¡Respeten mi autoridad! - Carl Bencle, Elipse (16-Marzo-2018, Tarde)

El coche de Sasha les llevó por Graymalkin Lane hasta el camino de entrada a la mansión, una pequeña carretera rodeada de bosque, dejó a Drago y Carl frente al patio de entrada y se llevó el coche para aparcarlo en el garaje. Se trataba de un patio con forma de rombo, con edificios dispuestos de manera semicircular alrededor y una curiosa estatua de un ave fénix en el centro. Todos los terrenos de alrededor estaban cubiertos de bosque y vegetación, y a la derecha se intuía el comienzo de un jardín.

- Éstas son las aulas -explicó Drago señalando los edificios que rodeaban el patio-. A estas horas los chicos están en clase, por lo que debería estar todo bastante tranquilo.

En ese momento llegó Sasha, y escuchó lo que tenía que decir con expresión comprensiva.

- Es normal, Sasha. Los lazos que desarrollamos aquí... Para muchos de nosotros, especialmente los que no hemos conocido otra cosa, éste lugar es como una gran familia. Nunca podrás dejar de ser parte de esto porque, hagas lo que hagas, la familia siempre forma parte de tu corazón. Nunca será como antes, pero eso no tiene por qué ser necesariamente malo. La vida se compone de una serie de etapas y tu ya has dejado atrás la etapa en la que eras una niña y se abre una nueva ante ti, una que nos encantaría compartir contigo. Y aunque escojas no hacerlo y continuar con tu vida, nosotros siempre estaremos contigo.

Era curioso, nunca se le habían dado demasiado bien las palabras, pero Sasha siempre le cayó bien, y desde su reencuentro hacía dos días, cuando había tenido que marcharse de forma tan precipitada, Drago se había quedado con ganas de más. Le había sido ofrecido un atisbo de lo que era la amistad y por primera vez en su vida anhelaba disfrutar del calor de la compañía de otra persona, y quizás eso fue lo que le hizo acertar con las palabras en ésta ocasión.

Sasha abrió la puerta que conducía al interior de la mansión.

- ¿A dónde deberíamos llevarle? -inquirió-. No creo que le interese una visita turística por los terrenos, pero los chicos están en clase. Podríamos llevarle a visitar al Profesor y después a la cafetería cuando terminen las clases, para almorzar todos juntos. ¿Te parece bien?

Bueno, el Profesor estaba ocupado, pero estaba Jean, que era como una hija para él y la segunda telépata más poderosa de la mansión. Jean había sido de las primeras en llegar a la Patrulla, por lo que sería una opción excelente para informar a Carl de lo que hiciera falta.

Sasha dirigió sus pasos a la cafetería, la cual parecía el mejor lugar para empezar considerando que se acercaba la hora del almuerzo y Carl tenía aspecto de estar bastante hambriento... entre otras cosas.

El chico experimentaba de manera intermitente lo que parecían ser lapsos o episodios de ausencia de los que volvía siempre con aspecto confundido y desorientado. Drago no entendía cómo alguien así podía ser policía, pues se esperaba una actitud mucho más alerta y concentrada en alguien que tenía un oficio peligroso como profesión, y no dejaba de darle vueltas al comentario que había hecho el chico acerca de un traslado cuyas causas permanecían un tanto difusas...

Permitió que Sasha y Carl se adelantaran para quedarse atrás junto a Jean.

- Lée mis pensamientos -le susurró, para luego visualizar muy claro en su mente lo que quería decirle:

Hay algo raro con este chico. Muestra patrones de comportamiento errático, desorientación y ensimismamiento. En ocasiones parece desconectar de la situación, mostrándose ausente y la expresión de su rostro es de completa beatitud, como si estuviera en otro mundo. Después regresa y parece desconcertado, a veces incluso avergonzado, lo que me induce a pensar que no es algo que controle al cien por cien. Al principio pensé que podría tener un trastorno esquizofrénico, pero lo rechacé de inmediato porque no muestra ningún síntoma de aislamiento social y desde luego no parece insensible ni apático. Durante el desayuno dijo algo que me hizo pensar que podría padecer episodios de fuga disociativa, pero tampoco me cuadra porque son demasiado breves... ¿Quizá alguna clase de amnesia? Era policía en Pittsburgh y desconoce los motivos de su traslado. ¿Podría ser que no lo recordara? Mira a ver si puedes averiguar lo que le pasa, pues me interesaría ayudarle. Si se trata de algún problema neurológico, quizás Henry pueda hacer algo por él...

Seguramente Jean sabría que Drago tenía conocimientos teóricos de Psicología, pues aunque no había tenido estudios superiores se trataba de una materia que siempre le había interesado, aunque al principio la había utilizado con fines moralmente cuestionables, como era el aprender las raíces y fundamentos del miedo humano con el objetivo de inducir terror en sus víctimas a través de ilusiones. Hacía ocho años que ya no recurría a tales métodos, desde que había ingresado en los X-Men, pero su interés en la materia persistía, además de ser un hombre que se había caracterizado siempre por ser muy observador y que había sufrido de amnesia disociativa él mismo.

La cafetería, que hacía las veces de comedor, era una sala enorme con forma de media luna totalmente acristalada, permitiendo que la claridad de aquella tarde de primavera se filtrara libremente inundándolo todo con su luz. A aquellas horas estaba abarrotado de estudiantes que se preparaban para el almuerzo antes de regresar a clase. El grupo escogió una mesa desde la que podían tener una buena panorámica del jardín trasero, con la cancha de basketball, la piscina y el lago.

- Propongo ir a tumbarnos a la orilla del lago después de comer -dijo, mirando a Sasha-. Hace una temperatura agradable y será la mejor manera de hacer la sobremesa. Después podremos dar un paseo por el bosque, si os parece. Ah, Carl, ésto es el comedor de una escuela, así que no te esperes un menú cinco estrellas, pero la comida es abundante. Allí tienes la barra del self-service, para que te sirvas lo que quieras. El menú de hoy incluye pasta, ensaladas, arroz y albóndigas.