El último primer día (Alice Delaney, Libre) - 19-11-2018

*WHAM!* Claire abrió los ojos para ver que después de meses vagando por el país por fin había podido transportarse a su objetivo! Había puesto a prueba sus nuevos poderes y su resolución para poder llegar a la “Mansión X”!. Y ahora podía oler la madera del recibidor y ver la luz que entraba por el gran ventanal.



Durante días había estado espiando la gran mansión, maravillandose con los estudiantes y acercándose cada vez más. Podía ya teletransportarse a cortas distancias sin perder el control, asi que habia decidido hacer una entrada triunfal y presentarse como una mutante (aún no estaba segura de que era exactamente pero sabía que quería ser y la Mansión X parecia el mejor lugar donde comenzar). Así que se había preparado tanto como había podido, habia puesto todas sus pertenencias en la mochila y se habia lanzado de cara antes de atender a cualquier duda. Y ahora se encontraba en medio de la entrada escuchando los pasos de los estudiantes...

Estaba en la sala de profesores, revisando unos trabajos que pedí a los alumnos hacía tres meses. Era un trabajo de reflexión, de sinceridad, y sobre todo, de comprensión. Quería que pensaran y se empaparan de lo que significaba hoy en día ser mutante, y más después de la colisión.

Entonces, sentí su presencia dentro de la escuela. Sonreí y dejé los papeles ordenados, colocados, con el bolígrafo sobre ellos. Me levanté, cogí mi chaqueta y salí de allí a recibirla.

Aquella joven llevaba unos días observando la Mansión, viendo a nuestros estudiantes, identificándose con ellos por ser mutantes, como ella. Estuvo probando sus poderes, no era peligrosa, así que, a pesar de haber informado a los profesores de su presencia, no hicimos nada para pararla. Coincidíamos en que debía superar esa barrera con sus poderes ella sola, era su reto personal, y no podíamos ayudarla.

Así pues, al verla, le tendí mi mano y con una bonita sonrisa le ofrecí mi ayuda.
-Por fin, te estábamos esperando

Estaba de camino a una de las aulas de música, con la libreta abrazada contra su pecho. Una nueva canción, o al menos el nacimiento de una que esperaba poner en práctica pronto. Sus dedos repiqueteaban nerviosos las libretas, ansiando acariciar de nuevo las teclas de un piano, y en su fuero interno tarareaba la melodía que quería componer, planteánodse todavía si iba a tener letra. Podría tenerla.

En eso andaba pensando cuando *WHAM!*

- ¡Wah!

Alice dejó caer todo cuanto llevaba en brazos, dándo dos cortos pasos hacia atrás y a duras penas manteniendo el equilibrio. Delante de ella había una chica, rubia, cabello corto y grandes y expresivos ojos azules. Sin lugar a dudas una estudiante, pensó, mientras su corazón desbocado todavía latía con fuerza en su pecho, intentando con todas sus fuerzas calmarse. Todavía se encontraba recogiendo sus cosas cuando llegó Jean, y saludó a la joven, afirmando que la estaban esperando. Tal vez era una antigua alumna que se había ausentado de la escuela unos días o...

Sin importar cual fuera la respuesta, la joven morena se mantuvo al margen, recogiendo sus cosas en silencio.

Aaaahhhhh ….
¡Ahí estaba! ¡Una mutante! ¡Por Fin!.

Cogio la mano que le tendia mientras notaba como su respiración se aceleraba, detrás suyo escucho como una chica recogia sus cosas, su pulso se incrementaba, la luz era cada vez mas brillante… y con miedo noto como le venía otro episodio.¡Estaba demasiado nerviosa!
las imágenes se arremolinaban en su cabeza sin ningún tipo de sentido. Notaba como su cuerpo comenzaba a querer estar en dos sitios a la vez.

En un momento de pánico buscando ayuda se dio la vuelta y en un impulso cogió la mano de la otra chica, nunca había intentado viajar con compañía,.... y de repente un flash de luz y a continuación se encontraban en medio del desierto.

Claire podía sentir todavia como su poder se estaba volviendo a activar de mientras miraba a la mujer que le había dado la mano en busca de ayuda.

Alice estaba detrás de Claire, que apareció entre las dos. Miré a Alice y con un movimiento de cabeza la saludé y sonreí.
Había mejorado mucho desde que llegó a la Mansión, se entrenaba duro todos los días y, aunque se exigía mucho, me recordaba en cierto modo a mí cuando era joven y tenía que aprender a controlar mis poderes, el miedo que tenía de perder el control... Sin embargo, Alice se sobrepuso con aparente facilidad y su evolución fue a un ritmo muy bueno.

Dirigí mi mirada de nuevo a la chica nueva y aceptó mi mano, pero contra todo pronóstico, a pesar de saber que estaba nerviosa, tiró de mí y cogió a Alice y desaparecimos de aquel pasillo igual que apareció ella.
Al siguiente segundo estábamos en ...en un desierto. Caí de pié y alerta. ¿Qué demonios pretendía? Sólo era una cría y aún así nos había llevado muy lejos. Corrí hasta alcanzar a Alice y estar cerca suya por si había que protegerla y esto era una trampa.

-¿Estáis bien las dos?- miré a ambas, las ayudé a recomponerse y miré a nuestro alrededor. Después posé mi mirada sobre Claire, seria, pero no enfadada. Cogí aire por la nariz muy fuerte y lo solté poco a poco, colocándome el pelo detrás de la oreja, que volaba libre a causa del viento y se me enmarañaba en la cara.

-Claire, sé que estás nerviosa, pero tienes que relajarte, ¿vale? Nadie iba a dañarte allí en la Mansión, es más, estábamos esperando a que te decidieras a entrar...- le sonreí con la compasión pintada en mi cara y le acaricié el pelo. -Ha sido una buena aunque inesperada muestra de tus poderes, pero ya podemos volver a la Mansión... ¿Vale?- hablaba con cuidado, tratando de calmar a la joven, quitándole hierro al asunto y mirando de vez en cuando a Alice para que no se sintiera excluida y participara.

De hecho, si Claire no se relajaba, le pediría Alice que usara sus poderes para conseguirlo. No la forzaría si ella no quería, pero era una buena forma de ponerse a prueba en la vida real.

Todavía no había recogido todas sus cosas que la joven rubia cerró su mano alrededor del brazo de Alice. Por un momento los ojos de la británica se alzaron con curiosidad y en el momento en que se encontraron con los de Claire el mundo giró a su alrededor. Un golpe de aire caliente alzó el cabello de las tres mujeres mientras el mundo cambiaba, el cielo se abría sobre sus cabezas, el frío y firme suelo de la mansión convertido en una basta extensión de arena en donde sus pies se hundían levemenete, cambiando la fresca temperatura de interior por el sol y el viento del desierto.

Alice abrió mucho los ojos, del centro de sus pupilas nació una gota de tinta verde, como si se diluyera en agua, esparciéndose hasta cubrir la totalidad del iris del color de la hierba. La morena se llevó ambas manos a los labios, cubriendo un grito de pánico a la súbita transformación de su entorno. Jean inmediatamente se colocó a su lado en actitud protectora y maternal y Alice se aferró a su brazo acudiendo a la profesora como si fuera un clavo al que aferrarse para no caer.
Mientras Grey reprendía a la nueva alumna, la británica centro su mirada en el suelo, forzando su poder a permanecer bajo control, sus ojos retornando paulatinamente el tono miel que indicaba que estaba bajo control, aunque un ligero halo verde permaneció en el centro de sus ojos.

Entonces volvió a mirar a Claire y se percató del pánico en su mirada. Sin pensarlo, tendió su mano hacia ella, la punta de sus dedos asomándose por las mangas del jersey que le iba grande, y cerrándose alrededor del brazo de Claire, con delicadeza, mientras le sonreía.
Si, ella también estaba asustada, era novata y llevaba poco tiempo en la mansión. Pero precisamente por eso su recuerdo estaba reciente y era plenamente consciente de aquella mezcla de emoción y miedo que provocaba el primer contacto con la comunidad mutante.

Si era necesario, podía hablar y ayudarla a calmarse, pero creía que ese era un paso importante para Claire y debía tomarlo ella misma. Así que le daría una oportunidad a hacer las cosas a su propia manera, antes de usar su poder para relajarla.