Baby, I am on fire... seriously. (Pamela L. Isley)

Gotham City...¿Que decir sobre aquella peculiar ciudad? Tal vez que no habia visto nido de ratas tan grande desde la ultima vez que visite los dominios de Lucifer; si, eso seria apropiado. No me apetece estar en aquel lugar, es el tipo de zonas que simplemente no puedo darme el lujo de visitar, al menos no por el momento. Es una de tantas "joyas" que vinieron de regalo cuando se formo esta ensalada de universos en las que tenemos ahora. Un antro, un basurero, un infierno en la tierra; esos y mas apodos son usados para describir a la que los expertos denominan como "una de las ciudades mas peligrosos y con mayor ascendencia en el indice de criminalidad de los Estados Unidos" y eso es mucho decir viniendo del pais que esta en libro de records Guines como aquel donde mas homicidios se cometen al dia. Por otra parte, tambien tengo entendido que es la ciudad hogar de un grupo de "heroes" o vigilantes del a noche o como se hagan llamar, que patrullan las calles vestidos de murcielagos...murcielagos...¿Que tal si incorporan camisas de fuerza en sus uniformes? Es decir, conozco a muchos de los vengadores, se que muchos de ellos como Thor o Tony pueden tener sus cosas, pero salir a la calle disfrazado de murcielago es otro nivel. Ademas, como Ghost Rider, tengo el don/maldicion de poder percivir la maldad de la gente aun a gran distancia, puedo leer las almas y las esencias de las personas, saber como son en realidad. Pues, para darse una idea, hace unos minutos llegue a Gotham y, al primer paso que di ya comence a sentirme casi mareado del asco; realmente no recuerdo haber visto una ciudad tan poblada de gente de corazon oscuro desde la primera vez que visite Wahington. Desgraciadamente, como vinculo entre el Infierno, el Cielo y el "Mundo de los vivos", por asi decirlo, uno se entera de ciertas cosas. En este caso en particular lo que me trajo fue un rumor en particular que llego a mis oidos.

Al parecer un grupo de sicarios psicopatas, de esos bien metidos en un culto raro o secta de esas que nadie conoce, estan preparandose para realizar un ritual profano, el cual les permitira liberar a un demonio de gran poder en el mundo. Obviamente no puedo permitir que ningun ente del mal sea liberado y me dirijo hacia haya. Segun tengo entendido, el ritual debe ser realizado en un lugar donde abunde la maldad, (Gotham City, por supuesto) pero tambien en un ambiente lleno de vida, vida que el demonio pueda destruir al ser liberado, pues mientras mas vida extermina mas poderoso se vuelve. Acorde a fuentes locales y Google, hay un bosque en Gotham especialmente frondozo, abudante en flora y fauna y lo suficientemente alejado de la ciudad como para que el culto de diez acolitos pueda realizar el ritual sin ser molestados. Aqui es cuando ser todo un erudito en magia oscurantista y la preparacion de rituales demoniacos rinde frutos; y eso que mi viejo siempre me decia que "leer esos libros raros acabaria atrofiandome el cerebro y jamas me seria util para nada", aunque para ser justos de no haber sido por el pequeño incidente que involucro al hijo de puta de Mephisto y todo esto del Vengador Fantasma lo mas probable es que hubiese tenido razon.

Como dicta el dicho "el diablo esta en los detalles" y vaya si lo sabre yo. La vida que el demonio debe exterminar para hacerse mas fuerte no tiene que referirse necesariamente a seres humanos. Animales e incluso las propias plantas pueden servirle de aperitivo; si bien el matar a un ser carente de alma no le otorga el mismo poder que matar a uno que la tiene, pueden bastar al menos para recuperar un poco sus fuerzas. Por eso es que tengo que llegar antes que el ritual concluya; en estos casos me seria muy util poder viajar en forma de Ghost Rider, utilizando mi maxima velocidad para llegar antes de que se abra el portal. El problema es que al ser una ciudad agena a mi universo, tal vez podrian llegar a malinterpretar mi presencia. Es decir, incluso en mi universo de origen la mayoria de las personas que me veian se cagaban encima y desalojaban las calles y en mas de una ocasion me ha recivido la policia a los tiros o algun loco con escopeta. La cruda verdad es que no soy el mejor en las primeras impresiones, razon por la cual tengo que ir al susodicho bosque en forma humana, a pesar de lo mucho que me tardo en llegar.

Finalmente consigo llegar al bosque e inmediatamente me interno entre los arboles, guiandome unicamente por la esencia maligna que transpiran las almas de los sectarios; el hecho de que haya diez de ellos solo me facilita la tarea dado que es mas facil encontrar a un gran grupode malhechores que a uno solo en todo el puto bosque. Despues de unos cuantos minutos de esquivar arboles con la motocicleta y maldecir por un par de rayones que se me costara mucho dinero arreglar (no es que la plata sea un problema pero por lo que tardan los mecanicos no vere esta moto en un tiempo y es de mis favoritas) consigo llegar al lugar donde se realizo el ritual. Enfasis en "realizo" por que, lamentablemente, llego tarde. Insulto una vez mas al aire en voz baja mientras me bajo de la motocicleta para examinar el terreno. Habia muchos arboles quemados a mi alrededor, troncos enteros hechos cenizas e incluso un par de pajaros muertos sobre dos o tres arbustos chamuscados; sep, definitivamente estuvieron por aqui. Sin embargo, al bajarme de la motocicleta y examinar un poco mas de cerca las marcas que dejaron en el suelo, me percato de algo aun mas inquietante. Encuentro trazados en el suelo los simbolos de invocacion clasicos correspondientes al ritual que intentaban realizar, pero hay algo mas. Cuatro simbolos identicos distribuidos a lo largo de la zona donde abrieron el portal, los recuerdo de un libro que lei hace tiempo: se colocan al rededor del area donde sera liberado el demonio y basicamente sirven para controlarlo, actuan como un cello de su voluntad, le otogan al invocador el poder de decidir sobre las acciones del ente que invocan. El problema es que quienes los hicieron no tenian ni una puta idea de para que servian. Los cellos solo sirven con demonios de bajo poder, como el que ellos iban a invocar. Pero Ppra un demonio como el que, segun tengo entendido, liberaron, que aumenta sus poderes por cada vida que consume, llegara un punto en el cual sera tan fuerte que podra romper los cellos por su cuenta, tomando completa consiencia y libertad en su actuar, siendo completamente incontrolable.

"Mierda".-Pienso, y me preparo para volver a montar en la moto y continuar camino; ahora que hay un demonio suelto me es aun mas facil localizarlo por la maldad de su alma, claro con ayuda del pequeño cendero de plantas quemadas y animalitos muertos que dejo a su pasoo; eso ayuda. Pero justo cuando estoy a punto de iniciar mi viaje, algo activa mis sentidos. Puedo sentir una presencia no muy lejos de mi, acercandose a gran velocidad. Su alma es complicada de leer: desde luego siento el peso de varios pecados sobre esta persona en particular, pero no llegan al nivel de un demonio; en realidad, hay bien en su alma, al menos un poco. No es un demonio, pero tampoco es una santa, o una "Hellboy" siquiera; parece mas alguien con buenas pero descabelladas intenciones y sin escrupulos para llevarlas a cabo, no necesariamente un monstruo. Despierta un poco mi curiosidad, a decir verdad. Solo espero que no tenga intenciones de pelear, como que el bosque ya sufrio mucho daño.

OOC: Es muy raro que pase algo de eso en el bosque y no me entere, así que si no te importa planteo lo siguiente y si te parece mal lo edito.

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Algo hizo que absolutamente TODAS mis alarmas saltasen. Un ritual de unos frikis estúpidos. Rastros de su idiotez causaron la muerte de cientas de mis compañeras inocentes y no estaba dispuesta a perdonarlo. Por suerte, había tenido tiempo de pillar a dos. Allí estaba, con un bikini improvisado de hojas verdes de hiedra, contemplando el cadáver de los dos muchachos que no habían tenido la suerte de huir. Pensé en mil cosas que cumplir sobre ellos hasta que de nuevo, mis sentidos se activaron. Ruido, vibración, aroma a gas y humo. Había... ¿una moto en mis dominios?

Continuando la ira que sentía del destrozo que se regeneraba poco a poco, busqué impulsada por lianas y la hierva del suelo al conductor. Cosa que no fue difícil rastrear ni por las marcas ni por el olor. Llegué a su punto y había un hombre corpulento, de aspecto de motero macarra que estaba sentado sobre la moto. Permanecí oculta tras el tronco de Sauce, intentando tranquilizarte. "Lo tienes controlado. Es un hombre y estos no suelen tener mucho cerebro. Puedes controlarle, parece analizar la zona. Tiene información. Intenta manipularle, prepara tus feromonas." Así que apretando mis puños, tensando todos los músculos de mi cuerpo para calmar la ira, adopté una postura y actitud mucho más tranquila y relajada para ser la Hiedra más sensual y desatada.

Andando con el sinuoso movimiento de caderas tan característico, decidí saludar - ¿No te enseñaron cuando te sacaste el carné que sólo podías circular por camino y carreteras?- y levanté un brazo haciendo un gesto con la mano que provocó que las hierbas aplastadas por las ruedas se levantasen poco a poco recuperando su forma original antes de que esa pesadez metálica las destrozase. Mis pasos seguían firmes, avanzando hasta él. Apoyé una de mis manos sobre su chupa negra de cuero, y la deslicé desde su hombro izquierdo hasta el derecho, rodeándole. - No sé por qué tengo la sensación de que tienes algo que ver con esto...- dije justo después de un suspiro invisible, que llevaba doble ración de feromonas, lo justo para obtener lo que quería. En ese instante, las plantas que aparentaban estar quemadas, muertas y destrozadas quedaban absorbidas por la tierra y surgían nuevos elementos y especies que completaban el paisaje como si nada hubiese pasado. Le miraba con media sonrisa, buscando en su mirada la sinceridad de la información, esperando que colaborase.

Me aburro de estar todo el tiempo sentado en la moto como un tarado sin nada que hacer, de modo que termino bajando de nuevo al piso para investigar de cerca por segunda vez y ver si me he pasado algo por alto. Una de las desventajas de mis “sentidos de GR” es que, si bien puedo sentir la presencia de un alma oscura, o medianamente oscura en este caso, a varios kilómetros de distancia, no puedo determinar con exactitud qué tan cerca o lejos esta de mi a menos que empiece a moverme. Nunca fui del tipo que esperan mucho por algo, al menso que valga la pena. Si esa mujer, fuera quien fuese, se perdía el placer de verme a mí me tenia sin ningún cuidado; el único motivo por el cual la estaba esperando era porque me preocupaba que decidiera seguirme y si me la topaba al mismo tiempo que me topaba al demonio las cosas se podían complicar mucho para ella y yo no quería ser responsable de otra muerte en vano. Desafortunadamente la segunda inspección del terreno solo confirma lo que ya sospechaba, que soy demasiado bueno en estas cosas oscurantistas como para cometer errores de novato y saltarme algo. Esta todo tal y como había supuesto que estaba tras la primera inspección: símbolos para controlar, un portal abierto marcado por las quemaduras de la tierra, un grupo de sectarios desquiciados haciendo el idiota por ahí, al menos una pequeña parte del bosque quemándose y un demonio cuyo poder aumenta cada vez mas deambulando suelto por ahí. Finalmente decido que lo mejor que puedo hacer es irme, pero justo cuando estoy por subirme a la moto de nuevo e irme rajando de ese lugar, escucho una voz detrás de mí. “¿No te enseñaron cuando te sacaste el carné que sólo podías circular por camino y carreteras?” Sep, definitivamente una mujer, una con una voz muy linda debo destacar.- Eso es lo que le dicen a todos los novatos para que no rompan sus motos nuevas; la mayoría no sabe cómo arreglarlas.- También sirve para evitarte unas cuantas multas de transito y varios sermones por parte de guardabosques y policías, pero ella no tenia por que escuchar esa parte.

Entonces me volteo para ver a quien le estoy dirigiendo la palabra y…me paralizo en el acto. Bueno, tal vez no me paralizo literalmente pero si me quedo inmóvil; me cuesta disimular que no estoy como un tronco. Frente a mí se aparece una mujer que fácilmente podría ser Top Model de trajes de baño. Es sensual, hermosa, sexy, preciosa…”Esta bien cerebro, deja de pensar sinónimos que pierdo el control en cualquier momento…y empieza a tragar baba que en cualquier momento me gotean los labios”. Intentaba distraer mi atención de la hermosura que tenía enfrente, pero era una tarea de proporciones titánicas. Hay que destacar el peculiar dato de que su piel es color verde, como Hulk pero de un tono más clarito, como las plantas que cubrían su cuerpo ¿Sera alguna prima perdida de Burce? Na, no creo; hasta donde se solo tiene una con la sangre de Hulk y no es ella. De todos modos no soy racista, no discrimino por el color de la piel. Aunque por otra parte ¿Seria racismo discriminarla por tener la piel verde? Quién sabe, quizás algún día ella componga una nueva raza; no es como si me importare en realidad, solo es algo a destacar, estoy muy ocupado observando ese majestuoso contoneo de caderas que hubiesen hipnotizado a cualquier hombre. Otro rasgo peculiar suyo es que esta vistiendo un bikini de hojas, pero a quien le importa de lo que estuviese hecho. Es. Un. Bikini. Punto. Hace maravillas a la hora de mostrar los atributos, uno a la izquierda y el otro a la derecha, que Dios le dio (Gracias Dios). Para colmo es pelirroja, Dios como me ponen las pelirrojas.

Una vez que supero el shock inicial de su aparición me es mucho más fácil encubrir mi estupefacción; necesito enfriar mi cabeza rápido porque ella se acerca cada vez más a mí y cada vez me resulta más difícil disimular que el “pequeño Johnny” se había estado convirtiendo rápidamente en el “enorme Johnny”. Entonces, cuando finalmente se acerca a mí y rodea mis hombros lentamente con su brazo la escucho hablar otra vez…y todo se va a la mierda. Literalmente. Siento como si hubiese estado flotando en una nube de fantasía solo para caerme de cabeza contra esa vereda fría de concreto llamada realidad. Desde luego, supongo que al final era obvio; una belleza como esa no aparece así de la nada y trata de seducirte salvo que quiera que le des algo a cambio; por suerte esta vez no era dinero porque me deje mi billetera en un bar. Eso me enoja un poco, no lo negare, pero entonces todo cambia. De un segundo al otro siento como si me hubiese fumado una de esas cosas raras que le robaba a mi padre cuando era joven.

La forma en la que me mira me insta a acercarme, a arriesgar mi suerte y conectar mis labios con los suyos…pero justo cuando me decido para acercar un poco mi cabeza, algo me interrumpe. –No seas estúpido Blaze.- AKA la voz de Zarathos que hasta el día de hoy no consigo eliminar de mi cabeza; al menos siento que la formalidad entre nosotros se ha ido acabando: antes me decia insignificante mortal, ahora estupido Blaze. –Estas siendo engañado y lo sabes, no te acerques mas.- Me detengo en seco y me quedo quieto en mi lugar, aunque no puedo hacer mucho por cambiar mi gesto de drogado; por más que odie admitirlo Zarathos nunca me ha mentido. Sin embargo y a pesar de las advertencias de mi compañero no hay nada que pueda hacer para evitar hablarle a la mujer planta, simplemente sale de mis labios.- Yo si se porque lo piensas, porque no tienes idea de lo que paso aquí.- Bravo Johnny, cuanto tacto, así se consiguen mujeres; la próxima quizás golpearla en la rodilla con un tubo de plomo sea mejor idea.-Esto que ves aquí es un portal al Infierno. Una panda de sectarios locos libero a un demonio muy poderoso en este bosque. Es un ser que se alimenta de todo tipo de vida para aumentar sus fuerzas. Él quemo los arboles de este lugar, no yo y a juzgar por el sendero de muerte diría que se fue en esa dirección.- Corono la frase señalando con mi dedo a la distancia, donde supongo que debe encontrarse ahora.- Veras, si no lo freno rápido, lo más posible es que el bosque entero acabe consumido por las llamas en unas horas, luego la ciudad y luego Dios sabe. –Aun no tengo en claro que me impulso a rebelarle tanta información confidencial de golpe y de manera tan suelta, de modo que, ignorando los insultos de Zarathos, vuelvo a mi moto y me preparo para marcharme.- Así que, ya sabes, no vayas por ahí.- Ahora solo queda esperar que tenga el suficiente sentido comun para alejarse y listo.

¡BINGO! Todos los hombres, o su gran mayoría caían ante los cócteles de la dulce, dulce Pam. Tengo que reconocer que cuando defendió su justificación con que "la mayoría no saben arreglar sus motos" un pequeño tic doloroso me recorrió la espalda. Es decir, ¿que lo único que importaba de haber aplastado las plantas era que su cacharrito se podía romper? Estupendo...

Su rostro embobado corroboró la eficacia que habían cumplido mis feromonas sobre él. Desvié mi mirada a sus vaqueros, en la zona de la bragueta haciéndole una caída de ojos sensual, comprobando que sí, funcionaba bien. Entonces, en un gesto interrumpido de un beso, lo que yo quería, toooooda la información, salió de su boca. ¿Por qué me la creí? Porque después de salir de Arkham, de mi encuentro con Osiria, con Project... Era lo más sencillo casi que podía encontrarme. Demonios... LITERALMENTE demonios. Antes de que me diese cuenta se preparaba para dejarme sola y largarse a "luchar por mi bosque". ¿Por qué iba a importarle a él más que a mí? Necesitaba asegurarme de que iba a hacerlo de verdad, si es cierto que sabía combatirlo. Y necesitaba a su vez saber que no me estaba mintiendo, así que sin pensarlo dos veces, me subí a la moto con él, de copiloto y me ajusté bien la forma de mi cuerpo a su espalda y rodeando sus piernas con las mías. Apoyé mis pechos en su espalda y rodeé su abdomen con mis brazos. En mi expresión un rosto firme que no admitía réplica.

- Es mi bosque y voy contigo. Arranca cuando quieras - dije sin más. Buscando a mi alrededor y concienciándome de que no tendría un día de paz jamás.

Me sorprende bastante la facilidad con la que se trago todo lo que yo le dije. Es decir, vamos, demonios, putos demonios; literalmente le había dicho que un demonio salido del infierno estaba quemando su bosque y ella se lo trago sin la mas mínima sombra de duda. Por otra parte ella luce como el tipo de chica que esta acostumbrada a lidiar con este tipo de cosas ¿Como lo se? Pues nadie en su sano juicio reacciona de manera tan calmada cuando le cuentan que un demonio anda suelto en "su bosque".- Ya has visto algunas cosas raras en tu vida ¿O me equivoco? Nadie se queda tan calmado a la primera que escucha sobre demonios salidos del infierno.- De hecho, incluso me arriesgaría a decir que no solo ya ha visto algún demonio antes en su vida sino que los ha combatido; y si, siendo ese el caso, sigue viva, quizás su compañía podría no venirme tan mal como pensaba. Por otra parte supongo que es lógico suponer que una chica de piel verde, con ropa hecha de hojas que aparentemente vive en el bosque no ha visto cosas extrañas en su vida; por algún motivo los bosques siempre son un lugar muy común donde se pueden encontrar demonios y frikis con libros raros. Supongo que tiene sentido, al fin y al cabo con tantos arboles al rededor y la mala reputación que tienen estos lugares, un bosque como este parece ser el lugar perfecto para ocultarse y hacer sus cosas raras sin que nadie los moleste. Desafortunadamente para ellos parece ser con que no contaron con dos factores: que el Ghost Rider estaba dispuesto a ir a Gotham para evitar que liberaran al demonio (Seguro son del oto universo) y que se estarían metiendo con el hogar de una mujer muy enojada quien estoy seguro que ya ha visto ese tipo de cosas antes.

Cuando me dispongo a arrancar la moto para salir rápido de la zona de invocación, ella me detiene, por así decirlo. De un salto se monta en mi moto y se asegura de quedar bien, BIEN apretada contra mi para no caerse; ese es el tipo de cosas que no consigues que te pasen si vas en auto. Supongo que al final no puede quedarse fuera de la batalla si tiene que proteger a su bosque; hermosa, valiente, y no me cree un desquiciado ¿Que mas puedo pedir? Si, esta vez ya estoy mas estabilizado mentalmente hablando y ya me he acostumbrado a su presencia. Por otra parte, es la primera vez que nuestros cuerpos entran en contacto, bueno técnicamente la chaqueta y la ropa estorban pero aun así estamos bastante apretados.Hago esfuerzos sobrehumanos para aparentar indiferencia, aun cuando rodea mi abdomen con sus brazos, cuando sus piernas se entrelazan con las mías, cuando sus prodigiosos pechos se apoyan contra mi espalda y puedo sentir el toque de la carne suave y...DIOS, YA, BASTA, CÁLMATE ¿Que te sucede cerebro, parece que estuvieses drogado? Por algún motivo no puedo concentrarme todavía, mi mente sigue sin estar al máximo; estoy seguro de que nunca me drogue. -Piensa en tu primera novia.- La voz de Zarathos interrumpe mi linea de pensamiento y de golpe siento un nudo en el estomago que me quita las ganas de fantasear.-Desgraciado hijo de puta.-Susurro, ese fue un golpe muy bajo, mas aun sabiendo lo que paso con Roxxane; la única mujer hasta ahora que verdaderamente he amado. Después de todo lo que tuve que sufrir, escuchar a este hijo de puta siquiera pronunciando su nombre me hace hervir la sangre a tal punto que seguro mi acompañante ya se debe sentir en un sauna. Sin embargo, surte efecto de forma milagrosa casi. Dejo de preocuparme por la mujer en un segundo; desde luego todo eso sigue siendo muy excitante y lo disfruto pero...creo que ya puedo articular mis pensamientos. Él lo hizo, el desgraciado supo como devolverme a mis cabales en un segundo. Sera lo que sera, pero se la debo-Gracias, supongo.- Zarathos sera muchas cosas, ninguna de ellas buena, pero esta vez me ayudo, aunque muy a su manera, y se la debo.

Y ya sin ninguna distracción, arranco de golpe el motor para compensar el tiempo perdido, conduciendo a la máxima velocidad que me es posible sin transformarme en el GR. Esa es otra de las razones por las cuales nunca llevo a un acompañante en la moto: aun no estoy seguro si ellos se van a quemar también cuando me transformo, mas aun alguien como esta mujer cuya alma no esta precisamente limpia. -Me llamo Johnny, por cierto, Johnny Blaze ¿Y tu?- Ya me imaginaba una situación de peligro en la cual tuviese que decirle algo; no me imaginaba gritando "CUIDADO....¿Chica lechuga?". No me cuesta mucho ubicar al demonio, su poder ha ido creciendo mientras yo perdía el tiempo haciendo el idiota. Conducimos durante un rato guiados por mis instintos y un pequeño sendero de destrucción; ese jodido bosque es demasiado grande, de seguro ya le hubiese alcanzado de estar en llamas.

Entonces. finalmente, llegamos. Aun no ha crecido tanto en tamaño y poder como me imaginaba, pero se nota que sus fuerzas han aumentado; de hecho, llegamos justo para ver como se libera. Lo veo arrancar un árbol entero de raíz y tragárselo de un bocado, como si fuese un gordito en una competencia de comer hot dogs; crece un par de centímetros con cada árbol. Sin embargo la moto no es precisamente el vehículo mas sigiloso, de modo que uno de los sectarios no tarda en vernos. Horrorizado, se vuelve hacia sus compañeros- Mirad, hermanos míos, dos metiches están espiándonos.- Y acto seguido, otro de ellos se vuelve hacia el demonio-Esclavo, destruyelos de inmediato.- Pero el demonio no hace nada, solo se queda ahi parado, con una sonrisa de suficiencia y los brazos cruzados, observando a sus patéticos "amos". -No- Es todo lo que dice, pero basta para taparle la boca a todo el mundo, acto seguido y sin que tenga ganas de evitarlo, aplasta a uno de ellos con su pie y comienza a reír.- Mis poderes han aumentado ya lo suficiente como para no depender de ustedes, miserables mortales.- Acto seguido extiende ambas manos y comienza a liberar una lluvia de fuego sobre sus secuaces. Esa es mi señal.-Escucha, tal vez esto no te guste mucho.- Y la verdad a mi tampoco me gustaba.- Pero tenemos que salvar a los esbirros...o matarlos nosotros si prefieres.- De una forma o la otra me daba igual, la cosa es que no fuese el demonio quien lo hacia.- Si ese demonio logra absorber las almas de todos ellos, sera mas poderoso todavía. Por cierto, este seria un excelente momento para que te bajes de mi moto, créeme.- La impaciencia en mi voz es mas que evidente, necesito que se baje ya; esta es una situación para el Ghost Rider.

- Conozco al peor de los demonios salidos del infierno. El que más dolor podría causarme... y es compañero mío.- dije terminando de acoplarme en la postura adecuada para arrancar. Cuando le escuché susurar levanté una ceja - ¿Mmh? ¿Qué has dicho? - realmente no le había entendido nada.
Y nos pusimos en marcha.

Se presentó. Johnny dijo - Llámame Hiedra o Ivy- dije sin darle más importancia. No sé si él se percató, pero a pesar de la velocidad a la que íbamos, el rastro de destrozo y muerte que dejábamos atrás se iba restaurando al pasar yo con él en la moto. Estaba bastante concentrada en restaurar todo cuanto veía, de todos modos yo no iba a ser de más utilidad subida en aquel trasto.

Nada más llegar levanté la vista relfejando furia en mi rostro. EVIDENTEMENTE. No se han hecho películas suficientes, no hay relatos, esculturas, ciencia que sea capaz de convencer a un ser humano de que no somos los más poderosos. De que los esclavos se revelan. De que no somos dioses.
Pero eso ya no importa, hay un demonio en mi bosque y acabo de ver cómo destroza un árbol de un bocado. No va a quedar así. Sentía la rabia de siempre... ¿Por qué debía sufrir yo por la estupidez de unos cuantos?
Y cuando comentó que debía salvarlos casi me eché a reír. Sin embargo la frase terminó mejor de lo que creía. -Tú quédate con el gordo- Antes de que él terminase la palabra "matarlos" estaba bajándome de la moto y con dos lianas inquietas y espinadas saliendo de mis brazos me acerqué corriendo al círculo y agarré a dos de ellos del cuello, oprimiéndoles en asfixia mientras se les clavaban las espinas y elevándoles varios metros sobre la cabeza del demonio. Les coloqué con los pies hacia el cielo y les dejé caer. Dos crujidos, seguramente de los huesos de sus cabezas y cuellos me dieron la señal para seguir. Quedaban tres y les busqué con la mirada pero el demonio se apresuraba hacia ellos y unas raíces como troncos de gruesas crecieron del suelo para sujetarle y que no siguiese avanzando. - Son míos- le dije al demonio con gesto de odio y asco en mi rostro- Es personal- dije sin mediar remedio ni respuesta, cuando ya estaba junto a otro al que maté clavándole cinco estacas finas y afiladas que salían de los dedos de mi mano derecha.  Todo sucedía muy rápido y estaba concentrada en matarles, tanto que no me percaté de Johnny.

Seguí con lo que necesitaba hacer. Venganza, sed de sangre, muerte... Miré a los ojos fijamente a los dos que quedaban, uno de ellos echó a correr intentando huir.
- Oh no, no, no, no...- y con un gesto de la mano se alzaron miles de enredaderas enzarzadas con espinas del tamaño de decenas de espadas. El que huyó se quedó empalado en esas enredaderas. - Y a ti te voy a disfrutar...- dije avalanzándome sobre él cayendo sentada en su pecho. Notaba sus latidos acelerados, su forcejeo por escaparse del nudo de mis piernas y mi opresión. Entonces agaché la cabeza y junté sus labios con los míos rozándole el paladar y sus encías con mi lengua. Al separarme del beso estaba luchando por respirar, con sus venas inflamadas y los ojos en blanco. [/color]

-Tu gusto en mujeres no deja de intrigarme Blaze.- no puedo evitar escuchar la voz jocosa, casi peculiarmente burlona de Zarathos en mi mente. Usualmente ese es el tono de voz que utiliza en batalla en las situaciones difíciles, solo en aquellos casos en los que es necesario que me remarque el hecho de que si no le dejo apoderarse temporalmente del cuerpo del Ghost Rider no hay forma de que pueda ganar; por lo general funciona. Esta vez, sin embargo, parece que simplemente se burla de mí, lo cual tampoco es gran consuelo para mí. Pero, a decir verdad, estaba demasiado ocupado contemplando el "espectáculo" como para poder prestar atención a otra cosa, incluida la propia voz del ángel caído que se encuentra en mi cabeza. Eso se debe a que estoy demasiado ocupado viendo trabajar a "Hiedra", si es que cabe llamarla así (supongo que es mejor que chica lechuga). Su actuación para con los frikis satánicos me recuerda el peculiar "color negruzco" de su alma. No tiene piedad ni miramientos a la hora de despojar a esos idiotas de sus vidas. Ahora, es probable que cualquier otra persona hubiese intentado detenerla, decirle algo para tranquilizarla, o al menos sugerirle que dejara uno con vida; yo no. No es que no me interesen las almas de esos ocultistas de tercera...bueno de hecho en parte es eso: lo que les pase me tiene sin cuidado. Es solo que entiendo perfectamente lo que es tener una necesidad tan real de venganza. Claro, la chica de seguro tenía unos cuantos problemas de ira, y esa cara de psicótica no le ayuda mucho, y es posible que hasta tuviese un par de cables pelados en la cabeza, pero VAMOS ¡Soy el jodido Espíritu de Venganza!¡Si hay alguien que sabe sobre el tema de la venganza soy yo! En esos momentos la Ivy tenía sus propias necesidades personales que cumplir en ese campo, y yo no la iba a molestar, el que sea mi trabajo vengar a los inocentes no implica necesariamente que no pueda dejar que algunas personas se venguen por su cuenta; siempre y cuando su venganza este justificada y  solo dirigida hacia los culpables desde luego.

Justo entonces comienzo a escuchar un sonido, uno bastante peculiar pero conocido. Me volteo hacia el demonio, solo para verlo absorber la vida de las enredaderas que Ivy había usado para aprisionarlo hacia unos segundos, lo cual aumenta un poco su tamaño, pero es cosa de centímetros, su esencia tampoco cambia mucho y su poder apenas; fue solo un truco para zafarse rápidamente. El demonio me observa, una sonrisa que podría describir sino como una de puro sadismo atraviesa su cara mientras observa a Ivy, quien está demasiado ocupada dándose un gusto con el ultimo de los invocadores....espera ¿Acaso lo está besando?¿Pero qué mierda?...¿Por qué su cuerpo se está inflamando? Supongo que eso le da un nuevo significado al concepto del beso de la muerte...!De vuelta a los negocios¡. El demonio estira su mano, listo para aplastarla.-!!!Insolente mortal, por arrebatarme mis almas, pagaras con la tuya en reemplazo¡¡¡-Sus gritos de furia resuenan por todo el bosque mientras su mano desciende con rapidez, solo para detenerse pocos segundos después. Acto seguido suenan gritos de dolor, alaridos mejor dicho, muy superiores en potencia que los que acabamos de escuchar. Se lleva a la cara esa misma mano que planeaba usar para atacar a Ivy, específicamente para cubrir su ojo izquierdo. Se voltea hacia mí, esta vez con una mueca de sorpresa que no tiene precio.-¿Que has...?¿Como...?- No logra entender de qué manera un simple mortal como yo le hizo eso; sonrió para mis adentros mientras me preparo para hacer unas introducciones necesarias.- Fuego Infernal.- Comento sonriente mientras una bola de fuego se forma en mi mano.- Puede quemar lo que sea, incluso demonios, y yo lo controlo a voluntad. Ahora, ando cansado después del viaje, si quisieras rendirte de buena manera y evitarme patearte, te lo agradece...- El demonio solo me observa un momento, antes de soltar una estruendosa risa. Joder, como odio a los demonios de voz tan profunda, son la razón de que me retumben los tímpanos a cada rato.

Se nota que no planea rendirse, está bien, habrá que recurrir al plan B. Al principio pensaba en presentarme con una explosión de fuego como siempre, pero considerando el daño que le haría el bosque y la consecuente reacción que acarrearía por parte de Ivy contra mí, preferí contenerme un poco al menos esta vez. Suelto un suspiro de cansancio, pues hubiese preferido no tener que llegar a esto, pero lo hecho, hecho esta. Acto seguido las llamas comienzan a desprenderse de mi cuerpo. Es cosa de un segundo, como esos videos de Youtube sobre "combustión espontanea". De la nada comienzo a prenderme fuego, al igual que mi motocicleta, pero no grito. No hay exclamación de duda ni dolor que salga de mi boca. Solo permanezco quieto mientras me carbonizo vivo a los ojos de los dos presentes. Las llamaradas se elevan hacia el cielo con la potencia de un lanzallamas, haciendo el efecto de fuegos artificiales, pero sin dañar ningún árbol. Mi piel comienza a escurrir de mis huesos, así como mi carne, las cuales gotean hacia el piso como la cera de una vela que se va derritiendo a una velocidad alarmante. Mi topa no se deshace, sino que los trozos de metal que adornan mi chaqueta comienzan a levantarse y afilarse, a modo de picos. La moto no es inmune al cambio, desde luego. Los metales se doblan, alargan y retraen, como si el mismo fuego que me engulle estuviese fundiéndolos y remodelándolos, dándoles una nueva forma. La parte delantera adopta al poco tiempo el aspecto de una calavera alargada, casi como una calavera de cabra, de cuya boca se desprenden dos trozos de metal con forma de cadena alargada que sujetan la rueda delantera. De los ojos de dicha calavera sale fuego, igual al que ahora envuelve las ya mencionadas ruedas. Todo rastro de pintura colorida se desprende, dejando únicamente a los colores gris y negro, además del rojo anaranjado de las llamas. Una serie de dientes como los de una sierra salen de la parte trasera, que cubre la segunda rueda. Casi se podría decir que la moto tiene ahora mas similitud con un esqueleto de animal al que le pusieron un asiendo y dos ruedas. En cuanto a mí, ahora todo rastro de piel y carne han abandonado mi cuerpo. Solo queda un esqueleto en el lugar donde antes estuve, cuyo cráneo desprende el mismo fuego que mi moto, de un modo similar al de los tatuajes de camioneros. Creo que no hace falta ser un genio para darse cuenta de que ese esqueleto soy yo.

Moto de Ghost Rider:

Levanto la cabeza hacia el demonio y nuestros ojos se encuentran; o mejor dicho sus ojos y mis cuencas vacías. Ya no esta riendo, lo veo en sus ojos; el claramente viene de un universo donde no existo, y no se ha cagado encima con las leyendas del Ghost Rider desde pequeño como tantos otros, pero ahora sabe que ya no soy un simple humano para destruir, ahora sabe lo que en realidad soy, y eso le preocupa.– Debiste haber elegido la retirada fácil.- comente, haciendo más que evidente el cambio en mi voz: ahora es mucho más grave, con cierto eco de ultratumba. En cosa de un segundo o menos enciendo el motor y la moto arranca a una velocidad tal que dejaría humillados a todos esos pilotos callejeros que se enorgullecen de que sus autos puedan arrancar “de 0 a 100 en tres segundos”. En cosa de nada ya estoy a sus pies. Una enorme cadena sale de mi brazo y la arrojo hacia una de las piernas del demonio, a la cual se enrolla con facilidad. Acto seguido comienzo a conducir en círculos alrededor suyo, envolviendo sus rodillas juntas sin que pueda hacer nada. Intenta aplastarme con sus manos, pero por ser tan grande sus movimientos son torpes y yo soy demasiado rápido. Trata, entonces, de partir las cadenas, pero están forjadas en el cielo mismo y ninguno de los de su tipo puede quebrantarlas. Es en uno de estos vanos intentos de golpearme que el torpe pierde el equilibrio y cae al suelo de espaldas. Escucho las voces de Zarathos en mi cabeza resonando, gritandome. Me ordena terminar esto ahora, dejar de jugar con él. Tiene razon, esto tiene que acabarse rapido. Podria haberlo liquidado en cuestion de segundos con una sola bola de fuego infernal dirigida hacia la cabeza. Me dirijo hacia su cabeza con las cadenas envueltas en sus piernas aun saliendo de mi mano, estirandose infinitamente para que pudiese avanzar sin que me hiciera falta tirar de sus patas.

Pero no se quiere rendir, no aun todavia. Estira ambas manos una suerte de portal comienza a salir de ellas.- Comprendo tarde lo que intenta hacer. -¡IVY!- Le grito de repente a mi compañera.-¡Esta absorviendo la energia vital del bosque, hay que detenerlo ahora o sera demasiado poderoso!-El demonio comienza a crecer sin yo poderlo evitar. Cierto es que su crecimiento no puede partir las cadenas, pero estas no permaneceran enrrolladas por siermpre y el hecho de que no pare de crecer me dificulta mantenerlo sujeto. Los arboles, arbustos y verdes pastos que rodeaban el lugar comienzan a marchitarse y pudrirse a una velocidad alarmante, solo par a la velocidad en la que el monstruo crece.- ¡Tu ve por la izquierda, yo voy por la derecha; arrebatale sus manos como puedas!.- Y cuando dije arrebatale, estoy seguro de que deje a entender que o cerraba ese portal con algo o le arrancaba el brazo. Dicho eso corri hacia su mano derecha, la cual no cesaba de absorver la vida del entorno. Antes de que pudiera continuar, junte ambas manos al a altura de mi pecho, como amasando algo: estaba formando una esfera de fuego infernal "compactado". Acto seguido la lance cual beisbolista profesional hacia el portal que se abria en su palma, luego de lo cual su mano entera estallo en llamas, para agonia del demonio. Sonrio, aunque mi gesto no puede diferenciarse del que siempre llevo cuando estoy en este estado; las cosas ahora son un poco mas faciles. Comence a formar otra bola de fuego para dirigir hacia su otra mano.-SI no puedes arrancarsela al menos dejamela quieta para que pueda apuntarle.- Una vez privado de sus manos, esperaba que este tipo fuese mucho mas facil.

Escuché el aire cortarse y una sombra que se cernía sobre mí al terminar de exterminar a los imbéciles. Levanté la vista y vi la palma del demonio sobre mí. Un grito atronador me obligó a agacharme encogida, tapándome los oídos.
Dios.... Era asqueroso.

Miré con odio a Johnny durante sus explicaciones. ¿Fuego?.... No me gustaba la idea. Más vale que de verdad supiera lo que hiciera o lo iba a pasar muy mal más tarde. ¿Un poco chulito no? El motero este...
Y el fuego brotó. No me gusta reconocerlo... pero sentí miedo. Puedo convertirme en nada si él sabe todo el daño que puede causarme sólo con tocar mis plantas con su fuego. Se...estaba...¿Convirtiendo? Entrecerré los ojos para ver su metamorfósis mejor, pero el fuego me cegaba. Al principio sólo vi cómo el pelo se quemaba, y más tarde la piel, ahí ya decidí apartar la vista. Una cosa son urticarias, ampollas...Pero piel derretida... no gracias. Desvié la mirada mientras me alejaba del demonio a pasos lentos y sigilosos. Tal vez ese fuego fuese cosa del demonio, pero era muy raro no escuchar grito de auxilio. Además ¿qué humano persigue demonios y sabe tanto de ello? Simplemente esperé apartándome. No tenía por qué verlo. Fue entonces cuando llegó a mi nariz un olor a forja y fundición. La moto también estaba en llamas, y me distraje con eso. Se moldea y acomoda a su forma como quien se despereza, mostraba su verdadera forma. Me quedé pasmada viendo todos los giros del material y cómo mutaba con él.

Finalmente, quedaba una moto que cualquier tatuador envidiaría y él con una vestimenta propia de los 80 y en forma de calavera en llamas. La verdad es que... desde la explosión de universos no había tenido tiempo de no sorprenderme. Cualquiera hubiera huído, le hubiera llamado monstruo. Pero ¿quién soy yo para hacer eso? Él al menos tiene una forma humana. Yo convivo con mi mal las veinticuatro horas. No tenía ningún tipo de capacidad de juicio.

Abrió la boca advirtiendo al demonio. Sabía lo que hacía, y aunque no le convenía  o podría no haberme ayudado, esa cosa habría absorbido mi bosque entero de haber tenido oportunidad. Sin poder evitarlo, su voz hizo que un escalofrío me recorriese la espalda poniéndome los pelos de punta. Su voz despertaba los instintos y a la vez intimidaba todo a quien escuchase. Por suerte estaba de mi lado.

En cuestión de segundos el motorista había conseguido hacerse con él, de no ser por el dichoso portal. Pude ver como la vida que había en su entorno se marchitaba. Oh no... eso no.
- ¡¡¡NO!!!- grité dirigiéndome hacia él a toda velocidad y en un gesto llevando mis manos al cielo, las plantas muertas resurgieron y crecieron por encima de la cabeza de Johnny, o la calavera, y se endurecieron astillándose y reforzándose. El crujido de la madera y las astillas cayendo eran la banda sonora de mi movimiento. Más tarde bajé las manos y todas las plantas bajaron de golpe, afiladas astilladas y enraizadas en espinas, a la altura del hombro del demonio, seccionándole al instante.
- CÁRGATELO- Grité de manera visceral y rencorosa. Ese demonio había intentado robarle la vida a mis compañeras, quería lo peor para él.

Al contrario de lo que yo me esperaba Ivy demuestra ser perfectamente capaz de amputarle el brazo al demonio. Antes de que pueda darme cuenta ella ya está en acción. Un vistazo de medio segundo hacia su cara me confirma el hecho de que se encuentra en un estado colérico impresionante. De pronto, las plantas muertas que el demonio había sacrificado para aumentar su poder parecen volver a la vida; por así decirlo. Se estiran de tal manera que en pocos segundos alcanzan una altura superior a la del demonio en sí. En cualquier otra situación me hubiese preguntado que mierdas acababa de pasar, pero después de haber descubierto que la chica verde es capaz de controlar las plantas a su voluntad (peculiar poder pero muy útil en esta situación y ambiente), solo digamos que no hay que ser un genio para saber quien las devolvió a la vida. Lo que me toma por sorpresa es el modo en el cual se forman enormes espinas y astillas en estas, como si estuviese alterando su estructura para convertirlas en serruchos, cosa que considerando la situación actual y su estado emocional no me sorprendería si fuera verdad. Acto seguido, con un rápido movimiento de manos que libera toda la furia que Hiedra es capaz de acumular, las plantas descienden a velocidad del rayo y, como si emularan la acción de una guillotina, cercenarla extremidad del demonio sin complicaciones. A estas alturas el "pobre" ya debe estar más que acostumbrado al dolor, aunque perder un miembro no es precisamente el tipo de dolor al que uno se acostumbre con facilidad.

Entonces escucho sus gritos. "Cárgatelo" me dice; asiento con la cabeza y estiro mi otro brazo, ese que no estoy utilizando para sostener sus piernas, mientras una nueva esfera de fuego infernal concentrado comienza a formarse en la palma de mi mano, de forma similar a la que había usado antes para cerrar el primer portal. Estoy preparándome para darle un golpe con todo en la cabeza cuando algo inesperado pasa. El demonio comienza a reír y eso me distrae un momento. Es curioso, considerando que hacía unos segundos estaba gimoteando como loco y desangrándose, que ahora comience a reír. Uno creería que es la risa de un lunático, de alguien que se encuentra en un estado de desesperación previo a la muerte de tal grado que simplemente pierde la cordura y comienza a reírse. Es posible que fuese solo eso, pero por otra parte, la experiencia me ha enseñado que la risa de un demonio nunca es algo bueno, puede tener más de un significado. Lo siguiente ocurre demasiado rápido: el demonio abre la boca y un nuevo portal se abre entre sus dientes, pero este siendo de un tamaño mucho mayor al de sus manos. Antes de poderlo evitar comienza a absorber nuevamente la vida de todo lo que le rodea, pero esta vez a un ritmo alarmantemente rápido, como si fuese una aspiradora gigante. Mis pies comienzan a moverse del suelo, y puedo sentir la potencia con la que esta aspirando por su boca. Solo hay una cosa que puedo hacer en este momento.

Suelto sus pies con gran velocidad para liberar mis dos brazos, y comienzo a formar una segunda esfera de fuego infernal en mi mano. El desgraciado intenta aprovechar eso para patearme, pero sus piernas no le responden lo suficiente como para hacer ningún tipo de movimiento. La presión que mis cadenas son capaces de ejercer basta para cortar a la mitad un rascacielos, obviamente me fue más sencillo destruir las rodillas del demonio en el poco tiempo que le tuve apresado. Apenas estoy listo le lanzo la primera. Desgraciadamente, para cuando consigo acumular la energía suficiente, sus brazos ya han comenzado a regenerarse por; aparentemente el absorber vidas también ayuda a regenerar la salud de este tipo de demonios, curioso. Lanzo la primera bola hacia su cara, pero utiliza uno de sus muñones para obstruir el paso, entonces lanzo la segunda e intenta hacer lo mismo. Lamentablemente se da cuenta demasiado tarde de que su otro brazo aun no ha sanado, dado que mientras que yo le destruí solo la mano, Ivy le corto el miembro entero, y para sanar eso necesitaría bastante más vida absorbida que la que pudiesen darle unos pocos árboles. Es por eso que no puede evitar que la segunda esfera le dé directo en la boca. La mirada que denotan sus ojos es de terror puro. Sabe que todo se ha acabado pero quiere seguir oponiendo resistencia, como si realmente pensara que, a pesar de que está a punto de desangrarse y tener destruidos sus únicos métodos de curación aun así pudiera hacer algo para salvarse. De un salto me coloco encima de su pecho y me acerco corriendo hasta su cabeza. Se sacude como loco, pero no consigue evitar que llegue corriendo hasta su cuello, dejando marcas de pisadas llameantes por todo su torso.

Y creyendo que ya ha sufrido lo suficiente, le dedico mi última sonrisa. Acto seguido, dos chorros de fuego salen de mis ojos, directo hacia su cara desprotegida; uno más grande sale de mi boca a los pocos segundos después, haciendo un total de tres. El fuego infernal rápidamente penetra en su piel y si cráneo en cosa de nada, como metal caliente en mantequilla. Unos segundos después de iniciado el proceso la gigantesca criatura ya no se mueve más, dejando solo un gran cuerpo a medio quemar en su lugar, sin brazos ni cabeza. No fue precisamente mi trabajo más rápido ni el más prolijo, pero al menos la amenaza ya está acabada. Total Ivy ya me demostró que es capaz de hacer crecer de nuevo a las plantas aun después de que el demonio las ha absorbido, de modo que no creo que tenga muchos problemas haciendo que el bosque resurja una vez más, quizás hasta más lindo.

Con el demonio terminado le doy la vuelta al cadáver y me dirijo hacia ella una vez más. Puedo ver en su mirada que no es precisamente fanática de esta forma mía, pero el hecho de que a pesar de lo espeluznante de mi forma actual no haya escapado habla bien al menos de su capacidad para tolerar cosas como yo. O tal vez simplemente no quería confiarle la seguridad de su bosque a un perfecto desconocido con pinta de salido de una sala de tatuajes de los 80; aun así el gesto se agradece. Para cuando me acerco a ella, ya soy humano otra vez, y mi moto vuelve a su forma de siempre. Al contrario de mi transformación en Ghost Rider, mi vuelta a la forma humana ocurre de un modo mucho más rápido y agradable a la vista, dado que en un parpadeo ya tengo carne sobre mis huesos y el fuego se apago. Antes de mediar palabra estiro la mano una vez más y absorbo el fuego infernal que estaba quemando el cadáver del demonio, para no tener que preocuparme por causar otro incendio forestal. -Así que....- digo, intentando encontrar algo que decir después de todo lo que ha ocurrido.- Gracias por la ayuda ¿Hay algo que pueda hacer para recompensarte? -Sabes que lo acabaras lamentando.- Ella me había facilitado bastante la tarea de encargarme del demonio, supuse que lo menos que podía hacer era devolverme el favor, y contrario de lo que uno creyera, el salvar su bosque no contaba como favor puesto que de todos modos hubiese tenido que encargarme del demonio tarde o temprano y preferí hacerlo antes de que pudiese hacerse más poderoso absorbiendo vidas ajenas.

No pensaba en nada más que la venganza y esperaba impaciente a que él entrase en acción.

Pero justo, en el PRECISO instante en el que iba a hacerlo, la risa de ese asqueroso malnacido volvió a resonar por el bosque. Mi cara se encogió en un gesto de asco y rabia, y me quedé mirando a la calavera en llamas, esperando reacción. Antes de que pasasen unos segundos, el viento se mecía a mi alrededor en dirección a la boca del demonio asqueroso. Apreté mis músculos intentando fomentar la firmeza de mi cuerpo, pero el aire era muy fuerte y me costó estabilizarme para mantenerme en pie.

Sus piernas hicieron un amago que me hizo tener el impulso de dar una zancada lateral, lo justo para comprobar que no podía reaccionar, aunque lo intentase. Por mi parte menos preocupación, no hacía falta inmovilizarle.

Yo... En ese momento no podía hacer nada. Cualquier forma de vida que le acercase sería absorbida y ninguna de mis pequeñas se merece eso. Así que miraba al fuego del ghostrider, cómo cargaba el fuego en su mano y el rostro vacío y huesudo se concentraba. Esperé, aunque me estaba sacando de quicio no poder intervenir en la defensa de las mías.

Por fin, de una manera macabra y bastante repulsiva, el demonio había muerto. Él se bajó del cuerpo del monstruo y yo, aguantándome una arcada, empecé a hacer resurgir las plantas mientras se formaba un agujero bajo el cuerpo del demonio, que lo iba absorbiendo poco a poco hacia el subsuelo.

El olor era asqueroso. Si ya la carne quemada es una aberración, la carne quemada de demonio es el peor olor de todos los que puedas sentir jamás. Más intenso que el amoniaco, más pestilente que un huevo podrido, más adherente que el azufre, y mucho mucho más asqueroso que un perro mojado y muerto sobre un cadáver en descomposición. Por no decir de la visión, esa cara hundida derretida y... BMP, otra arcada que conseguí aguantar. Quizá me leyó los pensamientos, pero le dio la vuelta al cadáver, cosa que era de agradecer.

Me recompuse antes de que pudiera verme, me peiné con los dedos y me quité del traje alguna hojas manchadas con sangre y otras sustancias que casi era mejor no averiguar. Las hojas que quité se cayeron al suelo, siendo absorbidas también por el suelo y al instante tenía hojas nuevas, verdes y brillantes en el traje. Levanto la vista y viene hacia mí. No puedo controlar mi mirada de desconfianza ante el fuego revolviéndose sobre él. Si sólo hubiese tenido la calavera no hubiese pasado nada. Pero el fuego... Poco a poco se fue extinguiendo, cosa que agradecí y la carne volví a cubrir esos huesos sumergidos en llamas. De nuevo volvía a tener buena pinta, y le sonreí de una manera peculiar. Fue una sonrisa mezcla de seguridad y esa sonrisa que le pones a alguien que sabe que te debe algo. Y corrigió lo del fuego, haciendo que no existiera ya peligro para mi bosque, eliminándolo del cadáver del demonio. Entonces mi sonrisa sólo era amable.

Siempre he tenido la teoría de que los monstruos semihumanos comparten un corazón común. Algo que inconscientemente les hace empatizar entre ellos, sentir compasión el uno por el otro. Es como si todas las partes distintas e incomprendidas de ser diferente se unificasen para llorar juntas. Y todo esto ocurría de manera muy subtérfuga en el corazón de los que éramos así. A veces se reflejaba de un modo muy... emotivo y particular. Como lo acontecido con Hellboy o... mi querido Groot. Otras veces, como este caso, el gesto empático era no matarle cuando de haber sido distinto, sí lo hubiera hecho.

- Demos un paseo- dije llevándome al interior del bosque mientras la destrucción se reparaba sola a mis espaldas, con autosuficiencia. No contesté del todo a su pregunta, pero me ayudaría a obtener respuestas. - Bien, no sé si tienes algo que hacer pero no me importa. Charlemos un rato- dije pasándole un brazo sobre los hombros, sin tocarle la piel. Nos metimos en el bosque, en mi zona donde casi ya empezaba a parecer una selva. Con humedad, lianas y musgo suave. Mientras caminaba con paso firme las hojas se iban cayendo una a una, acomodándome un bikini, lo justo y necesario para no incomodarle y que me prestase atención. Más que un gesto provocador era uno de naturalidad, como quien se pone ropa cómoda al llegar a casa.

Llegué a las raíces de un sauce y las moldeé con una especie de respaldo enrevesado. Me senté en el suelo con la espalda apoyada y las rodillas frente a mí. Le hice un hueco a mi lado.

- Así que... cuéntame. ¿De qué va todo eso?- dije refiriéndome al demonio. A la transformación, la calavera, el fuego... Y él lo sabía. ¿A qué otra cosa me iba a referir si no?

La cara de Ivy la delata: definitivamente le disgusta el aroma a carne quemada que había inundado el lugar producto de la ejecución del demonio; quizás la propia forma en que le había terminado haya sido lo que le causaba tanto asco, a saber. Es comprensible de alguien que no está acostumbrada a este tipo de cosas, y esa mujer parece estar a punto de soltar el almuerzo, aunque el color de por si verdusco de su piel me dificulta mucho decirlo a ciencia cierta. Por mi parte no había problema, dado que después de años de llevar haciendo lo mismo, uno termina acostumbrándose, tanto al olor, como a la sangre y las quemaduras, y a todos los demás gajes del oficio. Aunque no negare que el hecho de estar en estado Ghost Rider me daba una ventaja por encima de todos los demás: al ser un jodido esqueleto, no tengo nariz ni sentido del olfato, así que esas cosas no me joden. Mientras camino hacia ella, observo con total atención como las hojas manchadas de su "traje", si cabía llamarlo así, caen lentamente al suelo para ser reemplazadas por otras nuevas de forma casi instantánea. Hasta ese momento nunca me había preguntado realmente hasta qué grado ella es capaz de controlar la naturaleza a su alrededor; quizás sus poderes no impliquen necesariamente un acto voluntario, sino que también pueden conllevar acciones inconscientes de la mente que las plantas interpreten como ordenes. Su grado de control sobre el verde del bosque era tal que casi pareciera que las plantas fuesen personas, como sus siervos personales, que no necesitaban escuchar la orden directa de su ama para cumplir con sus caprichos, sino que por puro instinto ya sabían lo que tenían que hacer, incluso antes de que la necesidad surgiera. En ese momento caigo en cuenta cuan realmente estaba, en estado de Ghost Rider, en un polo diametralmente opuesto al de ella; yo soy fuego, ella es vegetación, la cual el fuego destruye, mejor llevarme el fuego y no arriesgarme a cagar las cosas.

Tal y como había pensado, al convertirme de nuevo en humano, ella se tranquiliza notablemente, y su expresión mejora todavía mas cuando me llevo el fuego del bosque. No puedo evitar dar una ojeada por encima del nivel del hombro al cadáver del demonio, solo para observarlo siendo lentamente devorado por el ambiente, tal y como las hojas que se habían desprendido del atuendo de Ivy. Es lo justo supongo: si dañas la naturaleza, te toca recompensarle más tarde, y el cuerpo de ese demonio de seguro le daría al bosque unos buenos kilos de fertilizante; solo esperaba que su sangre corrompida no tuviese ningún efecto adverso en este, aunque no había muchas posibilidades viendo el grado de control que Ivy tenía del lugar. Si había algo mal con su casa, ella lo sabría y lo detendría tranquilamente.

Con mi atención completamente centrada en ella una vez más, observo como su sonrisa ya ha vuelto a ser la misma que puso la primera vez que nos conocimos, sino es que de hecho una incluso mejor. No me costaba creer que una belleza de su calibre tuviese algo de maldad en su alma; pues ya había visto de primera mano a chicas increíblemente sensuales transformarse en monstruos del demonio a la primera de cambio. Esa chica era capaz de controlar la naturaleza, de expandir el verde a voluntad, de corregir los daños de la contaminación...ella era capaz de crear vida, de mejorarla. Ella era capaz de hacer algo impresionante, algo inaudito. Mientras mis poderes solo eran capaces de destruir, de quemar, de torturar y de matar, ella podía utilizar los suyos para reparar. No negare que el espectáculo de ver como recomponía los daños al bosque con un movimiento de la mano fue algo impresionante y maravilloso por igual; por un momento me sentí emocionado casi.- Déjate de cursilerías, enfoca lo que queda de tu mente. Ya hemos acabado aquí, no tenemos por qué permanecer más tiempo.- Escucho la voz del siempre inoportuno Zarathos en mi cabeza de nuevo, dado que aun no he descubierto un mecanismo efectivo para callarle la boca cuando no estoy de humor para escucharlo. Desgraciadamente tiene razón: ya habíamos terminado, y la mujer seguro quería estar a solas en su bosque, así que me preparo para decir adiós e irme sin problemas...

...hasta que me propone dar un paseo.-Lo siento, la dama ha hablado y ahora me siento con ganas de estirar las piernas por aquí.- Pienso para mis adentros. Oigo sus gemidos y sé que la idea le fastidia, como casi todo lo que hago que no implique quemar demonios, pero aun así le ignoro y continúo como mis planes. Él solo se limita a soltar su clásico- Acabaras arrepintiéndote.- Y luego permanece callado. Para colmo no solo me propone dar un paseo, también me propone "charlar un rato". Hay dos formas de las que se puede interpretar esto: ella literalmente quiere charlar un rato, o quiere echarse un polvo.- No te ilusiones, con tu suerte acabara hablándote sobre los daños a su propiedad.- ¿Daños a su propiedad?¿No viste que la acabo de salvar?--De unos ocultistas de segunda que liberaron un demonio por qué no pudiste llegar antes.--.....- Odio cuando el hijo de puta tiene razón. Y si, la verdad es que de haber corroborado menos mis fuentes y seguido mis instintos de seguro los hubiese detenido mucho antes y nada esto habría pasado. Con toda esta mierda de los nuevos demonios apareciendo de todas partes, tendré que a acostumbrarme a ser menos metódico, y guiarme un poco mas por los instintos. Puede parecer desquiciado, pero con como están las cosas últimamente, no puedo darme el lujo de desperdiciar tiempo. Tengo que ser más rápido. Irónico que sea justo yo el que dice eso.

Por fortuna el suave toque de su brazo por encima de mis hombros me saca del viaje de la culpa; y esta vez consigo no poner cara de idiota por el mero hecho de que estuviese tan cerca mía, o el contacto de nuestros cuerpos. Desgraciadamente no puedo evitar entrar en "trance" unos segundos al ver como las hojas de su cuerpo se van desprendiendo lentamente hasta formar, literalmente, un bikini de puras hojas. Por el modo en el que ella se mueve casi pareciera que ese sensual contoneo de caderas y la poca ropa son algo tan natural para ella como para mí lo es andar con algo de cuero encima. Entonces ya me voy olvidando del polvo.-Te lo dije.- Desde luego Zarathos no pierde oportunidad de recordármelo; su tan temido "te lo dije", lo estaba comenzando a odiar. Finalmente entre tanto árbol, planta, y un suelo tan húmedo que tengo que andar con cuidado de no mancharme las botas con barro (además del cuidado de no pisar ninguna planta que pudiese despertar la ira de mi anfitriona) llegamos al lugar donde supongo que quería que charláramos. Llegamos a un enorme sauce, cuyas raíces se moldean como si ella fuese el hada madrina de los cuentos de Disney, solo que en vez de convertirse en una carroza se convierten en un asiento lo suficientemente grande como para estar los dos sin que falte espacio.

Y entonces, sin miramientos, me pide que le cuente todo. No hace falta decir mucho mas dado que es obvio para los dos que se está refiriendo a todo el asunto del Ghost Rider y toda esa mierda, y quiere que le cuente mi historia. Me rasco la nuca ligeramente con claro gesto de incomodidad mientras me preparo para hablar. En mis experiencias pasadas, cada vez que tengo que contar la historia de mi vida lo hago para evitar el ser atacado o encerrado por grupos de magos o “cazadores de demonios” que no pueden dejar de lado sus prejuicios en contra de estos últimos, de modo que las cosas siempre transcurren en un ambiente extremadamente tenso para mí. Con ella, la cosa era bien distinta: por primera vez en mucho tiempo no me sentía frustrado o amargado al contarle de mi vida por qué no era una obligación del momento, sino una opción, o al menos así me parecía a mí. Es difícil de explicar, pero algo dentro de mí me dice que ella no me va a juzgar aun después de escuchar mi historia; sé que puedo ser sincero con ella y las cosas no se complicaran. Hace demasiado tiempo que no me siento así. Es bastante lindo la verdad.

-Pues, es complicado, y bastante largo.- Tenemos tiempo, no creo que haya problema.- Yo soy un acróbata de motocicletas, toda mi vida lo he sido, desde pequeño. Sé que no parece importante pero créeme que lo es.- Hice una pausa antes de continuar, pues estaba por entrar en la parte que menos me gusta contar, y la forma en la que cambio mi rostro lo dejaba a la vista. Hay pocas cosas en el mundo capaces de amargarme, y estaba a punto de contarle una de ellas.- Mi padre era un motociclista famoso, no creo que lo conozcas porque era de otro universo; se llamaba Barton Blaze. Él murió cuando yo era joven, y quede huérfano; su amigo Crash cuido de mi.-Realmente no siento que haya necesidad de contarle sobre lo mío con su hija, Roxxane, dado que no tiene que ver con la historia principal y sinceramente no me apetece hablar de ella.- Un día Crash enfermo de cáncer, y yo estaba desesperado por encontrar una cura de una enfermedad incurable. Como siempre me habían interesado todas esas cosas frikis del oscurantismo, anduve indagando en libros de magia oscura, buscando una cura. Sé que fue estúpido e irresponsable, pero mi padre adoptivo estaba por morir y yo estaba muy desesperado.- Mi voz se quiebra entre palabras, quiero asegurarme de que sepa porque lo hice, y que no me compare con los sectarios idiotas que matamos hace poco; ellos buscaban poder y yo salvar una vida. –Realizando un ritual antiguo, logre invocar a un demonio de gran poder, llamado Mephisto. El desgraciado me prometió que salvaría la vida de mi padre, a cambio de mi alma. Solo digamos que el hacer cosas “cuerdas” no era lo mío, y acepte el trato para salvar su vida. Funciono, en un principio, y mi padre no murió de cáncer.- Entonces mi boca se contorsiona, se frunce mi entrecejo y mi voz adquiere un tono de rabia.- Pero murió en un “accidente” de moto de forma misteriosa, al poco tiempo después; entonces me di cuenta de que el hijo de puta me había engañado, y ahora tenía mi alma.- Me vi forzado a hacer una pausa, y soltar un profundo suspiro. Nunca puedo contar la historia completa sin frustrarme.

-Para resumírtelo, mi alma acabo unida a la de un demonio; uno que también había sido engañado por Mephisto hace miles de años. Se llama Zarathos y, por mas trillado que suene, habita dentro de mi cabeza.- Omito las partes que involucran a Roxxane, como el hecho de que ella fuese el motivo por el cual mi alma acabo fundida a la de Zarathos y no en el Infierno. -Al unir nuestras almas, Mephisto me convirtió en su matón/guardián personal; el Vengador Fantasma, o Ghost Rider, como prefieras. Todas las noches me transformaría en ese esqueleto en llamas, y recorrería el mundo cazando demonios y castigando a los pecadores, para alimentar a los demonios del Infierno con sus almas. – Suspiro por segunda vez, y continuo, ligeramente más calmado que antes.- Durante varios años la cosa fue así: yo transformándome todas las noches en esa cosa, y saliendo a cazar, para volver a mi forma humana apenas saliera el Sol. Sin embargo, con el paso de los años fue aprendiendo a controlar al Ghost Rider. Llegado un punto, me libere de su control, y ahora puedo controlar esto a voluntad. Como habrás notado, eso no me impidió seguir cazando como antes. Es complicado. Quiero vengarme de Mephisto, cosa que no conseguiré a no ser que sea con estos poderes, y es algo que ya tengo figurado. De modo tal que necesito conservarlos, al menos hasta haber acabado con él. Mientras tanto, ya tengo el cuerpo, y la responsabilidad: en mi universo los cazadores de demonios éramos muy pocos, y un poder como este no se puede desperdiciar. Al final decidí que, si alguien debía cargar con el peso de la responsabilidad, tenía que ser yo, que ya estaba acostumbrado a hacerlo. Después una cosa llevo a la otra, la Colisión de Universos, y ahora todo el mundo está lleno de cazadores y demonios; así termine aquí.- Para cuando acabe con mi anécdota, ya estaba sonriendo de nuevo. La verdad es que mi estado de ánimo cambia mucho acorde a que parte de la historia este contando. Siempre me pongo feliz llegando al final, el recuerdo de mi finalmente liberándome del control de ese hijo de puta, sin que pudiese hacer nada para impedirlo, fue precioso. Es de las pocas cosas que Zarathos y yo atesoramos por igual. -Podría decirse que es como lo que tienes tú con este bosque: tenemos las habilidades, y el conocimiento, por eso somos los mejores para mantener sobre nuestros hombros el peso de nuestras respectivas cargas, porque nadie más lo haría del mismo modo ¿No crees?.-

Supongo que eso basto para responder su pregunta, o al menos la mayor parte. Si no, pues cuando le toque otra vez me volverá a preguntar. De momento, siento que es mi turno de hacer una pregunta, y ya tengo una en mente. –Si no te molesta, yo hare una pregunta ahora, y luego sigues tu ¿Siempre has sido así? Es decir ¿Siempre has sido verde, y tenido esos poderes, o los adquiriste con el tiempo?

Presto mucha atención a su reacción ante mi historia, buscando principalmente algún gesto en su cara que indique escepticismo, incredulidad, o el tipo de enojo que a veces le da a la gente cuando piensa que le están tomando el pelo; he recibido esas reacciones tantas veces que ya hasta puedo determinar cuando la gente me está tomando en serio y cuando me quieren mandar a la mierda por “bromista”. Pero no, en realidad parece que se toma muy enserio mis palabras, tanto que hasta me expresas sus condolencias cuando le cuento sobre lo de mi padre ( y unas condolencias auténticas, no esas mierdas de telenovela que la gente dice para parecer sensible), y hasta me hace sus propias preguntas y acotaciones…por su reacción deduzco que la idea de tener un demonio en su cabeza las 24hs del día no le parece lo más placentera, supongo que ya somos dos.- Que sean tres, preferiría pudrirme en el infierno que seguir en esta bodega al alto vacío que llamas cráneo.--…hijo de puta.- A juzgar por su rostro, ella se cree cada palabra de lo que digo, o al menos me presta la suficiente atención y tiene la suficiente paciencia como para no echarme a patadas. Aunque para ser justos, tampoco es que este todo el tiempo mirándole a la cara... ¡NO ME CULPEN! Por Dios ¡Soy hombre, mierda! No puedo evitarlo…es que…están ahí ¡POR DIOS, ESTAN AHÍ! ¿¡Como esperan que los ignore!? Son grandes, verdes, prácticamente sobresalen a la vista con ese bikini de hojas que usa, que no hace maravillas por cubrir su piel precisamente. Tampoco es como que me le que babeando como un tarado en un bar, solo una miradita rápida…bueno, unas miraditas rápidas cada tanto. Me rasco la nuca o trato de mirar al piso para disimular lo mejor que puedo. No puedo evitarlo, no es mi culpa. No puedes ponerme un par como ese enfrente y esperar que lo ignore, que no soy de piedra. Para cuando siento el tacto de su mano sobre mi pierna, solo me alcanza la cabeza para rezar que no la ponga en el lugar equivocado –Por favor que no se dé cuenta de que me puso bien duro”.- Por suerte mi ropa oculta bien “aquello” y su mano, por unos valiosos centímetros, no toca nada indebido, así que no nota lo que no quería que notase. Pero a pesar del bonito momento, no puedo evitar soltar una carcajada medio amarga-medio divertida cuando lo dice.- ¿Héroe? ¿Yo? Jajaja…lo siento, realmente fue muy divertido, mira tú responde la duda y ahora yo te digo todo…jajaja.- Tuve que morderme el labio para ahogar una risa. Ay que linda, si supiera la verdad.

Y para colmo luego estira la espalda…pasa lo que siempre pasa cuando una mujer de su –ejem- características estira la espalda; comienzo a pensar que me lo hace a propósito, que solo busca una excusa para cacharme in fraganti y estrangularme con una de sus plantas. Al menos su sonrisa demostró que, o no me había cachado, o lo había hecho pero no le importaba (bueno), o estaba buscando el momento oportuno para pasarme factura (malo). Tengo que poner toda mi fuerza de voluntad en su cabeza, evitar mirar hacia…la parte baja de su espalda…sí…eso…tanto que casi siento como una gota de sudor me humedece el pelo. Otra vez, el bikini no ayuda cuando estas así de buena, pero me fue mucho más fácil concentrarme cuando empezó a hablar. Al fin y al cabo yo le pregunte por su historia, obviamente voy a prestar atención cuando me la cuenta, a pesar de todas las constantes distracciones.

Al parecer la chica había sido toda una cerebrito en la escuela, con todo y Master; una bióloga botánica…en realidad es bastante obvio si lo piensas bien, digo, poderes de planta, piel verde, posible parafilia con las plantas, todo coincide si lo unes bien. Entonces la historia da un giro inesperado y me captura completamente. Y al mismo tiempo no puedo evitar sentir un poco de bronca, por decirlo de algún modo. Puedo captar cierto tono de tristeza en su voz, completamente contrario al que venía usando hasta el momento; un cambio radical en su ser…casi como más indefenso ante los recuerdos de su propia historia. Se lo que se siente. Ese hijo de puta había experimentado con ella y la convirtió en lo que era ahora. No poda decir que era un monstruo porque…por favor, solo hay que verla, quien le diga monstruo es porque está ciego o es idiota. Pero no se lo iba a decir, sonaría como un imbécil, y en realidad si me jodia bastante enterarme de lo que le había pasado. Atados a un destino que en un principio nunca imaginamos por fuerzas mayores a las nuestras…sonara a poesía pero la verdad es que me sentía identificado con ella cada vez más.

-¿Esterilización?... ¿Toxicidad?- Le pregunte, incrédulo; hablando de matar una erección. En serio, es fácil perder la excitación cuando te enteras de que, si la mujer que te pone cachondo te toca, te mueres. Por otra parte yo ya había visto su veneno en acción cuando acabo a uno de los frikis de una manera bastante grotesca, pero supuse que era algo que podía controlar, la verdad jamás creí que si yo la besaba podía terminar así. En esos momentos me doy una buena palmada mental en la espalda por no haberlo hecho. Obvio lo de la esterilización no me molesta mucho (no estoy listo para dejar pequeños Johnnys corriendo por el mundo), pero aun así me cae bastante pesado. Pensar que ella jamás podrá tener una familia (no adoptada), ni tener relaciones con nadie fuera de un traje de protección contra sustancias peligrosas. Realmente le habían cagado la vida. Es decir, está bien que en su tiempo me jodio enormemente por los ciclos diarios de sueño y todo eso, pero hasta yo tenía mi tiempo de descanso, y podía coger con quien me diera la gana (la fama y ser tan sexy como yo ayudan mucho en eso), pero ella tiene que estar así todo el tiempo; la verdad que en algunos detalles realmente me ganaba por goleada si compitiésemos por “qué vida es más mierdera”.

Pero no hay tiempo para eso. Veo como ha quedado después de decir aquello: destrozada. En un momento dado casi me pareció que estaba a punto de ponerse a llorar en posición fetal. Debe haber sido traumático para ella, y yo lo sé porque también viví mi trauma; despertar todos los días al anochecer prendiéndote fuego en tu propia cama puede dejarte muy mal de la cabeza. Quiero ayudarla, pero no sé cómo.-Lánzate de un puente, seguro le alegra.- Lo ignoro; ni siquiera dignifico su comentario con un seño fruncido, no esta vez. Mi atención está completamente centrada en una persona. Sé que esta así por mi culpa, porque yo no pude evitar hacerle esa estúpida pregunta y ahora la deje medio traumada otra vez. Seguro que ya había decidido olvidar todo eso, llego yo como un idiota y le hago recordarlo. Bien hecho Blaze, eres todo un campeón. No sé qué hacer para animarla, y no creo que pueda haber nada que yo diga que la haga sentirse mejor. Entonces decido hacer algo diferente: actuar. Ya si quiere pegarme o matarme después, será cosa suya, pero sé que tengo que hacer esto. Me paro lentamente y avanzo hacia ella mientras se encuentra inmersa en sus pensamientos, con la mente puesta en un solo objetivo. Cuando estoy menos de un metro de ella, y sin darle tiempo a objetar, extiendo mis brazos alrededor de su cuerpo, y la abrazo.

Es un abrazo serio y sincero. No es ningún truco, no esta vez. Mis brazos rodean gentilmente sus hombros, depositando mis manos en la parte alta de sus espalda; así es, ni en la cintura, ni en ese perfecto culo suyo, sino en la espalda, de un modo gentil y sumamente cuidadoso, sin querer perturbarla. Confío en que mis guantes de cuero me protejan de cualquier toxicidad. Solo me preocupo en rodearla con mis brazos, como en un intento de darle algún tipo de consuelo, de que no crea que está sola en su dolor; yo estuve solo en el mío, y sé que no es bonito. Ni siquiera intento que sus exuberantes pechos se presionen contra el mío. De hecho, y aunque sé que mañana, y pasado mañana, y todos los días del resto del mes me odiare por eso, me asegure de que la única parte mía que siquiera rosase su cuerpo fueran mis manos, mientras todo lo demás se mantenía a una buena distancia, para asegurarme de que entendiera que no estaba intentando nada con ella. Mi cabeza se acercó a uno de sus hombros, a pocos centímetros de su cara, y la mire a los ojos. SI miraba con atención a los míos, podía discernir algo que me había asegurado de jamás dejar ver a nadie más, ni enemigos ni amigos: absoluta tristeza. No me da lástima como una mascota herida. Yo pase por algo como lo que paso ella y estuve mucho tiempo sin poder confiárselo a nadie; toda mi vida me sentí solo en mi dolor. Si puedo hacer algo bien, algo verdaderamente bien, es estar con ella en ese momento, por más que rechazara mi compañía, por más que me metiera un rodillazo en los bajos. No quiero que nadie tenga que pasar por un dolor similar al mío, o al menos no solo; nunca dejare que eso le vuelva a pasar a nadie.

Luego de lo que pareció una eternidad de miradas, hablo.- Lo siento, mucho.- Mi voz era diferente, no quebrada ni feliz, sino simplemente triste. Si prestaba atención, ella podría ver en mi rostro una expresión de dolor que no había mostrado hasta el momento, ni aun contando mi propia historia, pues era un dolor diferente: el dolor de ver a alguien sufriendo, y saber exactamente como se siente, por más diferentes que fueran nuestros casos particulares. Me separo de ella ligeramente, mis brazos ahora apenas tocan sus hombros, para darnos espacio.- Si quieres que me vaya me iré.- Le dije al final, con tanta pesadez en mi voz que yo mismo me sorprendí de que pudiese seguir hablando.-Solo quería decirte eso ¿Si? Sé cómo te sientes, entiendo tu dolor. De seguro crees que no, pero lo entiendo, créeme. Sé cómo es…-Digo, finalmente, sin saber que decir para expresar esa parte del mensaje; solo me queda rezar que ella lo entienda sin necesidad de palabras. Ya estoy sin la misma energía que tenía cuando llegue bajo los brazos, y me alejo un poco, mirando por primera vez al suelo, y no a ella.

Las cosas habían llegado al punto de no retornar. Se al ver como se conectan nuestras miradas que ya no hay marcha atrás, que lo que había hecho ya no podía deshacerse y que no podía irme de ese lugar sin dejar todo claro con Hiedra. Después de haber expresado mi pesar, de haberle demostrado al humano doliente detrás del duro Johnny Blaze, no tengo ganas de separarme de ella hasta asegurarme de que todo eso hubiese servido de algo. No me iré de ese bosque hasta asegurarme de haberle dicho algo que le ayudase a lidiar con su dolor, al menos por un tiempo, y solo entonces podré dormir tranquilo.
Me desconcierto un momento cuando la veo tomando cosas del medio ambiente para compactarlas en una especie de píldora o bocadillo ecológico como esos que te ofrecen gratis en los mini mercados. Al principio intento negarme a ingerirlo; nada personal, solo que no me gusta que me metan cosas raras a la boca, en especial luego de ver su “rustico proceso de elaboración”. Pero cuando quiero decirle que no, no puedo evitar mirarla a los ojos, y una mirada suya es más que suficiente para inspirarme confianza. Puedo saberlo con mirarla a la cara: ella no me va a envenenar, ese bocadillo no me va a matar. Y después de ingerirlo puedo comprobar que tampoco es un afrodisiaco, puesto que aún soy perfectamente capaz de articular toda clase de pensamientos que no incluyeran desnudarla con la mente, como la primera vez que nos vimos ¿Qué es entonces? Supongo que el tiempo lo dirá, pero para ser honesto, en ese momento no me importa una mierda. Tengo cosas más importantes de las que preocuparme, como el estado emocional de Hiedra, o el hecho de que me esté sacando los guantes sin decirme nada.

-Usualmente las chicas no empiezan por los guantes llegado este punto.- No puedo evitar bromear conmigo mismo en mi cabeza, aunque mi atención sigue completamente puesta sobre Ivy y lo que está haciendo. Me toca con una delicadeza increíble, como si fuese a matarme al más mínimo contacto con la piel….lo que tal vez no sería una teoría tan loca teniendo en cuenta la toxicidad de la que me hablo antes. Entonces comienza a tocar mis manos, la piel de mis manos, y por algún motivo no siento que pase nada. Quizás su toxicidad no se transmite a través del tacto, sino solo por los labios, aunque eso dejaba sin explicación su aparente delicadeza conmigo. Quizás no me afectase, aunque de nuevo, no hay pruebas de ello. Lo que yo creo es que ese bocadillo tiene algo que ver en todo esto, pero ya habrá tiempo para jugar a preguntas y respuestas mas tarde. De momento lo único que me importa es el tacto de Ivy en mi cuerpo, el cual solo aumenta conforme se aventura más y me quita la chaqueta. Y luego sus manos se posan en mis hombros, en la piel por debajo de mi camisa, y en mis muñecas. Mas no es esto lo que más llama mi atención; sus ojos continúan robándose el telón. Su mirada es extraña, completamente diferente a todas las que le había visto: esa no es una mirada lasciva, iracunda o de desprecio disimulado. He visto esos ojos antes, y sé que los puedo identificar. Son ojos de alguien que está viviendo una fantasía, ojos de soñadora, y las palabras que dice a continuación no apuntan lejos de eso.

-¿A Zarathos? Lo dices por qué no lo conoces, y tienes suerte.- Intento bromear para aligerar el ambiente, pero sé que fracasó estrepitosamente, y es que como dije antes, ya no hay marcha atrás, ya no hay forma de “aligerar” lo que está pasando. Al observarla frente a mí, tan frágil y tan fuerte al mismo tiempo, tan feliz y tan triste…no puedo evitarlo. Llámenlo impulso, hormonas, Cupido, o psicotrópicos, pero no puedo pensar en otra cosa que hacer en un momento así. Me inclino lentamente hacia ella, jalando de sus muñecas con la suficiente delicadeza como para darle la oportunidad de alejarse y que no sienta que la fuerzo hacia mí, pero sin dejar de acercarnos. Elevo mis manos hasta sus hombros mientras mi cara se acerca a la suya. Una vez más nuestras miradas se conectan, nuestras cabezas se acercan al punto de que puedo sentir su pelo en mi frente, pero nada de eso importa, porque solo estoy enfocado en una cosa. Siento que tengo todo el tiempo del mundo, pero que si no lo hago rápido acabe muriéndome. Finalmente conecto mis labios con los suyos, en un beso lento y apasionante. Me dejo llevar. Dejo de un lado la experiencia y simplemente actuó; a veces todo lo que se necesita son 20 segundos de locura inconsciente.

No sé cuánto dura el beso, ni me importa. Llegado un determinado momento comienzo a sentir algo raro en mi piel, en las zonas que Ivy toco. Comienza como una comezón, que se extiende lentamente y se convierte en dolor; similar al tacto del fuego sobre la piel. Mis labios sufren el peor daño. Mi boca se siente como si estuviese poniendo los labios en la estufa. Mis muñecas se resienten al tacto, tanto que no puedo evitar presionar con fuerza unos segundos, antes de acordarme que estoy presionando los hombros de Ivy y simplemente limitarme a soltarlos. Pero mis labios nunca dejan de conectar con los suyos. No me detengo, y no quiero que ella lo haga. Solo me alejo cuando siento que ya no hay nada más que pueda hacer. Mis labios se despegan con la misma lentitud con la que entraron, aunque ahora se encuentren en un estado mucho peor. Aun así mi rostro no cambia. Sigo sonriendo, y la sigo mirando a ella, como diciéndole que todo está bien con un gesto de mi cara. Noto algo extraño en su rostro, como si estuviese extrañada de mi reacción. De seguro mi estado era peor de lo que suponía, y ella estaba viendo de frente los resultados de su toxicidad, preguntándose por que no escuchaba los gritos de dolor a los que seguro estaba acostumbrada; o al menos eso supongo yo.- No es nada.- Respondo, sintiendo por primera vez en ardor en mis labios, como ninguno otro…y aun así no dejo de sonreír, de intentar transmitirle algo de felicidad a través de una sonrisa por mas inútil que el gesto en realidad sea; solo lo quiero intentar.- Quizás te preguntes…porque aún no empecé a gritar como si me estuviese quemando el culo.- Suelto una risita ante mi propio comentario, pero me contengo y vuelvo al asunto; creo que me duele cuando me rio.- Sabes…cuando inicie…con todo esto del Ghost Rider…en mis primeros años.- Énfasis en años.- Me despertaba todas las noches a las 12…- Sé que mi piel ya se está poniendo colorada, y sospecho que me han salido un par de ronchas, pero para eso está el botiquín en el autobús de gira. Ahora tengo asuntos más importantes.-…y me prendía fuego. Mi cuerpo completo- Énfasis en completo.- era quemado por las llamas del Infierno cada vez que esto pasaba, de forma lenta. Solo así podía convertirme en él antes de aprender a controlarlo, y tenia que soportarlo cada noche, una y otra vez.- Mis ojos hacían lo imposible por transmitir un mensaje, y solo un mensaje, autentico, verdadero y sin trapujos: que todo estaba bien.- Después de pasar años siendo carbonizado cada noche…¿En serio creíste que iba a dejar que una miserable quemadura química nos cagara este emotivo momento?- Sé que me duele, sé que arde, sé que es peligroso y se que podría estar sufriendo de envenenamiento lento….pero también sé que me importa una mierda todo eso, y sé que puedo soportarlo, quiero soportarlo. Sé que no voy a dejar que nada ni nadie estropee este momento.

Su rostro se muestra bastante confundido mientras mis labios, ahora ligeramente hinchados, se separan de los suyos, y es perfectamente comprensible. Sé que debe haber muchas preguntas en su cabeza en este momento. Preguntas como el por qué no estoy gritando de dolor después de haber sido expuesto tanto tiempo al veneno que segrega su piel, o el por qué continuaría con el beso aun a costa de mi propia salud siendo consciente de lo que podría ocurrirme. Me pregunta por qué lo hice, tal y como había supuesto que lo haría, y prefiero tomarme mi tiempo en contestarle, al menos cuando veo que comienza a “recolectar” ciertas plantas del lugar para formar una especie de pasta, la cual a falta de un envase o algo más práctico, acabo entre mis manos. Obviamente no dura mucho en ese lugar, pues apenas me entero de que tiene un efecto curativo sobre el veneno, comienzo a aplicármelo tanto en las manos como en la boca y hasta en algunas partes del pecho; todos los lugares donde sentía esa comezón ligeramente dolorosa. Y, tal como Ivy me había prometido, en cuestión de pocos segundos el ardor de mi piel comienza a disminuir considerablemente. Mis labios palpitan a un ritmo cada vez más lento y con el solo observarme las manos, que es donde mayor cantidad de ungüento había sido aplicada, puedo comprobar que, en efecto, la hinchazón está disminuyendo. Soy consciente de que tampoco provocara que los efectos del veneno se anulen por completo, pero al menos así puedo simplemente ir a una farmacia y decir que me he caído sobre un arbusto de hiedra venenosa, en lugar de ir a un hospital para cuidados intensivos.

Entonces ella me mira con una cara de dolida que parece salida de película trágica y me tira el clásico “Creo que deberías irte” que ya he escuchado cientos de veces de varias fuentes diferentes a lo largo de mi vida. Se da la vuelta, intenta parecer fuerte, pero yo ya sé que solo intenta aparentar. Puede que mis poderes no me permitan saber exactamente cuáles son las emociones de las personas, pero para alguien que ha tenido tantas malas experiencias con mujeres como yo, el reconocer este tipo de situaciones es tan sencillo como la tabla del uno.- Tú me preguntaste por que hice lo que hice…- le digo, finalmente, dándole la espalda yo también, antes de que la tentación me provoque inclinar mi mirada y observar un poco más…abajo. – Yo sé todo sobre tus pecados. Sé cómo matas a los hombres…- Continuo esperando que mis palabras no despierten en ella una reacción negativa o agresiva. No todos se toman bien el hecho de que leas sus almas sin permiso.-Sé que les das….el beso de la muerte. Es por eso que, después enterarme de lo que habías pasado, lo mejor que se me ocurrió fue darte un beso.- A estas alturas mi voz comenzaba a perder cierta seriedad; no como si fuese alguna clase de jocosidad que le sigue a un chiste, sino más bien como alegría.- Tantas veces has besado a gente que odiabas, solo con el propósito de asesinar. Supuse que, tal vez, hubieses olvidado lo que se sentía besar a alguien que en realidad no odiases. Me arriesgo a decir que fue una sensación hermosa ¿No lo crees? Tal vez sea una que no puedas experimentar mucho, pero dudo que sea una que te arrepientas de experimentar.- Y sí, yo me estaba clasificando como ese hombre. Los malditos solo quieren ver felices a otros malditos, o eso es lo que me han dicho.- Nadie debería pasar tanto tiempo sin experimentar eso, al menos una vez cada tanto.

Y dicho lo dicho, comienzo a alejarme lentamente de ella, hasta detenerme en un punto, cerca de una bifurcación del bosque, por donde habíamos venido antes.- Si quieres que me vaya, me iré ya mismo. Pero antes, quiero respondas una pregunta. No a mí, sino a ti misma.- Me aclaro un poco la garganta y me preparo para hacer la pregunta en cuestión mientras empiezo a alejarme cada vez mas.- Si no quieres responderte ahora, guárdatela para después, es algo que debes pensar bastante.- Una sonrisa comenzaba a formarse en mi rostro mientras me alejaba, hasta que me detengo en un punto exacto, para voltearme y mirarla de frente por última vez- ¿Estás sola por qué quieres estar sola, o por qué crees que deberías estar sola? No creas que es lo mismo, la diferencia es abismal. Ojala no te lleve tanto tiempo como a mi entenderlo.- Y dicho eso, extiendo mi mano hacia arriba en señal de despedida y comienzo a alejarme lentamente. Ella puede detenerme si quiere, preguntarme algo o seguir la charla. O puede hacer lo que creo que hará, y simplemente dejar que me vaya; siempre y cuando no se olvide de meditar sobre esa pregunta, yo me iba feliz.- ¡Hasta un demonio como yo puede entenderlo con el tiempo!- Grito a lo lejos.- ¡Nadie debería estar tan solo!-

off: en este punto vos decidis si el rol termina o no. Si queres seguirlo, anda tras Johnny, si preferis mejor no, quedate ahi que el se va. De cualquier manera, fue un gusto haber roleado contigo, y espero que haya servido al proposito del desarrollo, al menos momentaneo, de nuestros personajes.