055ClarkKent
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Mensajes : 82 Fecha de inscripción : 06/04/2015
Ficha de Personaje Alias: Clar Kent, Superman Nombre real: Kal-El Universo: DC Universe
| Tema: Prueba de rol de Clark Kent 7th Abril 2015, 20:09 | |
| La Tierra había cambiado, pero eso Clark ya lo sabía, al igual que todos los demás. El aire se respiraba diferente. El resplandor del Sol amarillo de aquel sistema había cambiado; sutilmente, pero alguien como él, en quien tales efectos provocaba, no tenía dificultades para percibirlo. Hacía ya tiempo, en verdad, de que aquellos cambios se habían hecho presentes. Regiones diversas del mundo se habían visto radicalmente alteradas de la noche a la mañana. Campiñas, lagunas, bosques enteros que solía sobrevolar a menudo habían desaparecido para dar lugar a áridos desiertos, grandes cumbres o incluso amplios sectores amazónicos que no encajaban lo más mínimo en aquel área climatológica concreta. Ciudades enteras se habían perdido, otras habían surgido, y algunas parecían ser, al mismo tiempo, las mismas que habían sido y las que nunca parecieron ser.
Por no hablar de aquella problemática invasión de héroes y villanos que el mundo, o al menos su mundo, no había conocido jamás.
Hasta ahora, Superman se había mantenido más al margen que nunca; desde la entrada en escena de aquella misteriosa organización autodenominada como Omega y los numerosos choques entre unas y otras facciones y universos, la Fortaleza Solitaria se había convertido, más que nunca, en su hogar. Necesitaba respuestas, y las necesitaba ya, pero no las encontraba. Jor-El no parecía saber absolutamente nada del asunto o, si lo hacía, no daba señales de pretender compartirlo. Pero no se iba a rendir, no... Necesitaba respuestas.
El mundo entero las necesitaba, en realidad. Las pedía a gritos. Pero, mientras que él permanecía en las sombras, hurgando, indagando, el resto del mundo, el resto de los mundos, chocaban entre sí con una fuerza demoledora. Se conocían, se perdían, se descubrían, atravesaban los universos, regresaban al propio, establecían relaciones imposibles con aquellos a los que nunca debieron conocer, aquellos que nunca debieron pisar su mundo.
Incluso el inalterable Krypto vivía más inquieto que nunca, de aquí para allá, sin echarse apenas más que para dormir, o descansar después de una larga expedición polar. Pero la mayoría del tiempo lo invertía detrás de Superman, meneando la cola, asomando la lengua entre los fauces, observándole en silencio, como si estuviera esperando que diera con alguna respuesta, una de esas que no llegaban. Y había comenzado a desesperar. Diana y Bruce le habían visitado en alguna ocasión, instándole a regresar. El mundo le necesitaba, decían, ahora más que nunca; los héroes se habían duplicado, pero el mal se multiplicaba a gran escala, y las distorsiones espaciotemprales no hacían más que empeorar las cosas e incrementar la locura social, a pesar de que la mayoría de la gente parecía tomárselo con una sorprendente naturalidad, como un amplio abanico de opciones en un multiverso antes único y limitado.
Se había ido convenciendo paulatinamente a sí mismo de que centraría todos sus esfuerzos, hasta el último aliento, en desbaratar todo aquello, en dar con Omega, encontrar respuestas y restaurar el orden mundial. Y, hasta ese día, se había mantenido firme.
Pero las respuestas no llegaban. Cada vez que parecía ir a descubrir algo, la ilusión se deshacía entre sus dedos como arena de la playa. Y entonces, cuando más perdido se sentía, recibió la noticia. Desde que los universos habían colapsado se habían desencadenado una serie de intrincadas tramas de crimen y terrorismo, así como interesantes alianzas heroicas, pero ninguna de ellas, ni en un ámbito ni en el otro, habían reclamado su atención; había estado tan centrado en su obsesión con hallar respuestas y soluciones que había obviado todo lo demás.
Se había centrado tanto en salvar el mundo que lo había descuidado. Y no fue sino la última nueva que le hizo llegar Wayne la que le despertó de su, digamos, letargo. No se trataba, al menos a priori o en apariencia, de nada peligroso, delictivo, terrorista. Para el resto del mundo no suponía nada más que un hecho anecdótico, una moda, probablemente pasajera. Pero, para un kryptoniano, la idea de que se hubiera disparado en Metrópolis la distribución y compra-venta de toda clase de joyería y complementos fabricados a partir de lo que llamaban "una variedad extraña y poco conocida de esmeralda" disparaba todas las alarmas. Por supuesto que podía tratarse de, sencillamente, una nueva variedad de esmeralda, quizá procedente de uno de tantos universos colindantes. Pero... ¿Especialmente en metrópolis, y precisamente verde? Hasta donde él sabía, las casualidades nunca llegaban solas.
Eso, y no otra cosa, fue lo que le obligó a regresar a la realidad, al mundo. A los mundos. Surcó el aire, atravesando su silencio en pleno vuelo directo hacia la ciudad que le vio convertirse en un hombre, la ciudad que le acogió. La ciudad que, si sus temores eran ciertos, alguien podría estar tratando de usar como arma para neutralizarle. Su propia ciudad, su propia gente. Era el plan más inteligente que había cazado en mucho tiempo. Pero no tenía por qué serlo. Llevaba días, semanas encerrado en la Fortaleza, buscando algo que no encontraba; el estrés, el desconcierto, la paranoia se habían ido haciendo presa de él, y quizá por eso se había dejado dominar de semejante manera por los impulsos, por cercanos o no que estuvieran a la realidad. Pero necesitaba comprobar si no eran más que eso, temores y paranoias, simples esmeraldas. O si, por el contrario...
La última vez que aquel destello fue visto cruzando el aire desapareció tras un edificio al cual, en realidad, había accedido a través de una ventana abierta. Minutos más tarde, un hombre alto, musculoso, de buen porte, algo despeinado y con su acostumbrado par de gafas sostenido en las orejas y el puente de la nariz. Era, en definitiva, uno más... Salvo que no lo era. Pero eso el mundo no tenía por qué saberlo.
Aquello era una locura, no dejaba de repetírselo; estaba perdiendo el tiempo que podía emplear en seguir buscando, y lo perdía de una manera absurda: comprobando si un rumor que Wayne había escuchado tenía o no algo que ver con la kryptonita. ¿Obsesión? Tal vez. Pero, en lo más hondo de su ser, sabía que necesitaba acción, que necesitaba salir del Polo y respirar el mundo real, aunque sólo fuera durante unas horas. Y, de paso, enfrentarse a lo que podría ser una amenaza real contra su integridad como protector de Metrópolis. ¿Habría sido cosa de Luthor? No lo descartaba, pero tampoco era el único que presentaba hostilidades contra él; tan sólo el más inteligente, y aquel modus operandi no le parecía propio de Lex; más bien de alguien que acostumbrase a moverse por los bajos fondos, por el mercado negro. ¿De qué otra manera podría distribuir la joyería de semejante manera?
Pero por otro lado, ¿por dónde iba a empezar? Él no era así. Preparaba un plan. Investigaba. Actuaba. Y, al verse en aquella situación, empezaba a pensar que tanto tiempo estrujándose el cerebro en la Fortaleza había mermado su conciencia. ¿Necesitaba descansar? Tal vez. Y empezaba a planteárselo en serio... Cuando sintió un ligero pinchazo de dolor en el costado derecho, y en el hombro del mismo lado. Frunció el ceño, contrariado. ¿A qué había venido eso? Observó de reojo a la mujer que se acababa de cruzar con él, como barajando una posibilidad. Pero no, no podía ser que...
Ahí estaba otra vez. En esta ocasión el dolor le atenazó con algo más de violencia, y fue en el lado izquierdo... Justo cuando un hombre pasaba a ese lado. Apretó los dientes, tratando de aparentar normalidad. ¿Qué estaba pasando? Necesitaba mezclarse con la multitud. Pasar desapercibido. Avanzó, giró a la derecha y se perdió en la avenida principal, con el flamante edificio del Daily Planet de fondo. O, al menos, esa era su intención. Perderse, pasar desapercibido. Y, por encima de todo, averiguar qué le estaba pasando.
Pero no pudo hacer ninguna de esas cosas. No pudo, porque cuanto más se abría paso entre la muchedumbre, más sentía crecer esa debilidad, ese dolor que le atenazaba el pecho. Y, cuando quiso darse cuenta, se había desplomado contra el suelo. Apoyado de manos y rodillas, trató de respirar, aunque sentía los pulmones más pesados por momentos. Y, al girar la mirada, aquí y allá, el verde, ese horrible verde, centelleaba entre la multitud una y otra vez.
No sabía cómo, cuándo, quién, por qué... Pero le habían tendido una trampa. Metrópolis era la trampa.
La habían convertido en una ciudad de kryptonita.
[*]Esto forma parte de una mini-trama personal que me gustaría desarrollar llegado el caso de que se me apruebe al personaje, pero, de no proceder, se queda como ejemplo de rol y ya está.
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Barbara Gordon DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Oracle Nombre real: Barbara Joan Gordon Universo: DC Universe
| Tema: Re: Prueba de rol de Clark Kent 7th Abril 2015, 21:15 | |
| ¡¡¡Prueba de rol superada!!! Me parece muy interesante la trama que planteas, de modo que tienes luz verde (vale, mala elección de palabras xD) para subir la ficha en cuanto quieras. En cuanto esté aceptada, podrás rolear libremente.
¡Saludos, y bienvenido! _________________ - :We are the Night:
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