Run Bitch, RUUUN. [Jhonny Blaze]

[7 de Noviembre del 2018]

Ya empieza a hacer frío. Mierda. Los refugios están llenos hasta la bandera y ya no hay modo de conseguir un buen sitio en el que dormir. De los que duermen en el arrollo, muchos ya han empezado con la hogareña recolección de maderos, muebles viejos y cartones. Todos juntos, en paz y armonía, salvo que alguien toque las cosas de los demás, rompen a pedazos el moviliario deshechado y apilan los escombros en el interior de los bidones, que bañan con un poco de queroseno, y después, les prenden fuego, intentando calentarse a su luz. Eso, para los que no tenemos donde comer o dormir, se convierte como en un faro de esperanza. ¿Como cuando los inmigrantes vienen de sus respectivos países a vivir el sueño americano, y ven por primera vez la estatua de la libertad? Pues algo así, pero con los huesos helados, mal olor, la ropa desgastada y el estómago hinchado por el alcohol, el hambre y la comida de mala calidad que puedes rebuscar en los contenedores. Como vagabunda nivel experto que soy, os voy a dar varios consejos por si alguna vez acabáis en el arroyo. Número uno, en la medida de lo posible, planificad. Es complicado por que desde donde estás, no tienes nada seguro. Si tendras donde dormir, o si te tocará comer hoy. Pero si en verano encuentras una manta en la basura cógela, porque siempre puede hacerte falta cuando llegue una noche fría o el invierno. Dos, haz amigos. Si un día te dan mas de lo que esperas rula alguna de esas ganancias, aunque sea a modo de compartir una ración de patatas, porque no sabrás cuando ese tipo que te mira con hambre tendrá una hamburguesa, y tu nada. Y tercero, y mas importante de todo. Procura no cabrear a nadie, porque ni os imaginaríais la red de boca a boca que hay en Nueva York, y cometer el error de mangarle a alguien alguna cosa o portarte mal con la gente puede aislarte de los únicos que te miran cuando estas en la calle. Y si ya uno se siente de lo más miserable cuando nadie parece percatarse de que existes, imagina si te quitan la única persona que te hace caso. Entonces ya es el acabóse de lo triste.

Me acerqué a uno de los bidones y apoyé las manos con mis guantes de dedos rotos en su entorno. Como yo no llegaba a la parte de arriba, a causa de mi altura limitada, me conformaba con tocar el metal caliente, para así entrar en calor. La gente era bastante maja cuuando eres una niña, pero cuando eres una niña pobre, entonces todo el mundo quiere hacer de todo por ti. A veces la hipocresía da jodido asco.

- ¡Eh!, ¿vais a quedaros aquí esta noche?¿Puedo quedarme yo también?- pregunté, frotándome los brazos y los hombros.

- Si. Tenemos que vigilar el fuego. Podría apagarse, y aún hay que encender tres o cuatro bidones más. - explicó el hombre mas cercano a mi. Tenía el cabello fosco y encrespado, sus zapatos tenían la puntera reventada y vestía un enorme abrigo de caza con algunos descosidos por el que se podía ver el forro y la tela interior. A pesar de la barba dejaba ver una expresión afable y de mirada inteligente.- ¿Qué haces aquí sola, en el arroyo pequeña? ¿Dónde están tus padres?- preguntó entonces, a lo que yo solo respondí con la misma mirada al suelo, mientras me cogía las manos, y rehuyendo el contacto visual. Ya empezaba a estar harta de tanto teatro. - Claro. Anda, quédate con nosotros. - dijo el hombre tocándome la cabeza. JODER, PORQUE SIEMPRE LA CABEZA. Me alejé de ellos, mientras cuchicheaban, y se compadecían de mi. Recogí mis mantas, me enrollé en ellas para asegurarme de que no quedaba nada, y de mi riñonera saqué media barra de chocolate con cacahuetes a medio morder. Me la comí de dos bocados, y luego me acurruqué dejando que cayera la noche, a ver si era capaz de dormir algo.

¿Alguna vez os ha despertado un mal olor? Pues es posible. Y repugnante también. Y entended que si yo digo que huele mal, no huele mal, huele MAL. Asquerosamente MAL. JODIDA, REPUGNANTE, Y APESTOSAMENTE MAL. Arrugué la nariz en sueños, y luego abrí los ojos tratando de averiguar de donde procedía esa peste. A pesar de que la noche era cerrada, y los pocos focos que luz que había provenían de los bidones, cuando uno está acostumbrado a ver a lo peorcito escurrirse entre las sombras, de manera instintiva ya sabe donde mirar. Apoyando las manos en el suelo levanté la cabeza, dirigiendo mi mirada directa al arroyo. Sobre la superficie del agua que arrastraba todo lo que pudieras imaginar entre la basura y la porquería,  había una extraña figura, como una vela, que se resbalaba a través de la escasa corriente, pero en dirección contraria. De todos los sonidos que había, solo el crepitar, alguna tos, pedo, o ronquido momentáneo rompía la noche, con la banda sonora de la ciudad de fondo. Esa cosa fue cuidadosa, se deslizó hasta la orilla del rio, y comenzó a salir del cauce, sin hacer el más mínimo ruido. Sólo goteó el agua que resbalaba por su piel dura, de una manera casi imperceptible. La enorme silueta, como de tres metros de alto, rondó la oscuridad, hasta que por fin se aproximó al fuego, como atraído por el, y al acercarse para olerlo, pude verla por fin. Era una criatura horrorosa, de ojos aviesos verdes, y grandes colmillos. Golpeó el bidón con el morro suavemente, hasta que encontró la apertura, y entonces, metió la cabeza, y mientras las llamas lamían su piel sin hacerle el menor daño, mordió las maderas ardiendo. El humo salía por sus fosas nasales al masticar y tragar. Me quedé totalmente quieta durante unos segundos, hasta que por fin, tratando de ser silenciosa, me deslicé a través de los mendigos. Esa cosa no debía ver muy bien, porque se veía en la obligación de golpear todo con el morro o las patas delanteras para ubicarlo. Pero estaba convencida de que esos colmillos no servían para comer madera en llamas. En ese momento, uno de los mendigos dió un ronquido de los que hacen época. La criatura se levantó, alertada y erizó la aleta de su cabeza. Abrió su enorme boca y profirió un grito que hizo que todos se despertaran, y cuando vieron el horror, chillaron de nuevo. Todo se convirtió en un hervidero en segundos. Los sin techo corrieron despavoridos, pisandose entre ellos, apelotonándose, intentando cualquier cosa para alejarse de la criatura, que parecía confusa por unos segundos. Supongo que fué un instinto.

Con un fogonazo, la joven niña coreana se transformó en la imagen misma de la muerte envuelta en llamas. Sus oscuras cuencas vacían observaron al monstruo, que había comenzado a correr en la dirección de la marabunta, y al verla, derrapó, frenando en seco cuanto pudo, se dió la vuelta y comenzó a correr hacia el agua, donde se arrojó a gran velocidad.

- No. Tu no te vas. - exclamó el jinete fantasma, al tiempo que invocaba las cuchillas de sus patines, y de su mano brotaba una cadena con un garfio, que arrojó directa a su aleta dorsal, que era lo único que sobresalía del arroyo. La inercia lo arrastró hasta el agua, e intentó tirar de ella, pero su fuerza en el agua era impresionante, y la arrastró canal abajo. - Como quieras. - gruñó el espectro, antes de empezar a recoger la cadena, tratando de recortar las distancias, mientras dejaba a su paso una estela de vapor. En algún punto se acabaría el canal. Lo malo era que iban a pasar bajo un montón de puentes. Tendría que intentar reducirle antes de que todo Nueva York se enterara de que tenían un cánido de lava viviendo en sus alcantarillas.

Ah, que hermosa noche. Bueno, casi, el frio como que cagaba un poco la onda. Hubiese preferido una noche más calurosa pero supongo que con la época del año era bastante pedir. Además, no es como si no pudiese prender fuego mis manos disimuladamente y calentarme cuando nadie estuviese viendo, que para algo tenía el fuego del infierno a mi disposición. Bueno, técnicamente, para castigar pecadores, pero no creo que Dios me castigue por querer una pequeña estufa para que a mi forma humana no le dé una hipotermia. Por otra parte, bien podía decirme "te jodes por estúpido" y en parte tendría que haberle dado la razón por que la brillante idea de salir a dar una caminata nocturna con poco abrigo y bajo ese clima había sido enteramente mía ¿Que puedo decir? Necesitaba despejar la mente. A decir verdad ya había perdido la cuenta de cuantas noches en vela me había pasado investigando en toda mi biblioteca de ocultismo, o todos los libros que había encargado por Internet, Bibliotecas municipales, Sitios mágicos ocultos, etc. Todo con un propósito: averiguar sobre los Jinetes. Desde que Hellboy me había comentado su aparición, allá en mayo del mismo año, no había hecho mucho más en mis ratos libres (además de beber, dormir y ver televisión) que investigar sobre ellos. Necesitaba saber todo lo posible: donde podrían aparecer, cuando, porque, quien los había liberado. Cualquier detalle por más insignificante que fuera me ayudaría, peor no había caso. Hasta el momento no había podido encontrar más que repeticiones de lo mencionado en la Biblia, con algunas interpretaciones diferentes bastante interesantes pero nada realmente concreto. Ni siquiera en el Infierno o el Cielo me decían nada. Los ángeles me evitaban (a menos que necesitaran algo, como es lo usual; manga de hijos de puta) y sin importar a cuantos demonios amenazara con la Mirada ninguno parecía saber un carajo de lo que estaba pasando, y eso me gustaba todavía menos. En mi experiencia cuando un Ghost Rider no consigue respuestas con la Mirada, es que algo gordo se está armando.

Pero bueno, incluso cuando el destino del mundo pende de un hilo, uno necesita descansar de vez en cuando. Al fin y al cabo no podría servir de nada si me sobre exigía y acababa muerto de cansancio, lo mejor era regularse. Claro que la mayoría del tiempo ignoraba este sabio consejo y me quedaba toda la noche sin dormir con la esperanza de poder encontrar algo nuevo pero de cuando en cuando recordaba que era humano y por ende las necesidades básicas de descanso también me afectaban (o no lo recordaba y despertaba 8 horas más tarde sin idea de que mierda había pasado, ambas funcionan bien). Este era uno de esos raros casos. Intentaba no pensar demasiado en eso mientras estiraba las piernas. Necesitaba volver a hacer más ejercicio, había perdido la costumbre y ahora no podía caminar más de un par de kilómetros sin cansarme. A tal punto habíamos llegado que casi estaba deseando que apareciera algún pecador por ahí, o demonio. Bueno, no tanto como deseando, porque sería increíblemente cruel de mi parte desear que una persona estuviese violando o matando a otra solo para poder enfocar mi mente en otra cosa. Más bien como que, de pasar, lo cual sería completamente desagradable y una mierda desde luego, ojala pasara cerca de mí. Y preferiblemente un demonio porque lo humanos no aguantan mucho....Dios que me pasa en la cabeza.

Por "fortuna" parece ser que alguien allá Abajo escucho mis quejas (lo cual, de nuevo, era terrible). Demonios cerca, y diría que bastante fuerte. Sin pensar demasiado en ello me asegure de que estaba solo y acto seguido me transforme. Podía sentirlo cerca, de modo que arranque de un acelerón, sin demasiadas preocupaciones más allá de no prenderle fuego a nada por el camino. Solo cuando estaba viajando a toda velocidad hacia lo que parecía ser el cuerpo de agua más cercano es que me di cuenta: reconocía esa "firma". Para quienes llevan acostumbrándose a los sentidos del Ghost Rider durante bastante tiempo, llegado un punto estos empiezan a "refinarse" por así decirlo. Una cosa es saber cuándo hay un demonio cerca, pero otra muy distinta (y muy útil) es saber qué clase de demonio es y qué tan poderoso es. Este demonio en particular no era cualquier cosa. De hecho, rara vez había sentido algo similar. Entonces me di cuenta: Danny Ketch, Alejandra Jones, Robbie Reyes. Eso era lo que sentía. Lo mismo que había sentido estando cerca de ellos. Y eso solo quería decir una cosa, lo único que esas tres personas tenían en común: un Ghost Rider. Estaba 90% seguro de que lo que sentía era un Ghost Rider.

Y claro que ver ese pequeño frijol de fuego infernal acercándose a toda velocidad por el lago era señal de que estaba en lo correcto. Solo entonces percibí la señal de la otra criatura. Había estado tan enfocado en la del Ghost Rider que casi la pase de largo; la diferencia era demasiado grande. A juzgar por su apariencia parecía ser una clase de criatura acuática. Bueno, técnicamente eso pensaba, pues lo único que podía discernir de dicha apariencia era una aleta dorsal que se elevaba por encima del agua, y eso sumado al hecho de que se estaba moviendo con tal velocidad daban como obvio resultado una criatura acuática. Esa era otra cosa que Hellboy me había dicho...la niña Ghost Rider. Seria ella? Pues, no es como si hubiese demasiados Ghost Riders en el mundo, pero de donde yo vengo llegaron a haber hasta más de cuatro al mismo tiempo, y el fenómeno Omega había afectado a varias realidades, así que bien podía ser un Ghost Rider enano y si ese era el caso seguro se ofendería bastante si llegaba y me lo confundía con una niña. Bueno, a lo mío entonces; criatura primero, presentaciones luego. Con eso en mente me acerque a máxima velocidad hacia la orilla más cercana al arrollo por donde venían, bastante adelantado a la criatura dado que de por sí ya estaba en una buena posición antes dada mi caminata, pero el hijo de puta se acercaba nadando rápido. Nunca fui bueno pescando a decir verdad, requiere demasiada paciencia y aburre después de los primeros cinco minutos de nada; una suerte que ahora el "pez" viniera tan rápido y no tuviese que esperar. Amarre un extremo de la cadena a la moto para que hiciera de ancla y luego me preparé para tirarlo.

Un poquito...un poquito... ¡Ahí esta! Casi fallo. Tuve que calcular mucho la puntería porque esa cosa era demasiado rápida en el agua y solo tendría una oportunidad. Por suerte no necesite más. Las cadenas volaron a toda velocidad y se engancharon alrededor de lo que calcule seria el cuello de la criatura (al menos basado en la posición de las cadenas, no podía ver mucho de su fisiología por la forma en que el agua me obstruía la visión). Con lo que no contaba era con la tremenda fuerza que tenía ese animal, que me llevo a la rastra de inmediato. Al menos hasta que pude reaccionar. Clave los pies sobre la tierra mientras mi motocicleta intentaba retroceder por cuenta propia, al mismo tiempo que mis manos fueron directo a sujetar la cadena, tironeando hacia atrás con toda mi fuerza. Eso sí redujo considerablemente su velocidad.- ¡Le gane a Hulk en un mano a mano, ni creas que te me puedes escapar seas lo que seas! – Casi me olvide de la presencia del Ghost Rider enanin en lo que ponía toda mi fuerza en frenar el avance de la criatura. A juzgar por como la motocicleta se movía cada vez menos, diría que lo estaba logrando. A saber, quizás estaba solamente conteniéndose para mandarme a volar cuando aflojara; por si las dudas, no pensaba hacerlo.





off: disculpa la demora, recién ayer empece las vacaciones, y si el post te pareció medio escueto o algo no te gusto avísame y lo edito.