Smells Like Teen Spirit (Erin Gallager, Crush) [06/04/2019]

- Señor Gallagher, en el instituto estamos preocupados por su hija – la psicóloga de la escuela se recolocó las gafas sobre el puente de la nariz por tercera vez en cinco minutos.

Brian Gallagher se removió en su silla, inquieto. El gesto lo ponía nervioso. Y los rodeos también.

– Ha faltado a muchas clases últimamente. - continuó la mujer - Y su rendimiento en los exámenes ha caído en picado. Es muy probable que suspenda tres asignaturas.

Brian se retiró el flequillo de la cara. No era la primera vez que se sentaba en el despacho de una psicóloga infantil; ni era la primera vez que le decían que su hija tenía un comportamiento o unas notas preocupantes. Pero, cuando aquello había pasado ocho años antes, Nora había estado sentada a su lado y había sabido qué hacer.

- ¿Ha ocurrido algo recientemente? Ya sabe… en casa o…- la psicóloga rompió el silencio que se había asentado entre ambos, mirándolo con seriedad.

Brian negó con la cabeza.

- No, nada, esta vez.

- ¿”Esta vez”?

- Bueno, Erin estuvo yendo al psiquiatra un tiempo, cuando tenía ocho años. La diagnosticaron de trastorno por déficit de atención. La verdad es que mi exmujer y yo estábamos en pleno proceso de separación por aquel entonces, y creímos que…

- Que era por el divorcio.

Brian se removió de nuevo en la silla.

- Bueno, Erin es una niña muy sensible.

- Lo sé. He hablado con ella. – la psicóloga hizo una pausa, quizá demasiado larga. Entonces, tomó aire, como si estuviera a punto de centrarse en la parte verdaderamente importante de la conversación - Tiene mucha imaginación. Demasiada imaginación para una chica de su edad. Tiene quince años, Señor Gallagher. Ya es un poco mayor para tantos… cuentos y videojuegos, ¿no cree?

Brian se tensó ligeramente.

- ¿A qué se refiere?

- Creo que su hija utiliza esos… mundos ficticios para evadir la realidad. Los problemas, las responsabilidades… Erin se… escapa. Se esconde en sus historias de fantasía y así evita enfrentarse a todo ello. ¿Lo entiende?

Brian tragó saliva imperceptiblemente.

- Creo que todas esas aficiones le están impidiendo madurar – prosiguió la psicóloga – Y eso me preocupa. Es muy distinta a sus compañeros de clase, casi no tiene amigos...

- Pero… tiene amigos - replicó Brian - Varios chicos de su edad que conoció por… - su voz se quebró un poco - internet.

- Sí… a través de ese videojuego. Y no digo que esté mal, Señor Gallagher… sólo que… las chicas de su edad empiezan a salir, a comportarse como adultas. Y ella se comporta como si fuera mucho menor que ellas.

Brian juntó y separó los pulgares dos veces. Después, volvió a retirarse el flequillo de la cara.

- … ¿Y qué me sugiere que haga? – preguntó, despacio.



Seguro que hay cosas peores en el mundo que suspender tres asignaturas.

Como morir cuando al boss le quedan 50 puntos de vida (de 90.000).

Como que Billy Batson no te quiera.

Como que tu amiga Carrie deje de hablarte de la noche a la mañana.

Suspender es parte de la vida.

Pero a un profesor de Historia no puede gustarle que su hija suspenda Historia.

Y lo entiendo, en serio.

Es mi padre el que no me entiende a mí.

Y por eso estoy castigada.

Por eso me ha dejado sin ordenador, sin cómics y sin móvil. Dice que tengo que centrarme en los estudios.

¿Cómo quiere que haga eso? Soy incapaz de centrarme en nada desde que tengo estos estúpidos poderes.

Soy un desastre de estudiante, un desastre como hija, y un desastre como heroína. Lyz ni siquiera cuenta conmigo para las últimas misiones, dice que son peligrosas. Incluso el idiota de Jake parece saber cosas que yo no sé. ¡Y no hago más que encontrarme tipos raros en casa, a los que he invocado yo!

Mi padre no entiende absolutamente nada. Sólo le importan mis notas, y mi futuro. ¡A mí también me importa mi futuro! ¡Y para eso tengo que saber que no voy a encontrarme al Balrog en el cuarto de baño!

Pero no… tengo que sentarme a escribir treinta páginas sobre los vikingos.

No me malentendáis… ¡me gusta la Historia! ¡La adoro! No tengo ni idea de por qué he suspendido mi segunda asignatura favorita.

Últimamente pasan muchas cosas que no sé cómo explicar.

Y no tengo ni idea de cómo voy a resolverlas.


Cuando salí de casa estaba tan furiosa que di una patada a una farola, y ni siquiera me importó que doliera. Mi padre me había gritado y había amenazado con ampliar el castigo una semana más. Sólo le importaba el maldito suspenso en Historia. Le daban igual mis problemas, y le daba igual yo. ¿No entendía que sin el teléfono móvil no podía enterarme de si el mundo, o Lyz, me necesitaban? ¿No sabía que Billy se olvidaría de mí si no le daba al Like en sus posts de Freakbook? ¿No se daba cuenta de que Carrie podía escribirme o llamarme en cualquier momento?

En serio, ¿no veía que pasaban cosas mucho más graves que mis notas?

Me puse la música a toda pastilla mientras caminaba en dirección a la biblioteca, con las manos en los bolsillos y la bolsa colgando del hombro. Estaba tan enfadada con mi padre que tomé la dirección del instituto por pura inercia, y tuve que volver atrás.

Todo, absolutamente todo, mal.

El paseo se alargó más de lo debido (por su culpa), pero eso me fue bien para calmarme. Cuando llegué a la biblioteca, ya no quería lanzarle una Bola de Fuego. Me conformaba con un Manos Ardientes.

Muy bien, haría el maldito trabajo de Historia.

Pero antes…

Antes pasaría por la sección de Mitología.

¿Qué pasa? Ahí también hay cosas de vikingos.

Parecía que había algo de alboroto en una de las entradas, pero no le presté demasiada atención. Mi objetivo estaba algo más lejos. Subí las escaleras de dos en dos, con los cascos puestos aún, ignorando la mirada de desaprobación de una señora que campeaba en la sección de Novela Romántica.

- Al fin - dije, sonriendo, cuando alcancé mi objetivo, quitándome los cascos y dejándolos reposar alrededor de mi cuello.

Tenía media hora para perderme entre lo que realmente importaba de los vikingos: sus leyendas.
Pensándolo bien podría hacer un trabajo que hablara del día en que yo misma invoqué a Loki.

Mientras cogía y hojeaba libro tras libro, la media hora se convirtió en una hora. Terminé por olvidarme de las clases, de Billy, de Carrie y de todos los suspensos del Universo. Sólo estábamos las Runas, y yo…

- "Los Secretos de las Runas", de Guido von List - dijo una voz.

Corrijo. Estábamos las Runas, yo, y… Un señor totalmente random.

- Ah, no, no, deja eso -continuó diciendo, mientras me looteaba el libro, ignorando mi cara de Wat.- Se han equivocado de sección, ésto debería de ir en Ocultismo. Tsk... Menudo fallo -continuó diciendo, mientras mi cara de Wat aumentaba-. Si estás en la sección de mitología debes estar buscando información sobre runas nórdicas, ¿no?

- Eh… - empecé. De hecho, no me había dado tiempo a procesar lo que estaba leyendo.

- Las runas de las que se habla en éste libro son otras, unas que el propio autor ideó. - continuó el Señor Random - Guido von List era un ocultista y uno de los principales exponentes del neopaganismo y la magia rúnica de finales del siglo XIX y principios del XX, además de un jodido nazi de mierda.

Espera, ¿qué? ¡Mis oídos de señorita! Seguro que mi padre le lavaría la boca con jabón.

Pero lo que decía… era muy interesante.

Y todo lo que no le gustara a mi padre era más que bienvenido.

- Si quieres aprender sobre las runas nórdicas deberías usar éste libro -recomendó pasándole otro -tendí las manos en un gesto reflejo, tan anonadada por su discurso que abrí el libro, y cerré la boca. Cuánto sabía. ¿Sería el responsable de aquella sección de la biblioteca?

No lo parecía. Parecía un rockero.

Aquello equivalía a -20 puntos en la lista de mi padre.

Y por eso el Señor Random iba a convertirse en mi nuevo mejor amigo.

Por cierto, y como detalle relevante, además de listo era guapo. También era muy mayor para mí (por no hablar de que mi corazón ya pertenecía a Billy Batson), peeeero siempre podía presentárselo a Lyz.

Seguro que le encantaría.

- Es curioso encontrar a una chica de tu edad que se interesa por estos temas... No sé si lo sabes, pero las runas se consideraban símbolos que describían diferentes fuerzas, principios del universo y de la existencia humana. Según se dice, quien consiga entenderlas obtendrá un gran conocimiento e incluso acceso a la divinidad, como fue el caso de Odín, quien, después de sacrificarse en el Yggdrasil sin agua ni comida obtuvo su gran poder y sabiduría. Perdona -añadió, sonriendo-. Debes estar pensando que soy una especie de bicho raro... Me llamo Aidan -dijo, tendiéndome la mano.

El acento me resultaba tan familiar que no me había dado cuenta de que estaba allí hasta que dijo su nombre. Un nombre celta. Acento de Irlanda.

Mi rostro se iluminó con una amplia sonrisa, y le estreché la mano con efusividad.

- Soy Erin - dije - No pasa nada, me gustan los bichos raros. - añadí - A mí también me consideran uno - Me encogí de hombros. Y no pude evitar ser aún más friki, pero él había empezado hablando de Odín - Bueno... a veces, antes de los exámenes de matemáticas, siento la tentación de colgarme de un árbol, atravesada por mi propia lanza, a ver si así me alcanza la iluminación.

- Yo tuve suerte, mis padres siempre me animaron a perseguir mis sueños. De hecho, el empujón definitivo para dedicarme a la música…

¡Lo sabía! No podía negar que me sentía orgullosa de las corazonadas de la Detective Gallagher. Definitivamente, aquel chico tenía una banda de música. Ahora sólo tenía que investigar si estaban en la categoría de “aún toco en un garaje”, o en la de “ahora fabricamos nuestro propio merchan”.

-… fue cuando le diagnosticaron a mi madre cáncer de pecho.

Auch.

-Lo siento… -dije, al oír lo del diagnóstico de su madre.

- Todos nuestros planes cambiaron y el dinero empezó a escasear cuando tuvo que iniciar la terapia. ¿Sabías que hay una conexión directa entre el cáncer de pecho y el cáncer de ovario? -me preguntó. Asentí con la cabeza. Le había pasado a una amiga de la abuela-. Es una broma cruel que la vida le gasta a las mujeres que ya lo han dado todo por sus hijos... El caso es que... bueno, cuando necesitas mucho dinero rápidamente, si eres lo suficientemente bueno, el mundo de la música puede ser el trampolín que necesitas, si consigues destacar. Yo no lo estaba consiguiendo, y empezábamos a estar realmente mal de dinero... Me planteé dejarlo, dedicarme a otra profesión más estable y provechosa, como trabajar en un banco, dedicarme al deporte profesional... Algo así

Hice una mueca. Trabajar en un banco. Sonaba aburridísimo.

-Pero mi madre me dijo que si abandonaba la música por ella, nunca me perdonaría. Me dijo que debía dejar atrás las expectativas de la gente y perseguir mis sueños. Era así de maravillosa. Así que, eso hice: abandoné el camino preestablecido para seguir mi música. Y tú deberías hacer lo mismo

-¿Dedicarme a la música? -pregunté, algo confusa. Pero no, no se refería a eso.

-Que le jodan a las expectativas de tu viejo, con perdón. Si no te gusta la historia, no tiene por qué gustarte, y él no debería obligarte a estudiar algo que te haga infeliz. Que le jodan a la historia y a las matemáticas. ¿Qué es lo que te hace feliz? ¿Escribir? ¿Dibujar? Sea lo que sea, aférrate a ello y persigue tus sueños, Erin. Es el mejor consejo que te puedo dar.

¡Wow! Ese consejo… bueno, era la némesis perfecta para mi padre. A lo mejor sí que tenía que presentarlos.

- Bueno... te puedo dar otro: tienes que ir a Irlanda. Tengo la sospecha de que la disfrutarías mucho. Es el mejor lugar en el mundo para dar rienda suelta a la imaginación y los sueños.

-¿Hay WiFi allí? -pregunté-. Porque “tienes que usar la imaginación” es la excusa que tiene mi padre para castigarme sin el Worlds of Witchcraft. Y te aseguro que ya tengo mucha imaginación. Demasiada. A veces no sé qué hacer con ella.

Lo miré, pensando en su primer consejo.

-Yo… Escribo. Bueno, por diversión. No sé si soy muy buena. Tengo bastantes seguidores en Tumblr., pero claro… una cosa es el fandom, y la otra el gran público -me encogí de hombros-. Me gustaría ser guionista. O escribir novelas. O las dos cosas.

Entonces, hice la pregunta que me daba miedo hacer y, como no pude decirlo en voz alta, me quedó a medias.

-Entonces, ¿tu madre…?

Había hablado de ella en pasado, lo que me daba un poco de idea de lo que iba a responder. Sentí una punzada de tristeza, y me pregunté si debería llamar más a menudo a mi madre. Hablar más con ella.

Cuando terminó de explicarme la profecía, no pude evitar pensar que me seguía sonando como el argumento de un RPG especialmente enrevesado. O como la trama de la próxima peli de Indiana Jones.

- ¿No sería genial que nosotros descifráramos la profecía? -pregunté. Para que luego mi padre dijera que no me interesaba la Historia.

- Eres una chica especial, Erin -me dijo, cuando cambiamos de tema-. Estoy seguro de que vas a hacer cosas asombrosas algún día, cuando te llegue el momento. No dejes que nada ni nadie te convenza de lo contrario.

- Si tuvieras veinte años menos, te pediría que te casaras conmigo ahora mismo -afirmé, con seriedad fingida. Entonces sonreí. - Es broma. Pero creo que eres la primera persona que me ha dicho que… bueno, que haga lo que me gusta. Así que… Si algún día publico un libro, pienso dedicártelo. O llamar Aidan al protagonista. Es un nombre que mola mucho. - añadí.

Y, hablando de nombres…

- Entonces, ¿has venido a la ciudad con tu grupo? ¿Cómo os llamáis? Y más importante: ¿cómo es que yo no sabía que existíais?

Ir a un concierto el único lugar donde no se sentía del todo extraña tal vez porque heredo algo del humeante pedazo de estiércol que es su padre, si podría decir que había muchos tipos de relaciones entre padres e hijos desde las muy buenas a las malas y horrendas y luego estaban lobo y ella, si estaban en un nivel distinto de mala relación ellos 2 o más bien en una nueva escala donde tal vez era al único que podía moler en una pulpa sangrienta sin problemas, pero no era hora de amargarse, sino más bien de relajarse un poco con un buen concierto, la cadena obelus su amigo y compañero de aventuras y desventuras estaba oculta para no molestar y ser una seguridad por si algo ocurría aunque más bien sería solo apoyo ella misma era lo bastante fuerte para poder defenderse sin problemas finalmente era mejor dejar de lado eso.


El concierto empezó, era un buen cantante, no lo dudaba en ningún momento, escucha varias letras cuando algo hizo clic en su cabeza cuando escucho algo que le recordó al incidente de hace días "león de la medianoche" esto solo tenía que ser coincidencia con la canción.

Spoiler:

No lo era entonces recordó a aquel ser la letra todo encajaba, porque el universo se limitaba a joderla en los momentos más inesperados no podía meterse en un lío porque si aunque, por otro lado, ya imaginaba el desastre, pero no iba a dejar que otra vez seres del averno jodieran, se fue acercando al escenario cuando los hombres de seguridad intentaron detenerla ella solo los aparto paro no lastimarlos salto al escenario, hubo un silencio parando todo mientras enfoco su mirada en el- Lo siento, pero tu carrera termina aquí no quiero el jodido ejército de las tinieblas aquí mismo- mientras su cadena giraba para atraparlo y si no era a la primera lo tendría que someter a la mala y entregarlo a raven o alguien que sepa más del asunto.

Aunque claro esto sentaría una mala imagen para ella, bueno no es que le importara aunque si a los titanes, pero eso lo vería luego.

Ella mismo podía presumir de tener un olfato que avergonzaría a cualquier sabueso aunque para su vergüenza el bastardo de su padre Lobo posee un sentido mucho más grande y desarrollado del olfato que le permite rastrear a su presa a través de distancias galácticas, ella aún le faltaba mucho para tal cosa cuando se vio estorbada por alguien muy valiente, pero tal vez incluso algo tonto ella tomó el arma por el caño y lo apretó- mi objetivo es él por los demás... fuera¡¡¡¡¡-grito mientras avanzaba tratando de localizar su rastreo había captado su olor aunque con tanta gente y claro objeto con aroma se le hacía difícil poder lograr dar con el mientras se abría paso su cadena estaba esperando por una orden- Muy bien podemos hacerla a la fácil o la difícil el resto exceptuando por ash williams piden irse-al encontrarse mirándolo soltó la cadena que tenía.

Lo que sucedió dejo a todos sorprendidos cuando la cadena se movía por si sola mostrando que tenía vía propia lo que era raro aunque no tanto, ella se cruzó de brazos e hizo crujir su cuello mientras los miraba-Bien no tengo todo el jodido día quiero llegar para escuchar los jodidos regaños de los titanes y luego irme a hacer otra cosa- no es que no le evitara no había de otra aguantaría los retos de ellos para con esto aunque sabía lo que hacía, al menos no tenía de otra con u caso tan urgente era actuar o quedarse.

Estaba molesta enojada porque no podía disfrutar de un jodido concierto sin que pase algo acaso el universo le encantaba joderla porque no podían hacerlo con el desgraciado de su padre sentía que cada vez que parecía tener un segundo de tranquilidad pasaba algo, eso no era justo carajo la vida tenía que estar cada dos por tres metiéndole en un desastre por lo que agito a obelus y enredo a los que podía y los aparto luego los quitaba del camino para poder llegar a su presa cuando lo tenía al finm su mirada estaba mostrando su molestia y sus ojos estaban rojos un rasgo que usualmente no tenía enojada hablo - Bien te voy a poner tres opciones y mejor piénsalas bien porque estoy muy encabronada para esperar a ti y al que te sostiene- hablo.

Ella era una mujer explosiva demasiado por algo le hicieron un test lo que dejo ver que tenía un problema del control de sus impulsos, ya que podía tener estallidos de violencia sobre las que a veces apenas podía controlar en su persona algo no muy raro considerando que le venía de sangre, esto que aparece ante cualquier situación que genera frustración como esta misma donde venía as disfrutar de un concierto y todo se fue al diablo por un hecho que descubrió por casualidad -Vienes por las buenas y te ahorras dolor te resistes y te llevo la arrastras o me fastidias y te llevo con huesos rotos- estaba mirando como si fuera un conejo y ella un lobo tan bien miro al hombre misterioso - Tú mejor quítate si no quieres lo mismo-

Le dio tres opciones, una era la que ahorraba líos, la otra era con un poco de dolor y la tercera era la que más iba a ser de terapia si la elegía.