Que... misteriosa sorpresa. (Poison Ivy)

El primer pago de la venta de joyas habia entrado hace una hora y media. Su capital estaba aumentando considerablemente, mientras aun sentia el placer de la victoria. Sus matones se separaron, cogieron su parte del botin y se fueron cada uno por su lado. El mientras, paso a su guarida para guardar algo de ropa, apagar y bloquear todas sus redes dentro de esa estancia y llevarse su Portatil. Su proximo destino seria Nueva York, mientras el caos en Gotham se calmaba. Sin embargo, tenia un asunto pendiente. Se puso unas botas color cafe, se coloco unos auriculares y se puso una gabardina negra, sin dejar nunca su bombin y su baston listos.

Condujo en medio de la noche y en silencio, escuchando en sus auriculares por un reproductor el Concierto de Aranjuez que habia bajado de internet hace un par de semanas. Me detuve en un alto, no tenia prisas, y saque unas nueces de la guantera para comenzar a comer, reflexionando sobre mi persona. No habia nadie en la carretera, para ser tan noche. El Caos incita al miedo, y la gente no sale de noche con miedo... Espero que no se lamenten por esa biblioteca. Y sobre todo, espero que no se lamenten por los sujetos que mate ahi.




Mire por la ventana empañada por la nieve y vi una farola tratando de iluminar la oscuridad, y eso no me parecio buena señal. Lo que menos queria es que algun heroe se metiera en mi huida, mucho menos Batman. Inhale y exhale, calmandome, mientras dirigia mis pensamientos en la visita que tenia que hacer.

Hacia un mes que escuche la noticia. Hiedra Venenosa, Pamela Lilian Isley estaba libre de Arkham, en una polemica desicion del cuerpo clinico de Arkham. No me interesaba tanto eso, me interesaba mas ver a esa hermosa mujer una vez mas, y esperar que este bien. No dudo que no haya pasado nada... Pero este Choque de Dimensiones puede llevarse a cualquiera que este desprevenido.

Tras una media hora conduciendo en una ciudad sin trafico, vacia y siempre oscura, llegue a las afueras de Gotham, a una de las areas verdes. Habia escuchado informes del G.C.P.D de que Pamela habia sido vista en esa zona. Apague el motor, deje mis auriculares y guarde todo lo importante en el asiento trasero. Me baje y sacudi mi ropa para poner el seguro tras estacionar mi vehiculo y camine hacia el parque, silbando y moviendo el baston con una mano, cuidando de no pisar ni dañar a ninguna planta.

-Tienes una buena cosecha. -Me arrodille, tocando con mi dedo enguantado en cuero el petalo de una flor - Verde como mi traje, pelirroja como ninguna, ¿Quien podria ser? -Espere encontrar a Pamela, y tambien, respuestas a mis dudas.

Hacía casi un mes que era libre, y seguía disfrutando cada segundo de mi libertad. Hacía frío y podía sentirlo. Era increíble...  Una de las plantas carnívoras que me hacía a su vez de cama se ofreció a acogerme entre el frío. En  cuanto terminé de tumbarme se cerró y disfruté de mi silencio particular. Mi comodidad. Mi noche. Mi vida...
Estaba empezando a quedarme dormida cuando escuché lo que parecía un sonido mecánico. ¿Tecnología en MI casa? No podía ser... Mi querida Dionaea abrió sus labios para dejarme salir. Necesitaba comprobar qué era exactamente lo que rondaba por allí. Con un poco de suerte solo sería un camión de transportes o alguien que huyese en plena noche de cualquier crimen de tres al cuarto recientemente cometido.
Pude distinguir la silueta de un coche entre la nieve. Se había detenido.  
Aproveché las sombras que se generaban en mi jungla particular para resultar escurridiza ante el nuevo visitante. Me aproximé y vi como una silueta se bajaba del coche. Debía ser un hombre, esa espalda, el abrigo... Bastón y.. ¿Bombín? Estaba realmente cerca pero tardé en reconocer finalmente a mi nuevo acompañante.

No podía permitir que me viese tal y como estaba así que a medida que se acercaba empecé a engalanarme con pequeñas hojas, flores y tallos, formando un vestido con escote abierto, cola, un nudo de hiedras colgando de los hombros y con algunas lianas finas en la zona de las caderas.

Vestido:

Tienes una buena cosecha. -Vi que él se agachaba y hacía una leve caricia a Clavel. He de reconocer que si algo tenía Edward que el resto de villanos de poca  monta de Gotham no tenían era el trato hacia mí que aprendió a desarrollar.  - Verde como mi traje, pelirroja como ninguna, ¿Quien podría ser? - Era cierto. Nadie era capaz de criar vida en invierno salvo yo...  
No me molestó su visita, de hecho necesitaría visitarle dentro de poco si quería averiguar algo de lo de mi.. "experiencia" en Arkham, se podría decir que incluso fue oportuno... por una vez en su vida.

Salí de mi escondrijo a un par de metros de su lado derecho, con el vestido terminado completamente, mientras formaba un techo de parra y juncos para permitirnos un cobijo.

-¡Edward! - y acompañé su nombre de una risa relajada y un suspiro - Qué agradable sorpresa, viejo amigo... Veo que el tiempo te trata bien- añadí mientras me acercaba a él el metro que faltaba para llegar a tocarle. Mi paso era firme, seguro y a la música que resonaba en la cabeza de Nigma lo acompañaba el contoneo de mis caderas y los pliegues del vestido natural que dejaban entrever parte de mis piernas a cada paso que daba.  
-Dime cielo... ¿Qué cosas interesantes has estado haciendo últimamente?- sonreí hasta llegar a apoyar mi brazo encima de su hombro.

Tenía la sospecha de que tenía algo que ver con mi liberación. Él era el único capaz de interesarse por mí como para quererme fuera de Arkham, y si quería tenerle a mi favor y encontrar las respuestas que necesitaba, la forma más fácil era la seducción. Seducción y un perfume sutil de feromonas discretas. Esperé paciente a que se encontrase más cómodo sin perder la sonrisa ni dejar de mirarle a los ojos.

Levante la vista y vi a Pamela, quedandome un segundo callado para admirarla. Ese segundo duro casi una eternidad, pero no debia perder la compostura. Me levante para que pudiera saludarme, y sonrei al verla acercar. Era mi sonrisa tipica, la de un ganador. Inhale y exhale, tratando de controlar lo mas posible mis gestos, sin perder claro, la amabilidad.

-¡Edward! Qué agradable sorpresa, viejo amigo... Veo que el tiempo te trata bien -Admire un momento su vestido y su cuerpo, pero la mire a los ojos despues, para quitarme mis auriculares y no perder nada de elegancia.


-He estado bien, Pamela -Sonrei de lado, casi acercandome a ella un paso. Casi por instinto toque su brazo un momento, mientras con mi mano izquierda sostenia mi baston de interrogacion en el suelo.

-Dime cielo... ¿Qué cosas interesantes has estado haciendo últimamente? - Cai en cuenta que, de alguna manera, no parecia tan seria, ni tan enojada como solia estarlo. Posiblemente, la libertad le este sentando bastante bien.
Eso me gustaba, mientras un calido aroma llego a mi nariz.


-He hecho trabajos, ya sabes, probando el intelecto de tristes hombres que creen poder retar mi intelecto. -Levante los hombros, sonriendo con una seguridad unica en mi. Hay cosas de las que estoy seguro, y el hecho de que soy el mas inteligente del mundo es una de ellas - Fue un golpe rapido, sin muchos problemas. Parece que este... caos dimensional permite a las personas como yo trabajar con calma. -Me rei, metiendo la mano derecha en uno de los bolsillos de mi gabardina para sacar unas nueces, comiendose una y ofreciendole a la dama que tenia delante las demas - ¿Quieres? Bueno, como te decia, tambien estoy pensando en viajar a Nueva York una temporada. Quiero hacer negocios mientras las aguas se calman, y es normal, la mitad de mis matones han desaparecido, estan muertos o algun portal se los trago. ¿Como has estado? Me entere de tu liberacion, y me alegra que hayas podido liberarte sin tantos problemas

Cuanto más le miraba a los ojos más cerca me sentía de mis respuestas. Al fin y al cabo era su especialidad... hacerte desear las respuestas.

-He hecho trabajos, ya sabes, probando el intelecto de tristes hombres que creen poder retar mi intelecto. - Me repateaba esa actitud de cabrón soberbio... pero era cierto, su inteligencia era destacable. Por eso le necesitaba, aunque nunca lo reconociera - Fue un golpe rapido, sin muchos problemas. Parece que este... caos dimensional permite a las personas como yo trabajar con calma. -"Y que lo digas..."

Me ofreció unas nueces a las que no pareció darle importancia, se centró en la conversación - ¿Quieres? Bueno, como te decia, tambien estoy pensando en viajar a Nueva York una temporada. Quiero hacer negocios mientras las aguas se calman, y es normal, la mitad de mis matones han desaparecido, estan muertos o algun portal se los trago. ¿Como has estado? Me entere de tu liberacion, y me alegra que hayas podido liberarte sin tantos problemas-

Hum...interesante... A Arkham sólo habían llegado los rumores y desde que salí sólo vi cosas extrañas y me centré en recuperar mi normalidad... no esperé que la cosa fuese a tanto como tantas voces quisquillosas cuchicheaban. Todas palabras de lenguas malhabladas se expandían como plagas. Sentía curiosidad... pero necesitaba satisfacer las dudas que me afectaban personalmente.

-¿Te enteraste? - acompañé la pregunta con una risa grave y ligeramente rasgada, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás ligeramente- Edward cariño, los dos sabemos que tienes algo que contarme... - dije con media sonrisa y una ceja arqueada, mientras mi cadera se acercaba cada vez más a su cinturón y empezaba a trazar espirales en su cuello con la mano que tenía libre, de la cual empezaron a brotar pequeñas espirales vegetales que acariciaban en el rosto a Enigma. Tenía que hacerle flaquear, era el único modo... Si no había sido él, sabría decirme quién.

Al acercarse mas, no pude evitar retroceder un paso y hacer un elegante movimiento con mi baston y mi bombin. Con la mano izquierda lo levante lo suficiente como para señalar al cielo, casi en un movimiento de reaccion. Me gustaba esta platica, casi parecia como si me hipnotizara.

-¿Te enteraste? - Escuchar su risa fue uno de los grandes placeres de esa noche, pero... me sono algo extraña. ¿Quizas sea una risa falsa? -Edward cariño, los dos sabemos que tienes algo que contarme... - Acerco sus caderas hacia mi y su mano acariciaba mi cuello, pero eso de alguna manera, activo mi señal de alerta. "No, no. Cuidado, Nigma. Tienes que poner el tablero a tu favor" ¿En que momento esto de pronto se volvio cierto duelo? No me gustaba, pero tampoco podia resistirme mucho. Lo mas que hice fue alejarme tres pasos hacia atras.


-¿Algo que contarte? Eso suena como un misterio. ¿Que puedo contarte? Doy mas preguntas que respuestas, Pamela. -Me rasque la mejilla un poco- Escucha este acertijo. "Hay tres doctores en un hospital. Uno esta enfermo, el otro esta muerto y el tercero esta sano. Uno lleva una dieta balanceada, otro es vegetariano y el tercero no se sabe. ¿Cual de ellos pertenece a la junta administrativa de Arkham?"-Movi mis dedos como si contara, uno, dos y tres. Tenia que concentrarme, o quizas no saldria esta noche de Gotham para irme a Nueva York...

Que intentase evadirme  me ponía nerviosa. Cuanto más se alejaba él más intentaba acercarme yo, pero ese tango iba a terminar pronto.

-¿Algo que contarte? Eso suena como un misterio. ¿Que puedo contarte? Doy mas preguntas que respuestas, Pamela. Escucha este acertijo. "Hay tres doctores en un hospital. Uno esta enfermo, el otro esta muerto y el tercero esta sano. Uno lleva una dieta balanceada, otro es vegetariano y el tercero no se sabe. ¿Cual de ellos pertenece a la junta administrativa de Arkham?"- Me estaba tocando la moral. Mi cuerpo se empezó a poner en tensión y tras él pequeños matojos y lianas empezaron a liarse y se tejió una red sin salida. Para él. ¿Creía que me chupaba el dedo? Vi cómo se formaba poco a poco una pared de vegetación, sin huecos, cada segundo más densa. Nigma no aparentaba llevar ningún arma, aunque tendría alguna triquiñuela de las suyas.. Debía permanecer alerta.

Llevaba un mes en libertad. Treinta días. Treinta días y treinta noches pensando sobre lo ocurrido, por fin tengo la respuesta ante mí y...

-Edward Nigma - pronuncié lentamente oscureciendo mi mirada y con gesto de rabia - ¿¡TE CREES QUE ESTOY PARA JUEGOS!? - grité enseñando los dientes. En ese momento la Dionaea sobre la que había intentado tomar descanso, a la vez que se abría se irguió sobre todas las demás plantas, desperezándose por cada hoja saturada. Armando un fuerte estruendo y ambientando la noche con crujidos y lamentos de madera.

Mis brazos se pusieron en tensión, a lo largo de mi cuerpo y con los hombros echados hacia atrás, con la cabeza por delante siempre. Mis niñas siguieron conmigo hasta el final, pequeñas lianas finas recorrían el suelo intentando buscar los tobillos de enigma. Cuanto más me enfadaba más se alteraban mis pequeñas, apoyándome.

-¿Qué te parece esto, NIGMA? Una interna en Arkham, un hombre trajeado de corta estatura Y UNA LIBERTAD NO CORRESPONDIDA, ¿NO TIENES NADA QUE DECIR? - La fuerza de la naturaleza emergía cada vez más y más deprisa, ¡LIBRE! Vigorosa. Provocando pequeñas corrientes de aire entre los movimientos de mis verdes. ¿¡Por qué me tomaba por tonta!? ¡Me sacaba de quicio! Se me aceleró la respiración y la simpatía se terminó.

"Oh, no". Parece que mis acertijos no le gustaban. ¿Que le pasa a las mujeres? ¿Por que no podiamos tener una sana relacion intelectual como socios del crimen? Trague saliva. Nunca cargaba con armas, mas que mi baston, y algunas pantomimas barata para situaciones tensas.

-Edward Nigma.... -No me gustaba para nada ese tono- ¿¡TE CREES QUE ESTOY PARA JUEGOS!?

-¡Ah! ¡Tranquila! -Levante las manos en un gesto conciliador - No tenemos porque ponernos asi, tranquila. -Mi tecnica no parece funcionar. ¿Que me esta pasando? ¡Yo soy el Dalí del Crimen! - Vamos, Pamela, relajate... ¿Puedes pedirle a tu pequeña que se calme? -Señale lentamente la planta carnivora mientras respiraba algo agitadamente, comenzando a sentir temor ante esta mujer.

- ¿Qué te parece esto, NIGMA? Una interna en Arkham, un hombre trajeado de corta estatura Y UNA LIBERTAD NO CORRESPONDIDA, ¿NO TIENES NADA QUE DECIR?

-¡Solo tengo sospechas, no puedo afirmarte nada! El Psiquiatra no ha sido mi principal preocupacion, Pamela. No busques conmigo. Hugo Strange, busca con el. El tiene acceso a esa base de datos, piensalo bien... Sus drogas, todo lo que usa para el control psiquico. ¿Que tal si... quiere ponerte a fabricar una nueva especie con tus habilidades en la biologia? Es un plan que requiere tiempo. ¡Que te distraigas! -Baje la cabeza ligeramente con cierto arrepentimiento, y meti rapidamente la mano en mi gabardina para sacar una bomba de humo, la cual active para tirarla al suelo e intente pegarle a Pamela en el pecho con el mango del baston para darle un corrientazo electrico-  ¡Perdon!

El miembro 'Edward Nigma' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado de 10' : 5

-¡Solo tengo sospechas, no puedo afirmarte nada! El Psiquiatra no ha sido mi principal preocupacion, Pamela. No busques conmigo. Hugo Strange, busca con el. El tiene acceso a esa base de datos, piensalo bien... Sus drogas, todo lo que usa para el control psiquico. ¿Que tal si... quiere ponerte a fabricar una nueva especie con tus habilidades en la biologia? Es un plan que requiere tiempo. ¡Que te distraigas! - Cuanto más hablaba él, menos escuchaba yo. Cada palabra me sonaba como un campanazo incomprensible en mis tímpanos. Vi que metía una mano en su gabardina pero antes de que me diera tiempo a reaccionar mi nuevo hogar estaba lleno de humo. Mis ojos no se irritaban pero la visión se me impedía de todas todas. Noté  una presión fuerte en el abdomen que me hizo perder el equilibrio y soltar un leve gemido cuando mi espalda chocó contra el suelo. Desde abajo pude ver entre la grisácea sustancia la silueta de Nigma levantando su bastón con las dos manos. - ¡Perdon!-

Mis lianas llegaron justo a tiempo a su objetivo y tiraron hacia delante de sus tobillos, haciéndole caer hacia atrás como un tronco. Ese planchazo en la espalda había sonado peor que el mío. Me incorporé a toda prisa y aproximando el suelo con mis manos di con su figura yacente. Me senté encima suya, colocando una pierna a cada lado de su cuerpo. Respiré hondo. No me convenía montar follón... tendría que intentar mantener la cabeza fría. Apoyé una mano a cada lado de la cabeza de nigma y pegué un par de soplidos para disipar el humo entre sus ojos y los míos.

- ¿Qué acabas de intentar hacer...? - mirando a los ojos de esa existencia rastrera a apenas un palmo de distancia de su cara. Una de mis manos recogió una de las hojas sueltas del suelo y empecé a masticarla. Tras unos cuantos mordiscos me coloqué la pasta que se había formado en un lado de mi mejilla. - Vas a tomarte esto, ¿vale? Y vas a quedarte tranquilito y a contestarle a tu querida Hiedra todo lo que te consulte... - En ese momento agaché la cabeza inclinándola para darle el beso más relajante de su vida... Tan relajante que le dejaría dormido desde los hombros hasta los pies.

El miembro 'Pamela L. Isley' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado de 10' : 9

El golpe fue horrible. Cai de espaldas, dandome una buena sacudida en la espalda baja y dando un grito de dolor. Esto de pelear no era lo mio. Me intente incorporar, pero el golpe fue muy duro, necesitaba recuperar el aliento antes de que Pamela atacara. El humo era una ventaja, pero al estar en suelo, me desoriente. Mi plan de escape habia fracasado, maldita sea.

Lo peor vino cuando ella se puso encima de mi. En otras circunstancias, eso seria muy romantico, pero ahora sentia demasiado temor a lo que Pamela me pudiera hacer. ¿Por que demonios decidi venir aqui? ¡Yo no se nada! Intente dar un gruñido, pero me relaje al sentir la brisa de sus soplidos tocar mi rostro. Que sentimiento mas horriblemente maravilloso.


- ¿Qué acabas de intentar hacer...? -Me dijo, y en ese momento supe que algo MUY malo iba a pasar. Vamos, Nigma, eres el mas inteligente del mundo, tienes que tener algo. Intente balbucear algo para liberarme, pero cuando vi que agarro una hoja y la mastico me quede callada.

-Vas a tomarte esto, ¿vale? Y vas a quedarte tranquilito y a contestarle a tu querida Hiedra todo lo que te consulte... - "Si..." Pense, dando un ligero suspiro, no me convenia moverme ya. Cuando vi que acerco sus labios, intente girar la cabeza, pero me dio uno de los mejores (No han sido muchos) besos que me han dado. Le correspondia el beso, haciendolo con gran pasion pese a mi desventaja en ese momento, mientras me sentia relajado.




Cerre los ojos, recordando mi juventud en el instituto y mis primeras aventuras en el crimen, junto con mis grandes batallas contra Batman y sus amigos de la Liga de la Justicia. Que buenos tiempos. Veia hacia abajo y flotaba en un paraiso de colores fosforecentes y formas extrañas

"Wooooow hermano... Soy el Reeeeeey de este lugar.... Wiii.... ¡Puedo volar! Que hermoso lugar, aqui soy el mas inteligente del mundo".

Mientras mi viaje duraba, yo solo seguia tumbado en el suelo, inmovil y tranquilo. Supongo que Pamela se ha enfrentado a matones mas duros que yo. Volvi a mi sueño, y flotaba sobre una nave parecida a un avion con formas de acertijo pintadas. ¡Era mi avion! ¿Desde cuando tenia un avion? No importa. Este lugar es bueno, y... ¿que me dijo Hiedra? Oh... SI, decirle lo que sea... Bah. Mi subconsiente le dira...

Deslicé suavemente la sustancia pastosa desde el interior de mi mejilla hasta su lengua, asegurándome de que no quedaban restos en ningún rincón de su boca. Al despegar mis labios de los suyos observé la estampa que tenía ante mí. Nigma con una sonrisa gigantesca, un hilo de saliva resbalando por la comisura de sus labios y unos ojos bien abiertos siguiendo con la mirada cosas que allí no había. Esperé a que el efecto alucinógeno terminase o por lo menos rebajase un poco. Mientras él soñaba con cachorritos y fajos de dólares con cuerpo femenino, Zarza y Espina aprovecharon la ocasión para abrazar sus muñecas hacia el suelo, por asegurar. Nigma no era tonto, no creí que su único truco fuese la bombita de humo, no podía bajar la guardia y además, solía tener matones en todas partes. Si alguno se atrevía a aparecer podría amenazarles con matar a Nigma aunque no fuese a hacerlo, los matones no tienen cerebro. Me incorporé cargando todo el peso en mis rodillas y en la cadera de Nigma, mientras, retirándome los largos rizos del rostro, descolocados al agacharme para suministrarle aquella anestesia natural.

Tenía unos cuantos segundos hasta que recuperase un poco la consciencia y los aproveché para relajarme y enfriar la sangre. Me quedé un par de minutos contemplando su expresión mientras me planteaba en qué orden le haría todas las preguntas que tenía. Por la cuenta que le traía me diría la verdad. A fin de cuentas.. No tenía sentido sacarme de Arkham para no contarme la razón. Quien me hubiese sacado de allí me quería para algo, pero aún no estaba claro para qué. Fue entonces cuando hice lo más parecido a "atender a razones" que he hecho en mi vida. Me calmé y decidí no perjudicarle más. Las respuestas que él encontrase en el futuro me servirían a mí también. Era un arma útil de doble filo. Este Ed...

-Tsk... -chasqueé la lengua- Edward cielo.. ¿Por qué hay que ser siempre tan dramáticos? - Entorné los ojos y construí una sonrisa sutil en mis labios aún húmedos. CASI se podría decir que estaba siendo tierna. - ¿Venga, vamos a jugar a un juego, vale? Yo te hago una serie de preguntas y tú las contestas - realmente le creería en ese momento. Después de razonar calmdamente, me diría la verdad. Seguramente él sabría que yo no quería matarle, pero podía hacerle mucho daño y no tenía más opción que contestarme todo lo que supiese. Tras la observación y la experimentación tendría que recurrir a un método científico más pasivo, era la última opción. - ¿Qué sabes de mi liberación de Arkham? Todo lo que sepas, aparte de que fue hace "poco" - hice un gesto torcido para indicar la expresión sarcástica de poco, a la vez que al pronunciarlo casi escupí esa palabra. Si de verdad Nigma no sabía nada, intentaría sacar provecho de la situación para averiguar, aparte de eso, lo primero por qué había venido aquí. Y segundo, datos y hechos sobre la explosión dimensional de la que tanto se estaba hablando. A fin de cuentas su visita me había resultado útil.[/color]

Escuché atentamente los nombres. Las posibilidades... Sonaba interesante. Por primera vez en toda la visita había dicho algo que realmente despertaba mi curiosidad.

Miré a Nigma a los ojos y mi mirada, mi sonrisa e incluso el tono de mi voz pareció cambiar. Estaba mucho más calmada, más tranquila. Había dicho lo que sabía. No entendía por qué iba a mentirme estando en la situación en la que estaba. Vencí el peso de mi cuerpo hacia delante hasta apoyar mi pecho por completo en el suyo, repartiéndome el punto de apoyo entre la cadera y los brazos, situados a los lados de la cabeza de él. Mi voz empezó a aterciopelarse consiguiendo un tono dulce, casi maternal. Bajé los brazos inclinando mi postura, hasta llegar a apoyar los codos a cada lado de su cuello, mis dedos jugueteaban con algún mechón de su pelo que quedó al descubierto tras la caída.

-Edward cariño... ¿ves que fáciles son las cosas colaborando desde el principio? - estaba tranquila de verdad. Tenía su rostro realmente cerca del mío y jugueteé mientras hablaba con él, rozando mis labios con el borde de los suyos, esta vez sin trampas. Sabía que la paradójica carnosidad de mi boca le hacía perder la razón. - Y así amistosamente... ¿puedes hacerme un resumen de todo el rollo megahipercomplejo interdimensional que está pasando? Sabes que no soy muy aficionada a la caja tonta... - daba por hecho que los medios estaban 24/7 emitiendo. Mi odio a la tecnología y al periódico me facilitaron la ignorancia en lo que al último caos mundial se refiere.

Desde que salí de Arkham realmente me había dedicado a intentar recopilar información de una manera tranquila, a mi ritmo. Y mi prioridad en los primeros meses fue recobrar mi paz. Así que no sabía mucho.

- Ah... - corté antes de su respuesta - y gracias por venir a verme... - dije tan cerca de sus labios que estoy segura de que pudo notar el calor que salía de los míos. Era raro, pero era de los pocos conocidos que venían para nada, o decía venir por mero placer de verme. Aunque fuese quien es.

Según terminé de hablar mis chicas me advirtieron de que calle más abajo otro coche se aproximaba. Todo estaba bien si venían a mi territorio y estaba advertida... Gracias pequeñas.

Esa mujer me volvia loco, pero tenia que aguantar a que iniciaran los disparos. Al acercar sus codos a mi cuello, y su dedo a mi pelo, intente moverme para agarrarla, sin sentir ningun tipo de remordimiento ante los posibles desencadenantes.

-Edward cariño... ¿ves que fáciles son las cosas colaborando desde el principio? -Me mordi los labios. ¡Ella era la que se habia molestado y empezado a atacarme. Aleje los dedos de mi movil, sacandolos sin hacer ningun movimiento brusco del bolsillo. Casi, casi intento besarla, pero me contuve mientras ella hablaba -  Y así amistosamente... ¿puedes hacerme un resumen de todo el rollo megahipercomplejo interdimensional que está pasando? Sabes que no soy muy aficionada a la caja tonta...-Abri la boca para responderle, pero ella me interrumpio -  Ah... y gracias por venir a verme.

-Si... Mira... Tu sabes de la tierra. Sabes que, las placas tectonicas se acomodan cada cierto tiempo y causan terremotos que destruyen la ciudad, como el que afecto Gotham hace unos años. -Respire agitadamente, intentando no hacer nada que le diera mas el control- Pues... Parecio que, tras una luz violeta que cruzo el cielo, empezaron a haber cambios. Se abrian y cerraban portales, chocaban cosas en el mismo punto del espacio y se mezclaban. Han muerto muchos civiles, me temo, y... los cientificos han dicho que esto es un choque de dimensiones. Posiblemente, vaya a hablar con Alexander Luthor. - No respondi a su agradecimiento, queria hacerle saber que no me gustaba que me pusiera contra el suelo y me amarrara con sus amigas.

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El oficial Steve Ramsay hacia guardia en esa fria noche de invierno junto con su compañero. Habian recibido una alerta en los parques afuera de Gotham, y, dado que muchos otros oficiales estaban a cargo de otros problemas por la colision de mundos, a ellos les toco ir a revisar que no hubiera nada. Esperaban que Batman o algun superheroe los ayudara, sin embargo, no siempre se puede estar en todos lados.

El conducia la patrulla, y al llegar a la zona estaciono el vehiculo a unos metros del parque. Tomo una linterna, se puso su gorra y se ajusto el abrigo. Llevaba la pistola con un seguro, pero cargada por si acaso.

-Vamos, esperemos que no sea nada. -Le espeto a su compañero.

Si... Mira... Tu sabes de la tierra. Sabes que, las placas tectonicas se acomodan cada cierto tiempo y causan terremotos que destruyen la ciudad, como el que afecto Gotham hace unos años.  Pues... Parecio que, tras una luz violeta que cruzo el cielo, empezaron a haber cambios. Se abrian y cerraban portales, chocaban cosas en el mismo punto del espacio y se mezclaban. Han muerto muchos civiles, me temo, y... los cientificos han dicho que esto es un choque de dimensiones. Posiblemente, vaya a hablar con Alexander Luthor. Se le notaba alterado. Tenso.

Todo lo que decía sonaba tan lógico e interesante como caótico. Dimensiones diferentes... Sentí curiosidad, temor y poder. La idea de pensar que en aquellas dimensiones habría cosas que yo aún no conocería... elementos y nuevas creaciones sobre las que podría tener poder... Un escalofrío me recorrió la espalda dándole un latigazo a mi sentido científico. Todas esas sensaciones me generaron una excitación mucho mayor que la que Nigma pudiera estar experimentando en ese momento.

Mis niñas empezaron a temblar, a recolocarse y retorcerse a mi alrededor. Ya estaba cerca. Sentí la tierra vibrar y me aparté de Nigma levantándome en el menor tiempo posible y empecé a difuminarme entre mi maleza.
-No...-
Liana y Hiedra me abrazaban haciéndome prácticamente invisible entre mi hábitat natural. Mis niñas se empezaron a teñir de reflejos azules y rojos de manera intermitente. Edward debería empezar a poder mover parte de su cuerpo, aunque no pudiese levantarse aún, le faltaba poco.
Me quedé inmóvil, bien cubierta por mis amores, esperé...

Un coche patrulla aparcó relativamente distante a mi parque. ¿QUÉ HACÍA LA POLICÍA AQUÍ? No debían molestarme. NO PODÍAN. Largo... No. No deberían estar aquí. Seguro que era un truquito barato de Mister pregunta. Decidí permanecer camuflada y esperar a la reacción cuando vienes a Edward tirado en el suelo sin saber dónde se habían metido.

El que parecía el jefe se bajó primero y echó un vistazo a lo que pudo del ambiente nocturno. Las lianas que antes hicieron el muro que cerraban paso a nigma empezaron a desenredarse para dejar que los oficiales observasen la escena. Verían un cuerpo en el suelo, sólo, inmóvil. El principal se estiró mientras se acicalaba la punta de su espeso bigote. No tenía figura atlética precisamente. Un chico demasiado joven bajó del coche, distraído y fascinado. El jefe empezó a dar instrucciones.

-Bien muchacho, reconocemos el estado del cuerpo, hacemos sondeo en la zona... - en ese momento su linterna empezó a destellear y mientras hablaba, y ocupado en averiguar qué fallaba, siguió hablando sin percatarse de que el muchacho más niño de su patrulla  ya se había adentrado en mis dominios y tocaba con la base de la porra el cuerpo semi inmóvil de Nigma.

El jefe se dio la vuelta y los ojos se le pusieron como platos - ¡CHICO NO! - Una liana descendió de mi techado natural, agarró la porra y la elevó perdiéndola en la maleza. La cosa se ponía interesante...

Me tocaba jugar.

El plan parecia funcionar. Hiedra me habia soltado, y mi cuerpo estaba despertando lentamente. Levante mi cabeza un poco cuando vi la luz del auto-patrulla estacionarse cerca del parque. Estire muy lentamente mi mano hacia mi baston en el suelo, y lo agarre, aferrandolo con fuerza hacia mi. Cuando el policia comenzo a tocar mi cuerpo, no me movi, no queria alertar a Pamela antes de tiempo. Ella no debia conocer que yo llame a la policia, no le voy a dar sospechas.

Durante un momento, pense en enviar una señal a la familia Falcone, pero por ahora esto iria bien. Una distraccion, y yo me iria en mi acertijo-movil. Si Pamela me detenia el paso, tendria que tomar medidas mucho mas drasticas para huir. Pero por ahora ese no seria mi plan.

-¡CHICO NO! - Abri los ojos rapidamente, y vi que el oficial estaba asustado al perder su porra por una planta autonoma. Desenfundo su pistola y quito el seguro rapidamente.


-¡Eh, vamos! ¡Sal de ahi, quien quiera que seas! -El oficial Steve giraba sobre si mismo, alumbrando las plantas con su linterna muy asustado - ¡G.C.P.D! ¡Salgan todos!

Cuando el sujeto me dio la espalda, sentia como mi cuerpo y el apoyo del baston me permitian levantarme. Pero no lo hice, tome mi baston, apunte la boquilla baja y presione un boton, disparando un dardo adormecedor al muslo del oficial Steve. Se sintio mareado, y se recargo un momento contra un arbol, antes de caer aturdido al suelo sin saber que ha pasado.


-Dulces sueños... -murmure debilmente, y segui inmovil, para que el compañero del oficial no me atacara.

Me quedé en mi escondite contemplando cómo el cuerpo del oficial se desplomaba con todo el peso muerto haciendo retumbar la tierra. Mi tierra.
El jefe lo vio caer, pero no pareció percatarse de la culpabilidad de Nigma ante su desmayo. Yo no lo comprendía... ¿No había sido Nigma...? Tendría mil trucos bajo la manga pero... No lo entendí, y no tenía tiempo de pararme a pensar.

-¡Steve! Eh, Steve ¿Qué te ocurre? - Y se acercó corriendo al cuerpo de su amigo al tiempo que me fijé en que Nigma se recuperaba a un ritmo destacable. Tenía que actuar rápido o sería demasiado tarde. Tarde para cerrar la conversación con Nigma como se merecía. Tarde para que   la policía no tuviese otra excusa para convertirme de nuevo en interna de Arkham.

Al acercarse terminó de entrar en mis dominios. Las lianas y ramas que antes le cerraban el paso a Nigma se reagruparon para cerrárselo a los 3 hombres que había dentro. O lo que quedaba de ellos. Parecía un coliseo natural en el que yo me paseé rodeándolo, infiltrándome y asomándome de vez en cuando admirando la poca capacidad intelectual del cuerpo de Gotham. Disfruté de mi pequeño baile antes de encargarme del policía que quedaba. Fui asomándome entre las sombras por la retaguardia del policía despierto salté sobre él desde atrás, apretándole el cuello con un brazo, al que sus manos se aferraron desesperadamente, y con mi otra mano, desnuda, tapándole la boca y la nariz. Él intentó forcejear pero en apenas unos segundos empezó a relajar la fuerza de sus brazos, los párpados le pesaron hasta que todo su cuerpo lo hizo contra el suelo. Sólo estaba dormido durante una horita, pero sería una cosa menos.

No me importaba si había sido un truco o por qué habían venido, si tenía todo hablado, tenía derecho para estar aquí, no debían haberse acercado. Edward ya debía estar recuperado. Me giré y lo encontré semi-incorporado.

Me acerqué a él relajada, tranquila... Era lo que necesitaba, liberar un poquito de adrenalina. Al ritmo que daba los últimos pasos le extendía mi mano con la mano abierta como señal de pacto.

- No he tenido las mejores formas contigo. ¿Pero todo puede hablarse no? Hacemos como que nada de esto ha pasado. Yo me quedo con esos cuerpos - dije señalando la parejita yacente - y tú charlas un rato conmigo. Pero calmadamente, sin presiones. Por disfrutar tu visita. - Y gesticulé con la mano hacia una zona donde varias ramas blandas empezaban a adoptar forma de banco. Era lo más parecido a una disculpa que jamás pronunciaría para Nigma.

Ya tenía todo lo que quería de él. Si no me molestaba sería una visita amistosa a partir de ahora.

Mi trampa habia funcionado. Me habia soltado, no sospecho de mi, y habiamos noqueado a la policia. Me acomode mi bombin, mi traje y sonrei ampliamente, dejando que Pamela comprobara mis buenas intenciones.

- No he tenido las mejores formas contigo. ¿Pero todo puede hablarse no? Hacemos como que nada de esto ha pasado. Yo me quedo con esos cuerpos - Perfecto, menos problemas para mi. Si algo habia que hacer, Pamela lo haria.

-Perfecto, mejor para mi. - Le conteste, moviendo un poco las piernas para despertarlas. La proxima vez, no vendre tan... arrogante a los dominios de Hiedra.

-Y tú charlas un rato conmigo. Pero calmadamente, sin presiones. Por disfrutar tu visita. - Y ella empezo a hacer movimientos con sus manos para hacerme un banco con las ramas de algun arbol. Me encogi de hombros y me sente, mas relajado.
¿De que quieres hablar, querida? -Sonrei, mostrando mi arrogancia, como siempre, yo soy el que gana, pero no se lo restregaria en la cara. Miraba las plantas de Pamela con cierto terror, pero no mostraba mi miedo, entendia que las ventajas psicologicas son muy importantes, y el miedo no me va a debilitar.

Las cosas estaban relajándose, me senté al lado de Nigma, con un codo apoyado en las ramas que hacían de respaldo y la otra mano colocándome la melena. En realidad quería saber más de él. En qué había estado ocupado, qué había sido de la rata esos días, qué había pasado en Gotham. Todo. Pero no quería retenerle demasiado tiempo a pesar de que ya parecía estar cómodo. Estas relaciones amor/odio nunca salían bien.

Me puse cómoda, respiré hondo con los ojos cerrados y sonreí. Estaba bien.


- Bueno... cuéntame, ¿qué has estado haciendo...? No eres de estar tranquilo precisamente. - Me desagradaba el tener que pelearme con Edward tan de vez en cuando... Él sabía controlar sus impulsos delante mía, si es que los tenía, sabía tratarme si las cosas se ponían fácil, y era un pequeño polluelo al que tenía comiendo de la mano.

Y pensaba que era demasiado tonta.
¿No se le pasó por la cabeza que si yo tenía ese espacio era porque estaba pactado y era legal?
La policía llegó y no tenían motivo para estar allí. Y actuaron como si alguien les hubiera llamado. "Bueno, lo de siempre, reconocemos el cuerpo, sondeo de la zona..."
Sondeo de la zona, como si no hubieran oído hablar de MI zona. ¿Quién se creían?

Al pensar en eso fue cuando recordé que los cuerpos seguían aún allí. Les quedaban horas de siesta. Con un gesto de mi mano libre dibujando un círculo en el aire con dos dedos, un cuerpo se vio engullido por Nepenthes y el otro fue arrastrado y envuelto en pequeñas lianas que se lo llevaron hundiéndolo en el suelo. Cuando ya estaban bien ocultos, le cedí el turno de palabra dándole más facilidades.

- Así que cuéntame... ¿te ha molestado mucho la rata? ohm... ¿y tu liga sigue en marcha?-

Habia aventajado muchisimo terreno. No solo ya no tenia a Pamela encima de mi, si no que, ella ya habia cedido su hospitalidad ante mi. Definitivamente, Nigma es un genio. Me toque la nariz durante un momento, simulando que estoy pensativo. (Obviamente, yo siempre estoy pensativo). ¡Pero esto era de lo mejor! Controlate, Nigma, no dejes que tu plan se vaya al traste. Deja que avance tres pasos y tu da cuatro.


- Bueno... cuéntame, ¿qué has estado haciendo...? No eres de estar tranquilo precisamente. -Pamela me miro, calmandose. Pero se estaba enfriando, y ella no era asi.

-Soy... Soy un maestro del crimen, en mi humilde opinion. Tengo que pensar, siempre un paso por delante de Batman, quizas dos. ¡El y su familia siempre frustran mis planes! Pero te dire cual es su secreto... -Abri y cerre las manos, como si hiciera un truco de magia- Las trampas. Batman hace trampas. No me preguntes como, pero hay algo que yo se mas que todos los locos de Arkham. Batman pelea con esto ---me toque los musculos del brazo-, pero se dirige con esto -Me señale la frente, el cerebro- ¿Quien de la Liga de la Tonticia puede decir eso?

Senti un escalofrio al ver como movia sus manos para que sus plantas se comieran los cadaveres... Demonios, esta mujer estaba loca. Pero me encantaba. Me trone los dedos, luego el cuello.

-Así que cuéntame... ¿te ha molestado mucho la rata? ohm... ¿y tu liga sigue en marcha?

Vamos, ¿Que ocultabas? ¿Acaso estabas incomoda por esta situacion?

-No, para nada. ¡Y oh, si, la Liga de la Injusticia sigue en Marcha! Espera nuestros proximos golpes, Pamela. Yo, Luthor y los demas villanos que somos unos genios... Unos mas que otros, haremos algo gordo. Algo que nadie podra detener, y las cosas en este Pais van a cambiar. ¡Prestame atencion! -Levante un dedo, entrando en un sentimiento megalomano-- ¡Por que pronto no habra vuelta atras!

Ahh, el poder. No hay nada como el poder correr por tus venas.

Edward Edward Edward. Enigma enigma enigma. Yo, mi, me conmigo...
Hablar con él era como metamorfosearse en el espejo de Narciso. Siempre yo.

Empecé a pensar que él pensaba que me chupaba el dedo.

-Ahá sí... Me alegro, me alegro querido... Y dime.. ¿por qué has venido a verme? No suele ser... parte de tu rutina por así decirlo - En ese momento noté algo. Mis niñas no me avisaron de nada pero... algo olía raro.

Me levanté de golpe y empecé a caminar entre los restos de hojas y las ramas circundantes. No... NO.

Fui corriendo hasta donde estaba el coche de policía. Para mí Edward dejó de existir en ese momento. Seguí acercándome y vi humo.Olía a tabco... y era  humo gris... algo se estaba quemando. Pero no. Por favor no. Aqui no. Fuego...


- ¡EDWARD!  - le llamé a toda prisa. Necesitaba su ayuda. Lianas empezaron a acudir a mí y se enredaron en la parte de alante del coche, aún sin arder y empezaron a empujarlo hacia abajo, por si no podían... necesitaría los contactos de Ed.

Empujaron, me acerqué a hacer fuerza yo con ellas. Caí presa del pánico y no me concentré en lo que debí. No estaba usando toda mi fuerza... Me angustié, corrí de un lado para otro inentando solucionar y poner a salvo todas las que podía. Germiné otra Liana. Más fuerte, más resistente...

-¡VAMOS! - salió del fondo de mis tripas. Estaba empujando y no podía más. Tenía que tirar el coche cuesta abajo o... sería tarde. El coche empezó a ceder muy poco, sus ruedas giraban muy lentamente, y no aguantaría mucho más.... Recuerdo la de gemidos y gritos de esfuerzo que solté. No... necesitaba ese trasto fuera.

Que linda era Pamela. Siempre interesada en mis asuntos, ¿Por que ella no era mi ayudante? ¡Podriamos hacer miles de cosas para demostrar nuestro poder! Mi cerebro y sus poderes serian imparables... Que lastima que viviera en su mundo de plantas. Toque durante un momento mi cintura, levantando mis piernas de puntitas para estirarme. Mi cuerpo se sentia como nuevo, y pronto terminaria mis asuntos aqui.


-Ahá sí... Me alegro, me alegro querido... Y dime.. ¿por qué has venido a verme? No suele ser... parte de tu rutina por así decirlo - Parece que se callaba, algo le hacia perder el interes. ¿Que sera?

-Hm. Pues, mira, normalmente estoy ocupado planeando mis siguientes golpes, pero todo el tema de ser liberada... Y el choque de dimensiones, me preocupa que hubieses desaparecido. Ya sabes, los amigos de Arkham son siempre amigos. Quise visi... - Me corte al ver que ella se levanto como si no existiese. ¿Que demonios le pasaba a esta mujer?. Me quede sentado en mi lugar, bastante ofendido ante semejante actitud

-¡EDWARD! - Escuche su grito, y rapidamente me levante tras recoger mis cosas del suelo. Fui corriendo con ella, ¿Que demonios habra pasado?. Al acercarme, vi que estaba empujando un vehiculo, asi que ayude a sacarlo de su parque. -¡VAMOS! -Me grito y yo seguia empujando, pero era inutil.

-A ver... tranquilizate... Piensa, si queremos sacar este coche necesitamos una grúa. No pasara nada, piensa con la cabeza fria. -Saque mi movil, marque a un numero esperando que me contestara uno de mis matones. Despues de que tomaran la llamada, le grite que trajera una grúa rapido a donde me encontraba. Parecia que este maton no queria trabajar, pero lo espante lo suficiente como para que cediera - Ya vendra, tu... Bueno, ¿Que es lo que esta pasando aqui? -Aunque me preocupaba Pamela, no me preocupaban sus plantas, y si se daba la situacion, tenia que salir de ahi para no resultar herido.

¿Tranquilízate...?¿¡TRANQUILÍZATE!? ¿CON FUEGO?
Ese hombre es idiota.

El asiento delantero empezó a arder, la tela se consumía poco a poco, expandiéndose como la peste... No, era peor que la peste...

-¿¡NO LO VES!?  NO PUEDO ESTAR TRANQUILA - dije señalando con la palma abierta y el brazo tenso, recto, apuntando hacia el coche con su interior en llamas. Era cierto que los coches no estallaban con tanta facilidad como lo planteaban en las películas, pero podía pasar algo malo si llegaba al depósito de gasolina. Aunque nunca entendí muy bien cómo funcionan...


Llamé a lianas más grandes, que se entrelazaron con más ramas en un baile de ruidos secos y crujientes. Todo eran espirales, ruido constante, un fuego viviente y un viento incesante. Mi hogar empezó a teñirse con un brillo anaranjado cuyo foco residía en el vehículo. No podía permitirlo. DEBÍA PROTEGERLAS.
Las Ramas más grandes, casi del grosor del tronco de un buen Cedro, abrazaron el coche, levantándolo mientras se infiltraban en la parte inferior del coche, rodeando las ruedas y elevando el morro metálico hasta casi un metro desde el suelo.

-¡Vamos, podemos hacerlo! - mi rostro se esperanzó, incluso juraría que llegué a sonreír. Mis lindísimas empezaron a empujar, el coche chirriaba y se retorcía aplastándose mientras iba retrocediendo, acercándose a la cuesta abajo que había a unos tres metros.
Un poco más... un poco solamente...

Iba avanzando, poco a poco. Me relajé, aunque mi cabeza seguía puesta en el coche con fuego, mis ojos miraron a mi alrededor para comprobar si todo estaba bien. Hasta que vi los ojos de Edward mirarme. Había hecho una llamada. Pero él no sabía que yo conocía su truquito de la policía. Por favor Ed... quién te crees que soy. Estaba todo pactado y la policía no debería molestarme a no ser que fuesen llamados... y no creo que hubiese nadie cerca, y él no había gritado.

La cólera me invadió de nuevo, recorriendo cada pétalo en mí, enervándome y erizándome de nuevo. Todo esto era culpa suya. Mi expresión de rabia y dolor apareció en menos de dos segundos desde que empecé a mirarle a los ojos. Dediqué una última mirada rápida al coche y vi lo justo para ver el coche caer cuesta abajo y Lianas se recogían de nuevo. Perfecto. Una vez calmada la situación, era momento de castigar al culpable.

- Tú... - escupí acercándome con paso seguro a Ed hasta tenerle a medio metro de mí. Crucé mi brazo por delante de mi, doblando la muñeca y extendiendo la mano para darle un bofetón con el dorso en su mejilla. - Eres el ser humano más despreciable que conozco. -

Conocía demasiado bien la debilidad que Nigma tenía hacia mí, así que supuse que intentaría hacer las paces conmigo, aunque antes le haría temblar...

Acertijo, Edward Nigma había... ¿perdido su orgullo?
Conociéndole desde hace tanto tiempo, y aún sabiendo que la ofensa no había sido mayor que haber traído a la policía a mi territorio decidí aceptarlo como un cuarto de disculpa.
Aunque con la policía vino el fuego...
Había sido una noche demasiado movida y me agotaban estar circunstancias estúpidas provocadas por hombres descerebrados. Miré a Edward a los ojos, pude ver el propio reflejo amarillo de los míos en ellos. Me cogió la mano con uno de sus sucios guantes.  
Él... He de reconocer que sabía tratar conmigo. Era de los pocos entes de esta oscura ciudad que me había conocido lo justo como para no matar a ninguna de las mías ni venir en actitud prepotente.
Definitivamente no quería más problemas en una noche así. Necesitaba la paz que tanto me costó recuperar.

Agarré la mano de Nigma y con mi otra mano en su espalda le ayudé a salir de mi hogar. Andé a su lado dándole toques inconscientes con la cadera a cada paso que daba.

- Me gustaría decir que esta visita ha sido un placer. Te salvas a cambio de un favor que te pediré en el futuro. De nada - y le di un leve empujón hasta dejarle en el camino mientras me deshacía de su mano con desprecio. Cientos de ramificaciones, flores, lianas y hojas empezaron a formar una selva de espirales que cerraban un muro entre él y yo, ambientando con sonidos salvajes de crujidos y cizallas-Oh, y querido... No necesito que te preocupes por mí. - le lancé un beso al aire. Y el muro se cerró. Dejándole a él por su camino y devolviéndome mi privacidad. No había perdido un aliado. Nigma sentía demasiada debilidad por mí y sabía de sobra que era incapaz de odiarme. Y pensándolo bien.. En caso de que llegase a hacerlo ¿Qué perdería yo?

Tenía dos cuerpos con los que experimentar, mucho que averiguar, hijas que tranquilizar...  Y mucho tiempo perdido que recuperar.