Recreando lazos con viejas amistades |Privado Matt Murdock - Natasha Romanova|

Tiene un nuevo mensaje en su contestadora:


Fin del mensaje.

El manto nocturno cubría la ciudad de New York, aunque esta estuviese igual de activa que por las tardes: con un trafico endemoniada mente  saturado, hombres empapados en sudor debido a la "extenuante" actividad cuyo olor se mezclaba con el estrés y las lagrimas saladas de una mujer que peleaba con su pareja; eso era todo lo que el era capaz de captar gracias a sus sentidos mejorados los cuales obtuvo por un accidente con químicos radioactivos, pero no era todo lo que captaba, también podía detectar un latido frenético y fuerte, signo de un corazón enfermo pero que también advertía algo....

-Devuelve... ese.... ¡Dinero!- gritó el hombre de leotardo escarlata y mascara con cuernos al momento que con una maniobra de su mano izquierda, lanzaba su bastón directamente en la nuca del obeso hombre que corría como loco, haciéndole caer al frente mientras el  héroe caía frente a el agachado con su "mirada" en el cuerpo caído. Una sonrisa socarrona y ladina adornaba su rostro semi cubierto al escuchar los pasos del supuesto dueño el cuál agitado pero agradecido tomaba del boletín donde se encontraba la causa de aquella intervención, después de un jadeante "Gracias" sacó su celular para marcar a la policía aprovechando que el ladrón estaba inconsciente; pero Daredevil no tenía tiempo que perder, tenía una "cita" en los muelles, al menos que su acompañante decidiese no ir y dejarle plantado.... igual, no le culparía, pocas eran las veces que se el se atrevía a llamarle y solo solía hacerlo cuando realmente necesitaba de una compañía de acción.

El trayecto a dicha zona fueron treinta minutos, de los cuales diez fueron para detener un secuestro, cinco para darles una paliza a un grupo de vándalos y dos para evitar que un niño fuese arrollado, la noche era extrañamente muy agitada, no se quejaba, estaba acostumbrado a tales sucesos, ademas que era un perfecto ejercicio y servia para relajarse. Ahora se encontraba justo en la parte superior de una de las bodegas que daba frente al muelle, el sonido del agua chocando con suavidad contra la pared de concreto que evitaba su invasión le relajaba, la cálida brisa del mar causaba un leve cosquilleo en su sensible piel, abrió levemente la boca para saborear la misma y dejando que la lengua jugueteara con aquel sabor salado pero esto no era suficiente como para distraerlo, tenia una misión la cuál pensaba cumplir en exactamente quince minutos; el viento que ahora chocaba con fiereza contra su nuca le tentó a quitarse la mascara para que su cabello se removiese a placer, múltiples olores de la ciudad invadieron sus fosas nasales, las facciones antes serias, tensas comenzaron a relajarse, la sonrisa ladina hizo su aparición mostrando sus blanquecinos dientes y aquel latido acarició con dulzura sus oídos, jamás lo había dicho en voz alta, pero escuchar el palpitar de Natasha era uno de sus sonidos favoritos en el mundo -Creí que me dejarías toda la acción Romanova, ¿como te ha ido?- habló tranquilo pero con un ronco tono ante la irritación de la brisa marina, deseó girarse mas no tenía caso, de cualquier manera era ciego y su eco localizador le permitía divisar la delgada y fina figura de la viuda negra.

Apretó los labios en un intento de evitar soltar una leve carcajada ante la respuesta hosca de la ex espía soviética, sin duda alguna mantenía su espíritu rebelde, aquel que de alguna manera le encantaba -¿Que puedo decir Natasha?- posó su mano izquierda entre el cuello y el hombro dándose un leve masaje debido a una leve tensión en la zona -Simplemente no se me da decir un simple "Buenas noches Natasha, ¿lista para patearles el trasero a esos bastardos?", no se creo que exageraría- respondió siguiéndole la jugarreta que extrañamente se había iniciado entre ambos; su aguda audición le indicó que Natasha se encaminaba hacia el, su radar le daba detalles de como escabullía sus brazos a sus costados y su sensible piel (a pesar del leotardo) captaba el calor de las manos posadas en el vientre, con una sonrisa algo melancólica al recordar esos viejos pero agradables momentos donde ambos vivían en San Fransisco, pero, para el no valía la pena recordar viejos amoríos, ambos tenían una gran amistad algo que sin duda le agradaba, pero había veces que la tentación.... no, sin duda alguna debia parar.

Divertido, escuchó la breve explicación de lo que había pasado esos últimos años (muy breve la explicación) -¡Guau!, por favor recuerda me invitarte un buen café después de terminar con esto- queriendo informarle que le mantendría "secuestrada" hasta que ambos se pusieran al día; si bien su vida había sido un completo desastre, un demonio entró en el y si no hubiera sido por Elektra el.... hubiera exterminado a todos, si, un desastre total, después desapareció de Hell´s Kitchen dejando a Black Panter de encargado para el re ordenar sus ideas; por un corto lapso dejo de prestar atención a la mujer que le acompañaba, no fue hasta que sintió las suaves manos femeninas en sus mejillas que dejó de recordar el pasado, logró captar como sus labios hacían una sonrisa, a lo cuál el le correspondió -Me alegra que estés bien, pelirroja- le susurró amable y jovial.

Cuando mencionó aquello de "Dimensión" logró confundirlo por un momento, se había olvidado que ciertos universos y demás se habían unido, incluso olvido que día con día se quejaba sobre esto debido a los ruidos olores y demás que ahora abrumaban su zona donde ejercía la justicia -Me había olvidado de esto...- admitió con una expresión avergonzada -Bueno, realmente no se que es lo que has vivido con...- aprovechó que las manos de Natasha ya no se encontraban en su rostro para hacer un ademan con las manos indicando las famosas comillas  -Mi otro yo, pero te aseguro que pronto te contaré un poco de lo que he vivido- por dentro deseo cambiar de tema, no era el momento para recordar toda una vida prácticamente pero, como si ella le leyese la mente habló sobre el asunto primordial por el cuál se habían reunido aquella noche en los muelles, donde el aire corre libre y la brisa marina no hace mas que invadir su nariz en repetidas ocasiones -Y tienes toda la razón Romanova- se encaminó a la orilla del techo descuidado para recargar su pierna derecha y reposar su ante brazo en el mismo -Según escuché por ahí están haciendo negocios con un hombre, no se su nombre pero el botín... giró su rostro a donde su radar le indicaba que estaba Natasha, su expresión se volvió dura.... tensa -Parece que están traficando con toxinas, ignoro por completo que tipo de toxinas son, pero tal parece que estas así como llegan se van por ello debemos estar atentos...- el sonido de una lancha mediana le hizo detenerse para estar en completo silencio, parece que los compradores estaban llegando, solo faltaba el vendedor y la golpiza que recibirán de parte de aquel dúo.

Su atención se desvió en dos partes, una, era el bote donde los agentes de Hydra se acercaban a una velocidad normal al muelle y la otra parte estaba en Natasha, la cuál le explicaba que no divisaba las tóxinas, pero el si las notaba, a pesar de estar cubiertas y de estar selladas en un barril de acero extrañamente liviano como para no hundirlos, percibía la radiactividad, la olía y quemaba incluso un par de veces masajeó el puente de su nariz queriendo calmar levemente el ardor que le provocaba -Tal vez no las veas, pero a mi ya me están quemando las fosas nasales- murmuró ronco, mencionó que eran cinco en total, de igual manera le pareció extraño, bueno, o eran unos idiotas confiados (cosa que aun no descartaba) o ya llevaban cierto tiempo haciendo aquello -yo llegué hace un par de semanas a New York, no me sorprende que ya tengan unos cuantos años pasando la mercancía, al menos eso explica porque son tan pocos- comentó en voz alta para que ella de igual manera no descartara esa posibilidad.

Hubo un poco de silencio, el cuál el no quiso romper, a pesar de que no fuesen de la misma dimensión había algo que jamás cambiaba, la viuda negra jamás, jamás se le distrae cuando esta haciendo un plan, fue algo que aprendió por las malas cuando vivieron en san francisco; cruzó los brazos volteando su cabeza a donde percibía la silueta de ella una vez que escuchó la palabra "tiro", sus expresiones se tensaron denotando su incipiente molestia, escuchó pero su molestia no bajaba, no sabia si ella ya conocía sus reglas de trabajo: "Nada, absolutamente nada, de muertes", ella sonrió y eso aumentó su enojo, explicó calmada que las balas eran inofensivas y el, le creyó siempre le cree. Sintió su beso en la mejilla y como la experta agente que es bajó con elegancia y cautela, eso no era necesario de ver para saber lo silenciosa que podría llegar a ser, bajó igual habiéndose tras lo que parecía ser unos bloques de lámina gruesa, esos especiales para transportar cosas grandes en barcos grandes; con su sentido del radar logró ubicar cuando estos llegaban al muelle, sus pisadas crugian sobre la ya vieja pero resistente madera debido al peso propio conjugado con el de aquella toxina, como pudo se oculto tras una sombra agazapado, no recordaba exactamente lo que le había dicho Natasha sobre una linea, tal vez estaba algo molesto por pretender que ella mataría a alguien, tomó su bastón con habilidad preparándose para lo que a contunuación se avecinaba, solo necesitaban esperar al comprador, solo a el....

Incluso en un momento tan tenso Daredevil no desperdició la oportunidad para reírse un rato de la suerte de la viuda negra, si bien cuando se habían acomodado en posiciones estratégicas en espera de aquel hombre que se suponía iría a comprar esas toxinas y la niebla que tanto caracterizaba al muelle comenzaba a surgir con vehemencia, su vista estaba muerta, pero el olfato y la piel sensible le indicaban que cubría completamente el panorama, o al menos para Natasha, era extraño como cuando hacían una reunión como esas algo terminaba por salirles mal, pero no les importaba, al contrario, hacia la experiencia y la reunión lo mas interesante que se les podría ocurrir en vez de ir a un simple café a "hablar del clima"; no lo podían negar esa pequeña nube gris de mala suerte que en veces les hacia recurrir a un nuevo plan siempre les causaba gran risa (mas a ella si esto le afectaba a el), por primera vez desde que detecto al grupo de agentes sonrió de manera pícara, se apegó mas al gran contenedor y se susurro un muy por debajo ¿Ahora que juguetes traerás para librarte de esta Pelirroja? giró su cabeza a donde su sentido del radar le indicaba que se encontraba escondida, muy de repente algo capto su atención, la madera crujía con mas fuerza y rechinaban aquellas tablas que amenazaban con romperse si no se tenía un cuidado, no le sorprendería, después de todo aquella zona era la menos transitada, el aire pasaba entre este y cuatro hombres mas haciendo que las gabardinas se golpeasen muy levemente pero lo suficientemente audible como advertirle que tipo de vestimenta traían, era algo extraño, no se lo había dicho a Natasha pero las pisadas de aquellos hombres resultaban ser mas pesadas que la de alguien de su tamaño, y tampoco eran muy "gordos" como para hacer pisadas de esa fuerza, sin embargo no descartó la idea que aquel liquido extraño que causaba molestia en su nariz tuviese esos efectos, por los que se agazapó por un momento en espera de la señal de la ex espía soviética, aunque por un momento se tensó por completo al percibir como un tipo se posicionaba tras de ella, se alzó levemente ya que esas balas de "piedad" como ella les llamaba no servirían de nada si se veía en riesgo, pero ella le calmó de inmediato al decirle que iría por otra parte, no contestó, simplemente porque no tendría caso, por lo tanto optó por subir a los contenedores, eran altos, lo suficiente como para que no lo pillasen.

Una vez arriba agradecía que la niebla se elevase tan temprano, ya que lograba que su silueta fuese difusa, incluso invisible para un ojo humano común, un suave chapoteo, frágil y con intención de ser silencioso le indicaba que Natasha había optado por la vía acuática, así como ella, se movió sigiloso entre los diferentes contenedores, lograba tener un excelente panorama de como era el área de encuentro, lo suficientemente espaciosa como para pelear sin problema alguno, pero algo no pillaba bien en todo aquello, unos disparos le alertaron y por dentro gruño ante aquella promesa rota por parte de Nat, sin embargo algo le decía que no lo hubiese hecho si no fuese necesario, se recargó en una rodilla y giró su cabeza para que el oído quedase directo donde ocurria aquellos disparos, un fuerte grito de su compañera le advirtió lo que les amenazaban; ¡Robots!, le era imposible, había escuchado sus latidos ¡Sus latidos carajo!.

Con suma rapidez y agilidad fue acercándose donde aquellas.... cosas tenían bajo fuego a Natasha, la cuál de seguro se resguardaba de estas esperando a que le ayudase, claro, jamás la decepcionaría. Tomó de su bastón el cuál separó por dos piezas únicamente unidas por un fino pero muy resistente hilo negro, hizo los cálculos rápidos y necesarios para lanzarlo en el robot que estaba al frente de los demás atacando aquel viejo bote, una vez hecho esto dio un par de tirones asegurándose que quedase bien prensado del cuello mecanizado, lo cuál llamo la atención de este girando su cabeza a donde se encontraba pero mucho antes que le disparase a el, Daredevil dio un salto al muelle y haciendo uso de su fuerza comenzó a girar para que con el impulso aquel robot igualmente girara golpeando a los cuatro cercanos, no los detendría, pero sería suficiente como para que Romanova salga de aquel escondite, mientras tanto su oido le indicaba un pulso rápido, acelerado por el miedo eso le aseguraba que el comprador SI era un hombre y no mitad maquina como aquellos

Off.:

"Temerario" esa sola palabra que se ha ganado a pulso, no solo porque asi se auto denominó el cuando lo policías preguntaban por su nombre, si no porque sus palabras y acciones le hacían ganarse a pulso ese adjetivo, esa misma noche lo demostraba; con tan solo su fuerza muscular mantenía girando a un cyborg que superaba de cierta manera su resistencia evitando que los otros se le acercaran o le atinasen algún tiro, algo que no duraría mucho porque incluso el llegaba a cansarse en pocos minutos, con la neblina muy espesa y la brisa marina que se metía ente su laringe, lastimando la levemente, soltó de aquella victima la cuál fue a parar al agua con todo y bastón. Con el ceño fruncido y algo ronco soltó un fuerte -Oh demonios-, para después recibir una bala en el brazo derecho, un grito ahogado fue su respuesta y corrió entre los contenedores para resguardarse de aquellas máquinas, eran demasiadas, si, solo quedaban cuatro de los cinco, los cuales no se mostraban muy felices.

Su concentración fue directo a Natalia, la cuál con gran agilidad se dirigía al comprador, eso suponía despreocuparse un porque de aquella mujer, no es que no deseara cuidarla, pero el momento no le era muy grato por ahora, aquellas maquinas se acercaban con pasos fuertes sobre la débil madera del lugar asi que pensó, ¿que podría hacer para hacerlos caer?, y otro disparo le hizo salir de su lugar Torpe se maldijo cubriendo la herida con una mano mientras esquivaba los disparos que aturdían su oído y olfato; con esfuerzo logró ubicarse sobre un contenedor mientras su radas le daba una imagen algo clara del asunto los cuatro seguían juntos -como un jodido rebaño- gruñó recostándose sigiloso, la herida del brazo le ardía, pero la bala por suerte le había rozado lo suficiente como causarle aquella molestia y un sangrado constantemente.

Su mente trabajaba en una rápida acción, y la viable... no era de su completo agrado; asomó la cabeza lentamente, a pesar de poder notarlos con el radar esta era una costumbre que jamás se quitaría, soltó un suspiro y saltó al cyborg mas cercano, como era de esperarse las balas volvieron a aparecer con intenciones de acribillarle mas no contaban conque el saltaría de cabeza en cabeza hasta posicionarse tras el ultimo y cubrirse de aquel ataque, dando como resultado, uno menos, su mano pasó por un costado tomando el arma algo nervioso, no estaba acostumbrado a usarlas y cada vez que tenia que usar una sus nervios le traicionaban algo que controló al momento, apretó del gatillo y disparó en la frágil madera haciendo un circulo al rededor de los tres restantes le hubiese sido grato que cayesen, pero no, tuvo que lanzar al cyborg que aún mantenía frente a el para que la madera cediese y abriera un gran agujero mientras las aguas marinas devoraban a los agentes,  no fue si no hasta que se sentó que notó que una bala se había enterrado en su pierna y otra rozó nuevamente el brazo herido, algo que maldijo. Jadeante ante el estrés y la agotada escena captó levemente a Natalia, su perfume aún lograba captarlo y no fue si no hasta que la palabra "Sobreviviré" le alertó, con esfuerzo se levanto, arrastrando la pierna izquierda fue hasta donde el pulso algo acelerado de la ex espía soviética le indicaba -Dios, ¿un maldito aparato de electro toques?-  preguntó sentándose a su lado, volteó el rostro escuchando perfectamente los pasos del acelerado hombre que huía de un mal por ahora imaginario -Creo que estamos perdiendo el toque, pelirroja- jadeo haciendo presión en la pierna, se sentía cansado, ciertamente avergonzado y humillado, un simple encuentro le había dejado asi, ¿como pasaba eso?, muchas veces se había enfrentado a Hydra, nunca imaginó que ellos usarán... esas cosas, y nunca imagino que terminaría tan mal... ¿o si?, después de todo, llevaba varios meses sin algo de acción, sus músculos se habían acostumbrado a la vida "floja".