[Mini-evento] - La Tierra Salvaje - Salir de las brasas para caer en el fuego (Poison Ivy, Plana, Cráneo) [12-12-18]

Tony volaba en su armadura hacia la Tierra Salvaje, la ONU había establecido un área de exclusión y no quería romper ninguna ley si podía evitarlo... venir aquí con su avión sería un vuelo civil y estaba prohibido, pero Iron Man tenia autoridad para patrullar en busca de posibles amenazas, ningún país se opondría a que un superhéroe de su talla sobrevolara la zona y conociera a los nativos.

Si.... No, no se cuanto tardaré.... Ya se que te dije que estaría a tiempo para el fin de semana, haré todo lo que pueda.... Si, se perfectamente que no te estoy respondiendo, pero es que..., la llamada se corto cuando todas las alarmas sonaron y múltiples puntos rojos se dirigían directamente hacia el millonario en su traje mas caro, pero ¿que demonios?, Señor, 9 misiles se aproximan, impacto en 7 segundos, Tony apagó sus repulsores y activó las contramedidas, la caída balística desorientaría algunos y con un poco de suerte las contramedidas lidiarían contra el resto.

Pero no hubo un poco de suerte, uno de los misiles no perdió su blanco, 5 segundos, Señor, estoy tratando de pensar Jarvis, dijo encendiendo de nuevo a máxima potencia y dirigiéndose hacia el suelo, hágalo deprisa, Señor, 3 segundos para el impacto, vamos, vamos, vamos..., Señor, 1 segundo, aceleró en dirección al suelo e hizo un giro brusco justo antes de impactar, el misil detonó contra el suelo aún demasiado cerca de él enterrándolo profundamente en el hielo.

Joder, para habernos matado, ¿Jarvis?, ¿si?, Señor, ¿estado?, baterías al 37%, generador funcionando al 89%, integridad estructural 68%, sistemas de reparación automatizados conectados, se recomienda inmovilizar la armadura para una reparación más rápida y eficiente, estooo, Jarvis, estamos enterrados en hielo, no puedo salir solo con la ropa que llevo, entonces le recomiendo adoptar una postura cómoda, Señor, siempre es un placer Jarvis, gracias, Señor, ¿tienes informes sobre esas misiles?, dudo que la ONU nos haya disparado sin avisar, si, Señor, los misiles son una variante de uno de sus últimos diseños para el gobierno de los Estados Unidos, actualmente disponibles para SHIELD y miembros de la OTAN, modificados para no recibir ordenes en vuelo, incluida la secuencia de autodestrucción que ya probé, saltarse sus sistemas de seguridad no es fácil y pienso que eso descarta a la OTAN, solo SHIELD debería de tener estos misiles en concreto, no creo que Nick me odie tanto como para esto Jarvis, no debería de subestimarse tanto, Señor.

La conversación se alargo bastante más, sirviendo para entretener al millonario hasta que la armadura estuvo en condiciones de volverse a mover, con la mayoría de sus sistemas operativos, bueno, al menos estamos cerca de nuestro destino, al salir de su improvisada cárcel de hielo pudo ver a lo lejos el cráter dejado por la explosión, alrededor de él había pisadas y huellas de motos de nieve y otros vehículos, eso no era buena señal, nada buena, cerca del borde había una pareja de soldados vigilando la zona y Tony centro en ellos los sensores, HYDRA, esto se ponía cada vez peor...

La armadura necesitaba reparaciones más allá del sistema automático, HYDRA en la Tierra Salvaje, si esos dos daban la alarma un ejercito fuertemente armado caería sobre él en cuestión de segundos, Jarvis, ¿funcionan los láseres?, descargados pero operativos, Señor, cárgalos, como usted indicó en su momento, Señor, solicito confirmación del uso de fuerza letal, si, Jarvis, lo confirmo, dijo Tony muy a su pesar, no podemos acercarnos a ellos sin que den la alarma, una vez cargados los láseres seccionaron la cabeza a los dos soldados de HYDRA, murieron antes de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.

El millonario se acercó a la zona cogió uno de los comunicadores y se hizo con una de las motos de nieve, desactiva cualquier sistema de rastreo Jarvis y trata de interferir sus comunicaciones todo el tiempo que puedas, intenta conseguirme un canal seguro y ponme con el primero que conteste

Amenaza neutralizada señor, se confirma el impacto directo de uno de los misiles, gracias capitán pero ese bastardo ya ha demostrado en más de una ocasión que es más difícil de matar de lo que cabría esperar, envíe un equipo completo y peine la zona, tráigame sus restos capitán ¿entendido?, si señor, ¡hail HYDRA!, el capitán se retiró a cumplir las ordenes del Cráneo, ¿por que cada vez que encontraba un modo de aplastar a esos idiotas aparecía uno de ellos a interrumpirle?

Pasaron unos minutos antes de que el mismo hombre viniera a informar de que se estaba peinando la zona y volver a decir que el enemigo estaba destruido que no quedaba nada de él, Mira campeón, yo me he enfrentado a Stark y te puedo asegurar que no lo ha matado uno de sus misiles, si hubieras derribado su armadura habría muuuuuuchos trocitos de acero al carbono, aparte de unos cuantos de adamantium y vibranium, dile a tus chicos que muevan el culo y rastreen todo, seguro que se alejó de allí de algún modo, igual hasta tiene un sistema de camuflaje capaz de burlar mis sensores, ¡vamos idiota!, ¡vuela a hacer lo que te he dicho!

Schmidt se quedo pensativo durante todo el tiempo, Habrá que acelerar los planes, Fixer encárgate de localizar y destruir a Iron Man, interfiere cualquier transmisión, no queremos que le lleguen refuerzos; Mentallo, vamos a reunirnos con esas subespecies, se acabaron las negociaciones, se acabo el ser sutil, o nos dan lo que queremos o los arrasamos y lo tomamos nosotros mismos, El Cráneo Rojo reunió a sus hombres y se puso en marcha, en dirección a la frondosa jungla del interior.

En cuanto Schmidt se perdió de vista Fixer se hizo cargo de la situaciónVamos babosas verdes con patas, recogedlo todo, hemos de hacer lo que el Pelado nos ha encargado, buscar y destrozar al hombre de hojalata, no disimuló su odio hacia Stark, desde que era un niño lo envidiaba, si él hubiera tenido los recursos de ese pijo de mierda en lugar de ser mas pobre que una prostituta en cuaresma las cosas le hubieran ido mucho mejor, se la sudaba que ese no fuera el mismo Tony que lo había rechazado cuando lo visitó en su torre de acero y cristal, le haría pagar por aquello igualmente.

OFF:

Menudo día. Estaba totalmente destrozado, y con unas ganas enormes de descansar un poco... Y por supuesto, de llevarme algo a la boca. Estaba en mitad de un delicioso sandwich cuando el teléfono me sonó. Un par de pitidos. Con un par de rebanadas en la boca que no me cabían en las manos de todo lo que llevaba me acerqué. Había sido un mensaje. Seguramente Sasha o alguien de la mansión. Pero cuando vi el nombre me saqué las rebanadas y me senté a leer con atención. Era de Tony. Un par de días antes habíamos estado hablando, y me habló de un tal Doug Mouseman o algo así, un auténtico genio al parecer, y habían encontrado la manera de abrir portales gracias a los cuales podías viajar a lo largo del globo en cuestión de segundos. La verdad es que era algo casi sacado de una película o totalmente futurista. Pero claro, no había más que ver en qué mundo vivíamos. Tal y como me había advertido, iba de viaje a las Tierras Salvajes, una frondosa jungla situada bajo la Antártida, y era posible que tuviese problemas. De ser así, me mandaría un mensaje pidiéndome ayuda. Y allí estaba. Le habían derribado y necesitaba refuerzos. En su mensaje me pedía que buscase a Poison Ivy, la mutante de Gotham capaz de controlar las plantas y con poderes sobre ciertas toxinas y venenos. Yo la había conocido ya una vez. Una mujer sensual hasta en las uñas de los pies. No estoy orgulloso de lo que pasó la otra vez, con deciros que perdí bastante la dignidad basta. No sabía muy bien cuál era su poder, pero era capaz de poner cachondo al personal, dicho pronto y mal. Yo había sucumbido por completo, y recuerdo haberlo pasado realmente mal. Me puse mi chaqueta y dejé una nota a Sasha. Disponía de algo de tiempo así que le dejé hecha la cena. Le pedía perdón por salir así de casa, y que por favor me llamase cuando la leyese. No quería que se preocupase, y esperaba que entiendiese que debía ir a ayudar a mi amigo.

Gotham no estaba especialmente lejos de Nueva York. Aproximadamente unas dos horas más o menos. Algo menos si le pisaba. Me enfundé el casco e hice rugir a mi moto. Estaba atardeciendo cuando me lancé a las calles. Sólo esperaba que no le pasase nada malo a Tony, y que el tal Doug supiese lo que estaba haciendo.


- "Jardín botánico de Gotham"... Aquí debe ser.- Ante mí, un enorme edificio con grandes cristales y hecho de piedra. Estaba cerrado debido a que ya era de noche. Algunas sirenas se escuchaban en la lejanía, probablemente persiguiendo a algún ladrón o criminal en aquella ciudad sin más ley que la que Batman imponía. Me acerqué al sistema de alarmas y con una pequeña sobrecarga lo apagué. Un chispacillo morado y se apagó el pequeño piloto parpadeante rojo de la puerta. Entré con cuidado. Allí dentro hacía un calor sofocante. La humedad era enorme, provocando que unas pequeñas gotas de sudor apareciesen en mi cuello y nuca. No quería que Ivy me viese como una amenaza, y con la esperanza de que las plantas pudiesen comunicarse con ella, levanté los brazos en señal de paz.- ¿Pamela? ¿Pamela, estás aquí? Soy yo, Planaria. El chaval de los rayos. No sé si me recordarás. No he venido a hacerte daño ni a romper nada ni a detenerte. Tony Stark me envía. Está en las Tierras Salvajes, una enorme selva situada debajo de la Antártida. Me dijo que tú podrías ayudarle con una misión que está llevando acabo allí. Tiene que ver con Hydra o algo así según me ha dicho...

No os negaré que iba un poco acojonado. Estaba metiéndome de lleno en la boca del lobo. Además, con un simple gesto podía atarme con lianas y troncos, y contra la madera poco tenía yo que hacer. Básicamente estaba a su merced, y esperaba que ella fuese consciente de ello. Por muy ágil y rápido que fuese, aquel era su territorio. Además, era muy impredecible y peligrosa. Me esforcé enormemente por no romper ninguna planta, ni pisar ninguna flor. No temía a sus toxinas y venenos, puesto que no me matarían. Pero que me partiese en dos con un tronco o me tirase a algún estanque era harina de otro costal.

Sentí las plantas susurrar a mi alrededor, como si conversasen entre ellas. Tal vez el miedo me estaba jugando una mala pasada y no era nada, pero habría jurado que me miraban. Todavía no escuchaba nada de ella. Seguí caminando por el interior del jardín botánico, cantando una melodía que en cualquier otro lugar habría sonado agradable y divertida. Pero no allí. Allí sonaba de lo más tétrico y horripilante que se le pudiese ocurrir a uno. Igual que una muñeca de porcelana es bonita de día, y de noche se convierten en monstruos devoradores de almas del mismísimo averno. "Tranquilo Plana, no pasa nada. Ella no te va a matar. No es su estilo... ¿Verdad? ¡Y yo qué sé! ¡Si sólo he estado con ella un par de veces! Además, ¿esta no es como las amazonas, que odia a los hombres? Joder, ¡Tony me cago en ti! ¡Como Pamela me mate te juro que voy y te arranco la cabeza! ¡Y encima este calor asfixiante! Por dios Ivy, ¿dónde estás? ¡Deja de jugar al escondite!"

- ¿Pamela? Pamela, sólo quiero charlar. Sólo he venido mandado por Tony. No quiero hacerte daño...- Como si pudiese hacer algo contra ella vamos. Aquello estaba poniéndome los pelos de punta y me estaba empezando a cabrear. "¿Por qué demonios no salía? Apuesto a que está escondida entre las hojas, descojonada de risa al verme pasarlo mal. Maldito Tony y sus ideas de bombero. Irse a la Antártida.... ¡La Antártida! Bueno, tranquilo tío. Es tu amigo. Le apoyarías siempre. Sí, sí, lo sé, pero todo esto es muy siniestro..." Y continué mi marcha, rezando por dentro por no pillar con la fotosíntesis a la mutante.

Una noche más de trabajo en el jardín. Últimamente estaba experimentando demasiado y recurría con excesiva frecuencia al jardín botánico. Levanté la cabeza entonces cuando los susurros de mis pequeñas alertaron mis sentidos.

Alguien se acerca....Es conocidoUn muchacho joven...Ha violado el sistema...

Y mientras sus entremezcladas advertencias llegaban a mis oídos me quedé alerta, con los ojos entrecerrados mirando a la entrada principal. Solté la placa y desconecté el microscopio y la pequeña luz con la que trabajaba. Me interné en la maleza de especímenes que abordaban la zona oeste del pabellón, nada más entrar. El chico avanzaba inseguro y con pies de plomo.
Pobre cachorrito...¿Hacerme daño? ¿Él a mí? No sé si realmente pensaba que me escondía por miedo o era el pensamiento del que quería apoderarse para convencerse.
Contemplé, deslizándome entre mis amigas, cómo seguía caminando a lo largo del pasillo principal.
Y cuando llegué a la altura de los babylonica, Salix me acogió entre sus ramas, con la ayuda de un par de lianas gruesas, y me deslizó hacia adelante para quedar a la altura del muchacho, pero suspendida ligeramente en el aire. Haciendo de mi aparición un momento sorpresa, un movimiento rápido y deseé que un susto para él.

- ¿Y cómo se supone que ibas tú a herirme a mí...? - dije sonriendo, disfrutando de la situación antes de ponerme seria. Las lianas me soltaron y caí de pie junto al chico. Tenía el pelo recogido en una coleta y el cuerpo desnudo. Le di la espalda y me dirigí hhacia mi zona de trabajo. - ¿Me estás diciendo que la organización esa nueva dde Nazis está toqueteando ese sitio...? - dije mirando mis inventos que había sobre la mesa. Agarre la placa con la que estaba trabajando y le puse una tapa y una funda de goma para evitar golpes, lo guardé en el bolsillo de una gabardina marrón que colgaba de una silla. Me coloqué un liguero en cada muslo, y en cada uno de ellos tres jeringuillas, cada una de un color. Me bebí una probeta de color lila que había y tras tragarla expiré un humo del mismo color. Parpadeé agitando la cabeza.

Me incliné sobre un terrario que había cerca de ellos y desenterré 6 pétalos gruesos de un tono morado casi negro al ritmo que las hojas de hiedra se me acoplaban, en mi traje mas conocido, el body. Rodeé luego mis caderas con esas hojas, cubriendo las jeringuillas y también en los brazos, a modo de mangas. Agarré la gabardina y mientras me la ponía miré al chico de los rayos.

- ¿Y bien? ¿Cuándo salimos?

Escuché sus palabras detrás de mí, y no pude evitar dar un respingo y cubrirme con los brazos en posición defensiva. Me relajé y los bajé, aunque seguía estando mínimamente alerta. Después de todo, ella era de las malas. Aunque claro, ¿qué diferencia hay entre malos y buenos? Ya había visto suficientes buenos convertirse en malos y viceversa. Nunca había hablado con ella para saber el por qué de su situación ni por qué era así, pero siendo sinceros dudaba que me lo contase. Parecía haber sufrido mucho, haber vivido en soledad toda su vida... Sentí cierta lástima, pero preferí no darle más vueltas.

- Ya se me ocurriría alguna manera. Tengo más recursos de los que parece.- Y sonreí con un movimiento de cejas. En el fondo estaría perdido contra ella. La madera era uno de mis mayores enemigos, y ella la controlaba en su totalidad.- Sin embargo, no he venido para enfrentarme a ti. Tony requiere nuestra ayuda. Según me dijo, os conocíais un poco de la fiesta de fin de año, aunque tampoco me dio muchos más detalles. Hydra está detrás, y al haber una jungla allí abajo me dijo que tú serías la mejor aliada que podríamos tener.

Intentaba mantener la vista fija en sus ojos o en el jardín que había a nuestro alrededor. No me atrevía a mirar más allá, lo cual me costaba horrores. La desnudez de aquella mujer era una invitación a la lujuria y el desenfreno, y debía evitar eso a toda costa. Tenía a Sasha y la quería, y no me sentía nada a gusto con otra mujer desnuda rondándome, y menos Hiedra. Estaba demasiado buena. Y no podía tirarme al agua para que se me bajase el caletón en el caso de que me lo provocase, ya que me habría llevado una descarga bastante interesante. Cuando se dirigió hacia la mesa en busca de algún artilugio o algo por el estilo me dio la espalda, y el subconsciente me traicionó, echando una mirada furtiva a la parte baja de su espalda. Aquel debía ser uno de los culos más perfectos que había visto en mi vida. Tuve que hacer un esfuerzo titánico para dejar de mirarlo. La temperatura corporal me había subido desde que apareció. Creo que tenía que ver algo con sus poderes. Fuera como fuera, necesitaba que parase o me iba a costar un disgusto. Lo peor fue cuando se agachó para colocarse un liguero en la pierna. Un resoplido se me escapó y me mordí el labio. "¡No, no, no, no! ¡Deja de mirarla joder! ¡Piensa en Sasha!". Sí, Sasha... Pensé en ella, en sus curvas, su cuerpo... Y sólo agravó la situación. Empecé a ponerme cada vez peor, y con Hiedra ahí desnuda no me estaba ayudando nada. Por fortuna unas hojas comenzaron a taparla, cubriéndola con un cuerpo, y después con la gabardina que ella misma se puso.

- ¿Eh? ¿Qué...? ¡Ah, sí, sí! Ven, iremos en mi moto. Será más rápido.- No pude evitar sonrojarme ante la situación en la que me había quedado anonadado, y que estaba convencido de la que se había percatado. Me maldije por dentro y la guié hasta mi moto que nos esperaba fuera. Me abroché la chaqueta y le di un casco.- Toma. Creo que te cabrá. Tardaremos una hora y algo más o menos. Si voy demasiado rápido dímelo, ¿ok?

Me enfundé unos guantes especiales gracias a los cuales podía disparar mis rayos. Al principio nunca los llevaba, pero las manos se me terminaban congelando y tardaba un rato luego en poder usar mis poderes perfectamente. Nos subimos en ella y arranqué. La moto rugió y y sentí su vibración entre mis piernas. Era algo que me encantaba la verdad. Uno de esos placeres de la vida que añorabas cuando no podías tener. Encendí los faros y me lancé junto con Pamela a la oscuridad de la noche gothamita, seguramente bajo la seria mirada del hombre murciélago desde alguna cornisa.


- Es aquí.- Apagué la moto con un suave ronroneo y me quité el casco. Estábamos en la dirección que Tony me había mandado. Guardé ambos cascos y dejé mis manos libres de los guantes. Con la chaqueta abierta me acerqué a la puerta y golpeé con los nudillos. Un sonido metálico inundó la calle, pero nadie contestó. Fruncí el ceño y volví a comprobar la dirección. Estábamos en el lugar exacto. Pamela esperaba detrás de mí. Volví a llamar con algo más de fuerza.- ¿Profesor Rattman? Soy Planaria Glámez, un amigo de Tony Stark. Me dijo que viniese aquí en caso de que tuviese un problema.

¿Profesor? ¿Doctor? La verdad es que no tenía ni idea de qué era el tal Doug Rattman este, pero si Tony confiaba en él debía ser un buen científico. Eso o estar lo suficientemente loco para hacer algo en concreto. No tenía ni idea de qué nos encontraríamos allí, a decir verdad. Miré a Pamela y me encongí de brazos. Tal vez no estuviese en casa.

El callejón estaba oscuro y solitario, hasta que llegó una pareja en moto. Nadie imaginaba que se trataba de la mismísima Hiedra venenosa acompañada por un joven mutante. El muchacho se bajó del vehículo, y llamó a voces a alguien. Al no recibir respuesta, golpeó la puerta metálica que tenía más cerca, sin saber que llevaba a un cuarto de cañerías del bloque de pisos al que pertenecía, y que no había nadie tampoco allí.

Tras ellos, se abrió un portal luminoso ovoide dónde antes solo había una pared de ladrillos, y en él se dibujó la silueta de un hombrecillo que entró en escena aparentemente discutiendo consigo mismo. Llevaba un pequeño maletín muy plano, como un ordenador portátil, y su vestimenta era bastante peculiar, con una especie de malla con zonas blancas y negras distribuidas de forma uniforme, y un pequeño aparato con una luz azul que miraba en todas direcciones ubicada en su hombro izquierdo.

-¡¡Wheat, por última vez, sé que te aterran las alturas, pero estás fijo a mi traje de pruebas, no vas a despeñarte por mucho que salte y corra, así que deja de chillarme en los oídos cuando estás en modo auricular!!- Apartó de su oído un pequeño auricular y sacudió la cabeza para despejarse.- Disculpad... ¿Os envía Stark, verdad? Jarvis dijo que necesitaban un portal de viaje en este punto a esta hora. No sé para qué, pero deberíais saber que aunque este prototipo está preparado para su comercialización, aún no ha sido presentado públicamente. Quiero decir que es totalmente seguro, pero sería conveniente que fueseis discretos... Máxime cuando este prototipo que os presto no es... el oficial, si no una versión "alternativa" de mi propia cosecha. Los generadores de viaje son gigantescos, pero he usado un generados de la misma potencia para crear portales más pequeños, supone un gran ahorro energético, y sirve para viajes vacacionales, o emergencias como ésta...

Abrió el maletín y mostró un aparato no mayor en tamaño y forma que un mouse de ordenador, pero con algunos botones circulares en el lateral y una lente enorme en su centro. Una luz parpadeaba suavemente en el fondo.

-Éste es el botón de apertura del portal. Durará unos minutos abierto, unos 7 u 8. Si necesitáis más tiempo, sólo tenéis que volver a dispararlo, pero con dos o tres disparos necesitará recargar durante 6 horas en modo descanso, que es este botón de aquí. No me mires así muchacho, ya os dije que éste modelo no es el oficial y está en pruebas... En fin. Espero que logréis ayudarle... ¡Oh! Si necesitáis ayuda, podéis contactarme a través de esta señal.

Tras dar las instrucciones a la parejita, reparó en que aún no se había presentado.

-Madre mía, disculpad mis modales, es culpa de la tensión del momento, os lo aseguro. Soy Douglas Rattmann. Sí, ya sé que es un apellido muy curioso... y éste pequeño cabezota silenciado es Wheatley, mi ayudante. Mejor lo dejo tal cual, está enfadado conmigo y si se pone a gritar podrían descubrirnos. Y por cierto... No le digáis a Stark lo de este aparatito, y si podéis obviar el traje, mejor. "Cosecha propia" ya sabéis. Oficialmente os llevé a la sala del portal de viaje de la Torre Stark, ¿de acuerdo?

Observó con una sonrisa cómplice, aunque insegura a sus dos interlocutores.

Las cosas se estaban poniendo feas, realmente feas, la armadura estaba dañada, funcionando con las reservas de energía y había cientos de soldados de HYDRA dándole caza, aparte de que la fauna autóctona había demostrado ser lo que prometían los folletos publicitarios, salvajes, y en general descomunalmente grandes además.

Señor, las baterías están al 7% y con el nivel de daños actual no están recibiendo energía suficiente para mantener el traje, le recomendaría apagar todos los sistemas salvo la Autorreparación, Señor, con eso quizás consigamos recuperar lo suficiente la armadura para que pueda salir de aquí, no Jarvis, eso sería un suicidio, no tardarían en encontrarme y estaría muerto en unos minutos, las alarmas de proximidad saltaron de nuevo y el hombre de hierro se cubrió como pudo y trató de localizar la amenaza.

Los sensores mostraban la presencia de varios agentes de HYDRA con sus uniformes horteras, ¿quién coño diseñaba esa ropa? Y junto a ellos un tipo con un extraño traje que parecía sacado de una feria de ciencia ficción, todo lleno de cables y conexiones montadas sin orden aparente, sin duda ese era el tipo que los dirigía, sus sensores debían ser tan buenos como los de Stark, o al menos sin duda eran mejores que lo que le quedaba operativo a la armadura, se dirigían directamente hacia él y eso no era bueno, nada bueno.

6% Señor, dudo que haya potencia suficiente para neutralizarlos a todos, Señor, ¿me permite sugerirle la rendición?, y que tal si en lugar de eso le volamos la cabeza a ese cyberpunk y nos escondemos?, según mis datos, ese es Fixer, Señor, uno de sus archienemigos, razón de más, tengo demasiados y quitar uno sería algo magnifico, por desgracia, Señor, aunque en este momento los sensores no lo detecten debido a los daños sufridos, le cubre un campo de energía que no podremos atravesar con nuestro estado actual, mal asunto entonces... muy malo, afirmativo, Señor.

Los soldados empezaron a abrir fuego e Iron Man no se encontraba en condiciones de devolverlo, Vamos cerebrito, no me falles ahora, es el momento de uno de tus planes geniales, se decía a si mismo cuando un portal se abrió a escasos metros de él, Plana y Pamela lo atravesaron instantes después, ¡A CUBIERTO!, les grito Tony en cuanto llegaron, y gracias por venir a la fiesta chicos, llegáis en el momento justo, Plana me vendrían bien unos cuantos voltios si puedes dármelos.

OFF:

.

No parecíamos encontrar nada. La puerta resultó inútil, el vocerío de Planaria también, y nada parecía dar señales de vida hasta que de la nada apareció un hombre desaliñado con un un... .una.... ehm....

Vestido muy extraño y que juraría, estaba hablando solo. Pensé repetidamente sobre la posibilidad de que no fuese él a quien tuviésemos que acudir pero... En fin. Siempre SIEMPRE son los raritos y la gente que más desconfianza inspira.
Miré de arriba a abajo al hombre que no paraba de parlotear. Todo parecía comprensible hasta la palabra "portal de viaje". Todo lo demás me sonó como un eco sordo de fondo que quedaba eclipsado por mis pensamientos.

No, Stark, no... ¿Por qué a mí? Sabe que odio la tecnología moderna y me hace esto. No lo soporto. Ya había tenido que soportar un viaje en moto y ahora tenía que probar un cacharro que no inspiraba nada de tranquilidad y que no comprendía. ¿Acaso a alguien se le hce apetecible esa idea? ¿En serio?
El hombre fue a entregarnos más artilugios y antes de que me dieran por aludida, levanté mis manos encogida de hombros mostrándoles las palmas de mis manos en señal de "a mí no me mires".
Y cuando relajé la postura pude hablar

- Me gustaría decir que es un placer, Doug, pero yo no voy. No me gusta esto, no me gustan las máquinas y no comprendo qué es todo esto. Y si no lo conozco no me gusta.- dije mirando firme y ligeramente furiosa, de brazos cruzados.

-- Pamela, sé que- NO, me da IGUAL. No me gusta y no voy.- En mis palabras no se veia cobardía si no desconfianza. La desconfianza que se tiene a un hombre que habla con máquinas. - Mira, hacemos una cosa. Paso yo al otro lado y te llamo desde allí. Así te aseguras de que es fiable.-

AAAAARG. No sé por qué dejé hablar a ese chico. Pero en ese momento me convenció lo suficiente y finalmente cruzamos no sin antes advertir de una última cosa a Rattman, asesinándole con la mirada.
-Como me pase algo por algún instrumento que tenga que ver con usted... Se arrepentirá de haber nacido- dije señalándole y terminando la frase con un toque de mi dedo índice en su pecho. Y llegamos allí.


Antes de dar tiempo a nada un grito de Stark me hizo reaccionar con un escudo de madera gruesa alrededor de Planaria y de mi, mientras nos agachábamos. Aún no pasó nada. Nos encontrábamos detrás de una gran roca, y mientras Stark le pedía energía al mutante, yo me dediqué a quitarme toda la ropa que me había puesto como peso y calor extra al escuchar la palabra "Antártida". Lo último que me esperaba era un clima tropical y tan agradablemente húmedo.

Todos mis sentidos se revolucionaron cuando pude sentir la tierra y la vida a mi alededor. Miles de susurros con voces nuevas coreaban mi nombre, buscando recibirme en su mundo como una fuente de agua en mitad del desierto más seco. Una... había UNA voz en particular que me traía loca y cuando encontré su origen casi pude notar el brillo de mis ojos y cómo mi boca se quedaba abierta de par en par, alucinada y perdiendo el control sobre mí. Era un precioso Dicrodium Zuberi... ¡Estaban extintos! Era un helecho Pteridospermatophyta de los que se había encontrado una gran cantidad de fósiles provenientes de la Antártida, que era donde estábamos ahora pero...

Era inmenso, precioso, de tronco grueso y unas raíces cubiertas de musgo, con muchísima altura. El árbol natural más grande que había visto jamás.... Y antes de darme cuenta estaba de pie, absorta en tanta belleza, contemplando esa enorme pieza magnífica de la naturaleza. Hasta que un dolor intenso e instantáneo en mi brazo iquierdo, acompañado del ruido de un disparo hizo que me volviera a acuclillar tras la roca. Me llevé la mano al brazo y una bala me había rozado, dejando una línea de piel quemada en un tono verde oscuro y rojo de mi sangre. Apreté los dedos para intentar calmar el dolor mientras respiraba por la boca apretando los dientes.
- Sshhhhhh JODER [/b]- y miré a mi alrededor. Agarré una de las hojas cercanas y me envolví el brazo con ella para no sentir roce en la quemadura. Aliviaba bastante el dolor físico, pero el cabreo no se lo quitaba nadie...

Miré por encima de la roca rápidamente, buscando a mi agresor hasta encontrarlo y levantando mi brazo sano se alzaron dos raíces inmensas del suelo que atravesó el cuerpo del soldado que me disparó, justo antes de volver de entre la tierra, a su lugar de origen.

- ¿Tenéis algún plan o sigo haciendo esto?- dije con una sonrisa de oreja a oreja. No sólo por la felicidad y satisfacción de estar cumpliendo una venganza. Sino porque era gente que estaba mancillando la vida de ese paraíso casi utópico. Y no sólo eso... Eran nazis. Ningún castigo es bastante cruel para un nazi.

Menuda pinta fricazo tenía el colega. Madre mía. Parecía uno de esos dibujos animados a los que les cae un rayo o tienen un accidente de laboratorio y los deja totalmente sonaos. El pobre hombre debía estar muy solo. Sentí bastante lástima por él a decir verdad. Tal vez lo único que necesitase fuese un poco de compañía. Una agradable tarde en una terraza tomando una cerveza, un poco de charla normal y corriente... Pero era ver el tono de su piel y deducir que se pasaba horas y horas metido en un edificio o sótano. Dios, necesitaba un poco de vitamina D con urgencia. Unos rayos de sol no le vendrían mal en absoluto.

- No, no, tranquilo... No le diremos nada. ¿Se encuentra usted bien? Parece nervioso...- ¿Un... Portal? ¿En serio un portal? ¿Esas cosas existían? Yo estaba convencido de que sólo aparecían en las películas de ciencia ficción. Qué fuerte. ¿Y cómo lo habrían hecho? Un millar de dudas de carácter científico me asaltaron la cabeza, pero volví en mi en cuanto escuché la rotunda negativa de Pamela a atravesar aquello. Suspiré, intando convencerla, pero estaba dispuesta a no ir. Lo único que se me ocurrió fue decirle que entraría yo primero para asegurarme de que todo iría bien, y pareció aceptarlo. No de muy buena gana, pero al menos la había convencido. Respiré profundamente ante el portal y miré al profesor. Rattman... Rattman de laboratorio diría yo. Le sonreí un poco nervioso, volviendo a mirar al portal.- Esto... Funcionará, ¿verdad? Quiero decir, si Tony confía en usted yo también, pero es la primera vez que veo una cosa así... Bueno, allá voy. Le informaremos de lo que sea.

Y lo crucé. Fue una sensació de lo más extraña, pero estaba vivo y coleando cuando llegué al otro lado. Para mi sorpresa, no estábamos en mitad de una gigantesca jungla, donde hacía más calor que en un horno. Hice una señal a Pamela de que todo iba bien, y me siguió. Pudimos escuchar el grito de Tony para que nos pusiésemos a cubierto, y la mujer nos cubrió con un tronco, evitando que nos golpeasen de lleno. Nos agachamos junto a Tony y agradecí a Pamela con un gesto afirmativo su ayuda.

- Tío, podrías habernos esperado para empezar la fiesta.- Me asomé ligeramente por encima de nuestra cobertura, justo para ver como varios disparos casi me daban de lleno en la cabeza. Me agaché como pude y vi que Pamela se estaba quitando la ropa. La ropa... Ese cuerpo... Esas curvas... Esa piel tan aparentemente suave y delicada...

- ¡Plana! ¿Me estás escuchando?

- ¿Eh? ¡Ah, sí, sí! Energía. Toma, toda tuya.- Coloqué mi palma contra el núcleo del traje y comencé a darle la suficiente electricidad como para haber iluminado una manzana entera. Me percaté de que Pamela se había levantado, andando hacia un enorme árbol. Estiré la otra mano intentando alcanzarla, pero estaba demasiado lejos.- ¡Pamela, no! ¡Cuidado!

Me levanté intentado cubrirla con un escudo eléctrico, pero no llegué a tiempo para bloquear un disparo que le alcanzó en el brazo. La cogí por el otro y la cubrí de los nuevos disparos. En cuanto mi palma entró en contacto con su piel, sentí cómo me ardía como si acabase de tocar un millar de ortigas. Apreté los dientes, agarrándome el brazo por la muñeca. Tenía la mano totalmente hinchada y de color rojo. Pero al menos Pamela parecía estar bien, dejando al margen el disparo del brazo. Escuché un sonido fuerte y seco proveniente del otro lado de la piedra, como si acabasen de arrancar un árbol de cuajo. La mujer ya estaba usando sus poderes. Al cabo de unos segundos y de soplarme con fuerza, mi mano volvió a su estado natural, recobrando el tono rosado de mi piel. Tony parecía que tenía su traje de nuevo en marcha, y el poder de Pamela allí era casi infinito. Asentí con la cabeza.

- Yo tengo un plan... Correré en esa dirección, captando la atención de todos ellos. Me cubriré con un escudo para evitar que me alcancen. Toda esta madera me jode los poderes, así que encargaos vosotros dos de acabar con ellos. Si consigo acercarme lo suficiente puedo fundir el traje de ese tío. A la de tres... Uno, dos... ¡Y tres!- Activé un escudo eléctrico estirando el brazo entre los soldados y yo y comencé a correr a toda velocidad, alejándome de la piedra mientras gritaba para captar su atención.- ¡Eh! ¡Nazis de mierda! ¡Estoy aquí!

Escuché sonidos metálicos cuando las balas chocaban contra mi escudo. Estas caían al suelo después de rebotar contra él. Mientras no usasen un misil o algo por el estilo estaría a salvo detrás de mi cobertura, y pude ver como todos ellos ponían su atención sobre mí. Ahora les tocaba a mis compañeros. Por fortuna, sabía que ninguno fallaría, y mucho menos Pamela. Para ella, aquel lugar era como para mí una central eléctrica.

Ves Jarvis, la esperanza es lo último que se pierde, dijo el millonario cuando sus aliados llegaron y se cubrieron, como siempre Plana hizo su entrada con un chiste, Pam en cambio parecía no darse cuenta de donde se encontraban y empezó a quitarse ropa como si tal cosa... la verdad es que era una de las mujeres mas hermosas que había visto nunca, pero no había tiempo para eso e incluso tuvo que gritarle al mutante para que reaccionara.

La energía empezó a fluir hacia la armadura y pudo activar los sistemas de Autorreparación al completo, además de que ahora disponía de potencia suficiente para devolver algunos disparos a esos putos nazis, ¡Pamela cuidado!, gritaron casi a la vez, pero era tarde y la joven no reaccionó a tiempo, por suerte solo le dieron en el brazo, un poco más arriba e igual hubiera sido una herida mortal, pero la propia Ivy no tardo en curar la herida y responderle al tipo que le había disparado, bien por ella, mal por el pobre desgraciado.

Los sensores de la armadura ahora a plena potencia descubrieron a algunos soldados que intentaban flanquearnos, Tony no quería arriesgarse a dañar las plantas delante de Pamela si podía evitarlo, así que apuntó con cuidado y disparó pequeñas descargas de láser que acabaron en un instante con varios soldados de HYDRA, Por mi magnífico Pamela, personalmente no les tengo mucho cariño a estos tipos y no creo que sean presas fáciles para Plana y sus rayos eléctricos,

Fixer podía ver como las cosas se habían torcido de repente, tenía a sus hombres distribuidos por la zona para localizar a Iron Man, y cuando por fin podía echarle el guante, cuando ya lo tenía y solo había que cerrar el cerco y capturarlo, de algún modo había conseguido refuerzos y estaba presentando batalla de nuevo, ese maldito Stark siempre tiene un as en la manga el muy bastardo, pensaba para si el villano, ¿como diantres se las arreglaba?.

Necesito refuerzos en esta posición, hay que acabar con el enemigo aquí y ahora, preparad la artillería y enviadme a todos los hombres disponibles cuanto antes, enseguida señor, ¡HAIL HYDRA!, respondió una voz en la radio, si, si, hail y todo ese rollo.

¡STARK! ¡No puedes escapar! ¡estáis completamente rodeados!, gritaba Fixer desde una posición segura, ¡rendíos ahora y os perdonaré la vida a ti y a tus amigos! ¡no tenéis ni la más mínima oportunidad!, dudaba que eso fuera a funcionar, pero el tiempo jugaba a su favor, en un momento las piezas de artillería ajustarían las coordenadas y comenzarían a bombardear el sector, aniquilando a ese cerdo que se creía tan superior a él, a uno de sus lacayos y a la puta que debía haberse traído por si se aburría, después recogería cualquier resto de tecnología Stark que quedara y bailaría sobre la tumba de aquel imbécil.

El disparo me escocía, aunque no tanto como le había dolido al tirador. Más disparos llegaban, rebotando e incrustándose en las rocas, reduciendo poco a poco el tiempo que quedaba para actuar y mis ganas de seguir allí.

Escuché acurrucada tras nuestro escondrijo las palabras de aquel gilipollas.
¿Perdonar la vida...? ¿Después de todo su historial? ¿Después de tantos niños destrozados? ¿De tanta muerte...?

Lo habían conseguido, habían cabreado a Hiedra.

- ¿¡PERDONAR NUESTRA VIDA!? - Dije levantándome veloz con un escudo de madera maciza y gruesa de por medio. -- SÓLO SOIS UNA PANDA DE DESGRACIADOS HIJOS DE LA MÁS PUTA DE LAS MADRES A LA QUE SEGURAMENTE VOSOTROS MISMOS CREASTEIS.- quizá mis compañeros volviesen a alarmarme, a pedirme que me agachase. Pero hay veces que es necesario que una voz se oiga. Mi cara reflejaba toda la rabia acumulada hacia cada esvástica, el odio por cada alma sesgada por esos parásitos. Pero mis gritos atravesaron todos los rincones generando un eco acompañado por el sonido de los disparos que hacían que mi brazo retumbase ligeramente-¡¡PODÉIS LUCHAR CONTRA NOSOTROS PERO NO PODÉIS LUCHAR CONTRA VUESTRO PROPIO PLANETA!!- grité alzando el brazo libre, que no sostenía mi cobertura de madera, ahora plagada de agujeros. Y con este sencillo gesto, y mi concentración en la comunicación con ellos, todos los Dicrodium Zuberi desencajaron sus gruesas raíces de entre la tierra y se encaminaron como guerreros empolvados a la batalla que tanto ansiaban defender. Decenas de árboles se ensalzaron y establecieron rumbo hacia las infraestructuras, aplastando insectos armados por el camino.
El crujido de la madera viva acompañaba al del sonido de millones de hojas meciéndose furiosas hacia sus maltratadores. Los pasos retumbaban en la tierra y sus ramas se retorcían.
Iban a tener la mala suerte de conocer la fuerza de la naturaleza.

Miré a mi alrededor, aún con el escudo al frente y me percaté de que el chico mutante se había ido. Escuché su plan a medias, ensordecida por la rabia y mis propias reflexiones. Le vi correr y cubrirse con una pequeña placa de luz de la que salían rayos menores. Él sabría lo que hacía. Yo sólo quería matar.

Escuché de nuevo ese sonido de árboles y troncos saliendo de la tierra. Era como escuchar una excavadora levantando toneladas de suelo como si nada. Miré hacia donde estaban los malditos nazis, y lo que vi me dejó con los ojos abiertos como platos. Pamela gritaba con fuerza, insultando a aquellos hombres que en el pasado habían desloado media Europa y que habían cometido matanzas como pocos ejércitos se recordasen. No creo que hubiese alguien en el mundo que no odiase a los nazis. Según me contó mi madre cuando era pequeño, mi abuelo había sido un soldado del ejército alemán, pero liberando a inocentes de los campos y la Alemania nazi, aún a riesgo de su vida. Que después de todo lo que hubiesen hecho aún quedase gente así... Sólo me podía producir asco. Una parte de mí se sintió mal al alegrarse de que Pamela estuviese masacrándolos sin cuartel, partiéndolos como si fuesen frutas y aplastándolos como a vulgares insectos. Pero me dio igual. Se merecían aquello. Merecían morir por todo el mal que habían causado alguna vez. En el pasado seguramente habría pensado que el gesto de Pamela era excesivo, demasiado cruento incluso. Pero no ahora. Ya estaba cansado de la gente que se aprovechaba del resto y que creían que podían hacer lo que les diese la gana sin pensar en las consecuencias. Los ojos de Hiedra brillaban con una fuerza como nunca había visto. Sus largos cabellos parecían mecerse al son de una brisa que la golpeaba. Un enorme escudo de madera la cubría de los disparos, con el otro puño levantado. Aún sabiendo que estaba de nuestro lado, no pude evitar tragar saliva y sentir una punzada de verdadero miedo al saber el poder que ella tenía allí.

Lancé un par de relámpagos de mi propia cosecha a unos soldados que habían conseguido zafarse del ejército verde de Hiedra. Cayeron al suelo con un grito, y los hombres que había desplegado Hydra comenzaron a mermar lentamente. Quedaba el enorme soldado con el gran traje. Ese me tocaba a mí o a Tony. Miré a Pamela y asentí con la mirada en señal de afirmación, dando a entender que le agradecía lo que había hecho. Salté hacia el tío de la armadura, desenfundando el Catalizador, y golpeándole con un grito. El choque produjo varias chispas y algunos rayos morados salieron disparados de él. Planté el extremo de mi arma contra su armadura, descargando una poderosa red de rayos que le recorrió entero. Una explosión me mandó varios metros por el aire, y sentí una fuerte quemazón en el pecho, justo por donde llevaba abierta la chaqueta. Me miré y vi que una pequeña parte de mi camiseta se había quemado y una herida se cerraba rápidamente en mi piel. Apreté los dientes y me levanté de nuevo, apoyándome en mi arma. Miré a mi alrededor pero no vi al soldado. Sabía que tenía que estar ahí, en algún sitio cerca de mí. Giré sobre mí mismo con rapidez, intentando localizarlo. ¿Dónde demonios estaba? Sentí de nuevo un varios dolores punzantes en el pecho, lo que provocó que me doblase hacia adelante, llevándome la mano al origen del dolor. Al separarla la encontré manchada de sangre, y apreté los dientes mirando hacia arriba. El enorme soldado me apuntaba con un arma. Sonreí.

- Hola hijo de puta. ¿Listo para morir?- Poco a poco, el dolor fue desapareciendo, al tiempo que las balas abandonaban mi cuerpo y las heridas se cerraban. Antes de que pudiese volver a dispararme, le lancé un nuevo rayo que impactó contra su pecho, provocando que se tambalease, pero en esto ne golpeó, mandándome al suelo. Ahora esperaba que Tony y Pamela consiguiesen acabar con ese tío o ayudarme al menos. La madera hacía que mis poderes fuesen menos efectivos y fallase más, de manera que dependía un poco de ellos. Pero lo harían bien. O eso esperaba.

Fixer vio como en un segundo las tornas cambiaban, la artillería llegaba tarde y uno de los aliados de su enemigo casi había acabado con sus escudos, incluso había logrado interferir algunos de los sistemas de su traje, Sabes que chispitas, no, no estoy listo, dijo el villano activando su teletransportador, ¿esto no ha acabado aún Iron Man, no saldréis vivos de aquí!, gritó al tiempo que desaparecía.

El resto de soldados murieron poco después, ni uno solo de ellos escapó finalmente a la ira de Poison Ivy, una explosión puso sobre aviso a los héroes de que aún no había pasado la amenaza, aunque tarde, la salva de artillería no tardaría en convertir en un cráter toda aquella zona con ellos en el interior, los dos hombres, la mujer y todas aquellas plantas que ella tanto amaba a pesar de acabarlas de conocer por primera vez, dejarían de existir en segundos si no hacían algo.

OFF:

Tony disparaba sus repulsores sobre los pocos que conseguían escapar al poder de Pamela, la joven estaba desatada y furiosa, y seguramente lo estaría aún más cuando averiguara los planes de HYDRA, casi le daba miedo contarle lo que había averiguado a la joven. Plana consiguió llegar hasta aquel pesado que no dejaba de hablar de él como si le odiara profundamente por haber matado a su cachorrito o algo por el estilo, pero el muy bastardo se dio a la fuga, bueno, esto entraba en la categoría de victoria.

Aunque ahí no habían acabado las sorpresas, una explosión no muy lejos hizo que los sensores de la armadura se pusieran a trabajar al máximo, descubriendo cientos de proyectiles que estaban a punto de impactar contra su posición, Iron Man despegó inmediatamente y activo sus sistemas de defensa, por suerte su sistema láser antimisiles seguía operativo y las ojivas de artillería serían presas más fáciles, láseres y repulsores abrieron fuego a toda velocidad , cortando o destruyendo en vuelo los proyectiles, solo un par de ellos lograron escapar al poder destructor de la armadura, pero cayeron a casi un centenar de metros de sus compañeros, cuando cesó el ataque Tony descendió, ¿Estáis bien?, preguntó, deberíamos movernos, os pondré al día mientras buscamos un lugar seguro desde el que planear nuestro contraataque.

Mientras caminaban les hizo un resumen de todo lo que había averiguado a través de la red de comunicación de HYDRA hasta que se dieron cuenta de que les espiaba y de todo lo que había deducido por si mismo, los nazis querían el vibranium, tenían un importante ejercito oculto en la zona y varios agentes importantes, entre ellos el tipo raro del traje de luces, hasta ahora habían negociado con los nativos a cambio de pequeñas cantidades, pero ahora posiblemente quisieran sacar el máximo posible lo más rápidamente que pudieran y de paso robar la maquinaria alienígena que mantenía aquella extraña jungla en medio de la Antártida, algo que de ocurrir sería un desastre aún mayor que HYDRA poniendo las manos encima de todo ese vibranium.

Está claro que hemos de hacer algo, pero cual debe ser nuestra prioridad, detener las masacres de nativos antes de que se produzcan, impedir la extracción o buscar esa maquinaria, podemos también dividirnos y encargarnos cada uno de nosotros de uno de los problemas, pero entonces estaríamos más expuestos, Tony había trazado y descartado mil planes a estas alturas, pero la llegada de Ivy y Planaria cambiaban las tornas de manera radical, tenían una oportunidad no solo de frustrar los planes del Cráneo Rojo, sino de salvar la Tierra Salvaje y sus habitantes, ¿que hacemos ahora?.

OFF:

Todo pasaba demasiado rápido y entre controlar a los que por fin podían sentirse libres y vigilar a mis dos acompañantes me había distraído suficiente como para percatarme de que la situación había cambiado. En cuestión de segundos estábamos juntos y mucho más apartados, trazando un plan y escuchando atentamente todo lo que Tony me contaba sobre Hydra. Actuaban respecto a mí como si fuera una heroína. Y NO-SOY-ASÍ. Yo no soy de las que salvan vidas de civiles ni de las que daría su vida por gente. Yo luchaba por una razón mejor y más justa. No estaba en su bando... .Salvo aquí. Ningún....NINGÚN ser considerado villano es suficientemente malvado como para cabrearme como lo hacía un nazi. Y si tenía que desfogarme con cualquier método de tortura, tenía por seguro que sería en esa situación y con esa gente.

-VOSOTROS dos, detendréis la masacre de nativos. Eso no va conmigo. Yo me encargaré de buscar la maquinaria si me describís como son o de detener la extracción si me decís lo que debo buscar en cuanto a vehículos y demas... Creo que esto es más grande de lo que parece ser. Creo no, lo sé. Lo siento. - dije mirándoles a los dos. Señalándoles y gesticulando con mis manos a medida que hablaba, trazando pequeños símbolos similares a las palabras con las que hablaba. - Sólo quiero hacer que sufran cuanto más sea posible. Y volver a mi casa.- miré de arriba a abajo al chico eléctrico. Más le valía no quemar ningún especímen con sus rayitos.

Nunca se me dio bien trabajar en equipo, pero la verdad era esa. No me jugaría la vida por un civil salvo que se tratasen de niños o mujeres muy maltratadas, y dudo mucho que abundasen en un sitio como ese. Además que esas actitudes no me correspondían. No era lo que me preocupaba igual que tampoco lo era mi costumbre a trabajar en solitario y "los defectos" que ello me ocasionaba en un grupo. Aunque nunca entendí los argumentos ajenos, con mis niñas trabajaba bien y sin fallos.

Todo había acabado bien, relativamente hablando. Tony bloqueó un montón de proyectiles que nos lanzaron y, tras unos segundos de regeneración, yo estaba de nuevo al cien por cien de mis capacidades. Me uní a mis dos compañeros y comenzamos a adentrarnos en la espesa jungla. Así que allí había vibranium. Ese metal escaseaba más que el agua en un desierto, y era uno de los materiales más caros del mundo. Más incluso que el adamantium. Su capacidad de repeler prácticamente cualquier ataque físico lo volvía un metal muy usado a modo de defensa, como el recubrimiento de un tanque o algo por el estilo, o eso había estudiado yo en la universidad. El lugar más rico se encontraba en Wakanda, África, pero era prácticamente imposible acceder a él sin el consentimiento de su líder. Que se hubiese encontrado una nueva fuente era un hecho inaudito cuanto menos, especialmente sabiendo que el que se encontraba en el continente africano provenía de un meteorito. Quien sabe. Tal vez si tenía suerte podía coger un poquito para estudiarlo. No era un químico ni un siderúrgico experto, pero tenía nociones básicas de ello. Y aunque fuese por la curiosidad que despertaba en mí quería llevarme aunque fuese un pequeño fragmento.

Las repentinas duras palabras de Ivy no las esperaba, pero no me sorprendieron. En el fondo ella tenía razón. No era una heroína. Ni siquiera una anti heroína. Simplemente luchaba por la naturaleza y tal vez sus más allegados, pero yo no la veía pegándose con unos atracadores por el hecho de que robasen un banco.

- Yo puedo encargarme de cualquiera de las tres. Ya he tenido experiencia rescatando a rehenes o personas en peligro. La maquinaria, gracias a mis poderes eléctricos, me duraría unos pocos segundos. Y el tema de la extracción... Bueno, ese seguramente sea el que menos me lleve, pero puedo hacer algún apaño. Sin embargo, si queréis me encargo yo de los nativos.- Dije encogiéndome de hombros. Ya había estado antes en situaciones de rescate. Eran complicadas, y un movimiento en falso podía joderlo todo, cosa que no quería de ningún modo. Luego me volví a Pamela y suspiré.- No te preocupes, yo entiendo tu punto de vista. No lo comparto, pero lo entiendo. A mí tampoco me caen muy bien los nazis. Mi abuelo lo pasó realmente mal con ellos, o eso me contaron cuando era un niño. Sé que tampoco te va el rollo de ser una heroína o de ayudar a gente de una panda de mataos. Pero de no ser por ti esto sería mucho más complicado. Yo te doy las gracias por eso al menos... Intentaré no quemar ninguna planta, aunque dudo enormemente que pueda hacerlo. Después de todo, la madera es un aislante.-

Y le ofrecí una sonrisa. En realidad, seguramente si me concentrase lo suficiente y proyectase un rayo con la suficiente potencia podría haber quemado algún árbol del mismo modo en que lo hacía un rayo en una tormenta. Pero desde luego no iba a hacer eso, a menos que fuese estrictamente necesario. No consideraba a Pamela una amiga ni una aliada. Apenas la conocía para ser exactos. Pero entendía que guardaba cierta unión con las plantas y la naturaleza, y yo no era quien para dañar los bosques.

Pamela, se que no eres ningún héroe, pero suponía que estarías dispuesta a detener a estos tipos y salvar esta tierra, los nativos ni siquiera son humanos, pero entiendo que no quieras ser tú quien se ocupe de ellos, dijo Tony cuando la mutante terminó su pequeño discurso, no te preocupes, tampoco iba a pedirte que fueras tú quien se encargara de ellos, creo que Plana es el más adecuado para esa tarea, dijo con una sonrisa, no creo que a mi me vean con buenos ojos tampoco, por lo que se de ellos esos nativos están en diferentes estadios de la edad de piedra, una armadura como la mía no creo que les resulte muy simpática.

Creo que la mejor opción por tanto es que Plana se encargue de los nativos, yo de buscar y proteger la maquinaria alienígena, y creo que Pamela sería la mejor para parar la deforestación y la extracción del mineral, te diré por donde quedan las minas que está montando HYDRA, Tony hizo un tosco mapa de la zona en el suelo utilizando un dedo, marcando los campamentos nativos y las fuentes de vibranium, ¿os parece bien así?

OFF: