Ni puta idea [Rocket the Racoon]

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Terranos.

No, en serio, no me los puedo tomar en serio ni aunque quiera. Es decir, tan sólo se tiene que fijar uno en la pequeña "Tortita" que tenía delante. Tan sólo en eso. ¿Cómo una raza que se cree con inteligencia suficiente como para tomar el control de un planeta se comporta... así? He visto seres espaciales con... bueno, da igual. Mejor no pensar en eso y seguirle el juego.

- Simio o mono, te quedaste con el cerebro por lo que veo. Y para ti te parecerá normal ver a un animal desnudo por la calle, pero para mí no lo es, además que no puedo ver como iguales a los animales que aquí llamáis mapaches: es como ver una cadena evolutiva atrasada y decir "menos mal que yo no soy así". Y para que lo sepas, llevo éste traje por dos razones: la primera porque me da cierta protección y la segunda, porque si fuera sin traje iría desnudo, por mucho que digas lo del pelaje.

Y no dejaba de eructar... madre mía....

- Eh. Vale que sea un quiero y no puedo pero... ¿sabes? Da igual: yo mismo me meto con él, no sé por qué debería salir ahora en su defensa - dije medio riéndome y volviendo a tomar de esa bebida hasta que me la terminé del todo.
Y resulta que esa bebida llevaba gas, y era lo que me estaba produciendo todos los eructos. Fíjate tú, qué cosas. Miré la lata y leí lo que contenía.... Madre mía, creo que he tomado cosas que podían matarte si bebías más de dos sorbos pero lo que llevaba eso y viendo a tanta gente con una en la mano no sé cómo no se ha extinguido la humanidad.

- ¡EH! - por ahí si que no pasaba y antes de decir algo más había soltado la lata y había sacado una de mis pistolas láser para ponerla en la nariz de la niña con mi cara muy, pero que muy cerca. - Ni se te ocurra volver a decir que soy la mascota... - esperé unos cuantos segundos para que lo entendiera perfectamente y luego volví a poner el arma en su sitio. - Por lo general al llegar a un planeta desconocido solemos evaluar la cantidad de oxígeno que contiene, si es habitable y todas esas cosas, pero Terra es como muchos otros planetas donde hemos estado y que contenían oxígeno, así que no te creas que tu planeta es la gran cosa, porque es de lo más ordinario. - La miré con la cabeza ligeramente levantada, aun molesto por lo que había dicho de que yo era la mascota. Pffffff...

Me levanté y me fui dando patadas a lo que encontraba por el camino hasta donde estaba la barra. Me subí a uno de los taburetes y llamé la atención del tío que había detrás.

- Cóbrame lo mío y lo de esa criaja - Pagué lo que me dijo y bajé de nuevo del taburete, volviendo hacia la niña, de pie y mirándomela frunciendo el ceño.

Si, aun seguía bastante molesto.

¿Que si me había enfadado? Oh no. Para nada: si me hubiese enfadado el local habría saltado por los aires en cuestión de segundos. Lo que tenía encima no era cabreo, sino molestia. Estaba molesto por lo que había dicho sobre si yo era la mascota, sí. Me molestaba enormemente que me tomaran por un bicho sin más, por la mascota de los Guardianes de la Galaxia. ¿Es que en ninguna parte existe el respeto hacia las demás razas que no tengan aspecto humanoide?

- Grrrrrr - si, gruñí. Gruñí como primera respuesta. Iba a mirar para otra parte pero entonces recordé lo que me dijo: que si parecía un crío de cinco años. Si hubiera girado la cabeza, evitando mirarla seguramente sí que habría parecido una criatura a sus ojos... así que no aparté la mirada.... - Si quieres que sea sincero contigo vale, te lo diré: mi problema es con los humanoides. Y con las personas. Tuve un encontronazo en mi vida hace ya muchos años que me marcó para siempre. Así de simple sin entrar en detalles. He aprendido que es mejor tener un arma en la mano y disparar antes de que nadie decida a usarte como si fueras basura desechable. - Esa vez si que giré la cabeza, mirando a otra parte, porque no quería recordar ciertas cosas de mi pasado... Aunque siempre las tenía en frente.

Dejé que pasaran unos cuantos segundos, casi un minuto en silencio sin decir nada de nada. Entonces volví la mirada a la niña y me sacudí, para quitarme de encima todo el mal estar.

- Allí arriba, fuera de ésta planeta, las cosas pueden ser tan desagradables como uno no puede imaginarlo. Yo lo aprendí de la peor de las maneras y supongo que siempre he ido así para evitar que vuelvan a pegármela. No es algo personal contra los de tu raza ni con éste planeta. Es mi forma de ser. Es como soy y ya está. Así de fácil. Y no voy a dejar de ser así, porque gracias a que soy así he podido sobrevivir hasta el momento... Ser uno de los Guardianes de la Galaxia es algo que, y no se lo digas a nadie, me hincha de orgullo. Puede que para ti no eso no tenga nada que ver con lo que te he dicho antes, pero está completamente ligado. ¡AAAAAAAAAAAAARG! Se me va la lengua y ya no sé ni lo que digo. Arrg. Da igual. No he dicho nada.

Otra vez enfurruñado. Pero al menos ésta vez sentado. ¿Por qué me ponía así? Si no tenía motivos ahora.

No buscaba que me alabara, que me diera ánimos ni mucho menos que me comprendiese. Como ya había dicho hacía lo que hacía porque es lo que quiero hacer. Estoy con Starlord porque quiero estar con él, con los demás. Seguir los valores que hemos seguido siempre hasta ahora sin preocuparnos de lo que digan los demás (al menos yo). Ser lo que quiero ser porque sé que es lo que quiero. No necesito que nadie me diga que lo estoy haciendo bien, que mi forma de pensar es la correcta. Que me de una palmada en la espalda de vez en cuando para darme ánimos. Después de tanto tiempo, si me quedaran dudas sería para marcharme y no volver nunca.

Y aún así, lo que dijo la pequeña Tortita me animó.

Decía que me comprendía y lo demostró cuando dijo todo aquello. Cierto, el mundo o en todo caso el universo no es cruel porque sea así, sino por quienes lo habitan. Las cosas son como son y ahí está la elección que todos debemos hacernos: aceptarlo o cambiarlo. Entendía lo que había dicho y yo entendía lo que me estaba diciendo... hasta que me cogió la zarpa y me la "anudó" con su dedo meñique. No entendía qué estaba haciendo ni por qué, y mucho menos por qué dejé que siguiera. Luego entendí que era una forma de jurar, de hacer una promesa de... meñique. A mí me pareció de lo más raro pero, si así le parecía que se sentiría más atada a dicha promesa...

- No tienes por qué ocultarlo. No es un secreto ni algo que tenga que ocultarlo... pero si igualmente quieres seguir con eso bueno, gracias... supongo. - No estaba acostumbrado a la forma de hacer de los terranos, y creo que me delataba yo mismo con eso. Me encontraba sin saber qué decir o hacer. Pero bueno, no era como si se me cayera el mundo encima ni nada por el estilo. - En agradecimiento te he pagado la bebida esa de las burbujitas que te estabas bebiendo... Oye, no sé tu pero éste lugar se me está quedando pequeño y no quiero gastarme más dinero con esas máquinas. ¿Quieres que te lleve a algún sitio? Y de paso me cuentas cómo es que una renacuaja como tú, a tu edad piensa y habla de esa forma. Que yo sepa los niños terranos a tu edad hablan de juguetes mientras rompen los que ya tenían y se pelan las rodillas.

- ¿Deportes dices?........................................ Ah, allí hay uno de esos puestos de tacos. No dejo de verlos y aun no he probado ninguno. Te invito a uno. - Tendría que ser una anguila, intentando esquivar la conversación sobre deportes que conozco en la galaxia. Si llegara a decirle a lo que se juega más allá de la atmósfera terrana seguro que se pone a llorar del horror. Mentes terranas, que no están preparadas... Quill es una excepción: él es mitad Spartoi.

- Con un traje espacial y oxígeno suficiente podrías patinar donde te diera la gana, desde un cráter hasta por las montañas rocosas de un planeta árido... Dos de esos... Si... A mí ponme mucho de eso... y de ésto también... Ella dirá lo que quiere... Vale, esperamos. Como te iba diciendo, en el espacio mientras tengas un buen traje, propulsores y oxígeno suficiente puedes hacer lo que se quieras. Y hablando de buenos trajes: el que llevo puesto ahora mismo, del que has hecho burlas antes, es de lo mejor que hay para salir al espacio... Bien, aquí tiene el pago.... Gracias... - Le di el taco que se había pedido Tortita y le di un mordisco al miiiiIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

... Lo siguiente que recuerdo es tener la lengua en llamas. No sé cuándo tiré el taco al suelo, ni cuándo lo desintegré de un disparo ni cuándo hice lo mismo con el puesto de tacos... el caso es que me picaba UUUUUUUUUN montón la lengua. ¿Qué demonios me habían puesto en la comida?

Lo otro que recuerdo es estar en un callejón alejado del puesto de tacos pulverizado con Tortita cogida del brazo y pensando que si se llegaba a enterar Quill me caería una buena bronca. No tenía los ánimos para muchas broncas.

- Como iba diciendo - mejor olvidar lo que pasó - que no tengas juguetes no es un motivo bastante lógico para que tengas una forma de pensar tan adulta. Tan madura. Casi parece como si no fueras una niña pequeña. - Me la quedé mirando con los brazos cruzados. - A mí puedes decírmelo. No se lo diré a nadie - bromeé.

Mierda. Mierda, mierda, mierda y más mierda. La niña tenía razón, y lo peor era que la tenía en todo lo que había dicho. Cierto: acababa de volarle el negocio a un tipo que seguramente lo estaba usando para ayudar a su familia. Fuera de las incongruencias que no entendía sobre inmigrantes de México (acabo de llegar a Terra. No sé nada de su población y su distribución geográfica ni de sus situaciones... y poco me interesa saberlo), entendí lo de su familia y que lo había dejado en la ruina. Eso me hizo sentir mal... Cierto: cada vez tenía ataques de ira más a menudo, desatados por cualquier cosa que se saliera de lo normal. No me reconocía ni a mí mismo. Jamás me había visto tan tenso. Incluso hablando con una niña que no me llega a la cabeza estoy tenso. ¿Pero por qué? Ni yo lo sabía. Tal vez sería hora de visitar a una de esas figuras terranas que tanta fama tienen: los psicólogos... ¿O tal vez no hacía falta? Tal vez sólo era pasajera...

Mientras ponía mi cara de molesto, que era la misma que ponía antes de sacar mi pistola y apretar el gatillo para volar la cara que tenía en frente, la niña me puso en mi boca algo que casi me hace saltar hacia atrás. En serio, estaba muy pero que muy tenso. Pero al menos no era como lo que me puse antes a la boca y no me estalló en la lengua ni me quemó la garganta. Estaba bastante bueno a decir verdad, así que lo saboreé en silencio, mientras Tortita se comía su parte.
Callados. Los dos callados y sin decir ni pío. No sólo tenía en la cabeza el por qué esa niña tenía una mente tan adulta. Se me metió entre ceja y ceja la imagen del hombre de los burritos sin nada que llevar a su familia y... No tenía que afectarme tanto. Terranos... hmmmm.... No podía quitármelo de la cabeza.

"Cuerpo de niña, mente de adulto". Eso todo cuanto dijo. Me la quedé mirando, frunciendo el ceño y achinando los ojos. ¿No me lo quería decir?... ¿Y se lo podía recriminar? Algo, no sé si fue por la forma en que lo dijo o porque me sentía de alguna forma "conectado" con esa niña, me hizo quedarme callado, no decir nada al respecto e imitar a la niña, levantando el meñique y cerrando esa "promesa" que me había enseñado Tortita.

- Promesa de meñique, ¿no? - Sonreí, con pocas ganas, pero bueno...

Sonó el comunicador de mi traje y levanté la zarpa pidiéndole un momento a la niña, abriendo el canal de la comunicación.

- Aquí Rocket.
- Rocket, soy Drax. Necesitamos que vuelvas a la nave: se ha roto... algo.
- ........ Vale, entendido. Ahora voy - Cerré la comunicación y volví con Tortita. Seguramente me había escuchado así que no había mucho más que decir. Eso sí, cogí uno de los papeles que nos habían dado con los burritos y escribí una dirección que me había aprendido de memoria, por si acaso. - Toma. Nos estamos hospedando aquí. Si algún día quieres, no sé, buscar la revancha... ya sabes donde encontrarme.

Tenía que aceptarlo. No podía seguir negándolo: esa niña me cayó como el culo al principio, y luego... luego fue distinto. No me importaría que nos volviéramos a ver.