Reunión familiar (Valken Van der Woodsen 15-11-2018)

Hacía semanas, meses que no veía a su hermano, no era algo raro, Valken siempre se había mantenido alejado de la familia, y la familia tampoco había hecho demasiado esfuerzo por mantenerle cerca. No es que no lo quisieran, pero en el fondo eran todos muy independientes, aunque quizás su hermano mostraba más aquella particularidad que el resto de su familia, sin embargo había noticias que tenía que comunicarle. Había hablado con sus padres y les había contado su decisión de abandonar su carrera económica, se habían alegrado por ella, siempre habían querido que alguno de sus hijos siguiera sus pasos, pero Valken siempre había tenido un talento natural para construir cosas, para la ingeniería y a eso se había acabado dedicando. El no lo sabía, seguramente no se lo creería, pero se sentía muy orgullosa de él. Puede que no fuera un genio como Stark o el doctor Banner, pero para ella, era el pequeño genio de la familia. Le había llamado, para invitarle a comer en su casa, Kyle tenía una misión, así podría darle las noticias de una en una, que pudiera digerirlas con el vino y la pasta con marisco.

Estaba terminando de cocinar cuando abrió el vino, que se oxigenara, y fue poniendo la mesa con cuidado, había hecho comida de sobra, por si Kyle llegaba por la tarde, que tuviera algo de comer en la nevera, sin necesidad de que tuviera que cocinar. Cuando salía de misión nunca sabía cuando iba a llegar, así que solía cocinar un poco más de lo necesario, por si regresaba a tiempo para comer, o simplemente para no tener que cocinar dos días seguidos, no le gustaba cocinar tanto como para pasarse todo su tiempo libre en la cocina, prefería emplear en ese tiempo en otras cosas más satisfactorias y relajantes, como la lectura.

Se sirvió una copa de vino en lo que esperaba a que su hermano llegaba, estaba algo nerviosa, tenía muchas cosas que contarle, varias algo delicadas, no tenía miedo sobre lo que pudiera opinar de Kyle, Valken no solía opinar sobre su vida sentimental, y seguro que le alegraría saber que había dejado su alocada rutina para asentarse, aunque no fuera precisamente el topo de hombre con el que se podría asociar a alguien como Blair. Pero Kyle era mucho mejor que cualquier estirado empresario, no necesitaba una vida acomodada ni llena de lujos, todas esas cosas se las podía procurar ella misma, sin necesidad de tener que aguantar a un cabrón que quería a la mujer siempre perfecta y a la que sería infiel en cuanto sobrepasara los 45 años. Prefería alguien más sencillo con quien compartir su vida; tampoco sabía cuánto duraría aquello y prefería no darle demasiadas vueltas, sería lo que tendría que ser.

Cuando recibí aquella invitación de mi hermana para comer en su casa, no pude evitar la sorpresa que me provocó tal acción. Normalmente, la relación entre mi hermana y yo había sido bastante escasa, ya que como la elegida por nuestros padres, ellos se habían encargado en hacer de ella, una persona muy ocupada y trabajadora. Y de pronto, una invitación de su parte para comer con ella. No pude rechazarla, ya que después de todo, tenia muchas ganas de volver a verla y ver como la trataba la vida. Intente ponerme algo elegante, o por lo menos que no estuviese lleno de grasa o de aceite y me dirigí hacia su casa.

Realmente tampoco tenia demasiado que contarle y dudaba que estuviese interesada en mis progresos con la robotica y mis poderes mutantes. Sinceramente, no tenia nada que contarle de nada. No estaba interesado en tener una pareja, tampoco me interesaba la política, ni los deportes... Como mucho podríamos hablar un poco del pasado y reírnos un poco de nuestras chiquilladas de aquellos tiempos mejores. Finalmente, decidí ponerme una camisa blanca nueva y unos pantalones vaqueros, acompañados de una botas de piel. A la misma hora que habia quedado con ella, ya estaba en su puerta tocando al timbre. Me encantaba la puntualidad.

- Buenas tardes, hermana. Cuanto tiempo sin vernos. ¿Como has estado? - pregunté con una sonrisa nerviosa.

Valken llegó puntual, como siempre, por mucho que él quisiera negarlo, se notaba la educación que ambos habían recibido, selecta y exclusiva, pero su hermano había salido mucho más independiente que cualquier otro miembro de la familia y era el que más empeñado estaba en ser recordado por sus propios logros que por el apellido familiar. Nunca había tenido intención de “honrarlo”, pero era su decisión, a fin de cuentas ellos no eran su apellido, siempre se habían esforzado por dejarlo claro.

Le hizo pasar hasta el comedor, donde tenía todo listo, y sirvió dos copas de vino. Esperaba realmente que su hermano comprendiera sus motivaciones, hasta el momento habían vivido en un limbo perfecto, eran mutantes pero no se relacionaban con ellos ni se preocupaban por ellos, nunca les había importado que fueran cazados y acosados, habían vivido sus vidas como si no fueran lo que eran, ignorando a sus semejantes y últimamente había empezado a pensar que esa no era más que otra manera de negar su naturaleza. Conocerlos, ver de cerca cuáles eran sus problemas, comprender las amenazas que se cernían sobre ellos y ella misma le había hecho tomar conciencia de sus necesidades; seguramente aunque no fuera mutante habría decidido ayudarlos igual, pero en este caso, sentía que más que una decisión era una obligación o una necesidad, las amenazas que se cernían sobre la gente del colegio también la alcanzarían a ella por muy apartada que se mantuviera y la sensación de que su vida también corría peligro la había hecho sentirse más cercana a todos ellos.

- Se que hace mucho que no hablamos, y tengo mucho que contarte, pero eso puede esperar. Primero tu… ¿Qué ha sido de tu vida este tiempo? Te dejé mensajes, muchos mensajes…

No se lo echaba en cara, ella era igual, cuando estaba muy ocupada se olvidaba de responder a sus mensajes, sobre todo a los de su familia, cuando se paraba a pensarlo bien, parecían una familia de perras descastadas que se ignoraban los unos a los otros. Pero lo que realmente sucedía es que eran todos bastante independientes con vidas muy ocupadas, por eso cuando se juntaban todos, siempre había cosas que contar, y eso era genial.

Mi hermana, como siempre se mostraba por demostrarme una vida perfecta, con una casa perfecta, un trabajo perfecto y toda clase de detalles que hacían ver su vida era un paraíso. Pero yo sabía que realmente no era así, por mucho que mi hermana se esforzase, sabia perfectamente que su vida estaba destinada al trabajo y a ser la mejor en todo. Una vida cargada de responsabilidades, estrés y cosas que hacer. Tan solo de pensar en ello, me estaba comenzando a sentirme mal. No podía juzgar a mi hermana, ya que ella había sido educada por nuestros padres así, pero me parecía una pena que no hubiese sido capaz de romper los grilletes del destino al que nuestros queridos padres nos habían encadenado.

- ¿Mi vida? - tomé un sorbo del vino que me había servido mi hermana. - Realmente, no sé muy bien por donde empezar... Pero bueno... No se si te lo conté... Pero no sé si recuerdas que trabajaba para Smith Industries como técnico de la planta antes de que comenzase mis estudios en la Universidad. - por alguna razón me incomodaba hablar del tema, tampoco era como si quisiera restregarle mis logros, solo es que era algo que me hacía sentir muy bien. - Bueno... el caso es que ahora soy jefe del departamento de I+D y estoy explorando nuevas posibilidades en el mundo de la robotica. Además, estoy aprendiendo a utilizar mis poderes en combinación con las maquinas que estoy creando y simplemente te digo, que los prototipos que tenemos en nuestros laboratorios podría superar perfectamente a la mitad de los robots de combate del país. - sin quererlo me acabe emocionando un poco de más. - Lo siento hermana, no pretendo aburrirte... ya sabes que estas cosas me pueden.

Un poco avergonzado, terminé la copa de vino y mire nervioso el resto de la casa.

- ¿Te apetece comer fuera o has preparado algo de comer? - pregunté para romper el hielo. Realmente no sabia muy bien que responderla a lo de los mensajes... Si no le había contestado era porque nunca escuchaba los mensajes de mi contestador. Pero responderla aquello, no era una buena idea. - Ahora que lo pienso... ¿Que tal te ha ido a ti durante todo este tiempo? ¿Sigues trabajando en Wall Street?

Miraba a su hermano con una sonrisa de orgullo, siempre había sabido que llegaría lejos. Su familia siempre había elegido salidas profesionales dedicadas a la política y tenía la sensación de que Valken creía que se sentían decepcionados por no haber seguido la tradición, lo que nunca podría imaginar es que al menos ella, siempre esperaba escuchar sus logros profesionales. Ella era tecnópata, pero todas esas cosas de la electrónica siempre se le habían antojado la mar de complicadas. La economía parecía muy complicada para que los monopolios de mercado se mantuvieran siempre en las mismas manos, pero era algo mucho más sencillo de lo que podían imaginarse. Sin embargo esas cosas eran complicadísimas y le admiraba por su capacidad. Que le dijera que le habían ascendido era una gran noticia.

- ¡Eso es fantástico! Es genial que por fin se hayan dado cuenta de que eres el mejor. No me extrañaría que Stark se fijara en ti, es un hombre excéntrico, pero aprecia el talento y tu tienes de sobra.

Cuando terminó su copa de vino le sirvió otra, estaba entusiasmada por su ascenso y quería celebrarlo, sus padres se pondrían muy contentos en cuanto se lo dijera, el ingeniero de la familia como jefe de un departamento era algo que merecía ser celebrado siempre.

- He cocinado, tengo ya la mesa puesta, siéntate y enseguida comemos. Aunque no te lo creas, he mejorado bastante desde aquel horrible pavo asado de hace años.

Mientras Valken se acomodaba, Blair sirvió ambos platos y se sentó a la mesa después de dar un sorbo a su copa de vino. No tenía muy claro cómo se tomaría las novedades, así que decidió empezar por lo más previsible.

- ¿No has visto las noticias? Me presento como candidata al congreso. Ha sido una decisión bastante repentina; todavía no he hablado con papá y mamá sobre ello, ya sabes cómo es esto. Aunque no quieran acabarían influyendo. Prefiero ganarme sola los apoyos, sé que no va a gustarles, pero lo prefiero así.

La pasta le había quedado bastante buena y comía con apetito, aunque estaba nerviosa por lo que vendría después. Que ella dejara la economía por la política era algo que sabía que su familia siempre había esperado. Ella siempre había sido la destinada a perpetuar el linaje político de la familia y que se decantara por la economía fue una sorpresa que no todos digirieron bien en un primer momento. Que ella entrara en un grupo de superhéroes mutantes era algo que nadie se esperaría de ella y quizás sentara como un jarro de agua helada en todos.

- Y el motivo por el que no quiero los apoyos de la familia es porque… No hago esto por ellos, o el apellido. Te he hecho venir porque en mi próxima aparición haré pública mi condición como mutante. Quiero trabajar por el entendimiento entre unos y otros. Hace unas semanas entré en los x-men y he visto que las cosas no son como creíamos. Nosotros tuvimos suerte y crecimos pensando que eso era lo normal, pero últimamente me he dado cuenta que la realidad es muy diferente. Papá y mamá no saben nada de esto, quería que tú lo supieras primero.

Ya estaba, ya lo había dicho, y ahora estrujaba nerviosa su servilleta esperando el veredicto de su hermano, el único hombre con el que nunca utilizaría su labia para engatusarle. Todavía tenía pesadillas con aquella noche y si bien es cierto que nunca había tenido reparos para usar su encanto con su familia siempre había considerado a su hermano demasiado inteligente como para que ella le hiciera lo mismo. No es que fuera inmune a su sonrisa, pero siempre había sido directo con ella y le gustaba pagarle con el mismo respeto.

- Gracias hermanita... - no pude evitar sonreirle con una tímida sonrisa. - Tony Stark va un poco de sobrado y seguramente si descubriese de mis poderes, quizá pensaría en ponerme algún tipo de restricción. Por lo que trabajar para él quizá no seria tan gran idea... no sé... - bebí un poco más del vino que Blair me ofreció. - Por ahora, creo que preferiría seguir ascendiendo en industrias Smith y disfrutar de mi libertad creativa. - la idea de verme encadenado a las ideas de Stark Industries era algo que no me atraía demasiado.

- Ahhhgg, ese pavo... No hace falta que me lo recuerdes... Poco le faltó para levantarse y salir corriendo de allí. - bromeé recordando que estaba casi crudo por completo. - No te preocupes... Cualquier cosa estará más bueno que aquello. Mientras que no se levante del plato e intente matarnos, todo ira bien. - seguí con la broma para molestar un poco a mi hermana.

Cuando ella sirvió los platos, observe con sorpresa como el plato de pasta tenia una pinta estupenda. Desde luego, si que tenia pinta de que sus habilidades culinarias habían mejorado mucho y además olía bastante bien. Por un momento, pensé en que ella tenia a alguien escondido en la cocina cocinando o lo había pedido a un catering o algo así. Pero finalmente, decidí darle un voto de confianza a mi hermanita y comenzar a comer. Para mi sorpresa, estaba buenísimo. Al nivel de un restaurante italiano que me gustaba mucho.

- ¡Hermanita! ¡Esto esta delicioso! - la felicité. - Y si, esta mañana mismo he oído lo de que te has presentado al congreso. Aunque no esperaba que no les hubieses dicho nada a nuestros padres. Eso si que me ha pillado por sorpresa. Pensaba que habían sido ellos los que te habían obligado a meterte finalmente en política. - no pude evitar la sorpresa, por lo que me termine el resto de la copa de vino. - Entonces si no has sido forzada por nuestros padres, me parece de maravilla tu idea. Cualquier decisión que tomes por ti misma me parece de maravilla, hermana.

La verdad es que yo era una persona de pocas palabras, pero no podía ocultar mi orgullo por lo que mi hermana me acababa de anunciar. Romper las cadenas impuestas por nuestros padres que nos habían obligado a vivir una vida a la carta, era algo que la honraba. Nuestros padres deberían de comprender de que era nuestro derecho el vivir nuestras propias vidas como nos diese la santa gana. Con una mirada de orgullo, seguí comiendo hasta terminar la pasta rápidamente mientras ella seguía hablando.

- Eso ya es más serio hermanita. ¿De verdad estas segura de ello? - pregunté ante su idea de mostrar su realidad mutante ante la sociedad - Sabes que los no mutantes nos tienen un miedo terrible. ¿Crees que votarán a una candidata mutante? Es una apuesta demasiado arriesgada... - me recosté sobre la silla pensativo. - Sabes que siempre te apoyaré en todo lo que decidas por tu cuenta. Pero tengo miedo de que los grupos anti-mutantes puedan verte como una amenaza y atentar contra ti o boicotear tu carrera política. Supongo que al menos contarás con alguien que te apoye dentro del congreso, ¿verdad?

Poco había oído de los Xmen... Algo así como una escuela de mutantes en la que me habían intentado meter algunas veces, pero yo siempre me había negado decidido a seguir mi propio camino. Casi todos los conflictos en Estados Unidos con mutantes tenian relación con esos Xmen... Y sinceramente, pensé que mi idea de no relacionarme con ellos era la mejor elección que podría haber tomado. No le tenia miedo a la soledad. No tenia miedo a que me considerasen diferente. Pero pensando en Blair... no me hacía demasiada ilusión que jugasen con ella o la pusiesen en peligro.

- Hermana... no quiero que te hagan nada malo esos Xmen. ¿De verdad crees que puedes confiar en ellos? - seguía dudando.

Se rió por su comentario, no podía decir que no hubiera pensado de Stark lo mismo al principio, y eso la había llevado a meter la pata de manera casi catastrófica. Su hermano no tenía porqué cometer el mismo error que ella, pegó un trago a su copa de vino, tragó y sonrió antes de sacarlo de su error.

- Pensaba lo mismo, pero no es así, dudo mucho que Stark quisiera restringir tus poderes, o tu creatividad, aunque es bastante celoso y cauteloso con los diseños de su empresa, pero yo también lo sería, si de ello dependiera la seguridad nacional o las patentes de mi empresa. Stark puede parecer muchas cosas, pero no es tantas como se le achacan.


Frunció el ceño ante la mención de aquel pavo, que le había dado la fama de la peor cocinera de la familia. No es que fuera totalmente injustificada; de alguna forma, consiguió que quedara casi carbonizado por fuera y completamente crudo por dentro. Durante mucho tiempo había sido la broma más recurrente en las reuniones familiares, y todavía lo seguía siendo. Que Valken apreciara su cocina era un halago importante, a fin de cuentas... ¿Que había mejor que hacer feliz a la familia?

- No, no han sido ellos, se que es lo que querían, pero también es lo que me gusta a mí, ya sabes que siempre se me ha dado bien.

Parecía preocupado, no podía culparle, pero era algo que debía hacer. Si iba a trabar para conseguir la integración, no podía hacerlo escondiendo su naturaleza; debía hacerlo público, demostrar que ser mutante no era sinónimo de ser peligroso. Sabía que era arriesgado, pero también sabía que tenía probabilidades de ganar.

- Precisamente por eso tengo que hacerlo, que vean que no somos peligrosos, que la integración es posible. Se que tengo opciones, tengo el apoyo de Stark, y mi campaña no se cimienta sólo en la defensa mutante. Quiero que me vean como una opción real, no sólo como la candidata mutante. Sé que intentarán boicotearme, eso es política, y aquí, los cuchillos siempre se lanzan a matar, pero eso no me preocupa y quiero que sepas que no es necesario que me sigas en esto, ha sido no decisión no decir nunca nada al respecto y pienso respetarlo. Haré lo posible para que no te veas afectado.

Sabía que se exponía a muchas cosas declarando su naturaleza y no quería que salpicaran a su familia, su hermano no tenía porque hacerlo, comprendía que quisiera mantener el anonimato y el secreto sobre ese asunto. Él no pertenecía a ninguna organización que pudiera respaldarlo, aunque la verdad, se quedaría mucho más tranquila si tuviera compañeros que pudieran dar la cara por, él. Como en el rey Lear, una flecha es mucho más fácil de partir que un puñado de ellas.