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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019]
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Eclipse Marvel Universe
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Mensajes : 1464 Fecha de inscripción : 09/07/2014 Localización : Academia de Jóvenes Mutantes Empleo /Ocio : Profesor de música Humor : Sombrío
Ficha de Personaje Alias: Eclipse Nombre real: Dragoslav Katich Universo: Marvel
Tema: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 20th Octubre 2017, 13:08
Existen muchas diferencias entre el cristianismo y el islam, diferencias que van desde la manera de entender a Dios y al mundo hasta la manera de vivir la propia religión.
Para los musulmanes, la práctica del islam se trata de algo íntimo, una comunión privada con su Dios en la que no hacen falta intermediarios. La religión musulmana, por tanto, no cuenta con sacerdotes o rabinos que puedan ejercer dicha función, ya que, según sus creencias, Allah es lo único que se interpone entre el hombre y su corazón. Lo que sí hay, sin embargo, son hombres de conocimiento, herederos de la enseñanza del Profeta, que actúan como referencia y guía para entender la Ley revelada y su práctica. Son los llamados imanes.
En principio, un imán puede ser cualquier creyente que conozca bien el ritual del rezo. Se sitúa ante los demás fieles en las mezquitas y sirve de guía para realizar la oración. De ésta forma, cada musulmán puede ser su propio imán, sin embargo, en la práctica se da cierta profesionalización, con personas que siguen estudios específicos para dedicarse a esta tarea. Karim Mossen era uno de ellos.
Apreciado y querido en la pequeña comunidad creyente de aquél barrio abandonado y pobre del Bronx, Karim se ocupaba cada día de leer el corán sobre las suaves alfombras carmesíes de intricados diseños de su pequeña y humilde mezquita Masjid Alwadud.
La discreta puerta verde pasaba fácilmente inadvertida entre un bazar árabe y una pizzería italiana en la abarrotada y populosa 149th Street del West Bronx, perfectamente camuflada en un bloque de apartamentos como otro cualquiera.
Allí, Karim realizaba cinco oraciones al día; la primera al amanecer (Fajr), la segunda después de que el sol hubiera pasado su cenit (Dhuhr), la tercera al atardecer (Asr), la cuarta a la puesta del sol (Maghrib) y la última entre la oscuridad y la medianoche (Isha).
Cada oración podía tardar de 5 a 10 minutos, y consistía en una serie de recitaciones del Corán en árabe acompañadas por una secuencia de movimientos tales como pararse, inclinarse, sentarse y postrarse como una manera de expresar sumisión, humildad, y homenaje a Dios.
- Alá Akbar ("Alá es el más grande") -comenzó, de pie de espaldas a los fieles que, dispuestos tras él, le imitaban. Después recitó la oración introductoria seguida por el capítulo de apertura del Corán, el sura Al-Fatiha-. Alá Akbar -repitió después, inclinándose-. Subjanna, rabbeyal, azim, val, bi, jaamdi (“Glorificado seas mi señor, el grandioso”.)
Tras repetirlo tres veces volvió a incorporarse alzando las manos.
- Same, allaju, leman, jameda ("Alá oye a quienes lo alaban. Oh, nuestro Señor, a ti pertenece toda alabanza"). Alá Akbar -repitió, inclinándose hasta rozar el suelo de la mezquita con la frente-. Subjanna, rabbeyal, ala, val, bi, jaamdi.
Tras repetirlo tres veces más, se sentó sobre las rodillas apoyando en ellas las manos.
- Rabig-figr-ni, var-jam-ni, vaj-bur-ni, vaar-faa-nii, vaar-zuq-nii, va-di-ni, vaa-afee-ni, vaa-fuu-anii ("Señor, perdóname"). Subjanna, rabbeyal, azim, val, bi, jaamdi. Subjanna, rabbeyal, azim, val, bi, jaamdi. Subjanna, rabbeyal, azim, val, bi, jaamdi. Alá Akbar. Qd yakun alsalam ealaykum warahmat allah wabarakatuh liljamiea (“Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Dios sean para todos”) -dijo al finalizar la primera oración del día.
Entonces se levantó y se volvió para mirar a sus fieles. La Masjid Alwadud era la única mezquita que había en aquella zona del Bronx, así que Karim conocía bien a su comunidad, y entre ellos aquella mañana había un rostro al que llevaba tiempo sin ver.
- Zahir -saludó yendo hacia él-. Acompáñame. No perturbemos la oración de los fieles.
Juntos subieron las dos plantas restantes hasta subir a la azotea. Una vez allí, Karim miró a Zahir. Se trataba de un hombre de apariencia normal, afroamericano, joven, bastante delgado y con el cabello muy corto. La clase de persona que no destacaría en Mott Haven, un barrio con un 24.7% de afroamericanos. Iba vestido con pantalones holgados blancos y una camisola larga de negro riguroso. En la cabeza llevaba una taqiyah de color blanco.
- Hacía tiempo que no te veía, Zahir.
El amanecer estaba empezando a teñir el cielo de tonos cobres y anaranjados. El aludido avanzó hacia él manteniendo las manos a la espalda.
- He estado atravesando por... algunos problemas personales. Regresé a París, la ciudad donde me crié. Estuve allí todo el mes de marzo, y la primera semana de abril la pasé en comunión con la naturaleza. Necesitaba... reencontrarme a mí mismo.
- ¿Y lo hiciste?
El hombre de piel negra avanzó hasta el repecho de la terraza para observar el amanecer.
- No lo sé. Yo... he cometido algunos pecados.
- Todos lo hacemos, Zahir -replicó el imán avanzando hasta ponerse a su lado-. Así es como Allah nos creó: imperfectos. Y así es como Él nos ama. ¿Eran pecados menores o mayores?
- He abusado del alcohol... varias veces.
Karim contempló por un momento las vistas que tenían desde la azotea del edificio. Resultaba muy paradójico que el edificio que tenían justo después de la tienda de muebles fuese una licorería y que ésta estuviese tan cerca de la mezquita, siendo que el Corán prohibía expresamente beber alcohol. Era como una continua prueba de fe para los fieles que acudían a realizar sus oraciones.
- ¿Estás bebido ahora, Zahir? - No. Es una de las razones por las que quise irme al campo, para purificarme. Hace casi una semana que no bebo. - ¿Y tu arrepentimiento es sincero? - Sí. He pasado por una mala racha... La mujer con la que iba a casarme me abandonó hace un mes.
Karim se volvió hacia él.
- Si esa mujer te induce a cometer actos pecaminosos, entonces es que no era adecuada para ti. - No es culpa de ella -negó con la cabeza, apesadumbrado-. Es culpa mía. Debería tener más autocontrol. - Zahir... lo que importa no es el alcohol... son los efectos que éste produce sobre los que lo beben -respondió Karim con un suspiro-. Cuando alguien consume alcohol, su razón queda nublada, resultándole imposible distinguir entre lo bueno y lo malo, lo puro y lo impuro. Son herramientas que utiliza el diablo para confundirnos y alejarnos de Dios. ¿Has hecho algo... reprobable mientras estabas bajo los efectos del jamr?
El aludido se tomó un instante para responder, vacilante.
- Ataqué a una mujer que estaba poseída por un yinn -musitó-. Pero no fue ninguna alucinación fruto del alcohol -se apresuró a defender-. Hubo testigos... El yinn salió a flote e hizo que se incendiara la habitación en la que estábamos -se pasó la mano por el cabello, gesto habitual de los que tienen el pelo largo, aunque él lo tenía corto. Parecía nervioso-. Me crees, ¿verdad, Karim?
- ¿Cómo no hacerlo con lo que estamos viviendo, Zahir? -dijo poniéndole una mano en el hombro para reconfortarle.
Según las escrituras los demonios, o yinn, eran seres hechos de fuego que vivían en un plano paralelo al de la humanidad, por lo que resultaban invisibles para los hombres, pero en los últimos días se les había visto vagando libres por la tierra y sembrando caos, terror y muerte a su paso.
- La habilidad de poseer y tomar cuerpos y mentes de otras criaturas es una fortaleza de la cual los Yinn se han servido formidablemente con el correr de los siglos, a pesar de que Allah les prohibió hacerlo. La concesión de sus poderes fue una prueba impuesta por Dios. Si los utilizan para destruir, matar y subyugar a los hijos de Allah tendrá que rendir cuentas por ello.
El hombre de piel oscura le miró con incredulidad.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? Ayer mismo un demonio atacó aquí, en los estudios de televisión de Nueva York.
- Zahir... el verdadero musulmán no debe temer a Shaitán ni a los Yinn, ya que el Profeta nos enseñó sobre ellos y cómo protegernos de su maldad. Pronuncia la palabra "Bismillah" (en el nombre de Allah) antes de entrar en tu casa, de comer, beber o practicar relaciones sexuales. De ésta manera impedirás a Shaitán entrar en tu casa, compartir tu comida, tu bebida o tu mujer. Menciona el nombre de Allah antes de desnudarte y evitarás que Shaitán te haga daño. La fuerza de la fé te protegerá de todo mal, y si alguna vez tienes dudas, recita los capítulos 113 y 114 del Corán. Shaitán no entra en la casa donde se recita Surat Al-Baqarah.
- Ya... Conozco las escrituras y la Palabra Sagrada, Karim -el hombre se apartó del imán y se dirigió hacia la salida de la azotea-. Gracias por todo.
- De nada, Zahir... Hiciste bien en venir. Ten fe en Allah, él te guiará en el buen camino. Y recuerda las palabras del Profeta: "El demonio y sus secuaces os acechan desde donde vosotros no los veis".
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 4th Diciembre 2020, 01:39
Aún tenía la cabeza cargada. No recordaba haberme desmayado, pero tampoco era algo que me extrañara. Aún no había llegado a digerir la noticia, lo único que sabía es que tenía que largarme del refugio lo antes posible, antes de que ocurriera cualquier catástrofe. Mi primer impulso había sido huir, tratar de correr, pero los sucesos del último año me habían complicado esa posibilidad. Había intentado llamar a Hellboy y a Abe, pero comunicaba todo el rato. Tal vez se les hubiera complicado la situación. Tampoco sabía cómo habría afectado todo lo que estaba sucediendo a Anung Un Rama. Una parte de mi, desconocida hasta ahora, se sorprendió intentando mantener aunque fuera un atisbo mínimo de esperanza. Quería creer que estarían bien, aunque mis entrañas tenían una opinión distinta. Sasha también corría peligro. Que Mephisto se fijara en ella fue culpa mía. Había tenido que someterla a algo horrible para tratar de ayudarla y no estaba segura de que le hubiera funcionado. El cabrón retorcido espantaba a todo aquel que entablara poco más que unas palabras conmigo, sobretodo si había el mas mínimo interés por mi parte. Había estado sola, dejando a todo el mundo atrás durante años. Ahora la cosa era diferente.
Ahora y para mi absoluta sorpresa... había determinadas personas a las que quería ver antes de marcharme.
Me puse en camino, deseando al menos poder encontrar a alguno de ellos. No quería desaparecer sin más. Tal vez porque en lo mas hondo de mí estaba aterrorizada, y aún no tenía claro porqué. La sensación de peligro inminente no desaparecía por más que tratara de racionalizar que muchas de las cosas que estaban pasando estaban a miles de Kilómetros de mí. Sentía como si todo aquello se repitiera en el interior de mis párpados una y otra vez, y no hubiera modo de sacármelo de debajo de la piel.
Sólo se me ocurría alguien mas a quien tal vez podría encontrar. En nuestro primer encuentro todo había sido horrible y extraño. Sin embargo había sentido por el una extraña familiaridad, algo que me había hecho comprender que no tenía que resignarme, no tenía que oponerme, y a veces ni siquiera tenía que luchar. Que tal vez estaba en mi mano hacer determinadas cosas que hasta entonces se me habían escapado. Era la primera vez que había visto al espectro de la venganza de otro modo.
También había sido la primera vez en que él me había visto a mi.
Ese instante de comunión se dio gracias al hombre al que ahora iba a buscar. Me aproximé a la mezquita. Según me había contado era donde iba cuando se sentía abatido. No solo de manera espiritual si no que parecía encontrar allí un alivio que no podía proporcionarle ningún otro lugar. Parte de mí quiso que hubiera visto las noticias. Que fuese consciente de todo lo que estaba pasando, y que en su desesperación hubiera acabado allí. Aunque tal vez era un pensamiento egoísta. Me aproximé a la escalinata de la entrada, notando como a medida que recortaba distancias con la puerta de entrada mi boca se secaba. Intenté salivar lo que pude para poder tragar, aunque fue como intentar tragar una bola de cecina después de una maratón. Me detuve cuando mis manos intentaron alcanzar la entrada. Me di cuenta de que no tenía idea de cómo actuar en esa situación. ¿Se supone que se podía entrar? ¿Tendría que esperar a alguna señal? No estaba dispuesta a interrumpir nada y que todas las miradas se posasen en mí. Ya estaba bastante alterada, y aunque mis incidentes se habían espaciado poco a poco con el paso del tiempo, nada me aseguraba que la tensión no fuese a vencerme en ese momento.
Lo último que necesitaba era una manifestación incontrolada del GhostRider allí. La sola idea me asustó lo bastante como para no atreverme a abrir las puertas. Volví a tragar saliva. Me di la vuelta y me detuve en medio de la escalinata. Nadie me esperaba en ninguna parte. Sabía que quería marcharme pero aún no había pensado a dónde. No me atrevía a entrar, ni tampoco a largarme sin haber visto a Drago teniendo esa posibilidad aún en mente. Me senté agarrando con las manos mis rodillas como si mis brazos y piernas fuesen a despegarse de mi cuerpo si no los sujetaba con bastante fuerza. Sin darme cuenta, comencé a temblar. Me atenazó la garganta un agobio como hacía tiempo que no tenía. No sólo por la situación, si no porque me dió la sensación de que estaba perdida por completo y ya nada importaba. El mundo se había vuelto demasiado grande...
Y yo demasiado pequeña...
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 2nd Enero 2021, 18:34
Cuando descendió la escalinata de la mezquita iba absorto en sus pensamientos, más preocupado de lo que recordaba haber estado jamás, con la excepción de cuando los Escorpiones le habían hecho prisionero. La conversación con el Imán le había proporcionado un poco de consuelo, pero nada habría sido capaz de atemperar el mazazo de la noticia que le había llevado hasta allí: Los demonios estaban sueltos y campaban a sus anchas por la Tierra.
En su fuero interno repasaba una y otra vez su encuentro con la mujer poseída hacía cinco noches y se preguntaba sin poder evitarlo si aquello había tenido algo que ver con la tragedia que se había abatido sobre el mundo. ¿Había sido culpa suya por permitir que se escapara? Últimamente había estado cargando con muchas cosas sobre sus hombros; había recuperado sus ojos, y, con ellos, los recuerdos de la violación sufrida cuando era niño, Cassandra le había abandonado, Elissa le había traicionado... Su vida se había estado desmoronando pieza a pieza. Se había tomado un descanso de la mansión y de sus labores como profesor con la intención de recuperarse en la soledad y tranquilidad del Bosque, apartado de todo y todos. Y, entonces, el mundo entero se había ido a la mierda y había tenido que abandonar su retiro voluntario.
Tenían que actuar, como fuera. Tenía que regresar a la mansión, organizar su equipo, ponerse en contacto con Solaris y con el resto de sus aliados. Seguro que entre todos lograban encontrar la solución para lo que estaba ocurriendo y...
Había una niña sola en los escalones. Absorto en sus pensamientos había estado a punto de pasarla de largo, pero entonces reparó en que eso era exactamente lo que estaban haciendo todos los demás, lo cual conducía a una única conclusión: la niña estaba sola, y su conciencia moral le impedía ignorar éste hecho, así que se acercó más. La niña estaba sentada con la cabeza metida entre las rodillas, y temblaba. ¿Estaba llorando? Lentamente, para no asustarla, se acuclilló junto a ella.
- Eh, pequeña... ¿estás bien? ¿Dónde está tu...? -en ese instante la niña levantó la cabeza para mirarle y la sorpresa estuvo a punto de hacerle perder el equilibrio-. ¿Tortita?
Ella le miró, confundida, incapaz de reconocerle bajo aquella ilusión y tratando posiblemente de recordar de qué le conocía, así que se inclinó más para susurrarle de manera que sólo ella pudiera oírle:
- No pasa nada, soy Drago. Ésta es la apariencia que uso cuando no estoy trabajando. ¿Has venido a buscarme? ¿Es por lo que está ocurriendo?
Desde que se habían conocido la asiática y él tres meses atrás se habían estado viendo de vez en cuando para hablar y tomar algo. La rutina solía ser la misma; pedir comida para llevar y comérsela en el refugio secreto de la pequeña, pero nunca antes habían estado en su casa porque normalmente era él quien iba a visitarla a ella, no a la inversa.
- Ven -la tomó por el brazo para ayudarla a levantarse-. ¿Qué te parece si vamos a pedir comida al restaurante caribeño que está aquí al lado y después nos la comemos tranquilamente en mi piso? Así podremos hablar.
Si había algo que Tortita nunca rechazaba, era la oferta de comida gratis. Además, así podría quitarse de en medio la ilusión, lo cual sería infinitamente más cómodo.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 8th Enero 2021, 23:12
Estaba demasiado absorta para darme cuenta de que la gente había empezado a salir. Tampoco me di cuenta de que una persona desconocida se aproximó a mí preguntándome si estaba sola y si necesitaba ayuda. Estaba tan centrada en todo lo que me atormentaba que ni siquiera me molesté, lo cual era algo bastante común cuando recibía ese tipo de trato paternalista. Ahora resultaba casi divertido que algo que me había molestado tanto en otro tiempo careciera hasta tal punto de importancia. Literal. Ni un sentimiento. Ni siquiera ganas de contestarle aunque fuera un simple improperio. Alcé la vista encontrándome con la jeta de un tipo al que nunca había visto, o al menos no me sonaba de nada. Por lo cual me causó aún más impresión que un momento después pronunciara mi nombre.
Bueno, no mi nombre, pero mi apodo.
No pude evitar fruncir el ceño y levantar el lado derecho del labio, ladeando un poco la cabeza. intentaba ubicar a ese tipo, pero de verdad que no me sonaba de nada. Durante un instante me puse tensa por lo que eso pudiera significar. Si yo no me acordaba de él, pero me había reconocido, tal vez formara parte de las muchas, muchas, muchas, muchísimas personas que mi situación me había obligado a dejar atrás. Alguien que hubiera trabajado en un refugio, o en alguno de los orfanatos en los que había acabado años atrás. No es que yo fuera alguien que recordar. Muchos americanos ni prestaban atención a los inmigrantes, pero no había muchos coreanos solitarios de ocho años con un diente partido. A lo que voy es que no era reseñable, pero algunas personas podrían reconocerme sin dudar. Cuando el hombre se inclinó hacia mi me eché hacia atrás, un poco intimidada por esa proximidad. Para mi seguía siendo un desconocido.
Su siguiente aclaración me hizo soltar un suspiro tranquilo mientras ponía la mano en el pecho y podía relajar por fin toda esa tensión que había acumulado con ese encontronazo. No es que fuera una excusa que le creyera a todo el mundo, claro. Drago era un mutante con capacidades ilusorias, algo que había aprendido de él el día en que nos conocimos. Me había llamado por mi nombre y esa era su mezquita. Raro sería que alguien supiera tanto de toda esa situación como para jugármela.
De hecho, de sus poderes dependía que yo hubiera acabado viéndole más a menudo de lo que solía con cualquier otro. Usaba ilusiones diferentes, lo cual, por el momento, parecía haber engañado a Mephisto. O lo mismo el muy hijoputa estaba tan ocupado preparando aquella mierda del infierno en la tierra que por eso ya no le importaba una mierda lo que hacía o dejaba de hacer. Ojala lo hubiera hecho por falta de interés y no para jodernos a todos de ese modo.
- Joder, menos mal. No me asustes. - me levanté y me sacudí la porquería de las mayas, colocándome bien las capas de mi tutú. - No, es para que nos demos un paseo por el parque. - dije con un sarcasmo que hasta en mí resultó particularmente hiriente. Negué con la cabeza y chisté, cabreada conmigo misma. Era mas fácil cabrearme por cualquier cosa que admitir la verdad.
Que estaba preocupada.
- Vale, vámonos. Las calles no son seguras, si es que queda algún sitio que lo sea. - murmuré mientras notaba su mano soltarse de mi brazo. Me hizo sentir incómoda al percatarme de lo mucho que hacía que no tenía contactos desinteresados de ese tipo con otro ser humano... y lo mucho que lo echaba de menos. - Te has enterado, ¿no? - pregunté murmurando entre dientes. - ¿Por eso estabas en la mezquita? - detuve ahí mi palabrería.
Creo que era la primera vez en mi vida que estaba teniendo cuidado con lo que decía. No quería ofenderle. Él era creyente... pero no había que ser muy inteligente para entender que una vez cae la pieza maestra, sólo es cuestión de tiempo que caigan todas las demás.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 10th Marzo 2021, 01:36
Drago asintió ante su pregunta, la expresión de su rostro mortalmente seria mientras echaba un disimulado vistazo a su alrededor.
- Vámonos. Hablaremos mejor en mi casa.
Fue una suerte que el restaurante caribeño se encontrara cerca, porque la vista de un hombre maduro afroamericano acompañado de una niña asiática no era algo muy común, e inevitablemente iban atrayendo muchas miradas. Curiosamente, una vez hubieron salido del restaurante, Tortita pudo notar cómo la gente ya no les prestaba atención.
- Procura no decir nada -le recomendó Drago mientras cargaba con las bolsas de comida para llevar-. Te he cubierto con una ilusión para que parezcas un hombre adulto, pero sabes que no puedo modificar el sonido, así que, si hablas, se descubrirá el engaño.
El piso de Drago no estaba muy lejos, tan sólo un bloque más de los muchos idénticos que había en el Bronx. Mientras metía la llave en la cerradura, el mutante continuó explicando:
- Perdona que te haya hecho pasar por un hombre, pero no es común que un musulmán soltero invite mujeres a su casa, y prefiero pasar lo más desapercibido posible.
El edificio no tenía ascensor, tan sólo unas sobrias escaleras con peldaños de metal, pero, en lugar de subir, Drago le indicó tomar el tramo que descendía hasta llegar a un semisótano que daba al patio interior del edificio, sin vistas al exterior. La vivienda era modesta y sencilla, tan frugal como el hombre que se alojaba en ella. No tenía más que tres habitaciones; un dormitorio grande que era a la vez salón, la cocina y el baño. Nada más entrar en la vivienda te topabas con el dormitorio, que tenía a la derecha una estantería que no era más que tres travesaños de madera atornillados a la pared en donde había, principalmente, manuales de psicología, cd's y una antigua minicadena. En el centro, pegada a la pared de la derecha, había una cama de matrimonio (que parecía ser el único lujo de la vivienda) sobre una tarima de madera. En la pared opuesta a la puerta había un saco de boxeo que parecía bastante usado junto a una butaca. Al otro lado había una puerta que llevaba hasta una cocina mugrienta, y, a la izquierda, estaba la puerta que conducía hasta el baño. Drago había hecho quitar el marco y la hoja de la puerta, dejando únicamente el acceso rectangular en el que había instalado una barra de metal para hacer ejercicio. Para pasar al baño había que, literalmente, agacharse para pasar por debajo. Entrando a la izquierda había un armario alto y una cómoda donde guardaba su ropa, las toallas y las sábanas, con las almohadas apiladas encima, y, más allá, estaba la columna de ducha con una bañera pequeña y tres estantes en la pared para los productos del baño. La única fuente de luz natural entraba por las puertas dobles que comunicaban con el patio, con cristales translúcidos que no permitían ver el interior de la habitación.
Una juguetona American Pit Bull Terrier les saludó en cuanto abrieron la puerta, tratando de oler el contenido de las bolsas y poniéndose a dos patas para recibirles al tiempo que movía alegremente el rabo.
- Hola, hola, preciosa. No, esto no es para ti -saludó Drago, alzando las bolsas por encima de su alcance con una mano al tiempo que le rascaba afectuosamente la cabeza y tras las orejas con la otra.
En cuanto hubo saludado a su dueño, la perrita se centró en olisquear a Kim, dando amistosas vueltas a su alrededor, y Drago aprovechó para ir al baño a coger una segunda silla que colocó frente a la butaca, dejando caer las ilusiones que recubrían a ambos.
- Vamos a tener que comer sobre el regazo, lo siento -dijo con sencillez dejando las bolsas fuera del alcance de la perra-. Paso poco tiempo en casa y sólo tengo lo básico. La cocina no la uso nunca y no suelo comer aquí, así que no hay mesas.
Normalmente comía siempre en la mansión o en lugares de comida rápida, y nunca se había preocupado por aprender a cocinar porque hasta ahora no le había hecho falta. Era el problema de haber pasado la mitad de tu vida enfocado nada más que en la venganza y la otra mitad recluyéndose de todo contacto social. Cuando comes siempre solo, perder el tiempo preparando laboriosos platos dejaba de tener sentido. El tiempo que no pasaba patrullando, entrenando, en el parque con Luna o luchando lo pasaba normalmente en el aula de música, dando clases, corrigiendo exámenes y trabajos, componiendo o, simplemente, tocando el piano, así que prácticamente sólo pisaba la casa para dormir.
Después de sacar los cubiertos de plástico y las servilletas de papel que el cocinero del restaurante caribeño había incluido en las bolsas, abrieron los envases y se dispusieron a comer.
- Disculpa que no me haya puesto antes en contacto contigo -se excusó mientras hundía el tenedor en el arroz con pollo-. He estado un poco ausente. Luna, ya te he dicho que esto no es para ti -dijo con suavidad, apartando con la mano al animal que parecía haber convertido en la misión de su vida alcanzar los recipientes con el hocico. Sonriendo, le acarició la cabeza con la mano hasta que se sentó a su lado, mirándole con expresión suplicante. Drago se levantó y fue a coger el paquete de comida de perro de la cocina para rellenar el cuenco de Luna-. Pasé el mes de marzo entero en Francia por motivos personales, luché contra los Badoon en la invasión de París y a mi vuelta decidí tomarme unos días de descanso aislado de todo en la naturaleza -narró recordando los días que había pasado en el Bosque de las Fábulas-. Estaba allí cuando empezó la invasión demoníaca y tardé un día más en enterarme porque en las montañas no tenía cobertura en el móvil. En cuanto supe lo que había ocurrido regresé, y lo primero que hice fue acudir a la mezquita, pero allí no encontré respuestas -miró a la niña, angustiado-. ¿Qué está pasando, Tortita?
Si la niña se fijaba bien, quizá notaría que los ojos de Drago, que cuando le conoció habían sido oscuros, ahora eran de un hermoso color azul claro, y se suponía que ya había dejado caer las ilusiones...
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 12th Julio 2021, 02:03
El camino se hizo largo, incluso aunque en realidad no estábamos tan lejos. Quizá porque el tiempo había empezado a cobrar otro sentido. Cada instante que pasabamos vivos se había convertido en un milagro en sí mismo. Tal vez por eso me resultaba tan antinatural que lo desaprovecháramos en algo como andar hasta su casa, o en hacer una parada en un restaurante caribeño. Aunque mentiría si no dijera que una parte de mí estaba de acuerdo en mandar todo al cuerno y apurar los pocos placeres que fueran a quedarnos. Además, esa comida olía como si mereciera ser la última.
El resto del trayecto lo hicimos en completo silencio, aprovechándome de la ilusión que estaba proyectando sobre mí con su poder. De nuestra... lo que fuera eso, había aprendido un poco más sobre cómo funcionaba. En nuestro primer encuentro, que resultó lo bastante traumático para todos, incluidos un montón de niños que esa noche habrían sido despiezados para piezas de recambio, había demostrado que tenía una capacidad temible para hacer que la gente viera sus peores pesadillas. Yo misma había soñado con aquella cosa que se había introducido en la furgoneta, antes de haber sabido que se trataba de un mutante con poderes. Se había sumado a la ristra de cosas que me hacían despertarme envuelta en sudor frío sin recordar nada.
Ya ni siquiera recordaba mis propias pesadillas...
- Es igual. Por lo menos no has intentado colarme por la parte de atrás, o dentro de un saco. - dejé escapar un jadeo que apenas sonó como una risa forzosa. - Otros lo han hecho. - me encogí de hombros, dejando que esa muestra de humor negro cargada de cinismo le bajara por la garganta con la misma pesadez que yo había sentido al tener que vivir esas situaciones.
Era difícil, incluso conociéndome, comprender si aquello eran bromas demasiado extremas, o eran pequeñas confesiones que resultaban excesivas para compartir sin un poco de charla anestésica previa.
Al entrar un enorme perrazo vino hacia nosotros, y di un respingo. Aquella cosa de pie media tanto o más que yo. Desde su perspectiva sólo seria un perrito adorable. Desde la mía, podría arrancarme la cabeza abriendo esa enorme boca la mitad de lo que necesitaba para bostezar. Aunque después del susto previo pareció tener un carácter bastante sociable. Se aproximó a nosotros y después de saludar a su amo vino hacia mí meneando la cola, haciendo que me sintiera confusa al principio. Algo que me duró poco en cuanto vi que me golpeaba el hocico con la mano, como buscando el contacto. Me acerqué a ella y le rasqué la enorme cabezota haciendo que jadeara con una tonta expresión de satisfacción que me sacó, posiblemente, la primera sonrisa real después de enterarme de que el mundo entero se iba a la puta mierda.
- Hay que joderse. No te pueden ver meter mujeres, pero te dejan tener perro. Pensé que los musulmanes prohibían eso también. - negué con la cabeza. Luego miré hacia donde estaba Dragoslav. Había traído una silla para poder ponerla delante de la otra. Puede que aquella casa resultara frugal para la mayoría. No para mi. Para mi aquello era un palacio. Tenía su propia cocina, cochambrosa, si, pero suya. Su cama. Su habitación. Su baño. Todo aquello era suyo. Hasta podía mantener un perro que le hiciera compañía. Habría dado mi par de patines favorito por un rincón la mitad de pequeño que ese. - Olvídalo. Ya sabes lo que dicen. Cada uno peca como quiere. - dije tratando de dejar atrás eso. Tal vez se sintiera insultado y era lo último que quería.
Me alargó la comida con un tenedor de usar y tirar que el restaurante había incluido en el menaje. Me subí en la silla, crucé las piernas como un indio y coloqué la comida entre el hueco de mis piernas con una naturalidad adquirida de quien ha hecho eso un millón de veces.
- Tranqui. Las únicas veces que como en mesa suelen ser en el refugio, ya sabes. Me alegra que mi última comida salga de una cocina sin haber tenido que pasar antes por un vertedero. - Nada. imposible.
Desde que había visto las noticias sólo era capaz de pensar en el peor escenario posible. Todo lo que se me venía a la cabeza era deprimente a más no poder. Me froté la cara y después me di cuenta de que tenía las manos negras de porquería. Puede que de haber estado sentada en el suelo de la mezquita, o de haber toqueteado cualquier porquería de la calle. Si iba a hacer esto, mejor hacerlo bien.
- ¿Puedo lavarme las manos? - en cualquier otra ocasión me hubiera dado igual. Hoy no.
Después de lavarlas con agua corriente y secármelas en la toalla, en lugar de en el pantalón, volví a mi sitio. La conversación se volvió densa de repente. Me contó todo lo que había estado haciendo. Comprendía perfectamente porqué no me había llamado. Yo tampoco podía decir que hubiera estado pendiente de él. Cuando las vidas se complicaban, bastante era hacerse cargo de uno mismo.
- ¿Al menos te sirvió de algo el retiro? - si le había ayudado, al menos podría agarrarme a eso. Era como cuando Mama Oddy pasaba un buen día, o Dough comenzaba su turno de verano. Él era el único segurata del que nunca tenía que huir cuando me pillaban en los trasteros. Me dejaba pasar, incluso alguna vez venía a ver la tele conmigo. Sabía que lo hacía por pena. Aún así era un buen tipo. De los pocos que había sueltos por ahí.
Aquella pregunta fue como si me engancharan un fardo con el doble de mi peso al pecho, me soltaran en el mar y me dijeran "Ale, nada". La mera imagen hizo que un escalofrío me recorriera de arriba a abajo. Tragué saliva, mirando mi picadillo cubano con arroz, aún sin tocar.
- ¿Te digo algo que te haga sentir mejor... o la verdad? - le pregunté con una mirada apocada, dándome cuenta entonces de algo. Su cara. Algo había cambiado en su cara. Entrecerré los ojos y levanté un lado del labio, dibujando una clara expresión infantil de confusión. Era un alivio que los pequeños detalles me robaran a veces toda la atención.
Tal vez era un mecanismo de supervivencia. Algo que impedía que pudiera ver mi vida al completo como una absoluta penitencia de la que tenía que salir.
O puede que me distrajera con el vuelo de una mosca.
Fuera lo que fuera, me hizo pestañear un par de veces antes de decir en voz bien alta.
- ¿Que te ha pasado en la cara? - sus ojos. Sus ojos. Antes habían estado tan vacíos como los suyos...
como...
Como los nuestros.
- No puede ser. - negué sin poder evitarlo, en shock.- ¿Como...? ¿Te han vuelto a crecer los ojos?
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 25th Julio 2021, 17:45
Se volvió a mirar a la niña con una expresión de sorpresa que rápidamente pasó por diferentes fases: realización, indignación, asco, y, finalmente, ira.
- Santo Dios, Tortita -pareció que quería seguir hablando, pero la rabia que sentía era tan grande que le impidió hacer nada más que apretar los labios hasta formar una fina línea en su rostro.
No podía soportar la clase de delitos que la pequeña había insinuado. Los niños eran las criaturas más puras que había sobre la Tierra, y cualquiera capaz de hacerles daño se merecía el mayor de los tormentos. La parte positiva era que sabía que lo que Tortita (o más bien su otro yo) les habría hecho a aquellos indeseables posiblemente habría hecho palidecer el infierno, pero los otros cientos de niños que se veían obligados a sobrevivir en las calles no tendrían esa "suerte". Era en ocasiones como aquella cuando más se convencía de lo importante que era lo que hacía cuando salía por las noches a patrullar. Como cuando habían destruido aquella red de tráfico de órganos infantiles la noche que se habían conocido.
Se quedó mirando la cara de la niña, tratando de dilucidar por su expresión si necesitaba consuelo, pero nada en su rostro permitía adivinar cómo se sentía, si lo que había dicho era simplemente una broma de mal gusto o una experiencia real, así que el mutante no supo cómo reaccionar. Ojalá no se le dieran tan mal las relaciones sociales... Quizá entonces habría sabido interpretar correctamente las señales, fueran las que fueran. La entrada de Luna ayudó a disipar la tensión, pero generó otras preguntas nuevas. Drago miró a Kim apreciativamente.
- No sabía que estabas tan enterada de nuestras costumbres -comentó-. Eres la primera persona no musulmana que me llama la atención al respecto.
Fue un momento a la cocina y regresó con una jarra de limonada y otra de agua fresca, sirviéndola en los vasos.
- Verás, sobre eso, como con todo en el Islam, hay matices. Yo me he criado en un orfanato europeo, y durante gran parte de mi juventud rechacé la religión de mis padres porque, de manera inconsciente, la asociaba con todo el horror que vivimos en Srebrenica. Una parte irracional de mí culpaba al hecho de ser musulmanes el haber sido masacrados, ya que ésa fue la excusa que esgrimieron los genocidas. Durante mi adolescencia, y mientras estuve en el ejército, viví sin cumplir los preceptos del islam, y pequé de diversas maneras, pero no me sentía bien conmigo mismo y descubrí que hacía todo aquello no por mí, sino simplemente porque los demás lo hacían, pero a mí no me llenaba. Entonces empecé poco a poco a volver a mis orígenes. Especialmente después de... después de cierta experiencia que tuve en Colombia... -hizo un gesto con la cabeza, tratando de apartar los malos recuerdos-. Digamos que fueron mis creencias las que me ayudaron a superar lo que me ocurrió, y desde entonces he hecho las paces con Dios y con mi fe.
>>El caso es que mis experiencias vitales me han hecho contemplar la religión con perspectiva, puesto que me acerqué de nuevo a ella desde fuera. Te pongo un ejemplo: según muchos imanes, las relaciones homosexuales son un pecado, pero si estudias bien los textos sagrados verás que lo que el Corán condena son las practicas sexuales violentas, paganas, de dominación de los demás, o inhumanas, como la violación, pero el libro sagrado no hace mención a la homosexualidad. De hecho, Mahoma era un rebelde en su tiempo; se cuenta en las escrituras que recibió en su casa a hombres que no sentían deseo hacia las mujeres, y estoy bastante seguro de que, de haber existido hoy día, casaría homosexuales sin ningún problema. En la poesía árabe clásica se celebra muy a menudo el amor entre hombres, siendo más frecuente que las expresiones de atracción a las mujeres. Algunos de los más importantes poetas árabes eran abiertamente homosexuales, y en "Las mil y una noches" hay muchísimas alusiones al amor homosexual. La condena a los homosexuales en el islam es algo relativamente reciente, y ha tenido más que ver con la colonización y la influencia de occidente.
Había tenido que informarse sobre todo aquello precisamente hacía unos meses, cuando un superhéroe homosexual había acudido a la Mansión X a pedir ayuda para encontrarse con su marido, al que había perdido durante la Colisión.
- Respecto a los perros, la razón de que se les considere impuros es porque, tradicionalmente, eran foco de enfermedades que se transmitían a los humanos al besarlos, tocarlos o beber en los mismos cuencos: bacterias, gérmenes, parásitos intestinales, etc. De hecho, lo que se considera impuro no es el animal per se, sino su saliva, que es lo que no se permite tocar. Ésta era la manera que tenían en los tiempos antiguos de evitar que sus ciudadanos enfermaran y prevenir muertes innecesarias, lo cual tenía sentido en su momento, pero hoy en día, es bastante evidente que nadie va a beber del cuenco de su perro, y si lo tienes completamente sano y limpio, y lo llevas periódicamente al veterinario, tal como yo lo veo no estaría cometiendo ningún acto impuro. Pero es como todo en el Islam; te vas a encontrar gente con opiniones más radicales y otras más liberales. A mí me gusta considerarme dentro de los segundos, y prefiero tratar de darle un sentido coherente a las escrituras. Pienso que una cosa no debería estar reñida con la otra.
>>Además, en la Sunna se cuenta una anécdota según la cual un hombre que caminaba muy sediento, bajó hasta un aljibe y bebió de él. Al salir, vio a un perro jadeando y mordiendo el suelo de tanta sed que tenía. El hombre dijo: "El perro está sufriendo tal como yo sufro", por lo que llenó su zapato con agua y le dio de beber hasta que estuvo saciado. Según la Sunna, Allah agradeció esta buena acción y le concedió la entrada al Paraíso a causa de ello. La gente le preguntó al Profeta si serían recompensados por la manera de tratar a los animales, a lo que él respondió: “La recompensa está en todas las criaturas vivas”.
Su rostro se entristeció ligeramente al mirar al animal.
- Luna era un perro destinado a instigar los instintos asesinos de otros perros criados para peleas ilegales. La arrojaron siendo un cachorro contra otros Pit Bull adultos para que la descuartizaran, y me la encontré en un contenedor de basura con los cuartos traseros destrozados -pasándole la mano por el pelaje, lo apartó ligeramente para que Kim pudiera distinguir las cicatrices-. No habría sido humano dejar que muriera de esa manera, desangrada en un cubo de basura, y sé que no es lo que Allah habría querido, así que la recogí y la llevé a un veterinario para que atendiera sus heridas. Tuvo que pasar varias operaciones, pero aunque las heridas se curaron, ella ya tenía asociado el movimiento de las patas traseras con dolor, por lo que no quería moverse. La veterinaria me explicó que haría falta darle una mezcla de entrenamiento canino con una especie de psicología adaptada para que volviera a recuperar la confianza, y me dijo también que era muy poco probable que nadie quisiera adoptar a un animal que venía con problemas de serie, así que no tuve más remedio que quedármela hasta completar el tratamiento.
En cierto modo, a él le había pasado lo mismo cuando los Cascos Azules le dejaron en aquél orfanato en París y estuvo meses sin pronunciar palabra después de lo que había vivido en la guerra. Ninguna familia quiso adoptar a un niño ya crecido y traumatizado, por lo que no había podido evitar verse reflejado en aquél animal torturado. Había sido incapaz de abandonarla a su suerte.
- Hicieron falta meses, y para cuando estuvo completamente curada ya se había habituado a mí... y yo a ella -dijo, acariciándole afectuosamente el cuello al animal que se encontraba pacíficamente tumbado a su lado-. Ya no podía deshacerme de ella, habría sido imposible. Además, para ser sinceros, ella me ayudó a mí en mis peores momentos tanto como yo a ella. A menudo pienso que, de no haber sido por éste animal, me habría vuelto loco, así que me da bastante igual lo que puedan decirme. Éste es un punto en el que no pienso transigir, y los que viven en éste piso lo saben, aunque no mucha más gente. No suelo hablar de mi vida privada, ya lo sabes.
De hecho estaba hablando más allí, con ella de lo que recordaba haber hablado en... ¿nunca? Y no tenía ni idea de por qué. Suponía que haber mirado a los ojos al terror más absoluto y haber sobrevivido tenía algo que ver. Fueron juntos a lavarse las manos, y, cuando volvían, le preguntó por sus días de vacaciones en el Bosque. Se encogió de hombros.
- Sólo fueron dos días, y, básicamente, me limité a aislarme de todo y reflexionar. Tenía mucho en lo que pensar.
Sobre Cassandra, sobre Elissa, sobre los recuerdos recuperados de la guerra... pero, sobretodo, sobre el extraño espectro que había poseído a la mujer de Coney Island y que había mencionado las mismas palabras que le había dicho su torturador antes de cegarle, como si le conociera, o como... como si fuese la misma persona. El ser había conseguido escaparse, y, por el camino, había acabado prendiéndole fuego a toda un ala de la Mansión y poniendo en peligro a todos los que estaban allí. Todo por su culpa, porque había sido imprudente...
- Pero tuve que volverme antes de tiempo -de nuevo la seriedad invadió su semblante ante la pregunta de la niña- Por favor, la verdad. Ya me he enfrentado antes al horror. Si algo realmente malo va a suceder necesito estar preparado para afrontarlo.
Pero, en lugar de responder, la niña se le quedó mirando fijamente durante más tiempo del que podría considerarse normal. Justo cuando estaba a punto de preguntarle qué ocurría, le hizo la pregunta del millón:
- ¿Que te ha pasado en la cara?
Por poco se atragantó con la comida.
- ¿Cómo? ¿Qué...?
- No puede ser. ¿Como...? ¿Te han vuelto a crecer los ojos?
Primero le invadió un sentimiento de incredulidad y confusión. ¿Cómo podía saber...? ¿Acaso la mirada del Ghost Rider le había hecho ver más allá de la ilusión? Porque él no le había contado...
Y, entonces, se acordó. Justo cuando se despedían la primera vez, había retirado la ilusión de aquél detective de su cuerpo, y, durante la breve fracción de segundo que había tardado en dibujar otra, ella había visto su verdadera cara. El rostro del horror.
- Oh -musitó, dejando el plato medio vacío a un lado, sintiéndose repentinamente mal-. Hace poco más de un mes Tony Stark probó conmigo un suero experimental que hacía que el ADN se regenerara hasta su estado inicial. Todo lo que hubieras perdido volvía... volvía a crecer -explicó sucintamente.
¿Hacía casi tres meses que sabía que le faltaban los ojos y nunca le había preguntado por ello? Sabía que Tortita no era exactamente una niña... Pero nunca dejaría de sorprenderle su madurez en contraste con su aspecto.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 25th Septiembre 2021, 03:25
Escuché con atención la clase gratuita acerca de todo el tema del Islam. La verdad es que era complicado no acabar por comprender muchas religiones cuando uno de los principales antagonistas te pide que hagas cosas por él. Por algún motivo que aún me cuesta comprender, el tema de meter el dedo en la yaga a la gente que tiene fe les da bastante mas satisfacción que a un ateo, o un agnóstico. Aunque también sabía por experiencia propia que había una pila de gente que se justificaba con la religión para hacer verdaderas monstruosidades. Desde discriminar a quienes les salía de los bajos, hasta montar verdaderas campañas en contra de la gente por los motivos mas absurdos que se le pudieran ocurrir a uno. La conclusión era que podías volver al medievo con tan sólo poner detrás de tus atrocidades un "Ave María purísima" o lo que fuera que pronunciara el santísimo feligres de turno. Había tenido que visitar a muchos Jekill intachables de misa por la mañana que en cuanto oscurecía se convertían en verdaderos Hydes. Ni uno de ellos dejó pasar la oportunidad mientras se meaba encima de explicarnos el error que debíamos estar cometiendo, porque ellos eran "de los buenos".
Casi me daba un poco de vergüenza admitir que el tema de los perros lo había aprendido de rebote en una experiencia un tanto desagradable en arabia saudí. La realidad es que no sabía tanto de la cultura como para conocer todos esos matices, aunque si sabía que en general prácticamente todas las relaciones tenían algún problema con el tema de la homosexualidad. Jamás sería capaz de entender del todo qué coño podría importarle a un célibe que había elegido libremente serlo porque le había salido de las pelotas con quién te frotaras tu las tuyas.
Pero así estaban las cosas. El más gilipollas podía tener su programa de radio en el que no paraba de gritar gilipolleces, y gente con una sabiduría tremenda como Mama Oddy estaba pudriéndose en la puta calle porque sus hijos eran todos una panda de cabrones desagradecidos.
Era curioso como pensar en ello casi consiguió animarme un poquito.
Como si algo me dijera que lo que se avecinaba no iba a cambiar mucho porque el mundo ya era un puto infierno antes de que los demonios hubiesen decidido convertirlo en su nuevo patio de recreo.
-Entoncessss ¿Tu opinas que está bien que dos hombres se casen y cosas así? - drago era de las pocas personas que me permitía ver muy de vez en cuando, pero aún me costaba entender del todo de qué palo iba. Además de que era muy reservado, paciente y de carácter tranquilo, lo cual chocaba diametralmente con el día en que le había conocido, aún me costaba imaginarme qué opiniones tendría al respecto de tal o cual cosa. No nos habíamos conocido tanto como para eso.
Era algo que había imaginado muchas veces. Comer en algún sitio como su apartamento, donde podría llegar a ver cómo vivía, si tenía alguna afición rara, o coleccionaba tapas de botella, o cosas de ese estilo. Pero la verdad es que su vida era más la de un asceta que la de el típico héroe vengador de película. Claro que en la era en la que vivíamos ese concepto estaba un poco torcido.
Divagué un poco mientras continuaba hablándome, y no se porqué mi cerebro se desvió hacia pensamientos estúpidos. Me pregunté si acaso así es como eran las citas entre dos adultos. Sólo dos personas comiendo algo rico en una casa como una antesala del mambo horizontal. La idea hizo que se me encendiera un rubor que pude bajar enseguida en cuanto retomé la conversación. En ese momento, Drago pasó a contarme la historia de su perrita. Los ojos se me humedecieron al pensar en la pobre criatura dentro de un container, con las patas reventadas y llorando. A veces me emocionan las cosas mas estúpidas. Justo cuando me convenzo de que prácticamente estoy muerta por dentro.
- Es una suerte que la rescataras. Creo que está bien que alguien te haga compañía, pero no necesites conversar con ella. - me di cuenta de lo mal que sonaba después de decirlo, y traté de recorregirme a toda prisa. - ¡No quiere decir que seas malo conversando, solo que no parece que te guste mucho! O sea. No es que parezca que estés disgustado hablando, ni nada así. Solo que en general no pareces de los que hablan mucho. De normal. De tener una conversación tonta de esas de "como está el clima, ¿eh?", y otro contestando "Mucho calor" y tu "mucho calor, si". Que igual me equivoco. ¡Qué sabre yo!- hinqué por fin el tenedor en la comida, después de haber jugueteado con ella por costumbre y me llené la boca hasta llenar los carrillos, para tener que masticar durante un rato lo suficientemente largo como para frenar el ataque de verborrea que acababa de apoderarse de mi.
Pero cuando me di cuenta de los ojos... bueno. ¿Quien coño podría callarse eso?
- ¿Así? ¿Como si nada?- pregunté haciendo que el shock me vaciara por primera vez la cabeza, desde que me había enterado de todo el asunto que se nos venía encima. Pasé por completo por alto que él mismo me había pedido saber qué era lo que se avecinaba, aunque la verdad es que ni yo estaba segura de qué sería. Se me olvidó como por encanto cuando me contó lo de que aquello se lo había hecho un suero. Como si esa marcianada pudiera hacerme olvidar por completo que desde ese momento, mi vida era la de una fugitiva. - ¿Cómo hacen crecer unos ojos de la nada? ¡Ni que fueran uvas! - me bajé de mi silla, y haciendo gala de mi carácter despreocupado del espacio personal de los demás me aproximé hasta Drago tratando de mirarle más y mas de cerca, mientras pestañeaba con incredulidad. - Que pasada. A ver. Mírame. - pestañeé de nuevo, como si el hablar de ojos detonara ese gesto automático. - Wow. Parecen de verdad. - fruncí un poco el ceño, mientras se me dibujaba una sonrisa en los labios. - ¿Puedo tocarlos? - pregunte con mi mejor sonrisa pedigueña y los ojos brillantes. ¿Se notaría alguna diferencia? ¿Podría percibir las cicatrices que tenía cuando le conocí por primera vez, como si estuvieran debajo de su piel?
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 1st Octubre 2021, 01:03
La pregunta le pilló desprevenido. Bebió un poco de agua para ayudar a pasar la comida y, mientras masticaba, estuvo pensando la respuesta.
- No me lo había planteado nunca, la verdad -respondió.
Drago era un hombre reservado que no solía hablar demasiado de los aspectos más privados de su vida, entre los cuales se encontraban sus ideas religiosas. La única persona con la que había hablado de sus creencias hasta aquél momento había sido Matt, y sólo porque compartían una idea de espiritualidad. Para el bosnio resultaba extraño hablar de temas tan serios con Kim, no sólo porque no tenía tan claro cuáles eran sus creencias o su posición respecto a la fe, sino, especialmente, porque resultaba difícil sustraerse de la idea de que se trataba, en apariencia, de una niña pequeña.
- Hace medio año quizá te habría dado una respuesta diferente... más por desconocimiento que por otra cosa -admitió-. Pero coincidió que, por esas fechas, conocí a un superhéroe gay venido de otro universo... Se llamaba Apolo, y estaba desesperado porque con la Colisión había perdido a su marido. Reconozco... que inicialmente me resultó chocante. Pero entonces el Profesor le ayudó a encontrarlo, y... -su mirada se perdió en la pared, rememorando-. El reencuentro fue... realmente hermoso -admitió, mirando de nuevo a la pequeña antes de volver a atacar su plato-. No sé, supongo que me sirvió para ver las cosas desde otro punto de vista. Lo que ellos tenían... era amor verdadero. ¿Por qué no iban a estar juntos de manera legal, como cualquier otra pareja de enamorados? Fue un episodio curioso, la verdad. Un trabajo poco habitual para los X-Men, pero también de los más gratificantes. Me alegró mucho haber podido participar de ello. ¿Y tú? ¿Qué es lo que opinas?
Inicialmente no reparó en el posible malentendido hasta que Kim empezó a excusarse aparatosamente por ello. En ese momento no pudo evitar que se le escapara una sonrisa muy poco habitual en él que resultó sorprendentemente agradable.
- No te preocupes, no lo había malinterpretado en ningún momento. Entiendo lo que querías decir y sí, como ya habrás imaginado, no tengo demasiados amigos, y todos necesitamos algo de compañía de vez en cuando -dijo, palmeando cariñosamente el cuello del animal.
Volvió a sonreír al ver el asombro que le había provocado el Extremis, y no era para menos. A él mismo le había costado creérselo, y si no fuera porque le había hecho recuperar un sinfín de recuerdos dolorsamente reales, además de todas las consecuencias que habían derivado después, aún seguiría pensando que todo había sido un sueño.
- No, no como si nada -dijo con una leve risa, algo que no solía suceder. Eran pocas las veces que conseguía sentirse así de confortable con alguien, y se le antojaba extraño considerando la gravedad de la situación que habían quedado en discutir-. Tony me inyectó una especie de gel que contenía millones de nanobots que se dedicaron activamente a regenerar células dañadas. El proceso duró tres días, y me sentía tan exhausto que estuve durmiendo la mayor parte del tiempo, así que no fui realmente consciente de lo que ocurría o cómo. Sólo sé que una buena mañana me levanté, y, por primera vez en años, no lo hice en la oscuridad. Todas las cicatrices que tenía desaparecieron también...
Cuando le pidió que la mirara lo hizo, con sus recién recuperados ojos azules, unos ojos claros y bondadosos que no parecían encajar con la imagen que Drago vendía de sí mismo cuando adoptaba la forma mutante. Realmente, con el paso de los años había llegado a olvidar cómo era su mirada, así que siempre que utilizaba ilusiones para reemplazarlos eran ojos oscuros e intimidantes, lo cual se correspondía más con la imagen que tenía de sí mismo.
Pero si, según decían, los ojos eran la ventana del alma, entonces realmente el alma de Drago debía de ser mucho más hermosa de lo que él pretendía hacer ver.
- Es que son de verdad -se rió ante su comentario.
Era curioso... Había tan poca gente que supiera lo que le había ocurrido en Colombia que no había podido aún compartir con nadie aquél milagro. Una de las mejores cosas que le habían ocurrido en la vida, y, después de Cassandra, Kim era la única persona con la que había salido el tema.
La miró fijamente, extrañado ante su curiosa petición, pero luego asintió y, tomando las pequeñas manos de la niña, las guió con cuidado hacia su rostro, cerrando los párpados para permitir que pudiera pasar por encima sus diminutos dedos.
- ¿Sabes? -musitó mientras las manitas recorrían suavemente su rostro-. Cuando dicen que los ojos son la manera en la que podemos contemplar el alma de alguien, la gente olvida que funciona igual a la inversa... -Tortita retiró finalmente sus manos y Drago abrió los ojos, mirando fijamente a los de la coreana-. Los ojos son la ventana a través de la cual el alma contempla el mundo.
Su pulgar rozó levemente el pómulo de la pequeña, contemplándola con la misma pena que había sentido cuando había sofocado sus sollozos contra su pecho en la furgoneta de los secuestradores de niños.
- Dime, Tortita... ¿qué es lo que tus ojos tratan de decir?
Era la pregunta que llevaba queriendo hacerle desde que la había conocido. Se habían visto varias veces desde entonces, pero aún tenía la impresión de que no sabía nada de ella. No sabía con exactitud qué o quién era, ni cómo había quedado ligada al Espíritu de Venganza. Tampoco sabía cuántos años tenía en realidad, porque lo cierto era que no se comportaba como la niña que se suponía que era. Tras aquellos ojos castaño verdosos, aquella ventana a su alma, Drago intuía una profunda tristeza a pesar de su actitud aparentemente frívola y despreocupada, una gran angustia, y algo más; la intuición de que, al igual que le había pasado a él, ella no había tenido nunca nadie con quien sincerarse.
- ¿Quién eres en realidad? ¿Qué te ocurrió? Puedes confiar en mí, ya lo sabes...
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 13th Mayo 2022, 16:35
Dragoslav parecía una persona con la cabeza bien amueblada. Seguro que tendría sus cosas. Todos tenían sus cosas, pero al menos parecía dispuesto a asomarse al otro lado de la película y sacar sus propias conclusiones. No es algo que puedas decir de mucha otra gente creyente. La línea que separa la fe del fanatismo es tan fina que la mayoría de gente ni la ve. De eso si habría podido dar ejemplos a punta pala. Aprendidos de muy malas maneras además.
- Opino que la gente tiene mucho tiempo libre. - era lo más sincero que podía decir. El nivel de sabiduría por las nubes. Como si fuese lo más inteligente que se podía aportar a la conversación. - Si tu mayor preocupación en el mundo es quién se frota el qué con quien, tu vida tiene que ser tontísima y simple hasta dar envidia. ¿Qué mal te harán dos tipos haciendo en su casa un timón holandés, o dos chicas dándose un pipotazo? Ya te lo digo yo. Ninguno. Pero ahí estas, cabreado como una mona porque la gente se quiere y a ti no te da la gana que el resto sean felices y vivan sus vidas. Ya me jodería dar tanta vergüenza ajena. - ni me di cuenta de la cantidad de bilis que se me estaba escapando entre frase y frase.
La realidad es que me daba bastante igual lo que la gente hiciera, siempre que tuviera un mínimo de humanidad y no se comportaran como absolutos sacos de mierda. No encuentras eso tanto como un podría creer, y cuando te das cuenta del jolgorio y la fiesta que hay que hacerle a la gente por mostrar una mínima decencia, empiezas a percatarte de lo jodido que es el mundo en el que te ha tocado vivir.
Así que él tampoco tenía muchos amigos. Eso sí me resultaba curioso. Había sido él el que había insistido en que si necesitaba algo acudiera a él, en que quedáramos de vez en cuando para vernos. Después de descartar que no se trataba de ningún acosador que quisiera aprovecharse, me había quedado sin ideas. No imaginaba qué motivaba sus ganas de estar conmigo. Puede que le diese pena, sin más. Puede que a sus ojos no fuese más que una niña desamparada y él se viera forzado por su rol de adulto a cuidar de mí. Era un instinto corriente y que utilizaba en mi favor muchas veces por pura supervivencia, para qué mentir. Aún así, en este caso, la idea me dolió un poco. Me pinchó directa en el ego de solitaria autosuficiente.
Al menos parecía estar pasando un buen rato. Sonreía bastante. A veces hasta reía. Lo de darme de comer era una cosa, pero no tendría porque reírme las gracias sólo por quedar bien conmigo. Además, aunque no lo comentábamos, los dos sabíamos que llevábamos mochilas bastante tochas, más incluso que lo que habíamos visto el día en que nos conocimos. Cuando hablaba con él no tenía tanto cuidado con las apariencias. Sentía que hablaba con un igual y eso me hizo sentir un poco mejor. Además, estaba mucho mas cañón cuando estaba contento.
- Bueno. Al menos no te dolió. - mejor haber pasado eso sobando. Sonaba complicado, y doloroso. Si no se había enterado, suerte para él. - El tema de los ojos da grima. Vi una operación por la tele una vez. Metían un cable por un lado para que el médico pudiera moverlo. Daba hibbiejibbies. - hice un aspaviento, una especie de escalofrío muy exagerado.
Cuando se ofreció a dejarme tocarlos no desaproveché la oportunidad. No todos los días le crecen a uno dos ojos. Quería saber si podría notar algo. Algo raro. No sabía exactamente qué. Cuando me cogió las manos, sentí un escalofrío. Esta vez de verdad.
Ese gesto tonto me trajo recuerdos tan viejos que pensé que ya no podría revivirlos con nitidez... me equivocaba.
Mi sonrisa se deshizo, mientras hacía todo lo posible por impedir que los ojos se me llenaran de lágrimas. Mis manos se posaron sobre el rostro suave y cálido de Drago. Las cicatrices desaparecidas no se notaban en absoluto. Los pliegues de sus párpados eran tersos y las pestañas hacían cosquillas al tocarlas con las yemas de los dedos. Notaba el sutil movimiento que ejercían sus ojos azules por debajo de la leve presión de mis yemas. Eran de verdad.
Entonces el hombre dijo algo más...
- Vaya. Suena un poco cursi, ¿No?- reí nerviosamente, pero Drago pudo percatarse sin problemas de la incomodidad de mi mirada.
Tuve la imperiosa necesidad de restarle importancia con ese estúpido chascarrillo, porque así es como me enfrentaba a cualquier sentimiento imprevisto. Aquella frase fue una especie de antesala. Un caramelo con el que convencerme de que las ampollas que me saldrían cuando empezara a caminar el sendero que Dragoslav me estaba señalando merecerían la pena.
Su mano rozó mi mejilla, tensándome de inmediato. Llenándome de un pánico aterrador. Su rostro lleno de pena se compensó con esa dulce caricia cargada de ternura.
Tenía que interrumpirle. Decir algo que hiciese que dejara de hablar. Tenía que parar.
Se me nubló la vista tras la picante y acuosa cortinilla de las lágrimas. Ya no podía hacerme con ellas. Drago parecía cada vez más cerca. Esos ojos azules como el cielo estaban tan fijos en los míos que amenazaban con devorarme, pero no podía apartar la vista de ellos. Sentí como si me hubieran perdonado, incluso aunque no supieran todo lo que había hecho. Comencé a temblar, presa del miedo.
Mi cuerpo lo supo antes incluso que yo. Quería decírselo. Iba a decírselo todo.
- N-nnh...- me retiré hacia atrás elevando las manos, como si fuesen a protegerme de la amenaza invisible que las palabras del Bosnio habían lanzado en mi dirección. Notaba la tensión en mis músculos, el temblor incontrolable.
No volvería a tener esa oportunidad. Si no era ahora, no sería. Algo en mi fuero interno había ido hasta allí, había ido a buscar a Sasha, a Oddy. A todos los que, ya fuera casual o fugaz, habían importado algo para mí. La realidad me golpeaba con un peso que ni el GhostRider habría sido capaz de cargar. No era para informarles de lo que estaba pasando. Ni siquiera para asegurarme de que estaban bien. Acababa de darme cuenta de mis intenciones, y el peso de la verdad me paralizó por completo.
Había ido allí... a despedirme.
No saldría de esa. Los demonios se adueñarían de todo, y cuando eso sucediera, me...Nos destruirían.
- N-no, n-no me toq-ques...- gemí mientras me alejaba con pasos vacilantes hacia atrás. Percibía como mi cuerpo colapsaba y mi piel comenzaba a despedir un humo parduzco, justo antes de sentir un dolor intenso recorriéndome, al tiempo que las llamas me lamían.
La calavera se abrió en toda su extensión agarrada por dos manos de hueso que trataban de sostenerla entre ellas, cuando hizo un repentino acto de presencia.
Aún era de día.
Un grito desgarrador y distorsionado llenó la sala, asustando a la perra, que se lanzó hacia Dragoslav, ya fuera para protegerle, o para buscar refugio en su compañía. No paraba de ladrar. Su aparición apenas duró un instante, tiempo suficiente para drenarme por completo las fuerzas. Mi cuerpo cayó a plomo, golpeándome contra el suelo. El humo se densificó, hasta volverse blanco y dejar a su paso tan sólo su aroma. Las lágrimas me resbalaron por la cara pero no podía levantar la mano para secármelas. Mi cuerpo era pesado como un bloque de hormigón, al que sólo recorría de vez en cuando una errática descarga eléctrica, a causa de los reflejos convulsos.
Si le contaba a Dragoslav la verdad, su vida peligraría para siempre.
Si me callaba, nadie jamás lo sabría.
Moriría en aquella guerra y nadie podría recordarme... Porque nadie sabía quién era.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 12th Junio 2022, 20:39
Drago asintió, apartándose un mechón de pelo de la cara.
- Los discursos de odio son tan antiguos como el ser humano, por desgracia. La intolerancia y el miedo a lo que no se conoce forman parte intrínseca de nuestra naturaleza como sociedad.
Él lo sabía bien, ya que había tenido que vivir la persecución y el exterminio tanto como musulmán como mutante. Intuía que las referencias que había mencionado la niña se referían posiblemente a algún tipo de postura sexual, pero ni sabía de qué se trataban exactamente ni lo quería saber, así que hizo todo lo posible por olvidarlas antes de que su mente decidiera visualizar posibles interpretaciones gráficas. Drago había sido siempre muy cortado para aquella clase de temas, y era de los que pensaban que el sexo no había que estudiarlo, sino simplemente dejarse llevar por la melodía que componían los cuerpos, y todo saldría de manera natural.
Además, prefería no pensar cómo era que Tortita sí conocía aquellos términos.
Cuando le habló de la operación tampoco contestó. Durante muchos años había sido incapaz de permitir que nadie le tocara la cara por los terribles recuerdos que evocaba en él, incluida Cassandra, y aunque ahora que habían regenerado sus espantosas heridas se veía capaz de realizar aquél gesto de confianza con Tortita, uno del que ella posiblemente no sería nunca del todo consciente, hablar de todo lo que estuviera relacionado con sus ojos o la operación le resultaba muy difícil, así que se limitó a permitir que aquél momento de conexión íntima con la pequeña niña hablara por él.
A drago aún le costaba adaptarse a los convencionalismos sociales después de tantos años de aislamiento autoimpuesto, por lo que inicialmente pensó que el comentario de Tortita a su reflexión era una broma que requería de él una respuesta pareja, pero cuando iba a contestar con otra broma similar reparó en la manera sutil en la que se torcía su gesto y comprendió que algo le había desagradado. ¿No había sido una broma, entonces?
- Oh, lo siento, he... ¿he dicho algo que...? -su expresión se alarmó visiblemente al ver el nacimiento de las lágrimas de la pequeña-. Oh, no, vaya, lo siento, Tortita, yo, pensaba... pensaba que... Todos estos años que trataba de crear distancia con los demás y encerrarme en mí mismo, creí percibir, por lo que me decían mis amigos, lo que veía a mi alrededor, que ésta clase de gestos de apertura eran algo bueno, que... que la gente agradecía cuando... ¿Cómo... cómo puedo ayudarte? ¿Qué es lo que he hecho mal? -insistió, cada vez más apurado ante el rápido incremento en las manifestaciones físicas de malestar de la chiquilla.
Y era cierto. Cada vez que se había abierto aunque fuera un poquito con alguien, ya fuese Sasha, Cassandra, Logan, Lobo, Elissa, Sieglinde, Matt... siempre había tenido la sensación de que se fortalecían los lazos con la otra persona, y casi siempre había resultado... gratificante, tanto para él como para el que tenía enfrente. Jamás de los jamases habría esperado que con Tortita acabaría así, de lo contrario nunca se le habría ocurrido hacer algo que terminaría haciéndole daño, aunque aún no entendía bien qué era lo que había provocado aquella reacción.
- N-no, n-no me toq-ques...
Aquella frase, saliendo de los labios de una niña que estaba claramente asustada, actuó como un barreño de agua hirviendo que hubiera caído entre los dos, haciéndole retroceder como si pudiera quemarse. "No me toques". Aquella frase, dicha por una niña a un adulto, le dejó totalmente petrificado e incapaz de reaccionar, evocando en él recuerdos terribles de un pasado atormentado. Veía en los ojos de Tortita un remedo del mismo terror que él había sentido una vez. ¿Cómo podía ser? ¿Cómo podía él haber provocado semejante terror en una niña sin siquiera cambiar de forma? ¿Se había propasado? ¿Hacer que ella tocara su cara había sido algo traumático de alguna forma?
Entonces su cuerpo comenzó a desintegrarse, y él retrocedió más aún, agarrando a Luna, que no paraba de dar agitados saltos y ladrar nerviosamente a su alrededor. Era incapaz de apartar la mirada de aquél pequeño cuerpecillo que estaba siendo devorado por las llamas. Ya lo había vivido una vez, pero era algo para lo que nunca te acostumbrabas, era imposible. El espectáculo era dantesco, aterrador, y el grito que resonó entonces no se iría fácilmente de su mente. Luna dejó de revolverse en su agarre para lanzarse a su regazo, aterrorizada, y él la recogió entre sus brazos en un gesto protector. Sentía el corazón latiéndole a mil revoluciones por segundo en el pecho, y no se le había olvidado que aquél ser había intentado matarle una vez. Para ser honestos, no estaba del todo seguro de que pudiera vencerle en combate, pero si el ser era peligroso tendría que frenarle antes de que pudiera afectar de algún modo a los vecinos, que ya estaban empezando a llamar a su puerta para cerciorarse de que todo estaba bien.
Sin embargo, tan pronto como vino desapareció, y la pequeña asiática se desplomó en el suelo como un saco de patatas. Los golpes en la puerta se intensificaron, así que Drago dejó caer a la perra y fue a abrir, adoptando primeramente de nuevo la figura de Zahir. Al otro lado de la puerta aguardaban la vieja Angelita y Konrad, el encargado de mantenimiento, tratando de vislumbrar el interior del apartamento por encima de su hombro.
- ¿Qué está pasando ahí dentro? -inquirió Konrad, mirándole con un recelo que no se molestó en ocultar. Los árabes no solían caer bien desde los atentados del 11-S.
- Nada, sólo es la televisión -improvisó Drago. La excusa más típica del mundo, pero también la más socorrida.
- Hemos escuchado un golpe de algo contra el suelo -intervino la anciana, pegando codazos apenas disimulados al de mantenimiento-. Como un cuerpo cayendo.
- Necesitaríamos entrar a comprobar que todo está en orden, Zahir, espero que no te importe...
- No, claro, adelante...
Con una mano, el bosnio tejió una ilusión que cubrió el cuerpo de Tortita y los platos de comida que habían quedado desperdigados por la sala. El de mantenimiento entró primero y echó un vistazo general antes de seguir avanzando hasta la cocina. El piso era tan pequeño que no tuvo que moverse mucho para conseguir una panorámica completa y convencerse de que todo estaba en orden.
- Huele a humo, ¿se te ha quemado algo?
- No, el olor viene de la calle, la verdad es que no sé de qué es.
Konrad le miró con algo de desconfianza, pero era cierto que Zahir llevaba muchos años allí y jamás les había dado ningún problema, así que, después de disculparse, la anciana y él salieron del apartamento. Drago cerró la puerta preguntándose si la desconfianza habría sido la misma de haber adoptado él la forma de un hombre americano blanco.
Una vez todo estuvo tranquilo, se acercó cautelosamente a la yaciente Tortita, sin atreverse a tocarla. Luna se le había adelantado y la olisqueaba con precaución.
- Eh... ¿Tortita? -inquirió, titubeante. Los ocasionales espasmos indicaban que seguía viva, pero no tenía nada claro si tendría que llevarla a un hospital.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 16th Junio 2022, 18:24
Cuando el dolor desapareció, me quedé sola de nuevo. A pesar de que tras aparecer, y perder las fuerzas me había dado un golpazo tremendo, no sentía demasiado. Tenía los sentidos adormilados por el cansancio extremo que esas apariciones diurnas me causaban. Ahora que habíamos empezado a comprendernos entre el Ghost Rider y yo, tenía la sospecha de que eso era tan accidental para él como para mí. La única explicación que se me ocurría, al echar la vista hacia atrás, es que confundía aquellas situaciones de angustia, tensión o pánico como si fuesen a vida o muerte. Casi siempre aparecía si los daños podían llegar a ser mortales, aunque sólo fuera para reparar lo justo y necesario para impedirlo. ¿Y si estaba haciendo lo mismo, solo que en esta ocasión no era daño físico... si no de otro tipo?
Las voces de los vecinos de Drago se escuchaban como si fuera un extraño ruido blanco en mis oídos. Una radio mal sintonizada a la que trataba de ignorar por todos los medios. Jadeé, con la boca completamente seca llena de un desagradable sabor a ceniza. Las lágrimas me llenaron los ojos, se desprendieron y me empaparon la cara gastando en aquel gesto absurdo la poca agua que aún me quedaba en el cuerpo. Traté de enterrar mi rostro entre mis manos, pero sólo arrastrarlas a medio camino me supuso un auténtico suplicio. Lo único que me hizo sentir un poco mejor, es que era toda una experta en llorar en completo y absoluto silencio.
Un hocicazo me ayudó a volver al presente. A ese le siguió otro, y otro más. Mi cuerpo era menudo en comparación al de la perra, así que no le costó nada colocarme de lado con un par de empujones más. Los espasmos no habían cesado, cuando la puerta se cerró. La voz de Drago me alcanzó desde algún lugar indeterminado, tras haberse librado de los entrometidos que, sin lugar a duda, se habrían llevado un susto de muerte. Incluso aunque no hubieran presenciado el dantesco espectáculo de mi cuerpo en llamas.
Otra cosa por la que debería disculparme. Otra cosa que, de haber continuado haciendo las cosas bien, no habría tenido porqué suceder. Nunca debí acercarme tanto a Sasha. A Hellboy, o Azul. A Jake. A Oddy. A Drago. Ya sobrepasaban más que los dedos de una mano. Más de los que me merecía. Nunca debí arriesgarme a exponerlos a Mephisto de ese modo. Nunca debí dejar que su contacto conmigo le permitiera acercarse a ellos.
Al final no había podido evitarlo. De toda mi vida, esos momentos con ellos eran lo único que me hacía sentir bien. Lo único por lo que merecía la pena despertarse, después de haberme ido a dormir. Lo que me había hecho tener un motivo para huir, ahora que el fin del mundo era más real que ninguna otra cosa.
Ahora Drago me daba la oportunidad de dejarme ir por completo y de lo que estaba a punto de hacer no habría vuelta atrás.
Porque aún sentía unas ganas irrefrenables de decírselo.
- Ah...a...- ¿Desde cuando hablar podía costar tanto? - A...gua...- mi tono de voz se rompió, como si de repente sufriera una grave afonía. - Agua... - era lo único que era capaz de decir.
Con la diligencia que le caracterizaba, fué a buscarme un vaso a la cocina. Al volver se percató rápido de que yo continuaba en la misma posición, así que se encargó de acomodarme de un modo en el que beber no resultara peligroso. Apoyó el vaso entre mis labios y sentí el líquido descender y llenarme la boca, arrastrando la sequedad y el sabor desagradable, dejando sólo la frescura y el alivio de volver a sentir los dientes, los labios y la lengua. Tuvo que ir a por un par más, antes de ser capaz de carraspear, y que mi voz dejara de sonar como la de un viejo de ochenta años a dos paquetes de camel desde los once.
En todo ese rato, continué llorando sin parar.
Cuando recobré el aliento, aún jadeando, me quedé en silencio durante un momento que se me hizo eterno, mientras trataba de encontrar la manera de explicarme. De disculparme por el susto que le había dado a él, a Luna, a sus vecinos. Por haberle montado esa escena que podía buscarle problemas en el barrio, y por haber dejado en su suelo de madera aquel círculo negruzco que había causado mi combustión.
- C-creo que...T-te lo voy a decir. - eso no era lo que quería decir. Noté como comenzaba a hipar sin control, con ese modo de llorar que sólo tienen los niños. Mi vista se nublo otra vez, llenandome los ojos de un escozor como si me hubieran echado pura sal en ellos. - Te lo voy a decir... y si lo hago, tu vida habrá acabado. - no había nada mas aterrador que eso. - Porque si te lo cuento, van a venir a por ti. Como van siempre a por todos los que...- QUIERO- se han portado bien conmigo. - No podía reconocerlo. Mucho menos decírlo en alto.
Por eso he estado sola veinte años. Tanto si lo quería, como si no, siempre pasaba algo. Si no lo hacía ÉL, lo hacía yo. Cómo iba a vivir con la conciencia tranquila, sabiendo que cada minuto que pasaba junto a alguien era como comprarles una papeleta para esa rifa siniestra en la que Mephisto pasaba el rato acosándolos. Unos minutos habían dejado a Sasha una herida abierta, que no estaba segura de que fuera a cerrarse nunca. Sólo unos minutos. Y yo había seguido convenciéndome de que podía simplemente cruzarme con ellos de manera "accidental" de vez en cuando. Sólo para comprobar que estaban bien. Los minutos se convertían en horas. Las horas en días.
Y cada vez era siempre la última vez.
Solo que no lo era...
- Pero no quiero morir sola. - todo aquello era demasiado para mi. Sentí como si me fuese a partir por la mitad. Como un trozo de tiza que aprietan demasiado contra una pizarra. - No quiero morir y que nadie se acuerde de mi. Que sólo me recuerden por un apodo estúpido, o que mi cuerpo lo reconozcan por que me falta media paleta. - dije arrugando el rostro en una mueca, que dejaba ver con claridad el incisivo partido que también se había convertido en una seña de identidad. - Lo haré... lo haré si no me paras. - había una muda súplica en mi rostro lleno de lágrimas. - Dime que pare. Por favor. - el labio comenzó a temblarme, mientras notaba como se me agolpaban en la cabeza todas las cosas que había retenido durante veinte años. Todas las cosas que había vivido sola. Las que nadie sabía. Empezando por mi nombre. - Drago. Por favor. - hice todo un esfuerzo por mirarle directo a los ojos. - Dime que no lo haga.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 25th Julio 2022, 02:18
Drago la atendió todo lo solícitamente que pudo; le trajo el agua que pidió y trató de confortarla con sus actos y su presencia, a pesar de su silencio. Nunca se le habían dado bien las palabras. Tanto era así que, cuando la niña le suplicó que la detuviera, apartó la mirada a un lado, meditabundo. Quizá Kim pensara que estaba realmente planteándose hacer lo que ella le pedía, mas no era así. Drago nunca podría abandonar a alguien que está sufriendo. Simplemente no sabía cómo expresar lo que sentía. Lo que pensaba. Así que, simplemente, se levantó sin decir nada, y, dejando a la niña en la incógnita más absoluta, se dirigió a la cocina y empezó a trastear por allí. Al cabo de varios minutos salió con una taza de chocolate caliente que dejó delante de la morena y se dirigió al dormitorio, del cual regresó con una manta ligera de entretiempo que dejó sobre sus hombros. El tacto era agradable, suave y cómodo. Acto seguido se sentó frente a ella en el suelo cruzando las piernas y la miró a los ojos.
- Desde que tengo memoria, no he dormido una sóla noche sin despertarme abrumado por pesadillas terribles -empezó, en tono sereno-. Escenas... espantosas. Gritos de dolor y agonía. Las sombras... Las sombras me han acompañado desde que despertó mi gen mutante. Se alimentaban de mi dolor, de mi absurdo temor a hacer daño a los que me rodeaban. Me decían que la única manera en la que podría vivir de manera segura sería sólo. Que nunca podría tener familia... o amigos. Sin embargo, desde la Colisión, mi vida ha cambiado de maneras que jamás pude sospechar. Te conocí a ti, conocí a un montón de gente, incluso reconecté con personas a las que conocía desde hacía años pero nunca me había molestado en conocer de verdad. Y hasta me atreví a amar. Hace poco más de un mes, recuperé la vista, algo que nunca pensé que podría ser posible. Y volví a percibir la luz del sol con mis ojos. Mis auténticos ojos -hizo una leve pausa para cerciorarse de que la niña le seguía escuchando-. Éste último año, Tortita, he sido feliz por primera vez desde que era niño. Y, durante un tiempo maravilloso hasta me atreví a pensar que podría ser una persona normal. Llevar una vida normal. Incluso... tener una familia.
La imagen de Elissa se perfiló claramente en su mente ante aquél pensamiento. Cassandra había sido su prometida, pero ahora que había recuperado sus recuerdos sabía que era ella la mujer a la que había entregado realmente su corazón. La primera a la que había amado, y a la que más añoraba. Sin embargo, no había sido capaz de volver a hablar con ella desde lo que sucedió. Por su estúpido orgullo se estaba castigando a sí mismo, pero aquella conversación con Tortita le hizo darse cuenta de cuáles eran las verdaderas prioridades de la vida. Tendría que resolverlo pronto. Hablar con ella. Aclarar las cosas. No podía continuar así eternamente. Ya la había perdido una vez. No quería perderla de nuevo.
- ¿Y sabes lo que ocurrió cuando dejé atrás mis miedos y me permití a mí mismo volver a confiar en los demás? Nada malo. Ninguno de mis absurdos temores se hizo realidad. Al contrario. Junto a todas esas personas maravillosas me sentí...
Pensó en todos los que había permitido que se acercaran a él durante el último año y una suave sonrisa se perfiló en su rostro. Lobezno, Sasha, Dianne, Dick, Bruce, Lobo, Planaria, Matt, Tony, Sieglinde, Jean, Tortita, Elissa...
- ...Seguro. Por primera vez desde que me libré de las sombras... Quizá por primera vez desde lo de Srebrenica... Me sentí... protegido. Apoyado por personas que darían su vida por mí. A salvo.
Sí... incluso con Elissa, a pesar de la manera en la que había traicionado su confianza. Cuando estaba con ella se sentía en paz, libre de los miedos que normalmente le asediaban. Ella tenía esa capacidad para calmarle, para hacerle sentir bien. Cuando estuvo entre sus brazos... se sintió como si al fin hubiera regresado al hogar. Como si aquél fuera el sitio donde se suponía que debía estar.
Extendió una mano para apartar un mechón de pelo de la cara de Tortita.
- No sé qué te ha ocurrido, pero sé cuando alguien necesita ayuda. Yo mismo la he necesitado durante demasiado tiempo, por eso puedo reconocer a los que se encuentran tambaleándose al borde de la oscuridad. A veces somos nosotros mismos nuestros propios enemigos, como me ocurrió a mí, pero en otros casos... en otros casos son fuerzas externas las que tratan de empujarnos al abismo -la miró a los ojos-. Y creo... creo que es tu caso. Tortita... una vez juré que no permitiría que ningún inocente volviera a sufrir como sufrió mi pueblo. Sé que estás sufriendo, y no sería el hombre que soy si te dejara caer. No me importan las consecuencias. Las cosas que hago día tras día, noche tras noche... No se pueden llevar a cabo sin granjearse enemigos. ¿Crees que seguiría haciéndolo si eso me importara? -apoyó la mano en el hombro de Tortita, para proporcionarle valor-. Si algo he aprendido en todos éstos años, es que la oscuridad sólo puede apoderarse de quien está solo. Las sombras dejaron de acosarme en cuanto dejé de sentirme solo. Cuando dejé entrar a mi familia, a mis amigos...
>>Tortita... nunca más volverás a estar sola. Estoy aquí, contigo, y nada de lo que me digas hará que te abandone. Nunca.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 9th Septiembre 2022, 11:36
En ese punto, me estaba engañando a mí misma. Porque hasta la última fibra de mi ser deseaba decirle por fin a alguien la verdad. No como se la había dicho en su momento a Hellboy, Abe, Johan o Lizz, en una situación en que me sentía atacada, acorralada y amenazada hasta que no me dejaron alternativa. Porque la realidad es que había compartido sólo una pequeña porción de mi realidad con ellos y lo había hecho cegada por la ira, por la venganza, y también, para suponerles un escarmiento. Tal vez una parte pequeñita de mi deseaba que Mephisto los pusiera en su punto de mira, sólo porque Hellboy era otro demonio. Puede que sólo lo hubiera hecho para que tuvieran un motivo por el que pelear entre ellos, porque no creí nada de lo que en el B.P.R.D me dijeron. Por entonces ellos me daban absolutamente igual. Ninguno de ellos me importaba una mierda. Ahora la situación era distinta.
Todo estaba cambiando y yo no sabía todavía medir las consecuencias.
Cada vez que me alejaba un paso del lugar seguro en el que estaba, por infeliz, solitario y miserable que este fuera, el vértigo de las posibilidades me hacía retroceder. Había tomado una determinación en enero de ese año. Una que suponía alejarme de un modo de vida que había mantenido durante veinte años. Había renunciado a él... y ahora el infierno estaba en la tierra. Puede que no tuviera nada que ver con ese hecho.
Puede.
Y aún así, Drago no me abandonó. Se quedó conmigo, como todos a los que había rechazado de palabra, pero no de corazón. Como lo hizo el B.P.R.D y cada uno de sus miembros, Sloan y todos nuestros compañeros de Eldritch, Jake, mi eterno protector, e incluso Sasha, a pesar de que ahora no era capaz de encontrarla y eso no hacía más que echarme una losa de culpabilidad encima.
Dragoslav y yo nunca habíamos hablado de cosas tan íntimas. Sabía lo que él me contaba de las que le habían sucedido, pero casi nunca compartía conmigo detalles como esos. Tan íntimos. Tan personales. Sentirme comprendida y arropada acabó por romper las últimas reticencias que pudieran quedarme. Él sabía como era. Había vivido así. Como yo, eligió la soledad. Es diferente elegir estar sólo por elección, que cuando sientes que no tienes ninguna otra alternativa. Lo primero es terrible, pero llevadero. Lo segundo no procede de fuera, si no de dentro... y es totalmente desgarrador.
Pero una vez empezara... habría preguntas. Cosas a las que quizá, no querría o podría responder. Cosas que cambiarían por completo el concepto que Drago tenía de mi. Decir que se quedaría era mas fácil desde donde él creía estar. Hablando con una pequeña niña desvalida... que no era tal.
Me arrebujé en la manta, mientras me agarraba a aquellas últimas palabras como un clavo ardiendo. Quise creerlas, aunque resultaran ser mentira. Tenía que creerlas. Sin importar lo que dijera. Lo que pasara. Dragoslav se quedaría.
Se quedaría.
- No... me llamo Tortita...- decir eso no era del todo cierto. No se puede negar quien has sido durante veinte años. Pero la realidad es que no era mas que un apodo. Un sobrenombre. Un personaje. Una máscara. Mi mano temblorosa se dirigió a la que Drago tenía sobre mi hombro y me agarré a ella como si fuera lo único que me impedía caer al vacío.- Me llamo...- una garra me atenazó la garganta. Sólo lo había oído una vez en veinte años, y había sido de la boca de Azul. Pero yo lo paladeaba en mi mente cada día. - Me... llamo...- apreté su mano tratando de infundirme coraje, como si esas tres sílabas fuesen un triatlón y no ser capaz de llegar a la meta pudiera costarme la vida. Las lágrimas no cesaban. Apreté los dientes, dejando que la rabia se escapara en cada respiración jadeante. Eso es lo que me había hecho Mephisto. Me había robado mi nombre. Se había adueñado de mi vida. Me había enterrado en lo más profundo de mi. El hormigueo de la ira mas pura me hizo recuperar la fuerza que la aparición diruna del GhostRider me había quitado. - Me llamo Kim Hwa Jae. - cuando esas palabras volaron fuera de mis labios...
En lugar de sentir la sensación punzante de una cuchilla sobre el cuello, sentí una maravillosa y agradable sensación de vacío. Me quedé completamente inmóvil durante unos segundos, esperando oler el azufre. Escuchar una explosión. El calor del fuego.
Pero nada sucedió.
Y entonces mi entrecejo se frunció, y comencé a jadear más fuerte, mientras mis lágrimas se detenían al instante.
- Me llamo Kim Hwa Jae. - repetí, como si fuese incapaz de creer que lo hubiera hecho en realidad. Más vacío. El único sonido que se escuchaba eran los jadeos de Luna y la respiración de Drago. - Me llamo Kim Hwa Jae. - todo mi cuerpo comenzó a temblar y con algún tipo de reflejo infantil heredado alargué las manos hacia Drago, buscando un contacto que necesitaba desesperadamente. Como un niño que pide a su madre que lo cargue en brazos, o que le abrace contra el pecho para poder volver a sentirse seguro. - Me llamo Kim Hwa Jae. ¡Me llamo Kim Hwa Jae! ¡ME LLAMO KIM HWA JAE! ¡ME LLAMO KIM HWA JAE! ¡¡ME LLAMO KIM HWA JAE!!- comencé a gritar, desesperada.
Como si eso pudiese compensar todas las veces que había tenido que callármelo durante veinte años.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 28th Septiembre 2022, 01:19
Evidentemente Drago ya se había figurado que Tortita no era el nombre real de la pequeña, pero como persona con un pasado trágico a la espalda que durante muchos años se había esforzado en ocultar, respetaba los secretos ajenos y jamás se le habría ocurrido tratar de indagar más allá de lo que la propia niña quisiera contarle.
Después de todo, el mutante sabía una cosa o dos sobre esconderse detrás de ilusiones y falsas identidades. Siempre supuso que la niña se habría fugado de casa, o que tendría un motivo más que válido para querer ocultar su nombre real. De hecho, existía incluso la posibilidad de que ella misma no lo recordara. No era descabellado si la habían separado de sus padres siendo muy pequeña, pero parecía que no era el caso. Parecía que iba a compartir aquél profundo secreto con él, y eso le alegró, no por el secreto en sí, sino por el voto de confianza que implicaba. No estaba mal considerando que la primera vez que se habían visto se había convertido en una especie de espectro vengador que había intentado matarlo...
La mano de la niña buscó la suya y él la sostuvo para infundirle valor. Sabía lo mucho que costaba cuando al fin te decidías a dejar entrar a otra persona en ese espacio privado que has mantenido sellado durante muchos años. La buscó con la mirada para decirle, sin palabras, que no hacía falta que continuara si no se sentía preparada para ello, pero al mismo tiempo le decía que estaba ahí para ella. Fue testigo de su lucha interna, de sus lágrimas... Pero no dijo nada. Aquella era una batalla que tenía que librar ella sola, y lo único que podía hacer él era dejarle claro que la comprendía y la apoyaba, tomara la decisión que tomara.
Finalmente, aquellas cinco palabras sagradas brotaron de entre sus labios como un manantial que se derrama sobre un lago de agua cristalina, y comenzó a repetirlo una y otra vez como si se tratara de un mantra. Drago no entendía muy bien la situación, ni cuáles eran sus miedos, pero observó su pletórico derroche con una sonrisa... al menos hasta que empezó a elevar demasiado el tono.
La chiquilla le había ofrecido sus brazos, y él la estrechó contra su pecho en un abrazo, tratando de tranquilizarla.
- Shhhh... -la arrulló, acariciándole la pequeña cabeza repleta de cabello oscuro.
Drago no era una persona particularmente física, y de hecho tendía a rehuír el contacto, pero Kim era una niña, y el mutante siempre había deseado tener hijos. Jamás habría podido negarle un abrazo a un niño. Para él, eran las únicas criaturas totalmente inocentes y puras que había sobre la tierra además de los animales, y el hecho de haber visto cómo Tortita se transformaba en aquella cosa horrible lo único que hacía era que el dolor que sentía por ella fuera mayor.
- ¡Shhhhh! -un leve matiz de alarma se sumó a su tono cuando la chica empezó a gritar, poniéndole una mano sobre la boca para acallarla con suavidad al tiempo que dirigía una mirada preocupada hacia la puerta de su apartamento-. Al final van a pensar que de verdad estoy matando a alguien... Ven, vámonos de aquí.
Cogiéndola de la mano, volvió a utilizar sus poderes de invisibilidad para ocultarla y salieron a la fría noche de abril neoyorquina junto con Luna.
- Conozco un lugar tranquilo donde podremos hablar sin que nadie nos moleste. Es donde suelo ir las noches como ésta cuando quiero estar solo, y está muy cerca de aquí.
El mutante la condujo a través de un barrio residencial de lo más anodino y pobre, con edificios pequeños, marrones y feos que parecían todos iguales, por una calle llamada Anderson Avenue. A causa de la considerable cantidad de basura que impregnaba el suelo, a Kim le costó darse cuenta de que caminaban por encima de lo que en algún momento tuvieron que ser vías de metro y entre las que ahora afloraban pequeños árboles y vegetación. El túnel emergía del sótano de un edificio de apartamentos que había sido sellado con hormigón, y, tras un examen más detenido, pudo identificar las paredes enrejadas cubiertas de graffitis como la estructura por donde había subido la escalera principal hacia el andén.
Continuaron varios metros más, siguiendo al norte por la calle 162, que se curvaba para subir hacia una vía elevada increíblemente antigua y herrumbrosa de la que quedaba todo el armazón, que se utilizaba como túnel para los coches, pero habían eliminado las rampas de subida, de manera que era imposible acceder a la parte superior de las vías... a menos que tuvieras habilidades especiales como las de los dos metahumanos.
Haciendo gala de una agilidad y fortaleza física impresionantes, Drago trepó por la antigua estructura repleta de asideros con la familiaridad de quien ya ha hecho aquello con anterioridad, ayudando a Tortita a subir tras él. Las vistas de la ciudad iluminada desde allí arriba eran impresionantes. La curva de la vía estaba abruptamente cortada en un extremo, apuntando directamente al impresionante Yankee Stadium, y, al norte, el camino continuaba hasta conectar con un parque abandonado.
- Aquí puedes hacer todo el ruido que quieras -dijo el bosnio, sentándose en la parte más elevada de las vías-. Estamos sobre un polígono industrial desierto a éstas horas, con el estadio vacío a un extremo y un parque abandonado en el otro. Nadie nos oirá aquí. De hecho...
Repentinamente sonrió y giró sobre sí mismo, elevando la vista hacia el cielo hasta encontrar la inmensa y resplandeciente luna llena.
- ¡Es tu hora de brillar, Luna! -le gritó a la perra, que se había quedado abajo y les observaba pacientemente sentada en el suelo.
Después, volvió a girar la cabeza hacia arriba y, ante la total y absoluta sorpresa de la Ghost Rider, dejó escapar un fuerte aullido únicamente eclipsado por Luna, que se unió a la llamada con un aullido profundo y ronco mientras daba nerviosas vueltas sobre sí misma en el suelo.
Resultaba tan inesperado e incluso ridículo viniendo del estoico profesor que la chiquilla no pudo hacer otra cosa más que reírse, lo cual, posiblemente había sido la intención de Drago desde el principio.
- Tu turno -dijo entonces, volviéndose hacia ella-. Grita lo que tengas que gritar, deja salir la tensión, déjate llevar. Quién sabe lo que nos deparará el futuro las próximas noches... qué clase de horrores tendremos que afrontar... Pero, por el momento, aquí y ahora... podemos permitirnos ser libres, aunque sólo sea por unas horas -la instó, y había en sus claros ojos azules una dulzura tan auténtica y sincera que la pequeña tuvo la impresión de que le conocía desde hacía años en lugar de unos pocos meses...
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 20th Enero 2023, 02:29
Me derretí en aquel abrazo como un trozo de mantequilla sobre una tortita caliente. No recordaba la última vez que un abrazo me había propiciado una sensación de seguridad tan firme como aquella. Alivio, consuelo, o incluso satisfacción, sí. ¿Seguridad? imposible. No cuando Mephisto estaba suelto, atormendándome. Ahora algo había cambiado. Tal vez la certeza de que moriría cuando los demonios tomaran la tierra por completo. Ni con todos los héroes en contra parecía posible detenerlos. Todos moriríamos. Al hacerlo se cumpliría a la vez el peor de mis terrores y el mayor de mis alivios. De un modo u otro, mi tormento llegaría a su fin... pero no hasta que alguien supiera la verdad.
No quería continuar siendo poco más que una anécdota, o la sombra de algo borroso que se extinguía en el cerebro de todos los que se habían cruzado conmigo.
La urgencia con que necesitaba berrearlo para sacármelo del pecho acabó por escandelizar a Drago, y aunque en un primer momento pude jurar que me molestó a muerte que me tapara la boca, en cuanto me dijo lo siguiente le entendí. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba gritando. Sólo entonces me percaté de lo doloroso que en realidad había sido tener que tragarme mi nombre durante todos esos años.
Ni una sola de las veces hubo rastro de Mephisto.
Seguí a Dragoslav por inercia, pero mientras mi cuerpo seguía sus pasos mi cabeza estaba en otro lugar, mucho mas lejos de mi. Cada paso parecía mas ligero, como si fuese a despegar del suelo en cualquier momento. Sentía un vértigo creciente y no estaba segura de que fuese algo bueno o malo. Simplemente... era.
- El metro antes pasaba por aquí... - fué lo primero que me oí decir, pero sentí como si aquello lo hubiera dicho otra persona. Fruncí el ceño confundida, hasta que llegamos al puente, justo a tiempo de ver a Dragoslav haciendo una demostración de fuerza y resistencia física que habría dejado a un bombero a la altura del betún. Ya sabía que se trataba de una persona entrenada. Al fin y al cabo nos habíamos conocido durante una pelea. Aunque no dejaba de ser impresionante. Seguí sus pasos con cierta dificultad. El cuerpo siempre dolía después de que el GhostRider apareciera durante el día. - Creo que... no puedo mas.- me lamenté a media subida, pero no pareció alterar en nada a Drago, al que no le importó ayudarme a cada paso hasta que por fin, jadeante y agotada, llegamos arriba. Desde allí se veía la ciudad encendida, y por un instante, casi parecía que era el mismo mundo que unos meses atrás, cuando todo tenía un lugar establecido.
Lejos del comienzo del fin del mundo.
Mis ojos se humedecieron, amenazando con llenarse de lágrimas de nuevo.
Aquel mundo que siempre me había parecido cruel, desamparado y retorcido ahora parecía casi hermoso. Aún inalterado por la catástrofe que ya se cernía sobre nosotros.
No tuve tiempo de pensar mucho, pues el aullido de Drago me arrancó de golpe de mis pensamientos. Fué tan absurdo, tan inesperado, que me encontré a mi misma riendo a carcajadas. Una lágrima se deslizó a través de mi mejilla y la sequé enseguida, volviendo a recomponerme. Bajo el puente, la perra hizo eco a su dueño, y eso me hizo sonreír. Sólo la presencia de aquel hombre se había convertido en un bálsamo para mi. Cuando él me trataba con paternalismo, no me molestaba. Solía irritarme cuando los demás lo hacían.
Tomé todo el aire que pude, preparándome para gritar algo.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!
Fué lo único que pude articular para empezar, pero en cuanto me dolió el torso al quedarme sin aire, tuve la necesidad de repetirlo.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaAAAHHHHH!- apreté los puños con tanta fuerza que noté las uñas clavándose en mi mano.
El dolor lo hizo todo mas presente. Mas real.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaAAAHHHHH!
No podía pensar. Sólo obedecer aquel instinto de mi cuerpo que no me dejaba retomar el aliento mas que para seguir chillando sin parar.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaAAAHHHHH! - Mi rostro se puso rojo, y cuando ya no pude gritar mas, comencé a jadear falta de aliento.
Tras unos pocos segundos, volví a tomar aire una última vez. Por fin, segura de lo que quería decir.
De lo que necesitaba decir.
- ¡NO ERES MI DUEÑO! ¡NO TE PERTENEZCO! - cogí aire furiosa. - ¡TÚ NO ERES MI DUEÑOOOOOOOOOOOOO! - Jadeé de nuevo, observando en el aire.
Aún albergando el miedo de que una columna de fuego apareciera en cualquier momento, llenándolo todo con su pestilente presencia rebosante de azufre. De nuevo, lo único que aguardaba al otro lado era el silencio sólo roto por el rumor de la ciudad, y el eco de los ladridos de Luna que se fueron extendiendo cuando dejó de percibir nuestros gritos. Observé con ojos húmedos la ciudad titilante, lejos de nosotros, allí abajo.
- Cuándo...- murmuré sin darme cuenta de que continuaba hablando. - ¿Cuándo se ha hecho esta ciudad tan grande?...- me senté al borde, dejando que la agradable sensación de dejar colgar mis pies me devolviera la sensación de peso en el cuerpo. Durante unos minutos disfruté de aquel silencio. - Maté por primera vez con siete años. - pestañeé, con la mirada perdida en las luces. - Me acuerdo de los meses, días e incluso horas. Todo esta tan nítido como el primer día. Lo recuerdo cada vez que tengo que volver a hacerlo. Fué a un demonio, pero no fué mas fácil por eso. - tragué saliva, reviviendo aquel instante en mi mente, agarrándome las manos entre si para evitar que pudieran echarse a temblar. - ¿Cuando... lo hiciste tu? - pregunté bajando la cabeza, sin atreverme a mirar a Drago a los ojos.
El GhostRider lo había mostrado todo, pero... prefería oírlo de su propia boca.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 27th Enero 2023, 00:34
Estaba tan acostumbrado a ver a Tortita realizando grandes hazañas físicas bajo la forma del Ghost Rider que no se había parado a plantearse realmente cómo funcionaría su condición o si conservaría aquellas capacidades sobrenaturales cuando estaba en forma humana. Habían pasado juntos muchas horas desde aquella primera vez con los traficantes de niños, pero era tan fácil olvidarse de su edad aparente al escucharla hablar y verla actuar que rara vez pensaba en ella como una niña, razón por la cual no se le ocurrió que pudiera necesitar ayuda para subir, pero en cuanto ella le llamó la atención al respecto regresó sobre sus pasos para ayudarla en la subida.
Cuando finalmente empezó a gritar, la observó desde su asiento, sin interrumpirla ni siquiera cuando se dio cuenta de que se estaba haciendo daño. Eclipse entendía bastante acerca de la necesidad de dejar salir emociones tan angustiosas que resultaba perjudiciales mantenerlas en tu interior. Él había cometido el error de dejarlo todo dentro cuando Arión le había devuelto los recuerdos de lo sucedido en Srebrenica, y al final había terminado dejándolo salir de la peor maanera posible, con una borrachera un mes después, traicionando sus principios y su fe. Por eso había comprendido que era mejor deshacerse de todas aquellas emociones negativas antes de que se enquistaran.
Por experiencia propia sabía que el dolor podía llegar a ser incluso catártico.
Finalmente, llegó a la raíz del problema que la atormentaba, y parecía estar relacionada con algo o alguien que la controlaba y mandaba sobre ella. Drago empezó a pensar que se trataba de aquella clase de espíritu que la poseía cuando se transformaba en el esqueleto en llamas, ya que estaba bastante claro para él, por el evidente cambio en la personalidad, que se trataba de un ser distinto e independiente. Una especie de entidad que tomaba posesión de ella en momentos determinados.
La cuestión era... ¿qué tipo de entidad era? Se había presentado a sí misma como un espíritu de venganza que castigaba a quienes pecaban de alguna manera, por lo que no parecía ser un demonio... pero desde luego, tampoco un ángel...
- Cuando nosotros nos volvimos pequeños... -musitó, en respuesta a su pregunta.
Entonces, ella hizo la revelación que le dejó con la sangre helada.
Siete años.
Siete.
A Eclipse todo lo relacionado con niños le afectaba especialmente a causa de las cosas que había presenciado en Srebrenica, pero incluso aunque no hubiera sido así, aquella edad habría sido suficiente como para enfurecer a cualquiera.
Siete años. Le retumbaban las sienes. Él tenía doce cuando le ocurrió lo que le ocurrió y ya había supuesto un trauma que había tardado décadas en superar. No podía ni imaginar...
Joder...
Apenas consiguió que le salieran las palabras para responder:
- Kim, lo... lo siento mucho... Ningún niño... Ningún niño debería tener que pasar por una cosa así, y menos a ésa edad... El mundo está podrido -musitó con amargura pensando en las salvajadas que les habían hecho a los niños en Srebrenica. Cómo les habían atraído con caramelos para después...
La siguiente pregunta no se la esperaba, y le dejó pensativo. ¿Cuándo? Apenas lo recordaba.
- Cuando estaba en la Legión Extranjera -respondió al fin-. Casi al final del período obligatorio nos enviaron a Afganistán. La guerra... es muy confusa -añadió después-. Matas para no morir, pero se vive todo de una manera extraña. Casi como si no fueras tú, como si lo estuvieras viviendo todo en tercera persona. Es... impersonal. Y sencillo. Demasiado sencillo -negó con la cabeza, aún disgustado por la revelación que le había hecho la niña-. Por fortuna pude dejarlo nada más empezar. Pero no es comparable. Yo tendría... unos 19 años. No es... no es comparable -insistió, casi para sí-. Después me hice cazarrecompensas y murió más gente. Pero siempre era en defensa propia.
Se pasó el pulgar por el labio inferior, distraído, casi ausente.
- Después... después despertó mi gen mutante... Creí ser otra cosa... Un ángel enviado desde el cielo para cobrarse la justicia divina -su mirada bajo al suelo, avergonzado-. Ahí murió más gente. Pero... no los maté yo. No directamente. Les atormentaba con visiones de sus pecados... Los crímenes que habían cometido. La mayoría se suicidaba o se volvían locos -tomó aire de manera entrecortada, alzando la mirada al cielo-. No me siento orgulloso de eso. En aquél momento no era verdaderamente consciente de lo que estaba haciendo, ni de mi responsabilidad en todo aquello. Ahora intento redimirme, enmendar mis acciones del pasado, pero no sé... A veces tengo la sensación de que no se puede huir de los errores cometidos.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 14th Junio 2023, 21:04
Podría parecer una respuesta evidente, y sin embargo, me reportó una antinatural sensación de paz. Los gritos habían ayudado a dar forma a parte de todo lo que me atormentaba y ahora sentía el cuerpo pesado, en el buen sentido. Desde que me había enterado de lo que se avecinaba, mi piel se había convertido en una especie de avispero. El mero hecho de detenerme me angustiaba, pero Dragoslav tenía un efecto sedante en mí. No sólo era un hombre que había sufrido lo indecible y aún así estaba en proceso de reformarse, lo cual ya resultaba milagroso a mis ojos. además era sabio. Puede que en cierta manera, lo viera como un ejemplo a seguir. Como alguien capaz de impulsar en mí el deseo de hacer los cambios necesarios para hacer que mi vida y mi existencia entera fuesen mejores de lo que eran.
Desde la amenaza de invasión demoníaca, me sentía minúscula. Cuando él lo decía, algo era diferente. No me hacía sentir ridícula, ni insignificante. Si no como si por un momento, pudiese comprender mi propia escala. No tenía que cargar todo el peso del mundo sobre mis hombros. Nadie tenía. Había cosas mucho más grandes que nosotros. Y eso, aunque sólo fuese por un momento, me aliviaba.
- Lo está. Y lo estará aun más. - eso era un hecho. Los demonios se encargarían de llevar los límites del horror a terrenos desconocidos para la humanidad. Por eso me sentía aterrorizada. Por eso sentía la necesidad de estar aquí. De ver a Drago una última vez. De despedirme. - Pero en los últimos meses también me he dado cuenta de que aún quedan personas que pueden sorprenderme. Buenas personas. Personas que quieren cambiar, que quieren ser mejores. - Le miré un momento de refilón, avergonzada. - Como tú. - lo dije de verdad, porque así lo sentía.
El escuchar su pasado de sus labios hizo que aquel instante trascendiera para ambos. Como si acabaran de descubrir lo que se ocultaba en el fondo de todas esas noches de pizza o tardes de pasteles. Su relación no podría ser igual después de esa noche. Claro que se veía diferente desde la recién adquirida perspectiva de que tal vez, nunca habría un después.
Para Kim HwaJae, esa noche era todo lo que les quedaba. - 19 años no son suficientes. - me lamenté en voz baja. No sabía si para que Dragoslav me oyera, o para mí misma. - Eso es lo que hacemos. Mandar niños a la guerra. 19 años y les mandan allí a arriesgar la vida. - negué con la cabeza, perdiéndome de nuevo en cada palabra de su historia.
Guardé silencio, reflexionando sobre el relato de una experiencia que condensaba horrores suficientes para cien vidas .
- Creo que nadie puede. - balanceé las piernas con suavidad. una delante, otra detrás, y ese movimiento me hizo darme cuenta de lo cansada que estaba, pero también, de lo aliviada que me sentía de tener un instante de reposo. Aunque fuese sólo por un rato. - Tiene que ser difícil saber que hiciste todo lo posible para que la gente deseara morir. En cierta manera, puede que fuera mas piadoso apretar el gatillo. - Los recuerdos reptaron en el interior de mi mente, recordándome las cosas que había visto de él, y sin embargo, lo único en lo que podía pensar era en aquel camino de fuego. En aquella carrera pesada hasta el Ghost Rider, cuando fuí capaz de interceder por él. Dragoslav me había cambiado mucho más de lo que ninguno de los dos pudiera llegar a imaginar. - Pero la venganza funciona así. No es justicia lo que se imparte. Si no dolor. Un dolor que sirva para hacerles comprender lo mucho que uno sufre. - fruncí el ceño, con suavidad. No estaba realmente allí. Divagaba.- Y el sufrimiento propio nunca parece tener límites. Así que la venganza se aplica siempre sin medida... y nunca parece suficiente. - una idea me surcó la cabeza, y no pude controlarla antes de que abandonara mis labios. - Tu habrías sido un buen Ghost Rider. - me sentí helada en cuanto las últimas palabras flotaron en el aire.
Ahora que lo escuchaba dicho en alto, no era eso lo que pretendía expresar. Tal vez no como él lo entendería...
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019] 4th Julio 2023, 01:13
La miró, intrigado ante la rotundidad y seguridad de aquella afirmación. ¿Acaso sabía ella algo que él no? Iba a preguntarle, pero entonces ella dijo de él que era una buena persona, y la sorpresa fue tal que se le olvidó.
- ¿Sabes? No estoy muy seguro de que el hecho de intentar hacer las cosas bien pueda borrar todas las malas acciones del pasado. Es algo que me perseguirá siempre, supongo -dijo, bajando la mirada-. De hecho... ni siquiera estoy seguro de estar haciéndolo bien ahora. Ciertamente lo intento, pero es difícil... ¿Quién sabe lo que está bien y lo que está mal? ¿Son mis métodos los correctos? ¿Salir a dar palizas a criminales soluciona las cosas? Porque... no parece haber una mejora. Cada día hay nuevos y peores villanos. No lo sé... -hizo un gesto negativo con la cabeza-. ¿Crees que se puede ser una buena persona cuando se han hecho cosas realmente terribles? Sé que Alá perdona si el arrepentimiento es sincero, pero eso no borra las acciones cometidas. No lo sé -parecía realmente apesadumbrado al volverse al mirar a Kim-. No sé si soy buena persona, Kim. Ni siquiera sé si soy normal. Cuando utilizo las sombras, las gárgolas, las ilusiones... Todas esas formas horrendas son producto de mi psique. Y aunque ya puedo controlarlo, y escojo la luz... Todo eso era lo que estaba en mi subconsciente. Sólo Dios sabe los horrores que alberga mi mente... -negó una vez más con la cabeza-. No soy una buena persona, Kim. Cuando veo el horror en las caras de los criminales... Dios... realmente disfruto haciéndolos sufrir...
El fantasma de la manera en la que se habían desquitado de los traficantes de órganos al rescatar a aquellos niños aún pesaba entre ellos, así como las últimas palabras pronunciadas por el mutante: A veces tengo la sensación de que no se puede huir de los errores cometidos.
- Creo que nadie puede -corroboró ella-. Tiene que ser difícil saber que hiciste todo lo posible para que la gente deseara morir. En cierta manera, puede que fuera mas piadoso apretar el gatillo.
- Sin duda... -asintió él-. Sin duda lo habría sido. Lo gracioso es que, en cierto sentido, me lavaba las manos. Lo dejaba todo al designio divino. Pensaba que, si merecían seguir viviendo, Alá los salvaría. Y que, si se quitaban la vida, era porque Alá así lo había decidido. Es la manera más cómoda de librarte de la responsabilidad de tus actos: achacándoselos a una entidad superior. Pensaba que estaba haciendo lo correcto cuando simplemente estaba siendo cruel. Por eso la pregunta, Kim: ¿quién decide lo que es correcto y lo que no? Lo que en un momento dado te puede parecer la mejor de las elecciones, puede variar rotundamente de un momento al otro. Al final, la única verdad ineludible es lo perdidos que estamos...
Asintió pensativo al escuchar su reflexión acerca de la venganza. No podía añadir nada más a eso. Pero se quedó impactado al escuchar su última afirmación.
- Bueno... es... es lo que creía ser -musitó-. Sólo que pensaba que era Dios, y no el Diablo, quien movía mi mano. Que estaba cumpliendo sus designios. Pero supongo que, al final, quien decide erigirse en juez, jurado y verdugo no puede estar impulsado más que por el Diablo, ¿verdad? -reflexionó con tristeza-. Kim, lamento mucho todo por lo que has tenido que pasar, yo...
El grito, largo, agudo, rasgó la noche como un cuchillo. Automáticamente, Luna se puso a ladrar como loca. Drago se incorporó, sobresaltado, tratando de ubicar de dónde había procedido el sonido, pero ya su perra estaba echando a correr en aquella dirección, así que el mutante se descolgó ágilmente del puente utilizando los asideros de la vieja estructura. No se detuvo a ayudar a bajar a Tortita, pues el grito había parecido demasiado apremiante, demasiado urgente, pero sabía que el descenso sería más fácil que la subida y esperaba que la chiquilla pudiera seguirle.
La carrera le condujo hasta un descampado cercano, donde había un pequeño Fiat estacionado. Dentro del vehículo había un chico de unos diecinueve o veinte años, parcialmente vestido. Lo habían degollado de una manera tan brutal que la cabeza estaba prácticamente cercenada. A unos pasos del vehículo había una chica de edad similar, tendida de espaldas boca arriba con las piernas entreabiertas, totalmente desnuda en un charco de la sangre conformada por las incontables puñaladas que tenía por todo el cuerpo. El chico estaba evidentemente muerto, pero cuando Eclipse se arrodilló junto a la chica pudo notar la presencia de pulso, aunque extremadamente débil. No le quedaba mucho tiempo...
- ¡No voy a poder contener tanta hemorragia! -gritó a la niña que se aproximaba- ¡Morirá en los próximos minutos si no la llevamos a un hospital!
Sin lugar a dudas la noche era oscura y albergaba demasiados horrores.
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Tema: Re: Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019]
Porque la noche es oscura y alberga horrores (Kim) [06-04-2019]