[Mini-Evento] Plaga (Emma Frost, Alatariel, Scott Summers, Planaria, Jonathan Smith, Quicksilver)

20 de abril- 2018

Belgica- Bruselas




Era una de los días mas soleados en la ciudad de Bruselas, las calles estaban abarrotadas de automóviles, su gente se mantenía en las plazas y tiendas como si fuese cualquier día normal y tranquilo.

Los purificadores se prepararon para la primera fase de pruebas de su nueva arma, en las afueras de la ciudad, observaron a la gente utilizando sus visores de larga distancia, las jaulas a su alrededor parecían gruñir y escudriñarse como si animales salvajes estuviesen dentro de ellas.

Su capitán extendió la mano y las jaulas se abrieron, los perros desnutridos y carentes de piel en varias zonas comenzaron a olfatear el aire para luego marchar a la ciudad a paso rápido. Los purificadores recogieron sus pertenencias y marcharon mientras otro grupo se encargaba de seguir a los perros.

La ciudad se lleno de gritos, las bestias corrían por las calles ignorando a la mayoría de las personas, olfatearon nuevamente el aire y encontraron su objetivo, un mutante que ocultaba su rostro bajo una capucha pero en el momento que lo logro ver a las criaturas, estas saltaron a su cuerpo rasgando su ropa, su piel y luego devorando su interior mientras gritaba, los purificadores observaron a la distancia sobre un edificio lo ocurrido y llamaron a su señor con una media sonrisa para solo decir- Funciona.



------------------------------------------------------------------------------------------

Emma frost

(el vestido que usa http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTtK32aLlpirx4bNEmCW2hdA4F69GoU3XiO2MskKkmtbaED39MVKw )


Las calles de Bruselas estaban a rebosar, su gente y su ambiente era asfixiante, Emma observaba la ciudad desde la ventana de su enorme habitación en uno de los hoteles más costoso.


Los pensamientos en el edificio eran estresantes, emociones mundanas, vidas mundanas, no sabia que hacer en este … nuevo universo, volvería con los x-men o volvería a Genosha… mientras observaba la ciudad, escucho los gritos y el miedo, los pensamientos se fueron volviendo mas caóticos. Frost frunció el ceño, comenzó a escanear los pensamientos de aquella ciudad para encontrar respuestas - Lo lograron, mataron a ese maldito mutante, ahora vámonos de aquí y llama a los perros, al Reverendo Stryker le alegrara escuchar esto.


Sintió nauseas por lo que acababa de escuchar, recordaba a este hombre y sus asesinatos, sus experimentos, lo que le hizo a incontables jóvenes mutantes por solo ser eso, mutantes, salio de su habitación mientras seguía rastreando esa mente, estaban en un edificio cercano, bajarían por la parte trasera y recogerían a sus perros para luego ir a su casa.

Emma Frost llego a la salida de su hotel, su vestido de tirantes blanco y los tacones altos atraían la atención de todos los hombres a su alrededor, su chofer y limosina aparecieron al momento de su llegada, subió en y comenzó a seguir a estos Purificadores, sus pensamientos la llevarían a su nido de ratas, debía seguirlos, aun si tomase su mente por completo y la de sus aliados, encontrase la ubicación de su base, Stryker no era un humano tonto y debía actuar con la mayor cautela, seguirlos y observarlos para luego aplastarlos… Xavier o Magneto, no importaba, harán pagar a algunos hombres por sus pecados pasados.

(Planaria va vestido con su traje de moto que es también su traje de héroe. Lo único que cambia es que no tiene protecciones en las rodillas ni los hombros ni los codos; el negro se sustituye por azul marino y en vez de líneas rojas son azul celeste. Además, lleva consigo "El Catalizador", un arma que usa para el combate cuerpo a cuerpo además de sus puños. Nada más que aclarar ^-^)


Las noticias no habían dicho nada. Era lógico. Después de todo, la misteriosa desaparición de varios mutantes era todo un misterio, pero gracias al sistema de vigilancia que usaba para esta clase de eventos lo había encontrado. La mayoría de estas desapariciones habían ocurrido en Bélgica, y las últimas en Bruselas. Cogí mi moto y me dirigí a la ciudad a toda prisa para investigar. Cinco horas después allí estaba, aparcando la moto en una plaza y guardando el casco. Entré en un pequeño callejón y subí a la azotea de un alto edificio desde el que se podía ver la plaza en su totalidad.

Gracias a mis conocimientos en ingeniería había diseñado varios dispositivos para ayudarme en mis misiones. Uno de mis más preciados era una especie de amplificador que me permitía escuchar las conversaciones que sucedían a mi alrededor. Moralmente hablando no era algo apropiado. Era una violación de la intimidad muy fuerte. No me gustaba usarlo, pero había momentos donde era necesario. No tenía un alcance muy grande, pero sí el suficiente como para escuchar desde una posición segura una conversación de coche. Cualquier información, por poca que fuese, podría ayudarme para investigar las desapariciones de los mutantes. Yo era mutante, y por tanto me concernía de una manera muy directa.

Todavía estaba preparándome para las labores de espionaje cuando escuché un grito desgarrador. Fue como un pistoletazo de salida, y en cuestión de segundos cientos de nuevos gritos, sonidos de coches chocando, pitidos y una cantidad infernal de ruidos. A toda prisa corrí hacia el borde del edificio y miré a la calle. Allí, seis pisos más abajo, la gente corría despavorida por las aceras y por en medio de la carretera. Y los vi. Unas extrañas criaturas corrían entre los coches y la gente a toda velocidad. Parecían perros callejeros a juzgar por su desnutrición y a que carecían de piel en algunas partes del cuerpo. Gruñían, ladraban, hacían ruidos verdaderamente escalofriantes.

- Pero, ¿qué demonios...?- Extrañamente aquellas criaturas pasaban entre la gente, olfateando el aire, como si estuviesen buscando algo. Había visto esa manera de actuar en documentales y programas de caza. Esos bichos buscaban a su presa. Guardé el dispositivo para espiar y me dispuse a seguir a esas criaturas desde las azoteas. Vi que había cables gracias a los cuales podía surfear de una a otra. Cogí carrerilla y alcancé lo alto del edificio más cercano al que había subido. Entonces vi como los malditos perros esos olisqueaban mi moto y gruñían. Más les valía no romperla o morder las ruedas o tendría un contratiempo muy gordo para volver a casa. A saber dónde podía encontrar ruedas nuevas y cambiarlas allí.

Al cabo de unos segundos, abandonaron mi moto y fueron recogidos por unos extraños hombres. Las calles todavía estaban llenas de gritos y gente corriendo, pero ya se habían ido disipando poco a poco. Decidí seguir a esos hombres y averiguar qué tramaban. No me gustaba que hubiesen olisqueado mi moto y gruñido. Me asomé apoyando mi brazo sobre mi rodilla.

- ¿Qué estáis buscando?- Murmuré para mí.

William Stryker. Ese nombre no paraba de sonar en mi cabeza desde el primer minuto en que lo escuche. El hombre tenia una reputación y no era una precisamente buena. Era, en términos simples, un hombre malo. Su pasado hablaba por si solo; lo ponía muy alto en mi lista negra y eso era decir mucho. Sus antecedentes de maltrato, captura, asesinato y experimentación con mutantes eran muy grandes. Llevaba tiempo cazando a los de mi especie como perros y utilizándolos para sus retorcidos experimentos. Siempre pensando a futuro, siempre buscando la forma de sacar ventaja en una guerra que parecía aproximarse pronto; al menos eso teníamos en común. Desgraciadamente para el, hacia pocos días había asesinado a un ex militar quien me entere formaba parte de la operación de búsqueda y ejecución de mis verdaderos padres; antes de morir el hombre me dio los datos de Stryker. Poco tiempo después, ya había averiguado casi todo sobre sus demenciales obras y eso solo había aumentado mis ganas de cazarlo. El hecho de que hubiese sido parte importante del grupo que experimento conmigo era una cosa, pero cuando me entere de lo que le venia haciendo a tantos mutantes sin diferenciar entre sexo o edad, supe que debía morir y de la peor manera.

Por eso mismo cuando escuche rumores de que estaba en Bruselas, me dirigí rápidamente hacia allí; al principio no los daba por ciertos pero cuando me entere de que había mutantes desaparecidos en esa localidad simplemente me pareció demasiada coincidencia. Stryker era un hombre inteligente y supe desde el inicio que debía enfrentarlo como tal. Llegue a Bélgica cargando varios kilos de armas y rente una camioneta para llevarlas todas; necesitaba estar preparado para cualquier situación. Llevaba conmigo un Lanzallamas, una escopeta automática AA-12, un PKM, un rifle Accuracy International AS-50, una Carabina Riger Mini-30, un rifle Famas-F1, dos pistolas Beretta 93R, dos pistolas Heckler & Koch Mark 23 con silenciador, un lanzagranadas Milkor MGL con munición química, un par de granadas y solo por si acaso una Ametralladora Dillon Aero M134 Minigun; por no mencionar mucha munición. Cualquiera podría decir que estaba excesivamente armado, pero para alguien con un trabajo de mi naturaleza, que cazaba a un enemigo tan peligroso, quizás hasta podía estar carente de equipo y no lo discutiría. Estaba consciente de que posiblemente no usara ni la mitad de las armas que había traído, pero como dice el dicho "Mejor tenerlas y no necesitarlas que necesitarlas y no tenerlas"

Iba conduciendo por la ciudad, buscando cualquier señal de problemas y pensando en que hacer cuando me encontrara a Stryker o mejor dicho a uno de sus ciervos; el hombre jamas daba la cara. De pronto, escuche un grito desgarrador, el cual prontamente fue sucedido por varios otros. Sin perder el tiempo doble en la primera calle disponible, ganándome un par de insultos por parte de los conductores pero nada importante. Llegue justo a tiempo para ver a un grupo de...animales peculiares alejándose. Casi parecían perros pero salidos de algún laboratorio extraño o planta nuclear. Entonces caí en cuenta de quien era el hombre al que había estado persiguiendo; esto tenia su nombre escrito por todas partes. Los "perros" fueron recogidos por un grupo de personas, quienes deduje eran mas siervos de Stryker. Sin perder tiempo, comence a seguirlos.

(Scott va vestido normal.... Blue jeans azules, botas una camisa blanca y una chaqueta de cuero negra, y en el bolsillo de la chaqueta su visor de rayos, me gusta esa ropa XD ademas es para pasar desapercibido)

Era un día soleado en Bruselas, me encontraba en restaurante tomando un café, en mi mesa se encontraba un plato con algunas migajas de pan, había terminado de comer mi desayuno y me estaba terminando de tomar mi café. Se podría decir que estaba disfrutando del día o estaba de vacaciones pero no era así. Desde varias semanas atrás estaba persiguiendo a una persona en particular: William Stryker. Desde la colisión de los universos me encontraba un poco desorientado y sin rumbo, pero lo primero que me entere a oídos de algunos mutantes de la calle es que William  ya estaba haciendo de las suyas cazando mutantes. Es impresionante la maldad de algunas personas, aunque se estuviera cayendo el mundo algunos no cambian de parecer.

Pude haberme quedado tranquilo,  pude haber dirigido a la mansión y  pedir ayuda de la patrulla. Pero decidí tomar este caso en mis manos. Decidí trabajar solo en esta oportunidad. Esos rumores me llevaron a Bruselas, al parecer la mayoría de las desapariciones(mutantes) provenían de aquí. La ventaja de este universo( por así decirlo) es que las personas no son las mismas de donde provengo, es decir no saben que inicie una guerra mundial o que casi destruyo el mundo. No... Era impresionante caminar por las calles y pasar desapercibido..

Decidí hospedarme en un hotel de segunda clase, no quería gastar tan rápido mis ahorros y al día siguiente decidí comer en un restaurante y tomarme un café. Estaba ideando un plan, estaba leyendo algunos recortes de periódicos que hablaban acerca de aquellas desapariciones, quería encontrar alguna pista, modus operandi lo que sea. Tenia pocos recursos y no tenia equipo, pero opte por una misión en sigilo. Algo si estaba seguro, donde hubiera mutantes estaría Stryker.

Y hablando de coincidencias; cuando estaba apunto de tomarme el ultimo sorbo de café escuche unos gritos a lo lejos y luego a varias personas corriendo y otras(como nunca falta) curiosas acercándose al lugar de donde provenían dichos gritos. Sabia que eso solo significaba una cosa, Strkyer atacó de nuevo. Me levante rápido de la silla, abrí la puerta del restaurante y conseguí una moto estacionada en una esquina(que oportuno). Saque mi visor del bolsillo de la chaqueta, me lo coloque rápidamente y me monte en la moto y me dirigí rápidamente hacia el lugar de los hechos. Sabia que si no aprovechaba esta oportunidad se me escaparía.

Iba a toda velocidad, esquive con mucha destreza a las personas que corrían por todas partes el y cuando llegue... La imagen que vi fue destrasosa. Un joven horriblemente asesinado, era un mutante eso era obvio. Esto era obra de Stryker, me llene de mucha cólera, pero eso no terminaba allí. Acto seguido mire hacia a lo lejos y vi a unos animales huyendo, eran como... ¿Perros? Junto a otros sujetos que los estaban llevando, quienes sean que fueran, iban a pagar. Acelere pero esta vez despacio y me dispuse a seguirlos pero a una distancia considerable para que no me observaran, no estaba dispuesto a un confrontamiento directo con ellos, me interesaba era Stryker el pez gordo así que espere a que me llevaran hasta él...

Mutantes, no mutantes, todo es un caos. Antes no tenía nada de eso en las noticias, ahora Xavier y sus superchavales, la tropa X o patrulla X o mierda X no paraban de salir por las noticias, hacer declaraciones y pacificar todo la pacificable, parecía ese humano, Nelson Mandela, salvando las diferencias, el nuevo jodido Nelson Mandela, había que joderse, hasta de vez en cuando salía uno que no merecía la pena matar. ¿Sería por eso que su padre confiaba en ellos como raza? Aun así, había perdido esa confianza hace mucho, había visto demasiadas atrocidades cometidas por una sola raza como para pensar lo contrario.

El caso es que ahora eran un nuevo grupo que tenía que vigilar, unos parecían pacíficos, otros no tanto, y eso no me gustaba un carajo. La mejor demostración de la crueldad propia de la humanidad, dos grupos de individuos con características comunes peleando contra ellos y los que eran diferentes. Si las cosas se mantenían así, todo acabaría en el exterminio, de unos u otros, y se suponía que ella debía evitar que eso pasara. Por eso vigilaba las noticias, no era algo que me resultara especialmente apasionante, pero tenía que hacerlo. Y me apetecía aún menos después de aquella gala y aquella reunión, era tarde y no me apetecía andar salvándole el culo a nadie, pero en las noticias hablaban de la extraña desaparición de mutantes en Bélgica, aquello tenía todas las señales de que debía hacerme cargo, si había gente desapareciendo, alguien se la tendría que estar llevando, y ese alguien estaba claro que necesitaba que alguien le diera un castigo apropiado, y un castigo celestial siempre era apropiado.

Se bajó la cremallera de la falda, que dejó tirada sobre el sofá y se cambió para ponerse unos vaqueros y unas botas altas, se soltó el pelo y sobre su ceñido corsé se puso una chaqueta, el Buselas era de día y no era plan de pasearse por sus calles con un vestido de noche mientras todos desayunaban. Instantes después, aparecía de la nada en una esquina poco transitada de la ciudad, nada más llegar lo vio todo. Los perros, el joven muchacho despedazado y tras un rápido oteo de los alrededores, un grupo de hombres sobre una azotea. Ellos debían ser los cazadores, no había una caza con perros si no había un cazador detrás para recoger la presa, aunque en este caso poco iba a recoger. Siguió a un grupo de perros, los sabuesos siempre volvían a su amo una vez cumplida la tarea, dar reporte de la presa, ellos le llevarían hasta quien fuera que se mereciera una visita suya. Era ironico, había sido perdonada, pero en el fondo, ahora más que nunca era el ángel exterminador.

20 de abril- 2018

Belgica- Bruselas




(purificadores http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcS-j9V6lGjnZPaVyH4VjUgzW--wNwyMwFbPr8nfjxpfSXs_oyJYdQ )

El reverendo quiere que nos retiremos antes de que aparezca la prensa, varios de nuestro colaboradores darán pie a la teoría de un extraño tipo de rabia o algo parecido, recojamos a los perros y larguémonos rápido. los hombres observaron como las criaturas se acercaban mientras ellos separaban con una gran camioneta negra, abrieron las puertas traseras para que estas bestias subían pero comenzaron a dar gemidos y alaridos mientras olfateaban el aire Parece que han percibido a otros… bien, informen al reverendo


Los purificadores comienzan a armarse mientras la manada de 8 criaturas olfatean el aire parecen emocionarse con cada mutante que huelen. Al terminar estos hombres suben a las criaturas a la camioneta, los hombres se suben a la camioneta y marchan a gran velocidad (son 10 purificadores).

Cada purificador poseía una gran armadura tecnológica, además de varios cañones de avanzado sistema pero, lo que más llamaba la atención eran las cruces que utilizaban como armas y llevaban en sus espaldas.



------------------------------------------------------------------------------------------

Emma Frost

(Su nuevo atuendo http://static.comicvine.com/uploads/scale_super/8/82308/2936542-tumblr_mjtiaqo9mm1re8ijgo1_1280.jpg PD: LO QUE HACE EMMA USTEDES NO LO SABEN )


Emma sigue la camioneta en su lujosa limosina con discreción mientras escanea las mentes a su alrededor, varios mutantes seguían su misma pista, Scott, no su Scott… murmuro para si misma una pequeña maldicion y luego en un susurroScott Summers tiene mucho que explicar.


no era el momento para eso… un problema entupido a la vez, los purificadores notaron la presencia de todos ellos, ya había pensado que algo así pasaría y estaban preparándose para marchar y avisarle a su superior, algo común cuando las ratas como estas se sienten acorraladas.

Dejo que se subiesen en la camioneta, dejaría que la guiaran pero, avisarle a Stryker no era parte de su plan, entro en la mente de todos ellos y recreo una memoria donde lo hacían, pensarían que lo hicieron pero nunca tomaron tal acción mientras se dirigían a su guardia secreta. Entro en sus mentes mas allá para revisar lo que hacían, parecía no conocer todo lo que ocurría, solo sabían que debían llevar a estas bestias… “especiales” a la ciudad, ver si cumplían la misión de matar un mutante y regresar, típico… Stryker no daría demasiada información a sus ovejas, ni siquiera sobre la dirección de su guarida, la camioneta se dirigiría a ese lugar de forma automática.

El segundo problema eran los perros, sencillo… los animales son las criaturas mas fáciles de dominar, pero estas eran… distintas eran mas complicadas de calmar pero entre su excitación por nuevas presas y el voraz hambre por mas carne mutante logro entrar entre las fisuras de sus instintos acallándolas. Stryker había hecho algo con estas bestias… y ese algo no se limitaría a ellas.

Observo a su chofer mientras subía el vidrio, no recordaba la ultima vez que había luchado con gente como esta, comenzó a cambiarse su atuendo, un nuevo diseño para ella, hace mucho había dejado de ser la reina blanca del Hellfire Club y aquí, seria una nueva Emma Frost… aunque no había decidido que camino recorrer, sentía que al tener a Stryker al frente lo descubriría, termino de vestirse y pensó en los mutantes que seguían a las mismas ratas, suspiro un momento y decidió que lo mejor seria tener a otros como apoyo y no entro en sus mentes para detenerlos

(OCC: el color azul en cursiva son los pensamientos de Plana).

- Todos a la camioneta como buenos perritos... Esto no me gusta nada.- No podían ser los de la perrera. Los perros abandonados no se suben tan diligentemente a una camioneta así como sí. Además, por su aspecto dudo enormemente que nadie quisiese adoptar a esos perros. Tenían que ser perros amaestrados, sin duda alguna. La camioneta arrancó y comenzó a moverse. Había unos tipos que los recogieron con unas pintas más que extrañas. Parecían llevar unas enormes cruces o algo así parecía, desde esa altura no lo veía bien. Sólo pude distinguir que llevaban algo en las manos y que vestían de negro. Tenía dos opciones: seguir saltando por los tejados y cruzar de uno a otro cuando viese un cable, o bajar y coger la moto. No conocía Bruselas y no sabía hasta dónde sería capaz de seguirles a pie. Lo mismo los cables desaparecían al cabo de un rato. Negué con la cabeza y salté a la calle. Una caída de seis pisos no era nada. Levanté una nube de polvo y se agrietó levemente el suelo. Unos pocos rezagados se sobresaltaron con mi aparición y les saludé lo más amablemente que pude.

Saqué el casco y me dispuse a subir en mi moto. Vi que había manchas de sangre en ella. Los malditos chuchos esos la habían manchado al olisquearla. Con el dedo la toqué y la olí. Era sangre fresca sin duda, no podía ser de los perros. Ya se habían cobrado alguna víctima esas horribles criaturas. Me ajusté el casco y arranqué la moto. Esperé a que pasase una larga limusina y luego me puse en movimiento. Como siempre, no llevaba guantes. Tenía que tener las manos al aire por si la cosa se ponía fea y tenía que pegar un calambrazo a algo. Guardé las distancias para evitar que me viesen.

"¿Qué demonios será todo esto de los perros? ¿Algún tipo de cacería?" En las cacerías los cazadores disparan a las presas y los perros se encargan de ir a buscarlas. Sin embargo, no había visto que los perros cargasen con nada antes de subirse a la camioneta. Y llevaban la boca y el hocico manchados a juzgar por cómo me habían dejado la moto. "¿Podrían ser los cazadores de mutantes que andaba buscando? Pero seguía sin tener lógica. No había cuerpo. A no ser... A no ser que no quisiesen a los mutantes, sino que lo único que querían era matarlos y luego dejar el cuerpo al aire como aviso o para que la gente lo viese... Repugnante."

La verdad, no recordaba haberme enfrentado a algo así. Había luchado contra humanos y mutantes, y con cosas más grandes últimamente, como aquel kraken en Inglaterra. Pero lo de asesinar y dejar los cuerpos expuestos o tirados en algún cubo de basura era totalmente nuevo para mí. Me estremecí ligeramente. La enorme limusina seguía delante de mí, y me dio la impresión de que seguía también a la camioneta. Aminoré un poco la velocidad por si acaso eran también del grupo ese de cazadores o extraños monjes. Sólo esperaba que no fuese una emboscada o algún tipo de trampa. No me gustaban las sorpresas desagradables.

Sin duda alguna, el seguir a alguien era aspecto mas aburrido de mi "trabajo". Siendo un hombre de "armas tomar" el seguimiento de alguien era una parte que jamas disfrute mucho realizar, aunque sabia que era necesaria. Sin embargo, ese día el seguimiento fue algo un poco mas "emocionante". De por si el seguir a los perros mutantes, por mas notorios que estos fueran resulto bastante complicado. Ellos eran ágiles y rápidos y podían desplazarse casi por donde quisieran mientras que yo estaba en una camioneta y tenia que estar esquivando autos y peatones descuidados por todos lados; mas aun cuando me saltaba un semáforo. A pesar de cualquier impedimento o dificultad que pudiera plantearme la urbanizada ciudad y sus calles, los gritos de horror de las personas que tenían la mala suerte de toparse con las criaturas y la ola de desastres que dejaban a su paso eran un rastro perfecto que seguir. Gracias a eso pude seguirlos hasta que fueron recogidos por sus dueños.

Los perros se introdujeron en camionetas oscuras; simplemente abrieron las puertas de estas y los animales entraron. Eso me alivio un poco la búsqueda; era mucho mas fácil seguir a una camioneta oscura que aun grupo de perros. Sin embargo, encontré ciertos "obstáculos" a la hora de seguirlos. Para empezar, una enorme limusina estaba siguiendo a las camionetas. Al principio creí que era una inoportuna casualidad, pero después de un rato simplemente me pareció una casualidad demasiado grande. Lo mismo ocurrió con una motocicleta; parecía seguir a las camionetas oscuras. Tal vez se trataba de guardias de Stryker, o tal vez fuese gente que, por X motivo, se encontraba persiguiendo a sus secuaces. En todo caso estire la mano y tome a la Destructora; era la mejor arma para el momento; disparaba ojivas miniatura con un gran poder explosivo (de ahí el nombre que le otorgue) y podía ser usada con una mano como una pistola. Era el arma perfecta para destruir vehículos terrestres en una persecución y me permitía mantener una mano en el volante. Me urgía un poco de acción.

Seguí persiguiendo a aquella manada de perros y sus dueños, me encontraba a una distancia aproximada para que no me observaran, al parecer aquellas personas no se percataban de que otro mutante los estaba siguiendo(ni siquiera los perros). Eso era bueno al menos por ahora. De todas maneras tenia puesto mi visor de rayos, para que en cualquier improvisto ya estuviera preparado. Aunque eso era algo que quería evitar, enfrentándome a ellos no iba a conseguir nada, capaz que si lograra que uno de ellos me hablase tuviera en su boca algunas de esas pastillas de cianuro que lo mandaría al otro lado... En resumidas cuentas: una perdida de tiempo.

Tenia que ser mas estratégico pero no tenia recursos así que solo me dispuse a seguirlos hasta que... Detuve mi moto por un segundo... De repente se acerco una gran camioneta de color negro, sus puertas se abrieron y aquellos hombres y sus "mascotas" entraron adentro. Acto seguido El auto aceleró.Desde un punto de vista era mas fácil, solo tenia que seguir al vehículo a donde fuera; solo debía de estar atento de que no me vieran por los retrovisores.

Pero cuando ya me estaba mentalizando de que iba a estar jugando el juego de el gato y el ratón por un buen rato se aparece una limusina en la carretera, pude haberla obviado pero parecía que seguía al mismo objetivo -¿Una limusina?-pensé. Ni idea de quien pudiera estar en aquel automóvil, ¿una persona, o acaso era un mutante?, ¿ quizás varios que estaban allí?.

Pero algo que si me pareció extraño y preocupante fue que aparte de la limusina también se apareció un hombre en un automóvil. Ese sujeto se me dio mala espina, no solo por el aspecto de su rostro y porque también estaba siguiendo a la camioneta, si no porque me di cuenta que cargaba un arma en su mano y al parecer me estaba observando, quizás el si era un escolta por la forma en que me miraba. Lo menos que quería era iniciar una persecución. Pero si me quería atacar no me quedaría de brazos cruzados.

Sabia que si algo ocurría llamaría la atención de los adeptos de Stryker. Pero de todas maneras sostuve el interruptor de mi visor con mi mano derecha, una simple descargar en dirección a las llantas bastaría para dejarlo fuera de combate, así que me mantuve alerta...

Iba volando a una distancia suficiente para no ser vista, todo aquello parecía la mar de raro y lo último que me apetecía era llamar la atención antes de tiempo de alguno de esos humanos raritos, como si no tuviera bastante con humanos normales encima también los había con habilidades. En momentos como ese echaba de menos a Constantine, al menos a ese sabía que podía patearle el culo si se pasaba de listo.

Aquello parecía la comitiva de carnavales, la furgoneta de los perros, limusina, un coche y otro tipo, todos siguiendo a la furgoneta, a lo mejor daban una fiesta y no me había enterado, pero eran demasiados invitados y todos con el ceño demasiado fruncido como para que esa fiesta fuera a gustarme. Y no tenía forma de adivinar si todos eran amigos de la sociedad protectora de perros psicópatas o no, y mientras no tuviera claro que podían arreglar aquella situación sin mi ayuda, estaría atenta, no sea que la necesitaran y a Miguel le diera por echarme en cara alguna tontería como negación de auxilio al perro esclavizado o al humano herido, casi prefería ayudar a los perros...

No me fiaba de ninguno de ellos, sin excepción, no era nada personal, era... que eran humanos, humanos desconocidos para mas señas, totalmente desconocidos, al parecer alguno de ellos debía ser ligeramente conocido en el mundo en el que venían, a juzgar por los actos de algunos ellos, como ese tal Xavier o ese que se hacía llamar Magneto y gobernaba una isla, y alguno que otro más, pero en mi realidad no existían, y no los conocía, aunque tampoco me hubiera fiado del batsoso o del supermuermo que había en el mío, uno de los motivos por los que no había postulado a su flamante organización de mujeres pechugonas y hombres con mallas.

La furgoneta con los perros recorría las calles de la ciudad siempre delante de sus seguidores, cada vez más alejados del centro y suponía que más cerca de su parada objetivo. Ignoraba el motivo de los perros y de los hombres con cruces, no llevaban la tradicional parafernalia católica, asi que no debían ser acólitos fanáticos de su Padre. En cualquier caso, desde antes de la era romana la cruz siempre se ha relacionado al martirio y al sufrimiento, parecia que si eran fanáticos religiosos o fanáticos en cualquier caso, ahora sólo faltaba saber de que tipo. Si había algun sacerdote siendo un niño malo... tendría que castigarle, como sólo el cielo sabia castigar. Duramente.

20 de abril- 2018

Bélgica- Bruselas




(purificadores http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcS-j9V6lGjnZPaVyH4VjUgzW--wNwyMwFbPr8nfjxpfSXs_oyJYdQ )

Nos están siguiendo, acaben con ellos .La elegante limosina parece detenerse poco a poco  y luego doblar en una de las calles perdiéndose de la visión. Las puertas de la camioneta negra se abrieron y tres de los purificadores asomaron lo que parecían ser cañones, apuntaron y en ese mismo instante dispararon tres misiles en dirección a Jonathan, Scott y Planaria.

Los misiles antes de impactar, estallaron en numerosas balas del tamaño de canicas espaciadas por todo el aire. La camioneta dobla bruscamente cerrando las puertas y camuflajeandose con el ambiente gracias la tecnología que poseía, los purificadores desaparecen mientras se dirigen a su escapatoria Debemos movilizarnos lo mas rapido posible, al reverendo no le gustara nada de esto


Los purificadores se mantienen completamente armados, la camioneta se encuentra en un modo de invisibilidad mientras escapa.


(Desde este punto, tienen una carrera contra el tiempo, es decir razonar rápido o se les escapa, suerte)

------------------------------------------------------------------------------------------

Emma Frost-

(Su nuevo atuendo http://static.comicvine.com/uploads/scale_super/8/82308/2936542-tumblr_mjtiaqo9mm1re8ijgo1_1280.jpg PD: LO QUE HACE EMMA USTEDES NO LO SABEN)


Los purificadores notaron la presencia de tantos seguidores, sabia que no duraría mucho su pequeña caza de ratas pero debía intentarlo lo suficiente para evitar su comunicación con Stryker, Emma pidió al chofer disminuir la velocidad y doblar en la primera ocasión, lo que venia no era algo grato y debía mantener su presencia al mínimo, el hombre que lidera a los purificadores es cuidadoso y no parecía inteligente intervenir demasiado, a su vez sabia que estos mutantes podrían escapar de esas armas y si no lo hacían, era mejor que fuesen heridos y tomados fuera del frente de batalla.

Bajo de la limosina una vez estaciono y observo a su alrededor- Debo encontrar una forma de seguirlos mas prudente.


El velocista estaba cerca, quizás… podría trabajar con el, le conocía de muchos eventos, un miembro de los avengers, un miembro de x factor, hijo de magneto… era el mas capacitado, se concentro y unió la mente de ambos en la, era una sensación extraña tener la mente de otra persona en la tuya, una pequeña risa se escucho y luego notaste quien era.

Emma comenzó a caminar por las calles de Bruselas, manteniendo una conexión con Peter y una en las mentes de los purificadores para no perderles el rastro, su voz se expandió por la cabeza del velocista como si fuese su conciencia No debes preocuparte, no te dañare Maximoff, prefiero que trabajemos juntos para detener a estos… asesinos de mutantes y necesito que me lleves.

"¿A dónde demonios están yendo estos? Parece que intentan salir de la ciudad... Mejor será mantener un poco la distancia no sea que se den cuenta de que les estoy siguiendo." Llevaba un rato dándole vueltas a la cabeza sobre lo que podían ser estos tipos. Creía que tenían que ver con la desaparición de los mutantes aquí, pero hasta que no lo viese con mis propios ojos no podía deducir nada con total seguridad. Sea como fuere en esa furgoneta habían metido a los extraños perros esos despellejados, así que aunque no fuesen los matadores de mutantes algo malo tramaban. Apreté las manos desnudas y entrecerré los ojos. Las llevaba sin guantes para poder usar mis poderes en caso de un ataque o algo por el estilo. Siempre estaba preparado para cualquier cosa que me pasase. O, al menos, casi cualquier cosa.

La limusina se apartó de la calle principal y la seguí con la mirada tras de mi visera negra. No conseguí ver a nadie, aunque me pareció muy extraño que esta siguiese a la furgoneta. Desde luego no podían ser los típicos jóvenes ricos que están de fiesta o un miembro del cuerpo diplomático, a menos que estuviesen muy despistados. Se había visto claramente como los perros entraban en el vehículo de delante. Volví la vista al frente y todo sucedió muy rápido. Las puertas traseras de la furgoneta se abrieron y tres tipos dispararon tres misiles. Uno de ellos iba directo hacia mí. Estalló y miles de pequeñas balas se dirigieron hacia mí a toda velocidad. Estiré la mano derecha justo para crear un escudo eléctrico que me protegió de los impactos, resonando como pelotas de goma contra un cristal. De repente, la moto pegó un petardazo y sentí como patinaba. La rueda delantera había estallado y un montón de lucecitas se encendieron en el cuadro de mandos. "¡Me cago en todo joder! ¡La moto a la mierda, maldita sea!"

El escudo me había protegido del impacto, pero la moto fue dañada. Aparqué al tiempo que vi desaparecer como por arte de magia a la furgoneta y me bajé de la moto para ver los daños. Estaba destrozada por completo en la parte delantera. Dí un puñetazo a la pared más cercana y cogí mis cosas. Me agarré a un cable que subía por el lateral del edificio y comencé a correr por la azotea. Encendí mi buscador al tiempo que saltaba sobre un cable y me ponía a surfear por él en dirección al otro edificio. Comencé a regular el amplificador de señal buscando a la furgoneta. Por fin encontré lo que buscaba.

-... Les hemos dado. Dale caña antes de que el jefe se cabreé con nosotros o alguien nos siga.

En la pantalla del amplificador apareció marcado el origen de la señal. Más sonidos intervenían pero ya había marcado a los miembros de la furgoneta. A través de las azoteas comencé a seguir el vehículo invisible, surfeando de vez en cuando sobre cables. Ya se había convertido en algo personal.

Si existía en el amplio cosmos alguna deidad manipuladora y responsable tanto de la creación del universo como de las acciones peculiares de cada particular individuo bajo el amplio manto celeste conocido como cielo, debía estarse burlando de mi en ese momento. Hay dos grandes tragedias en la vida: no conseguir lo que quieres y conseguirlo. En mi caso no era diferente. Al principio supuse que sería un simple trabajo de seguimiento; seguir a los perros de Stryker y a sus mascotas hasta su base. Pero por otro lado, esa situación no tenía nada de ordinaria. Por lo tanto fue equivoco de mi parte esperar de esos sujetos un comportamiento similar al de la mayoría de las personas cuando las perseguía. Al mismo tiempo, aquella era una misión de espionaje y tenía que seguir a la camioneta sin despertar sospechas; la camioneta al mismo tiempo, tampoco podía despertar sospechas. Desgraciadamente los esbirros de Stryker no estaban mal equipados en lo que se refería a tecnología armamentística.

Usualmente cuando persigo pandilleros y miembros del Cartel estos me disparan desde las ventanas de sus vehículos, por lo cual estaba acostumbrado. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación era algo que definitivamente no me esperaba. Para empezar la limusina que seguía mi ruta doblo de repente; eliminando mis sospechas de que fuera parte de la persecución, aunque algo en toda la escena no cuadraba. De repente, las puertas traseras de la camioneta se abrieron y un proyectil salió disparado desde el interior de la camioneta hacia mi posición. Desgraciadamente el proyectil, lejos de ser un simple misil o cohete, estallo en miles de bolitas diminutas que venían mi dirección. No tuve tiempo para pensar; la camioneta era rentada y no soportaría el impacto de las balas.

Afortunadamente no tenía el cinturón puesto por lo cual sin pensarlo me agache todo lo que pude debajo del volante, bajando tanto como pude la cabeza y cubriéndome la nuca con las manos.
El impacto de las balas agujereando la camioneta resonó en mis oídos, por no mencionar unas cuantas que pude sentir impactando en mi cuerpo; afortunadamente estaba protegido contra eso. Lamentablemente las ruedas de la camioneta se deshicieron por el impacto. Poco tiempo después, sentí un gran choque de la camioneta; no lo suficiente como para provocar daño, pero el vehículo en cuestión se encontraba estrellado contra un Hummer HQ. Por suerte el costado derecho, que es donde lo había chocado, no estaba muy dañado debido a que la camioneta había perdido velocidad. Los dos jóvenes a los que había chocado se bajaron para protestar pero les apunte a la cabeza con la Destructora y se fueron corriendo; incluso se dejaron las llaves en el auto.  Sin perder el tiempo volví a la camioneta y me equipe rápido. Obviamente no podría llevar todo lo que en un principio quería llevar; sali de la camioneta con 2 berettas 93R en las fundas del cinturón, 2 pistolas Hechler y Koch en las fundas magnéticas del chaleco, una AA-12 en las manos y el rifle calibre 50 en la espalda por no mencionar las cosas que siempre llevaba en mi cinturón y la destructora. No era una perdida grande pues en casa tenia reemplazos para el equipo, incluso podía conseguir más munición química;  pero me daba un poco de rabia después de todo lo que me costó ingresarlas al país, tuve que comprar a muchas personas. Por otra parte el dinero no era problema; ganaba mucho con lo que les robaba a los traficantes y mafiosos. Ademas, las las armas no tenían huellas de ningún tipo, no podían ser ligadas conmigo y estaba seguro que la policía las confiscaría antes de que alguien las robara. Tal vez después de buscar respuestas de Stryker podría recuperar algo.

La camioneta se había esfumado de repente; se había ido y al parecer no era el único que estaba sufriendo un destino similar, a juzgar por como termino la moto del muchacho que iba persiguiendo a los cazadores de mutantes. Sin embargo, el muchacho reacciono de un modo completamente contrario al esperado, el cual me sorprendió.  Justo cuando salí de la camioneta lo vi subiéndose a un cable de luz como si nada, con una facilidad que dejaría en ridículo a varios practicantes de parkour. Poco tiempo después, vi como comenzaba a saltar de azotea en azotea, deslizándose por cables de luz. No podía perder más tiempo; ciertamente no había podido localizar a la camioneta, pero ese chico obviamente los estaba siguiendo y además era un superhumano. Yo no creía en casualidades tan extrañas. Con eso en mente, volví al Hummer lo más rápido posible y arranque, siguiendo al chico por la calle. Tuve que saltearme un par de semáforos en el camino, pero por el tamaño de mi vehículo casi siempre conseguía que frenasen, aunque un par de veces me lleve puesto un auto; nada preocupante. En caso de ir en contra mano, tal vez tendría que hacer parte del trayecto por la vereda, tocando bocinazos y esquivando gente como pudiese., aunque por el momento eso no habia ocurrido. Esperaba que el joven pudiese llevarme directo hacia la camioneta y por consiguiente hacia la guarida de Stryker.

El infierno, la tierra era un infierno.

Mi respiración se aceleraba bajo a mascara, calles atestadas y llantas quemadas como el camino al infierno, las curvas pronunciadas como precipicios demoniacos respiraban rogando aire fuera de aquel inaudito océano de seres vivos. Al lado mío estaba el localizador de El Comediante, un antiguo objeto que nos permitió estar seguros de seguir vivos a cambio de vender nuestras almas al Dr. Manhattan. Sin embargo, esta vez era distinto, el localizador emitía un repetitivo sonido de alerta mimetizado con un pitido de una frecuencia de alcance global, un pequeño botón podía apagarlo y quizás eso debí hacer hace más de 5 años pero no lo hice, no frene en aquella curva para devolver el auto a su desesperado dueño ni me detuve en el aeropuerto de Gotham mientras el visado rogaba entre mis dedos. No, una serie de catastróficas decisiones me habían llevado a aquel infierno en tierra y como si sufriera de alguna fobia absurda el sudor caía por debajo de la máscara que arremolinaba sus manchas como un huracán de emociones.

Ciertamente, aquel era un día poco preciso para hacer amigos y mucho menos para atraer la atención de la policía que ya de por si debía estar siguiéndome tras aquel robo a mano armada pero que me daba la oportunidad de ocultarme, mimetizarme y desaparecer entre las calles dantescas de una Bruselas paranoica, un país que hace mucho no escuchaba ser nombrado y mucho menos conocía pues mi guía, mapa y compañero de frustraciones era, irónicamente, la luz roja de alarma del localizador del Comediante, indicativo de sus signos vitales y posición geográfica pero con el pequeño inconveniente de entregarme al caos y confusión de ser errática y poco práctica, cada movimiento en dirección significaba una frecuencia de repetición mas rápida, aquello era un infierno y el sonido del corazón de mi viejo amigo rogaba por ser escuchado en la silla del copiloto.

- Es solo curiosidad, algo, lo que se, ha activado esa alarma, el comediante esta cerca - Aquella paradoja de las ideas me recordó a los tiempos en el que el comediante viajaba contando sus viejas anécdotas sucias en las calles de nueva york, como un libro maldito que sonrojaba al padre de la iglesia que aquella vez fue blanco de nuestros disparos al ser el hogar temporal de unos ladrones bancarios. Las ironías cruzaban mi memoria como los rostros demacrados de la población belga que dudaba errática de la dirección a la que debía correr entre un caos inexplicable, monótono y extrañamente terrorífico. Aquello era un desfile infernal de sensaciones que rogaban por romper la puerta del auto, gritos, sandeces, odio acumulado y miedo mezclado con una dosis pasmosa de pitidos que aumentaban progresivamente me acercaba a una avenida. Un respiro, sorpresa y ansiedad, un coctel de emociones rodeadas de sensaciones vacías y grises que bombardeaban la ciudad como gotas de lluvia en una cajas de hormigas.

¿Lloviznaba? ¿Acaso había vuelto a Gotham?

La sangre rogaba escapar de la avenida como enormes aluviones que huyen a las puertas del mundo subterráneo, autos en persecución en frente de mí y extraños flash de luz ultravioleta que eran el significado aparente de súper hombres, alguien corría, en los techos, a varios metros de distancia. Un chico.

- Esto no es asunto mío... - Pero pronto lo seria pues la ironia de la existencia te involucraba hasta en lo mas profundo de la mierda por solo estar en el momento y en el lugar equivocado, la avenida principal era el único camino a mi objetivo y en ella la furgoneta desde la cual disparaban a un auto, el instinto me empujaba a desviar la mirada, a huir, a dejar este infierno en manos de los súper hombres.

Pero allí, en algún lugar, estaba el comediante y la curiosidad me empujaba a seguir avanzando con el barítono endemoniado del localizador que deseaba apagar pero la curiosidad seguía en el volante como una droga que te incita al éxtasis, aquella sensación que de manera subconsciente me llevaría al suicidio o a algo peor. Allí estaba, en una ciudad desconocida pero en un infierno parecido; en una situación suicida pero aún me sentía habitante de este mundo lo suficientemente cuerdo para creer en coincidencias. Disparos, el vidrio retrovisor de la izquierda se descuelga y resuena en el pavimento sucio de aquel camino al infierno como la cabeza de otro demonio desterrado del septimo circulo. Había entrado en aquel infierno como un visitante inesperado y lucifer me otorga la bienvenida de un dios, respiro aliviado, una bala que no me mata es otra posibilidad. Sonrío con beneplácito, como alguien que no quiere dudar de si mismo en la peor de las situaciones. Acelero y busco alcanzar al otro auto y observo a un hombre envuelto en disparos y sangre, pierde el control y se estrella en la dirección contraria a mi imprudente ubicación. Ahora ellos me miraban, creían que les seguía y, quizás, tan solo quizás, en mi mente esperaba que lo hiciera.

No eres un dios en tierra del diablo, eres alguien con suerte

Por ahora, con demasiada suerte.

La furgoneta se alejó de las zonas pobladas, dejando atrás los edificios y adentrándose en una zona industrial. Las alcantarillas humeaban y algunas gotas comenzaron a caer. No tenía ni idea de quién eran esos tipos, ni de qué planes se traían entre manos, pero esos perros me habían dejado muy inquieto y más después de que se pusiesen a oler mi moto y gruñesen. ¿Acaso me buscaban? No recordaba que Zenn usase esa clase de seres para perseguirnos ni para cometer sus crímenes. Él era más de usar esbirros normales y corrientes o algunos androides que él mismo diseñaba. Me gustaba más enfrentarme a los androides, no sólo porque eran más inteligentes que muchos de sus esbirros y requerían un mayor esfuerzo, lo cual siempre era divertido, sino además porque golpear a una persona no me agradaba especialmente. Desde luego lo que tenía ante mí era otro enemigo completamente distinto, y eso no me gustaba ni un pelo.

Mi pequeño localizado comenzó a pitar y lo saqué, deteniendo mi marcha en lo alto de un poste de alta tensión. Un par de señales nuevas habían aparecido en el mapa. Parecían mutantes, o eso indicaba mi localizado. Dos líneas amarillas no dejaban duda de que era eso. El localizado que yo usaba era un aparato que registraba las radiaciones emitidas por los seres con poderes. Para localizar mutantes usé muestras de mi propia radiación, y la mayoría de las veces las encontraba. Al parecer, los mutantes teníamos un tipo de radiación concreta que era común a todos. También había localizado a seres con magia gracias a la radiación de Tanith, y muchos otros tipos de emisión de poderes. EL pequeño localizador tenía un radio de un kilómetro, de manera qu debían estar muy cerca. Si eran buenos o malos, eso el propio tiempo lo diría. Quién sabe, lo mismo ni siquiera estaban persiguiendo la furgoneta como yo, y era mera casualidad. Decidí guardar esas dos emisiones para el futuro por si tenía tiempo de ir a ver quiénes eran. Ahora tenía cosas más importantes de las que ocuparme.

Continué persiguiendo a la furgoneta y llegué a un enorme edificio. Estaba al final de un enorme polígono industrial, y una gran puerta de contrachapado se abrió, dejando que la furgoneta entrase, cerrándose después. Allí estaba yo, de pie en el edificio más cercano, situado a unos cien metros de mi destino. Saqué el localizado y apunté hacia el enorme edificio. No localicé nada fuera de lo común. Seguramente fuesen simples humanos. La radiación de Zenn no estaba presente, así que no era plan suyo. O, por lo menos, no se encontraba allí. Lo apagué y lo guardé de nuevo. Ahora tocaba la segunda parte. Infiltrarme en el edificio sin ser localizado. Mi modus operandi era muy sencillo. Provocar una sobrecarga en los fusibles para eliminar las cámaras o las alarmas y luego subir al tejado en busca de posibles francotiradores. Dejarlos fuera de juego y entonces colarme e ir eliminando a los guardias uno a uno, o investigar un poco. No era un experto espía ni nada por el estilo, pero había aprendido algo de sigilo gracias a Tanith y a Lord Rick. Él si era un espía, y de los mejores. Me enseñó a ser una sombra y pasar desapercibido en la medida de lo posible. Sólo esperaba que nadie se entrometiese en mis planes. Me gustaba improvisar, pero lo que no me gustaba era que me llenasen de plomo. Bajé del edificio y me dispuse a acercarme al que buscaba.