162BrotherBlood DC Universe
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Mensajes : 94 Fecha de inscripción : 11/03/2017 Localización : Caverna bajo Hollywood hills Empleo /Ocio : Líder de la Iglesia de Sangre
| Tema: WWD - Pater noster (Autoconclusivo, Brother Blood) 15/04/19 18th Junio 2018, 05:10 | |
| Todo era silencio. Aquél rincón imperturbable del templo era el lugar más sagrado de la Iglesia de la Sangre, allí donde su líder encontraba en sí mismo el camino para transformar todo el sufrimiento y miedo que sentía en derredor en algo positivo, una señal de que todo iba como debía. Como émpata, si no lograbas manejar las emociones de tus allegados, éstas podían devorarte, y volverte completamente loco.
Solía compararse con los médicos, especialmente aquellos que manejaban las situaciones más duras o riesgosas; A menudo estos profesionales debían desapegarse, perder parte de su humanidad por pura supervivencia, y eso era justo lo que él hacía en ese momento. Arrodillado y con los brazos en cruz, dirigía sus ojos cerrados al techo abovedado de la cámara encaramado a un alto y delgado pilar de cráneos, rodeado tan sólo de oscuridad. El horror y la inquietud que sacudía al mundo tras la invasión demoníaca era de tal intensidad que su influjo podía percibirse incluso en aquéllas profundidades, pero el espíritu férreo aunque retorcido del clérigo era capaz de traducir los gritos de histeria en armoniosos cantos de victoria. Aunque nunca antes tuvo que esforzarse tanto por encontrar la calma... Su cuerpo semidesnudo sudaba sacudido por un ligero temblor visible en sus dedos.
Todo iba como debía...
- Arrepiéntete, hijo mío.
Sebastian abrió los ojos. Sabía que esa voz no podía ser mortal. Sólo él conocía la existencia de ese cuarto, y además, no percibía nada en ella, no parecía venir de nada sintiente. Un ténue brillo de aspecto lúgubre le observaba desde el suelo, junto a la entrada, en silencio.
- No eres una visión, ni una profecía... ¿Quién eres?
- Aquél a quien debes tu maldita gloria... Tú, y todos los que te precedieron.
Un escalofrío momentáneo recorrió la espalda de Blood, seguido por la ira incontrolable de quien oía a un blasfemo ¿A qué venía esta visita? ¿Por qué aparecía justamente ahora el perpetrador de su historia? No pudo evitar mostrar el desagrado en su voz.
- ¿Si tú mismo llamas a esto gloria, de qué debo arrepentirme entonces? ¿Por qué haces tan largo viaje desde el otro mundo, en vano?
- Por que eres el único que queda. Todos los demás como tú y como yo ya no existen. El destino te eligió para quedarte, y comprendo sus razones. Como hombre de Dios, respeto sus elecciones, por extrañas que éstas sean, y velo por hacer que se cumplan.
Sebastian decidió escuchar al monje, llevado por una curiosidad vanidosa. Ser el único Hermano Sangre que quedaba le llenaba de orgullo, pero pese a todas sus virtudes, parecí a que había más sorpresas en su camino, como el mismo reencuentro con el hacedor de su estirpe.
- ¿Y qué razones son esas, padre?
Un breve pero intenso silencio se apoderó de la estancia, pareciendo durar mucho más de lo que en realidad hizo, antes de que la gélida y extraña voz vacía del monje sonase de nuevo para dar la respuesta.
- Una muy poderosa, hijo... El destino de todos los Hermanos estaba sellado, pero tú eres el único que recibió el don de poder elegir. Has tenido dudas, y tienes posibilidades...
Sebastian ardió en ira, como una explosión instantánea. Se alzó en un rápido movimiento llevado por el deseo de increpar a aquél que dudaba de su fe en Trigon.
- ¡¡Jamás dudaría de mi señor!! ¡Eso que dices no es más que una vil mentira, con ánimo de volverme en su contra! Puede que fuese tu maldición la que nos llevó hasta él, pero fue él quien nos acogió y brindó poder para salvar a nuestro pueblo, del deseo egoísta de tu Dios de masacrarlos en una guerra en su nombre.
- Y los condenó al mandato de sus crueles designios, a través de tus antepasados. Gente engañada, hechizada... No todas las cadenas de la esclavitud brillan bajo el Sol, bien lo sabes Kaloyan...
Sebastian estaba a punto de hacer estallar en rayos toda la estancia. Pero algo le detenía, había algo más que quería saber...
- Has mencionado posibilidades...
- Tu interés en ello es la primera de ellas. Con el tiempo, te sobrarán motivaciones tras este encuentro, que será n las que te guíen. Y por último, un gran poder que ya te ha sido revelado.
Blood reflexionó en silencio, interiorizando todo lo que el monje había dicho. Negó con la cabeza, pero simplemente se dirigió al espectro con voz Serena.
- ¿Por qué quieres acabar con la maldición que tú comenzaste, padre?
- Por que entonces no comprendí que mi deseo de atormentar a un hombre, se convertiría en el dolor de millones. Busco redención.
- Creí que tú señor estaría orgulloso de tu "obra"- El tono desdeñoso de Blood era más un insulto a Dios que al propio monje, pero éste prosiguió sin darle mayor importancia.
- Mi señor me juzgó entonces como el hombre equivocado que era. Volveré a mi eternidad entre llamas cuando nuestra conversación concluya. Hago esto por que aprendí la lección y le respeto
- Todo un campeón poniendo la otra mejilla, eh? Bueno, pensaré en lo que has dicho, ahora vuelve a arder antes de que te echen de menos allí abajo
El espectro agachó la mirada y se desvaneció. Blood se preguntó si su extrema meditación atrajo al monje como un eco del pasado, o si realmente el fantasma encontró otro modo de venir. En todo caso, sólo dijo estupideces. Se arrodilló de nuevo y recuperó la postura inicial. Elegir... Sólo se podía elegir si tenías una oferta mejor a escoger, y Trigon le ofrecía mucho poder.
¿Existiría más poder que ése a su alcance?
Sebastian abrió los ojos y perdió la vista en la oscuridad.
- Dudas... | |
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