Prueba de rol de Johnny Blaze

Los rayos del sol al atardecer iluminaban tenuemente la carretera por la que me dirigía. Había pocas nubes en el cuelo y casi nada de trafico, lo cual me pareció raro considerando que me estaba dirigiendo a New York y toda carretera que conecte con "La ciudad de las luces"  por lo general suele ser la pesadilla de los viajeros. Tal vez debí haber aceptado ir con los muchachos en el autobús de la gira en vez de mandarme solo en moto todo el camión, aunque por supuesto de haber aceptado aun estaría a mitad del viaje y, ademas, por mas que yo quiera y aprecie a los chicos, a veces simplemente no me los puedo aguantar y necesito tiempo a solas. La cagada es que necesitaba apurarme para llegar antes que el autobús esta vez, ya no podía "hacerme esperar". Era cuestión de publicidad y la verdad me hacia falta. Con todo esto de la colisión de universos había salido muy afectado, y no solo como el GR, sino también como Johnny Blaze. Para empezar había estado muy ocupado mandando pecadores y demonios al infierno, por que aparentemente en el otro universo también había de sobra y al parecer nadie podía encargarse de ellos apropiadamente. Y por otra parte, una vez que todo se fue a la mierda la gente comenzó a preocuparse por cosas mas serias que las acrobacias demenciales de un motociclista como yo, como el flujo constante de héroes y villanos y la reorganización de la sociedad debido al increíble aumento de la población mundial. Esta iba a ser mi primera gira y la oportunidad de recuperar a cualquiera del antiguo universo que siguiera siendo fan mio, así como ganarme nuevos fans del nuevo universo. No habíamos escatimado en publicidad y, basado en los números de la venta de tickets, incluso había escuchado que un grupo bastante grande de personas me esperarían en la estación para recibirme. Eso fue genial, pero desde luego implicaba que tenían que verme bajar de ese autobús apenas llegara o las cosas se complicarían; un fanático decepcionado es uno molesto y eso es mala publicidad.

Sin embargo estaba dispuesto a usar un poco de "ayuda" para llegar antes si eso me permitía pasar por un bar a tomar algo. Necesitaba una cerveza fría para aclarar mis ideas. Llegue a un bar llamado "La Ultima Esperanza", un nombre bastante inusual si me lo preguntan. Estacione mi moto a la salida, donde extrañamente no había ningún vehículo. Cuando entre el ambiente era el típico de bar de motociclistas: rock sonando a todo volumen, tipos robustos bebiendo y haciendo competencias de lucha de brazos, un par de mesas de pool en el centro y camareras bonitas de poca ropa atendiendo a todo el mundo y haciendo un esfuerzo sobrehumano por no dejar de sonreír. Algunos de voltearon para verme y otros no, supuse que nadie me reconocía así que no me pedirían autógrafos por lo cual avance con tranquilidad hacia la barra y me senté para ordenar. Me atendió una mujer rubia, bastante alta, de ojos celestes y un busto remarcado. -¿Que vas a querer, guapo?- Me pregunto con un animo de porrista de secundaria. -Una cerveza fría, por favor- Le respondí, apenas volteando a verla. Al poco tiempo ya me estaba alcansando un vaso grande de cerveza para que bebiera. Pero yo no era estúpido. Me quede observando a la camarera con el gesto serio, como si estuviese esperando a que me dijera lo que quería escuchar. Después de casi un minuto de continuas miradas la mujer se atrevió a hablar- ¿Hay algún problema querido?- Se notaba nerviosa, casi ansiosa por la forma en la que miraba hacia los lados con sus ojos y su sonrisa en extremo amigable había desaparecido; casi parecía incomoda.

-Deberías estar en el infierno, como todos en este "bar".- Dije sin miramientos ante su cara de espanto; tenia que reconocerle que fingía muy bien, pero nadie puede engañar al GR; no puedes camuflar tu alma sin importar que tan bien actúes. La mire a los ojos para que supiera que hablaba en serio.- Los supe desde que llegue.- Y era la verdad, uno de los dones mas útiles durante mi vida como portador del Espíritu de Venganza es la capacidad de sentir las almas de los medas, y por ende ser capaz de reconocer cuando estoy en presencia de demonios, como estos. Desde luego la "mujer" no se lo tomo tan bien. Una luz verde ilumino la totalidad de su cuerpo, así como el de todos los allí presentes. Unas veinte "personas, diría yo. El resultado fue una serie de entes de aspecto humanoide, con piel al rojo vivo y enormes colmillos babeantes, uñas largas y ojos negros como la noche.-Que pena, quería matarte con el veneno de la cerveza, debiste haberla bebido, te habría ahorrado dolor.- dijo la que antes fue una camarera sexy; su voz había dado un vuelvo total de ser casi aguda y juvenil a una voz seca y profunda como de ultratumba. Acto seguido ataco, su boca abierta a mas no poder y las garras extendidas. Desgraciadamente para ella solo consiguió toparse con una bola de Fuego Infernal, el cual desde luego la detuvo en el acto; cayo de espaldas al piso, muerta. El sentido del Ghost Rider podía ser bueno, pero el poder conjurar un poco de fuego infernal en forma humana era algo genial. Acto seguido me levante de mi asiento y me quede observando a todos los presentes.- Y pensar que todo lo que quería era un buen trago para olvidarme de que puedo hacer esto.- Dije con un tono de clara decepción.

Acto seguido me transforme en el GR. Fue algo instantáneo: en un parpadeo era Johnny Blaze y acto seguido el fuego cubrió mi cuerpo; en unos segundos ya estaba hecho un esqueleto llameante. Mi chaqueta no había sufrido muchos cambios, a excepcion de que los trozos de metal que se encontraban de adorno en la parte superior de los hombros y en los antebrazos se había convertido en puas metálicas. También llevaba mi clásica cadena envuelta envuelta desde mi hombro hasta mi cintura. Me reconocieron de inmediato; estos eran de mi universo y ya habían escuchado historias del Ghost Rider- Debo suponer, entonces, que no son mis fans.- La vos de los demonios no era la única que había cambiado; a pesar de que ahora podía estar en control suficiente como para elegir que decir la mayoría del tiempo, la voz infernalmente grave y el eco que salían de mi boca eran un gaje del oficio. Casi resultaba gracioso lo fácil que me era ahora convertirme en el GR. Aun recuerdo con horror mis primeras noches, cuando no podía hacer loa elección libre y tenia que hacerle caso al desgraciado de Mephisto, convirtiéndome todas las noches en esta cosa contra mi voluntad. Recuerdo la piel y la carne fundiéndose para abrirle paso al esqueleto con una lentitud agonizante mientras el fuego infernal se encargaba de eliminar todo reducto cárnico de mi cuerpo: cabello, ojos, órganos, músculos, etc. Estaba seguro de que mas o menos así debía sentirse estar en el infierno, y si era peor, no quería experimentarlo; a menos que fuese como GR y fuese ahí a patear a alguien.

Me hubiese gustado desquitar tensiones con esos demonios, pero lamentablemente no estaba para ir aplicando golpes y miradas de penitencia individuales, aun tenia la suficiente memoria como para saber que tenia que aparecerme frente a mas de mil personas en una estación y si desperdiciaba demasiado tiempo me acabarían rebasando. Ademas, no es como si tuviera que limitarme: no sentí ningún alma inocente en todo el bar. Entonces, cuando todos los demonios se abalanzaron contra mi concentre todo el fuego infernal que pude y, cuando los tuve lo suficientemente cerca, lo libere en forma de una poderosa explosión. Tal vez me pase un poco con la furia puesto que acabe quemando el bar entero, pero al menos con los demonios adentro; hoy Lucifer recibiría a varios niños malos. El edificio entero, asi como todos sus ocupantes, quedo reducido a cenizas, liberando una nube de humo que casi cubre toda la carretera. Y justo cuando se disipo, solo quede yo entre los escombros, parado como si nada y mirando a los restos carbonizados de los entes del mal que yacían a mis pies. Pero entonces algo llamo mi atención. Era un vehículo muy grande por que, blanco, tenia una imagen mía en motocicleta muy grande que abarcaba todo un costado y decía "Johnny Blaze" marcado llamas pintadas.- Mierda, es mi autobús.- Tan pronto como dije eso volví a la normalidad; por suerte mi moto tampoco habia sido afectada, solo convertida en la moto infernal del GR, y ahora que este se habia ido, volvia a la normalidad tambien. La monte rapido, encendi el motor y salí despegado tras el gran autobús. Tenia una gira por delante.