Nueva York, ciudad templo, lugar donde cualquiera de cualquier raza o planeta podía llegar y ser lo que deseara ser. Verdad a medias, eras lo que podrías ser si conseguías el cómo. Muchos seres esperaban conseguir un hogar, dinero, poder, sustento y se encontraban con una celda, ya que la ciudad era tan exigente que no permitía ni siquiera irte de allí. Viviendo en un ajetreo constante que no permitía a los ciudadanos un momento de paz. También había los contrarios, que les encantaba esa vida, el movimiento, la adrenalina a un nivel que solo una ciudad de concreto podía proporcionar.
Blackagar que apreciaba desde su oficina, una que se encontraba por encima del gran salón donde los clientes podían bailar, beber, convivir. Seguro desde la ventana panorámica que permitía la vista en solo un sentido, veía las luces de colores el tumulto de personas, veía solo una porción de la ciudad, aquella que tenía los estándares mínimos para entrar. El ex-monarca miraba con cierta seriedad aquella imagen como quien aprecia un cuadro de renacimiento, estudiando que significa y el por qué el bebé apuñala a la señora y al hombre tas ella sin mostrar una cara de dolor o ira.
Esas personas de allí abajo eran solo su trampolín, quería llegar a todos esos inhumanos que había en la ciudad, quería ayudarlos plenamente, aunque fuera con un plato de comida. Ese era un sueño que veía lejos por ahora. Se limitaba a solo planificar, un evento de beneficencia había comprometido la seguridad de la Quiet Room, ese era un problema que si debía solucionar pronto, ese tipo de cosas no podían ser toleradas de ninguna manera, su imagen pública, comprometida, sus protegidos, inseguros, temerosos, lo peor era sentir que él no podía cuidarlos, no eran sus hijos, pero merecían todos sentirse seguros allí adentro.
Pensaba desde la penumbra de su oficina, con la puerta cerrada, se ocultaba perfectamente entre esas sombras al usar su esmoquin negro. Elegante, ese era su uniforme en ese lugar. El inhumano necesitaba ayuda en este caso y no tenía la voz sabía de su amada Medusa, la que no había encontrado en esta tierra.
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Tenía a sus hombres de mayor confianza trabajando turnos más extensos de lo usual. Frank poco tiempo pasaba con sus hijas. Flagman parecía que no estaba muy descansado, quería darles tregua después todo eso así que esa noche les permitió descansar. Los guardias bien no dejaron que se abarrotara el lugar, así que su densidad de personas era menor a lo que generalmente trabajaban, no por ello eran pocos.
Los pocos personajes que conocía de esta tierra bien tenían sus problemas. Wonder Woman tenía sus asuntos que entender y era una figura pública, Xavier estaba con sus estudiantes, tenía tantas cosas que atender como él. Que no daría por tener a alguno de sus primos a su lado para que con sus voces dieran sentido o base para alguna idea.
Con paso suave iría hasta el interruptor de luz, para encenderlo, luego de ello a su escritorio, pasaría su palma sobre ella y un proyector mostraría un holograma con los planos de su edificio, un esquema que mostraba las entradas y salidas. Invertía tiempo en el pensar cómo mejorar su seguridad, para que nada o nadie corrieran peligro de nuevo.
off: Este tema ya existía lo que hice fue moverlo de lugar, no lo había respondido aun.