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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
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Mensajes : 692 Fecha de inscripción : 23/05/2014 Localización : Trono de Themyscira, Atalaya. Humor : Hey, Amigos.
Ficha de Personaje Alias: Wonder Woman Nombre real: Diana Universo: DC Universe
Tema: Una guepardo en La Habana [Clark Kent] 9th Abril 2015, 00:25
4 de Abril 2018 La Habana, Cuba. 1:17 PM.
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La mañana en la Atalaya parecia mas tranquila. Los datos seguian interpretando daños y lugares donde trabajar para que fuesen mas seguros. Desastres naturales, formaciones de climas y regiones naturales... ¡Hasta dinosaurios habiamos enfrentado! Todo lo que habia pasado ya estaba calmandose, las aguas estaban dejando de ser turbias... Y podriamos aprovechar para dedicarnos a nuestra vida. Hacer nuestro trabajo, saludar a nuestros amigos e ir con nuestra familia de vez en cuando. Cosas que la gente "normal" hacemos...
Pero siempre hay un pequeño, pequeñito problema en toda vida de un superheroe: Los supervillanos. En mi caso, tenia varios, como todos en la Liga... Pero habia una que odiaba con todo mi corazon. Cheetah, o Barbara Minervah, como la habia conocido originalmente. La ladrona, asesina, la bestia que me habia traicionado y rompiese mi corazon. Mi primer amiga, tristemente, y la primera desilusión sobre las mujeres del mundo de los hombres: No todas eran buenas, como en mi Isla habia vivido durante años.
Tampoco todos los hombres eran malos, pero de eso ya estaba segura desde el momento en que vi a Steve Trevor caer por accidente en mi Isla. Sin embargo, si que habia bastantes supervillanos varones. En algunos casos, ni siquiera eran hombres, como Brainiac o Doomsday. Eso si que era una cuestion sin genero, unicamente, destruccion a mas no poder.
El caso es que, entre esos supervillanos molestos, y especificamente, Cheetah, habia un problema: Habia robado unos codigos de acceso a la zona de investigacion del MIT, y tenia que ir a por ella. No sabia como demonios habia escapado, pero la avistaron en el Atlantico, volando hacia Cuba. No era el pais donde mas nos querian, pues a veces su lider... Bueno, siempre fuimos acusados de servidores del Imperialismo Yankee, asi que, no nos metiamos mucho por ahi.
La Liga respetaba la soberania de todos los gobiernos y no se inmiscuia en asuntos que no les corresponde, por mas que querramos cambiar algo. Yo quisiera ir a algunos paises en Medio Oriente y parar esa cultura machista que tanto daño hacia a las mujeres, pero no podia. Tampoco podiamos cambiar nada si los humanos no querian cambiarlo, y el gobierno, como el de Cuba, no era facil de cambiar.
Y ahi me encontraba yo, volando a toda velocidad por el Golfo de México, cuando decidi prender mi comunicador.
-Liga de la Justicia, aqui Diana. Voy volando a Cuba, a detener a Cheetah. ¿Alguien tiene guardia libre? Quiero acabar rapido. -No me tarde mucho en llegar a la Isla, que a lo lejos, se veia tan grande y llena de arboles. Cuando por fin aterrice, en medio de turistas y lugareños, mire a que calle habia llegado... Hmm, estaba en el malecon. Ojala algun dia tuviese tiempo y viniese de vacaciones a la Isla. En fin, segui viendo por la calle, sin ver ningun tipo de emergencia o alteracion entre la gente. Supongo que tendria un buen rato para buscar a Cheetah, mientras esperaba a alguno de mis compañeros. ¿Donde podria buscar? Dudo mucho que estuviese tomadose unos mojitos o comiendo, pero tenia que buscar.
Los turistas y la gente empezo a aprovechar para tomarme algunas fotos, pero no me pude quedar como me hubiera gustado a saludar a todos. Me despedi y me eleve en el aire, buscando a la ladrona. No tenia muchas pistas, asi que, tendria que confiar en mi instinto o en su salvajismo. Cheetah era muy voluble, y si no se controlaba, seria muy facil de encontrar por el rastro de violencia que dejaba a su paso.
Solo esperaba no llegar lo suficientemente tarde para evitar eso. No queria gente muerta, porque a veces empiezan a relacionar la llegada de superheroes con la llegada de supervillanos que causan destrozos. No era una acusacion muy bonita, pero no podiamos hacer nada ante la ignorancia y el miedo de la gente.
Ficha de Personaje Alias: Clar Kent, Superman Nombre real: Kal-El Universo: DC Universe
Tema: Re: Una guepardo en La Habana [Clark Kent] 9th Abril 2015, 02:20
El mundo ha cambiado. Lo siento en la tierra. Lo siento en el agua. Lo huelo... En el aire.
♠ Fortaleza de la Soledad, algún punto del Círculo Polar Ártico ♠
Aquellas palabras, pronunciadas por la Dama Galadriel en aquella fantástica película desarrollada por los humanos y basada en los libros del famoso Tolkien, representaban en muy buena medida lo que le había ocurrido al mundo durante el último mes: que se había puesto patas arriba, básicamente. En un primer momento, nada había tenido el más mínimo sentido. Sin previo aviso la Tierra había sufrido una cadena interminable de cambios extravagantes y, lo peor de todo, sin motivo aparente. A Clark Kent, un kryptoniano que prefería tener las cosas en orden, aquello le traía de cabeza. Le gustaba saber a qué villano perseguir, qué plan urdir, qué atentado evitar, qué rehén rescatar, qué catástrofe combatir. Él era el héroe que acudía a la llamada. Pero, de un día para otro, el mundo se había puesto, como decía, patas arriba. Sin explicaciones. Sin un rostro escondido entre las sombras, riéndose malignamente mientras amenazaba con destruirlo todo o matar a cincuenta mujeres vírgenes si su archienemigo, el protector de tal ciudad, no se reunía con él en el cementerio a medianoche para ajustar cuentas.
El mal solía funcionar así: avisando. Y, si no avisaba, lo hacía después de actuar. En realidad había sido así: todos habían podido ver y escuchar el inquietante mensaje de Omega. Pero aquello no era suficiente, ¿verdad? Claro que no. Como una profecía, como un acertijo imposible, aquellas palabras se le antojaban indescifrables. Y le frustraba. Le frustraba no saber nada, no entender nada, no disponer de un plan que seguir, un escondite que investigar, un villano que golpear, un testigo que interrogar. Nada, no había absolutamente nada. Y el hecho de que los universos y las realidades se hubiesen fundido entre sí sólo servía para que todo se volviera aún más confuso. ¿Dónde buscar? ¿Qué buscar? ¿A dónde ir? Durante los primeros días del cataclismo había investigado desde la Atalaya, pero... Los pasos de los demás, el ambiente claustrofóbico -algo que nunca le había afectado demasiado-, los continuos pitidos de la maquinaria informatizada... Todo, el más mínimo detalle, servía para desconcentrarle. Por momentos se había ido volviendo susceptible, y acabó por abandonar la base, sin mediar palabra, y poner rumbo a la Fortaleza de la Soledad, aquella que habría tenido quizá demasiado abandonada desde la fundación de la Atalaya de no ser por la presencia de su fiel compañero, Krypto.
Y allí llevaba, en soledad -valga la redundancia, cosa de dos semanas, investigando sin descanso... Y sin resultados. Una de las mayores debilidades a las que Superman se enfrentaba consigo mismo era, de hecho, el perfeccionismo que le conducía a, ante una situación comprometida, vivir esa necesidad de controlar la situación. Y verse a él dominado por ella, y no al revés, sin el menor avance, incrementaba su burda impaciencia. Durante ese tiempo apenas obedeció a los reclamos de sus compañeros, a sus insistencias en que diera señales de vida. Quizá no se les ocurrió ir a buscarle allí porque, teniendo en cuenta el estado del planeta, tendrían cosas mejores en las que pensar. Él también... O eso pensaba. Lo que no sabía, claro, era que necesitaba salir de allí. Regresar al mundo. O a lo que quedaba de él. Se resignaba a admitir algo así. Pero fue la voz de Diana la que le despertó, gracias a ese sistema que había permitido a Wayne implementarle, el cual transmitía a la Fortaleza los mismos mensajes que los miembros de la Liga enviaban a la Atalaya desde cualquier posición del planeta.
- Liga de la Justicia, aquí Diana. Voy volando a Cuba, a detener a Cheetah. ¿Alguien tiene guardia libre? Quiero acabar rápido.
Las palabras resonaron repetidamente, en ecos, a través de los espacios amplios y desiertos de la Fortaleza de la Soledad, martilleando varias veces en los finos oídos de Clark. Despertándole de su ensimismamiento. De su obsesión. Ir a una ubicación concreta, a detener a un villano concreto. ¿No era eso lo que necesitaba? ¿No era lo que el mundo requería de él? ¿Qué hacía allí, escondido, dando palos de ciego, dejando que los músculos se le entumecieran, apenas dejándose encontrar por la luz de un Sol que tanto le fortalecía?
Se estiró, parpadeó y fue en busca de Krypto. - He pasado demasiado tiempo aquí, amigo. Ahí fuera me necesitan -divagó, como si el perro pudiese opinar, o tal supuesta opinión le fuera a ser de alguna relevancia. En realidad, podía haber aguardado a que otro fuera en apoyo de Diana; Wayne, por ejemplo, poco se despegaba de ella últimamente. Tampoco era un tema en el que fuese a inmiscuirse. Pero así era: necesitaba salir de allí, volver a sentirse vivo y, de paso, redescubrir ese mundo que tanto había cambiado.
Omega.
Sacudió la cabeza, esquivando todo aquel asunto por primera vez desde el aciago doce de marzo y, una vez en el exterior de la Fortaleza, alzó la mirada al horizonte... Y despegó.
♠ La Habana, Cuba ♠
No tardó en llegar a La Habana. En otras circunstancias, años atrás, le habría costado localizarla, pero eran tantas las vueltas que había dado al globo a través del viento que ya tenía el mapamundi grabado a fuego en el cerebro. Aterrizó en una de las calles menos frecuentadas de la capital, ignorando de forma deliberada los rostros y muecas de asombro al ver aparecer por allí al famoso Superman. ¿Sería de verdad? ¿Sería tan fuerte como se contaba? Las preguntas de siempre. Pero él estaba allí para encontrarse con Diana y dar con Cheetah, según el breve mensaje de su compañera. En aquel momento recordó que se había dejado el comunicador, así que habría de buscarla a la vieja usanza... Esto es, por supuesto, la visión de Rayos X. Apenas un barrido visual bastó para localizar una figura femenina sobrevolando la ciudad: la marca de la casa de Diana de Themyscira. En el momento en que iba a ascender para ir a su encuentro, un grito, un alarido más bien, desgarró el aire y pareció silenciar la ciudad entera durante unos instantes.
No le dio tiempo a comprobar la reacción de los lugareños; sus pies salieron disparados, y acortó distancias en un abrir y cerrar de ojos. El instante necesario para encontrarse en una plaza cerrada donde cuatro cadáveres yacían en torno a un pozo vacío.
¿Había llegado demasiado tarde?
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Tema: Re: Una guepardo en La Habana [Clark Kent] 12th Abril 2015, 04:25
Volar por las ciudades era una maravilla. Me encantaba estar desde el aire, observar las perspectivas generales de todo lo que pasaba en la ciudad al mismo tiempo. Podia observar las cosas buenas, o las cosas malas que le causaban peligro a sus habitantes. Todo eso hacia que, para las personas que miraran al cielo y nos vieran volar, seriamos un signo de que las cosas estarian bien, y a aquellos que se dedican el mal, seria un signo de que pateariamos su trasero ocho veces sin apenas sudar. Desear otra cosa era ser avaricioso. El don del vuelo, que solo los dioses concedieron a las aves, era algo por los que muchos humanos soñaban, y solo con la tecnologia pudieron completar.
El vuelo por la ciudad, pasando por los autos y las casas viejas, pude ver algo, un pequeño detalle que probablemente nadie noto, pero que mis supersentidos apenas y captaron. Habia visto pasar un borron rojo, moviendose a toda velocidad, tal como un rayo. ¿Flash? ¿Habia venido a ayudarme? Que raro, normalmente lo hubiera escuchado antes por el comunicador. No sabia especificamente en que punto habia parado, asi que, empece a volar en la direccion que fue, buscando algo extraño en el suelo.
Mientras avanzaba hacia adelante, sin ninguna pista de Cheetah o ese borron que paso por la calle, vi que estaba una silueta alta, fornida, con ese caracteristico traje que reconoceria en cualquier parte: Superman estaba ahi. Me agradaba eso, me gustaba que saliese de su fortaleza de la soledad, se despejara y que le diera el aire (del mar Caribe, ni mas ni menos). Lo mejor es que tambien me ayudaria para resolver esto mas rapido, meter a Barbara en Belle Reve y regresar a Estados Unidos a hacer mis cosas.
Descendi en picada, muy cerca de donde estaba Superman. El se dio la vuelta apenas toque el suelo, y me dirigi hacia el, saludandole con la mano y con una sonrisa de oreja a oreja. Siempre me alegraba ver a Clark, aunque no siempre en las mejores condiciones. A veces lo veia mas por el trabajo que por el hecho de que era mi amigo, pero bueno, supongo que asi son las cosas.
-Superman- Salude con la mano. Le hice un gesto amistoso, y luego le indique con la mano que me acompañara a ver que pasaban con los cuerpos. Queria ver si Cheetah no estaba implicada. Al acercarme, pude ver que estaban sangrando, la sangre era bastante reciente y parecia que aun se mantenia caliente. Sin embargo, mirando mas detenidamente, pude ver que en su cuerpo habia profundas rasgaduras en los tejidos del torso, cara y brazos. Todo apuntaba a grandes garras, como las que tenia Cheetah. Habia estado aqui, probablemente. -Clark... Creo que ella ha sido. Necesitamos encontrarla rapidamente.
Si Cheetah habia huido, seria mas dificil dar con ella. Bueno, encontrarla para mi, pues Clark con sus visiones especiales y su velocidad de la luz, podria encontrarse a Barbara antes que nadie. Le hice un gesto para levantarnos en el aire, y salir volando para buscar pistas.
OFF:
Si te pones a buscarla, la puedes encontrar con otra figura acompañandole. Cheetah, y otra silueta femenina
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Tema: Re: Una guepardo en La Habana [Clark Kent] 14th Abril 2015, 17:53
Clark se aproximó a los cuerpos inertes, contemplando las evidencias: todos, o la mayoría de ellos, presentaban signos de haber sufrido brutales daños físicos a partir de lo que parecían grandes zarpas. Recordó entonces las palabras de Diana en la transmisión: estaba allí para detener a Cheetah, y empezaba a comprender los motivos; por norma general, no tenían costumbre de perseguir a nadie, villano declarado o no, si no había motivos claros para darle caza. ¿Para qué presentar batalla ante Poison Ivy si estaba pasando una tarde tranquila repoblando el claro de un bosque? De igual manera, sabía demasiado bien que Diana no habría ido tras Minerva si ésta hubiera estado, por ejemplo, haciendo compañía a una manada de leopardos.
Pero no; por algún motivo que hasta entonces desconocía, aquella mujer, o lo que quedaba de ella, estaba ávida de sangre. Y eso era algo que los defensores de la humanidad no podían permitir, no si dicha sed conducía a poner en peligro la integridad humana.
- Wonder Woman -respondió a su saludo, alzando la mano. Como siempre, actuando en público, a pesar de que allí no lo hubiera, entre ellos vibraban las cordialidades y esa tendencia a la que nunca se acostumbraría de llamarse el uno al otro, al igual que con el resto de miembros de la Liga, por su sobrenombre heroico-. Cheetah, ¿verdad? Es lo que suponía. ¿Llevas mucho por aquí?
Diana era un poco impredecible en ese aspecto, y bien podía haber pedido ayuda nada más llegar como empujada por la frustración tras un par de días sin resultados. Por suerte era él quien había acudido a la llamada, y eso significaba un oído extremadamente fino y una mirada capaz de atravesar los muros más sólidos. Si eso no servía de ayuda, ¿qué lo haría? Quizá, si hubiese pronunciado esas palabras en voz alta, habría aparecido Batman tras él, alardeando de todos sus caros juguetitos. En el fondo admiraba a un hombre capaz de emplear la mitad de la fortuna familiar en parecerse a alguien capaz de hacer el frente al mal y vivir para contarlo, pero no dejaba de parecerle temerario.
- Vamos... Creo que es por aquí -creía, sí. No había detectado movimiento, pero sí un rastro de cuerpos que avanzaba calle arriba. No quería ponerse en lo peor, pero aquello le parecía demasiado para tratarse de las acciones de una sola persona, por lejos que Cheetah pudiera llegar-. ¿Cómo la has localizado? Nunca me ha parecido una tarea fácil, tratándose de ella.
Y es que ambos sabían lo esquiva que podía ser esa mujer. A fin de cuentas, llevaba ese sobrenombre por una razón. Continuaron calle arriba, alerta, ojo avizor. Él más que ella, por razones evidentes; por agudos que pudieran ser los sentidos de una amazona, poco podía competir con una visión de rayos X y un oído potenciado por la fantástica acción del Sol amarillo. No acababa de comprender por qué a los Green Lantern ese color les provocaba un efecto tan adverso cuando a él le daba la vida, por así decirlo. Bueno, claro que lo sabía. Él era kryptoniano. Y los anillos de poder eran una cosa muy diferente a algo como la acción de la radiación de una estrella. - Para-la instó, moviéndose con agilidad y atravesando aquella pared con la mirada. Detrás de aquel edificio detectó dos figuras. Una, evidentemente, era Cheetah.
En cuanto a la otra...
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Tema: Re: Una guepardo en La Habana [Clark Kent] 27th Abril 2015, 00:18
Mire a Clark un segundo, asintiendo ante su mencion. Se veia algo... ¿renovado? Desde la colision, se habia enclaustrado en la Fortaleza de la Soledad, pensativo de todo lo que habia pasado y lo que no. Salvo por algunas llamadas de emergencia, parecia como si Superman no estuviese presente en la Tierra. Esperaba que eso ya cambiase de una vez.
-Si, es Minerva. Y no, no llevo tanto aqui... Llegue hace unos cuantos minutos a la Isla. -Ni preguntar debia con Clark. El habria llegado inclusive hace unos segundos con tan solo darle la vuelta al mundo. A veces envidiaba su velocidad... Si yo pudiese alcanzar velocidades cercanas a la de la luz, podria tener mas tiempo para hacer mis cosas y pelear contra los malos sin la necesidad de tener que tomar mi Jet para cubrir mas grandes extensiones de terreno.
Segui a Clark cuando me indico que tenia una sospecha de por donde habia ido. Mire hacia abajo, observando un par de cuerpos en el suelo sangrando calle arriba. Demonios, Cheetah estaba bastante violenta hoy, mas de lo usual. ¿Que la estaba motivando? Tenia ya los codigos de seguridad, y lo mas sensato seria esconderse, no llamar tanto la atencion de las autoridades o de los superheroes que se los podian quitar.
-Cheetah robo unos codigos de seguridad en el MIT, algo estara buscando alla. Me puse a revisar la base de datos para tratar de ver los ultimos lugares en los que la vieron, y fue en una calle de Florida, luego en los puertos, y por ultimo en Cuba. Debe estar apoyada por alguien, Cheetah no tiene tantos recursos... Y lo que tiene, he luchado por quitarselo. -Algo en todo esto no me cuadraba y necesitaba saber bien que estaba pasando.
Me detuve cuando Superman me indico, mirando hacia donde el enfocaba su mirada. Habia una casa, que no parecia mas inusual de lo que cualquier otra casa podria parecerlo. Me enfoque en observarlo, y tras unos segundos, parecia que no habria ningun cambio.
O si.
Por uno de los cristales, de una agil pirueta, salio Cheetah. Su piel amarilla y sus manchas negras solo eran un distractor de lo importante: Tenia las garras llenas de sangre, una prueba de que habia matado gente... O estaba comiendose un poco de carne de vaca. Cheetah sonrio con esa sonrisa felina digna de una cazadora... Pero para mi, ella era mi presa, y la tendria que encerrar al agujero de Belle Reve donde pertenece.
-Cheetah, es momento de que te rindas. Ya no tienes escapatoria. -Mencione, mientras bajaba verticalmente del vuelo para ponerme a su altura. -Oh, Diana... te equivocas. Tu eres la que no tienes escapatoria. Ni tu, ni tu amigo de la capa roja... -Un sonido chirriante se escucho de la casa, como si hubiesen tirado una bomba sonica. Instintivamente tape mis oidos, mientras veia de donde provenia ese ruido.
La sorpresa fue mayor cuando la casa se quebro, saliendo del lugar una colosal mujer. Ahi estaba ella, Giganta. Demonios, esto se iba a poner mas interesante.