Tengo que saber que sucede (libre) [11/03/2018]

Xavier no había parado un segundo durante las últimas horas. Lo que había empezado como una excursión con sus alumnos (Bryndar, Kevin, Dianne e Irene) bajo su mejor aspecto de "gente-normal-no-mutante" se había convertido en cuestión de minutos en una auténtica pesadilla. El cielo se tiñó de color violeta, el suelo tembló bajo sus pies, las salidas de riego de Central Park estallaron convertidas en géisers y los semáforos se volvieron locos de repente, provocando un choque en cadena en la Quinta Avenida así como numerosos accidentes en toda la Gran Manzana. Se había puesto en contacto telepático con sus alumnos para que se reunieran con él a la salida del edificio de la Bolsa en el preciso momento en el que el tejido de la realidad se había rasgado ante ellos, creando un portal por el que habían surgido varias criaturas no muertas llevando el uniforme de la Patrulla.

Se trataba de los miembros de la Patrulla original: Scott, Jean, Hank, Bobby y Warren... sólo que horriblemente deformados, con la carne podrida colgando a jirones de sus pálidos huesos muertos. No hacía falta mencionar que el shock para él al ver de ese modo a los que consideraba como sus hijos había sido brutal, y a eso se le había añadido todo el cúmulo de voces que había irrumpido gritando en su mente; voces de terror, de sorpresa, de dolor y de agonía. Había sido un golpe tremendo, y durante varios segundos había sido totalmente incapaz de actuar, moverse o pensar... Tiempo en el que sus alumnos habían iniciado el combate contra aquellos zombies, macabras parodias de sus queridos hijos, que estaban aterrorizando a los ciudadanos.

Por su parte, sabía que no podría ser de ninguna ayuda en confrontación directa, por lo que había vuelto de regreso a la mansión, y, aunque cada fibra de su ser le gritaba que buscara a Jean y a los demás para asegurarse de que estaban bien, que no tenían nada que ver con aquellas abominaciones, que nada malo les había ocurrido, sabía que no podía perder tiempo, así que se había dirigido a toda prisa hacia la sala de Cerebro, se había puesto el casco y había buscado las mentes de aquellas criaturas, lanzándose hacia sus conexiones neuronales para sesgarlas una a una con la metódica precisión de un carnicero. Si se tratara de seres sintientes habría sentido remordimientos, pero era fácil sobreponerse a los escrúpulos cuando se trataba con engendros no muertos. Un cúmulo de imágenes había inundado entonces su mente, imágenes de terror y de muerte: civilizaciones enteras caídas ante una especie de plaga que había transformado a amigos en víctimas y a aliados en enemigos. Y entonces lo comprendió: aquella no era su Patrulla, sino que venían de otro mundo, uno en donde los mutantes se habían convertido en monstruos.

Comenzó a sondear la ciudad de Nueva York a la búsqueda de una explicación para lo que estaba ocurriendo. Había esperado encontrar voces de auxilio y miedo, había esperado encontrar a enemigos y aliados preparando sus defensas, pero lo que no había esperado fue la inmensa cantidad de mentes nuevas y extrañas que habían surgido de repente en la metrópolis. Un análisis más detallado le reveló que había ocurrido alguna clase de... "accidente" en el mundo. Por todas partes, mentes e individuos parecían estar generándose de la nada. No le cabía la menor duda de que se trataba de un problema a nivel mundial, y si eso era así, entonces el mundo entero estaba en peligro.

En una situación semejante, era evidente que debían tomarse medidas extremas. Debería ponerse en contacto con los Vengadores cuanto antes, pero no era eso lo que le perturbaba, sino la siguiente persona a la que tendría que llamar, alguien a quien, le gustase o no, tendría que tener en cuenta tarde o temprano porque sabía que, en lo que a seguridad de mutantes concernía, era tan importante o más que él. Habían pasado muchas cosas entre ellos: habían sido rivales, aliados; amigos, enemigos; hermanos, opuestos. Poco importara lo que pensase Cíclope al respecto; Xavier sabía que "aquella" persona seguía siendo de enorme importancia, y si había alguien que podía organizar una operación a escala mundial, debía de estar relacionado de alguna forma. Tenía que ponerse en contacto con Magneto.

Pero lo primero era lo primero; Había llamado a la mansión de los Vengadores, pero Jarvis, el amable mayordomo, le había informado que no se encontraban allí. Lo mismo había ocurrido con Wong, el obediente ayudante de Stephen Extraño y con Roberta, la recepcionista robótica del edificio Baxter. Sólo Spiderman había llegado a responder su mensaje, pero únicamente para decir que estaba muy ocupado, y no podía culparle, dada la situación: Nueva York se hundía en el caos, y sus habitantes estaban sumidos en una cacofonía de desconcierto y terror. Y los sentimientos de angustia se amplificaban cuando extendía su mente al país y al continente. Era como si un montón de desastres naturales se hubieran sucedido al mismo tiempo por todo el globo, y la reacción de sorpresa de todo el mundo solo empeoraba la situación.

Enormes temblores sacudían las ciudades, los tsunamis se alzaban para arrasar las costas, se abrían grietas en el suelo y en el cielo se arremolinaban tormentas eléctricas. El tiempo parecía haberse vuelto loco. En algunos lugares, el tejido de la realidad había empezado a desgarrarse, y, a través de aquellos desgarrones, hubo testigos que afirmaron haber contemplado otras realidades, otros mundos, otros seres y otras ciudades, todos tan aterrorizados y sacudidos por el caos como ellos mismos. Habitantes de otros mundos trataban de atravesar los portales, huyendo de su propio cataclismo mientras miembros del que creíamos conocer caían en inesperados agujeros, desapareciendo para nunca regresar. En algunos lugares, el suelo se había abierto para escupir metrópolis enteras, surgidas de la noche a la mañana. En otros, ciudades chocaban contra ciudades, mezclándose edificios y gentes en una extraña amalgama de realidades. Se alzaron y derribaron montañas, se llenaron y vaciaron océanos. Los muros se derribaban, las cascadas se derramaban desde el cielo, los mares se arremolinaban y la tierra vomitaba fuego.

Sin embargo, lo más desconcertante de todo había sido la aparición de un nuevo mar de voces que jamás había percibido. Y lo más extraño era que algunos de ellos parecían ser super-seres nuevos. Xavier había podido trabar contacto con uno de ellos, miembro de una organización conocida como "Liga de la Justicia"; una criatura alta y fuerte, pero de piel verde, ojos rojos y una mente tan poderosa como la suya.

Había perdido la cuenta del tiempo que llevaba encerrado en la sala de Cerebro, asistiendo al nacimiento del fenómeno que posteriormente pasaría a ser conocido como "La Colisión de Universos", y allí se encontraba cuando su mente detectó unos conocidos patrones de pensamiento, unas ondas que reconocería en cualquier lugar. Su mejor amigo, su mayor rival, su hermano de batalla y la mayor amenaza a la que se había enfrentado la Patrulla X: Erik Magnus Lehnsherr, Magneto. Estaba allí, había venido a la mansión... y estaba herido.

Ahora que había vuelto a centrar su atención en la escuela pudo notar algo más... Eclipse. Estaba sufriendo. Al parecer, el asedio de las voces que le acosaban se había visto multiplicado también a raíz de la Colisión. Bien, ya se ocuparía de eso más tarde, ahora lo importante era averiguar las intenciones de Erik y tratar de establecer un plan de acción conjunto para lidiar con todo lo que estaba sucediendo.

Rápidamente se quitó el casco (quizás era el hecho de estar encerrado en la sala de Cerebro lo que había impedido a Magnus detectar su campo magnético), salió de la habitación y dirigió sus pasos hacia el despacho en el que Logan y Jean habían conducido al mutante.

- Magnus -saludó, aproximándose a él con gesto sereno y calmado (y también, por qué no, preocupado)-. ¿Qué te ha ocurrido?

Charles escuchó la explicación que le daba Magneto con expresión pensativa. Sabía que Magnus estaba siendo sincero; cuando había estado conectado a Cerebro, hacía escasos minutos, había buscado los patrones de pensamiento de su antiguo enemigo y los había encontrado... en Genosha, donde estaría lidiando seguramente con sus propios problemas. Y sin embargo, ahí estaba, ante él. Por alguna razón no llevaba su casco, y Xavier pudo sin dificultad comprobar la veracidad de su historia, aunque ya sabía lo que iba a encontrar incluso antes de meterse en su mente.

- Estoy de acuerdo contigo, viejo amigo. Sígueme. Te mostraré algo -y antes de que Logan pudiera decir nada en contra, añadió para él-: Tú también puedes venir.

Sabía que Lobezno no le permitiría ir a ningún sitio a solas con Magneto, y aunque había visto el interior de su mente y sabía que no tenía nada que temer de él, tampoco sentía la necesidad de contrariar a su pupilo. Dirigió una mirada interrogativa a Jean, pues no sabía si ella les acompañaría, antes de reemprender el camino de vuelta a la sala de Cerebro. Las puertas metalizadas se abrieron ante ellos y el grupo se desplazó por el puente hasta llegar al pedestal central donde se encontraba el casco. Xavier se lo puso y, ante ellos, comenzaron a brillar una infinidad de puntos de color rojo distribuidos a lo largo del globo.



- Así es como estaba nuestro mundo ayer antes de que los fenómenos comenzasen -explicó el Profesor-. Así es como está ahora.

Y tras decirlo, nuevos puntos, éstos de color blanco, aparecieron en el mapa, duplicando, e incluso triplicando los rojos.

- He trabado contacto con algunos de esos nuevos... "integrantes" de nuestro mundo, y al parecer provienen de un universo distinto al nuestro. Por lo que he podido deducir con la ayuda de Henry, nuestra realidad se ha fusionado con otras realidades alternativas o paralelas. En algunos casos, las personas que existían en varias de esas realidades se han unido, fundiéndose entre sí con mejores o peores resultados; en otros casos simplemente existen al mismo tiempo en el mismo plano, y lo mismo para edificios y ciudades. Te diré, Magnus, que he captado la señal de otro Magneto en Genosha y creo que él es el que pertenece a éste universo. Mi universo. Ayer, en cuanto empezó todo, le mandé un aviso para que viniera a reunirse conmigo, pero aún no recibí respuesta por su parte. Imagino que estará ocupándose de mil problemas en la isla. En cambio, tu señal... Bueno, hasta hace unas horas ni siquiera existía en éste universo. Simplemente... apareció. Sin embargo te recomiendo no encontrarte con él aún. Honestamente no podemos saber lo que podría ocurrir si llegárais a estar frente a frente en la misma habitación. Ven, permíteme que te muestre otra cosa.

Xavier se quitó el casco y el grupo de mutantes abandonó la sala de Cerebro para dirigirse hacia el laboratorio del doctor McCoy. Bestia estaba allí, analizando una serie de lecturas reflejadas en pantallas de ordenador mientras un Ángel putrefacto y cadavérico se revolvía en el interior de una jaula de metal, chocándose una y otra vez contra los barrotes y tratando inútilmente de desplegar las alas. Era un espectáculo perturbador e inquietante. Bestia se volvió al oírles entrar y se quedó mirando a Magneto con expresión interrogativa.

- Está bien, Henry -dijo el Profesor-. No es el Magnus que conocemos.

Con esa simples palabras, Bestia tuvo claro a lo que se estaba refiriendo el Profesor. Charles avanzó hasta quedar frente a la jaula, y se volvió hacia Magneto para empezar a explicarle:

- Me encontraba en una excursión por el distrito financiero de Manhattan con unos alumnos cuando una luz violeta tiñó el cielo y el suelo empezó a temblar, como agitado por un violento terremoto. En ese momento se produjo como una especie de grieta luminosa en el aire y de ella surgieron los miembros de la Patrulla X Original en éste estado decrépito y putrefacto. Por un instante temí que algo terrible pudiera haberles sucedido, pero como has podido comprobar con Jean y Logan, ellos se encuentran perfectamente. Me metí en el interior de sus mentes para poder ver sus recuerdos y comprobé que venían de otro mundo, uno que había sido destruido por una especie de plaga que transformó a sus habitantes en monstruos no muertos sedientos de sangre. Los chicos destruyeron a los otros cuatro; éste es el único que sobrevivió. Una de las alumnas consiguió atraparlo dentro de una cárcel de luz y lo trajimos a la mansión para poder estudiarlo. Henry, explícale a Erik lo que has averiguado.

- Hum... -Bestia se ajustó un momento las gafas. Debía de resultarle muy extraño estar hablando de aquellos asuntos con el hombre al que hasta hacía unas horas había considerado su enemigo-. He comparado las lecturas que hice sobre el terreno para averiguar si se correspondían con firmas de teletransporte espacial o temporal en el sistema informático, pero no he encontrado ninguna coincidencia. No hay nada que sea remotamente parecido a lo que registré ayer.

- ¿Y qué crees que significa, Henry?

- ¿Científicamente? -el mutante de pelo azul se rascó la coronilla al tiempo que miraba con expresión confundida al Ángel zombie que se debatía en la jaula-. Simplemente aparecieron. No hay ninguna manera en la que pueda explicarlo, y no puedo ni siquiera empezar a hacerlo.

- ¿Puedes explicar lo que le pasa? ¿Hay alguna forma de curarlo o devolverlo a su estado original?

- No lo creo, Profesor -Bestia se desplazó a grandes saltos por el laboratorio hasta alcanzar una serie de informes médicos y empezó a pasar las páginas-. Los análisis de sangre y adn muestran que éste Warren fue infectado por un virus desconocido en nuestro universo cuya naturaleza únicamente puedo presuponer de origen alienígena y que básicamente lo que hizo fue transformarlo en una especie de... zombie -frunció el ceño, poco convencido-. Pido disculpas por emplear un término tan poco científico, pero realmente no se me ocurre una manera mejor de denominarlo. Básicamente se alimenta de carne humana y es altamente contagioso, pero sólo a través de contacto directo con sangre, saliva u otros fluidos corporales.

- Es algo más que un zombie, Henry... Ésta criatura sigue siendo inteligente. Cuando me metí en el interior de sus cabezas pude detectar, bajo toda esa necrosis, unas mentes bastante activas capaces de razonar, sentir y engañar. Sin embargo, éste no podrá decirnos nada de interés. Durante el ataque de ayer tuve que cortar sus conexiones neuronales, destrozando sus sinapsis y borrando sus recuerdos. Podemos decir que nada queda ya en éste ser del Warren que una vez fue, y si ésta enfermedad es, como dices, incurable, me pregunto si deberíamos acabar de una vez por todas con su sufrimiento... En fin. ¿Qué opinas de todo esto, Magnus? ¿Cuál crees que debería ser ahora nuestro curso de acción? Y, por encima de todo... ¿qué vas a hacer tú?

- Decir que la situación es complicada es decir poco, amigo mío -asintió Xavier-. Si te sirve de consuelo te diré que Genosha no parece haber sido demasiado afectada, aunque han aparecido nuevas islas desconocidas que quizá deberías investigar. Por ejemplo, Wakanda está preocupada porque ha aparecido una especie de... ciudad llena de gorilas inteligentes. Aquí mismo, en Nueva York, tenemos barrios enteros que no existían, y sus residentes están tan confundidos como nosotros. Y si abarcamos a los Estados Unidos, tenemos ciudades e incluso condados nuevos.

Su expresión se tornó pensativa cuando Magneto habló de la seguridad.

- Resulta indiscutible que ésta... "Colisión" ha traído muchos nuevos mutantes, y estoy de acuerdo contigo en que deberíamos tratar de buscarlos y organizarlos. Si ya teníamos problemas para superar el rechazo de los humanos y convencerles de que no somos el enemigo, imagina lo que puede ocurrir con el incremento que acabamos de experimentar en nuestros números. Quiera Dios que los humanos no se sientan acorralados. Los estudios demuestran que los sentimientos de racismo son más elevados cuanta mayor es la presencia extranjera en un lugar. No queramos saber lo que podría llegar a pasar; podríamos estar a las puertas de una guerra civil. Sin embargo, y a pesar de que comparto tu preocupación, espero que no estés sugiriendo una resistencia armada.

Eso habría sido tan típico del antiguo Erik... Ante un mal mayor, replegarse, armarse y declarar la guerra. Habían jugado a ese juego infinidad de veces en el pasado. Muchas veces, Xavier había estado de acuerdo con él. Ahora, las cosas eran distintas.

- Quiero que sepas que, pase lo que pase, no pienso convertir la escuela en una fortaleza, y tampoco me parecería bien encerrarnos todos en Genosha y esperar a que pase el vendaval -afirmó mientras salían del laboratorio de McCoy y cerraba la puerta tras de ellos para dirigir sus pasos hacia el jardín-. Sé que tus intenciones en éstos momentos son buenas, y sé que te preocupan los mutantes tanto como a mí. Pero debemos evitar una respuesta pasiva o violenta. Mira lo que le pasó a la antigua Patrulla: acorralados, paranoicos, incapaces de confiar en nadie. Mira lo que me pasó a mí: toda una vida tratando de defender unos ideales mientras escondía otros actos, y lo único que he conseguido es empeorar las cosas. En mi opinión, deberíamos empezar por lo más básico y sopesar el terreno, investigar todos esos nuevos lugares que han aparecido. Puede que algunas de esas naciones contengan mutantes. Otras serán profundamente anti-mutantes. Y otras puede que no hayan oído hablar de mutantes en su vida. Pero tarde o temprano tendrán que saberlo, ¿y no sería genial para nuestra causa que tuvieran una buena impresión de nosotros?

>>Y es por eso que quiero encargarte una misión. Dices que quieres ser nuestro aliado. Dices que entiendes que tomaste decisiones equivocadas en el pasado y que estás dispuesto a cooperar con nosotros a nuestro modo. Bien -Xavier se detuvo y clavó su intensa y penetrante mirada en su antiguo amigo y enemigo-: demuéstralo. Dirígete a esos lugares nuevos, esas ciudades nuevas que han aparecido de la nada y averigua todo cuanto puedas. Si tienen o no mutantes, cuál es su actitud hacia ellos... Nosotros por nuestra parte haremos lo mismo, y si necesitas la ayuda de alguno de mis muchachos sólo tienes que pedirla. Nosotros vamos a empezar investigando la ciudad costera de Happy Harbor. Tú puedes empezar por cualquiera otra de las nuevas localizaciones. Pero recuerda, Magnus: nada de conflictos.

>>No son sólo los mutantes los que están en una encrucijada ahora, es el mundo. En los próximos años (puede que en los próximos meses) va a haber multitud de cambios en la relación de poderes. Tu y yo estamos en una posición privilegiada porque somos líderes de una comunidad muy numerosa. Quieres que colaboremos ante esta situación, y no podría estar más de acuerdo, pero debo exigirte esto: si no ayudamos a los humanos, si no participamos en estos cambios por considerar que no nos atañen, si nos limitamos a observar y escondernos para evitar los golpes y confiamos en que podamos reunir los restos tras los inevitables conflictos que están por venir...

Súbitamente, su tono se rebajó, sus palabras se convirtieron en meros suspiros de resignación.

-...entonces es posible que no seamos más el homo superior. Y una actitud beligerante ante esta situación no hará tampoco más que perjudicarnos. La escuela debe continuar siendo aquello para lo que inicialmente fue proyectada: un lugar neutral que sirva de refugio a los jóvenes mutantes y les permita aprender a vivir en el mundo actual, nada más.

- ¿Pero Charles, será seguro tenerle en casa? -comentó Logan sin ocultar su preocupación-. Quizá sea otro, no el mismo con el que solemos tratar, pero no oculta que se ha enfrentado a nosotros en el pasado, ¿cómo podremos confiar en él?, no sería la primera vez que intentamos colaborar y en el último momento nos traiciona.

Charles le miró, pensativo.

- Magnus no ha traído su casco, Logan. Y sabes que sin él no puede ocultarme nada. He mirado dentro de su cabeza y he visto sus intenciones. Sé que no pretende traicionarnos, y que ha sido sincero hasta ahora. No hay manera de augurar lo que nos deparará el futuro, pero creo que podremos tenerle unos cuantos días en la mansión, hasta que se recupere y pueda regresar a Genosha. Hacer cualquier otra cosa sería moralmente reprobable. Respecto a tus preocupaciones acerca de... lo que hay en el laboratorio, no te preocupes, las tendré en cuenta y trataré de darle una solución lo más pronto posible. Es sólo que necesito al menos unas horas para considerarlo. ¿Hay algo más que te gustaría añadir o comentar a lo que se ha hablado, Logan?

Estaba claro que no lo decía por decir. Su interés en lo que el mutante tuviera que decir parecía genuino. Logan podía no ser el más brillante del grupo, pero sus opiniones solían resultar casi siempre bastante acertadas.

Sigues siendo el mismo, Charles, había dicho Magnus. Ciertamente, así era, y no tenía la menor intención de cambiar. La pregunta era: ¿seguiría Magneto siendo el mismo o realmente habría cambiado? Mientras le observaba alejarse en dirección a sus habitaciones junto a Logan, deseó fervientemente que así fuera. Habían sido enemigos muchas veces en el pasado, pero también habían sido amigos, y nada le gustaría más que volver a contar con él en su bando. En fin... la respuesta a todas sus preguntas sería una que tan sólo el tiempo otorgaría...