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| Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] | |
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Ahri'ahn DC Universe
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Mensajes : 2176 Fecha de inscripción : 14/12/2014 Localización : Atlantis Empleo /Ocio : Sumo Mago Humor : Melancólico
Ficha de Personaje Alias: Arion Nombre real: Ahri'ahn Universo: DC Universe
| Tema: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 28th Mayo 2017, 13:24 | |
| Según cuenta la leyenda, al principio de los tiempos los deva (dioses) y los asura (demonios) eran todos mortales, y luchaban entre ellos por el dominio del mundo. Los deva, debilitados y vencidos, solicitaron la ayuda de Visnú, quien les propuso que unieran sus fuerzas a las de los asura con el objeto de extraer la amrita (‘[el néctar de la] inmortalidad’) del océano de leche (kshirodadhi), uno de los siete exóticos océanos lejanos dentro del planeta Tierra.
Para lograr esto tenían que coger las hierbas mágicas del océano, cortar el monte Mandara de forma que se pudiera colocar su cima sobre el caparazón de la tortuga Kurma (un avatar del dios Visnú), y utilizar la serpiente Vāsuki, el rey de los Naga, para poner la montaña en rotación de manera que batiera el océano.
Lo primero que produjo éste batido fue el veneno, que hubiera podido destruir el mundo, así que Shiva se lo bebió antes de que se esparciera, y, al hacerlo, su garganta se tornó azul. Por esa razón, el mago que había creado la pluma de plata repujada que tenía entre sus manos había colocado un zafiro en uno de sus extremos. O quizá fuera porque, de acuerdo a la mitología, de la cabeza de Shiva brotaba el río Ganges, a quien el dios interceptaba en su eterna caída invisible desde el cielo para evitar que hundiera la Tierra por su fuerza. En cualquier caso, estaba claro que al dios se le asociaba popularmente con el color azul, por eso se le conocía como Nila Kantha, cuyo significado venía a ser "Cuello Azul". También se le conocía como Loka Naiaki, o Salvador del Mundo, lo cual resultaba irónico, porque según las antiguas profecías de la Atlántida, él estaba destinado a ser el Salvador del Mundo. No dejaba de tener cierta gracia que los símbolos del dios hubieran terminado en sus manos. ¿Quién podía ser más adecuado que él para manejarlos?
No se podía negar que la pluma era hermosa; a lo largo de su contorno tenía labrados relieves que representaban diferentes episodios de la vida de Shiva, pero no era esa la razón por la que le interesaba al mago, sino por las runas mágicas que aparecían talladas en la punta, las runas que necesitaba para poder llevar a cabo el ritual que le había entregado Rip.
Su reciente y festivo encuentro con la hechicera le había recordado que aún le faltaban varios ingredientes, así que se había puesto en acción para encontrar el siguiente objeto de la lista, y lo había encontrado en el interior de una caja de madera maciza sobre el escritorio de lo que no podía ser más que el despacho de un mago, pues se encontraba junto a varios grimorios y libros de hechicería, por no hablar de los viales y frascos repletos de las más variadas e inusitadas sustancias que plagaban las estanterías.
La cuestión era que a Arión aún le quedaba un resto de decencia; Tenía dinero de sobra y estaba dispuesto a negociar con el otro mago para alcanzar un trato justo a cambio de la pluma, así que, tras devolverla a su estuche de madera, tomó asiento en uno de los grandes butacones y se dispuso a esperar a que llegara su dueño. | |
| | | Lorenzo Borgia Omega Universe
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Mensajes : 134 Fecha de inscripción : 09/11/2016
| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 12th Julio 2017, 14:15 | |
| Estaba a punto de terminar, pero aquella dichosa tuerca se le estaba resistiendo. Sujetando con la boca el destornillador grande, y con el pelo hecho un burruño en un moño descuidado, aquel trabajo tan minucioso estaba amenazando con poder con él si no lo terminaba rápido. Tenía la frente perlada en sudor, mientras con la mano izquierda sujetaba las pinzas con las que mantenía la tuerca en su sitio, y con la mano derecha utilizaba otras para empezar a girarla en cuanto estuviera bien encaminada. Lo había intentado con tres distintas, lo que significaba que lo que andaba jodido era el dibujo del tornillo, y tener que cambiar ese iba a llevarle un rato, porque iba soldado a la pieza base del brazo. Elevó la vista para encontrarse con los siempre pacientes ojos de ella, que le retornaron una suave sonrisa. Una sonrisa que cada día le derretía el corazón.
- ¿Te queda mucho?- preguntó usando el idioma natal de ambos interesada, asomándose a la pequeña placa abierta.
- No. Ya eftoy acabando, pero eshte cabrón no fe deja. - dijo con el destornillador entre dientes.
- ¡Eh! Que te tengo dicho, señorito. - le riñó, alargando su mano humana hacia sus labios y cogiéndole el destornillador, para dejarlo sobre la mesa. - No digas tacos. - añadió, apoyando entonces la barbilla en la mano.
El le remitió una sonrisa divertida, y volvió a centrarse en el trabajo. Vamos cabronazo. Entra ahí. Un pequeño "click" delató que la tuerca había entrado en el carril del dibujo. Sacó la lengua entre los labios, mordiéndola entre los dientes. Comenzó a girar la tuerca despacio, mientras ambos contenían el aliento. El destello de luz amenazó con hacerle temblar la mano y mandar el milagro que acababa de suceder al garete.
- ¡Buenos días, Lorenzo! ¿Qué tal tu día? He venido a notificarte que...- Woodrow se proyecto al lado de ellos con sus característicos destellos en forma de lluvia de estrellas.
- ¡Un momento!- exclamó el español, haciendo que la I.A analizara el idioma, cambiándolo al instante al castellano.
- Esto requiere de atención urgente.
- ¡Un minuto! ¿¡no puede esperar ni un maldito minuto?!- exclamó, desesperado de la tensión que estaba haciendo con la mano para que no se saliera la tuerca.
- Va a ser mejor que esperes un poco, Wo. Está a punto de explotarle la vena de la frente. - bromeó Ángela. Pero no pudo recibir una mirada de recriminación, porque su marido no quería desviar la mirada ni un solo instante.
La muñeca giró unas cuantas veces, y cuando por fin apretó, haciendo que su mujer hiciera una pequeña mueca, se echó hacia atrás y dejó las pinzas sobre la mesa. Ella alargó la mano hacia la placa exterior para colocársela, tapando a la vista los entresijos de su brazo mecánico.
- Muchas gracias. - movió la muñeca en varias direcciones. Se levantó y se acercó a su marido, dejándole en los labios un beso fugaz. - Tengo que irme. Nanny y yo vamos a pasar el día con los quintillizos. ¿Te veo esta noche?- deposito otro suave beso en su cabeza.
- Claro, estrellita. - dijo él, mientras la veía marchar de la puerta del taller. Sólo cuando su figura se perdió a través de la puerta hubo un segundo en el que su rostro pareció entristecerse. Fue tan fugaz que sería difícil afirmarlo, si hubiera habido alguien para verle. - A ver, ¿que pasa?- preguntó entonces, enjugándose la frente con un paño de algodón, y soltándose el pelo, atusándolo con ambas manos desde la raíz.
- Tiene un hombre esperando en su despacho. Se ha transportado utilizando algún tipo de magia, y ahora mismo se encuentra toqueteando la pluma de Nila Khanta. - expuso el Woodrow, con un tono animado, mientras el se quedaba en silencio, con los ojos como platos, mirándole. - ¿Le digo que lo deje o...?- preguntó, dejando la otra opción al aire.
- ¡Pero porque no has empezado por ahí!- exclamó el español levantándose, y guardando las herramientas con rapidez.
- No creo que sea saludable iniciar esta discusión otra vez. - ladeó la proyección de su cabeza. Enzo no sabría decir si es que en su búsqueda por hacer un asistente cálido y familiar no se habrían pasado con el tono cantarín de su voz, o si realmente Woodrow AH tenía capacidad para disfrutar de esas cosas. Desde luego lo parecía.
- ¿Y quien es? ¿ha dicho algo?
- No. ha vuelto a dejar la pluma en su sitio.
- Bueno. No le quites ojo. Ve allí y entretenle hasta que llegue. No se. Ofrecele algo de beber o cualquier cosa. - exclamó mientras comprobaba que todo en el taller estaba en orden y apagaba las luces, cerrando después. El asistente hizo un asentimiento educado, y su imagen se descompuso. Enzo puso rumbo a su despacho, a grandes zancadas. ¿Porqué todos los místicos entraban así, como si fuese el coño de la Bernarda?
En su despacho, una proyección holográfica salió despedida de una pequeña semiesfera que parecía incrustada en la mesa del despacho. Aunque al hacerlo, pudo verse a través de la piedra un pequeño brillo procedente de la cinta holográgica.
- ¡Buenos días, recién llegado! Le damos la bienvenida a las instalaciones de la MKL, aquí, en el castillo de Hohenzollern. Está usted en el despacho personal de Lorenzo de Borgia, el jefe de estudios de la sección mística de nuestra institución. Mientras espera, ¿Quiere tomar algún tipo de tentempié? ¿Agua, un refresco, café? Tras la mesa encontrará el minibar y la cafetera. Si fuera por mi, estaría encantado de preparárselo, pero me es imposible me temo. Siéntase libre de coger lo que le apetezca, sírvase usted mismo. En pocos minutos será atendido. ¿Desea que le anuncie al Jefe de estudios?- se presentó el asistente, hablando en inglés, que era su idioma por defecto.
Minutos después, Enzo abrió la puerta. Llevaba un Look casual, con una camisa vaquera descolorida a la piedra, unos pantalones caqui oscuro, unos mocasines marrones y un cinturón de piel natural de minotauro español.
- Buenos días. Disculpe el retraso. No le esperaba. - añadió, cerrando la puerta y encontrándose entonces con el intruso. Hasta él supo darse cuenta de que debía estar ante algún tipo de deidad. Su belleza y constitución eran extraordinarias, y sabía por experiencia que cuando eso sucede, o se tiene muchísima suerte con la genética, o hay algún componente sobrenatural de por medio. - Me llamo Lorenzo, pero llámeme Enzo, por favor. - le tendió una mano, para estrechársela. - Imagino que Woodrow ya le ha dado la bienvenida. ¿Puedo ofrecerle alguna cosa, o ya lo ha hecho el?- caminó en torno a la mesa. - Por favor. - le ofreció asiento con un gesto de la mano, mientras el ocupaba el suyo propio. Abrió uno de los cajones, y sacó una estilográfica plagada de calaveras, escribiendo un momento en un papel, y guardándolo después. - ¿Qué le trae a la MKL?- preguntó, procurando sonar acogedor. Eso de que los místicos pensaran que podían entrar donde les viniera en gana solo porque podían era de lo más irritante. Cómo lo echaba de menos. | |
| | | Ahri'ahn DC Universe
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 20th Julio 2017, 16:55 | |
| La repentina aparición de Woodrow le sobresaltó y le hizo dar un respingo en su asiento. ¿Por qué? Porque no había tenido la más mínima oportunidad de verlo venir. Para empezar, no irradiaba rastro alguno de magia, por lo que no habría podido ni llegar a imaginar aquella esfera insulsa podría hacer algo más que adornar la mesa del despacho. Además, fuera lo que fuese estaba claro que no albergaba ninguna intención hostil, porque su Sentido del Peligro había permanecido en silencio. En suma, nada le había prevenido contra la intromisión del asistente virtual.
La sorpresa no le duró mucho, no obstante. Después de todo, Iron-Man y Razor habían sido amigos suyos, y todavía recordaba las lecciones que le había dado el mexicano sobre las innovaciones de la tecnología moderna. Una vez lo hubo visto supo reconocer la proyección holográfica como lo que era, pero aún le seguía sorprendiendo que algo así pudiera surgir de la nada, sin ninguna forma de magia que lo alimentara. Y encima parecía inteligente, como el asistente informatizado de Tony, Jarvis.
- Hum... No, gracias -dijo en respuesta a su último ofrecimiento-. El dueño de ésta pluma es al que he venido a ver, y me imagino que será ese tal Lorenzo de Borgia, así que no es preciso avisar a nadie más. Por otra parte no es una visita de placer, así que prefiero no tomar nada.
De entrada nunca le había gustado beber alcohol, pues lo consideraba una distracción de las verdaderas metas, como alcanzar la superación en los caminos de la magia y sus estudios, aunque después de lo que le había ocurrido en Asia había terminado por encontrarle el gusto a las bebidas espirituosas, que le habían ofrecido un banal consuelo en la soledad de sus estancias de París, pero nunca había llegado a emborracharse. Tenía un autocontrol demasiado elevado como para eso, y sabía distinguir cuándo era pertinente entregarse a tales placeres y cuándo no.
Cuando Lorenzo apareció, le observó con detenimiento. No tenía la clásica apariencia que uno hubiera podido asociar a un mago, y no notaba en él el halo de poder que habría podido esperarse de alguien que se denominaba a sí mismo "jefe de estudios de la sección mística". De hecho parecía como si los hilos multicolor se apartasen a su paso de manera que le fuera imposible llegar a alcanzarlos, como si se tratara de imanes de polos idénticos. Todos excepto uno: el negro.
El hombre que tenía ante sí era un nigromante.
Eso en principio no suponía ningún problema para Arión. Los Homo Magi eran capaces de percibir la magia como un sistema de hilos de colores que colgaban en el aire, cada uno de ellos visible únicamente para la segunda vista de los magos y cuyos extremos se perdían en el insondable Mundo Oscuro (lugar en donde vivía el Tejedor, dios de la Magia atlante), el cual era un reino de magia en sí mismo.
Cada tipo de magia y encantamiento estaba controlado por un hilo de un determinado color, y cuanto mayor era el poder del mago, mayor era la cantidad de hilos que era capaz de percibir y manipular para tejer sus hechizos. Caculha, su padre, había sido el único Homo Magi capaz de percibirlos todos. Por su parte, podía ver la mayoría, lo cual le permitía acceso a la magia de conjuración, transmutación, elemental, nigromántica, defensiva, adivinatoria, ilusoria, mental y de ataque. Sólo había un tipo de magia que quedaba fuera de su alcance: la curativa.
Resultaba muy curioso que Arión pudiera tocar todos los hilos menos el que resultaba naturalmente el opuesto al único que Lorenzo tenía a su disposición.
Que Lorenzo fuera nigromante podía venirle bien y mal a la vez. Por una parte, podría entender por qué necesitaba la pluma, pero por otra, podía ser consciente de su valor y negarse a entregársela, aunque la pluma por sí sola no valía nada sin el resto de componentes necesarios para el ritual.
- Mi nombre es Arión, Sumo Mago de la Atlántida -se presentó él, devolviéndole el saludo-. Quizá hayáis oído hablar de Arthur Curry, mi rey.
Un rey inútil que no destacaba más que en su mediocridad y en su incapacidad para proteger a su pueblo, pero ese tipo de detalles eran irrelevantes para el asunto que le había traído hasta allí.
Guardó silencio al ver que las calaveras de la pluma que había cogido Lorenzo abrían la boca para emitir pequeños chasquidos mientras escribía. Era, obviamente, mágica, pero sin analizarla no podría saber cuál era su naturaleza o su finalidad.
- He venido por la pluma de Shiva. Imagino que seréis consciente de su poder y capacidades, e imagino que sabréis también que por sí sola es inútil... Estoy dispuesto a pagar lo que sea menester por tenerla. Poseo vastas riquezas y terrenos, así como numerosos objetos y hechizos mágicos que podrían resultar de vuestro interés en caso de que así lo prefiráis. Si lo deseáis, incluso podría permitiros visitar la biblioteca de mi Sancta Sanctórum, o pagaros mediante algún favor mágico. Os aseguro que mi poder no es pequeño y seguro que puede haber algo que pueda hacer por vos o por ésta institución. | |
| | | Lorenzo Borgia Omega Universe
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 27th Septiembre 2017, 01:01 | |
| Observó al hombre con detenimiento, pero en su rostro no había mas interés que el de cualquiera que tenía que estar allí por pura profesionalidad. A menudo era difícil, sin conocerlo, indagar en el verdadero interés que movía a un hombre como Lorenzo, siempre envuelto en una extraña máscara de frivolidad que dominaba a la perfección para mantener una distancia responsable para con el resto de las personas que le rodeaban. A pesar de ser cálido, acogedor, divertido, extrovertido o incluso concienzudo con las necesidades de sus huéspedes, solía suceder que al hablar de él había mucho bueno que decir, pero cuando se le preguntaba a aquellos que se hacían llamar amigos sobre sus sueños, esperanzas, problemas o inquietudes... sólo entonces se percataban de la tremenda laguna en blanco que encubría su carismática y despreocupada personalidad.
Pero respecto al hombre que se había transportado al interior de su despacho, no perdía detalle. Ropajes que evocaban tiempos pasados, pero de corte exquisito. Eso quería decir algún tipo de deidad anacrónica, o quizá, recién salida de un mundo en el que los avances jamás se habían dado. Antes era mas sencillo estrechar el círculo, ahora había demasiadas variables que no podían controlarse a causa de la colisión. El hombre mostraba un tratamiento correcto y educado, pero en cierto modo, se percibía la prioridad que había depositado en su objetivo. Había ido allí como quien iba a la tienda a comprar porque le faltaban huevos. No mostraba ningún tipo de necesidad que la MKL pudiera satisfacer mas allá de poseer un objeto que quería. De ese departamento, sólo supervisado por las Iron Maidens, sólo él se hacía cargo, ya que los mutantes no tenían necesidad alguna de elementos mágicos. Aunque en algunos casos la simbiosis había demostrado funcionar bien, era él quien aprobaba o rechazaba los casos, y de hecho, la mayoría solían ser rechazados. No porque no estuvieran dispuestos a ceder los objetos sobre los cuales habían tenido que asumir la responsabilidad de su uso y custodia, si no porque las justificaciones a aquellos que los reclamaban a menudo tenían que ver con una irresponsabilidad, falta de conocimiento, o avidez de poder que convertía el hecho de cederlos en un acto del todo imposible.
- ¿Puede repetirlo? - preguntó cuando se presentó con su supuesto título, obviando del todo el del rey. No apartó la vista de él ni un instante. Antes de todo, habría podido saber sin asomo de duda si mentía. Pero ahora no disponía de magias o encantamientos para corroborarlo. Por suerte no estaba sólo en todo esto. - Disculpe un momento. Woodrow. - llamó al asistente holográfico que se proyectó de nuevo en el interior de la sala.
- A tu servicio. - dijo con voz cantarina. Parecía increíble lo mucho que se había "colado" en el trasvase de su voz. Woodrow, que en principio sólo había sido ligado a la fuente de células de la placa base de su central de programación, se suponía que sólo tendría la amabilidad del hombre del que la adquirió. Sin embargo hacía gala de ciertos niveles de empatía en su carácter, y también sentido del humor.
- Haz el favor de llamar a Björn y decirle que necesito que venga. Si tienes que cortarle sus rutinas, hazlo. Dile que venga con los "ojos de tiburón". - eso podría no ser para nada relevante para el hombre que tenía enfrente, pero lo era de manera interna. Ahora sólo tenía que esperar. Después de escuchar los motivos que le habían llevado hasta allí, alzó la barbilla, entrelazando los dedos. - Veo que viene con una convicción muy clara. - dijo alzando ambas cejas, con una expresión aún cálida. - Dígame, Ahri´Ahn. - preguntó frunciendo levemente el ceño, delatando en la perfecta pronunciación de ese nombre que conocía mas de lo que quizá cabía esperar. - ¿Qué sabe de nuestra institución?- Sabía de sobra que no era un mago al uso, en ningún sentido. Pero subestimarle tampoco era buena idea. El conocimiento era poder, y él tenía mucho. De hecho, cuando carecía de él, eran los enemiguillos quienes solían chivarle las cosas y echarle una mano. Así que de cara a la galería, ese hombre era una auténtica biblioteca andante. Solo que en este caso, tenía mucho mas que ver con sus raíces y la naturaleza que compartía su mitad humana. Aquella que, geneticamente, era la que le había concedido ese extraño magnetismo y esa anatomía tan bien dotada.
- Verá, La MKL es un lugar de convivencia para todas las especies que pueda imaginarse. Hay una serie de normas sencillas que todos deben acatar, y una de las mas importantes es que en el interior de estas paredes, quien quiere algo debe tratar sus necesidades con franqueza. - cogió aire profundamente, se acomodó en el sillón, y lo miró, procurando sonar tan profesional como el supuesto Arión lo había sido con él. - Me temo que si pretende acceder a las reliquias utilizando un nombre que no le pertenece, la petición será denegada de manera inmediata, y el mago del que usted habla, no nos consta en activo. - le expresó. Tras unos segundos, que pretendían darle tiempo para procesar la información, volvió a hablar. - Ahri´Ahn, el sumo mago de la Atlántida, hijo de Caculha y Majistra, trenzado de la pureza de la magia. La leyenda... Si bien hay registros que la corroboran, grimorios que lo mentan, e incluso diversas reliquias que se asegura que le pertenecían, nos consta que la última vez que fue visto aceptada por la comunidad mágica fue durante su confrontación con Mordru, aquel a quien llaman "el despiadado". Su destino es incierto, pues hay quien dice que falleció entonces, y sólo unos pocos, que fue convertido en otra cosa, o que aguarda en un estado de letargo esperando su resurrección. - expresó el español en perfecto inglés, permitiéndose al contar la historia un toque de narrativa ambiental que dotaba sus palabras de vida. - Así que, o tiene mucho que explicarme, lo cual estoy más que decidido a escuchar, o me temo que se marchará de esta institución con las manos vacías. - aclaró, recalcando que estaba abierto al diálogo, pero que sin una explicación razonable nada le haría salir de allí con la pluma que codiciaba.
Contaba con que las medidas protectoras fueran suficientes para retenerle si era necesario. No cualquiera podía colarse en la MKL sin más, así que debía tratarse de alguien poderoso. Esperaba que el "Telar de Tráfagos" estuviese a pleno rendimiento. | |
| | | Ahri'ahn DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Arion Nombre real: Ahri'ahn Universo: DC Universe
| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 1st Octubre 2017, 00:51 | |
| Alzó ambas cejas en claro gesto de sorpresa cuando le escuchó pronunciar su nombre.
- ¿Qué sé yo de vuestra institución? Absolutamente nada, jamás oí hablar de ella, únicamente vine siguiendo el rastro mágico de la pluma. En cambio, por lo que veo, vos sí sabéis mucho sobre mí. No os he contado en ningún momento que mi nombre real era Ahri'ahn... No porque nunca haya tratado de ocultarlo, sino porque hasta ahora no había conocido a ningún humano capaz de pronunciarlo correctamente. Decir Arión les resultaba más sencillo, y al final me acabé acostumbrando a que me llamaran así. Bien... yo os he dicho cuanto sé de vuestra institución... ¿Me diréis vos cómo sabíais mi verdadero nombre y cómo es que sois capaz de pronunciarlo?
Escuchó con interés renovado la explicación que el hombre le dio, pues estaba claro que le había infravalorado al ver que sólo tenía acceso a uno de los colores que se encontraban en el amplio espectro de los hilos multicolor. Puede que aquél hombre no fuera más que un nigromante, pero estaba claro que poseía amplios conocimientos dentro de la comunidad mágica, cosa que no tardó en dejar meridianamente clara.
- Vaya... -respondió al fin, tras guardar unos instantes de sorprendido silencio-. Así que no os consta, ¿eh? Debo decirle, señor Enzo, que sus sistemas de obtención y actualización de información son realmente envidiables. Veréis... En los meses que llevo aquí he tenido ocasión de hablar con la hechicera Zatanna, con Arthur Curry, que era y siempre ha sido mi rey, con la reina demonio Tala, que siempre fue mi Némesis, con el impresentable de John Constantine, con el mismísimo doctor Extraño, con una hechicera investigadora, con una especie de diosa llamada Promethea y otra diosa perteneciente al panteón hindú, con un sangromante de reconocido prestigio y con toda una organización dedicada al estudio y la investigación de lo sobrenatural, y ninguno de ellos, absolutamente ninguno, estaba al corriente de la desaparición de mi otro yo. Ni tan siquiera de su existencia. No dejaba de sorprenderme, ¿sabéis? -hizo un gesto con la mano-. Quiero decir... sé que mi otro yo procuraba siempre pasar inadvertido y vivir ocultándose bajo identidades falsas. Que con el paso de los milenios terminó por volverse neutral y desentenderse de los asuntos de los humanos. Pero seguía siendo el maldito Arión de Atlantis, uno de los últimos Homo Magi puros que aún quedan en el mundo, un hechicero cuyo poder en su día rivalizaba con el de los mismos dioses. Alguien que detuvo una glaciación devolviéndole su poder al sol y evitando así la destrucción de toda la vida en la Tierra... Uno supondría que alguien así no debería de ser fácil de olvidar... ¿no? -inquirió, inclinándose hacia adelante en su asiento-. Y, sin embargo, hete aquí que habéis resultado ser vos el único en saberlo, y sois, literalmente, la última persona en la Tierra de la que lo habría esperado.
Volvió a reclinarse en el sillón. Su largo discurso había estado plagado de arrogancia, soberbia, prepotencia y desprecio hacia los que no habían sido lo suficientemente diligentes en su saber como para estar al tanto de lo ocurrido con Mordru, y era incluso posible que Lorenzo se hubiera sentido igualmente ofendido por la manera en la que le había infravalorado por el hecho de tener acceso a una única escuela de magia, pero no era algo que hubiera buscado de manera intencionada. Arión, antaño un mago sencillo y humilde, había visto invertido su alineamiento, lo cual le había vuelto orgulloso y déspota, aunque ni siquiera él mismo se daba cuenta.
En aquellos momentos, de hecho, observaba divertido a Lorenzo y se debatía entre la sensación de satisfacción de ver que finalmente alguien estaba al tanto de su historia y la ira que le suscitaba que le estuviera poniendo restricciones a su requerimiento. En su arrogancia y desconocimiento de las magias que allí operaban se creía perfectamente capaz de anular a aquél mago impertinente sin apenas esfuerzo, obteniendo así aquello que tanto ansiaba, pero tenía que admitir que el joven nigromante le estaba cayendo bien; tenía agallas, y la perspectiva de hablar un poco más de sí mismo satisfacía su ahora desmedido ego. Después de todo tenía que admitir que, a pesar de haberle ahorrado un montón de engorrosas explicaciones como la que ahora se veía forzado a dar, una parte de él se había sentido decepcionado de que ni siquiera alguien de la talla del doctor Extraño hubiera estado al tanto de su historia. ¿Todo cuanto había hecho por los humanos en el pasado había sido, simplemente, olvidado? ¿Tan altas era las cotas de ingratitud a las que se enfrentaba?
- Muy bien -resolvió al fin-. Os contaré mi historia. Supongo que es justo y va siendo hora de que todo ésto se sepa en la comunidad mágica. Arión de Atlantis fue asesinado por Mordru, un Señor del Caos que es, básicamente, una entidad sin forma que necesita ir poseyendo cuerpos para existir. Mordru es el Señor más prominente del Caos y esta destinado a sobrevivir incluso después del fin del universo, de modo que ni siquiera Arión pudo hacer nada contra él. Una vez muerto, arrancó el alma de su cuerpo y la encerró en una gema mientras él poseía su envoltura carnal. En ese momento, los acólitos de Arión, que habían sido advertidos por él de la inminente llegada de la Colisión, decidieron que el mundo no podía verse privado de su ayuda, ya que había sido designado por los mismos dioses como el Salvador de la humanidad. De ésta forma, realizaron un complicado ritual de viaje en el tiempo y fueron a buscarme a mí, una versión más joven de su señor, 45.000 años atrás en el pasado. Y me trajeron al momento presente. Así que, respondiendo a vuestras preguntas, señor, sí y sí. El Arión que usted conocía está muerto... y Mordru se pasea por ahí con su cuerpo, pero yo también soy Arión, Sumo Mago de Atlántis, hijo de Caculha y Majistra. ¿Os satisface ésta explicación o aún hay más requerimientos?
Realmente esperaba que no, pues se le estaba agotando la paciencia. Se había presentado allí de buena fe y había esperado al dueño de la pluma con la intención de realizar un intercambio satisfactorio para todos cuando podría haberse limitado a marcharse con ella, e incluso a pesar de ser recibido con escepticismo y desconfianza se había mostrado dispuesto a resolver todas las dudas del nigromante, pero ya no era mucho más lo que estaba dispuesto a aguantar... | |
| | | Lorenzo Borgia Omega Universe
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 7th Marzo 2018, 00:28 | |
| Trataba de prestar la mayor atención a ese hombre, sin que en su expresión facial se delatara la suspicacia. Todo en el jefe de estudios de la sección mágica transmitía una firme seguridad aderezada con un toque de cordialidad desenfadada. Era un buen equilibrio para dejar claro que era una persona profesional y además cercana, algo que le ayudaba tanto con alumnos, como profesores y adultos. Sieglinde era un hueso, Björn difícil de tratar, y Decibelio un chalado. De todos, era el que mejor había aprendido a bailar las aguas, y no era nada que el resto no supiera. Se habían aprovechado de sus contactos muchas veces. De hecho, si toleró el comportamiento tan desconsiderado y petulante de su invitado no fué por casualidad. Si el hombre era de verdad quien decía ser, sería un filón importante para las relaciones de la MKL. Un contacto en Atlantis podía resultar vital algún día, sobretodo con la cantidad de anfibios y criaturas marinas que podrían encontrar allí un buen sitio para desarrollarse en la etapa adulta. Muchos de ellos perderían sus pulmones al alcanzar la madurez, y a pesar de disponer de recursos, no creía que la cautividad fuese vida deseada para esos seres. Si de verdad él era Ahri´ahn, entonces tendría que hacer esfuerzos en congraciarse con él.
A pesar de lo cual, no permitiría de ninguna manera que se faltara al respeto a nadie en el proceso, y con la mejor de sus sonrisas, se inclinó hacia atrás en su asiento, entrelazando los dedos y reposando las manos sobre su vientre.
- Bueno, es algo habitual en quienes se consideran dioses en la tierra. - sonrió, lejos de ofenderse, con complacencia. - Olvidan que sin el recuerdo humano, no importan ni los milagros, ni las magias, ni los actos heroicos. Simplemente desaparecen, sin dejar rastro. - hizo una pausa que aprovechó para tomar aire, aunque en realidad no era necesario. Importaba más que el mensaje calara, utilizando para ello un silencio justificado. Había aprendido a relacionarse de tal manera que el discurso que fuera, hasta el más elaborado, estaba dotado de tiempos, pausas y ritmos que podrían parecer accidentales, o naturales. Pero en algunos casos, no lo eran en absoluto.
Permitió que el supuesto mago explicara las circunstancias; Cómo había conseguido sobrevivir, de quién se trataba, cómo había acabado allí. Cuanto más le dejaba hablar, menos se correspondía su tono y su manera de expresarse con el Ahri´ahn sobre el que se había estado informando, y que de hecho, admiró en otro tiempo. Se suponía que se trataba de un ser humilde, cuya magia era tan poderosa porque literalmente su cuerpo estaba compuesto de ella. El poder que había tenido era inimaginable, y aún así, había utilizado todos y cada uno de sus dones en ayudar a los seres humanos, salvarles de las catástrofes, y hacer avanzar civilizaciones enteras a un futuro más provechoso. El hombre que tenía delante jamás lo habría calificado como humilde. Tenía ademanes presuntuosos, se había tomado la libertad de prejuzgarlo lo cual era un síntoma inequívoco de estupidez, algo que no le habría atribuído a alguien que había experimentado tanto como se decía había vivido el Homo Magi y no menos importante, parecía creerse con potestad suficiente como para dar a entender que la reacción del resto de seres mágicos con los que se había cruzado no habían alimentado de manera correcta sus necesidades narcisistas. Aunque no sería de extrañar que con el paso de los años, las leyendas sobre él se exageraran con su pérdida. Muchos eran los que tras fallecer o dar la vida eran retratados como salvadores cuando quizá no eran tal. Puede que éste fuera el caso. Pero aún así, quería averiguar todo lo que pudiera sobre él, y tratar de confraternizar nunca estaba de más.
- Lo que me ha contado, en otro tiempo no lo creería. - le dijo con aparente franqueza y sencillez. - Pero tras lo que hemos vivido en los últimos tiempos, si lo que dice es cierto me alegro de tenerle de vuelta entre nosotros. Sin duda, en esta época desmandada nos hará bien recordar que queda quien luche, o quien en su día luchó, por todos nosotros. Siempre es bueno predicar con el ejemplo, y si hizo la mitad de lo que los escritos dicen que hizo, ya será un gran referente a seguir. - se irguió sobre su silla, apoyando los codos sobre la mesa. - Sin embargo, aún tengo que pedirle un poco de paciencia. Las leyendas son leyendas. Pero hay maneras de corroborarlas, y por suerte, algunas están a nuestro alcance. - agregó, pasándose una mano por la melena, para retirarla hacia atrás, y luego volver a buscar el sensor de Woodrow. - ¿Por donde va?- aún mantenía una suave sonrisa segura.
- Por el pasillo de la tercera planta. No ha querido coger el ascensor. - indicó la voz del asistente holográfico.
- Bueno, Björn estará aquí en un par de minutos. Mientras esperamos, puede ir respondiendo el cuestionario básico. - sugirió, abriendo uno de los cajones del escritorio, y buscando entre las carpetas. - Aquí está. - añadió sacando un par de páginas grapadas, que colocó sobre su mesa. Luego cogió la pluma de calaveras que había usado antes, la destapó y miró a Arión. - Parece decidido a llevarse la pluma, así que voy a saltarme lo que puede rellenar por sí mismo. Vamos a lo importante. ¿Cómo supo de la existencia de esta pluma, y para qué desea llevársela?- dijo reclinándose sobre el papel, sujetándolo con una mano, y apoyando la pluma en el casillero correspondiente, esperando la respuesta. Convirtiendo la extraña reunión que había comenzado con exigencias en un desacostumbrado trámite burocrático. Coincidía en que en muchos lugares las cosas no funcionaban así. Pero el caso es que habían comprobado durante años que ese inverosímil método acababa funcionando, por raro que pudiera parecer. | |
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 24th Marzo 2018, 15:32 | |
| - ¿Dios en la Tierra?
Fue como si la respuesta del místico agitara algo dentro de sí, un pedazo de su antiguo ser, haciendo que la crisálida de hielo que había empezado a envolverle se resquebrajara por un momento dejando ver un atisbo de su antigua inocencia plagada de desconcierto al darse cuenta de las implicaciones que se podrían fácilmente extraer de su discurso, implicaciones que habían resultado evidentes para Lorenzo pero de las que él no había sido consciente hasta ese mismo instante. ¿Qué le estaba pasando?
Sus ojos recobraron la pureza y transparencia de una esmeralda virgen, y se reclinó hacia atrás en el asiento, abandonando la actitud corporal agresiva que había mantenido previamente a nivel inconsciente.
- Los dioses saben que jamás quise ser venerado como uno. Precisamente es algo contra lo que he tenido que luchar toda mi vida. El pueblo de Atlantis quiso coronarme rey cuando les libré de la glaciación, y yo me negué porque el trono pertenecía legítimamente a M`Zalleh, el hijo de mi señor... Aún así hubo descontentos... No pude evitar que con el paso de los años y los siglos surgiera un movimiento conocido como "Los Hijos de Arión", descendientes de Atlantis que proclamaban seguir mis pasos. Lo lamento mucho si algo en mis palabras os ha inducido a pensar que tal era mi deseo, pues no lo es. A lo largo de mi vida lo único que he pretendido ha sido pasar inadvertido y ayudar a la humanidad. Por el Equilibrio que no entiendo lo que me está pasando -se llevó dos dedos al puente de la nariz y frunció el ceño. Le dolía la cabeza-. Hace algo más de un mes pasé por una experiencia muy desagradable en China y creo que me está afectando demasiado. Os pido disculpas.
Cuando el moreno le pidió más tiempo para corroborar su historia hizo un gesto con la mano para indicar que no era necesario que se justificara.
- Por supuesto, es lo mínimo que puedo hacer después de haber venido planteando exigencias cuando soy yo el que ha venido a pedir un favor. Tomaos el tiempo que necesitéis.
Observó cómo Lorenzo preparaba el cuestionario con cierto deje de extrañeza. En su época la magia no se trabajaba mediante encuestas y trámites de escritorio, pero puesto que era el extraño allí, y se había presentado sin invitación, decidió que lo justo era hacer las cosas de acuerdo a sus costumbres, por inusuales que resultaran.
- Siento que la respuesta a esa pregunta me va a dejar en una situación comprometida, pero... que así sea. Habéis demostrado ser conocedor de mi historia. ¿Conocéis a la dama Chian? No estoy seguro de que las Crónicas de Choloh la mencionen, pero deberían, pues no había una guerrera más valiente y capaz en el imperio de D'Tilluh. Era la capitana de los ejércitos del rey de la Ciudad de la Puerta Dorada hace 45.000 años, y puedo afirmar con orgullo que también era mi esposa.
Hizo un gesto con la mano y de un hilillo de humo de color rosado que se formó de repente en el aire surgió la figura de una hermosa mujer de rasgos asiáticos ataviada con armadura de combate. Tenía el cabello muy largo, y una gran sonrisa dulcificaba sus rasgos. La expresión del archimago se entristeció al mirarla.
- Inicialmente ella era mi guardaespaldas. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que me salvó la vida. Me dio dos hijos maravillosos y durante muchos años fui el hombre más afortunado de la Tierra... Pero el tiempo es implacable. Mis hijos no heredaron mi inmortalidad, y la muerte se los terminó llevando a todos, dejándome a mí como único y renuente superviviente -con un nuevo gesto la figura se desvaneció, y el mago dejó reposar la mano en su regazo con gesto abatido. Por primera vez el peso y el cansancio de los siglos se hizo evidente en su mirada-. Durante mucho tiempo la he llorado, pero, hace algo más de una semana, recibí una inesperada visita. ¿Os suena el nombre de la hechicera Rip Van Winkle? Hace décadas vendió su alma al diablo a cambio de inmortalidad y poder, y ahora, el peso de sus muchos crímenes ha terminado por calar en su conciencia. Pues hete aquí que vino a verme, buscando la redención por sus pecados, y me habló de un ritual de nigromancia que servía para devolver la vida a los muertos. Entre los componentes de ese ritual se encuentra la pluma que he venido a buscar, la Nila Kantha, Loka Naiaki, o Salvador del Mundo, la pluma de Shiva, Creador, Destructor y Regenerador -detuvo su narración para mirar a Lorenzo fijamente a los ojos-. No sé si alguna vez habéis estado casado... si conocéis el profundo amor que un hombre puede sentir hacia una mujer. Escuchad... en su momento le hice muchas promesas a Chian. Lo único que deseo... es otra oportunidad para hacerlas realidad. ¿Podéis negarme eso? | |
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 16th Abril 2018, 23:00 | |
| Cuando aquella acepción pareció sorprenderle, el Jefe de estudios entrecerró los ojos de una manera sutil. Eso si que le había extrañado. Su posterior expresión, confusa como la de un niño que ignora que ha hecho mal haciendo algo, le resultó inquietante. De pronto sus ojos, antes férreos y altaneros, se volvieron limpios como una pila de agua clara. Su posterior discurso no se parecía en nada a la actitud que había presentado hasta ese momento. Lo que escapaba a su conocimiento, y era el motivo de su intranquilidad, era el porqué de ese repentino cambio de comportamiento. Sin embargo, a medida que comenzó a explicarse, vió un reflejo mas acertado de lo que relataban los escritos, testimonios antiguos y leyendas relativas a Ahri´ahn, sumo mago de la Atlántida y Deidad de carne y hueso. ¿Quizá se trataba de un comportamiento que había adquirido a causa de su longevidad? ¿o no se trataba mas que de un ardid, al ver que no sería capaz de acceder a la pluma con su arrogancia? Podía ser una opción más que viable. Suele decirse que se cazan mas moscas con miel que con vinagre. En general, Lorenzo siempre había considerado que no tenía problemas para "calar" a las personas, al menos lo básico, con unos pocos intercambios de palabras. Tenía buen instinto para eso, al menos así lo creía. Pero en el caso de Ahrión no paraba de tener la sensación de que algo se le escapaba. Claro que, si era en verdad quien decía ser, era como tratar de predecir a un primigenio. Su pensamiento estaba muy alejado de poder ser seguido por los seres humanos comunes, y él, aunque podía confundirse con su frivolidad, no era arrogante en absoluto.
- No le de importancia, por favor. - se apresuró a aceptar sus disculpas. - Todo es...- siseo hacia dentro, tratando de encontrar las palabras adecuadas, que en español le salían, pero no así en inglés. - Un desastre últimamente.- comentó al fin, bajando la vista hacia sus papeles, y retomando instantes después el contacto visual con el mago. - Espero que sus dificultades se solucionen. Si cree que hay algo que podamos hacer por usted, háganoslo saber. - ofreció de manera sincera. Eso estaba derivando en algo bastante mejor. Ahora podía establecer unos términos fundamentales más basados en el respeto mutuo, en lugar de en la extraña confrontación previa que parecía haberse generado.
- Chian. Chian... - murmuró para si el español. Cerró los ojos con fuerza sujetando el puente de su nariz. - Esperad, dadme un segundo. - sabía que había leído de ella. Era de esos nombres que no podía olvidar. Era un enamorado de la historia antigua, pero Chian tenía algo especial. ¿Qué? En su momento lo había tenido muy claro. Algo excepcional. Algo único. Chian era la mulán de su época. Chian... - ¡Habláis de la doncella entregada! ¿Me equivoco? - su emoción fué un poco excesiva, teniendo en cuenta que pretendía una imagen formal. - Fué la niña elegida en su época para el sacrificio de la Maldición de la casa de Shato. Según los textos la niña pacífica fué arrojada a un abismo oscuro del que salió mas fuerte y poderosa, tras vender a los monstruos que allí habitaban con sus propias manos, hasta convertirse en la mayor de las guerreras de su época. - dijo, habiendo recordado todo acorde aparecía en los textos. No se hablaba mucho de ella. Recordó porqué le había impresionado. Porque un sacrificio tiende a ser recordado como tal. Ella nunca lo fué. Sus logros posteriores hablaron con mas fuerza que su origen. Claro que, en este caso, la historia se había malinterpretado. Aunque puede que Ahrión se encargara de sacarle de las florituras que habían adornado la historia de su amada a través de los siglos. Mostró su imagen y su rostro se suavizó al percibirla. Un sentimiento de confraternidad se apoderó del Jefe de estudios, sabiendo perfectamente lo que esa mirada significaba, aunque jamás la hubiera visto en su propio rostro.
Entonces comenzó a narrar su historia...
Para el Homo maggi, capaz de ver los hilos de la magia, sería evidente el cómo a medida que le contaba los pormenores de sus intenciones, los zarcillos de magia negra que envolvían a Lorenzo se retorcían, crecían, abrían y cerraban, como si quisieran alcanzar hasta el último rincón de la habitación. Los otros eran inaccesibles para él, porque esa nube negra a su alrededor jamás se desvanecía. Le había hecho presa con fuerza, y era un poder muy ligado a sus emociones. Eso le delató incluso más que su expresión ausente, que pareció perderse en la superficie del escritorio durante unos segundos.
Tardó un buen rato en reaccionar, apretando entre los dedos la pluma de calaveras, que le sugería cosas en voz baja. Empezó a rasgar el papel con ella, mientras un susurro se escapaba de entre sus labios.
- No...- murmuró, con una nota de pesar en su voz hasta entonces alegre. - No podría, aunque quisiera.- añadió, mientras plasmaba las explicaciones, con sus propias palabras, en el formulario que le permitiría llevarse la pluma.
Antes de volver a ser consciente de la situación, la puerta se abrió con un golpe repentino, haciéndole volver a la realidad con violencia.
- ¡Björn!- exclamó, con cierta recriminación que sólo recibió una mirada inexpresiva del joven espigado de ojos ojerosos. El español carraspeó, y se levantó. - Es... este es el hombre. Si eres tan amable. - le dijo, invitándole con la mano a acercarse, y haciendo un leve gesto a Ahrión para que se levantara. En un alarde de sus pocas capacidades sociales, el mutante se aproximó hacia el Sumo mago hasta que a sus narices las separaba tan sólo un palmo. El cambio en sus ojos fue sutil, pero intenso. Sus pupilas comenzaron a dilatarse, como si se hubieran comido por completo a sus iris. No quedaba a su alrededor ni un pequeño anillo que delatara el color que, podía jurar, antes estaba ahí. Se quedó mirándole en pleno silencio durante dos minutos, en los que sólo pestañeó en tres ocasiones. Ladeó la cabeza en un gesto sutil, y luego, sus ojos volvieron a su ser con la misma velocidad con la que habían cambiado. - Confirmado. Es un Hommo Maggi. - aseveró, mirando a Lorenzo con la misma fijación. - Creí que sólo quedaba uno en el mundo. Debo actualizar el registro. - añadió al tiempo que ponía rumbo a la salida.
- Ya. Gracias Björn. Actualizaré la base de datos en cuanto sea posible. - comentó, antes de que el mutante cogiera el pomo y le contemplara durante otros veinte segundos sin moverse, para luego salir. - Adios. Buenos días. - murmuró bastante a destiempo. - Adios. - añadió el jefe de estudios, antes de que el estrambótico joven abandonara la santidad de su despacho. El ambiente enrarecido de su llegada duró al menos otro medio minuto.
- Discúlpele. Tiene un concepto de educación un poco relativo. - le hubiera gustado añadir "si no está su hermana de por medio" pero ni era lugar, ni momento adecuado. - A partir de ahora, en principio, adoptaremos como tal su premisa. ¿Prefiere su nombre como lo ha pronunciado usted o le parece bien si me dirijo con la pronunciación tradicional?- preguntó como muestra de cortesía. - Bien. Quiere la pluma para algún tipo de ritual Nigromántico. ¿Sabe si los efectos de dicha magia dañarán, corromperán o harán desaparecer el objeto en cuestión? - continuó, tratando de obviar el trazo tembloroso con que había rellenado la pregunta anterior del formulario. | |
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 29th Abril 2018, 00:50 | |
| El otro mago se mostró comprensivo, gracias a los dioses. No sabía qué diablos le pasaba últimamente, desde lo de China...
- Espero que sus dificultades se solucionen. Si cree que hay algo que podamos hacer por usted...
- No... No hay nada que se pueda hacer -contestó reclinándose en el asiento como si de repente hubiera perdido las fuerzas-. Resulté gravemente herido, pero el doctor Extraño se ocupó de restablecer mi cuerpo. En cuanto a mi orgullo y las demás partes de mi ser que resultaron afectadas... No existe ciencia o magia que pueda ayudar, salvo, quizás, el tiempo... No me he sentido yo mismo desde entonces, pero imagino que es natural. Todo se arreglará con el tiempo.
Se mostró considerablemente más relajado cuando el eje de la conversación pasó a centrarse sobre Chian. No le resultaba agradable rememorar lo que había sucedido en Asia. El dolor agónico, la sensación de impotencia, la humillación y la indefensión.
- Me agrada comprobar que el recuerdo de Chian aún se mantiene vivo -musitó, su expresión dulcificada al recordarla-. Sato era su padre. El nombre de su casa era Shonan. Es normal que se vayan perdiendo detalles con el paso de los milenios. De hecho es extraño que su historia haya sobrevivido hasta hoy, aunque esté incompleta -observó a Lorenzo con atención-. Parecéis realmente interesado en su historia... con gusto os contaré sus detalles para que podáis actualizar vuestras crónicas. La historia merece recordarla quizá más de lo que merece recordarme a mí -sus ojos, de natural soñadores, se remontaron atrás en el tiempo-. Muchos milenios atrás, uno de sus ancestros protagonizó una revuelta conntra su señor, un poderoso señor de la guerra. La rebelión fue aplastada, y, como castigo, se le impuso a su casa que una vez cada cien años un niño de su familia sería entregado en ofrenda al Señor de la Guerra. Mi amada Chian, que hasta que los soldados del señor feudal fueron a por ella no había conocido más que la serena belleza del arte de su padre, fue uno de esos niños desafortunados. Sin piedad o contemplación alguna la arrancaron de los brazos de Sato, el pintor, para encerrarla en una fortaleza de piedra. Ella, que hasta entonces sólo había conocido el sonido de la naturaleza, se vio arrojada de lleno en el fragor de la batalla y el entrechocar de los aceros. El Señor de la Guerra la consideró débil, así que la sometió a un entrenamiento despiadado y brutal hasta convertirla en la diestra y valerosa guerrera que logró escapar de su yugo forjando con su valía su camino hasta la Ciudad de la Puerta Dorada y la comandancia de las tropas del rey D'Tilluh. Hacia mí...
Como ausente, se levantó de su asiento y paseó por la habitación, con la mirada perdida sin enfocar en ningún punto en particular.
- Mucho se habla de lo que hice por la Atlántida... Pero la verdad es... que nada de eso habría sido posible sin ella. Era era... mi guardaespaldas. Sin ella habría muerto en incontables ocasiones, y no sólo eso... Era era mi roca, la que siempre se mantenía firme cuando mi voluntad flaqueaba. Siempre me dio su apoyo. Siempre estuvo conmigo, hasta el final. Incluso cuando perdí mi magia, convirtiéndome en poco más que un endeble inútil, ella permaneció a mi lado. Me entrenó. Me enseñó a luchar. Nunca me abandonó. Nunca perdió su fe en mí. Sin ella... -sus manos se cerraron con fuerza sobre el respaldo de la butaca que había ocupado minutos antes-. Sin ella yo no sería nada. Y, sin embargo, es a mí a quien la historia recuerda, y yo os digo, que de no haber nacido con el don de la magia mis logros no habrían llegado a equipararse mínimamente a los suyos.
La puerta se abrió entonces de repente, provocando que el atlante se girara a mirar a quien así irrumpía. Había escuchado a Lorenzo llamar a Bjorn por el comunicador, pero, embebido como estaba en la historia, se había olvidado por completo de él y le había pillado por sorpresa.
Ajeno a su incomodidad, el extraño y pintoresco personaje se acercó hasta invadir por completo su espacio personal, mirándole fijamente. Aquella actitud tan en apariencia agresiva puso sobre alerta al mago, pero no detectaba magia alguna en él, y tampoco su Sentido del Peligro le indicó amenaza inminente. Pocos minutos después, por fin pareció reaccionar confirmando las palabras del atlante, que le observó marchar con la sorpresa aún pintada en el rostro.
- Hum... ¿qué? Perdón... Sí, Arión está bien. Llevan siglos llamándome así y me he acostumbrado. De hecho lo raro es escuchar mi nombre auténtico.
- ¿Sabe si los efectos de dicha magia dañarán, corromperán o harán desaparecer el objeto en cuestión?
Se quedó mirando fijamente a Lorenzo, pensativo, antes de volver a sentarse ante él.
- No lo sé -admitió-. Aunque la nigromancia se encuentra entre mis capacidades, no es un arte que haya practicado en demasía. A decir verdad procuro evitarlo siempre que puedo. No me resulta... agradable. A eso se le suma que el ritual en sí es completamente nuevo para mí. Nunca antes lo he practicado y me temo que no puedo pedir más detalles a la fuente que me lo reveló, pues está muerta. Prácticamente lo último que hizo antes de morir fue legarme éste conocimiento.
Y algo más, pero tampoco quería pensar sobre eso. No se sentía particularmente orgulloso de haberse acostado con una medio demonio. Por las barbas de Choloh, había muchas cosas de las que no podía sentirse orgulloso últimamente.
- No obstante, como dije, no pensaba llevarme la pluma sin un pago apropiado. No he podido evitar darme cuenta de que los hilos multicolor parecen evitaros... Todos excepto los negros. Quizá yo podría... ser vuestro maestro. Ayudaros a superar esa barrera y alcanzar el dominio de las restantes disciplinas de la magia. ¿Os parecería un pago justo, señor de Borgia? | |
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 24th Mayo 2018, 11:53 | |
| Resultaba extraño el comportamiento del hommo Maggi. Incluso si no le conocía de nada, se había hecho una idea aproximada de cómo se comportaba por los escritos, los textos y las narraciones que había encontrado en su biblioteca, que estaban apoyados por los testimonios de criaturas marinas, que contaban cuentos y epopeyas sobre sus logros, en cantares viejos que se extendían de generación en generación. Habían sobrevivido hasta el presente, por lo que su leyenda era ya imparable, y no era difícil pensar que lo seguiría siendo. Al entrar, se había presentado como un ser altivo, casi se atrevería a calificarlo como arrogante. Algo que cuando se mentaba su nombre, jamás se había dicho. Fué cuando él le hizo notar con sutileza esa disposición, que su carácter se volvió templado y cortés, mucho más parecido al humilde modo de ser que siempre habían transmitido las informaciones escritas. Se excusó, y el español fué capaz de percibir con claridad una turbación profunda, causada sin duda por algún problema que, se atrevería a decir, había acabado por causarle un trauma. Aunque después del fenómeno de la colisión, lo extraño habría sido encontrar a alguien que no lo tuviera. Todos estaban en un proceso de adaptación que estaba costándoles la salud mental, así que procuró mostrarse colaborador, y tener la mente abierta al respecto.
- Espero que tenga razón. En cualquier caso, sepa que aquí dispone de oídos amigos que estarán encantados de ayudarle en la medida de lo posible. - expresó el español, para luego trasladar la conversación hacia otros derroteros. Reconoció de nuevo el amor en los ojos del atlante, cuando habló de su esposa. Algo que dulcificó tanto su expresión como su voz. Sonrió con suavidad, mientras veía como el hombre se disponía a relatar para él los pasos de su mujer, comprendiendo a la perfección el gran poder que ejercía su recuerdo en el sumo mago de la atlántida. - ¿Me permitiría registrarlo, para el futuro? - preguntó, ateniéndose a su posible respuesta. De ser afirmativa, Woodrow AH se encargaría de presenciar y grabar la conversación desde ese punto, y luego pasarla a la selección de archivos para su posterior síntesis, guardado y catalogación.
Para variar, la intervención de Björn dió lugar a una situación incómoda, que trató de manejar lo mejor posible. El atlante se mostró comprensivo al respecto, aunque costó que la sorpresa abandonara su rostro. Era una expresión habitual cuando gente que no le conocía trataba con el mutante, cuyas formas dejaban, en el aspecto protocolario, bastante que desear.
- Lo comprendo. No es una disciplina muy reconocida dentro de la comunidad mágica. De hecho, es más bien temida, censurada, y repudiada. Es curioso como se trata de una materia que ni siquiera está bien vista entre quienes la practican. - afirma en un tono neutro, que precisamente por eso, destaca en la manera en la que se expresa. Durante todo el proceso se ha mostrado respetuoso, educado, pero su tono cálido daba cierta sensación de cercanía. En ese momento, su voz se ha vuelto mecánica, como si quisiera evitar en la medida de lo posible transmitir sus sentimientos al respecto.
Pero es cuando el hombre propone un “pago” apropiado cuando su rostro se cubre de una sombra de pesar que no puede contener. El entrenamiento más duro por el que había pasado para formar parte del grupo que la institución mantenía en el más absoluto secreto consistía en aprender a contener sus emociones para que en el momento de la verdad, no interfirieran con su trabajo. Era algo que le había costado mucho dominar, y que reservaba para los momentos críticos. Ya había comprobado que contenerse siempre sólo le producía problemas. A veces le afectaban de un modo tan intenso que se traducía en malestares físicos. Trataba de recordar que tenía que esmerarse por hacer un buen papel como representante, pero esa salida por parte del Atlante, no la esperaba en absoluto. Ni siquiera se planteaban pagos de ningún tipo, pero de algún modo, el mago sentía la necesidad de retornarle algo a cambio. Su ocurrencia no había sido vacía, o al azar. Le creyó cuando le dijo todo sobre los hilos de la magia, porque en otro tiempo, él mismo había sido capaz de percibirlo. Eso fué hace mucho.Una eternidad. Procuró mantener su respiración constante a pesar de que se sentía como si le hubieran aplastado el pecho con una losa de mármol fría y pesada. Su mandíbula se tensó, y sus ojos se nublaron en una extensa pérdida, que el Atlante conocería bien.
- No penséis en esto a nivel de pagos, o equivalencias. Esos términos se remiten a la alquimia. Como os dije, esto es una mera formalidad. Así es como funciona: Nosotros nos limitamos a guardar los objetos, a protegerlos, en ocasiones a darles uso cuando es conveniente. Si los motivos son convincentes, su uso es apropiado y el mago asume la responsabilidad, cualquiera puede acceder a ellos o reclamarlos, en caso de demostrarse la legitimidad de su posesión. Usted mejor que nadie será capaz de entender lo que un montón de reliquias con poder inimaginable son capaces de hacer en las manos poco adecuadas. La MKL procura evitar que eso suceda, dentro de sus posibilidades. Exigir un pago iría en contra de nuestra política. - expresó, fijando su mirada de color oliva en la expresión pacífica del sumo mago de la atlántida. - Le agradezco, en cualquier caso, su preocupación. Entiendo el motivo que le ha llevado a hacer esa observación. También lo extraño que debe resultar para alguien con sus capacidades que un mero hombre que sólo maneja una disciplina considerada abominable sea el representante de la sección mágica de un lugar de estas características. - expresó, apoyándose hacia delante, colocando los codos en la mesa, y las manos frente a sí, con las yemas de los dedos apoyadas unas contra otras, como si sujetara un orbe invisible.
- Hay un motivo obvio por el que el resto de hilos me evitan. Es el precio que se ha de pagar. Se me aconsejó que no utilizara ese tipo de magia. Que usar la nigromancia podría acabar con el enlace que me permitía llegar hasta el resto de hilos. A pesar de las sabias advertencias, me vi en una circunstancia en la que la elección no era una opción. - a pesar de su expresión tranquila, sus ojos se cubrieron de una película acuosa, que sólo por medio de voluntad consiguió no derivar en lágrimas. - Ahora cargo con las consecuencias de mis actos, pero eso no supone que haya olvidado todo lo que aprendí desde que era un muchacho. En su momento, la magia fluía hacia mí con la libertad con la que fluye hacia vos. No os miento si afirmo que era muy diestro en muchas disciplinas, por poco humilde que eso pueda parecer. Si bien no puedo practicarlas, tengo maestría suficiente para enseñarlas a las generaciones venideras.- explicó, haciendo que su expresión se tornara nostálgica, de un modo más próximo. Como un hombre que ha asumido el destino que le aguarda, pero no puede evitar traer a su recuerdo un tiempo pasado en el que todo fué mejor. - Vesta e matushta utirla figmae - murmuró para si. El hilo se trenzó en torno a su muñeca cuando invocó al fuego con un hechizo que quizá Ahri´ahn reconocería. Era un método muy antiguo, magia arcana, la más antigua que se conocía del elementarismo. Sin embargo, cuando la magia estaba a punto de construir la figura de fuego sobre su palma, los hilos negros la encubrieron, ahogándola hasta destrozar su figura. Para Lorenzo, aquello no se traducía a nada más que una palma vacía, y uno de los miles de hechizos fallidos que había pronunciado desde que perdiera la capacidad de usar la magia. - Eefiticirdraiìl- susurró después, compartiendo una clave de los secretos propios de las criaturas marinas. Lenguaje de bestias y civilizaciones perdidas. Un conocimiento que se limitaba a quienes estaban destinados a doblegar las corrientes. Una palabra que era capaz de poner el agua a tu servicio. De nuevo, cuando los hilos acudieron a su llamada, los negros se interpusieron, impidiendo que llegaran a hacer contacto con él. - Siglen. Tei. Kae. Rediaea. Olastes. Maghem. Adonai. - recitó, mientras sus manos adquirían una serie de posiciones. Los hilos comenzaron a trenzarse entre ellos, estructurando una firme capa, sobre su palma. Una especie de escudo cuya densidad habría sido capaz de detener otras magias. Los hilos negros, trenzados entre ellas, de pronto desaparecieron, haciendo que la estructura se volviera endeble, hasta destrozarla por completo en un amasijo inservible. Para el español, de nuevo, tan sólo otro intento fallido.
- Como puede comprobar, mis conocimientos prevalecen, pero mi capacidad para darles uso está mermada. No quiero rechazar su inestimable ayuda, pues no dudo de que sería un maestro excelente. Para mí sería un gran honor tener la oportunidad de aprender de alguien como usted. Pero entenderá que de ninguna manera le permitiría perder el tiempo tratando de ilustrar a alguien que no será capaz de otorgar a sus enseñanzas los resultados que merecen. - el tono cortés había vuelto, y en este caso, si fué capaz de encubrir el terrible dolor que le estaba produciendo tener que rechazar una oferta así. Su frustración provenía de sus propios límites. De haber perdido algo en lo que había invertido tanto tiempo de su vida, y en lo que ya no tenía posibilidad de participar salvo como un mero observador externo. Era irónico que tuviera que dedicar su vida en ver cómo sus enseñanzas ayudaban a producir magia al resto, mientras él mismo no podía. Pero en cierto modo, también le permitía no perder por completo la conexión con una disciplina que tanto amaba. Un doble filo constante. Como recibir la oferta de un dueto con tu cantante favorito, cuando tu ya hacía tiempo que habías enmudecido. | |
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 18th Junio 2018, 20:55 | |
| - Oh, no -Arión negó con la cabeza al tiempo que tamborileaba distraídamente con los dedos sobre el reposabrazos del asiento, todavía pensando en lo extraño que había sido Björn antes de devolver su atención por completo a su interlocutor-, no me malinterpretéis, os lo ruego; ni la temo ni la repudio. El mal no se encuentra en la magia, sino en la persona que hace uso de ella. Mi hermano, Garn, tenía exactamente el mismo dominio que yo sobre las mismas disciplinas, sólo que él usaba su poder para invadir, conquistar, seducir y asesinar. ¿Son por ello malos los conjuros que empleaba? Se puede usar un hechizo de curación invertido para causar un gran dolor a la víctima, y en teoría sería magia de vida. Mi padre me enseñó a amar por igual todos los hilos, y cuando he tenido que hacer uso de la nigromancia lo he hecho sin dudar. Pero también es cierto que arrancar las almas de su lugar de descanso en el reino de los muertos para forzarlas a entrar en el mundo de los vivos les produce un inmenso dolor y padecimiento, y por tanto se trata de conjuros que reservaba para los enemigos cuando teníamos que interrogar a algún fallecido en combate, y siempre por motivos de fuerza mayor, pues, al fin y al cabo, los soldados enemigos tampoco son malvados, sólo personas como vos o como yo que siguen las órdenes de otro rey, y no disfrutaba haciéndoles sufrir. Estoy en contra de la tortura, de la misma manera que tampoco me apresuro a la hora de otorgar la muerte. Por descontado, nunca jugaría con los cuerpos o las almas de mis amigos, aliados o seres queridos, salvo que estuviera muy seguro de los resultados, como parece ser el caso según me aseguró ésta hechicera. Por desgracia, con demasiada frecuencia la gente tiende a emplear mal la nigromancia llevados por la avaricia o el afán de poder, como sucedió el pasado noviembre con la invasión zombie de París. Son ese tipo de actos egoístas e irreflexivos los que otorgan mala fama a los nigromantes, pero estoy completamente seguro de que no es su caso, lord Enzo, así que pierda cuidado, pues para mí no desmerecéis en absoluto.
Y era cierto, puesto que en ningún momento se le había observado mostrar reticencia o recelo alguno al dirigirse al jefe de estudios de la sección mística, ni siquiera al advertir cuál era su especialidad.
Puede que el ritual del demonio del Mundo Oscuro hubiera mermado su capacidad para experimentar compasión o empatía, pero la experiencia que le relataba el otro hombre le resultaba demasiado cercana como para no ser capaz de identificarse.
- No penséis así, lord Enzo. Admito que al principio me sorprendió, mas os diré algo... Durante mucho tiempo continué siendo el Sumo Mago de la Atlántida y el consejero del rey D'Tilluh a pesar de que ya no me quedaba poder mágico ninguno. A diferencia de vos, no tenía siquiera el parco consuelo de tener el dominio de una de las muchas disciplinas que sustentan los hilos. Ignoro cómo habrán quedado registrados en las crónicas los hechos que provocaron la pérdida de mi poder, pero os los relataré si en algo han de servir para confortaros.
>>Hace milenios, mucho antes de mi segundo renacimiento, cuando la Atlántida aún era joven, una mujer mortal, realizó un infame pacto con un hechicero a cambio de poder. Quién era ese hechicero no se sabe... su nombre se perdió con el pasar de los siglos, pero huía de un gigante de hielo al que había creado, u ofendido, o quizás ambas cosas... El hombre estaba malherido y moribundo, pero era astuto, y rápidamente supo reconocer el anhelo que se escondía en los ojos de la muchacha. Le prometió vastos poderes junto con la inmortalidad a cambio de que le ayudara a deshacerse del gigante. La muchacha era inexperta y joven... se dejó seducir por las taimadas promesas del brujo. Con la ayuda de la mujer, el hechicero encerró al gigante en una prisión de cristal que transformó, a su vez, en el origen de los poderes y la inmortalidad de su improvisada ayudante. Sin embargo, el cristal se alimentaba del calor del sol, y, con el paso de los siglos fue sumiendo poco a poco la Tierra en una glaciación. Dentro de no demasiado, el sol habría muerto, llevándose con él toda la vida que conocemos. Así pues, viajé allí donde la reina de hielo moraba, en la cima del mundo, y me utilicé a mí mismo como un canal para transferir de vuelta al sol toda la energía que la prisión de cristal le había robado, devolviéndole su calor. La hechicera murió, los hielos que impedían a la naturaleza extenderse y florecer se derritieron, el gigante se liberó... y, de resultas de la presión a la que sometí a mi cuerpo al actuar de transmisor de toda la energía del sol, perdí la capacidad de canalizar las energías estelares que me permitían manipular y tejer los hilos en forma de magia.
>>Privado de mi poder, de todo lo que me hacía ser útil para mi pueblo y mi rey, me sentí impotente durante mucho tiempo, pero, una vez más, fue mi mujer, Chian, quien me hizo ver que, aunque hubiera dejado de ser mago, seguía siendo un hombre con capacidad para luchar, así que me entrenó en el manejo de las armas y el rey nunca me relegó de mi cargo. Con el paso del tiempo descubrí que aunque ya no podía transformar las energías estelares en magia, aún conservaba la capacidad de absorber directamente la magia de otras fuentes como pergaminos, runas y objetos mágicos, y logré recuperar, si no todo, una gran parte de mi antiguo poder. Lo que quiero decir es... -levantándose, rodeó la mesa para llegar hasta Lorenzo y le apoyó una mano en el hombro en gesto de apoyo-, que, como una mujer muy sabia me dijo una vez, donde otrora residió un gran poder mágico, siempre hay una chispa que permanece, y yo estaría encantado de encontrar la vuestra y ayudaros en la medida de lo posible a recuperar aunque sólo sea una parte de lo que antaño perdísteis. No lo veáis como un pago, pues en vuestra experiencia veo un reflejo de lo que a mí me sucedió, y desearía estar para vos de la misma manera que mi mujer estuvo para mí. Sería verdaderamente un honor trabajar junto a vos una vez haya terminado mis asuntos con la pluma. ¿Qué me decís? -inquirió ofreciéndole la mano en señal de alianza. | |
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| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 21st Junio 2018, 13:00 | |
| De alguna manera, una visita que prometía ser complicada se estaba convirtiendo en un diálogo distendido, y a medida que avanzaba el tiempo, en algo mucho más próximo y familiar. Comprendió que la disciplina mágica que él dominaba no era desconocida en absoluto para el Sumo Mago de la Atlántida, que hablaba sobre ella sin impedimento moral alguno y expresaba el uso que hacía de ella delatando que conocía sus conjuros y hechicerías, junto con la comprensión que demostró acerca de las repercusiones y represalias que podía padecer el mago que las utilizara. No sólo eso. También expresó la cara más retorcida de la disciplina, cuando comentó los padecimientos a los que se sometían las criaturas que sucumbían a sus artes. No por nada era considerada magia negra. Tenía un componente oscuro que se consideraba como tal, porque nadie había explorado ese terreno. Todo lo que se ha aprendido y ha resultado trascendente para la historia de la humanidad se ha llevado a cabo gracias al sacrificio, a la dedicación, al quebrantamiento de la norma y a la búsqueda de la excelencia. El problema moral que eso suponía lo tenía muy presente el español.
Era cierto que tanto la magia como la ciencia ofrecían cosas maravillosas, permitía la longevidad, era capaz de obrar milagros que sin ellas no serían posibles, facilitaba los duros y tediosos procesos de la vida hasta simplificarlos, en esencia conseguía que el mundo fuese un lugar mucho mejor. Por otro lado, su descontrol, la falta de moralidad y el exceso en su uso suponía un constante peligro que iba en aumento. Guerra nuclear, armas cada vez más avanzadas, cultos de adoración a Dioses destructores y la idea de que el fin justificaba los medios. El hecho de que ese tipo de cualidades y capacidades fuesen algo cada vez más habitual, y por lo tanto, difícil de controlar y contener era un pensamiento que solía rondar muy a menudo la cabeza del tutor de la Maggie Kraft.
Ahri´ahn compartió con él otro de los capítulos de su vida, y en este caso, tuvo la deferencia de no guardarlo para la posteridad. Tuvo el presentimiento de que los hechos que le narraba y compartía con él se trataban en realidad de una confidencia que le estaba haciendo. Le pareció descortés, por interesante que fuera, dejar plasmado esos momentos íntimos y personales en una grabación. Pero prestó su máxima atención a lo que el hechicero estaba compartiendo con él, para poder recordarlo en el futuro. Aunque dudaba que fuese a olvidar una visita como la suya. Era un renacido de entre los muertos. En esos días, tras el acontecimiento Omega, la aparición de los extintos se estaba volviendo ya un procedimiento habitual. Sin embargo, y a pesar de las bases precedentes, continuaba resultando sorprendente.
Ahrión insistió. La mano sobre su hombro tuvo un efecto reparador para él, percibió a través de ese sencillo gesto un nivel de comprensión para con su situación enorme, y ese apoyo alimentó la necesidad de, por mucho que ahora mismo resultara para él un sueño inalcanzable, volver a convertirse en ícaro intentando llegar al sol. Lorenzo sintió una fuerza irresistible de aceptar su propuesta.
- Desconocía que un mago de su categoría hubiera pasado a través de tantos sufrimientos y penurias. Pero su sacrificio salvó a miles de millones de vidas. La existencia en este mundo tal y como la conocemos, de no haber sido por sus actos altruístas no existiría. Le agradezco en nombre de todos los que aquí viven todo lo que en el pasado y en el presente ha hecho por nosotros, y espero que podamos seguir contando con la bondad de su corazón en el futuro. - aseguro, levantando la vista, encontrándose con sus ojos. - Y si está tan convencido, ¿quién soy yo para negar tal oportunidad? Aceptaré gustoso su ofrecimiento, Ahri´ahn. Espero que encuentre en mi un buen aprendiz y un oído amigo. - dijo, levantándose, y ofreciéndole su mano para estrecharla.
Acto seguido, se dirigió hacia uno de los laterales, en los que había una mini nevera, y sacó de ella dos botellas de agua, ofreciéndole una a Ahrión.
- Respecto a la pluma, como desconocemos el tiempo que le tomará llevar a cabo el ritual, o si el objeto quedará dañado en el proceso, se le concederá una tutela completa del objeto de duración indeterminada. Pero cada mes debe comunicarse conmigo, ya sea por medio de contacto moderno, escrito, o mágico, para informarme en qué situación se encuentra el ritual, cuales han sido sus resultados, y si el objeto continúa en su poder. En caso de que lo realice y el objeto sea destruido, debe notificárselo a la MKL de manera inmediata. Si ha terminado con su uso, y deja de necesitarlo, podrá presentarse aquí para devolverlo en cualquier momento. Si por alguna circunstancia fuera a ausentarse, sucediera una emergencia, o alguna situación que el impidiera hacer la notificación pertinente, la MKL intentaría ponerse en contacto con usted. Tras un periodo de tres meses de espera, estamos autorizados de interceder de la manera que sea conveniente para recuperar el objeto en cuestión. Esto incluye rituales de invocación, reclamaciones personales, etc. ¿Está de acuerdo con las condiciones del préstamo? - preguntó al mago, tendiéndole el papeleo que con anterioridad habían rellenado. - Si es así, firme en la parte de abajo, por favor. - convino, poniendo a su disposición una pluma normal, esperando a que lo hiciera. Una vez hecho, el español le dedicó un suave asentimiento de cabeza acompañado de una sonrisa complacida. Con delicadeza, cogió la pluma de Loka Naiaki del interior del estuche que la contenía, y se la tendió al atlante, sin más ceremonia. - Toda suya. | |
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Ficha de Personaje Alias: Arion Nombre real: Ahri'ahn Universo: DC Universe
| Tema: Re: Nila Kantha (Lorenzo de Borgia) [02-03-2019] 22nd Junio 2018, 13:01 | |
| Arión negó con la cabeza, entristecido. - Era mi destino... el Manto de Muchos Hilos... -musitó, abstraído- . Mi padre tuvo una visión en la que se revelaba que yo habría de ser el Salvador de la Atlántida, el portador del Manto. Lo tejió él mismo utilizando los hilos multicolor... un traje hecho de magia pura...El mismo traje que permanecía guardado en la cámara acorazada de su ciudadela sumergida de la Atlántida, el mismo que no había sido capaz de volverse a poner después de lo que le había ocurrido en la montaña de China. Madame Hydra lo había destrozado a latigazos, reduciéndolo a jirones ensangrentados que él había podido hilar de nuevo con magia, pero no había sido capaz de enfundárselo de nuevo. Su mera visión le producía rechazo y náuseas, suponía que por el hecho de ser lo que llevaba puesto cuando la secuaz de Cráneo Rojo le había violado. Porque ya no podía mirarlo sin recordar el dolor y la impotencia que había sufrido. La realidad era aún más sórdida; Era posible por supuesto que la experiencia asociada influyera, pero sin duda lo que causaba el principal rechazo era su cambio de alineamiento. El Manto había sido tejido por un Señor del Orden, un instrumento para el bien que su alineamiento actual no podría soportar. Se había quedado abstraído sin darse cuenta, apoyado en el respaldo de su silla al volver a recordar lo que había sucedido en Asia. Cada vez que pensaba en aquello sentía como la frustración y la rabia le invadían de nuevo. Trató de despejarlo de su mente, pero... ¿cómo puedes olvidar algo así? ¿Cómo olvidas que has sido torturado hasta casi la muerte y a la vez privado de tu orgullo y tu dignidad? - Mi padre sabía que yo tendría que morir... -musitó con aire ausente- . Fue lo primero que hice cuando me anunció que las profecías dictaban que yo sería el Salvador. Mi madre, Oscura Magistra, abandonó a mi padre para entregarse a los brazos de un demonio y quiso manipular las fuerzas elementales que mantienen el equilibrio de la Tierra para convertirse en diosa. Trastocó la posición de los cristales de poder que concentran las energías del mundo, arrancándolos de su nicho en las profundidades de la tierra para canalizar su energía hacia ella, aún a pesar de saber que tal acto destruiría el planeta. A ella no le importaba... cuando fuera diosa podría crear nuevos mundos de su agrado.>> Ni siquiera mi padre, que era el líder del cónclave y el mago más poderoso de sus días, pudo detener el ritual una vez empezado. Yo lo observaba todo, desde lo alto de una pirámide. Vi que Magistra estaba a punto de asesinar a mi padre y vi que él no tenía nada que hacer contra ella... y comprendí lo que tenía que hacer, cuál era mi destino... Desde las alturas salté y caí justo en el núcleo donde confluían las energías de los cristales. Al hacerlo, interrumpí el flujo del ritual, el cuerpo de mi madre se sobrecargó y explotó... y también lo hizo el mío, pero mi padre, con sus últimas fuerzas, logró capturar mi esencia vital en una gema -se señaló la resplandeciente piedra roja que se había colocado a modo de broche para cerrar los extremos de la camisa- y enterrarla en el corazón de una estrella hasta que tuviera el poder suficiente para crearme con magia un cuerpo nuevo. Tuvieron que pasar cien mil años para mi segundo renacimiento. Pero nada de lo que hice, nada... ni mi muerte ni el sacrificio de mi poder lo hice para obtener veneración. A pesar de todo admito que sienta bien que te lo agradezcan, para variar.El Arión que había sido en el pasado no habría aceptado su agradecimiento, de la misma manera que había fundido la estatua que los habitantes de Atlantis levantaron en su honor cuando había deshecho los hielos hasta convertirla en un amasijo de metal irreconocible, porque lo que hacía lo hacía porque tenía que hacerlo, no porque deseara ninguna clase de reconocimiento por ello. Era su deber y su obligación moral, nada más. Pero a aquél Arión le había agradado escucharlo, y, en cierto modo, las palabras de Lorenzo aplacaban la ira irracional y fría que había estado bullendo en su interior desde su regreso de China. - Entonces, está hecho -dijo estrechando su mano. Por un momento se preguntó si debería comentarle lo que le había sucedido el mes pasado en Gotham con Anton Arcane, ya que, al fin y al cabo, era un nigromante como él, pero lo descartó tras una leve vacilación, ya que, ¿qué información podría proporcionarle Lorenzo que no hubiera investigado ya por su cuenta en su propia biblioteca arcana? Además, posiblemente no sería demasiada buena referencia informar de que había recibido la visita de un demonio si quería que le confiaran la custodia de la pluma. Arcane había sido un nigromante obsesionado con la resurrección, y Arión había descubierto que había sido el último propietario del tridente de Shiva que había conseguido en la subasta. Los Señores del Infierno habían recompensado su entrega convirtiéndolo en demonio. Era demasiada casualidad como para pensar que había sido una simple visión. Todo apuntaba a que realmente había recibido su visita en el jardín de aquella mansión, pero... ¿qué significaba? ¿Qué era lo que estaba por ocurrir? No creía que Lorenzo pudiera ayudarle con eso, sería algo que tendría que resolver por sí mismo. Aceptó la pluma, el último ingrediente que le hacía falta para llevar a cabo el ritual que le reuniría finalmente con su esposa y aceptó las condiciones del jefe de estudios con un gesto que estampó su firma mágicamente en el papel, con la misma solidez que si hubiera sido sellada con tinta. Poco podía él saber, en aquél instante, que nunca llegaría a enviar siquiera el informe del primer mes que acababa de comprometerse a realizar... Una lástima que tuvieran que pasar tres meses sin noticias suyas para que la MKL se decidiera a investigar, porque, para entonces, ya sería muy tarde... "El destino ya está fijado". | |
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