Viaje express [Libre] (viernes 20 abril 2018)

[OOC: He mirado la wikia para saber esta info, que me viene bien. Si algo está mal me lo decís.]

Gotham city, en el estado de New Jersey, un estado fronterizo con Nueva York. Había ido allí a pasar un fin de semana. Su madre no quería que fuera allí; la ciudad era conocida, quizás demasiado, por su psiquiátrico, y no había día que no se leyera en las noticias que algún lunático se había escapado de allí, lo que no le daba muy buena reputación al lugar. Aún así, la había convencido de que solo estaría un fin de semana y la mujer se había tranquilizado solo un poquito.

El viaje había sido largo, en el autobús más barato que había conseguido. Había llegado de noche y aún tenía que encontrar el albergue en el que iba a pasar dos días durmiendo. Había elegido uno en el que la crítica en Internet decía que era lo suficientemente decente como para que los bichos no te picaran y no pillaras hongos en las duchas. Llevaba su mochila, algo de dinero, y una cámara desechable nueva que había comprado en la estación antes de salir. ¿Sus planes? Visitar sitios interesantes, hacer fotos, intentar visitar la biblioteca nacional para leer libros y periódicos antiguos y, sobre todo, no meterse en líos.

En aquel momento se encontraba en la salida de la estación de autobuses, preparada para dirigirse al albergue. Sacó un mapa de la ciudad y comenzó a estudiárselo. Había señalado los lugares que quería visitar pero no se había memorizado el mapa entero aún.

- A ver… me encuentro aquí, en la estación de autobuses… Y tengo que ir hasta la zona universitaria…

La noche iba a ser larga…

[OOC: No estoy acostumbrada a que me muevan el PJ porque me limita, pero intentaré acostumbrarme =)]

Izquierda, izquierda, derecha, izquierda, ¿o era mejor aprenderse los nombres de las calles? O las dos cosas, que quizás le venían igual de bien. Pensando en eso mientras memorizaba las primeras calles que rodeaban la estación se dispuso a caminar cuando, sin previo aviso, alguien le empujó contra la pared. Mareada, sintió un tirón y una disminución en el peso de su espalda. Cuando se recobró, vio a un tipo que había salido corriendo con su mochila y una mujer le perseguía. Un poco confusa por lo que acababa de pasar, y tras acordarse que siempre llevaba el dinero y cosas de valor colgada del cuello dentro de su ropa casi tocando su piel, se decidió a seguir a la mujer; quizás la mala suerte de que la hubieran robado se contrarrestaba con la suerte de que una policía vestida de paisano acabara de cruzarse en su camino.

No tardó mucho en alcanzarla, ya que estaba acostumbrada al ejercicio y tenía suficiente resistencia, y no llevar la mochila hacía que fuera mucho más ligera. Llegó justo para ver como el hombre sacaba una pistola y disparaba sin miramientos. La mujer lo esquivó e hizo caer al hombre con tres simples movimientos que quedaros grabados en el cerebro de Penny como si de una videocámara se tratara. Tras ello, la mujer llamó a la policía, cogió su mochila y mapa y se lo devolvió. Penny los tomó y le echó un vistazo al mapa; habían recorrido varias manzanas callejeando y se había alejado más de su destino. Suspiró; quizás su madre estaba en lo cierto y el mundo a su alrededor le estaba dando la razón a la mujer.

- Penny. Soy… erm, turista.

La miró fijamente, quizás hasta incomodarla un poco, observando sus rasgos, memorizándolos. El pelo color y negro, la piel pálida, y los ojos rojos. ¿Algún tipo de mutación? No podía ser heterocromía, porque ambos eran rojos; tampoco albinismo porque su pelo era totalmente negro, aunque bien podría estar teñido. Podrían ser lentillas, pero no se observaba, al menos a simple vista, esa fina línea que diferencia el ojo de la lentilla. Quizás algún tipo de mutación “especial”. Sentía curiosidad, y se notó por un segundo en su mirada, pero no dijo nada sobre el tema y simplemente se giró hacia el mapa.

- Estamos aquí. – Señaló el mapa. – Y tengo que ir aquí. – Señaló una calle cerca de la zona universitaria donde había varias residencias para estudiantes. – ¡Pero, teniendo en cuenta las leyes, en cuanto llegue la policía tendré que ir aquí. – Señaló la comisaría de Gotham. – Porque me pedirán tomar declaración. – Hizo una pausa para mirar el mapa de nuevo. – Bueno… podré tachar de la lista el visitar la comisaría.

Sonrió y volvió a mirar a la mujer. No se había dado cuenta antes por haber estado mirando sus rasgos faciales, pero era un poco bajita.

- No eres policía ¿verdad?  – Era muy baja para ser policía, le faltaban unos centímetros para poder entrar en el cuerpo. - ¿Cómo has aprendido a usar esos movimientos? – Se puso a imitar, casi milimétricamente, como un robot, los movimientos que Cassandra había utilizado. – Yo conozco algunos, pero no sé utilizarlos. – Y se puso a mostrarle un par de movimientos de karate y otros de kick boxing, que había visto alguna vez por la televisión pero que no tenía ni idea de cómo utilizar.

En aquel momento las sirenas comenzaron a sonar a lo lejos.

[Descuida, usaré solamente las manipulaciones minimas e imprescindibles para motorizar la historia. A su vez, estas en total libertad de desplazar a cassandra como necesites Cualquier problema, me avisas]

No pude evitar reir suavemente cuando la vi imitar los movimientos que, seguramente, habia visto en la televisión. Curiosa, inquisitiva, incapaz de apartarme la mirada de encima luego de haberme visto hacer todas aquellas cosas, su cuerpo me susurraba acerca de su bondad: Estaba tranquila, por lo cual su curiosidad era genuina y bienintencionada, y sus musculos no se contraian en ninguno de los puntos que denotaban usualmente mentira o intenciones violentas. Sonrei amenamente, como si aquel hombre insconsiente no existiese cerca nuestro, y acerque mi mano a su menton, tomandolo suavemente y alzandolo solo un poco, llendome a posicionar sus manos, una mas atrasada, otra mas adelantada, abriendolas con cuidado para que quedaran en la posición correcta.

Esa es sencillamente la postura de preparación, si lo que pretendes es atacar a alguien...

Alcé un poco su mano abierta hasta que diera al frente, encorvando un poco la parte superior de sus dedos y cerrando su pulgar sobre su palma con cuidado, llendome detrás de ella y tomando sus brazos con suavidad, haciendo que el derecho golpeara con rapidez, y el izquierdo se retrotrajera, en caso de necesitar tener otro golpe preparado. Me separé de ella lentamente, sonriendole con la misma calma que tenia desde que le habia devuelto sus cosas.

En Kung Fu, ese es el movimiento básico del estilo del Tigre, llamado "Garra de Tigre"...

Comenté, amable, pero las sirenas de los automoviles policiales comenzarón a llenar la quietud de aquella intersección de callejones. Me acerqué a ella y tomé con cuidado su muñeca.

No soy una policia, pero tampoco puedes dejarte tomar declaración, sigueme...

La conduje fuera de aquellos callejones y de regreso a la acera, pero del otro lado de la manzana, caminando con ella hacia su destino lentamente. Acababa de hacerle evadir la ley, algo que, para los Gothamites, era absolutamente normal, pero que estaba segura de que ella no podria entender de buenas a primeras. Habia mas de una cosa que queria comentarle, pero primero, debia aclarara esta cuestión.

Lamentablemente, el Departamento de Policia de Gotham es altamente corrupto, a pesar de los constantes esfuerzos de su comisionado, y dejarse procesar por el mismo, sea como criminal o como testigo, podria acabar en los propios oficiales tratando de que les des un soborno, bajo alguna clase de amenaza...

Suspiré. Gordon era un hombre de bien, y un verdadero hacedor de justicia, pero el departamento era demasiado grande, y le costaba demasiado acabar con la corrupción de bajo nivel. Nada hubiramos deseado más yo o Bruce que el que nuestro trabajo fuese innecesario, pero tristemnte, la realidad cminaba en otra dirección, y Gotham era una de las ciudades mas peligrosas del pais por mucho, eramos demasiado necesarios para mantener el orden y darle a los criminales algo real que temer. La calle estaba casi desierta, pero la zona era de buen poder adquisitivo, asique no me preocupaba que sufriesemos otro asalto.

Gotham es una ciudad dificil, donde la ley se respeta poco, pero los Gothamites son personas valerosas y persistentes, que tratan de vivir las mejores vidas que pueden, aun con la delincuencia, y si bien el pais suele pensar n Gotham como una suerte de infierno urbano, es una ciudad con mas de una cosa que ver y experimentar...

Habia aprendido a querer esta ciudad. Bruce jamás hablaba mal de ella, sino de sus delincuentes, y en el fondo de su ser habia un apego por esta ciudad, y una loable aptitud para perdonarla en sus defectos, y apreciarla en sus virtudes, algo que se me habia contagiado luego de años de estar a su lado combatiendo la delincuencia en este lugar. Quizás no estaba logrando darle la mejor impresión a Penny de la que consideraba mi ciudad, aun si no habia nacido Gothamite, y esperaba ningún otro imprevisto arruinase la experiencia.

Verás, Penny, si me permites llamarte asi, claro está...

Sonrei denuevo. Sentia que podia confiar en ella, era una mente abierta, y no puedo evitarlo, yo también necesitaba alguien con quien compartir esta noche, hablar, hacer lo que hacen las personas normales.

Aprendi mis movimientos de varios maestros distintos, recorriendo el mundo para perfeccionarme, visitando lugares escondidos y reconditos; queria ser la mejor artista marcial que pudiese, explotar al máximo mi talento natural, y creo haber al menos conseguido algo de esa meta...

¿Como explicarle que, detrás de ese breve relato, habia una historia mucho mas profunda, dolorosa? Las Artes Marciales eran tanto una pasión como una necesidad en mi vida. Eran bellas, elegantes, fluidas, pero también eran el bloque fundacional de mi identidad como persona. Gracias a ellas habia encontrado a mi madre, aun si habia tenido que derrotarla en combate, y también pude conocer a Bruce, a toda la Batfamilia, y emprender  misiones con el bien común como intención. Conocimientos letales adquiridos de experiencias que siempre me dejarian marca en el alma, pero que me habian llevado a vivir cosas únicas y gratificantes. Estaban atadas al dolor y la dicha por igual, y me era dificil definir su lugar en mi vida, pero, en el presente, eran una útil herramienta para el bien, y eso me hacia sentir gratificada, realizada.

...Soy experta en mas artes marciales de las que podria contar con los dedos de nuestras manos, pero no me gusta explicarlo, ni presumirlo, me basta con saber, para mis adentros, que soy muy capaz en aquello que me apasiona...¿No crees que es lo mejor, Penny?

Seguimos caminando, hasta que, frente a ambas, quedo el porche de un edificio de gran tamaño. Una escalera de marmol corta subia hasta una puerta, con una placa al costado que indicaba que era un albergue. Acerqué la mirada al mapa, era el indicado. Miré a Penny con cierto detenimiento.

Aqui estas, sana y salva...

Comenté, y algo curioso comenzo a arder en mi pecho. Deseaba poder comaprtir un rato mas con ella, la añoranza, largo tiempo dormida, de hacer una nueva amistad, algo que nunca pensé que volveria a sentir. Parecia la clase de persona con la que podria comaprtir una buena conversación, y si bien apreciaba a Bruce, Carrie y Alfred, la idea de poder comaprtir tiempo de calidad con una persona ajena a Wayne Manor era demasiado tentadora.

Noté que mirabas mis ojos con detenimiento...Si deseas, puedo esperar a que te registres y dejes tus cosas, y te contaré sobre por que son de este color...Sino, lo entenderé y me marcharé...

Propuse, tendiendole mi mano. Si la tomaba y decia adiós, seria un verdadera lástima, pero algo me hacia querer creer que sucuriosidad ganaria a lo mejor de ella, y solo me la daria para entrar y dejar sus cosas. No me sentia orgullosa de apelar a su naturaleza aparentemente inquisitiva para poder salir a pasear con ella y tener una noche amena por una vez desde que llegué a esta dimensión, pero tampoco queria perder la oportunidad de hacer una posible amiga. ¿Que le contaria acerca de mis ojos? Quizás una historia que trate de ser tan amena como la de las Artes Marciales, quizás la verdad. No deberia pensar en eso, todo ocurrirá como tenga que ocurrir.

Se dejó llevar cuando Cassandra le movió los brazos, enseñándole uno de los ataques de Kung Fu, y sonrió al sentir como aprendía algo nuevo; era una sensación que le encantaba. Lo que no le encantó tanto fue el momento en el que la chica la cogió y tiró de ella para alejarla del lugar ¿estaban huyendo de la policía? Le pareció raro. Cuando pararon la miró con desconfianza.

La joven le explicó la situación: la policía estaba corrupta, o al menos una parte, y uno no sabía si el que iba a aparecer lo era o no. ¡Pues vaya tela! Aunque si lo pensabas bien, en Nueva York pasaban cosas así también…

Continuaron caminando y, mientras que Cassandra le contaba sobre como aprendió las artes marciales, entendió lo que sentía, más o menos: aquella sensación de necesitar viajar para aprender más y más porque si te quedas en tu ciudad acabas estancada. Asintió ante sus palabras para que viera que entendía lo que sentía.

Poco después aparecieron delante del albergue donde había reservado una cama; era como en la foto. Se puso a sacar los papeles que tenía que presentar junto con su carnet, girándose para despedirse de la chica y darle las gracias por la ayuda cuando Cassandra le propuso pasar un poco más de tiempo juntas. No estaba acostumbrada a que la gente le paseara por la ciudad nada más llegar ni que la gente fuera tan agradable (quizás era que en Gotham te encontrabas con los polos opuestos, lo peor y lo mejor), y pensó en decir que no, pero la idea de saber de dónde había salido esos ojos, la curiosidad por saber por qué eran así, pudo con ella.

- Bueno… no es muy tarde aún. El viaje ha sido largo y no he comido nada desde que subí al autobús. Si hubiera una cafetería baratilla donde hagan sándwiches creo que sería un buen sitio para estar a estas horas. Iría a cualquier otro sitio, pero el dinero de mochilera no me permite comer en ningún lugar más caro…

Sonrió nerviosa. Ella siempre comía en los lugares más barato que podía, intentado que fuera lo más sano posible también, y sabía que podía parecer que era un poco tacaña, pero es lo que tenía vivir siempre con lo mínimo.

- Siendo de la ciudad, confío en que conocerás un lugar ideal.

Dejaría a la joven unos minutos sola mientras dejaba la mochila, cogía sus objetos más personales y volvía con ella.

- Lista. Te sigo. Eso sí, tengo que volver pronto, que mañana tengo que levantarme temprano para recorrer la ciudad y no quiero ir cansada y con sueño.

Spoiler: