20 de Marzo, año 2018 | Muelle Sudoeste 89 - 1:00 AM | West New York
- |descripción gráfica del sitio|:
La despejada noche revelaba movimiento entre los contenedores del muelle, pasos sobre la renovada madera que alejaba las caminatas dos metros por sobre el agua. El doctor Kyle Black tenía asuntos ilegales que atender ahí, pero los intercambios con mafiosos podían ser peligrosos si no era prudente, por eso como guardaespaldas estaba Shoggurth, más de una vez su ayudante, el mutante de otro universo que nunca dijo que no a sus encargos subversivos. Kyle le recordaba mucho a su ex-amigo Jarek Sabek, la criatura tenía aprecio por los trabajos del esquizoanalista, ¿cómo fallarle en una situación así? No se lo permitiría.
El intercambio se realizaba a un horario que tornaba prudente el bloque-89 de los muelles, hasta las tres de la mañana un lugar prácticamente abandonado entre los contenedores que posaban sobre los suelos de concreto. Y arribaron los seis individuos, entre ellos dos trasladaban la caja con los suplementos informáticos que necesitaría Alice para sus labores como hacker; ella estaba indispuesta esa noche así que su esposo decidió aceptar la tarea.
—Un gusto volverte a ver Kyle— saludó el mafioso encargado y responsable por el intercambio —Mis chicos nos esperan en la camioneta, hagamos los negocios rápido ¿sí?
—Me parece bien, Ron, yo tengo el dinero en esta bolsa— respondió el doctor.
—Espera, no juguemos así Kyle, nos conocemos hombre, ¿crees que no sé que has venido acompañado? Dudo mucho que hayas venido tú solo a todo ésto, mira, hasta la caja es pesada— sonrió Ron con cierta soberbia, le encantaba predecir a sus negociantes.
Shoggurth salió por detrás de uno de los contenedores, se dejó ver. Los seis pudieron ver al individuo encapuchado, con larga túnica negra. Sabían que no era humano, o lo presentían, la hipótesis se quebró cuando los fulminantes ojos rojos reflejaron algo de luz del parpadeante faro sobre ellos.
—Waw, ¡Kyle! Me sorprendes hombre, ¿cómo das con esta gente?— comentó Ron haciendo reír a sus camaradas, pero no todos, uno quedó mirando muy serio al mutante.
—Bueno, ¿no era que teníamos prisa?— contestó Kyle.
—Claro, claro pues...
El matón que acompañaba a Ron, de tatuaje en la nuca, fue transformando su gesto de una mirada de duda a una de desconfianza, no tardó más que un par de segundos en notar algo que cambiaría todo allí:
—Espere, espere, no— dijo Tom rascando el tatuaje en su nuca.
—¿Qué te pasa Tom?— preguntó Ron deteniendo la transacción a mano.
Shoggurth bajó la cabeza levemente, se dio cuenta tarde de lo que estaba sucediendo ahí, ¿ese sujeto, Tom, podía ser quien...? Sentía que algo estaba por salir muy mal, el tono del cabeza rapada era muy molesto.
—Ese sujeto, mira Ron, ese sujeto, ¿recuerdas cuando te conté de la muerte de Jaden?— murmuró Tom al oído de su superior.
—¿Qué pasa ahí Ron?— se molestó Kyle viendo que la cosa se ponía muy rara frente a sus ojos.
—Tenemos una duda sobre tu acompañante, Doc, nos gustaría que se quite la capucha— aclaró Ron.
—Eso no es necesario, Shaggy es un mutante que conocí ayer— mintió él por completo, hasta el nombre mintió el esquizoanalista —tiene problemas con su aspecto y son serios problemas psicológicos, Ron, estoy ayudándolo con su inseguridad a cambio de que hoy me acompañara, aceptarte tales demandas sería contraproducente, además no estaban pactadas en el trato de hoy.
—Mira, Kyle, uno de mis chicos fue asesinado por una criatura con tentáculos, si Shaggy es esa criatura nos estás poniendo en tu contra por hacernos difícil el asunto; no tenemos nada contra ti, ¿si tu acompañante no es tu amigo por qué lo incubrirías?
Ron fue muy preciso en sus palabras, Kyle no conocía tal situación y se puso muy nervioso de tal posibilidad. Entre tanto Shoggurth sí recordaba el suceso, no podía hacer nada más que seguirle el juego a su aliado ¿Pero hasta dónde antes de que su vida corriese peligro?
—¿Es verdad eso, Shaggy? ¿Hay algo que no me has contado en nuestra primer charla?— dijo Kyle fingiendo.
—¡Por Dios, Doc! No juegue conmigo que estoy apurado, ¡que ese bicho se saque la capucha y nos muestre quien es o se complicará la noche para todos!— profirió el mafioso con tono impaciente.