Visita magica [X-men]

Fecha:

Nueva York.
Mansion X.
8:00 am.

Despues de un segundo encuentro con Tony Stark (bastante agradable, por cierto), me habia dedicado exclusivamente a leer periodicos acerca de todos los nuevos superheroes del otro universo. De algunos habia mucha informacion, como el Capitan America, Tony Stark y hasta un tal Spiderman. Habia muchas agrupaciones de heroes: Los vengadores, los vengadores de la costa Oeste, los Jovenes Vengadores y los X-men. Los tres primeros me causaban muchisimo interes, pero no sabia especificamente donde encontrarlos, y quizas, para la proxima vez que vea a Tony, le pida que me los presente. Los ultimos, los hombres X (¿Por que se llamaran asi?) tenian su base y hasta una escuela en Nueva York. Mire los mapas en internet, y trace mi ruta para llegar en taxi.

¿A quien buscaria? ¿Que haria ahi? Tenia que conocer mas acerca de esos superheroes... Es decir, no creo que pueda llegar y decir "Quiero conocer a los X-men", no, obviamente eso causaria cierta incomodidad. Podria llevar lentamente la conversacion hacia eso, conocer a sus profesores, preguntarles de su magia, ofrecerles mis conocimientos. La Liga de la Justicia ya habia conocido a los X-men, segun me habia enterado en las noticias... Bueno, la Liga Oscura tambien los puede ayudar. Y prefiero hacer ese trabajo yo que ofrecerselo a Constantine, quien puede poner la situacion en nuestra contra en algun descuido.

Tras desayunarme un plato de yogurth natural con trozos de manzana picada, me puse una ropa normal, de civil cualquiera. Unos zapatos bajos cafe, unos pantalones claros y una blusa blanca con unas pocas flores como detalles en los hombros, cuello y mangas. Mi baraja iria escondida en mis pantalones, junto con mi varita magica y mi cartera. Habia pronostico de lluvia para ese dia, asi que lo mejor seria que tambien me llevase un paraguas y un abrigo.

Sali de mi remolque y camine hacia la esquina de una calle grande, esperando un Taxi. Pasaron 8 ocupados, a saber porque, y hasta que uno me hizo la parada, pude subirme.

-A el 1407 Graymalkin Lane, la Mansion X, por favor. -Me sente y cerre la puerta rapidamente, mirando por la ventana la ciudad. Estaba muy cambiada a como yo recordaba que era Nueva York en mi universo... Pero lo real ya era otra cosa, y seria mejor acostumbrarme. Busque en mi abrigo mi telefono y lo puse en modo vibrador, para que no me interrumpiese en ningun momento alguna llamada inesperada. Me acomode en el asiento, y espere un largo viaje (culpa del trafico), hasta la base de los mutantes.

Sobre la ciudad vi pasar una persona volando a gran velocidad, un choque de vehiculos, la policia investigando una tienda de donuts, los autobuses escolares que parecian ir a una excursion, y los famosos vehiculos de comida americanos... Todo parecia volver, lenta y costosamente a la normalidad. Supongo que ese era el punto de la civilizacion, volver a crecer pese a los desastres y las malas experiencias. Suspire lentamente, quedandome en mis pensamientos acerca de la humanidad.


Paso un largo rato, hasta que por fin, llegamos a la carretera, y de ahi en menos de diez minutos pude avistar el largo terreno que ocupaba la Mansion. Al llegar, saque de mi cartera el costo del viaje, espere el vuelto y luego, sali caminando con cuidado hacia la entrada. Vaya si era un lugar muy grande... ¿Cuantas personas habria dentro? Esperaba que no muchas, no sabria que hacer si algunos reconocen mi publicidad.

Al llegar a la reja, firme la hoja de visita y empece a avanzar por el jardin, donde pude ver a unos jovencitos tumbados en el pasto, revisando unos apuntes... Vaya, parece como el campus de una universidad. Me quede quieta, mirando el jardin, lo bien cuidado que estaba. Pese a la inmensidad del lugar, todo apuntaba a ser un lugar calido y amistoso, como un hogar de acogimiento. No sabia si avanzar o a donde ir, quedandome confundida en la puerta... Parecia haber una especie de equilibrio en este lugar que no convenia romper, y sentia que mi intrusion pudiese dar ese resultado.

Tras quedarme unos momentos estatica, admirando el lugar, empece a caminar. Hojas y hojas, libretas, rotuladores, libros y anotes (los mas listos usaban acordeones o experimentaban la forma de hacer trampa). Me senti un poco discriminada, era cierto que yo no habia terminado ni siquiera la preparatoria por pasar toda mi juventud aprendiendo magiai y brujeria. Quizas un dia retomara todos mis estudios y tomara una carrera universitaria, pero, por ahora no podia. Tenia otras obligaciones a las cuales dedicar todo mi tiempo, y el cursar una carrera universitaria era demasiado tiempo y demasiada responsabilidad. Esperaba no interrumpir ninguna clase mientras buscaba al jefe de los X-men, pues, quizas tambien estuviese impartiendo catedra y seria un poco incomodo tener que cortarlo.

Mientras avanzaba, podia observar cuidadosamente las flores, los arboles, el bonito camino que llevaba directo a la mansion, sumado al pasto tan bien cuidado que le daba un ambiente increible al lugar. Era un lugar que quizas guardase mas secretos de lo que esperaba, pues, llegado un punto, me encontre con unos gruñiditos y sonidos extraños que llamaron la atencion para ver... ¿Un dragon? ¿Que hace un dragon en una escuela de mutantes? Fue grande mi sorpresa, pues, rapidamente me puse a buscar con mi mano mi varita magica, cuando la cosita empezo a hablar algo acerca mio en un idioma que no comprendia.

Me intente acercar, pero el dragon salio lejos de ahi, volando hacia la parte trasera de la mansion. Sali corriendo tras el, curiosa de saber porque habia una cosa como esa dentro de este lugar, casi dispuesta a hacer un hechizo para atraparlo, cuando llegue a la zona de deportes, donde habian dos jovencitas charlando sobre algun tema que les agradaba. Una de ellas se levanto y miro al dragon, al que llamo y este se postro en su brazo, empezando a frotarse cual felino en busca de cariño de su amo. Me parecio muy gracioso, por lo que sonrei, y me acerque muy discretamente, pese a las miradas de una chica rubia. Aunque pense que no me reconocerian por ser una organizacion del otro universo, la rubia si lo hizo.

Se acerco a mi corriendo, saludandome como una fanatica o como un paparazzi de esos que me enfrentaba constantemente, pero ella parecia mas animada, menos molesta. En vez de enfrentarme a molestas preguntas, ella me indico que le gustaba mi show y que le parecia genial el uso de escenografia que tenia. Casi estaba apunto de decirle que por el momento no necesitaba ayuda, cuando vi que de sus dedos empezaron a salir luces.

-Oh, quizas seria bueno conocer lo que ustedes hacen para ofrecer un espectaculo mejor. Mucho gusto, Dazzler, yo soy Zatanna Zatara-Y la salude, con una sonrisa amable, estirando mi mano para presentarme ante ella. Ya despues tendria tiempo de preguntar acerca de esa Kitty y su dragon- Si, he venido a ver al profesor... O cualquier docente que me pueda hablar del lugar. Quiero saber de ustedes y que ustedes sepan de mi. Hay muchas cosas en este nuevo mundo que podemos compartir, y creo que los mutantes pueden ayudarnos mucho a los magos del mundo.

Parecia que mis palabras habian provocado un bonito espectaculo. La musica, el baile y las luces eran uno de esos espectaculos tan geniales como los que me gustaba dar a mi. La verdad es que, podriamos hacer una buena pareja en un show caritativo, o cobrando. Si ella tuviese un representante, tendria que hablar con el para discutir algunos terminos. Pero ahora no era momento de pensar en negocios, si no de disfrutar junto con estos chicos mutantes. Empezaba a aplaudir al ritmo de la musica, mientras veia como ella bailaba, sacaba luces y cantaba. Me empezaba a gustar este show, que podria acompañar la parte de ilusiones y efectos visuales con los que yo trabajaba.

Mientras observaba el espectaculo, la otra chica se me acerco a explicarme como funcionan sus poderes. ¿Convertir sonido en luz? Vaya, estos mutantes eran impresionantes. Toda la cantidad de poderes que podrian tener, por el simple hecho de tener un gen superior a otro... Bueno, no me quiero imaginar todo lo que ellos pueden lograr, pero, si ellos pudieran ayudar a la magia de alguna manera u otra, podriamos hacer del mundo un lugar mas seguro.

Kitty continuo explicandome de que se trataba todo esto. ¿Por que eran tan malos? Un mutante era una persona como un Homo Magi, nos criamos entre ellos, aprendemos sus mismos conceptos de logica y de moral, pero manipulamos energias y tenemos otras capacidades. Supongo que es natural entre los seres humanos la envidia o el temor a aquello que no conocen. Negue con la cabeza con discrecion, y le di una palmadita en la espalda a Kitty.

-De mi boca no saldra nada. -Mencione en voz baja. No tenia nada que recriminar, y si era un tema sensible, no habia necesidad de mencionarlo a un desconocido. Seria de muy mala educacion tomarme esas confianzas ante alguien que acababa de conocer y que ni siquiera era mi amiga.

Despues, Kitty me conto de sus poderes y del origen de su amigo. Lockheed, que nombre mas raro... Pero bueno, si era un alienigena, quizas no me tuviese que preocupar, pues tal vez no fuese de origen magico y se tratase unicamente de una raza con apariencia de dragon. No seria la primera vez que un alienigena nos de una sorpresa en cuanto a su apariencia, como los Linterna Verde bien sabian.

-Esta bien... Si tengo que esperar, puedo quedarme un rato por aqui. ¿Me puedes contar acerca de los X-men? ¿Que son? ¿Como funcionan? ¿Como se relacionan con la magia y con otras organizaciones de heroes? Necesito muchos datos... Yo soy heroina, y puedo ayudar en asuntos magicos a quien me lo pida. Ya conoci a Iron Man, y le ofreci la ayuda de mi magia a los Vengadores. Pero tambien quiero ofrecersela a ustedes, los estudiantes de esta escuela.

Llegue pensando que no deberia ser tan directa, pero creo que no les molestaria decirles algo a quien les quiere ayudar. Si habia problemas, entenderia que quieran llevarse algunas cosas con discrecion. Esto no era mas que una visita amistosa, no habia nada importante de lo que charlar

Kitty empezo a explicarme dato por dato lo que era un mutante, las relaciones sociales, la fuente de sus poderes. Impresionante. Un gen que le concede a las personas una cierta capacidad para ser lo que en mi universo serian los metahumanos. Me maravillaba todo lo que pudiese sacar una simple alteracion en las reacciones quimicas de nuestro organismo en el momento de la concepcion.

Y entendia porque se les temia. Es decir, historicamente, siempre se ha perseguido a todo aquello que se sale del renglon. Homo Magis en la edad media, judios en el nazismo, negros en las trece colonias de Norteamerica... A veces, hasta a los grandes heroes de la Liga de la Justicia se le veia con temor. Tal era el caso de Superman con Lex Luthor, que lo detestaba pues no concebia la idea de un ser mas poderoso que un humano, y mucho menos, que ese ser fuese alienigena aunque pareciese a todas luces un humano (que volaba y tenia superfuerza, claro).

Me cruce de brazos, escuchando cada palabra acerca de las funciones que ejercian los X-men con esos miembros poderosos de la sociedad. Vaya, son una institucion de cobijo y apoyo. Ojala hubiesen muestras de ese estilo para los metahumanos de mi universo... Normalmente, si se tienen poderes y hay forma de usarlos para el bien, teniamos un nuevo superheroe. Pero si la gente estaba confundida, y no sabia para que usar esos dones, terminaba volviendose un enemigo publico

Practicamente habia resuelto mis dudas mas generales, aunque, otras mas quizas no serian apropiadas. Cuando me gire, vi a un hombre adulto, sentado en una silla de ruedas. Totalmente calvo, pero afable, casi como un viejo al que le confiabas a tus hijos para que los cuide. ¿Quien seria? La chica se fue, llamandolo Profesor. ¿Seria el famoso Profesor Xavier?

Sonrei, inclinando la cabeza un poco, cuando me desconcerto escuchar una voz en mi cabeza. No era mi conciencia, obviamente. ¿Un telepata? Interesante....


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24 de abril, un mes despues.

La reunion con Xavier habia salido bien, dentro de todo lo posible. Escueta, directa. No nos fuimos mucho con rodeos, y les habia dejado mi telefono para cualquier cosa que necesitaran. Por eso estaba aqui, porque me necesitaban. No tenia ningun problema en ayudar a otra organizacion de heroes, y mucho menos si era en un asunto de naturaleza magica.

Cuando Kitty me hizo pasar, entre a una especie de estudio donde me esperaba un hombre. Salude con la mano, acercandome a el. Negue con la cabeza ante su propuesta de beber, pues, normalmente no me gustaba beber cuando tenia que trabajar. Ya habria tiempo despues.

-Zatanna Zatara, para servirle. ¿En que puedo ayudarle?

Me sente frente a el, escuchando su explicacion acerca de lo complicado que habia sido todo esto tras la colision. Era cierto, todos debiamos de trabajar con todos nuestros esfuerzos para llegar a una estabilidad en el mundo, lleno ahora de villanos de todo tipo. Yo me tenia que encargar de los magicos tanto como podia, pero eran escurridizos, llenos de trucos, como todos los que practicabamos la magia. Y no quedaba otra mas que ser ingeniosa.

El tal Dragoslav saco de un cajon un libro. Pude sentir la magia que emanaba, pero no era una magia comun, era magia oscura. Arrugue la frente un poco, mirando con escepticismo todo. Invocadores, no-muertos... ¿Acaso todo era un secta de necromantes? Lo tome con muchisimo cuidado, y de mi sombrero, saque una especie de anillo dorado. Tire de ese anillo hacia los lados, como si fuera una liga, y con este anillo rodee el libro, apretandolo un poco.

Antes de darmelo menciono a una tal Bruja escarlata. Interesante. Un mutante que gracias a sus genes podia manifestar magia. Tenia que investigar mas acerca de ella, encontrar fuentes, noticias. Todo lo que se pudiese obtener de los mutantes era interesante, pero la posibilidad de manipular magia directamente abria muchisimas posibilidades. ¿Quizas fuese una Homo Magi, calificada erroneamente como mutante? Anote el nombre: William Kaplan y Tommy Sheperd. Tenia que saber bien que pasaba con ellos y buscar pistas acerca de su madre.

Si la encontraba, llevarla a la casa del misterio seria una de las mejores oportunidades que tenia para conocer mas la magia en el otro universo, encontrar mas bases de lo que pasaria o no en momentos de crisis, y como es que ellos respondian ante los supervillanos magicos.

-Por supuesto que puedo. En cuanto tenga informacion acerca de ella o de sus hijos, intentare contactar con ustedes para atender cualquier situacion que merezca nuestra atencion. Por el libro no se preocupe, señor Dragoslav, tengo lugares seguros donde guardar ese tipo de grimonios y no perder el control de toda esa magia.

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