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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Mensajes : 344 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : Nueva York, ¿dónde sino? Empleo /Ocio : Dibujante de Cómics Humor : Sarcástico, el de siempre
Ficha de Personaje Alias: Nombre real: Elysia Stavridis Universo: Marvel
Tema: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 20th Enero 2020, 15:37
10 de marzo de 2019 Nueva York.
Frustración. Esa era la palabra que mejor me definía en aquellos momentos. Nunca pensé que algo así pasaría al día siguiente de disfrutar de la agradable compañía del arquero. Echaba de menos la sonrisa de Roy, la tranquilidad de estar tomando un té con pastel en su piso de Star City. Deseaba volver con mi familia, con Elissa, Jake, Erin... disfrutar del calor del hogar y el olor a bizcocho recién hecho por las mañanas. Pero no habría nada a lo que volver si no deteníamos al villano de Villa Fábula a tiempo.
El Adversario, el ser maligno que había amenazado con destruir toda Nueva York, había explotado en mil pedazos. Lo habíamos vencido… ¿Pero a qué precio? Su destrucción nos traía miseria y desgracia por igual. Volé por los aires, tratando de contener la devastadora expansión de su magia para que no hubiera más bajas, pero atravesó mis escudos como si fueran papel de fumar. No pude detenerlo. Fracasé. No fui suficiente. La gente a la que estaba protegiendo murió, sus cuerpos se desintegraron y se mezclaron con los copos de nieve que caían por la ciudad en aquel invierno artificial. Yo me quedé sin aliento, sentí el frío helado en mis venas y mis lágrimas se congelaron lentamente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba abajo y una sensación de ahogo oprimió mi garganta. La fuerza mágica del Adversario oprimía mi pecho y retorcía mis miembros, hasta hacerme perder el sentido. Caí en picado. No recuerdo cuantos metros eran, pero probablemente la nieve amortiguó parte de mi caída, porqué cuando llegué al suelo ya estaba inconsciente. No recuerdo nada más de la batalla... Cuando abrí los ojos, ya estaba ingresada en el hospital.
La frustración y la impotencia por ser incapaz de hacer nada me devoraba por dentro. No había podido proteger a todas aquellas personas inocentes. Y volví a llorar, en aquella cama solitaria del hospital, culpándome a mi misma por ser tan débil.
No. No quiero volver a sentirme así jamás. Sí quería convertirme en una heroína de verdad, debía soportar todo esto y más. Necesitaba ser más fuerte.
16 de marzo de 2019 Star City
Y ahí estaba yo, frente a un local que pertenecía a mi amigo Roy Harper, dispuesta a cumplir mi objetivo de hacerme aún más fuerte. Había estado tomando clases intensivas los últimos días con mi maestro Aureole, pero si quería mejorar de forma general, debía entrenar tanto física como mágicamente. ¿Y qué mejor idea que tener de profe al mismísimo Arsenal de los Titanes? Bueno, claro, se supone que eso yo no tendría saberlo. Tampoco pensaba decírselo todavía. Me sabía mal explicarle que había descubierto su identidad superheroica en Tahití. Seguro que le haría sentir muy incómodo e inseguro, y prefería no decírselo hasta que no fuera realmente necesario. Se dice que cuanto menos sabes más feliz eres, ¿no?
Ya estaba completamente recuperada de las heridas del Adversario, y Roy y yo habíamos estado quedando varios días atrás para pasear por Star City y que me enseñara un poco como era el lugar donde se crió. La verdad es que quedé encantada con la vegetación y la integración tan natural de los bosques en la ciudad que tenía forma de estrella.
Pero esta vez, había vuelto a Star City por un motivo diferente. Recordaba la propuesta que me hizo Roy el primer día que nos conocimos, y ahora que tenía cierta confianza y seguridad para tratar con el arquero, me sentí preparada para tomar clases de defensa personal en su local privado.
Había hecho Tae Kwondo en el instituto, pero hacía mucho tiempo que no lo practicaba. Aunque lo que pensaba enseñarme Roy no tenía nada que ver con las artes marciales. Era más importante que alguien me preparara para una lucha real, no para practicar un deporte solamente. Y el arquero sabía mucho de eso, tenía una gran habilidad en combate cuerpo a cuerpo. Me lo había demostrado en la misión de Tahití.
Tenía muchas ganas de aprender, y cada vez me sentía más cómoda pasando el tiempo con él. Así que nada más llegar, piqué un par de veces a la muerta metálica, y esperé a que apareciera mi compañero. Cuando Roy abrió la puerta, le dediqué una suave sonrisa.
— ¡Ey! ¡Hola! Cuanto tiempo sin verte. ¿Me has echado de menos? —bromeé, con una ceja levantada. Llevábamos toda la semana viéndonos, así que esperaba que el arquero pillara la ironía de mi saludo. Aunque la verdad es que empezaba a notar más su ausencia ahora que nos veíamos más seguido.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 5th Febrero 2020, 10:02
Días atrás el arquero había salido con Elyssia para mostrarle las maravillas de su ciudad natal. Roy había estado durante mucho tiempo alejado de Star City. Las heridas que le causaron los traumáticas vivencias de su infancia parecían estar cicatrizando bien. El pelirrojo se sentía con la fuerza de afrontar la vida en aquella ciudad en la que había vivido tanto dolor como alegría. A pesar del sufrimiento guardaba muy buenos recuerdos de su urbe. Era una ciudad grande y hermosa que había acogido de muchas maneras la diferencia y la diversidad añadiendo estos conceptos a su entorno, diseño y arquitectura. Las creencias naturales de los navajos que vivían allí junto a los avances tecnológicos y sociales que propagaba la cultura americana.
El Bosque Estrella era dónde había pasado gran parte de su infancia. Un lugar único. Un espacio muy natural rodeado por un entorno muy urbano. En aquel bosque de California vivía y jugaba con su padre biológico. Allí aprendió a disparar el arco con el olor de la savia de los árboles más altos y longevos. Dónde vivía la tribu del río rojo de la que era descendiente. Un lugar donde el alegre trino de los pájaros animaba el corazón. El pelirrojo disfrutó mucho la visita de Lyz en la que fueron a este enclave de la naturaleza. Hablaron sobre un montón de cosas y se rieron con alegría y soltura. Lycos pudo desahogar su vitalidad corriendo libre por los verdes parajes.
En otra ocasión pasearon por los centros neurálgicos de Star City. Era muy diferente de lo que pudieron visitar en la anterior ocasión. Esta vez era una visita más urbana y arquitectónica. Roy llevó a Lyz a lugares emblemáticos e históricos. También se tomaron un par de batidos en un reputado local. Tuvieron que esperar un poco porque el local estaba un poco lleno. Pero la espera valió la pena.
Al arquero cada vez le gustaba más pasar tiempo con la artista. Se sentía muy en sintonía con ella. Era inteligencia, creativa y divertida. Además tenía una personalidad valiente y fuerte que al pelirrojo le atraía bastante. Una agradable sensación le entraba al pensar en ella. Poco a poco estaba desplazando a Artemis del puesto que tenía en su corazón. Lyz había entrado con mucha fuerza en su vida. Cuanto más quedaban y más tiempo pasaban juntos más se afianza a con fervor el creciente puesto de la maga. Roy se iba haciendo más consciente de que la amistad e conexión que sentía con aquella mujer era más intenso y romántico de lo que quisiera y de lo que hubiera esperado.
Roy tenía la suerte de contar con una extensa red de amigos que podían hacerse cargo de Liam mientras él pasaba una tarde con Lyz. Nunca se había abordado el tema de que el pelirrojo era padre soltero. Era algo difícil que el arquero no sabía cómo sacar a colación. Todavía era más complicado con esos nuevos sentimientos que iban floreciendo en él. Las posibles o futuras parejas solían mirarte con dureza cuando tenías descendencia. Mucha gente rechazaba de pleno a la gente con niños y niñas. Era un trago muy pesado para el pelirrojo. Temía los rechazos. Estar expuesto le producía terror. Pero Liam era una parte muy relevante de su vida y tenía que mostrársela a la maga. Había decidido que ese iba a ser el día en que le hablase a aquella maravillosa mujer de otra fémina que era de vital importancia para él.
Roy había conseguido por medio de uno de sus muchos conocidos un lugar para poder entrenar a Elyssia. De momento, el arquero no sabía que Lyz había descubierto su identidad heroica. Por lo que tenía que disimular. No podía llevarla a la base de Justicia Joven. Esa fue una de las razones que le llevó a pedir la ayuda de uno de sus compañeros del trabajo. Otra de las razones es que no sabía muy bien qué decir sobre la castaña a sus amigos y compañeros de equipo heroico. También estaba el motivo egoísta de querer pasar todo su tiempo con Lyz y no compartirla con una muchedumbre de amigos. Deseaba que durante un tiempo esos encuentros pudieran ser únicamente de ellos dos. No quería aislarla del mundo ni ocultarla de sus amigos, simplemente quería que ambos se pudieran conocer mejor y poder disfrutar a solar de esos momentos de conocimiento y descubrimiento del otro.
Roy llegó un poco temprano al local para limpiar y recoger un poco. El lugar se destinaba a dar clases de autodefensa a menores y víctimas de violencia para que se sintieran más seguros y protegidos. Enseñandoles que eran capaces de protegerse a sí mismos les ayudaba a recobrar su autoconfianza y autoestima. Las artes marciales enseñaban control; sobre el cuerpo y sobre el entorno. Devolver el control de su cuerpo a una persona que lo ha perdido a manos de otro es de muchas maneras reparador y liberador. También adecuó la zona donde iban a practicar a su estilo de entrenamiento.
Como maestro armero que era el arte marcial que practicaba principalmente Roy y en el que era experto es el Moo-Gi-Gong. El Moo-Gi-Gong es un arte marcial relativamente moderno, que apareció por primera vez hace menos de 40 años. Es comparado con los estilos de lucha como Sambo o Krav Maga, ya que renuncia a florituras y poses innecesarias y se enfoca en golpes rápidos y compactos.Su principal característica es el uso de objetos como armas. El Moo-Gi-Gong se basa en la capacidad de uno para improvisar armas y (más comúnmente) predecir el uso de armas por parte de los oponentes. Para practicar Moo-Gi-Gong debes dominar 108 tipos de armas diferentes dentro de 20 categorías diferentes, logrando convertir todo objeto que se encuentre a su alrededor en arma y predecir qué hará un enemigo con un arma determinada.
También sabía practicar otro tipo de artes marciales pero no se le daban tan bien a nivel técnico como el arte de improvisar y sorprender a su enemigo. Nunca había hecho de profesor de autodefensa pero esperaba que con los conocimientos que tenía pudiera encaminar a Lyz en la dirección correcta.
Cuando escuchó el timbre de la puerta enseguida fue a abrir. Como tenía el dojo sólo para él sabía con certeza que sería su maga invitada. Una cálida y hermosa sonrisa vistió el rostro del pelirrojo al ver a Lyz.
- Mucho- comentó siguiendo el comentario bromista- Tanto que ya ni te conozco. Oye¿quién eras?- se rió de forma alegre y vital. El arquero la invitó a pasar dentro del local.
Como se destinaba a enseñar artes marciales a personas vulnerables y desprotegidas, el lugar estaba debidamente aclimatado. Los suelos eran gomosos. De ese material típico de los polideportivos que es semirígido pero permite caídas. En la parte central del tatami de gomaespuma blanca y roja. En los laterales había unas espalderas de madera, la pared del fondo estaba cubierta de espejos y también varios sacos de boxeo colgados. Además, había varios bancos de madera pàra poder descansar o estar sentado mientras el docente explicaba. en el lateral izquierdo estaban los baños.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 6th Febrero 2020, 17:52
¿Sabes cuando estás caminando tranquilamente por la calle, a tu bola, y de repente la luz del sol se refleja en un edificio y te da en toda la cara, cegándote? Bueno, pues así me sentía yo en aquellos instantes.
Casi tuve que cerrar los ojos por culpa de la deslumbrante y cálida sonrisa de Roy Harper, en cuanto se asomó por la puerta. Y cuando respondió a mi pregunta con ese “mucho”, mi corazón decidió saltarse un latido. No, si es que yo creo que me moriré joven como siga siendo testigo del encanto de aquel hombre.
— ¿Cómo que quién soy? — reí, y le di un puñetazo suave en el pecho como protesta, y de pronto se me ocurrió una contestación ingeniosa— ¡Hao! Soy pluma azulada. — dije, saludando con la palma de la mano abierta y levantándo el brazo a la altura de la cara — Y he venido porque mi amigo “Sol Rojo” se ofreció a darme clases de defensa personal. — sonreí divertida después de hacer la broma. Y es que no pude evitar hacer una referencia a su descendencia navaja después de que me hubiera enseñado el otro día el bosque donde se crió. Había sido una experiencia fascinante y a la par de exótica.
Roy había crecido en la cultura de la tribu del río rojo, así que consideré apropiado colocar la palabra “Rojo” en aquel improvisado apodo. Además de que él era pelirrojo, y su traje de Arsenal (que yo no debería saber que tiene) también era del mismo color. Y lo del Sol… bueno creo que es un astro que refleja bastante bien la personalidad del chico. Roy siempre se muestra alegre y risueño. Tiene buen sentido del humor y… ¿tengo que volver a recalcar su brillante sonrisa?
Una vez entré en el local, me sorprendió ver que era bastante amplio y bien adaptado para practicar artes marciales. Dejé la mochila con el material de deporte en uno de los bancos de madera. Llevaba agua fresca, una camiseta de recambio, una toalla y algo de comida para picar. Ya venía con el chandal puesto, preparada para pasar directamente a la acción. Era un cómodo conjunto de pantalones largos azul marino con una sudadera turquesa de manga larga.
—¿Qué guay el sitio, no?— dije, colocándome frente al navajo. —Bueno, ¿Empezamos, profe? — le pregunté con una suave sonrisa.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 20th Febrero 2020, 13:22
Cuando el pelirrojo abrió la puerta vio a la mujer que su corazón adoraba. Sintió alegrarse notablemente. El sentimiento que había brotado tras aquel entretenido día donde le tiró un café a la castaña no hacía más que crecer y crecer. Para él era cada vez más obvio que estaba enamorándose de esa mujer. Intentó negarselo. Pero era imposible, una vez que caes en las redes de Cupido, sea o no un designio afortunado, no puedes escapar.
La maga le dio un golpecito en el pecho ante su bromista saludo. Pero luego, Lyz había seguido su broma y el arquero se rió de forma cálida y alegre. Ella había hecho referencias a la cultura navaja del pelirrojo y eso le agradó. Estaba muy orgulloso de su procedencia y herencia navaja. Roy se sentía muy cerca y sintonizado con la maga. Pero a la vez estaba ese sentimiento de inseguridad cuando se ponía a analizar su conexión. Pasar de lo platónico a lo real era difícil. Después de Donna siempre le había supuesto un gran esfuerzo volver a arriesgarse.
-Sol Rojo dice que puedes pasar a nuestra reserva Pluma Azulada.- Roy se hizo a un lado para dejar pasar a la mujer dentro de las instalaciones. - Buen intento pero Pluma Azulada, hola en navajo es Yá'át'ééh. Hao es de los Siox. - corrigió con buen humor. Le había gustado mucho la mención a la tribu del río rojo, que era los navajos de quien descendía Roy. La reserva de la tribu se encontraba en un recóndito lugar en el bosque Estrella en Star City.
Roy no esperaba que su amigo le buscase un lugar tan bueno cuando le pidió algo donde poder entrenar y practicar. Gerald, que así se llamaba el mentado amigo de Roy, era el encargado de un programa municipal de la ciudad de enseñar autodefensa a sectores vulnerables de la población. Por ello, tenía las llaves de aquel bien equipado gimnasio. Gerald y Roy se habían conocido en el trabajo. Inmediatamente hicieron buenas migas. El pelirrojo solía ir algunos viernes a cenar con Roy y su esposa. Tenían dos gemelos de la edad de Liam por lo que era muy agradable hablar con ellos de cosas sobre la paternidad o las monerías infantiles de los pequeños.
- Sí que es un buen lugar. - El arquero estaba vestido para la ocasión con unos pantalones negros de chándal un poco sueltos y una sudadera con capucha de color verde. - un amigo mío da aquí clases de autodefensa a personas que han perdido el control en sus vidas; víctimas de acoso, mujeres maltratadas, personas que han sufrido robos o gente que ha sufrido bulling, personas que necesitan descargar su ira ... Es un programa de la ciudad para ayudar a la gente.
- Supongo que tendremos que empezar por el calentamiento.- El pelirrojo estaba un poco perdido porque nunca había enseñado autodefensa antes. Él se sabía mover y comprendía los movimientos. Pero no es lo mismo saber hacer que saber enseñar.
- Vamos a dar unas diez vueltas a la pista y luego haremos una rutina de estiramientos.-
Tras calentar, dejando el cuerpo preparado para hacer ejercicio y no sufrir ninguna lesión. Empezarían a practicar golpes básicos como puñetazos y patadas frente al saco de boxeo. Una vez sabido cómo se da un golpe sin hacerse daño a uno mismo, es tiempo de aprender movimientos más complejos y con más ritmo como esquivar, esquivar y contraatacar, movimientos combinados de pies y manos. Hay que practicar mucho la habilidad y los diferentes tiempos de los movimientos para poder ejecutar con precisión la maniobra en situaciones de conflicto. Pero de momento, Roy y Lyz sólo iban a prácticas cómo se daban los golpes. Necesitarán más sesiones para hacer maniobras y rutinas de combate.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 11th Marzo 2020, 18:38
Reí en cuanto Roy me siguió la broma. Creo que le hizo bastante gracia el guiño acerca de nuestra última quedada. La verdad es que había aprendido muchas cosas nuevas, sobretodo de la cultura Navaja y de su ciudad natal. Las quedadas de tipo didácticas eran mis favoritas, siempre me gustaba aprender algo nuevo cada día, además de que la cultura y la historia de la humanidad era una de mis materias favoritas.
— Buen intento pero, Pluma Azulada, hola en navajo es Yá'át'ééh. Hao es de los Siox.
— ¡Ups! ¡Lo siento! — dije llevándome las manos a la boca, escondiendo la sonrisa que estaba asomando por mis labios.— Esto es culpa de las películas de indios y vaqueros, seguro… — me mordí el labio, esperando no haber metido mucho la pata y después intenté pronunciar el saludo de los navajos en voz alta. — YaAteEh… —intenté pronunciar, pero era más complicado de lo que parecía.
— Vaya… ¡Eso es genial! — exclamé, entusiasmada al saber para que utilizaban el gimnasio.— Veo que siempre estás al tanto de los eventos solidarios.
Eso me gustaba mucho de Roy. Era muy consciente de las carencias y necesidades emocionales que sufría la sociedad. Siempre estaba dispuesto a ayudar al más débil y a sacrificarse por los demás. Era un héroe humilde y con un gran corazón. Ya me lo había demostrado en Tahití, salvándonos la vida a mi y a Fangirl sin apenas conocerle.
— Vale… sin problema… — aunque eso de dar diez vueltas a aquella pista no me entusiasmaba en absoluto. Siempre había sido una patata en educación física. Básicamente por qué durante mi adolescencia, yo había sido esa típica niña gordita y tímida que siempre se quedaba atrás y de que todo el mundo se mofaba.
Le eché ganas y al final resultó mejor de lo que esperaba, pude mantener más o menos el ritmo de Roy, hasta que fui consciente de la pérdida de aliento en las últimas tres vueltas. Cuando terminó el calentamiento, apoyé mis manos en las rodillas y cogí todo el aire que pude por la boca para llenar los pulmones. Pensé que se me saldría el corazón por la boca. Tenía que seguir entrenando esa resistencia o me volverían a dar una paliza patrullando por Nueva York.
Roy me llevó después de correr a los sacos de Boxeo y estuve practicando un buen rato patadas y puñetazos básicos. De momento eran cosas sencillas pero a la vez muy útiles. El Tae Kwondo se enfocaba más en dar patadas, pero su entrenamiento también consistía en otro tipo de movimientos; puñetazos, combinaciones entre puñetazos y patadas, agarres, contraataques y… algo que me sería realmente útil en la vida: esquivar los ataques del enemigo. Nada de volver a comerse derechazos y patadas de delincuentes a la luz de la luna. Esperaba que con esto mi carrera como Chroma mejorara notablemente. Y ya de paso, podría enseñar estos mismos movimientos a mi sidekick, Fangirl. No quería exponerla demasiado al peligro y me preocupaba mucho cada vez que salíamos a patrullar. Tenía que protegerla si las cosas si ponían realmente feas, así que era también mi responsabilidad como adulta.
Los días siguientes pude notar una ligera mejoría en los entrenamientos. Durante el calentamiento ya no me cansaba tanto y podía mantener mejor el ritmo, aunque aún era incapaz de alcanzar a Roy en la pista. Pero una vez me aprendí los movimientos básicos, el pelirrojo empezó a enseñarme cómo combinarlos, y a realizar otras maniobras cada vez más complicadas.
— ¿Sabes? Para no saber hacer de profe lo haces genial… — confesé, mientras recuperaba el aliento después del último ejercicio. — Oye, antes de terminar la lección de hoy… ¿Por qué no probamos a hacer un combate real? Tu me atacas y yo intento esquivar tus golpes… ¿Qué me dices? — le propuse con una sonrisa. Esta vez tenía algo más de confianza en mi misma, y una práctica real sería también un buen entrenamiento.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 17th Marzo 2020, 23:23
Al pelirrojo le alegraba que sus tonterías hicieran reír a Lyz. Su risa era tan cálida y agradable. Todo lo de la castaña le gustaba. Era una mujer carismática y fuerte. El arquero se daba cuenta cada día de lo mucho que sentía por aquella mujer. Su risa le había hecho olvidarse del nerviosismo que sentía por haber decidido hablarle de su hija. Si quería entablar una relación con la maga, o al menos intentarlo, tenía que comentarle de esa pequeña niña que era tan imprescindible para él. Decidió que se lo contaría más tarde. El final de entrenamiento era el mejor momento para tratar ese tema complicado, cuando estuvieran cansados y menos tensos por la relajación que proporciona el deporte.
- No te puedes fiar de las películas de Indios y Vaqueros que ponen a los blancos de buenos.- comentó medio en broma y medio en serio. Los americanos que desde el origen de su historia habían masacrado, despreciado, desvalorizado y arrasado con las culturas indígenas. El pueblo conquistador siempre era el bueno, los conquistados los malos, los incultos, quién necesitaba ser enseñado y amansado. Habían impuesto su cultura sometiendo a las autóctonas. Se creían dueños del mundo y pisaban a quien fuera para hacer ese sueño posible. El sueño americano se escribía con la sangre de las tribus indias. Ni siquiera en la actualidad era bien miradas las costumbres milenarias de los pueblos originarios del continente. Muchos descendientes de indios americanos vivían en reservas apartados de la sociedad que no les incluía y les rechazaba. Relegados a formar casinos y ser objetos de un turismo que les miraba como una vieja reliquia. Una ministra llamada Pocahontas como si fuera un insulto tener sangre india.
- Más o menos- se rió con su risa amable y cálida. - Es como cantando pero relajado. - el idioma navajo sino y baja, es como un canto que te sale de dentro. -
Cuando Roy comentó la finalidad de aquel gimnasio, dar cursos de defensa a los sectores de población desfavorecida y necesitada, Elysia se entusiasmó. El pelirrojo sonrió cariñosamente. Su implicación y preocupación por las causas sociales eran algo en lo que coincidían. Qué Lyz pensase tanto en iniciativas para mejorar la sociedad y favorecer a los ciudadanos era algo que le encanta de ella y le hacía quererla más.
Después de la breve charla, tanto Roy como Elysia se pusieron a correr por el recinto. El pelirrojo estaba acostumbrado al ejercicio y lo hizo sin problema. A Lyz si que le presentó más dificultad. Pero consiguió dar las diez vueltas. Roy la sonrió conciliador.
- Cuanto más entrenes, menos esfuerzo requerirá.-
A continuación se pusieron a practicar en el saco. El arquero enseñó a Lyz los golpes básicos en las artes marciales. La fémina aprendía rápido. Qué tuviera la base del Tae Kwondo ayudaba bastante en el aprendizaje de cómo desenvolverse. Todas las artes de combate cuerpo a cuerpo estaban relacionadas. Cómo dar un puñetazo era lo mismo en cualquier modalidad, lo mismo que las patadas. Acabaron tan cansados el primer día que a Roy se le pasó totalmente comentarle a Las sobre la existencia de Lian. En casa pensó que lo.mejor era hablar del tema en una quedada más tranquila. Se propuso invitarla a un café tras alguno de los siguientes entrenamientos
Los días iban pasando y las mejoras de la maga eran considerables. Cada día tenía tanto mejor fondo como mejor técnica. Una vez que tuvo dominados los movimientos y golpes básicos. Roy pasó a explicarle las rutinas de movimientos más complejos; como golpes combinados, ataques dobles, contratantes, cómo bloquear y golpear, cómo detener, agacharse y golpear, etc.
El comentario de Lyz sobre sus habilidades de enseñanza le tomó por sorpresa. Nunca se había planteado enseñar ninguna disciplina de combate hasta que conoció a Lanata. Tampoco se había preguntado si era buen o mal entrenador. Cada día que practicaban, él pensaba que salía del paso como buenamente podía. Se alegró mucho de que sus enseñanzas fueran apreciadas y elogiadas. Eso subía un poco su autovaloración y autoestima.
- De acuerdo.-
Tras ese elogio, Roy y Lyz se pusieron, como había propuesto la maga, a realizar un ejercicio de ataque y bloqueo. Los golpes de Roy eran rápidos pero no usaba todo su potencial de ataque. Después de todo la maga recién comenzaba en estas disciplinas y no quería avasallarla.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 23rd Julio 2020, 20:29
Roy aceptó el duelo con una sonrisa amable. No esperaba menos de mi entrenador personal.
El pelirrojo siempre se mostraba abierto a nuevas propuestas con tal de mejorar el entrenamiento o hacerlo más entretenido para ambos. Además, sabía que era una buena manera de poner en práctica todo lo aprendido hasta la fecha.
También era el momento de demostrarme a mí misma que era capaz de hacerlo, que podía desenvolverme en una pelea real. Y que podría darme por satisfecha si me las ingeniaba para tumbar a mi querido entrenador. Aunque sólo fuera una vez.
Nos colocamos en posición, uno frente al otro sin apartar la mirada de nuestro oponente. Fui más consciente del peso de mi cuerpo que nunca, y deslicé los pies por el tatami para sentirme más ligera. Respiré hondo, concentrándome únicamente en el aire que subía y bajaba con lentitud por mis pulmones. El control de la respiración era algo básico para combatir, te hacía consciente de todas las partes de tu cuerpo que podías usar para el combate.
Y sin previo aviso, me adelanté para atacar a Roy de frente, con un puñetazo, para después asestarle con una patada lateral. Eso no supuso ningún reto para él, y contraatacó en micras de segundo sin apenas despeinarse. Lo siguiente fue tratar de esquivar los primeros golpes del pelirrojo, que aterrizaban poderosamente sobre mis brazos. Roy era rápido, pero una vez me acostumbre a su velocidad, me sentí más segura de mi misma esquivando sus ataques.
Nos intercambiábamos los puñetazos y las patadas de forma muy armónica, como una coreografía bien ensayada. Y es que Roy estaba siendo demasiado bueno conmigo. Me trataba con mucho cuidado y vigilaba de no hacerme daño con cualquier golpe que me daba. Sabía que podía resistir bien sus golpes, pero eso también me hacía sentir vulnerable. No quería que me tratara como una dama, ahora mismo yo era su contrincante… su enemiga...
— Sé que te estás conteniendo…— susurré, y entonces traté de forzar la máquina. A medida que el cuerpo se iba calentando con la pelea, sentí la adrenalina recorrer mis venas, y mis brazos se movían con mayor rapidez. Quería romper su defensa, siempre inquebrantable. Hacerle sudar un poco más. Ponérselo difícil aunque sólo fuera por un instante… y de pronto…
El siguiente golpe no lo vio venir. Fue más rápido de lo que él había esperado de mí. Me encantó ver esa sensación en su rostro, cómo abría los ojos, ligeramente sorprendido. Pero finalmente él fue más rápido que yo, y me detuvo el golpe a tiempo, cerrando su mano sobre mi puño. Por un momento pensé que mi mano llegaría a impactar en su costado, pero no fue así. En cambio, el arquero hizo un pequeño agarre para esquivarme, y sin querer, fui tan estúpida de darme de morros contra su codo, consiguiendo que mi nariz dejara escapar unas gotas de sangre que salpicaron mi rostro.
Eso alarmó a mi profesor de artes marciales, y yo aproveché ese pequeño instante de distracción para terminar con el agarre. Realicé la maniobra que él me había enseñado en clases anteriores, y nuestros cuerpos se enredaron el uno con el otro hasta que finalmente caímos juntos al tatami.
—¡Ja! ¡Te pillé!— esbocé una enorme sonrisa de satisfacción cuando por fin tuve al pelirrojo contra el suelo. En ese momento, estaba tan entusiasmada de haber conseguido hacerle un agarre a Roy, que no me di cuenta de su cercanía… hasta que dejó escapar un pequeño suspiro por culpa del empujón y después me sonrió.
Nuestros rostros jadeantes estaban a escasos centímetros el uno del otro, mirándonos con las pupilas ligeramente dilatadas a causa del ejercicio. Bajé lentamente la mirada hasta su boca, que dejó escapar un poco de aire por sus carnosos labios. Tragué saliva, fui demasiado consciente de lo peligrosa que estaba siendo esa situación. Del golpe de su aliento, del aroma y el calor de su piel contra la mía, y el suave balanceo de su pecho al coger y expulsar el aire por los pulmones.
Y de nuevo, ese hormigueo resurgió de mis entrañas, como un agradable cosquilleo de mariposas en el estómago. Mis manos se movieron solas, y mis dedos se cerraron sobre el pecho de Roy, agarrando su camiseta. Mi corazón latió aún más deprisa, y supe que no podía quedarme encima de él eternamente, a menos que quisiera demostrarle lo nerviosa que me ponía su cercanía. Y es que por un momento pensé en inclinarme sobre él y besarle sin pensar en las consecuencias. Pero eso no iba conmigo, no podía hacerlo sin darle algún tipo de explicación antes, sin violar su intimidad e ignorar su consentimiento. ¿Pero qué podía decirle? ¿Que nunca antes me había sentido atraída así por alguien? ¿Qué me había... enamorado de él? No, ni siquiera yo estaba segura de mis propios sentimientos. No estaba dispuesta a enfrentarme a ello todavía. A desentarrar todas esas emociones que surgían y me nublaban el raciocinio. A ponerlo en voz alta con mis propias palabras...
Yo era muy orgullosa, y quise ahorrarme la humillación de un rechazo tan patético como el que se acababa de dibujar en mi mente, en el caso de que consiguiera reunir el valor necesario para declararme. Era patética... ¿Cómo se me ocurría semejante cosa? ¿Cómo podía pensar siquiera que podría corresponderme? Él, que siempre estaba rodeado de súper-heroínas de cuerpos impresionantes y mentes brillantes. Como para fijarse en alguien tan normal como yo…
No.
Nuestros mundos estaban demasiados separados el uno del otro.
— Perdona... debo de estar aplastándote...— esbocé una sonrisa algo incómoda y me aparté de Roy con suavidad, volviendo a enterrar como si nada todos esos sentimientos que luchaban por seguir a flote. No iría bien. Nunca lo hacía. ¿Porqué iba a ser diferente con él?
— Bueno... ¿Qué te ha parecido, profe? ¿Lo he hecho bien?— le ofrecí la mano al arquero para ayudarle a levantarse, y después me llevé la otra mano a la nariz. Había olvidado por completo estaba sangrando y me sentí algo avergonzada. — Umh... ¿Tienes un pañuelo?
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Where are the people that accused me? The ones who beat me down and bruised me They hide just out of sight Can't face me in the light They'll return but I'll be stronger
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 12th Agosto 2020, 11:37
Roy se preparó para su duelo con Elysia. Sabía que no debía ser duro ni ir muy a saco. Tenía que tener en cuenta que la brujita azul había empezado recientemente a entrenar y que él llevaba ya una buena cantidad de años realizando deporte, entrenamientos y combate cuerpo a cuerpo. No podía exigirle a Lyz estar en el mismo nivel que él.
El combate empezó. Ambos contrincantes tomaron su lugar en el tatami. Soy le sonrió a su aprendiz para que se sintiera relajada. Una pelea podía ponerte nervioso y más al ser una de las primeras. Elyssia ya había practicado antes arte marciales. Por lo que seguro que esa situación no sería muy nueva para ella. El pelirrojo tenía una actitud bastante relajada y tranquila, como se mostraba habitualmente. Aunque esgrimiese esa actitud muy despreocupada no quería decir que no se tomase aquel combate en serio.
Elyssia empezó a hacer respiraciones. Roy se mantuvo en su sitio esperando a que la mujer diera el primer ataque. El dicho decía que quien golpea primero, golpea dos veces pero el arquero sabía que en ocasiones no es así. Quién es más audaz y rápido es quien tiene la ventaja. Da igual si has iniciado antes el movimiento. Si tú oponente es más rápido o más hábil puedes quedar en problemas.
Lyz le atacó con un puñetazo y una patada lateral que fueron bastante fáciles de esquivar para el arquero. Luego, Roy le lanzó una serie de golpes combinados entre puñetazos y esquives. No le dio mucha velocidad a su ataque para que la castaña pudiera ver el movimiento e intuir lo que iba a hacer. Pero los golpes impactaron en los brazos de Lyz. El pelirrojo volvió a lanzar otra ronda de puñetazos pero en esta ocasión no ocurrió como en el ataque anterior. Su rival se había acostumbrado a su ritmo y pudo esquivar los golpes.
Lyz y Roy siguieron durante un rato intercambiando ataques. Se iban esquivando y atacando sincronizados. Casi parecía una hermosa actuación coreografiada como las que se hacían en el capoeira. El arquero no había querido ponerle las cosas muy complicadas a su aprendiz y no había variado su ritmo de ataque. Lyz se dio cuenta de que no se estaba entregando al máximo. Roy sonrió un poco en plan pillado y culpable.
- Es que no puedo mostrar todas mis cartas en el primer combate, ¿Qué voy a dejar sino para el resto de sesiones?- comentó con su talante alegre y dicharachero.
A partir de entonces, Lyz empezó a moverse más rápido. Se estaba esforzando al máximo por ser una rival al nivel del arquero. Entonces, Roy incrementó sus ataques. Le puso más velocidad y audacia a sus ataques y sus movimientos. Quería ofrecerle un color mate digno y con el que la maga se sintiera plena.
De nueva cuenta la mujer puso el máximo empeño y aumentó la velocidad de ataque, sorprendiendo al pelirrojo. Sus ojos verdes se abrieron y se mostraron tan grandes, cristalinos y brillantes. Calculando la trayectoria del impacto,al final pudo detener ese movimiento que se le había pasado desapercibido. En ese bloqueo Lyz se dio contra su codo y Roy se preocupó. Fue a examinar la zona golpeada y la maga aprovechó para utilizar la consistencia del arquero contra él. El pelirrojo era mucho más grande y fuerte que Lyz. Esas cualidades del titán podían jugar en su contra en una lucha cuerpo a cuerpo. Existían técnicas para hacer caer a un oponente el doble de tu tamaño.
- Y eso es lo que se tiene que hacer. Usar cualquier distracción para inmovilizar a tu oponente.-
Roy se encontraba en el suelo y sobre él estaba su aprendiza. Sus cuerpos estaban tan cerca. Cansados y sudorosos. Sus respiraciones estaban agitadas. Sus corazones latían raudos. Los ojos verdes de Roy se perdían en los ojos electrizantes azules de Lyz. El pelirrojo sonrió de forma un inconsciente. Le pareció que la castaña era tan hermosamente mágica y llena de fortaleza y de vida. Era la mujer que siempre había estado buscando. Algo en su interior le decía que cediera al impulso y se dejase llevar. Qué aquel momento era el propio para lanzarse a besar de forma apasionada sus rojos labios. Se quedó un instante indeciso. Había recibido tantos golpes, tantos rechazos que sabía que su corazón no soportaría de nuevo no ser correspondido. Los dedos de Elyssia arreguñando su camiseta le hicieron dejar de pensar en lo herido que le había hecho estar entregar su corazón a quien no le amaba. Hizo un suave movimiento hacia delante, sin llegar a besar a su amada. No podía ignorar el hecho de que a Lyz no le gustaba el contacto físico. No se sentía bien cuando alguien la tocaba de forma improvisto. Tenía que pedirle consentimiento y para eso necesitaba una declaración apropiada. Iba a abrir la boca para empezar algo improvisado pero la castaña se levantó, dejándole un poco con cara de bobo.
- No seas tonta si yo peso más, no me aplastabad para nada. Además, a quien no le gusta estar debajo de un mujer.- guiñó su ojo derecho. Su tono era bromista. Como solía hacer cuando no se sentía seguro, convertir todo en una broma.
Tomó la mano que Lyz le ofrecía para levantarse.
-Ha sido una buena pelea. Ya casi te puedo soltar por la calle para que defiendas a ancianitas de ladronzuelos a golpe de artes marciales.- se rió cálidamente.- Claro.-
El pelirrojo fue hasta el perchero y revisó en su mochila. Antes no había tenido nada de eso, pero desde que era padre tenía un montón de cosas para aseo personal y cuidados como pañuelos de papel, toallitas húmedas para cara y manos, tiritas...
Elysia Stavridis Marvel Universe
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Mensajes : 344 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : Nueva York, ¿dónde sino? Empleo /Ocio : Dibujante de Cómics Humor : Sarcástico, el de siempre
Ficha de Personaje Alias: Nombre real: Elysia Stavridis Universo: Marvel
Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 30th Agosto 2020, 21:08
—No seas tonta, si yo peso más, no me aplastabas para nada. Además, ¿A quien no le gusta estar debajo de un mujer?
Ya, claro. Es que ESE es exactamente el problema en cuestión. Que podría haberme quedado abrazada sobre su regazo toda la tarde y todas las noche si tan solo me lo pidiera… pero tenía que centrarme y enfriar mi cabeza, porqué estaba empezando a pensar en muchas tonterías...
Y es que después de lo que me pasó con Alec, era la primera vez que me sentía atraída por un chico. Pero es que no era normal, porque aquella atracción parecía multiplicarse por diez cada vez que me encontraba cerca del pelirrojo. Si seguía así, un día de estos acabaría por darme un infarto. Tenía que parar aquella locura cuanto antes, si no quería salir herida como el resto de veces.
—Ha sido una buena pelea. Ya casi te puedo soltar por la calle para que defiendas a ancianitas de ladronzuelos a golpe de artes marciales. — sonreí, y tiré de él con las pocas fuerzas que me quedaban, hasta hacerle levantar del suelo.
— No estaría mal… estoy segura de que haríamos un buen equipo salvando gatitos de las copas de los árboles y ayudando a ancianitas a cruzar la calle… — seguí con su broma, pero en realidad lo pensaba en serio. Básicamente porque Roy y yo ya habíamos luchado codo con codo sin que el pelirrojo se hubiese percatado. Chroma y Arsenal hacían un buen equipo, sin duda alguna. Y me encantaría volver a tener la ocasión de luchar a su lado...
— Uau… — dije echándole un vistazo al interior de su mochila. Tenía mogollón de trastos ahí dentro, y en cuanto encontró el pañuelo me lo extendió rápidamente— ¿Eres Mary Poppins o algo así? — sonreí divertida, mientras me llevaba el trozo de tela a la nariz, para evitar que continuara el sangrado. Me sentía algo avergonzada por haber recibido ese golpe tan tonto. Si no me hubiese picado con él, esto no habría pasado. Claro que tampoco habríamos caído juntos sobre el tatami ni….
Elysia, haz el favor, y céntrate.
— Ha estado muy bien el entrenamiento de hoy, profe. — bastante bien, la verdad. Muy intenso— Y para no tener experiencia sigo diciendo que lo haces estupendamente. He aprendido un montón y creo que me siento con más confianza que antes...— confesé, lo cierto es que empezaba a notarme más fuerte y ágil, mis extremidades eran ahora más firmes y había aumentado mi capacidad de reacción ante una amenaza — Gracias… por todo lo que estás haciendo por mi y por dedicarme tu valioso tiempo.
Le miré tiernamente a los ojos, quizá no tuviera la mejor versión de mi misma en esos momentos, con eso del pañuelo en la nariz… pero me sentía tan cómoda con él que no era capaz de creerme lo feliz que me hacía el simple hecho de pasar tiempo con el pelirrojo.
— Bueno… ¿Y para cuando la siguiente ronda? Esta semana la tengo un poco liada, pero creo que la que viene podré quedar…
Empecé a recoger mis cosas y a guardar la toalla y el resto de utensilios en mi mochila. Por suerte, la nariz me había dejado de sangrar y mi cara ya presentaba mejor aspecto. Me guardé con cariño el pañuelo en uno de los bolsillos exteriores de mi mochila. Lo pondría a lavar en cuanto llegara a casa, y el próximo día se lo devolvería sin falta.
Era una pensamiento tonto, pero aquel gesto tan tierno y el hecho de tener algo suyo en mi posesión, algo tan simple como un pañuelo de tela... hacía que las mariposas de mi estómago empezaran a revolotear sin parar.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019] 14th Septiembre 2020, 23:53
La risa de Lyz con su comentario le hizo sentirse feliz. Le gustaba hacerla sonreír. La castaña le ayudó a levantarse y él la dedicó una preciosa sonrisa.
- Seriamos una patrulla vecinal la mar de resuelta y entretenida.- comentó graciosamente.
Se rió cálidamente con el comentario de Lyz sobre ser Mary Poppins. Siempre se anticipaba pero desde que había asumido el rol de padre muchísimo más. Cuando tenías un bebé era normal llevar de todo. No sabías lo que podía hacer tú pequeño descendiente y como iba ensuciarse.
- Me gusta ser un chico preparado. Nunca se sabe lo que puede ocurrir.-
El pelirrojo había estado tan centrado en el entrenamiento que se le había pasado la oportunidad de contarle a Elysia sobre su hija. El momento de irse a casa cuando ambos estaban cansados y exhaustos no le parecía la mejor ocasión para decirle a su amiga el complejo tema de Lian. Se riñó mentalmente. Tendría que afrontar esa conversación otro día. No era sería un tema tan complejo si la maga no estuviera muy profundamente en su corazón. Si no estuviera tan colgado de la morena no le resultaría tan difícil decirle que tenía un retoño. Cuando buscabas pareja los hijos eran algo a tener mucho en cuenta. Sobre todo cuando eras la parte quién no los tenía. Los solteros y solteras sin hijos a veces eran muy reticentes a ennoviarse con alguien que tenía descendencia.
- Me alegro que te haya gustado y que hayas aprendido tanto. - Era la primera vez que impartía clases de artes marciales a alguien. Era un descubrimiento saber que era bueno enseñando. Quizá pudiera mentorizar a alguien algún día o dedicarse a la enseñanza cuando se aburriera de su trabajo de mantenimiento de los equipos gubernamentales. - No es nada. Me gusta poder ayudarte con lo que sé. Además, me divierto mucho contigo. -
Sus miradas coincidieron y Roy sonrió. El arquero sintió como si le recorriera una corriente eléctrica. Había una innegable conexión entre ellos pero aún Roy no se sentía preparado para dar el salto. Aún pesaban sus desengaños amorosos. El abandono de Kory y su amor imposible por Artemis. Siempre que sentía algo por alguna femenina de alguna forma u otra se torcía. Le hacía sentir que no era alguien hecho para el amor.
- Yo la siguiente creo que tengo un par de días libres. Nos vamos mensajeando y lo vemos-
Roy también empezó a recoger sus cosas, preparándose para irse. - Oye, puedes agregarme al Facebook si tienes. Es Roy Harper y la foto soy yo con una de mis peculiares gorras.- comentó simpática mente el pelirrojo mientras salían del gimnasio.
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Tema: Re: Nunca más bajo la nieve (Roy Harper) [16/03/2019]