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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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[Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey)
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Poison Ivy DC Universe
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Mensajes : 412 Fecha de inscripción : 04/06/2014 Localización : Flora de Gotham Empleo /Ocio : Investigadora y madre a tiempo completo. Humor : Verde
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Tema: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 17th Mayo 2018, 12:39
Las noticias sobre la invasión demoníaca corrió más rápido de lo que el río llega al mar. Pensé en Hellboy, en Rebecca, en Halloween… El demonio rompió mis esquemas sobre lo que pensaba de esas criaturas el día que le conocí. Sabía de su existencia y su mala fama pero después del día de nuestro encuentro evalué mis prejuicios sobre esos seres. Parecía sensible, responsable...a su manera y capaz de percibir las cosas más allá de lo que aparentaban. Por otro lado, se presentó como el guardián del fin del mundo y por lo que decían las noticias, había fallado en su misión.
Luego me vino a la cabeza Rebecca… Mi dulce niña… ¿Cómo estaría ella? La única protección que tenía era el B.P.R.D. y dada la situación actual se había quedado desnuda y vulnerable. Exactamente igual que yo.
Lo último que me surcó la mente fue Crane y su estúpida alianza infernal de ese día… Sentí un presentimiento extraño. Sé que había algo más y sé que tenía que ver con un demonios pero no quería indagar más sobre el tema, y menos después de todo lo que perdí y sufrí aquel dichoso día… Pero al estallar de nuevo el propósito de esas bestias haciendo eclosionar una invasión digna de los peores relatos infantiles, reviví la sensación. El miedo, el dolor de la pérdida total, la inquietud y la paranoia… Esperé unos cuantos días hasta que pasó poco más de una semana luchando por tranquilizarme, por pensar que debía mantenerme serena por los pocos seres queridos que aún conservaba. Estuve investigando tipos de demonios, fui a pedirle toda la información posible a Rebecca sobre el tema y busqué sin cesar información usando mis contactos… La idea de tener una plaga de seres que salían de un averno ardiente y cuya mayoría controlaba el fuego me aterrorizaba, me inundó las noches de pesadillas y me paralizaba cuando la imaginación se me disparaba en el peor de los casos. A pesar de todo...fui capaz hasta la nueva fuga de Arkham. La carga de los locos y los demonios fue más de lo que mi cuerpo pudo aguantar. Empecé a planearlo todo y al tercer día la histeria se apropió de mí.
Mi edén, mi propia arboleda paradisíaca invadida y violada por cientos de demonios infernales que lo arrasarían entre llamas asfixiantes hasta reducirlo todo a cenizas. Los crujidos, los chillidos en mi cabeza incesantes de agonía mientras toda la existencia se convertía en un barbecho muerto y sin sentido, cementerio de miles de vidas que nadie lloraría. No. Nadie en mi circunstancia lo aguantaría.
Tardé cuatro días desde la fuga en organizarlo todo. Fue un proceso lento y arduo que no cesó hasta que no terminé de pensar en cada especie. La naturaleza era indomable, pero los procesos científicos tenían que llevarse a cabo al milímetro y mi labor fue encontrar ese ecuador donde todo tenía que mantenerse en un perfecto equilibrio. Una vez estaba todo terminado… Me puse manos a la obra.
Localicé las ubicaciones donde era más probable que se generasen fuegos o explosiones inoportunas. Me hice con varios mapas detallados de la ciudad y conseguí marcar con todo lujo de detalle gasolineras, bases militares, las principales bases de compañías energéticas, algunas escuelas de química y arte localizadas con sumo cuidado y los vertederos, calderas y plantas de desechos cuyo método era la incineración. Tenía que empezar por ahí o reducir mi plan a cenizas sería demasiado fácil.
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Jueves, 18 de Abril de 2019 03:00 a.m. (GMT-4) Las noticias de la noche cerraron la emisión con el último informativo climático que avisaba de la prorrogación del temporal tormentoso.
En la noche de Gotham, silenciosa salvo por el violento ruido que la lluvia hacía sobre la urbanización, se reactivan las pantallas de las calles y en cada televisor encendido en los hogares de los ciudadanos se reproducía la misma emisión. El canal principal de Gotham mostraba con imágenes en directo cómo las localizaciones preparadas se encontraban totalmente desvalijadas de combustibles y convertidas en un amasijo de hierro que sólo hacía distinguible los edificios por los logos empresariales. -...han sido totalmente destruidas quedando así inutilizadas, obligando a los ciudadanos a recurrir a fuentes de energía renovable para mantener activos sus hogares. Por el momento no hay víctimas conocidas y todas las sospechas apuntan a la ecoterrorista Poison Ivy - acuñaba la voz de la presentadora mientras mis pequeñas empezaban ese inmenso bosque protector para mí, para ellas y para quienes más lo merecían. Entonces, la presentadora llevó dos dedos a su oído - Si… si. Nos informan de que el siguiente posible objetivo podría ser la escuela de artes plásticas y desarrollo de oficios Cosby&Wayne. Varios operativos policiales se dirigen a la zona y hay varios helicópteros patrullando la ciudad. Uno de ellos ha conseguido imágenes de Poison Ivy entrando al viejo jardín botánico con varias cajas de carga apiladas en una carretilla industrial-
Ciudad de Gotham 07:13 a.m.
A primera hora de la mañana, junto con los primeros rayos de sol, una alarma ensordecedora retumbó por toda la ciudad con una voz monótona que repetía el mismo mensaje una y otra vez. “Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas” Quienes llevaban en la ciudad el tiempo necesario sabrían que se trataba de la alarma anti-terrorista. “Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”.
Me había pasado la noche intentando colocar las raíces y semillas apropiadas primero bajo tierra, pero por motivos de seguridad y la implantación de especies de gran calibre, había provocado algún seísmo durante la noche y eso había alertado a los vecinos con el sueño más sensible de Gotham. A pesar de los… “inconvenientes” todo iba saliendo acorde al plan. Las propias plantas de la ciudad empezaron a crecer a un ritmo desenfrenado, destrozando todo lo que hallaban a su paso. Coches, buzones, los portales de los negocios, papeleras y escaparates…. Dentro de poco toda la ciudad sería una gran selva. MI selva. Podría esconderme de los demonios, de los fugados de Arkham… Podría estar donde y cuando quisiera sin persecuciones absurdas.. Sería libre y estaría protegida.
A los pocos minutos, las calles principales de Gotham empezaban a resquebrajarse abriendo paso entre el asfalto a raíces y espinas del tamaño de las tuberías vecinales que asomaban su puntiagudo final al cielo, convirtiendo los principales puntos de acceso con turismo en una misión suicida.
Yo supervisaba cada operación desde el viejo jardín botánico, que estaba ahora acondicionado a dirigir todo el plan. No era imprescindible, pero sí me facilitaba una infinidad la tarea de controlar lo que estaba ocurriendo. Había instalado cámaras en una de las esquinas del enorme invernadero, focalizando la actividad eléctrica y en una sola parte del edificio. -Puntos de acceso bloqueados y la reforestación ha empezado ya… Pronto habremos terminado- Haciéndome compañía por detrás había al menos una centena de matones armados a melé esperando órdenes.
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”
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Rebecca Logan DC Universe
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 5th Junio 2018, 12:44
Llevaba encerrada en el rancho desde que habían vuelto de la misión que había culminado con un escenario desolador. Habían presenciado la desgracia sumirse sobre los compañeros y amigos de los miembros del B.P.R.D cuando, aprovechando la maniobra de distracción que habían empezado hace meses con todo el tema de los jinetes, la organización había acabado exterminada y consumida por las llamas. Salvo por los integrantes del equipo que había acudido a resolver el misterio de la muerte, ninguno había sobrevivido. Ni siquiera el estirado dirigente de la organización, al que habían visto morir en los brazos de Rojo. Aquello había destrozado al demonio, y también a todos sus compañeros, que con un velo de pesar y culpa habían decidido marcharse hacia una nueva base, en Nuevo México. Esa era la última noticia que había tenido de ellos. Como si fuese sólo una antesala a lo peor, pocos días después el mundo entero temblaba bajo el yugo de los demonios, que salidos de la nada, habían reclamado para ellos los terrenos de la tierra, sembrando el caos y la devastación. La sheriff había permanecido encamada varios días, necesitada de reposo. Tanto corporal como mental. El mal de alturas que había padecido había machacado hasta el último de sus huesos, y no le gustaba nada sentirse tan agotada.
Cuando se recuperó, la invasión demoníaca dió comienzo, dejando el rancho patas arriba. Los animales son muy sensibles, y de algún modo su instinto les permitió percibir el peligro que suponía. Había tardado días en encontrar a sus reses que se habían disgregado, despavoridas, como si quisieran escapar lo más lejos posible. Con mucha dificultad, consiguió encerrarlas en los establos y en las naves que tenía dispuestas a tal efecto. Con los caballos, la cosa no mejoró. Dos de ellos se mataron, golpeándose contra el muro de los establos, otro había aparecido muerto montaña abajo, como si hubiera ido a galope por un terreno resbaladizo donde de un traspiés había encontrado su muerte. Las gallinas se pasaban los días durmiendo, y sólo se despertaban para comer el grano, por el que se peleaban violentamente. Sus perros, por el contrario, permanecían echados en las perreras, con el rabo entre las piernas, y se habían negado a comer. Sólo si se sentaba con ellos, y los dejaba entrar en la casa, estaban dispuestos a comer algo de comida blanca de su mano. La situación se había vuelto insostenible durante esas dos semanas en las que a duras penas conseguía mantener el funcionamiento de su hogar.
En esas dos semanas su cuerpo había sufrido una tonificación más intensa. Los músculos eran algo más evidentes, y su rostro se había afilado un poco. Siempre que perdía aunque fuese un poco de peso se le notaba en la cara. Cuando se miró en el espejo tras ducharse, se dió cuenta de que necesitaba un descanso. Cabalgar ya no era una opción, con todos los animales de los nervios. Podía contar con Polina, su dulce y mansa yegua, pero no quería molestarla. Aunque la gestación fuera reciente, no quería arriesgarse a estresarla aún más de lo que ya lo estaba. Por primera vez, la llamada fué tan directa como una bala en el pecho.
- Oswald. Sácame de aquí. - necesitaba despejarse, y no quería hacerlo sola. A diferencia del mafioso, ella no tenía problema en llamar a un taxi y plantarse allí de dos patadas. No era lo ideal, pero tampoco le importaba. A diferencia de su compañero, no necesitaba todo el boato de una entrada espectacular, con limusinas o chóferes en coches de alta gama.
La noche en el icebar fué justo lo que necesitaba. Una cena copiosa, regada de buen alcohol. Una timba de póker improvisada. Sabía que el mafioso tenía talento con juegos más sofisticados, como la ruleta, el backgamon o el blackjack. Pero desveló que tampoco se le daba nada mal mantener cara de póker. La noche finalizó con la marcha de los muchachos, y una última copa que derivó en la imagen de un futuro incierto pero terrible, la nostalgia de un tiempo más fácil, recuerdos turbulentos de una boda y el sabor de un beso aderezado en alcohol.
Cuando se despertó, aún estaba apoyada sobre el hombro de Oswald. Emitió algo entre un gruñido y un gemido, sin duda despertando a su acompañante. Tenía la boca seca, dolor de cabeza a causa de la deshidratación de la resaca y el cuerpo anquilosado por la postura. Se estiró al levantarse, afianzando los pies sobre el suelo, y después de suspirar se levantó. Los pantalones se cayeron a medio muslo, y entonces se percató de que estaban desabrochados, al igual que su camisa. Los cogió, los levantó y los abrochó, buscando el cinturón con las pistoleras, colgado en una de las sillas. Se giró despacio sobre sus botas, para echar un ojo a Oswald.
- Pingüino.- nunca le había llamado así. Nunca. La vaquera tenía una suave sonrisa en la cara. Luego se dió cuenta de que no le estaba mirando a él al decirlo, si no que estaba señalando algo con la mirada. Quizá se debiera a lo que asomaba entre la bragueta abierta de sus elegantes pantalones de chaqué. Sin recato, se recolocó los pechos en el interior del sujetador blanco. No era bonito como tal, pero si estaba reforzado y era cómodo para cabalgar. Siempre había sido práctica respecto a su ropa interior. Comenzó a cerrarse la camisa, que metió por dentro de los pantalones. Se colocó las pistoleras y buscó su sombrero, por la sala, bostezando ampliamente. No pareció darle más importancia a lo que fuera que había pasado, entre otras cosas, porque tampoco recordaba demasiado. - Necesito cafe. ¿Vienes a desayunar, o vas a pasarte la mañana acicalándote? - preguntó calándose el sombrero, y hundiendo un vaso de cristal en la hielera donde los hielos se habían disuelto dejando sólo un cubo de agua fría. Se bebió al menos dos vasos con ganas.
Fué cuando bajaron a la zona baja del Icebar que percibieron a la gente dormitando en las mesas, sentados mirando el móvil. Tenían un aspecto terrible. La vaquera frunció el ceño. Era raro que gente tan estirada se quedara hasta el final. Se consideraba algo con muy poca clase. Fué al abrir la puerta principal del Icabar, cuando entendió el motivo de su presencia allí.
- ¡Por las buenas intenciones de Ellen Nellie Cashman y todas las minas de plata de Tombstone! - exclamó, mirando las enormes raíces gruesas como de diez pulgadas de alto que bloqueaban la puerta, imposibilitando el paso. Percibió entonces que el local tenía un aspecto más oscuro que de costumbre. - La puerta de servicio. - sus sentidos se activaron de golpe, reaccionando con rapidez. A pesar de la resaca. Estaba pasando algo. Algo preocupante. A grandes zancadas se dirigió a la zona del servicio, donde varios hombres blandían una enorme bombona vacía contra una puerta, usándola como un ariete. Entre los quicios del marco y la puerta deformada se veían unos extraños brotes. Habían atascado la puerta intentando entrar por los bordes.
- ¿Qué estáis haciendo? - exclamó la vaquera, al tiempo que los hombres daban un último empellón, volando la puerta y las raíces. Saliendo en tropel al callejón. Todos se quedaron paralizados. La Sheriff salió a continuación, observando la escena, fascinada. Las plantas de las terrazas habían crecido de manera descomunal. Los árboles plantados en una de las avenidas más opulentas de Gotham se habían convertido en verdaderos monumentos, propios de los manglares o las selvas amazónicas. Por entre las cúpulas apenas si era capaz de pasar el poco sol que de vez en cuando iluminaba la ciudad más oscura de los estados unidos. Aquello era una jungla. Una jungla con firma y fecha. - Ivy.- gruñó para sí la vaquera, recordando sus últimas conversaciones. Lo mucho que se había interesado por los demonios. Lo preocupada que había estado. ¿A eso se refería con estar preparada, para cuando llegaran? - Creo que esto es excesivo, incluso para ella. - murmuré. - Tengo que encontrarla. Tengo que saber cómo ha llegado a esto. - se asomó sobre su hombro, encontrándose con el mafioso. - Parece que vamos a tener que posponer lo del desayuno. - se giró sobre sus botas y empezó a andar hacia la zona exterior del callejón, que daba al paseo, donde las raíces eran aún más altas, y las plantas y árboles aún más retorcidos, a causa del crecimiento acelerado. No quería imponerle a Oswald una labor que no le correspondía, y menos sabiendo cómo había quedado su local. Entendía que prefiriera quedarse a defender lo que era suyo. Ella pensaba hacer lo mismo. Así que pensando en el sitio más obvio, y también más probable donde podría estar su amiga, trató de poner rumbo al jardín botánico.
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Zoey Wills DC Universe
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 5th Junio 2018, 18:20
El trayecto desde la mansión hasta la estación del tren había sido... interesante. Aunque decir interesante los tiempos que se estaban viviendo los últimos días igual era decir poco. Había pasado ya semana y media más o menos desde la llegada de los demonios a la Tierra, el orden natural del día a día se había tirado al agujero más oscuro y profundo del universo. Y para corroborarlo, estaban las personas, y a eso podemos referirnos con lo de que había sido interesante el trayecto: las personas. Los había de todos tipos: solos, en parejas, formando grupos de tres, cuatro, cinco, una reunión de trabajadores fuera de su edificio buscando escusas para que el jefe les diera los siguientes días libres teniendo en cuenta que se acababa el mundo... Y ésta conversación se reflejaba en los demás grupos como la luz entre los espejos. Todo el mundo no hacía más que hablar de lo mismo, por las calles, en sus hogares, en la misma estación del tren. En todas partes, y Zoey había parado la oreja cuando pudo y con quien pudo. Les escuchó hablar acerca de religión, sobre la llegada de los ángeles y sus trompetas, sobre el futuro oscuro y vacío que les tocaba vivir los últimos días de sus días. Que dentro de poco sería el Rapto y que uno tenía que estar preparado. La mutante no entendió nada de nada. ¿Los iban a raptar? ¿Para qué? Otra conversación que pilló de camino fue una escusa de sacar el odio hacia los mutantes a florecer. Que habían sido ellos, los "malditos mutantes" los que habían provocado el fin del mundo, y que esos demonios eran otros mutantes y bla bla bla. A Zoey le faltó tiempo para esconderse de la vista de aquel individuo, no fuera que la tomara con ella.
Zoey pagó el billete de tren con el dinero que le había prestado Alice cuando le dijo que quería visitar a una vieja amiga en Gotham. Como ella no sabía dónde estaba dicha ciudad tuvo que pedirle ayuda a su recién mejor amiga y actual maestra, la cual no tuvo ningún reparo en ayudarla siempre que fuera con cuidado. Se sentó en un asiento libre y observó su reflejo en la ventana, y se veía tan cambiada que ni se reconocía: la mugre ya no cubría su cara y sus ropas no estaban desgastadas y harapientas, sino que eran nuevas y de muy buena calidad. Chaqueta con plumón alrededor del cuello, jersey de manga larga, pantalones tejanos y unas zapatillas resistentes y preparadas para andar mucho. Su pelo seguía teniendo su estilo, pero estaba más liso, más limpio. Incluso llevaba puestas esas cosas que usan en éste universo para cuando una sangra. Las vendas resultaron no ser muy higiénicas tal y como le había indicado Alice, y por qué no decirlo, era mucho más cómodo aquello llamado tampón.
¿Era raro pensar que el fin del mundo no le resultaba del todo extraño a Zoey? ¿Incluso nostálgico? La mayoría de gente abordaba el tema como algo que jamás pensaron que llegaría, pero la peliblanca podría decirles cuatro cosas sobre el fin del mundo, sus consecuencias y lo que vendría después. Mientras los demás estaban nerviosos, ella estaba tranquila, centrada en el por qué de su viaje: visitar una vieja amiga.
La noche en Gotham se perdió en la memoria de la mutante. ¿Se había encontrado con su amiga o no? ¿Había estado sola? ¿Y cómo había terminado la noche? Tenía el recuerdo de haber probado algo dulce y a partir de ahí, nada más. ¿Y lo mejor de todo? Que era incapaz de relacionar, después de tanto tiempo, el sabor dulce a perder completamente la memoria o el control de su cuerpo y sus pensamientos. Le dijeron de pequeña que seguramente era un efecto secundario de la mutación. Pues ea, un efecto secundario. Punto.
Hablando de no recordar algo...
- ¡¿CÓMO E YEGAO ATAQUÍ RRIBA?!! - gritó Zoey desde lo alto, colgada de una rama que la noche anterior no estaba ahí (¿o si?) y que la tenía sujeta por su pantalón. Trató de zafarse, romper la rama a base de moverse, balancearse pero nada, no lo consiguió. ¿Un golpe con su don? Podría probar, pero para eso tendría que girarse lo suficiente como para ver hacia dónde apuntar, y para eso necesitaba el cuerpo de una serpiente, un gato o un búho para no destrozarse las cervicales. ¿Cómo iba a bajar de ahí? Entonces, le pareció apreciar un sombrero... no no, una mujer con sombrero que pasaba cerca de donde estaba ella. No tenía nada que perder, salvo su cabeza si resultaba ser una de esas personas malosas que había en Gotham. Pero de perdidos...
- ¡HEY! ¡AQUÍRIBA! ¡AQUÍRIBA! ¡¿MICHAS UNA MANO?! ¡NO PUEO BAJÁ!
Penguin DC Universe
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 11th Agosto 2018, 21:07
Oswald andaba inquieto... nunca había creído en más demonios que los que la propia humanidad poseía entre sus filas, y de repente cada canal, cada emisora, cada diario estaba lleno de ellos... Observaba las ciudades sumidas en el caos y los templos destruidos preguntándose por qué a Gotham aún no le había llegado su turno de arder. Cerró su ordenador portátil y lo depositó en el cajón del despacho, para luego reflexionar con las manos entrecruzadas frente a su rostro; El mundo se había vuelto loco. Otra vez.
El colapso de universos fue una experiencia aterradora, pero la calma tras la tormenta le había proporcionado muchos beneficios, así que finalmente o fue tan desastroso, pero esto era distinto... No se trataba de un suceso aleatorio de origen cósmico reordenando la realidad, si no de un ejército con líderes racionales reclamando nuestro mundo. Era algo tan parecido a su labor como mafioso que le incomodaba, ya que no había acuerdo posible ni estrategia para derrotar a una mafia formada por entidades supernaturales si eras un simple mortal.
Sumido en sus pensamients, tardó unos instantes en percatarse de que el teléfono estaba sonando. Lo recogió con aire meditabundo, y al otro lado sonó la voz de la vaquera, regalándole un mensaje puramente imperativo. Oswald no pudo evitar reírse ante la brusquedad de la joven, y aceptó su demanda.
- Sin problema querida socia, tú... ¿Estás bien? ¿Qué opinas de todo lo que está ocurriendo con esos monstruos? Tus animales deben haberlo sentido...
Hablaron por un rato más, antes de que finalmente se encontrasen en el lounge. Fue una jornada bastante animada, con temas más intensos que otros, y demasiado alcohol de por medio... tanto, que sus recuerdos entre la última copa y el doloroso amanecer de resaca quedaron sumidos en una bruma etílica tal que resultaba imposible recuperarlos. Al abrir los ojos con esfuerzo, gruñó molesto. Dormitar en el sillón era lo más incómodo que podía hacer, no entendía a esas personas que echaban la siesta en el mismo... pero allí estaba ella. La esbelta figura de la ranchera se abrochaba la camisa frente a él mientras su vista se perdía en cierta zona de sí mismo... Al reparar en ello, instintivamente se cubrió con una zarpa mientras se subía la bragueta con la otra. Un ligero rubor invadió sus mejillas. Otras veces había estado con señoritas en ésta y peores circunstancias, pero en esas ocasiones era algo pactado y ambas partes conocían su final. Echó una mirada avergonzada alrededor... ¿Era posible que...? No, no lo creía... no tendría sentido volver a vestirse y quedarse dormido... Y de haber sido así, maldecía a esas espiritosas bebidas que habrían borrado tan sensual y salvaje recuerdo de su memoria...
De veras esperaba que no hubiese ocurrido nada.
Se atusó las vestiduras y trató de disculparse con la muchacha:
- Yo... Lo lamento. No es habitual que beba tanto Milady, pero... la buena compañía y la preocupación que arrastro estos días me vencieron, supongo. En todo caso, te pido disculpas si hice o dije algo inapropiado, y te compensaré si te ha incomodado algo de... todo esto.
Ella sin embargo no pareció darle importancia, y cuando ambos bajaron a desayunar, encontraron el Lounge lleno de clientes que, aparentemente, no llegaron a marcharse nunca. Oswald, furioso, buscó a su encargado para preguntarle qué estaba ocurriendo y por qué no ordenó el cierre.
- ¡¡Joe!! ¡¿Puedes explicarme qué hace toda esta gente aquí aún?!
- Usted diculpe señor Cobblepot, pero ordenamos el cierre hace horas, el problema es que estamos atrapados. Hay... algo, presionando las puertas.
- ¡¿Qué?! ¡¡¿Y por qué no he sido informado de esta eventualidad?!! - Su rostro rezumaba ira. Si había algo que no soportaba era no tener la situación bajo control, pero no tenerla en su propio local era algo inaceptable para su ser.
- Se-señor, como usted estaba acompañado pensamos que no... que no debíamos molestrales... - El hombre echó una mirada indicativa hacia Logan, que exploraba con expresión muy seria las salidas del local y desapareció en dirección a la salida trasera- Marco y Brand están intentando abrir la salida de servicio, señor, creo que casi lo tienen...
Con un gruñido de fastidio, Oswald observó la escena y trató de calmarse. Su personal sabía que no le gustaba ser interrumpido cuando estaba en compañía femenina. Sólo habían cumplido con sus órdenes. Aspiró para terminar de serenarse y dio una última orden antes de seguir a su socia.
- Atiende a estas personas en lo que necesiten. Si la situación fuera es peliaguda, que se queden.
Al atravesar el umbral de la puerta, y ver los restos vegetales que la atrapaban, Oswald se imaginó quién estaba tras todo esto, aunque la vaquera se le adelantó al pronunciar su nombre. Ivy. Definitivamente los demonios no se dedicarían a convertir la ciudad en el Amazonas, pero ignoraba por qué la chiflada de las plantas habría organizado semejante embrollo. Cuando Logan dijo que iría a buscarla, Oswald observó su local y lanzó una mirada seria a la mujer.
- Creo que ya se ha convertido en un asunto personal, ya que ha afectado a mi negocio. Si me disculpas, querida, iré a por mi paraguas...
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Cuando ambos estaban en camino, oyeron una voz proveniente de las alturas. Al parecer una muchacha había quedado atrapada por el súbito crecimiento de la vegetación y estaba pendiente de una rama alta. Oswald miró con fastidio y pulsó un pequeño botón del mango del paraguas para activar una de sus herramientas ocultas.
- Ya me ocupo yo... tenemos prisa.
Apuntó directo a la rama y un virote salió disparado, quedando atravesado cerca de la joven. De él colgaba un cable de acero que conectaba con el peculiar arma.
- ¡¡Agárrese y baje por el cable!!
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Shawn Wild Marvel Universe
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 12th Agosto 2018, 16:46
Spoiler:
Al ser posterior al evento Cuervo de Sangre tengo que tirar un poco de imaginación sobre como será el futuro de Savage, pero ya había hablado un poco del tema con la user de Raven así que no creo que nada de lo siguiente sea incongruente, si no edito sin problema
Ya habían pasado varios días desde mi liberación demoníaca por parte de los miembros de la Young Justice, aunque técnicamente yo no hubiese sido el poseído, el haber entrado en simbiosis con 2 criaturas homicidas había dejado mi salud mental por los suelos. Solo de pensar en el ente que había tomado el control total de nuestro cuerpo me provocaba escalofríos, aquel espíritu, demonio o lo que diantres fuese había sido tan poderoso como para someter a una máquina de matar como Savage; tal como si de su perro faldero se tratase.
Todas las monstruosidades que nos habíamos visto obligados a cometer no paraban de circular en mi deteriorada mente, provocándome unas jaquecas enormes que se sumaban a los incesantes rugidos del simbionte buscando liberarse de nuevo. Tras volver a probar el sabor de la sangre tras tanto tiempo este solo quería seguir disfrutando de su libre albedrío, teniendo que emplear todas mis fuerzas para que no se saliese de control.
Cansado de todo y todos, decidí encerrarme durante días en mi piso con la única compañía de mi molesto inquilino de cuerpo. Aún no sabía que hacer sobre la invitación a unirme a las filas de mis rescatadores: Por una parte, si hoy en día seguía siendo Shawn era gracias a ellos, y en el poco tiempo que estuve con ellos me parecieron un buen grupo donde integrarse y sentirse querido. No obstante, ya había tenido malas experiencias en formar equipo, y después de todo el caos que había creado, mi confianza en mi mismo y en controlar mis habilidades había dado un gigante paso hacia atrás. ¿ Y si en vez de ayudarlos solo les retrasaba? O aún peor, nadie era capaz de asegurar que no volviese a tener una recaída violenta.
Una idea surgió en mi mente, no me iba a servir de nada el estar revolcándome en mi propia miseria, si quería volver a confiar en mi mismo y en mis poderes, lo mejor sería una larga sesión de entrenamiento para recobrar fuerzas. Tenía que buscar un sitio donde pudiese encontrar objetivos sin demasiada dificultad, pero que aún así supiese que tenían las barreras suficientes como para detenerme en caso de que fuese necesario. Rápidamente una ciudad se visualizó en mi mente: Gotham.
Había visto de primera mano cuan corruptas estaban sus calles y, lamentablemente, había colaborado en cierta medida a esto tras el incidente en Arkham. Si la ciudad de la noche aún no había caído era gracias a los titánicos esfuerzos que Batman y sus compañeros hacen cada día, convirtiendo el símbolo del murciélago en el icono de la Justicia en Gotham. Si alguien podía pararlo eran el hombre de la capa y sus aliados.
Decidido cargué la enorme mochila que usaba para ir a la uni de unos pocos víveres así como el dinero necesario para sobrevivir a duras penas una semana y una muda limpia, si tenía suerte tardaría poco en desoxidarme. Ansioso cogí el primer bus que pude rumbo a mi destino y tras varias horas de viaje, decidí dormir para estar descansado y listo para la acción.
Mi sueño fue interrumpido horas después por el parón brusco que dio el autobús, provocando que saliese disparado chocado mi cabeza con el asiento de delante. Manoseándome la dolorida nariz observé por la ventana el motivo de la repentina pausa cuando estábamos apunto de cruzar la frontera de Gotham, para ver sorprendido como imponentes raíces obstaculizaban la llegada de cualquier vehículo por el puente de la ciudad; aislándola. Dentro del núcleo urbano la extraña situación parecía ser aún peor, siendo este cubierto por frondosa vegetación que no paraba de emerger de todos los rincones. Parecía que el destino me daba la bienvenida al comienzo de mi entrenamiento.
Aprovechando la confusión dentro del bus, salí por la ventanilla de emergencia y me recubrí del traje simbiótico, para posteriormente cerciorarme de tener bien fija la mochila con mis bienes e impulsarme mediante una telaraña rumbo al núcleo de la ciudad. Por ahora no sabía muy bien como solucionar el problema, por lo que decidí ir balanceándome con una mano mientras que con la otra formaba una especie de guadaña que me servía para cortar cualquier signo de vegetación que se me cruzaba en el camino.
Este proceso siguió su curso hasta que noté algo extraño: una pareja la cual estaba señalando hacia una persona ¿verde? que se encontraba atrapada en un árbol. Mirando más fijamente, la figura del hombre no era nada más y nada menos que el archiconocido Pingüino, jefe criminal de Gotham, durante mi estancia universitaria no había sido poca la gente que me aconsejó airadamente no meter mis narices en sus negocios. Si alguien sabía cada secreto que se ocultaba entre las calles, era él
-Yo que tú bajaba el paraguas Sr. Pingüino- dije mientras saltaba desde detrás de su espalda para caer ágilmente en la rama donde se había quedado atrapada la joven.
-No hay que ser muy listo para saber que alguno de tus "amigos" ha armado este estropicio. Dime todo lo que sepas y quizás pases un día más sin estar entre rejas- dije intentando sonar como un tipo duro. Esa faceta no me iba, pero si quería madurar como héroe iba a tener que dejar de lado esa faceta de niño bueno que siempre tenía, no podía seguir dependiendo de que otros me ayudasen.
Un sonido semejante a una rotura me hizo recordar que no es que fuese muy buena idea seguir mucho tiempo parados en una estructura tan endeble, un poco tarde teniendo en cuenta que justo después de ese crujido toda la rama se cayó rumbo al suelo. Por instinto agarré a la mujer y me dejé caer de pie al suelo, gracias al traje pude amortiguar el golpe, pero mi fachada de "hombre duro" había quedado hecha un desastre.
-Sin duda eres muy patético- se burló Savage mientras que una gota de sudor por los nervios aparecía detrás de mi nuca
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 9th Diciembre 2018, 23:33
Al cruzar la frontera de Gotham no podía distinguirse la silueta de la ciudad salvo por los edificios más altos que aún no habían sido devorados por el hambre atroz de la tierra. Bajo algunas de las más finas vegetaciones se intuían las luces de las farolas, oficinas, neones y otros lugares de trabajo que no encontraban su descanso en la noche. Todo el suelo era mullido, cubierto de césped y restos de asfalto y cemento hecho migas entre las briznas. El sol, tímido en un amanecer que parecía haberse congelado en el tiempo, iluminaba las hojas más altas y volvía más verídica la visión de un bosque selvático y atroz. Lo hacía realidad.
Los amigos de la mano hacedora y los héroes ya se habían encontrado en tierra firme cuando el sol saludó a la ciudad. La voz monótona del sistema de seguridad sonoro de la ciudad aumentaba las frecuencias de transmisión y el volumen cada vez más y más fuerte. El eco de las afueras lo hacía aún más alarmante.
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus casas”
“Queda activado el protocolo de protección civil con toque de queda. Por favor, no salgan de sus ca- y sólo quedó el eco, seguido de un silencio más inquietante que la propia alarma.
Pasado apenas un instante para respirar el suelo de todo Gotham empezó a vibrar temblando en todas direcciones, agrietándose en las pocas zonas donde quedaba un suelo uniforme. Se oyó un estruendoso sonido crujiente y de arrastre, profundo bajo la tierra como si las entrañas de la ciudad estuvieran retorciéndose así como las tripas de un monstruo gigante. Sólo cuando paró, todas las farolas, megáfonos, postes de seguridad empezaron a caer uno a uno a plomo contra el suelo con un ruido sordo al caer sobre las plantas. Las paredes más perezosas cayeron con el temblor, algunos coches quedaron con las ruedas incrustadas en lugares en los que el suelo se había hundido o desaparecido algunos centímetros. Era raro pensar que nadie había podido mantener el equilibrio durante ese minuto de vibración. Seguramente el propio simbionte hubiese tenido dificultades y una sensación natural e inexplicable le advertiría del peligro que podía acechar con ese temblor.
Cualquiera que hubiese vivido un terremoto sabría que eso había sido muy distinto. En el desplazamiento de las placas tectónicas el suelo se mueve de manera unilateral y lo que acababan de experimentar había sido la anarquía presa de un impulso natural… o quizá… Algo proveniente del infierno
Yo seguía trabajando, aún sin que nadie me molestase, pero no podía olvidarme de quien era importante para mí. Tenía que hacer algo para protegerla, aparte de dejar su rancho intocable… Cerré los ojos, respiré… Pero un quejido ahogado por la mordaza me sacó de mi trance y frunciendo el ceño, amplié el tamaño de su mordaza. Me concentré una vez más y mandé a buscarla.
La rama que había partido, con el chico y la muchacha cana se desplazó. El árbol entero comenzó a replegar sus raíces hacia la superficie con fuerza, salpicando algo de tierra en el proceso, reorganizando sus ramas y empezando a emanar una ligera luz turquesa, formando así un cuerpo de casi tres metros que se quedó en silencio unos instantes fijando su rostro en Rebecca. La señaló y avanzó hacia ella ignorando a los demás como si símplemente fueran invisibles para el ser. Estiró el brazo, sujetándola con gentileza por el abdomen hasta que la colocó entre dos ramas cual novia de bodas… y comenzó a andar.
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OOR: Sentíos libres de interrumpir el último párrafo como queráis. Si no queréis permitir que se la lleve, o pretendéis poner resistencia, partiré de vuestras opciones, obviamente, tomándolas en cuenta, pero lo que hará en caso de que no se lo impidáis, será llevar a Rebecca ante Ivy.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 15th Diciembre 2018, 02:55
Mientras Oswald observaba al recién llegado realizar su tan innecesaria "heroicidad", que valoró estampando su garra en el rostro con desespero, un temblor agitó la ciudad entera, haciéndola aún más añicos. Los gritos de la gente dentro de las estructuras que se derrumbaban formaban una siniestra banda sonora, entre ellos estaban los clientes del Iceberg, que fue estrujado por las raíces ante la desesperada mirada del Pingüino.
- ¡¡NOOOOOOOOOO!! ¡¡Maldito repollo psicópata, pienso podarla de arriba a abajo en cuánto la encuentre!!- Arrancó el virote de un tirón, cuando de pronto, el árbol donde estuvo clavado se convirtió en un grotesco gólem vegetal, que, por alguna razón, tomó a Logan en sus garras y se la llevaba a ves a saber dónde.
Eso era más de lo que un Cobblepot podía tolerar.
- ¡Logan!- Sus extrañas facciones se estiraron cambiando la mueca iracunda a una de espanto. Por alguna razón uno de los monstruos de Ivy había decidio llevarse a su acompañante. No entendía lo que estaba ocurriendo ni qué pretendía la planta humana, pero no estaba dispuesto a tolerar que dañase a la vaquera- ¡Suelta a la dama, monstruo repulsivo!- Con un par de giros a su mango, el paraguas de Oswald se convirtió en un lanzallamas, y lanzó una larga ráfaga contra el ser que tenía presa a la vaquera. La furia brillaba en sus ojos como sólo Batman había sabido despertarla, Hyde echaba un vistazo al mundo tras mucho tiempo encerrado en el caballeroso Jeckyll...
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Última edición por Penguin el 16th Julio 2019, 00:26, editado 1 vez
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 22nd Diciembre 2018, 15:33
Mi poco ortodoxa puesta en escena no dejó indiferente al magnate del crimen, el cual con un gesto dijo todo. Siendo sincero la opinión que tuviese de mi un criminal como Cobblepot no me debería importar, pero para la próxima vez tenía que cambiar un par de cosas a la hora de los "rescates" si no quería dejarme en ridículo.
-Ante los medios o aparezco como una bestia maníaca o como un gilí- pensé mientras con delicadeza soltaba a la chica la cual se posó sin dificultad alguna en el suelo.
Pero mis meditaciones fueron interrumpidas por un súbito estruendo procediente de toda la ciudad la cual poco a poco iba derrumbándose fruto de la abrupta aparición de aún más vegetación la cual cubría ya casi todos los edificios. Tal cantidad de ruido afectó al instante a Savage y a mi, sufriendo un intenso dolor que nos obligó a arrodillarnos y taparnos los oídos en un infructuoso intento por sofocar el ruido.
Para empeorar aún más la situación, el estúpido del Pingüino se había puesto a gritar como un loco. Fruto del malhumor, ya estaba de nuevo en pie listo para amenazarle como no cerrase el pico (jeje) cuando el árbol al cual había subido minutos atrás cobraba la forma de una especie de gigante, para posteriormente llevarse en brazos a la rubia que estaba con Cobblepot.
-¡ Para de una vez lunático ! ¿No ves que si incendias esa cosa vas a abrasar a la rubia?- grité furioso mientras me alejaba un poco de su regordeta figura, ya tenía suficiente con el continuo alboroto como para que ahora se pusiese a jugar con fuego. No podía arriesgarme a entrar en un combate físico con el gólem de madera mientras que el maníaco siguiese intentando chamuscarlo, así que simplemente lancé una telaraña en dirección a la rehén con el objetivo de que se adheriese a ella y así pudiese tirar de la red arrastrando a la mujer en el proceso.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 23rd Diciembre 2018, 14:28
Apareció otro... individuo a escena junto a la mujer del sombrero. Era bajito, era regordete... llevaba sombrero. Zoey empezó a preguntarse si en aquella ciudad existía alguna norma que obligara a la gente a llevar sombrero, o si era una de esas cosas... ¿moda era la palabra? Si, moda era. Pues eso, una moda que el mundo seguía para sentirse uno con la sociedad. Zoey se descubrió con la mano en la cabeza buscando un sombrero que no llevaba.
El sonoro click asustó a la mutante, más cuando vio acercarse un virote a toda velocidad hacia donde estaba. Se encogió hacia un lado soltando un gritito y pensó que ya estaba, que ahí se quedaba, para escuchar por sorpresa el chasquido del metal contra la rama y ver como el hombre regordete "le echaba un cable" (redoble de tambores, golpe de platillo, reverencia y "gracias, gracias"). Cuando estaba alargando las manos para coger el cable express apareció una tercera... cosa, con forma humana pero cubierto de negro. Llevada por el instinto volvió a encogerse cuando esa "cosa" saltó sobre la rama en la que estaba, y comenzó a hiperventilar moviendo las manos, haciendo gestos y tartamudeando para llamar la atención del chico.
No funcionó. La rama hizo crack y ambos cayeron. Zoey estaba preparada para golpear el aire y así salvarse, pero el bicho volvió a cruzarse en su camino de salvación y la agarró. "Ya está, vamos a morir" pensó la mutante cuando chocaron contra el suelo. El impacto se lo llevó completamente su "salvador", pero no por ello Zoey bajó intacta: ésto no es una película, y cuando dos cuerpos chocan contra el suelo, aunque el de abajo se lleve la peor parte, el de arriba también se lleva lo suyo. En dicho caso, un dolor de cuello brutal causado por la inercia seguido de cierto mareo. Al poner los pies en el suelo y levantarse tardó cero coma en poner las manos contra el suelo. El mundo se movía ante su mirada. Tardo menos en darse cuenta que no era por el mareo, sino que el suelo se movía DE VERDAD. Una suerte de terremoto pero llevado a cabo por un grupo de críos inexpertos. La ciudad se estaba desmoronando y la mutante no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Cuando pensó que la situación no podía ir a peor escuchó una vocecita en su cabeza preguntándole por qué no se callaba. Un golem hecho con el árbol del cual se había quedado colgada anteriormente agarró a la chica rubia con sombrero y se la llevó consigo. El regordete echó una lengua de fuego con su paraguas y Zoey se llevó las manos a la cabeza. ¡LA VA A CALCINAR! Incluso su no-salvador pensaba lo mismo que ella y echó una especie de... cosa blanca de la mano para rescatarla. La vocecita que escuchó ésta vez era la de Alice, hablándole sobre la labor de los X-Men en el mundo, y de lo que realmente trataba ser un héroe.
Zoey no se consideraba una heroína. Para nada. Todavía seguía odiando esa palabra, pero no por ello se iba a quedar de brazos cruzados. La conversación con el chico de negro tendría que esperar. Sin mediar palabra con ninguno de los dos corrió hacia el golem, dio un salto y se escuchó un estallido bajo sus pies cuando se propulsó con su poder. Luego otro, y otro, y otro. Daba la sensación que estaba saltando por el aire en dirección a la chica rubia. No se fiaba del "monstruito negro" ni su cosa blanca que vista más de cerca parecía una telaraña, y menos aún del escupellamas. Si la telaraña no funcionaba usaría su poder para propulsarse hacia la mano del golem y tratar de rescatar a la mujer.
No era una heroína se repetía. No lo era...
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 5th Abril 2019, 19:11
[FDP: Si hay algo mal edito]
Efectivamente, era demasiado incluso para Ivy. La ciudad entera estaba siendo arrasada, aunque no estaba segura de que esa fuera la palabra. La vaquera sintió un escalofrío. Como cuando uno ve una de esas megaconstrucciones monstruosas emerger de lo que antes era un bosque para hacer por ejemplo una plataforma petrolífera. Esa sensación desordenada, como de algo que no debería estar pasando. Algo que era invasivo y quebraba un entorno hasta convertirlo en una penosa herida abierta, en la representación de algo antinatural. Así era ver cómo las plantas devoraban la ciudad. No había palabra mejor para describirlo. La voz de la criatura llamó su atención y ambos miraron hacia el cielo. La había confundido con una criatura de Ivy, de no ser porque no parecía tener ningún matiz vegetal. Pero no podían descartarlo. El polifacético mafioso echó mano de su paraguas, lanzándole a la desconocida un cable por el que bajar.
- Ve con cuidado Oswald, o se partirá la crisma. - sugirió, en el mismo momento en que otra criatura bípeda posaba sus pies en el suelo, y hablaba al pingüino. No pudo resultar mas aclimático, y la vaquera le dirigió una mirada cómplice con una media sonrisa divertida, mientras el magnate se echaba la mano a la cara en un deje que le resultó hilarante.
Entonces ambos cayeron al suelo. Habría sido bastante para haberlos matado, pero por alguna razón los dos seguían vivos. Aquello empezaba a tener sentido. Esa cosa negra, fuera lo que fuera, debía tratarse de uno de esos. De un "superhéroe".
- Por todas las hebillas del estado de texas. - gruñó avanzando hacia ellos. En ese instante, el suelo entero tembló. Miró a su entorno con rapidez, se acuclilló y se asió a una gruesa rama que parecía surcar el suelo. - ¡AGARRAOS! - LAs farolas comenzaron a caer. Todos luchaban por permanecer de pie, mientras ella se mantenía agachada sin soltar la rama. Tuvo la suerte de que se mantuvo inamovible durante el temblor. Ninguno de ellos había resultado herido por las farolas, y los coches se habían hundido, pero no se habían llevado todo el pavimento con ellos. Cuando la cosa pareció relajarse, la extraña criatura se plantó ante ella.
Aquello tenía la magnífica firma de Ivy por todas partes. Conocía a la mujer, o quería pensar que la conocía, e hizo una valoración importante. Las manos se dirigieron hacia ella, y aunque sentía el cuerpo entero en tensión, hizo un esfuerzo superior por tratar de tranquilizar su instinto. Podía tratarse de un truco, o quizá estuviera siendo controlada. Pero siendo así, ¿Porqué la querían a ella? De cualquier forma, las posibilidades de que esa criatura fuera un enviado de Ivy si que eran muy altas. En esa jungla no podían permitirse dar palos de ciego.
Al final, con mucho autocontrol, permitió que la cogiera. Pero no tuvo en cuenta la reacción del resto. Oswald gritó con fuerza, tras ver su local destrozado, y trató de quemar a la criatura a golpe de lanzallamas. Por otro lado, la criatura negruzca disparó una sustancia pegajosa hacia ella y tiró. La criatura, al ver que se le escurría reaccionó apretando a la vaquera contra si, alargando las raíces de sus manos y entretegiéndolas con su torso, y a causa de la fuerza de Savage, los dos cayeron hacia delante. Pero sus raíces se readaptaron con rapidez, creando puntos de apoyo alternativos, haciendo que quedara en una especie de traspiés La mujer verde apareció entonces sobre ellos en el momento en que la vaquera podía por fin reaccionar.
- ¡POR CLINT EASTWOOD, PARAD AHORA MISMO! - exclamó a gritos aún dentro de ese extraño nido que eran los brazos del golem. - ¡NO SEÁIS ESTÚPIDOS! - volvió a exclamar sin miramiento. - No os ha atacado. ¡Viene a por mi! Solo Ivy puede haber hecho algo así. ¡No tenemos pistas de donde puede estar o qué esta haciendo ahora! Nuestra mejor baza está aquí mismo. - no podía señalar el golem, ya que tenía los brazos aprisionados. - ¡No os separéis de nosotros! ¡intervenid sólo cuando estemos en peligro! ¡NO HAGÁIS DAÑO A LAS PLANTAS!- gritó, tratando de hacer que comprendieran.-¡NO OS QUEDÉIS AHÍ PARADOS!¡SEGUIDNOS!- exclamó la vaquera sin darles tiempo a reaccionar.
Aquello podía acabar de dos maneras. Con la vaquera cara a cara con Ivy, o en lugar seguro. A menos que fuera todo una trampa. En ese caso, querría tener a esos muchachos bien cerca, para cubrirle las espaldas.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 18th Junio 2019, 01:40
Poco a poco Rebecca fue sintiéndose más cómoda, abrazada entre las ramas del ser que casi parecían acurrucarla y construir una protección perfecta en torno a ella para evitar que sufriera daño de ningún tipo. Aún dentro de esa cúpula vegetal, tenía cierta libertad de movimiento, pero no la suficiente como para bajarse y caminar por su propio pie. Cuando parecía que la tierra se había calmado, el ser que llevaba a Rebecca en brazos aceleró el paso, pero gracias a la telaraña lanzada por el chico, hizo que se retrasara unos segundos en su partida, provocando así que las llamas alcanzaran su corteza. Primero dio un traspiés que arregló con cinco ramas y un movimiento circular, haciendo que se clavara en el suelo, impidiendo así que el ser de tres metros aplastase a la vaquera. La capa de corteza externa empezó a desaparecer fruto de las llamas, haciendo que se agrietara y empezasen a caer esquirlas calcinadas sobre el suelo. Con un grito que parecían tres voces sin género rogándole al aire, cubrió a la joven americana lo mejor que pudo, pero el lanzallamas era potente. Pronto eliminó la humedad del Ent y expandió su calor por toda la madera, haciendo así que aquellas zonas del cuerpo de la vaquera que estaban en contacto con el ser, con o sin ropa de intermediario, empezasen a sufrir quemaduras leves que poco a poco se iban convirtiendo a segundo grado.
El fuego quemó la telaraña y así la criatura pudo continuar su ruta, a un ritmo frenético con unos movimientos similares que podrían recordar a un ciempiés gigante. El aspecto de la criatura era mucho más demacrado desde que el Pingüino había tomado la sabia decisión de chamuscarlo. Todo color salvo el marrón y el gris había desaparecido de su aspecto. Mientras que antes inspiraba primavera ahora recordaba a un panorama desolado por la culpa de un verano intenso. La criatura movió las piezas que formaban sus mandíbulas, como buscando algo de saliva entre los recodos de su boca y por un instante se percibió algo de angustia en su mirada.
Pero de nuevo, algo se interponía entre el Ent y su ruta, y es que la muchacha de piel oliva había estado propulsándose hasta estar junto a ellos, pero al tocar la mano del ser, la apartó de forma instantánea al notar el calor, a punto de recibir también una quemadura.
Con los gritos de la vaquera, el ser la miraba de arriba a abajo, buscando qué estaba mal, analizando todos sus movimientos y escuchando con el pico de sus supuestas orejas, que se movían hacia su voz. Cuando paró de gritar, inauguró la marcha aún a más velocidad. Seguramente Oswald, salvo que tuviera más inventos en su paraguas, quedaría rezagado en la marcha emprendida por el ser.
Caminaba y caminaba incrustando sus fuertes raíces entre las piedras, manteniendo a la vaquera en una posición estable, sin sobresaltos ni tropiezos, siguiendo así sin fijarse en los demás. Pasado casi un cuarto de hora, de entre uno de los árboles un sonido eléctrico llamó la atención de la mayoría que allí se encontraban. Uno de los carteles de neón del pub de strip-tease preferido de las afueras de la ciudad. Ahora sólo era un neón a punto de terminar de fundirse y tres ladrillos entre la selva. Habían llegado al casco antiguo de la ciudad y no se habían dado cuenta.
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Tres giros y cinco cruces más adelante la ciudad todavía podía distinguirse. Las fachadas se seguían conservando, los coches no circulaban pero seguían funcionando y lo único que delataba el caos de la periferia de la ciudad eran dos cosas. El fallo eléctrico y las grietas con vegetación saliendo de todos los objetos que se veían a simple vista en la excursión tan peculiar que estaban atravesando. Parecía que a un ritmo mucho menor, pero seguían creciendo las plantas incluso en esas grietas hasta ir ocupando cada vez más y más terreno.
Poco a poco aceleraba cada vez más el paso según se acercaba hasta que al fin, se plantó frente al viejo jardín botánico de Gotham. Dejó a la vaquera sobre el suelo con una fragilidad que parecía impropia de una criatura tan grande y modificando una rama diminuta de la punta de uno de sus dedos, abrió el candado y arrancó la cadena de la puerta, haciéndoles pasar.
El jardín botánico por dentro no se parecía en nada a lo que había sido aún estando ya abandonado. No se apreciaba apenas un ápice de piedra, ladrillo o acero. Allí donde no daba la luz, había flores nocturnas bioluminiscentes. Lejos del estanque que se había formado en la entrada estaban las secanas, incluso encima de la superficie acuosa descansaban las hidrófitas. Cientos de especímenes nunca vistos; flores iridiscentes en destellos holográficos, trepadoras que parecían tener consciencia propia a la hora de luchar por llegar al sol. Todo tipo de vida vegetal que parecía haberse quedado inmóvil en el preciso instante en el que la puerta se había abierto. Era como si acabasen de interrumpir una fiesta con un disparo.
La carga de humedad en el ambiente te hacía consciente de cuándo tenías que respirar, pero gracias a ello todos y cada uno de los brotes parecían estar en su mejor momento. Sólo con abrir la puerta la explosión de aroma tanto tropical como mentolado invadió el olfato de cualquiera que tuviera ese sentido. En el ambiente descansaban pájaros pequeños y varios insectos, en especial abejas, que disfrutaban de ese ambiente en pleno corazón urbano de Gotham.
-¿Por qué has tardado tanto?- Suspiré, apareciendo junto a la puerta, aunque claramente nadie había reparado en mi presencia. Ni mi vestimenta ni mi voz sonaban como siempre, pude percatar la extrañeza en sus rostros. Resonaba con un eco especial de mis hijas tras mis espaldas, mi piel estaba más colorida y brillante que nunca y tampoco era común mi atuendo. -Oswald… no has recibido invitación. Qué descortés presentarte… y con las manos vacías- negué con la cabeza, desaprobando por completo esa actitud. Ya que suponía una molestia, podía haber traído algo de valor. Miré a los otros dos invitados, quedándome un par de segundos más de la cuenta sobre la chica que compartía color conmigo. - ¿Queréis pasar…? No suelo ser tan hospitalaria pero dadas las circunstancias... - parecían muy jóvenes- Haré una excepción- Sonreí ampliamente y con sinceridad. Jugaba en casa.
En ese momento el Ent con un golpe de la puerta desde fuera, empujó a los indecisos hacia dentro y cerró, quedándose él dentro. Entonces observé a mi bestia magnífica, calcinada, convertida en una varita de incienso a medio prender. -... No… ¿Qué te han hecho? crucé la habitación y a los invitados, acariciando las mejillas de la criatura elevándome con unas raíces abrazadas a mis gemelos. -Ven conmigo…- Le llevó como si el aire la acompañase, rozando sólo las yemas de sus dedos con las del Ent. Le acercó al estanque y le ayudó a introducirse en él. La bestia se acomodó y comenzó a recuperar poco a poco sus colores cálidos, el verde de sus hojas volvió a brotar y finalmente brilló el azul de nuevo en su corteza.
Unas lianas verdes y gruesas como cañerías se abrazaron a las cinturas, piernas y brazos de todos los allí presentes. Todos salvo la vaquera. - No pasan desapercibidas esas quemaduras… Y tengo una ligera idea de qué ha podido pasar.- Carraspeé, enguantando mis manos para tocar cada parte de Rebecca enrojecida y afectada por el fuego que por poco destruye a mi bestia. A cada roce de mis dedos dejaba una capa de aloe mejorado y de rápido efecto, lo suficientemente espesa para que sirviera también de barrera protectora.
-Pero os voy a dar un minuto a cada uno para recibir una explicación. ¿Qué hacéis aquí? ¿Quién y cómo ha herido a mi amiga y a mi hijo?- Esperé una respuesta mientras las lianas constreñían cada vez más la carne de los visitantes.
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FDI: He modificado la foto del jardín por dentro, para que tengáis una referencia de cómo estaba antes (seguramente hubiesen puesto fotos en las noticias, twitter y demás a cómo está ahora).
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 16th Julio 2019, 01:37
El monstruo ardió en llamas y Oswald se sintió triunfal en mitad de su locura, cuando el héroe fallido que les acompañaba se convirtió en la voz de la razón. Era cierto... si esa cosa ardía, ¡la vaquera se quemaría con ella antes de que pudiera liberarse! Sintió un profundo escalofrío, como un cubo de agua fría devolviéndole a la realidad, y entonces oyó las indicaciones de Logan a gritos, mientras la muchacha verde que cayó del árbol brincaba por el aire intentando alcanzarla. Era un circo curioso de ver...
Inquieto pero decidido, procuró seguirle el paso a aquél ser, aunque debido a su ataque anterior, ahora éste corría más para evitarle, cosa harto inconveniente cuando pesas más de 100 kg y tus piernas son cortas. Aún así, procuró no perder el camino seguido por el grupo. Ignoraba qué podría querer Ivy de Logan, pero había convertido en lasaña a muchos de sus mejores clientes y personal, y no pensaba perder a su socia también.
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Rato después, el ser se abrió paso hasta el interior del viejo Jardín botánico de Gotham, un lugar con una historia tan triste como gloriosa. Recordó haberse informado sobre él con la intención de comprarlo y convertirlo en un salón de fiestas elegantes, recuperando parte de su vieja esencia con decoración floral viva y extensas terrazas y jardines. Algo diferente a su gélido toque para atraer a un público elegante, pero al parecer iba a ser un proyecto inviable en el propio edificio; Después de una popularidad boyante, la contaminación creciente que acompañó al desarrollo de la ciudad hizo que las delicadas plantas exóticas no sobrevivieran por muchos cuidados que les fuesen administrados, por lo que, sin su atractivo principal, finalmente cerró sus puertas, y su dueño acabó suicidándose preso de las deudas que no podía pagar ni vendiendo el inútil pabellón.
Ojalá ese tipo pudiera ver lo que tenían enfrente ahora...
Las altas bóvedas acristaladas y las viejas escalinatas de hierro algo oxidado acogían ahora un vergel de brillantes colores y aroma afrutado, donde mariposas, avecillas comunes y flores de especies inimaginables convivían creando un lienzo de color, donde lo viejo y melancólico se veía adornado por una explosión de vida y frescura, haciendo que la decadencia le diese un toque romántico a la naturaleza salvaje. Ni él con todos los botánicos e interioristas del país podría haber dejado el lugar más hermoso, debía reconocer.
Sin embargo, sucedió lo que temía... Después de ver a la hermosa dríada de Gotham atender a su creación como si en vez de un monstruo de 3 metros se tratase de un chiquillo asustado, llegó la hora de dar explicaciones a sus heridas. Observó a Logan, libre al fin. Parecía que no quería hacerle nada malo, ¿La iba a proteger del caos que había montado? ¿La quería a su lado como aliada por alguna razón? No podía saberlo... Pero la conocía; Ivy no tendría mucha paciencia con nadie si no se decidía a hablar. Suspiró para sus adentros, y carraspeó orgullosamente. Puede que estuviese en apuros, pero no se mostraría débil. Al fin y al cabo, ambos eran iguales ante la gente de Gotham, unos maleantes.
- Yo lo abrasé, Ivy. Luego supe que era un error, pero hasta el momento, tus plantas no han hecho otra cosa que mal a la gente, creo que tenía derecho a dudar que fuera a ser distinto con mi socia.
La suerte estaba echada...
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 29th Julio 2019, 13:39
Sin duda en Gotham no existían las damiselas en apuros, ya sea la chica de verde o la vaquera, ambas dejaron en claro que mi intervención era más un estorbo que otra cosa; algo que no podía negar (haciendo reir a Savage internamente)
Al principio me quedé un poco shockeado por las intenciones de la rehén ¿Y si a mitad de camino esa cosa verde se aburría y le intentaba hacer daño? Aunque visto lo visto, parecía arreglárselas sola, así que decidí seguir su consejo y dejar que la criatura la llevase hacia el centro de todo. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Finalmente habíamos llegado hasta el Jardín Botánico de Gotham, cuando llegué a la ciudad había escuchado historias aterradoras de este sitio, el fantasma del dueño era como una leyenda urbana del lugar, pero creo que de lo que menos me tenía que preocupar ahora era de los fantasmas.
Solo había oído hablar de esta supervillana, así que cuando la vi físicamente no pude evitar quedarme perplejo ante su hermosa figura. Si no fuese por las numerosas plantas que parecían seguirle a donde fuese y a ese tonto verdoso de piel, parecería más una modelo que una psicópata.
En cuestión de segundos Poision Ivy noz hizo pasar al interior del edificio, al principio en tono amable, aunque poco duró esto cuando vio como su "hijo" había sido dañado en nuestro intento por recatar a Logan. Sin duda la capacidad que tenía para regenerar a sus aliados era un factor a tener en cuenta si llegábamos a tener que combatir con ella, pero estando atrapados y rodeados de sus secuaces esa idea la deseché al instante.
Extrañado giré la cabeza cuando Cobblepot habló, sería un malhechor de mala muerte, pero al menos tenía pelotas.
-Y decían que la caballerosidad estaba muerta-dije en tono bajo para luego gruñir debido a la opresión en mi cintura.
No sabía que demonios hacer, no conocía a nadie de la sala, e intentar liberarme era una tontería estando en pleno terreno enemigo y teniendo Ivy al resto como rehenes, por lo que decidí seguir callado esperando la reacción de la supervillana. En caso de que intentase algo, podría aprovechar que desconoce mis habilidades para materializar una cuchilla y deshacerme de las ataduras. La cuestión era como sacar a todos de allí cuando literalmente todo el edificio le obedecía.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 30th Julio 2019, 00:35
Zoey saltaba por el aire, impulsándose con cada "explosión" bajo sus pies y alargando los brazos para intentar agarrarse a la criatura gigantesca que se llevaba a la rubia. Un salto, dos tres y un intento... fallido. Uno, dos, tres... otro fallo. La frustración y la impaciencia se adueñaban de Zoey hasta que una llamarada pasó cerca de su piel y la hizo chillar del susto. ¡¿DE DÓNDE HABÍA SALIDO ESO?! Cuando se quiso dar cuenta estaba en la parte superior de la criatura, lo que sería su cabeza o su cogote, agarrada cual cucaracha asustada. La tensión pasó a confusión al escuchar a la mujer que supuestamente había raptado el gigante de madera. Era cierto que no les había atacado, y Zoey no iba a por la criatura sino a por la mujer, porque de donde ella venía, y al parecer en éste universo también, si alguien te agarra y se te lleva sin que se lo pidas es igual a rapto, así que sumando dos y dos... Pero la confusión continuó. ¿Que le dejaran hacer? ¿Que le siguieran? Cada vez Zoey entendía menos y menos y cuando trataba de darle vueltas al asunto le salía humo por las orejas. Quizás la respuesta a todo ese embrollo llegaría cuando la criatura soltara a la rubia, así que trató de acomodarse lo mejor que pudo teniendo en cuenta que iba enganchada a un gigante, y si se caía el leñazo sería de los buenos. Así que aguanta ahí, chica. Aguanta ahí...
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Le pareció que el gigante frenaba, que se volvía más lento. Zoey separó su cara de la corteza, la cual la protegió durante todo el viaje para que no mirara hacia abajo, y vio por encima de su ¿cráneo? el lugar a donde se dirigían, y a sus ojos aquel sitio era... hermoso. En cierta forma le recordó a su hogar, todo destrozado, quedando unas ruinas pero, a la vez, no lo era, porque en lugar de cubrirlas arena y sed había una capa de vegetación y humedad con la que muchos habrían pagado con sus hijos por poder disfrutarla. Se detuvo el gigante, y ella bajó utilizando su espalda de rampa. Dio una voltereta torpe al aterrizar y se giró hacia el resto. Una voz reparó en ellos, o mejor dicho, en el gigante, y Zoey la vio.
¿Cómo decirlo con palabras claras? Se hizo pepsi-cola.
Nunca había visto una mujer así. Nunca. En la vida. Jamás. Pero jamás de los jamases. Tenía la constitución perfecta, con unos muslos que podrían alimentar amantes durante días, una complexión que te decía "yo jamás he tenido hambre", una cabellera roja que entornaba el rostro más perfecto que jamás había visto, y unos pechos... unos pechos.... Unos pechos que la devolvieron a la realidad, porque antes pudo su propia vanidad y su envidia que el deseo carnal que aquella mujer había despertado en ella, haciendo que se planteara por decantarse completamente hacia las mujeres.
Aquella... diosa les indicó que podían pasar, y Zoey no protestó. Quizás no era la mejor de las ideas dada la situación y teniendo en cuenta la desconfianza que sentían ambos varones, pero la mutante se sentía atraída por aquella maravilla de la naturaleza, y ésta vez no se refería a la mujer. Al entrar pudo sentirse... fresca. Era la primera vez que entraba en un vergel como aquel, su primera vez rodeada de plantas que no estuvieran mustias. Se separó brevemente del grupo para tocar las húmedas hojas de un grupo de plantas que tenía cerca, cuando unas lianas gordas la rodearon e inmovilizaron. De nuevo, eso no estaba bien: no dio su permiso para que la ataran.
- ¡¿TU HIJO?! - Fue lo único que escuchó con claridad y lo que más la sorprendió. No que las lianas se movieran solas y que al parecer, trataran de ahogarla. Fue que llamara a ese gigante... hijo. Se quedó mirando a la mujer, luego al gigante. Luego a la mujer, luego al gigante. Sus manos de forma instintiva trataron de taparse sus partes íntimas haciendo una mueca de dolor imaginando... - Ay poveciya... ¿Peo qué bixo ti puso eso ahí pa paír? ¿Peo tas bien? ¿Ti sigue duliendo? ¡OUCH! ¡AG! Esto apeita...
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 4th Marzo 2020, 03:34
Desde luego lo del lanzallamas no podía considerarse una de las ideas más brillantes de su socio. Resultaba evidente que en el proceso de cubrirla, la criatura se había llevado la peor parte y aún así su cuerpo no pudo impedir transmitir el calor de manera que una vez sus hojas prendieron, y su corteza quedó calcinada, la piel de la vaquera que hizo contacto con las ascuas comenzó a arder haciendo que apretara los dientes con un quejido gutural seguido de un gruñido terrible. Nunca había sido una persona con baja tolerancia al dolor y dentro de sus labores consideraba el no montar un espectáculo cuando se la dañaba. Al fin y al cabo si los Sheriff se caracterizan por algo es por ser duros. Por otro lado no era una persona muy dada a las apariencias y si algo dolía como aquello se merecía todas y cada una de las maldiciones que pudiera soltar entre dientes, si eso aliviaba un pozo esa sensación de quemazón que se le extendía por la espalda, el brazo y parte de un muslo.
Por lo menos los muy imbéciles parecieron entrar en razón en cuanto explicó la situación, y dejaron de atacar a la criatura de Ivy de paso impidiendo que se cocinaran en el proceso como si no fuera mas que un costillar puesto a las brasas. El camino se hizo largo y sosegado, lo cual hizo que la vaquera se sintiera algo intranquila. Todo lo que podía estarlo una mujer acostumbrada a la acción como era ella. Ese desasosiego procedía de un lugar sencillo. Confiaba en Hiedra, las dos forjaron una gran amistad hacía lo que parecía una eternidad, aunque a decir verdad, su relación no había sido tan larga. Cualquiera pensaría que se había tomado una gran cantidad de molestias en invadir Gotham, y sin embargo, la ciudad tenía un pulso distinto al que solía. A pesar de su oscuridad, y de la decadencia, los que estaban acostumbrados al apestoso aroma de su actividad frenética podrían notarlo. Coches parados, locales cerrados, ni un alma en las calles, salvo por algún encontronazo casual que se trataba sin duda de una huida furtiva hacia lugar seguro.
En medio de ese caos la ciudad negra parecía haber encontrado una calma extraña... y mantenía el instinto del Sheriff agudizado al máximo.
[--------------]
No tardaron en llegar a una de las edificaciones que, en su momento, habían sido valoradas para el nuevo emplazamiento del Zoo de Gotham. Pero en su día, había creído mas oportuno tratar de trasladar a los animales lo menos posible y había optado por ir reformando el Zoo de manera que sólo hubiera que mantenerlos dentro de habitats temporales hasta que la remodelación hubiese finalizado y la instalación volviera a resurgir. Había un motivo obvio por el que el jardín botánico estaba abandonado, y era porque en una ciudad como aquella parecía imposible que las plantas más exóticas pudieran tener sus necesidades cubiertas. A menos, claro está, que fueses la mismísima Hiedra venenosa.
El lugar era lo más parecido al Edén que la vaquera, familiar con el concepto por su crianza en una familia católica de Texas, pudiera llegar a visualizar jamás. Siempre había considerado que el bosque de Ivy no tenía nada que envidiarle al supuesto paraíso, pero debía admitir que incluso con sus dones y talentos, en ese sitio había invertido una buena cantidad de recursos, esfuerzo y dedicación. Pequeñas luces cubrían algunas de las plantas, mientras estaba casi convencida de que otros árboles eran los pilares que mantenían ese destartalado lugar en pie. Todo estaba cohesionado, como si nada hubiese sido al azar. Ninguna planta estaba de más.
El hermoso gigante la depositó en el suelo, y entonces la silueta de su amiga emergió de entre la vegetación, como una de esas hermosas floraciones que puedes ver a cámara rápida en algunos documentales de la naturaleza en la televisión. Se hizo cargo de su criatura, como era de esperar, y la vaquera contempló la piel roja y cuarteada, cubierta de una película fantasmal que se había desprendido de sí misma.
Gruñó retirándose la camisa chamuscada. Aquel simple tacto era como un suplicio. Como si le restregaran arena por la superficie sensible de los ojos. Después de asegurarse de que el colorido titán estaba bien, fue directa a su compañera de fatigas y alargó su mano verdosa hacia la superficie, echando uno de esos mejunjes pegajosos que en otro tiempo tanto habían disgustado a la Sheriff, pero que tras unos cuantos usos, habían empezado a ser de su agrado por su eficacia.
- Por todo el ganado de Missouri que hay modos mas sutiles de llamarme la atención. - gruñó entre dientes, dejando ver una media sonrisa socarrona. De inmediato, los efectos calmantes del Aloe hicieron que su piel se apaciguara un poco. Levantó la mirada para encontrarse con Ivy. - ¿Debería preocuparme? - le preguntó tan sólo.
La mujer verde podía estar segura de que Rebecca estaba de su lado.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 18th Marzo 2020, 17:33
Parpadeé atónita ante la frase de la muchacha de piel oliva. Decidí ignorarla por el bien de mi propia salud mental. No la iba a soltar, claro está, pero no era momento para observaciones insustanciales y superficiales. Giré el rostro a Rebecca y con un gesto rápido de cabeza, le pregunté sin palabras quién eran los otros dos, a lo que ella respondió con un gesto mínimo hundiendo la comisura de sus labios que no tenía ni repajolera idea.
La confesión de Oswald me pilló por sorpresa. Aunque no lo hizo su juicio de valor y su estúpida justificación. Mis ojos rodaron por el borde de mis párpados - Lo que has dicho después de mi nombre ha sido ruido blanco- la liana que le sujetaba le dio la vuelta, despegando sus caros zapatos de la hierba haciendo que se alzase un metro sobre nuestras cabezas con su inmensa hariz apuntando al suelo. Lianas del techo y del suelo le retenían firme de las cuatro extremidades con las que esa rata se desplazaba. No pensaba invertir más saliva en explicarle por qué sus estúpidas justificaciones sólo le valían a él y por qué debía pararse a pensar ANTES de hacer las cosas. Ya no.
Escuché de refilón la frase del muchacho joven y contuve una risa sonora en la garganta. Nada de lo que yo podía decirle a Oswald le iba a doler más que aludiesen a su caballerosidad como un fracaso. Me acerqué al joven, con la mano aún enguantada sosteniéndole de la barbilla, haciendo que alzase el rostro hacia mis ojos. -Me caes bien, muchacho… ¿Quién eres tú?- las lianas de su cintura se aflojaron lo suficiente como para que el muchacho, si empujase con las manos, las pudiese mover.
La pregunta de mi amiga reubicó mi rostro hacia ella -¿Preocuparte?- enseñé con la palma de la mano el inmenso Edén que nos rodeaba -Estoy mejor que nunca, el negocio va bien, estamos protegidos… Todo va de maravilla- sonaba demasiado bonito para ser cierto. Lo raro era pensar que precisamente quizá entonces las cosas estaban yendo bien. No normales. Pero bien. Aún a pesar de todo, quienes bien me conocían sabrían identificar que algo había cambiado, más allá de un corte de pelo o un cambio de vestuario.
Las lianas que retenían a Oswald empezaron a tirar hacia los lados opuestos de su cuerpo, como queriendo recogerse sin soltar el cuerpo del Pingüino.
Miré antes de empezar a caminar a la muchacha de cabello claro -¿Y tú, bella flor? ¿Te portarás bien si te suelto y os doy una vuelta por mi humilde paraíso?- No pretendía otra cosa. Enseñarles lo que había conseguido, matar a Oswald, terminar de curar a mi hijo y luego librarme de los dos desconocidos para quedarme con Rebecca y explicarle mi plan de protección.
-Oh… claro que puedes comértelo, mi amor- y el estruendoso ruido de las patas de mi pequeño volvió a ponerse en marcha, acompañado de un ligero chapoteo mientras jugaba entre saltos bajo la sombra de Oswald para alcanzarle con cualquiera de las cuatro ramas que usaba por brazos. -Me encanta los ruiditos que hace cuando se emociona… - me quedé embaucada mirándole más segundos de los que me gustaría reconocer, con un ligero verde vivaz en mis mejillas.
-¿Comenzamos el paseo?- indiqué señalando con la palma de la mano un camino que parecía evidente pero que sólo los mejores ojos acostumbrados al campo encontrarían.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 15th Noviembre 2020, 16:03
La vaquera se sorprendió un poco ante la respuesta de Hiedra. No porque resultara bastante segura tras haber llevado a cabo una invasión a gran escala, ya que todo Gotham y los alrededores parecían asediadas por sus pequeños amigos, si no precisamente porque le pareció que era la respuesta más sincera que había recibido de su amiga jamás. Cualquier otra persona habría sentido que la situación se escapaba a su control en el momento en que todo alcanzaba una proporción tan grande, por el contrario, Pamela parecía destilar una seguridad que sólo podría mostrar alguien que tenía la certeza de estar haciendo las cosas para bien. La vaquera podía entender eso. Al fin y al cabo experimentaba lo mismo cuando hacía valer las leyes a aquellos que habían sido tan incautos o tan perversos como para saltárselas. Vio un brillo de energía despidada en los ojos de Hiedra y lo reconoció al instante la motivación de una persona cumpliendo con un propósito mayor que ella misma. No era capaz de recordar esa mirada en los ojos de su amiga, salvo tal vez aquella ocasión en la que acabaron con la influencia de cierto maníaco empeñado en aterrorizar la ciudad con el gas del miedo. En ese momento también había tenido esa expresión de determinación. Ahora era diferente, no sólo estaba motivada, también parecía convencida de haber cambiado el mundo para mejor, y aunque para la vaquera había sido tan sorprendente como para los demás su relación con la que todos consideraban un peligro desatado había trascendido hasta un punto de confianza difícil de alcanzar por quienes no mostraban su valía y lealtad a la Sheriff. En ese momento Rebecca no habría tenido problemas en confiarle su vida a la mutante, por mucho que otros pretendieran hacerla ver como un monstruo.
Sin embargo, se veía en un dilema. No quería contrariar a Hiedra pero no podía dejar que le pasara nada a Oswald. Era otra de las selectas personas de su círculo más próximo y tal como había experimentado con Ivy, aquel a quien llamaban “pingüino” se había ganado todo el derecho de los favores de la Sheriff. Era un hombre de gustos elevados, pero también había sido capaz de ofrecerle su compañía, su amistad, su ayuda y su conocimiento sobre los negocios y la podredumbre más abyecta de Gotham para sacar beneficio de aquellos a los que despreciaban. Compartían algo superior al gusto por la buena carne, las carreras o el dinero. El tiempo les había hecho reconocer en el otro a un miembro valioso en el que podían depositar una confianza que no todos podían ganarse. Menos teniendo en cuenta que, en cierto modo, Gotham parecía la ciudad ideal en la que señalar las diferencias y condenarlas.
No podría haber frenado la reacción primaria de Hiedra aunque hubiera querido. Las dos eran mujeres llenas de pasiones y muy viscerales, pero podía beneficiarse del amor que sentían la una por la otra para interceder por él y sin duda, hacer que la situación se solucionara sin más violencia o incidentes. Del mismo modo que en su día Hiedra había mediado para salvar la vida de Fauna, la joven mutante a la que había acogido la vaquera en el calor de su hogar cuando tuvieron el terrible encontronazo con el variopinto grupo de alienígenas. Dirigió una mirada hacia Oswald, cargada de fuerza y complicidad, intentando proporcionar seguridad al hombre que estaba siendo enroscado por las lianas, mientras acariciaba el brazo de Hiedra cubierto por la vegetación.
- Hiedra, se que lo que ha hecho Oswald te ha enfadado y comprendo que quieras tomarte la justicia por tu mano. Pero por todas las corbatas tejanas de Buck Mcoy que él sólo estaba intentando protegerme. Fue una reacción visceral que quiero pensar que tu hubieras tenido si hubieras creído que mi vida peligraba. - la vaquera miró a los ojos de la renovada mujer, a la que creía conocer, pero que ahora estaba convencida de que seguiría sorprendiéndola por mucho tiempo que pasaran juntas. - El mundo entero está enloqueciendo, y Oswald sólo quiso hacer algo por protegerme de una amenaza que no comprendía. Cuando pensé que todo esto podría ser obra tuya, lo dejó de inmediato. Me siguió hasta aquí para asegurarse. Es un miembro muy valioso de mi círculo y no me gustaría tener que renunciar a él. Por todas mis estrellas que si lo sueltas yo me aseguraré de que no haga daño a ninguna mas de tus criaturas. - Hiedra sabía que la vaquera no privaría a nadie de su castigo de no ser que hubiera una importante razón de peso para plantearse cualquier acción alternativa. Se alejó unos pasos para aproximarse a donde la criatura que la había transportado esperaba con cierta actitud de cachorro que le dieran su “premio”.
- Si tengo suerte, te tocará esperar otra ocasión, pequeño. - le sugirió al tiempo que se alejaba unos pasos de él y dirigía una mirada clara y azulada a Hiedra, que le hacía retomar un toque juvenil en los ojos. Sabía que sería difícil tomar una decisión. Para la vaquera lo había sido cuando había tenido que enfrentarla.
Puede que la Hiedra que veía ante sí hubiera dado un giro que no esperaba, pero seguía convencida de que seguía siendo alguien razonable y dispuesta a ceder ante algunas de sus peticiones. Aunque también sabía que no era algo que hiciera por cualquiera, y que por tanto, no debía tomarlo por costumbre si no como un favor excepcional. Lo siguiente sería asegurarse de que el pingüino se encontraba bien y no cometía ningún error mientras estuvieran allí. Miró al hombre colgando boca abajo, mientras su rostro se ponía rojo y de nuevo a Hiedra, esperando su veredicto. Si le perdonaba, le depositaría cerca de la vaquera y si aún tenía sus reservas se vería obligada a intervenir procurando minimizar cualquier daño. No habría hecho nada para herir a Ivy, pero no iba a permitirse perder a Oswald.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 28th Diciembre 2020, 05:17
Oswald contemplaba a aquélla cosa asquerosa deseando darle caza justo a unos metros por debajo, mientras las lianas le asfixiaban. Maldecía en forma de gruñidos el hecho de que su socia parecía pasar una agradable tarde de cotilleo entre damas con su encantadora amiga mientras su vida dependía de la voluntad de una lechuga humanoide chiflada, pero como si una entidad superior atendiese a sus quejas silenciosas, rato después ella sugirió que Hiedra no le dañase. Sus verdes ojos observaron a través de los largos mechones pelirrojos que caían desde su nuca. Parecía que ser amigo de la vaquera suponía una bendición en más de un sentido...
Mientras esperaba el veredicto de la metahumana, reflexionó sobre lo poco que oyó de su conversación. Un paseo... Se preguntaba si sería una maniobra, una trampa para deshacerse de sus otros acompañantes. No sería raro viniendo de la mujer planta. Otras veces se había mostrado selectiva e impasible cuando se trataba de sus propios intereses, y sus prioridades distaban mucho de ser suficientemente normales como para dar lugar a acciones lógicas desde una perspectiva humana común.
Resumiendo: La bella dríada de Gotham era peligrosa, y su mente una selva caótica e impredecible. Y esta vez quería a Logan junto a ella, era evidente, pero ¿con qué fin?
El monstruito vegetal seguía saltando tratando de darle alcance. Vigilando que Ivy no mirase, Oswald lo ahuyentó con un buen salivazo. Esa sutil venganza le devolvió la sonrisa al orondo mafioso en tan tensa situación.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey) 8th Enero 2021, 19:22
OOR: Acciones pactadas con la usuaria de Penguin.
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La paciencia es un recurso limitado en tiempos de guerra y Gotham no presumía de ser una ciudad tranquila. Mucho menos desde la liberación de los demonios, la desaparición del murciélago y la intromisión de nuevos héroes al panorama nacional. Dediqué una última mirada distraída a Oswald, lo cierto era que en ese instante era el menor de mis problemas. Pero Rebecca no. Rebecca se había convertido en algo más que mi familia. Era como sangre de mi sangre, estábamos conectadas desde hacía tiempo y nuestra relación fluía natural y sin contratiempos importantes. Y sabía, por su maldita relación, que intercedería por él.
Tomé aire, notando como se perturbaba poco a poco mi interior. -Bien, pero te conviertes en su niñera. Y responderás por sus actos si le dejo en libertad- Hablé lo suficientemente alto para asegurarme de que Oswald estaba escuchando con atención y las lianas que lo retenían sobre sus cabezas le soltaron en el suelo con menos delicadeza de la que aparentaba a simple vista.
Pero debí haberlo sabido. Oswald es un hombre de honor y de imagen que no tolera las humillaciones. Vive por lo que aparenta y por lo que su asquerosa boca es capaz de pronunciar. Así que en cuanto tocó el suelo, paraguas en mano, giró de nuevo el manilar que activaba el modo de lanzallamas y lo apuntó directo a mi espalda, una vez había estado dispuesta a ignorarle de nuevo. Y ésta vez, no atendió a razones.
De la punta del bastón emergieron a chorro llamas imparables que chocaron contra mi espalda en un ruido rasgado del potencial del arma. El ambiente se volvió más cálido automáticamente y el olor a gas invadió el jardín. Me giré en cuanto pude, cubriéndome con los brazos en un intento inútil de protegerme de algo tan mortal, tan implacable como el fuego.
Pero las llamas bailaron por mi piel hasta extinguirse en el propio aire y humedad ambiental. Notaba el calor, pero resultaba… reconfortante. Fui recuperando mi postura, mirando frente al arma secreta de Oswald cómo mi brazo se desenvolvía en el canal directo de llamas y no ocurría nada . Sonreí de medio lado. Pequeño… ¿Esto es cosa tuya…? -Interesante…- musité contemplando cómo mi peor enemigo ahora resultaba una caricia estimulante sobre mi cuerpo.
Miré al Pingüino, que ahora entre sudores y una mirada de espanto luchaba por sacar más potencia de su patético intento por asesinarme y coloqué mis dedos en la boquilla de su arma, bloqueándola. El mafioso podía ser temerario… pero no estúpido. Detuvo la presión de gas y carraspeó buscando una excusa barata entre sus premisas, pero para cuando quiso abrir la boca, ya estaba de nuevo agarrado, esta vez por espinos, que le lanzaron violentamente contra la puerta del edificio, echándole a la calle con violencia y sin miramientos. -Largo…- miré a los presentes a los ojos, dejando a Rebecca para el final.
Esperé a que estuviésemos a solas tras la rápida huida de los presentes -Si esto hubiese salido como el curso natural de las cosas dictaba… Ahora serías responsable de mi muerte- Por primera vez clavé una mirada en mi amiga que hacía que esta última palabra perdiese todo el sentido. -No te comprometas a pasear a tus perros si no saben ir sin bozal. Este es mi último aviso. A la próxima, Cobblepot estará muerto, no me importa cuánto apego le tengas- Le señalé la puerta con la mirada y cerré detrás de ella.
Instantes después, observé mi cuerpo. Había sido una sorpresa satisfactoria, sobretodo para mí. Observé mi cuerpo, rincón a rincón, cuidando con especial atención los brazos ya que habían sufrido mayor exposición a su fuego. Nada, absolutamente nada…
Ni siquiera el fuego podía matarnos ahora.
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Tema: Re: [Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey)
[Mini-evento: La milla verde] Prólogo: Si quieres esconder un árbol, llévalo a un bosque - (Penguin, Rebecca, Savage, Zoey)