Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin]

Tema: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 24th Junio 2018, 06:24

Para él no existen palabras suficientes. No hay ni habrá una oración que sea capaz de describirla. No nacerá otra mujer como ella en este mundo, con tan hermosa sonrisa, sin engaño en su mirar, amorosa en extremo. Nadie conocerá a la maravillosa señora de Roth, nunca se sabrá de Jane Spiguelman, ya no. A menos que la visiten en el cementerio.

- Madre... Madre...

La visión del huérfano se distorsiona, se ahoga en un diluvio cada vez que recuerda a su querida madre. No puede contener las lágrimas, un sentimiento atroz lo doblega cuando viene a su memoria. Aquella mujer lo hizo lo que es, fue esa mujer quien le enseñó a demostrar aprecio por la vida y las personas. Cuando la gente lo ve arriesgar la vida frente a ellos no tienen idea de por qué irradia ese coraje. ¿Por qué va tan lejos si se trata de simples desconocidos? Alguien le inculcó esos sentimientos desde la niñez, forjando así un corazón muy compasivo.

- Muchas gracias, mamá.

Fue doloroso saber que tanto su padre como su madre le guardaban secretos. Hubo asuntos sobre los que prefirieron mantenerse callados, quizás con la intención de evitarle traumas a su pequeño hijo o sencillamente por mera vergüenza. Dolió mucho bajar al sótano de su hogar aquella noche y encontrar aquel baúl con armas dentro. Desde ese instante dejó de lamentarse por ambos sabiendo que algo de culpa habían tenido, no fue un asesinato indiscriminado. Tras buscar información en un lugar tras otro no consiguió respuestas claras sobre qué fueron realmente sus progenitores. No obstante, eso cambió a partir de su asociación con Razor, un sujeto metido en locuras caóticas pero bastante audaz. De la noche a la mañana recibió lo que tanto anhelaba saber, una respuesta clara: Quienes lo criaron eran parte de una organización ilegal que busca sus propios intereses, bajo el control de influencias peligrosas. Seguro que hubiera sido algo interesante para decir en la escuela, ¿no? Pensó durante varios días, al mismo tiempo que investigaba la zona que Razor le dejó bien marcada en un pequeño mapa de New Jersey. No conseguía odiar a Jane, mientras que a su padre sí. Ese hombre nunca fue cercano, levantando la sospecha de que era él solamente quien tenía las manos hundidas en barro y arrastró a su bella esposa consigo. La cosa es que, cuando él fue asesinado en prisión, en los ojos de ella podía notarse la resignación a perecer; esperaba su muerte. Es frustrante tratar de entender la decisión de sus padres, al menos para Daika lo es. Pero no quería hallar respuestas para eso, no, su objetivo ahora es derrocar a A.I.M, organización que le arrebató todo de un día para otro. Sus líderes van a lamentarse, sufrirán.

-- Nueva York, 1:30 AM.

En poco tiempo ha intentado armar un plan perfecto, error número uno. No se encuentra en muy buenas condiciones físicamente hablando, lo bueno que su mente sigue funcional o eso es lo que le diría a cualquier tercero que cuestione su manera de actuar.

Dejó a un lado su labor de vigilante temporalmente para hacer "entrevistas de trabajo" a jóvenes prometedores, error número dos. Encontrar a posibles colaboradores no fue tarea fácil, se vio en la necesidad de visitar diversas mafias y pandillas callejeras con el fin de obtener pistas no siempre fidedignas pero al fin y al cabo pistas. Es impresionante la infinidad de muchachos que viven una vida sufrida por culpa de la delincuencia (huérfanos, pobres, discriminados), por culpa de esas personas que pisotean a diestra y siniestra. Estos jóvenes, ahogados por la maldad buscan sobrevivir dentro de ella y, realizan actos faltos de honradez. Clay Williams es un claro ejemplo, pues vivió una vida pacífica hasta la edad de 17 años, antes de que sus padres fueran brutalmente asesinados y su hogar despiadadamente incinerado. Como resultado, las calles verían a un abusivo ladrón más. La idea de Spiguelman es ayudarlos a enderezar su vereda, no desea usarlos y ya... Por supuesto que no... Error número tres.

La postura inmovible que sostiene al borde del edificio lo ayuda a pasar desapercibido. Durante horas se ha quedado muy quieto, ignorando el dolor que quema sus piernas. Está en territorio enemigo, vigilando el escondrijo de su objetivo con nerviosismo de por medio. Se arriesga a perder más de lo que pretende ganar, le está apostando demasiado al subconsciente, error número cuatro. Entonces, cuando la veintava gota de sudor que emana de su cuerpo se le desprende del mentón y cae al suelo, en ese preciso instante, pierde la apuesta. Se escucha un disparo. La calma está perdida, quienes no son ciudadanos inocentes asoman la cabeza y sale cada uno con su respectiva arma. Por otro lado, Williams ya miró a su “ángel guardián” descender con destreza la pared del complejo vecino a su hogar. Sabe que va en busca de él, fue alertado de antemano por los mismos que lo delataron así que no es de extrañar que empiece a correr tan pronto como las piernas le responden. No obstante, el autor del disparo (un maleante cualquiera) le echa una mano, pues pone las cosas difíciles para el vigilante al librar una racha de disparos.

-- 3:00 AM.

El muchacho resultó ser rápido. Después de lidiar con los múltiples disparos se desencadenó una turbulenta persecución entre justiciero y malhechor. Discurrieron por los alrededores, evadiendo lo que se presentara al frente, utilizando infinidad de callejones en lugar de las avenidas principales. Finalmente, llegan a los muelles, donde Clay parece tener amigos, razón por la que Daika agacha la cabeza. Los vigila de no muy lejos. Un tipo con ropas caras y con más tatuajes que cicatrices le tiende la mano al chico notoriamente agotado abriéndole paso a un barco de tamaño promedio. Por consiguiente este se empieza a mover. A ciertos metros de distancia el perseguidor chasquea la lengua.

- ¡Maldición!

Mueve el cuerpo desesperadamente, corriendo directamente al barco. Le fastidia mucho el hecho de que ese niño estúpido prefiera refugiarse con esa clase de personas, incluso fue descubierto del rostro para comprarse su confianza y así le paga.

- ¡Demonios!

Brinca lejos. Tiene miedo de no alcanzar el borde del bote. Estira hasta las falanges tratando de no fracasar en el salto.

- Oh... –suspira, aliviado.

Le duele el pecho gracias al impacto, al final agarró más vuelo del necesario pero el lado bueno es que se encuentra dentro. No tarda en esconderse.

Transcurren los minutos en calma. Todo es pláticas grotescas y peste a cigarrillos. Cuando parece que será un viaje sin fin un bote pequeñín pasa cerca y lento, al parecer pretenden recoger a alguien. Hombres gritan entre risas, pidiéndole a alguien que suba a bordo, es Williams. Daika ahora quiere golpearlo, frunce el ceño al mismo tiempo que aprieta los tablones del borde. Error final.

Este no ha sido su mejor día. Le pasaron demasiadas cosas malas mas no es justo culpar al destino, él solo cometió todos esos errores. Si le preguntaran negaría estar enojado, diría algo como “intento acabar con ese mal lo más rápido posible”, bueno, estaría mintiendo. ¿Por qué deseas hacer esto en verdad, Daika Spiguelman? ¿Cuál es la verdadera razón?

No puede respirar, la sangre que gorgotea de su nariz le impide hacerlo sin batallar. Sus ojos empezaron a soltar lágrimas y está en su derecho, acaban de darle con un bate de béisbol en la nariz. Bajó la guardián mientras observaba a su objetivo, cuando giró el cuello ya era demasiado tarde. Por inercia cae al salvaje mar. Lo frío del agua lo reconforta, es lo contrario al calor que le invade el rostro. Es inútil intentar salir, está cegado y poco a poco pierde contra el océano. Está tragando mucha agua en cuestión de segundos, además de que su cuerpo se hunde por más que agite brazos y piernas. Pero… ¿Quieres matarlos verdad, Daika? Quieres asesinar a quienes se llevaron a Jane.

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Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] Daika_10

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 16th Septiembre 2018, 00:21

El mar siempre ha estado lleno de secretos para los habitantes de la superficie.

Cuando uno de ellos atraviesa esa barrera líquida que lo separa del océano, se arriesga a congelarse en el agua helada, ahogarse… Lo que suceda primero. O, quizás, encontrarse con cualquiera de sus habitantes. Habitantes que, a pesar de ser completamente distintos entre sí, comparten una cosa en particular: La comprensión innata de que un chapoteo seguido de una cosa hundiéndose significa algo interesante. Más aún si ese objeto es grande, cálido,su sangre puede olerse a kilómetros de distancia… Y eres un depredador. Dolphin carecía de la telepatía que permitía a Arthur comunicarse con los animales marinos, pero no la necesitaba para anticiparse y entender qué pasaría si esa persona seguía viva y no volvía a tierra firme pronto. Aprovechando el fondo para impulsarse, se dirigió nadando hacia la fuente del sonido, que se confundía con el de las hélices de un barco. ¿Se habría caído de allí? Era posible, que ella supiera los terrestres no nadaban en sus puertos. Pero, fuera como fuera, los tripulantes de la embarcación no debían de haberlo visto… Porque se estaban alejando.

Bueno, ya resolverían eso después.

Sonrió al ver en la distancia la silueta del chico, notando que aún salían algunas burbujas de su boca. Eso solo podía significar que, por poco que fuera, aún quedaba algo de aire en sus pulmones. Pero, a medida que se acercaba… La atlante empezó a notar que no le quedaba mucho tiempo. El frío de enero había teñido su nariz de morado, y sus ropas empapadas lo arrastraban rápidamente hacia el fondo. La boca entreabierta dejaba entrar el agua en sus pulmones, y… Oh, y parecía que acababa de recibir el golpe de su vida en plena cara. Mal, todo mal.

Sin perder más tiempo, e imitando sin darse cuenta a algunas de las sirenas sobre las que tanto habían hablado los humanos en el pasado, pasó sus brazos por debajo de los del chico para llevarlo consigo hasta la superficie. Lo primero era conseguir que respirara, después, llevarlo hasta la orilla… Pero no hizo lo primero. Debía de haber tragado demasiada agua ya… Así que tendría que recurrir directamente al plan B. Nadando tan rápido como le permitía su carga, Dolphin llegó a una pequeña playa no muy alejada del puerto principal. Las horas y la época la mantenían vacía, cosa que la atlante no agradecía en absoluto en esos momentos. Había estado meses tratando de pasar desapercibida, y había fallado miserablemente más de una vez. Y ahora, que necesitaba un poco de atención (médica, pero atención de todas formas), no había ni un alma alrededor.

Cogió al chico en brazos, de una manera que probablemente lo habría matado de vergüenza si estuviera consciente, y lo depositó en la arena bocarriba, con la cara girada hacia un lado. Tendría que darle las gracias a Dick cuando volviera al Monte Justicia, por enseñarle qué hacer en esos casos. Hasta hacía no tanto, no hubiera hecho nada más que sentarse y esperar a que respirara por su cuenta. Lo zarandeó un poco, tratando de despertarlo. Pero parecía que si no lo había hecho durante el corto viaje hasta allí, no iba a hacerlo entonces. Le quitó el abrigo, y empezó a presionar su pecho tal y como Nightwing le había explicado. Tenía que tener cuidado… Hundir las costillas de alguien siempre era una maniobra arriesgada, y todavía más si la persona que lo hacía tenía que medir sus fuerzas para no acabar haciendo más mal que bien. ”-Vamos, despierta...”

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Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] Clear+2

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 26th Octubre 2018, 19:48

OFF-ROL: Hago dos aclaraciones: Primero, el párrafo que está en spoiler no pasó nunca en la vida real, Daika lo imagina. Y siento que eso lo aclaro después pero bueno, por si acaso. Creo que es algo fuerte, así que leerlo bajo su propio riesgo XD. Segundo, la serie de diálogos en Azul oscuro y Azul resaltado no son pensamientos de ese momento, son "conversaciones" entre él mismo (? que ha tenido en el pasado, varias veces tal vez. Pero lo metí aquí para ¿explicar? cómo se siente Daika y por qué imagina algo tan desastroso al estar en el agua.

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Siempre se dijo a sí mismo que no guardaba rencor en su corazón ni esperaba cobrar venganza. Se engañó pensando que solo quería ir tras ellos por una causa justa, como lo sería proteger a otras personas del mismo sufrimiento. Que admirable, cuanta nobleza. No, todo era mentira.

Spoiler:

A pesar de que no puede hacer nada para salir del abismal océano. Aunque el dolor le invada brazos, piernas, nudillos, rostro, y la agonía provocada por el agua salada entrando a su cuerpo sean insoportables no puede dejar de pensarlo. Esa idea retorcida de liquidar a los de traje amarillo, A.I.M. Es lamentable, pero en vez de tener una imagen alegre de su pequeña, quizás junto a su amiga Tomoko o su difunta madre Jane antes de dar su último "respiro"... se imagina esa retorcida escena, llena de odio.

- ¿Eso sentiste al ver el cadáver pálido de tu madre? ¿Querías ver la cara del asesino, no? ¿Saber su nombre, tal vez? ¿O querías aprenderlo? ¿Matarlo?

- Daría lo que fuera con tal de regresar en el tiempo y, no haber salido con Tomoko ese día.

- ¿No es eso algo egoísta? ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?

- Morir ahí mismo hubiera... junto a mamá hubiera... sido mejor.

- ¿Te olvidaste de tu maestro? ¿No importan todas esas personas a las que ayudaste o te ayudaron? ¿Recuerdas a Sayumi?

- No tengo nada. Nada importa. Cómo te extraño, querida madre.

- No pienses así. Piensa claramente, por favor... recuerda lo que eres.

- Me pregunto qué dirías de mi actual yo.

Spiguelman cierra los ojos, inconsciente. Dio un último pataleo antes de desfallecer, antes de hundirse en un mundo de oscuridad total. Y no es que estuviera viendo un entorno negro literalmente, tan solo es la sensación con la que se despertó minutos después.

Luego de expulsar gran cantidad de agua por la boca, tosiendo debido a la misma en el acto, intentó espabilar. Abre los ojos a base de gran esfuerzo, y de pronto, como si de una bombilla recién colocada se tratara, su cabeza se ilumina; recuerdos mixtos aparecen repentinamente en su cabeza. No todos son malos ni todos buenos, pero el primero y más importante en ese momento sale a luz cuando lo grita sin previo aviso.

- ¿¡Mamá!? -pregunta, alarmado.

Alza la mitad superior de su cuerpo, topándose con un ser bastante curioso. Y sin importarle el físico foráneo, la sorpresa lo lleva a dar un brinquito con la ayuda de los brazos sobre la arena hacia atrás. Se le retuerce el estomago mientras su ritmo cardiaco se acelera.

- ¿Qué pasó? -dice, con un tono de voz notoriamente apagado.

Recuerda bien que cayó al mar, y en caso de dudarlo, estar empapado junto a un dolor terrible en la nariz son pruebas convincentes de que así pasó. Lo que lo llena de asombro es que una chica pudo sacarlo del agua, pensándolo, ni siquiera él habría sido capaz de ayudar a alguien en esa situación. ¿Cómo fue que pudo? Su físico no avienta nada extraño, sólo sus ropas y el llamativo "peinado" podrían considerarse poco comunes pero...

- ¿Quién eres?

Por el momento, su enojo ha desaparecido.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 11th Noviembre 2018, 23:51

Durante unos momentos... Dolphin se asustó. Al terrestre le estaba costando bastante más de lo que le habría gustado, y la atlante ya se empezaba a temer lo peor cuando el chico moreno empezó a toser y expulsar el agua que había inundado sus pulmones. Dolphin suspiró, aliviada, y le hizo la cabeza a un lado tal y como sus amigos le habían enseñado. Así, el terrestre podría vaciarse sin miedo a atragantarse... Y eso era algo que les convenía a ambos, ya que la peliblanca no tenía ni la más mínima idea de qué hacer si el rescate se complicaba más.

Se apartó un poco y se sentó en la arena, dejándole algo de espacio mientras pensaba qué hacer a continuación. Hacía bastante frío, y el boca-ya-no-tan-seca estaba empapado. Se iba a congelar si se quedaba mucho tiempo así... Tendría que llevarlo rápido al puerto o algo así, ¿no? La verdad es que estaba un poco perdida. No es que hubiera mucha gente ahogada en Atlantis, precisamente. -¿¡Mamá!?-A decir verdad, el susto fue mutuo. Dolphin se había quedado lo suficientemente ensimismada como para dar un respingo al oír al chico... Que por cierto, ¿realmente había dicho "mamá"? No se lo esperaba, la verdad. Qué cosas tenían los terrestres. -¿Qué pasó? ¿Quién eres? -Posó una mano sobre su hombro y esbozó una sonrisa tranquilizadora. El peligro ya había pasado, quería hacerle entender que ya estaba a salvo. Que no tenía que tener miedo. Aunque eso era más fácil de decir que de hacer... Especialmente si sacaba a la luz (y nunca mejor dicho) que no era normal. Pero era necesario, si quería responder a sus preguntas. Además... Era muy poco probable que nadie se creyera que una bañista estuviera en alta mar, de noche, y fuera capaz de llevar a alguien algo más pesado que ella hasta la orilla sin despeinarse. Y aunque se lo creyera, vaya. Se le daba fatal mentir.

Sin previo aviso, las puntas de los dedos de la atlante cubrieron de escamas azuladas para después iluminarse, como si estuvieran manchadas de pintura fosforescente... O como si pertenecieran a algún tipo de pez abisal. Y, así, Dolphin empezó a escribir en el aire. Las letras parecían ligeramente torcidas, aunque podían entenderse con facilidad... Si se obviaba el hecho de que algunas estaban dadas del revés, por supuesto. Hubiera salido de donde hubiera salido... No debía de ser Estados Unidos, precisamente. -Caíste.-Se encogió de hombros, no sabía muchos más detalles. Al fin y al cabo, no sabía del barco nada más que se había ido... Aunque las heridas en el cuerpo de Daika la inquietaban. A menos que se hubiera lanzado desde un acantilado, era imposible que se las hubiera hecho sólo... Pero eso podía esperar. Se levantó, haciendo saltar un poco de arena, y le tendió las manos a Daika para ayudarle a hacer lo propio. Si él aceptaba su ayuda, se daría cuenta de que la peliblanca era... Sorprendentemente fuerte. Sus manos se cerraron firmemente en torno a las suyas, moviéndolo con la facilidad con la que alguien alzaría un peluche. De pronto, no resultaba tan extraño que hubiera podido llevarlo hasta allí... -Dolphin.-Se señaló a sí misma, tratando de presentarse consumiendo la menor energía posible. Nunca se sabía si la tendría que usar después... -Ests bien?

Dicho eso, señaló la ciudad que se veía a lo lejos, tirándole de la manga. Invitándole a andar, si podía. Aunque no estaba demasiado lejos, el chico no parecía estar en muy buena forma... Y quizás otras cosas no, pero Dolphin sabía que mover a una persona herida no era muy buena idea. No tenían más remedio, sin embargo. Ella no llevaba encima nada más que el bañador de deporte azul que se había puesto esa noche para dar un paseo, y no creía que su móvil hubiera sobrevivido.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 20th Noviembre 2018, 02:41

Poco a poco deja de sentir la nariz, tal vez sea por el frío o por la hinchazón que le causó el golpe. La ropa pesada, pegada a su piel y embarrada con arena debido al agua del mar generan en Spiguelman distintas sensaciones irritantes. Por otro lado, lo helado de la noche le afecta como nunca antes. Su cálido aliento parece lo que todo niño imaginó en sus tiempos más tempranos, apestoso humo de cigarrillo; tenues chorros de vapor se escapan de entre sus labios. Y por si fuera poco, los músculos de ambas piernas, así como el área pectoral, piden a gritos un largo descanso. Así es, su cuerpo sufre.

Cuando la chica esboza tan alegre sonrisa para con él, por primera vez la mira con claridad. Se fija en el par de relucientes ojos que tiene, es un azul que no ve a diario. Observa el color de su piel y el contraste que ejercen sus labios. También aprecia mejor lo bonito que es su cabello blanco, cosa que no pensó al primer vistazo. Sin duda, ese gesto calma su corazón, preparándolo para lo que viene a continuación. Una luz hermosa cubre las puntas de los dedos ajenos, y no solo eso, esta luz deja estelas bastante claras en el aire. La mujer aparenta pintar en el vacío, increíble. Claro, al principio la sorpresa fue tanta que volvió a echar el cuerpo para atrás, sin embargo, más que extraño o aterrador le parece maravilloso cómo es que puede escribir así. ¿Qué produce esa luz?

- Seguramente no es humana -piensa.

A pesar de que el fenómeno lo deja boquiabierto, parece ser que la habilidad de la chica requiere un poco más de práctica. Lee relativamente rápido la palabra que deja flotando, tropezando con un par de letras. Al final la lógica le permite entender. Es cierto, recuerda bien el bate de béisbol acercándose a su rostro, al igual que el momento en que atravesó el agua. Lo que no entiende es cómo logró llegar hasta la orilla.

Cuando la joven le ofrece sus manos para ayudarlo a ponerse de pie no duda ni un poco. Quiere moverse de ahí y sacudirse el montón de arena. No esperaba ser movido como muñeco de trapo. Su corazón palpita fuertemente mientras sus manos se aferran a las "más delicadas".

- Es obvio que no es humana -piensa otra vez.

Es fuerte, así que puede que ella sea su salvavidas. Dolphin, es su nombre o al menos la manera en que quiere que la llamen. Y Dolphin, no deja de demostrar amabilidad desde el comienzo con aquella sonrisa y hasta ahora preguntando por su bienestar. Parece ser que el inexperto vigilante tuvo suerte. Este limita a decir que sí con la cabeza.

Los oídos de Daika habían estado tapados desde hace rato y él ni siquiera lo notó, hasta que el agua estancada se derramó por su cuello. Fue como volver a la vida. Pero al tratar de seguirle el paso a su salvadora el alivio pereció. Perdió el equilibrio ligeramente, fue como si el mundo hubiera dado vueltas. Dio un jalón hacia atrás, esperando detener a su guía para recuperar el control. Por suerte el mareo fue leve y pudo seguir en cuestión de segundos. La ciudad no estaba tan lejos, tenía que esforzarse.

- ...

Caminar sobre arena resulta más cansado de lo que parece, sobretodo si nunca has pisado una playa. Conforme avanzan hacia la ciudad, Spiguelman tiene mareos igual de leves y metros más adelante su nariz expulsa sangre. Le cuesta trabajo caminar con naturalidad. Ha cargado con tantos golpes antes, pero los golpes en la cabeza no eran muy comunes de recibir sin el casco puesto.

- Alto -dice, de manera muy dócil.

Se detiene y palpa el área afectada. Duele mucho dicen las muecas de su cara.

- No creo que sea grave... pero se siente muy mal... y a este paso vamos a...

En eso una idea lo interrumpe: ¿Ella lo entiende? Porque si habla por medio de esa luz, tal vez ni siquiera escuche.

- Mm... ¿Me escuchas? -pregunta, señalando su oreja.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 23rd Noviembre 2018, 18:05

Incluso antes de que Daika la tocara, Dolphin ya sabía que algo no iba bien. Es decir, sabía que el chico moreno al que había sacado del agua estaba herido, pero eso… Era peor. Apenas llevaban caminando unos minutos, cuando sus pasos perdieron el compás. Podía escuchar su respiración acelerada, el latido acelerado de su corazón cuando se detuvo un momento. La atlante se mordió el labio, sin saber cómo reaccionar. Estaba preocupada, no había estado tanto con humanos normales como para conocer sus límites, así que le parecían… Frágiles. Siempre le había parecido extraño: Su aspecto, su exterior, era idéntico al de cualquier atlante no mutado. Y su interior, también. Pero, por algún motivo que no alcanzaba a comprender… Sentía que podrían romperse entre sus garras si no tenía cuidado.

Y, a pesar de todo, el muchacho moreno quería seguir caminando. Al ver que permanecía parado unos segundos, se acercó, rozándole el hombro con una mano. Tratando de llamar su atención para decirle que, si quería, podía llevarlo. O cualquier otra cosa, en realidad. Aún estaba aprendiendo cómo se hacía eso de rescatar a otras personas, y cualquier sugerencia era más que bienvenida. Pero no: El humano de los ojos marrones no dijo nada, y retomó la marcha tan pronto como recuperó el equilibrio.

Y Dolphin lo observó desde detrás durante un instante, preguntándose si sabía lo valiente que era.

Hacía falta algo muy especial para seguir andando a pesar de que cada paso doliera, pensó. Para no rendirse y elegir la opción más fácil. Siendo quien era… Dolphin apreciaba eso. No le importaba cuidar de otros, lo había hecho desde el mismo momento en el que había sentido que su pueblo, los mutantes del Noveno, estaban en peligro. Pero admiraba a las personas que nadaban a contracorriente, aunque no tuvieran fuerzas para hacerlo. Y, a pesar de que su primer impulso era ayudarle… Tenía que respetar su esfuerzo. No pensaba obligarle a aceptar una ayuda que no quería, si estaba determinado a llegar por su propio pie a su destino. Así que siguió caminando a su lado en silencio, siempre atenta a llevar una velocidad que él pudiera mantener. Lista para recogerlo si finalmente las piernas le fallaban. Porque, aunque admiraba la fuerza de voluntad de su nuevo amigo… No era tan ingenua como para creer que el espíritu era siempre suficiente.

-Alto.-Espera… ¿Cuándo le había empezado a sangrar la nariz? La cara de Dolphin pasó de la preocupación a… Bueno, a una preocupación mayor cuando entendió que el golpe que había recibido (uno de ellos, al menos) le había hecho daño de verdad en la cabeza. Quizás la peliblanca no hubiera estudiado medicina, ni nada en general. Pero no lo necesitaba para saber que había diferencias entre un mero golpe en la cara, algo que hacía poco más que doler y hacer sangrar la nariz; y uno en la cabeza. -No creo que sea grave... Pero se siente muy mal... Y a este paso vamos a...-Bueno, hasta allí habían llegado. O eso creía. La verdad era que el terrestre tenía peor aspecto que antes, estaba cansado y se le notaba. Por suerte, no quedaba mucho para llegar a la ciudad… -Mm... ¿Me escuchas?

Dolphin inclinó ligeramente la cabeza, extrañada, antes de asentir. Escuchar era lo único que podía hacer, precisamente. Y menos mal: No sabía qué es lo que haría si estuviera completamente… Aislada de los demás.

-Puedes pedir ayuda.-Sus dedos se movieron rápidamente en el aire, trazando una letra tras otra. Era algo que también le había enervado de Arthur: Esa necesidad de tener que hacerlo todo solo. Si se hubiera dado el caso, habría sido capaz de intentar arrastrar Atlantis hasta la superficie contando únicamente con su propia fuerza. Quizás fuera por eso por lo que se sentía tan a gusto en los Titans. Sabía que, aunque en ese momento estuviera sola, siempre tenía alguien a quien recurrir si las cosas se torcían. Y, al final del día, podía volver al salón del Monte Justicia, donde habría algunos de sus amigos para preguntarle qué tal estaba, entrenar, o ir a hacer algo todos juntos. -Si no puedes andar...-Y estaba bien. Quizás no los conocía desde hacía tanto, pero… Sabía, o más bien intuía, que todos y cada uno de ellos necesitaban a los demás. Necesitaban una familia. -... Te llevaré.

Si aceptaba, lo cargaría en su espalda a caballito, y así podría acelerar el paso para llegar antes a un hospital. Y si no… Probablemente, lo haría igualmente. Había una línea muy fina entre tener la fuerza de voluntad necesaria para seguir, y ser estúpido. Tener ayuda que necesitas a tu lado y no aprovecharla entraba definitivamente en la segunda categoría, más todavía cuando uno estaba tan lastimado como lo estaba él.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 20th Diciembre 2018, 15:23

El joven se siente amado. Se pregunta por qué. No recuerda haberla visto anteriormente ni haber hecho algo por ella. Tampoco cree poseer algo lo suficientemente valioso como para que ponga tanto empeño en ayudarlo. ¿Por qué lo hace?

- "Ah... quizás así es como se siente... todas esas personas a las que he intentado proteger, ¿así se sintieron?"

Spiguelman agradece todos los buenos tratos. El que la chica se detuviera cada vez que sentía un mareo y le diera un golpecito en el hombro para preguntar si podía ayudar parecen cosas demasiado simples, pero la verdad es que, notar su preocupación generó en su interior un sentimiento agradable. Evitar sonreír fue imposible. Aunque claro está, otra parte en sí se encontraba confundida e incómoda, recibir tanto de una persona así de la nada siempre te parece algo que no mereces. Si bien lo hacía feliz, no quiso ser una carga. Sin embargo, la fémina insistió vez tras vez, dejándolo sin opciones.

- "Si es el caso, supongo que sé con claridad el pensar de ella... es... igual que el mío"

Como vigilante nunca ha sentido pesar al ayudar a las personas, por más temerosas o torpes que resulten estas. No anda ofreciendo la mano para luego quejarse de cuan fuerte se la aprietan. Asi que, haciendo a un lado esos pensamientos negativos de incomodidad o molestia, se dejó ayudar al cien por ciento tras leer sus amables palabras.

- ¿Puedes... cargarme... por favor?

Ya sabía la respuesta. Cuando estaba encaminado a subirse sobre su espalda la vergüenza lo golpeó con fuerza. El contacto físico no es muy frecuente de su parte, mientras menos pueda tocar a otras personas mejor. Subirse encima de una mujer en traje de baño le parecía ligeramente más penoso. Pero gracias a su falta de expresividad Dolphin no notaría dicha vergüenza, a no ser que percibiera el suave sonrojo en su rostro.

- Gracias... Dolphin -dijo, antes de recostar la cabeza-.

Sólo necesitaba descansar un poco sin caer dormido. Mantener los brazos cruzados frente al cuello de ella era crucial para evitar más retrasos. Si se soltaba ella se preocuparía y no se sentía muy bien como para seguir en esas condiciones durante más tiempo.

Los constantes brincos provocados por el trote ajeno tranquilizaron a Daika. Todavía sentía sensaciones extrañas por el cuerpo, no obstante, no forzarlo demasiado estaba ayudando a controlarlas. Entonces, la marcha se detuvo. Sin duda, el viaje se redujo a ínfimos minutos.

- Eres rápida.

Ir a un hospital ya no sería ningún problema o eso pensó el joven de ojeras profundas. En cuestión de un rato, las sirenas de un coche patrulla gritaron a los cuatro vientos, indicado problemas. El vehículo pasó a gran velocidad frente al dúo peculiar que acaba de entrar en la ciudad, girando a un par de cuadras. Spiguelman sabía que se alejaba rápidamente, el sonido se volvía débil y más débil.

- Dolphin... ayúdame con algo más, por favor... ¿Tú podrías seguir a ese auto?

Probablemente en su estado actual no podría alcanzar la patrulla, a diferencia de ya saben quien. Ocupaba estar seguro de algo. Esperaba recibir un "sí" a cambio de su petición o se las vería con un dolor insoportable al tratar de ir solo.

- Veamos si podemos ayudar. rendeer

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 2nd Enero 2019, 01:02

- ¿Puedes... cargarme... por favor?-Estaba bien saber que no era demasiado orgulloso como para pedir ayuda. Eso hacía su intento de rescate un poco más sencillo… Y le ahorraba el llevarlo forzosamente, por encima del hombro como un saco de algas recién recogidas. Dolphin asintió, antes de girarse y asegurar al chico moreno en su espalda con cuidado. Solo faltaría que se cayera a mitad de camino…

Apenas había dado un par de pasos cuando el chico apoyó la cabeza en su hombro, haciéndole cosquillas con el pelo en el cuello. Eso la hizo sonreír… Y girar un poco la cabeza, permitiéndole ver que Daika se había sonrojado. Mm… Igual tendría que haber pensado en eso antes. Siempre que fuera con permiso, nunca había tenido problemas con tocar a la gente… Superboy lo sabía mejor que nadie, ya que su carta de presentación nada más encontrar a los Titans había sido un abrazo. Pero quizás él no fuera así… ¿O sería por la ropa? Para ella, el bañador era una prenda como cualquier otra, ya que en Atlantis la ropa de ese estilo era bastante común. Al fin y al cabo, los trajes amplios era una molestia bajo el agua, y la temperatura nunca era un problema.

Fuera como fuera, ya tendrían tiempo para “hablar” de ello una vez el chico pasara por un médico. Lo cual ocurriría dentro de no mucho: A pesar de ser una criatura acuática, Dolphin podía moverse con rapidez por tierra también. Y más si tenía motivos para ello. Así, atravesaron un pequeño aparcamiento para aparecer en una calle amplia y recta, que los carteles nombraban Seaside Ave. Bordeada de edificios bajos muy espaciados y campos vacíos, a la atlante le resultaba extraño que eso contara aún como Nueva York. Es decir, no tenía nada que ver con la colección de rascacielos, plazas y avenidas que relacionaba con la ciudad. Además, en Nueva York siempre había mucho movimiento, y esa zona estaba casi completamente…

El sonido de una sirena lejana interrumpió sus pensamientos justo cuando llegaban a un gran edificio blanco, marcado con el nombre de Staten Island University Hospital. La atlante sonrió para sí, aliviada, y se movió un poco para recolocar a Daika en su espalda, sin prestar atención alguna al sonido. - Dolphin... ayúdame con algo más, por favor…-Arqueó las cejas, dejándolo en el suelo con cuidado. - ¿Tú podrías seguir a ese auto? -A pesar del claroscuro que proyectaban las farolas sobre ellos, la extrañeza era plenamente visible en la cara de la mutante. ¿Por qué tendría que seguir al coche de policía? No tenía pinta de estar pasando nada extraordinario, seguramente se las podrían arreglar ellos solos.

… A menos que no pudieran, y Daika supiera por qué. Quizás eso tuviera que ver con las heridas que había recibido antes: Rascacielos o no, eso era Nueva York, una de las dos ciudades terrestres en las que más cosas raras pasaban. No había mucho tiempo para conversar, si eso era así. -Vale. Pero primero tú.-Sin darle tiempo a protestar, lo ayudó a caminar hasta la entrada del hospital. Quería asegurarse de no dejarlo desprotegido, si de pronto se encontraban en medio de una invasión alienígena o algo peor. Y, además, necesitaba hacer otra cosa. No tardó en interceptarlos una de las doctoras, que indicó a Daika hacia dónde estaba la sala de espera. Mientras tanto, Dolphin se dirigió hacia el mostrador, y llamó la atención del hombre que estaba detrás. Haciendo el gesto del teléfono que le habían enseñado sus amigos y señalando el pequeño aparato en el que el empleado había estado jugando a Candy Crush, consiguió que se lo diera por fin, aunque no sin una expresión de incredulidad por su parte. No importaba. Lo único que necesitaba era mandar un mensaje a un amigo… Menos mal que se había tomado su tiempo en memorizar los números de varios Titans.

¡Hola, Bart! Verás, creo que me he metido en un lío…

He encontrado a un chico herido en medio del mar, y por lo que ha dicho, creo que está pasando algo importante por aquí.

Aún no sé lo que es, ¡pero me harías un favor enorme si pudieras venir, o decirle a alguno de los otros que echara un vistazo!

Te mando dónde estoy, para orientarte. Sea lo que sea, no puede estar muy lejos...

Una vez escritos los mensajes, extendió de nuevo el teléfono al confundido recepcionista, tan sólo para volver a escribir justo cuando él iba a cogerlo. Se acababa de acordar de que no había dicho quién era. Igual Bart creía que se trataba de algún tipo de broma, y no le hacía caso.

¡Ah, se me olvidaba! Soy Dolphin. Y si vienes, ¿podrías traerme algo de ropa?

Dolphin sabía de sobras que no sería la primera superheroína en enfrentarse al mal en bañador, pero la idea no le resultaba especialmente atractiva. La gente empezaba a mirarla, lo cual resultaba un poco incómodo cuanto menos, y además… Que ella supiera, ese bañador no era de ningún material super resistente que pudiera soportar una pelea con el hipotético villano del día. Mejor ponerse algo por encima.

Después de agradecer con una sonrisa y un gesto de la mano el préstamo del móvil, Dolphin salió del hospital, y empezó a correr en la dirección hacia la que había ido el coche de policía. De momento, no veía nada fuera de lo normal… Así que se centró en escuchar, esperando encontrar algún ruido que le indicara dónde estaba el problema.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 18th Enero 2019, 19:06

Para ser un hospital, hay mucho ruido. Enfermeras pasan de aquí para allá vez tras vez, rellenando formularios o revisando sus celulares fugazmente; camillas avanzan chirriando, con pacientes quejumbrosos o inconscientes encima, hasta la sala de urgencias. Pero, en realidad, el fragor de sus propios pensamientos resulta mil veces más irritante.

- "¿En qué estabas pensando, Daika? De verdad te afectó el golpe en la cabeza, ¿no?. La has puesto en peligro, demonios. Aunque era bastante fuer... no, eso no importa".

Cuando la doctora Stacy dijo su nombre por primera vez en voz alta no la escuchó, ni la segunda. No porque el bate le haya causado daños serios, más bien, porque no puede dejar de repetirse en la cabeza...

- "¿Por qué mandaste a Dolphin allá?" -aprieta los dientes-

- DAIKA -repite la médica, apoyando su diestra sobre el hombro ajeno-. ¿Te sientes bien? por favor, acompáñame.

El joven caucásico que discutía contra sí mismo despertó del trance gracias al contacto físico que recibió en el hombro, levantándose con urgencia. No obstante, la incertidumbre sigue manteniendo cautivo su corazón. Necesita saber que la chica de cabellos invernales no va a encarar el peor de los casos, que estará bien. ¿Por qué? Usar máscara para salir a hacer justicia por mano propia te permite conocer mejor tu hogar. Eso ha hecho Daika con Nueva York. Si bien no conoce todavía cada rincón de cada distrito, sí tiene un conocimiento bastante amplio de todos. Por eso, al darse cuenta de que se encontraba en Brooklyn recordó las palabras burlonas de los tantos mafiosos a los que interrogó anteriormente. Palabras que pasó por alto cuando se centró demasiado en su --quiera admitirlo o no-- venganza personal.

"Será mejor que no te acerques a Brooklyn o Queens en los próximos días... podrías encontrarte con un monstruo"

Unos hablaron por los nervios, otros trataron de intimidarlo. Como sea, se ganaron más golpes en la cara. No eran las respuestas que buscaba aquellas largas noches. Ahora es distinto, le da miedo que su salvadora se tope frente a frente con un monstruo. Debido a eso quería ir junto a ella, si tan solo le hubiera dado la oportunidad de hacerlo.

- Si en verdad le pasó lo que me contó, usted ha tenido mucha suerte. Al parecer, sufrió fractura en huesos nasales que no le causarán problemas graves, así que no se preocupe demasiado. Aún así, tenemos que parar la epistaxis y luego procederemos a administrar los antibióticos pertinentes. Después podrá llenar unos papeles en la recepción.

- Ah... gracias.

Otro problema más, había olvidado por qué nunca visita los hospitales. Bueno, ya vería cómo solucionarlo luego. De momento, dejó que la doctora le colocara un algodón impregnado de oximetazolina en ambas cavidades nasales, sustancia que sirve como vasoconstrictor. En menos de dos minutos debería hacer efecto, dejando todo listo para varias intravenosas de antibiótico.

----...----...----

Unas cuadras más hacia el Norte, lo que acongojaba a Daika estaba sucediendo. Varias patrullas rodearon un orfanato. Las autoridades fueron alertadas sobre un posible asalto, según la única testigo que logró escapar, a manos de muchos sujetos con máscaras idénticas. Entraron armados, cuidando sus pasos para evitar causar ruido, y muy bien coordinados. En resumidas cuentas, eran profesionales. Al final de su declaración, la jovencita declaró mirar a alguien distintivo. Tenía un traje más trabajado y fue el único que entró caminando totalmente despreocupado.

Eso fue minutos antes de que el vigilante herido y la buena nadadora asistieran al hospital. Actualmente, el edificio sigue rodeado, sólo que ahora queda claro que la policía está en desventaja pues los mercenarios acaban de dar noticias nuevas: "El edificio está listo para ser detonado". Por otro lado, en el interior la mayoría de los huérfanos yacen sobre el suelo, amarrados de manos, con los ojos vendados y amordazados. El plan avanza como esperaban, no hay de qué preocuparse. The Architect tiene todo bajo control.

- Dense prisa.

Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] Images?q=tbn%3AANd9GcQatpaykXz-GxcMBEEBvfO5oXJ9IA2-JUshtSfXNZUy87sqdtau

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"A veces, sufrimos más de la cuenta... Pero ¿sabes? Podemos ser felices"

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 24th Enero 2019, 00:38

Ni siquiera tuvo que aguzar demasiado el oído para escucharlo: Juraría que podría haber oído esas sirenas de policía desde la playa, si hubiera estado prestando atención… O si el ataque hubiera empezado antes.

Lo que encontró no fue bonito. Desde luego, esperaba un problema… Pero había una diferencia entre un atraco a un banco o un robo en una tienda de joyas y un ataque a un orfanato. Había varios coches alrededor, rodeando el edificio, con agentes por todas partes. Pero no lo tenían nada fácil. -¡Por última vez, Collins! No podemos movernos todavía, tienen varias docenas de rehenes entre niños y empleados. ¿Quieres arriesgarte a que les pase algo?-Escondida tras una fila de coches, la atlante escuchaba, tratando de hacerse con toda la información posible. Aunque esa información cada vez le gustara menos.

-¿Alguna otra idea? No sabemos quiénes ni cuántos son, ni qué quieren. Podría estar pasando algo realmente gordo, y nosotros estamos aquí, esperando a que llegue Spiderman o cualquier otro héroe.-A un lado había una ambulancia, en la que un enfermero parecía estar atendiendo a una mujer que se cubría los hombros con una manta. Debía de ser una víctima… Pero ya estaba a salvo. Lo importante era ocuparse de las personas en el interior del orfanato. Y, para ello, Dolphin decidió hacer caso de lo que Dick decía siempre. Lo primero era observar, establecer un plan.No ir a lo loco. Entrecerró los ojos un poco, buscando las siluetas de los hombres armados cuando pasaban por las ventanas. Había bastantes, y aunque no sabía más de armas terrestres que de física cuántica, algo le decía que iban bien provistos. Lo mejor sería proceder con cuidado, dejarlos inconscientes habitación por habita…

-El edificio está listo para ser detonado.

O, alternativamente, también podía darse prisa, dándoles su merecido a todos ellos antes de que no hubiera nadie a quién salvar. Empezando por el que hubiera dicho eso, amplificando su voz a través de su máscara para que tanto niños como policías la oyeran. Aunque algún que otro agente habría jurado oír algo más… El chirrido de unas garras contra el metal de un capó.

Dolphin siempre se ha considerado una persona sencilla. Si quieres algo de ella, tan sólo tienes que pedírselo. Y, según su manera de ver las cosas, amenazar a alguien que no puede defenderse en su presencia es una petición de violencia que simplemente no puede ignorar. No esperó a que Bart llegara para ayudarla (y vestirla). No, no había tiempo. Simplemente se adelantó, dejando el abrigo de los vehículos, y alzó las manos con las palmas enfocando a la puerta del edificio. Un rayo de luz surgió de ellas, abriéndole la entrada al tiempo que creaba la confusión suficiente para atravesarla sin que nadie tratara de impedírselo. El grito de la mujer de la ambulancia enmascaró por un momento las exclamaciones de los policías, que habían quedado pillados por sorpresa. Bueno, todos menos uno. -Si es que lo sabía. Al final casi siempre llega un héroe...

Sin embargo, Dolphin no le prestó mucha atención. Estaba buscando otra voz entre la confusión. -¡Imposible! Se suponía que The Architect… -Estaba cegado por la luz, la atlante lo sabía. Pero eso no hizo que sintiera ni el más mínimo remordimiento al noquearlo de un golpe en la cabeza. Tenía que tener cuidado… No sabía cómo de protegidos estaban, y no quería hacer nada que no tuviera remedio. Quizás estuviera furiosa, pero había límites que no quería traspasar. No cuando había otra opción, y muchísimo menos por descuido.

Había muchos. Eso era algo que ya sabía antes de saltar a la acción, pero el número se notaba más ahora que los tenía delante, y no tenía un laberinto de callejuelas en las que perderlos. Aprovechó tanto como pudo, pero sabía que los efectos de su bioluminiscencia no durarían para siempre. Al cabo de unos segundos, y después de mandar a otro mercenario al suelo, vio por el rabillo del ojo un brillo rojo… Y se movió justo a tiempo para notar la bala pasando a su lado. Unas cuantas más la siguieron, pero para entonces, Dolphin ya no podía sentirlas sino oírlas. Cubierta detrás del mostrador de lo que parecía la recepción, podía ver una pequeña parte de lo que pasaba al otro lado. Parecía que no había ningún rehén allí, lo cual convertía esa entrada en un lugar seguro para combatir. Por la hora, todos debían estar en sus dormitorios… Pero no estaba segura de dónde podría localizar a The Architect, fuera quien fuera. Seguramente fuera él el de la bomba, pero aunque supiera dónde encontrarlo, lo tendría difícil para llegar a tiempo si tenía que lidiar con todos sus amigos primero. ”-Vamos… ¿Dónde estás, Bart? Dime que no te has quedado jugando otra vez...”

Los disparos dejaron de sonar, sustituidos por el sonido de pasos acercándose con cautela. Pero no con la cautela suficiente para alguien con sus sentidos. Dolphin contó hasta tres, asegurándose de que estaban lo bastante cerca… Antes de enviar el mostrador en su dirección de un golpe, alcanzando a los primeros. No les dio tiempo a recuperarse, ya que ella siguió la misma trayectoria poco después, con las garras ya extendidas. Ya era tarde para tratar de seguir un plan más complejo que ese, así que lo menos que podía hacer era pelear como si las vidas de otras personas dependieran de ello.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 15th Febrero 2019, 01:57

Digan lo que digan quienes quieran, errar es triste.

La doctora no tarda mucho en volver con una jeringa lista. Lo que sí le lleva un buen rato hacer es encontrar alguna vena por donde administrarle la inyección intravenosa. A simple vista parece estar relajado, cuando en realidad está muerto de miedo.

En un sólo día ignoró las serias advertencias que le hicieron criminales repulsivos, casi muere ahogado debido a su propia falta de concentración y metió a alguien inocente en una situación riesgosa. Sabe bien cuánto pesan ahora sus pecados, y tiene claro lo que buscaba lograr al cometerlos. Meses atrás, pudo cometer fallos, pero al final del día siempre podía decirse orgulloso que lo malo que hizo, en verdad fue bueno. No luchaba para sí, intentaba darle una mano a toda esa gente que sufre por causa de personas como las que tocaron a la puerta de su hogar un domingo soleado y dispararon bajo ninguna piedad. Ahora, actuó dominado por el odio, un odio que lo vio crecer y aún así jamás pensó concebir. Engañó a su corazón usando pensamientos de justicia, hasta que se presentó una tenue oportunidad para encarar a aquellos que aplastaron su corazón como a un pedazo de carne molida. De ahí en adelante el engaño se vino abajo.

El moreno entiende que necesita calmarse. Mientras más se tarde en aliviar ese dolor, menos tiempo tendrá para salir en busca de la joven super fuerte.

Sí, tristemente se equivocó. Sin embargo, más triste es cometer el mismo error dos veces.

Tras retirar la gruesa liga que había ceñido al brazo derecho foráneo, la doctora prueba suerte en el izquierdo. Pasados los segundos, finalmente consigue completar la administración del medicamento. Por su parte, Daika, sumido en gran calma física empieza a traer de vuelta las emociones que lo abandonaron temporalmente al caer del barco. Se encuentra muy preocupado a causa de Dolphin pero... su mente no puede ignorar aquellos insistentes pensamientos. Tal vez, la muchacha necesite de un milagro.

----...----...----

La respiración de un hombre adulto se incremente con cada peldaño que asciende, apenas y puede subir por las escaleras sin romperse el tobillo. Hace poco una radiante luz lo dejó ciego. Pero lo que preocupa a este mercenario "experimentado" es la cosa que entró después de dicha luz, y la manera en que se encargó de varios compañeros suyos. Conoce los rumores sobre seres "raros", monstruos con capacidades que representan un gran fastidio para criminales como ellos. Por desgracia, es la primera vez que tiene que lidiar con uno. Así que en un acto de cobardía abandona al resto, con la importante "responsabilidad" de alertar al jefe.

- Señor, abajo tenemos problemas. Alguien se infiltr... -lo interrumpe una voz grave y serena.

- ¿Policías? -pregunta, aquella voz autoritaria-. ¿Por qué no hacen su trabajo?

- No fue ningún policía, Architect. Es demasiado fuerte... poco a poco va acabando con los hombres de abajo.

- ... -suspira-. Da el aviso de que preparen las camionetas. Ya saben qué hacer.

El piso de arriba está lleno de niños y adolescentes con la esperanza muerta. ¿No fue suficiente ser abandonados? ¿odiados? ¿lastimados? ¿ahora también deben esperar una corta vida llena de abusos? Poco le importa a las personas que los apresan. Los llevan a todos a un mismo punto, preparándolos para algo. Llega una orden a todos los auriculares que cargan los subordinados en sus oídos que obliga a todos los que se encuentran en la plan baja a alejarse de la chica. El plan es el mismo, The Architect tiene... todo... bajo control. Da pasos lentos hacia las escaleras, bajándolas paso a paso, con la misma calma de antes. El traje blindado que lo protege le hace ver más grande de lo que en verdad es. Su máscara le distorsiona la voz.

- La gente como ustedes, cree que siempre hacen lo correcto. Ven a alguien armado con una máscara y entran en pánico. Y entonces van a darle su merecido, ¿no? Van a detenerlo porque seguro es una mala persona. Ah, pero dirás: "No me importa tu máscara, sino lo que estás haciendo". Pues es igual, niña, por mis acciones crees que soy una mala persona... ¿Por qué nadie se sienta e intenta averiguar el porqué? Demonios... ¿Por qué no hubo nadie donde YO los necesité? No vengan a juzgar-me sin conocer mi pasado. Tengo mis razones, no soy un loco que se complace en esto... eso sí, haré lo que sea con tal de completar mi venganza... cuando me vean asesinando a esos malditos, entonces sí seré un loco, porque voy a disfrutarlo mucho.

'CLICK'

Aprieta el detonante de la bomba que presumieron a las autoridades recientemente. Lo hizo como si cambiara el canal de la TV, luego arroja el artefacto al suelo. Sí, todos en el edificio siguen vivos por ahora. Desgraciadamente, una bomba sí explotó. La carretera frente al instituto, repleta de patrullas y una que otra ambulancia, se vino abajo. Al parecer el alcantarillado estaba preparado para eso mismo. Era una trampa. En completa sincronía con la explosión los pocos hombres que permanecieron de pie frente a Dolphin salieron a acabar inmediatamente con los posibles sobrevivientes uniformados y no es fácil pasar por alto a las muchas camionetas que pararon desde el otro lado de la carretera arruinada. El cargamento ya podía ser cargado y enviado.

- Súbanlos rápido -ordena, echandose sobre la joven heroína.

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"A veces, sufrimos más de la cuenta... Pero ¿sabes? Podemos ser felices"

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 1st Marzo 2019, 22:09

Entre los disparos y la confusión generalizada, Dolphin creyó oír una especie de zumbido apagado seguido de un susurro. No le dio demasiada importancia, en un primer momento. Tenía cosas muchísimo más importantes de las que preocuparse, entre las cuales se contaba salir de esa habitación de una pieza, y hacerlo lo bastante rápido como para salvar a los rehenes. Pero, tan pronto como los mercenarios empezaron a alejarse de ella, la atlante entendió que algo estaba mal. Aún quedaban muchos de ellos… Mientras que ella empezaba a acusar el cansancio acumulado. ¿Por qué se retiraban, entonces? ¿Irían a detonar el edificio ya, y no querían quedar atrapados en la explosión? Le habría preguntado a cualquiera de ellos, pero… No se veía capaz de escribir en ese momento, precisamente. Y, además… Podía oír algo a su espalda. Pasos pesados, el crujir de la madera vieja de los peldaños. Algo le decía que el tiburón más grande del banco se estaba acercando, y que el resto tan sólo le estaban dando espacio.

Así que los siguió con la mirada mientras desaparecían por las distintas puertas, confiando en que la policía los atrapara, y trató de aprovechar esos segundos para tomar aliento y prepararse para lidiar con el Arquitecto, fuera quien fuera.

Quien descendió por las escaleras, apenas unos segundos después… Le hizo pensar automáticamente en un buzo. Pero no en uno de los que se podían ver vivos cualquier día, investigando el mar con sus botellas de oxígeno y sus aletas. No, más bien… Le recordaba a los pesados trajes de bronce y lienzo que aún podían encontrarse en el fondo, habitando los camarotes de los barcos hundidos o guardando los huesos de su último ocupante. Sinceramente, nunca le habían gustado mucho, y estaba segura de que el Arquitecto no iba a mejorar su opinión.

-La gente como ustedes, cree que siempre hacen lo correcto. Ven a alguien armado con una máscara y entran en pánico. Y entonces van a darle su merecido, ¿no? Van a detenerlo porque seguro es una mala persona.-Su voz era metálica y hueca, hasta el punto en el que no sería del todo sorprendente que hubiera un esqueleto de verdad debajo del casco. Un esqueleto al que le gustaba mucho, mucho hablar. Dolphin extendió sus garras retráctiles, exasperada. No tenía tiempo para eso. Ah, pero dirás: "No me importa tu máscara, sino lo que estás haciendo". Pues es igual, niña, por mis acciones crees que soy una mala persona... ¿Por qué nadie se sienta e intenta averiguar el porqué? Demonios... ¿Por qué no hubo nadie donde YO los necesité? No vengan a juzgarme sin conocer mi pasado. Tengo mis razones, no soy un loco que se complace en esto… -Si el Arquitecto prestaba atención, podría ver cómo la expresión de la chica peliblanca cambiaba sutilmente, como valorando si creerle o no. Sabía que la vida no era justa, y estaba dedicando parte de la suya a facilitársela a los demás; pero le resultaría más fácil empatizar si no llevara un detonador en la mano. Y esa era la misma razón por la cual no podía sencillamente interrumpir su discurso para detenerlo. Por mucho que quisiera.-Eso sí, haré lo que sea con tal de completar mi venganza... Cuando me vean asesinando a esos malditos, entonces sí seré un loco, porque voy a disfrutarlo mucho.

Y, sin más, activó la bomba. El sonido de la explosión hizo que a Dolphin se le cayera el alma al suelo. No había llegado a tiempo. Había tenido delante a esa desgracia seca… Y le había permitido matar a personas inocentes.

Si el Arquitecto había planeado pillar por sorpresa a la heroína, atacándola cuando aún estaba aturdida, se llevó una desagradable sorpresa. No sólo estaba preparada, sino que directamente fue a su encuentro, con la rabia brillando en los ojos. Había oído la explosión, pero había sonado fuera, en lugar de arriba. De hecho, si la bomba hubiera tenido como objetivo volar el edificio, ambos estarían debajo de una pila de escombros. No… El Arquitecto los había engañado, usando a los niños como cebo. Sabiendo que habría buenas personas que vendrían a ayudar. ¿Era esa la venganza que quería? ¿O tenía algo todavía peor reservado para los huérfanos que sus hombres subían a los vehículos?

Sinceramente, ya no le importaba. Y menos todavía le importaban los motivos que pudiera tener para hacer algo tan miserable. No le cabía en la cabeza ni siquiera la posibilidad de que, de alguna manera, eso pudiera estar justificado. Pero lo peor no era eso… Sino el hecho de que, seguramente, ya sería tarde para algunas de las personas que estaban fuera. Y que, además, el Arquitecto no le permitiría ir a detener los vehículos que se llevaban a los niños a Neptuno sabe dónde. Estaba atrapada… Y, como siempre que se sentía sin salida, Dolphin contraatacó con todas sus fuerzas. Unas zarpas envueltas en una energía blanquecina salieron disparadas hacia el pecho del villano, cortando limpiamente el aparato que decoraba su traje así como el pesado material que había debajo. Abriendo camino al golpe que vino después, y que apuntó directamente a la zona desprotegida.

Le habría gustado decirle que si era tan fuerte como para matar a distancia, como para atacar a personas indefensas, debería ser lo bastante fuerte como para asumir las consecuencias sin esconderse detrás de una máscara y un traje protector. Querría haberle dicho que no importaba su historia, nada le daba permiso para hacer algo así. ¿O es que creía que era la única persona en el mundo que había pedido ayuda y no había recibido respuesta? Pero Dolphin no podía hablar. Todo lo que le quedaba era esa rabia muda, el movimiento instintivo de hacer daño y evitar que le hicieran daño modulado por las lecciones que había recibido de sus amigos en el Monte Justicia. El Arquitecto era fuerte, pero su armadura lo volvía lento. Y alguien lento, en una lucha igualada… Siempre tiene las de perder. Aunque no necesariamente rápido, como se apresuró a demostrar el villano. Dolphin apretó los dientes al bloquear un golpe con sus antebrazos, negándose a retroceder. Fue entonces cuando vio por la ventana un borrón amarillo y rojo, dirigiéndose a toda velocidad hacia el edificio. ¡Bart había llegado por fin! Era un alivio, la situación estaba a punto de írsele de las manos por completo. Esperaba que se diera cuenta de lo que pasaba y detuviera los camiones…

Sin embargo, su aparición hizo olvidar a Dolphin una cosa por un instante. Que quizás en una lucha justa el más lento tenga las de perder… Pero, quien se distrae, ya ha perdido. El Arquitecto debía de saberlo bien, porque lo siguiente que vio Dolphin fueron más borrones. Concretamente uno grande y oscuro, que se cernía sobre ella para continuar lo que había empezado. Rodó sobre sí misma, escuchó cómo la bota aplastaba la baldosa en la que hasta hace un segundo había estado su cabeza.

Dioses, cómo odiaba a ese hombre.

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Invitado

El castaño estaba semi incorporado en su cama mientras hablaba por la línea fija de teléfono de la torre. El velocista estaba bastante enfrascado en la llamada. Como habitualmente hacía, había telefoneado a casa de su amiga de la “infancia” Carol Bucklen. Los dos adolescentes estaban muy unidos y compartían básicamente todo. No había secretos entre ellos. Aunque hablaban frecuentemente e intercambiaban mensajes en todas las redes sociales, sus conversaciones siempre eran largas. La conversación fluía desde los temas más simples a los más complejos. Desde algo superficial hasta algo profundo. Su móvil vibró al llegarle el mensaje de su compañera y amiga atlante pero absorto en la llamada no vio la pantalla de su móvil brillar ni oyó el sonido. Pasaron largos minutos hasta que al fin colgó el teléfono. Pero el ojidorados no miró su móvil inmediatamente después de haber terminado de conversar con Carol.

Tanto hablar le había dado algo se sed así que bajó a la cocina de la base y se sirvió algo de agua. Por los alrededores andaba Megan y Bart, tan sociable como siempre, la saludó y se pusieron a comentar cosas superficiales de la monotonía. la marciana blanca estaba leyendo un libro para comprender un poco las costumbres terrícolas. El gran Gatsby fue la novela elegida. La alien se puso a debatir ciertos temas del libro y la irracionalidad de algunas actuaciones humanas con el velocista. Al final acordaron que Bart la acompañaría a la reunión de algún un club de lectura. La adolescente aún conservaba cierto miedo a relacionarse con humanos. Leía sus pensamientos sin querer y aún se sentía incómoda y abrumada con el gran porcentaje de mensajes de odio que contenían. El velocista era como una especie de seguro. Su personalidad optimista, segura y cálida la hacía tranquilizarse. La jovencita se fue y él volvió de nuevo a su cuarto.

Se aburría y se puso a dibujar un poco. En esta ocasión empezó a dibujar máquinas y piezas. Era algo así como un reto personal. Porque él siempre estaba dibujando retratos y en ese campo tenía una gran habilidad. Sin embargo, casi nunca dibujaba cosas inertes y pensaba que era necesario por si algún día necesitaba representar fielmente alguna pieza tecnológica del futuro. Después de haber casi terminado su libreta plasmando en ella diferentes artilugios del siglo XXXI, fue cuando decidió darle un vistazo al móvil.

Le había llegado un mensaje. El remitente era desconocido. Ese número no figuraba entre su lista de contacto. Empezó a leer. Se trataba de alguien que necesitaba su ayuda. Si hubiera sido alguien como Tim, hubiera pensado que quizá era un broma o peor aún una trampa. No obstante el menor de los Allens era alguien muy cándido e ingenuo. No esperaba que ningún criminal le mandase un mensaje malicioso. Intentó hacer un descarte para saber quién le enviaba aquel mensaje pero estas cosas no se le daban bien. Bart era un persona muy sociable, que además de tener muchos amigos conocía a muchas personas. Siguió leyendo por si podía encontrar algún tipo de pista que le resolviera la incógnita. El remitente le enviaba la ubicación así que aunque no supiera quien era con ir allí bastaba. Pensó sin más preocupaciones el velocista. Terminó de leer el texto y ahí al final estaba. La remitente era Dolphin. Ahora todo le cuadraba al velocista.

La atractiva peliblanca le había pedido que le trajera algo de ropa. Así que se fue a su cuarto y tomó una camisa cualesquiera y unos pantalones. Pero entró en una disyuntiva moral a la hora de abrir los cajones de la ropa interior. Sus figuras maternas siempre le habían inculcado que estaba mal abrir los cajones que contenían esas prendas íntimas de las féminas pero era una necesidad. Pensó que ese caso era una excepción y que al final mejor pedir perdón que permiso. Porque se debe sentir frío e incomodidad al usar ropa sin ropa interior. Metió la ropa de Dolphin en una mochila y se dispuso a correr hasta la ubicación que le había mandado.

Utilizó google maps para hallar el camino más rápido hasta la ubicación de Dolphin pero en varios tramos del camino tuvo que detenerse. Como el velocista iba tan deprisa, el móvil no podía rastrear su señal y determinar su posición al instante. por ello, le daba múltiples errores y el sistema sentía que estaba siempre falsificado. Ese era un de los tantos problemas de ser más rápido que el resto. La tecnología se hacía usando los criterios de la normalidad, dentro de la cual no entraba y sus características “especiales” hacen que el manejo de esta fuese tanto enrevesado como imposible en algunas situaciones. Reinicio del aparato y a continuar de nuevo.

- Bien - dijo al conseguir llegar a la ubicación a pesar de las dificultades técnicas. Pero su sensación de euforia tras haber conseguido una meta desapareció al microsegundo. La escena que se dibujaba ante sus ojos era ciertamente desgarradora. ¿Era su culpa por no haber estado pendiente y disponible en todo momento? Si hubiera llegado antes, ¿podría haberlo evitado? Negó con la cabeza. No era el momento de echar las culpas a nadie. Eso no ayudaba. Recordó lo que siempre le decía su mentor: perder es una de las lecciones más difíciles de la vida y tienes que sobreponerte para evitar que el dolor te ciegue y no dejar pasar aquello que sí podías haber prevenido.

Varias bombas habían explosionado provocando caos y muerte por todo el lugar. Dejando el ambiente cubierto por humo y cascos. La escena de tanta muerte y destrucción le sobrecogió. Tantas vidas perdidas. Tanto dolor y sufrimiento. ¿Qué podría hacer que una persona sintiera tanto odio y oscuridad como para hacer daño a sus congéneres? No lograba entenderlo. Tenía un fuerte sentimiento de tristeza y ganas de llorar pero no era el momento. Cerró fuertemente los ojos y intentó controlarse. Centrar todos sus esfuerzos en impedir que se perdiera lo que había sobrevivido al desastre. Tratar de que la esperanza y el amor fueran mucho más fuertes que el odio.

En su mente recordó los procedimientos de emergencia. Primero, se debía atender a toda aquella víctima o posible persona en peligro. Miró la zona y fue auxiliado a todo aquel que estaba en su camino. Divisó que unos enmascarados subían a infantes a unas furgonetas. No comprendía muy bien por qué o cuál era la finalidad de aquello. Pero lo que sí sabía es que era algo malicioso. Los niños estaban siendo forzados a entrar y por lo tanto, era algo así como un secuestro.

- Perdón, pero creo que no tienen autorización para llevar a los niños a ninguna excursión. - Habló a los criminales con un tono amable.

Luego procedió a usar su velocidad para desarmar y dejar inconsciente a aquellos tipejos. Con la speedforce en un santiamén había desmontado las armas que portaban. Posteriormente, les golpeó estratégicamente en el cuello. provocando una falsa señal de presión terriblemente alta al cuerpo y así iniciando que el sistema parasimpático se active. Este se encarga de que el corazón lata más despacio. De modo, sale menor flujo de sangre y menos la sangre que llega al cerebro. El cerebro se queda seco y provoca dejará el desplome del adversario. Así les fue amarrando y apresando uno a uno. Una vez que los secuestradores estuvieron inmovilizados se acercó a los menores. Sacó a los niños del lugar y les tranquilizó.

Mientras el velocista hacía esta labor una de las furgonetas consiguió cargar y arrancar. Dio un acelerón fuerte para arrancar a toda prisa e irse a todo gas del lugar. Pero no contaban con la rapidez del velocista. Antes de que el coche pudiera avanzar unos metros; saltó sobre el capó, hizo explotar la ventanilla del conductor, noqueó al conductor y tiró del freno de mano. El coche por el contraste tan rápido de velocidades derrapó un poco, se fue de lado y prácticamente parado golpeó una farola. Casi perfecto pensó Kid Flash. Antes de abrir la parte de atrás y liberar a los menores, sacó al otro criminal que se encontraba de copiloto. Una vez inmovilizados los dos secuestradores, procedió a rescatar a los niños de aquellas furgonetas.

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 16th Marzo 2019, 03:11

Cuando su puño viajó directamente al rostro de la joven de cabellera lechosa, no estimaba que aún tuviera voluntad para pelear. Al principio no entendió por qué en vez de colapsar tomó más fuerza. Luego, comprendió que era igual que él, debió experimentar el mismo sentimiento que lo llevó a ser lo que es actualmente. Tuvo que enojarse mucho. Por un instante dudó; frenó ligeramente el ataque cuando los ojos ajenos le fulminaron el alma, y durante ese instante, quedó vulnerable ante los veloces impactos de la mutante.

Los certeros golpes al pecho lo hicieron jadear, lo empujaron un par de pasos hacia atrás gracias a la gran fuerza ejercida. Aún así, el dolor físico es lo que menos le llegó a preocupar. No era la primera ocasión en que su traje sufría estragos, tiempo atrás Batman ya lo había obligado a repararlo. Y, aunque no se considere un regalo, ese traje le perteneció a su difunto ancestro Nicholas Anders, por ende, siempre le causa algo de tristeza verlo en mal estado. Le vienen tantos recuerdos a la cabeza. Mantuvo la guardia arriba pues no se trataba de cualquier niña, además, destrozar su traje -aparte de recordarle momentos tristes del pasado- lo hizo enojar. No dejó de lanzar puñetazos hasta que uno conectó con la parte externa del antebrazo foráneo. Fue un grave error apartar la mirada por parte de su adversaria, eso le dio la oportunidad de plantarle un tremendo puñetazo en el área de los pómulos.

Su familia murió bajo toneladas de escombros. Fueron traicionados y olvidados después de haber colaborado en gran manera con la construcción de los principales puentes de la ciudad. Eso lo devastó y llevó a Zachary a la locura. Cuando encontró el traje decidió vengarse de las otras familias fundadoras de Gotham. Pero en incontables ocasiones Batman lo detuvo. Su familia no había hecho nada malo, su trabajo nunca fue sucio ni nada parecido, asi que la conclusión lógica es que alguna de las otras poderosas familias sintió envidia de ellos. Eso lo llena de rabia, no importa cuántos edificios haga pedazos, no deja de sentirse furioso.

Se acercó a la mujer sin perder tiempo, dispuesto a sujetarla del cabello y, si bien esta puso resistencia, en esa posición The Architect tuvo ventaja, así que no tardó mucho en estrellarla contra el suelo, no una sino cuatro veces seguidas. Se esforzó en causarle daño, cuatro gritos gruesos se abrieron paso hasta el interior del casco donde hicieron eco, dejando claro su esfuerzo físico.

Un arquitecto hábil se encargará de que todo vaya bien en la obra que supervisa, no importa que surjan imprevistos desagradables, él no dejará que su trabajo previo acabe como un desperdicio. Tal vez Zachary ya tenga la soga rodeándole el cuello, sabe que afuera las cosas no salieron precisamente bien pues de ser así no hubiera escuchado el ruido de una furgoneta chocando. Pero a estas alturas aun puede sacar provecho de la situación si conserva la calma. Antes de que todo comenzara dos francotiradores habían buscado un sitio cómodo, por si las cosas no salían como se esperaban estos servirían de apoyo.

- ¿Qué sucede afuera? -preguntó al micrófono justo al mismo tiempo que soltaba a la chica-. ¿Llegaron refuerzos de la policía? -caminó hacia uno de los pocos hombres caídos que quedaron dentro de la casa para usurpar el arma de fuego que llevara encima-. ¿No es la policía?

- No... y... es distinto a la "exhibicionista" -respondió el subordinado situado a unos cuantos metros con el dedo índice rosando -. Este parece que se teletransporta pero no es así, solo se mueve rápido y al decir "rápido" me quedo corto... aun asi, a ratos se mantiene quieto, ¿Qué quiere que hagamos, señor?

- Denme su posición y disparen a mi señal... el plan va perfecto.

No miente, el plan se dividía en dos partes y la secundaria -donde está participando él- no era más que una distracción. Sus subordinados no tienen conocimiento de ello, en otras palabras, son peso muerto. Lo único que necesita es salir de ahí para reunirse con su otro equipo en Gotham.

Spoiler:

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"A veces, sufrimos más de la cuenta... Pero ¿sabes? Podemos ser felices"

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 16th Julio 2019, 00:26

En ese momento, sus pensamientos podían resumirse en una sencilla frase. Y esa frase era algo muy parecido a "-¿Qué problema tiene la gente aquí?"-, con “gente” siendo específicamente el hombre del traje de buzo y los imbéciles que habían accedido a ayudarlo, y “aquí” siendo o bien Nueva York en particular o la superficie en general. La amplitud de su cabreo fluctuaba, siguiendo el ritmo a los latidos que oía en sus sienes. Tan pronto como el Arquitecto se dio la vuelta, Dolphin se incorporó, dejando la marca de unos profundos arañazos en el suelo sin apenas darse cuenta. -No... Y... Es distinto a la "exhibicionista". Este parece que se teletransporta pero no es así, solo se mueve rápido y al decir "rápido" me quedo corto... Aun así, a ratos se mantiene quieto, ¿Qué quiere que hagamos, señor? -La atlante ni siquiera prestó atención al comentario acerca de su ropa, acostumbrada como estaba a los complejos que tenían los terrestres acerca de esas cosas. En lugar de eso, decidió centrarse en lo único útil que había escuchado desde que había puesto un pie en ese edificio. Los villanos se habían percatado de lo peligroso que podía ser Bart para ellos… Y eso significaba que tenían que organizarse, antes de que sus enemigos lo hicieran.

-Denme su posición y disparen a mi señal... El plan va perfecto.-Tan pronto como lo dijo, Dolphin deslizó sus dedos rápidamente sobre la pantalla, mandando un mensaje a Bart avisándole de los disparos antes de que a los francotiradores les diera tiempo a apretar el gatillo. Ponerse a cubierto no sería un problema para él… A menos que los villanos lograran pillarlo por sorpresa, cosa que esperaba haber impedido a tiempo. Ya debía de haber rescatado a los niños, si sus cálculos no fallaban, y además sospechaba que ni se plantearían dispararle si estuviera con ellos. Le daba la sensación de que los querían para algo, había oído los pasos aglomerándose en el piso superior… Y además, el buzo venía de ahí arriba, algo tenía que haber estado haciendo. Solo esperaba que los mercenarios no estuvieran tan podridos como para considerarlos prescindibles.

Pero, al fin y al cabo… Eso no eran más que suposiciones. La atlante aún no sabía cuál era la meta final del hombre que tenía delante, y por lo tanto, lo mejor sería no precipitarse. Quizás hubiera más bombas puestas por los alrededores… O incluso dentro del propio edificio. No podían arriesgarse.

"-Ven dentro del edificio", escribió en su comunicador para que lo leyera Bart, adoptando una postura de defensa sin dejar de mirar al Arquitecto. "-Vamos a acabar con esto."

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Invitado

El joven héroe tardó casi nada en rescatar y poner a los menores a salvo. Tras su acción de rescate y con todos los ciudadanos de las inmediaciones puestos en un lugar seguro, Bart buscó a Dolphin con la mirada. No veía a la atlante en la escena. No sabía que ella se encontraba dentro de un edificio. Había llegado cuando están ya todos se habían metido en el edificio y no tenía ningún tipo de indicador que le guiase hasta al lugar donde estaban los delincuentes junto con Dolphin. Se preguntó dónde estaría se amiga peliblanca. El castaño se dispuso a buscar a su compañera. No tenía mucha información sobre la situación o lo que estaba ocurriendo. Por lo que no podía hacerse una idea de cuál era el peligro al que se enfrentaba. Ella era quien le había alertado de una situación de peligro en aquella zona y sin embargo, no la encontraba por allí.

Deceleró su intrépido ritmo y se puso a buscar más despacio algún tipo de prueba o rastro que le diera alguna idea de hacía donde ir. No estaba todo concluido. Si todo hubiera terminado, la atlante le hubiera avisado o estaría cerca para decírselo. A su traje le llegó un mensaje de Dolphin. El velocista inmediatamente lo miró. En el, le advertía sobre el inminente riesgo al que se exponía. Había hombres armados esperando para dispararle. Se puso a pensar en lo que podía hacer frente a las balas. Rápidamente se le ocurrió un plan. Se quedó un tiro parado y espero a que le disparase. Cuando vió llegar las balas, usó la speedforce para agarrar las balas y desviar su camino. Tras parar el ataque en su contra, el velocista fue en busca de sus atacantes. Bart poseía una perfecta memoria eidética por lo que era capaz de recordar con precisión la trayectoria de cada una de las balas que había esquivado y frenado. Recorrió las trayectorias que se dibujaban con líneas fidedignas y perfectas en su cabeza y fue desarmando a los tiradores uno a uno. Sólo habían pasado unos segundos desde que los hombres armados hicieron su primer disparo y atónitos vieron como sus armas desmontadas en piezas se caían al suelo. Dejó inconscientes a todos los francotiradores menos a uno.

- Hola.- saludó de forma simpática y enérgica. - ¿Sabes dónde se encuentra tu jefe?- preguntó esperando que el hombre le contestase. Pero el delincuente era un tipo duro. No se dejó amedrentar por un simpático y alegre muchacho. Se rió en la cara del velocista. Bart estaba a punto de darle un discurso a aquel señor pero de nuevo le llegó un mensaje. Dolphin le decía de ir dentro del edificio.

- Supongo que ha sido un placer.- dijo educadamente antes de de dejarle inconsciente como al resto.

Después, como indicaba el mensaje de la atlante, se adentró en el edificio. Rápidamente y con el uso de sus poderes de velocista busco por todo el complejo donde se encontraba la peliblanca. Tras buscar un rato por el edificio encontró a la submarina y se alegró aunque la situación no estaba para ponerse demasiado feliz. Miró al Arquitecto enfundado en aquel traje tan raro. Era similar a un traje de buzo antiguo mezclado con el estilo steampunk. Bart nunca había visto un traje de submarinista antiguo y le resultó muy curioso.

Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin] 19th Abril 2020, 01:32

Por inactividad de los dos promotores del tema, éste hilo se elimina.

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Tema: Re: Errores cerca del mar (06/01/19) [Dolphin]

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