El Rey De Las Bestias(Libre)

Los animales Del Zoológico se estaban comportando raro últimamente,pero nadie lo noto,ni los veterinarios,ni los guardias nocturnos,ni visitantes.Hasta los animales mas pequeños estaban desafiantes o no seguían las ordenes de las personas.
El guardia nocturno había visto un gran cuervo volando entre las jaulas de los animales en las noches...algo que podía ser normal,sus compañeros se reían de el al decirle que debía dormir un poco mas que estaba imaginando cosas...
Pasaron 2 Semanas y empezaron a sospechar que andaba un morador nocturno,ya que encontraron garras marcadas en las paredes,algunas cerraduras estaban forzadas pero no rotas,sospechaban que podían ser mafiosos de el mercado negro ya que la venta de animales salvajes a lideres de las drogas producía mucho dinero,como se debía dieron aviso a la policía de la ciudad los cuales enviaron a 3 agentes a patrullar el zoológico en horario nocturno.
-Que Bodrio Esto no es así?mandarnos a cuidar animales?-comentaba el policía a cargo a los dos cadetes aparentemente recien integrados al cuerpo de policía.
-Baaa!mientras mi bolsillo reciba dinero no me importa cuidar de unos animales pulgosos!-
Los dos jóvenes reían...

Ya habían pasado casi tres horas de las 12 de la noche cuando un ruido despertó la atención de los agentes de policías que se acercaron al lugar donde provenía el ruido,alumbrando con sus linternas y con sus armas apuntando hacia aquel rincón...
De repente salto un pequeño gato negro desde los botes de basura
-Maldito Callejeroo!-grito el policía a cargo mientras intentaba patear al pequeño animal,el cual esquivo a los oficiales y empezó a correr hacia los arbustos...

-Oigan ustedes atrapenlo,no se escapara!debemos sacarlo de aquí!-ordeno el veterano.
Los jóvenes mirando el arbusto se acercaron con sus linternas tratando de ver al pequeño animal...lo que encontraron fue algo diferente.
Una Gran Serpiente negra Los miraba con sus ojos reflejando las luces de las linternas...
-Se...Señor!- Musito uno de los jóvenes con cara de espanto,mientras el otro no podia moverse del miedo...
-Que sucede?Les comió la lengua el gato?...Estos reclutas ya no vienen como antes!-comento el mayor mientras se acercaba
Quedo pasmado al ver ese gran reptil mirándolos desafiante...
--No se muevan!-ordeno mientras de fundaba su arma de nuevo posiblemente para matar a aquel animal.
Los reclutas mas jóvenes se alejan lentamente del animal mientras el mayor se acerca cautelosa mente apuntando al animal con su arma reglamentaria.
En el silencio de la noche,resonaron 2 disparos...
El Agente a cargo se volvía a los jóvenes con cara triunfante mientras volvía a guardar su arma...
Los Jóvenes tenían sus ojos abiertos como si hubieran visto un demonio
-Que sucede niños?era un animal rastrero merecía morir...!- decía mientras se volvía hacia atrás,al hacerlo quedo paralizado al ver una silueta humana sosteniendo una katana la cual se clavaba en su pecho,los agentes mas jóvenes empiezan a correr despavoridos pero su carrera fue detenida por una manada de animales,con sus ojos inyectados de rabia que les era transmitida por aquel ser con mascara...
El Silencio de la noche fue destruido con el sonido de la furia de las bestias mezclada con el grito de horror y dolor de las pobres victimas que Se encontraban allí...
Amanecía en la ciudad y en el zoológico se respira un nuevo aire.ya no había puertas cerradas,ni candados...Sentado en medio de lo que una vez fue una prisión para esas bestias estaba el hombre enmascarado...el nuevo rey de las bestias...

La policia de NY rodeo el zoo al enviar una patrulla tras otra a ver porque sus compañeros no respondían, y eran asesinados dentro.
El Alcalde intentaba conseguir ayuda ya que por lo que sabian aquel joven de mascara era un anomalo.

Hacía poco rato que había tirado el despertador por los suelos para que me dejara dormir, pero los insufribles golpes de mi hermana contra la puerta de mi apartamento eran insufribles. Renegué cubriéndome la cabeza con la almohada pero los gritos de la rubia eran peores que un taladro en la misma sien.

- ¡Vamos, Johnny! Hay trabajo que hacer. - Repetió una y otra vez.

- ¿¿Y porqué no van Ben y Reed?? - Me reincorporé en la cama para poder sentarme y mirar la hora. - ¡Pero si solo son las ocho de la mañana! - Murmuré mientras me acercaba para abrir la puerta.

- Reed y Ben están fuera por otra misión y yo he de quedarme en el laboratorio para darles apoyo desde aquí. Así que vístete y acercate al zoológico, parece que la policía tiene problemas allí, algo raro está sucediendo.

- Muchas gracias, hermanita. - Solté con un tono irónico viendo como Susan se marchaba del lugar.

Cerré la puerta al momento apoyándome en ella con la mirada perdida en el techo. Solté un leve suspiro, era hroa de trabajar. En pocos minutos ya estaba vestido, con mi taje especial. Abrí la nevera para sacar el zumo y llenar la taza más grande que tenía, no tardé en beberme todo el contenido, miré en el frutero agarrando un par de manzanas que no tardarían en ser devoradas. Salí de mi apartamento para dirigirme a la ascensor y bajar al garaje. Arranqué mi coche para dirigirme hacia... ¿El zoológico? Me pareció tan extraño que durante unos segundos dudé si había escuchado bien las palabras de mi hermana o no.

Todo el recinto del zoológico estaba rodeado de policía sin dejar paso a ningún civil, deje el coche lo más cerca que pude y busqué al sargento al mando para dirigirme a él con aires de confianza.

- ¿Y cuál es la situación, señor? - La cara de los policías al verme fue de total alegría, debían estar en una situación muy crítica para que tenga que asistir yo a la escena.

- Parece que los animales han logardo escapar y están completamente enfurecidos, hemos enviado varios grupos de agentes para inspeccionar pero ninguno ha vuelto. No sabemos qué está provocando que los animales actuen así.

- Está bien, voy a entrar. No quiero que nadie más entre hasta que yo no lo digo, ¿entendido? - Ordené a los agentes. Si allí había muerto gente la zona tenía que ser muy peligrosa.

Me acerqué hacia la entrada, sin activar mis poderes en un momento, como si me tratase de cualquier persona normal. Mis alrededores se mantenían en silencio,paseé por el camino principal, atento a cualquier ataque por sorpresa, pero no ocurrió nada.

- ¡Chicos, ha llegado el desayuno! - Revelé mi posición para provocar un ataque, necesitaba saber de qué se trataba.

El joven observaba en silencio camuflado al recién llegado, sabia que no era alguien normal, tal vez porque los animales dentro de el lo decían o tal vez por aquel ridículo traje que llevaba, pero aun así le dio una señal a su amigo el cual corrió hacia la cabina de sonido.
-Quien eres? y que quieres aquí en el dominio de las bestias? los humanos nos han humillado ya bastante, ahora es nuestro turno de conseguir el lugar que nos merecemos....-
La voz resonaba por todos las parlantes del Zoo.
Algunos leones se acercaban al recién llegado asechandolo, cuervos y demás aves se acomodaban en alrededor parándose en los cables eléctricos.
Algunos cadáveres con el traje reglamentario del departamento de policía estaban desparramados por el lugar.
-Acaso quieres morir como los demás humanos que llegaron aquí tratando de atacarnos?
La voz volvio a sonar mientras los leones rugían con rabia mirando al joven.
El animorfo seguía escondido en las sombras esperando la reacción del joven de traje ridículo.

En pocos segundos me sentí rodeado, unos lindos gatitos más grandes que yo y con una buena melena acabaron rodeándome. Si, leones. Sin ningún miedo les miré a los ojos, estaban a la defensiva, esperando la orde de alguien para atacar, multitud de aves rodearon el lugar dejando un ambiente totalmente siniestro. Entonces, una voz empezó a hablar.

- ¿Porqué no te dejas ver? ¿O tan cobarde eres que tienes que esconderte tras tus mascotas? Que por cierto, tampoco son tuyas. - Sabía que detrás de todo esto se escondía un humano, alguien con poderes para controlar a todas estas bestias, pero la ventaja que yo tenía es que todas esas criaturas no se acercarían a mí estando en llamas.

Extendí los brazos, uno para cada lado, preparado para actuar cual lanza llamas o enlaiarme si fuese necesario.

- Haz esto fácil y entrégate, no me apetece jugar al escondite.

-Nosotros no jugamos niño... Nuestra ley es absoluta y la ley del mas fuerte domina este lugar...-
Una pequeña cría de ardilla venia corriendo en dirección del joven mientras era perseguido por una manada de lobos rabiosos que lo seguían sin cesar, al ver al joven este pequeño animal actuó de la manera mas normal al correr por la pierna del joven recién llegado y subiéndose en su hombro mientras miraba con miedo a los lobos que detuvieron su paso al ver al joven parado.
La voz volvió a hablar.
-Ese debe morir, como vez hasta entre nosotros el mas débil debe morir si se opone a esta nueva ley...
El pequeño animal miraba al joven tratando de pedir ayuda de alguna manera, los lobos comenzaron a caminar cautelosamente hacia el joven que ahora tenia que defenderse de aquellos carnívoros.

Más bestias se acercaron hacia a mí con claras intenciones hostiles pero en ningún momento pensaba en hacerles ningún tipo de daño, eran animales salvajes que llevaban tiempo conviviendo con personas, entre rejas, pero rodeados de personas así que nadie podía juzgar a la naturaleza. Sabía que alguien estaba tras de eso, alguien que ya se había dirigido a mí a través de los sistmas de comunicación del zoológico, y a ese es a quién quería.

Di varios pasos atrás para colocarme de espaldas a un árbol, manteniéndome encarado a los lobos y leones que ahí se encontraban, la ardilla se agarró a la corteza del árbol y trepó para alejarse del peligro. Observé la situación, atento a cualquier ataque, esperando provocar a mi verdadero objetivo para que diese la cara. Pero algo no fue bien. Una granada, desconocida para mí, cayó en las inmediaciones obligándome a cubrirme. Varios tiros se escucharon después y los quejidos de los caninos siendo abatidos.

- ¡NO! - Grité sin poder hacer nada, aún aturdido. Me reincorporé para ver de quién se trataba y observé como se dirigía a mí un soldado al que no había visto antes, pero parecía que él me conocía... - Eso me pregunto yo, ¿Porqué coño les has matado? Ellos no son el objetivo. - Un rugido a mis espaldas em adviertó del próximo ataque, los dos leones se abalanzaron hacia a mí.

- ¡LLAMAS A MÍ! - Tiempo me dio a activar mi poder y enlairarme varios metros haciendo que las zarpas de los felinos rasgaran el aire.