asunto de las identidades secretas.

Sin embargo, sus temores eran infundados; Cassandra era una profesional y así lo demostró al dirigirse a él de una manera totalmente serena y neutra. Solamente esperaba no ser él quien lo fastidiase.

- Gracias por venir. Éstos son mis compañeros: Lobezno, Positrón y Celsit. Al Profesor creo que ya lo conocéis -señaló, aludiendo a la famosa reunión telepática que había tenido lugar en la Atalaya el día de la Colisión.

- Seguidnos, por favor -indicó Xavier dirigiéndose hacia la puerta secreta camuflada en la pared de la montaña.

No tenían tiempo que perder, así que tendrían que poner al día a los dos murciélagos sobre la marcha.

- Algunos de los nuestros hemos recibido carta -explicó Eclipse mientras seguían al Profesor por los túneles y pasadizos ocultos bajo la montaña. Esperaba que sus palabras fuesen lo suficientemente ambiguas como para que no quedara claro que él era uno de los que la habían recibido-. Tras mandarlas al laboratorio se encontraron rastros de un residuo biolumínico que reacciona con la luz ultravioleta -continuó con la explicación al tiempo que le entregaba una carta envuelta en un sobre de plástico al detective. La carta mostraba el dos de tréboles-. Al parecer contenía unos componentes propios de una base de ácido extremadamente diluida que reaccionaba al contacto con el aire y con las secreciones de la piel, impregnando los dedos de aquellos que las recogieron y dejando una marca, como de tinta, únicamente visible a la luz del espectro ultravioleta. Nuestros científicos están trabajando en la manera de disolver éstas marcas, pero por el momento aún no han sido capaces. Se intentó recurrir al láser, como con los tatuajes, pero las muestras se quemaron. No tenemos claro todavía qué es lo que hace esa substancia, si es lo suficientemente peligrosa como para justificar dicha línea de acción o si por el contrario es inocua. Según tenemos entendido, vosotros sois los que más conocéis a ese psicópata, y hemos pensado que tal vez podríais ayudarnos. Cualquier información que podáis aportar será relevante.

En el trascurso de la conversación, y tras atravesar por varios dispositivos y sistemas de seguridad, llegaron a una puerta circular con el emblema de una "X" gigantesca que comunicaba con un largo pasillo de aspecto metalizado. Uno de los extremos conducía al despacho del Profesor en la mansión, escondido tras uno de los paneles de la extensa biblioteca. En el otro se encontraba el lugar al que se dirigían.

OOC: Perdonad por la tardanza. Era un post que tenía que quedar bien explicado y tenía que sentarme a escribirlo con calma. He tardado casi tres horas..

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De momento estaba tranquila. No había motivo por el que alterarse, habían venido a ayudarnos, colaborar, trabajar juntos… Siempre me ponía ligeramente tensa cuando trabajaba con alguien sin conocer muy bien su posición hacia los mutantes. Demasiadas puñaladas, demasiado odio como para poder fiarse de cualquiera. Charles siempre defendía que había que abrir las puertas a todo el mundo, por eso le admiraba tanto… Porque yo no sería capaz. Siempre intentaba adoptar la postura apropiada para este tipo de reuniones y eventos, y aunque no se me notaba, siempre tenía una mala sensación cuando no conocía a las personas que tenía enfrente. Al menos en estas situaciones.

Asentí con la cabeza cuando Drago avanzó en la presentación diciendo mi alias. Escuché a Drago con el puño ceñido oprimiendo mi propia palma. No quería reflejar debilidad delante de Plana, pero lo de la carta había sido una mierda. Tenía ganas de matar al Joker, de verdad que sí. Cada vez que recordaba su cara o la voz me asaltaba los oídos era inevitable sentir esa ira visceral… Pero tenía que convencerme a mí misma de que nunca lo haría. Debía hacerlo…

Pensé en lo que Drago explicaba sobre las manchas. Elsa me lo contó todo, cómo se le quedó la tinta sobre el pulgar. Sopesé un método de rastreo. Al parecer el Joker no era solo un payaso aburrido… Tenía un cerebro importante como para planear algo así. Al fin y al cabo él no tendría manera de saber si le has dado la carta a alguien como hicimos nosotras. Pero… si esa marca servía como distintivo… Quizá lo nuestro no valiese para nada y ella muriese de todos modos…

Reflexioné de nuevo mientras las imágenes de ella y su cadáver rondaban mi visión.  Agité la cabeza, prestando atención a la conversación mientras mis ojos súbitamente se posaron sobre los de Charles. Después de sus negativas a devolverme mis recuerdos haría un mes y alguna semana no podía evitar sentir una punzada de dolor que acompaña los recuerdos fraternales que envolvían su figura. Para mí ese hombre era mi padre. Y a pesar de la distancia, la frialdad, la profesionalidad… Siempre sentía el impulso de abrazarle y querer cuidar de él… hasta que me negó lo que era mío por derecho. No pude evitar distanciarme de él y de la mansión. No hasta que aprendiese a lidiar con eso dentro de mí.

La puerta de Cerebro se abrió. No me había dado cuenta de que ya habíamos andado todo lo necesario para llegar. La sala inició convirtiendo los trajes de los héroes de Gotham en una silueta mucho más visible. Me fijé con detenimiento en las juntas de las placas, en las zonas articuladas… Sin duda había un gran trabajo de ingeniería detrás. Era increíble cómo cada pieza parecía encajar con naturalidad. Mientras el profesor explicaba qué era esa sala pensé en lo que de verdad significaba estar aquí. Había supuesto que él tenía el Joker Negro, la conferencia del Joker no dejó mucho margen a dudas. Y si estaba aquí… significaba que había decidido venir a un sitio donde gente con poderes podría matarle y terminar el juego. Todos los presentes sabíamos que no sucumbiríamos, matar no era el código de ninguno de los presentes y éramos conscientes de que si hacíamos eso conseguiríamos la anarquía que el payaso parecía querer obtener. -Gracias- dije simplemente. Clavando mi mirada en los ojos de Batman con gesto firme -Sabemos lo que supone para ti estar aquí. Gracias por correr el riesgo por nosotros- terminé desviando la mirada a Cerebro contemplando cómo metódicamente Charles se colocaba el casco y tomaba asiento. Pero entonces Batman tomó la palabra.

Escuché con el ceño fruncido y la misma rabia que al principio la conversación, apretando ambos puños junto a mis muslos.  - Tomen esa tinta como una sentencia de muerte - cerré los ojos desviando la mirada. De nuevo las imágenes de Elsa con un disparo en el pecho. O de su rostro desfigurado a lo largo de varios metros de asfalto. Su cuerpo impregnado en el rojo de decenas de puñaladas…
No. Moriría el Joker antes de que ella lo hiciera.

Como propia promesa. Interior, que nunca llegaría a compartir...ni siquiera con Plana… Si tenía que matar al Joker para defender la vida de Elsa, le mataría sin dudarlo un segundo.

A pesar de su discurso todos permanecimos en pie. Dediqué una mirada rápida a los presentes, detectando algunas que me miraban a mí de modo fugaz, como sabiendo entre nosotros y comunicándonos de forma no visual que estábamos entregados a ello.
Charles asintió - Hay forma. Pero considero mucho más práctico encontrar a las personas que estén observando la carta en este instante y contar con tres números y sus identidades. - dijo contundente y firme, simplemente como si fuese una verdad. Terminó de colocarse accionando los botones pertinentes, cerró los ojos con fuerza y…. los abrió.

Se proyectó la imagen del globo terráqueo con pequeños puntos luminosos de un tono blanquecino brillante. El profesor frunció el ceño mirando con detenimiento y centró la imagen en Norteamérica - El ataque fue reducido a nuestro continente. Tengo entendido que sólo América del Norte- dijo mientras poco a poco uno de los puntos se hacía más poderoso, más brillante y grande hasta que con un destello inundó toda la sala con una imagen. Un centro de medicina de acupuntura, en Chinatown. Traspasando la pared, como si la visión fuese intangible, hay un hombre anciano sentado sobre un futón pequeño, con las piernas cruzadas. Lleva el torso desnudo, se ve la tez morena y ausente de brillo por la edad. Observa la carta y en su mirada se refleja una desesperación difícil de evitar. Se oye una voz. - “A mí… que siempre ha sido la paz guía de mis sueños..” - La perspectiva gira poco a poco hasta poder ver la carta , como en primera persona.

Me dio un escalofrío por todo el espinazo. Batman y su visión del Joker… ¿Cómo podía involucrar a una persona tan mayor en algo así? Lo poco que iba conociendo de él me daba más y más asco.

La imagen se disipó como si la luz se difuminase. Poco a poco otro punto lejano iba tomando la misma fuerza. Otro rostro anciano, esta vez caucásico y femenino, que parecía ser mucho más mayor. La imagen era mucho más luminosa y clara, como si recibiese luz a través de una ventana, pero el rostro de la mujer descansaba sobre la cama de un hospital. Sostiene la carta entre los dedos finos y débiles, temblorosos. -Talley….- susurra Charles en lo que parecía uno de los pocos despistes que había visto en el profesor. La mujer sonríe con una calma y paz que jamás había visto en otro ser humano mientras su cansada vista se desliza sobre el naipe. De nuevo la cámara se gira poco a poco hasta ver la carta en primera persona.

El rostro se me ensombreció mientras contenía las ganas de romper a llorar -Otra anciana…-susurré en un hilo de voz  involuntario. Cada vez encontraba más motivos por los que el payaso debería morir…

Mientras la visión descansaba sobre el rostro de la mujer, esta cerró los ojos lentamente apoyando la mejilla sobre la almohada y su luz poco a poco se fue apagando en vez de disiparse como hizo el anterior hombre. El brillo se iba haciendo imperceptible y la imagen más y más pequeña. -Emma Talley ha fallecido.- La mujer más anciana de todos los estados unidos… y del mundo.

Pero no fue motivo ni causa suficiente para despistar al profesor que en un último esfuerzo detectó una carta más.  Esta vez ante nosotros se proyectó  directamente la carta. La sostenía una mano masculina perfectamente pulida en una camisa blanca. Los ojos bailaban por la carta como bailaba nuestra visión, como si fuésemos sus ojos. Giró la muñeca y vió la hora en un reloj que tuvo que sacar tras el borde de la manga, luego la recolocó y levantando la vista sobre un espejo limpio y perfectamente reflectante para dejarnos la visión perfecta del rostro del portador. Alexander Luthor. El presidente de los Estados Unidos.

Abrí mucho los ojos llevándome una mano al pecho. Era la última persona que me esperaba ver…

La imagen se disipó junto con las luces de la maquinaria. Se hizo el silencio en la sala.

Escuchó impávido aunque con gesto serio la descripción y las advertencias acerca del Joker. Drago no era un inconsciente, pero había afrontado demasiados horrores en su vida como para sentirse asustado ante lo que le estaban describiendo. Había sobrevivido al genocidio de su pueblo siendo un niño, soportado las duras pruebas del entrenamiento de la Legión Extranjera y padecido una tortura física que incluía arrancarle los ojos con un cuchillo al rojo. Nada de lo que le contaran podría asustarle, porque lo único que le aterrorizaba realmente era perder lo que más quería: perder a Cassandra. Pero no era ella la que había recibido la carta, sino él, y eso podía sobrellevarlo. Preferiría no morir ahora que la había encontrado, claro, pero lo único que no podría soportar después de haber visto cómo le arrebataban salvajemente a toda su familia sería perder de nuevo a un ser querido. Posiblemente se volvería loco de nuevo. En comparación con eso, su propia vida parecía mucho menos importante.

Sasha les agradeció entonces la confianza que habían depositado en ellos al venir a reunirse con personas que habían recibido también cartas, aunque esperaba que Bruce tuviera la suficiente fe en sus habilidades como líder para saber que jamás permitiría que la situación se descontrolara hasta llegar a un punto en el que pudiera resultar peligroso para Cassandra o para él.

Y el Profesor realizó su magia, y una miríada de puntitos de luz inundó Cerebro. Xavier se focalizó en encontrar personas que hubieran recibido una de aquellas funestas cartas, dejando patente al conseguirlo que el método seguido por el demente había sido por completo azaroso. No estaba atacando a sus enemigos, ni a las personas relacionadas con el murciélago, ni tan siquiera a superhéroes. Sólo personas completamente al azar. Que de entre los millones de habitantes que había en Nueva York hubiese coincidido que varias de las cartas hubieran caído entre mutantes de la mansión no podía ser calificado más que como una asombrosa coincidencia... pero coincidencia, al fin y al cabo. Y la mayor de dichas coincidencias fue la sorpresa final: Alexander Luthor. Ni más ni menos que el presidente de los Estados Unidos de América. ¿No es curioso el sentido del humor que tiene Dios?

- Bueno... imagino que tendremos que encontrar a esas personas y protegerlas antes de que otro las localice primero -sólo a dos, pues la desafortunada anciana acababa de morir-. ¿Tenéis alguna preferencia en el plan a seguir o en cómo nos vamos a dividir?

Miró a Batman. Después de todo, él era el experto en el Joker y podría tener en mente alguna estrategia mejor.

OOC: Un detalle Bats, con el traje a Sasha no se le ve el pelo, es uno de los motivos por los que lleva capucha, para poder cubrirse el pelo que es lo más característico de ella.

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Permanecí quieta y totalmente helada, literalmente, mientras pensaba en las cartas y en las posibles consecuencias y riesgos que todo ello conllevaba. Me perdí en mi propia quiebra emocional pensando en el cadáver de Elsa sobre el mostrador dejando un reguero de sangre por mi culpa, por no haber llegado a tiempo. La reacción de su familia cuando tuviese que darle la noticia. Tener que limpiar su sangre de mis manos…

Poco a poco desde el pecho empezó a surgir una capa de hielo y escarcha que me cubría el cuerpo. Seguía con la mirada perdida, enfocando a la nada mientras como con diapositivas se posaban esas imágenes en mi mente. Mi rostro permanecía inexpresivo en lo que las imágenes empeoraban y el hielo se extendía cada vez más por mi cuerpo hasta invadirme por completo. Desde que supe el origen de mis poderes era mucho más sencillo perder el control de la parte fría… Y llegaba a no ser consciente de que se me iba de las manos.

Como si alguien subiera el volumen, la voz de mis compañeros volvió a mis oídos, Drago preguntando ideas sobre dividir el grupo. “Hay que buscar a dos personas, lo lógico sería hacer dos grupos, teniendo en cuenta los que somos”. … Habla Sash. “Supongo que el juego es más divertido cuando hay gente con poderes de por medio” pensé ante la pregunta de Logan. Pero ninguna palabra salió de mis labios. ¿Por qué no era capaz de hablar?

Cuando Batman mencionó dividirse fue como una voz de alarma que me despertó por completo. Me giré, rompiendo el hielo de mi cuerpo y mirando las siluetas de ambos murciélagos -Yo me voy con ellos- dije señalándoles con el mentón. Toda la inseguridad se resquebrajó como la escarcha sobre mí y di paso a una Sasha que no había conocido nunca. Inexpresiva y desgastada por el dolor hice el movimiento más egoísta para mí. -Quiero ir con ellos, sola. Estoy en un punto de quiebre y me acabará saliendo el instinto de matar al Joker. Lo sé. Si veo a alguien implicado en las cartas me saldrá el impulso de matarle… Llegado el momento necesitaré a alguien que me lo impida sin tener implicación emocional conmigo- sentencié firme, sin la más mínima emoción en la voz y me puse entre ambos uniformes negros -No quiero implicaros en mi locura- dije mirando a mi equipo, familia y compañeros -Quiero alguien que no tenga miedo en pararme si voy a matar a alguien- … o alguien sin poderes que yo sepa que no puede hacerme frente si lo hago.

-Creo que no hay más que hablar. Yo me pongo en marcha y os espero en la terminal- dije dándole la espalda a mi equipo. No retrocedería por nada, ni daría media oportunidad a cambiar mi plan. No me importaba si tenía que acompañar a Batman o a Batwoman. No quería estar con gente que podía plantarme cara o que jugase en mi mismo nivel. Si veía al Joker le vería muerto, y no podía tener a Plana o Drago de por medio. Logan… Logan era una incógnita y no sabría cómo reaccionaría, pero no estaba dispuesta a arriesgarme. Caminé con firmeza saliendo de las instalaciones, deslizándome por los túneles a paso acelerado hasta que llegué a la nave negra en la que habían llegado estos dos. Miré la piel desnuda de mis manos, el dorso y la palma para encontrarme a mí misma recibiendo placer de una imagen en la que yo me convertía en una asesina. Cerré los ojos, reteniendo las lágrimas y mientras el hielo volvía a invadirme esperé a que apareciera alguien para poder distraerme con la misión. Necesitaba algo que hacer. Necesitaba no estar a solas conmigo.

Drago negó suavemente con la cabeza.

- Realmente no creo que ese demente haya urdido su plan al nivel de detalle que estáis comentando, adelantando y previendo las consecuencias con tanta precisión. Si su objetivo fuera crear un desastre mayor escogiendo gente con poderes o importante, entonces, ¿por qué los dos ancianos? No, los objetivos somos tan dispares porque, por demencial que pueda parecer, las víctimas han sido escogidas al azar. Pensad que hay muchísimos mutantes entre la población, y aún más gente con poderes desde la Colisión, no es de extrañar que haya varios entre los escogidos. Aunque ese payaso descubrirá pronto que quizás haya ido a tocarle las narices a las personas equivocadas...

La recomendación que hizo Planaria era sensata y prudente, pero la respuesta que dio Batman tenía todo el sentido. Efectivamente, si algún miembro de su personal más cercano tuviese la carta que marcaba al presidente como objetivo, éste ya estaría muerto. No, la carta debía de tenerla alguien a quien le resultaría complicado llegar hasta él.

- De todas formas, no olvidemos que nadie sabe quién puede tener la carta más alta que es continuación a la suya, así que, en principio, a menos que la persona elegida tenga poderes telepáticos, todo el mundo está a ciegas. Eso debería darnos un margen amplio de tiempo para poder actuar.

De hecho era el mayor punto flaco que le veía al plan del payaso, y seguía sin entender cómo pretendía que nadie pudiera saber a quién tenía que matar en una ciudad tan poblada como Nueva York, sobretodo si no se había seguido ningún sistema lógico para la entrega que se pudiera deducir.

Llegó el momento de la repartición de tareas; se formarían tres grupos: uno, con Batman, iría a proteger al presidente. Otro, con Cassandra, se ocuparía de encontrar y proteger a los demás portadores, y un tercero se quedaría en la mansión monitoreando toda la operación y buscando información sobre otras víctimas potenciales. Antes de que ninguno pudiera decir nada, Sasha se adelantó y corrió a meterse en el Batplane, zanjando así la cuestión. Como además dejaba claro que no quería que ninguno de los que la conocían fueran con ella, eso les excluía a todos los demás de esa parte de la misión, dejando un grupo de dos. A Eclipse no le gustaba el camino que estaba tomando la mutante, con todas las últimas revelaciones y circunstancias que estaban haciendo zozobrar su vida. Él había estado en ese camino, había vivido las consecuencias, y no le hacía gracia que su amiga pudiera terminar como él. Pero... ¿qué podía hacer? Drago no era un psicólogo. De aquél arte sabía lo justo para poder manipular las mentes de los criminales, no para sanar una psique herida, y para colmo no era demasiado bueno a la hora de consolar, así que se sentía impotente al no saber qué podía hacer para ayudarla. Bueno, esa sería una cuestión para pensar después; ahora mismo tenían el problema del payaso psicópata y la perspectiva de gente inocente asesinándose unos a otros por culpa de su retorcido juego. Quizás Planaria supiera qué hacer, después de todo la conocía mejor que ninguno de los que estaban allí presentes.

- Supongo que eso deja dos grupos disponibles -señaló alzando levemente una ceja como única muestra visible de su sensación de contrariedad. Como Sasha no estaba allí, era imposible decirle nada, y tampoco estaba seguro de que fuese lo prudente en su estado. Incluso él sabía que no era aconsejable presionar a alguien que se encontraba en el límite, aunque precisamente por esa razón no sabía si sería seguro enviarla a la acción real, donde podría perder fácilmente el control-. Uno irá a proteger a ese anciano y los que se queden tratarán de averiguar por los medios que puedan otros posibles portadores de cartas. Yo no soy un experto en el campo de la informática, pero puedo investigar de otros modos, así que no tengo una predilección especial. Si los demás preferís ir con Batwoman para el trabajo de campo, yo me quedaré con el Profesor, aunque estaría bien tener algo más de ayuda para el trabajo de búsqueda. Y estaría bien también decidir qué vamos a hacer con las personas con carta que vayamos encontrando. Imagino que habrá que dejarlas en algún lugar seguro hasta que hayamos conseguido solucionar ésto. ¿Las traemos a la mansión o a dónde?