Minieventos: Caos y locuras de san Valentín. Irónico. (Radar, Dalae)

Altos miembros del comité de defensa de Estados Unidos de América se reúnen para tratar de crear una estrategia militar para cazar a los villanos terroristas que se han unido formando el grupo de Los Vaquinshers.
En esta reunión participaba Fury representando a SHIELD, quien se predispuso para encargarse de estos villanos y enseguida le negaron. Después de varias reflexiones llegaron a la conclusión de que enviarían a una tropa especial con los recursos necesarios de guerra a por cada uno de los villanos. Fury solamente tubo la oportunidad de sugerir a uno de los xmen. Quién podía localizar a cualquier sujeto que se le ordenara buscar. Era muy extraño que Fury supiese de este sujeto puesto que nunca lo había conocido y además lleva muy poco tiempo en esta dimensión por lo que Fury mas quería probar que tan cierto era la info de este nuevo mutante.
.........
Estaba caminando por las calles de Nueva York para dirigirme a una cafetería cerca de la Torre de Stark, cuando de repente noto que me están siguiendo. Me volteo y rápido sujeto una caja de chicles que tenía en mi bolsillos repleta de insectos androides. Iba a lanzarla a no ser por aquel sujeto que se detiene justo detrás de mi y me lanza una mirada penetrante con aquel único ojo que tiene.

- Usted es Sam Ronald?.

Me gritaba desde su rincón de la acera. No podría escuchar tan bien por el ruido de las personas pasando y los carros pitando en pleno tráfico de la tarde. Osea, intento acercarme a aquel sujeto sin perder la alerta. Al estar suficientemente cerca me detengo y el sujeto vuelve a intentarlo.

- Usted es Sam Ronald?.

Inmediatamente me pregunto porque este tipo me estará buscando, la curiosidad hiso que le aceptara con la cabeza.

- Muy bien, oficial Ronald, yo soy el Agente Fury, encargado de SHIELD. tengo una misión para usted directamente desde el gobierno americano, es un caso de vida o muerte. Venga conmigo por favor. -

Antes de responder alguna palabra, un helicóptero intenta aterrizar en medio del tráfico de carros.
Y yo, por que no? Me subí con el sujeto, interesado en saber a que se va todo esto.
El helicóptero volo hasta una especie de porta-aviones aéreo. Alli Fury me explico a que iba todo y me introduce con los sujetos a cargo de esta misión. Según las inscripciones tendría que localizar a varios sujetos terroristas con superpoderes y el ejército americano especial se encargaban de arrestarlos. El ejército que nombraron the ghost nunca antes lo había escuchado incluso viniendo del futuro. Pero bueno ejército por ejército es lo mismo al caso.
La primera foto que me mostraron era de una mujer. Su cara era fría y pálida pero se veía hermosa. Igual, mi objetivo era encontrarla y me dedique a buscar con la única pista de que se escondía en Estados unidos.

Después de varias horas de concentración y búsqueda en mi mente. Logro identificarla.
Les comento a los presentes y enseguida llaman a por el ejército.
Me pidieron la ubicación y se la enviaron. Demoraron un día entero buscando y buscando sin encontrar nada. Yo seguía insistiendo que esta ahí. Fury tomo la desicion de llevarme personalmente y encabezar una búsqueda bajo mi mando.

Accedí y me enviaron a tierra, logre notar inmediatamente que ya no estábamos en Nueva York, esto se veía como un monte lleno de montañas. Al yo salir del hellicarrier Fury recibió órdenes directas de abandonar el lugar dado a su impulsivo carácter y curiosidad.



Así era la vista hermosa de donde fui a parar. Me esperaban muchos soldados, tanques, yipis, camiones. Era todo un ejército para enfrentarse a una sola persona. Esto me decía lo peligrosa que podría ser esta mujer.
Igual al llegar me subí en uno de los camiones y guíe al conductor hasta donde me decía mi instinto mutante.
Hasta que al fin dimos con una montaña con varios agujeros como túneles que supuestamente era el escondite de aquella villana. Al señalar hacia aquel lugar, la línea de exploradores entraron para buscar pistas y asegurarse de que es alli, llevándose cada uno un radio comunicador que permitían dejarnos al tanto con cada cosa que suceda dentro de aquella montaña.

Unas voces surgieron desde el final del túnel, llenando el aire con su música. Rebotaron en las paredes, jugando entre ellas, multiplicándose como si cada una de ellas de repente fuera un coro mal coordinado, ya que se podían distinguir los sonidos de cada una por separado, en lugar de ser todos una única melodía. Algunos eran murmullos grises, demasiado débiles como para hacerse oír. También se podían escuchar gritos salvajes, lamentos deseperados. La risa de un niño, y la nana que una madre cantaba para dormir a su hijo. La voz persistente del silencio se mantenía apartada, y un susurro monótono procedente de la garganta de un mago usando sus poderes armonizaba con los gruñidos de las criaturas a las que invocaba. Todo ello tapaba el leve sonido de sus pasos acercándose. Deslizó una mano por la pared de piedra, fresca e irregular, mojada por las aguas subterráneas. La oscuridad más profunda la rodeaba a medida que avanzaba. Un paso tras otro. Solo tenía una esfera de luz en su mano, que proyectaba una tímida claridad blancoazulada como un fuego fatuo. Esa luz solitaria no podía dar más sombras, sin embargo. Como la propia Dalae.

"-Esto no puede ser natural. "

"-Te parecerá extraño, pero esta oscuridad es algo absolutamente natural."

Al fin, el pasillo pareció ensancharse. Las voces se hicieron más fuertes, y algo parecido a la luz lunar bañó el cuerpo de la asgardiana. Ella deshizo la esfera luminosa, ya que no era necesaria. Ante ella se abrió una enorme caverna, iluminada como si estuviera bajo la luna llena. Pero eso era imposible: Estaban en las entrañas de la tierra, a la profundidad a la que se podría hacer una mina sin problema. Pero eso no era lo más curioso de aquel lugar. Unos extraños seres flotaban en el aire quieto de la gruta, describiendo una danza al compás de las voces. Porque eran ellos los que producían esos sonidos. Elementales. Eran criaturas bellas, cada una única e irrepetible. Algunas eran líquidas y transparentes como el agua, mientras que otras eran figuras de rocas, arena o huesos. En un rincón, las sombras se arremolinaban, casi sólidas, y reptaron hacia ella. No se movió. Cuando quedaron frente a ella, se alzaron. La masa negra y humeante se alzó hasta alcanzar su altura. Se modeló, formando unas piernas, unos brazos. Un cuerpo desnudo, una cintura, un rostro sin ojos, nariz o boca, enmarcado por los mechones de una melena tan intangible como el resto del ser. Susurraba algo en un idioma que Dalae no comprendía, con una voz queda y grave. Ambas entidades se observaron unos segundos, hasta que Dalae sintió calor a su espalda. Se giró, molesta, para ver que un elemental compuesto de llamas la rodeaba con cautela. La criatura sombría ya había desaparecido, volviendo a ese estado informe en el que la había encontrado. Por pura precaución, Dalae hizo salir a Raden del báculo. Los elementales no eran espectros como el lobo, pero si la cosa se ponía fea iba a necesitar toda la ayuda posible. El fantasma asintió, viendo sus intenciones, y comenzó a vagabundear por la caverna. Por ahora estaban calmados, pero no tenía ganas de enfadarlos. Y menos cuando aún no había encontrado lo que buscaba. Sacó de su cinturón un frasco de cristal vacío, y se aproximó a una pequeña cascada que había en una de las paredes. Un líquido del color del oro fundido brotaba de la pared y caía a una laguna lo suficientemente grande como para bañarse en ella. La Fuente de la Eterna juventud, según las leyendas. O una de ellas, al menos. Dalae sabía de sobras que aquel fluido no le daría la inmortalidad a nadie, pero era una poción curativa muy poderosa. En principio, servía para curar heridas mortales mientras la persona pudiera beberla, y eso era muy útil. Lástima que aquel lugar estubiera guardado por los elementales, que no permitirían que nadie se llevara demasiada cantidad de su tesoro. Era comprensible, al fin y al cabo. Estaba a punto de marcharse, cuando escuchó una canción a sus espaldas. Una pequeña figura de luz la seguía. Parecía muy joven por su tamaño, y quizás era la primera cosa del exterior que veía. Dalae se agachó para verlo mejor, pero apenas lo hizo, todos los elementales callaron de golpe.
-Demasiado bueno... Vámonos.
No alzó la voz demasiado, por si acaso. Ya tenían la poción, era hora de irse lo antes posible. La hechicera volvió sobre sus pasos acompañada de Raden. Volvió a adentrarse en la noche sin fin de los túneles y galerías que ya conocía. Le había costado un buen rato dar con la cámara de los elementales, pero se había aprendido el recorrido más o menos. Las voces seguían mudas tras ella. Quizás otra persona prefiriera aquel silencio a la cacofonía de antes, pero a ella no. Si los elementales callaban, era por algo. Y no estaba segura de querer averiguar qué era ese algo. Raden se paró en seco, alzando la cabeza. Ella también lo había oído. Pasos pesados, numerosos. Sonidos metálicos que le llegaban gracias al eco. Humanos armados. “-Oh, genial.” Raden hixo un asentimiento y se metió en el bastón de nuevo: Su pelaje blanco no era muy discreto que se diga. Cubriéndose con la capucha de su capa, Dalae se quedó en un corredor lateral y se fundió con las sombras. Un comando de una docena de hombres pasaron ante ella sin verla, avanzando con paso rápido. Llevaban un potente foco, no sabía si por miedo a la oscuridad o a lo que se ocultaba en ella. Fuera como fuera, esa luz los había cegado. Sus ojos no se habían acostumbrado a la oscuridad y por eso, no podían ver que una sombra más oscura que el resto se escabullía por detrás suyo.

Mi sentido mutante me indica que algo raro esta pasando... Todo el ejército rodeaba la montaña y cada salida y entrada estaban controladas. Ya era suficiente espera para mi. Tendría que haber recibido alguna información desde hace unos minutos, y de hecho, la línea de exploradores resulto ser una banda de hombres de roca con palos y trapos.
Tenía que emplear tecnología en esto. Pero sin arriesgar mi equipaje limitado, agarro un pequeño dron y le introduzco un objetivo "rastrear a por Dalae". Enseguida fue volando a los interiores de la montaña.
Era tan pequeño que de seguro era poca la probabilidad que le detestase. Conectado mentalmente con el dron, puedo ver toda la información que recibe su lente, con capacidad de visión nocturna y detector de calor. Al hacer entrada se me hace muy difícil detectar al objetivo por lo que le ingreso una orden al dron mas directa.. "Modo Radar" el pequeño dron se detiene mientras flota en el aire y desprende una ráfaga de luz como un flash que en menos de un segundo alcanza las longitudes de aquel lugar. Inmediatamente detecta la presencia de Dalae antes de llegar a la línea de exploradores, por lo que deduzco que la mujer paso de desapercibida y evadió la tropa.
Enseguida pierdo la conexión con el dron para anunciar lo descubierto atravez del comunicador, así la línea exploradora bloquea para evitar un escape por parte de la villana.
Las tropas comenzaron a avanzar rápida y organizadamente hacia el objetivo. El primer movimiento lo hicieron los exploradores, que le dieron luz a las cloacas y opaca la oscuridad con tubos de luz por todo el lugar. Me temo que no será suficiente para tener 100% visibilidad por lo que me lanzo también a apoyar el ataque desde más atrás...

Había sido fácil. Muy fácil, de hecho. La verdad es que se esperaba más por parte del gobierno. Porque le había dado tiempo a ver los uniformes de cerca, tan estúpidos habían sido. Ya estaba a punto de llegar a la superficie, cuando vio lo que se le venía encima. Antes de que la vieran, se coló por un recodo, volviendo a las profundidades. "-No salgo a cara descubierta no de broma." "-Pero si estás aprendiendo... Me haces sentir orgulloso, Dalae." Y ahí estaba Raden, metiendo baza en sus pensamientos. Para variar. Casi podía ver su sonrisa de suficiencia. Dalae apoyó la cabeza en la pared, escuchando. Al cabo de medio minuto, oyó pasos. Solitarios, no demasiado fuertes. Uno de los soldados se había perdido en las galerías. Qué oportuno. El tipo en cuestión era bastante joven, y miraba alrededor, algo asustado. No llevaba linterna, ni nada que pudiera darle la más mínima seguridad. Simplemente su arma. Y el plan que había dentro de la cabeza de la asgardiana se completó. Esbozó su mejor sonrisa para la ocasión, y entró en el campo de visión del soldado como Pedro por su casa. Sobra decir que el midgardiano se pegó el susto de su vida al ver aparecer al contraluz a la criminal por la que se había hecho tal despliegue.

-Buenos días. Perdona, ¿Podrías darte media vuelta?

El chico era mayor que ella, y musculoso, aunque no demasiado: Le valía para lo que pretendía. Se giró sin decir nada, con las manos en alto, entre rabioso y asustado. Se le notaba furioso, al fin y al cabo había sido pillado por sorpresa por lo que él veía como una cría, de la que solo sabía que tenía poderes sobrenaturales.

-Muy bien. Necesito que te desnudes. Me corre prisa, así que date vida.

Dalae se cruzó de brazos, esperando. No pedía nada raro,¿No? Tenía entendido que a los humanos les gustaban esa clase de cosas, aunque a ella no. Ese debía de ser la excepción, por que hizo una mueca.

-¿Que haga qué...? ¿Qué te crees que...?

-Entonces, ¿no? Qué pena.

Ella se acercó con pasos silenciosos y suaves, calculados como los de un depredador al a acercarse a una presa herida. El soldado retrocedió e intentó disparar, sin mucho éxito. Con un gesto, un látigo de hielo lo desarmó. Su espalda chocó pronto contra una pared de la cueva, dejándolo acorralado. Por su parte, Dalae ya estaba a un palmo de él.

-Créeme, preferiría que fuera de otro modo, pero no me dejas opción.

Sus ojos empezaron a brillar con la misma luz blanco-azulada que surgió en su mano derecha. Mano que se apoyó en el pecho del ahora tembloroso soldado, rebosante de magia. La asgardiana entornó los ojos, a medio camino entre el disfrute y la concentración. No así como el de pelo castaño, que se había tensado como nunca en su vida.

-No te atrevas a tocarme, monstruo.

-Un poco tarde para eso, ¿No crees? Por cierto, ¿Cómo te llamas?

La sonrisa de Dalae se ensanchó. Al midgardiano le había temblado la voz hasta el punto en que su amenaza apenas había sido un susurro. Oh, no hacía falta que se presentase. Alargó la mano libre hasta su cuello, y tomó la pequeña placa metálica entre los dedos. Jonhson. Ya sabía lo suficiente entonces. Y, ahora que sabía, el humano al que estaba pegada ya no era útil. Era una lástima, no tenía por qué morir, pero se había empeñado en no colaborar. Su mano se iluminó sobre el torso masculino, y el frío se propagó como un virus por su cuerpo, helándolo de fuera hacia adentro. Se oyó una exclamación ahogada, y el militar se revolvió, pero ya era tarde. La congelación llegó muy rápido a su corazón, matándolo con rapidez. Casi tanta rapidez como la de Dalae al ponerse su uniforme sobre la armadura. Se recogió el pelo en una coleta, una gorra para disimular su cara y ya está, era la soldado Johnson. Había tardado más de lo necesario en eliminarlo, pero si lo hubiera hecho del modo "habitual", habría llenado la ropa de sangre, y no era plan. De hecho, el plan inicial era que el propio hombre le diera la prendas, para luego matarlo con tranquilidad, pero no había querido. Igual daba."-Estás horrible." "-Estoy disfrazada de humana, la idea es estar horrible." Mientras conversaba con Raden, la chica salió tranquilamente al exterior y se unió a los soldados que entraban a buscarla. Idiotas. Sólo tenía que seguirles la corriente lo justo para que no sospecharan, y luego desaparecería sin dejar rastro. O eso creía.

Todo el equipo entro y encontraron efectivamente a la villana.. O no? Era un hombre vestido de mujer, y congelado, nadie se podría explicar excepto el general del escuadron cual pertenecía este hombre..

-Este sujeto es el oficial Jhonson. - decía exclamando.
-Hoy era su primer día con nosotros, y al parecer el ultimo.. -

Aún no había entrado ya que me encontraba en la retaguardia cuando de repente observo a uno de los soldados con el uniforme de explorador intentando reagrupar a las líneas de guerrilla. Mi curiosidad era obvia, no entiendo el porque nadie se había detenido a observar semejante acto. Pero como cosa mía desido acercarme a este soldado.. Mi instinto mutante se alborotaba mientras mas me acercaba a este sujeto, estando lo bastante cerca logró alcanzar a visualizar sus ojos.
Su mirada fulminante llena de brillo y locura me corto el lazo que amarraba mi pecho haciéndome sentir un ligero dolor en el estomago y mareos ilógicos. No entendía que estaba sucediéndome cuando estando a solo pies de distancia quedó paralizado completamente por su olor fulminante de presa pura.
Mis impulsos me empujaron al soldado agarrándolo por el brazo, cual sentí muy frágil como los de una mujer, motivo de un movimiento brusco sorpresivo su gorra se cae y su pelo se suelta incrementando mis ansias de desesperación. Entonces me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de esta mujer desconocida, sin razón alguna. No se si es su belleza o su olor, no se si es su pelo, no se lo que me atrae y domina mis sentidos, mi único objetibo desde entonces seria abrazarla y llevarla lejos de esta perdida guerra contra un villano desconocido.
De repente los soldados salieron de las Cuevas gritando -ha escapado disfrazada de oficial explorador!!-
Entonces lo único que pensé fue poner a salvo a esta mujer que robo mi corazón con solo una mirada...
La jale hasta el interior de un camión militar mientras le dirigía la palabra...

-Quien eres tu? Que hechizo es este que me has hecho? por que estoy perdidamente enamorado de ti?-

Nadie le hizo preguntas. Si quería salí de ese avispero, iba a necesitar parecer un soldado midgardiano. Había demasiada gente, si desaparecía sin más alguien se daría cuenta y tendría problemas. Había sido educada para formar parte de un ejército, así que no le costó ponerse a dar algunas órdenes a su escuadrón. Cuando se fueron, la infiltrada se dio media vuelta: Con todo el mundo movilizado para buscarla, no sería difícil escabullirse. Y si alguien la veía, siempre podría poner alguna excusa. El hombre al que suplantaba debía de ser nuevo o algo, por que nadie se extrañó al verla a ella. Mejor. Volvería tranquilamente a la Base, y los humanos se pasarían semanas preguntándose como habían podido fallar la misión. Pero, de pronto, notó un pinchazo en el cuello.

   La asgardiana se llevó una mano allí, pero no había ningún dardo tranquilizante como se había temido. Nadie le había disparado nada, entonces, ¿Por qué se estaba mareando? Sentía como si tuviera vértigo de repente, y sin embargo no era algo desagradable en absoluto. "-Dalae... ¡Dalae!¡Despierta! " "-Estoy despierta."-No lo estaba. Ni de lejos, además. Estaba nerviosa, a saber por qué, pero a la vez atontada. Lo cual le venía fatal en este mismo momento, en el que tenía que estar alerta por si algo se torcía más de la cuenta. Sacudió la cabeza para despejarse, sin resultado. Dioses... ¿Qué le pasaba? Estaba preguntándoselo, cuando algo cálido y firme la tomó del brazo y la hizo girarse por sorpresa. La gorra que cubría su cara cayó al suelo y la coleta se deshizo, dejando que su pelo cayera en cascada. La habían descubierto. El sentido común le dijo que saliera de allí, que alguien con un mínimo de cerebro dentro del cráneo la iba a reconocer. Pero se quedó paralizada, devolviéndole la mirada al hombre que la tenía sujeta por el antebrazo. En cualquier otra situación lo habría matado, como había hecho con el soldado de la cueva. Pero esa idea se le hacía insoportable ahora mismo. No quería hacerle daño, aunque tampoco podía.

-¡Ahí está!

Oh, genial, la habían encontrado. Con apenas una mirada, se entendió con el desconocido a la perfección. Tenían que salir de ahí, y rápido. Posiblemente Dalae se habría ido volando en otra ocasión, pero para eso tendría que dejar al desconocido allí, y no podía permitirlo. Entraron en un vehículo, no antes de que ella se encargase de estropear a base de magia los motores de todos los demás. Les sería difícil perseguirles así.

Para su sorpresa (y desesperación de Raden), se encontró a sí misma contemplando a su captor. O salvador, vete tú a saber. "-Me gustaba más cuando pensabas en la gente como "posible víctima", "objetivo", "idiota"... En lugar de portarte como una colegial enamorada." La chica le mandó callar mentalmente, le estaba estropeando el momento. Por primera vez, le escuchó hablar: Le dio la impresión de que jamás olvidaría su voz.

-Soy Dalae, y no sé lo que ha pasado. Yo... Nunca había sentido nada igual. Solo sé que te necesito, y que tengo que alejarme de tí.

A pesar de la flecha, la asgardiana se había dado cuenta de que el midgardiano que la había encandilado antes estaba buscándola con el resto. Si los atrapaban, se iba a meter en un problema muy muy gordo... No sólo era de los "los buenos", sino que, encima, era un Xmen: La X en su traje lo delataba.

-¿Cómo te llamas?

Ella despreciaba a casi todos los midgardianos, ¿Cómo podía estar pasándole eso? Se preguntaba, mientras el camión iba frenando. Nadie les había seguido, pero ella estaba demasiado absorta como para darse cuenta de que eso no era normal.

Le miro mientras conduzco el camión de prisa y aquella mujer se va introduciendo conmigo.
Me doy cuenta que estamos fuera de la vista del ejército y freno.
Lanzo un pequeño dron volador que me de visibilizacion por los alrededores.

- Perdona por ser tan impulsivo, mi nombre es Sam Ronald -

Me le acerco poco a poco y le invito a salir del camión.

- Tenemos que ir caminando, se como despistarlos. Pero primero, necesito tenerte entre mis brazos. -

Le agarro las manos y me le acerco lentamente, siendo seducido por su encanto.

- No se que tienes tu.. No se que me pasa a mi.. Me gustas en todos los aspectos, sin embargo mi conciencia me dice que te capture y te entregue. Que magia es esta? .... -

Siento el aire de la respiración de Dalae golpeándome los labios de lo cerca que estamos.
Se siente frío y encantador.  Por otra parte Nuestros ojos conectados están brillando y reflejando nuestra imagen mutuamente.
Me acerco lo suficientemente cerca como para sentir el tacto de sus labios. Aquello parecía una ilusión de un sueño maravilloso, mas que un encantamiento de magia o hechizo de bruja.

Fuimos a parar a un bosque sin rumbo. Perfecto lugar para perder rastros del ejército que se encontraba en persecución.. Sin embargo una alerta del dron anterior lanzado indica que las tropas del ejército se acercan rápidamente y habían enviado helicópteros de reconocimiento....