Era otro día frío y lluvioso en la ciudad de Gotham. Yo, me encontraba realizando flexiones en mi celda, el Asilo de Arkham no era nada comparado con toda la infancia que pasé en la cárcel de Peña dura. Osito era la única pertenencia importante y de valor en mi celda sin contar mi vestimenta de preso en el asilo. Tras varios ejercicios diarios los cuales yo realizaba para mantener mi complexión, me asomé a ver el ambiente lluvioso de Gotham por un pequeño hueco con rejas el cual hacía de ventana en la celda. Como siempre Gotham se veía bastante oscuro y tétrico, pero hubo algo que destacó, un gran "¡Boom!" sonoro que captó la atención de todos. No recuerdo nada de lo que paso durante los diez segundos después de tal explosión, ya que un destello cegó a todos los presentes. Los carceleros y el alcaide, alarmados por esto avisaron lo más rápido posible por teléfono, al GCPD.
¡Atención: a todas las unidades! Tenemos una fuga masiva en el Asilo Arkham. ¡Necesitamos refuerz.....- El alcaide sintió como una fría tubería de metal golpeaba su rodilla, haciéndole caer. Era Szasz el cual tras golpear al alcaide golpeó el teléfono dando por acaba la llamada.
Me levanté, saliendo de mi celda a paso moderado, sin problema alguno ya que, había un inevitable motín. Metí a Osito en mi maleta pequeña de cuero antes de salir. Tenía que ir al almacén donde requisaron todas las pertenencias, era un pasillo largo con varias celdas a los lados y la última puerta era la que daba al almacén. Estaba abierta, se ve que antes había sido abierta por otros reclusos y seguramente alguna ayuda especial. Se podía notar la variedad de objetos extraños y en una esquina de una estantería de metal, mis pertenencias, mi legado. Me puse mi vestimenta especial, y por último la máscara que hacía que todos me reconociesen por mi verdadero yo, Bane.
En la oficina del alcaide se escuchaba mucho alboroto, así que decidí acercarme. La puerta estaba forzada, tenía que encontrar una manera de abrirla y en este momento de alboroto y caos solo había una manera de abrir la puerta, usando la fuerza bruta. Alcé la pierna derecha cargando toda mi fuerza en esta, luego, la pierna chocó con la cerradura rompiendo parte de la misma puerta y la cerradura en sí. El alcaide estaba atado en una silla, y Szasz le estaba marcando con un cuchillo intentando no dañar a este demasiado como para producir la muerte. A su lado estaba Killer Croc, el cual anduvo hacia mí a paso lento mientras movía su lengua viperina.
- Vete, Bane, si es que no quieres morir.- Eso es lo que dijo Croc con un tono de superioridad y haciéndose el macho alfa aprovechando los centímetros que me sacaba.
- En realidad, deberías dejar libre al alcaide, el asesinarlo sería un paso en falso el cual haría que nos atrapasen con facilidad y fuesen los lacayos de Batman detrás.- Mi tono sonó más amenazador que de costumbre, conservando la melodía poética la cual hacía presente mi inteligencia a pesar de todo mi músculo.
Killer Croc no era precisamente alguien con el entablar una conversación decente. Lanzó hacia mí un garrazo con toda su furia, pero pude interceptarlo anteponiendo mi brazo izquierdo. Luego le solté un gancho devastador a las costillas lo que me daría según mis cálculos, 2.3 segundos para propinarle un golpe que le haría perder el equilibrio. En menos de esos dos segundos le di un barrido a las piernas haciendo que este se desplomase contra el suelo. Szasz estaba nervioso, o eso deduje por su sudor y su mirada nerviosa. Esbocé una sonrisa tras mi máscara y me apoyé en el escritorio del alcaide, tras esto le dediqué unas palabras a Szasz;
- ¿Quieres acabar como Croc, o prefieres largarte por las buenas?- Mi tono sonó menos amenazador que el tono que usé con Killer Croc, pero era lo suficiente intimidante como para asustar a Szasz.
Szasz, bastante atemorizado apuñaló al alcaide introduciendo su cuchillo en la garganta de esto mismo. Ese acto me llegó a enfurecerme de tal manera que usé la estantería para golpear el cuerpo de Szasz contra la pared. La estantería se quedó encima del cuerpo inconsciente de Szasz. Para no dejar más pruebas, debía marcharme, pero antes de cruzar la salida noté un severo dolor en mi espalda, Killer Croc se había lanzado contra mí y había incrustado sus garras en mi espalda. Tomé sus muñecas con fuerza retorciéndolas. Lancé a Killer Croc al suelo y cuando este estaba tumbado, le propiné una patada con fuerza lanzándolo por la ventana haciendo caer a este desde el tercer piso del Asilo Arkham. Killer Croc no iba a morir, su cuerpo estaba preparado para soportar cosas peores, pero dudo que se levantase al instante.
Era hora de marcharse, bajé hacia la primera planta. Había aún un gran tumulto de reclusos intentado salir, como tenía prisas anduve hacia la salida apartando a todos los reclusos que se interponían delante de mi camino. El coche de un funcionario estaba siendo asaltado por un recluso cualquiera, pero necesitaba un transporte y ese era el único que podía tomar. Tomé la cabeza del recluso con la mano derecha, luego la golpeé contra el capó del coche haciéndole caer en estado de inconsciencia. Dejé al recluso bajo el neumático y me subí al coche, forzando la puerta del conductor. Hice un empalme de cables para arrancar el coche, tras esto pisé el acelerador. El neumático reventó la cabeza del recluso y yo apenas lo noté como un simple bache.
- Próximo destino, Gotham City, necesito recuperar mi suministro de Venom.