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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
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Acostumbrado al repicar de las lluvias continuas esos días tan claros en los que en vez de nubes eran los rascacielos los que surcaban los cielos.
Parecían que algunos de esos edificios jugaban a ver quién la tenía más grande, siempre intentando ser mejor, más moderno y lujoso que el anterior.
¿Para qué servía tanta ostentación? Si al final iban a morir todos de igual manera estuvieran cómo estuvieran consiguieran lo que consiguieran. De todas formas, lo que era la ciudad era demasiado urbana para su gusto. Se veían personas de todo tipo caminando por las calles de un lado para otros, humanos demasiado ocupados con sus deberes.
En ocasiones, se detenía a pensar en cosas tan banales como “de dónde venían”, “a dónde iban” o “en qué pensaban”. Se entretenía analizando a los viandantes, a los comerciantes y clientes, a los artistas y espectadores… Pero solo veía caras desconocidas, todas ellas pertenecientes a un rebaño dictado por un pastor que las manipulaba a placer.
Aunque ésto a él no le interesaba lo más mínimo, un chico que no tenía ni a dónde ir con un interés cristalino: Encontrar a su hermana.
Vagaba por la mañana, observaba por la tarde y trazaba nuevas rutas a la noche. Así era su día a día desde hacía ya meses. ¿Cuántos? Prefería ni contarlos para no desesperarse.
Había pasado por tantos lugares desde que salió de su “hogar” que podría hacer una tesis sobre el comportamiento humano según el clima y las ridículas costumbres infundadas por la sociedad de la que se veían rodeados.
A sus quince años era más consciente de algunas cosas de la vida que muchos adultos, pero en lo que a la convivencia, a las formas, a las costumbres en general, era todo un ignorante.
Él se había movido por una “actualidad” alternativa, corrupta y subterránea. Sabía muchas más cosas de lo que un simple humano podría saber, pero el más simple de éstos le superaría en muchísimos otros campos. Aún recordaba las primeras impresiones que tuvo del mundo exterior: La gente vestía cada uno a su manera y cada cual era distinto al anterior, había mucho ruido, todos se regían por un protocolo de conducta, para guiarse seguían un sistema de colores… ¡Como los simios! El número de personas que había visto a lo largo de su vida no era excesivamente elevado, así que, hasta la cosa más estúpida para cualquier persona normal para él era incluso sorprendente.
Miraba arriba, abajo, al frente y a los lados, recopilaba toda la información visual que podía, pero se le estaba pasando por alto que el sol ya estaba empezando a bajar. La noche la tenía asegurada en un hostal cercano, los autobuses no dejaban de pasar en ningún momento, así que no tendría problema en volver, podía tomarse más tranquilamente su paseo, aun le quedaban algo más de un par de horas de luz.
Había comenzado a adoptar la manía de hacer ronda de búsqueda también cuando la luna estaba alta, no tenía ni idea de los hábitos de su hermana y cualquier lugar y tiempo le parecía bueno para encontrarla. Pero llevaba muchísimo tiempo sin apenas rastro de ella, solo vagos recuerdos de algunas de las personas que le dieron testimonio.
Suspiró dejando caer en un banco la mochila, dejándose caer tras ella. Necesitaba reposar un poquito y trazar nuevos planes.
Después de haberse estirado y relajado un poco mirando a ningún sitio, sacó un mapa y un rotulador verde. Estaba en América, más concretamente en Gotham. Sabía muy bien cómo había llegado ahí pero la razón era totalmente inexistente. ¿Intuición? ¿Qué el nombre le resultaba atractivo? Pues, podía ser… Pero lo que le llevaba a esas calles también era la reputación del lugar que pretendía comprobar.
Alzó la mirada y vio un cartel colgando de la cafetería que veía desde su posición. La gente entraba, algunos se quedaban o en su defecto, se llevaban sus cafés consigo. El icono del lugar parecía como una mujer de cabello largo con una corona y como con… ¿Aletas? Verde, sobre fondo blanco. Ponía “Starbucks” y era un letrero se repetía desde su salida de Londres. Esa cafetería tendría que ser una cadena muy buena o peculiar, simplemente, famosa.
Se decidió a entrar justo en el momento en el que un grupo de chavales vestidos en su mayoría con un look un tanto retro, incluida unas gafas que tenían más montura que lente.
Miró a su alrededor, comprobando que aquella estancia era tan normal como otras muchas en las que había entrado. No tenía nada en peculiar, a parte de una gran variedad de cafés, algunos batidos, zumos y distintos bocados dulces y salados.
Tomó asiento mirando a la carta que tenia justo en frente de la barra, de hecho, estaba frente a la barra. Esperaría a que alguna chica que andaba por allí le atendiera y le recomendara… Chicas que, cabía destacar, no llegaban ni a la suela de los zapatos a su hermana.
Última edición por Adam H. Strauss el 7th Agosto 2014, 14:32, editado 1 vez
Coral B. Hiddleston DC Universe
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Mensajes : 256 Fecha de inscripción : 04/06/2014
Ficha de Personaje Alias: Twilight Nombre real: Coral Bonibell Hiddleston Universo: DC Universe
Hacía ya una semana que el mundo entero había entrado en el mes de diciembre, un supuesto mes donde la gente buscaba la paz y el amor celebrando Navidad. ¿Y para qué negarlo? Le encantaba ese mes y le encantaban sus fiestas. A pesar de que los negocios lo aprovechaban para sacar más dinero, si era cierto que el aire se llegaba a endulzar con el olor del chocolate caliente que vendían en las paraditas, así como la ilusión de los niños por saber que tarde o temprano tendrían algún regalo si se habían portado bien. O la mismísima decoración que había en las calles, todo lleno de luces y colores. Además, llegaba a significar un rayo de esperanza para la oscura y terrible Gotham, que durante tantos años simulaba ser un infierno en la tierra. Y cómo no, tenía vacaciones en la universidad. Era cierto que al final había terminado haciendo algo de trampas de vez en cuando para no suspender, pero también estudiaba duro para poder sacarse su carrera de historia. ¿Por qué sigues estudiando? Le habían llegado a preguntar. Porque el trabajo de superhéroe quizás no podía durar para siempre, y prefería al menos tener algo asegurado. Aunque aquello en realidad no era más que una excusa barata que se intentaba poner. Lo que en realidad quería era algo... más normal en su vida. No la habían criado como a una humana, no hacía algo corriente entre personas, así que solo le quedaba aquello. Además, siempre le había fascinado la historia, ¿cómo no iba a aprovechar la oportunidad de saber lo que nunca le contaron? Porque William ya se encargó de evitar que ella llegase a saber sobre grandes momentos y figuras que hubiesen podido distorsionar mi visión hacia él, y por ende, destruir sus planes. Su padre siempre había sabido que era una chica lista...y eso en cierto modo la alagaba, porque al menos no se lo puso fácil a la hora de intentar manipularla.
Fuere como fuere, llevaba ya un par de días tranquila, sin necesidad de ir urgentemente a ninguna misión. Habían pasado demasiadas cosas durante los últimos días y meses, así que no creía que por un día que se pasase actuando como una estudiante normal, decidiendo ir a dar una vuelta por Gotham como civil (sin el traje de patrulla ni armas encima), fuese a pasar nada. De hecho, se pasó la tarde mirando algunas tiendas, y ya llevaba un par de bolsas cuando empezaba a notar cierto carraspeo en la garganta, que indicaba la hora de ir tomar algo calentito, porque el frío no dejaba de azotar todas y cada una de las iluminadas calles. Y allí acabó: en el Starbucks, una cafetería bastante famosa a nivel mundial donde alguna vez había probado su frapuccino y, eh, había descubierto que tenía un buen sabor. Por dos dólares podías tener un capricho, y más para alguien como ella, que precisamente casi nunca los tenía. Se dirigió al mostrador y pidió lo suyo. Siempre le había hecho gracia que tuviesen que escribir el nombre de la persona para que pudiesen luego entregar las cosas a la persona correcta. Esperó tranquilamente alrededor de un minuto y medio o dos mirando entretenida el escaparate de los dulces que tenían expuestos hasta que la llamaron para recoger su pedido y luego fue a sentarse en el primer sitio que su mirada encontró, en una de esas butacas cómodas que te daban la sensación de poder relajarte y dejar de pensar en todo. Justo al lado, en ya una de las mesas de madera, había un chico solitario, con un rostro serio y juvenil. No sabía cuantos años le llevaría, pero parecía estar esperando algo. Quizás a que le llamaran para su pedido, aunque normalmente no solían tardar mucho en prepararlo, y no le había visto en la cola cuando había llegado. ¿Quizás un pedido especial? Fuera de querer saber mucho más, volvió la mirada hacia el enorme ventanal, donde se podía ver perfectamente la calle y, si mirabas al cielo, tenías una perfecta visión de los matices rosados y anaranjados que empezaban a asomar, dando paso a la oscuridad a una velocidad ténebre. Dentro de nada todas las luces se encenderían, contando con las extras de Navidad.
Un poco de paz y tranquilidad, ¿eh?...Lo echaba de menos.
Hacía tiempo que no recordaba el que pudiese parar a pensar las cosas determinadamente, sin estar con todo el cuerpo en tensión y con la agonía en su pecho. Cuando llegó allí, creyó que Gotham era una oportunidad de demostrar que ella era fuerte, que podía con cualquier cosa porque había sido entrenada para eso. Luego, supo que no: la ciudad te ponía en constante peligro, buscando tus puntos débiles para derribarte y reducirte a nada...y Batman le corroboró aquellas palabras. Sus pensamientos empezaron a meterle poco a poco en su palacio mental mientras que su mano daba vueltas de forma inconsciente a su bebida con el palito corto de madera, costumbre que solía tener con casi cualquier cosa que le sirviesen ya fuese con cuchara, pajita, palo o algo parecido. La conclusión? Pronto habría más cosas que hacer.
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Última edición por Coral B. Hiddleston el 12th Octubre 2014, 10:56, editado 2 veces
Se colocó sus cascos de nuevo en la cabeza, en éstos se seguía escuchando música. No sabía demasiado respecto a las costumbres humanas, solo la teoría en sí. Todos los avances, hallazgos, estrenos… Todo eso sí lo conocía.
Y, en particular, la música era un campo que le entusiasmaba. ¿Lo que más le gustaba escuchar? Rock de los 80. Pero para nada era lo único que estaba en su lista de reproducción. Pocos géneros, exceptuando los que él denominaba “ruido”, se salvaban de estar entre sus filas.
Dio comienzo una nueva canción , cuyo ritmo cambiante le encantaba: “Live and let die”, del grupo “Guns N´Roses”
When you were young and your heart was an open book You used to say live and let live
No tardó demasiado en deducir que los clientes pedían directamente el pedido en la barra y, a partir de ese momento no pasaba demasiado tiempo hasta que el tendero entregaba el pedido. Y él, mientras, como un estúpido esperando en una mesita cercana a que le dijeran qué le ofrecían.
La gente era bastante monótona en lo que pedía, en casi todas las ocasiones era un café y algo de la sección de bollería para acompañar.
But if this ever changing world in which we live in Makes you give in and cry Say live and let die Live and let die
Se quedó mirando fijamente el cartel que adornaba la pared sobre las cabezas de los tenderos durante un buen rato, absorto, perdiendo la noción del tiempo.
La vida de los humanos era tan monotona como sus pedidos, ¿no se aburrían? ¿No pensaban en dar algún cambio revolucionario que las hiciera al menos algo entretenidas?
Claro que, él tampoco podía hablar demasiado, no conocía apenas nada de la vida, lo que más controlaba era el “cómo no perderla” es decir, que en su dualidad, lo único que conocía eran maneras de matar.
What does it matter to ya When ya got a job to do Ya got to do it well You got to give the other fell a hell
¿Qué cara tenía que tener en esos momentos? Qué más daba, total, ahí nadie le conocía y posiblemente, nadie habría reparado si quiera en su presencia, como de costumbre, la gente le omitía e incluso se olvidaban de él. ¿Tan discreto era? A veces, desearía llamar un poco más la atención con tal de recibir algo de ésta.
Decidió levantarse de su asiento para pasar a la acción, ya se había acostumbrado a actuar como un chaval normal acostumbrado a una vida cotidiana.
You used to say live and let live you know you did
Pero entonces, pasó algo que no esperaba, una sensación, un olor acompañado de un escalofrió. ¿Se habría puesto enfermo? ¿Estaría delirando? O realmente… ¿estaba ella allí?
Se volvió, con una mezcla de nervios, miedo y alegría. Sus ojos no podían estar viendo lo que estaban viendo. No podía disimular. No podía dejar de mirarla y por si no fuera poco, una voz justamente detrás de la barra la llamó.
Dijo su nombre. La llamó Coral.
La joven se acercó a por su bebida y se retiró mientras, Adam, no podía quitarla el ojo de encima.
¿Cuándo había entrado? ¿Qué hacia ahí? Y, lo más importante... ¿Qué hacia ahora?
But if this ever changing world in which we live in Makes you give in and cry
Temía y ansiaba el momento en el que sus miradas se cruzaran, ella no sabía quién era y él sabía demasiado sobre ella.
Respiró hondo y desvió la mirada. Sus pies, hicieron el resto.
Se acercó mientras se quitaba los cascos a la posición de la chica y, casi sin darse cuenta, ya estaba hablando.
- Discúlpeme, señorita, se la ve muy habituada a estar en estos lares, soy extranjero, londinense pero, al criarme a las afueras, no conozco demasiado bien lo que ofrecen de bebida en este local. ¿Podría decirme que lleva cada una? – tragó saliva, tratando que no se notara e intentando que sus ojos azules no le hipnotizaran.
¿Qué demonios acababa de hacer? Tanto tiempo esperando verla, poder hablarla por primera vez y… ¿La preguntaba por cafés? ¿Para eso servía su alto coeficiente intelectual? Era estúpido. ¿Y si le ignoraba?
Say live and let die Live and let die
Susurraron los cascos como un último aliento antes de que Adam lo apagara de golpe palpándose el bolsillo.
Coral B. Hiddleston DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Twilight Nombre real: Coral Bonibell Hiddleston Universo: DC Universe
Sus ojos seguían centrados en lo que momentos antes había sido el crepúsculo, y es que ya casi no quedaba ningún matiz de él, ocultando los edificios los pocos rayos de luz que pudiesen quedar vivos, a punto de ahogarse en el mar de la noche. Aun así, nunca se cansaría de ver ese momento del día...era demasiado significativo para ella. ¿Cual era si no su nombre en clave? Twilight*. Mucha gente consideraba aquello una ironía considerando que el principal y mayor poder de Coral era precisamente la creación y manipulación de la luz, pero pocos llegaban a entender que en su interior, eso solo era una parte de ella. Nadie comprendía la constante lucha moral que tenía en su interior, que no veía el mundo con tanta nitidez como muchos sí podían hacerlo. No era la noche, pero tampoco el día: era ambos unidos en un solo momento. Aunque la media noche ya le reclamaba que volviese a su lugar oscuro, enterrado bajo las aguas de Inglaterra; una ciudad que vive apartada para crear su propia ley, religión y orden...Rapture. Y el culpable de todo aquello era alguien que había llegado de hacía poco para arrastrarla al infierno: Damien Grey, alias Midnight. Su fina mano fue a coger el café mientras seguía absorta, inclinándose un poco hacia adelante en sus labios y dejando que el líquido humedeciese estos mientras se dirigía a su garganta, notando un repentino y agradable calor en su interior que la fue llenando poco a poco en todo su recorrido...pero tuvo que separarse del vaso en el momento en que una voz habló a su lado, preguntándole sobre cafés. La chica hubiese pensado que se trataba de alguien preguntándole a su compañero o pareja de no haber sido por el reflejo del cristal, donde pudo ver que quien estaba plantado al lado de ella era el mismo chaval de pelo moreno que antes había visto de refilón, sentado en una mesa distinta. Giró la cabeza hacia este mientras volvía a dejar el vaso en la mesa, mirándole con cierta curiosidad y extrañez, pero no pudo evitar el dibujar una ligera sonrisa en sus labios, asintiendo.
-Claro, no es ningún problema. -Alzó el brazo y señaló con el dedo índice la tabla gigante que había justo encima de los dependientes que estaban en el mostrador. Si el chico tenía buena vista, podría seguirle perfectamente. Le explicó todos los tipos de servicios, bebidas y comidas que el local disponía, aunque llegaba a preguntarse si a él le gustaría el café, ya que no solía ser muy común entre chicos. De hecho, ella lo odiaba. Tenía ese sabor tan amargo y desagradable...por eso solo lo tomaba cuando estaba realmente dulce. También le recomendó lo que más le gustaba a ella y qué le podría gustar a él según lo poco que pudo averiguar de sus gustos al preguntárselo. -Aunque siempre puedes ir viniendo a probar algo diferente cada vez. -concluyó- Además, hay varios en distintos lugares de Gotham.- finalizó, encogiéndose de hombros. Desgraciadamente mientras hablaban la gente había ido entrando a diestro y siniestro, llenándose el café en poco tiempo y al no ser ese local especialmente muy grande, los asientos ya estabas casi ocupados. No era raro considerando que habían llegado a la hora punta donde la gente empezaba a hacer más vida, saliendo a tomar algo solos o con amigos, con los niños o las parejas, por sed o por gana. Una señora de pelo rubio recogido y una cara que parecía haberse sometido a varios tratamientos (y que por sus gestos faciales y esa sonrisa de perro no parecía ser de lo más amable del mundo) se sentó justo donde el chico había estado antes.
-Creo que te han quitado el sitio...y no te recomiendo que intentes reclamarlo.¿Quieres sentarte conmigo? -preguntó mientras señalaba en asiento que tenía en frente, aunque primero tendría que ir a pedir. - Ve tranquilo, te espero aquí.-murmuró en un tono suave.
*Twilight: Crepúsculo en inglés.
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Última edición por Coral B. Hiddleston el 12th Octubre 2014, 11:20, editado 1 vez
La tenia frente así y no podía aun creerlo. Tantos años soñando con ese momento tan intangible que ahora mismo estaba al alcance de su mano.
No entendía nada y a la vez lo entendía todo. ¿Habría sido el destino? No lo creía, él la llevaba ya buscando varios meses.
Su voz era como una melodía que mientras se filtraba por sus oídos no hacia más que ser grabada como opción a ser repetida eternamente.
Había escuchado su voz antes, pero no tan cerca y mucho menos, dirigida a él. Se la veía una mujer segura, puesto que le miraba directamente a los ojos ¿no vería nada familiar en ellos? Lo dudaba, pero él en los suyos no podía ver más que misterio y admiración.
- Ya veo, parece sencillo… Es igual que en mi ciudad – mintió, ya que no tenía ni idea si en Londres funcionaba igual que allí o no. – Seguiré su recomendación.
Añadió, mirando de nuevo hacia el sitio que había abandonado cuando, por arte de magia, ella se anticipó a su movimiento.
No tenia escapatoria, no tenía lugar al que volver a recapacitar sobre el qué hacer, debía actuar, era su oportunidad y no iba a dejarla pasar. Tenía que aprovecharla, aprovechar a vivir lo que ansiaba desde que tenía memoria.
Aunque tenía una mínima posibilidad de poder pensar y era pidiendo algo…
- Creo que aceptaré su invitación después de haberme cobrado mi consumición – sonrió, mirando de reojo hacia la barra – Por cierto, soy Adam, un placer.
Sin esperar respuesta, marchó hacia allí.
¿Qué debía hacer? ¿Cómo debía hablarla? Y, ¿sobre qué? No podía ahuyentarla, tenía que retenerla hasta… ¿Hasta qué? No sabía ni qué hacia ahí, ahora que ya había conseguido encontrarla tenía…
La voz del chico de la barra interrumpió sus pensamientos y en respuesta, ordenó un café mocca, le hacía gracia el nombre.
Una vez lo tuvo, a una velocidad muy eficiente, volvió a acercarse con nada preparado, tomando asiento. - Bueno, Cor… -se hizo el silencio un momento. Había olvidado un detalle: Ella no se había presentado y él había mencionado su nombre, ¿Cómo se podía ser tan estúpido? Los nervios se le echaron encima - ¿Coral? Creo recordar que así la llamó el chico del café, tengo buena memoria… - dijo, intentando evadir su error sin hacer que sus palabras temblaran.
Coral B. Hiddleston DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Twilight Nombre real: Coral Bonibell Hiddleston Universo: DC Universe
Su forma educada de hablar le llamó la atención desde el primer momento. Sinceramente, pocos hablaban así en América, ya que el continente era más probable terminar hablando con la jerga de calle, que era la que más abundaba. La cortesía solo la utilizaban dos grupos distintos de personas: por una parte, los negociantes, ya que era norma en su protocolo el hablar con respeto para intentar crear mejor efecto y que sus ventas salgan mejot, y por otra, los ricos. Estos lo utilizaban tan solo para demostrar que eran merecedor de toda su riqueza y que estaban por encima de los demás. En Gran Bretaña, las cosas eran distintas: el vocábulo cortés se utilizaba por educación y respeto. Era muy difícil conseguir que un Británico insultara por que sí...excepto si estaban bebidos o disfrutando de su mayor pasión deportiva. Un buen ejemplo de ello eran los Irlandeses...La verdad? Echaba de menos la cultura de su hogar, inclusive cuando Rapture en realidad se movía bajo otras normas (físicas y morales) y su religión (y es que a parte de esas diferencias y de vivir bajo el mar, Rapture era muy parecida en costumbres y modales a todo el resto del país). Por suerte no tardó mucho en corregirse a la hora de tener que hablar en el continente americano; la supervivencia hacía que espabilaras de forma rápida. Y por el momento, solo habían tres personas que le habían conseguido sacar aquella faceta británica: Damien Gray, que curiosamente hablaba de la misma forma que el chico, Alfed Pennynwood, que directamente era de su misma nación, además de mayodomo y por último al mismísimo Batman, aunque en pocas ocasiones. Por desgracia, todo aquello eran tiempos pasados, en los que era mejor no pensar. Y si algún día volvía, sería para terminar todo lo que durante tantos siglos llevaba en marcha. Quizás...quizás la Liga algún día pudiese ir directo a la plaga que estaba surgiendo bajo el mar de Reino unido, o quizás... cuando se sintiese realmente preparada, fuese ella misma. Era su problema, se repetía muchas veces. Y no había adoptado una identidad y había estado luchando contra el crimen para quedarse de brazos cruzados con él.
Mejor era no pensar en esos temas ahora. Prefería centrarse en su reciente compañía, que se presentó como Adam. Era un bonito nombre. Por formalidad, iba a responderle con el suyo, pero el chico se levantó antes de que pudiese decir nada. Quizás la sed le pudiese, y no le culpaba. Se limitó a mirarlo mientras este se iba hacia la colpa y se ponía en ella, con el brillo de la curiosidad de sus ojos. A simple vista no parecía tener más edad que Brian, aunque Nexus era un poquito más alto que él...más o menos lo que medía ella, los 1'68-69. Adam también tenía un complexo físico, menudo. No pudo saber si lo tenía bien cuidado ya que era Diciembre y el frío obligaba a ir a todos tapados hasta la médula, pero podía apostar a que seguramente fuese así. Un chico sano, quizás. Lo cual solo seguía haciéndole contrastar aún más con el ambiente y urbanismo que solía frecuentar a la oscura ciudad. Volvió a dar un sorbo a su capuccino, esta vez sacando su móvil para ver si tenía alguna llamada o mensaje. Nada...vacío. Volvió a guardar el teléfono en el momento en el que el moreno volvió. Quizás era hora de retomar la presenta... ....nevermind, pareció ser que ya se sabía su nombre. Al principio arqueó una ceja, extrañada, pero el chico tuvo suerte y ella se tragó su excusa. Por lo visto no era la única que se pasaba el día atenta a todo lo que la rodeaba... aunque tenía un buen motivo para ello, y estaba segura de que ya había pensando en él. ¿Os acordáis? Sí, DAMIEN. Otra persona que había pasado a convertirse en su problema y, visto lo visto, stalker personal.
-Sí, Coral. -le afirmó mientras dibujaba una suave sonrisas, dándole un par de vueltas a su café con el palito de madera.- Así que no eres de aquí...¿verdad?-empezó, recordando las palabras que él había dicho antes, dispuesta intentar mantener un tema de conversación e intentar saciar un poco su curiosidad para con este. La verdad, era difícil encontrar a gente que no fuese de Gotham en la misma ciudad, no en vano la llamaban la ciudad maldita. -¿Puedo preguntar de donde vienes? O...Por qué has venido? Gotham no suele un buen complejo turístico...-soltó una ligera risilla por la broma, aunque quizás él no la entendiese. Seguro que si Dick, James o Babs hubiesen estado ahí se hubiesen reído con la misma ironía con la que dijo aquello.
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Última edición por Coral B. Hiddleston el 13th Octubre 2014, 17:39, editado 3 veces
El olor a café ascendía desde su vaso, donde se podía leer su nombre de pedido. Olía dulce, con cierto toque a cacao, quizás, aunque todo ello era nublado por el intenso olor a café.
Se acomodó en su silla, hasta donde esta permitía el acomodarse. Su postura erguida y correcta eran simples modales que le habían enseñado en ciertas ocasiones. Colaboraba la imagen que daba con los nervios que acusaban su pecho, así podía aparentar simplemente ser un niño educado, cuando, en realidad, distaba mucho de serlo.
La jerga popular es lo primero que se aprende de un idioma y, sin duda, fue de las primeras cosas que aprendió al salir a la luz del día continuada.
Adquirió una postura cómoda y relajada, intentaba controlar su ritmo cardiaco y su pulso a la vez que pensaba como debía actuar y en qué medida.
-Así es, no soy de aquí. Vengo de… Las afueras de Londres, un lugar cercano al centro pero a la vez que se evade de la realidad, a veces pienso que he salido de una residencia subterránea o algo así, puesto que poco se de mi ciudad en sí – bromeó, con su irremediable realidad- Y respecto al por qué…
Se hizo un momento de silencio. Era su oportunidad perfecta pero era demasiado pronto y evidente.
Rió suavemente, mientras la guiñó un ojo, en gesto despreocupado.
- Digamos que el por qué estoy aquí es un secreto pero, por ser usted, se lo contaré. – añadió, con un tono más animado. Iba a jugar a un juego y a él le encantaban los juegos y, si eran de palabras, mejor – Vengo a buscar a mi hermana, se escapó del hogar hace ya un tiempo sin dejar ningún rastro y, bueno, he estado buscándola desde que lo supe. La cosa es que, es algo muy gracioso: Yo sé quien es ella pero ella no sabe quién soy yo. – hizo una breve pausa para comenzar a jugar con el palito-cucharilla en su café – No se corte en preguntar, mi vida tiene mucho que contar y estoy dispuesto a hacerlo, al menos, si los oídos que escuchen mis palabras son los suyos, por supuesto.
La miró fijamente, intentando ver las reacciones que, posiblemente, intentaría ocultar. ¿Cuándo comenzaría a sonarle la historia algo familiar?
Coral B. Hiddleston DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Twilight Nombre real: Coral Bonibell Hiddleston Universo: DC Universe
Adam pareció relajarse en el momento en el que volvió con el vaso (exteriormente de cartón reciclado) de café calentito, sentándose a su lado con una expresión más suave de la que antes había llegado a tener. Desgraciadamente, la tranquilidad de ella pronto iba a quedar quebrada para pasar a pura tensión. Al principio le escuchó con interés, llevándose la mano a la mejilla para ponerse más cómoda en lo que iba a a ser la explicación del chico. ¿De donde vendría? ¿Por qué había llegado allí? ¿Qué pensaba hacer? Esas eran preguntas que podían llegar a narrarte una historia entera. La historia que jamás creería que iba a escuchar, la única que nunca había alcanzado en su imaginación. Un escalofrío le recorrió la columna cuando dijo que venía de Londres. Siempre se había preguntado como estos ignoraban de forma tan fácil lo que realmente sucedía bajo sus calles. Y no, no estaba tan abajo como muchos creían. Varios edificios importantes (y no tanto) de la capital británica tenía ascensores secretos que llevaban a pisos que estaban al nivel un poquito más abajo de los metros. Lo único que diferenciaba realmente a Rapture era que allí seguían unas normas morales y legislativas diferentes, al igual que como religión tenían una rama distinta al cristianismo, donde se suponía que ella había sido elegida por aquel magnánimo y todopoderoso dios. El cordero del señor, la llamaban. Una especie de Uriel, arcángel que representaba el arrepentimiento de las personas. Y ese era el papel que quería William que ella jugase en realidad...el de hacer que todos se arrepintieran de no seguir su orden...o ejecutarlos.
Pero a medida que Adam fue contando, sus palabras empezaron a coincidir con el recuerdo que ella tenía de aquel sitio. Había dicho de las afueras, verdad? Quizás era de alguna parte de los suburbios, con eso de abajo...pero...no, no se le veía así. Estaba bien cuidado, y eso significaba que al menos tenía un mínimo de dinero como para vivir de forma estable. Bueno, había dicho que le daba esa sensación, no? Entonces podía ser tranquilamente de un pueblecito, lejos de la afamada ciudad, lejos de todos, donde hubiese alguna granja y él siempre acabase lleno de tierra. Quería pensar lo que fuese menos lo que creía que podía ser. Porque él simplemente no podía venir de..-...Rapture...-se le escapó su nombre en un murmuro, intentando no parecer sorprendida. Cuando Adam le guiñó el ojo, ella no pudo evitar el morderse con suavidad el labio inferior. ¿Quién era ese niño? Se veía tan tentada a leer su mente...pero se había prometido a si misma de que no lo haría a menos de que realmente lo necesitase. Tenía que llegar ella sola a la respuesta.
Y lo dijo. Habló de su hermana, que escapó tiempo atrás. ¿A qué le sonaba eso, por dios? Pero era imposible, ella nunca había tenido un hermano. Podía estar hablando de una mujer de negocios, o de una chica que viajó a América para estudiar. Además, ¿cómo había llegado el solo hasta allí? Desde un principio creeyó que había venido con sus padres, pero ahora...¿y si William estaba allí también?...La sola idea de aquello le revolvió el estómago, soltando al instante el café, al que acababa de darle un sorbo. No, era verdad. Damien ya estaba allí para llevarla de vuelta a casa, por lo que su padre seguía donde debía estar: lejos.
-La cosa es que, es algo muy gracioso: Yo sé quien es ella pero ella no sabe quién soy yo.
No puede ser. No es verdad. Miente.
Aquellas simples palabras le derribaron casi cualquier excusa o idea que había podido llegar a razonar e imaginar. Ahora sí que se sentía atrapada, y de mientras...él le ofrecía contarle todo. ¿Lo iba a hacer de verdad? Porque si quería asegurarse, solo le quedaban unas pocas preguntas que le afirmasen su mayor temor...y la única probabilidad. Carraspeó un poco. Sentía su corazón bombear más rápido de lo normal. Vamos, Coral, mantente tranquila. Tienes que hacerlo...-¿Qué te llevó a buscarla aquí? El mundo es grande, podría estar en cualquier sitio, Gotham no es el mejor lugar. -habló algo acelerada sin quererlo. Hasta hacía unos días, creía que Damien ya era suficiente problema convirtiéndose en su principal enemigo. ¿Y ahora? Ahora tenía a un chaval delante suyo insinuando que era su hermano. Así que ahí iba la pregunta definitiva:
-Como...se llamaba? Su nombre entero.
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Última edición por Coral B. Hiddleston el 13th Octubre 2014, 23:43, editado 3 veces
Le había descubierto, pero seguro que no sabía hasta donde llegaba su descubrimiento… Tenía que continuar sabiendo cosas.
Su corazón latía en un ritmo moderado, cuando más nervioso estaba lo manifestaba con una calma y paz interior casi increíble.
Tomó un sorbo del café, que tenía un sabor que su paladar nunca había degustado, no estaba nada mal, para ser sinceros.
Una media sonrisa afloró en su rostro y no pudo reprimir una mirada de satisfacción. Era lista, una mujer lista y visiblemente alterada. No esperaba menos de ella, aunque, por otra parte, temía su reacción. Sobre todo debido a lo que susurraron sus labios, cosa que le había resultado audible por completo.
Se encogió de hombros ante su pregunta.
- Digamos que la estuve buscando desde entonces por todas sus partes, siguiendo su pista por testimonios que me daban. – clavó su mirada sobre los ojos cristalinos de ella , los cuales dejaban ver a simple vista todos sus temores como si fuera un libro completamente abierto – Ésta ciudad no parece la mejor de todo el terreno americano ni de lejos, de hecho, me hago esa pregunta, “¿qué la trajo aquí?” . Estoy seguro que hay una buena respuesta a ello, respuesta que me gustaría escuchar – reconoció, volviendo a tantear aquella peculiar bebida.
Pero la siguiente pregunta casi le hace escupir lo poco que había tomado. Su nombre. Sí. Ese nombre que tenia grabado en la cabeza a cada momento de su vida, ese nombre que le sustentaba cada vez que alzaba la vista hacia el incierto horizonte.
Ese único y especial nombre que llevaba un tesoro en su interior: La chica que tenía justamente en frente.
Depositó el vaso sobre la mesa y suspiró.
- ¿De veras quieres saberlo? - inquirió,mientras se incorporaba ligeramente hacia delante, como si fuera a confesarla algún secreto - Coral Bonibell Hiddleston, así se llama. Y por alguna razón que empiezo a conocer tienes cara de llamarte así también, me temo – susurró, con voz tranquila y melodiosa, notando como el rubor subía ligeramente hacia sus mejillas al poder recitar aquel nombre con un público tan especial.
Coral B. Hiddleston DC Universe
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 256 Fecha de inscripción : 04/06/2014
Ficha de Personaje Alias: Twilight Nombre real: Coral Bonibell Hiddleston Universo: DC Universe
Testimonios, dijo. Pero, desde cuando? Si buscase a una heroína llamada Twilight, seguramente si hubiesen hablado de ella, pero no mucha gente la conocía. Solo conocían a su otra yo. Otra opción era que ese chico hubiese estado siguiendo todo los movimientos a su nombre, preguntando directamente a las entidades que los dirigían...pero no se imaginaba a alguien de su edad pesando en...mentira, sí que se lo imaginaba, no hacía falta más que ver a los miembros más jóvenes de los Young Titans. Si chavales de 13 años podían luchar contra el mal, porque no uno más mayor no podía seguirla? Quizás utilizó el mismo método que Gray. Claro, ¿cómo podía haberlo descartado? Damien podía estar detrás de todo aquello! Podría haberle proveído de información, o ser el que le estaba obligando a decir todo aquello, quizás en un inútil intento en que volviese a casa. Dios, calma, Coral. Batman siempre te ha dicho que nunca saques conclusiones precipitadas sin tener pruebas de ello. Te lo dijo el mejor detective del mundo. Decidió no hablar hasta que él no dijese el nombre. El rostro de él quedó a unos centímetros de lo suyos. Ojos azules contra ojos azules, ambos pares del mismo color y claridad, con el mismo brillo. Tuvo que aguantar el aliento para escuchar la respuesta...y ahí estaba. Todo lo acelerado que había parecido estar su corazón se perdió en menos de un segundo, parándose por unos momentos. Recuerda, podía no ser sí. Aún no tenía nada.
Oh, Coral, como te gusta jugar con fuego...arriesgándote de esta manera, pudiendo tener la solución en un momento. Se reprochó a si misma mentalmente, mientas en sus labios aparecía una sutil sonrisa, lobuna. Si era una aprendiz de un detective y un policía, tenía que intentar hacer aquello a su estilo. A fin y a cuentas...él era un chico. De mirada penetrante, sí...pero joven.
-Así que aseguras conocerme por completo, y dices que soy tu hermana...está bien. Responderé tu pregunta a cambio de que tu respondas a la mía. -soltó un poco de aire tibio por sus labios, separándose hasta que su espalda logró apoyarse por completo en la silla, atrapándola como si quisiese evitar que se cayese. -Gotham tiene mucho parecido a la oscura y misteriosa Londres, quizás por eso vine. Además, es el último lugar en donde casi nadie se atrevería a mirar. No la llaman la ciudad maldita por nada...aunque de una forma u otra, acabas amándola y odiándola a la vez. Tienes que tener tanto cuidado con ella...porque nunca sabes cuanto te puede aparecer alguien que se parezca a Jack the Ripper. - por supuesto, obvió una de las partes más importantes de la historia, y era su deber para con ella. Si...de verdad...era su hermano, lo sabría en su debido momento.
Cogió su capuccino y dio otro sorbo. Ahora estaba mucho más frío, pero ni siquiera le importó. Tenía en mente muchísimas otras cosas como para que siquiera lo notara. Por otro lado, sus piernas estaban cruzadas bajo la mesa, y la derecha se movía constantemente de arriba a abajo, pero sin que el toque de sus botas llegase a provocar ruido alguno al chocar con el suelo.
-De hecho, mejor: juguemos al juego de las preguntas. Si realmente eres mi hermano, también tendrás muchas que hacerme. Así que yo formulo, tu formulas, te parece?-un asentimiento por parte del chico, fuera de lo que dijese, le pareció suficiente, así que empezó. -Bien, ¿cómo podrías demostrar que eres mi hermano?
Posiblemente se tendría que haber esperado a esa pregunta, pero una de las cosas básicas que necesitaba saber. Para ella, el ambiente y el local donde estaban había pasado a casi no existir en su atención, y las luces de la calle ya no podían llamarla para que volviese a dirigir su mirada hacia ellas. Ahora solo existían él y ella.
Rió sonoramente golpeando la mesa, haciendo que el contenido de su vaso se tambaleara.
Jugar a juegos sin tener una estricta relación con aprendizaje o con el fin de crearle alguna idea ajena a él en su cabeza le eran desconocidos por completo. No obstante a un juego de preguntas había jugado anteriormente. Aunque, se limitaba a dos simples preguntas "¿Sabes para qué has nacido?" y, por su parte, "¿por qué yo, por qué ella?"
Se llevó la mano a la boca para disimular un poco la carcajada y la cerró en un puño para aclararse la voz.
-Perdóname, me ha resultado una pregunta demasiado fácil de responder. - suspiró y apoyó un codo sobre la mesa, haciendo reposar su cabeza sobre la mano mientras con la otra jugueteaba con la pajita del café - ¿Cómo quieres que te identifique? - inquirió, olvidando los formalismos con los que comenzó a hablar - Podría citarte cada milímetro de tu piel, dado que la tengo bien estudiada y memorizada, también podría adivinar cuáles son tus temores y podría recordarte todos y cada uno de tus entrenamientos y "ratos libres" si se pudiera llamar así. - rió suavemente de nuevo, clavando su mirada sobre la ajena de una manera mucho más fija que anteriormente - Mi mirada te ha estado observando desde que vio la luz, posiblemente sea consciente de más cosas sobre ti que tú misma, también llegué a aquella información que a ti no se te desvelaba, más que nada porque realmente creían que me habían domesticado, pero, ya ves - se encogió de brazos, cambiando la postura - Hasta un perro que creían fiel puede revelarse.
Se sonrojó levemente ante el contacto visual con la joven y entornó los ojos, intentando concentrarse y controlarse.
- ¿Te imaginas qué cara pondría el bueno de Willy al ver que puedo mantener contacto contigo en el exterior? Sería capaz de rebanársela y ponerla en un cuadro para recordar de por vida la expresión - rió con su propia broma , aunque soñaba con cumplirla cada día de su vida , si no eso, algo muy parecido. - Estoy seguro que te sumarias a mi causa, ¿me equivoco?
Se incorporó levemente del asiento hasta llegar a tocar la frente ajena con el dedo índice, con una insólita amable sonrisa .
- Y... Bonito tatuaje, por cierto... ¿Tus amigos también saben que es un hechizo para catalizar tu magia? - susurró, casi de forma inaudible - Puedes usar tu telepatía conmigo, no pondré objeción a ello, se demasiado sobre ti y tú no sabes nada sobre mi... Te ofrezco que sepas todo lo que puedas llegar a saber de esa forma ahora mismo.
La sonrisa que dedicó a continuación era la sonrisa que un chaval de su edad debería de tener dibujada de fábrica, pero, que en su caso, era la primera vez que en su vida esbozaba.
Coral B. Hiddleston DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Twilight Nombre real: Coral Bonibell Hiddleston Universo: DC Universe
La repentina carcajada del chico hizo que la castaña arqueara una ceja, incrédula, aunque de forma muy suave. Solía saber mantener bien la compostura, aunque todo aquel tema le estaba poniendo más nerviosa que la primera vez que vio a Killer Crock. Para él podía tener gracia, pero para ella ninguna. ¿Y cómo no iba a ser así con todo lo que le estaba explicando? Porque esa fue otra: sus palabras le produjeron un escalofrío que recorrieron su cuerpo de arriba a abajo, estremeciéndola. Una persona podía conocer bien a otra a partir de informes y archivos, tanto físicos y psicológicos, pero nunca hasta tal punto. No, él estaba declarando que había llevado toda su vida tras ella, en las sombras, fuera de su alcance. Entonces...¿Cómo es que nunca lo leyó en la mente de nadie? ¿Cómo había podido cometer un fallo tan grande? ¿Tan bien escondido lo tenían? Su mente se negaba a creer que nada de lo que el menor estaba contando fuese real, y aun así...una pequeña parte de ella barajaba la posibilidad. William era de las personas más frías y crueles que podían existir en la faz de la tierra, y un plan tan macabro y duro como aquel podía haber salido perfectamente de su enfermiza mente.
William. Lo acababa de decir. Lo conocía.
Coral abrió los ojos un poco más de lo normal en claro signo de sorpresa, llevándose la mano derecha a su boca, la cual se tapó por unos momentos aún pensativa. La cabeza se le estaba llenando de miles de preguntas, recuerdos, temores e intentos de suposición, dejándola vulnerable a todo lo demás. Por supuesto, a pesar de todo aquello no dejó de escucharle en ningún momento, sino todo lo contrario. Ahora solo quería atar cabos y saber más. Aun así, su expresión le recordó a la de su padre, y fijándose mejor, su mirada no distaba de ser tan diferente. Genéticamente guardaban parecido. Pero para ello tendría que hacer una comparación de ADN, algo que sabía perfectamente a quien pedírselo. Así, se colocó mejor en la silla, enderezándose y dándole otro trago a su bebida, sin responder a nada. No al menos hasta que el chico colocó su dedo índice en su frente, justo donde tenía la estrella tatuada. Fue un toque rápido y suave que la hizo parpadear.
-Algunos. -respondió tranquilamente, agachando la mirada. Al menos hasta que sugirió que usara su telequinesis con ella. Fue entonces cuando volvió a mirarle directamente a los ojos, azul contra azul. -Sabré lo que estés recordando en ese momento, a menos que sepas manipular tus recuerdos...-titubeó un poco, dudosa. Lo más sensato era hacerlo, ¿verdad? Pero por otra parte no podía evitar el no querer que fuese así. Por ello se quedó callada durante un rato eterno, meditativa. Fue en un repentino momento que alzó sus manos, dirigiéndolas con calma hacia el pelinegro, llegando a coger su rostro. Inclinó su cuerpo hacia adelante, dejando su rostro a tan solo un palmo de él, y le miró con fijez. Estudiaba sus facciones, sus gestos faciales, el suave rubor de sus mejillas, su azul cielo ocular, tan característico de la familia, sus labios ligeramente torcidos hacia abajo, acostumbrados a la seriedad y con pocas muestras de haber sonreído. Su piel era suave, agradable al tacto, pero pudo notar alguna que otra cicatriz que estaba a punto de desaparecer del todo y que ha simple vista no se notaban.
-Así que eres mi hermano, nacido a mis espaldas y con tu existencia ocultada durante todo este tiempo, obligado a verme desde la distancia y aprender solo sobre mí. Mi "prueba final", por lo que creo entender...-su voz sonaba suave, melódica, con un aire apacible, raro en la siempre irónica y activa Coral que todo el mundo conocía, a pesar de su pasimonia. - ¿Me odias? -su mano acarició con suavidad su mejilla cuando preguntó aquello. Si todo era verdad, si había sido así desde el principio...quería, no, necesitaba saberlo. -¿Has venido para vengarte...o para estar conmigo?
Era demasiado necesario saberlo, fuera cual fuera la verdad. Le estaba dando un voto de confianza, y cuando lo hacía, los daba en serio.