[Mini-Evento: Nueva era para la Mujer] El Rescate (Batman, Batwoman, Robin y Cassandra Sandsmark)

28 de Febrero - 29 de febrero, 2019
Mar Mediterraneo. Locacion desconocida.

Themyscira puede ser una isla demasiado misteriosa, con demasiados mitos, pero en relidad, era mas simple de lo que muchos decian. Una isla, con actividades de pesca, de agricultura y ganaderia que se mantiene con un sistema de produccion feudal similar a las polis griegas. Tenia una distribucion para su poblacion, su riqueza se mantenia generada y se quedaba en el mismo lugar. La estructura social era totalmente matriarcal, con la Reina como figura de suma autoridad. Debajo de esta, se encontraba la princesa (actualmente inexistente) y despues un consejo religioso, militar y administrativo de recursos. Themyscira no tenia una division de poderes, porque era una monarquia absolutista.

La Isla estaba en silencio. Casi todas las amazonas habian salido a la guerra, y las que se quedaron eran demasiado jovenes. La Guardia Real acompañaba a Diana, sin embargo, existia un pequeño grupo que vigilaba el Palacio como resguardo de todos los poderes de la Isla (Y del mundo que la morena estaba conquistando). En general, habia cierta sorpresa dentro de la poblacion civil ante la noticia de la guerra que se habia declarado al mundo. Tenian esperanzas de que con sus armas, y sus bestias mitologicas liberadas, podían avanzar en el conquista de un mundo hecho a semejanza de la mujer y de la mejor de todas, que para las amazonas es la Hija de la Reina.

El vuelo de Batman se acercaba, y el escudo magico con el que desaparecia de los mapas la Isla, se abrio un segundo. Batman pudo entrar con su avion y su tripulacion gracias a las palabras magicas que Cassandra y el conocian, una de las dos formas de abrir el escudo. La primera era con las palabras magicas que Diana les mencionaba a las personas de su confianza y la otra era tocar el charco magico de la habitación de la Reina, que servia como espejo del mundo. La ultima habia permitido, por casualidad, la entrada de Steve Trevor a la Isla, todos los demas entraron gracias a la ayuda de Diana.

Cassandra Sandsmark señalo el bosque desde la ventana. -Batman, ahi puedes aterrizar y nos podemos infiltrar desde el Coliseo para llegar al palacio lo mas rapido... No veo los cuarteles con las antorchas prendidas, deben estar toda la fuerza afuera...

Off:

El cielo nocturno de Themyscira no detectaba ninguna alteración. Los buhos y el resto de aves nocturnas seguian con sus cacerias en el bosque de la Isla. No habia movimiento, el templo estaba cerrado pues la emisaria de los dioses tenia que meditar y consultar cada uno de los augurios para la guerra que en Europa se estaba librando. La Isla, por primera vez en su historia, no tenia a su Reina en su palacio. Por primera vez, tras su huida del mundo de los hombres, habian vuelto a la guerra.

La ciudad estaba casi vacia, la poca guarnición que se quedo tenia ordenes de defender la Isla a cualquier costo, salvo un ataque inesperado que hiciese a las fuerzas volver a defender su hogar. Parecía que esta noche no seria necesario y el plan de la Reina Diana seria suficiente como para asegurar todos los flancos. No habría posibilidad de error.

El paso por las callejuelas de la ciudad hacia el coliseo fue discreto, ninguna de las escasas guardas de las calles habia avistado a los 4 extranjeros que invadian la Isla. Sin embargo, en el paso de una de las calles, una de las guardias se percato de los brazaletes brillantes de la aprendiz de la Reina. Creyendo ser una ilusión, no fue a investigar, manteniendose en su puesto, pero decidio trasladarse con su capitana para informar de lo que se percato. Bien no podria ser nada, pero le habia parecido improbable encontrase otras cosas que reflejaran a Selene que no sean los brazaletes de feminum plateado

Tomo su antorcha, su xifo y su doru (espada y lanza) para moverse de su puesto de guardia que era el tejado de una de las casas de las amazonas con una pequeña construccion de tipo torre, asemejando a una atalaya de madera.


-Capitana Agatha.
-¿Qué ocurre, vigilante?
-Me pareció ver algo en la calle de los deportes. Fue un resplandor, parecia que se movia.
-¿Qué te imaginaste?
-Parecia brillar, sospechaba hasta que fuesen brazaletes de feminum.

La capitana levanto su visera del casco y se froto la nariz, gesto muy propio de ella cuando se encontraba pensando. Miro a la vigilante y asintio.

-No debe ser nada. Pero haga un rondin por la calle y se detiene en el coliseo.

La vigilante acepto, y se fue corriendo por el camino que su capitana le indico.

- - - -

El coliseo es una estructura de varios metros de altura, con accesos para la plaza principal que se recortaban en arcos empedrados a un suelo lleno de arena donde habian peleas cada cierto tiempo. Los accesos superiores estaban dados para las espectadoras de la Isla que disfrutaban de los continuos combates que probaban la fama y el honor de algunas amazonas. La parte inferior, tenia al bestiario de criaturas que las amazonas usaban para combatir cuando no habia ninguna confrontacion entre ellas, pero estaba cerrado al publico y solo las guardianas del lugar sabian acceder a los controles para abrir las celdas. La estructura, pese a todo, no perdia ese aire de ser un edificio reciente, como si el anacronismo que presentaba se viese opacado ante la limpieza y pulcredad de su arquitectura y el cuidado que sobre la fachada se tenia para no dejar que la piedra se deteriorase.

Al llegar al coliseo, cerca del lugar, pudo ver cuatro siluetas caminando por el medio de la plaza. Y los mismos brillos que antes habia visto, reflejo de la luna menguante que asomaba. La amazona se sorprendio bastante y corrio tras de ellos, accionando una polea que empezo a girar y tiro las jaulas que permitian la entrada y salida de la plaza por tierra. El coliseo quedaba cerrado por su acceso, y los 4 estaban encerrados dentro. La amazona se llevo los dedos a los labios y solto un silbido que alerto a las demas guardias que corrieron tras ella. Estaban encerrados por tierra, y aunque podrian salir del escenario usando sus ganchos para llegar a las gradas, las amazonas empezaron a entrar al coliseo por todas sus salidas para bloquearlas.

-¡Intrusos!

Y las amazonas llegaron a las gradas. No tenian arcos, pero sus lanzas podian ser terriblemente dañinas si se incrustaban en la piel de cualquiera de los extranjeros de la isla. La cuestión era que... dada la oscuridad nocturna, no sabian especificamente quienes eran los extraños, ni sabian si estos tenian poderes divinos o no. Una de las amazonas les grito en un extraño ingles.

-¡DETENERSE! ¡Identificarse y!

Ante la falta de respuesta, la amazona bajo la mano en una señal y otras corrieron con una llave para abrir una de las jaulas del bestiario del coliseo. En Themyscira, las mujeres peleaban entre ellas por tres razones: Duelos de honor, resolucion de conflictos de derecho y entrenamientos amistosos. Dado que solo la primera se podia hacer en el coliseo con el permiso de la Reina, los deportes eran el enfrentamiento entre una amazona capacitada y alguna bestia (tanto mitologica como natural) que las mismas recibian de los dioses de vez en cuando.

Las amazonas empezaron a correr alrededor del anfiteatro por encima de las gradas y fueron prendiendo las antorchas con breas para iluminar el lugar. De una de las jaulas, una fea bestia salio casi cegada de la oscuridad de su celda a la luz de la luna y las antorchas. Un coloso ser de 2.70 m, con 3 cabezas, 3 pares de pies y de manos, con rasgos humanos... Unido por la cintura, portando cada uno un traje militar distinto. El primero portaba las grebas de los hoplitas y sus pecheras, el segundo portaba el casco y el pecho legionario de la antigua roma y el tercero solo llevaba una cota de malla, similar a los caballeros medievales. Las armas eran proporcionales para cada par de manos: Un hacha, un martillo de guerra y un espadon.

Frente a Batman se planto el Gerión.


-¡Batwoman! ¡Te cargare y volemos para llegar al palacio! -Era dificil tener que dejar a Batman y Robin contra la bestia, pero comparado a las "humanidades" que tenían las amazonas, esta bestia representaba mucho mas problema del que otras podian hacerlo- Habia leido como derrotar al Gerion. Tenias que confundir a sus tres cabezas y hacer que entre ellas mismas se hiriesen. ¡No son tan coordinados una vez que estan confundidos!

Cuando Batwoman acepto, Cassandra la cargo y salieron volando por encima de todos en dirección al palacio. Tenia que alcanzar cierta altura y desviarse para que las amazonas no les siguieran el paso por tierra y fuesen a cubrir el palacio.

- Jefe…- Una fuerte pisada remueve la arena del coliseo, las antorchas comienzan a encenderse, retrocedo unos pasos, lo mismo hace ella. - Sabes que si nos alcanza vamos a ser puré, y que tiene tres pares de piernas… ¿verdad? – - Si…- El gigante nos miró con tres pares de ojos que se estaban adaptando a la luz del lugar aún. ¿En qué terribles condiciones tenían las amazonas a estas criaturas mitológicas? - No tardará mucho en vernos, y seguramente descargue su frustración e impotencia sobre nosotros… - - Si, en forma de horribles golpes mortales… ¿Alguna idea? – Dio otro paso hacia nosotros, tenía que pensar en algo rápido, para cuando se adaptase a la luz y tuviera claridad, tendríamos que estar ejecutando un plan, o aprovechara nuestra confusión para matarnos. - ¿Qué hicieron en la mitología? – - Robarle su ganado a una criatura similar fue el décimo trabajo de Hércules…acabó matándolo con una flecha envenenada que atravesó sus tres corazones…- Resopla, enfoca su mirada hacia nosotros. - Ok, eso no lo podemos hacer… ¿Tomamos el consejo de Cassie? – Asentí suavemente a lo que me dijo, no quería perder de vista a la enorme criatura. - ¿Qué tanto puedes distraerlo? – - Cinco minutos máximo para que me alcance y me haga compota… ¿Qué tienes en mente? - - Abrirnos una salida…- El gigante tomó carrera súbitamente, sin ningún indicador físico previo, alcanzándonos en dos zancadas mientras corriamos a los lados para que no pudiese perseguir a ambos al mismo tiempo.

- ¡Eh! ¡Tres por uno! - Gritó Caroline, mientras un proyectil explosivo impactaba en uno de los cuellos de la criatura sin hacerle daño alguno, pero logrando que se diese la vuelta para dar caza a la diminuta pelirroja, mientras yo tomaba mi garra y disparaba hacia la malla del tercer torso, impulsándome hacia arriba y colgándome de una de las anillas. El hecho de que llevase esa clase de armadura corporal me daba amplio espacio para poder enganchar una de mis batgarras y luego trepar, y eso hice, no sin cierta dificultad por el movimiento constante, hasta que llegué al hombro de la horrible criatura. La unión de sus cinturas era una masa amorfa de carne, tres espaldas moviéndose al unísono, tres voces gruñendo molestas, ¿No podía o no le habían enseñado a hablar? Barbárico. Me acerqué al oído de la cabeza de las mallas con cuidado, esperando el momento justo.

- ο ήρωας έχει επιστρέψει για να βελτιώσουν τον εαυτό σας (El héroe ha vuelto a superarte) – Y disparé mi garra al peto de otro torso, desplazándome hasta allí para evitar la mano del torso medieval, lanzándome al suelo y planeando hasta tocarlo a unos metros del gigante, cuya parte medieval ahora buscaba al hombre en su hombro desesperadamente, provocando que el conjunto se tambalease y comenzara a girar con cada vez menor control, entre los quejidos de las otras dos cabezas, hasta que la mole se tropezó y cayó pesadamente sobre las gradas que daban a la costa, destruyéndolas por completo.

- Vamos…- Corrimos junto con Caroline para subirnos a la espalda del gigante antes de que las amazonas pudiesen reaccionar. Saltamos a la calle del deporte y comenzamos a desandar el camino que habíamos utilizado, seguidos muy de cerca por aquellas aguerridas mujeres. Llevé mis dedos a mi máscara, no tenía sentido mantener el silencio de radio.

- ¡Batwoman! ¡Nos abrimos una salida y estamos yendo a buscar el Batplane! ¡Tenemos diez minutos para evacuar antes de que la guarnición nos atrape! – Corté la comunicación y retome el paso junto con Caroline para dirigirnos al bosque. Esto había salido peor de lo que esperaba, pero aun podíamos lograrlo.


Las soldados miraban desde lejos el humo que comenzaba a subir desde la arena de combate. Aferraron sus lanzas, pero cuando estaban dispuestas a darse la vuelta y correr en dirección del conflicto, un shock eléctrico recorrió sus cuerpos durante unos pocos segundos, antes de que cayesen inconscientes al suelo. Tome una lanza y partí la punta, arrojándole a Cassandra la vara y partiéndome yo una propia. - Sigilo…hay que ser rápidas…- Comencé a trotar hacia el interior del palacio, pasando entre sus columnas hasta dar con una escalera en bajada, custodiada por dos mujeres. Aferré mejor mi vara, sería difícil reducirlas, no contaba con suficiente carga como para aturdir con mis guanteletes a cada guardia que me topase, tendría que combatir, pero…

…La rubia vuela a la carrera por mi lado, noqueando de un puñetazo a una de las guardias y golpeando la cabeza de la otra contra una pared, desmayándose la segunda luego de un grito de un instante. Me acerqué a ella. - Shhh…- Me llevé el índice a la altura donde habrían estado mis labios y bajamos por la escalera hacia el subsuelo del palacio. Me indicó que la siguiera y nos encaminamos hacia el ala este, discurriendo entre corredores vacios, desatendidos. Diana había movilizado tal cantidad de guerreras que ni siquiera este palacio retenía una dotación adecuada. Seguimos corriendo hasta que, al final de un corredor, dimos con las escaleras de piedra que bajaban hacia las mazmorras. Me agazapé detrás de una columna y Wondergirl lo hizo detrás de la otra. Dos guardias nos separaban de la reina, confiadas, podía verlo en lo relajados que estaban sus torneados cuerpos. No temían a nada, estando su reina en campaña militar, ¿Quién podría pensar en atacar Themyscira? Le asentí a Cassandra para que me permitiera iniciar, y me asomé desde mi escondite, haciendo dos rápidos golpes de muñeca para que mi guantelete dejara dos batarangs entre mis dedos, los cuales lancé con la izquierda hacia ella, clavándose en sus visores y dándonos el tiempo para lanzarnos al ataque, partiendo las varas en sus cabezas. Ella la derribó de un golpe, yo tuve que aprovechar la ventana de tiempo para aplicar una llave de la hoja que cae y abrazarla mientras la recostaba en el suelo. Despertaría en cuestión de una hora.

- Vamos…- Bajé presurosa por las escaleras, la rubia detrás mío, y cuando llegamos, me sorprendió que fuesen tan pocas las celdas, apenas diez para toda una isla, ¿Tan poco era el crimen aquí? - Despejado…- No recibía ningún sonido en los receptores auditivos de mi casco, asique avancé junto con ella hasta la última puerta de ese recinto, al fondo del corredor, siguiendo un sutil rastro de hilo de oro que había caído repentinamente de la que seguramente había sido la túnica de Hipolita. Puse las manos sobre la puerta, buscando una cerradura, pero cuando di con ella, me di cuenta de cuan robusta era, y de que no estaba la carcelera. Miré a Cassandra.

- Abrela…partiremos en cuanto salga la reina…- Me di la vuelta y me puse de pie en el corredor para cubrirla mientras trabajaba. Todo era silencio hasta que llegó el mensaje de Batman por el comunicador, lo escuché con atención y llevé mis dedos a mi casco. - Aquí Batwoman, estamos en la celda, en diez minutos en el techo, el palacio casi no tiene guardia, pero si corren desde la arena…serán diez minutos…- Corté la comunicación y dejé a la rubia continuar en silencio, planeando nuestro escape en caso de que no pudiésemos salir por el techo. - Cuando la rescates…iremos al techo…corran, las seguiré…las cuidaré…- Le dije, breve, volviendo a mirar al corredor de piedra. No va a ser sencillo, algo me lo dice.

La triple monstruosidad miro a la silueta encapotada del caballero negro y a la hormiga que era para su altura la justiciera de pelo rojizo. Una de las cabezas gruñio mientras la otra balbuceaba un griego demasiado acentuado, como llamandole a la colaboración. Pero la tercera cabeza, mas prudente, veia que la agitación de las antorchas y el haber salido de manera repentina no era una señal de tranquilidad, sino de lucha. Siendo los unicos rivales que se encontraba en la arena, Batman y Robin eran objetivos faciles para la bestia que no tardo en acoplarse a la iluminación nocturna. Siendo al principio torpe en sus movimientos, al poder enfocar bien a sus objetivos y sus distancias, se lanzo al ataque coordinando cada uno de sus musculos triples para poder aplastarles.

Sin embargo, fallo al estos huir de sus primeras pisadas, agresivas y torpes que levantaron la arena del lugar. Las amazonas abuchearon mientras disfrutaban el combate sorpresivo en el que habian conducido al invasor que atacaba seguramente en oposición a la nueva Reina. Y es que en tiempos de cambios politicos, salen a relucir los peligros que fuera de las polis acechan a la integridad de las mismas.

La niña, con un artilugio sacado de un futuro extraño (o un presente, dependiendo como lo mire el espectador) acerto un ataque directo a su cuello, explotando una especie de petardo que llamo su atención para dirigir toda su furia contra la petirroja sin sentir como el murcielago clavaba sus garras falsas en las anillas de uno de sus torsos. Los manotazos y el movimiento del pecho hacian mas dificil el tener que trepar para el caballero de la noche. La parte medieval, su tercera parte, se encargaba de buscar al enemigo que se habia colgado a su pecho dando manotazos y sacudidas torpes, mientras las otras cabezas se encargaban de la petirroja.

El problema llego cuando la confusión reino por encima de los cuerpos y uno tuvo que imponerse al otro. Al caer cerca del borde, su peso y su tamaño fueron suficientes como para abrir una ruptura entre las gradas y al igual que un plano inclinado, permitir la salida de Batman y Robin.

La confusión generada provoco que las amazonas se tuviesen que concentrar en atender el problema del Gerión antes que perseguir al invasor, sin embargo, dos corredoras de la fuerza militar de la Isla persiguieron a los forajidos que buscaban atacar a Su Majestad... Pero las guerreras, que a grandes zancadas avanzaban, pronto les alcanzarian y pararian sus planes machistas.




El silencio de las mazmorras era tan ajeno a la Reina como lo habia sido durante toda su vida el encarcelamiento y la esclavitud. Hubiese soportado cualquier tipo de traición, pero la de su hija le pesaba en el espiritu mas que cualquier golpe o carcel donde estuviese contenida. Por eso, Hipolita se encontraba tan ausente y trabada en sus problemas emocionales que no podia diferir de la realidad que ignoraban las celadoras de su captura, que en tiempos preteritos habrian dado la vida por ella.

El sonido de pasos se presenciaba en las mazmorras. No habia mas ruido que el del mar y el viento que soplaba a la lejania, en el mundo donde su hija se encontraba llevando una guerra impunemente y ella solo podia esperar un milagro de los dioses para poder remediarlo.

Un momento después, en el extremo opuesto de la celda donde estaban los barrotes, la Reina pudo ver dos siluetas que se reflejaban con las antorchas. Se quedo viendo, como si mirase una sombra o un arbol, mientras las heroinas encargadas de rescatarla trabajaban. Una de las siluetas se retiro, provocando la misma reacción en Hipolita que una hoja cayendo de un arbol en otoño.

El candado trono, causando un eco similar a golpear una cacerola de hierro con un palo de acero. El estrepitoso cierre de la reja cedio ante la fuerza de la rubia, la cual grito.

-¡Reina Hipolita, hace mucho que no me alegrababa tanto de ver a alguien! ¡Dejeme ayudarle! -Y unos fuertes brazos levantaron a la morena, que aturdida, solamente podia asentir. ¿Acaso era algun tipo de ironia de los dioses que la rescatase una de las aprendices de su hija traidora?

Mientras caminaba, acostumbrandose de nuevo al espacio fuera de la reja, sentia un peso enorme encima de su cuerpo, correspondiente a toda la duda y el enojo que solo una criatura libre podia sentir una vez que ha huido de su captura. Todo su reino se volvio en su contra cuando Diana tomo el poder, y aunque no hubiese tenido mas que rabia y furia contra su enemiga, le detenia ese impulso maternal unico que podia hacer perdonar a los hijos mas descarriados...

No por nada, Hipolita tenia 4000 años siendo una madre lo suficientemente decente como para saber que Diana aun tendria salvación.

-Muchas gracias... -Murmuro la derrocada reina, mientras subia los escalones a toda prisa con la torpeza de quien esta confundido y no sabe qué hacer, como si saliese de un shock.-


-¡Muevanse! ¡Lleven los caballos al palacio y al cuartel! ¡Tienen que buscar a todos esos invasores por el lugar, deben estar buscando algo de nuestra Isla y no los vamos a dejar llevar!

La capitana Agatha ajusto su carcaj a la espalda y espeto a su caballo a seguir después de detenerse frente a unas amazonas activas en las fuerzas armadas. No dejaría salir al enemigo, aunque eso le costase la vida...

Sabia que de hacerlo, le fallaria a los dioses y a su Reina. No sabia, de entre esas opciones, cual tenia la ira mas terrible y que podría hacer de su vida un infierno.

Subieron las escaleras hasta llegar al balcon del palacio, donde por una ventana salieron para llegar al tejado y caminar por la inclinación de la construcción a esperar el rescate. Cassandra Sandsmark era conocida por la Reina Hipolita, pero la mujer de negro con el simbolo del murcielago que habia visto en las cosas de Diana alguna vez. No tenia la claridad mental como para empezar a sospechar porque Cassandra venia acompañada, pero estaba bien para ella ser rescatada si eso le permitia recuperar la paz de su hija y la de su reino.

Miro el coliseo y las antorchas prendidas de las amazonas que se habian quedado en la Isla. Le sorprendia no ver la actividad de las centinelas, suponiendo que se fueron a donde Diana las haya conducido con todo el mando de su locura... ¿Por que habia hecho eso? Algo no estaba bien con su hija y le dolia sentirse en ese predicamento, entre el juicio de la traición que una reina tiene que conducir cuando una de sus subditas se revela contra ella o el de una madre que tiene que tratar de llevar a su unica familia en el mundo al bienestar...

El brazo de su "nieta" la rodeo por la cintura, alejando sus pensamientos funestos para otra ocasión y la elevo por los aires mientras llevaba consigo a la misteriosa mujer de negro que les indico donde estaba el avión del murcielago. Si algo habia en el mundo que no le gustaba a la Reina eran los aviones, pues les daban a todos los hombres la capacidad de estar en el cielo sin el permiso de los dioses, y cuando uno cayo en su Isla, su hija se fue a vivir aventuras.

Entro, saltando a la bodega de carga del avión y sacudio sus ropajes para ver al hombre murcielago. Lo recordaba, no solo de las cosas que habia en el cuarto de la princesa, sino de aquellas veces en las que habia ido junto con el hombre de la S en el pecho para entrenar a la jovencita de Krypton.

-Batman. -Menciono con un tono digno, que pese a ser hace unos minutos una prisionera, jamas podria evitar no demostrar ser La Reina en libertad. - No se que le paso a mi hija... Un dia llego por la noche a la Isla sin avisar, fue conmigo y me obligo a cederle mi corona para luego encerrarme en el calabozo. Me ataco y me secuestro con su lazo para obligarme a firmar mi abdicación, para despues convocar a los ejercitos de la Isla y a nuestras tropas misticas para una invasión a gran escala. Tiene a casi toda la población enlistada... -La reina se tomo un momento de silencio para despues proseguir- Tienen que hacer que Diana regrese a mis amazonas a su Isla a vivir en paz, no quiero que sean asesinadas... Y tienen que traerme a mi hija, solo una amazona puede juzgar a otra.

Hipolita miro las imagenes con una decepción que pocas personas podian sentir. Era un sentimiento de tanto abatimiento como cuando una madre se entera de que su unico hijo mato a otro muchacho y le sentenciaron 40 años de prisión. Era una fuerza -tan grande, tan llena de dolor- la que apretaba su pecho que solo quería quedarse sola y lamentarse ante sus dioses por todo lo que hizo mal con su hija. Se quedo en silencio escuchando las demandas de su hija, que hablaba ese mismo tono con el que a sus maestras de combate les pedia que fueran mas intensas, con el mismo ímpetu y orgullo con el que se plantaba ante los dioses del Olimpo, y con el mismo tono arrogante que ella le habia enseñado para mandar a sus criados cuando no hacian lo correcto...

Para la Reina, su hija era una consecuencia de una mala crianza, era una consecuencia de tanta libertad en un mundo tan peligroso lejos de su isla. Y le dolía porque habia roto la confianza en hacer del mundo un lugar mejor mas alla de lo que los hombres en su ignorancia hiciesen.

Las palabras de Batman eran insustanciales, nada le provocaban ni marcaban alguna diferencia. ¿Magia, maldad, rebeldía? Nada cambiaba el hecho de que su hija habia dañado el mundo usando a las amazonas para un proyecto que solo a los dioses le correspondian. Su primogénita, el fruto de su vientre con Zeus, estaba haciendo el mal y estaba usando a las amazonas para completar su orgullosa misión.

Cuando Carrie acabo, Hipolita se quedo en silencio otro momento. Era un silencio amargo, gris y de aura fatídica que jamas corresponderia a una Reina tan viva y tan llena de energías como la primera amazona. Trago saliva y paso su mano por su mejilla, limpiando unas lagrimas que corrian por su rostro para despues girarse. Le habia dolido mas la noticia del mal que habia provocado, vista en su más pura expresion en los noticieros e informes que salieron en la pantalla de Batman que el cautivero que su hija le habia provocado.

-Si... Si Diana se encuentra bajo un hechizo, la única forma de quitarlo es con un mago poderoso o con la intervención divina de los olímpicos. Quizás esto sea una obra de Circe... Pero la habíamos encerrado en el Tártaro hace muchos meses. -Hipolita suspira con un tono amargo- Para vencerla tienen que distraer a su ejercito y hacer que ella vaya a otro lado. Es demasiado orgullosa como para negar un desafío, y aun mas, para hacerlo sin su ejercito, lo cual la hace a ella mas peligrosa que toda su ejercito porque es muy volatil y sobretodo, es muy sensible emocionalmente. -Otro suspiro un poco mas largo se materializa en su boca, para dirigir su mirada a Batman- No creo que tus huesos humanos aguanten sus golpes ni mucho menos sus armas, pero seguramente tienes algo para enfrentarla mas alla del cuerpo a cuerpo.

La Reina miro a Carrie, doblandose un poco para acariciar su cabello.

-Diana, si sigue siendo un poco de lo que era, no podria golpear a una niña ni hacerla sentir mal... Intenta tu ser mas astuta y quitarle su lazo, si su lazo la amarra a ella pierde sus poderes. Pero no es tan facil, ni siquiera siendo tan rapido como Hermes. -Volvio a mirar a Batman- No lo pueden hacer solos... ¿Tienen algun tipo de apoyo en tierra? ¿Hay aliados suyos que puedan llegar a su mensaje? Dudo que puedan vencerla solos... Pero si la traen de vuelta aqui, yo puedo ayudarles a aplacarla. Tengo mi armadura original y con ella podria aguantar un combate contra mi hija y llevarla al templo de Hera a que la Diosa nos ayude a liberarla...