Petoskey Stone Diner - Introducción (Deadpool) [11/04/2018]

La sencilla furgoneta negra se detuvo frente a la alambrada que separaba la carretera de la vieja cafetería abandonada en el norte de Michigan, y el general Thaddeus "Thunderbolt" Ross se bajó de la misma y echó un vistazo al cielo. Era noche cerrada y no pasaba un alma por la carretera a aquellas horas. Perfecto para encubrir lo que pensaba hacer.

Sacó un manojo de llaves de su bolsillo, escogió una y la introdujo en el pesado candado que mantenía cerrada la alambrada, abriendo la puerta de metal y accediendo al interior del recinto. La puerta de la cafetería estaba igualmente cerrada a conciencia, pero por fortuna la clave que le brindaría la entrada se encontraba en el mismo llavero que había sacado antes.

La puerta se abrió con un chirriar de goznes oxidados y se encontró en un amplio local oscuro y cubierto de polvo y telarañas. Tanteó hasta encontrar el cuadro eléctrico y levantó todas las clavijas. Cuando finalmente activó el interruptor de la luz, una inquietante escena se mostró ante sus ojos: doce parroquianos se encontraban sentados en la cafetería, tres en la barra y nueve distribuidos entre las mesas, todos inmóviles y petrificados como si la muerte les hubiera pillado en el acto de realizar algún gesto cotidiano, como leer el periódico o conversar. Uno de ellos incluso tenía la mano levantada como si estuviera llamando a la camarera en busca de un servicio que nunca vendría.


En ese momento se escuchó un chirrido metálico y el robot que hacía las veces de camarera pestañeó y volvió mágicamente a la vida, dirigiéndose hacia él con una gran sonrisa:

- ¡Cuánto tiempo, mayor Thaddeus Ross! ¡Ha pasado un siglo desde la última vez que pasó por aquí! ¡Bienvenido de nuevo al Petoskey Stone Diner! ¿Qué puedo hacer por usted?  

- ¿Mayor? -se sorprendió el hombre-. No he sido mayor desde hace veinte...

- ¿Qué hay, TB*? -saludó alegremente una voz conocida tras él.

Mierda, pensó el general.

- Deadpool, ¡cuidado! -exclamó, tratando de ponerse delante de él para cubrirlo.

En ese momento, los ojos de todos los robots se iluminaron con un peligroso brillo azulado al volverse en su dirección:

- Personal no autorizado detectado -emitieron a coro-. Por favor, muestre credenciales de seguridad inmediatamente. La fuerza letal ha sido autorizada para defender ésta instalación.

Un robot con aspecto de paleto se abalanzó sobre Deadpool, arrojándole fuera de la cafetería y destrozando una de las ventanas en el proceso.


La fuerza del androide era muy superior a la de Deadpool, y justo cuando empezaba a vencer su resistencia, una gigantesca mano de dedos rojos como la sangre se cerró en torno a la cabeza del robot, destrozándola como si se tratara de una simple nuez.

- Está bien -dijo Red Hulk-. Éstas instalaciones llevan más de veinte años abandonadas. No estaba esperando una cafetería llena de robots paletos (a decir verdad, ni siquiera esperaba que aún funcionasen), pero una cafetería llena de robots paletos es lo que hay, así que... imagino que ésta va a ser nuestra primera misión de grupo: Despejar la base. No puede ser muy difícil; son sólo trece contra nosotros...

- Tres -completó una voz femenina a sus espaldas. Los dos hombres se volvieron y pudieron ver a la asesina con la espalda apoyada contra el lateral de la furgoneta, con los brazos cruzados sobre el pecho y una sonrisilla divertida en la cara-. ¿Alguien dijo algo acerca de una oferta?

No había demasiado tiempo para efusividades, así que el general se volvió para señalar a los robots que empezaban a salir en manada de la cafetería y exclamó la que sería la primera de muchas órdenes similares:

- Thunderbolts... ¡a la carga!

Entre la fuerza increíble de Hulk, las habilidades de Deadpool y la pericia de Elektra no tardaron mucho en deshacerse de los androides, que, en cuestión de minutos, tapizaban el suelo del lugar con una alfombra de tornillos, cables y circuitos aplastados y chamuscados.

- ¿Qué eran estas cosas? -preguntó Elektra.

- LMD's, modelos de señuelo dotados de vida, tecnología de S.H.I.E.L.D. Formaban parte de la seguridad de éste lugar. Debieron dejarlos en marcha cuando abandonaron la base, sólo por si acaso. Éste es uno de los pocos puntos de entrada a unas instalaciones de investigación que pensé que podríamos utilizar como centro de operaciones, lo que no imaginaba era que los robots continuarían en activo. Fue una cafetería de verdad durante muchos años... Los sándwiches de queso de Patty eran muy buenos. El jukebox es la puerta. Para entrar hay que escoger las primeras tres canciones de la derecha.

- ¿No es un poco arriesgado? ¿Qué pasa si alguien las escoge accidentalmente?

- Dudo mucho que eso pueda llegar a pasar, Elektra. El código exige "White Christmas" seguido por una canción que habla sobre cirugías de todo tipo... nunca recuerdo el título. Y por último, el séptimo corte de un álbum de una banda llamada...

El sonido del jukebox al desplazarse interrumpió la conversación. Al parecer, Deadpool había estado pulsando los botones mientras hablaban. En el hueco anteriormente ocupado por el jukebox había ahora un pasadizo secreto que descendía a la base subterránea por medio de una escalera de caracol.

- ¿Qué es éste lugar? -inquirió Elektra.

- Un centro de investigación -respondió el general, acompañándoles abajo-. Es donde el gobierno acostumbraba a traer toda la tecnología secreta o cualquier otra cosa que descubrieran. Después de una súper-lucha, los chanchullos cósmicos tienden a dejar cosas interesantes... Aquí intentaban conseguir su ingeniería inversa. Nuevos inventos por el bien de los viejos Estados Unidos.

Finalmente llegaron al final de las escaleras, encontrándose con una gigantesca sala de proporciones monstruosas.


- Si no recuerdo mal de la última vez que estuve aquí, tenemos sala de reuniones, gimnasio, sala de entrenamientos y hasta una sala de esparcimiento que es donde estamos ahora mismo. No hay Internet, eso sí. La localización se encuentra en una red de seguridad interna, para evitar que puedan detectarnos o entrar de alguna manera en nuestros sistemas. Dispone de la posibilidad de entablar comunicaciones externas que se podrían utilizar para conseguir conexión a Internet, si estáis muy interesados. La tecnología es de hace veinte años, pero el ejército ya utilizaba la red por aquél entonces, por lo que imagino que podría ser posible. Sé que hay un reactor gamma desactivado en el sótano; las comunicaciones con el exterior no funcionarán hasta que se vuelva a encender. El problema es que yo no sé cómo hacerlo, así que, a menos que alguno de vosotros tenga nociones de ingeniería, nos quedaremos sin Internet por el momento. Las barracas están por allí. Hay espacio de sobra, así que escoged la cabina que queráis. Podréis usarla para dormir aquí cuando gustéis. También tenemos un garaje que hace las veces de hangar, y una cocina, pero habrá que reaprovisionarla de nuevo. Oh, y también supongo que habrá que limpiar el desastre de arriba, sólo para que el lugar continúe pareciendo abandonado y no acuda a nadie a meter las narices. ¿Qué os parece si echáis un vistazo a las instalaciones? Será bueno que os familiaricéis con el lugar... ¡Sentíos como en vuestra casa!

Elektra se cubrió la cara con la mano y el general dejó escapar un largo suspiro. Iba a necesitar mucha paciencia a partir de ahora. Menos mal que, a diferencia de Bruce Banner, él era capaz de controlar las transformaciones a voluntad, que si no...

- Vístete, Deadpool... -pidió antes de iniciar el recorrido para enseñarles las instalaciones.

Todo estaba construido con materiales prácticos que no tenían en cuenta cuestiones decorativas o estéticas, con acabados en bruto como acero y cemento, y las tuberías a la vista. Si había una palabra que pudiera describir el lugar, ésta era "funcional".

La cocina era pequeña; contaba con un pequeño comedor al estilo militar, con asientos metálicos con capacidad para dos personas situados uno frente al otro con una mesa de metal atornillada en el medio, formando pequeños grupos de cuatro. Había los suficientes como para que cada uno pudiera ocupar uno de aquellos grupos sin tener que compartir el espacio si no lo deseaba. La cocina disponía de numerosos armarios de despensa (que en aquellos momentos estaban vacíos) y contaba con el equipamiento básico estándar (microondas, cafetera, etc). Lo único que no tenía era horno, pero tampoco era como si tuvieran previsto realizar allí la cena familiar de Navidad, así que tampoco importaba mucho.

Las habitaciones eran diminutas, y disponían sólo de una cama individual muy simple, de armazón metálico. Las paredes estaban hechas de chapas de metal, y la puerta era de acero reforzado. Había ganchos en las paredes que podían utilizar para colgar las armas, pero poco más, aunque había algo de espacio para poner algún armario si se deseaba.

La sala de entrenamiento sin embargo era grande, y el garaje/hangar, casi tan inmenso como el salón principal, aunque estaba vacío, por el momento.

- En cuanto pueda, me ocuparé de traer un jet de transporte militar. Tengo acceso a tecnología avanzada y armas, así que pedid lo que queráis y veré qué puedo conseguir. Ah, afuera hay aparcada una furgoneta para las misiones de grupo, pero quiero que cada uno disponga de un coche para uso personal. Me ocuparé de conseguirlos. ¿Alguna preferencia de color?



- Vamos a charlar sobre la próxima misión -anunció el general-. Como sabéis, tenía la intención de conseguir más miembros para nuestro equipo.

No hacía falta que lo dijera. La sala de reuniones no era muy grande, pero la mesa tenía capacidad para seis personas estando holgados, y sólo estaban cubiertas la mitad de las plazas.

- Hace tiempo le eché el ojo a éste tipo -les mostró una fotografía que mostraba el rostro de un hombre bastante malencarado-. Jonathan Smith, alias Mass Murderer, mercenario profesional con entrenamiento militar tipo comando. Sabe manejar una gran variedad de armas de fuego, así como armas blancas, y es experto en artes marciales -añadió mirando a Elektra-. Además, es mutante, lo que le confiere reflejos sobrehumanos, y habla seis idiomas.

Se quedó unos segundos en silencio mientras los Thunderbolt observaban la fotografía y procesaban la información antes de continuar:

- Era el siguiente en la lista después de vosotros dos, pero por desgracia, otro tipo se me adelantó -les mostró una nueva fotografía de un hombre cubierto con una extraña máscara y vestido con gabardina-: Roscharch, un vigilante de otro universo que apareció en el nuestro tras la Colisión. Convenció a Smith para formar un grupo llamado "Los New Watchmen", con filosofía y valores muy parecidos a los nuestros, y él aceptó. Roscharch, sin embargo, desapareció poco después y el liderazgo del grupo pasó a recaer sobre éste otro tipo.

Una nueva fotografía, de otro hombre ataviado de una manera muy similar al anterior, también con una máscara que le cubría por completo el rostro.

- The Question, un detective perteneciente también a otro universo. Resultó gravemente herido durante los eventos de la noche de Halloween*, y el grupo, con tan sólo dos miembros restantes, se disolvió.

Volvió a recuperar todas las fotografías al tiempo que sacaba una nueva de un hombre con un extraño pelo de color azul y la mitad de la cabeza rapada.

- Jean-Luc Dufayel, alias Sensor. Es una especie de psíquico. De él no sé tanto como de Smith porque se ha mantenido más por debajo del radar. No suele vérsele mucho. Pero si estaba junto a Smith en los New Watchmen pienso que puede llegar a compartir también nuestros ideales de grupo, y ahora que el suyo se ha disuelto, es posible que tanto él como Smith accedan a unírsenos. Quién sabe, siempre está bien contar con un psíquico entre nuestras filas. La fuerza bruta no siempre lo resuelve todo...

>> Mi idea es la siguiente: yo me dirigiré en busca de Smith para tratar de reclutarlo y vosotros os ocupáis de convencer a Duyafel. ¿Estáis de acuerdo?

Por lo que había oído de Smith, el tipo no se caracterizaba precisamente por tener mucha paciencia, así que prefería no tener cerca a Deadpool por si le fastidiaba las negociaciones. Enviarle a él (junto con Elektra, para mantenerlo controlado) a por el último miembro de los New Watchmen representaba la excusa perfecta para tenerlo entretenido hasta que él hubiese terminado de hablar con Smith...

El general estudió la legítima duda que le planteó Deadpool, considerándola durante un par de segundos, sin embargo pronto llegó a la conclusión de que sería preferible en cualquier caso que estuviera en el grupo que fuera a reclutar al francés por la sencilla razón de que Smith tenía fama de ser un hombre de poca paciencia y muy violento. No sabía cómo sería Duyafel, pero le parecía más arriesgado enviar a Wade a charlar con un arsenal andante. Además, estaba Elektra para controlarlo.

- No te preocupes, Wade, lo harás bien -aseguró-. De todas formas, deja que Elektra se acerque primero, por si las moscas. Respecto a cuándo empezar, pues lo antes posible. Tengo que mover algunos hilos aún en la C.I.A. para averiguar dónde vive, pero en cuanto tenga la información podréis poneros en marcha. Eso es todo, por el momento. Esperemos que para la próxima reunión de grupo la mesa esté completa...