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¿Te apetece algún día en general? En un principio tendría todo febrero disponible
En serio, ¿qué demonios le pasaba a esa ciudad? Miraba el periódico con una expresión de incredulidad, caminando por las calles de la ciudad. La verdad es que no sabría decir si era de día o de noche por eso de tener todo el rato el cielo encapotado. Es en lo único en lo que Gotham se parecía a mi Londres natal, porque la verdad es que la fauna que la habitaba...
Vamos a ver, que hago recuento: Un tío vestido de espantapájaros que va dando sustos por ahí, un tipo escapado de un anuncio de refrigerados, otro tipo que tenía cara de pingüino, otro de verde hortera que se ponía a hacer adivinanzas por la vida... Y luego estaba el héroe local. En serio. Un gilipollas vestido de murciélago.
¿En serio pensaba que iba a dar miedo? Podía entender si quería hacerse pasar por vampiro, pero... ¿En serio un murciélago? No hay quien los entienda. Tooodos locos. Y hablando de locos, aún quedaban más: Estaba el tío ese con esteroides y máscara de luchador mejicano, había un tío con cara de cocodrilo que vivía ¿A que no lo adivinas? ¡En las putas cloacas! ¡Como una jodida leyenda urbana!
Y la guinda del pastel: Un puto psicópata vestido de payaso. Con sus sicarios vestidos a juego. No, en serio, que sí, que hay un puto payaso por Gotham y es el peor villano que tienen.
Estos no han visto un wendigo en su vida, te lo digo yo.
Así que estaba en ese callejón de mala muerte, bajo una farola a las... no sé, ¿diez de la noche? intentando leer el periódico sin reírme. El payaso, sí, sí, ese del que te hablaba, acababa de atracar un banco. Con un gas de la risa. En serio, ¿qué panda de chalados atracan un banco con eso? ¡Y les sale bien!
Es que no podía, me estaba riendo por lo bajo intentando no parecer una loca, pero... ay, en serio.
Entonces algo bajó mi periódico. Una porra o algo así. Y lo que me encuentro al otro lado es un maromo de esos de dos por dos metros. Mirándome. Y yo le miro. Y me empiezo a descojonar. Porque en serio. ¿A quién va a dar miedo con la cara pintada de payaso? Ay, de verdad, que están todos con una pedrada en la cabeza que...
Me dice algo de que va a divertirse conmigo y que le de mi dinero si no quiero que me fuerce. Y ahí sí que no puedo más. Empiezo a reírme, doblándome hacia atrás a mandíbula batiente. Hay unos segundos de confusión entre los matones, pero finalmente el tío intenta golpearme.
Solo que yo soy más rápida. Bueno, en realidad lo es mi magia, porque del suelo sale un puño de piedra que le da justo ahí, en la entrepierna
Ay, cielo, ahora sí que no nos vamos a hacer ese rodeo comento, jocosa, mientras le piso el estómago. Los tipos se miran entre ellos y se echan a por mí.
Cinco minutos después y una llamada al 911, me encuentro sentada encima de una pila de matones ridículos vestidos de payasos, todos inconscientes o atados al suelo con magia de piedra, mientras sigo leyendo el periódico.
Joder, de verdad, ser redactora en esta ciudad tiene que ser divertido de pelotas con tanto pirado disfrazado...