Persiguiendo Ardillas (Libre) [DC, Pre-Omega]

- ¡¡Condenado chucho de #@€ç&%$#!! ¡¡¡Es que no vas a cansarte nunca!!! -

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El día había empezado bien para Run. Puede que su supervelocidad no estuviese a la altura de los Flash, pero desde luego había sido suficiente para burlar la seguridad del banco y escapar con un buen botín. Aquellos meses cumpliendo condena en la carcel y fingiendo que había perdido sus poderes sin duda habían dado su fruto, ahora nadie sospecharía de él y podría robar a su antojo. Y, cuando tuviese suficiente, reuniría a un buen grupo de matones e iria a darle su merecido a ese maldito Static Sock.

Si señor, nada de intentar robar en Central City, o Happy Harbour, o en cualquiera de las otras ciudades con héroes con superpoderes increibles. Tan solo ciudades faciles, con apenas algún que otro vigilante enmascarado al que poder mordiendo el polvo con facilidad. Pan comido.

Y efectivamente todo había ido como la seda... hasta que ese maldito perrazo blanco había comenzado a perseguirle. Y a alcanzarle. Y a cortarle el paso cada vez que intentaba abandonar la ciudad.

Quiebros, zig-zags, cambios de velocidad, esconderse... En las últimas dos horas Run ya lo había intentado todo para despistar a aquella cosa pero nada daba resultado. Desembarazarse de uno de los saccos de botín no solo le había hecho ir más rápido, sino que también le había quitado de encima al animalejo por un tiempo, pero de alguna manera había logrado volver a encontrarle despúes.

El ladrón había podido ver un par de veces el collar del perro, cuando este se había acercado lo suficiente, pero estaba convencido de que no lo había visto bien. Reprimiendo un escalofrío se dijo a si mismo que esa cosa debía de ser un perro mutante o algo así, si, sin duda su imaginación le había jugado una mala pasada. Era imposible que aquel condenado chucho tuviese ESE simbolo en el collar. ¿¿Verdad??

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Krypto ladró alegremente mientras volvía a cortarle el paso al humano-malo-rápido, obligandole a ir hacía el centro de la ciudad.
El superperro había acudido a Star City buscando pistas de su desaparecido dueño, pero no había encontrado ninguna. Y el amigo de su dueño, el humano-del-arco, no parecía encontrarse en la ciudad. Así que había vagabundeado por las calles, reacio a volver a la Fortaleza de la Soledad, cuando su fino oído le había alertado de los gritos y las alarmas.

El veloz perro no había tardado demasiado en dar con el malechor, que a todas luces había robado algo importante de uno de aquellos grandes edificios en los que siempre se robaban cosas, como tampoco había tardado demasiado en darle alcance. Normalmente Krypto habria reducido al ladrón de inmediato, pero el superperro había pasado unos días muy aburridos desde que su amo desapareciera y se alegró de encontrar a alguien a quien casi fuese un poquito dificil perseguir.

Así pues el inteligente sabueso fué conduciendo poco a poco al velocista de vuelta hacía el centro de la ciudad, hacia el edificio lleno de esos humanos vestidos iguales que se ocupaban de encerrar a la gente mala. Había perdido un poco de tiempo recogiendo el saco que el villano había dejado caer y devolviendolo a donde correspondía, pero su olfato le había conducido de nuevo hasta él en instantes, continuando así la persecución.

Lo cierto es que Krypto no tenía prisa, el hombre-malo-rápido no suponía una amenaza y ya comenzaba a cansarse.

Además, se estaba divirtiendo mucho.


[OFF-ROL: Para que sepais quien es el inutil en cuestión XD
http://villains.wikia.com/wiki/Run]

- Venga ya - exclamó Artemis, mirando perpleja la televisión.

Casi parecía un asunto personal.

Un velocista (tema del que, por suerte o por desgracia, la chica tenía bastantes conocimientos) estaba atacando la ciudad de su mentor, aprovechando que Ollie y Dinah estaban con una misión de la Liga al otro lado del globo. El velocista en cuestión, además, no le llegaba a la suela de los zapatos ni a Barry, ni a Wally, ni a Bart. Para empezar, se hacía llamar Run. "Run" era algo que podía hacer cualquiera, empezando por ella.

De modo que Tigress decidió tomar cartas en el asunto. Como antigua pupila de Flecha Verde (y como miembro de los Young Titans que se encontraba muuuy aburrida en aquel momento), iría a patearle el trasero a ese tal Run.

Reconocida: Tigress, be, cero, siete., anunció la voz femenina de los Tubos Zeta, mientras Artemis iniciaba la teleportación desde el Monte Justicia hacia Star City.  

- ... al parecer, el más fiel compañero de Superman se está enfrentando a Run en estos momentos. Están enzarzados en una espectacular carrera que, esperemos, pronto termine en una victoria del Superperro... - prosiguió la locutora de la televisión, tras la marcha de la justiciera.

Artemis, vestida con su uniforme de Tigress, emergió instantes después de la salida de los Tubos Zeta oculta en Star City. Era una de sus favoritas, ya que la había usado con mucha frecuencia mientras fue pupila de Oliver. Mientras se dirigía a la última dirección donde se había divisado a Run, la chica comprobó que su dardo-transmisor estuviera bien preparado. Era más que posible que el tipo ya no estuviera allí, claro, pero si algo sabía Artemis de los velocistas era que adoraban dar vueltas.

Cuando volviera a pasar por el mismo sitio, ella le colocaría el transmisor, y entonces empezaría la caza de verdad. Desde el lugar elevado que había escogido, podría ver el borrón con la suficiente antelación como para apuntar varios metros hacia delante. Para acertar sólo había que resolver un sencillo problema de física, teniendo en cuenta velocidades y trayectorias para saber en qué punto se cruzarían. Era fácil; Wally le había enseñado cómo se hacía.

- Ahí estás - se dijo, con una sonrisa, mientras una mancha aparecía en su campo de visión.

Lo que no había imaginado es que su localizador terminaría enganchado al blanco pelaje del Superperro.

En condiciones normales Krypto era capaz de esquivar una flecha sin problemas, pero ni aquel dardo ni la arquera que lo había disparado eran corrientes y el superperro estaba totalmente abstraido con la gozosa persecución. Tanto que no reparo en el rastreador hasta que este se le enganchó en el lomo.
El ser atacado mientras perseguía aun villano no era una novedad para el perro, pero que su agresor lograse alcanzarle con algo que no se limitase simplemente a rebotar en su pellejo era inusual; como también lo eran los casi imperceptibles ruiditos electrónicos que hacía el chisme que llevaba ahora pegado. Aquello podía ser más importante que el humano-ladrón-rápido.
¿Quien podría haberle...? Ah, claro, la humana-arquera-enmascarada de allí arriba.

Desde lo alto Tigress pudo ver como el sorprendido perro se paraba en seco y miraba inquisitivamente a su alrededor. De pronto se detuvo, su cabeza ladeada hacia ella, y apenas un instante despues mas de 100kg de sabueso kryptoniano mosqueado se encaraban con la arquera.

Krypto estaba convencido de haber dado con la persona correcta, no solo por su aspecto, sino porque la flecha olía a ella. Mientras el superperro se acercaba amenazante a la heroina su finisimo olfato detecto una miriada de nuevos olores, la inmensa mayoría eran completamente desconocidos pero unos pocos le llamaron poderosamente la atención. Aquella humana frecuentaba mucho la compañia del joven-casi-amo-medio-humano, al igual que la de gente que olía muy parecido a algunos de los amigos de su amo. ¿Sería una amiga? ¿Porque le habría disparado entonces?

El perrazo se detuvo justo delante de Tigress, mirandola alternativamente a ella y al transmisor de su lomo, para despues ladear su cabezota y clavar sus ojos ambarinos en los suyos en una muda pero expresiva pregunta.


Mientras tanto, Run, totalmente ajeno a lo sucedido e incapaz de creerse su suerte, aprovechaba para poner pies en polvorosa y alejarse de allí lo antes posible con su botín, antes de que aquel endemoniado chucho decidiese comenzar a perseguirle de nuevo.

Artemis no fue la única que había visto las noticias en ese momento.

Brian estaba en la cocina del Monte Justicia, zampándose un bol de cereales frente a la televisión después de una mañana de entrenamiento intensivo en el campo de pruebas que le había diseñado Nightwing. En realidad no tenía mucha hambre, pero estaba muy nervioso. Tan sólo un día antes había oído al antiguo discípulo de Batman hablar con Canario Negro sobre la posibilidad de buscarle una familia adoptiva. Sólo de pensar en ello se le juntaban sentimientos contradictorios. Por un lado se sentía profundamente halagado de ver que su ídolo y su mentor se siguiera preocupando por él de ese modo. Desde que perdió a sus padres, Brian no podía evitar sentir esa necesidad de ser querido por otros, y a pesar de haber encontrado a una gran familia entre los Jóvenes Titanes, no podía evitar pensar que no era lo mismo.

Por otra parte, la idea de vivir con otra familia, adultos a los que no conocería de nada, que seguramente no verían con buenos ojos lo de sus manos y su identidad heroica, le aterraba. ¿Qué explicaciones les daría? ¿Qué harían los servicios sociales si se le tenía por un niño problemático? Nightwing tenía recursos, pero no era un tutor legal. Y no se iba a poner contra el sistema por mucho que lo apreciase. ¿Qué harían entonces?

Muchas preguntas, muchos nervios acumulados, acabaron por despertar ese falso apetito en Brian. Y, mientras, zapeaba en busca de algún canal de dibujos animados para distraerse. Sí, era adolescente y le seguían gustando los dibujos. ¿Qué había de malo en ello?

- ... al parecer, el más fiel compañero de Superman se está enfrentando a Run en estos momentos. Están enzarzados en una espectacular carrera que, esperemos, pronto termine en una victoria del Superperro...

La noticia atrajo toda la atención de Brian. ¿Problemas en Star City y sólo Krypto, el perro de Superman, se estaba encargando de ello? Quizás fuese un buen momento para dejar de estar sentado sin hacer nada. Un poco de acción le ayudaría a aliviar los nervios.

Reconocida: Tigress, be, cero, siete.

Un momento, ¿Tigress acababa de salir? Seguro que era por lo mismo. Apenas tuvo tiempo de llegar al salón antes de ver el fogonazo de teletransporte.

-¡Eh, Artemis! ¡Esper-!

"Vaya, hombre", gruñó Brian. Parecía que le iba a tocar ir por su cuenta. Fue corriendo a buscar su antifaz. ¡Era la hora de Nexus!

En serio, un día de estos tendría que plantearse buscarse una buena frase con gancho.

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Lo bueno de las cabinas ocultas que tenía la base para el teletransporte era lo bien comunicadas que estaban con los puntos clave de la ciudad. Lo malo de ser Nexus era no contar con equipo de seguimiento como Nightwing o Batman, de modo que le tocaría recorrer media ciudad e indagar. Por fortuna contaba con los portales y la atención no deseada que acababa atrayendo un villano sobre sí mismo.

Tras unos minutos de carrera aérea, Nexus lo vio. O más bien vio la estela que iba dejando a su paso. Se le daba bien correr, pero no estaba a la altura de Flash ni del resto de la familia de velocistas de la Liga de la Justicia. Interceptarlo iba a ser un juego de niños.

El pobre de Run seguramente no se esperaría que de pronto se formase un agujero bajo sus pies y se lo tragara, para ser escupido sobre una montaña de basura en una bocacalle varios metros más hacia delante. Y justo frente a él estaba el famoso Chico Portal, sonriendo con sorna con los brazos cruzados sobre su pecho.

-¿Nunca te han dicho que hay que tener cuidado con los topos?

Artemis miró perpleja al borrón indefinido, sólo que ya no era un borrón indefinido. Se había convertido, al detenerse, no en el tipejo conocido como Run, sino en Krypto... el Superperro.

- Oh.

Se hubiera dado una palmada en la frente, si no fuera porque no era del todo aficionada a aquel gesto. Le recordaba demasiado al famoso (e irritante) "¡Hola, Megan!" de Miss Martian. Con toda sinceridad, un "¡Hola, Artemis!" hubiera sido apropiado para la situación. Aún no veía claro de dónde había salido Krypto, pero era evidente que no había puesto el transmisor al tipo adecuado...

- Vale, culpa mía. Lo siento, chico. - se disculpó, incómoda. Artemis había tenido un perro (un pitbull llamado Brucely, al que ahora cuidaban los padres de Wally), pero Krypto era como seis o siete Brucelys, sin contar los poderes kryptonianos y demás... No era el tipo de animal al que querías alcanzar por error con una flecha. - Será mejor que... uhm... te quite esto, ¿verdad? - la arquera tendió la mano y la dejó cerca del morro del can, para que él pudiera olfatearla y comprobar que no era una amenaza, antes de dirigirla al transmisor que le había enganchado por accidente.

Superboy adoraba a aquel perro, y el perro debía de tener el mismo aprecio al chico. Bien, porque Artemis era amiga de Conner, así que, bueno... los amigos de mis amigos son mis amigos, ¿no? O, al menos, eso esperaba la chica.

- Verás, he... venido por el tal Run - se explicó. Nunca había tenido claro si el perro de Superman podía entender el inglés pero, desde luego, parecía mucho más listo que un perro normal. A lo mejor comprendía algo de lo que le estaba diciendo - ¿Tú también lo estás persiguiendo? - preguntó.

No se le ocurría ninguna otra razón para que el animal estuviera dando vueltas por Star City, la verdad...

Si, efectivamente aquella joven humana conocía al joven-casi-amo, y al olfatearla más detenidamente también percibio el casi imperceptible olor del arquero-humano amigo de su amo, viejo y leve, pero aún así presente. Además la arquera no mostraba una actitud hostil, sino cautelosa y prevenida, y no como una villana que se aterrase al ver las consecuencias de sus actos sino como alguien que lamentase un error ¿le habría alcanzado por equivocación? ¿a quien o que estaba disparando entonces?

Ah, claro, al hombre-malo-rapido, le había disparado aquella cosa rara para pararle de alguna manera pero había acabado dándole a él. Cuanto más lo pensaba más sentido tenía, porque la humana en cuestión daba sensación de ser buena persona.

Krypto le dió un lameton amistoso a la mano de Tigress y se giró, ofreciendola su lomo tanto para que le quitase el transmisor como para que se subiese encima si queria. El superperro no solía ser tan amigable y permisivo con nadie, aún menos con desconocidos, pero los amigos de su famila-manada de dos patas eran también amigos suyos y dudaba que aquella humana pudiese dar alcance al hombre-malo-rápido por si sola.

Aunque, ahora que se concentraba, ya no oía el característico sonido de las pisadas del ladrón. Seguramente se habría vuelto a parar y esconder en algún sitio. Bueno, no le costaría mucho rastrearle igual que la última vez.

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Run aún estaba agradeciendo su suerte por lograr dejar atras al perrazo cuando esta cambió de nuevo y se encontró de golpe y porrazo en un montón de desperdicios.

-¿Nunca te han dicho que hay que tener cuidado con los topos?

El criminal se levantó de inmediato, aferrando con fuerza su duramente obtenido (y en absoluto merecido) botín y mirando con odio al joven héroe.

- ¡¡Ningún maldito niñato presuntuoso va a capturarme de nuevo!! ¡¡No pienso volver a la carcel!! -

Run comenzo a correr con rapidez alrededor de la pila de basura, levantando por toda la bocacalle una nube de... bueno... eso


[Off-Topic]: Huelga decir que podeis controlar a placer las acciones del villano (o villanos, si considerais oportuno introducir alguno mas XD). Pongo de nuevo el link del tipo que el otro parece que no va.
http://dcanimated.wikia.com/wiki/Run

(FDI: Pues con tu permiso... creo que voy a meter a uno más en el saco XD)

Vale, acababa de cometer el primer error a la hora de enfrentarse con un velocista: dejarle tiempo de reacción. Apenas se dirigía a detenerle, el criminal decidió iniciar una maniobra de despiste y correr en torno a la basura para proyectar una nube de porquería que ocultase su pista. Nexus arrugó la nariz y se echó hacia atrás, sin poder evitar que le salpicasen perdigonazos de detritus en el jersey.

-¡Eh! ¡Que acababa de lavarlo!

Trató de intuir los movimientos de Run, pero para cuando la nube se despejó el villano ya estaba otra vez lejos, corriendo a la velocidad que le permitían sus poderes.

-Genial... Seguro que ésto daría ideas para otro episodio del Coyote y el Correcaminos -Nexus musitó antes de volver a la persecución con portales. Ya empezaba a tener migrañas de la carrerita que aquel desgraciado le estaba obligando a pegarse.

A unos cuantos kilómetros por hora de distancia, Run reía y miraba hacia atrás, confiando en su gran maniobra de fuga. Ya estaba pensando en la cara de idiota que se le habría quedado a aquel héroe de pacotilla tras su estúpido intento de capturarle...

No contaba con el inmenso sombrero de copa de dos metros y medio que le esperaba, tirado en la calle, justo enfrente de él. Run no tuvo tiempo de reaccionar antes de meterse de lleno en el sombrero y que éste se cerrase de golpe.

-¡Abracadabra! ¡El viejo truco de la chistera!

El sombrero se encogió hasta adoptar un tamaño normal, y de su interior emergió un tipo alto, delgado, con un peculiar tono verdoso en la piel y vestido a la manera de un mago de trucos de salón. Se repeinó la perilla y sonrió con malicia mientras pegaba la oreja a la boca del sombrero.

-¿Cómo dices, joven? ¡No puedo oírte si no hablas un poco más alto! ¡Uffff! Eso mejor no lo reproduzco. Vaya con la juventud de hoy en día, no tienen modales...

Sacudió el sombrero hasta que éste escupió un bulto grande y pesado: la bolsa del dinero. El prestidigitador sonrió con malicia y se lo echó al hombro.

-¡Y ahora, damas y caballeros, el mejor truco de manos jamás contemplado! ¡Ante todos ustedes, esta bolsa abarrotada de dólares desaparecerá ante sus ojos! ¡Ala-kazam!

Con un golpe de su varita, el mago conocido públicamente como Mumbo se convirtió en un puñado de confetti que explotó, aunque dejó el eco de su risa en la calzada. Y poco después, el mismo Mumbo saltaba por los pasillos, cargando alegremente con la bolsa del dinero.

(FDI: Y ya que estamos, información wikística sobre este tipo xD: http://dc.wikia.com/wiki/Mumbo_(Earth-Teen_Titans) )

(FDI: ¿Cómo? ¡¡¿Que la Convención de Villanos de Segunda es en Star City y yo no me había enterado?!! xDDD)

Si Artemis no hubiera sido tan... bueno, tan Artemis, hubiera dicho en voz alta lo enormemente adorable que le parecía Krypto. Enormemente entendido, en este caso, con el adecuado doble sentido; la planta del perro imponía a cualquiera. Sin embargo, cuando le dio el lametón a la mano de la chica, ella no pudo evitar que una sonrisa le suavizara los rasgos. Le retiró el transmisor con suavidad, procurando no tirar del pelo blanco del animal al desengancharlo. Salió sin demasiada dificultad.

- Listo - dijo, introduciendo el aparato en su cinturón de utilidades.

Krypto le ofrecía aún el lomo, y Artemis finalmente entendió. El animal era muy inteligente... e igualmente rápido. Su estrategia del transmisor aún podía funcionarle, pero... ¿acaso no tenía más probabilidad de atrapar a aquel tipo si aceptaba la ayuda del superperro?

- ¿Quieres que me suba? - preguntó Tigress, dejando traslucir en su tono la sorpresa que sentía.

Podría haber dudado durante más rato, pero era una heroína más bien práctica. Y, ¿para qué negarlo?, el pelaje de Krypto parecía de lo más suave. Artemis se subió al lomo del animal en un único y elástico gesto, y aprovechó para rascarle con suavidad detrás de las orejas.

El superperro había ladeado la cabeza, escuchando, y Tigress aguardó con paciencia. Sin embargo, tuvo la precaución colgarse la ballesta a la cintura y agarrarse con las dos manos al cuello del animal, por si éste arrancaba a correr tras una nueva pista. En cuanto tuviera un objetivo, pasaría a afianzarse con una mano y disparar con la otra.

Esperaba que su experiencia apuntando con el arco desde los brazos de un Wally a la velocidad del sonido fuera aplicable a la situación actual...