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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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[Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne)
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Selina Kyle DC Universe
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Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 20/10/2014 Localización : Las azoteas de Gotham Empleo /Ocio : Ladrona Humor : Meoow
Ficha de Personaje Alias: Catwoman Nombre real: Selina Kyle Universo: DC Universe
Tema: [Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne) 3rd Abril 2016, 12:59
La Mansión estaba envuelta en silencio. Tras la marcha del último invitado; una vez recogidos los platos, las copas y los cubiertos; cuando ya habían desaparecido los últimos vestigios de la fiesta que había tenido lugar allí, el gran caserón parecía un lugar aún más solitario y vacío que de costumbre. Lo cual ya era mucho, teniendo en cuenta que en aquel lugar sólo vivían un hombre, su mayordomo, una mujer y una chiquilla. Muy poca gente para tantas y tantas habitaciones.
A la figura que se movía con sutileza en la oscuridad, como una más entre las sombras. No la sorprendía en absoluto que Bruce Wayne se sintiera solo en un lugar así.
Había aguardado en silencio hasta que la pequeña Carrie durmiera a pierna suelta y la luz en la habitación de Alfred se apagara. Había visto marcharse a Cassandra de la mano de su prometido y había sonreído para sus adentros, anotando mentalmente que debía buscar el momento para felicitarles.
Aunque Selina Kyle había sido formalmente invitada a la fiesta, había decidido no acudir cuando lo hicieran todos. No era realmente su estilo aparecer en un lugar donde se congregaban todo tipo de justicieros, algunos de los cuales no la tenían en demasiada estima. De modo que había observado los últimos momentos de la celebración desde lejos, enfundada ya en su traje negro y deslizándose en la Mansión poco antes de la medianoche, cuando todos dormían.
O tal vez no todos. Lo más probable era que él siguiera despierto.
No se podía decir que Catwoman no hubiera estudiado la forma de entrar en la residencia Wayne. Incluso antes de conocer la verdadera identidad del hombre que se ocultaba tras el Murciélago, la fortuna de la familia más poderosa de Gotham había llamado su atención. Por eso no tardó en descubrir que la seguridad del lugar era la de un verdadero fortín; los dispositivos electrónicos de WayneTech estaban instalados por todas partes y no dejaban, aparentemente, ningún punto ciego. Hacía ya varios meses, la propia Selina, utilizando una falsa identidad civil y ataviada con un elegante vestido negro, se había colado en una de las ceremonias benéficas de Bruce Wayne para poder explorar el terreno. Entonces, se había "perdido" buscando los lavabos. Había sido divertido; el señor Wayne en persona se había encargado, amablemente, de llevarla de vuelta al salón. Pero había tardado lo suficiente como para que la ladrona tuviera un mapa claro de las protecciones de aquella zona... por si lo necesitaba en un futuro.
Visto en retrospectiva, había sido una actuación perfecta por parte de los dos. Él, el galante anfitrión; ella, la inocente invitada. ¿Quién iba a saber ver a Batman y Catwoman debajo de aquellas máscaras?
¿Quién iba a pensar que el mismo hombre que la había conducido del brazo aquella noche era el justiciero que la perseguía por los tejados de Gotham?
Bueno, era el turno de Selina de darle una sorpresa.
Utilizando los conocimientos adquiridos aquella noche, la felina había desactivado las alarmas del ala oeste del edificio. El resto había sido sencillo.
Con pasos ágiles e inaudibles, la ladrona se deslizó escaleras abajo, hacia el mismo salón que hacía un tiempo había estado repleto de gente; ahora, tranquilo y en penumbra, con la luz de la luna entrando por los grandes ventanales. Miró a su alrededor con la ayuda de sus lentes, buscando el área que cubría el sensor de movimiento. Entonces, se encaramó a la chimenea e inclinó, deliberadamente, el cuadro que colgaba sobre ella... y supo que la alarma silenciosa se habría activado.
Entonces, descendió de nuevo y se quitó, lentamente, la capucha y las lentes. El corto cabello negro enmarcó su rostro descubierto. Ya no tenía ningún secreto para el hombre al que aguardaba.
El chasquido del minutero del reloj precedió al sonido de unos pasos entrando en la habitación. Selina se volvió lentamente, esbozando una sonrisa divertida.
- Feliz cumpleaños, Bruce... - dijo.
Y, justo entonces, el reloj de pie empezó a dar las doce campanadas, y la sonrisa de la ladrona se acentuó.
- Justo a tiempo...
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Mensajes : 670 Fecha de inscripción : 30/08/2014 Localización : Gotham City Empleo /Ocio : Chief Executive Officer de Wayne Enterprises Humor : No hay tiempo para eso.
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Tema: Re: [Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne) 14th Abril 2016, 07:45
Cerré con cuidado la puerta de la habitación de Caroline. Dragoslav se quedaria en la habitación de Cassandra, no aceptaron ninguna habitación con cama doble en el ala este, camine pasando esa puerta con lentitud, algo perdido en mis pensamientos. Un trueno resonó fuera de la ventana, y un relámpago iluminó de súbito todo el ala este, arrancandole apariciones fugaces a cada una de las puertas. Me quedé en silencio, mirando en la oscuridad que volvia tras el juego de luz y sonido, demasiados recuerdos, habia hecho bien en abandonar ese ala y mudarme a esta. Bajé la escalera con calma y me escabullí entre las sombras de la noche hacia la cocina ya conocia el camino, mas por instinto que por verdadera capacidad de ver en toda aquella negrura. Caroline dormia, Alfred también, Cassandra no me escucharia, la fiesta habia terminado hacia unas dos horas quizás mas, pero yo seguia con mi traje puesto, meditabundo, atacado por una sensación que no podia sacudirme de dentro mio. Abri el refrigerador y tomé uno de los canapés de la fiesta y un vaso de jugo, lo comí distraidamente mientras apoyaba el vaso servido en la mesada y dejaba la jarra denuevo dentro para que se mantuviese fria, las gotas caian por un lado del vaso, comenzaba a llover afuera, casi siempre era asi, esto es Gotham.
Era dificil de describir, pero era una suerte de presentimiento, mezclado con nervios y expectativa. No podia engañarme, llevaba pensandolo desde la tarde. Me odio por hacerlo, recuerdo bien el episodio vivido en las alcantarillas pero me dije nada más regresar que no podia pensar de esa manera infantil. Nada que hayamos dicho o hecho se cristaliza en una relación, no es nada mio, ni yo nada suyo, no tenia por que venir ni tiene por que hacerlo ahora, y solamente me paro en la cocina a beber este juego y torturarme a mi mismo por cosas fútiles e irreales, lo unico real es el reloj, que sigue moviendo sus manecillas a medida que me acerco a la medianoche. Me culpo doblemente: Deberia estar pensando en todo el trabajo que tendré mañana, en todos los delitos que habrán sucedido inalterados esta noche, en como estoy dejando de lado mi cruzada por el egoismo de perder todo un dia celebrandome a mi mismo, no hay nada que celebrar, aunque quiera creerlo, no lo hay en verdad. Titus duerme relajado del todo sobre el frio suelo, los truenos no lo despiertan, ni siquiera lo inmutan. No sé a que veterinario lo hayan llevado, pero creo que esta aunque fuera parcialmente sordo, y el rengueo no es algo que vaya a curarse del todo, lo noté cuando lo vi por primera vez y sin embargo, ahi esta, resiliente, negandose a entregarse al abrazo de la muerte, tan determinado que habia escapado de quien sabe que infierno innombrable para llegar aqui y vagar por las cercanias de la casa hasta ser encontrado. Quedaban rastros de desnutrición y deshidratación severa en su cuerpo, le tomaria al menos un mes mas recuperarse y verse del todo saludable. Sonrio brevemente, no sabe que lo estoy mirando, menos que pienso en él, pero es un perro increiblemente valiente, un sobreviviente testarudo, quizás encaje aqui después de todo.
Me arranca de mis pensamientos el pitido suave de mi reloj de pulsera. Lo miro, la luz roja en un rincón del cristal del Rolex falso, adaptado como un comunicador multiproposito, me indica que han accionado la alarma del ala en la que estaba. Enseguida salgo de la cocina, notando como las sutiles vibraciones del reloj aumentan a medida que me acerco a la Sala de Visitas de la planta principal, martillo para ablandar carne en mano, dispuesto a lo que sea necesario, despues de todo, soy el único despierto. Abro la puerta lentamente, pero cuando me acerco, la figura se da la vuelta, y en el resplandor de un relámpago y la suavidad de seda de sus palabras, me doy cuenta de quien es. El martillo se desliza en mi mano, vuelvo a cerrarla antes de que se caiga, me acerco a ella y el reloj anuncia la medianoche, habia llegado justo a tiempo, tal cual y como lo habia dicho, pero...
-...No puede ser...- ...Y sin embargo, mi mente ya la estaba viendo recordando el aroma del azahar en su perfume, su espalda semidesnuda, su cuerpo enfundado en aquel exquisito vestido, yo fingiendo galanteria, ella inocencia. - El ala oeste...- Pero no creia que fuese con malas intenciones, no después de toda la historia que habiamos formado aquí en esta dimensión. Dejé el martillo sobre la repisa de marmol de la chimenea miré hacia arriba mientras desactivaba el reloj y la alarma silenciosa. Alcé una mano y acomode un poco el retrato familiar, no le habria dejado pasar a nadie mas algo como eso, no aceptaba que nada se modificara, pero ella es incorregible. - Astuta, pero muy arriesgada...- Comenté, mientras me acercaba a ella, sin saber que sentir. El corazón se me aceleraba al verla, era raro que uno de los dos no estuviese con su ropa de trabajo, pero lo que mas me sobrecogia era la sensación de esa "fantasia infantil" convirtiendose en una realidad, al menos, en parte.
- No imaginaba que vendrias...- ¿Por que me escuece el pecho cuando digo eso? - Es el último lugar al que querrias entrar en tu linea de trabajo...más con lo que sabes de mi...- Me acerqué a ella para increparla, pero en cuanto estuve a centimetros de su cuerpo, ese perfume volvio a invadirme, ni siquiera el clima habia podido quitarselo, seguramente habia estado esperando la oportunidad mucho tiempo, y aun asi ese aroma no se habia ido. Di un paso hacia ella la distancia entre los dos era casi nula, habia algo en esa mirada afilada y desafiante, en ese aroma, en toda ella que me hacia dificil pensar con la claridad que hubiera querido, pero tomé control de mi cuando mis manos ya se elevaban para tomar si cintura con intensidad y darle el beso en el que pensaba. Eso nunca ocurrió. Caminé unos pocos pasos hasta el ventanal y mire al cielo tormentoso, caian tantos relámpagos que no era necesaria mayor iluminación.
- No deberias estar aqui, no es parte de tu patrón usual salir de la ciudad, sospecharán de que hayas intentado recién a estas alturas un golpe a Wayne Manor...- Me di la vuelta para mirarla habia una sola pregunta que no habia hecho. - ¿Por que estás aqui? - Habian mil posibles razones, pero mi cumpleaños no puede ser una. Seria infantil, inocente, y no queda nada de eso en mi vida.
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Tema: Re: [Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne) 25th Abril 2016, 18:00
-...No puede ser...- empezó él, confuso. Pero, casi al instante, su mente cerró la conexión - El ala oeste...
Selina arqueó las cejas al ver cómo dejaba el martillo a un lado. Lo observó detener las alarmas, enderezar el cuadro; ¿estaba siendo quisquilloso, o sólo ganando tiempo?
- Astuta, pero muy arriesgada...- comentó.
¿Qué era aquello? ¿Lo más cercano a un comentario apreciativo que pensaba mostrarle aquella noche?
- No imaginaba que vendrías... Es el último lugar al que querrías entrar en tu línea de trabajo...más con lo que sabes de mí...- Bruce se aproximó a ella, como si quisiera... ¿qué? ¿Reñirla? Has sido una gatita mala, Selina.
Ella esbozó una sonrisa pícara. Él vaciló. La tensión creció entre ellos, alimentada por la proximidad, electrizando el aire.
Pero la única tormenta que estalló fue al otro lado del ventanal. Él se apartó.
- No deberías estar aquí, no es parte de tu patrón usual salir de la ciudad, sospecharán de que hayas intentado recién a estas alturas un golpe a Wayne Manor...
Deducciones, siempre deducciones. ¿Cuándo aprendería que ella no era tan fácil de predecir?
O tal vez ya lo supiera. Y por eso tratara, desesperadamente, de explicar su presencia allí con un móvil mundano y aburrido. Un robo.
- Si de verdad hubiera querido llevarme algo, no te lo hubiera puesto tan fácil. - respondió, divertida.
- ¿Por qué estás aquí?
- Bueno, recibí esto... - los dedos de la ladrona jugueteaban, con aire casual, con una invitación que no sostenía segundos antes - ... y pensé que me echabas de menos... Así que decidí venir. - fue ella la que ahora acortó la distancia entre los dos; pasando junto a él y deslizándole, juguetona, la invitación en la solapa de la chaqueta - Siento haberme perdido el pastel y los bailes... - añadió.
El traje le sentaba bien. Bruce Wayne vestía Armanis con tanta naturalidad que no la hubiera sorprendido que hubiera nacido con uno puesto. Se había aflojado un poco la corbata, lo justo para no perder la formalidad; pero lo suficiente para atraer la curiosidad y la atención de Selina. El atractivo del millonario nunca le había pasado desapercibido, pero el interés de la ladrona había estado siempre en otra parte; en el cruzado vestido de negro que la desafiaba noche tras noche, interponiéndose entre su botín y ella.
Era extraño superponerlos a ambos; el sofisticado millonario, el vigilante incansable. Pero, de algún modo, la mezcla funcionaba, atrayéndola irremediablemente hacia el hombre del que siempre intentaba huir.
Bueno, tal vez no se estuviera tomando lo de huir demasiado en serio...
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Tema: Re: [Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne) 24th Mayo 2016, 09:18
Noté como la invitación se deslizaba en la solapa de mi saco, sus dedos eran hábiles y finos, sus ojos jamás me abandonaban en verdad, su cuerpo casi serpenteaba a mi lado, una forma fluyendo armoniosamente por mi lado. Rebusqué y miré la tarjeta blanca, solamente decía que era mi cumpleaños y la dirección junto con una hora, letras de molde, no hay caligrafía perceptible, tendré que hablar con todos en la mañana. - Me imagino que habrás pensado en muchas cosas distintas cuando recibiste esta invitación…una trampa, una emboscada, las posibilidades eran infinitas…- Guardé denuevo la tarjeta en mi solapa, acercándome a ella y mirando a la tormenta que arreciaba afuera, entornando la mirada cuando los relámpagos recortaban sus siluetas en el cielo. - Yo…- Suspiré, dejándome derrotar por la pesada realidad de que no podia fingir absoluto desinterés por ella. - Pensé en ti durante el dia…- Mucho más de lo que debería haber pensado para poder decirme a mí mismo que no estaba formando un vinculo emocional. - Te hubiera agradado, fue una fiesta muy entretenida, pero no es tu forma de actuar aparecerte a plena luz del día y donde todos pueden verte si puedes evitarlo…- Ella haría exactamente esto, escabullirse en la noche y entrar a buscar lo que quiere, venir a la fiesta habría significado estar buscando la aprobación ajena, y ella no la desea, la evita, quiere tomar todo sin permiso, al parecer, a mi también.
- Admito que pensé que no vendrías, y estaba listo para a acabar este dia de esta forma, solo y en calma…- La miré, tan cerca mio, y en ese momento caí en la cuenta de lo que esto representaba: Habia venido a mi casa, al lugar desde donde yo salía a vigilar Gotham, y estar aquí representaba algo muy poderoso, muy profundo, nunca un criminal vendría aquí si supiese mi identidad, esperarían a matarme en donde todos me viesen, en las calles, en su territorio, porque es su territorio el que representa su moral y esta casa la mia, y ella ahora estaba aquí. - Aún no he podido dar con el fabricante del compuesto de Crane, no pudo haber preparado tanto por su propia cuenta, pero es como si se hubiese esfumado por completo, y no voy a obtener nada de él…- La herida aun me ardia a veces, cuando menos lo esperaba, en las mañanas cuando estaba a punto de irme a dormir, y a veces me despertaba ese ardor, como tratando de que no durmiese, pero los efectos más adversos ya habían pasado, no imagino lo que habría sido de mi si la dosis hubiese sido superior. Un trueno potente en la oscuridad, el sonido de la lluvia golpeteando contra los cristales, siempre llueve en Gotham. - Hace una semana firmé la transferencia, la ayuda económica debería estar llegando a la ciudad pronto, pero me aseguraré de pasar más seguido por el East End en la noche, lo necesitarán después de tanto caos…- No descarto que tenga que aleccionar a algunos proxenetas queriendo expandir su negocio, o asustar a las pandillas de rateros armados que siempre surgen tras las crisis en esta ciudad.
Me detuve un momento, acercando mi mano hasta rozar la suya, poco a poco y con cuidado entrelazando mis dedos con los de ella. No es fácil para mí, pero cuando ella está aquí, siento que pensar en esta clase de momentos no es tan infantil, tan imposible. - Gracias por venir…- Pero no significa que no me esté castigando a mi mismo por tomar su mano en este momento. - Aun hay pastel en el refrigerador y puedo poner música, no creo que sea de tu agrado, pero hay suficiente para compartir unas horas…- Solo quiero que se quede, que su perfume siga llegando sutil y abrumador a mi nariz, que su mirada siga acariciando cada palmo de mi, que su cuerpo pase cerca del mío con esa flexibilidad cautivadora. Siempre es así, siempre me prueba que soy capaz de equivocarme con las personas, y en el fondo, se lo agradezco.
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Tema: Re: [Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne) 3rd Octubre 2016, 20:25
- Me imagino que habrás pensado en muchas cosas distintas cuando recibiste esta invitación…una trampa, una emboscada, las posibilidades eran infinitas…
- ¿Una trampa? ¿De veras? - la ladrona ladeó ligeramente la cabeza, clavando en él sus ojos verdes para, finalmente, arquear una ceja, divertida. Se quitó los guantes, estirando y flexionando los dedos varias veces - ¿Cuándo dejarás de ser tan paranoico? Ya te lo he dicho. Pensé que me echabas de menos.
Bruce Wayne se aproximó al ventanal. Aunque el gesto redujo la distancia física entre ellos, la emocional se mantuvo intacta. Él miraba al exterior; ella lo miraba a él.
- Yo…- para sorpresa de Selina, el millonario no se encerró en un tozudo silencio. Su alter ego lo había hecho muchas veces, protegido por la inexpresividad de la máscara - Pensé en ti durante el día…-
¿De verdad?
No esperaba que lo reconociera. No esperaba que lo sintiera, de hecho. Selina era consciente de que, en la noche de Gotham, sus provocaciones habían dado en el blanco más de una vez. Pero no había imaginado, ni siquiera en sus momentos más optimistas, que aquella atracción continuara cuando él la perdía de vista. Para la ladrona, Batman - y, del mismo modo, el hombre que había tras él - era inexpugnable. Podía distraerlo, sí, con un roce o un susurro en el momento adecuado. Pero... ¿hacerle sentir algo más? ¿Hacer que pensara en ella? Tal vez era esperar demasiado.
Si el tic-tac del reloj de cuerda era indicativo de algo, su corazón acababa de saltarse un latido.
- Te hubiera agradado, fue una fiesta muy entretenida, pero no es tu forma de actuar aparecerte a plena luz del día y donde todos pueden verte si puedes evitarlo…
- Sabes que no le caigo bien a ninguno de tus amigos - dijo, en tono socarrón, aunque no dudaba que aquella frase encerraba la verdad.
- Admito que pensé que no vendrías, y estaba listo para a acabar este día de esta forma, solo y en calma…
- Dos estados que no te favorecen en absoluto.
- Aún no he podido dar con el fabricante del compuesto de Crane, no pudo haber preparado tanto por su propia cuenta, pero es como si se hubiese esfumado por completo, y no voy a obtener nada de él…
- Bruce... no he venido a hablar de traba... - empezó.
- Hace una semana firmé la transferencia, la ayuda económica debería estar llegando a la ciudad pronto, pero me aseguraré de pasar más seguido por el East End en la noche, lo necesitarán después de tanto caos…
Selina se interrumpió. La mención del East End, el improvisado roce de su mano; ambas cosas la habían tomado por sorpresa. Pero ninguna tanto como las palabras que él pronunció un instante después.
- Gracias por venir…
Sus manos se habían unido antes; en alguna ocasión, cuando él la había aferrado para sacarla del peligro, o para tratar de detener su huida. Pero aquellos gestos impulsivos, bruscos, no tenían nada que ver con la forma en que él la sostenía ahora. La ausencia de guantes se hizo, entonces, dolorosamente patente para ella; sentía el suave roce de la piel de Bruce, cálida contra sus manos frías. Era evidente quién de los dos procedía del exterior.
- Aun hay pastel en el refrigerador y puedo poner música, no creo que sea de tu agrado, pero hay suficiente para compartir unas horas…
Era una especie de promesa.
- ¿Puede prescindir Gotham de ti unas horas? - preguntó Selina, fingiendo sorpresa; pero la vacilación de su voz traicionó sus emociones en conflicto. No era la primera vez que sentía que su confianza en ella era demasiado reciente, demasiado frágil; una cuerda tensa y resbaladiza. Tenía miedo de traicionarla, de romperla. No se le daba bien proteger a las personas. - Porque, en ese caso, me gustaría escuchar esa música que no va a ser de mi agrado, y probar ese pastel que ha sobrevivido a la legendaria voracidad de los Robin.
Su voz, aunque aún juguetona, había perdido intensidad, y empezaba a asemejarse a un susurro. En silencio, entrelazó sus dedos con los de él, alzando su mano hasta que reposó sobre su mejilla, aún fría tras la excursión nocturna.
Sus ojos verdes se clavaron en los de él.
- He oído que a Bruce Wayne se le da bien bailar - comentó, con voz tenue, y una chispa de curiosidad en la mirada - Y me encantaría comprobarlo, aunque me temo que no voy vestida para la ocasión...
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Tema: Re: [Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne)
[Pastel de murciélagos: epílogo] Save the last dance for me (Privado Bruce Wayne)