(Dick Grayson)¿Interrumpo algo? (7-2-19)

Era ya la una, la hora acordada para aquel intercambio y allí se encontraba él, embutido de arriba a abajo con aquel disfraz blanco, que mas que un disfraz era simplemente una camiseta con capucha y un pañuelo que le tapaba hasta la nariz, oculto tras unos contenedores. No sabia por que elegían siempre el puerto cuando había que traficar con armas, pero no es que se quejase, total acababa de llegar a la ciudad y no precisamente por aquel intercambio, si no por otra cosa, algo mas personal.

Tenia su arco en la mano, puesto que se encontraba a bastante distancia de aquellos dos grupos de hombres. Estos grupos también estaban separados, formados por varios hombres, uno entre cinco y 8 y el otro con 6, a plena vista, con armas en la cintura, no le gustaba para nada aquella situación, pero algo tenia que hacer, al fin y al cabo no había ido hasta allí para nada. Uno de los hombres fue hacia el centro, con uno de los maletines en la mano, al parecer iba a empezar el intercambio y eso no era buena señal, cargo su arco con una flecha, apuntando al hombre, no le mataría pero tampoco dejaría que aquello sucediese, ademas si había dinero en algún maletín eso que se levaba, así podría dormir en una cama por fin.

Alterando su concentración una sombra cruzo cerca de allí, quizás le hubiesen pillado, lo cual era bastante normal pues ir de blanco por la noche no era lo mas inteligente. Si como el sospechaba le habían encontrado se armaría gorda, su única solución seria disparar aleatoriamente y tratar de esconderse para ganar algo de ventaja ante las armas de fuego. Decidió esperar, igual se equivocaba y su mente le había jugado una mala pasada, con lo cual volvió a apuntar hacia el hombre del maletín, el cual estaba junto a otro, del segundo grupo, este tendría el dinero en la maleta que llevaba.

Bruce y yo habíamos discutido por el trabajo. No eran de aquellas discusiones en las que acabábamos a tortas como antaño, había sido una discusión más bien tonta. La situación era la siguiente: Freddy Minh, uno de los jefazos de la mafia y tráfico de drogas en Blüdhaven quiso trasladar parte de sus negocios a la ciudad de Gotham después de que el 'Haven quedara arrasado por los atentados de Deathstroke. Pero gracias al equipo que hicimos Red Robin y yo, conseguimos pillarles con las manos en la masa y meterles en chirona.

Freddy abandonó a los miembros de su familia que estaban en la cárcel y marchó de vuelta a Blüdhaven, que ya empezaba a recuperarse económicamente.  Freddy Minh había vuelto a las andadas y trataba de recuperar su parcela de poder en el 'Haven, así que envió a otro de sus familiares (¿Porqué las familias chinas serán tan grandes? ) a trabajar con lo perdido en Gotham. Charles Minh, alias "La Langosta", está intentando traspasar la droga que retienen en Blüdhaven y enviarla directa al corazón Gotham. Esta vez no es una droga común, la dosis es bastante fuerte y bien repartida por la ciudad podría crear una adicción tan bestia que tardaría años en recuperarse.

¿Qué porqué discutíamos Bruce y yo? Bueno, porque le dije que  el traspaso se hacía en el 'Haven y que Minh era asunto mío aunque se tratara de Gotham, por lo tanto, asunto indirectamente de Batman.

Y ahí estaba yo, que por mi gran cabezonería y mi propio orgullo me tocó noche de niñera. Carrie y yo estábamos en la azotea del edificio más cercano en dónde se realizaría el intercambio.  En el fondo sabía que estar con Carrie aquella noche iba a ser divertido y también didáctico, así que pensé en disfrutarla a tope. Se me hacía extraño tener a alguien a quien vigilar y no ser yo el vigilado por una vez en la vida. Si hubiere sido en otras circunstancias y con el Bruce de mi universo, hubiese desconfiado de tomarla decisión de llevarme a Robin conmigo. Sabría que no es otra manera de que Bruce tuviera sus ojos en el 'Haven para controlar lo que hago o dejo de hacer. Por suerte, las desconfianza entre nosotros había desaparecido casi por completo.

- Lección numero uno. Observar a tu objetivo y esperar a que se produzca el intercambio para poder actuar...

Desde la azotea, Carrie y yo podíamos a los dos grupos de mafiosos que estaban ocultando sutilmente que estaban armados hasta las cejas por si ocurría algo raro durante el intercambio. Y realmente algo raro estaba pasando. Una persona ajena al encuentro estaba oculta entre varios contenedores, apuntando con un arco al dueño del maletín.

- Lección número dos. Jamás vistas de blanco cuando estés en una misión de infiltración. Cantarás como una gallina a menos de que seas Robin, claro - sonreí divertido.- Si eres Robin puedes ir del color que quieras que los enemigos te infravalorarán y entonces podrás patearles mejor el culo.

Dicho esto, bajé por el edificio sigilosamente usando la Wingarra y esperando a que Carrie hiciera lo mismo hasta posicionarnos en la espalda del chico de blanco. Sin que me viera, me acerqué agazapado hasta colocarme detrás de él y realizarle una maniobra de contención.

Arrastré al chico hasta colocarlo contra la pared de detrás del edificio y evitando que gritara poniendo mi mano para bloquear su boca.

- Robin, avísame si se produce el intercambio. -le dije a la pelirroja y entonces miré furioso a nuestro invitado.

-¿Se puede saber que haces apuntando a esos tíos con un arco? ¿Quién eres y qué haces aquí? ¿Conoces a esos hombres?- dije retirando la mano lentamente para que el chico pudiera responder - Si intentas gritar te dejo aquí inconsciente...

Lo más probable es que fuera un justiciero callejero con ganas de hacerse el héroe, o un idiota que no tenía ni idea de en qué lío acababa de meterse.

Estaba concentrado, quizás demasiado, por eso no noto aquel agarre, al ver como le ponían la mano en la boca pensó que podría haber salido mal su plan, pero que mas daba, podría escabullirse fácilmente, gruño al escucharle y llevo su mano a la de el, la que lo agarraba, entonces la sujeto y la separo un poco, luxandola en el proceso, no iba a hacerle daño, solo a marcar el territorio.

- ¿Me vas a besar ya o tendré que esperar mucho?-Contesto con cierta frialdad, no iba a decir nada, al menos de momento, aunque aun así aquel supuesto héroe le recordaba a alguien, quizás con todo esto que ocurrió Crow había vuelto, un poco cambiado, pero lo había hecho.

Al escuchar la voz de la pelirroja su mente le hizo recordar lo que estaba sucediendo y por que estaba allí, entonces aparto a Nightwing o como se llamase con un suave empujón, si quería tener una charla lo mejor seria que fuese luego. Corrió hacia su arco, recogiéndolo del suelo con una maniobra bastante ágil y cargando una flecha de punta explosiva en el después, primera lección, llevar explosivos siempre. Apunto hacia uno de los vehículos con ella, disparándola delante de este para inutilizarlo,  no quería matar, no era necesario por ahora. Miro hacia los dos héroes que habían allí, habría que organizarse, si no no pararían a aquellos  tíos nunca.

- Id a por los maletines, yo les montare un pollo mientras¿Entendido?- Espero que le hiciesen caso, la verdad es que nunca le había gustado ser líder, pero tenia que intentarlo.

Dejo caer el arco al suelo, con la explosión todos aquellos mafiosos habían fijado su vista en el, lo cual no le desagradaba, le gustaba bastante ser el centro de atención aunque en este momento  fuese también una diana. Al menos tenia poderes, gracias a estos se impulso hasta detrás del coche semidestruido, el cual le serviría de cobertura para los disparos. Su piel comenzó a brillar un poco mas de lo normal, la fiesta había empezado.

Sonreí divertido ante la bromita, parecía un tipo difícil de roer, pero no había nada que me sobrepasara. El desconocido intentó escabullirse de mi agarre, pero no tenía ni idea de con quien se estaba enfrentando. No era Batman, pero podía ser tan duro como él si me lo proponía.

Robin llamó mi atención y me aparté del chico de blanco, que rápidamente aprovechó el momento para recoger de nuevo su arco y apuntar al grupo de mafiosos por lo que parecía una punta de flecha explosiva. Había hecho equipo con Green Arrow, Red Arrow y Artemis como para no saber de qué iba todo eso de las flechitas trucadas. El chaval iba a hacernos explotar a todos si no tenía buena puntería.

- Espero que sepas cómo usar ese trasto. Pareces un chico lleno de sorpresas, y no me gustan las sorpresas. - dicho esto, hice una señal a Robin para que se abalanzara sobre los matones sin quitarle el ojo al encapuchado.

Salté desde los cubos de basura, aprovechando la aceleración que me proporcionaban las paredes de ladrillo, y en medio del salto realicé una acrobacia en el aire que terminó en una doble patada, dejando K.O. a los dos primeros matones con pistola.  Había al menos 14 tíos más que todavía seguían en pie, y uno de cada bando estaba protegiendo una maleta con sus manos. En cuanto vieron el follón, no se lo pensaron dos veces en salir por patas.
 
La primera maleta debería contener dinero y la segunda el cargamento de la droga que pensaban enviar a Gotham. Tendríamos que interceptar las dos antes de que fuera demasiado tarde, y los matones que las llevaban habían decidido correr en direcciones opuestas. Muy listos, pero no les iba a servir de nada.

- Robin, ya sabes lo que tienes que hacer - le grité a Carrie mientras me dirigía corriendo hacia uno de los matones del maletín mientras esquivaba la ráfaga de tiros del resto de sus coleguillas.

Conocía a la pelirrojilla lo suficientemente bien como para saber que esto era pan comido para ella, y no tendría que explicarle como hacíamos las cosas en el 'Haven.  Lo que me preocupada de verdad era el novato de la capucha blanca, que podría convertir un intercambio sencillo en una situación complicada. Y claro, tampoco debía dejar que alguien me fastidiara el trabajo de niñera. Estaba dispuesto a impresionar a Carrie aquella noche.

Ya había empezado y no estaba nada mal, había disparos y unos pocos gritos, ademas de las típicas maldiciones e insultos, le gustaba aquel ambiente. Refugiado tras los restos de aquel vehículo recibía varios disparos, aunque menos de los que le hubiese gustado, quería mas acción,  si no, no era “divertido”, se asomo por uno de los laterales del coche, había ya dos en el suelo y la pequeña chica con el disfraz de colores estaba saltando sobre otros, vaya manera mas extraña de pelear. Volvió a esconderse, pues esta vez casi le dieron un balazo, no era muy adecuado para su cutis asi que mejor estar seguro, tenia que hacerlo rápido, así que no le quedaba otra que usar sus poderes, se incorporo, con un resplandor blanco por todo su cuerpo, apunto con las manos hacia donde estaban los tipos armados y disparo un haz de luz, el cual, ademas de destruir las balas que se cruzaban con el, hizo una explosión, que dejo inconscientes a varios de ellos, tras eso comenzó a caminar,  tranquilamente, disparando de nuevo, esta vez con la mano derecha, a los mas alejados, de los cuales tumbo a otro dos, por desgracia, no estaba lo suficientemente bien como para mantener aquel ritmo por mucho tiempo, sus poderes le cansaban. Cuando estuvo cerca de ellos, comenzó a correr, por suerte aun podía crear aquel pequeño escudo al rededor de su su cuerpo.

El primero le ataco, con un cuchillo, con cierta rapidez Joey se aparto, quedando así mas cerca de otro dos, estaba rodeado por tres de ellos, seria una pelea interesante, aunque no tendría ni para calentar, espero el siguiente ataque, pero esta vez atacaron dos de golpe, tuvo que dar un salto, colocándose enfrente de ellos, el tercero fue a por el, lanzandole un gancho, el cual fue bloqueado y tras eso, el matón recibió varios golpes, cayendo al suelo por estos, solo quedaban el del cuchillo y otro mas, al menos a su vista, el resto o había corrido siguiendo a los de los maletines o estaban en el suelo. El hombre con el cuchillo le ataco, tratando de clavarle este en uno de los costados, pero no surtió mucho efecto aquel ataque, pues fue bloqueado y el matón recibió un golpe en los ojos, con la punta de los dedos, dejandole aturdido, tras eso, Joey, le doblo la muñeca, golpeo el filo del cuchillo con la otra mano, haciendo que este cayese al suelo y presiono la muñeca del hombre, partiendola y lanzandolo al suelo, el tercero huyo.


Tras aquella pelea salio corriendo por los callejones, debía encontrar los maletines, se envolvió de nuevo en su propia energiza, consiguiendo así un poco mas de velocidad, la cual le sirvió para encontrar a la pequeña pelirroja, sentada sobre uno de los hombre, sonrió interiormente, al parecer sabia pelear bastante bien, tumbar a alguien mas grande si eres un niño no es fácil, se acerco a paso lento.


-¿Que tenia este?-Dijo con un tono seco, como si quisiese demostrar que aquello era algo serio, que no podía divertirte, pues pensaba que al menos, la pelirroja se lo tomaba como un juego.

FDI: Siento muchísimo el retraso!! Pensaba que la semana pasada me daría tiempo de contestar con Dick y al final no pude >o<

El puerto de Bludhäven se había convertido en caos y confusión. Los matones de Minh se enfrentaron a los misteriosos poderes sobrenaturales del arquero, y cuando vieron que la batalla estaba perdida trataron de huir, pero las bombas de humo que había soltado antes de irme corriendo les había cortado el paso. Confundidos y machacados, los catorce hombres que se habían citado aquella noche yacían inconscientes en el suelo.

¿Y yo? ¿Dónde estaba? Abandoné el campo de batalla para perseguir al hombre del segundo maletín. El hombre me llevaba ventaja, pero no por mucho tiempo. No podía correr a mi velocidad, ni tenía mi misma resistencia, así que en menos de veinte segundos lo tendría comiendo el asfalto. Pero andaba algo distraído mientras corría... el novato de blanco tenía buena puntería, pero lo que más me preocupaba eran esos misteriosos rayos que habían salido de su cuerpo. ¿Sería algún tipo de meta-humano? No me sonaba que un chico de esas características estuviera en el registro de personas con poderes, así que supuse que sería alguien del nuevo universo. Alguien que podría ser potencialmente peligroso si peleara en el bando equivocado, o una gran ayuda si...

Esquivé en el último momento las balas del tirador de delante. El hombre se había percatado de que le perseguía y se detuvo para dispararme cuando estuve a punto de alcanzarle.

Mierda.

Giré a la siguiente esquina y lancé la wingarra hasta alcanzar el segundo piso del edificio que tenía al lado. Así podría observar al matón desde arriba. Aprovecharía un momento de distracción para acercarme a él y...

- ¿Dónde estás?, ¡hijo de S&%=! ¡Sal de ahí cobarde!

- Como quieras. - esbocé una sonrisa traviesa y caí encima del tipo con una patada en el brazo que proyectó la pistola varios metros lejos de nosotros. La cara de terror de aquel hombre al ver que algo se le venía encima había sido para grabarla.

Le di un rodillazo en el estómago hasta que quedó inconsciente y le até las manos con las esposas que llevaba en compartimento del guante. Después abrí el maletín para comprobar el interior. Efectivamente, el maletín lleno de droga. Alcé al hombre hasta cargarlo sobre mi hombro y recogí su pistola del suelo. 

Fue entonces cuando escuché la voz de Carrie no muy lejos de allí.

-¡No quise hacerte daño! ¡Ni quería estar aquí! Solo soy una niña...

En...¿serio? Venga ya, si nadie se lo cree...

Cuando llegué a dónde estaba Robin el matón ya había sido abatido, y el chico de la capucha blanca también se encontraba allí, junto al maletín con el dinero negro.

- Buen trabajo, chicos. - sonreí a Carrie y después al chico. - Ahora toca lo más aburrido de la misión: reunir a todos los matones y atarlos a algún sitio hasta que los recoja la pasma.

Carrie sonrió de oreja a oreja. Una sonrisa tan inocente que me pareció adorable. Era una chica joven activa y alegre, y eso es lo que necesitaba Bruce más que nada en su vida. Yo ya no podía hacer ese papel, ya no era el niño que echaba una de cal cuando Bruce echaba una de arena. Bruce no necesitaba un Robin problemático como Jason o un lógico Tim, necesitaba otro Dick Grayson que le arrancara una sonrisa y le animara en los momentos más duros. Y ahora el papel de Robin era para Caroline.

El hombre de la capucha no se despidió, simplemente se marchó por donde vino, arrugando su nariz. Saqué del guante un rastreador y se lo coloqué en las botas de un lanzamiento con los dedos. No iba a permitir que más gente problemática se las diera de héroe en mi ciudad, y menos en una época tan peligrosa. Iba a averiguar quien era y a qué se dedicaba ese misterioso encapuchado.

- ¿Que dices? En esta parte siempre me entretengo comentándole cosas al Jefe...- La voz de la muchacha me sacó de mis pensamientos, y le sonreí al ver que se había relajado y tenía una pose al estilo de Wonder Woman.

- Ah… pero… ¿Batman habla? – sonreí divertido y empecé a arrastrar por el suelo sin ninguna delicadeza al hombre que había noqueado antes. Observé como Carrie hacía lo mismo con el suyo, sin lugar a dudas le estaba costando mover a un tipo con tanto peso. Aún así se espabiló bien y lo dejó atado a un farol. Hice lo mismo con los otros cuatro que todavía quedaban inconscientes en el lugar del intercambio de maletines.

- ¿Hay muchos de estos crímenes por aquí? Nunca vine a al ‘Haven...- preguntó inocentemente Carrie.

- Hay el triple de esta escoria en Blüdhaven. Aquí acaba la gente que le teme al murciélago, y se piensan que pueden cometer los crímenes que quieran mientras no estén en Gotham. La policía también está corrupta hasta las cejas, hay muy pocos polis decentes y ningún comisario Gordon que limpie esta ciudad. Nadie aquí cree que el ‘Haven merezca algún tipo de esperanza… menos yo, claro. – Le devolví una sonrisa a la chica.- Es duro, pero me las apaño bien. Aunque no estaría de mas que me hicierais una visita de vez en cuando. No con capas y máscara, sino como civiles. También hay lugares bonitos que visitar en el Blüdhaven (aunque no lo parezca), como el museo marítimo o el parque de Melville…

Mi ciudad. Blüdhaven era ahora mi ciudad igual que lo era Gotham para Batman. Aún así, él siempre tenía que meter las narices cuando nadie le había pedido nada. Me sorprendió el cambio de actitud del nuevo Bruce. Aún recordaba como el anterior Batman me había vigilado más de una vez en el ‘Haven, para juzgar si hacía bien o mal mi trabajo. Era insoportable, Bruce no  sabía vivir pero tampoco dejaba vivir a los demás.

- De todas formas no creo que a Bruce le haga gracia que me meta en asuntos de Gotham. Ya no estoy tan ligado a esa ciudad como antes. – quizás soné un poco duro, pero era lo que de verdad sentía. Miré a Carrie y le devolví la sonrisa para relajar la situación.- Pero puede contar conmigo para lo que necesite, aunque eso ya lo sabe. Y seguramente sea tan tozudo que aunque necesite mi ayuda no me la pedirá jamás… así que… ya me avisarás tú cuando lo creas necesario. – dije guiñándole un ojo a la pelirroja.

La policía llegó al lugar del crimen, pero nosotros ya nos habíamos ido de allí. Surcamos el cielo con nuestras “Lo que sea”- garras, y descansamos en uno de los tejados de la ciudad, con una buena vista de la operación policial. Todavía no se creían que los héroes habían vuelto a la ciudad y les dejaban regalitos en forma de criminales atados a farolas. Esto también era un aviso para ellos, para todos los agentes corruptos y chantajeados. Iba erradicar el crimen de esta ciudad empezando por lo más alto.

- Muy bien… ¿qué tal suena un helado con sirope de fresa y chocolate? Hay una cafetería que abre a estas horas y tiene unos helados buenísimos. – Por el rostro entusiasmado de Carrie supuse que la idea le gustaba.- Te contare lo que quieras, a cambio de que tu me cuentes también tus cosas. Como te va el cole, que tal con los chicos de clase… y esas cosas tan divertidas que suelen suceden en la adolescencia. – Reí-   incluso podría irte a buscar un día al instituto de Gotham. Así podrías fardar de primo guapo.

Estaba a punto de amanecer, y Carrie y yo volvimos a mi apartamento para cambiarnos y dejar atrás los disfraces. Como si no hubiera pasado nada de especial aquella noche, salimos a pasear por las calles soleadas de Blüdhaven, parecíamos dos buenos hermanos que iban a tomar tranquilamente unos deliciosos helados para desayunar.