Toma de Contacto (Joanna Hardins)

Hacia algún tiempo que habían llegado diversos rumores a oídos de la liga. Una muchacha que por lo visto era capaz de devolverle la vida a los muertos o de traerlos de vuelta al plano de los vivos. Tal vez si conseguían hacerse con el poder de esa mujer podrían utilizarlo como un segundo recurso a la fosa de Lázaro, o simplemente para cuando dicha fosa dejase de funcionar. Atraer a esa joven no iba a ser difícil, sin embargo atraerla a ella también atraería a mas de sus enemigos. Talia se enfundo en su traje y afilo su catana, mientras se acercaba a una de las ventanas del lugar donde se encontraba, mientras dejaba que su memoria se perdiese.

-Necesitare dos ordas dispuestas en los extremos norte y sur del cementerio, ella no debe vernos. Los demás vendréis conmigo.-ordeno fríamente mientras envainaba su espada y salia de allí, seguida por un grupo de la liga de las sombras.

Llegar al cementerio de Gotham no fue una tarea demasiado difícil. La Liga de las sombras aguardo, escondida, imperceptible a nadie que no fuese su líder o sus compañeros. Evidentemente Talia estaría preparada por si los héroes decidían aparecer. La joven a la que buscaba al fin y al cabo era una mujer con ideales de justicia y fines buenos, lo cual significaba que primero de todo tendrán que convencerla de ayudarles, antes de llegar a las medidas propicias. Talia se quedo sentada en la rama de uno de los arboles mientras esperaba la llegada de la joven que según sus datos llegaría esa noche, sin embargo no sabían el momento exacto, por lo que Talia se dedico a observar la zona mientras ponía su mente en blanco, analizando las posibilidades y planeándose como resolver cada una de ellas.

-Vaya, vaya.-se dijo a si misma cuando vio aparecer a una figura desde la lejanía. Brillaba con un peculiar tono verde y su aspecto parecía totalmente mortecino, muy propio para lo que Talia había escuchado acerca de la joven. Talia dejo que la mujer se acercase y la observo detenidamente. Luego bajo del árbol sigilosamente y se coloco detrás del tronco del mismo, entonces cuando con un leve sonido consiguió captar la atención de la visitare, lentamente salio de detrás para dejarse ver.

-¿Eres Joanna Hardins?-dijo con una sonrisa, a lo cual la muchacha pareció asustarse bastante.-tranquila, no voy a  hacerte daño.-Talia no quería hacerle daño a la muchacha de echo nunca quería hacerle daño a nadie a no ser que interfiriese directamente en sus planes. Simplemente mantendría una primera conversación con la muchacha y en caso de intrusos, sus ordas, que vigilaban los perímetros podrían darle mas tiempo...

Sabía que era una estupidez, y sus más allegados siempre intentaban convencerla de que no lo hiciese, especialmente después de lo ocurrido durante ese choque de mundos, y aún más cuando Simon le había atravesado el pecho para volver del infierno.

Sin embargo, consideraba que era una cuestión de respeto honrar a los seres queridos en ciertos momentos, y por esa misma razón siempre, por el cumpleaños de su padre, y por el de su madre, se dirigía a Gotham, a las tumbas de estos, en un particular ritual privado. Era curioso, pero Gotham siempre tenía las puertas del cementerio abiertas, independientemente de las horas a las que te dirigieses, y por eso precisamente la alcaldesa había elegido la privacidad de la noche para visitar el lugar de reposo de su fallecido padre. Después de todo... ¿Quién iba a reconocerla en un cementerio de noche?

¿Eres Joanna Hardins? Joanna dio un enorme respingo cuando oyó de pronto su nombre a sus espaldas, llevándose la mano al pecho en un gesto de sofoco. ¡Pues menos mal que no la estaba esperando nadie! Se giró sobre sí misma con una sonrisa nerviosa, encontrándose con una mujer que parecía divertida por su reacción

¡Claro, reíros de la no-muerta que se asusta en los cementerios! Como si no os fuerais a llevar un susto de muerte vosotros si de pronto alguien os hablaba desde las sombras...

tranquila, no voy a  hacerte daño

Vaya, es todo un alivio saberlo... Pero me tienes en desventaja, querida. ¿Querías algo de mí? la voz era una de esas que provocaban que los pelos de la nuca se pusiesen como escarpias y los soldados aguerridos se acobardasen ligeramente. Entre el tono de piel, ese brillo antinatural de ésta, sus ojos que parecían dos puertas al infierno de brillante color verdoso y esa voz de ultratumba, llegar a la conclusión de que lo que se tenía delante era alguna suerte de no-muerto era lo más fácil del universo

Ahora mismo estaba haciendo una visita, pero si querías hablar, puedes acompañarme añadió, sonriendo mientras con un leve cabeceo indicaba a la otra mujer que la siguiese, comenzando a andar por el cementerio con tranquilidad. Normalmente nadie aceptaría la compañía de alguien que acabas de encontrar en un cementerio de noche, pero cuando has muerto tiendes a tener las prioridades algo cambiadas

Parecía que aquella mucha tenia bastante mas miedo del que Talia había pensado en un principio. Normalmente su mortecina piel y su peculiar brillo verde, pondria los pelos de punta a los hombres normales, sin embargo, tanto ella como la Liga estaban adiestrados para no sentir miedo, para no sentir dolor, o por lo menos, para no expresarlo. La mujer parecía saber que querían algo de ella, sin embargo la ofreció caminar con ella tranquilamente por el cementerio. La actitud d ela muchacha ante la presencia de una desconocida era ciertamente estaña, pero Talia se limito a andar a pocos pasos detrás de la joven.

-No vengo ha hacerte daño.-dijo nuevamente a la mujer de larga cabellera.-Me llamo Talia. Estamos buscando la ayuda de alguien como tu.-dijo mientras observaba a su alrededor, advirtiendo cada movimiento inapropiado o inusual. LA muchacha no parecía la típica mujer que se enfrentaría a la primera de cambio, sin embargo ella no la conocía y sus mas allegados compañeros si. El pozo de Lázaro que tenían en su poder pronto dejaría de funcionar y Joanna podría ser su solución, al pozo de Lázaro y a la misión que se traían entre manos en la actualidad.

-Hace tiempo que llegaron a oídos nuestros que eres capaz de hacer regresar a los muertos y traerlos de vuelta aplano de los vivos, así como tu capacidad para comunicarte con ellos.-siguió Talia, pausadamente y examinando las reacciones dela muchacha ante aquellas afirmaciones.-Podemos recompensarte si nos ayudas.

-No vengo a hacerte daño.- Joanna entrecerró los ojos imperceptiblemente, manteniendo una cara de póker tan perfecta como le era posible -Me llamo Talia. Estamos buscando la ayuda de alguien como tu.-

La morena miró unos segundos a Talia, antes de asentir suavemente. Parecía dispuesta a seguir hablando, y una de las estrategias que solías desarrollar tras unos años de experiencia en debates políticos era precisamente a callar y escuchar. Continuó andando con tranquilidad por el cementerio, acariciando aparentemente distraída las flores que llevaba en su mano

-Hace tiempo que llegaron a oídos nuestros que eres capaz de hacer regresar a los muertos y traerlos de vuelta aplano de los vivos, así como tu capacidad para comunicarte con ellos.-

Ah, así que era eso. Bueno, no tenía problemas en hacerlos hablar, pero la parte de hacer volver a los muertos sumada con la declaración de no querer hacerla daño resultaba... preocupante, cuando menos

-Podemos recompensarte si nos ayudas.


La mujer se giró, mirando durante unos segundos en silencio a la otra mujer, aparentemente sopesándola con la mirada. No había juicios en la mirada de la no-muerta, pero aún así podía notarse que ésta ya estaba valorando la situación. No en vano, era política, pero antes había sido abogada, y las interacciones sociales eran un campo muy familiar para ella


la alcaldesa de Happy Harbor continuó andando, parando ante la tumba de sus dos padres. Dejó con cuidado las flores y suspiró, mirando fijamente la lápida, antes de volver otra vez a centrar su mirada en la asesina

Lo lamento mucho si toda esta noticia no es lo que esperabas, Talia. Espero que no hayas tenido que viajar mucho para verme

En el poco tiempo que ya llevaban allí, Talia había podido deducir como era Joanna. Posiblemente podrían tratar de convencerla, incluso podrían llegar a tentarla, pero estaba segura de que la muchacha no se dejaría convencer. Talia la siguió por el cementerio mientras la escuchaba. Muchos habrían sentido miedo por su tono de piel o su mirada, pero Talia había tenido ya varios encuentros con "no-muertos", empezando por su mas que muerto y revivido padre.

"No sé para quién trabajas, Talia, pero debo advertirte que no puedo traer a los muertos de forma indefinida. Simplemente, una vez cumplido su propósito, vuelven al lugar del que proceden. No sólo eso, el traer a alguien de vuelta es algo que pasa una tasa en mi propia salud física. Sé que no suena creíble, pero es lo que hay. Puedo mandar un mensaje, incluso permitirte hablar con alguien querido, pero no suele ser más que unos pocos minutos."

Bueno, al fin y al cabo lo que Talia quería era una cosa muy simple, sin embargo si conseguía estudiar a la joven podría desarrollar sus capacidades y hacerla mas poderosa, siempre y cuando trabajase para ellos claro estaba. Todo esto eran multitud de posibilidades a favor de la liga, pero Talia también tenia varios ases en la mangas y posibilidades contrarias a las buenas para ellos. Talia la siguió asta que la joven deposito las flores en una tumba y se giro nuevamente hacia la asesina.

-Dime una cosa Joanna. ¿Te gusta la vida que llevas ahora mismo?.-dijo cruzando los brazos y mirándola directamente a los ojos.-¿O preferías la vida que tenias antes? Sin que te tacharan por lo que te ha pasado. Nosotros podemos hacer que todo vuelva a la normalidad.-dijo Talia mientras observaba a su alrededor.-tu capacidad es algo muy valioso para muchos, y a causa de ello te vez incapaz de salir de allí donde te ocultas nada mas que para ver  a tus padres una noche.-continuo la asesina. Claro que sabia muchas cosas de la vida de Joanna, la liga, ante todo prefería ir siempre un paso por delante de sus enemigos.-no querrías volver a llevar una vida normal Joanna. ¿Volver a ser simplemente humana?

-Dime una cosa Joanna. ¿Te gusta la vida que llevas ahora mismo?.- Joanna apartó la mirada ante la pregunta de la otra morena, acariciándose el brazo izquierdo de un modo sorprendentemente tímido para alguien que se dedicaba a la vida pública. Le gustaba su vida, sí, pero siempre había un toque de insatisfacción... una espinita clavada en su costado.

Y la asesina había acertado de lleno

-¿O preferías la vida que tenias antes? Sin que te tacharan por lo que te ha pasado. Nosotros podemos hacer que todo vuelva a la normalidad.-

La mujer dedicó una mirada de reojo a su interlocutora, mirándola por debajo de uno de los mechones de pelo. Parecía una niña a la que habían pillado haciendo una travesura, pero también parecía algo cohibida por la dirección que estaba tomando la conversación

-tu capacidad es algo muy valioso para muchos, y a causa de ello te vez incapaz de salir de allí donde te ocultas nada mas que para ver  a tus padres una noche. ¿No querrías volver a llevar una vida normal, Joanna? ¿Volver a ser simplemente humana?

Es... complicado la mujer se abrazó unos segundos más antes de suspirar, dejando caer los brazos a los lados, levantando la mirada. La fortaleza que había perdido segundos antes había vuelto de nuevo a su mirada


Joanna suspiró, y después sonrió, encogiéndose de hombros


La mujer se quedó unos segundos en silencio y después ensanchó la sonrisa

Aunque reconozco que has picado mi curiosidad. ¿Te envía Constantine? No hace mucho me abordó por una razón similar

Parecía que Talia había conseguido dar con el punto mas sensible de Joanna, y tal vez si continuaba por ese camino conseguia algo de la mujer. Sin embargo toda esa actitud de niña a la que había pillado en una travesura duro poco, pues Joanna volvió a contestar a al asesina con la firmeza de antes. Lo cierto es que los poderes de Joanna eran bastante especiales para cualquiera, especialmente para su padre, si su padre conseguía los mismo poderes de Joanna, incluso si ella adquiera esos poderes, podrían vivir eternamente, sin embargo para Talia no servia la eternidad si no podía compartirla con el hombre al que amaba, y lamentablemente asta el final de sus días, ambos estarían enfrentados.

Pero siempre he sido una mujer ambiciosa, y aspiro a ser algún día gobernadora, o quizás incluso presidenta del gobierno, ¿Quién sabe?

Esas palabras llamaron la atención de la asesina nuevamente, que se quedo expectante mientras la observaba. Talia sonrió ante lo que siguió diciendo la mujer. Un don que permitía los vivos saber que sus fallecidos no lo habían echo con rencor. Saber que habían encontrado ¿la paz? Si ella hubiese necesitado el cariño de su padre y no hubiese sentido tal lealtad hacia el tal vez esos poderes, y esos usos le servirían a Talia, sin embargo no era aquello lo que ella buscaba.

-No, Constantine no me ha enviado. Nadie me ha enviado.-dijo Talia mirándola.-Como aspirante al poder, imagino que querrás llegar por el camino difícil, pero yo puedo ofrecerte ese gobierno de forma fácil, de forma... limpia.-dijo Talia mirándola a los ojos.-Joanna pídenos lo que mas desees, podemos dártelo.-dijo mientras le tendía a mano a la mujer.-Ven conmigo y te lo mostrare.

FDI:

-No, Constantine no me ha enviado. Nadie me ha enviado.- los labios de Joanna se contrajeron en una mueca levemente contrariada. Si no venía por Constantine... eso no podía ser bueno-Como aspirante al poder, imagino que querrás llegar por el camino difícil, pero yo puedo ofrecerte ese gobierno de forma fácil, de forma... limpia.-

Las cejas de la alcaldesa empezaron a arquearse, mientras sus ojos verdes empezaban a refulgir poco a poco y destilaba humo

-Joanna pídenos lo que mas desees, podemos dártelo.- La asesina le tendió la mano, y Joanna la miró en silencio -Ven conmigo y te lo mostrare.

Me siento halagada, Talia, pero debo rehusar. El camino fácil y rápido me llevó a la muerte, no quiero repetirlo. Bueno, no era cierto del todo, en realidad no le había matado, pero casi había sido así. Habían tomado el camino fácil para financiarse, y cuando el demonio había venido pidiendo su parte a la puerta, Joanna había pagado el precio último.

Si era eso todo lo que querías tratar conmigo... lo siento mucho, Talia, pero me temo que no puedo aceptar y sonrió, mientras buscaba con la otra visión a alguien que pudiera acudir en su ayuda si las cosas se ponían feas...