[Mini-Evento] La realidad no tiene estilo ni talento (5/Feb/2019)

Fue a altas horas de la madrugada en horario terrano cuando el comunicador de La Milano recibía la notificación de una llamada en curso. Al otro lado, la voz de un familiar al que en el planeta tierra conocerían como canino. - Camaradas guardianes, ¿estáis en disposición de escucharme?- En la voz de Cosmo se detectaba cierta tensión. Esperó paciente al otro lado del micrófono hasta que obtuvo una respuesta afirmativa y tras un leve bostezo debido al cansancio, procedió a explicarles la situación. - Hemos recibido noticias importantes. Una de las seis ha sido avistada. Tenemos las coordinadas exactas respecto al cuadrante del sistema en el que se encuentra. Una vez allí no creo que tengáis problema en dar con ella. Encontradla, traédnosla y luego podremos decidir el modo correcto de tratarla.- Respetuosamente dejó un espacio de diálogo abierto para que los guardianes de la galaxia hicieran debate entre ellos. La lucha por cualquier aspecto referente a una gema nunca era una misión fácil y estaba convencido de que necesitaban un instante de coordinación, charla y reflexión, eso sí, con el micrófono abierto. Cosmo conocía las imprudencias cometidas alguna vez por el grupo y aunque en algunas ocasiones podrían calificarse como heroicidades no dejaban de ser imprudencias que en algún momento tenían la oportunidad de salir mal. Tras un tiempo más que suficiente para decidir si deseaban partir y actuar en ese mismo instante o si por el contrario el cuerpo Nova debía ponerse en marcha, retomó la palabra. -Bien, tengo entendido que estáis en Terra, así que  recibiréis toda la información de la que disponemos de un modo adaptado para que efectuéis el despegue cuanto antes.-

No pasaron apenas unos segundos cuando la nave recibió los datos. Mesoplaneta: Kepler - 452b, una supertierra.  Orbita entorno a la estrella llamada, no os sorprendáis, Kepler-452b. Así son los terranos. También la llaman “primo del sol”, es una G2 y el planeta tiene una órbita similar a la de La Tierra, pasaréis calor. La temperatura atmosférica del planeta oscilan en torno a los 30 grados centígrados, 302,5 Kelvin . Si tenéis suerte y por la ubicación del planeta respecto a su estrella quizá haga algún que otro grado menos. Tiene un radio de 1.63 radios Tierra. Dirección y ubicación: Ascensión recta : 19h 44m 00,89s , Declinación +44º 16’ 39,2’’, Distancia estelar 1400 años luz, 430 parsec. Su atracción gravitacional es 77% más fuerte que la de Terra. Actualmente se encuentra deshabitado salvo por la poca fauna y la flora, no hay formas de vida inteligente, se parece tanto a la Tierra que no le ha interesado a nadie aún.
Y el mensaje terminaba con una frase sencilla, pero contundente.
“Fuerza y valor, compañeros, estaremos con vosotros”

Pero la verdad es… que estarían solos. La mítica nave Milano podría aterrizar en cualquier sitio llano del planeta. Empezarían a reajustar el aterrizaje a la fuerza g para que no resultase demasiado violento y se encontrarían al entrar en la atmósfera que este vibraba. Pequeñas ondas parecían surgir de un punto concreto, al norte del planeta. Como si de forma constante alguien estuviese derramando gota a gota de un grifo monumentalmente grande. Todo el cuerpo celeste respondía a una fuerza de pulsación como la física así lo dictaba. Las ondas se expandían como sobre la superficie de un lago por toda la capa terrenal hasta que al llegar a la zona sur del gran planeta, se extinguían. En el origen de ese goteo constante, un pequeño cráter en el que resplandecía una gema carmesí. A su alrededor no había nada a lo que el planeta no estuviese acostumbrado y no fue hasta que los guardianes pusieron un pie en el suelo, que pudieron contemplar toda la belleza del planeta.  


Había árboles enormemente altos, con las hojas de mil colores cálidos y verdes, algunos parecían incluso que tuvieran luz propia. La estrella central hacía que la luz de los rayos tornase el pelo de los animales más brillante, el ambiente aún más cálido y más vivo el reflejo de las hojas. La fauna, que disfrutaba de la vida en muchos colores y formas pintorescas y distintas, danzaba y seguía con su ciclo vital. Dejando desfilar una manifestación viva de color entre sus especies, empezando por las criaturas grandes hasta las que eran más pequeñas. Todo parecía estar en calma. Tal vez, sin seres con maldad, las gemas no fuesen tan peligrosas. Los recién llegados la tenían ahí, incrustada en el suelo como si llevase en ese mismo hueco desde los inicios, formando parte del ecosistema como un hito más. No parecían perturbados por las ondas constantes que emitía la piedra pero sin embargo algún animal levantó la cabeza y la mayoría se retiraron con la llegada de la nave. Con el último sonido de las zarpas y pezuñas de los animales rezagados al huir, las ondas fueron cayendo en una suerte de desvanecimiento hasta que desaparecieron.  Ya solo quedaban los guardianes, la gema y el silencio.

OOC:

- ¿Qué? ¿Qué, qué, qué? ¡¿QUÉ?!
- Yoooooooom..... ¿soy Groot?
- ¡¿Pero se PUEDE SABER QUIÉN ESTÁ LLAMANDO A ÉSTAS HORAS?! ¡QUEREMOS DORMIR!

Maldita sea Quill y sus horarios terranos. Maldita sea el momento en que decidimos que ésta hora era hora de irse a dormir y maldita sea el momento en que decidí arreglar el maldito sistema de audio de la nave. Dios, eran... ni recuerdo la hora que era. Sólo recuerdo que estaba teniendo un sueño perfecto, y que de repente me saltaron las orejas de la cabeza como sistema de seguridad para no quedarse sordas con ese escándalo. Mierda, ¡ESTABA DURMIENDO DE FÁBULA! ¡¿QUIÉN DEMONIOS LLAMABA?!
De repente el tono de la llamada cesó. Bien, alguien que había respondido y todos los demás podíamos seguir durmiendo. Groot parecía estar despierto del todo pero yo no pensaba levantarme de la cama hasta que surgiera una das't emergencia de las buenas y que me arrastraran hasta la zona de guerra, porque YO no iba a moverme.

Tampoco consigo recordar en qué momento estaba colgando del hombro de Groot y me parecía escuchar la voz de Cosmo. ¿Era él el que estaba llamando y no nos dejaba dormir tranquilamente? Cuando volviéramos a Sapiensal íbamos a tener cuatro palabras él y yo.

Y ya, lo último que recuerdo así más o menos era la mano de Groot, zarandeándome para que me despertara del todo porque, al parecer, SÍ era una das't emergencia de las buenas. Me costó lo mío abrir del todo los ojos y poner en su sitio todo mi pelo, mientras escuchaba una conversación relacionada con una piedra. ¡¿Todo ese alboroto por una piedra?! Me estaban tomando el pelo, sin duda. Y a medida que mi cerebro iba despertándose sumó 2 más 2 y como resultado... una gema del infinito.

- Un-un-un... un segundo... a ver... - Probé de poner toda mi atención en aquella pregunta, usando todo mi cerebro funcional. - ¿Hacia dónde vamos y por qué?


Kepler-452b. Menuda birria de nombre para un planeta. Iba pensando en quién odiaba tanto un globo planetario para ponerle ese nombre mientras iba calibrando el propulsor que iba a llevar acoplado a mi espalda para asegurarme que no me quedaba pegado en el suelo. En el espacio, si te equivocas por un simple número, la fuerza de la gravedad puede o bien hacerte pasar un mal trago o bien joderte la vida para siempre. Y con para siempre me refiero a "¡PUM! Muerto".

- Así que una gema del Infinito. ¿Sabéis? Creo que estoy sintiendo algo parecido a la nostalgia.

Descendimos con la nave hasta la superficie del planeta. Vale, tenía que reconocer que era bastante bonito a la vista, pero estaba claro que ningún ecosistema de ese tipo se creaba así porque si en el cosmos. Habíamos viajado por un montón de planetas por toda la galaxia y NI UNO era como ese. Antes de bajar de la nave ya tenía la mosca tras la oreja por lo que me aseguré de llevar un poco de extra de todo, no fuera que lo necesitásemos.
El segundo "vale" que tuve que soltar fue para con la fauna. Por norma general yo ODIO a los animales. Esos idiotas que no tienen el suficiente cerebro en sus cráneos como para decidir ponerse algo encima... Pero esos animales... ¿Era raro decir que hasta me quedé embobado mirando uno de esos que se parecía un poco a mí? Y qué pelaje. Qué brillo. Ya me gustaría a mi tener ese pelaje.

- Secundo lo de la trampa. ¿Dónde están las fuerzas enemigas y los tiros? Ésto no tiene ningún sentido. ¿Ni siquiera una bestia alienígena? Ésto no es serio... - Los puntos de mi "alarmómetro" subieron como la espuma cuando vimos como la gema se iba desplazando según Peter intentaba cogerla y cómo éste se iba alejando más y más de nosotros. - Trampa. 100% trampa. Voy cargando las armas.

OOC: A Peter se le ha olvidado comentar un asunto y es que vosotros no véis que la gema se aleje.


El líder de los guardianes empezó a perseguir la gema, como quien mete a un niño en una trampa con caramelos, corrió y corrió hasta el jadeo, pero nunca llegaba a cogerla del todo. Sin embargo, sus compañeros guardianes lo que en realidad vieron fue a su amigo Peter correr en línea recta, dejándose la gema atrás mientras trataba de obtener algo del suelo. -¡Peter!- la única miembro del grupo intentó llamar la atención de su compañero con gritos, cada vez más altos -¡PETER!- Dijo haciendo una pausa para tomar aire mientras su compañero se hacía cada vez más pequeño en la lejanía -¡¡¡QUILL!!!- Dijo ya con el ceño fruncido impacientada alzando la voz todo lo posible. Con él iba uno de los contenedores y no parecía tener intención de volver. Chasquea la lengua y vuelve a la Milano a recoger otro de los contenedores mientras murmura por lo bajo - Es increíble… siempre acabo igual en un punto muerto rodeada de esta panda de… - y se pierde entre los ruidos violentos de la nave. No trata las cosas con delicadeza. Buscaba un contenedor nuevo y al cabo de unos segundos sale con uno de ellos bajo el brazo, volviendo a poner los pies en la tierra de un salto, dirigiéndose a paso firme y con el gesto enfurecido hacia la gema. Pero una vez estuvo a la altura de sus compañeros sintió cómo su pie se hundía como sumergiéndose en un enorme charco de chicle. La bota de la guardiana se absorbía poco a poco como en arenas movedizas y al hacer todo el esfuerzo del mundo por sacarla de ahí y dar un paso más, se hundió el otro pie. Lo levantaba con muchísimo esfuerzo, adelantaba medio paso corto, intentaba sacar el otro pie, ofreciendo resistencia a esa sustancia pegajosa mientras ella tenía sensación de avanzar.


Pero sus compañeros sólo verían a la guardiana moverse en el sitio, sin avanzar. Dando pasos muy costosos en el mismo lugar constantemente. Drax frunció el ceño y pasó la mano frente a los ojos de su compañera, pero esta no reaccionó. - Yo emprenderé la tarea - dijo tomando prestado el contenedor que llevaba la guardiana bajo el brazo, abriéndolo y tomándolo con ambas manos, con la apertura hacia abajo. Con fuerza cargó sobre su cabeza, para coger impulso y luego dirigió el contenedor hacia abajo, tratando de dejar “capturada” la gema en aquel recipiente, pero justo cuando quedaba poco para que el contenedor tocase la arena, sus fuerzas le flaqueaban y no llegaba a juntarlos, como si una fuerza magnética los forzase a distanciarse. De nuevo volvió a cargar, una y otra vez pero nada conseguía. Mientras tanto la visión de Alexander, Rocket y Groot era diferente. Veían cómo su compañero de piel grisácea estaba de rodillas frente a la gema con los brazos completamente inmóviles en paralelo al suelo, sosteniendo el contenedor pero sin hacer movimiento alguno. Tampoco respondía.


Mientras tanto, Peter empezaba a ver cómo la fauna volvía poco a poco a su alrededor. Más de esos seres se arremolinaron en torno a él, manteniendo una distancia prudencial, calmados pero atentos por si el humano cometía un paso en falso. Le buscaban con el hocico, tratando de familiarizarse con él y poco a poco se arremolinaron. La primera criatura valiente fue una especie de roedor de colores rosas y azules, con pequeños cuernecillos entre las orejas y los dientes verdes. Dio un par de saltos hasta que se posó sobre la bota del guardián y empezó a restregar la cabeza contra su pierna, como lo haría un felino. Luego un pequeño pajarito de plumas holográficas decidió tomar reposo en su hombro y cantar una melodía la mar de relajante y agradable a oídos del humano. Las criaturas que parecían de fuego se acomodaron bajo las palmas de sus manos, como pidiendo afecto de él. No fue hasta al cabo de un rato cuando el rubio se dio cuenta de que estaba en una especie de Edén involuntario. La música, los aromas, la comodidad… Todo resultaba agradable. Los animales le querían, los árboles daban de sus de sus alimentos favoritos, incluyendo algunas frutas de otros planetas o algunas que estaban ya extintas. Sólo faltaba una cosa, y apareció en cuanto él empezó a echarlo de menos. Dos cuerpos femeninos, con curvas en perfecta posición aparecieron ante él. Una rubia, con gesto atrevido aparece con un vestido impregnado en humedad mientras se mordía el labio -Bienvenido a nuestro planeta, Starlord…- A su lado, una chica morena, de mirada inocente y tímida cuya melena caía por un lado del rostro como en una cortina de seda. Una fémina totalmente corrompible - Queríamos verte… - Ambas manos se posan en el pecho del guardián y le adulan entre susurros, empezando a besar sus mejillas para que luego los labios de la rubia se desplazasen a su cuello. ¿Qué mejor sitio para estar?


OOC: Ninguno ve la “paranoia” que tiene cada uno. Veréis a Peter ahí a lo lejos, de pie, mirando a todas partes. El casco calorífico de Sam detectará solamente el cuerpo de sus amigos en las posiciones que he descrito, nada más fuera de lo normal. Ningún ser ni a los animales.

- Créeme chico: mis bromas no llegan hasta éste punto. ¡Quill! ¡QUIIIIILL! - pero nada. Por más que grite y siga gritando Peter se sigue alejando más y más de nosotros hasta que lo perdemos de vista. ¡MALDITA SEA! Y para colmo la escenita que tenemos alrededor: Gamora que parece querer andar pero no puede y Drax mirando el suelo como si acabara de ver la cara de Thanos. Y en medio de todo éste meollo, la gema.

Sam se pone a pinchar a ver si esos dos reaccionan de alguna forma. Yo no dejo de darle vueltas al asunto y analizando la situación: en cuanto Peter se ha acercado a la piedra se ha alejado, como si estuviera persiguiendo algo. Y por más que lo llamásemos no nos hacía caso.
Luego estaba Gamora, que entró en la nave, cogió la "jaula" e intentó coger la piedra, pero de repente se puso a ... andar sin andar. Y allí seguía, como si estuviera en una cinta transportadora. Groot ayudó a Sam a despertar a Gamora, pero no hacía ningún efecto.
Y para colofón Drax, el destructor. El hombre inquebrantable. El tío que se le ocurrió matarnos a todos en la estación Sapiensal para encontrar a los cambiaformas ahí, tirado frente al suelo, mirando un punto en concreto.
Todos ellos habían intentado coger la piedra. ¿No sería acaso...?

- ¡QUIETO CHICO! - le grito a Sam agarrándolo con una de mis zarpas uno de sus brazos y hablándole muy de cerca, tirando para atrás para que se alejara de la gema. - ¿Es que ese casco te oprime el cerebro o no piensas, chaval? Todos los que han intentado coger la gema les ha pasado algo. Ni se te pase por la cabeza cogerla. Primero nos ocupamos de los nuestros y luego ya pensaremos, o mejor dicho PENSARÉ algo. ¡Groot! Coge a Gamora y a Drax y llévalos a la nave. Sam, tú vente conmigo. Tenemos que atrapar un Starlord.

Iba a necesitar las capacidades de su casco si quería encontrar a Peter cuanto antes. Groot no vaciló y agarró tanto a Gamora como a Drax con sus ramas, dispuesto a llevarlos a la nave. Por mi parte preparé el arma y me dispuse a seguir el rastro de Peter usando mi propulsor, y esperando que el chico fuera lo suficientemente listo como para hacerle caso a su das't maestro.

¡Malditas gemas del infinito y toda ésta basura!

Off: Chicos, muchísimas gracias por la paciencia que habéis tenido con mi crisis narrativa. Sois un cielo y espero poder motivaros lo suficiente como para que queráis seguir jugando conmigo. Es una trama que me hace mucha ilusión y ahora que por fin se me  ha quitado la tontería, espero poder continuar con regularidad.




Realidad de Sam:

Nova vuelta, pacífico y a ras del suelo hasta acercarse a su compañera, que permanece inmóvil, completamente ida. Aun después de las tentativas orales por parte del joven guardián, ella permanecía inmóvil en el suelo, con una rodilla clavada en la tierra. Como si fuese una estatua impertérrita.

Drax, su compañero que compartía actitud con la guardiana, sólo pareció estar vivo porque se mantenía estable y su carne cedió cuando Sam le retiró el contenedor.
Después de realizar el escáner de seguridad, comprueba que ni los animales que él ve con sus propios ojos a lo lejos aparecen en el radar.

Cuando finalmente toma la decisión de inclinarse y deslizar la piedra en el interior de la cápsula, justo cuando esta iba a cerrarse en torno a la gema, esta desaparece y a las espaldas de Sam se escucha una voz.

-Hola hijo… Parece que tus amigos tienen problemas para hacerse con la gema - dijo quien ahora sostenía entre sus dedos la piedra que tanto ansiaban los guardianes. - ¿No vas a darle un abrazo a tu padre? ¿No me has echado de menos? - Su rostro era de lo más familiar, cálido, acogedor y amable. Desprendía una sensación constante de calma y felicidad placentera propia de quien no tiene inquietudes. En sus manos, la gema brillaba con una tenue luz. Estaba dispuesto a dársela. Era una reencarnación de la figura paternal por excelencia. Entregado, vívido, sacrificado, cariñoso y protector. Dispuesto a tener, al fin, el reencuentro que tanto había deseado con su muchacho, que ahora era ya todo un hombre.


Realidad de Rocket:

El mapache no para de advertirle, en modo de regañina, la locura que sería intentar cogerla, aún a pesar de que portaba uno de los envases preparados para tal propósito. Sin embargo, Sam no reacciona y se ha dado media vuelta, quedándose de pie, con la cápsula en ambas manos, mirando levemente hacia arriba. O eso es lo que se ve en la realidad de Rocket.

Groot agarró a los compañeros, pero aun con todas las fuerzas de las que disponía, fue incapaz de mover un solo milímetro a sus amigos. Gastó todos sus esfuerzos, incluso clavó varias raíces en el suelo para tratar de alzarlos y finalmente, cuando desistió, retiró las ramas, se irguió y se encogió de hombros mirando a su amigo Rocket - Yo soy Groot - dijo mientras se apresuraba para ponerse junto a su amigo, con miedo a que él también se convirtiese “en piedra”. Tras emprender la marcha a por Quill, Groot retuvo un instante a su amigo, señalándose el sitio donde se supone que estarían sus orejas. A lo lejos, se empezaron a escuchar unos disparos. No, unos no… LOS disparos. Era un arma que Rocket llevaba tiempo deseando encontrar y sólo se encontraba en la parte más oscura del mercado negro y por una cantidad de unidades excesiva hasta para todo el cuerpo Nova. Poco a poco, el sonido de los disparos se fue acercando pero no se veía ningún proyectil cerca de ellos. Al parecer, eran inofensivos.

Finalmente, de entre una hilera de arbustos cercanos, apareció un cuerpo familiar que sustituyó el sonido de las balas por el de su propia voz - Así es, cariño… la ZF1… - dijo Fauna con un casco militar que dejaba asomar sus orejas, un conjunto militar típico de tienda de disfraces y un cinturón de balas que le cruzaba el pecho en diagonal. -Ligera, empuñadura ajustable apta para diestros y zurdos, se desmonta en cuatro partes… No detectable por rayos X.. Ideal para intervenciones rápidas...¡Hablemos de su potencia! - Describe a la perfección mientras mueve el arma de un lado a otro de su cuerpo para mostrarla. Da un pisotón al suelo, y se levantan dos dianas con forma de Badoon. - Recargador de vibranium, tres mil cartuchos con ráfagas de tres a trescientos y su botón repetidor, por si quieres jugar en modo fácil - En ese momento Fauna se carga el arma en ambas manos y dispara a una de las dianas - ¡Un disparo y el repetidor envía todos los demás disparos al mismo objetivo! - Empieza a disparar al aire a lo loco, y todas las balas van a la misma diana, dejando la otra ilesa. - Y… para rematar… Lanzacohetes! - Boom- Lanza Dardos, explosivos o de gas venenoso... - boom - El famoso lanzarredes…. - ZZZZAS!- ¡¡¡El siempre eficiente lanzallamas!!! -FUOOOOOSSSSSS - Mi favorito… - Dice con debilidad mordiéndose el labio y arqueando ambas cejas- ¡Y para acabar! ¡¡¡El sistema de cubitos!!! - Dice congelando la misma diana, que ya es un amasijo en comparación a la otra - Para…que el ambiente no se caldee demasiado - Le guiña un ojo y sonríe justo antes de ofrecérsela a Rocket entre sus dos manos - Oh, no toques el botón rojo, cielo~


Realidad de Peter:

Sus gritos cayeron ahogados en un vacío de silencio. Ningún tipo de respuesta a sus estímulos orales. Peter Quill estaba solo, aunque tampoco parecía importarle demasiado. -No… no nos conoces… - Pero nosotras a ti sí, Peter… - En sus voces se aguardaban una potente fuerza de deseo, ansia y curiosidad. La musa morena que descansaba los labios sobre el cuello del guardián se deslizó como si volase hacia la espalda de Peter, masajeando sus hombros y cuello, relajando el estrés entre el suave sonido que los dedos de ella hacían sobre la chaqueta de cuero. Súbitamente la fuerza de sus manos se hizo más potente hasta sentarle en un diván donde le recostaron poco a poco. La musa de pelo de oro se sentó en un pequeño hueco del diván, ofreciéndole la mejor de las hamburguesas. Pan de sésamo tostado por dentro con carne en su punto, bacon jugoso sobre un lecho de queso fundido y hojas de lechuga con cebolla frita. Todo aderezado con la mejor de las salsas barbacoa, e iba directa a los labios de Peter, desde las manos de la mujer. -Me encargaré de que no te falte de nada, Starlord... - Hemos oído tus hazañas… te lo mereces más que nadie…- Eres el más sacrificado... - Y muchas veces no te lo agradecen-

Con la otra mano, le extiende un vaso bien frío y gigante, de su refresco favorito para que pudiese beber. Todo parecía estar en orden. Había la luz justa, la temperatura estaba perfecta, la comida y la bebida estaban a su gusto y las mujeres parecían a cada minuto más atractivas. De hecho, lo eran. Los rasgos poco a poco les cambiaban hasta acomodar dos modelos distintos de “mujer ideal” a los ojos de Starlord. La carne mejoraba con cada bocado, y parecía no acabar nunca. Por mucho que bebiera, siempre había líquido en el vaso.

-Creo…. - Sí, ha llegado la hora- La mujer liberó los hombros de Peter y caminó con gracilidad hasta su compañera, dándole la espalda a Peter. Casi como si hubiese estado ensayado, reflejo de pura coordinación, ambas llevaron las manos a sus hombros. Una mirando al hombre sobre su hombro derecho, la otra mirándole de frente. Agarraron sus ropajes por los hombros, ensancharon la tela y la dejaron resbalar por su cuerpo como quien desenvuelve el mejor regalo. -Seremos tuyas… - Si así lo deseas…-  


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Off: Es un poco complicado y entiendo que quizá necesitéis acción posterior para hacer un post. Así que no dudéis en preguntarme "¿Qué pasaría si...?" Por privado.