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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019)
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Lobo Feroz Vértigo Universe
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Tema: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 29th Septiembre 2015, 14:40
0:00 am
- A todas las unidades, poneos en vuestros puestos. El invitado de honor está a punto de llegar. - ¡Roger, roger!
El helicóptero viró levemente, cambiando su rumbo, volando por encima de aquellas torres de cristal en que se habían convertido los edificios de Nueva York. Dentro del helicóptero, los soldados preparaban sus rezos, sus armas y sus agallas. El helicóptero volvió a virar y empezó a descender, casi rozando el tejado de uno de aquellos edificios.
- ¡Luz verde! ¡Vamos, vamos, vamos!
Uno a uno los soldados descendieron por la cuerda del helicóptero hasta ponerse encima de los tejados y cubriendo todos los flancos de aquel pilar blanco y reflectante. Desde otros edificios se encendieron focos que iluminaron los cielos y las calles, buscando los objetivos que habría que derribar aquella noche. Habían peleado en muchas guerras aquellos soldados y todos y cada uno de ellos lo hizo al lado de Lobo Feroz. Todos ellos tenían una deuda que saldar con sus vidas con aquel viejo cascarrabias, y como la última vez, cuando tuvieron que invadir las Tierras Natales para derrotar al Adversario de su propio universo, no se negaron a la llamada. Habían visto morir a muchos de sus amigos y si hacía falta morirían por sus camaradas y por la salvación de Nueva York y de Villa Fábula. La sangre se paga con sangre se dice, y las deudas de vida, con la vida propia.
Crearon así un perímetro alrededor de Villa Fábula, iluminando cielo y suelo, listos para la llegada del Adversario. Los informes decían que entre su ejército se encontraban seres alados y que podrían usarlos como monturas para atacarlos desde arriba. Había que cubrir todos los flancos posibles para que la noche no se convirtiera en una pesadilla.
Las mirillas de los francotiradores reflejaban los ojos de éstos, dispuestos a abatir todo aquello que volara y no fuera de metal. Sin embargo, cuanto más esperaban y cuanto más se preparaban para la batalla, sentían que algo no iba bien: demasiado silencio para un ejército que, según los informes, atacarían a la media noche.
¿Dónde estaban?
[FDI: El orden de posteo será según entren en el post, es decir, si ahora contesta Tony, después Arturo y después Jonathan, ese será el orden a seguir. Así mismo, cada jugador tiene un plazo de una semana para contestar desde que el anterior jugador escribió su aportación. Si pasa una semana sin ninguna notificación por parte del jugador que le toque responder y no hay ninguna respuesta, se salta el turno.]
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 30th Septiembre 2015, 13:14
Señor todas las fuerzas en posición, se escuchó por la radió del puesto de mando del bloqueo de Villa Fábula, el millonario llevaba allí dos horas discutiendo con el general a cargo de la operación, un tipo que era firme defensor de que si las cosas se ponían feas el uso de una cabeza termonuclear podría considerarse aceptable, ¿por que había tantos de estos inútiles sueltos últimamente? ¿era cosa de la colisión o se habían reproducido como setas?
General, le repito que una sola baja civil ya no es algo aceptable para mí, y le repito también que en esta batalla esos “engendros” como usted insiste en llamarlos, son nuestros aliados, NO esta autorizado el uso de fuerza contra ellos salvo que hagan un ataque directo contra nuestras fuerzas o civiles estadounidenses y no es algo que vaya a repetir una sola vez más, soy el ministro de defensa y represento en esto al Presidente de los Estados Unidos de América, ¿le ha quedado suficientemente claro General Wilcott?, Tony estaba furioso, furioso por la estupidez de este general, furioso por la estrechez de miras de la gente de su país, furioso por no poder estar al otro lado del bloqueo y tener que estar aquí perdiendo el tiempo con un atajo de idiotas y furioso consigo mismo por dejarse arrastrar a esta posición.
El General Wilcott estaba rojo de ira, pero consiguió no replicar a su superior, que les había prohibido intervenir salvo que algo cruzara el bloqueo, incluso les había dado ordenes de acoger a las fabulas heridas y atenderlas, los últimos informes indicaban que había un ejercito ahí dentro, no solo de bichos raros, mutantes y demás parafernalia, sino que un grupo de humanos renegados y mercenarios les apoyaba, armamento pesado al parecer, pero al excéntrico millonario no parecía importarle, él haría su trabajo y si un político, empresario o ambas cosas se ponía en su camino... bueno, siempre había balas perdidas en la guerra, Muy claro señor ministro, tengo mis ordenes y sabré cumplirlas, se lo aseguro, contestó el general al cabo de unos segundos.
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Arturo Lizarraga
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 1st Octubre 2015, 09:38
10:15 am
Hoy es un buen día, los casos para el trabajo son constantes y de vez en cuando un descanso de 24 horas no hará daño a nadie, así que ¿porque no darse un gusto para ver alguna película?
-Ésto es un comunicado de extrema urgencia--vamos, cambiemos canal, seguro que esto solo un informe de gobierno o algo parecido, pero en cada maldito canal sale la misma mujer con su mensaje--hoy a la media noche, Nueva York será atacada por una fuerza invasora--¿que? ¿desde cuando un ataque es avisado? se quien sea tendría que estar demasiado seguro de su victoria como para dar ventaja....pero algo me llama la atención, dicen ser de Villa Fabula, desde lo ocurrido en el Mercado Troll he estado tratando de encontrarlos sin pista concluyente alguna pero aparece alguien entre escena y escupo algo de jugo de naranja al ver a Tony a lado de la mujer auto-denominada Blancanieves, no puede ser cierto, no ha pasado una semana desde que comencé la búsqueda y él me gana el hecho de haberles encontrado, se podría decir que es una vergüenza de mi parte haber perdido de esa forma, tks ni modo.
Un breve resumen de su historia en contra del Adversario y el choque de universos no ha pasado de moda y no lo hará en un largo tiempo, no dudo que haya afectado mas cosas como la magia en esa reunión en Enero. Por lo pronto solo voy a dar una revisada a la zona donde se ubica Villa Fabula, ahora se ha convertido en el centro de discusión de las redes sociales sobre si son reales o un truco de marketing de alguna película o algo por el estilo.
11:56 pm
Me paso el día viendo como llegan militares y acordonan la zona, también policías para mantener el orden circundante, ya al caer el sol no hay rastro de trafico por lo menos a medio kilómetro y poco mas, pero lejos de ahí, las vicisitudes de la vida nocturna seguían como siempre, yo mismo estoy con algo de duda sobre la veracidad del comunicado, pero la presencia de Tony ya da algo de crédito, le conozco poco pero se no cree mucho en lo sobrenatural y cuentos vivientes creo que menos, por lo tanto dar una revisada no hará daño a nadie ¿no?.
Así que me acerco mas, usando parkour entre los edificios, veo como varios escuadrones se ponen en posición tanto en la calle como en los edificios, yo por mi parte uso mi katana para volverme invisible, puede ser de noche pero todavía hay luces artificiales y eso basta para que el efecto se produzca, con mi entrenamiento paso sigilosamente entre los soldados, de momento habrá que quedarse entre las sombras para ver que sucede y después decidir que hacer si la supuesta invasión llega a ocurrir...mierda, ¿porque de repente hay mas frío de lo habitual? ha bajado demasiado deprisa, no es natural.
La coincidencias empiezan a tornarse algo mas ahora.
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Jonathan Smith
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 9th Octubre 2015, 18:34
Villa Fabula...¿Que decir sobre aquella zona? Fue una de las tantas que llego con la Colisión de Universos, está en particular apareciendo dentro de New York. Al igual que con todas las demás ciudades, su presencia había generado cierta tensión entre los habitantes de esta y los de New York; la diferencia clave radicaba en que, a diferencia de la gran mayoría de las demás ciudades, que para esta fecha ya se habían acostumbrado a la idea de tener que compartir casa con sus nuevos vecinos, los de esta ciudad aun no se habían querido hacer a la idea de que una porción de ella ya no les pertenecía. Para empeorar las cosas, los habitantes de esta peculiar zona resultaron ser, tal y como el nombre lo indicaba, fabulas literalmente salidas de los cuentos de hadas y las películas animadas infantiles. Desde luego esta no fue la conclusión a la que yo llegue, puesto que mi infancia no fue precisamente la más normal de modo que nunca tuve acceso a esos relatos infantiles, ahí es donde entro la prensa, la cual no escatimo en tiempo para explicar el origen y nombre de cada una de las fabulas registradas hasta el momento. Como si el hecho de ser una villa salida de la nada que reclamaba parte de la tierra norteamericana para si no fuese suficiente problema, también estaba el hecho de que dicha villa en cuestión estaba poblada por criaturas mágicas y seres sobrenaturales, tornando el asunto mucho más delicado. Las fabulas pasaron a convertirse demasiado rápido en el equivalente a inmigrantes ilegales e indeseados, teniendo que afrontar el temor y el odio por igual de la sociedad, mientras los políticos en las altas esferas se debatían por qué hacer con ellos. El hecho de tener entre sus filas a algunos seres catalogados por los medios como "lo suficientemente poderosos para que su mera existencia represente un riesgo a la salud pública" no les ayudaba mucho tampoco. Por mi parte, no estaba de ninguno de los dos lados. Todo este escándalo había surgido por la incapacidad de las personas, fabulas y humanos por igual, de aceptar el hecho de que este ya no era su universo, estas no eran sus tierras, y cualquier derecho que hubiesen podido tener en sus respectivos universos, dígase el derecho de Villa Fabula o de los neoyorkinos a una porción de tierra americana, no existía en Omega. A pesar de todo, si tuviese que elegir un lado, me iría con las fabulas: al menos ellos habían comprendido en parte la delicadeza de la situación lo suficiente como para no ser los primeros en ir y amenazar "echar a los intrusos a la fuerza".
Desgraciadamente para todos, el hecho de que las fabulas hubiesen aceptado de buena gana convivir con los humanos en New York no implicaba que estos hicieran lo mismo. Y como si todo lo antes mencionado no fuese suficiente problema, al parecer un antiguo enemigo de las fabulas se las había arreglado para llegar al nuevo universo. Un conquistador conocido como "El Adversario", cuyo deseo era la destrucción/dominación total de Villa Fabula, planeaba atacar New York a la medianoche de ese mismo día. La mujer conocida como "Blanca nieves", quien ya se había presentado como la cara publica de la villa en contadas ocasiones, salió en televisión advirtiendo de la llegada de este enemigo. Muchos le hicieron caso y corrieron a refugiarse en sus casas; otros por el contrario, creyendo que se trataba de una mentira o simplemente ignorando el peligro, no se preocuparon demasiado en no salir esa noche. Al menos el gobierno se tomo en serio esa advertencia, pues en cosa de unas horas ya habían desplegado a una buena parte del ejército y la policía para defender la ciudad, e inclusive varios mercenarios humanos según tenía entendido se habían unido a la defensa de la villa. De hecho, tenía entendido que inclusive algunos superhéroes habían llegado a escena para defender la ciudad, entre los que destacaba, como siempre, Iron Man (un hombre con quien ya me había encontrado demasiadas veces, por más que constantemente deseara no hacerlo.) Lo que me sorprendió en realidad fue el escaso número de héroes que acudieron: solo había un vengador presente, y nadie de la Liga de la Justicia; curioso.
Ante la falta de individuos de gran poder, la cual representaba tanto un riesgo para los ciudadanos como una ventaja para personas como yo que se encontraban en muchas listas negras, decidí que no sería mala idea pasarme por el campo de batalla. Los riesgos de bajas civiles eran demasiadas. Si el Adversario ganaba, toda New York estaba perdida, si las fabulas ganaban la ciudad se salvaba; no hay que ser un genio para saber cuál es la mejor opción. También cabía la posibilidad de que todo fuese una mentira, pero francamente lo dudaba. No tenía sentido para Blanca nieves arriesgarse a empeorar aún más las relaciones con EEUU en vano. Fue por eso que salí casi disparado de mi casa, cargue varios kilos de armas en una de mis camionetas, y conduje casi sin parar hasta llegar al lugar en cuestión. Por fortuna me encontraba en la ciudad realizando una operación de exterminio de los remanentes de un cartel de drogas que venía persiguiendo desde Chicago, de modo que no me fue demasiado difícil llegar al lugar en cuestión. Arribe muchas horas antes del ataque, para tener tiempo para prepararme. En otras circunstancias hubiese arribado un día antes, pero el mensaje había llegado demasiado tarde como para hacer eso. Después de examinar el terreno y comprobar que no faltaban tropas en las calles, opte por participar en el combate de un modo más indirecto.
Deje mi camioneta metida en el estacionamiento de un edificio de los más altos de la zona. Le pague de mas a un par de guardias para que me dejaran estacionarme allí, y despejaran la zona del edificio que daba a la azotea; también pude hacerme con una copia de la llave de seguridad a cambio de no mostrarle a nadie la grabación que hice de ellos aceptando mis sobornos. No me registre en la villa como un defensor oficial, ni fui con los militares a advertirles de mis servicios, pues eso hubiese tomado demasiado tiempo. Después de varios viajes en ascensor ya tenía todo lo necesario, entonces comencé a preparar el terreno. Llegue al punto establecido cargando cuatro bolsas de cuero: dos de ellas llevaban armas, la tercera varios explosivos, y en la cuarta había munición de repuesto. Primero me asegure de que hubiese varios carteles de "prohibido el paso" en la zona circundante, para desalentar a los civiles de subir. Posteriormente, cerré la puerta y coloque dos minas Claymore a los lados, que saque de la bolsa de explosivos. Habiéndome asegurado de que no recibiría visitantes indeseados, saque todo el equipo. Lo primero fue un trípode alargable, lo suficientemente firme como para soportar el peso de la M249 SAW que planeaba utilizar para la primera ráfaga de disparos. Lo siguiente fue un Barret.50; los rifles del calibre 50 pueden perforar muros de concreto y destrozar el raneo de quien se encuentre de otro lado, de modo que estaba seguro de que podrían destrozar cualquier tipo de armadura que llevasen las tropas aladas que se supone aparecerían plagando los cielos durante el ataque. También tenía un segundo rifle, un SVD Drakumov, para tiros a distancia más cercana, de modo que tuviese que desperdiciar munición pesada. Y solo por si surgía la necesidad, un RPG-7. Para situaciones como esta, hubiese preferido un Javelin, o al menos un Carl Gustav, dado que su potencia superior seria un seguro extra en caso de que tuviesen algún sistema de protección especial, pero me hubiese sido mucho más difícil encontrar un modo de disimularlos lo suficiente como para meterlos dentro del edificio. Aun así, tenía varias cosas interesantes en la bolsa número 3 que me garantizarían una buena explosión.
Y una vez establecido el perímetro, el equipo, y solucionado o previsto cualquier problema que pudiese surgir, solo quedaba esperar a que algo pasara. En realidad no estuve demasiado tiempo quieto, puesto que con todo el tiempo que me había llevado alistarme para el combate, ya eran las 11:47. Pase los últimos trece minutos asegurándome de que tuviese suficiente munición, de que la bolsa de explosivos estuviese lo suficientemente alegada de las demás como para no provocar una tragedia, que todas las armas estuvieran limpias y funcionales, etc. Finalmente llegaron las 12...y nada paso. Todo permanecía igual de calmo que antes. Lo más raro que había ocurrido en todo el día había sido la repentina ventisca que cubrió de New York en un segundo, lo cual supuse que sería algún tipo de protección de las fabulas o la acción de algún superhéroe (por que puede que no sea un experto en el clima pero sé que es imposible que una ciudad tan grande se cubra de nieve tan rápido). Estábamos en el peor tipo de situación concebible en una guerra: la calma antes de la primera batalla. Es lo que distingue a los novatos de los veteranos; la desesperación de no ver al enemigo, de pensar que puede atacar por cualquier lado en cualquier momento dado que no lo tienes en tu campo de visión, es tremenda. He visto a muchos orinarse en los pantalones solo por eso, y a decir verdad yo mismo me impacientaba por entrar en combate de una vez. No tenía sentido que un ejército de las proporciones del anteriormente descrito se demorase tanto en aparecer, o en demostrar siquiera una señal de su existencia como el sonido de la marcha de un ejército, o la vista de una fuerza aérea apareciendo a la lejanía. Pero, no paso nada de eso, solo nos quedamos esperando.
Lobo Feroz Vértigo Universe
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 13th Octubre 2015, 15:41
Si alguien preguntara alguna vez "¿Cómo empezó todo?", seguramente dirían "a ciegas".
El destello de luz violeta iluminó toda Nueva York, y sus edificios ahora convertidos en bloques de hielo gigantes la reflejaron una y otra vez, creando un mar violeta intenso que cegó a la gran mayoría de las fuerzas terrestres y aéreas de la zona metropolitana. Los policías en las calles cubiertos por sus coches congelados tuvieron que cubrirse los ojos con las manos. Los soldados encima de los tejados tan sólo se cubrieron la vista unos segundos menos debido a su situación, y pudieron ver perfectamente aquellos extraños portales en el cielo. Aquellos portales parecían agujeros negros abiertos en el cielo, como si éste fuera tangible. Sus límites estaban marcados por una extraña energía violeta que no dejaba de girar, mientras extrañas sombras aladas surgían de su interior. Al principio solo eran manchas, pero cuando se acercaron, los vieron perfectamente.
- ¡Contacto! ¡Contacto! ¡Derriben a los objetivos! - ¡MEI DEI! ¡MEI DEI!
El primer helicóptero cayó cuando un reptil alado gigantesco chocó contra uno de sus costados e hizo que perdiera el control y la estabilidad, impactando contra el suelo de Nueva York. Gracias a la gruesa capa de hielo que cubría toda la ciudad el edificio y sus integrantes no sufrieron, pero las primeras bajas humanas estaban servidas.
Uno tras otro, los lagartos alados pasaron por los grandes portales, llevando soldados medievales con ballestas en las espaldas. Éstos, como si escucharan todos la misma orden al mismo tiempo, abrieron fuego de forma simultánea contra los soldados apostados en los tejados de Nueva York. Los soldados se cubrieron de las flechas. Algunos recibieron una en el hombro o en una pierna, pero nadie murió por la primera salva.
- ¡FUEGO A DISCRECIÓN!
Flechas y balas se cruzaban en los cielos de Nueva York.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 14th Octubre 2015, 16:58
Señor, esto no va a gustarle, ¿qué ocurre Jarvis, preguntó el millonario a su compañero artificial segundos antes de que estallaran todas las alarmas en el centro de mando, a Tony le llevo menos de dos segundos comprender que el ataque se había iniciado pero que les habían pillado en bragas, estaba claro que el Adversario ocultaba algo pero ni siquiera el Vengador había imaginado esta posibilidad, el enemigo había aparecido tras sus defensas, atacando con una violencia que no se esperaban desde la retaguardia, ¿de donde cojones han sacado el poder suficiente para abrir esa cantidad de portales? ¿no se supone que las dimensiones están selladas y que esto no es siquiera posible?, lo desconozco, Señor, y si, según sus cálculos el costo de energía para algo así equivaldría a más potencia de la liberada por una supernova, Señor
Tony no perdió el tiempo, tras dar instrucciones al general salió volando de allí hacia la zona donde el conflicto era más intenso, Jarvis mantén un ojo en las comunicaciones y pásame lo más importante y si el general mete mucho la pata házmelo saber por favor, por supuesto, Señor, la respuesta de la IA no le tranquilizó demasiado, el Adversario había aparecido de la nada, atacándoles allí donde más débiles eran y quien sabía si tendría alguna sorpresa más reservada para animarles la noche a todos.
Tras el primer momento de caos los soldados estadounidenses se replegaron y organizaron una defensa contra el enemigo volador, los helicópteros estaban en clara desventaja a corto alcance, pero esas serpientes no tenían mucho que hacer contra el armamento que tenían instalado, solo necesitaban espacio para poder utilizarlo, Tony aceleró a máxima potencia hacia el centro de la formación enemiga disparando con todo lo que tenía disponible, desde sus repulsores a los micromisiles instalados en sus hombros, sin olvidar el especial de navidad, unos botes de humo que bloquearían por completo la luz en un área bastante extensa, diseñados expresamente para no interferir con la frecuencia UV que utilizaban los equipos de visión nocturna de sus soldados, quizás esas cosas vieran algo a través del humo o algún hechicero consiguiera disiparlo, pero al menos serían unos segundos en los que los soldados americanos podrían devolverles la sorpresa a esas cosas y los helicópteros podrían ganar un poco de espacio para abrir fuego con los calibre .50 contra esas serpientes voladoras.
Pero combatir a las serpientes no solucionaba el problema, no conocía los recursos disponibles para el enemigo, ni cuantas de esas cosas podría poner en el campo de batalla, había que cerrar esos portales, pero ¿como? Jarvis, ¿alguna sugerencia para cerrar esas cosas violetas?, ninguna, Señor, ademas lamento indicarle que si bien la frecuencia no es exacta, el brillo de esos portales es muy similar al que se registró durante la colisión, Señor, no creo que sea una coincidencia, Señor, menos aún teniendo en cuenta la cantidad de portales y la aparente facilidad del Adversario para abrirlos, perfecto... más buenas noticias.
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Arturo Lizarraga
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 17th Octubre 2015, 08:41
El ambiente antes de una lucha siempre hace que se te paren los pelos como gallina, a los novatos por el temor a la batalla y los veteranos porque saben lo feo que puede ponerse la misma, queda todavía un par de minutos antes de la hora fijada y ya escucho algo, por suerte es algo más familiar, una camioneta, ¿a quién diablos se le ocurre venir a una zona donde existe la posibilidad de enfrentamiento? La persona que salió hizo varios viajes, algo ha estado preparando tendré que ir a revisar de que no sea algún aprovechado de la situación....mierda, los tatuajes se han vuelto locos-- aggghhhh--¿que ha sido ese flash violeta? supongo que esa es la respuesta a la interrogante de si era verdad lo que mencionaron en la tv, y queda más claro con esos malditos portales en el cielo, ni que fuera la película de Skyline, la unida diferencia es que lo que sucederá a partir de ahora, no será aburrido.
Una especie de parvada se hace notar y salir de esos portales (que no sean flappys, que no sean flappys), pero resultan ser unos lagartos voladores, bien podrían ser dragones menores, y ahí va la primera víctima un halcón negro, tanto en las calles como en los edificios donde se ubicaban los escuadrones las balas fueron disparadas y las flechas de los jinetes fueron su respuesta, la batalla está servida, Iron Man se hace notar entre las filas enemigas para diezmarlas con misiles varios y apoyando a los helicópteros de batalla.
Yo por mi parte no tengo opción que deshacer la invisibilidad dada por la katana para defenderme de las flechas, que para mi suerte no soy el blanco de todos los jinetes, y por ende puedo desviar o cortar las flechas dirigidas hacia mí, veo como algunos soldados son capturados por los lagartos y soltados desde los aires, otros son comidos, pero no son todos, solo los que no se ponen atentos a los alrededores, no tarda mucho tiempo en que intenten hacer el mismo truco conmigo, saco una de mis pistolas, son desert eagles y están modificadas, tienen suficiente potencia para matar una gran variedad de seres sobrenaturales, incluso sin las runas mágicas impregnadas en las balas. A diferencia de lo que los soldados hacen, yo disparo a los lagartos, que aunque tienen también protección, no lo es de cuerpo completo especialmente las alas, los lejanos solo les agujereo de esa manera no pueden volar con agilidad o más velocidad, de esa manera alguien con más potencia se lleva el crédito, los que sea suficientemente estúpidos como para acercarse a mí, les rebano un ala, me cargo a su jinete antes de ir por el lagarto mismo antes de que se recomponga de la caída si es que lo hizo en el edificio.
Ahora un par de esos jinetes empiezan a usar la cabeza y tratan de rodearme, solo para ser perforados por un francotirador muy bueno, y valla sorpresa, es el tipo que vi hacer varios viajes a ese edificio, no veo problemas con el escuadrón de este edificio, pues parece que se han adaptado a la situación, gran entrenamiento debieron tener para no echarse atrás ante enemigos desconocidos. Entonces me voy hacia el tipo que me ayudó, haciendo uso del parkour antes de un ultimo edificio que esta bastante separado del lugar a donde me dirijo, lanzo unas cuantas bolas de fuego para ver si derriten un poco el hielo, pero es inutil de momento por lo menos, tal vez si estoy mas cerca, pero no hay tiempo para experimentos, podria pedirle ayuda a Tony ya que intentar "cabalgar" esos lagartos podria salir mal la cosa, desde no llegar hasta uno y caer hasta el pavimento congelado o algo peor.
Asi que lanzo una llamarada hacia el cielo, esperando que Tony lo note y venga para revisar por si las dudas
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Jonathan Smith
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 21st Octubre 2015, 18:25
Dicen que ningún plan de batalla sobrevive nunca al primer contacto con el enemigo. Me había asegurado de prepararme para cualquier cosa. Me plantee y replantee las diferentes posibilidades de ataque que el Adversario podría realizar, me asegure de llevar toda clase de armamento conmigo para poder desempeñarme con igual eficacia en cualquier situación de combate. Pero una vez más la situación me había superado. No sé cómo lo hiso, pero lo hiso. De la nada, una luz violeta resplandeció en el cielo de pronto, como si alguien hubiese arrojado una gigantesca granad aturdidora. No estaba preparado para algo así, de modo que me vi en la necesidad de cubrirme el rostro por mero reflejo, y luego frotarme los ojos para aliviar un poco el dolor. Sin embargo dicha luz pareció no tener el objetivo de cegar de manera permanente o incapacitar a los tiradores, sino mas bien hacer de presentación para la entrada de algo mucho peor: la llegada de las tropas del Adversario. Definitivamente no estaba preparado para eso; ya eral a segunda vez en diez segundos que me tomaban desprevenido, no podía haber una tercera. De repente se varios portales comenzaron a abrirse en el cielo, portales que no había visto desde hacía mucho tiempo: eran los mismos que aparecieron por todos lados cuando los diferentes universos colisionaron juntos. No tenía idea de cómo, o de que había hecho el Adversario para poseer la tecnología o la magia que lo capacitaran para hacer algo como eso, lo único que tenía claro eran mis nuevos objetivos.
Intente girar la ametralladora para disparar contra lo primero que apareciera, pero ellos atacaron primero, descargando sobre los tiradores una lluvia de flechas en todas direcciones. Me cubro la cabeza y corro en sic sag, esquivando casi todos los proyectiles que arrojaban contra mí, principalmente por el hecho de que no era ni de lejos su blanco principal, habiendo tantos soldados dispersos por las diferentes azoteas y corriendo por las calles. La primera oleada freno, y de un salto yo ya me encontraba en mi posición una vez más, descargando balas de alto calibre sobre cualquier cosa con alas en mi rango de visión. Sus corazas iban armadas, de modo que tuve que apuntar a las alas, las cuales, una vez agujereadas, no servían para volar y provocaban que las bestias aladas chocaran contra las paredes de los edificios o colapsaran sobre el suelo; ojala los soldados estuviesen lo suficientemente atentos a su entorno como para evitar sufrir una baja innecesaria. Entonces veo a Stark (como no verlo) surcando los cielos hacia la agrupación más grande de enemigos. Para mi sorpresa, no era para probar algún misil nuevo, sino para liberar una cortina de humo que deja a oscuras a buena parte de los jinetes. Sin perder el tiempo, dirijo todo mi poder de fuego contra la humareda, obteniendo buenos resultados dado el número de jinetes que salían muertos de la humareda.
Al ver como los demás tiradores se pusieron al día con los objetivos, gire mi arma hacia otra parte en busca de algún punto en nuestras defensas que necesitara ayuda. Entonces me tope con un hombre en quien no había reparado con anterioridad, asesinando a jinetes por montón con una katana; de seguro era algún otro “superhéroe” que se metió en la batalla como lo hice yo. Pero entonces observo de lejos a unos tres jinetes rodeándolo por la espalda. Estaba demasiado ocupado encargándose de los que iban de frente. Sin pensármelo dos veces suelto mi ametralladora y me tiro al suelo, tomando mi calibre .50 en las manos y apuntando. Los dragones eran demasiado grandes, de modo que no podían maniobrar demasiado, y no eran conscientes de que yo estaba apuntándoles. Tome mi tiempo, espera a tener un buen tiro y dispare. Ellos estaban demasiado cerca unos de otros. Tal y como había supuesto, la armadura de los dragones no pudo hacer nada contra una bala de tal tamaño. Destrozo el cráneo del jinete y atravesó el pecho del segundo, para incrustarse en el cuello de uno de los reptiles voladores, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera. Una segunda bala acabo con el jinete que no había muerto, y pude volver a lo mío. Un par de jinetes estaban comenzando a arribar en los techos de los edificios, y desde luego a mi me toco. Ese tipo tenia un buen numero de muertes, y aparentemente poderes, acorde al modo en el cual lanzo fuego a los cielos a estilo de vengala. Tenia que priorizar su seguridad por sobre la de otros, dado que él podria eliminar a muchos mas jinetes que el resto de los soldados y en menos tiempo si le suministraba mi apoyo. Pero por otra parte yo tambien tenia que proteger mi zona.
Aprovechando que tenía el rifle en las manos, logre distinguir de un grupo de cinco entre los que tenían flechas y los que tenían espadas. Aun estaban demasiado lejos como para apuntarme, pero yo pude derribar a uno de ellos con un tiro, y le volé un ala al dragón del segundo, provocando su caída. Ya estaban a punto de llegar al edificio cuando llegue a la ametralladora. Derribe a los primeros dos en oleada pero el tercero llego a saltar de su montura antes de que lo echara a bajo, y corrió hacia mí con una espada. No me alcanzaría el tiempo para girar mi arma, de modo que la solté y retrocedí lo más cerca posible del borde del edificio. EL jinete me lanzo un espadazo, ante lo cual yo me moví hacia la izquierda mientras le hacia una zancadilla. Lo abrupto de su ataque le impidió frenar a tiempo suficiente, de modo que simplemente choco contra el borde. Lo sujete de los pies y lo lance al vacio, para después volver a mi arma, y continuar derribando a todo aquello que cometiera el error de atravesar mi espacio aéreo.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 22nd Octubre 2015, 22:31
En comparación a los otros dos frentes de ésta gran batalla había dos diferencias, una buena y otra mala: la buena era que los jinetes que montaban las serpientes aladas así como las mismas serpientes estaban vivos, y por tanto los soldados no padecían la misma dificultad que sus compañeros a la hora de batir a su enemigo, pues los suyos no volvían a levantarse o seguían adelante pese a las heridas. La mala eran las propias bestias: Iron Man, Arturo y Jonathan estaban diezmando a las susodichas bestias y ralentizando el avance enemigo mediante sus armas y la magia de Arturo, pero en el intervalo que pasaban de una montura a otra, ésta última se había llevado por delante uno o dos soldados que se habían quedado sin parapetos o, simplemente no pudieron soportar el agotamiento mental de sufrir un ataque de éste calibre y perdieron la compostura, siendo blancos fáciles para cualquier bestia o jinete.
El Adversario observaba inquisitivo los movimientos de sus enemigos y el poder que ostentaban en los tres frentes, teniendo un ojo sólo puesto en Villa Fábula. Era el gran conquistador. El rey de reyes y lo que le hacía tan grande no era otra cosa que su gran y magnificente poder.
Los portales del cielo centellearon cuando nuevas monturas aparecieron acompañando a las ya conocidas serpientes aladas: grifos. Éstos seres emplumados surgieron del interior de los portales montados por sus respectivos jinetes, pero no se lanzaron a la batalla como sus otros compañeros reptilianos, sino que cogieron cierta altura, sobrevolando el terreno. Uno de los soldados levantó la cabeza y apuntó con la mira de su rifle, y pudo ver por qué se elevaron a semejante altura.
- ¡CUERPO A TIERRA!
Las explosiones se llevaron por delante varios puestos de ametralladoras instaladas. Las bombas que sujetaban los grifos con sus garras tenían poder suficiente como ocupar un cuarto del terreno de una azotea, con lo que obligaba a los soldados a saltar a un lado, correr hacia otra esquina mientras esquivaban las flechas o, los más desesperados, saltar al vacío con la esperanza de tener una muerte rápida.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 29th Octubre 2015, 00:23
A Tony se le ocurrieron cientos de chistes relacionados con la fontanería en cuanto vio aparecer a las nuevas criaturas, pero eran demasiado malos incluso para él así que por esta vez lo dejó pasar, ademas estaba demasiado ocupado intentando salvar las vidas de “sus” hombres para entretenerse con tonterías, ¿como combatir a esta nueva amenaza? ¿simplemente seguir igual e ir matando todo lo que el Adversario les mandara? No, ese no era el estilo de Stark, necesitaba una de sus ideas geniales y la necesitaba ya.
Uno de los robots de la Legión de Acero estalló a lo lejos, Gracias chicos, me habéis dado la idea que necesitaba, aunque necesitare tiempo para reconfigurarlo todo... Jarvis, actualiza con estos datos los módulos de todas las armaduras y robots, eso causará serios daños a su sistema nervioso, Señor, todas menos esta Jarvis, y si no te importa estoy un poco ocupado para que me vengas con bromas ahora, muy bien, Señor, parece que la primera baja ha sido su sentido del humor.
El millonario esquivaba los ataques enemigos y se lanzaba allí donde el combate era más reñido, donde los soldados corrían mas peligro, las flechas no eran demasiado riesgo, pero esas bombas podían hacerle bastante pupa si le impactaban directamente, cosa que no iba a permitir que ocurriera, al menos no demasiado.
Lo que se le antojaba al Vengador una eternidad después Jarvis volvió a avisarle, Ajustes completados, Señor, bien, hora del Rock'n'Roll, asigna las armaduras en parejas y prueba con esquemas de provocación y flanqueo, por todos los altavoces empezó a sonar música a un volumen atronador, las armaduras, los robots, los helicópteros y vehículos, todo sistema de audio que pudiera funcionar se activó.
El estridente sonido confundió tanto a reptiles como grifos que no estaban preparados para algo así provenientes de un mundo sin ruidos, lo que permitió a la Legión de Acero ejecutar su maniobra, en grupos de dos una sirviendo de cebo y la otra acercándose por el flanco y activando potentes electroimanes en el momento en que los jinetes arrojaran sus salvas de proyectiles, ya fueran explosivos o simples flechas, algunos proyectiles simplemente eran desviados, pero los suficientes se volvían contra quienes los habían arrojado, descargando sobre ellos la muerte que esperaban sembrar entre las lineas de soldados estadounidenses.
Tony podía escuchar los gritos de júbilo de los soldados, muchos debían pensar que esto había acabado y que habían derrotado a las fuerzas del Adversario en este frente, pero el millonario sabía que no era así, lo que fuera que le había dado tal poder a su enemigo no le habría vuelto estúpido, todo este movimiento debía de tener un objetivo, pero ¿cual? No debía esperar vencer la lucha solo por el simple peso de soldados, donde estaban los hechiceros, los nigromantes, esto no era más que el principio y ya les había causado serias bajas.
OFF:
Ni que decir tiene que no he acabado con todos los enemigos , dejo a juicio de Lobo que decida la magnitud de la masacre (y si muchas armaduras han sobrevivido a la maniobra)
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 1st Noviembre 2015, 01:42
Mi bengala improvisada no surte el efecto deseado sino el contrario pero estaba consiente de la posibilidad, una pequeña banda de jinetes se abalanza contra mí, se me están acabando las balas así que guardo mis pistolas y uso la katana como hace rato, también hago gala de mis poderes pirokineticos de forma más evidente que infundirle fuego a la espada, lo malo del asunto es que algunos soldados quedaron sin balas o sus armas se atoraron, y otros, otros simplemente no fueron entrenados para soportar una batalla de esta clase, ya saben, de seguro les iria de maravilla una guerra contra un país de medio oriente con el estandarte G.O.D., pero esto les supera y no los culpo no todos estamos hechos para enfrentar este tipo de cosas, siendo comidos por los reptiles o blanco de los jinetes.
Como si de un aviso se tratase los portales brillaron de nuevo, saliendo de ellos nuevos jinetes y monturas, grifos--¿no se habían extinguido?--estos están mas organizados, vuelan para conseguir más altura y lo hacen en formación, eso es indicio de una estrategia, ¿qué tramaran?, a lo lejos se escucha "Cuerpo a tierra" ¿eh? y vuelvo a observar a los grifos tratando de ver lo que traen y alcanzo a notar que varias cosas están cayendo...no me digas que, y me respondieron las explosiones a lo lejos donde estaba al inicio del combate, una cortina de bombas va llegando hacia mí--no, no, no, no--corro para evitar algunas, llegando a saltar a otro edificio alcanzándolo por los pelos, a lo lejos se veía a Iron Man con su ejército de robots luchando a su manera, luego se formaron en parejas, Tony tiene una idea, pero vaya que no me lo esperaba, una música atronadora empezó a sonar, sacando de onda a todos, tanto enemigos como aliados quedaron algo confusos, la maniobra comienza y buena cantidad de enemigos caen como moscas, otros más listos reaccionan lanzando mas bombas.
Yo como "noble" samurái ya estaba posando como si mi katana estuviera envainada y me había concentrado lo suficiente para acumular poder en la misma, listo el asunto "desenvaino" lanzando una especie de onda de fuego con la esperanza de que el calor fuera suficiente para que explotaran antes de tiempo y de esa manera no cumpliera su objetivo final, a no ser que también trajeran algún tipo de metralla dentro para que causar mayor daño, eso incluso si la bomba explota antes podrían matar algunos soldados, aun así no podría retractarme de lo hecho ahora.
Pd:
Mismo comentario que Tony, sobre mi ataque especial :v
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 4th Noviembre 2015, 23:39
Supuse que tarde o temprano les tocaría pedir refuerzos a las tropas del Adversario. Sus reptiles alados y sus soldados habían comenzado a caer de amontones desde que los soldados tuvieron tiempo de recuperarse de la sorpresa del primer ataque, y ahora pareciera que eran los invasores quienes se estaban llevando la peor parte de la batalla. Por las bajas que habían sufrido, calculaba que ya deberían haber perdido suficientes criaturas como para igualar la batalla al menos un poco. Además, nosotros contábamos con la ventaja de local, fue fácil para las topas recuperarse una vez que el shock del primer ataque fue superado. Nosotros teníamos ametralladoras, teníamos rifles de alto calibre, las armas de Iron Man y lo que fuera que pudiese hacer el tipo de la katana. La batalla era nuestra, de momento al menos. Sus monturas eran demasiado grandes y no iban lo suficientemente armadas como para provocar más daño que las flechas que disparaban sus arqueros; su tamaño y lentitud les jugaban en contra a la hora de pelear contra armas semiautomáticas, y el hecho de estar en el aire imposibilitaba cualquier intento de buscar refugio o cobertura. Calculo que pudimos haber repelido la invasión con bastante facilidad de no ser por la llegada de refuerzos; fue algo ingenuo de mi parte suponer que el Adversario no enviaría refuerzos después de que demostró poder controlar el poder de los portales interdimensionales. Al principio creí que enviaría “maquinas” más pesadas, por así decirlo: dragones de mayor tamaño, con piel blindada y que escupiesen fuego; o quizás más pequeños pero fácilmente maniobrables. En cambio nos mandó un bombardeo. Una extraña maniobra de su parte. Lo más usual es mandar a los bombarderos junto a los aviones rápidos, que en este caso serían los reptiles alados de antes, para que los primeros pudiesen soltar sus cargas sobre el terreno enemigo mientras que los segundos los protegen de cualquier intento de ataque enemigo dada su mayor velocidad. En efecto una táctica inusual, pero sus resultados no se discuten. Cuando los grifos llegaron, al principio pensé que se trataba de otra mera forma de transporte para soldados más fuertes, o más arqueros. Por suerte uno de los soldados de ubicación más cercana a las nuevas fuerzas invasoras se alertó del peligro que sea avecinaba. Y para aquel que tuviese dudas del peligro, las primeras explosiones en la azotea le quitaron todas las dudas.
Me sorprendió que el Adversario tuviese acceso a ese tipo de tecnología. De momento solo nos había atacado con flechas, espadas, criaturas míticas y soldados vestidos con armadura medieval; el hecho de que repentinamente se decidiera por usar bombas de alto poder me tomo por sorpresa. Por fortuna mi edificio era de los últimos en la línea de fuego, de modo que pudre prepararme para la llegada de los grifos, aunque no por mucho tiempo. Su ataque fue con coordinado, y cada pájaro o conjunto de pájaros tenían su objetivo establecido. Soltaban bombas y retrocedían para abrirle paso a los de atrás, para que estos soltasen sus bombas en los respectivos blancos y repitiesen el proceso.
Las bombas, a juzgar por su diseño, el cual pude observar de cerca gracias a un acercamiento con la mira de mi rifle, no eran de detonador, sino de impacto. Simplemente estallaban cuando su cabeza impactaba con fuerza contra el concreto de las azoteas. Mi primer impulso fue dispararle a los grifos mismos, pero al hacerlo provocaría que soltasen la bomba y eso solo les ahorraría trabajo y podría poner en peligro la vida de varios ciudadanos inocentes. Por fortuna las bombas nunca llegan a mi posición debido a una sucesión de acontecimientos fortuitos demasiado increíble hasta para mí. Fue Stark quien facilito la tarea para todos. Estaba con mi rifle en las manos, apuntando directo hacia el centro de una de las bombas que supuse lanzarían sobre mí, y de pronto la música comienza a sonar. Literalmente, de un segundo para el otro pareció que cada sistema de audio disponible estuviese proyectando la misma canción a máximo volumen. Desde luego solo hay un hombre en el mundo a quien se le ocurriría una idea así, y no hay que ser un genio para saber quién es: el mismo que estaba dirigiendo a sus armaduras no tripuladas en combate para que capturasen en vuelo los explosivos de los grifos, Tony Stark. Es curioso, debido a su tendencia de actuar como idiota a veces uno se olvida que es uno del os hombres más inteligentes del mundo; la verdad es que su idea fue bastante buena y dio resultado: casi ninguna bomba llego a hacer contacto con el suelo después de que sus maquina entraran en acción.
Entonces una luz de gran intensidad capto mi atención, tuve que girarme para ver qué es lo que estaba ocurriendo, temiendo un ataque por la reta guardia. Afortunadamente solo resulto ser un ataque de fuego en forma de onda expansiva, producto del chico de la katana, quien aparentemente ahora resultaba ser un mago o alguien con poderes de fuego. Perfecto, cualquier ayuda nos haría falta. Por suerte ninguna de las bombas había llegado a impactar contra la azotea de mi edificio, o me hubiese visto incapaz de continuar brindado apoyo, y de seguro al menos la mitad del edificio hubiese salido destruido sin mencionar el daño estructural de varios de esos proyectiles impactando al mismo tiempo. Hasta el momento, sus reptiles alados y su bombardeo sorpresa había sido repelido, peor el Adversario había demostrado poseer un arsenal más que temible a su disposición, y siendo yo alguien acostumbrado a este tipo de batallas campales, estaba plenamente consciente de que aún faltaba mucho por luchar antes de que nos enviara, siquiera, su “mejor arma”.
Por el momento lo mejor que se me ocurrió fue tirarme cuerpo a tierra, poner un par de balas nuevas en mi rifle y seguir cazando rezagados que llegaban a la distancia; distancia que me era imposible alcanzar con las balas de mi ametralladora. Dado que Stark se había ocupado de la gran mayoría de los grifos y no había ninguno cerca de mi espacio aéreo, me vi en la libertad de derribar dragones pequeños. Pero esta vez, en lugar de apuntar a sus jinete, opte por buscar un blanco más difícil, pero más eficaz a la hora de derribarlos. Me decidí por empezar a apuntar a las terminaciones de sus alas, dado que solo necesitaba derribar una para que las bestias perdieran el equilibrio y chocaran entre sí o colapsaran contra los edificios. Ya había podido comprobar que al eliminar a los jinetes las bestias continuaban avanzando y usualmente se llevaban con ellas al menos a tres soldados antes de morir. Yara para entonces había asumido que no teníamos manera de frenar a esos animales sin evitar que cayeran sobre las azoteas o las calles y arriesgar la vida de varios uniformados, pero la verdad es que no teníamos otra forma de acabar con ellas, de modo que no me tembló el pulso cuando le arranque el ala derecha de un tiro a uno de los dragones, mandándolo a chocarse con otros dos en formación y provocando que las tres bestias cayeran en picada contra el duro pavimento de la avenida.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 6th Noviembre 2015, 23:56
La jugada de Tony Stark surge mejor efecto de lo que cabría esperar: no solo los robots hicieron su función de atraer las bombas hacia los grifos, desplumándolos a ellos y a sus jinetes con las explosiones en cadena que iluminaron el cielo evitando así que cayeran más bombas sobre los soldados apostados en los congelados tejados. La música que sonó por todos los altavoces congregados entre los robots y los aparatos que llevaban los propios soldados enturbiaron la mente de los jinetes y más aun la de las serpientes voladoras. Nunca habían escuchado algo así en sus tierras natales. No estaban acostumbradas y el pánico les entró en el cuerpo cuando no supieron qué estaban escuchando y de dónde salía. Para cuando lo descubrieron ya fue demasiado tarde: los soldados aprovecharon la jugada de Iron Man y el mágico ataque de Arturo contra las bombas para contraatacar y hacer que cayeran sus atacantes a base de plomo. La distracción y el miedo a lo desconocido causaron más bajas que las propias balas, y uno a uno fueron cayendo. La fuerza opresiva de los grifos desapareció con el ataque de Tony y quedaban los primeros jinetes. Las certeras balas de Jonathan apoyaron la causa, y poco a poco el cielo se fue despejando salvo por los portales que aun restaban en el firmamento.
Los soldados sintieron algo que hacía tiempo que no sentían: esperanza. Desde que habían empezado con la defensa de Nueva York contra el Adversario éste no había cesado de enviar y enviar tropas, ahogando a los soldados con sus arcaicas pero efectivas herramientas de guerra. Cuando vieron que ya no quedaban más criaturas voladoras, algunos se tomaron la libertad de gritar de alegría.
- ¡QUE NADIE ABANDONE SUS PUESTOS! ¡ÉSTO NO HA TERMINADO HASTA QUE ESAS COSAS DESAPAREZCAN! - dijo uno de los comandantes señalando los portales.
Y qué razón tenía. El Adversario, desde su privilegiado puesto de vigilancia observaba todo lo ocurrido, decidiendo avanzar el plan de ataque para que los humanos conocieran de primera mano lo que significa ser un conquistador, y lo que ello implica. Los portales brillaron de nuevo y ésta vez... ésta vez nadie estaba preparado para ver lo que salió de ellos. Al principio sólo vieron algo parecido a una cabeza de gusano gigante, pero según iba saliendo el terror fue aumentando de tamaño, saliendo dos grandes zarpas del portal y abriendo su enorme boca, la cual cubría toda la superficie de lo que parecía ser su cabeza. Una garra se posó sobre un edificio vacío, y la otra sobre otro. Su carne parecía dura y brillaba con glifos extraños que brillaban con el color del fuego. Y por su cuerpo se abrieron más y más bocas, escupiendo armaduras sobre los tejados. Las armaduras, cuando tocaron suelo se levantaron, y los soldados pudieron ver que no estaban huecas, pues eran llevadas por seres humanoides de ojos brillantes y cuerpo calcinado. Cada uno de esos "caballeros" medía dos metros e iban armados con hachas y espadas bastardas de hojas serradas. Se avalanzaron contra los soldados de los tejados y éstos respondieron con fuego. De las bocas no dejaban de salir y salir más y más caballeros. Eran mareas de caballeros. Mareas de fuego y metal.
Demonios.
[FDI: Los caballeros demonios son como humanos, pero tienen más fuerza, más resistencia y más veloces. Aún así, se les puede matar. El gusano de varias bocas tiene una carne muy, pero que muy dura.]
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 8th Noviembre 2015, 22:36
Aquel comandante le quitó las palabras de la boca a Tony Stark, las serpientes tenían pinta de haber sido un tanteo, los grifos un intento de acabar rápido con las defensas que le había salido bastante mal al Adversario... ahora vendría el ataque principal y el millonario esperaba poder contenerlo, y puestos a pedir que no hubiera muchas más sorpresas después de la próxima, aunque seguramente eso era demasiado pedir.
Las alarmas empezaron a sonar instantes después, más enemigos y a juzgar por las lecturas el Adversario efectivamente elevaba las apuestas, las señales eran claras, una gran cantidad de energía demoníaca, ¿donde estaba Arión cuando lo necesitabas? El inmenso gusano demonio avanzó hacia los edificios mientras los proyectiles rebotaban sobre su piel, ni siquiera las armas más pesadas parecían causarle ningún daño, Señor, se lo que está pensando, pero en este caso desaconsejo completamente que se introduzca por la boca de esa criatura, lo tendré en cuenta Jarvis... y en este caso concreto estoy de acuerdo contigo, trae el modulo C17 cagando leches y acompañala del Cañón Polarizador, dijo el millonario mientras se dirigía de nuevo al combate, debía ganar tiempo, si esos demonios llegaban hasta los soldados no tardarían en convertirlos en sushi
ETA dos minutos treinta y siete segundos, Señor, sonó la voz de Jarvis en el interior del casco, pero permítame recordarle que ese arma no ha sido probada con anterioridad, sus efectos podrían causar más daños que la propia criatura, gracias por el apunte viejo amigo, no me gustaría tener que hacer hoy la prueba de campo, pero solo lo usaré como plan B, prometido.
Por suerte esos demonios no parecían inmunes a las balas, por desgracia eran demasiados, ademas los ataques iniciales habían diezmado a los helicópteros y a las armaduras de Tony y contaban con poco apoyo aéreo, Iron Man fue allí donde más reñida era la lucha, pero ni siquiera con todos sus recursos pudo impedir que cayeran los puestos que habían sido más castigados por las serpientes y los grifos, uno tras otro los defensores empezaban a caer sin que el Vengador pudiera hacer nada, pero ya casi había pasado el tiempo, solo necesitaba unos segundos más...
El modulo se acercaba a toda potencia y Tony aceleró en dirección al “gusano” mientras cada parte encajaba en su lugar, incluido el pesado Cañón que se acoplaba a su espalda y que esperaba no fuera necesario utilizar, era hora de ver si todo salía como él esperaba o la situación le estallaba en la cara. Las capas de polímeros que se habían acoplado sobre la armadura le aislarían de las bajas temperaturas que en breve alcanzaría el aire a su alrededor.
Sin pensárselo dos veces el millonario aceleró al máximo, cubriendo a los demonios con un letal baño de nitrógeno líquido a su paso, pero ese no era su objetivo principal, se disponía a arrojar toda su carga contra el origen de esos soldados, el cuerpo de ese gusano demoníaco, litros y litros de del líquido fueron vertidos en unos segundos congelando casi al cero absoluto en cuestión de instantes aquello que tocaba, incluso los soldados pudieron notar como la temperatura descendía varios grados a pesar de la distancia.
El ser se retorció al contacto con el líquido mientras su dura piel se congelaba casi al instante, Tony dio un par de vueltas mientras rociaba la mayor parte del cuerpo de la criatura y se alejó un poco solo para ganar algo de distancia y cargar a máxima potencia como un ariete antes de que algún mago o demonio tuviera tiempo de usar algún tipo de magia para descongelarlo, el Vengador solo esperaba que esto funcionase y no hubiera que recurrir al cañón, aparte del impresionante tortazo que iba a llevarse si el gusano resistía el impacto.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 17th Noviembre 2015, 08:25
Mi ataque resulto exitoso, muy pocas bombas de los grifos caen por completo, la mayoría mueren junto con la explosión o el contraataque posterior del ejercito y el misterioso francotirador, ya quedaban pocos volando por ahí, sin un objetivo claro puesto que sus aliados ya habían caído y no tenían apoyo alguno en esos momentos. Poco después se oyen vitoreas entre los soldados, idiotas, una guerra nunca es corta y no termina con algo de presión así como así, falta más clases de unidades por aparecer.
-¡QUE NADIE ABANDONE SUS PUESTOS! ¡ÉSTO NO HA TERMINADO HASTA QUE ESAS COSAS DESAPAREZCAN!-se oye en los radios de todos los soldados, no me sorprende y veo a los portales, mi cara queda en shock que pocas veces muestro, ¿no puede ser una entidad loveftcraniana otra vez? Tiene que ser una broma, la bestia era de un tamaño colosal, anteriormente me he enfrentado a seres similares y nunca solo, aunque estoy acompañado, pero soy el único con conocimiento sobrenatural en los cielos.
Hablando de la criatura fue atacada inmediatamente y ni las armas mas pesadas le hicieron un rasguño, aparte tiene tatuajes que brillan, una mala combinación si me lo preguntan, los tatuajes siempre son mala señal--¿pero qué mierdas?--¿mas bocas abriéndose? de ahí salieron armaduras, ¿repuestos para los jinetes? algo tarde...pero rápidamente rectifico mi idea, puesto que las armaduras empiezan a adquirir masa en el interior con ojos rojos que brillaban y miden casi 2 metros, armas blancas y contundentes en mano de clase pesada obviamente, esa criatura no deja de escupir a estos "soldados".
Algunos lograron matar soldados americanos pero estoy cerca para evitar más muertes, lo malo es que son bestialmente fuertes--¡¡¡no dejen que se les acerquen, coordínense como fueron entrenados!!!--les grito, no es el mejor de los incentivos, pero algo tenía que decirles para que mantuvieran algo de concentración, en una batalla es casi como un examen, si no estás preparado todo lo que hayas aprendido se va al caño de la memoria y no puedes recordar las cosas útiles aprendidas anteriormente, así que a pesar de su fuerza mi katana es más poderosa y corta a través de sus armaduras o las propias armas dejándoles "indefensos" por lo menos en teoría.
En la lejanía se escucha un extraño sonido como un jet, resulta ser Iron Man con un traje nuevo, ahora lanza un humo que congela a los soldados enemigos del edifico de a lado, incluso desde aquí se siente el frio, no me digas que es nitrógeno, solo algo así congela tan rápidamente, sin poderes claro. Espero que el francotirador aproveche esa oportunidad, nos seria de gran ayuda mientras yo me ocupo de los que están en mi edificio, puede que sean más fuertes y veloces, pero sus movimientos son fáciles de percibir y por lo tanto de predecir y esquivar, junto con mi katana y mi fuego, sus armaduras no le serán de mucha ayuda en los próximos segundos.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 29th Noviembre 2015, 18:53
[FDI: Se le salta el turno a Jonathan Smith pero no su participación.]
Los soldados infernales acometieron contra los soldados en sus puestos los cuales se defendieron como pudieron, disparando a las partes más vulnerables de sus cuerpos mientras evitaban ser destrozados por aquellos seres salidos de algún capítulo de la Divina Comedia. Las bocas de aquel gusano, el cual seguía apoyándose con sus enormes brazos en los edificios colindantes, no dejaban de vomitar más y más soldados. Eso fue al menos hasta que Iron Man llegó con su módulo de armadura y roció al gusano y a los soldados infernales con nitrógeno líquido, congelando a éstos últimos y creando estatuas de cristal que se rompían al caer contra el suelo de los tejados o se quedaban quietas e inmóviles. El gusano por su parte gritó por todas sus bocas, quedándose algunas cerradas al congelarse sus dientes, pegándose los unos con los otros. Sin embargo aquella temperatura no fue suficiente para matar a la bestia, pero si le provocó severos daños en su cuerpo. Cuando Iron Man cargó contra la bestia pudo sentir la dureza de su cuerpo al resonar el impacto en sus propias carnes. Eso si, consiguió que la parte que se había quemado y petrificado debido a las bajas temperaturas con las que los había obsequiado se agrietara, quebrándose después provocando que una gran cantidad de sangre putrefacta surgiera de su cuerpo. La bestia gritó como bien pudo, con gran parte de su cuerpo helado, y mientras lo hacía seguían saliendo soldados por las bocas que aun seguían funcionales. Aprovechando que gran parte de los soldados estaban congelados y bien muertos los soldados acometieron contra sus oponentes, apoyados por la katana y el fuego de Arturo, junto con certeros disparos de Jonathan que seguía en su racha de muertes.
El portal volvió a brillar, y de éste surgió otro gusano como el anterior, pasando por encima de éste y saliendo completamente del portal, enroscando su cuerpo a un edificio cercano, abriendo sus bocas y expulsando soldados infernales. Un tercer gusano hizo lo mismo, y a punto estuvo de precipitarse al vacío de no ser por sus fuertes brazos que se agarraron a otro edificio. Eran entonces tres gusanos expulsando oleadas y oleadas de soldados infernales.
¿Las cosas podían ir a peor? Podrían... pero no fue así: hubo un destello violeta que cubrió los portales, y éstos de repente, sin más, se cerraron. El primer gusano, el cual no había conseguido salir del todo del portal quedó partido por la mitad al desaparecer la puerta dimensional, y su sangre y sus gritos cubrieron el edificio entero. Sus bocas siguieron abiertas, pero no salieron más soldados, y su cuerpo quedó flácido y duro a la vez debido a las partes congeladas. Por algún motivo desconocido las innumerables tropas del Adversario perdieron su punto de entrada, pero la victoria distaba mucho de llegar a su fin, pues aun quedaban los soldados restantes y los dos gusanos que no dejaban de aumentar las tropas enemigas por sus asquerosas bocas.
Una comunicación entrante en el traje de Tony. Una voz familiar.
- Eh millonario. Espero que no hayas muerto. Escucha, necesito que mantengáis ocupado al enemigo durante un buen rato. Te aseguro que valdrá la pena. ¿Podréis hacerlo? - Era Rosa Roja.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 2nd Diciembre 2015, 12:07
El plan había funcionado... al menos en su mayor parte, pero no le quedaba suficiente nitrógeno para los otros dos gusanos y el jodido bicho había aguantado la mayor parte de su embestida, dejándolo aturdido al rebotar contra él, la situación era bastante caótica cuando volvió a controlar los repulsores y nivelarse, dos de esos inmensos bichos estaban por allí soltando oleadas interminables de demonios cabreados y no parecían muy dispuestos a irse de la fiesta, ¿donde estaba Hulk cuando se lo necesitaba?... a si, en el puto espacio, y él había ayudado a tomar aquella decisión.
Un mensaje sonó a través del sistema de comunicación y Tony tardó unos segundos en comprender quien era la persona que le hablaba, ¿Rosa?, pregunto aún algo aturdido, haré lo que pueda preciosa, pero las cosas aquí están un poco duras la verdad, dijo instantes después, lo único que no se me están acabando son las ideas y los enemigos, continuó ya fraguando un nuevo plan, objetivo contener y distraer no eliminar, eso lo volvía todo un poco más fácil
Comandante, retire sus tropas lo más ordenadamente posible en dirección sur, yo atraeré todo el tiempo que pueda al enemigo y eso les permitirá replegarse y atacar por el flanco si mi plan no sale como espero, recibido señor, gracias por cubrir a mis hombres, el millonario empezó a desprenderse el módulo criogénico en cuanto terminó de hablar, los depósitos de nitrógeno estaban a la mitad de capacidad, pero estaba seguro de que si intentaba el mismo truco no daría un buen resultado, así que ya tenía otro plan, siempre tenía otro plan, aún tenía instalado el cañón polarizador, pero no era momento de arriesgarse a mandar a la mierda media ciudad si el dichoso juguetito fallara, así que por ahora usarlo no era parte de ninguno de ellos.
El modulo criogénico se alejo un poco y se perdió entre los edificios mientras el millonario se dirigía al frente sur para contener las oleadas de enemigos mientras las tropas intentaban reorganizarse y replegarse, al menos mientras esos dichosos portales estuvieran cerrados no tendrían que preocuparse de nuevas sorpresas... solo de la cantidad de infinita de enemigos que seguían surgiendo de los gusanos, ya no quedaba munición en la armadura, ni misiles, ni granadas ni cohetes de ningún tipo, así que tenía que contar con sus viejos amigos los repulsores y algunas descargas de láser cuando sus enemigos se agrupaban, pero estaba claro que esas armas no serían suficiente y que los demonios no tardarían en sobrepasarle.
Señor, cinco segundos, potencia máxima a los repulsores y usa la energía de reserva para calentar la armadura todo lo que puedas Jarvis, dijo el millonario mientras ascendía a toda velocidad ajeno ya a todo lo que no fuera salir de allí lo más rápidamente posible, mientras tanto Jarvis seguía inmutable la cuenta atrás, , cuatro, tres, dos, uno, cero, Tony pudo escuchar una pequeña explosión y luego un fuerte estruendo producido por la congelación del propio aire alrededor del origen, se encontraba a casi un centenar de metros sobre el lugar donde se acababa de autodestruir el modulo criogénico y pudo sentir como la temperatura en el interior de la armadura descendió bruscamente a pesar de las medidas que había tomado.
El modulo se había alejado lo justo, dando después la vuelta y acercándose a cubierto entre los edificios, para detonar justo debajo de donde se encontraba Iron Man apenas cinco segundos antes, el millonario miró hacia abajo, la devastación causada por el nitrógeno era impresionante, una gran bola de hielo ocupaba el lugar, atrapando decenas de enemigos muertos incluso antes de darse cuenta de qué era lo que ocurría Se me acaban los trucos Rosita, espero que haya sido suficiente, y te lo dice un hombre que acaba de volar cincuenta y dos millones de dolares para ganar algo de tiempo, dijo el millonario por el comunicador.
Smith se encontraba en el flanco norte, suficientemente lejos de allí para no haberse visto afectado y Razor algo más cerca, pero esperaba que sus poderes sobre el fuego le protegieran un poco del frío, ahora mismo la temperatura en los tejados rondaba los 20º bajo cero, no tardaría en nivelarse de nuevo, pero ciertamente no iba a ser muy cómodo para nadie, aunque si había que elegir entre pasar un frio de narices y que un demonio te comiera el culo estaba seguro de que la mayoría de la gente habría escogido esa primera opción.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 3rd Diciembre 2015, 00:04
Después de que los grifos cayeron los jinetes comenzaron a dispersarse con bastante rapidez. Su arma de ataque más poderosa hasta el momento había caído con relativa facilidad, por lo cual era entendible que los jinetes de dragón estuvieran tan nerviosos y rompieran filas. Lo que no pude tolerar en ese momento, y jamás tolere ni toleraría en ninguna unidad que estuviera bajo mi mando, fue el cómo se comportaron los defensores de la ciudad una vez que las fuerzas del Adversario comenzaron a flaquear. Cuando tienes la experiencia en combate que yo tengo, aprendes a eliminar cualquier tipo de emoción, tanto positiva como negativa, apenas entras al campo de batalla. La mayoría de las personas se concentran en eliminar el miedo, la empatía o la ira; en lo que a mi concierne la esperanza apresurada es igual de peligrosa. Es lo que inunda el corazón de un soldado después de haber sobrevivido a un ataque sorpresa de la magnitud del que estábamos presenciando y sin duda ayuda a que los hombres se mantengan firmes ante la adversidad y no se den por vencidos; pero mal enfocada, como estaba siendo en ese momento, podía provocarlas una falsa sensación de seguridad y triunfo que no sobreviviría al primer contacto con el enemigo. Una falsa sensación de triunfo que sería fácilmente aplastada cuando el Adversario presentara su siguiente arma. Conozco a los de su clase, he trabajado con muchos de ellos, la mayoría nunca tiran sus mejores armas al final. Sacrifican muchos soldados rasos al principio, usualmente equipados con armas grandes, para destruir la moral del enemigo o elevarla a tal punto que se descuidara, como estaba ocurriendo en ese momento. Pero conmigo no funcionaría; no apartaría mis manos de mi ametralladora.
Pero a pesar de todo, debía reconocerle una cosa al desgraciado: nunca dejaba de sorprenderme, y no necesariamente para bien. Cuando descubrí el patrón de ataque que estaba siguiendo, intente imaginarme cuales serían sus verdaderas armas, su artillería pesada; pero fracase miserablemente. Nunca hubiera podido imaginarme realmente lo que lanzaría contra nosotros en el próximo asalto. Aun hoy me veo incapaz de encontrar un nombre apropiado para esas cosas. Parecía una abominación salida de la mente retorcida de un director de cine de terror. Apenas asomo su gigantesca cabeza por el portal, supe que el Adversario ya se estaba cansando de los juegos. A juzgar por su forma diría que es un gusano, al menos uno inmenso, el más grande que jamás vi; de color fuego, recubierto por una capa de piel blindada. A diferencia de la mayoría de los gusanos, este tenía una boca de proporciones similares a las de un hipopótamo, con hileras de dientes filosos y puntiagudos. Dos zarpas salieron del mismo portal para aferrarse con fuerza a las azoteas de dos edificios que por fortuna no habían sido ocupados. Por un momento supuse que el Adversario tenía pensado arrasar con todos los edificios, mandando a su bestia de ataque a que chocara contra estos y los colapsara, pero al final resulto que tenía otros planes.
Del cuerpo de la criatura comenzaron a abrirse bocas de similar aspecto a la que supuse que sería su “boca principal”. De esas bocas en cuestión, comenzaron a caer armaduras plateadas, similares a armaduras de caballero pero quienes las traían puestas definitivamente no eran nobles ni mucho menos. Monstruos de más de dos metros, de piel quemada y armados con hachas y espadas de buen tamaño. Fue entonces cuando empezó la etapa más dura de la batalla: el combate a corta distancia. Lo anterior solo había sido un calentamiento, arqueros al frente de la formación a modo de hostigamiento, seguida de una carga de explosivos para dañar aúnmás las defensas, y ahora le tocaba a la columna vertebral del ejército, los soldados de infantería, entrar en acción. Sus armaduras eran capaces de soportar munición de bajo calibre, su tamaño y fuerza les hacía más resistentes, y ante la ausencia de armadura apropiada en los cuerpos de los soldados, estos debían asegurarse de no ser alcanzados por el acero de las armas de los caballeros, o serian fácilmente partidos a la mitad. Las cosas se habían complicado un poco para las primeras líneas de defensa, pues fueron las que más sufrieron el ataque de los invasores. Yo por suerte no me encontraba tan cerca del portal, pero si lo suficiente como para que no me faltaran enemigos. Comencé a disparar con mi ametralladora en la dirección en la que venían los caballeros, derribando a cuantos pudiera de ellos en el aire. A juzgar por lo que había visto antes, parecían ser bastante más resistentes que un humano, pero ¿Contra artillería pesada? ¿Una caída de más de 30 pisos? No había forma de que pudieran sobrevivir a eso. Desde luego eso no impidió que un grupo reducido de ellos llegara a mi azotea, pero si redujo bastante los números. Llegado un momento determinado, cerca de cinco soldados cayeron en la azotea. Gire la ametralladora hacia su dirección para empezar a dispararles. Ninguno llego a tocarme, pero me vi incapacitado para detener a los otros tres que llegaron saltando en la dirección opuesta. Solo por mis reflejos fui capaz de agacharme para esquivar un corte horizontal de hacha destinado a cortarme el cuello. Gire por el suelo hacia la bolsa que contenía armas, para sacar mi Drakumov cargado. Sin perder el tiempo apunte hacia la cabeza de uno; cayó de espaldas al suelo pocos segundos después, con un agujero de bala en la cabeza. El segundo se acercó corriendo mientras levantaba su hacha, buscando aplastarme. Moví mi rifle hacia arriba para bloquear su ataque, chocando mi arma contra el mango de madera de su hacha, a la altura de su frente, para anular la fuerza de su golpe. En un fluido movimiento piso con fuerza en la placa de protección de su rodilla antes de que pudiera atacarme con su espada, partiendo el hueso y provocando que cayera al suelo. Acto seguido retrocedí de un salto, solo para esquivar por los pelos un corte de espada del segundo caballero, que alcanzo a hacerme un corte horizontal en el chaleco, aunque no lo suficientemente profundo como para llegar a la piel. Me reprendí mentalmente por haber sido tan descuidado. Intente alargar la distancia entre nosotros, pero él no me lo permitió, atacándome en cada oportunidad que tuvo, moviéndose con una rapidez inusual para alguien con su cantidad de armadura. Me aproveche de su ataque en frenesí, retrocediendo hasta estar a nada más unos pasos del borde del edificio. Cuando avanzo para lanzarme una estocada con su espada, retrocedí al mismo tiempo que boqueaba el golpe con mi rifle, provocando que el siguiera avanzando mientras yo me movía a un lado. El repentino movimiento lo dejo a punto de caer de la azotea, haciendo equilibrio delicadamente en el borde para no caerse. Yo aproveche esa oportunidad para darle un golpe con todas mis fuerzas en su espalda, con la culata de mi rifle, perturbando el delicado equilibrio que lo mantenía de pie, y haciendo que cayera al vacío.
Desgraciadamente, a diferencia de la oleada anterior, donde al menos le dieron tiempos a los soldados de recuperarse momentáneamente y alimentar una cierta sensación de esperanza en la victoria, en esta ocasión el Adversario no se tomó su tiempo para demostrarnos el verdadero poder que en realidad ostentaba, y lo insignificantes que éramos en comparación. A los pocos segundos de llevado a cabo el ataque de Stark, otros dos gusanos salieron de los portales violetas, exactamente iguales al primer gusano, y con las mismas bizarras características. A diferencia del primero, estos no se molestaron en quedarse a medio camino, y sacaron sus cuerpos completos a través del portal, permitiéndonos observar el verdadero tamaño que ostentaban esas criaturas de mierda. Y justo cuando creía que las cosas no podían estar peor…mejoraron. Es curioso en realidad, pero de hecho la balanza se inclinó ligeramente a nuestro favor cuando peor nos estaba yendo, No se cómo, ni por qué, pero los portales se cerraron de la nada, sin que fuera obra directa de nadie. De seguro ni siquiera el mismo Iron Man tenía alguna idea de por qué había pasado, pero pasó. Incluso el primer gusano, quien no había salido completamente del portal, vio su cuerpo cortado a la mitad, como si hubiera sido presa de una guillotina, para luego desplomarse hacia el pavimento. Obviamente, todavía teníamos otros dos gusanos intactos de los cuales preocuparnos, pero no podía dejar de pensar en los portales: se habían cerrado, por primera vez desde el inicio de la batalla ¿Significaría esto que el Adversario ya no mandaría más tropas por ahí? Pues no tenía ni idea, pero preferí esperar a ver si podíamos vencer a los gusanos que ya teníamos frente a nosotros, antes de arriesgarme a sacar conclusiones.
Aprovechando que ya había vencido a los caballeros de mi lado de la azotea, y ante la inminente llegada de más, corrí hacia una de mis bolsas, tome mi RPG-7 cargado, y apunte hacia uno de los gusanos. Mi blanco era pequeño, y estaba lejos: el misil iba dirigido hacia una de las bocas abiertas de las cuales salían soldados, necesitaba comprobar que tan resistentes eran esas criaturas por dentro. Quizás con Javelin el tiro hubiese sido más fácil, y hubiese podido apuntar a la boca principal por la potencia del proyectil, pero como dije antes no hubiera podido cargarlo dentro del edificio ni con todos los sobornos del mundo, así que me conforme con lo que tenía. Justo cuando los soldados comenzaban a saltar de azotea en azotea, apunte hacia uno de los gusanos, tome aire, y presione el gatillo, El tiro era muy complicado, el misil tenía que recorrer mucho camino y no podía ser interceptado. Tuve que tomar en cuenta el viento, el Angulo de descenso del misil, las tropas aéreas presentes en la zona; muchos factores a considerar que hacen el tiro difícil con un rifle de precisión, ni hablar de lo titánico que resulta un tiro similar, pero con un lanzacohetes. La repentina explosion probocada por Stark me hiso perder ligeramente el equilibrio, pero no el suficiente como para afectar mi tiro; con algo de suerte daria en el blanco. No esperaba realmente que un misil pudiera hacer algo contra los gusanos, a meenos que diera en el blanco y se lo acabase tragando.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 8th Diciembre 2015, 17:26
El primer gran gusano ha sido partido a la mitad, causando destrozos en su caída y embarrando a los soldados cercanos de sangre y demás órganos, causando a los débiles de estomago vomiten por la grotesca escena, si no desaparece mágicamente como suele ser en la mayoría de los casos, la peste será horrible por meses.
Pero el hecho de que los portales principales se han cerrado tan de repente me da mala espina, es posible que algún mago de villa fabula haya logrado cerrarlos, pero también cabe la posibilidad de que la carta fuerte del Adversario ya está en nuestro plano y está esperando el momento adecuado, sin contar los otros 2 gusanos más que hacen el mismo puto trabajo que el anterior, varias bajas en sus cercanías se están dando.
Se escucha en los radios de los soldados la orden de flanquear en la zona sur, en eso la armadura Iron Man deja caer algo, supongo que el tanque donde traía el nitrógeno. La pelea todavía no terminaba, seguían saliendo caballeros demoniacos de los gusanos, mientras acompañaba a los soldados, el francotirador hacia su trabajo respaldándonos, pero en algún momento dejo de hacerlo, se le habrán acabado las balas, mala suerte para mi, lanzo una onda de fuego de menor tamaño pero más caliente en la retaguardia del grupo de soldados que iban al sur saltando como pueden entre los techos de los edificios, así que me convierto en una defensa más para lo que sea que estén planeando hacer.
A lo lejos se escucha una explosión ¿mas enemigos? pero resulta ser ese tanque de nitrógeno, ¿todavía tenia? una estela plateada sobrepasa la blanca nube que deja la explosión, y el frio bajaba más de lo que ya había bajado, forzándome a infundir fuego a mi katana y crear fuegos fatuos alrededor de mil que mantenían un calor constante cercano, y sirve de protección cuando un enemigo se acerca demasiado.
En plena pelea, veo de reojo un misil que va contra uno de los gusanos, pero no me distraigo para ver si logra dar en el blanco o si le afecto por lo menos, ya estoy ocupado, los mugrosos caballeros siguen respawneandose a cada minuto, debo acabar con la raiz del problema o uno tan siquiera, podría acercarme a uno de los gusanos y propulsarme con mi fuego para pasar de su boca principal y aterrizar en su "espalda" enrollada en uno de los edificios, perforarla con mi katana mágica y con mi fuego incendiarle desde adentro mientras sigo rasgando recorriendo su cuerpo, gracias a su poder cortante, no me seria difícil avanzar sin estancarme para esquivar las demás bocas, y con buena velocidad y agarre sin caerme al vacio.
Idea loca, digno de un videojuego o un anime, pero si pruebo mi idea, dejaría a su merced a los soldados y no puedo abandolarlos sin una razon de peso.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 18th Diciembre 2015, 19:14
La esfera de hielo que Stark había creado se había llevado por delante a un gran contingente de armaduras demoníacas por delante, adelantando así la Navidad y los adornos. El misil que mandó volar Jonathan impactó en la boca del monstruo, haciendo que éste rugiera de dolor y cerrándola. Era cierta la teoría: por dentro eran más débiles, y los soldados que estaban más cerca se dieron cuenta de ese detalle, aprovechando entonces las granadas que tenían y el fuego pesado para centrarse en las bocas de aquellos abominables seres. Sin embargo había suficientes caballeros demoníacos como para entorpecerles el ataque. El cuerpo a cuerpo se les daba mejor a aquellos seres, y aunque un soldado pudiera acertar dos o tres, al final era superado por las espadas y las hachas.
Una nueva figura apareció de la nada, en el cielo, procedente de la dirección donde estaba Villa Fábula. Era una figura alada, alargada, como sacada de un cuento de hadas. Según se acercaba se podía escuchar el batir de sus alas, con la fuerza que cargaba contra el viento y la inmensidad de su cuerpo.
Era un dragón rojo. Uno extremadamente grande. Sus fauces estaban rodeadas de pequeñas volutas llameantes que surgían cada vez que el reptil alado respiraba. Y sobre su cabeza, había otra figura, ésta más pequeña, más raquítica y más humana. O al menos, eso parecía.
- Perdón por hacerte esperar tanto, muchimillonario - le dijo Rosa Roja a Tony por micro, cargando ésta con una espada entre las manos la cual apuntaba al cielo. Aquel que mirara su hoja podría ver una luz surgiendo de su interior, iluminando la basta noche que les rodeaba. Era una espada medieval perfectamente afilada, con un mango de plata y oro. - Veamos si ésta Excalibur es tan buena como me dijeron. - Rosa Roja puso la espada en horizontal, sujetándola con ambas manos y con un gran esfuerzo dibujó un arco con la hoja, tan rápido como pudo y con todas sus fuerzas. Del arco se proyectó un haz de luz blanca brillante que hizo retroceder a la pelirroja, casi cayéndose de su montura. Dicha luz se desplazó a una velocidad vertiginosa hacia los dos gusanos demoníacos, cortándolos a ambos por la mitad y quemándolos por dentro, convirtiéndose en cenizas tan velozmente que los ecos de sus gritos quedaron suspendidos en el aire. >> ¡Toma ya! - gritó Rosa Roja, victoriosa, pero el dragón de repente se evaporizó, y volvió al cuerpo que era antes: un dragón con el cuerpo de un cuervo. Rosa Roja se vio sin montura y empezó a caer al vacío, sujetando la espada con una mano. Iron Man pasó como una centella, sujetándola para que no se cayera y volviendo a elevarse. - Atrapada al vuelo. - Gracias caballero de brillante armadura.
Con la desaparición de los gusanos terminaron las oleadas de caballeros, pero el peligro... el peligro seguía sobre las azoteas, pues aunque ya no salían más soldados, y extrañamente éstos dejaron de moverse, unos símbolos demoníacos y cargados con las llamas del infierno se dibujaron en los cuerpos de los caballeros, los cuales empezaron a tambalearse y a temblar. Uno de se hinchó y dio la voz de alarma cuando estalló en una explosión llameante.
- ¡ATRÁS TODOS! ¡RETIRADA! ¡APARTAOS DEL ENEMIGO!
Los caballeros empezaron a explotar uno detrás de otro consecutivamente, creando un mar de llamas.
[FDI: Las llamas y las explosiones no consiguen derretir ni quebrar el hielo que cubre los edificios.]
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 28th Diciembre 2015, 01:41
Pero que show nos está dando Tony, diezmando una gran cantidad de soldados demoniacos, y si eso no era suficientemente bueno, el misil de hace unos momentos al parecer hizo impacto y no solo eso, en el lugar correcto puesto que la criatura no volvió a abrir la boca. Los soldados aliados notaron esa debilidad y empezaron a atacar a las demás bocas de menor tamaño con sus granadas y… ¿Quién es lo sufrientemente loco para traerse un lanzallamas? Lo esperaría de algunos tipos en mi mundo…yo use algunas en un par de ocasiones, pero ¿la milicia estadounidense? A lo sumo la CDC para problemas de ataques biológicos.
Lo malo del asunto es que seguía habiendo soldados demoniacos para evitar una ofensiva eficiente de nuestra parte, algunos lograban matar un par de soldados demoniacos pero eran superados en número todavía.
Un soldado estadounidense dio otro grito de alarma en dirección a Villa Fabula, ¿ataque desde la retaguardia? ¿Qué no estaba cubierta esa zona?, y vi y miren, una criatura alada surcaba los cielos, de color de fuego era la superficie de su piel, el batir de sus alas se empezó a escuchar, de su boca llamas salían a cada respiro que alimentaba la propulsión de sus alas.
Un dragón…es un maldito dragón jejejee—reí con nerviosismo, ya que no puede ser más que otro enemigo, ¿cierto?, los de Villa Fabula no tienen a un dragón escondido ¿verdad?... ¿Pero que tenemos aquí? ¿Hay una persona en su espalda? Genial, un jinete de dragón para variar, si con el reptil por sí solo no causa daños considerables, ahora alguien está susurrándole los objetivos.
Curiosamente el jinete trae una espada iluminando la noche—Y los Wabanaki estuvieron unidos por favorables extraños cuyo líder ejercía una extraña espada que brilla en la penumbra—fue lo primero que se me vino a la mente citar en el momento, palabras impregnadas en mi mente por Las Abejas, esa enigmática entidad que zumba entre las eras y demás tiempos, habidas y por haber. El jinete lanza un haz de luz que retumba en los vientos en dirección de los 2 gusanos que les cercena por completo a ambos—hizo el mismo maldito truco que yo, pero mas impresionante—esta vez con una gran sonrisa en la cara, pues el jinete y ahora el desaparecido dragón, eran en realidad aliados.
Pero el gusto de la victoria no duro mucho, puesto que los soldados demoniacos que seguían aquí, no lo estaban en su movimiento contra nosotros para ensartarnos sus espadas u hachas, pocos segundos después de su quietud, símbolos extraños empezaron a brillar en las pieles de esos soldados que le siguieron unos tambaleos o temblores como convulsiones mientras están parados, uno de esos empezó a hincharse como un globo y a explotar devorando lo que sea que estuviera alrededor más cercano del mismo con el cual un grito se escuchó entre nuestros aliados.
- ¡ATRÁS TODOS! ¡RETIRADA! ¡APARTAOS DEL ENEMIGO!
Así que me apresuro para acercarme lo más posible al fuego, ya que a mí no me afecta tanto como a los demás, con un poco de parkour llego a tiempo para lanzar mi propio fuego creando una especie de muro de quien sabe cuántos centígrados pero con lo necesario para impedir que el fuego enemigo pase de mí, terminado el muro empiezo a tratar de envolver las llamaradas y así contenerlos con una especie de tornado disipándolo al final, solo espero tener el poder suficiente para lograr esta proeza.
Por favor que los soldados estadounidenses que estaban cerca de los otros gusanos se alejen a tiempo de las armaduras demoniacas.
Pd:
Obviamente dejo a Lobo que decida a cuantos he podido salvar si el truco funciona claro :v
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Jonathan Smith
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 5th Enero 2016, 04:01
Al final mi teoría se comprobó, o al menos eso pude deducir basado en las exclamaciones de dolor del gigantesco gusano. El proyectil de mi RPG entro por una sus tantas bocas y segundos después se produjo una gran explosión, señal de que había dado en el blanco. No pude evitar sentir un poco de satisfacción ante tal espectáculo, pues a pesar de todas las variantes, de la inmensa dificultad que había implicado la tarea de embocar un proyectil de esas proporciones a través de un orificio tan pequeño y a esa distancia, lo había conseguido. No conozco ningún tirado que no se hubiese sentido orgulloso ante la realización de tal proeza; supongo que mi buena puntería aplica a cualquier arma que utilice. Además, que puedo decir, adoro cuando un plan da resultado. Y para mejorar las cosas, los soldados que se encontraban cerca de esa posición tomaron nota de mis acciones y resultados, y en cosa de nada ya habían empezado a dirigir todos sus explosivos y balas de alto calibre a los múltiples orificios del gusano, provocando estragos en los cuerpos de las bestias. Al parecer, independientemente de su piel blindada en el exterior, su interior era tan blando y débil como el de cualquier otra criatura. Bien, ese nuevo descubrimiento puso las cosas a nuestro favor bastante rápido.
Tampoco es que hubiera podido disfrutar de mucho tiempo para contemplar mi trabajo, puesto que apenas había conseguido disparar, tuve que moverme hacia la izquierda rodando por el piso para esquivar el ataque de uno de los soldados, solo para levantar mi lanzacohetes en el aire y bloquear un golpe de hacha descendente de otro que había llegado. Eran claramente más fuertes que el humano promedio; por fortuna también lo era yo. Acto seguido di un salto hacia atrás para mantener cuanta más distancia me fuera posible de los caballeros. Cada vez comenzaban a llegar más, y estaba solo. Por fortuna, me había preparado para esa clase de escenario. Para eso tenía mi ametralladora montada en el trípode. Me fue fácil llegar a ella dado que era mucho más ágil y rápido que esos soldados, cuyas armaduras reducían bastante su movilidad. Apenas estuve a la distancia suficiente, gire el arma de modo que dejara de apuntar hacia el cielo y comenzara a apuntar hacia ellos. Ni un segundo después, ya las balas habían salido disparadas contra ellos, pulverizando sus armaduras como si no fueran más que papel aluminio y regando la azotea con sus tripas. Los otros que acababan de llegar tampoco corrieron una mejor suerte, y para cuando se me había acabado el cargador, ya había al menos otros diez cadáveres regando el piso.
Entonces llegó ella. Bueno, en un principio no supuse que fuera un ella. Era un dragón rojo de buen tamaño, incluso diría que más grande que los demás a los que nos habíamos enfrentado hasta el momento. Solté mi ametralladora y tome mi rifle de calibre 50, utilizando la mirilla para tener una mejor imagen de su jinete y, en caso de que fuera necesario, arrancarle las alas. Quizás era un soldado especial del Adversario que había llegado por una vía secreta para atacar nuestra reta guardia, pero de haber sido ese el caso hubiese llegado mucho antes, cuando cayó el primer gusano. Las posibilidades estaban a favor de que fuese nuestra aliada, lo cual hubiese estado mejor que verme forzado a tirarla del cielo. Por fortuna esto último resulto no ser necesario, dado que la jinete, quien portaba una espada ornamentada de mango dorado, resulto ser una de nuestras aliadas, y una bastante poderosa cabe destacar. Solo con un tajo al aire de esa espada, provocó un arco de fuego que se expandió hacia adelante, penetrando las defensas de los gusanos como un cuchillo caliente en mantequilla y cortándolos a la mitad. Posteriormente el dragón desapareció del cielo, y su jinete cayo, solo para ser atrapada por Iron Man. Aun así ya no importaba: había cumplido su propósito. Ahora, por primera vez desde que la batalla había iniciado, la balanza verdaderamente se inclinaba a nuestro favor.
Y más o menos en ese momento fue cuando todo volvió a irse a la mierda. Comenzó en pequeña escala: un par de soldados brillando para luego explotar. Y antes d que me pudiese dar cuenta, ya se había encadenado todo un maldito efecto domino. Los caballeros estaban activando alguna clase de bomba suicida o algo así. Fuera como fuese, por instinto me di la vuelta, solo para contemplar como todos los cadáveres que había en la azotea, que eran bastantes en realidad, comenzaban a brillar de un modo similar. El sentir la adrenalina recorriendo mis venas, como es típico de todas aquellas situaciones de muerte inminente, activo mis habilidades; mi “poder”. Todo sucedió muy rápido. En cosa de nada deje mi arma principal para correr hacia la salida, aun con el rifle en mi espalda, tomando dos bolsas por el camino: la de explosivos y la de balas. En situaciones como esas era cuando más agradecido estaba de tener capacidades físicas muy superiores a las del humano promedio; caso contrario no hubiese llegado. Y de hecho casi no llegue. No tuve tiempo de desactivar las Claymore que deje en la puerta, pero eran minas laser de corto alcance. No me fue muy difícil pasar por arriba de ellas con un salto. Por fortuna, la explosión que ocurrió a mis espaldas me dio el impulso suficiente para atravesar la puerta en pleno vuelo aunque esta estuviese cerrada, y mi cuerpo protegió las bolsas para evitar cualquier tipo de explosión derivada. Para cuando todo volvió a transcurrí a su velocidad normal, al menos a mis ojos, me encontré rodando con las escaleras, con la parte trasera de mi traje en llamas y abrazándome a las bolsas con todas mis fuerzas para asegurarme de que no se rompieran. En un determinado momento las solté, dejándolas sobre unos escalones, y continúe rodando un poco más, aprovechando el movimiento para apagar el fuego.
Finalmente llegue hasta el suelo, y para entonces ya el fuego se encontraba reducido a unas pocas llamitas, que apague con golpes de mi mano. El hombro me temblaba, tenía una rodilla sangrando, y me debatía internamente entre si mi espalda estaba más adolorida por las quemaduras o por la caída. Aun así, unos segundos después ya me encontraba de pie otra vez; no en mi mejor estado pero de pie al fin y al cabo. Me pare lentamente, y comencé a subir las escaleras una vez más por las escaleras, recogiendo mis pertenecías desparramadas por el camino, incluyendo el rifle que se me había caído luego de la explosión. Por fortuna el edificio no había sufrido daños estructurales, y mi cuerpo no tenía ninguna herida que no pudiese curar fácilmente. Lo que más me preocupaba era mi hombro posiblemente dislocado, pero podría ponerlo en su lugar otra vez con facilidad. Ahora solo era cuestión de salir a ver como había quedado el campo de batalla.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 7th Enero 2016, 16:06
El fuego se extendió sin medida. No era un fuego normal, y eso lo comprendieron nada más estallar los primeros cuerpos. Aquel fuego no devoraba el oxígeno y se expandía hasta extinguirse: aquel fuego tenía vida propia, estaba rabioso y consumiría todo cuanto tuviera delante sin remedio. Si podía no dejaría nada para el recuerdo, y si quisiera quemaría hasta las memorias de aquellos que sobrevivieran a él.
IronMan salió despedido usando sus propulsores y llevándose consigo a Rosa Roja, evitando así las llamas del infierno que se había desatado en las azoteas de Nueva York. La gente que se quedó dentro de los edificios y había contemplado las encarnizadas peleas gritaron de terror en sus sarcófagos de cristal, hormigón y hielo sin que nadie pudiera verles ni oír cuando pasaron las llamas cerca de las ventanas, protegidas por el inmutable frío y el hielo del hechizo de la Reina de las Nieves. Los que no tuvieron tanta suerte fueron los soldados apostados en las azoteas, los cuales sólo tuvieron una forma de sobrevivir a aquella calamidad: saltar. Los que tenían azoteas cercanas a la suya saltaron y siguieron corriendo, siguiendo a su pelotón. Los que no, los que quedaron aislados aprovecharon la mochila con paracaidas que les habían repartido. Hubo quienes llegaron al suelo, otros que no fueron suficientemente rápidos y otros que si, pero que desplegaron el paracaídas demasiado pronto, y las llamas consumieron su esperanza de vida.
Arturo hizo gala de sus dotes de pirokinesis, extendiendo una red de llamas que quiso envolver la furia que azotaba a los defensores. Sin embargo no tardó en captar que aquellas llamas no eran normales cuando una simple lengua atravesó un poco su muro y le rozó el hombro, dañándole tanto el traje como la piel. Era un fuego difícil de catalogar, salido de una dimensión más antigua que el propio mundo. Un fuego infernal. Las llamas de Arturo pudieron contener momentáneamente el infierno sobre las azoteas y darles tiempo a los soldados de correr y escapar. No duró mucho, pero salvó muchas vidas. Jonathan por su parte tuvo a la dama de la suerte a su lado: el hielo que cubría la puerta de la azotea por la que había subido, por alguna razón, cedió ante el embiste del mercenario. Tal vez fue la Reina de las Nieves quien le ofreció aquella vía de escape, tal vez un pequeño fallo en la defensa de la ciudad, pero uno sutil y de agradecer al fin y al cabo. Jonathan pudo sobrevivir al ataque pero no pudo decir lo mismo del equipo que dejó atrás, el cual quedó calcinado cuando éste volvió para recogerlo cuando las llamas cesaron. De todo cuanto había traído con él, tan sólo quedó lo que llevaba encima y se había salvado junto a él, sin contar la espalda del traje. Aquellas abrasiones iban a picarle durante mucho, mucho tiempo.
Una vez extinto el fuego, sólo quedó la desolación. Muchos se habían salvado tras la pelea en las azoteas, pero también muchos habían muerto protegiendo la ciudad, bien por los ataques del ejército del Adversario como por las llamas de aquel ataque sorpresa final. Formaba parte de la guerra, y la guerra siempre se cobraba a sus víctimas.
Una cosa tenían segura: la guerra había terminado... o eso quisieron creer todos. [Podéis escribir después de éste post diciendo qué hacen vuestros personajes y las consecuencias del final de la lucha. El mini-evento se da por terminado. Muchas gracias por haber participado ]
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 14th Enero 2016, 03:39
El fuego que estoy intentando contener es diferente, se siente con vida y con intensas emociones negativas, no puedo controlarlo siquiera. Su fulgor es bravo y desmesurado pero aun así el hielo no sufre ningún efecto de anti-naturales fuegos con vida, y no es que no haya visto algo similar, pero no con tanta fuerza y ahínco por devorar todo a su paso.
Los soldados en las demás azoteas no tuvieron mi protección y tuvieron que elegir entre sus posibilidades; desde saltar a un edificio cercano de haberlo, si la entrada al edificio no estaba obstruida podían escapar sin percances, pero de lo contrario tenían que saltar con los ¿paracaídas? Espera, ¿tenían previsto saltar? Como sea, no todos tuvieron la suerte de abrirlos al momento adecuado y morían tanto por una abrupta caída o devorados por las llamas.
Yo por mi parte mi pared de fuego no lo contuvo demasiado tiempo pues unas llamas lograron tocarme y dañarme no solo el hombro quemando la ropa sino mi mano izquierda que supuestamente es inmune al fuego. A cada segundo que pasaba el fuego aumentaba su furia por salir, lográndolo poco después obligándome a correr detrás de los soldados que lograron escapar gracias a mí.
Bajando las escaleras todavía nos persiguen las llamas, tengo que dar unas pausas para frenar el fuego con el mío unos segundos para seguir avanzando hasta que en cierto momento dejo de ser menos intenso y a apagarse por cuenta propia como si un tiempo límite se tratara y no del combustible que hubiera en los alrededores. Solo espero que eso haya sido lo último, no sé qué hubiera hecho de llegar al suelo con los demás en las afueras del edificio.
Estando ya afuera el ambiente no es de victoria y fiesta por haber salvado la ciudad, si no de desasosiego, tristeza y abatimiento, los sobrevivientes tendrán trastorno por estrés post-traumático a razón de no estar acostumbrados a luchar contra esa clase de seres que sobrepasan la lógica y cualquier entendimiento humano común.
En mi caso nadie se habrá dado cuenta de mi participación aparte de Iron Man, el misterioso francotirador y los soldados en la azotea donde estuve luchando a su lado, así que me alejo sin que alguien se percate de mi presencia, poniéndome mi capucha siendo anónimo como siempre. Estoy cansado tanto físicamente y mentalmente así que me voy a Hell`s Kitchen donde se encuentra mi apartamento a dormir. En unos días volveré cuando se calmen las cosas, ellos pueden ser grandes aliados para futuros casos de gran necesidad.
Pd:
Yo también disfrute el mini-evento, Lobo espero poder hacer un tema para cuando tengas tiempo
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019) 16th Febrero 2016, 16:33
off: mil disculpas por la tardanza y perdonen si este cierre me quedo tan escueto
En retrospectiva, creo que la peor parte de toda batalla dura es cuando esta termina. Cuando la adrenalina cesa su efecto y te vuelves más consciente de todo lo que te rodea. No solo porque tienes el tiempo de sobra para contemplar todo el desastre que ha quedado en el campo de batalla, sino porque a los pocos segundos vuelves a sentir dolor. Esas heridas en las cuales no podías pensar mientras estabas en el campo de batalla puesto que simplemente no puedes darte el lujo de pensar en otra cosa que en los enemigos; cuando ya no hay más de ellos, el cuerpo no tiene excusas para mantener el dolor apartado de la mente, y sientes de un golpe todo el dolor que debiste haber sufrido en situaciones normales. Ese fue mi caso, desde luego. Las cosas volvían a su velocidad normal mientras subía las escaleras, y mis músculos comenzaban a chillar por el castigo al que habían sido sometidos en los últimos segundos. Por cada escalón que subía sentía como aumentaba gradualmente el calor en mi espalda; las quemaduras producto de la explosión de fuego de la que había salido a duras penas comenzaban a resentir mi espalda con cada vez más fuerza. El traje había protegido buena parte de mi cuerpo, por no decir que me había salvado de padecer quemaduras de tercer grado como mínimo, pero aun así no había bastado para repeler en su totalidad el esparcimiento del fuego. Por fortuna este se fue apagando mientras bajaba por las escaleras, pero la espalda me iba a arder por un buen rato.
Y hablando de dolor, llegando al último escalón mis huesos también empezaron a tronar. No solo mi hombro dislocado, sino mis músculos en general. Estaba seguro de que me había lesionado algún musculo de las piernas durante mi salto hacia adentro del edificio. Y de la cintura para arriba tampoco estaba mejor. Mi otro hombro también estaba ligeramente resentido, me goteaba sangre de la frente y tenía un cosquilleo en el pecho a la altura de la caja torácica que me empezaba a fastidiar. Las lesiones habían resultado ser peores de lo que había supuesto en un principio. Me dolía todo el cuerpo solo por el ejercicio que realizaba en subir las escaleras. Desde luego por lo general dicho dolor se limitaba a una gran molestia en determinadas zonas del cuerpo y nada más. Por suerte me recupero con gran velocidad, en parte producto al suero del supersoldado que corre por mis venas, y de seguro para mañana la mayoría de los dolores que estaba experimentando serian cosa del pasado.
Finalmente llegue a la cima de la escalera, pasando por encima de los ladrillos y trozos de concreto, y fui capaz de salir al exterior del edificio una vez más. Los alrededores estaban hechos pedazos, literalmente. Edificios destrozados y cadáveres de toda clase adornaban tanto las calles como las zonas más altas de la ciudad, al menos de la parte donde se había librado el combate. Aun podía escuchar con toda claridad los gemidos de dolor de algunos heridos que no había podido ser rescatados todavía, una sinfonía desagradable pero ya muy conocida. Y hablando de cosas desagradables, el estado de mi equipo era una de ellas. Sobra decir que mis armas habían visto días mejores. Todo aquello que había traído conmigo para la batalla se encontraba completamente inutilizable y más allá de toda reparación posible. Lo único que había sobrevivido a la explosión había sido lo que llevaba conmigo en ese momento, una pena.
Había pensado en dirigirme hacia Villa Fabula, para continuar con la batalla en el corazón del conflicto, pero después de un repaso rápido de mi situación, ya me quedo más que claro que no sería posible. No soy suicida, ni mucho menos estúpido. Soy consciente de que hacer eso sería una monstruosa tontería. Quizás si hubiese salido mejor parado de las explosiones o si hubiese podido conservar una mayor variedad de equipo de la batalla, ahí las cosas hubiesen resultado mejor. Pero ese no era el caso y yo no estaba preparado para otra batalla, al menos no tan pronto. Soldado que huye sirve para otra guerra, así dice el refrán, y eso fue lo que hice. Total, las fuerzas aéreas del Adversario habían sido eficazmente repelidas; yo ya había hecho mi parte, el resto dependía de las fabulas.
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Tema: Re: Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019)
Invierno de fuego: los cielos de Nueva York [Tony - Arturo - Jonathan] (10-03-2019)