Narrado en arcilla (Billy & Cassandra ) [12 de abril de 2019 en Nueva York]

El famoso Museo Guggenheim con sedes en varios puntos del mundo, mostraba orgulloso una selección de  obras cerámicas que narraba de forma sublime la vida cotidiana y la religiosidad de la época clásica griega. La sede  de la ciudad de Nueva York, ubicada en el Upper East Side, había requerido a la experta en historia de Grecia Antigua Helena Sandsmark a trabajar y estar presente en la primera semana de la exposición la vida y creencias griegas a través de la cerámica. La arqueóloga e historiadora estaba orgullosamente feliz de que un museo tan galardonado, famoso y de éxito mundial se fijase en su trabajo y la hubiera llamado para trabajar junto con otros grandes expertos.


Helena era un mujer plenamente adulta que se mostraba elegantemente inteligente y bella. Su edad no hacía mella en los atributos que hacían a los hombres y mujeres enamorarse de ella. Era  morena, alta y deliciosamente delgada. Su fisonomía elegante y sus atractivos rasgos hacen que destacase. Su porte seria peor amable invitaba al diálogo. Siempre vestía con ropas formales. Cuando no era con un traje de chaqueta y pantalón era con un traje de chaqueta y falda.

Los objetos de cerámica han sido de mucha utilidad a los historiadores y arqueólogos para
conocer algo de la vida cotidiana y de la mentalidad de los antiguos griegos. Esto se debe a no sólo a la utilidad del objeto en sí mismo sino también a través de las esmeradas y profusas decoraciones. Las imágenes que se plasmaban en las cerámicas son un retrato vivo de los antiguos griegos. en muchas ocasiones la información de estas imágenes ha sido complementada con los escritos.

Los restos cerámicos que se han conservado nos narran con una maravillosa veracidad los puntos claves de la vida de todo ciudadano de la Antigua Grecia. La cerámica nos cuenta sobre la infancia, la educación de los niños y jóvenes, la importancia de la educación física en la vida de los varones, la preocupación primordial por el aspecto, la vida de la mujer, los trabajos que realizaban las mujeres, la importancia de la política en la vida de los hombres, el riguroso significado de amor a la polis, las creencias, los ritos religiosos ...

La madre de Cassandra era sobre todo especialista en los Dioses Griegos. Fue en principio una pasión de conocimiento que más tarde impregnó toda su vida. Era curioso como su amor y fascinación por los mundos y dioses helénicos le había traído como resultado una hija cuyo progenitor era la principal figura del panteón olímpico. El hombre del que se enamoró resultó ser Zeus y le brindó lo más precioso que tenía en su vida; su preciada y maravillosa hija Cassandra. Su hija era lo que más quería Helena en su vida. había sido duro criarla sin la figura de otro progenitor pero se había esforzado por darle a su descendiente lo mejor tanto en afecto y cuidados como en cosas materiales. Sabía que desde lo alto del cielo el dios de rayo velaba por ellas pero no quería depender de los favores de las divinidades. Si bien un día amó a ese hombre que era el padre de su hija, ahora no existía ese apasionado y tierno amor que tuvo en su juventud. Helena tenía con Zeus una relación parecida a un divorcio, si se puede estar divorciada de un dios que estaba ya casado con otra diosa y no con ella. por lo tanto, no podía depender mucho de él. Se alegraba que mirase por el bienestar de Cassie. No obstante, no quería deberle muchos favores.

La segunda Wonder Girl había decidido acompañar a su madre en el viaje.  Después de todo lo que había acontecido tanto a nivel personal como a nivel social quería pasar tiempo con su progenitora. La advertencia de su padre, sus nuevos recuerdos y los ataques globales de monstruosas criaturas eran cosas para las que no te preparan ni en la escuela ni en ningún sitio. Fingir que tenía una vida normal, bueno vida normal para alguien con padre o madre historiadores, la hacía sentirse un tanto más cómoda y segura. Iba afrontando y asimilando la situación del mundo poco a poco. Trataba de entender cómo encajar las piezas para que la confusión dejase de reinar.

A Helena no le hacía gracia que Cassie faltase a clase pero como estaba sacando buenas notas y no había tenido incidentes en un largo periodo, accedió a dejar que su hija la acompañase. Además, aunque la menor tratase de aparentar que estaba bien estaba lidiando con algo. No quería presionarla. Sabía que cuando fuera el momento de hablar, se lo contaría. Seguramente la vendría bien un tiempo fuera y desconectar de la rutina para renovar fuerzas y tener un visión más amplia del problema.

Con el objetivo de pasar el mayor tiempo posible con Helena, Cassandra la había acompañado en el viaje en avión. En otras ocasiones la heroína adolescente usaba sus poderes para desplazarse al lugar donde estuviera trabajando su madre. Helena y Cassie siempre habían tenido buena relación. La mayor era un mujer estricta aunque tolerante. A menudo la convivencia era pacífica y charlaban sobre multitud de temas. Compartían gustos y aficiones. Helena se sentía un poco preocupada porque  Cassie estaba en una edad difícil; las hormonas, las decisiones para encaminar el futuro, la crisis propia de la adolescencia … Muchos factores que hacía que la etapa de los doce a los veinte fueran ocho años de rebeldía y descontrol. Pero su hija  era responsable.

El Guggenheim abría sus puertas a las diez de la mañana. Por eso, Cassie y helena se levantaron sobre las ocho y media para estar listas para la apertura de la exposición. El hotel donde se hospedaban no quedaba lejos del museo y decidieron hacer el camino hasta él caminando. Al estar frente al emblemático edificio Cassie admiró la gran obra arquitectónica de Frank Lloyd Wright. Su diseño lleno de curvas y las formas orgánicas del cilindro blanco resaltan entre las líneas cuadrangulares de los rascacielos de la urbe. dramáticamente con la cuadriculada Manhattan. Madre e hija se adentraron en el edificio. Observaron su inusitado interior: un gran vacío blanco, coronado por un domo de cristal y circunscrito por una rampa en espiral, por donde el visitante asciende a los distintos pisos del museo. La idea de Lloyd Wright  era que el edificio fuera un templo para el espíritu. A la amazona sin duda se lo pareció. Su madre se dirigió a una reunión con el equipo para organizarse  y repartir el trabajo. Mientras tanto, Cassie se quedó sola caminando por las diferentes exposiciones del museo.

En aquellas vasijas, platos, ánforas, cráteras, lutróforos y demás piezas cerámicas que exponía el museo se narraban tanto escenas de la vida cotidiana como las historias  de los dioses. Había cerámicas con ritos y sacrificios religiosos. En algunas se mostraba como desangraban animales. Escenas de hombres y mujeres consultando a oráculos. Personas realizando libaciones. Vasos funerarios donde se mostraban los dioses gemelos Hipnos y Tánatos. También había de escenas mitológicas como Ulises y las Sirenas, los trabajos de Hércules, Teseo saliendo del laberinto de Minos, el rapto de Cassandra por Áyax, Apolo y Ártemis asaetando a los hijos de Níobe, Jason y el vellocino de oro, Edipo y la esfinge, etc.

Había muchas y variadas escenas de dioses y diosas en multitud de actitudes y contando multitud de historias. Cassie se adentró en la sala que tenía la exposición en la que madre estaba trabajando. Cassandra miraba cada escena dibujada en la arcilla unos segundos y pasaba a la siguiente. Esa era la historia del pueblo del que por parte de padre procedía. Historias que le narraba su madre desde la cuna. Narraciones que creía ficticias de un pueblo que no conocía la ciencia y se basaba en mitos para explicarlo todo. Pero al conocer a Diana y luego a su progenitor se dio cuenta de que esas narraciones eran muy reales.

Así lo estuvo haciendo durante un largo período de tiempo hasta que llegó a una imagen de su padre. Zeus ataviado con el poderoso rayo. No supo porque pero en aquel instante al ver una de las tantas representaciones que tenía el Señor del Olimpo se puso a pensar en la situación del mundo. En la tierra estaba teniendo lugar una invasión demoníaca. Lo que estaba aconteciendo quizá tuviera que ver con las crípticas palabras que le dejó su progenitor.

“ Sólo quiero que estés preparada para lo que está por llegar. Que sepas cómo usar tus poderes en caso de que tuvieras que tomar el relevo en el panteón.”

Las palabras de su padre resonaban una y otra vez  en su cabeza. ¿Qué sabía Cassie de los dioses? Que eran egoístas, caprichosos, se comportan como niños mimados y las liaban siempre muy pardas. Raramente ayudaban a los humanos y cuando lo hacían era para conseguir sus propios fines. ¿Qué sabía ella de llevar un panteón? Absolutamente nada.  No quería el legado de Zeus. No quería caer en su influjo ni siquiera parecérsele. Por desgracia era más similar a su padre de lo que ella desearía. Era rubia y canónicamente atractiva como el señor de los dioses griegos. Pero no sólo se asemejaba en algo físico. También era impetuosa, airada y con una furia de mil demonios cuando se enfadaba. Justo como Zeus.  De él procedían esos poderes con los que se ganó su sitio en la comunidad heróica.  ¿Habría entrado a formar parte de Young Justice o de los Teen Titans si no tuviera aquellos atributos de la raza divina? Se preguntaba si debía a los Doce Griegos ensalzar y reconstruir tanto su templo como su cultura. Ahora sentía más que nunca que no estaba  preparada para ser líder de nadie. ¿Por qué le gustaba tanto a su padre poner a prueba a sus hijos?¿ no le bastaba con sus larga lista de hijos semidioses-héroes?  Eran tiempos modernos, ya no se tenían descendientes para que cumplieran tus expectativas o perpetuaran el legado familiar.

Era cierto que ella había elegido ser justiciera adolescente antes de conocer que provenía de un linaje divino. Había pedido al rey de los dioses que le diera poder para poder ayudar a la gente. Suspiró con resignación. Era ella quien antes de todo se había metido en aquel fregado. no podía echarle las culpas a su padre por ser como casi todos sus medio hermanos alguien tendente a hacer el bien y salvar al mundo. Pero en esa nueva realidad estaba muy perdida y sin su equipo no sabía qué hacer. Estaba sola ante el peligro y no se creía tan valiente como para afrontar la adversidad sin la ayuda de nadie.

Estaba absorta mirando aquel trozo de cerámica con la efigie de su progenitor que no se dio cuenta de la proximidad del moreno. Cuando este muchacho habló, ella se exaltó un poco. Se rió ante el comentario. La verdad que a Cassandra la gustaba el poder del relámpago.

-Es un poder que molaría pero hay que tener cuidado. Zeus calcinó a su primera esposa al hacer alarde del poder del rayo.- La arrogancia había dejado al señor del olimpo viudo. La arrogancia y el poder era una mala combinación. Otro defecto que sumar a su lista de las divinidades.

Sus ojos azules miraron al muchacho que la había hablado. Tenía apariencia de ser un chico bastante agradable. Hizo un repaso rápido de sus rasgos; su cara le recordaba a alguien pero no podía concretar a quién se asemejaba aquel moreno.

-Soy Cassie, mi madre dirige esta exposición.- se presentó la semidiosa.

A la rubia le pareció agradable ese chico moreno que se la acercó con aquella afirmación sobre su padre. Cassandra pensó en el momento en que sus ojos se cruzaron que tal vez entablar una conversación con alguien ajeno a su mundo y al caos que en aquel momento lo envolvía, quizá le viniera bien. Alguien nuevo y ajeno así mundo heroico con quién poder traer un poco de tranquilidad y normalidad a su vida. Así se distraería un momento de sus preocupaciones y tal vez su mente se relajaría un poco. Quizá sí no estaba constantemente preocupada por cómo, qué, por qué le había acontecido al universo y dónde estaban sus amigos, su equipo y sus seres queridos desaparecidos la solución se hiciera más clara.  A veces las respuestas llegaban sin más, cuando no las estabas buscando.

Asintió con la cabeza respondiendo de esta forma gestual la pregunta del otro adolescente.. No sabía si era real. Pero es lo que decían las leyendas. Tampoco iba a ponerse a debatir con un joven desconocido sobre la ausencia o presencia de dioses griegos en el universo. Para la gran mayoría de la población mundial, los dioses olímpicos eran una ficción del pasado. Algo que nació para darle explicación a un universo que no tenía sentido. La alumna de Wonder Woman no sabía que se encontraba ante la identidad civil de Shazam. Si lo hubiera sabido quizá hubiera comentado algo sobre los dioses griegos a los que conocía, pero su padre no era con quien tenía más trato del panteón griego. Seguramente aquel héroe, debido al origen de su poder, sabía que aquellos mitos eran muy reales.

Se encogió de hombros. - Supongo. Aunque la vida de los dioses debe ser muy larga y cuando tienes tanto tiempo se puede superar. Aunque  con lo mujeriego de Zeus, según las historias, lo debió superar pronto.
- Su progenitor por lo que la constaba, no sabía si eran ciertos todos sus amoríos pero algunos como el de Alcmena, era muy enamoradizo.

- Un placer. - contestó Cassandra tomando la mano que el moreno le ofrecía y estrechándosela vigorosamente.

- Algo sé- pronunció no queriendo parecer muy pedante o presentuosa. Ni asustar con su origen o su obsesión con los dioses griegos a al recién conocido Billy. - No, mi madre es arqueóloga e historiadora.  - Aunque también ofrecía charlas y conferencias, el principal trabajo de Helena no era ser educadora. -Mi conocimiento sobre los mitos griegos es como intuyes un defecto de fábrica. - dijo con una jovial broma.

Si Billy hubiera expresado su ocurrencia en alto Cassie se se hubiera leído. Era un comentario que ella se hubiera esperado de Bart. Al velocista le encantaban los videojuegos. Le habría hecho sentir entre cariño y nostalgia. No sabía dónde se encontraban sus amigos y compañeros de su equipo en esos caóticos días. Eso la tenía preocupada. Pero aquel no era el momento para ponerse triste. Tampoco quería deprimir a ese muchacho simpático que acababa de conocer. Estaban teniendo un momento muy agradable y no quería estropearlo.

- Indiana Jones es más divertido y aventurero que mi madre, eso es seguro - comentó la rubia con gracia.

Las expediciones arqueológicas a las que iba Helena Sandsmark no estaban llenas de nazis, descendientes de estos, gánsters chinos o agentes secretos de la unión soviética. Tampoco la contrataba el gobierno o empresas privadas para búsquedas legendarias de objetos místicos históricos como el Arca de la Alianza, el Santo Grial, encontrar la ciudad de El Dorado. Todo estaba más organizado y reglado en el mundo de su madre.

Pero sí que había vivido una aventura en una excavación pero no con su madre. Sino con una pareja, Vijay y Rani, amigos de su progenitora. Vijay y Rani tenían una hija, Kieran, que se había convertido en amiga de Cassie. Los padres de Kieran habían trabajado mucho con su madre. Un día los padres de Kieran desaparecieron en las ruinas de Mohenjo-Daro y los jóvenes titanes acudieron a ayudar a Kieran. En esa ocasión se enfrentaron a un demonio Indú.

- No a todo el mundo le resulta interesante que sepa tanto. A algunas personas les parece más bien aburrido.-

El moreno mencionó que sus padres también habían sido arqueólogos. El uso del pasado, le daba la connotación a la amazona honorífica que ya no estaban. No quería hacer gala de malas costumbres preguntando por algo tan personal, íntimo y sensible cuando apenas se conocían.

- La mitología egipcia es muy rica en historias, significados y símbolos. Suena muy chulo. -

Luego Billy mencionó a su tío y que era mago. Eso sonaba bastante interesante y divertido.

-Es que hay que ser muy hábil y rápido con las manos para dedicarse a la magia. No sé si yo sabía hacerlo.-

La parte aventurera de Helena se había apaciguado con los años. Estaba ahí cuando iba a expediciones en países lejanos. Pero al ser madre ya no arriesgaba tanto como antes. Desde que nació Cassandra era consciente que su hija dependía de ella. Tenía que hacer un doble trabajo porque su padre Zeus no podía ejercer su rol paterno. A su hija quizá le parecía aburrida pero aunque ya no se exponía tanto, no había perdido su vitalidad y su chispa. Aún era apasionada y carismática. Era culta e interesante. Una mujer que mediana edad que aún seguía levantando muchas pasiones.

- Eres un poco nerd - se rió. No lo decía de forma despectiva. - Me gusta aprender. Además es útil. Pero también me va la acción. ¿Qué es la vida sin arriesgarse un poco?-

Cassie no era tan impulsiva como lo fue Conner tras escapar de Cadmus o cómo lo seguía siendo Bart. Tampoco era tan concienzuda y previsora como Tim. Era algo intermedio entre la preocupación y el riesgo. Sabía que en la vida había que esforzarse y lo hacía. Pero no le faltaba su parte temeraria al enfrentarse a villanos o al hacer frente a injusticias o al faltar a clase si la rutina la agobiaba.

- Estoy más que dispuesta a contarte las historias que conozco. - Sacó un papel y apuntó su número.- Escríbeme y quedamos un día para contar historias o hacer algo chulo.- propuso Cassie animada. Billy le caía bien. Era majo y responsable. Necesitaba salir y distraerse un poco para no pensar todo el día en los acontecimientos que pasaban en el mundo. Pero sobretodo necesitaba una mano amiga que la apoyase, ahora que no sabía dónde se encontraban ni su novio ni sus amigos.

-Su cultura, sus costumbres y su mitología son muy enriquecedoras.-

Billy parecía muy emocionado con la cultura egipcia y Cassie le dejó hablar, prestando atención y asintiendo a lo que el moreno decía. A continuación empezó a narrarle los ritos funerarios. En concreto la forma que tenían de preparar al difunto quitándole los órganos. A Cassie le resultó un poco desagradable como procedían a quitarle el cerebro.

-Eso es un poco creepy- se rió sin darle mucha importancia a que hubiera contado cómo se extraía un cerebro.

Ante la disculpa del muchacho hizo un ademán con la mano. -No te preocupes. No creo que sea malo dejarse llevar por tus pasiones. ¿Tienes pensado estudiar historia y arqueología en la universidad?-

Luego el chico le habló sobre magia y Cassie le escuchó con atención.

- Seguro que es como todo, que hay que entrenar bastante hasta que pillas el truco.- se rió un poco de ese chiste improvisado que le había salido.

Cassandra no dijo lo de nerd como algo malo. Después de todo, sus amigos y seres queridos no eran cada uno de su padre y de su madre. Incluso ella misma era rara. Había que admitir que las personas de su círculo cercano no eran la cúspide de lo que la sociedad veía como lo normal y el modelo de ciudadano a seguir.

- Todos somos algo nerds en algo- comentó de forma simpática la rubia. - Supongo que aún tienes tiempo.- Comentó suponiendo por las apariencias que el muchacho aún no estaba en último año. Parecía que Billy era un poquito más joven que ella. - Piensa en algo que nos te aburras hacer y que puedas hacer durante toda tu vida laboral.- Helena había hecho que Cassie fuera independiente y tuviera muy presente que tendría que vivir de su trabajo. Que era duro ser adulto y que para llevar la vida que una desea hay que labrarse un futuro. Hay que tomar buenas decisiones y encaminadas hacia el sueño que queremos lograr.

Cassie le sonrió cálidamente. - Sí. Voy a estudiar historia y arqueología. Me gusta mucho el estudio de las civilizaciones pasadas y creo que las excavaciones pueden ser divertidas.-

Para Cassie había sido casi natural elegir a lo que iba a dedicarse. Desde su más tierna infancia había sentido fascinación por los tesoros enterrados y perdidos en el tiempo de otras culturas. Como si la ardientemente voluntad de fuego de su madre se trasmitiera a ella y Cassie debiera continuar su labor arqueológica y de estudio.

También tenía muy claro que le gustaba ayudar a los demás,  emprender emocionantes misiones heroicas, defender de las injusticias a los desvalidos y continuar el honorable legado heroíco y guerrero de las amazonas. Pero eso era algo que no podía exponer al público. Era algo que como todo justiciero sabía, tenía que quedarse al margen de tu vida. En una zona oculta sin ser conocido más que por las personas de más confianza.

Tras  la breve  y profunda charla sobre el futuro, Cassie escribió su número al moreno y se lo dió. Billy era un muchacho muy agradable y a la rubia le gustaría volver a quedar con él. Luego el juego ven escribió en uno de los papeles de su agenda las direcciones de todas sus redes de contacto. Habían pasado un rato muy agradable pero ya era hora de la despedida.  El grupo de Billy estaba a punto de finalizar su visita al museo y por el lado de Cassie, su madre la estaba esperando.

-nos vemos- dijo despidiéndose con la mano