Hacía años que Warlock, el ser metamórfico venido del espacio exterior, caminaba ya entre humanos, y sin embargo, a pesar de los buenos compañeros que tuvo en sus devenires, se sentía ajeno a la realidad que le rodeaba desde entonces. En nada se parecía este planeta llamado "Tierra" a su mundo de origen; allí, su especie había evolucionado hasta hibridar con las máquinas, en cambio éste era un mundo basado en la materia orgánica, era un mundo demasiado "vivo" para poder comprenderlo desde su perspectiva... Pero tal vez en sus orígenes, su planeta fuera igual a éste. La Tierra era a su manera, un reflejo del pasado de ese otro mundo tan lejano...
-¿Otra vez perdiendo el tiempo en esa sucia ventana, tío? ¡Anda, ven a comer, te he traído algo!
Warlock apartó la mirada del pequeño descampado que atraía su atención. Éste suponía cierto contraste con las ruinas industriales que lo rodeaban a pesar de que la gente lo emplease como un vertedero, ya que la vegetación silvestre y un par de árboles permanecían impasibles al castigo de los residuos. Una de aquéllas viejas fábricas era actualmente el refugio del mutante, y de Larry, un vagabundo borracho y malhumorado, que sin embargo, toleraba la presencia del alienígena sin problemas. Los años en la escuela de Charles Xavier habían quedado ya muy atrás, y el desprecio de los humanos por los mutantes había sido la lección más dura de aprender... Sin embargo, Larry era como ellos; despreciado y apartado por sus semejantes.
Se sentó delante del mendigo exhibiendo su habitual e inquietante sonrisa.
-Gracias hermano.
-¿Qué te has creído que eres, un negrata del Bronx? ¡No soy tu hermano, joder!
-Yo no procesa bien los conceptos "negrata" y "joder", ¿Puede hermano Larry actualizar información?
-A veces me haces sentir que hablo con un puto cajero automático. Anda, toma... Haz tu porquería con esto.
El indigente sacó una lata de bebida energética del bolsillo de su raída gabardina y la dejó frente a su compañero, que la miró con ojos iluminados, literalmente. La cogió y abrió la pestaña de la misma, introducioendo uno de sus largos dedos por el orificio, hasta tocar el líquido. En cuestión de segundos, la lata y su contenido se tornaron idénticas a su patrón de piel negra cibernética, y finalmente en simple chatarra inerte e incolora. Larry expuso la misma mueca entre asombro y terror que llevaba poniendo desde la primera vez que le vio hacer eso.
-Debería llevarte a un puñetero circo y forrarme... O mejor aún, a un laboratorio estatal, seguro que me pagarían la rehostia. Incluso un chatarrero podría darme algo por tí, supongo...
-Larry no es detectado como forma hostil de vida... Yo sabe que no hacer eso con Yo.
-Creo que si te aguanto y te doy cobijo en mi Queli es por eso mismo... porque eres el único ser vivo que no cree que soy un majadero que va a punta de navaja a por la cartera de nadie. Manda narices que tenga que ser un alienígena quien me trate como una persona y no los de mi propia raza.
-Gente de Warlock mata al débil, pero Yo creo que débil es gente también. Vida débil o fuerte es vida. Luzvital igual en todas las formas vivas del universo.
-Ahora hablas como un condenado Hippy... Contigo es imposible aburrirme. Nunca sé con qué vas a salir. Además, el otro día destrozaste a esos yonkis que aparecieron por aquí con malas intenciones con aquél jovencito, ¿esos no eran también Luz comosellame?
-Formas de vida hostiles con miembros jóvenes no merecen respeto de Yo.
-Ajá, así que no eres tan duro por dentro ¿eh? En fin... Quien pudiera acojonar tanto a la gente como tú, ¡así nadie se metería con el viejo Larry!
El vagabundo se echó a dormir en un viejo colchón ubicado en el rincón más oscuro de la sala. La charla le resultaba agotadora, por falta de costumbre. Warlock estiró su brazo los 3 mestros que los separaban para poder taparle con una toalla que el mendigo usaba a modo de manta. Su mirada se detuvo unos instantes en la pierna ortopédica del anciano antes de cubrirle.
-Descansa, hermano hombre-máquina...
En el fondo de su ser, Warlock sentía que su condición como ser emocional al haber sido creado bajo el mismo patrón de sus fríos compatriotas, era una especie de retroevolución; Su parte "viva", orgánica, primitiva, había ganado la batalla al progreso mecánico en ese campo.
Tal vez tuviera más en común con este nuevo mundo tan primario, de lo que pensaba.