Tweety Tweety ... creo que he visto un lindo pajarito ... (Stephanie Brown & Roy Harper)

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Un suspiro de respiración se escapó de sus labios y se puso a correr. Un atlético pelirrojo corría por una de las aceras de Gotham persiguiendo a un adolescente delgado y bastante ágil. Aunque Roy no era alguien lento y tenía una gran habilidad para salvar obstáculos, el muchacho le sacaba ventaja porque era mucho más ligero y podía moverse con más presteza entre los viandantes. el joven trataba de despistar cada dos por tres a su perseguidos metiéndose entre la gente y los puestos ambulantes de la calle. Pero el ex aprendiz de Arrow siempre había tenido muy buen ojo avizor y sabía mantener muy bien un rastro.

Al arquero le acababan de robar la cartera en un descuido y no se sentía muy contento. Se agachó un momento para atarse el cordón de la zapatilla que se le había desatado. En ese preciso momento que estaba agazapado anudando el lazo, alguien se le acercó rápidamente por detrás, metió la mano en su bolsillo delantero donde estaba su billetera roja y se apropió de ella. En las calles de esa endemoniada ciudad, los atracos, robos y actos delincuencia estaban a la orden del día. Eran tan usuales como ese café matutino que te tomabas en una cafetería del barrio cada mañana antes de ir al trabajo. Sin embargo, el era o al menos lo intentaba un justiciero. Se suponía que estaba más espabilado y consciente tanto del peligro como de lo que ocurría en la zona que un ciudadano corriente. Que te hurtasen la cartera siendo un héroe era un poco de pardillo de primera categoría. Situaciones tan paradójicas como aquella parecía que solo le pasaban a él. No tenía muy claro si sentirse el héroe más cómico o el menos elegante. Siempre le pasaban ese tipo de cosas que le quitaban toda la impresión de seriedad.

Cuando atrapó la ladronzuelo, el pelirrojo sonrió divertido. Tan solo había visto al ratero de espaldas y siempre había supuesto que era un chico por su vestimenta, ya que, vestía un holgado chándal de colores apagados y cubría su cabeza capucha de la sudadera. Pero en cuanto vio su cara supo que se había equivocado plenamente. Ahí tenía agarrada por la muñeca a una chica adolescente. Las estadísticas siempre indicaban que los varones eran los que más tendían a cometer actos delictivos, pero eso eran tan sólo números. En aquella impía ciudad nadie estaba exento de recaer en la delincuencia.

- Señorita creo que por casualidad se ha encontrado mi cartera.- dijo jovialmente mientras recobaraba su billetera. Por una parte, entendía que la muchacha le hubiera mangado la cartera. la vida no era muy difícil en la urbe. había mucha pobreza y los niños y jóvenes muchas veces se veían en las calles haciendo cualquier cosa por sobrevivir. Robar era mejor que prostituirse o vender droga. Él también había sido de aquellos chicos que habían tenido que apropiarse de lo ajeno para subsistir. Por otro lado, Una adolescencia plagada de actos delictivos conducía en la mayor parte de las ocasiones a una vida adulta entre rejas. Ningún menor tenía un buen futuro siendo carterista.

Algo se había removido en su interior y no iba a entregar a aquella adolescente a las autoridades. Sin embargo no podía dejarla ir de rositas.

- Por esta vez lo voy a dejar pasar, pero no deberías estar robando a los adultos. No es algo que tenga buenas consecuencias. Puedes acabar en un correccional o en la cárcel. Y esa no es una vida muy grata. Enfócate en encontrar un trabajo de medio tiempo y estudiar algo que pueda abrirte las puertas a un trabajo digno.- Intentó hacerlo lo mejor que pudo, la verdad que no se le daba muy bien reñir o decir a otras personas cómo vivir su vida.

- Mira tronco no me des la puta murga,¿vale? - A Roy se le hablando el corazón porque eran tenía dos atributos que le solían volver más transigente; era una fémina y tenía una actitud ruda. Le gustaban ese tipo de personas con la personalidad más arisca que un rottweiler enfadado. bueno en realidad le gustaba cualquier persona con la que puede cruzar algunas palabras. No era muy exigente con sus amistades.

- A ver si esto te ayuda a enderezar un poco tu vida.- Le ofreció a la joven un billete de cien dólares. Esperaba que ese acto desinteresado abriera un poco la perpectiva de la muchacha.

-No necesito tu jodida caridad pervertido.- dijo con voz agresiva pero se guardó el billete que Roy le había dado. Le dió un fuerte patada en la pierna y cuando Roy la soltó, salió corriendo.

- ¡Qué espléndida juventud la de hoy en Gotham!- dijo al viento con jocosidad ante lo ocurrido.

Steph llevaba unos días monitorizando a Roy Harper.
En una de esas noches en las que los dos se tumbaban en una azotea y se bebían una lata de cerveza tras otra mientras hablaban de todo un poco, Jason le había explicado su encuentro con Roy y si algo te enseñaba el murciélago y pasar mucho tiempo con Red Hood era que la paranoia y el exceso de cuidado le podían salvar la vida a tus aliados o a ti.
Su amigo estaba demasiado implicado emocionalmente, lo había notado en su voz y en su modo de expresarse, así que estaba claro que ,aunque probablemente había tomado sus medidas de seguridad, no habría sido todo lo exhaustivo que habría sido en un caso normal... y ahí es donde entraba Steph.

Obviamente no le había dicho a Jason que iba detrás de su amigo de otra dimensión, o lo que fueran, pero había hecho uso de todos sus recursos para dar con Arsenal y seguirle la pista.

Esa noche estaba siendo tranquila, así que Spoiler se había dedicado a controlar que Roy no hiciera nada raro. No sabía qué esperaba encontrar exáctamente... pero potencialmente algo que demostrara que si le decía a Jason que se mantuviera alejado tuviera sentido.
En su cabeza todo era muy lógico, pero cuanto más lo pensaba menos sentido tenía.
Decidió dejar de pensarlo.

Estaba tomando esta decisión cuando alguien le robó la cartera a su objetivo. Había que ser pargüela para llevar la cartera en el bolsillo de atrás en Gotham, era un poco como dejar la puerta de la calle de par en par... que no justificaba nada pero, vamos a ver, si estás en la ciudad con uno de los índices de criminalidad más altos del mundo tienes cuidado.

En un primer momento decidió no hacer nada, a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. Probablemente si seguía al ladrón podría hacerse con la cartera y eso era una fuente importante de información.

Observó como se desarrollaba la escena y al final Roy le dio lástima. Parecía que no estuviera acostumbrado a la típica fauna del Bowery y alrrededores. Aguantando una risa sacó la pistola que usaba para lanzar el gancho y cambió la cuerda por una que no pudiera hacerle demasiado daño a la ladronzuela. A los pocos segundos estaba en el suelo retrociéndose y Spoiler se dejaba caer grácilmente entre ella y Roy.

Se agachó y recogió la cartera que se le había caído a la chiquilla y dudó un segundo antes de lanzársela a Roy.

-Creo que has perdido esto, creo que es un record que te la roben dos veces en menos de cinco minutos, enhorabuena- dijo con altanería -En cuanto a ti...- se giró a mirar a la chica y se le rompió algo por dentro, le pasaba mucho... y aun así no se acostumbraba a la situación -¿Conoces la fundación Thompkins?- Le preguntó ayudándola a incorporarse pero sin soltarla, ella le apartó la cara, obviamente -[color=#6600FF]Están especializados en casos como el tuyo y han ayudado a mucha gente. No pasan lista ni es obligatorio asistir, pero te pueden ayudar mucho- Que ese programa también funcionara en ese universo era una de las cosas que más feliz hacían a Steph. En su universo de origen había ayudado a crearlo y se había encargado de ayudar en algunos apartados, como en el de madres adolescentes, y era algo de lo que estaba muy orgullosa -Casi seguro has ido a la doctora Thompkins alguna vez, casi todos los que hemos tenido problemas en la calle hemos ido- Ese modo de incluirse era un poco falacia, porque ella realmente no había tenido que vivir en la calle, pero Leslie sí la había salvado y de ese modo se fiaban más de ella, la veían como alguien de su equipo por mucho que estuviera colaborando con el Enemigo -Vamos a hacer un trato, tú te pasas por allí y tanto este tipo como yo nos olvidamos de lo que ha pasado. Te puedes quedar el billete que te ha dado y no tendrás que gastartelo en nada que no quieras, porque allí te darán de comer ¿vale?-

La chica parecía indecisa, pero acabó asintiendo, así que Steph la soltó y le escribió la dirección y el teléfono en un papel. Hacía tiempo que se había quedado sin tarjetas... cada vez que veía a alguien a quien se podía ayudar le mandaba a la clínica.
Y había mucha gente a la que ayudar en Gotham.

Cuando la chica se alejó un poco se giró a mirar a Roy.

-No deberías ir por ahí con la cartera tan a mano en Gotham y menos tan cerca del Bowery, son más listos, más rápidos y más ágiles que tú- le dijo con tono de reprimenda, sintiéndose claramente superior.

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Parecía que todo había quedado zanjado cuando le dió el billete a la ladronzuela. Pero esta decidió insistir y le propinó un pisotón y una patada al pelirrojo. Cosa que para él, con su musculatura no era gran cosa, estaba acostumbrado a soportar golpes y embistes de personas con mucha más musculatura y fuerza que aquella muchacha de apariencia endeble. No obstante, no se esperaba que ella fuera a atacarle nuevamente. Le pilló completamente desprevenido y fue en este intervalo de sorpresa cuando la chica volvió a actuar. Tomó de nuevo la cartera del pelirrojo y se dispuso a salir huyendo otra vez.

Pero antes de que pudiera ponerse a correr tras la joven de nuevo, esta fue atrapada por una misteriosa cuerda. Su cartera cayó al suelo y fue recogida por una joven enfundada en uno de esos trajes de justiciero apretados, que él conocía por suerte o por desgracia tan bien. La desconocida con un poco de reticencia le devolvió la cartera sustraída por la otra fémina. Se le hacía un poco extraño todo. Mucha casualidad le parecía que alguien hubiera actuado con tanta rapidez y de actuar rápido y de forma precisa él sabía bastante, ya que, su antiguo alias era speedy por algo. Pero no era tan paranoico como los Robins ni como otras de sus amigos no le hizo sospechar.

-oh gracias- sonrió jovialmente cuando aquella mujer rubia le devolvió su cartera- Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños- dijo aludiendo a una antigua frase fílmica que aludía a la vulnerabilidad de las personas que afrontan la vida de forma cauta y despreocupada, como solía hacer él. - Superó siempre todas las expectativas previstas- le guiñó un ojo de forma divertida.- Es algo así como un don.- Dicho de forma chistosa ante el comentario de la mujer sobre su fortuna.

La encapuchada dirigió unas palabras a la joven delincuente. No iba mucho con él el tema pero era alguien bastante curioso, así que, escuchó todas las palabras de Stephanie. ¿La fundación Thompkins? Él tampoco tenía ni idea de lo que era eso. Pero daba gracias en que en los años precedentes la gente se fuera concienciando del problema que tenía la urbe con sus niños de la calle. Por experiencia propia sabía lo duro que era salir de la calle no teniendo ninguna ayuda. Por no decir, que salir de la indigencia y pobreza extremas era algo imposible para muchos jóvenes. el pelirrojo analizó como la heroína se había incluido en el saco de menores sin hogar. Tanto si lo era como si no, era una buena táctica para acercarte a una persona que estaba padeciendo aquella situación, la empatía siempre es una buena manera de entrar a las personas difíciles. Thompkins resonó en su cabeza. Estaba seguro que conocía de algo ese apellido pero no caía muy bien de que podía ser.

Se encogió de hombros ante la advertencia de Steph. - Más delito habiendo pasado mucho tiempo en estas calles … pero siempre tengo la esperanza de que las cosas mejoren por aquí.- Esa era su actitud frente a la vida. Siempre frecuentaba lugares peligrosos y de dudosa reputación con esa actitud jovial y desenfadada como si no hubiera nada que temer ningún peligro. Quizá se pusiera con ello en situaciones potenciales de riesgo. No obstante, sabía que era alguien capaz de afrontar esas y otras adversidades. después de todo seguía allí de pie. Había sobrevivido a situaciones tremendamente complicadas y no se dejaba amedrentar por casi nada. - además, no me importa hacer de damiselo en peligro para que me salven valerosas heroínas. - Le guiño el ojo entre coqueto y chistoso- ¿Mucho lio en tu ronda? -preguntó de forma casual a la justiciera. - Creo que nunca había visto otros héroes en la ciudad del murciélago.

-Todo el mundo en Gotham depende de la amabilidad de los extraños, así es como funcionamos aquí- respondió mordaz, cruzándose de brazos. No sabía qué le hacía pensar que aquel tipo se estaba riendo de ella, pero algo... quizás su tono o su pose o su modo de moverse le hacían tener la sensación de que para él Spoiler era una broma, un poco como le había hecho sentir Bruce al principio: como una niña que le ha quitado los tacones a su madre y está jugando a ser mayor. -No, si ya- Lo miró de soslayo. En Gotham la gente no te respondía a las bromas, te miraban con cara de "a que viene eso".

No, definitivamente no le gustaba aquel chaval. Pero a la vez veía por qué era... o más bien había sido amigo de Jason.

A decir verdad se había quedado preocupada por la chica. Siempre se quedaba preocupada por todo el mundo y eso le había dado muchos problemas, Tim le había dado sermones larguísimos sobre dejar ir las cosas y cuando estuvo en África Leslie le obligaba a ir a la psicóloga del campamento mínimo una vez a la semana. Llamaría por la mañana para preguntar.

Miró a Roy de arriba abajo al escuchar su respuesta, juzgándole. No quería que le cayera bien aquel tipo per con aquel tipo de comentarios la cosa se complicaba. Era debil ante los idealismos. -Y están mejorando- dijo, aunque no estaba completamente segura -Somos muchos luchando por que mejoren- añadió, porque aquello sonaba mucho más realista y mucho menos a película de Disney.
Es verdad que las cosas estaban mejorando, aunque estaban mejorando si tomábamos como punto de partida Omega y la mierda de universo que había quedado tras todo aquel lío. Pero poco a poco iban a mejor, incluso con las cosas raras que seguían pasando, incluso aunque nada fuera como tenía que ser.

No le gustaba mucho la gente que flirteaba con ella cuando no les había dado pie, al menos no la gente que quería que le cayera mal, así que se cruzó de brazos y cambió el peso de pierna. -Ay, pues te has equivocado de zona... las valerosas heroínas se mueven más por el oeste, aquí solo estoy yo- le contestó y estaba alzando las cejas, pero no sabía si se veía mucho. Algún día se haría un traje que no limitara su expresividad facial. O quizás no, porque aquellos trajes servían para ocultar su identidad de verdad, no como un antifacillo de nada y un cambio de peinado.
Se encogió de hombros -Pché, parece que hoy solo sale gente a la calle que no sabe no meterse en problemas estúpidos- Toma pullita, Harper, Spoiler 1, Roy 0.
Vale, ya, ni siquiera habia sido tan buena. Suspiró ante su propio entusiasmo tonto. Tenía que hacerselo mirar o empezar a dormir un poco más.

-Tu mundo tiene que ser muy aburrido, entonces, los mejores héroes de Gotham somos los que no llevamos el murciélago en el pecho, los que tenemos libertad- contestó con cierto tono de falsa superioridad. En realidad los que no llevaban el murciélago en el pecho eran unos pringaos que se las apañaban como podían pero ¿tenía Roy que saberlo?

No señores, en la ignorancia estaba la felicidad... en este caso la felicidad de Steph, pero bueno.

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La postura de la chica hacía su persona era muy cerrada. Desde el comentario mordaz hasta ese cruzó de brazos estaba marcando una distancia entre ambos. No conocía a Spoiler de nada entonces Roy no podía determinar si esa actitud hosco era la propia de la personalidad de la heroína o se debía a él. Sin embargo, el pelirrojo no perdió su talante bromista, alegre y simpático.

- Me alegra saber que las calles son más amables ahora.- Dijo con su sonrisa eterna. La verdad que las tasas de desempleo, pobreza y el alto índice de criminalidad que existían en Gothan eran preocupantes. No obstante, cada vez había más causas sociales sufragadas por los más
afortunados. - El corazón de la gente se va abriendo más y eso es hermoso. - Comentó un tono cálido y bondadoso, con ese aire idealista y soñador que muchas veces le caracterizada. El pelirrojo podía tomarse muchas cosas a broma, generalmente siempre hacía una gracia de cualquier cosa pero era era amable y sobre todo sincero. Realmente se sentía bien al saber que los unos se preocupaban de ayudar a los otros. El arquero era un joven bondadoso que siempre se preocupaba de brindar su apoyo y ayuda desinteresada al resto.

Notó la reacción de disgusto de Steph ante su coqueteo social. No podía evitar el flirteo con las féminas. Era la forma que tenía el pelirrojo de entrar en confianza con el sexo opuesto. A menudo era no ligoteo amistoso, que no pretendía nada más que quedarse en un ligero galanteo. Nunca iba a más si no notaba a la mujer interesada en subir el nivel de insinuaciones hacia a un tema más serio.
- ¿ Y me puedes mandar la ubicación GPS de esa zona donde están las valerosas heroínas?- Comentó de forma jocosa. - Quizá tenga que ponerme en peligro por eso zona.-

Para no ser descendiente del clan del murciélago no le hacían mucha gracia sus comentarios humorísticos. ¿Se había topado con una mini Batsy sin sentido del humor? El pelirrojo esperaba que no. Aunque los bordes eran realmente su tipo, se le daba mejor entablar relaciones de amistad que con los amables y simpáticos.

- Jooo Tía es que me pregunto siempre cual es la causa de la falta de humor por aquí. ¿Hay un ambiente tóxico o una agente químico o algo en esta ciudad que a los encapuchados os impide reiros de las bromas?-

No era la primera vez en su vida que la gente le tildaba de idiota. Ni sería la última en su vida, de eso era de lo que más seguro estaba. Si cada vez que alguien le llamaba estúpido le dieran un dolar ahora sería el hombre más rico de Estados Unidos. Tenía que reconocer que en parte tenían razón. Él era despreocupado, confiado y se buscaba muchos líos por intentar dar una mano a alguien en problemas.
- Es lo que caracteriza a los estúpidos que hacen cosas estúpidas y yo no soy muy bueno en la vida práctica. - Dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

- Pero hay una cosa en la que te equivocas guapa, aburrido es lo que menos me caracteriza a mí y a mi mundo. Como ya te habras dado cuenta a mí me encanta hablar y puedo hacerlo solo o acompañado. Quizá soy conformista y me conformo con chistes malos pero tengo mucho desparpajo. Me puedo quitar un zapato y un calcetín y te puedo improvisar una comedia digna de Aristófanes. Pero estamos en Gotham - comentó poniendo un fingido tono serio- así que tendría que improvisar una tragedia Shakesperiana. Me estoy yendo por las ramas pero la respuesta es que no, nunca me aburro. -

No trabajar bajo la tutela de Batman podía significar dos cosas; o bien había sido rechazada por el líder del Batclan o renegaba de las ideas de este. Ninguna de esas dos posiciones era muy buena. Quizá debajo de aquella cortante y esa superioridad solo se encontraba otro infante buscando la aprobación de Bruce Wayne, como todos sus pajaritos. Ya había demasiados birdies buscando un bien hecho de parte de aquel hombre y sabía por experiencia propia que no era bueno centrarse desesperadamente en el para bien de un mentor super exigente. Se preguntaba si era otra renegada de la familia de héroes, como él o como su Jaybird como lo fue Kori en su día. - Le dió un suave golpe en el hombro.- Espero que no seas una pajarita buscando la aprobación del murciélago. Porque es más difícil que encontrar un billete dorado que te lleve a la fabrica de Willy Wonka. -

Ahora entendía un poco mejor por qué Bruce y el resto de los Robin se exhasperaban con ella. Roy no paraba de sonreír y de ser estúpidamente amable por mucho que ella se esforzara por sonar cortante y desagradable y llegaba un punto que era hasta frustrante.

Lo único mínimamente parecido que le había pasado era cuando le entraba algún tío en un bar o en la discoteca las escasas veces que salía.
Pero en esos casos dos comentarios desagradables conseguían que el tipo en cuestión se rindiera y se fuera enfurruñado o, en el peor de los casos, que se pusiera violento.

Lo del corazón de la gente le hizo soltar una carcajada, sin poder reprimirse -¡Lo siento! Es que es como escuchar a alguien recitando a Dickens o algo así- Steph no había leído mucho Dickens, y recordaba lo poco que le habían obligado a leer en el colegio muy a duras penas, pero aquel tipo de expresión se le hizo muy de libro famoso. Se guardó la risa como pudo -Yo siempre he creído que con un poco de esfuerzo Gotham puede convertirse en un buen lugar para vivir, solo tenemos que seguir librándonos de mafias y matones de medio pelo y si se reduce la corrupción hasta podrá volverse a casa por la noche sin necesidad de que Batman esté en la azotea más cercana para salvarte- Se encogió de hombros, de verdad que no quería llevarse bien con aquel chico, de verdad que no, pero se lo ponía difícil. Muy difícil.

Lo peor de todo es que le seguía las bromas. Había tan poca gente que le seguía las bromas que cualquiera que estuviera dispuesto a bromear con ella se convertía en un aliado potencial al momento. Cambió el peso de pierna otra vez, incómoda.

Vale, no, tenía que rendirse. No podía aguantar aquella armadura de seriedad mucho más.

-¡Es una lástima! Todas están pilladas o son lesbianas o detestan a los graciosillos, así que me temo que no tienes ninguna oportunidad- Puso los brazos en jarras, en plan "Ay mecachis, qué problema" y acabó por sonreír. -Y sí, bueno, yo creo que lo del sentido del humor es por culpa del agua, tiene tanta cal que te absorve las ganas de vivir y el sentido del humor. Claro, como hacemos tanto ejercicio como vigilantes pues nos tenemos que hidratar mucho, y tenemos nos duchamos mucho... así que contacto directo a todas horas. El único que es realmente inmune es Nightwing, igual es metahumano y nos ha engañado todo este tiempo... pff, ya verás cuando se entere Batman-. dejó que los brazos estuvieran en una postura más relajada -Y bueno. Yo tengo sentido del humor. Lo que pasa es que me tienen que hacer gracia las bromas para que me ría y aún no se ha dado el caso- Spoiler 2, Roy 0. Una cosa es que fuera a ponerse menos seria, otra era que fuera a ser super amable de golpe. No iba a pasar.

-Francamente. No hace falta que me lo jures- Aunque empezara a aceptar que no le caía del todo mal, había que admitir que aquel chaval era un poco estúpido. O mucho, depende a quien le preguntaras... probablemente Jason tiraría por la última.
Jason, eso, tenía que centrarse en Jason.

"Hay una cosa con la que te equivocas mucho" había dicho. Y Steph le habría soltado un "ojalá fuera solo una" si no hubiera seguido hablando. Pero el resto de la frase le hizo esbozar una sonrisa algo socarrona, no podía sonar más pedante, y ese tipo de chicos le hacían gracia. Mucha gracia.

Levantó las cejas mientras asentía con la cabeza -Chaval. Shakespeare se nos queda corto por aquí- No sabía quien era el Aristófanes ese, y no le gustaba que se la dieran de listillos con ella -Y no es por sonar pedante- que también- pero para hacer comedia con un zapato y un calcetín lo mejor es irse al circo, no por aquí.

Miró alrededor y suspiró. Era claramente la millonésima vez que soltaba aquel discurso. Y estaba harta. Se acabó el ser amable con Roy. -Mira, vamos a ser sinceros y muy muy claros. No necesito la aprobación de nadie. Probablemente no se note mucho por la capa y tal, pero soy una mujer adulta. Hago mi vida y tomo mis propias decisiones y lo que piense un señor que decidió que "Hombre Murciélago" era un buen concepto para un superhéroe, me la pela, así, dicho claramente. De hecho, me la pela lo que piense todo el mundo- Volvió a suspirar -¿Sabes qué no me la pela? Los machitos como tú que venís a juzgar sin saber. Y a molestar a mi ciudad y a mis amigos. Así que ¿Por qué no te vuelves a de dónde sea que has salido y no me echas más mierda encima? Porque creeme, la sombra de Batman ya es lo bastante amplia para que nos suma a todos en la oscuridad, no necesitamos encima que venga gente de fuera a marearnos más-

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- No importa, Guapa. Te puedes reír de mí o conmigo. Lo importante es que te rías. Oh que curioso porque la literatura no es mi fuerte, soy más bien de ciencias.- En su rostro se mostró una sonrisa radiante en respuesta a risilla de Steph. le gustaba hacer reír a los demás y propagar un poco de alegría en sus vidas.

- Casi todos los problemas sociales, según mi opinión, se arreglarían si nos involucramos y ayudamos un poco a los demás. Algo así como en la película de Cadena de favores. No sé si has visto esa película.- Ese filme representaba muy bien el pensamiento de Roy sobre ayudar a los demás y como con un poco de ayuda el mundo se convertía en un lugar mejor y más amable para todas las personas.

- No me gusta romper parejas y la sexualidad no la puedo cambiar. - Se encogió de hombros.- Pero las que no le gustan los graciosos ya me podrían dar una oportunidad, que soy muy buen partido. No se cocinar y no me va mucho planchar pero hago unas armas y modificaciones en vehículos que dejan fría a la gente, literal y figuradamente.-

Dick era siempre el más optimista de los murciélagos, siempre dispuesto a ver una opción aunque el mundo se le estuviera cayendo a pedazos. Las únicas veces que le había visto verdaderamente sin esperanza es cuando había perdido a personas importantes; como Donna o Damian.

- Está claramente demostrado que es su superpoder ser la luz que ilumina al mundo.- Aunque lo dijera de broma sentía que parte de razón no le faltaba. Dick siempre había sido como un pequeño faro de esperanza. Esa luz que ilumina en la tormenta y le hacía regresar siempre a un puerto seguro cuando más perdido se sentía.

- En mi cabeza suena gracioso pero no para el resto del mundo. Tendría que apuntarme a clases de Monólogos cómicos o tal vez beber el agua de Gotham a ver si se me pasa la etapa de chistes malos.-

Richard, era el chico del circo, no él.-Hay personas con mejores habilidades para unirse a un circo.- Aunque era un buena idea como medio de vida. Se quedó unos instantes callado pensando en esa posibilidad. Si se pusiera un bigote y un bañador de hombre de los de cuerpo entero, de esos que se vestían hace cien años. Podría ganarse la vida lanzando cuchillos.
- Yo valgo para teatro serio- dijo en tono jocoso.

Vamos que era que sí. Porque cuando adoptas una posición tan defensiva cuando la otra persona hace una inferencia generalmente es porque el otro lleva parte de razón o te han tocado las narices mucho con el tema que también podría ser.

- No es por ir de listillo y siento si te ha ofendido lo que he dicho. - Le hizo una reverencia en un tono un poco humorístico.- El nombre de Batman es un poco estúpido, sí.- dijo sin perder la sonrisa de su cara.- Mi boca va más rápido que mi mente en un 99% del tiempo. Es simplemente que en mi mundo mis birdies y personas cercanas al murciélago tienen esa tendencia a estimar de más la aprobación de Batsy. También yo me he sobrecargado y sentido desgraciado por ponerme unas expectativas y metas irreales con el fin de agradar y conseguir el beneplácito de mi mentor. Mi error pensar que a todos los héroes jóvenes le pasa lo mismo. Además, nunca viene mal que alguien te diga que lo estás haciendo bien. A mí a veces me hace falta recibir un poco de apoyo y afecto. -

No. Por ahí no iba a pasar. Una cosa era insultarle, tratarle de forma borde, hiriente y cruel, robarle o pegarle una paliza. Consentía que los demás descargasen su furia con él, no le importaba ser un elemento para sacar la frustración. Pero otra cosa muy diferente era que una completa extraña le dijera que se alejara de su pajaritos con los que prácticamente se había criado y eran hermanos del alma. Les quería y nunca les iba a dejar. Porque eran ante todo amigos en las buenas y en las malas. Fue muy obvio, el cambio en el semblante de Roy. Su gesto siempre alegre se puso serio y se cruzó de brazos en actitud claramente defensiva. Frunció su ceño y en su frente se mostraron las arrugas típicas del enfado. ¿Porque se estaba refiriendo a la Batfamilia? Eran los únicos héroes de Gotham que eran prácticamente su familia porque les conocía de antaño. Antes de comenzar a responder las recriminaciones de la encapuchada, Roy sonrió. Era una persona difícil, arisca y borde. Su tipo de gente, la que mejor se le daba en su opinión.

- Lo primero es un poco hipócrita decir no me juzgues, cuando es obvio que la primera que ha estado juzgando has sido tú, nena. -Le dio una sonrisa algo cínica para ser el Roy Harper, un hombre extremadamente amable y comprensivo.- No te he tratado en ningún momento mal y sin embargo, tu trato hacia mí siempre ha sido hostil. ¿Qué problema tienes conmigo? ¿Qué sabes tú de mí, guapa? A parte de que me he dejado robar la cartera y que he ofrecido ayuda a una ladroncilla adolescente. ¿Qué mierda te estoy echando encima? ¿Tratas mal de primeras a todo el mundo por una primera impresión superficial? En segundo lugar, Me estabas siguiendo desde hace rato. Eso tiene un nombre, ACOSO. Porque una cosa es que me haga el tonto y el distraído y otra cosa es que realmente lo sea. No he querido comentarlo en un principio para no parecer maleducado y pretencioso. Pero ya que nos vamos a ponernos hirientes, bordes e impertinentes y se me va a acusar de manexplaing cuando es un consejo que daría a cualquier héroe joven hombre, mujer, agénero o cualquier género del que se sienta alguien, me parece adecuado sacarlo. Por último, quizá si vamos más de cara y no tan a lo oculto y sin tratar los problemas, como hace Batman, podríamos arreglarlo.- Su tono era serio pero no perdió en ningún momento ese aire amable y cálido con que Roy decía las cosas. No tenía un cariz hiriente ni de burla ni de riña. Simplemente era lo que pensaba dicho libremente.

- Otra cosa, ¿dónde consigo el carnet para que se me deje andar libremente por Gotham? ¿Cuántos años tiene que haber vivido una persona aquí para que Batman te firme el permiso de héroe? Te pregunto, ya que, eres tan experta en lo que se debe o no hacer aquí. Por cierto, mi última residencia legal es el Gotham, así que eso me hace ciudadano de aquí. ¿o no según las nuevas leyes de héroe-residente? - Ahora su tono era otra vez el de siempre simpático y un tanto bromista.

- ¿Cuando he cuando molestado a alguien? A parte de ahora que parece que te molesto a tí, preciosa. Si te refieres al Bat clan, deberías saber que conozco a Nightwing desde los doce años. Lo mismo con Red Hood y Red Robin. El menor de los Robin es como si fuera mi pequeño hermanito gruñoncete. He estado con ellos en las buenas y en las malas. Pero sobretodo muy malas y eso va a seguir así. Somos ante todo amigos. Quizá te moleste - Se encogió de hombros y rodó los ojos- pero no puedes seleccionar los amigos de los demás.

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