Cuarzo, feldespato y mica. (Tony Stark, Pepper Potts). 25 de Octubre de 2018.

25 de Noviembre de 2018.
18:37 hora Zulú.
Base del B.P.R.D.
Biblioteca.


El director Manning caminaba con paso firme por los pasillos de la base. Llevaba una carpeta con el símbolo del B.P.R.D estampado en ella. Los agentes saludaban y asentían con la cabeza ante su paso, aunque él no estaba con el humor como para andar templando gaitas con nadie. Su semblante serio se reflejaba en los suelos de mármol blanco, limpios cual patena, brillantes hasta ser resbaladizos. El atardecer caía sobre el enorme edificio al otro lado de Manhattan del río Hudson. Los enormes muros de hormigón se teñían de rojo y naranja. El inconfundible sonido de la goma al pisar el suelo de piedra acompañaba los pasos de nuestro personaje. Cuando llegó a unas enormes puertas de madera que se abrían hacia dentro. Así lo hizo, encontrándose con la biblioteca, una gigantesca sala repleta de libros, estanterías, mesas y escaleras, así como de mapas, pergaminos y cartas náuticas. Sin embargo, lo que él buscaba era el tanque de agua que ocupaba la mitad de una de las paredes, la que se encontraba a la derecha al entrar para ser exactos. Allí dentro, totalmente a sus cosas, Abe flotaba intentando resolver un cubo de Rubik. Tom dio un par de golpes con los nudillos captando la atención de Azul.

- Palito de merluza. Tenemos que hablar.- Y estampó la carpeta que llevaba, donde podía leerse cláramente "Top Secret" en color rojo. Abe asintió y salió por la parte superior de su piscina. Se secó y bajó al piso donde se encontraba el director, quien ya había abierto el largo sobre y le esperaba con su contenido apoyado en una mesa. Sapiens pudo observar varias fotos y unos pergaminos antiguos con dibujos y un extraño idioma que no pudo reconocer de primeras. Pasó la mano sobre ellos, notando no sólo su antigüedad y fragilidad, sino también a las personas que le habían mandado todos esos datos al director. Eran personas normales y corrientes. Estado unidenses. Probablemente el Pentágono o algún agente de la propia organización. Aunque, desde luego, si era uno de los suyos sería un becario o alguien nuevo, ya que no fue capaz de reconocerle.

- Buenas tardes director Manning. ¿Qué sucede?- Abe cogió uno de los pergaminos y lo miró al trasluz, pudiendo observar algunas marcas que de lo contrario habrían sido invisibles. Manning hizo un ruido con la boca parecido a un resoplido.

- ¿Te suena de algo Tony Stark? Ya sabes, el tío ese que se disfraza de Iron Man de vez en cuando y salva a la gente. Bien, pues nuestro querido hombre de hojalata se ha hecho con una antigua estatua que estábamos vigilando. Al parecer podría tratarse de una cárcel de algo ancestral y peligroso. Sin embargo, no hemos podido investigarla en debidas condiciones, de manera que necesitamos que sea analizada de manera exhaustiva. No sería apropiado que uno de los personajes más famosos y modélicos de nuestro país muera a manos de una maldición milenaria...- Abe no dejaba de mirar el pergamino, pasando las yemas de los dedos por él y frunciendo ligeramente los labios.

- ¿Hace cuánto la consiguió?-

- Ayer mismo. En estos instantes ya estará en su mansión o en la famosa torre Stark. Nuestro equipo de investigación está preparado, pero por si acaso quiero que vayáis Rojo y tú. Sois los mejores en esto.- Bien era cierto que tal vez Hellboy no fuese la persona más discreta o delicada a la hora de realizar misiones o acabar con algunos enemigos. Pero era bueno. El mejor de hecho. A veces, aunque al director no le gustase reconocerlo, era inevitable que se produjesen grandes destrozos o el público se enterase de lo que pasaba, y nunca había dejado una misión a medias. Abe asintió, cogió los papeles y los metió en el sobre.

- ¿Puedo quedarme con esto?-

- Sí, sí, lo que necesitéis. Ve a avisar a Rojo mientras voy poniéndome en contacto con Tony. En cuanto sepáis algo avisadme sin demora, ¿entendido?- Y acto seguido sacó lo que parecían unos caramelos de limón metiéndoselos en la boca, pero que en realidad no se trataban de otra cosa que anti ácidos. Ser el director del B.P.R.D era demasiado estresante, incluso para alguien de la talla de Manning.

Al Director Manning no le fue difícil hacerse con uno de los números privados de Stark, esperaba que fuera el propio millonario el que atendiera el teléfono, pero se encontró con una sorpresa cuando le atendió una voz con acento ingles, en realidad nada en la voz indicaba que en realidad se trataba de una IA y el Director del BRPD perfectamente podría pensar que estaba hablando con el mayordomo de Tony.

Teléfono del Señor Anthony Stark, buenas tardes ¿en que puedo ayudarle?, Jarvis estaba verdaderamente intrigado con la llamada aunque no lo mostrara, normalmente no le llevaba mas de uno o dos segundos localizar el origen de cualquier comunicación, pero por algún motivo esta se resistía, podía encontrar el nodo de origen aunque estaba camuflado de manera muy eficaz, pero eso era todo, era como si la llamada se hubiera originado en la propia central telefónica, lo que era altamente improbable.

En los segundos que esperaba la respuesta la IA había violado todos los sistemas de ese nodo y estaba accediendo a las cámaras de seguridad para comprobar si efectivamente su interlocutor se encontraba físicamente allí, pero como había supuesto no era así, otro nanosegundo después y ya disponía de los planos de esa central con todos los datos acerca de sus conexiones, antes de que Manning empezara a articular la primera palabra Jarvis ya había encontrado una conexión fantasma, alguien se había tomado muchas molestias para crear una linea telefónica paralela que le tomaría horas rastrear, lo que le pareció emocionante.

Mientras tanto el millonario recibía la última adquisición del fin de semana, había asistido a una subasta benéfica y había decidido pujar por uno de los objetos al azar ya que no vio nada que realmente le interesara, aunque al final fue divertido, un tipo trajeado y con gafas de sol pujó también y Tony pudo disfrutar de la competición, no fue barato porque el tipo parecía realmente interesado en la estatuilla, pero eso solo reafirmó al niño que tenía dentro en que debía conseguirla, acabó “donando” unas veinte veces lo que tenía previsto pero había conseguido la estatuilla y había dejado al Hombre de Negro con dos palmos de narices.


Y aquí estaba, justo frente a él, Horrible ¿verdad?, le preguntó a Virginia que se encontraba junto a él, me pregunto por que aquel tipo tenía tanto interés en una estatua de un tío que parece estar cagando, y con un gorro raro ademas, Tony se encogió de hombros, de todas formas he hecho los deberes, esta cosa horrenda tiene unos cinco mil años y según los expertos representa a un sacerdote o un noble sumerio, no lo tienen muy claro, pero ni de lejos vale lo que ese tipo llegó a ofrecer por ella, el millonario tomó la estatuilla y la sacó de la caja, tallada en obsidiana y más pesada de lo que parece a simple vista ¿donde crees que quedará bien? ¿en el servicio? ¿dentro del cajón? ¿en la papelera? Bueno lo último mejor no, que con lo que ha costado sería un verdadero desperdicio, finalizó por fin en tono burlón.

- "Anthony Stark es uno de los millonarios más importantes e influyentes del mundo actual. Heredero del imperio de su padre, Howard Stark, el joven muchacho demostró a la joven edad de diez años sus capacidades intelectuales, convirtiéndose en uno de los mayores genios que el mundo ha visto. Algunos lo han apodado el Da Vinci de nuestro tiempo, mientras que otros critican su vida de fiestas y alcohol. Sin embargo, tras desvelar que él mismo era el famoso Iron Man, tras variso años convenciendo a la prensa de que el hombre de hierro era su guardaespaldas, la gente se concienció mucho más de este hombre quien, a pesar de su excentricidad y afán de protagonismo que a veces rayan la paranoia, se trata sin duda alguna de todo un héroe que vela por nuestro bien y que no dudará en protegernos de cualquier amenaza."-

- Menuda gilipollez.-

- Yo lo encuentro interesante. Mira, a los veintiún años se convirtió en el dueño de "Industrias Stark", aumentando su productividad en un doscientos por ciento. Eso es el doble. "Muchos pensaron que el legendario Howard Stark jamás podría ser reemplazado, mas su hijo lo hizo con creces". Vamos a conocer a una eminencia mundial en el apartado de la ciencia Rojo. ¿No estás ni un poco nervioso o emocionado?-

- No. No es más que otro pijoletas de esos con traje brillante que se creen muy guays. "Miradme, soy Iron Man. Salvo el mundo por el día y a mujeres por la noche."- El enorme demonio puso una mueca burlona mientras hacía como si hablase con su mano izquierda. Hellboy detestaba a los héroes de capa y mentón que presumían de salvar el mundo a diario. Para él eran unos niños que sólo trataban de llamar la atención y camelarse a todo el que pudiesen.

- Vamos, no será para tanto. Ya ha salvado un par de veces al mundo junto a sus compañeros.- Abe llevaba una tableta gráfica en las manos, desde donde había leído acerca del  millonario y su faceta heróica.

- Y nosotros también y no nos lo tenemos tan creído.- Abe miró a Rojo, y cualquiera habría dicho que sonrió.

- Bueno, ya sabes que nosotros somos héroes de la noche. Pasamos desapercibidos y no necesitamos la fama. Aunque no puedo evitar cierto deje de envidia en tus palabras, querido Rojo.- El demonio se paró, girándose y posando su enorme dedo índice de piedra a escasos centímetros de los agujeros nasales de su compañero.

- Cuidado Abe. No se te ocurra ir por ahí... ¿Entendido?´- Azul sonrió y negó con la cabeza.

- Claro, claro. Tranquilo. Bueno. Es aquí.- Los dos pintorescos personajes estaban justo delante de la inmensa torre que escalaba hasta donde alcanzaba la vista. Ambos miraron hacia arriba, intentando escudriñar la azotea de esta.

- ¿A ti te parece que tendrá algún tipo de complejo?-

- Bueno, ya sabes como son los millonarios. Excéntricos y con un afán de protagonismo demsiado narcisista para muchos. Pero a mí me parece que no está mal. Según he leído es todo un ejemplo de tecnología punta. Se alimenta con un reactor ARK que no emite ningún tipo de polución.- Sin embargo, al demonio no le importaban una mierda aquellas explicaciones. Él quería hacer el trabajo cuanto antes mejor y volver a su cómoda habitación lo antes posible. Entró por las enormes puertas, dirigiéndose a una señorita que esperaba tras una larga mesa. En cuanto vio a los dos agentes, esta ahogó un grito y por poco se cae de la silla. Comenzó a pedir auxilio y a llamar a seguridad. En cuestión de segundos dos agentes aparecieron a la carrera, desenfundando sus armas y apuntando a los miembros del B.P.R.D. Abe levantó las manos con una sonrisa. El demonio las dejó caídas con cara de pocos amigos.

- Agentes, no se preocupen, hemos venido por petición del mismo Tony Stark. Aquí mismo tengo una nota que lo demuestra. Si son tan amables me gustaría alcanzar mi aparato para que puedan verla. ¿Me permiten?- Los guardias fruncieron el ceño y uno de ellos asintió con la cabeza. Abe cogió su tableta con la mano libre mientras que la otra seguía en alto y se acercó a los dos hombres. Les mostró una nota con la firma del millonario donde les permitía la entrada al edificio, unida a unas acreditaciones que ambos llevaban colgando del cuello. Los dos hombres bajaron las armas, y respiraron tranquilos.

- ¡Ah! Son los del museo arqueológico. Si, pueden pasar. Es ese ascensor. Última planta.-

- Muchísmas gracias señores. Y lamento el susto señorita. Hacen todos ustedes un trabajo excepcional.- Ambos pasaron por el detector de metales, y tras comprobar que no llevaban armas ni nada por el estilo encima subieron al ascensor que les llevaría hasta donde se encontraba el millonario. Debido a que entraban en un edificio privado no podían llevar armas encima, de manera que si esa estatua era algo les tocaría enfrentarse a ella a puños o usando lo que Tony tuviese por allí.

- Madre mía, qué cantidad de pisos...- El ascensor les apareció con unos setenta pequeños botones. Tras observarlos con cuidado, el demonio metió una llave que venía con la credencial en el que parecía ser el último piso. El aparato comenzó a moverse rápidamente, mientras los dos extraños personajes se miraban y a su alrededor. El demonio miró sus cuernos en el espejo que había en una de las paredes, comprobando su tamaño y si estaban bien limados. Sonrió, comprobando el estado de sus dientes. A diferencia de lo que muchos habrían pensado, Hellboy tenía los dientes extremadamente limpios y sanos. Hizo chasquear estos ligeramente y luego estiró el labio superior, mirándose con cuidado la parte inferior de la nariz.- ¿Cómo crees que me quedaría un bigote? Uno así grande, a lo Tom Selleck-

Abe levantó la vista y miró a su compañero.

- ¿Por qué no lo pruebas? Lo mismo hasta te queda bien...-

- Na, seguramente parecería un imbécil... Los bigotes son solo para llevarlos si son bonitos. Sino eres un Cantinflas de la vida.- Abe sonrió negando con la cabeza mientras volvía la vista de nuevo a su tableta. Antes de que pudiesen darse cuenta el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, mostrando una enorme sala circular con una gran cristalera al otro lado de la misma. No parecía haber nadie, pero en cuanto el demonio iba a saludar para anunciar su llegada vieron que la pareja estaba en el suelo, ocupada de sus asuntos. Hellboy se aclaró la garganta para captar su atención.- Perdonen, creo que llegamos en un mal momento... No les han avisado de que subíamos, ¿verdad?-

Pero puedo ponerlo en el 88% restante querida, el millonario estaba disfrutando de aquel momento, la complicidad y el cariño que sentían entre ambos era lo mejor que le había pasado en su vida, incluso mejor que el día en que anunció al mundo quien era dejándolos a todos boquiabiertos, aquel tipo no me gustaba Pepper, no podía dejar que me ganara, pero tu no tienes suficiente testosterona para comprendelo, dijo en tono burlón Tony mientras rodaban por el suelo, con ella intentando arrebatarle la estatua de entre las manos.

Ella acabó sobre él, con la horrenda estatuilla en las manos, creyéndose victoriosa, pero la mirada del millonario se desvió un instante hacia el pecho de Virginia y sonrió, ¿Estás segura de que perdemos el tiempo?, pregunto pícaramente Tony y solo entonces Pepper se dio cuenta de que de algún modo, el sinvergüenza se las había apañado para desabotonarle toda la blusa, desde el primer al último botón.

La puerta del ascensor al abrirse los devolvió a la realidad, Tony se apresuró a ponerse en pie para ver quien podía haber burlado la seguridad, ¿Jarvis?, si, Señor, ¿no te había dicho que no nos interrumpieran?, no, Señor, me dio instrucciones muy claras de que no le pasara ninguna llamada, siguiendo esas instrucciones he bloqueado siete avisos de recepción de la llegada de estos dos caballeros, eso es sarcasmo Jarvis, por supuesto que no, Señor, usted no me programó para ser sarcástico, ya, claro, muchas gracias Jarvis.

Tras la corta discusión con la IA el millonario pudo por fin atender a los recién llegados, Pues no, no nos habían avisado, parece que tendré que borrar por completo a Jarvis y programarlo desde cero, dijo casi gritando las ultimas palabras, a lo que Jarvis no se dignó responder, soy Tony Stark y esta es la CEO de la compañía y mi socia, supongo que si están aquí tendrán un buen motivo, no todos los días llega un tipo inmenso y rojo a mi despacho y menos aún uno acompañado por alguien de color azul.